Privado 1
Privado 1
Privado 1
Privado
Derecho
Privado I
0
El derecho privado
Noción
Evolución histórica
Durante los últimos años existió una fuerte tendencia a la unificación del
derecho civil con el derecho comercial, por compartir problemáticas que
caían bajo la regulación de ambas.
Es decir que, con anterioridad a la sanción del Código Civil y Comercial, era
nítida la separación entre ambas ramas de derecho privado.
1
Contenido actual
Ahora bien, ese panorama se vio modificado sustancialmente con la
sanción del Código Civil y Comercial, que unifica finalmente el derecho civil
con el derecho comercial en un solo cuerpo normativo, aunque esta
unificación es parcial pues muchos microsistemas legislativos subsisten, en
particular en el área del derecho comercial, como son los casos de la Ley de
Sociedades, la Ley de Seguros, la Ley de Concursos, entre otras.
Constitucionalización
El Código Civil y Comercial toma muy en cuenta los tratados en general, en
particular los de Derechos Humanos y los derechos reconocidos en todo el
bloque de constitucionalidad. Es decir que se produce “la
constitucionalización del derecho privado”, estableciéndose una
comunidad de principios entre la Constitución, el derecho público y el
derecho privado.
1 Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, Honorable Congreso de la Nación.
2
Los códigos de Vélez: civil y
comercial
Antecedentes
Reseña histórica
3
se habría logrado la sanción del Código si éste hubiera sido sometido a una
revisión integral por las dos Cámaras del Congreso.
Fuentes
Para la elaboración del Código Civil y Comercial se han tenido en cuenta los
antecedentes más significativos del derecho comparado, la doctrina de los
autores nacionales y extranjeros con mayor prestigio académico, la opinión
de los congresos de juristas y los criterios de la jurisprudencia.
4
El Proyecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial,
proveniente de la Cámara de Diputados de la Nación en 1987 (Proyecto
1987).
El Proyecto de 1993 de Unificación de la Legislación Civil y Comercial,
elaborado por la denominada Comisión Federal de la Cámara de
Diputados de la Nación (Proyecto 1993 CF).
El Proyecto preparado por la Comisión creada por decreto del Poder
Ejecutivo Nacional 468/92 (Proyecto 1993 PEN).
El Proyecto de 1998, preparado por la Comisión creada por decreto del
Poder Ejecutivo Nacional 685/95 (Proyecto 1998).
Así, tenemos el Título Preliminar, que incluye las definiciones sobre las
fuentes del derecho y las reglas de interpretación y establece pautas para
el ejercicio de los derechos con cláusulas generales relativas a la buena fe,
abuso del derecho, fraude a la ley.
2 Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, Honorable Congreso de la Nación.
5
didáctico, en consonancia con la opinión de Vélez Sarsfield, primer
codificador, expresada en la nota al artículo 495 del Código Civil.
Título Preliminar
3 Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación, Honorable Congreso de la Nación.
6
Ahora bien, con relación a los contratos en curso de ejecución, ellos deben
ser juzgados por la vieja ley, salvo que se trate de una relación de consumo
y la nueva sea más favorable al consumidor, en cuyo caso se aplicará ésta,
pues el legislador la sancionó de acuerdo a lo que parece más razonable
según los cambios sociales o las prácticas negociales.
Así, en este capítulo se instituye la regla de que los derechos deben ser
ejercidos de acuerdo al principio de “buena fe” y los límites en su ejercicio
son el abuso del derecho, el orden público, el fraude a la ley y los derechos
de incidencia colectiva (esto será desarrollado en el punto 1.6, a cuya
lectura remitimos).
7
Referencias
Buteler Cáceres, J. (2000). Manual de Derecho Civil. Parte General. Córdoba:
Advocatus.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
8
DERECHOS DE INCIDENCIA COLECTIVA Y TUTELA COLECTIVA DE
DERECHOS EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL PARA LA
REPÚBLICA ARGENTINA
FRANCISCO VERBIC
1. INTRODUCCIÓN
En la República Argentina, por medio del decreto 191/2011, el Poder Ejecutivo Nacional
designó una comisión especial para redactar un anteproyecto de Código Civil y Comercial.
Este anteproyecto fue concluido y oportunamente elevado por la comisión al Poder Ejecutivo.
Entre sus previsiones, se cuentan algunas cuestiones de relevancia en materia de tutela
procesal colectiva de derechos. Y también se contaban otras que, como veremos, han sido
eliminadas de la versión original y no forman parte del proyecto enviado al Congreso de la
Nación. El presente trabajo se ocupa de presentar brevemente tales previsiones.
Capítulo del libro “Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación. Aspectos Relevantes. Análisis
Doctrinario”, Ed. ERREPAR, Buenos Aires, 2015, pp. 339 y ss.
En cuanto a los segundos, se refería a ellos como “derechos de incidencia colectiva, que
son indivisibles y de uso común” [inc. c)] y establecía que “el afectado, el defensor del
pueblo, las asociaciones registradas y otros sujetos que dispongan leyes especiales tienen
legitimación para el ejercicio de derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al
usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general”.
Recordemos que en “Halabi” la Corte había reconocido la existencia de estos tipos de
situaciones subjetivas al pronunciarse sobre “la naturaleza jurídica del derecho cuya
salvaguarda se procuró mediante la acción deducida" (Consid. 8 de dicha decisión).(1)
En dicha oportunidad, identificó tres categorías, a saber: (i) derechos individuales, (ii)
derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos y (iii) derechos de
incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos (Consid. 9). Según el
Tribunal, los últimos dos tipos encuadran en la noción de derechos de incidencia colectiva
receptada por el artículo 43 de la Constitución Nacional (CN).
Luego de las modificaciones introducidas por el Poder Ejecutivo, el artículo 14 del
proyecto enviado al Congreso de la Nación solo contempla dos incisos que se refieren a: (i)
derechos individuales [inc. a)] y (ii) derechos de incidencia colectiva [inc. b)]. Este es
también el texto definitivo del nuevo Código, por lo cual el tema continuará sujeto a los
avatares de la jurisprudencia.
En sintonía con la reforma operada sobre la ley de defensa del consumidor en el año 2008
por medio de la ley 26361, el proyecto regulaba en su artículo 1714 una sanción pecuniaria
disuasiva.
En tal sentido, acordaba al juez la potestad de aplicar, a petición de parte, una sanción
pecuniaria a quien actúe “con grave menosprecio hacia los derechos de incidencia
colectiva”. Podían peticionar tal medida cualquiera de los legitimados para defender este tipo
de derechos. Según se desprende de los fundamentos presentados por la comisión redactora,
“un sujeto puede iniciar un pleito reclamando el resarcimiento de daños individuales
(cobrará una indemnización que ingresará a su patrimonio) y pedir la aplicación de la
sanción (que no irá a su patrimonio), o solo esto último”.
El monto de la sanción se fijaría, siempre de acuerdo con el texto del anteproyecto,
“prudencialmente tomando en consideración las circunstancias del caso, en especial la
gravedad de la conducta del sancionado, su repercusión social, los beneficios que obtuvo o
pudo obtener con su conducta, los efectos disuasivos de la medida, el patrimonio del dañador
y la posible existencia de otras sanciones penales o administrativas en su contra”. En los
fundamentos se explica que, a diferencia de la regla general que impone resarcir el daño “por
equivalencia o por satisfacción”, en el caso de la sanción regulada por este artículo “no hay
prueba directa para la cuantificación y por ello se alude a la fijación prudencial”.
En cuanto al destino de los fondos obtenidos por su aplicación, la norma preveía que
fuera aquel “que le asigne el juez por resolución fundada”. Es interesante subrayar que la
comisión evaluó otras alternativas para definir este punto, sobre el cual hubo muchos debates
según se desprende de los fundamentos del anteproyecto. Entre tales opciones alternativas,
además de la escogida, se cuentan: “a) Darle el dinero a la víctima, b) distribuirlo
parcialmente entre la víctima y un destino distinto, c) darle un destino colectivo”.(3)
Este artículo también fue modificado por el Poder Ejecutivo antes de enviar el proyecto al
Congreso, ya que –según vimos- en su versión original el texto remitía a “los derechos de
incidencia colectiva mencionados en el artículo 14, inciso c)”. Esto es, solo a los derechos
colectivos que recaen sobre bienes indivisibles (por lo cual podía interpretarse que esta
sanción no era aplicable en aquellos casos que versan sobre derechos individuales
homogéneos). En su redacción posterior, la sanción podría aplicarse a cualquiera de las
especies de derechos de incidencia colectiva que la CSJN reconoció en “Halabi”.
A pesar de la interesante función que podría jugar esta figura como instrumento para
disuadir la práctica de conductas ilícitas colectivas, la misma fue eliminada completamente
del articulado y no forma parte del texto sancionado.
Notas:
(1) “Halabi, Ernesto c/PEN - L. 25873, D. 1563/2004 s/amparo L. 16986” - CSJN - 24/2/2009, Fallos: 332:111
(2) Hay una campaña vigente para obtener el dictado de una ley al respecto, la cual fue convocada por diversas
organizaciones de la sociedad civil (ver http://www.saberesunderecho.org/)
(3) Encontramos en los fundamentos las razones por las cuales la comisión se inclinó por la opción de dejar
librado a la prudencia del juez el destino de los fondos obtenidos con motivo de la aplicación de esta sanción
disuasiva: “La comisión, finalmente, optó por el último supuesto por las siguientes razones:
4.4.1. Dogmática. Desde el punto de vista dogmático, si la sanción se aplica solo a los derechos de incidencia
colectiva, que son indivisibles y no dan lugar a derechos subjetivos, no es admisible que el peticionante cobre.
No tiene un derecho subjetivo; actúa como un legitimado extraordinario. Por esta razón es que el dinero va a
un patrimonio de afectación. El juez puede darle un destino mediante resolución fundada, pero ese destino es
siempre en defensa del bien colectivo, ya que no podría, fundadamente, dárselo a quien no tiene un derecho
subjetivo. Los diferentes destinos tienen relación con la experiencia de otros países, como Brasil, en los que,
mediante otros institutos, se ha logrado mejorar bienes públicos: creación de fundaciones, campañas de
educación, patrimonios de afectación para la promoción de un bien afectado, etcétera.
4.4.2. Litigiosidad. Uno de los argumentos para darle la indemnización a la víctima es que constituye un
incentivo para hacer juicios con el objeto de defender derechos individuales o colectivos. En nuestro país
tenemos un buen sistema que ha logrado altos niveles de litigiosidad a través de reformas procesales de acceso
a justicia. Hoy existen juicios sobre todos los grandes temas colectivos en todo el país y podemos exhibir un
nivel considerable de litigiosidad ambiental, derechos económico-sociales y consumidores. Eso se ha logrado
porque no se paga tasa de justicia, hay una amplia legitimación (afectado, asociaciones, defensores, fiscales,
etcétera) y acciones colectivas a nivel nacional y provincial. Es decir, no se advierte que la sanción pecuniaria
pueda incidir mucho en incrementar la litigiosidad o el acceso a justicia. Darle una parte del dinero a la
víctima no es una solución que incida en la litigiosidad o, por lo menos, las pruebas empíricas demuestran lo
contrario. En los sistemas en los que eso sucede, como en Estados Unidos de América, es absolutamente
distinto: la víctima paga grandes costos, asume riesgos, y el tema es tratado por los grandes estudios que hacen
las inversiones; en Argentina no tenemos ese sistema y tampoco hay quienes propongan adoptarlo”
(4) Art. 1102 - “Acciones. Los consumidores afectados o quienes resulten legalmente legitimados pueden
solicitar al juez: la cesación de la publicidad ilícita, la publicación, a cargo del demandado, de anuncios
rectificatorios y, en su caso, de la sentencia condenatoria”
(5) Arts. 1745 y 1746.
Art. 1745 - “Daño a los derechos de incidencia colectiva. Cuando existe lesión a un derecho de incidencia
colectiva y la pretensión recae sobre el aspecto colectivo, corresponde prioritariamente la reposición al estado
anterior al hecho generador. Si ello es total o parcialmente imposible, o resulta insuficiente, procede una
indemnización. Si ella se fija en dinero, tiene el destino que le asigna el juez por resolución fundada. Están
legitimados para accionar: a) el afectado individual o agrupado que demuestra un interés relevante; b) el
Defensor del Pueblo de la Nación, de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según
corresponda; c) las organizaciones no gubernamentales de defensa de intereses colectivos, en los términos del
art. 43 de la CN; d) el Estado Nacional, los Estados provinciales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los
Estados municipales; e) el Ministerio Público Fiscal y de la Defensa”.
Art. 1746 - “Daño a derechos individuales homogéneos. Hay daños a derechos individuales homogéneos
cuando media una pluralidad de damnificados individuales con daños comunes pero divisibles o diferenciados,
generados en forma indirecta por la lesión a un derecho colectivo o provenientes de una causa común, fáctica o
jurídica. Pueden demandar la reparación de esta clase de daños: a) el afectado individual o agrupado que
demuestre un interés propio; b) el Defensor del Pueblo de la Nación, de las provincias y de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, según corresponda; c) las organizaciones no gubernamentales de defensa de
intereses colectivos, en los términos del art. 43 de la CN”
(6) Art. 1747 - “Presupuestos de admisibilidad. Para el reconocimiento de la legitimación en los procesos en
los que se reclama el resarcimiento de daños a derechos de incidencia colectiva o individuales homogéneos, se
debe exigir que el legitimado cuente con aptitudes suficientes para garantizar una adecuada defensa de los
intereses colectivos. Entre otros requisitos, el juez debe tener en cuenta: a) la experiencia, antecedentes y
solvencia económica del legitimado para la protección de este tipo de intereses; b) la coincidencia entre los
intereses de los miembros del grupo, categoría o clase y el objeto de la demanda. Para la admisibilidad de los
procesos en los que se reclama la reparación de daños a derechos individuales homogéneos es requisito
necesario que el enjuiciamiento concentrado del conflicto constituya una vía más eficiente y funcional que el
trámite individual, para lo cual el juez debe tener en consideración aspectos tales como el predominio de las
cuestiones comunes sobre las particulares o la imposibilidad o grave dificultad de constituir un litisconsorcio
entre los afectados”
(7) Art. 1748 - “Alcances de la sentencia. Cosa juzgada. En los procesos colectivos referidos a derechos
individuales homogéneos, la sentencia hace cosa juzgada y tiene efecto erga omnes, excepto que la acción sea
rechazada. Este efecto no alcanza a las acciones individuales fundadas en la misma causa. Si la pretensión
colectiva es acogida, los damnificados pueden solicitar la liquidación y la ejecución de la sentencia a título
personal ante el juez de su domicilio. La sentencia que rechaza la acción colectiva no impide la posibilidad de
promover o continuar las acciones individuales por los perjuicios ocasionados a cada damnificado”
(8) Verbic, Francisco: “Los procesos colectivos. Necesidad de su regulación” - LL - 2010-A-769
(9) Ver un análisis del fallo y su paralelismo con “Halabi” en Verbic, Francisco: “La decisión de la CSJN en
‘Padec c/Swiss Medical’. Ratificación de ‘Halabi’ y confirmación de las bases para un modelo de tutela
colectiva de derechos en Argentina” - Revista de Derecho Comercial, del Consumidor y de la Empresa - 2013-B
- diciembre/2013
(10) Ver http://www.nuevocodigocivil.com/pdf/Fundamentos-de-los-cambios-introducidos-por-el-PEN.pdf
(11) Versión taquigráfica de la sesión de la Comisión Bicameral para la reforma, actualización y unificación de
los Códigos Civil y Comercial de la Nación, 21 de Agosto de 2012, disponible en
http://ccycn.congreso.gob.ar/versiones/buenosaires/2012-21-08.html
(12) En esta línea se señaló también que “Queremos también destacar, porque sabemos que ha sido un tema de
polémica, que en el tema de acciones de clases, tanto en “Halabi”, como la doctrina, siempre citan las normas
del Derecho comparado, las normas del Derecho español y, fundamentalmente, las del Derecho de los Estados
Unidos. En “Halabi” también la Corte plantea la necesidad de que se regulen las acciones de clase y cita
legislación comparada y cita específicamente la legislación de los Estados Unidos. Cita la norma 23, que está
dentro del Código de Procedimiento Federal de los Estados Unidos. Es decir, en el mismo fallo de “Halabi”, la
Corte está reconociendo que las acciones de clase en los Estados Unidos están en las normas de procedimiento.
Por si esto no fuera suficiente, también sabemos que existe un código modelo iberoamericano de procedimiento
que se ha elaborado con participación de todos los países de Iberoamérica y en la que la Argentina ha sido
parte. Prácticamente, han participado catedráticos de todas nuestras universidades. Y este Código
Iberoamericano que desarrolla las acciones de clase también es un código procesal. Por el Código
Iberoamericano, por la remisión que hace la Corte de la norma 23 de la Ley de Procedimiento de los Estados
Unidos, por la afectación al federalismo que pueda significar legislarlas en el Código Civil, es que se ha
sugerido que estos artículos no estén en el Código Civil y sí sean parte de las normas de procedimientos
provinciales o federales”.
(13) Desde la causa “Correa c/Barros” (Fallos 136:154) y hasta la actualidad. Ver al respecto el clásico trabajo
de MERCADER, Amílcar “Poderes de la Nación y de las provincias para instituir normas de procedimiento”,
Ed. Jurídica Argentina, Bs. As., 1939.
Constitucionalización del derecho y recodificación del derecho privado:
¿será en definitiva el derecho solo el juego de los jueces?
(en prensa)
Aunque obvio, cabe destacar que la codificación del derecho privado de una comunidad
es más que una cuestión técnica: implica una propuesta de fuerte impacto en la vida
cultural, política, social y económica de sus destinatarios, a la que muchas veces se ha
caracterizado como “las bases de un proyecto de país”. Una codificación del derecho
privado representa una de las expresiones más prominentes de la planificación
gubernamental.
Cierto es que las ventajas e inconvenientes de los procesos de codificación siempre han
motivado múltiples discrepancias. Valga tan solo citar la famosa polémica suscitada
entre Thibaut y Savigny. Con razón, hace varias décadas Gioele Solari señalaba que la
codificación no puede ser considerada desde un punto de vista puramente técnico,
tampoco como una simple reunión de máximas jurídicas tendientes a satisfacer las
necesidades de uniformidad legislativa. Las exigencias prácticas pueden acelerar y
favorecer el proceso, pero no justifican su razón de ser: “La Codificación significa
mucho más que la unificación formal del derecho privado: es la expresión positiva de un
sistema filosófico, y durante el siglo XVIII fue la realización de la idea individual en el
campo de las relaciones civiles”1.
Como ocurre con cada proceso de formación normativa, a todo código se lo piensa
también en su funcionamiento2. Ante la recodificación de la vida privada de un país,
resulta cuanto menos ingenuo desatender los temas que hacen a su funcionamiento y —
como sucede para el de cualquier norma— indagar sobre las relaciones, a menudo
tensas, que se establecen entre sus autores (vgr. legisladores) y los encargados de su
funcionamiento (vgr. jueces). Los revolucionarios franceses tuvieron plena conciencia
de que el margen de apreciación de los textos volvía el poder a los jueces: “Al fin las
normas son lo que los encargados de su funcionamiento las hacen ser, dentro de los
juegos de fuerzas respectivos”3.
1
SOLARI, Gioele, Filosofía del Derecho Privado, trad. Oberdan Caletti, Buenos Aires, Depalma,
1946/50, pág. 78.
2
A este respecto, puede v. CHAUMET, Mario E., La conjetura del legislador sobre la elaboración de las
sentencias. A propósito del proyecto de recodificación del derecho privado y de la reforma judicial, en
Revista de Filosofía Jurídica y Social Nº 34, Rosario, 2013, págs. 51 y sgtes.
3
CIURO CALDANI, Miguel Ángel, Aportes metodológicos para la reforma del Código Civil,
LA LEY 2012-C, págs. 944 y sgtes.
4
CALSAMIGLIA, Albert, Indeterminación y realismo, en Analisi e Diritto, 1999, págs. 219-227;
1
para una juridicidad cada día más “principista” y con un avance enérgico de
constitucionalización de todo el orden normativo, nosotros mismos ya habíamos
subrayado la pregunta: ¿es el derecho un juego de los jueces?5
En este marco, cabe preguntarnos cuáles son las normas que, en un determinado
contexto, fundan o justifican las decisiones judiciales. En nuestros días y en respuesta a
esta pregunta, es frecuente encontrarnos con decisiones judiciales sobre aspectos
centrales de todas las ramas del derecho que vienen justificadas directamente desde
“principios” constitucionales6.
http://www.giuri.unige.it/intro/dipist/digita/filo/testi/analisi_1999/calsamiglia.rtf (06/03/2012).
5
V. CHAUMET, Mario E. - MEROI, Andrea, A., ¿Es el derecho un juego de los jueces?, LL 2008-D,
págs. 717 y sgtes.
6
Se omite, así, la mediación de una norma (habitualmente formalizada en una ley) que determine las
condiciones de aplicación y los alcances del “principio constitucional”, tarea que es asumida por los
jueces en la solución de cada caso concreto.
7
CHAUMET, Mario E., El Estado Constitucional y el Derecho Privado, en “El Derecho privado ante la
internacionalidad, la integración y la globalización. Homenaje al Profesor Miguel Angel Ciuro Caldani”,
Buenos Aires, La Ley, 2005, págs. 29 y sgtes.
8
PERLINGIERI, P., Il diritto civile nella legalitá costituzionale, Napoli, 1984, pág. 78. V. también: Por
un derecho civil constitucional español, Anuario de Derecho Civil, 1983, ENE-MAR, XXXVI, pp. 1/16.
2
investigar sobre el pasado, el presente y el futuro del Código Civil, señalaba que el
último período está dominado por las tendencias crecientes de constitucionalización,
internacionalización y europeización del Derecho privado, que a su entender introducen
numerosas disfunciones9. Eugenio Llamas Pombo ha dicho que la Constitución sirve
también como el principal motor de cambios del derecho privado.
Por otra parte, y tal como lo hemos tratado de reflejar en diversos trabajos, cabe también
considerar las vicisitudes que origina en la juridicidad continental una normatividad que
se va desplazando de un sistema codificado de reglas, a una casuística judicial orientada
según principios10. El derecho —heredero de la cultura moderna de una razón fuerte de
la que era instrumento— tenía su base en normas estructuradas en reglas generales
determinadas. Más aún, esas normas eran ordenadas en uno de los instrumentos de
mayor carga de racionalidad: los códigos decimonónicos. Nuestro tiempo significa
sustancialmente la ruptura del modelo de racionalidad individual e impide en gran
medida la proyección hacia el futuro. La aceleración de la historia, la cultura de lo
efímero, de lo fugaz, tan típicas de esta época, oprimen el porvenir y la posibilidad de
construir normas como reglas generales. Cada día es más difícil legislar sobre la base de
reglas determinadas, lanzándose hacia el futuro, prediciendo el porvenir. En el derecho
de este tiempo las normas generales son cada día más indeterminadas y abiertas.
Toca recordar que los operadores jurídicos continentales (entre ellos los jueces) fueron
formados desde un sistema codificado de reglas y ahora se ven obligados a operar desde
una creciente casuística judicial orientada según principios. Ello es una fuente constante
de perplejidades, especialmente cuando se toman decisiones desde los principios, pero
utilizándolos como si fueran reglas11.
9
En: 1804-2004. Le Code civil. Un passé, un présent, un avenir, Paris, Université Paris II, Dalloz, 2004,
págs. 275-296.
10
CHAUMET, Mario E., Constitucionalización de Derecho. Necesidad de asumir un cambio de
paradigma para la adjudicación judicial, en Revista del Colegio de Magistrados y Funcionarios del
Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe, Nº 2, 2012, págs. 194 y sgtes.
11
Sobre la actitud de la comunidad jurídica ante los nuevos desafíos del sistema judicial se ha dicho que
“…cuando se plantean cuestiones actuales como la de la judicialización de la política, los analistas suelen
asumir una posición dicotómica en la cual señalan las virtudes de las conquistas del Derecho y atribuyen
las actitudes de los jueces a actitudes partidistas que degradan su papel en el sistema. Pocos son los que
profundizan en las causas estructurales que llevan a esta nueva configuración y se atreven a discutir
algunos de los logros realizados por el desarrollo del Estado de Derecho” (THURY CORNEJO, Valentín,
Juez y división de poderes hoy, Buenos Aires/Madrid, 2002, Ciudad Argentina, págs. 392 y sgtes.).
3
privado”. Así lo explica: “La mayoría de los códigos existentes se basan en una división
tajante entre el derecho público y privado. El Anteproyecto, en cambio, toma muy en
cuenta los tratados en general, en particular los de Derechos Humanos, y los derechos
reconocidos en todo el bloque de constitucionalidad. En este aspecto innova
profundamente al receptar la constitucionalización del derecho privado y establece una
comunidad de principios entre la Constitución, el derecho público y el derecho privado,
ampliamente reclamada por la mayoría de la doctrina jurídica argentina. Esta decisión
se ve claramente en casi todos los campos: la protección de la persona humana a través
de los derechos fundamentales, los derechos de incidencia colectiva, la tutela del niño,
de las personas con capacidades diferentes, de la mujer, de los consumidores, de los
bienes ambientales y muchos otros aspectos. Puede afirmarse que existe una
reconstrucción de la coherencia del sistema de derechos humanos con el derecho
privado”12.
Agrega que “[t]ambién deben tenerse en cuenta los conceptos jurídicos indeterminados
que surgen de los principios y valores, los cuales no sólo tienen un carácter supletorio,
sino que son normas de integración y de control axiológico. Esta solución es coherente
con la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que reiteradamente
ha hecho uso de los principios que informan el ordenamiento y ha descalificado
decisiones manifiestamente contraria a valores jurídicos. No consideramos conveniente
hacer una enumeración de principios ni de valores, por su carácter dinámico”13.
Además destaca que: “es necesario que los operadores jurídicos tengan guías para
decidir en un sistema de fuentes complejo, en el que, frecuentemente, debe recurrirse a
un dialogo de fuentes, y a la utilización no sólo de reglas, sino también de principios y
valores”14.
Con diversas valoraciones, muchas voces describen el impacto que tiene el hecho que la
propia ley sea la que irradie el protagonismo de la adjudicación judicial en toda la vida
privada, sobre la base de una normatividad indeterminada y constitucionalizada. Hay
quienes sostienen que el “judicialismo gobierna toda la estructura del proyecto”16.
12
LORENZETTI, Ricardo L., Aspectos valorativos y principios preliminares del Anteproyecto de Código
Civil y Comercial de la Nación, LL 2012-C, págs. 581 y sgtes.
13
Ibídem.
14
Ibídem.
15
Ibídem.
16
RABBI-BALDI, CABANILLAS, Renato, Consideraciones filosófico-jurídicas en torno del Título
preliminar del Proyecto de Código Civil y Comercial 2012, en “Comentarios al Proyecto de Código Civil
y Comercial de la Nación”, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2012, págs. 38 y sgtes. Por su parte, Gustavo
Maurino nos recuerda que “en todas sus conferencias, Lorenzetti les dice a lxs bogas... las reglas siguen
ahí, y son más o menos las mismas que vinimos armando en estas décadas (las reglas no sorprenderán a
nadie que haya estado razonablemente actualizado, dice, y tiene razón). Pero lo que cambia y transforma
es la estructura, la forma, dice... y se pasa las conferencias mostrando esos paradigmas transformadores y
lo que implican. Y lo mismo Kemelmajer, diciéndoles a lxs bogas... en este código confiamos en los
jueces... es un código abierto a ser construido por la jurisprudencia... y Lorenzetti ―otra vez― insiste en
4
Esta característica tiene un impacto trascendental en el derecho continental y le plantea
enormes desafíos que, sin ser nuevos, adquieren otra dimensión al ser recibida en una de
las fuentes más paradigmáticas.
Creemos que afrontar los obstáculos que ofrecen las bases normativas del nuevo Código
es una empresa ineludible, sobre todo si se pretende evitar que el derecho no sea un
simple juego del arbitrio judicial.
Dentro de las metodologías optimistas, una de las más difundidas e influyentes para las
“guías de decisión” son las que ofrecen las teorías neoconstitucionalistas17. Su
los últimos minutos de todas sus conferencias... ‘lo importante, lo fundamental, es la implementación del
código...’” (Tres maneras de destruir el Código Civil [Intro], en “Hablando bajo”, 27/05/2015,
http://hablandobajo.blogspot.com.ar/).
17
En este sentido cabe aclarar que la voz neoconstitucionalismo es ambigua. Muchos hablan de un Estado
neoconstitucional. Aquí con el término neoconstitucionalismo hacemos referencia a un marco teórico que
no se limita a describir el fenómeno sino que valora positivamente sus consecuencias, como una ideología
que se caracteriza por su apoyo al modelo de Estado Constitucional y Democrático de Derecho. En este
caso se subraya lo que se consideran logros del proceso de constitucionalización y se propugna su
ampliación. Como algunos de los vinculados a esta corriente, se menciona a autores tales como Dworkin
(Los derechos en serio /The moral reading of the Constitution), Alexy (Teoría de los derechos
fundamentales), Zagreblesky (El derecho dúctil/La crucifixión y la democracia), Nino (La Constitución
de la democracia deliberativa), Ferrajoli (Derechos y garantías. La ley del más débil). Más allá de la
aceptación que pudieran darle a la pretensión que se los adscriba como autores neoconstitucionalistas,
cierto es que en mayor o en menor medida pusieron en un primer plano el objetivo de garantizar los
derechos fundamentales y que en sus desarrollos teóricos se destaca el apoyo a ese modelo de Estado
constitucional y democrático de derecho (v. CARBONELL, Miguel, Nuevos tiempos en el
constitucionalismo, en “Neoconstitucionalismo(s)”, 2ª ed., Madrid, Trotta, 2005, págs. 9 y sgtes.; v.
también COMANDUCCI, Paolo, Formas de (neo)constitucionalismo: un análisis metateórico, en la
misma obra, págs. 75 y sgtes.). Atienza, siguiendo a Prieto Sanchís, sostiene que: “… ‘lo primero que
llama la atención del neoconstitucionalismo es que parece ser una corriente de pensamiento con muy
pocos militantes’ y que ‘los autores que suelen citarse como principales impulsores del movimiento, muy
heterogéneos entre sí por otra parte, no suelen calificarse a sí mismos como neoconstitucionalistas”.
(ATIENZA, Manuel, Ni positivismo jurídico ni neoconstitucionalismo: una defensa del
5
influencia teórica se va expandiendo en vastas zonas del derecho privado argentino, no
solo en el ámbito académico sino especialmente en el jurisdiccional.
Precisamente Robert Alexy (uno de los teóricos del derecho que directa o
indirectamente más ha influido en los Tribunales Constitucionales latinoamericanos),
sostiene que uno de los tópicos principales en el debate actual de la interpretación
constitucional es el rol del balancing o “ponderación” que, a su turno, es parte de un
principio más comprensivo: el de proporcionalidad21. Interpretar los derechos
constitucionales a la luz del principio de proporcionalidad es tratarlos con los
requerimientos de la optimización, esto es, como principios y no como simples reglas.
6
A conjurar riesgos y desvalores se dirigen varios intentos: ¿cómo evitar que la
(inevitable, aunque peligrosamente aumentada) discrecionalidad se convierta en
arbitrariedad? Parafraseando a Moreso, ¿cómo evitar que la ponderación sea “el
resultado de una actividad subjetiva y particularista”?, ¿cómo evitar que el derecho sea
el simple juego de los jueces?22
Una de las principales objeciones es la que sostiene que la ponderación es una especie
de particularismo jurídico, en el que el mecanismo de elección entre principios se
convierte en una actividad no controlable racionalmente; son consideraciones que solo
sirven como razón en un caso. Se afirma también que en la ponderación no nos
atenemos a condiciones preestablecidas. Cualquier propiedad puede resultar relevante
de acuerdo a la situación individual y, en consecuencia, nada es posible concluir en
casos futuros. Todo depende de juicios de valor subjetivos y de propiedades de las
circunstancias que no estamos dispuestos a generalizar24. Lo mismo podría decirse
sobre las razones alegadas en un caso para satisfacer el interés superior del niño, la
protección del ambiente o del consumidor, el acceso a la jurisdicción efectiva, etcétera.
22
En: Conflictos entre principios constitucionales, en Neoconstitucionalismo(s), 2ª ed., Madrid, Trotta,
2005, pág. 104.
23
Cfr. ALEXY, Robert, Balancing, Constitutional Review and Representation, material de estudio de la
Carrera de Especialista Universitario en Argumentación Jurídica, Universidad de Alicante, edición 2004.
24
MORESO, op. y loc. cits.
7
diversamente de lo que sucede con el Ejecutivo o el Legislativo, esa máxima no debe
ser aplicada al Poder Judicial25.
Desde una perspectiva crítica, Cárcova asevera que los principios constitucionales son
construcciones históricas incorporadas al Estado de Derecho y al funcionamiento de una
sociedad democrática y que ninguna decisión, por mayoritaria que fuere, puede
derogarlos sin pérdida de legitimidad: “los derechos fundamentales no son valores
inmutables ni transhistóricos, sino adquisiciones humanas incorporadas de manera
inmanente al pacto de socialidad…”. No obstante ello, advierte que los valores de una
comunidad no son todos coherentes entre sí y que algunas tesis expresan un objetivismo
axiológico tan radical que “sólo es útil para el modelo que hipotetiza, que ni siquiera es
el de las sociedades inglesa o estadounidense, como se pretende”28.
25
BARROSO, Luís Roberto, Fundamentos Teóricos e Filosóficos do Novo Direito Constitucional
Brasileiro (Pós-modernidade, teoría crítica e pós-positivismo), en “A Nova Interpretação Constitucional
(Ponderação, Direitos Fundamentais e Relações Privadas)”, 2ª ed., Rio de Janeiro, Renovar, 2006, pág.
117.
26
GUIBOURG, Ricardo A., Sobre la argumentación, LL 2010-C, 921.
27
GARCÍA AMADO, Juan Antonio, Derechos y Pretextos. Elementos de crítica del
neoconstitucionalismo, página de Juan A. García Amado http://www.geocities.com/jagamado/.
(20/10/2011).
28
CÁRCOVA, Carlos María, Las Teorías Jurídicas Post Positivistas, Buenos Aires, Abeledo Perrot,
2009, págs. 218 y sgtes.
8
respecto a tus juicios de valor, en vez de simplemente tener ‘preferencias’, como en
‘prefiero el chocolate al helado de crema’”29.
También son numerosos las voces y los argumentos que se esgrimen contra las
objeciones de irracionalidad del método30. Con razón se sostiene que la inseguridad en
la aplicación del derecho no es una característica específica ni necesaria de la
ponderación.
No nos detendremos aquí a saldar las críticas y defensas del método31. No se puede
afirmar que la argumentación judicial en el derecho continental haya sido más racional
y segura. Entendemos que la crítica en gran medida asume un racionalismo
radicalizado, típico de la juridicidad continental moderna, pero también creemos que la
pretensión de los modelos de ponderación basado en reglas, como el de Alexy, no
escapan a ello. Con fina ironía le hemos escuchado decir al Profesor Bulygin que si al él
se lo puede acusar de terrorismo lógico sería lícito atribuir al Profesor de Kiel la
acusación de terrorismo matemático32.
29
MILJIKER, María Eva, Duncan Kennedy y la Crítica a los Derechos, Revista Jurídica de la
Universidad de Palermo, 2006, http://www.palermo.edu/derecho/publicaciones/pdfs/revista_juridica/
n7N1-Julio2006/071Juridica03.pdf (06/04/2015). V. también KENNEDY, Duncan, A Critique Of
Adjudication (Fin De Siècle), Cambrige Massachusetts, Harvard University Press, 1997; Libertad y
restricciones en la decisión Judicial, trad. de Diego Eduardo López Medina y Juan Manuel Pombo, Santa
Fe de Bogotá, Siglo del Hombre Editores, 1999.
30
CLÉRICO, op. cit., pág. 304.
31
Creemos que las críticas de particularismo no se hacen cargo de las características culturales de este
tiempo (las hemos descripto en trabajos anteriores; entre otras, la marcada aceleración histórica) que
impiden, cada día más, el desarrollo de una juridicidad con reglas determinadas antes del caso. Por otra
parte, la argumentación jurídica desde lo particular guió muchos momentos en la historia de Occidente y
ha tenido y tiene una especial significación en el derecho anglosajón o en determinados ámbitos como el
del comercio internacional (cfr. GALGANO, Francesco, Libertad contractual y la justicia del contrato,
trad. de María de la Colina, LL 2008-B, 97).
32
De la desgrabación que realizaron los autores de la conferencia dictada en el marco de la Carrera de
Especialista Universitario en Argumentación Jurídica, Universidad de Alicante, Edición 2004.
33
En igual sentido crítico y respecto de la norma contenida en el art. 489, § 2 del nuevo Código Procesal
Civil brasileño (que entrará en vigor en marzo de 2016), se ha afirmado: “Se ao fim e ao cabo disseram
que a tal ‘ponderação do NCPC’ não é aquilo que se vem falando do que seja a ‘ponderação’, fica a
pergunta: então por que não substituem a palavra ponderação por ‘escolha’, ‘discricionarismo’,
‘consciência do julgador’… ou, simplesmente, coloquem qualquer palavra no lugar, por ejemplo,
‘canglingon’. Não vai mudar nada mesmo. Do jeito que está, é a porta para a arbitrariedade interpretativa”
(STRECK, Lenio Luiz, O Novo CPC e o Hermeneutic Turn do Direito brasileiro – Condições e
possibilidades, Revista Brasileira de Direito Processual – RBDPro, Belo Horizonte, ano 23, Nº 90, p. 372,
abr./jun. 2015.
9
En otros casos, jueces y doctrinarios ignoran o soslayan la indeterminación de los
principios constitucionales y actúan “como si” subsumieran los hechos en reglas
determinadas, no expresando las razones por las que se sostiene, por ejemplo, que ésta y
no otra opción, es la que realiza el interés superior del niño, la defensa del consumidor,
la obligación de no dañar, etcétera.
Por todo ello, para comprender la adjudicación judicial es inevitable asumir tanto la
complejidad de la materia a adjudicar como la de su argumentación, no creer que
porque se cita un principio sobre el que todos acordamos su valor, llegamos a
conclusiones necesariamente correctas36.
34
GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, Estado constitucional de derecho, políticas públicas y derecho de acceso
a una vivienda digna, LL 2012-C, págs. 385 y sgtes.
35
CHAUMET – MEROI, ¿Es el derecho…, op. y loc. cits.
36
CHAUMET, Mario E., Exigibilidad judicial de los derechos sociales y la razón judicial compleja, en
“Garantismo y Crisis de la Justicia”, Medellín, Universidad de Medellín, 2010, págs. 57 y sgtes.
10
3. El escollo de encubrir la intersubjetividad, omitiendo los despliegues dialécticos
de la argumentación
Así, en consonancia con la argumentación en general, brotan las iniciativas teóricas que
incorporan la significación de una racionalidad dialéctica, ideándola como una cuestión
del lenguaje, dialógica, procedimental y que admite la vinculación entre el contexto de
descubrimiento y de justificación38.
En otros trabajos ya hemos señalado que el debate forense, el proceso, no es ajeno a esta
dialéctica.39 En efecto, si no se quiere caer en posturas en donde cualquier idea de
certeza se estime como carente de referencia sólida y rebajada a puro mito, pura
ideología (que el único método sea la libérrima conciencia decisoria, el juez dueño y
señor del derecho), si es menester asumir una metodología que permita reconocer al
razonamiento jurídico como intersubjetivo, dialógico40 y exigir a los jueces una mayor
justificación de sus decisiones, habremos de detenernos en esa dialéctica, en el aspecto
confrontativo del discurso, especialmente si reivindicamos la vigencia y significación
del contradictorio en el ámbito del derecho procesal41.
37
Cfr. GARCÍA AMADO, Juan Antonio, Teorías de la tópica jurídica, Madrid, Civitas, 1988. Desde
otro marco teórico v. también ANDRUET, Armando, La politicidad del derecho, en “El ethos y el estado
de derecho en occidente”, Córdoba, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba,
1996, págs. 91 y sgts.
38
Si recordamos que en el razonamiento analítico se parte de premisas necesarias (o por lo menos
indiscutiblemente verdaderas) que conducen, gracias a inferencias válidas, a conclusiones necesarias o
verdaderas, que los razonamientos analíticos son impersonales (“la verdad es, en ellos, una propiedad de
las proposiciones o premisas y, por ende, son demostrativos”) y que a su vez en los razonamientos
dialécticos, se parte de premisas verosímiles, aceptables, probables y se arriba a conclusiones más o
menos verosímiles, más o menos aceptables, más o menos probables, y si a su vez también tenemos a la
vista algunas de las características del derecho continental actual (creciente casuística judicial orientada
según principios, Estado Constitucional, expectativas positivas a realizar judicialmente) no nos debe
extrañar como ya en a mediados del siglo pasado se enfatiza por un cambio del paradigma en la
argumentación jurídica.
39
CHAUMET –MEROI, ¿Es el derecho…, op. y loc. cits.
40
Cfr. GARCÍA AMADO, Teorías…, cit.
41
CHAUMET – MEROI, op. y loc. cits. V. también IGARTÚA SALAVERRÍA, Juan, El razonamiento
en las resoluciones judiciales, Lima-Bogotá, Palestra-Temis, 2009, pág. 52.
11
Si las condiciones de aplicabilidad de la norma están indeterminadas, si la propia
consecuencia jurídica constituye un abanico de opciones para el juez, entonces los
protagonistas del debate procesal deben tener la posibilidad de decir algo al respecto y,
si ése es el caso, el juez debe incluir esos argumentos en su decisión, ora asumiéndolos
como propios, ora refutándolos adecuadamente42.
Existen otras razones además para asumir un marco dialógico en los estudios de
argumentación. En primer lugar porque afirmaba que se trata de una actividad que se
cumple, y solamente resulta inteligible, “en el seno de una interacción mediada por el
42
En ese sentido nos señala Vigo: “En ese orden de recuperar una razón práctica que es prioritariamente
sustancial pero que sin embargo se proyecta al plano procedimental o estructural reinvindicando diálogo o
intercambio y ponderación puede resultar oportuno el aval de Kalinowski:«las premisas de todos los
razonamientos jurídicos, pueden ser escogidas —y lo son de hecho la mayor parte de las veces— por
intermedio de un diálogo, es decir, en el curso de una controversia que regulan la dialéctica y la retórica»”
(VIGO, Rodolfo Luis, Argumentación constitucional, en “Interpretación y argumentación. Problemas y
perspectivas actuales”, Coord. Carlos Alarcón Cabrera y Rodolfo L. Vigo, Buenos Aires, Marcial Pons
Argentina, 2011, págs. 463 y sgtes.).
43
PIACENZA, Eduardo, Silogismo judicial, no-monotonía y enfoque dialógico de la argumentación,
Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, Nº 57, 2002, págs. 275 y
sgtes.
44
Ibídem, pág. 293.
45
Ibídem, pág. 288.
12
lenguaje, de una práctica comunicativa especial, la discusión. De ahí que en muchos
casos un argumento no será comprensible, evaluable, susceptible de ser descrito y, a
veces, hasta ni siquiera reconocible como argumento, si se prescinde de la discusión en
la que se inserta o de las discusiones virtuales que podrían servirle de marco”.
Argumentar supone “que se discute”.
Desde un enfoque de teoría jurídica y de derecho constitucional que se pregunta por los
legitimados para la interpretación constitucional, Häberle reclamará la apertura a un
número tan abierto como pluralista sea la sociedad48.
46
OLIVEIRA, Carlos Alberto Álvaro de, A garantia do contraditório, Revista Peruana de Derecho
Procesal, Junio 2002, Nº 5, págs. 15/17.
47
CHAUMET – MEROI, op. y loc. cits.
48
HÄBERLE, Peter, El Estado Constitucional, México D.F., Universidad Nacional Autónoma de
México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003, pág. 150.
49
Íd. íd., pág. 152.
50
Íd. íd., pág. 159.
51
CHAUMET – MEROI, op. y loc. cits.
13
Ahora bien: si, como vimos, el derecho está plagado de indeterminaciones normativas y
es contrastado constantemente con principios constitucionales de gran abstracción y
carga axiológica que además, se afirman directamente operativos, no cabe sino
preguntarse: ¿qué derecho es el que conoce el juez?52 Ciertamente, la regla que a la
postre deviene construida y aplicada en la sentencia no es el principio que inicialmente
fundó la decisión. Entre las proposiciones “debe ser que el Estado provea este (y no
otro) tratamiento médico al peticionante” y el principio “derecho a la salud” hay no
sólo una distancia significativa, sino el ejercicio del arbitrio judicial que elige una de
entre varias opciones posibles. En el fondo, “el diálogo judicial se transforma en una
auténtica garantía de democratización del proceso, al impedir que el poder del órgano
judicial y la aplicación de la regla iura novit curia redunden en instrumento de opresión
y autoritarismo, sirviendo a veces a un mal explicado tecnicismo, con obstrucción a la
efectiva y correcta aplicación del derecho del caso”53.
52
Ibídem.
53
Ibídem.
54
DAMAŠKA, Mirjan, Truth in adjudication, 49 Hastings Law Journal, 1998, págs 303/304.
55
En relación al tema puede v. especialmente GOLDSCHMIDT, Werner, Introducción filosófica al
derecho, 6ª ed., Bs. As., Depalma, 1987.
56
Es conocida la tradicional referencia a lo dicho en una sentencia de 1833 por el Juez Parke, en el caso
Mirehouse v. Rennell: “Nuestro sistema de common law consiste en aplicar a los nuevos supuestos las
reglas de derecho que nosotros, jueces, derivamos de los principios jurídicos y de los precedentes
judiciales; y con el fin de garantizar la uniformidad, la coherencia y la certeza del derecho debemos
aplicar estas reglas, con tal de que no sean claramente ilógicas o estén fuera de lugar, a todos los casos
iguales que se presenten; y no tenemos posibilidad alguna de desatenderlas o de rechazar su aplicación
analógica prefiriendo otras no consagradas nunca judicialmente, sólo porque consideremos que tales
reglas no sean tan oportunas y ajustadas como deseáramos. Considero de extrema importancia mantener
este canon absolutamente firme, no sólo para la resolución del caso en cuestión”.
14
El progresivo avance de un sistema codificado de reglas a una casuística judicial
orientada según principios (hoy plasmado en el nuevo Código) no implica
necesariamente desorden jurídico, anarquía, arbitrariedad, pero requiere un gran
esfuerzo de los operadores jurídicos que, en gran medida, deberán asumir otro modo de
ordenación jurídica.
Ahora bien, resulta relevante tener en cuenta que todo caso de conflicto en el que se
verifiquen las mismas propiedades, debe recibir idéntica solución57. Ronald Dworkin
proclamaba que al momento de la adjudicación los jueces deben entender el derecho
como un todo y ello es trascendental para insertar la adjudicación en el orden jurídico.
Su imagen de la “novela en cadena” es más que ilustrativa. Según el autor
norteamericano, se trata de una novela escrita en serie por un grupo de novelistas. Cada
novelista de la cadena interpreta los capítulos que ha recibido para poder escribir uno
nuevo, que recibe el siguiente novelista y así sucesivamente. Cada uno tiene la tarea de
escribir su capítulo para construir la novela de la mejor manera posible. Para Dworkin
esta tarea resulta compleja cuando se intenta hacer bien, cuando lo que se pretende es
escribir la mejor novela posible. El que comienza debe remitirse a lo ya escrito y a su
vez se compromete a continuar la novela, no a escribir una nueva. Entre otras
exigencias, hay mantener la fidelidad al proyecto que se nos ha entregado, así como a su
finalidad última, por lo que hay que asumir también el texto que se deja. En paralelo con
la adjudicación judicial el juez debe hacerse cargo del derecho que recibe, pero también
del que deja58.
57
Precisamente, Moreso plantea como alternativa para huir del particularismo que supone una
adjudicación judicial justificada desde los principios constitucionales, el concebir una reformulación ideal
de los principios que tenga en cuenta todas las propiedades potencialmente relevantes y en la
explicitación de las condiciones de aplicación que previamente eran sólo implícitas. Ello sucede en el
ámbito del precedente (técnica del distinguishing): “da cuenta de todos los casos decididos en el pasado,
pero con la introducción de un universo de casos más fino resuelve el actual y establece un criterio para
resolver los futuros” (cit.).
58
Uno de los temas relevantes en el marco de la argumentación judicial es el del cambio de precedentes,
especialmente cuando se trata del mismo tribunal. Al respecto, puede v. SODERO, Eduardo R., Sobre el
cambio de los precedentes, en Ideas y Derecho, Anuario de la Asociación Argentina de Filosofía del
Derecho, Año IV, Nº 4, Buenos Aires, 2004, págs. 219 y sgtes.
15
larga lista de prescripciones precisas relacionadas a una gran variedad de categorías de
daños. Este aprendizaje descentralizado y, con él, la transformación gradual de los
estándares imprecisos en reglas precisas, es contemplado como una de las mayores
ventajas de sistema judicial, en el cual los jueces tienen un amplio espacio para la toma
de decisiones. Muy parecido a un mercado descentralizado, el sistema descentralizado
de jueces puede entonces recolectar y procesar mucha más información que ningún
individuo. Y aunque la ley comience con un conjunto de normas imprecisas y de poca
certidumbre legal, los estándares se transforman gradualmente en reglas mediante las
sentencias y la certeza legal prevalece. Pero este sistema podría no funcionar bien si los
que toman las decisiones tienen poca información o poca experiencia o si no están bien
capacitados para tomar decisiones complejas”59.
También se ha dicho que desde hace mucho, varios ordenamientos latinoamericanos han
introducido directa o indirectamente en sus sistemas judiciales la doctrina del
precedente, “pero tomando de ella aquello que consideran resulta más ventajoso, sin
advertir que están incorporando sólo la parte visible del iceberg, desconociendo las
consecuencias que puede producir asumir una visión estrecha y reducida de la
institución”60.
Ya hemos dicho que al desorden jurídico lo caracterizamos como anarquía, que puede
ser institucional (cuando no se sabe quiénes mandan, porque todos o varios mandan
simultáneamente), teleológica (cuando no se sabe con qué criterio se manda, porque se
emplean simultáneamente criterios diversos, inclusive opuestos), o ambas a la vez. La
anarquía genera arbitrariedad.
También hemos afirmado antes de ahora que “en nuestros días impera la desorientación,
sea a través de la ruptura de viejos criterios, el establecimiento de criterios
contradictorios o la ausencia de ellos”61. Urge que los jueces no sean los productores de
anarquía, especialmente —insistimos enfáticamente— en países con un control difuso
de constitucionalidad donde cada uno quiere realizar la Constitución a su manera.
Somos de la idea que cimentar el sistema de derecho privado en una casuística orientada
según principios constitucionales es algo inevitable de acuerdo con las características y
condicionamientos de la juridicidad actual, pero que al propio tiempo requiere de un
extraordinario esfuerzo de las operadores del derecho para que en cada decisión se
hagan cargo del derecho que reciben y del derecho que dejan, si es que no se quiere caer
59
En: Sistemas jurídicos basados en reglas como sustituto del capital humano ¿Los países pobres
deberían tener un sistema jurídico basado más en el uso de reglas?, en Ius et Veritas, Nº 36, pág. 21.
60
MONROY GÁLVEZ, Juan, Apuntes sobre la doctrina del precedente y su influencia en el civil law, en
“Hechos de la Justicia”, Nº 4, setiembre – diciembre 2004 y Revista Judicial de la Corte Superior de
Justicia de Tacna, 2007, págs. 232 y sgtes.
61
V. Las Escuelas Judiciales en la postmodernidad, en Revista del Centro de Investigaciones de Filosofía
Jurídica y Filosofía Social, Nº 24, pág. 30.
62
MEROI, Andrea A., La emergencia y el derecho procesal (El derecho procesal de la anarquía), J.A.
Número Especial sobre Emergencia y revisión de los contratos, 04/12/2002, págs. 49 y sgtes.
16
en un alto grado de anarquía jurídica productora de arbitrariedad. En países
extremadamente anómicos (tal y como consideramos el nuestro), eso también marca la
dimensión del escollo que acechará la implementación del nuevo Código.
63
ARANGO, Rodolfo, El concepto de derechos sociales fundamentales, Bogotá, Legis, 2005, págs. 208 y
sgtes.
64
Respecto del carácter contramayoritario de los jueces, cabe ver los trabajos de GARGARELLA,
Roberto, La justicia frente al gobierno (sobre el carácter contamayoritario del poder judicial), Buenos
Aires, Ariel, 1996; Del reino de los jueces al reino de los políticos, Jueces para la Democracia, Madrid,
1997, Nº 28, y La dificultad de defender el control judicial de las leyes, Isonomía, México, 1997, Nº 6. V.
también THURY CORNEJO, Valentín, Jueces y división de poderes hoy, Buenos Aires - Madrid, Ciudad
Argentina, 2002, págs. 251 y sgtes.
65
ALEXY, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, 2ª reimpresión, Madrid, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 2001, pág. 491.
66
Pisarello describe esta posición de la siguiente manera: “Una interpretación demasiado extensiva del
control judicial de los derechos, entrañaría el riesgo de restringir en exceso el campo de lo
democráticamente discutible. Además, supondría la adscripción a una suerte de elitismo epistemológico,
en virtud del cual los jueces, sin legitimidad democrática ni responsabilidad directa ante el electorado,
tendrían un acceso privilegiado al contenido semántico ‘objetivo’ de los derechos indisponibles para el
legislador” (PISARELLO, Gerardo, Los derechos sociales en el constitucionalismo democrático, Boletín
17
cuando se trata de decisiones que sobrepasan los derechos individuales de los partícipes
del proceso, ampliar su ejecutividad conlleva un inmenso desplazamiento de facultades
de los órganos democráticos a los jueces67.
En torno a esto, Carlos S. Nino expresó que un juez que está completamente al margen
del debate público y que no se hace responsable en ese debate ante sus conciudadanos,
podría perfectamente torcer las conclusiones a que se haya llegado en el proceso
político democrático, acerca de la política social y económicamente preferible, acerca
de la distribución de los recursos y de los mecanismos institucionales para proceder a
esa distribución, ordenando que el gobierno proceda de tal o cual manera68.
Más allá del grado de adhesión que pueden producir, son elocuentes las expresiones de
Maier a propósito de algunos fallos sobre la reforma judicial nacional del año pasado:
Mexicano de Derecho Comparado, Nueva Serie Año XXXI, México, mayo-agosto, 1998, Nº 92, Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la UNAM).
67
ZANNOTTI, Francesca, Las modificaciones del poder juridicial en Italia: de un Juez “boca de la ley”
a un Juez de los derechos, trad. de Eduardo Oteiza, en J.A. 1996-III-803.
68
NINO, Carlos S., Fundamentos de derecho constitucional, Buenos Aires, Astrea, 1992, págs. 687 y
sgtes. Es también cierto que Nino sostenía que el argumento contramayoritario de la judicialización se
puede contrarrestar si se tiene en cuenta que los jueces deben ejercer un control del procedimiento
democrático de ninguna manera limitado a condiciones formales, pero para promover y ampliar el
proceso democrático. En un Estado “ideal” de derecho, cada uno de los poderes estaduales tiene
asignadas las competencias específicas que se encuentra en condiciones de cumplir en virtud de su
organización, su presupuesto y la índole de su gestión. Pero en varias ocasiones hemos señalado que,
cuando el principio divisorio de poderes se vuelve un espejismo y quien debe adoptar las medidas
necesarias para garantizar el pleno ejercicio de los derechos se muestra ausente, la judicatura debe
“apropiarse” de funciones que originariamente no le corresponden. En países en los cuales el Estado tiene
un alto grado de inexistencia, una de las pocas vías para que determinados enunciados normativos no sean
pura ideología es la apertura a un acceso judicial efectivo.
69
ZANNOTTI, op. cit., pág. 22.
70
NIEMBRO O., Roberto, Una mirada al Constitucionalismo Popular, Isonomía Nº 38, abril 2013, págs.
191 y sgtes. V. también PISARELLO, Gerardo, Un largo Termidor. La ofensiva del constitucionalismo
antidemocrático, Madrid, Trotta, 2011, págs. 129 y sgtes.
18
“Quisiera comprender la razón por la cual los juristas han bastardeado el orden jurídico
argentino, al punto de que hoy no puede ser considerado un sistema sino, tan sólo, una
fábrica de decisiones. Creo que algunos ‘inventos’ han destruido nuestro orden jurídico,
nuestra vida institucional, hasta el punto de que hoy no representa un ‘sistema’. Esos
‘inventos’ son, sintéticamente mencionados, en primer lugar el ‘amparo’ como litigio
universal, en segundo lugar las ‘medidas cautelares’ como decisión final anticipada, en
el tiempo que esa decisión previa sirve para un determinado interés y, en tercer lugar, la
facilidad con la que nuestros juristas hablan de ‘inconstitucionalidad’ y su labilidad para
encarar el tema”. Agrega: “Nuestros jueces parecen utilizar este concepto
‘facilongamente’, con prostitución del orden jurídico, calificativo mucho más vigoroso
aún si pensamos que una ley del Congreso, o de las Legislaturas provinciales dentro de
su competencia, cuando cumple los requisitos formales –es dictada por la mayoría
prevista en ambas Cámaras–, goza de una especie de presunción de constitucionalidad
que, como indiqué, sólo puede ser cancelada por sentencia firme que resuelva un caso.
En muchísimas ocasiones las normas constitucionales sólo marcan límites que permiten
el juego político o la decisión política entre ellos, esto es, una franja incluso amplia que
permite diversas interpretaciones y soluciones políticas”71.
71
MAIER, Julio B. J., ¿Orden o desorden jurídico?, diario Página 12, Viernes 21 de junio de 2013,
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-222750-2013-06-21.html.
72
“¿Cuál es el sentido que se le debería dar (y se le darán) a las obras sobre el código que publicarán en
breve los miembros de la Comisión Redactora? ¿qué rol debería asignar (y asignará) la doctrina y
jurisprudencia argentina a la ‘intención de los codificadores’ a la hora de construir las interpretaciones del
código?” (MAURINO, Gustavo, Deconstruyendo el Código Civil. Tres preguntas para el futuro, en
Hablando bajo, 07/10/2015, http://hablandobajo.blogspot.com.ar/).
73
IBARLUCÍA, Emilio A., El derecho constitucional a la reparación en el proyecto de Código Civil
2012, RCyS 2013-I , 5; v. también TONELLI, Pablo Gabriel – OYHANARTE (h.), Martín, La cuestión
de la responsabilidad del Estado y sus funcionarios en el Proyecto de Código, LL 2013-B, 809.
74
CASSAGNE, Juan Carlos, Responsabilidad del Estado y de los funcionarios y empleados públicos en
el Código Civil y Comercial proyectado, LL 2012-E, 1202.
19
el deseable equilibrio que entendemos debe existir entre jueces, doctrinarios y
legisladores.
Sin perjuicio de ello, y tal como lo hemos sostenido en otros trabajos, las tensiones entre
postulados neoconstitucionalistas optimistas (o bajo la denominación que se prefiera
utilizar) y democracia “mayoritaria” no son solo una cuestión de teoría política o
jurídica75.
Es cierto que ante los desafíos que genera la cultura actual que impone un nuevo
derecho también se genera un nuevo perfil judicial. A causa de ello se ha reconocido
que “aunque estamos lejos de referirnos al ‘gobierno de los jueces’, creemos que el
mundo sorprendente que nos toca vivir se halla, en cierta medida, inevitablemente en
sus manos”, sin dejar de aclarar ese “protagonismo” de los jueces cada vez más
necesario, “sólo es plenamente viable si ellos toman conciencia del significado profundo
de su tarea, reconociendo lo que les corresponde hacer y lo que deben dejar a otros
conductores y en especial al legislador. Los jueces han de cumplir con las necesidades
del nuevo tiempo, aunque creemos que también urge ‘salvar al legislador’”76.
Ya hemos afirmado que desde los parámetros del Estado constitucional, para tomarse
los derechos en serio es asimismo imprescindible tomarse los hechos en serio. Con
elocuencia se ha dicho que “[d]esgarrada la cobertura normativista que impuso la
ideología de la exégesis, los casos muestran ahora con frecuencia, sobre todo cuando no
está en juego el sistema dominante, una politización ‘light’ que los jueces no se
encuentran en condiciones de afrontar y las consecuencias llegan a un descrédito
muchas veces inmerecido de su desempeño o al condicionamiento de sus decisiones”77.
75
CHAUMET, Mario E., La conjetura del legislador sobre la elaboración de las sentencias. A propósito
del proyecto de recodificación del derecho privado y de la reforma judicial, en Revista de Filosofía
Jurídica y Social Nº 34, Rosario, 2013, págs. 51 y sgtes.
76
CIURO CALDANI, El juez en el cambio…, cit.
77
CIURO CALDANI, Miguel Ángel, La crisis de la razón judicial en nuestro tiempo, JA 1998-III, pág.
602 y sgtes.
78
RUIZ PÉREZ, Joaquín S., Juez y sociedad, Bogotá, Temis, 1987, p. 136.
20
Lo mismo sucede con los aspectos axiológicos del caso. Si no se quiere caer en posturas
aprioristas, no hay que resistirse a asumir la dimensión sociológica del problema. Toda
valoración supone la realización de un deber ser ideal aplicado. Si no hay realidad a
valorar, no hay valoración.
No obstante los diversos desarrollos teóricos que muestran el significado de los hechos
en el derecho, todavía hoy se oyen voces que califican como puro pragmatismo,
realismo jurídico decisionista o sociologismo, a cualquier decisión judicial que asume
los elementos fácticos del conflicto.
Aun en este marco, existen numerosos problemas a tener en cuenta y uno realmente
trascendente a la hora de tomar decisiones es el de la constatación de los hechos79.
Perfecto Andrés Ibáñez describe con toda razón que el tratamiento judicial que
habitualmente reciben los hechos refleja una consideración de ellos como entidades
naturales, previas y definitivamente constituidas desde el momento de su producción,
“esos datos fríos de la realidad”. Los datos como “lo ya dado”, que permite al juez un
modo de operar con ellos de manera espontánea, sin mediaciones, “los juicios de hecho
entendidos como simples constataciones del ‘dato en bruto’”82.
Así las cosas, hay todavía una cultura de la motivación insuficientemente asumida, que
parte de la idea según la cual las cuestiones de hecho no son especialmente
problemáticas, que basta aproximarse a ellas con “buenos ojos”, con la mejor intención,
y que son cuestiones incontrovertibles83. En pocas palabras, “los hechos son los hechos
y no necesitan ser argumentados”84.
79
Es posible ampliar en nuestro trabajo: Argumentación y constatación de hechos en la decisión judicial,
en Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Nº 20, Rosario, 2012, págs.
383 y sgtes.
80
ATIENZA, Manuel, Sobre la argumentación en materia de hechos. Comentario crítico a las tesis de
Perfecto Andrés Ibáñez, Jueces para la Democracia, N° 22, Madrid, 2/1994, p. 82. En idéntico sentido,
COMANDUCCI, Paolo, La motivazzione in fatto, en “La conoscenza del fatto nel processo penale”,
Milano, Giuffré, 1992, p. 221: dicha actividad no se trata de un simple divertimento intelectual, cabe
reconocer que en ella suelen realizarse indagaciones de tipo descriptivo.
81
ANDRÉS IBÁÑEZ, Perfecto, Acerca de la motivación de los hechos en la sentencia penal, Doxa 12,
1992, p. 261. Asimismo, Luis PRIETO SANCHÍS, para quien el margen de apreciación del juez es mayor
a mayor proximidad procesal a la quaestio facti (Ideología e interpretación jurídica, Madrid, Tecnos,
1987, págs. 88 y sgtes.)
82
Cfr. ANDRÉS IBÁÑEZ, Acerca…, cit., pág. 263.
83
Cfr. ANDRÉS IBÁÑEZ, Perfecto, Conferencia sobre la motivación de los hechos en la sentencia,
Universidad de Alicante, junio de 2004, desgrabación de los autores.
84
GASCÓN ABELLÁN, Los hechos en el derecho, Madrid-Barcelona, Marcial Pons, 1999, pág. 7.
21
Así, pueden rastrearse rasgos objetivistas (o, al menos, objetivistas ingenuos) en
posiciones que confían ―tout-court― en la inmediación del juez a partir del contacto
con las partes y el material probatorio. En igual sentido, las dificultades en o la falta de
prueba son consideradas como problemas de falta de información.
Por ello, una primera cuestión se suscita cuando se defiende que debe perseguirse una
“verdad jurídica objetiva”85. Se trata, cual destaca Trionfetti, de un verdadero cliché que
plantea variados y numerosos interrogantes86 y choca contra una serie de limitaciones al
conocimiento del juez87. Coherentemente, la conclusión nunca es necesariamente
verdadera sino probablemente verdadera y, a su turno, la probabilidad es graduable
(muy probable, poco probable, casi seguro). Por ello, “la afirmación de que la verdad
procesal es una verdad probable es bastante común entre quienes se han ocupado de este
asunto desde una perspectiva filosófica. Recorre todos los trabajos sobre los hechos en
el Derecho de autores como Perfecto Andrés Ibáñez, Luigi Ferrajoli, Marina Gascón,
Paolo Comanducci, Michele Taruffo, etc.”88.
85
La fórmula fue introducida por la CSJN en el famoso caso “Colalillo” (Fallos 238:550).
86
“… sólo constituye un tropos que reemplaza una oquedad con otra. El resultado es el vacío. En la
aspiración a una verdad omnicomprensiva se cuela con facilidad el quiebre de reglas y principios básicos
del Derecho Procesal y Constitucional y la actividad judicial se transforma en la búsqueda de un
horizonte que, por ser tan ‘noble’, como fugaz e incontrolable, crea inseguridad y atropella garantías. ¿De
qué concepción de verdad hablamos? ¿No resulta contradictorio hablar de verdad jurídica que, además, se
postula sea objetiva? ¿Es una teoría de verdad pragmática la que se postula? ¿Se pretende abordar la
verdad como verdad correspondencia? Y si así es, ¿se trata de una teoría semántica o no semántica? ¿La
frase concuerda con las corrientes fenomenológicas? O, en todo caso, ¿estamos ante una teoría
hermenéutica de la verdad? Y podría seguirse. Por otro lado, la verdad es una pretensión de validez que
involucra dispositivos de poder vinculados al sostenimiento de determinadas matrices ideológicas que
operan a través de prácticas discursivas y desde el imaginario social. Toda esta complejidad, al menos
debería prevenirnos de no repetir el latiguillo de que en el proceso se busca la verdad jurídica objetiva, sin
antes realizar un análisis más profundo” (TRIONFETTI, Víctor Rodolfo, Conclusión de la causa para
definitiva. Análisis de la reforma introducida por la ley 25.488 a los artículos 481, 482 y 484 del
CPCCN, en “Reformas al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, coordinado por Enrique M.
Falcón, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, pág. 193, nota # 7).
87
Íd. íd., págs. 194 y sgtes.
88
Como lo recuerda González Lagier, “la conclusión de una inferencia probatoria no puede ser una
certeza lógica (es decir, siempre será probable, en el sentido de grado de credibilidad), por alguna o
algunas de las siguientes razones: (1) Si la inferencia probatoria se reconstruye como una inferencia
deductiva, dado que no podemos estar absolutamente seguros de que las premisas sean verdaderas,
tampoco podemos asegurar que lo sea la conclusión, en el sentido de correspondiente con la realidad. (2)
Si la inferencia probatoria se reconstruye como una inducción (en sentido amplio), además, el paso de las
premisas a la conclusión no es necesario” (Quaestio Facti. Ensayos sobre prueba, causalidad y acción,
Lima-Bogotá, Palestra-Temis, 2005, págs. 71 y 72 ).
22
descriptivos respecto de los hechos. Las reglas del conocimiento también se aplican
respecto de las premisas fácticas que se invoquen en una sentencia. En virtud de ello, es
que se sostiene que la inclusión de una afirmación de hecho en una sentencia declarativa
debe estar provista de los respaldos necesarios que la justifiquen. La sola invocación de
principios altamente valiosos (sobre la vida, el niño, la salud, el consumo, etcétera) no
otorgan racionalidad ni criterio de verdad a los enunciados de hecho.
En síntesis, uno de los temas que creemos más relevantes a la hora de justificar una
decisión judicial desde una normatividad altamente indeterminada es el de la
constatación de los hechos. Como ya se ha dicho, en los operadores jurídicos se
evidencia no solo un desinterés hacia la cuestión, sino la creencia implícita según la cual
para aproximarse a los hechos no hace falta tener ningún método y, antes bien, es
posible operar con ellos de manera espontánea. En suma y reiteradamente: si acordamos
con los redactores del Anteproyecto sobre la necesidad de alcanzar “guías para la
decisión”89, si aspiramos a tomarnos los derechos en serio (si pretendemos que el
derecho no sea simplemente el juego de los jueces) debemos también tomarnos los
hechos en serio.
Una de las peculiaridades más alarmantes de esta época reside en que, en gran medida,
un acontecimiento sólo “se produce” o “existe” a partir del momento en que es validado
por su aparición en los medios masivos de comunicación. Ello se traslada al sujeto y,
por eso, “aparezco, luego existo”. La necesidad de trascender por el solo hecho de
trascender, invade a todas los despliegues de la cultura y a ello no escapa el derecho ni
la adjudicación judicial. En algunos ámbitos se propone la categoría de “jueces
mediáticos”.
Cabe recordar que la acción realizada por Eróstrato (incendiar el templo de Artemisa de
Éfeso, considerado una de las siete maravillas del mundo con el único fin de lograr fama
a cualquier precio) forjó el complejo de Eróstrato, el trastorno según el cual el individuo
busca sobresalir, distinguirse, ser el centro de atención. De la noción “erostratismo”, lo
que más nos interesa es el por qué —afán de notoriedad— aunque también puede
implicar en lo judicial al “qué”, en cuanto sea entendido como el logro de una acción
resonante.
23
definitiva, éste se convirtiera solo en un “juego de los jueces”. Recuérdese la
advertencia: nunca debemos olvidar que lo que para un gato es un juego para un ratón
es sufrimiento.
En síntesis, creemos que afrontar los escollos que ofrecen las bases normativas del
nuevo Código es una empresa ineludible, sobre todo si se pretende evitar que los
significativos logros de la recodificación se conviertan en un simple juego del arbitrio
judicial.
24
Relación
Jurídica
Privada
Derecho
Privado I
0
Parte general del derecho
privado
1
Ahora bien, el fenómeno jurídico también puede ser aprehendido desde
una esfera subjetiva; así, se nos presenta como un conjunto de facultades o
prerrogativas otorgadas por el derecho objetivo a los individuos –derechos
subjetivos– frente a los que aparecen, también en la esfera subjetiva del
derecho, los deberes jurídicos.
Los derechos subjetivos son los contenidos de las relaciones jurídicas. Para
definirlos, existieron distintas teorías. Siguiendo a Tagle (2002) se pueden
citar las siguientes:
Elementos y clasificación
2
a) El sujeto del derecho es quien resulta investido de la potestad que éste
encierra; no siempre coincide con el portador del interés (por ejemplo,
los representantes de los incapaces de obrar son quienes ejercen los
derechos subjetivos que a aquéllos corresponden).
3
Figura 1
4
de las relaciones contraídas, la que debe apreciarse objetivamente,
aplicando a cada situación el criterio de lo que hubieran hecho dos
personas honorables y razonables.
Es decir, los elementos del acto abusivo son: a) la conducta del titular de un
derecho subjetivo permitida por una expresa disposición legal; b) el
perjuicio a un tercero sin provecho o utilidad alguna para el titular y c) la
conducta en contradicción con los fines de la norma o con las reglas de la
buena fe, la moras o las buenas costumbres.
5
Orden público. Fraude a la ley. Las convenciones particulares no
pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado
el orden público.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que
persiga un resultado sustancialmente análogo al prohibido por una
norma imperativa, se considera otorgado en fraude a la ley. En ese
caso, el acto debe someterse a la norma imperativa que se trata de
eludir.3
Los derechos de incidencia colectiva son los que tienen por objeto bienes
colectivos –art. 43 CN– y son ejercidos por el Defensor del Pueblo de la
6
Nación, las asociaciones que concentran el interés colectivo y el afectado.
Es decir, son los que tutelan un bien que pertenece a toda la comunidad.
5 Art.47 de la CN.
7
Referencias
Lorenzetti, R. L., Highton de Nolasco, E. y Kemelmajer de Carlucc, A. (s.f.).
Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación.
Argentina. Recuperado de: http://www.nuevocodigocivil.com/wp-
content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
8
APUNTES SOBRE LOS LÍMITES AL EJERCICIO DE LOS DERECHOS
SUBJETIVOS EN EL NUEVO CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
Lucía C. COLOMBATO1
1. Introducción
El campo del derecho privado en nuestro país se ve agitado por la sanción de un nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación que sustituye al que, con sucesivas reformas, rige
desde hace más de 150 años.
La Comisión integrada por los Doctores Ricardo Luis Lorenzetti, como Presidente y Elena
Highton de Nolasco y Aida Kemelmajer de Carlucci, cumpliendo con los objetivos y plazos
señalados por el decreto presidencial 191/2011, presentó el "Anteproyecto de Código Civil
y Comercial de la Nación" que, luego de su debate en el Congreso de la Nación fue
convertido en ley en el corriente mes, con algunas modificaciones respecto del texto
originalmente proyectado. Junto al Anteproyecto, la Comisión ha presentado sus
Fundamentos, en los que se detalla tanto el método como los principios que lo inspiraron.
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación Argentina (2014)2 se presenta como una
alternativa a la tradición romana, hispánica y francesa que caracteriza al Código Vélez
Sarfield –con su consiguiente división tajante con el derecho público-, mediante la
constitucionalización del derecho privado, que se erige entre sus premisas axiológicas
(Fundamentos, p. 4). De este modo, se pretende crear coherencia entre el derecho civil y el
bloque de constitucionalidad federal que integran la Constitución Nacional y los
instrumentos internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional.
1
Lucía Carolina COLOMBATO es Abogada por la UNLP (2000), Especialista en Derecho Civil por la UNLP
(2009) y Maestranda en Estudios Sociales y Culturales por la UNLPam. Es Profesora Adjunta de la cátedra de
Derecho Internacional Público y Ayudante en la Cátedra de Derecho Civil I de la carrera de abogacía de la
UNLPam. Co-directora de Proyectos de Investigación, autora de libros, capítulos, artículos y ponencias
vinculados a la protección de los derechos humanos, en especial, al campo de los derechos culturales.
2
En adelante nuevo Código Civil y Comercial. Articulado, Mensaje de Elevación y Fundamentos disponibles
en: http://www.infojus.gov.ar
67
En ese título preliminar, y bajo el presupuesto de que el Código constituye el centro del
ordenamiento jurídico privado (Fundamentos, p. 10), se incluyen las reglas generales de
todo el sistema, pero no reglas destinadas exclusivamente al juez, sino también reglas para
el ejercicio de los derechos, cuyos destinatarios son los ciudadanos, y nociones generales
sobre los bienes individuales y colectivos, que lo orientan valorativamente (Fundamentos,
p.12).
También se introducirá un análisis inicial sobre los derechos colectivos como límites al
ejercicio de los derechos individuales, previsto en el artículo 13 y en el Libro Primero,
Título III, Capítulo 3 referido a los bienes con relación a los derechos de incidencia
colectiva.
68
Ahora bien, cualquiera sea la perspectiva que se adopte frente a su naturaleza, y a la luz de
las transformaciones del Derecho Civil, debe reconocerse que, sea como esfera de
autonomía, sea como interés tutelado, o sea como posición jurídica, existen límites al
disfrute del derecho, que surgen de su propia regulación jurídica.
Uno de esos límites es el principio de buena fe, del que nos ocuparemos en el próximo
apartado.
3. El principio de buena fe
ARTÍCULO 9º.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de buena
fe.
Esta nueva ubicación del principio, lo eleva, en la metodología propuesta, como pivote
fundamental no sólo de la interpretación contractual, sino también como directiva para el
ejercicio de los derechos subjetivos que a la vez confiere una significación a todo el
Código.
A continuación, se regulan una serie de reglas específicas que, como derivaciones del
principio, lo complementan.
69
4. El Abuso del Derecho
Incorporada al Código Civil mediante Ley 17.711, la Teoría del Abuso Del derecho,
modifica la regla del Código Vélez Sarfield, al incorporar la palabra regular al texto
original del artículo 1071, lo que supone reconocer que el ejercicio irregular o anormal del
derecho sí puede constituir como ilícito el acto de quien lo ejerce.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de
hecho anterior y fijar una indemnización.
De una lectura comparativa entre esta fórmula y la del artículo 1071 del Código Civil
vigente se advierte que los dos primeros párrafos se reproducen casi textualmente. Sólo se
observa un cambio en el tiempo verbal de la palabra ‘considerará’ que ahora se consigna en
presente y otro en relación al momento en que deben valorarse los fines del ordenamiento.
En efecto, la redacción del artículo 1071 del Código Civil vigente, hacía referencia como
regla para la determinación de la conducta abusiva, a los fines ‘pretéritos’ es decir, los que
el legislador tuvo en miras a la hora de reconocer el derecho.
El nuevo texto, que emplea la noción ‘fines del ordenamiento’ evita la vinculación al
sentido histórico de la norma, de modo que el intérprete puede valorar si la conducta es
‘actualmente’ irregular o abusiva. La Comisión redactora observa que:
70
Los fines actuales del ordenamiento incluyen no sólo los sociales, sino también los
ambientales, dándose así cabida a la denominada función ambiental de los derechos
subjetivos.
Ello significa la elección del criterio objetivo para la determinación de la conducta abusiva,
y la aplicación de las reglas jurisprudenciales desarrolladas en base a la interpretación del
artículo 1071. De este modo, podrá invocarse la Teoría del Abuso del Derecho cuando: a)
Ese ejercicio sea contrario al fin de la norma (criterio teleológico) desde el punto de vista
del ideal colectivo reinante al momento de la realización de los actor; b) Ese ejercicio sea
incompatible con la regla de la buena fe entre las partes (conducta desleal), con la moral
media o las buenas costumbres; c) Esa desviación pueda producir o produzca un daño grave
y d) Finalmente, se acredite el carácter desleal o abusivo de la conducta, aunque no se
requiera acreditar culpa (Conf. Cifuentes, 2003, Código Civil Comentado y Anotado)
De este modo, se preserva la redacción original, con los siguientes cambios cuya
justificación surge de los Fundamentos del Proyecto (pp. 22-23)
71
no ser calificados como tales. Se crean entonces situaciones jurídicas abusivas, cuya
descripción y efectos han sido desarrollados por la doctrina argentina.
En el último parágrafo de este artículo, analizaremos como la regla del abuso del derecho
resultará modificada por el reconocimiento de los derechos de incidencia colectiva como
límites al ejercicio de los derechos individuales.
Luego, el artículo 1067, incorpora legislativamente la llamada ‘Teoría de los actos propios’,
hasta ahora de creación pretoriana como derivación del principio de buena fe.
3
Subrayados en el original.
La doctrina de los actos propios, es de nutrida aplicación doctrinaria y jurisprudencial en
nuestro país, como derivación del principio de buena fe previsto en el art. 1198 del Código
Civil vigente, es decir, considerado en su faz objetiva.
Dicha doctrina ha sido recreada por el maestro Diez Picazo (2014) en su obra “La Doctrina
de los Actos Propios” donde establece que está vedado a un sujeto pretender asumir una
conducta o intentar hacer valer una pretensión jurídica contradictoria con una postura
anterior en tanto ésta ha originado confianza en otro sujeto que se ve perjudicado por el
ejercicio de ésta nueva pretensión al ver defraudada su fe puesta en el comportamiento
primitivo. Se trata entonces de una limitación al ejercicio de los derechos subjetivos, que
deriva de un deber de comportamiento coherente con una conducta anterior del sujeto.
La doctrina de los actos propios resulta un principio de derecho que impide a un sujeto
colocarse en un proceso judicial en contradicción con su anterior conducta (…). Se trata de
una barrera opuesta a la pretensión judicial, impidiéndose con ello el obrar incoherente que
lesiona la confianza suscitada en la otra parte en la relación e impone a los sujetos un
comportamiento probo en las relaciones jurídicas.
73
Luis Moisset de Espanés (1983), refiere como presupuestos de aplicación a los siguientes:
a) que se haya observado, dentro de una determinada situación jurídica, una conducta
relevante y jurídicamente eficaz; b) que posteriormente la misma persona intente ejercitar
una facultad o un derecho subjetivo , creando una situación litigiosa y formulando en ella
determinada pretensión; c) que entre la conducta anterior y la pretensión posterior exista
incompatibilidad o contradicción que atenten contra la buena fe y d) que exista perfecta
identidad entre los sujetos vinculados por ambas conductas.
A favor del carácter residual del principio, también se han pronunciado Alterini y López
Cabana (1984: 878), lo que implica que sólo rige en ausencia de solución legal expresa.
6. Teoría de la Apariencia
Tiene efecto extintivo del crédito el pago hecho: (….) al acreedor aparente, si quien
realiza el pago actúa de buena fe y de las circunstancias resulta verosímil el derecho
74
invocado; el pago es válido, aunque después sea vencido en juicio sobre el derecho
que invoca.
c) La situación del heredero aparente: Que se regula en los artículos 2314, 2315 y 2316 del
nuevo texto. En especial, el artículo 2315 establece que:
Son válidos los actos de administración del heredero aparente realizados hasta la
notificación de la demanda de petición de herencia, excepto que haya habido mala
fe suya y del tercero con quien contrató. Son también válidos los actos de
disposición a título oneroso en favor de terceros que ignoran la existencia de
herederos de mejor o igual derecho que el heredero aparente, o que los derechos de
éste están judicialmente controvertidos.
d) La situación del subadquirente de buena fé: De manera similar al vigente artículo 1051
del C. Civil, el artículo 392 del Código Unificado protege al subadquirente a título oneroso
y de buena fe de cosa inmueble o mueble registrable frente a la declaración de nulidad del
acto original.
75
la seguridad estática. Sin perjuicio de ello, la existencia de una regla unitaria o un principio
general del derecho que reconozca la apariencia en forma autónoma, es discutida en la
doctrina, que en su mayoría, considera que en el derecho argentino sólo corresponde hablar
de situaciones particulares de excepción. De este modo, la solución adoptada resulta la más
correcta.
En uno de los aspectos quizá más novedosos del Código Civil y Comercial Unificado, en el
artículo 14 se deja debidamente aclarado que el nuevo texto legal reconoce no sólo
derechos individuales sino también derechos de incidencia colectiva, para afirmar a
continuación que:
Esta regla se inscribe en uno de los aspectos valorativos del nuevo texto, planteados por la
Comisión Redactora en los Fundamentos (p. 5), al enunciarlo como el ‘Código de los
derechos individuales y colectivos’.
Como no escapa a cualquier estudioso u operador del derecho, la gran mayoría de los
Códigos Civiles refieren exclusivamente a los derechos individuales.
Sin embargo, es necesario destacar que si bien nuestro texto constitucional, establece
procesos ordinarios o constitucionales para tutelar los derechos colectivos, no se ha
establecido ni su naturaleza ni su contenido (Gil Domínguez, 2005: 125).
Los derechos colectivos son, en definitiva, aquellos que tienden a proteger un interés
colectivo. De este modo, los derechos de incidencia colectiva a que refiere la Constitución
Nacional, serían:
76
Aquellos que tienen por titulares a una pluralidad indeterminada de personas pertenecientes
a un grupo o comunidad social, y que presentan como objeto de tutela una pretensión
general de uso o goce de un bien jurídico insusceptible de fragmentación en cabeza de cada
reclamante. Hay tres facetas que singularizan la esencia de los intereses difusos: a)
pertenecen a un número indefinido de sujetos individuales; b) se refieren a un interés
general consistente en una prerrogativa de uso y goce de bienes comunes; c) esa pretensión
resulta insusceptible de división singular en su disfrute y en su apropiación. Se basan en
situaciones de hecho a menudo extremadamente genéricas y contingentes, accidentales y
mutables (Orfila y Silvestre, 1999)
Como afirma Cançado Trindade (1994: 63), todos los derechos humanos tienen una
dimensión individual y una colectiva, en tanto son ejercidos en el contexto social. Sin
embargo, ciertos derechos, se relacionan más íntimamente con la vida en comunidad4, lo
4
Entre esta peculiar categoría de derechos, podemos mencionarel derecho humano al desarrollo, que ha sido
definido en su doble dimensión personal, en la Declaración de Naciones Unidas sobre Derecho al Desarrollo
(1986). Allí también se destaca que los individuos, además de destinatarios deben ser participantes activos y
sujetos centrales del derecho (art. 2.1); que su satisfacción requiere asumir responsabilidades y deberes para
con la comunidad, entendida como único ámbito donde su realización es posible (art. 2.2) y que el Estado
debe desarrollar políticas que, sobre la base de la participación activa, libre y democrática de los individuos,
contribuyan a mejorar las condiciones de vida de todos y a una distribución equitativa de los beneficios de
este derecho (art.2.3).También esta doble dimensión es atribuida al derecho humano al medioambiente . Este
derecho, que tampoco ha consolidado en una norma vinculante de derecho internacional de aplicación
universal, sí ha tendido un desarrollo a nivel regional y estatal. En el continente americano, el Protocolo de
San Salvador (1986), lo regula en su artículo 11 como derecho individual, al establecer que: “1. Toda persona
tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con servicios públicos básicos. 2. Los Estados
partes promoverán la protección, preservación y mejoramiento del medio ambiente”. Sin embargo, otros
instrumentos, como la Declaración de Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo, emanada de la
Conferencia homónima celebrada en Río de Janeiro en 1992, señalan el carácter individual y colectivo de este
derecho, en particular en los principios 1 y 3.
77
que ha llevado a los juristas a hablar de una nueva categoría de derechos, no comprendida
en los instrumentos generales de derechos humanos, a la que la doctrina mayoritaria ha
llamado ‘nuevos derechos humanos’ o ‘derechos de solidaridad’5 y que prefiero llamar,
junto a Alejandro Médici (2011) derechos sobre bienes públicos relacionales.
Estos lineamientos conceptuales, nos permiten sostener que como consecuencia de las
transformaciones en las sociedades contemporáneas, han surgido nuevas y complejas
necesidades que sólo pueden encontrar solución en el ámbito colectivo. De este modo, se
propone un paradigma que ve más allá de la individualidad y da cuenta de las
interrelaciones y la interdependencia de los sujetos concretos. Sin embargo, conforme lo ha
demostrado la doctrina, los derechos colectivos no son nuevos derechos, sino una relectura
5
“Los derechos de solidaridad interactúan con los derechos individuales y sociales y no los sustituyen. Hoy
cuando se impone una visión integral de los derechos humanos, abarcándose todos los dominios de la
actividad humana, estos nuevos derechos se suman a los preexistentes, igualmente importantes, para ampliar y
fortalecer la protección debida, sobre todo a los más débiles y vulnerables” (Cançado Trindade, 1994: 63).
78
de viejos derechos preexistentes (Gil Domínguez, 2005: 240), de manera tal que, con
características y reglas diferentes, coexisten con los derechos subjetivos en idéntica
jerarquía, con el objeto de materializar la dignidad de las personas humanas.
Esta decisión, es consonante con el principio de función social de la propiedad privada, que
se encuentra previsto en el artículo 21 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
con jerarquía constitucional en el derecho argentino. Al respecto, la Corte Interamericana
de Derecho Humanos ha sostenido en el Caso Salvador Chiriboga vs. Ecuador (2008) que:
El derecho a la propiedad privada debe ser entendido dentro del contexto de una sociedad
democrática donde para la prevalencia del bien común y los derechos colectivos deben
existir medidas proporcionales que garanticen los derechos individuales. La función social
de la propiedad es un elemento fundamental para el funcionamiento de la misma, y es por
ello que el Estado, a fin de garantizar otros derechos fundamentales de vital relevancia para
una sociedad específica, puede limitar o restringir el derecho a la propiedad privada,
respetando siempre los supuestos contenidos en la norma del artículo 21 de la Convención,
y los principios generales del derecho internacional. (CIDH, Serie C Nº229 § 60).
240.- Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio de los
derechos individuales sobre los bienes mencionados en las Secciones 1ª y 2ª debe ser
compatible con los derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas del
derecho administrativo nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar el
funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el
agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios previstos en la ley
especial.
241.- Jurisdicción. Cualquiera sea la jurisdicción en que se ejerzan los derechos, debe respetarse
la normativa sobre presupuestos mínimos que resulte aplicable.
79
Las Secciones 1º y 2º a que hace referencia el artículo, se ocupan respectivamente de los
conceptos fundamentales y clasificación de los bienes y cosas, por un lado, y de los bienes en
relación a las personas por el otro.
Este artículo 240, resulta innovador respecto del Código de Vélez Sarfield y de las otras
propuestas de reformas. Como lo destaca la propia Comisión:
En tanto conforme al título preliminar se reconocen derechos individuales que recaen sobre
bienes que integran el patrimonio y derechos de incidencia colectiva que son indivisibles y
de uso común, para ser coherente con ese principio, el anteproyecto introduce acá reglas
mínimas relativas al ejercicio de los derechos sobre ciertos bienes privados o públicos o
colectivos en relación a los derechos de incidencia colectiva al incorporar limitaciones y
presupuestos mínimos de protección ambiental, de acceso a la información medioambiental
y a la participación en las discusiones sobre decisiones medioambientales. Además se
establece el derecho fundamental de acceso al agua potable (Fundamentos, p. 46).
Comentarios Finales
2. Como criterio rector del ejercicio de los derechos subjetivos, se establece el principio de
buena fe, al que se le otorga una función orientadora de todo el Código.
3. A su vez, se eleva al abuso del derecho a la categoría de principio general, a la vez que se
actualiza la redacción de la norma y se prevé las ‘situaciones abusivas’ y el ‘abuso de la
posición dominante’.
80
5. En cuanto a la Apariencia Jurídica, se continúa la metodología del Código anterior,
regulándose supuestos específicos de aplicación, pero sin elevarla a la categoría de regla
general.
Bibliografía
81
Médici, A. (2011). El malestar en la cultura jurídica. Ensayos críticos sobre políticas del
derecho y derechos humanos. La Plata: Edulp. Editorial de la Universidad
Nacional de La Plata.
Moisset de Espanés, L. (1983). Teoría de los actos propios y renuncia tácita. Revista La
Ley, Tomo 1983-D, 534-526.
Piaggi, A.I. (s/a).Reflexiones sobre dos principios basilares del derecho: la buena fe y los
actos propios. Recuperado desde: http://catedra-
piaggi.com.ar/Pages/biblioteca/Reflexiones_sobre_dos_principios_basilares_del_derecho__
la_buena_fe_y_los_actos_propios[1]..doc
82
Persona y
Sujeto de
Derecho
Derecho
Privado I
0
Sujetos de la relación jurídica
Esta unidad comienza con el análisis del primer elemento de la relación
jurídica, la persona, como sujeto de derecho, como titular de las
prerrogativas o facultades y sus correlativos deberes que conforman el
contenido de la relación jurídica.
Persona humana
Así las cosas, se puede deducir que la palabra persona hace referencia a la
personalidad jurídica –la investidura jurídica de la que goza el sujeto–, a la
aptitud, la disposición potencial para tener derechos, para adquirirlos, para
ser sujeto activo o pasivo de las relaciones jurídicas. Hombre hace
referencia al sustrato o soporte biológico de las personas humanas, que,
para estar protegido, necesita de esa personalidad jurídica.
1
Derechos y actos personalísimos
Los derechos personalísimos son los que recaen sobre ciertos aspectos o
manifestaciones de la personalidad del hombre para proteger su libre
desenvolvimiento: derecho al honor, a la intimidad, a la libertad, a la
integridad física, etc.
Caracteres
Estos derechos son absolutos, extrapatrimoniales, irrenunciables,
relativamente disponibles por las partes y por ende no transmisibles. Otro
carácter es que la vulneración de ellos da derecho a su titular a reclamar la
prevención y reparación de los daños conforme lo estipulado en los arts.
1708 a 1780 inclusive del Código Civil y Comercial.
Son absolutos porque se dan contra todos, erga omnes, ya que todos y
cada uno de los miembros que constituyen la comunidad jurídicamente
organizada están obligados a respetar la persona de los demás.
2
La inviolabilidad de la persona humana
Este derecho implica que todo ser humano debe ser respetado como
persona tanto en su existencia – vida, cuerpo, salud– como en su propia
dignidad – honor, intimidad, imagen–.
3
Derecho a la intimidad personal o familiar: la intimidad es el ámbito de
reserva de la vida, de los sentimientos, creencias de un individuo. Este
ámbito de reserva es el bien jurídico protegido por este derecho, que
garantiza al titular el derecho a vivir en forma independiente, sin
injerencias ni intromisiones que puedan provenir de la autoridad o de
terceros, en tanto su conducta no ofenda al orden público, a la moral, ni
perjudique a terceros (Tagle, 2002).
4
Que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre
acontecimientos de interés general.
En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus
herederos o el designado por el causante en una disposición de última
voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de un mismo grado,
resuelve el juez. Pasados veinte años desde la muerte, la reproducción
no ofensiva es libre.5
5
1) “Que la persona participe en actos públicos”6, es decir, inauguraciones,
desfiles, cortejos fúnebres de hombres célebres, ceremoniales
oficiales, etc.
Derecho a la identidad: este derecho implica que “cada persona sea ella
misma”, que pueda distinguirse sobre la base de sus atributos y sus propias
cualidades personales que hacen a esa determinada persona distinta de las
otras. Este derecho comprende tanto la identidad biológica como la
identidad de género (regulada por ley 26.743 “De identidad de género”).
6
Derecho a la vida: este derecho se encuentra profusamente protegido y se
refleja al impedimento de obrar contra la propia vida y sobre la vida de los
demás. Este derecho actualmente se encuentra en grandes discusiones
bioéticas debido a que existen fallos que lo contraponen con el derecho a
la dignidad, por ejemplo, cuando se permite a la persona que (siendo capaz
o por ser objetor de conciencia) se niegue a recibir tratamiento médico
para preservar su dignidad. Es sumamente importante esta categoría
porque se tiene (al igual que los demás derechos humanos) desde que se
comienza a ser persona para el derecho.
7
La regla es que no están autorizados aquellos actos que causen una
disminución permanente en la integridad del propio cuerpo o sean
contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres.
Sin embargo, el art. 56 del CCCN prevé excepciones a tal principio, las que
tienen lugar cuando se trata de actos enderezados al mejoramiento o
preservación de la salud de la persona titular, como ser una intervención
quirúrgica; o, “excepcionalmente”, para el mejoramiento o preservación de
la salud de otra persona distinta a la del titular, la que tiene lugar cuando
se dispone la ablación de un órgano (que se rige por la ley 24.193,
modificada por ley 26.066) a los fines de ser trasplantado.
8
Atributos de las personas
Definición
La persona, en tanto tal, posee ciertos atributos que son sus cualidades
esenciales. Éstas son inherentes y consideradas a priori de la persona, es
decir que comienzan con su existencia.
Naturaleza
Caracteres
9
Nombre
Noción
Naturaleza jurídica
10
jurídica, en donde confluyen los dos criterios: que el nombre es un derecho
de la personalidad, que es una institución de policía civil.
Régimen legal
El prenombre
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido
de alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por
sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se
puede agregar el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de que
un mismo matrimonio tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo
que se haya decidido para el primero.
Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial,
éste lleva el apellido de ese progenitor.
11
Apellido de los cónyuges. Por otro lado, en relación al apellido de los
cónyuges, el art. 67 dispone:
En cuanto al viudo, éste puede seguir usando el apellido del otro cónyuge
mientras no contraiga nuevas nupcias ni constituya unión convivencial.
Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, se precisa la
intervención del Poder Judicial y esa es la regla, con excepción de los dos
supuestos contemplados en el último párrafo del art. 69.
12
víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supresión
del estado civil o de la identidad”13.
Acciones de protección
13
Art. 69 del CCCN.
14
Art. 70 del CCCN.
15
Art. 70 del CCCN.
16
Art. 71 del CCCN.
13
la acción de reclamación o reconocimiento del nombre: se requiere
que el demandado haya desconocido el derecho de usar el nombre por
parte del sujeto afectado, debiendo el juez ordenar la publicación de
sentencia a costa del demandado.
Seudónimo
17
Art. 72 del CCCN.
14
Domicilio
Noción. Caracteres
Este domicilio general puede ser legal, es decir instituido por la ley o real,
que es la efectiva residencia de la persona en un cierto lugar con ánimo de
permanecer allí. El domicilio general sea legal o real, es necesario, ya que
no puede faltar en ninguna persona y es único ya que una persona no
puede tener más de un domicilio general.
Gráficamente es así:
15
Figura 1
16
El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley
presume, sin admitir prueba en contra, que una persona reside de manera
permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus
obligaciones.
18
Art. 74 del CCCN.
17
constituye a los efectos de un determinado proceso, denominado domicilio
procesal.
Importancia y efectos
Cabe aclarar que este último efecto será siempre en caso de que la
jurisdicción judicial resulte renunciable, es decir, cuando la jurisdicción sea
impuesta en razón del domicilio de las personas, pues la determinada en
razón de la materia no puede alterarse porque es de orden público. (Rivera
y Medina, 2014). La prórroga tampoco podrá operar en los supuestos de
fuero de atracción, que tienen virtualidad en los concursos y quiebras y en
los procesos sucesorios, pues el fuero de atracción es de orden público.
Cambio de domicilio
18
voluntad. Dicho cambio se verifica instantáneamente por el hecho de
trasladar la residencia de un lugar a otro con ánimo de permanecer en ella
(art. 77).
Capacidad
Noción
Clases. Caracteres
19
Art. 22 del CCCN.
19
Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza toda
persona humana para ser titular de derechos y deberes jurídicos. Esta
aptitud se vincula muy directamente con la personalidad humana; por ello,
todas las personas son capaces de derecho y no puede concebirse una
incapacidad de derecho absoluta, es decir, que comprenda todos los
derechos y obligaciones, porque sería contrario al orden natural.
Capacidad de ejercicio
20
Art. 1002 del CCCN.
21
Art. 23 del CCCN
20
Comparación entre capacidad de derecho y capacidad de
ejercicio
Tabla 1:
21
Estado civil
Definición
Caracteres
Efectos
Por ello, se dice que los efectos de este atributo son importantes a la hora
de los reclamos patrimoniales o de deberes correspondientes al estado que
22
se posea, para lo cual la ley establece una serie de normas que lo protegen.
Por ejemplo, a las personas les reconoce dos acciones:
Prueba
23
Referencias
Lorenzetti, R. L., Highton de Nolasco, E. y Kemelmajer de Carlucc, A. (s.f.).
Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación.
Argentina. Recuperado de: http://www.nuevocodigocivil.com/wp-
content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
24
Derechos y actos personalísimos en el
proyecto de Código Civil y Comercial
145
Antecedentes nacionales
146
147
7. El Código Napoleón incorporó en 1994 el Capítulo II del Título I del Libro I (arts. 16 a
16.13) denominado “Del respeto debido al cuerpo humano”.
148
8. Sólo para hacer una comparación: la ley federal se sancionó el 16 de diciembre de 1983;
incorporó al Código Civil unos pocos artículos, y fue puesta en vigencia a partir del 1º de
julio de 1985. O sea más de un año y medio. En nuestro país se pretende poner en vigor
todo un Código Civil y Comercial en un plazo de seis meses a partir de su sanción; menos
tiempo de lo que dura un curso universitario de cualquiera de las partes del Derecho Civil.
149
médicos. Una curiosidad de este Código es que incluye una disposición so-
bre los “derechos del autor e inventor”.
El Código Civil de Quebec de 1994 consagra el Título II del Libro I a
la regulación “De ciertos derechos sobre la personalidad” que se divide en
cuatro capítulos: “De la integridad de la persona” (art. 10 en adelante) don-
de se examinan temas como el consentimiento para los cuidados médicos,
experimentaciones, la internación y el examen psiquiátrico; “Del respeto a
los derechos del niño” (a partir del art. 32); “Del respeto a la reputación y a
la vida privada” (arts. 35 y ss.) y “Del respeto al cuerpo después de la muer-
te” (arts. 42 y ss.).
150
Comentario
9. El Anteproyecto preveía este texto: “La ley protege a la persona de cualquier atentado
a los derechos que son manifestaciones de su personalidad física y espiritual, y ampara
sus libertades”.
10. El primer párrafo del art.10 del Código Civil de Quebec dispone: “Toda persona es
inviolable y tiene derecho a su integridad”.
11. El art. 16 del Código Napoleón, según la versión introducida en 1994, dice: “La ley
asegura la primacía de la persona, prohíbe cualquier ataque a su dignidad y garantiza el
respeto al ser humano desde el comienzo de su vida”.
151
Derechos tutelados
Carácter de la enumeración
Derecho a la intimidad
152
12. Cabe señalar que el artículo 80 del Código de Portugal contiene un inciso 2º que da
una pauta para interpretar la extensión del derecho a la vida privada, disponiendo “A
extensão da reserva é definida conforme a natureza do caso e a condição das pessoas”; el
código boliviano alude a la “condición” de la persona afectada.
13. Es el art. 36 del Código. “En particular pueden ser considerados lesivos de la vida
privada de una persona los siguientes actos: 1° Ingresar a su morada o apoderarse de cual-
quier cosa; 2° Interceptar o utilizar voluntariamente una comunicación privada; 3° Cap-
tar o utilizar su imagen o su voz mientras se encuentra en lugares privados; 4° Vigilar su
vida privada por cualquier medio que sea; 5° Utilizar su nombre, imagen, parecido o voz
para cualquier otro fin que no sea la legítima información al público; 6° Utilizar su corres-
pondencia, manuscritos u otros documentos personales” (traducción al español tomada
de “Código Civil de Quebec” sous la direction de Julio César Rivera avec la collaboration
de Mme. Alejandra Tello - M. Walter Viegas, Wilson & Lafleur Limitée, Montréal, 1998).
153
154
Derecho a la imagen
155
Conclusiones
15. El art. 70, inc. 2º del Código de Portugal dispone: “Independentemente da res-
ponsabilidade civil a que haja lugar, a pessoa ameaçada ou ofendida pode requerer as
providências adequadas às circunstancias do caso, com o fim de evitar a consumação da
ameaçaou atenuar os efeitos da ofensa já cometida”.
16. El art. 1708 que tiene un acápite que dice: “Funciones de la responsabilidad” expone:
“Las disposiciones de este Título son aplicables a la prevención del daño, a su reparación,
y a los supuestos en que sea admisible la sanción pecuniaria disuasiva”.
17. En este punto cabe recordar que conforme a los criterios establecidos por la Corte
Americana de Derechos Humanos, la protección de la prensa contra la censura previa
es absoluta y comprende a la censura administrativa y judicial. De todos modos cabría
reconocer alguna excepción cuando se trate de la protección de personas vulnerables,
como los menores.
156
Así contiene:
157
Prácticas prohibidas
18. En este caso el Proyecto de 1998 sí establecía que la revocación “no causa responsabi-
lidad alguna” (art. 110).
19. Proyecto de 1998, Art. 111: “Prácticas eugenésicas. Quedan prohibidas las prácticas
eugenésicas tendientes a la selección de genes, sexo o caracteres físicos o raciales de se-
res humanos. Ninguna modificación puede ser realizada a los caracteres genéticos con la
finalidad de alterar los caracteres de la descendencia de la persona, salvo que tenga por
objeto exclusivo evitar la transmisión de enfermedades o la predisposición a ellas. Es
prohibida toda práctica que afecte la integridad de la especie humana, o que de cualquier
modo tienda a la selección de las personas o la modificación de la descendencia median-
te la transformación de los caracteres genéticos. Quedan a salvo las investigaciones que
tiendan a la prevención y tratamiento de enfermedades genéticas”.
20. El art. 16.4 del Código francés fue reformado por la ley N°2004-800 del 6 de agosto de
2004. El texto vigente dice: “Nulne peut porter atteinte à l’intégrité de l'espèce humaine.
Toute pratique eugénique tendant à l’organisation de la sélection des personnes est inter-
dite. Est interdite toute intervention ayant pour but de faire naître un enfant génétiquement
identique à une autre personne vivant e ou décédée. Sans préjudice des recherches tendant à
158
la prévention et au traitement des maladies génétiques, auc une transformation ne peut être
apporté eaux caracteres génétiques dans le but de modifier la descendance de la personne”.
21. Cód. Francés, art. 16.5.: “Les conventions ayant pour effet de conférer un evaleur pa-
trimoniale au corps humain, à ses élément sou à ses produits sont nulls”.
22. Cód. Francés, art. 16.7.: “Toute convention portant sur la procréation ou la gestation
pour le compte d’autrui est nulle”.
23. Esos requisitos son:
a) ser precedida de una cuidadosa comparación de los riesgos y las cargas para las
personas que participan en la investigación en relación con los beneficios previsibles
para ellos y para otras personas afectadas por la enfermedad que se investiga;
b) contar con el consentimiento previo, libre, escrito, informado y específico de la
persona que se sujeta a la investigación; el consentimiento es libremente revocable;
c) no implicar para el participante riesgos y molestias desproporcionados en relación
con los beneficios que se espera obtener de la investigación;
d) asegurar al participante la atención médica pertinente, durante y finalizada la in-
vestigación.
e) el ser parte de protocolos de investigación para determinar su eficacia y seguridad;
f) contar con la aprobación previa por parte de un comité de evaluación de ética en la
investigación;
g) contar con la autorización previa del organismo público correspondiente.
159
Tratamientos médicos
a) Su estado de salud.
b) El procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos per-
seguidos.
c) Los beneficios esperados del procedimiento.
d) Los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles.
e) La especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos,
beneficios y perjuicios en relación con el procedimiento propuesto.
f) Las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento
propuesto o de los alternativos especificados.
g) En caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuan-
do se encuentre en estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo co-
loquen en igual situación, el derecho a rechazar procedimientos qui-
rúrgicos, de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o al
retiro de medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o des-
proporcionados en relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan
sufrimiento desmesurado, o tengan por único efecto la prolongación
en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable.
h) El derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de
atención de su enfermedad o padecimiento.
160
La ley 26.529 exige que en ciertos casos el consentimiento sea por es-
crito, requisito que no aparece en el artículo 59, que no contiene una regla
sobre forma de la declaración de voluntad.
El Proyecto de 2012 también contiene normas sobre capacidad de las
personas menores de edad respecto de los actos sobre su propio cuerpo que
deben tomarse en consideración (art. 26 del Proyecto).
24. Ley 26.529, art. 11: “Directivas anticipadas. Toda persona capaz mayor de edad puede
disponer directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determina-
dos tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las
directivas deberán ser aceptadas por el médico a cargo, salvo las que impliquen desarro-
llar prácticas eutanásicas, las que se tendrán como inexistentes”.
161
Conclusiones
162
Derecho
Privado I
0
Comienzo y fin de la existencia
de las personas humanas
En primer lugar cabe distinguir entre persona y vida humana. Tal como
señalamos anteriormente, la noción de persona es una categoría jurídica,
pues se trata de ser portador de derechos, mientras que la vida humana es
un suceso de la naturaleza, es su asiento natural.
1
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la
concepción…”3.
2
De tal modo, un embarazo de trescientos días significa una franja temporal,
en semanas, de casi cuarenta y tres semanas; uno de ciento ochenta,
importa una gestación de más de veinticinco semanas. Sobre esta base y
atendiendo a que, desde el punto de vista médico, la duración del estado
de gravidez alcanza a cuarenta semanas de gestación, se advierte que la
previsión resulta “generosa” tanto en máximo como en mínimo.
En definitiva, sin contar el día del parto, se cuentan trescientos días hacia
atrás y luego ciento ochenta días, también hacia atrás. En el período de
ciento veinte días que hay entre uno y otro término, la ley presume que se
ha producido la concepción.
Figura 1
3
El artículo 19, en su versión original del Proyecto de Código Civil de 2012,
decía:
El primero de ellos tiene que ver con el estado actual de las técnicas de
reproducción humana asistida. De acuerdo con ellas, no existe
posibilidad de desarrollo de un embrión fuera del cuerpo de la mujer.
4
Ahora bien, tal como quedó el texto definitivo del artículo 19, no quedan
dudas de que el Código Civil y Comercial tutela la vida humana desde el
momento mismo de la concepción. El tema es que el término “concepción”
ha dado lugar a distintas teorías que conviven.
Así por un lado, se sostiene que el ser humano comienza con la unión de
los gametos masculino y femenino, es decir, del óvulo y del
espermatozoide que se conoce como fecundación del cigoto. A partir de
allí, se configura una realidad genética distinta de las dos que le dieron
origen, es decir, que se produce una combinación de cromosomas
claramente diferenciable de las de sus progenitores. Así, para esta postura
el término concepción, supone fecundación.
Por otro lado, otra tesitura entiende que el cigoto necesito anidar en el
útero de la mujer para que se produzca el inicio de la vida humana. Los
sostenedores de esta doctrina distinguen el embrión preimplantario del
embrión propiamente dicho, fundando tal distinción en el momento en
que tiene lugar la anidación en la pared del útero y produciéndose ésta en
el día catorce contando a partir de la entrada del gameto masculino en el
femenino. En consecuencia, la anidación resulta de trascendental
importancia jurídica, pues antes de ella no hay vida humana.
5
la Comisión de Parte General abordó el tópico y la mayoría aprobó el
despacho que sostuvo que la existencia de la persona humana comienza
con su concepción, entendida como fecundación, y lo propio ocurrió diez
años después en las XXIV Jornadas en la Universidad de Buenos Aires (año
2013).
Sin embargo, el Estado involucrado no fue Argentina sino Costa Rica y, por
ende, se viene sosteniendo que no se desprende de la Convención
Americana que sus fallos tengan obligatoriedad erga omnes más allá del
expediente en el que fueron dictadas, por lo que no es vinculante para la
República Argentina.
6
Nacimiento con vida
Definición
Medio de prueba
7
internacionales y, a falta de ellas, las disposiciones consulares de la
República.
Presunción
Ausencia de la persona
Definición
El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) las normas
sustantivas y procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al
procedimiento previsto a los fines de obtener tal declaración. El fin último
de esta regulación es la protección del patrimonio del ausente, pues lo que
se pretende es la designación de un curador especial a los bienes para que
estos puedan ser administrados en debida forma mientras dure el estado
de ausencia.
Art. 79. Ausencia simple. Si una persona ha desaparecido de su domicilio, sin tenerse
noticias de ella, y sin haber dejado apoderado, puede designarse un curador a sus
bienes si el cuidado de éstos lo exige. La misma regla se debe aplicar si existe
8
apoderado, pero sus poderes son insuficientes o no desempeña convenientemente el
mandato.8
Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para
peticionar ante el juez competente la declaración de ausencia simple, ni
que la desaparición se vincule con un hecho extremo del cual se presuma la
muerte del ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar, de
manera tal que se adopten aquellas medidas necesarias para proteger el
patrimonio del ausente.
Procedimiento
El Ministerio Público
Toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del
ausente.
8
Art. 79 del CCCN.
9
El artículo 82 regula el procedimiento para la petición de la declaración de
ausencia simple, disponiendo, en primer término, que el presunto ausente
debe ser citado por edictos durante cinco días, y, si vencido el plazo no
comparece, se debe dar intervención al defensor oficial o, en su defecto,
nombrarse un defensor al ausente, debiendo nombrarse un abogado de la
matrícula. Asimismo se prevé que el Ministerio Público es parte necesaria
en el juicio y su intervención resulta imprescindible.
Efectos
Muerte presunta
10
reaparición del declarado muerto presunto y en la necesidad de proteger
sus intereses.
Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de
ella por el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya
dejado apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente.10
10
Art. 85 del CCCN.
11
Art. 86 del CCCN.
11
circunstancias particulares, en las que las posibilidades de supervivencia
resultan ínfimas.
Deberá citarse al ausente por edictos que se publicarán una vez por mes
durante seis meses, publicación que deberá disponerse en el Boletín
Oficial y en otro que resulte de importancia.
Así las cosas, pasados los seis meses –tiempo en que se publican los
edictos–, recibida la prueba que acredite que la búsqueda del ausente dio
resultado negativo y oído el defensor, el juez debe declarar el fallecimiento
presuntivo si están acreditados los extremos legales, fijar el día presuntivo
del fallecimiento y disponer la inscripción de la sentencia en el Registro
Civil.
12
Art. 87 del CCCN.
12
Por su parte, el art. 90 dispone qué día debe fijare como el presuntivo del
fallecimiento.
en el segundo caso extraordinario, el último día en que se tuvo noticia del buque o
aeronave perdidos;
Efectos de la declaración
Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene noticia
cierta de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento,
procediéndose a la devolución de aquéllos a petición del interesado.
13
bienes, es decir que los herederos y legatarios pasan a tener el dominio
pleno.
Muerte comprobada
14
…cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que deberán
persistir ininterrumpidamente seis (6) horas después de su constatación conjunta.
Y el art. 24, requiere que la certificación del fallecimiento sea efectuada por
dos médicos, entre los que figurará por lo menos un neurólogo o
neurocirujano, y que ninguno de ellos integre el equipo que realice
ablaciones o implantes de órganos de fallecido.
El Código unificado prescribe en el art. 289 inc. “b” que revisten el carácter
de instrumento público los extendidos por funcionarios públicos con los
requisitos que establecen las leyes. El art. 296 prevé que hacen plena fe y
enuncia el alcance de su eficacia probatoria.
15
c) las sentencias sobre ausencia con presunción de
fallecimiento;
Hipótesis de la conmoriencia
16
Para el supuesto en que se pretendiera la transmisión de derecho entre los
fallecidos, tendrá que probarse efectivamente que uno murió antes que el
otro, pues, a falta de prueba, se considerarán simultáneas las muertes.
17
Referencias
Chiapero, S. M. (2012). Maternidad Subrogada. Buenos Aires: Astrea.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
18
Revisión •
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do y nombre, lugar de trabajo, dirección de correo electrónico del contac- deberá hacerse por correo electrónico a la dirección de la secretaría de
to), resumen (en castellano y en inglés) y palabras claves. SAMeR: info@samer.org.ar
Reproducción 2015;30:143-160
*Abogada (UBA) Especialista en Derecho de Familia humana asistida” de la Facultad de Derecho de la Uni-
(UBA), Maestría en Derecho de Familia, Infancia y Ado- versidad de Buenos Aires, Integrante del Proyecto de Coo-
lescencia (UBA). Proyecto de Tesis presentado el 19 de peración Interuniversitaria UAM Santander con América
diciembre de 2014, aprobado mediante UBA Resolución Latina “Presente y Futuro de la Reproducción Asistida en
del 6/04/2015. “La instrumentación de la voluntad pro- el Derecho de familia del Siglo XXI en España y América
creacional en la filiación derivada del uso de las Técnicas Latina (especial referencia a Argentina, Chile y México).
de Reproducción Humana Asistida.” Efectos, alcances e Aspectos jurídicos sociales y éticos” bajo la dirección de la
implicancias del consentimiento informado en el derecho Dra Pilar Benavente Moreda de la Universidad Autó-
argentino a la luz del nuevo Código Civil y Comercial de noma de Madrid- España. Integrante del Programa de
la Nación” dirigido por la Dra Marisa Herrera. Ayudan- Investigación en Maestría (PIM) 2014 -2016 “El derecho
te de 2ª en la materia “Derecho de Familia y Sucesiones”, a la defensa técnica de los niños, niñas y adolescentes en
cátedra de la Dra Waigmaster [titular] y la Dra Herre- los procesos judiciales de familia: la figura del “abogado
ra [adjunta], Facultad de Derecho, UBA. Resolución del niño”, dirigido por Marisa Herrera, integrante Pro-
N°681/10, 849/11, 1.726/12, 2.718/14 y 3.389/15. gramación Científica UBACyT 2013-2016 – Grupo en
Docente invitada por la Facultad de Psicología de la Uni- formación Investigadores Jóvenes -”Hacia una ley especial
versidad de El Salvador en la asignatura “Práctica Profe- sobre técnicas de reproducción humana asistida. Bioética,
sional Tutoreada en Intervenciones Jurídicas”. Titular de derechos humanos y familias”. Directora Marisa Herrera.
Cátedra: Lic Gabriela Del Río. Integrante del Proyecto de Resolución (CS) N° 6.932/13. Código del Proyecto N°:
interés institucional bajo la convocatoria 2015 “Lo nuevo 20020120200106, entre otros. Miembro de la Comisión
y novedoso en el Código Civil y Comercial de la Nación: de Bioética CPACF (Colegio Público de Abogados de Ca-
teoría y práctica en materia de técnicas de reproducción pital Federal) período 2009-2011.
Introducción
En los últimos 4 años se han producido en
la República Argentina múltiples y significativos
avances legislativos en materia de técnicas de re-
producción humana asistida TRHA, que han
impactado de lleno en el campo del derecho de
Correspondencia: Mariana Rodríguez Iturburu
familia, en especial, y con mayor repercusión en
Correo electrónico: marianaiturburu@gmail.com el derecho filial, que se reflejan en el Código Civil
Referencias
1. Ley 26.944 Código Civil y Comercial de la Nación. – Aprobación –sancionada el 01/10/2014, promulgada el 07/10/2014 y publicada
en el Boletín Oficial el pasado 08/10/2014 bajo el número: 32.985 Fe de Erratas: (B O 2014/10/10) - AR/LEGI/80Y3.
2. Tal como lo desarrollaremos más adelante, la categorización propia de esta nueva clase filial –tan discutida doctrinariamente (por
ejemplo véase Azpiri, Jorge O, “Los matrimonios homosexuales y la filiación”, en DFyP, año 2, Nº 9, octubre de 2010, La Ley, pp
3) -se justifica si se advierten las características propias y peculiares que la distinguen de la filiación por naturaleza y de la adopción.
Se recomienda compulsar en profundidad Kemelmajer de Carlucci, Aída; Herrera, Marisa y Lamm, Eleonora, “Los criterios de la
determinación de la filiación en crisis”, en obra colectiva Maricruz Gómez De La Torre (directora) y Cristian Lepin (coordinador),
Reproducción Humana Asistida, Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Chile, Santiago, Editorial Legal Publishing.
978-956-346-305-7 Edición 2013 y Kemelmajer De Carlucci, Aída; Herrera, Marisa y Lamm, Eleonora, “Ampliando el campo
del derecho filial en el derecho argentino. Texto y contexto de las técnicas de reproducción humana asistida”, Revista de Derecho
Privado, Año 1, N° 1, Ediciones Infojus, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, marzo de 2012, pp 6; Herrera,
Marisa - Lamm, Eleonora “Una trilogía sobre las bases constitucionales del derecho filial en el Anteproyecto de Reforma el Código
Civil: técnicas de reproducción humana asistida (Bleu)”. Fecha: 12-abr-2012 MJ-DOC-5751-AR | MJD5751; Lamm, Eleonora,
“La filiación derivada de las técnicas de reproducción asistida en el Anteproyecto de Código Civil”, Suplemento especial, El dere-
cho de familia en el Anteproyecto de Código Civil, en JA, 2012-II, pp 68. Krasnow, A N “La filiación y sus fuentes en el Proyecto
de Reforma al Código Civil y Comercial de la Nación.” DFyP 2013 (octubre).
3. Para mayor información relativa a la frecuencia e importancia de esta práctica en Argentina y en Latinoamérica puede consultarse
el Registro Latinoamericano de Reproducción Asistida. (REDLARA) disponible on line en http://www.redlara.com/aa_ingles/
default.asp.
4. Véase Herrera, Marisa, De La Torre, Natalia y Bladillo, Agustina, “Cubrir y descubrir la lógica de la doctrina jurispruden-
cial en materia de técnicas de reproducción asistida” en Suplemento Jurisprudencia Argentina, 1/05/2013, SJA 2013/05/01-
13, JA 2013-II.
5. Tanto nacional como internacional. Véase en extenso Trib Cont Adm y Trib, CABA, 22/03/2012, DCG y GA M c/GCBA, s/
Amparo. AP/JUR/288/2012; Trib Cont Adm y Trib, CABA, 22/03/2012, GB y MD c/GCBA, s/Amparo; Juzgado de 1a Ins-
tancia De Distrito de Familia, San Lorenzo (J Flia) (San Lorenzo). 02/07/2012, “SGEFyGCE” DFyP 2013 (abril), pp 57; Trib
Cont Adm y Trib, CABA, 11 – 01- 2013, LRR Y M HJ C/GCBA S/Amparo. Inédito, NN s/ inscripción de nacimiento. Juzgado
Nacional de Primera Instancia en lo Civil num 86. 18 de junio de 2013. MJ-JU-M-79552-AR | MJJ79552 | MJJ79552.; Primer
Juzgado de Familia - Mendoza, Mendoza A C G y otros. Medida autosatisfactiva 29/07/2015. Rubinzal Online RC J 5055/15;
Juzgado Nacional En Lo Civil Nº 102 “C, F A y otro c/ R S, M L s/Impugnación De Maternidad”.
6. Juz Nac Civil nº 3, “K J V c/ Instituto de Ginecología y fertilidad y otros s/ amparo”, 03/11/2014; S, M C s Medida autosatisfac-
tiva /// Tercera Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributario, Mendoza, Mendoza; 07-08-2014, RC
J 6303/14. Tribunal de Familia N° 3 de Morón: “G A P S/AUTORIZACION”, 21/11/2011, entre otros.
Conflictos que hasta hace no muy poco tiempo reproducción humana asistida viola los derechos
se relacionaban con la cobertura del tratamiento,4 humanos consagrados en la Convención Ameri-
sin embargo, más recientemente se han presenta- cana de Derechos Humanos y otros Instrumentos
do otro tipo de planteos y debates que permiten Internacionales sobre Derechos Humanos.
en el ámbito judicial observar la complejidad del Frente a este contexto, veamos cómo se ha le-
tema y las consecuencias nocivas que se derivaban gislado en este sentido en nuestro país.
de la falta de una regulación integral sobre el tema.
Nuestra jurisprudencia nacional ha resuelto casos Bases constitucionales de la regulación de las
de gestación por sustitución,5 como así también técnicas de reproducción humana asistida
de reproducción post-mortem.6 En primer lugar y para revisar la reciente legis-
Luego de más de 30 años de práctica de este lación sancionada en materia de TRHA, es nece-
tipo de técnicas y ante el silencio legislativo en la sario comprender las bases constitucionales/con-
materia, la fuerza del principio de realidad se fue vencionales que cimentan y fundamentan dicha
abriendo camino poniendo en jaque el derecho fi- regulación de las TRHA en el campo del derecho.
lial tradicional centrado en la visión binaria, filia- Una rápida revisión convencional - constitu-
ción por naturaleza o biológica/filiación adoptiva, cional debido a la incorporación a la Constitución
y nos manifiestó otra manera de alcanzar el vín- Nacional de sendos instrumentos internacionales
culo filial mediante el uso de las TRHA con una de derechos humanos en el año 1994 (conf art 75
entidad, características, autonomía propia que inc 22), nos circunscribe a afirmar que el derecho
ameritaba su incorporación a la legislación civil y de toda persona de acceder a las TRHA se funda
comercial, como una causa fuente independiente en: 1) el Principio de Igualdad ante la ley (art 16
que la hace ser un tercer tipo filial. de la CN); 2) el Principio de no Discriminación,
Asimismo, estas transcendentes y significativas como corolario del derecho a la igualdad (CADH
modificaciones de índole normativo, son también art 24; DUDH art 7; PIDCP art 2.1 y 26);8 3)
una proyección de la interpretación que realiza la el derecho a fundar una familia (CADH art 17;
Corte Intermericana de Derechos Humanos, en DUDH art 16 inc 3 y 22; PIDESyC art 10.1;
particular en el caso Artavia Murillo y otros contra PDCYP art 23.1, entre otros); 4) el derecho a la
Costa Rica, del 28/11/2012,7 en el que sostuvo que salud, que incluye la salud sexual y reproductiva
la prohibición absoluta de acceder a las técnicas de (PIDESC art 12.1; CEDAW y 4ta Conferencia
7. Confr Kemelmajer De Carlucci, Aída; Herrera, Marisa y Lamm, Eleonora en “La decisión de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos del 28/11/2012 y la interrupción del embarazo” del 7/2/2013 - MJ-MJN-69467-AR; Rodríguez Iturburu, Mariana
Inés; Culaciati, Martín Miguel “Actualidad de la Corte Interamericana de Derechos Humanos - Asuntos de Familia - período
2011. Derecho de Familia - Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia” Buenos Aires: Abeledo Perrot SA 2012 vol n°
pp 275 - 302. issn 1851-1201. Sintéticamente, podemos mencionar que el caso se relaciona con los efectos de la sentencia emitida
por la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Costa Rica del 15 de marzo del año 2000, que declaró la inconstitucional del
Decreto Ejecutivo No 24.029-S, en el cual se regulaba la técnica de Fecundación In Vitro, (FIV) en aquel país. Esta sentencia
implicó que se prohibiera la FIV en Costa Rica, y en particular, generó que algunas de las víctimas del presente caso debieran
interrumpir el tratamiento médico que habían iniciado, y que otras se vieran obligadas a viajar a distintos países para poder acceder
a este tipo de tratamientos. El 28 de noviembre de 2012, la Corte IDH declaró a Costa Rica responsable internacionalmente por
haber vulnerado el derecho a la vida privada y familiar, y el derecho a la integridad personal en relación con la autonomía personal,
a la salud sexual, el derecho a gozar de los beneficios del progreso científico y tecnológico, y el principio de no discriminación,
consagrados en los artículos 5.1 (derecho a la integridad personal), 7 (derecho a la libertad personal), 11.2 (protección a la honra
y la dignidad) y 17.2 (protección a la familia) en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana (obligación de respetar
los derechos) en perjuicio de los peticionantes.
8. Si bien en el dispositivo legal se consagra el criterio de igualdad formal lo que significa que todos los hombres están reconocidos como
titulares de derechos y obligaciones, que son iguales bajo las mismas circunstancias y condiciones razonables, frente al poder estatal
Badeni, Gregorio, “Tratado de Derecho Constitucional”, T I, La Ley, Buenos Aires, 2004, pp 353/355
Mundial de la Mujer de la ONU - Pekín 1995 Sobre esta sólida base, este tipo de técnicas, produc-
y Programa de Acción de la Conferencia Inter- to de los avances médicos, científicos y tecnológicos, po-
nacional de Población y Desarrollo de la ONU, sibilitaron que el deseo de ser madre y padre, comadre,
el Cairo 1994); 5) el derecho a la intimidad en copadre, adquiriese una re-significación y se ampliará a
relación al derecho de toda persona a decidir li- la comaternindad y coparternidad sin ninguna clase de
bremente y sin interferencias arbitrarias, sobre discriminación en torno al plan de vida de las personas
sus funciones reproductivas (art 16.1 CEDAW9 y independientemente de su orientación sexual.11
concordantes); 6) el libre desarrollo de la persona- En otras palabras, las TRHA defintivamente po-
lidad, también conocido como derecho a la auto- sibilitaron ser padres no sólo a quienes sufrían algún
determinación o a la autonomía personal;10 7) el problema de esterilidad o infertilidad, sino también a
derecho a disfrutar del progreso científico y a dar parejas del mismo sexo que no tendrían acceso a la
su consentimiento para ser objeto de experimen- copaternidad/comaternidad de no ser por estos avan-
tación, respecto de la ciencia, el de participar y be- ces,12 salvo en los casos de adopción (y en los países
neficiarse del progreso científico (art 27 DUDH); en los que ella está permitida). Así, estos tratamientos
8) el derecho de respetar la indispensable libertad han posibilitado la maternidad de mujeres solas, y/o
para la investigación científica (art 15.3 del PI- de mujeres a edades muy avanzadas y abren las puertas
DESC); y 9) el derecho de no ser sometido sin a una planificación positiva de la reproducción, que
su libre consentimiento a experimentos médicos hará posible -en un futuro próximo no muy mediato-
o científicos (art 7 PIDCYP); por citar los más evitar las enfermedades congénitas a través del Diag-
relevantes que comprometen el uso de las TRHA. nóstico Genético Preimplantacional (DGP),13 etc.14
9. Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer- Aprobada por la Asamblea General de
Naciones Unidas en 1979 y ratificada por Ley 23.179.
10. El principio de autonomía de la persona humana es uno de los ejes principales del sistema de derechos individuales, y por lo
tanto, del sistema democrático de gobierno que tienen como fin esencial al ser humano. Se trata de una prerrogativa relacionada
directamente con el aspecto más íntimo o personal de un individuo. No se puede dejar de destacar el importante rol que cumple
el principio de autonomía personal consagrado en el artículo 19 de nuestra Constitución. Éste implica el derecho que tiene toda
persona adulta, mayor de edad, con consentimiento, que posea discernimiento, intención y libertad, de escoger el que considere
“mejor” plan de vida para sí misma, aunque implique un daño personal. Sólo el daño a terceras personas opera como límite a la
elección del propio plan elegido.
11. Gil Domínguez, Andrés, “La voluntad procreacional como derecho y orden simbólico” 1° edición – Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Edit Ediar, 2014. pp 11.
12. Solo para mencionar un ejemplo, la ciencia posibilitó también que la mujer que lleva a cabo la gestación y el parto sea diferente
de quien aportó los óvulos con los que el embrión se creó. Esta “disociación” de la maternidad tiene lugar no sólo cuando una
mujer, que desea tener un hijo, recurre a la ovodonación, distinguiéndose así entre aquella que aporta el óvulo (donante y “madre”
genética) de aquella que lo gesta y desea (maternidad gestacional, de deseo y legal [Art 242 CC]), sino que también nos conduce a
la compleja figura de la gestación por sustitución.
13. El DGP, científicamente, es una técnica o un proceso que no implica un tratamiento diferente a todos los procedimientos de técnicas de alta
complejidad que conlleva la formación de embriones y la correspondiente criopreservación. Téngase presente que una gran cantidad de países
permiten el DGP: Brasil (Resolución Nº 1.957, del 15/12/2010 del Consejo Federal de Medicina), Francia, España, Portugal, Dinamarca,
Noruega, Suecia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Finlandia, Georgia, Grecia, Países Bajos, República Checa, Federación de Rusia, Serbia,
Eslovenia, Bulgaria, Chipre, Malta, Estonia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Turquía y Ucrania, entre otros.
Además, vale aclarar que si bien el DGP se encuentra en fase experimental, situación que no reviste una connotación negativa, es visto de
manera positiva en varios ordenamientos jurídicos tal como hemos ejemplificado. La importancia y el uso del DGP va en aumento; tal es así
que algunos bioeticistas han comenzado a sostener que determinados padres tienen el deber moral de recurrir al DGP para crear un niño
sano. Argumentan tres razones: el aumento del bienestar del niño, la ampliación de su autodeterminación, y la reducción de las desigualdades.
Véase en extenso, Malek, J Y Daar, J “The Case for a Parental Duty to Use Preimplantation Genetic Diagnosis for Medical Benefit” The
American Journal of Bioethics. Vol 12, Issue 4, 2012, pp 3-11. En nuestro país, no obstante la falta de legislación, el DGP (extensivo) ha
sido autorizado por los tribunales en diferentes oportunidades. Véase los fallos del Juzgado en lo contencioso administrativo nº 1 de La Plata,
2010/19/08, C A N y otro/a c/ IOMA s/amparo, eldial.com - AA62B7; Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata, 2009/29/12, L, H
A y otra vs Instituto de Obra Médico Asistencial y otra, elDial.com - AA4F36; - Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
de San Nicolás (Buenos Aires), 2011/13/09, MGG c/ Ministerio de Salud IOMA s/ amparo, elDial.com - AA715A.
14. Alkorta Idiakez, I. “Regulación jurídica de la medicina reproductiva. Derecho español y comparado”. Thomson Aranzadi.
Navarra. 2003. pp 169.
15. Ley 26.618. Matrimonio Civil. Código Civil Modificación. BO 22/07/10 Sancionada: Julio 15 de 2010 y Promulgada: Julio 21
de 2010.
16. Ley 26.743 De Identidad de Género. Sancionada el 09/05/2013 Publicada en el Boletín Oficial del 24-may-2012. Número:
32.404. pp 2.
17. Para una lectura más acabada y profunda del tema: ver Gil Domínguez, A, Famá, M V y Herrera, M, “Derecho Constitucional de
Familia”, Ed Ediar, Buenos Aires, 2006, capítulos I y II; Lloveras, N y Salomón, M, “La familia desde la Constitución Nacional”,
Editorial Universidad, Buenos Aires, 2009, capítulo I; Jelin, E., “La familia en Argentina: trayectorias históricas y realidades con-
temporáneas”, en “La familia en el nuevo derecho”. Libro homenaje a la Profesora Dra Cecilia P Grosman, directora Kemelmajer
De Carlucci, A, coordinadora Herrera, M, Rubinzal- Culzoni, Tomo I, Santa Fe, 2009, T I, pp 135 y ss.
18. Una de las premisas fundamentales sobre las que se asienta el Libro Segundo del CCyC, para proteger y respetar todas las formas de
vivir en familia, de intimidad e identidad familiar, es la que emana del art. 402 cuando se refiere a la interpretación y aplicación de
las normas. Entiende que ninguna norma puede ser interpretada ni aplicada en el sentido de limitar, restringir, excluir o suprimir
la igualdad de derechos y obligaciones de los integrantes del matrimonio, y los efectos que éste produce, sea constituido por dos
personas de distinto o igual sexo.
19. Acápite 154.
20. Ibídem.
21. Corte IDH. “Fornerón e hija vs Argentina, 27 de abril de 2012: Disponible on line en: www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/
seriec_242_esp.pdf
22. Ibídem acápite 98.
23. Corte IDH. “Atala Riffo y niñas vs Chile” del 24 de febrero de 2012. Disponible on line en: www.corteidh.or.cr/docs/casos/
articulos/seriec_239_esp.pd
24. Fornerón, acápite 99.
25. Compulsar Artavia Murillo y otros vs Costa Rica, acápite 150 cuando dice: “Finalmente, el derecho a la vida privada y la libertad
reproductiva guarda relación con el derecho de acceder a la tecnología médica necesaria para ejercer ese derecho. El derecho al goce
de los beneficios del progreso científico ha sido reconocido internacionalmente y, en el ámbito interamericano, se encuentra con-
templado en el artículo XIII de la Declaración Americana y en el artículo 14.1 b del Protocolo de San Salvador. Cabe mencionar
que la Asamblea General de Naciones Unidas, en su Declaración sobre este derecho, señaló la relación entre éste y la satisfacción
de las necesidades materiales y espirituales de todos los sectores de la población. Por tanto, y conforme al artículo 29 b de la Con-
vención Americana, el alcance de los derechos a la vida privada, autonomía reproductiva y a fundar una familia, derivado de los
artículos 11.2 y 17.2 de la Convención Americana, se extiende al derecho de toda persona a beneficiarse del progreso científico
y de sus aplicaciones. Del derecho de acceso al más alto y efectivo progreso científico para el ejercicio de la autonomía reproduc-
tiva y la posibilidad de formar una familia se deriva el derecho a acceder a los mejores servicios de salud en técnicas de asistencia
reproductiva, y en consecuencia, la prohibición de restricciones desproporcionadas e innecesarias de iure o de facto para ejercer las
decisiones reproductivas que correspondan en cada persona”.
26. Publicado en el Boletín Oficial el 19 de julio del 2013.
derecho civil (el cuestionado y controvertido art haya explicitado su consentimiento informado. El
19 del CCyC), y regula todo lo relativo al derecho consentimiento es revocable hasta antes de producirse
filial de los niños nacidos mediante el empleo de la implantación del embrión en la mujer.”
las TRHA.27 Tal como advertimos, se desprende del texto
Y en último lugar, si bien todavía no es ley de la Ley 26.862 que se acepta el acceso amplio
vigente, contamos con la media sanción, en la a las técnicas, esto quiere decir, que están abiertas
Cámara de Diputados en el Congreso de la Na- a parejas de igual o distinto sexo, sean éstas ca-
ción bajo el expte CD-101/2014,28 de una ley sadas o que se encuentren unidas en convivencia
especial sobre el tema, a la que remite el Código de hecho y también para hombres o mujeres que
Civil y Comercial de la Nación en varias de sus no conforman pareja, tengan o no problemas de
disposiciones.29 Actualmente se encuentra bajo fertilidad, se les reconoce a todas ellas los procedi-
tratamiento legislativo en la Cámara de Senadores mientos de inseminación o fecundación homólo-
y tiene como objeto regular específicamente los ga y/o heteróloga mediante el empleo de técnicas
alcances, efectos y aquellas cuestiones atinentes de baja o alta complejidad.
que se derivan del uso e implementación de las Esta perspectiva amplia, adoptada por ley na-
TRHA. cional, es concordante con el Código de Ética de
Ahora bien, veamos a continuación cuáles son la Sociedad Argentina de Medicina Reproducti-
los aspectos principales de la regulación argentina va (SAMeR), que establece: “éstas se aplicarán en
en materia de técnicas de reproducción humana aquellas personas mayores de edad que deseen tener
asistida. un hijo, que los procedimientos y decisiones médi-
cas deben respetar los intereses y el beneficio de todos
Ley 26.862 y su decreto reglamentario 953/2013 aquellos que estén involucrados en las técnicas”.30
Tal como vemos mencionado, la Ley 26.862 Si bien la cobertura es integral, el decreto se
y su decreto reglamentario 956/2013, regulan el encarga de reglamentar de qué forma una persona
acceso integral a la cobertura médica de las TRHA podrá acceder a los tratamientos. De esta manera,
siguiendo los lineamientos de los principios inter- se regula que se puede acceder a un máximo de 4
nacionales de derechos humanos esbozados al ini- tratamientos por año con técnicas de baja compleji-
cio de este trabajo. dad, y hasta 3 tratamientos de alta complejidad. Sin
Su artículo 7º prescribe el derecho humano de embargo, se exige como principio general que el be-
“acceder a los procedimientos y técnicas de reproduc- neficiario comience con técnicas de baja complejidad
ción médicamente asistida” en “toda persona mayor como requisito previo para poder, ante el fracaso en
de edad que, de plena conformidad con lo previsto en la consecución del embarazo con las técnicas de alta
la Ley 26.529, de derechos del paciente en su rela- complejidad, las que por cierto, deben realizarse con
ción con los profesionales e instituciones de la salud, intervalos mínimos de 3 meses entre cada una.
27. Confr Capítulo V dedicado a la “Filiación” en el que se regula la filiación por naturaleza, por adopción y la derivada de las TRHA
del Libro Segundo sobre “Relaciones de Familia”.
28. El dictamen de mayoría surgió del consenso y/o fusión de dos proyectos: 1) 0581-D- 2014 firmado por los diputados Bianchi,
María del Carmen; Puiggrós, Adriana V; Conti, Diana B; Oporto, Mario; Zamarreño, María Eugenia; Parrilli, Nanci; Nanci,
María Agustina; Solanas, Julio R; Arregui, Andrés R; Ciampini, José A; Mendoza, Mayra S y Domínguez, Julián; y 2) 4.058-D-
2014 firmado por Brawer, Mara; Gagliardi, José; Linares, María Virginia; Scotto, Silvia Carolina; Ferreyra, Araceli; Carrizo, Carla;
Gaillard, Ana Carolina; Junio, Juan Carlos; Guccione, José Daniel y Segarra, Adela.
29. Como por ejemplo, el art. 19 sobre la existencia de la persona humana cuando dispone, tras afirmar que dicha existencia cuando se
trata de TRHA comienza con la implantación el embrión en la mujer, “sin perjuicio de lo que prevea la ley especial para la protección
del embrión no implantado”.
30. En otro acápite del mismo punto también hace hincapié en que todos los participantes tienen derecho a la privacidad y que
los centros y/o los profesionales intervinientes deben respetar la confidencialidad de las historias clínicas dentro del marco
legal vigente.
Para acceder a las técnicas de mayor compleji- b) el procedimiento propuesto, con especificación de
dad deberán cumplirse como mínimo 3 intentos los objetivos perseguidos; c) los beneficios esperados
previos con técnicas de baja complejidad, salvo del procedimiento; d) los riesgos, molestias y efectos
que causas médicas debidamente documentadas adversos previsibles; e) la especificación de los proce-
justifiquen la utilización directa de técnicas de dimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y per-
mayor complejidad. juicios en relación con el procedimiento propuesto; f)
En caso de que se requieran gametos o em- las consecuencias previsibles de la no realización del
briones donados, éstos deberán provenir exclusi- procedimiento propuesto o de los alternativos especi-
vamente de los bancos de gametos o embriones ficados”,32 la ley en su art 7° prevé que tiene derecho
debidamente inscriptos. Si la donación se ha efec- a acceder a los procedimientos y técnicas de reproduc-
tuado en un establecimiento diferente al de reali- ción médicamente asistida siempre que previamente
zación del tratamiento, el titular del derecho de- haya explicitado su consentimiento informado, el
berá presentar una declaración jurada original del que es revocable hasta antes de producirse la implan-
establecimiento receptor del gameto o embrión tación del embrión en la mujer.
en la cual conste el consentimiento debidamente Por su parte, el decreto reglamentario
prestado por el donante.31 956/2013 de la ley nacional de igual forma remite
Asimismo, es finalmente, con esta Ley 26.862 a la aplicación de la ley de derechos del paciente
que la oncofertilidad tiene recepción legal. Así, y también lo hace a la Ley 25.326 de protección
conforme el art 8 de la Ley “También quedan com- de datos personales, para establecer en definitiva
prendidos en la cobertura prevista en este artículo, los que el consentimiento informado y su revocación
servicios de guarda de gametos o tejidos reproducti- deben documentarse en la historia clínica con la
vos, según la mejor tecnología disponible y habilitada firma del titular del derecho expresando su mani-
a tal fin por la autoridad de aplicación, para aque- festación de voluntad.
llas personas, incluso menores de dieciocho (18) años, De la misma manera, establece especialmente
que aun no queriendo llevar adelante la inmediata que en los casos de técnicas de baja complejidad,
consecución de un embarazo, por problemas de salud el consentimiento es revocable en cualquier mo-
o por tratamientos médicos o intervenciones quirúr- mento del tratamiento o hasta antes del inicio de
gicas, puedan ver comprometidas su capacidad de la inseminación. Mientras que en aquellos casos
procrear en el futuro”. que las técnicas sean de alta complejidad, el con-
Siguiendo los lineamientos, de las directrices sentimiento es revocable hasta antes de la implan-
propuestas por la Ley 26.529 de Derechos del tación del embrión en la persona.
Paciente en su Relación con los Profesionales e En referencia expresa al consentimiento, la ley
Instituciones de la Salud, que en su artículo 5° formula la siguiente aclaración, si se utiliza el ma-
define al consentimiento informado entendiéndo- terial genético en fresco, o sea, directamente luego
lo como “la declaración de voluntad suficiente efec- de su extracción sin que se lo crioconserve, sólo
tuada por el paciente o por sus representantes legales basta ese consentimiento otorgado, sin perjuicio
en su caso, emitida luego de recibir, por parte del del consentimiento para la extracción; en cambio,
profesional interviniente, información clara, preci- si se procede a la crioconservación de los gametos
sa y adecuada con respecto a: a) su estado de salud; o embriones, ante un nuevo procedimiento para
31. Esta regulación tiene una finalidad implícita que es la de evitar la donación directa o intrafamiliar. La reglamentación, al imponer
el requisito de que los gametos provengan siempre y exclusivamente de bancos, impide que, de ahora en más, los usuarios de las
TRHA puedan ofrecer su donante.
32. Asimismo, el artículo 6° de la ley antes citada, determina la obligatoriedad de que previamente a cualquier actuación profesional
en el ámbito médico-sanitario, el paciente preste su consentimiento informado. A su vez, la norma dispone como regla general que
el mismo será otorgado verbalmente, y determina ciertas excepciones en las que deberá ser por escrito y debidamente suscrito, a
saber: a) internación, b) intervención quirúrgica, c) procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos, d) procedimientos que
implican riesgos según lo determine la reglamentación, y e) en caso de revocación (conforme artículo 7°).
otra transferencia, el consentimiento debe prestar- Humanos comienza una vez que el embrión se
se una vez más.33 implanta en el útero de la mujer.35
Esta ley, más conocida como ley de cobertura,
se adecua al estándar establecido por la CIDH en El Código Civil y Comercial de la Nación y las
el ya citado caso “Artavia Murillo y otros c Costa técnicas de reproducción humana asistida como
Rica”.34 Con motivo de este caso, la Corte IDH una tercera fuente filial
consideró que es procedente definir, de acuerdo En consonancia con la ya mencionada pers-
con la Convención Americana, cómo debe inter- pectiva constitucional - internacional, conocida
pretarse el término “concepción”, partiendo de también como la “constitucionalización del dere-
establecer la diferenciación entre dos momentos cho privado”, el Código Civil y Comercial Argen-
complementarios y esenciales en el desarrollo tino ha incorporado una tercera fuente filial, a las
embrionario: la fecundación y la implantación. ya conocidas por naturaleza y por adopción.
En este sentido, el Tribunal observa que sólo al Así, el art 558 del citado cuerpo legal, dispone
cumplirse el segundo momento se cierra el ciclo expresamente que: “La filiación puede tener lugar
que permite entender que existe la concepción. por naturaleza, mediante técnicas de reproducción
Teniendo en cuenta la prueba científica presenta- humana asistida o por adopción. La filiación por
da por las partes en el caso, el Tribunal constató adopción plena, por naturaleza o por técnicas de
que, si bien al ser fecundado el óvulo se da paso a reproducción humana asistida matrimonial y ex-
una célula diferente y con la información genéti- tramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme
ca suficiente para el posible desarrollo de un “ser a las disposiciones de este Código. Ninguna persona
humano”, lo cierto es que si dicho embrión no se puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera
implanta en el cuerpo de la mujer, sus posibilida- sea la naturaleza de la filiación”.
des de desarrollo son nulas. Si un embrión nunca Dicho artículo, establece la igualdad de efectos
lograra implantarse en el útero, no podría desarro- de la filiación por adopción plena,36 por naturale-
llarse pues no recibiría los nutrientes necesarios, za o por TRHA,37 matrimonial y extramatrimo-
ni estaría en el ambiente natural adecuado para su nial,38 expidiéndose los certificados de nacimiento
desarrollo, que hasta la fecha, no puede recrearse sin indicación de la fuente filiatoria.39
de manera artificial. Veamos el porqué de esta nueva incorporación.
Así, en el considerando 264 de dicho fallo se A la filiación por naturaleza o también denomina-
establece que el derecho a la vida consagrado en el da “biológica” y la filiación adoptiva, estructura
art 4.1 de la Convención Americana de Derechos general que mantiene del art 240 del Código Civil
33. Herrera, Marisa Lamm, Eleonora; “Cobertura médica de las técnicas de reproducción asistida. Reglamentación que amplía el derecho
humano a formar una familia” ; Publicado en: La Ley 31/07/2013, 31/07/2013, 1 – La Ley 2013-D, 1037 - Cita On line: AR/
DOC/2899/2013
34. CIDH, 28/11/2012, “Artavia Murillo y otros c Costa Rica”.
35. Considerando 264.
36. Medina, Graciela, “La adopción en el proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación”, Revista de Derecho Privado y Comu-
nitario, Proyecto de Código Civil y Comercial - I, 2012-2-470 y ss, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2013. Analizando los principios
generales sobre adopción, mencionado en Lloveras, Nora, “La filiación: las fuentes y las acciones en el Proyecto de Código Civil y
Comercial” RDF 66-153 Sección: Doctrina Abeledo Perrot Nº: AP/DOC/1071/2014.
37. Confr Kemelmajer De Carlucci, Aída - Herrera, Marisa - Lamm, Eleonora, “Ampliando el campo del derecho filial en el derecho
argentino. Texto y contexto de las técnicas de reproducción humana asistida”, ob cit pp 3 y ss.
38. Cfr: Barón, Luisa, “Maternidad subrogada: aspectos emocionales de la pareja, la madre subrogada y el niño nacido”, RDF
2014-III-35.
39. El art 559 del CCC mejora el art 241 del viejo Código Civil de Vélez Sarfield, en cuanto elimina la expresión “únicamente”, que no
ostentaba andamiaje. También supera la expresión “haber sido o no concebido durante el matrimonio”, en tanto la ley determina
la paternidad matrimonial por el nacimiento dentro del matrimonio en el actual art. 243 del Código Civil, con indiferencia en este
punto de la época de la concepción.
de Vélez Sarsfield, se le agrega como una terce- volitivo está presente desde el mismo origen de
ra fuente filial, aquella derivada por el uso de las la persona, es decir, el niño nace y existe como
técnicas por reproducción humana asistida, con consecuencia de esa voluntad, en la filiación por
particularidades, características y reglas propias, adopción el vínculo surge con posterioridad al na-
que ameritan su regulación en forma autónoma.40 cimiento del niño, es decir, el niño ya existe cuan-
Tal como lo hemos adelantado, en materia de do surge la voluntad de adoptarlo.42
filiación, históricamente siempre se distinguió en- Claramente, tal como advertimos, los proble-
tre la filiación biológica y la adoptiva, según a qué mas que surgían en la práctica con el empleo de
elemento de aquélla se le diera preponderancia. estos procedimientos médicos, no se identificaban
En la primera, predominaba el elemento biológi- con los de ninguna de estas situaciones,43 ya que
co-genético, mientras que en la segunda lo hacía el inexorablemente debíamos distinguir cuando se
elemento volitivo, es decir, la voluntad. utiliza material genético externo a la pareja, es de-
La aparición, el avance y el desarrollo de la cir, de un donante, sea o no anónimo en la llama-
ciencia, la medicina y la biotecnología, en parti- da reproducción heteróloga.
cular en el empleo de las TRHA, modificaron ra- Como acertadamente ha puntualizado la juris-
dicalmente este escenario, puesto que a través de ta Eleonora Lamm: “Las TRHA permiten la repro-
ellas se permitió la disociación de tres elementos: ducción sin sexo”, lo biológico ya no comprende
el genético, el biológico y el volitivo.41 necesariamente lo genético y viceversa.
De este modo, en la filiación por naturaleza se Es por ello que cuando hablamos de la deter-
atribuye la paternidad sobre la base del matrimo- minación de la filiación en las TRHA, debemos
nio con la madre o de la prueba genética de que al- en primer lugar diferenciar y disociar si estos tres
guien es padre biológico. La segunda, supone una elementos que componen un vínculo filiatorio se
filiación social constituida por sentencia judicial. encuentran presentes en la misma persona o bien
Si bien, a grandes rasgos, tanto en la adopción sólo uno de ellos.
como en la filiación derivada por el uso de las Piénsese así, por ejemplo en el caso de una pa-
TRHA el vínculo se determina por el elemento vo- reja que ante dificultades para concebir acude a
litivo, conforme lo desarrollaremos a continuación, este tipo de tratamientos, es posible que no esté
se diferencian porque esa voluntad en la filiación presente el elemento biológico, y si esa misma pa-
derivada de las TRHA, debe ser manifestada a tra- reja acude a donación de gametos para uno o para
vés de los consentimientos requeridos legalmente, ambos integrantes, tampoco lo estará el genético.
debe prestarse con carácter previo al nacimiento. Es dable destacar, en este sentido, que el
Se deriva en consecuencia, que mientras en nuevo CCYC ha seguido de cerca los diferentes
la filiación derivada de las TRHA el elemento principios constitucionales y de los tratados inter-
40. Asimismo, se mantiene también el máximo de dos vínculos filiales, con una diferencia sustancial: la adecuación al principio de
igualdad o la consecuente irrelevancia de la orientación sexual de las personas con quienes se crea vínculo filial de conformidad con
lo dispuesto en la Ley 26.618 que introduce al ordenamiento jurídico la posibilidad de que las personas del mismo sexo puedan
contraer matrimonio y que el nuevo Código Civil respeta y por lo tanto, recepta la compleja tarea de adecuar el régimen filial a esta
manda legal y que está en consonancia con el plexo normativo constitucional-internacional.
41. A grandes rasgos, vale recordar, que el elemento genético está dado por la correspondencia de ADN entre las personas, la identidad
de código genético con el otro. El elemento biológico incluye primordialmente el acto sexual, pero también la concepción y la
gestación. Y por último, al elemento volitivo lo constituye el deseo de ser padres, de generar descendencia vinculado estrechamente
al derecho a la salud, la autonomía personal, privacidad, intimidad y con la protección integral de la familia (y para algunos doc-
trinarios también con el derecho a ser padres, que se encuentra muy discutido). Aquí aparece entonces la voluntad procreacional
como concepto jurídico.
42. Lamm, Eleonora, “La importancia de la voluntad procreacional en la nueva categoría de filiación derivada de las técnicas de repro-
ducción asistida”. Revista de Bioética y Derecho, núm 24, enero 2012, p. 76-91.
43. Roca Trías, E, “Filiación asistida y protección de derechos fundamentales”, DS, 1999, (Volumen N° 7), disponible en: http://
www.ajs.es/downloads/vol0701.pdf. Compulsada el 27/08/2010.
nacionales de derechos humanos incorporados a y curar enfermedades; de esto último dan cuenta
nuestro ordenamiento, como por ejemplo: 1) el algunos precedentes jurisprudenciales en los que
principio del interés superior del niño (artículo 3 se obligó a la obra social a cubrir un tratamiento
de la Convención sobre los Derechos del Niño y de fertilización in vitro para que una pareja pueda
artículo 3 de la Ley 26.061); 2) el principio de tener un nuevo hijo que sea compatible con su
igualdad de todos los hijos, matrimoniales como hermano para poder salvarle la vida.44
extramatrimoniales; 3) el derecho a la identidad y, En otras palabras, son tantas las particularida-
en consecuencia, a la inmediata inscripción (arts des y rasgos propios que se derivan de esta práctica
7 y 8 de la Convención sobre los Derechos del médica que ameritaban un capítulo especial den-
Niño y artículo 11 de la Ley 26.061); 4) la mayor tro del vasto campo del derecho filial, cuyo factor
facilidad y celeridad en la determinación legal de determinante, y a modo de adelanto, es la volun-
la filiación; 5) el acceso e importancia de la prueba tad procreacional debidamente exteriorizada en el
genética como modo de alcanzar la verdad biológi- consentimiento pleno, libre e informado.
ca; 6) la regla según la cual corresponde reparar el Este concepto, conocido como “voluntad pro-
daño injusto al derecho a la identidad del hijo; 7) el creacional”, no es nuevo, ya a mediados de los
derecho a gozar de los beneficios del progreso cien- ´60, Díaz de Guijarro la distinguía entre los dis-
tífico y su aplicación; y 8) el derecho a fundar una tintos elementos de la procreación, definiéndola
familia y a no ser discriminado en el acceso a ella. como “el deseo o intención de crear una nueva
Va de suyo, que estos principios constitucio- vida”.45 Postulaba por ese entonces, la teoría de la
nales-internacionales son, los que sostienen, en llamada voluntad procreacional como herramienta
definitiva, con mayor o menor intensidad, el por de inteligibilidad jurídica por medio de la cual se
qué del Código Civil y Comercial, amplían la re- procuraba dar cuenta de la nueva realidad filiato-
gulación del derecho filial incorporando, de ma- ria que introducen las TRHA al establecer, con
nera especial, que acontece con la filiación cuando base en ellas, la separación entre la reproducción
ésta deriva del uso de las TRHA y el modo en humana y la sexualidad.46
que se lo hace, debiéndose respetar el principio Por su parte, Rivero Hernández es quien afir-
de igualdad; el derecho de todo niño a tener vín- ma, en igual sentido, que el elemento más relevan-
culo jurídico de manera inmediata y sin discrimi- te en la determinación de la filiación del niño na-
narlo por la orientación sexual de sus progenito- cido por TRHA “es el de la voluntad o decisión de
res; el derecho a la identidad estática (elemento que ese ser naciera, no solo en cuanto causa eficiente
genético) como dinámica (elemento volitivo); el última e infungible (para ese nacimiento concreto),
derecho a fundar una familia también con inde- sino porque los demás elementos, biológicos, pueden
pendencia de la orientación sexual de la persona ser sustituidos todos […]. Lo que nadie puede suplir
o pareja de quiera formarla; y el derecho a hacerse en cada caso en concreto, para un determinado naci-
de los avances y desarrollo de la ciencia médica, miento, es el acto de voluntad en ese sentido de una
siendo las técnicas de reproducción humana asis- pareja […]. El hijo nace precisamente por su exclu-
tida no sólo una práctica que permite acceder a la siva decisión de que nazca, causa eficiente e insusti-
maternidad/paternidad, sino también a prevenir tuible, y por tanto, la más relevante: sin ella ese hijo
44. Juz Cont Adm, Nº 1 de La Plata, 2010/19/08, C A N y otro/a c/ IOMA s/amparo, eldial.com - AA62B7; Cámara Federal de Ape-
laciones de Mar del Plata, 2009/29/12, L, H A y otra vs Instituto de Obra Médico Asistencial y otra, elDial.com - AA4F36 y CA-
pel, Cont Adm, San Nicolás (Buenos Aires), 2011/13/09, MGG c/ Ministerio de Salud IOMA s/ amparo, elDial.com - AA715A.
45. Díaz De Guijarro, Enrique, “La voluntad y la responsabilidad procreacionales como fundamento de la determinación jurídica de
la filiación”, en JA 1965-III-21.
46. En efecto, la separación del binomio «reproducción/sexualidad», correlativa, en algún sentido de la separación operada en el par
«sexo/género» durante los años ´60, ha dado lugar a una verdadera “revolución reproductiva” cuyo mayor impacto se recoge en el
instituto jurídico de la voluntad procreacional.
no hubiera existido. En estos casos no deberá tenerse Este concepto de filiación fue abriéndose paso,
como padre, ni el que demuestra su matrimonio con lenta y gradualmente, tanto en sede doctrinal
la madre del nacido […] ni el que demuestra que es como a través de la construcción jurisprudencial,
padre biológico […], sino el que voluntariamente ha entendiéndose la “parentalidad voluntaria” o “vo-
querido y asumido esa paternidad”.47 luntad procreacional” como un acto jurídico com-
Del mismo modo, y entre nuestros juristas, se puesto de elementos volitivos, sociales y afectivos,
destaca Lamm, quien subraya con elocuencia que: y no exclusivamente de características genéticas.
“Se está ante nuevas realidades que importan una Siguiendo a Gil Domínguez, podemos soste-
‘desbiologización y/o desgenetización de la filiación’, ner que la voluntad procreacional se manifiesta de
y en cuya virtud el concepto de filiación ganó nuevos diversas formas según se adopten distintas fuentes
contornos comenzándose a hablar de ‘parentalidad de filiación.
voluntaria’ o ‘voluntad procreacional” […]. Las Al respecto entiende que en la fuente de filia-
TRA han provocado una nueva vuelta a la verdad ción biológica, el aporte de gametos masculinos
voluntaria en la que la filiación ya no se determina y femeninos es realizado por las mismas personas
por el elemento genético o biológico, sino por el vo- que posteriormente serán padre y madre (den-
litivo”.48 tro de un marco basado en las presunciones que
Gil Domínguez, avanza un paso más, e incor- admiten prueba en contrario). En este supuesto,
porando el elemento “psi” a su definición, esgrime existe una simetría absoluta entre el hecho bioló-
que “desde una perspectiva psico-constitucional-con- gico y la voluntad procreacional.
vencional, la voluntad procreacional puede ser defi- En el caso de la filiación adoptiva, quienes
nida como el deseo de tener un hijo o hija sostenido revestirán el rol de padre/madre, comadres, co-
por el amor filial que emerge de la constitución sub- padres no realizan ningún aporte de gametos o
jetiva de las personas. […] El elemento central es el material genético. Con lo cual, en estos supuestos
amor filial, el cual se presenta como un acto volitivo, existe una asimetría entre el hecho biológico y la
decisional y autónomo”.49 voluntad procreacional ejercida de forma poste-
En pocas palabras, podemos decir que la lla- rior al hecho biológico.
mada voluntad procreacional, entonces, no es Mientras agrega que en la filiación derivada del
más ni menos que el querer engendrar un hijo, empleo de las TRHA, pueden observarse dos su-
darle afecto y asumir la responsabilidad de su puestos. Uno de ellos, aquel en que una de las per-
educación y crianza, por ello contiene sin dudas sonas que ejercerá el rol de madre, padre, copadre
el elemento volitivo que tiene en miras adquirir o comadre realiza un aporte de gametos, dando
derechos y obligaciones emergentes de la relación lugar a una situación de simetría parcial entre el
paterno-filial que, justamente, en el campo de la hecho biológico y la voluntad procreacional. Por
reproducción humana asistida, es la típica fuente ejemplo, cuando un matrimonio o pareja de igual
de creación del vínculo.50 o distinto sexo, o bien, puede existir el caso en
47. Rivero Hernández, Francisco, en AA VV, Comentario del Código Civil, Paz-Ares, Cándido-Díez Picazo, Luis-Bercovitz Rodríguez
Cano, Rodrigo-Salvador Coderch, Pablo (dirs), Madrid, Ministerio de Justicia, Secretaría General Técnica, Centro de publicacio-
nes, 1991, T I, pp 128.
48. Lamm, Eleonora, “La importancia de la voluntad procreacional en la nueva categoría de filiación derivada de las técnicas de re-
producción asistida”, en Revista de Bioética y Derecho N° 24, enero 2012, Observatori de Bioética i Dret, Barcelona, pp 76-91,
[http://www.ub.edu/fildt/revista/pdf/RByD24_
49. Gil Dominguez, Andrés “La voluntad procreacional como derecho y orden simbólico” ob. cit. pág. 13.
50. Confr. Gil Domínguez, Andrés - famá, María Victoria - Herrera, Marisa, Derecho constitucional de familia, T II, Ediar, Buenos
Aires, 2006, pp 833 y ss; Krasnow, Adriana N, “La verdad biológica y la voluntad procreacional”, LL 2003-F-1150; Kemelmajer
De Carlucci, Aída - Herrera, Marisa - Lamm, Eleonora, “Filiación y homoparentalidad. Luces y sombras de un debate incómodo
y actual”, LL del 20/9/2010 citado en: Holzman, Daiana M, “Filiación y voluntad procreacional: cuando el deseo de ser padres y
el interés superior del niño se imponen” del 2013-12-03. Fallo Comentado: Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Civil Nº 86
~ N N o D G M. B M s/inscripción de nacimiento ~ 2013-06-18, RDF 2013-VI-69, Abeledo Perrot Nº: AP/DOC/2790/2013.
que un hombre o mujer no realizaron el aporte del lisation and Embryology Act” inglesa (sección 35);
material genético masculino o femenino, toda vez el Código Civil de Brasil (art 1597); el decreto
que lo obtienen de donantes y acuden a la gesta- 24029-S de regulación de la reproducción huma-
ción por sustitución, por lo cual y en estos casos, na asistida de Costa Rica (art 8°); el Código Civil
se configura una situación de asimetría absoluta de Portugal (art 1.839); el Código Civil de Vene-
similar a la que existe en la adopción. zuela (art 204); el Código de Familia de Bolivia
De esta forma, observamos, cómo la voluntad (art 187); el Código Civil holandés (art 201-1); el
procreacional modifica la idea de identidad como Código Civil búlgaro (art 32); el Código Civil ale-
sinónimo de vínculo biológico y, en cambio, ins- mán (art 1.600, ap 1.5); el Código Civil suizo (art
pira el contenido del derecho a la identidad en 256); el Código Civil belga (art 318); diferentes
sentido amplio y multifacético, incluso de aspec- estados de los Estados Unidos (Nueva York, Con-
tos que se vinculan con lo que se conoce como nectitud, Georgia, Kansas, Oklahoma, Lousiana);
identidad en sentido dinámico.51 entre muchos otros.
Lo cierto, de una u otra forma, es que, el único Ahora bien, siguiendo estos lineamientos,
elemento que encontraremos siempre presente en la legislación argentina define en el art. 562 del
las TRHA es la voluntad, y de ahí su gran relevan- CCyCN qué se entiende por voluntad procreacio-
cia en la materia que nos ocupa. nal, reafirmando que los nacidos por las TRHA son
En este sentido, es Rivero Hernández quien hijos de quien dio a luz y también de quien prestó
dice que la paternidad–maternidad no son con- su consentimiento, siempre que éste se encuentre
ceptos sólo biológicos, sino que están cargados de debidamente inscripto en el Registro Civil.
componentes culturales (voluntad, afecto, juridi- Tal como lo sostienen Herrera y Lamm, la fi-
cidad, etc) y que “corresponde a aquellas personas a liación derivada de las TRHA en el derecho argen-
quienes el hijo debe la vida por haber nacido por acto tino corresponde a quien desea ser “parent”,54 es
de decisión personal de ellos”.52 decir, a quien quiere llevar adelante un proyecto
En derecho comparado, observamos que va- parental porque así lo ha consentido.
rios países reconocen expresamente la filiación a Así lo regula el art 561 del nuevo CCyCN
favor de quien hubiera expresado su voluntad pro- cuando prevé que “Los hijos nacidos de una mu-
crecional.53 Así, podemos mencionar al respecto, jer por las técnicas de reproducción humana asistida
la Ley española 14/2006 (art 6°); el Código Civil son también hijos del hombre o de la mujer que ha
de Tabasco, México (art 324); la “Human Ferti- prestado su consentimiento previo, informado y libre
51. Gil Dominguez, Andrés, Fama, María Victoria, Herrera, Marisa, “Matrimonio igualitario y derecho constitucional de familia”,
1º ed, Ediar, Buenos Aires 2010, pp 229; Famá, María Victoria, “‘Padres como los demás…”. Filiación y homoparentalidad en la
Ley 26.618 de matrimonio igualitario”, RDF N° 48, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2011, pp 55.
52. Rivero Hernández, Francisco “La investigación de la mera relación biológica en la filiación derivada de fecundación artificial”, su
ponencia en el II Congreso Mundial Vasco, Congreso de Filiación, 1987, citado en Cecilia P Grosman, Nora Lloveras, Marisa He-
rrera, 1ª Ed, “Summa de Familia” Doctrina – Legislación – Jurisprudencia, Tomo II, Buenos Aires 2012, Abeledo Perrot, pp 1773.
53. Desde otra perspectiva, descartan la posibilidad de desplazar la filiación de quien ha consentido las TRA, entre otros, el Código
de Familia de Panamá (art 286); la Ley española 14/2006 (art 8); el Código de México DF (art 326); el Código Civil de Portugal
(art 1.839, inc 3); el Código de Familia de Costa Rica (art 72); el Código Civil de Venezuela (art 204); el Código de Familia de
Bolivia (art 287); el Código Civil holandés de 1972 (art 201-1); el Código Civil búlgaro de 1968 (art 32); el Código Civil alemán
(art 1.600, ap 1.5); el Código Civil suizo (art 256); el Código Civil belga (art 318); el Código Civil francés (art 311-20); el Código
Civil de Québec (art 539); mencionado en Famá, María Victoria, “El derecho a la identidad del hijo concebido mediante técnicas
de reproducción humana asistida en el proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación”.
54. El término parent es neutral, abarca madres y padres. Las autoras utilizan esta noción neutra. Para mejor recaudo ver en extenso:
Herrera, Marisa - Lamm, Eleonora, “Una trilogía sobre las bases constitucionales del derecho filial en el Anteproyecto de Reforma
el Código Civil: técnicas de reproducción humana asistida (Bleu)” ob cit Otros autores, por ejemplo, Nicholas Bala, académico
canadiense, prefieren la expresión social parents, ver: “Who is a ‘Parent’?” Standing in the Place of a Parent’ & Canada’s Child Support
Guidelines”, S.5, Queen’s Univ Legal Studies Research Paper 07-11.
en los términos del artículo anterior, debidamente logas, y disponiendo, en el art 563 que “a petición
inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas nacidas a través de las técnicas de re-
de las Personas, con independencia de quién haya producción humana asistida, puede: a) obtenerse del
aportado los gametos”. centro de salud interviniente información relativa a
Se desprenden de este artículo dos consecuen- datos médicos del donante, cuando es relevante para
cias, la primera, que la identidad de una persona la salud; b) revelarse la identidad del donante, por
ya no está dada por el elemento biológico sino razones debidamente fundadas, evaluadas por la au-
genético; y la segunda, que la voluntad procrea- toridad judicial por el procedimiento más breve que
cional que genera el vínculo entre padres e hijos, prevea la ley local”.
se exterioriza a través del “consentimiento previo, Desde este modo, nuestro CCyC vigente ha
informado y libre” que deben recabar las institu- adoptado un sistema que podemos definir de ano-
ciones públicas y privadas que realicen las TRHA, nimato relativo. Es decir, ha asumido un posicio-
estableciendo la formalidad mínima que deben namiento ecléctico entre dos polos opuestos: el
cumplimentar estos instrumentos: ser hechos por anonimato absoluto y el levantamiento total del
escrito, protocolizados ante escribano público o anonimato. En resumidas cuentas, la línea legis-
certificado por la autoridad sanitaria correspon- lativa adoptada es intermedia y equilibrada, de
diente a cada jurisdicción (el Ministerio de Salud, conformidad con todos los intereses en juego. En
autoridad de aplicación, sería el organismo encar- particular, porque preserva la posibilidad de que
gado de organizar este sistema de “protocoliza- las TRHA heterólogas se realicen y que ellas no
ción” por autoridad sanitaria). se vean conculcadas o dificultadas debido a una
Complementa esta norma, el art 560 de la le- disminución en las donaciones56 con las conse-
gislación civil y comercial que dispone que el con- cuencias nocivas para el desarrollo de esta técnica
sentimiento debe recabarse antes de cada práctica médica y la posibilidad de que varios niños y niñas
o procedimiento de reproducción asistida, en el puedan nacer en virtud de ella, y que en definitiva
centro de salud interviniente. replican en las parejas de igual o distinto sexo que
Indubitablemente, el elemento central, tal acceden a este tipo de técnicas.
como lo venimos mencionando en la determi- De esta forma, con este régimen de “ano-
nación de la filiación de los nacidos mediante el nimato relativo” de nuestra legislación civil y
empleo de estas técnicas, es la exteriorización de comercial, se garantiza: 1) la existencia de do-
la voluntad procreacional plasmada en el consen- nantes y, consecuentemente, la satisfacción del
timiento previo, informado y libre. derecho a formar una familia, a gozar de los be-
Para decirlo de otro modo, la paternidad/ neficios del progreso científico, a la vida fami-
maternidad genética se ha visto suplida por el liar, a la igualdad, a la autonomía personal, a la
consentimiento como fuente concluyente de la libre elección del plan de vida y a la dignidad;
filiación legal.55 y 2) el derecho del niño nacido por TRHA a
Por último, es dable recordar que los arts 563 conocer su origen genético.
y 564 del citado cuerpo legal se ocupan del dere- Ahora bien, y en relación al derecho del niños
cho a la información de las personas nacidas por nacidos mediante el empleo de estas técnicas, a
TRHA, reconociendo la particularidad que osten- conocer su origen genético, la norma en análisis
ta el derecho a la identidad en las TRHA heteró- diferencia claramente dos aspectos: a) informa-
55. Herrera, Marisa y Lamm, Eleonora, “Una trilogía sobre las bases constitucionales del derecho filial en el Anteproyecto de Reforma
el Código Civil: técnicas de reproducción humana asistida (Bleu)”, fecha: 12/4/ 2012, cita: MJ-DOC-5751-AR | MJD5751.
56. Tal como ocurre en Inglaterra, que se registraron en el transcurso del año 2014, sólo hubo 9 donantes de semen. La consecuencia
principal de haber eliminado el anonimato de la legislación es la disminución de la donación. Ver en extenso: Symons Xavier, “No
anonymity means fewer UK sperm donors” del 5 de septiembre de 2015, publicado en BioEdge.org. Disponible on line en: http://
www.bioedge.org/bioethics/no-anonymity-means-less-sperm-in-uk/11559
ción no identificatoria (datos genéticos o de salud de tal acto no resulta ninguna responsabilidad le-
sobre el donante); y b) información identificato- gal para ellos.
ria (nombre, apellido y datos que permiten indivi- Por otra parte, la intimidad del donante queda,
dualizar al donante). en principio, garantizada salvo que se encuentren
Para el acceso a una y otra arista de este dere- fuertemente comprometidos derechos humanos
cho a la información genética del donante como del niño nacido por técnicas que ameriten levan-
proyección del derecho a conocer su origen, de- tar el anonimato del donante.
recho derivado del derecho a la identidad en las Es dable señalar lo que sostiene Roca Trías al
TRHA, el código prevé un procedimiento di- respecto cuando dice que la cuestión del derecho
verso. En el primer caso, en referencia a la infor- a conocer el propio origen genético debe basarse
mación no identificatoria, la persona nacida por en la protección de los derechos de la personalidad
TRHA puede recurrir directamente al centro de y que ello nunca debe provocar una alteración en
salud y solicitar los datos médicos y/o de salud de las relaciones paterno-filiales establecidas con los
su donante (confr art 564 inc a). sistemas que la ley disponga. De aquí se deduce
En cambio, respecto al acceso a la información que lo que se propugna es que no existe un dere-
identificativa del donante, el mismo código en el cho fundamental a que la paternidad/maternidad,
inc b del art 564, dispone que deben existir “ra- constatadas con los sistemas que legalmente se es-
zones debidamente fundadas”, evaluadas por la tablezcan, coincidan con la realidad biológica. El
autoridad judicial competente (aquél que entiende hacer anónima la donación de gametos dificulta
en materia de familia) y por el procedimiento más el conocimiento de quien fue el donante y pue-
breve que prevea la ley local para ponderar, en el de llegar a impedir el ejercicio de una acción de
caso concreto, si se debe levantar el anonimato y reclamación de paternidad/maternidad; pero esta
dar a conocer los datos identificatorios del donante. dificultad es sólo esto y, dado que los datos mé-
De este modo, se asegura a los receptores de dicos deben ser conservados, no puede impedirse
gametos de terceras personas ajenas al proyecto el derecho a conocer el propio origen, aunque sin
parental, que serán ellos quienes han prestado la consecuencias para la filiación.58
voluntad procreacional, los padres legales de la
persona nacida, otorgándoles la tranquilidad so- Ley especial
bre su futuro vínculo legal y disipando cualquier Tal como hemos advertido, el nuevo Código
temor a una eventual acción de impugnación de Civil y Comercial solo regula la determinación
la filiación basada en la ausencia de vínculo ge- filial de los niños nacidos mediante el empleo de
nético.57 También se protege a los donantes con las TRHA, toda vez que no le corresponde a un
quienes no se puede establecer vínculo de filiación código de fondo, profundizar y ahondar sobre
alguno; es decir, en ningún caso podrían ser con- una gran cantidad de cuestiones que encierra la
siderados padres legales ni exigírseles ningún tipo práctica y el uso de este tipo de tratamientos, ta-
de obligación económica ni jurídica, toda vez que les como: los derechos y deberes de los centros de
57. Refuerza lo dicho el art 575 del mencionado cuerpo legal al establecer: “Cuando en el proceso reproductivo se utilicen gametos
de terceros, no se genera vínculo jurídico alguno con éstos, excepto a los fines de los impedimentos matrimoniales en los mismos
términos que la adopción plena”; y el art 577 al disponer que “No es admisible la impugnación de la filiación matrimonial o
extramatrimonial de los hijos nacidos mediante el uso de técnicas de reproducción humana asistida cuando haya mediado consen-
timiento previo, informado y libre a dichas técnicas, de conformidad con este Código y la ley especial, con independencia de quién
haya aportado los gametos. No es admisible el reconocimiento ni el ejercicio de acción de filiación o de reclamo alguno de vínculo
filial respecto de éste”.
58. Roca Trías, E, “La incidencia de la inseminación-fecundación artificial en los derechos fundamentales y su protección jurisdiccio-
nal”, ponencia presentada al II Congreso Mundial Vasco, celebrado en Vitoria (28/9 a 2/10/1987), en Filiación a finales del siglo
XX. Problemática planteada por los avances científicos en materia de reproducción humana, Ed Trivium, Madrid, 1988, pp 43.
salud; las funciones de control de la autoridad de 1) Aporte de gametos para terceros y embriones:
aplicación; el modo y limitaciones de las donacio- regla general sobre técnicas con material genéti-
nes; el destino de los embriones sobrantes, sean o co propio o gametos de terceros (art 2); límite de
no viables, etc. edad para el aporte de gametos (art 3); controles
Todas estas cuestiones deben ser abordadas y previos a los aportantes de gametos (art 4); con-
reguladas en la ley especial, incluso porque la mis- sentimiento del aportante de gametos y definición
ma legislación civil y comercial en varias disposi- de centro de salud (art 5); carácter no lucrativo del
ciones, impone su remisión y obliga al Congreso aporte de gametos (art 6); carácter rescindible del
de la Nación a sancionar una ley especial, como convenio de aporte de gametos y uso de los game-
por ejemplo, al momento de regular de manera tos para fines propios (art 7); límite de aportes de
expresa y autónoma la filiación derivada de estas gametos para un máximo de 6 personas o parejas
técnicas como una tercera causa fuente filial con (art 8); reglas sobre la confidencialidad del aporte
reglas propias y precisas, como en los arts 57559 y de gametos o embriones (art 16).
577;60 o bien en la disposición transitoria segunda 2) Crioconservación y destino de gametos y em-
al disponerse que “La protección del embrión no briones: regulación de la conservación de gametos
implantado será objeto de una ley especial”, y solo y embriones en los centros autorizados (art 9);
por mencionar algunas. posibilidad de conservación de gametos para uso
Es por ello que el 12 de noviembre de 2014 la futuro en caso de enfermedad (art 10); límite en el
Cámara de Diputados de la Nación aprobó con plazo de conservación de gametos aportados para
media sanción un proyecto de ley especial sobre terceros (art 11); límite en la crioconservación de
“técnicas de reproducción médicamente asistida”, gametos o embriones de los beneficiarios y exigen-
que actualmente sigue su trámite legislativo y que cia de contrato previo sobre el destino de los em-
se encuentra, tal como hemos referido anterior- briones (art 12); posibilidad de “donar” gametos
mente, bajo tratamiento legislativo en el Senado o embriones a los centros de salud y de abreviar el
de la Nación (expte CD-101/2014). plazo de crioconservación (art 13).
Analizar en extenso sus disposiciones excede el
marco de este trabajo, sin embargo, haremos refe- 3) Prohibiciones y legalizaciones: prohibiciones
rencia a las normas más relevantes. y distinción entre embriones viables y no viables
Conforme los términos del artículo 1° del pro- (art 14); prohibición de selección fenotípica de
yecto con media sanción, la ley tiene por objeto, en gametos o embriones (art 15); criterio médico
concordancia y de forma complementaria con lo para la determinación del número de ovocitos a
dispuesto en el Código Civil y Comercial, y en la fecundar (art 17); legalización del diagnóstico ge-
Ley 26.862 y su reglamentación, “regular el alcance, nético preimplantatorio (art 18).
los derechos y las relaciones jurídicas derivadas del 4) Disposiciones administrativas: deber de in-
empleo de las técnicas de reproducción humana asis- formación de los centros de salud a la autoridad de
tida” y “la protección del embrión no implantado”. aplicación (art 19); funciones del Registro Único
Dicho proyecto de ley consta de 35 artículos cu- de Establecimientos establecido por el art 4 de la
yas directrices podríamos sintetizarlas en 6 (seis) ejes: Ley 26.862 (art 20); el Ministerio de Salud como
59. En su primer párrafo expresa: “En los supuestos de técnicas de reproducción humana asistida, la determinación de la filiación se
deriva del consentimiento previo, informado y libre, prestado de conformidad con lo dispuesto en este Código y en la ley especial”.
60. Este articulado se refiere a un principio obvio o propio de la filiación por TRHA: la inadmisibilidad de la acción de impugnación
al disponer que “No es admisible la impugnación de la filiación matrimonial o extramatrimonial de los hijos nacidos mediante el
uso de técnicas de reproducción humana asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre a dichas técni-
cas, de conformidad con este Código y la ley especial, con independencia de quién haya aportado los gametos. No es admisible el
reconocimiento ni el ejercicio de acción de filiación o de reclamo alguno de vínculo filial respecto de éste”.
autoridad de aplicación (art 21); deber de confor- tió por unanimidad la necesidad de que “el Estado
mar un Comité Asesor Honorario Ad Hoc (art (Ministerio de Salud) cree y mantenga actualizado
22); promoción de las técnicas en el país (art 23); el Registro Único de donantes, eslabón necesario
elaboración de protocolos específicos (art 24). para efectivizar el derecho de acceso a la información
5) Responsabilidad e infracciones: responsabili- contemplado en el art 564 del CCyCN en una ley
dad de los centros de salud y deber de contratar especial”.61
seguro (art 25); enumeración de infracciones (art Quizás sea ésta una de las aristas más inme-
26); competencia de la autoridad de aplicación diatas y urgentes que posibilite la articulación e
para sancionar (art 27); criterios para la gradua- instrumentación de los consentimientos informa-
ción de las sanciones (art 28); sanciones previstas dos a las TRHA heterólogas, que deben constar en
para las infracciones (art 29); procedimiento para el correspondiente legajo base para la inscripción
los sumarios por infracciones (art 30); destino de del nacimiento, máxime la creación de Registro
lo recaudado por infracciones (art 31). Único de donantes que permitirá efectivizar el
6) Normas finales: previsión presupuestaria derecho de acceso a la información, sobre todo
(art 32); entrada en vigencia y derechos adquiri- teniendo en cuenta que ya contamos con prece-
dos (art 33); carácter de orden público de la ley e dentes jurisprudenciales. Nos referimos al caso
invitación a que las provincias adhieran (art 34); resuelto por la Cámara Nacional de Apelaciones
deber de reglamentación en 90 días (art 35). en lo Contencioso Administrativo Federal, sala
Si bien, dicho proyecto cuenta con media san- V, del 29/04/2014,62 en el que los padres de dos
ción de la Cámara de Diputados, lo cierto es que personas menores de edad concebidas en virtud
ya se encuentra en plena vigencia el Código Civil de técnicas de reproducción asistida heterólogas,
y Comercial, y muchas disposiciones requieren promovieron amparo a fin de que el Estado Na-
la inmediata y urgente sanción de la ley a fin de cional cree un registro con toda la información
regular todos los aspectos concernientes a la im- que poseen los centros de fertilidad y bancos de
plementación del sistema de determinación de la gametas del país legalmente habilitados respecto
filiación de los nacidos por TRHA. de los donantes de aquéllas, para preservar esa in-
Solo por citar algunas materias pendientes, hace- formación a fin de que sus hijas y todas las per-
mos mención del aseguramiento de las condiciones sonas nacidas a través de técnicas de fertilización
de posibilidad del derecho de acceso a la informa- asistida con material heterólogo, puedan ejercer su
ción de los nacidos con material genético de perso- derecho a la identidad al cumplir la mayoría de
nas ajenas al proyecto parental, a fin de garantizar y edad, accediendo a esa información con autoriza-
respetar los derechos reconocidos en el artículos 7°, ción judicial. La Cámara admitió parcialmente el
8º de la Convención sobre los Derechos del Niño recurso y la acción de amparo a fin de garantizar
y en el artículo 11 de la Ley Nº 26.061; respetando la posibilidad de ejercicio efectivo del derecho a la
el principio de igualdad y el derecho de todo niño identidad reconocido en el art 8 de la Convención
a tener vínculo jurídico de manera inmediata; en sobre los Derechos del Niño, e instó al Estado
consonancia con los principios internacionales de Nacional mediante el dictado de actos adminis-
derechos humanos a través del bloque constitucio- trativos de alcance particular o general, a asegu-
nal federal por el receptados. rar que el centro médico y/o el banco de gametas
Cabe traer a colación las conclusiones de las que posibilitaron la realización del tratamiento de
Jornadas Nacionales de Derecho Civil, realizadas fertilización asistida con material heterólogo res-
el pasado 1, 2 y 3 de octubre, en donde se advir- pecto de la persona menor de edad que motivó
61. Ver en extenso las conclusiones arribadas en la Comisión 6 sobre “Identidad y Filiación”, disponibles on line en: http://jndcbahia-
blanca2015.com/wp-content/uploads/2015/10/CONCLUSIONES-06.pdf
62. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, sala V, 29/04/2014, “C, E M y Otros c EN-M. Salud
s/ amparo Ley 16.986”, en Abeledo Perrot Nº: AR/JUR/30908/2014.
63. Para una mejor profundización del tema compulsar: Kemelmajer De Carlucci, Aída y Herrera, Marisa, “Matrimonio, orientación
sexual y familias. Un aporte colaborativo desde la dogmática jurídica”, en LL del 4/6/2010.
64. En referencia particularmente a los fallos de la CIDH, Corte IDH “Fornerón e Hija vs Argentina”, “Atala Riffo y Niñas vs Chile”
y “Artavia Murillo y Otros S/ Costa Rica”.
65. Lloveras, Nora; Salomón, Marcelo “El paradigma constitucional familiar: análisis a una década de su reformulación” JA, 20-4-2005. Este
paradigma postula la unidad y solidaridad familiar, igualdad de los cónyuges, democratización de las relaciones, corresponsabilidad de ambos
progenitores, autonomía de niños y adolescentes, libertad, tutela especial a las personas vulnerables, autonomía en las relaciones familiares, etc.
66. La Senadora Laura Montero ha presentado el pasado 8 de septiembre en la Cámara Alta un proyecto de ley ingresado bajo el nú-
mero 25.74/15, que tiene por objeto regular la gestación por sustitución a los efectos de garantizar el interés superior del niño que
nace de esta técnica, proteger jurídicamente a todas las personas que intervienen en él y básicamente brindar un marco jurídico que
garantice el pleno ejercicio de los derechos y otorgue seguridad jurídica. Para más información, véase en extenso dicho proyecto en:
http://www.lauramontero.com/wp-content/uploads/2015/08/Proyecto-Ley-gestacion-x-sustituci%C3%B3n-Prensa.pdf
1
Artavia Murillo y otros ("Fecundación in vitro") vs. Costa Rica, Sentencia de excepciones preliminares,
fondo, reparaciones y costas, Ser. C N0 257, Nov. 28, 2012 (en adelante "Artavia").
1
articula la deferencia internacional del TEDH respecto de las decisiones internas de los
Estados. El margen comprende "la noción de que cada sociedad tiene derecho a cierta
latitud en la resolución de los conflictos inherentes entre derechos individuales e intereses
nacionales o entre distintas convicciones morales"2.
El margen de apreciación nacional ha sido especialmente utilizado en temáticas donde
existe un profundo disenso al interior de una sociedad3. Ciertas materias que en Chile se
suelen denominar "valorativas" caen especialmente dentro de esta categoría, entre ellas,
la decisión respecto al momento en que comienza la protección jurídica de la vida humana.
Sin embargo, al menos en la experiencia comparada, el margen de apreciación también es
empleado en otros casos, como aquellos que dicen relación con restricciones a la libertad
de expresión4, casos de blasfemia5, derechos de la comunidad LGBTI6, o controversias
respecto de vestimentas o símbolos religiosos en la esfera pública7. Con distintos grados e
intensidades, el margen opera como una doctrina de deferencia o condescendencia en la
que la decisión regulatoria recae en las autoridades nacionales. Esto se explica por razones
de subsidiariedad de la protección de los sistemas regionales de derechos humanos8.
El margen de apreciación es una doctrina propiamente europea, pese a que existe cierta
escasa aplicación en el ámbito interamericano9. El TEDH ha recurrido al margen de
apreciación nacional en materia de la protección de la vida del que está por nacer, como se
revisa más adelante. La Corte IDH, al contrario, desechó tal argumento y procedió a resolver
directamente el caso Artavia en base a consideraciones de proporcionalidad. Esto se
explicará a continuación.
2
Benvenisti (1999), pp. 843-844.
3
Legg (2012), pp. 85 y ss.
4
Sentencia de TEDH, Handyside v. United Kingdom, App. N° 5493/72, Dic. 7, 1976.
5
Sentencia del TEDH, Otto-Preminger-Institut v. Austria, App. N° 13470/87, Sept. 20, 1994.
6
Sentencia del TEDH, Dudgeon v. Reino Unido, App. N° 7525/76, Feb. 24, 1983; sentencia del TEDH, Christine
Goodwin v. Reino Unido, App. N° 28957/95, Jul. 11, 2002, 574 y sentencia del TEDH, I v. Reino Unido, App. N°
25680/94, Jul. 11, 2002. (La sigla hace mención a la comunidad compuesta por lesbianas, gays, bisexuales,
transgéneros e intersexuales).
7
Sentencia del TEDH, Sahin v. Turquía, App. N° 44774/98, Nov. 10, 2005 (en relación a prohibiciones de uso
velo islámico en una universidad pública) y sentencia del TEDH, Lautsi v. Itaiia, App. N° 30814/06, Mar. 18,
2011 (en relación a los crucifijos instalados en escuelas públicas).
8
Carozza (2003), pp. 39 y ss.
9
Sobre la teoría del margen de apreciación, véase Legg (2012). En el ámbito interamericano, véase Acosta,
Paola Andrea & NúNEZ PobleTE (2012). Para una comparación entre Europa y América sobre el margen de
apreciación, véase Contreras (2012).
10
Artavia Murillo y otros ("Fecundación in vitro") vs. Costa Rica, cit.
2
los artículos 11.2 y 17.2 de la Convención11, al constituir una injerencia arbitraria a los
derechos a la vida privada y familiar, por un lado, y el derecho a formar una familia, por el
otro, en relación con el principio de igualdad (artículo 24)12. Por su parte, el Estado
costarricense argumentó que la decisión buscaba proteger el derecho a la vida tal como se
consagra en el artículo 4.1 de la Convención13, el cual, de acuerdo con sus argumentaciones,
se le reconocería al embrión preimplantacional. Para sostener aquella pretensión, el Estado
demandado se fundó en un enunciado normativo de la Convención atingente a la
controversia sobre la FIV, a saber, que el derecho a la vida "estará protegido por la ley y, en
general, a partir del momento de la concepción".
A este respecto, la tesis del margen de apreciación fue explícitamente invocada en el
caso "Artavia" por el Estado de Costa Rica. Como se lee en la sentencia, el Estado
argumentó que "i) no 'existe consenso en relación con el estatuto jurídico del embrión'; ii)
'no existe consenso sobre el inicio de la vida humana, [por tanto] debe también otorgarse
margen de apreciación sobre la regulación de la técnica' de la FIV, y iii) no es válido el
argumento de que 'como existen otros Estados que, por omisión legislativa, permiten la
práctica de la [FIV], Costa Rica ha perdido su margen de apreciación"14.
El argumento era plausible respecto de la decisión estatal sobre cómo proteger el derecho
a la vida en Costa Rica pero contrastaba con la utilización de la misma doctrina en los casos
europeos, donde el margen de apreciación era invocado para autorizar -no prohibir- las
prácticas de FIV. Sin embargo, tanto el voto de mayoría como el de minoría se demarcaron
de un análisis de margen de apreciación. Para la mayoría, tras determinar el alcance del
artículo 4 de la Convención15, se debió examinar la proporcionalidad de la prohibición total
para utilizar técnicas de FIV16. En su razonamiento, el juicio de proporcionalidad se
encuentra completamente desvinculado de consideraciones del margen de apreciación. En
efecto, sólo luego de concluir que los derechos a la libertad personal, vida privada y
autonomía reproductiva habían sido afectados en forma severa17 -cuestión que constituye
una violación a la Convención-, la mayoría de la Corte estimó que no es "[...] pertinente
pronunciarse sobre los alegatos del Estado respecto a que contaría con un margen de
apreciación para establecer prohibiciones como la efectuada (por los tribunales de Costa
11
Id., 53. "Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad. [...] 2. Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de
ataques ilegales a su honra o reputación".
"Artículo 17. Protección a la Familia [...] 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer
matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes
internas, en la medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación establecido en esta
Convención".
12
"Artículo 24. Igualdad ante la Ley. Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen
derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley".
13
”Artículo 4. Derecho a la Vida. 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de
la vida arbitrariamente".
14
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 5170.
15
Id., 55171 y ss.
16
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 55272 y ss.
17
Id., 55274, pp. 314-5.
3
Rica) [...]"18.
El voto de minoría del juez Eduardo Vio Grossi también omite la aplicación de la doctrina
del margen de apreciación. El razonamiento de este juez discurre, por una parte, sobre una
interpretación alternativa del alcance normativo del artículo 4 de la Convención y, por la
otra, en una crítica a la tesis de la mayoría y la metodología que emplearon. Para Vio Grossi,
"[...] la vida de una persona existe desde el momento en que ella es concebida o, lo que es
lo mismo, que se es 'persona' o 'ser humano' desde el 'momento de la concepción', lo que
ocurre con la fecundación del óvulo por el espermatozoide. A partir de esto último se tiene,
entonces, según aquélla, el 'derecho... a que se respete (la) vida' de 'toda persona' y,
consecuentemente, existe la obligación de que se proteja ese derecho [...]"19. Pese a señalar
que la Corte IDH tiene limitaciones jurisdiccionales en materias donde no hay consensos
médicos y morales20 -cuestión que parece conectarse con la idea de la autorrestricción
judicial-, su razonamiento no incluye ninguna consideración sobre el margen de apreciación
respecto a la controversia planteada.
A pesar de lo anterior, debe reconocerse que existen algunos elementos que son parte de
los criterios del margen de apreciación -aun cuando la Corte no los relacione con tal
doctrina. Por ejemplo, el voto de mayoría utilizó como estrategia argumentativa referirse a
la práctica de la generalidad de los Estados Parte de la Convención, con el objeto de ilustrar
la interpretación del artículo 4, negando que la protección del embrión constituya una
barrera a las técnicas de FIV21. Con ello se buscó configurar un consenso regional a favor de
estas prácticas. Aquello no es fútil, puesto que el elemento del consenso de los Estados
Parte es uno de los componentes básicos del margen de apreciación. Dicho en términos
muy sencillos: mientras mayor consenso regional en contra de una medida estatal
restrictiva de derechos exista, mayor es la intensidad del escrutinio judicial que le
corresponde a las Cortes regionales22. El voto de minoría critica la real configuración de
dicho consenso y afirma que no sería la mayoría de los Estados Parte de la Convención los
que autorizan las técnicas de FIV.
18
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 5316 (énfasis nuestro).
19
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., p. 12 del voto disidente del juez Eduardo Vio Grossi, cursivas en
el original.
20
Id., p. 28.
21
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 5256.
22
Legg (2012), pp. 120 y ss.
23
Sobre los estándares europeos en materia de aborto e información de salud reproductiva, véase Watson
(2013), pp. 173-176.
4
fijado para definir el margen de apreciación de los Estados Parte en tales asuntos.
Uno de los casos más relevantes al respecto es Vo vs. Francia24, donde el TEDH reconoció el
derecho a la vida de la madre y, a partir de ello, mediante la ligazón íntima de ésta con el
producto de la concepción, se reconoció cierta protección al no-nacido; antes bien, siempre
a partir del derecho de la madre y no porque el feto sea persona o haya sido beneficiario
de la protección que otorga el artículo 2 del CEDH25. En relación con el margen de
apreciación de los Estados, sostuvo el TEDH que la determinación del comienzo de la vida
humana -y su protección por el ordenamiento jurídico- cae bajo la discreción de los Estados
Parte del CEDH26. Posteriormente, en Evans vs. Reino Unido27, el TEDH tuvo que resolver un
caso referido a la oposición de una mujer a que una clínica de fertilización asistida
destruyera -amparada en una legislación inglesa que regulaba la FIV- seis embriones
congelados como consecuencia de un tratamiento fallido. En relación con la doctrina en
comento, el TEDH decidió que constituye parte del margen de apreciación de los Estados
Parte la decisión de establecer o no legislaciones sobre las técnicas de FIV y de fijar las reglas
que articulan los intereses en colisión28. De otra parte, en el caso A, B y C vs. Irlanda29, tres
mujeres demandaron a Irlanda ante el TEDH porque este país prohíbe a través de la vía
punitiva interrumpir un embarazo por razones sanitarias. Ante esta situación, las mujeres
debieron viajar hasta el Reino Unido para realizarse un procedimiento de emergencia. En
tales circunstancias, el TEDH declaró que no existe un derecho a interrumpir un embarazo
bajo el artículo 8 del CEDH, que establece el derecho al respeto a la vida privada y familiar.
Esto es relevante puesto que, así como en Vo. vs. Francia el TEDH no reconoció de modo
manifiesto la titularidad del no-nacido para ejercer el derecho a la vida, en A, B, C vs.
Irlanda, el TEDH rechazó la afirmación explícita respecto a que las mujeres tendrían un
derecho a interrumpir su embarazo a partir de una interpretación del derecho al respeto a
la vida privada y familiar previsto en el artículo 8 del CEDH. Asimismo, el TEDH reafirmó que
la tesis respecto a que la determinación del momento en que la vida debe ser protegida por
el derecho es una cuestión que cae bajo el margen de apreciación de los Estados Parte del
tratado en comento30.
En dicho contexto, dos casos recientes son relevantes en relación al análisis
de Artavia. En S.H. y otros vs. Austria31, el TEDH declaró como compatible con el CEDH la
24
Sentencia del TEDH, Vo vs. Francia, App. N° 53924/00, Julio 8, 2004.
25
Id., 585. "[···] Having regard to the foregoing, the Court is convinced that it is neither desirable, nor even
possible as matters stand, to answer in the abstract the question whether the unborn child is a person for
the purposes of Article 2 of the Convention ('personne' in the French text). As to the instant case, it
considers it unnecessary to examine whether the abrupt end to the applicant's pregnancy falls within the
scope of Article 2, seeing that, even assuming that that provision was applicable, there was no failure on the
part of the respondent State to comply with the requirements relating to the preservation of life in the
public-health sphere [·].
26
Id., 582.
27
Sentencia del TEDH, Evans vs. Reino Unido, App. N° 6339/05, abril 10, 2007.
28
Id., 5581-2.
29
Sentencia del TEDH, A, By C vs. Irlanda, App. N° 25579/05, diciembre 16, 2010. Sobre este caso, véase el
análisis de ündurraga (2011), pp. 377-407.
30
Id., 5237.
31
Sentencia del TEDH, S.H. y otros vs. Austria, App. N° 57813/00, noviembre 3, 2011.
5
prohibición de FIV con espermas y óvulos de terceros. De manera patente, señaló que existe
un margen de apreciación estatal en materias donde existe una importante controversia
sobre asuntos morales y éticos, tal como el que es posible hallar en el debate sobre las
técnicas de reproducción asistida32. Finalmente, en Costa y Pavan vs. Italia33, el TEDH
declaró incompatible la prohibición de diagnóstico preimplantacional por ser inconsistente
con la autorización de interrupción del embarazo por enfermedad del feto. En este caso, a
su vez, reafirmó el mismo margen de apreciación que había reconocido previamente en S.H.
y otros vs. Austria, cual es, que la definición de asuntos morales controvertidos puede
quedar a discreción de los Estados Parte del CEDH34.
Esta breve reseña de la jurisprudencia europea permite mostrar cómo el TEDH -fallando
casos relacionados a Artavia, en cuanto al objeto de la controversia- busca articular
estándares de deferencia internacional bajo la doctrina del margen de apreciación.
32
Id., 5596-7.
33
Sentencia del TEDH, Costa y Pavan vs. Italia, App. N° 54270/10, agosto 28, 2012.
34
Id., 5567-8.
35
En tal sentido, se ha sostenido que la Corte IDH resolvería de forma "maximalista". Véase Paúl (2013).
6
cabe recordar que en Latinoamérica y el Caribe se encuentran las legislaciones punitivas
más restrictivas del planeta en torno la interrupción de un embarazo. Salvo el caso de
Uruguay y algunas entidades federativas de México36, todos los países del sistema poseen
modelos de indicaciones con alcances bastante restringidos para interrumpir un embarazo.
El caso paradigmático de esta situación lo tenemos en Chile, Estado que a nivel global, junto
a Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Malta y El Vaticano, no autoriza bajo
ninguna circunstancia que una mujer interrumpa un embarazo.
En general, los Estados para justificar la intensidad de las prohibiciones punitivas han hecho
una interpretación extensiva del derecho a la vida a partir de las lecturas de sus
constituciones nacionales. A partir de ello, han determinado que las reglas sobre derecho a
la vida alcanzan a proteger jurídicamente a los embriones y a los fetos. Por ende, si los fetos
o embriones son titulares del derecho a la vida, no se justifica bajo ningún respecto el
establecimiento de reglas que permitan interrumpir un embarazo, ya que, de lo contrario,
se conculcaría injustificadamente el derecho a la vida de los embriones y los fetos.
Aquel es el estado de la cuestión, hoy por hoy, en la mayor parte de los Estados que
pertenecen al Sistema Interamericano de Derechos Humanos respecto a los alcances del
derecho a la vida y su relación con los embriones y los fetos. Es por ello que la sentencia acá
analizada es de particular interés para una revisión de aquellos aspectos del fallo que
inciden de manera directa en la discusión constitucional, a nivel nacional, sobre el estatuto
jurídico del embrión y su relación con la prohibición punitiva de la interrupción voluntaria
del embarazo.
En ese sentido, como ya se venía fallando de modo sistemático y desde hace bastante
tiempo por parte de la jurisprudencia constitucional comparada37, la Corte IDH confirmó
36
Cabe precisar que EE.UU. y Canadá son los países que tienen las regulaciones más amplias para
interrumpir un embarazo en América, siendo un derecho constitucional de las mujeres. No obstante, estos
países no pertenecen al Sistema Interamericano de Derechos Humanos pues no han ratificado la
Convención; Canadá ni siquiera forma parte de la Organización de Estados Americanos.
37
En especial véanse las siguientes sentencias de las Cortes Constitucionales comparadas: Roe v. Wade 410
U.S. 113 [1973] (EE.UU.); sentencia N° 53/1985 (España); sentencias BverfGE 39,1 [1975] y 88 BVerfGE 203
[1993] (Alemania); sentencia N° 146/2007 y su acumulada N° 147/2007 (México); Sentencia C-355/2006
(Colombia).
En relación con los fallos del BVerfG, cabe prevenir que éstos no reconocen explícitamente en sus
pronunciamientos que el nonato sea titular de derechos. Pese a lo anterior, en la sentencia de 1993, el
BVerfG, aun considerando que la interrupción del embarazo es un injusto penai (por ende antijurídico),
estableció un permiso para su realización. Éste se fundó en que no es exigible [Unzumurbarkei] a la
mujer que en ciertas circunstancias sobrelleve un embarazo, pues de lo contrario se dotaría de prevalencia
categórica al derecho delnasciturus por sobre los derechos de la mujer, violándose de esa forma la
prohibición de infadimensionamiento [untermassverbot]. De igual modo, dijo que el Derecho penal no es el
mecanismo idóneo para tutelar y proteger la vida humana intrauterina. Es decir, es compatible con la
Constitución [Alemana] que el legislador tutele y proteja jurídicamente la vida humana intrauterina, no sólo
a través de disposiciones penales de carácter represivas y violentas, sino que es constitucionalmente
aceptable que la tutela se efectúe mediante medidas preventivas de conserjería [Berutung] que tiendan a
animar a la grávida a llevar a término el embarazo. Luego, mediante ese mecanismo, se protegería la vida
del que está por nacer.
7
que el feto no es un sujeto de derecho38. Para llegar a tal conclusión, subyace en los
razonamientos de la Corte IDH una tesis controvertida, referida a que los derechos sólo
pueden ser ejercidos por personas, ya que únicamente éstas pueden ser las beneficiarías
de la normatividad que otorgan los principios constitucionales que adscriben derechos.
Siendo ello así, el nonato no está legitimado para el ejercicio de derechos en forma
autónoma, como sí lo están las personas nacidas y completas. En tal sentido, la decisión de
la Corte IDH, en términos filosóficos, asimiló lo que ya había indicado Kant39, cuando se
preguntó el cómo conocemos. Ante ello, el autor explicó que sólo un sujeto (agente) posee
la autoconsciencia que determina y condiciona la actividad cognoscitiva, porque es él quien
construye los objetos del conocimiento. De esto se sigue que, en principio, es necesaria
una consciencia para saber que se goza del beneficio normativo que entregan los principios
de Derecho constitucional.
Aunque lo decidido por la Corte IDH es una cuestión altamente polémica, donde no existe
un consenso moral ni político, el Derecho constitucional comparado había ido construyendo
de forma progresiva un marco normativo jurídicamente justificatorio respecto a la no-
titularidad del feto para ejercer derechos básicos. Antes bien, este marco nunca se había
establecido de manera tan categórica, como esta vez lo hizo la Corte IDH. Así, por vía
ejemplar, podemos observar lo fallado por la Corte Constitucional de Colombia, que efectuó
una distinción entre la vida como un bien (moral), entendido como la valiosidad del proceso
de fenómenos en que se despliega la existencia biológica y en el que se ejecutan las
actividades de las personas en el mundo. Y, por otra, la vida como bien jurídico, expresada
en la forma del derecho constitucional a la vida, el cual opera (en lenguaje de derechos
subjetivos) como la exigencia (a particulares y al Estado) de no privar arbitraria o
injustificadamente a un sujeto del disfrute de los fenómenos de la existencia humana40:
"[...] la vida tiene diferentes tratamientos normativos, pudiendo distinguirse el derecho a la
vida consagrado en el artículo 11 constitucional41, de la vida como bien jurídico protegido
por la Constitución. Ei derecho a la vida supone la titularidad para su ejercicio y dicha
titularidad, como la de todos los derechos está restringida a la persona humana, mientras
que la protección de la vida se predica incluso respecto de quienes no han alcanzado esta
condición [...]"42. En términos muy similares, también efectuando una negación de la calidad
de sujeto de derecho al feto, el Tribunal Constitucional español sostuvo. "[...] los
argumentos aducidos por los recurrentes no pueden estimarse para fundamentar la tesis de
que al nasciturus le corresponda también la titularidad del derecho a la vida [...]"43.
De otra suerte, situación especial es la de EE.UU., toda vez que en Roe vs. Wade la Corte
Suprema estadounidense no se pronunció expresamente sobre la titularidad
del nasciturus, desde el momento que la Corte determinó que el nonato no es una "persona
38
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 5264. "[...] La Corte ha utilizado diversos métodos de
interpretación, los cuales han llevado a resultados coincidentes en el sentido de que el embrión no puede ser
entendido como una persona para efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana [...]".
39
Kant (2003), pp. 330 y ss.
40
Sobre esta interpretación, en especial vid. Figueroa (2008), pp. 261-300.
41
Art. 11. Constitución Colombia: El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.
42
C-355/2006 de la Corte Constitucional de Colombia.
43
Sentencia N° 53/1985 Tribunal Constitucional de España.
8
constitucional", siendo solamente protegible por el derecho a partir del estado gestacional
de la "viabilidad"44.
Distinto es el caso de la sentencia de la Corte Suprema mexicana, la cual no emitió juicios
concretos sobre la titularidad para ejercer derechos por parte del nonato, puesto que la
Carta Fundamental de México no regula en forma expresa el derecho a la vida. Pese a ello,
el magistrado Sergio Valls, en voto concurrente, además de distinguir entre vida
como bien (moral) y el derecho a la vida, se refirió de forma explícita a la titularidad del no
nacido aduciendo que: "[...] el derecho a la vida, como derecho subjetivo, supone la
titularidad para su ejercicio, la cual está restringida necesariamente a la persona humana,
en contraposición a la protección de la vida en general, que sí comprende a quienes no han
alcanzado esa calidad, esto es, a los no-nacidos, pues se trata de vida potencial[...]"45.
Por consiguiente, al menos en el plano del Derecho constitucional comparado, el asunto de
que embrión/feto no equivale a sujeto, ya había sido resuelto. De ahí que el nonato esté
imposibilitado de ser un titular de derechos. Ello, básicamente porque no posee el
mismo status moral que una persona nacida, racional, auto-suficiente y completa, por
tanto, merece una tutela jurídica diferenciada sobre la base de la "potencia" de vida que
contingentemente representa. En la práctica, esto se ha traducido en la asunción de
deberes estatales activos que dan protección a la vida humana, como un objeto de
protección.
Ahora bien, la cuestión conceptual de la persona tampoco es algo baladí. A este respecto,
Rolando Tamayo y Salmorán46 ha subrayado que en el plano jurídico el
concepto persona conlleva, esencialmente, una significación técnico-jurídica que denota
aquella entidad que puede actuar en la vida jurídica, o sea, que puede desempeñar un rol
en la vida que envuelve el derecho. Esto, por su parte, tiene una explicación etimológica, ya
que el significado original etrusco de persona fue "máscara" (phersu), con lo cual se
designaba la cara del actor que representaba una escena47. De ahí que la significación
técnica de persona apele a una categoría dramática.
Independiente de esta nota histórica, hoy en día, lo importante es tener en cuenta
que persona es, para el derecho, lo que la comunidad jurídica determinó debe ser
una persona, en correlación necesaria con aquellos estándares desarrollados en el devenir
del tiempo y en armonía con los principios constitucionales sobre los que se organiza la
comunidad -tales como los estándares establecidos por la propia Corte IDH. De acuerdo a
estas consideraciones, los fetos y embriones, dados sus caracteres constitutivos asignados
por la comunidad jurídica: i) están imposibilitados de desempeñar un papel significativo en
la vida jurídica; ii) no son personas por decisión de la comunidad política, cuestión que con
posterioridad ha sido especificada a través de una resolución jurídica. Por eso, cuando la
Corte IDH dice en sus párrafos 222 y 223 -luego de analizar diversas disposiciones de
44
Esta decisión fue re-afirmada en los siguientes casos (entre varios otros): City of Akron v. Akron Center for
Reproductive Health, Inc., 462 U.S. 416 (1983), Thornburgh v. American College of Obstetricians and
Gynecologists, 106 S. Ct. 2169 (1986).
45
Voto concurrente que formula el Ministro Sergio Valls Hernández, en la acción de inconstitucionalidad
146/2007 y su acumulada 147/2007, p. 2.
46
Tamayo y Salmorán (1996), pp. 293-311.
47
Duff (1938).
9
Derecho internacional aplicando variados criterios de interpretación constitucional- que
"[...] no es factible sostener que un embrión sea titular y ejerza los derechos consagrados en
dichos artículos (de la Convención) [...]", siendo "[...] improcedente otorgar el estatus de
persona al embrión [...]"48, simplemente reafirma las ideas que se acaban de exponer.
Esta conclusión de la Corte IDH no sólo es correcta jurídicamente, sino que también
encuentra apoyo en ciertos sectores de la filosofía moral. En efecto, existe una corriente de
autores que ha sostenido que el concepto persona está circunscrito a la agencia, idea que
implica asignar a una entidad -previa determinación deliberada de la comunidad política-
ciertas propiedades moralmente relevantes determinantes de la sustantividad de la
condición humana. Estas últimas dicen relación con experiencias que hacen posible el
disfrute de los fenómenos de la existencia biológica en el mundo. Tal como se ha
presentado, la cuestión de la agencia como presupuesto de la personalidad moral no es un
asunto del todo-o-nada. De hecho, ésta presupone una gradualidad en el desarrollo moral,
cuestión que se cristaliza mediante diversos grados de intensidad a partir del evento de la
viabilidad fetal, considerado este último como hito relevante, pues implica que el feto
puede sobrevivir fuera del vientre materno con o sin soporte de la tecnología médica49 y
desde el cual comienza a gestarse de modo progresivo el desarrollo de lo que en filosofía
de la mente se conoce como consciousness50.
De esa manera, para estos autores, la adquisición escalonada de propiedades
morales prima facie relevantes tales como la capacidad cognoscitiva, la reciprocidad social,
la posibilidad de representación de lo futuro con el propósito de para materializar planes e
ideales morales de vida, el hecho de recordar eventos retrospectivamente -en tanto
posesión de continuidad psíquica- y, por sobre todo, la capacidad de autodeterminación
como agente moral, dan cuenta de la existencia de ciertos rasgos vitales y procesos
mentales que los fetos y los seres vivos en gestación no poseen, sino que puramente en
forma de potencia contingente.
Dichas caracterizaciones de la persona moral no son arbitrarias, pues se fundan en la idea
de estatus moral como elemento ontológico y normativo constitutivo de ésta, cuyas
principales significaciones han sido construidas y propuestas por filósofos morales
contemporáneos tales como Singer51, Warren52, Feinberg53, y Tooley54. Estos autores
postulan que aquellas condiciones morales básicas, prima facie relevantes, permiten
adscribir derechos básicos a una entidad.
Siendo ello así, si observamos con atención las argumentaciones vertidas en el voto de
mayoría de la sentencia de la Corte IDH, podemos afirmar con seguridad que las reflexiones
antes expuestas fueron implícitamente incorporadas en el razonamiento al momento de
determinar que el goce de tutela jurídica por parte del feto: "[...] no es algo absoluto
48
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 55222 y 223 (énfasis nuestro).
49
Warren (2000), p. 353.
50
Sobre consciousness, fundamental resulta consultar la obra de Velmans & Schneider (2007). En particular,
véase el artículo de Trevarthen & Reddy (2007), pp. 41 ss.
51
Singer (1993).
52
Warren (1996), pp. 434-440.
53
Feinberg (1986), pp. 256-293.
54
Tooley (2009).
10
(del todo-o-nada) sino gradual e incremental según el desarrollo de éste [...]"55. A partir de
ello, los magistrados concluyeron que la interpretación más pertinente del artículo 4.1 de
la Convención, que reglamenta el derecho a la vida, admite exclusiones en su aplicación,
siendo posible su concreción en intensidad normativa atendiendo el gradual desarrollo del
embrión a partir de la implantación de éste en el útero de la mujer; adquiriendo el beneficio
total de las reglas de derecho sólo una vez que se nace, ya que sólo a partir de ese entonces
se es persona en el sentido jurídicamente relevante.
Dicho eso, ¿por qué estas consideraciones podrían ser relevantes para la discusión sobre la
despenalización de la interrupción del embarazo en nuestro país?
Pues bien, aun cuando la decisión de la Corte IDH versa sobre un tema ajeno al aborto,
varios aspectos resolutivos del fallo son de suma relevancia para la argumentación jurídica
en torno a la permisibilidad legal de la interrupción de un embarazo. Aquello es así pues las
razones justificatorias esbozadas por Corte IDH echaron abajo dos de las principales
estrategias argumentativas del pensamiento conservador para oponerse a la licitud del
aborto consentido, a saber: i) que el feto es titular del derecho a la vida, de lo cual derivaban
la inconstitucionalidad de toda regla que autorizara interrumpir un embarazo en algunos
supuestos y concurriendo ciertas exigencias; ii) que el derecho constitucional a la vida del
feto es absoluto, debiendo prevalecer siempre por sobre los derechos constitucionales de
la mujer.
Con respecto al primer argumento conservador i): cabe decir que el fallo de la Corte IDH fue
categórica al momento de zanjar la discusión en torno a la no titularidad del feto para ser
beneficiario de las reglas de Derecho. Asimismo, como antes lo explicamos, la Corte IDH
explicitó algo que ya estaba presente en el ideario ético e histórico-político, a saber, que el
embrión no es sujeto de Derecho y, por ende, tampoco persona. No obstante, no por ello
debe quedar excluido de la protección jurídica como un objeto del Derecho. A este
respecto, los magistrados de la Corte IDH, al igual como antes lo habían hecho los jueces de
las Cortes Constitucionales comparadas, han entendido que corresponde al Estado un
deber activo tutelar de la vida humana intrauterina. Por consiguiente, en la medida que el
desarrollo gestacional del producto de la concepción alcanza un mayor grado de proximidad
a la condición psicobiológica y moral de las personas nacidas, ese interés estatal en proteger
la vida en gestación se incrementa y se vuelve legítimo.
A este respecto, no debemos dejar mencionar que, con la conclusión antes mencionada, la
Corte IDH evitó incurrir en la común falacia non sequitur56, traducida en lo siguiente: del
hecho que los nonatos merezcan algún tipo de tutela jurídica por parte del Estado en razón
de la potencia de vida que contingentemente representan, no por ello es posible concluir
que necesariamente tengan condición de titulares de derechos y, menos aún, que
sean personas.
55
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 55264 (énfasis nuestro).
56
No debemos olvidar que esta falacia sí fue cometida por el voto de mayoría del Tribunal Constitucional
chileno cuando conoció del Requerimiento de inconstitucionalidad deducido en contra de algunas
disposiciones de las "Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad", aprobadas por el Decreto
Supremo N° 48, de 2007, del Ministerio de Salud (conocido como caso "Píldora del Día Después"). Sentencia
Tribunal Constitucional, Rol N° 740-2007.
11
En relación al segundo argumento del pensamiento conservador ii): su refutación se deriva
del razonamiento expuesto en el punto previo. En efecto, la Corte IDH volvió a subrayar
algo que ya estaba presente en el ideario ético e histórico-político, incluso presente en
nuestras intuiciones básicas, esto es, "[.] que entender el derecho a la vida como absoluto
no tiene sustento en la Convención [...]"57. Pensar lo contrario, conlleva la negación de otros
derechos que protege la Convención58. Asimismo, la Corte IDH insistió en hacer presente
que la defensa de la protección sin excepción del derecho a la vida es contraria al objeto y
fin de la Convención, cual es, la tutela de los derechos humanos59.
Estas aseveraciones de la Corte IDH, negadas históricamente por nuestro Congreso
Nacional, por nuestro Tribunal Constitucional y por nuestra Corte Suprema, son relevantes
para el robustecimiento de los derechos de las mujeres, pues reconocen que éstas son
portadoras de derechos en igualdad de condiciones. Esto es significativo no sólo desde un
punto de vista jurídico, sino que también político y ético, ya que implica reconocimiento
para las mujeres, tanto de ciudadanía, como de personalidad moral.
En definitiva, es de esperar que los aspectos resolutivos del fallo de la Corte IDH, en torno
al estatuto jurídico del embrión, junto a sus prevenciones sobre los derechos sexuales y
reproductivos en particular y los derechos humanos de las mujeres, en general, sean
considerados y aprehendidos por nuestra institucionalidad política. Esto es, además, parte
del parámetro que la misma Corte IDH ha fijado a través de la doctrina del control de
convencionalidad: tanto los órganos judiciales -establecido en el caso Aimonacid vs.
Chile60- como los colegisladores -determinado en el caso Geiman vs. Uruguayf61- se
encuentran obligados a incorporar este estándar de derechos humanos en las decisiones
internas. Contando con la interpretación autoritativa del artículo 4.1 de la Convención,
debiésemos ser próximamente testigos de una amplia deliberación democrática con el
objeto y fin de establecer una legislación acabada sobre la interrupción legal del embarazo,
pues tal como se trata de mostrar, dos de los principales argumentos utilizados por el
pensamiento conservador para oponerse a una reforma legal que autorice el aborto
consentido fueron desechados por la institucionalidad jurisdiccional máxima sobre
derechos humanos en el continente.
IV. Conclusiones
La Corte IDH ha dictado una importante sentencia que precisa las obligaciones
internacionales de los Estados Parte de la Convención en materia del derecho a la vida
establecido en el artículo 4 de dicho instrumento. Este comentario trató de precisar los
57
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 55273 (énfasis nuestro).
58
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 55258. "[...] El objeto y fin del artículo 4.1. de la Convención es
que no se entienda el derecho a la vida como un derecho absoluto, cuya alegada protección pueda justificar
la negación total de otros derechos [...]".
59
Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, cit., 55259 (énfasis nuestro).
60
Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Sentencia de excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia del 26 de septiembre de 2006, Serie C N° 154.
61
Geiman vs. Uruguay. Sentencia de fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de 2011 Serie C N°
221.
12
alcances de la sentencia en dos ámbitos: el margen de apreciación de los Estados y el estatus
del nasciturus ante la Convención Americana.
En relación con el primer asunto, lo que se observa es que la Corte ha evitado emplear la
doctrina del margen de apreciación como estándar de revisión de una materia de alta
controversia moral. En claro contraste con su par europeo, la Corte prefiere emplear el
principio de proporcionalidad como test de escrutinio internacional en el (in)cumplimiento
de las obligaciones de la Convención. De esta forma, rechazó las reclamaciones de Costa
Rica para que actuara deferentemente en la regulación de las técnicas de reproducción
asistida y supervisó intensamente la restricción de derechos a través de la proporcionalidad.
En relación con el segundo asunto, la Corte IDH precisó el contenido protegido por el
artículo 4.1 de la Convención. En primer término, sostuvo que el nasciturus no es titular del
derecho a la vida. Para efectos de la Convención Americana, el feto no puede ser
considerado sujeto de derechos. Adicionalmente, afirmó la gradualidad de protección de la
vida de que está por nacer, evitando tesis binarias que resuelven el asunto entre
proteger/no proteger. Ambas consideraciones son de especial importancia en Estados que
prohíben absolutamente la interrupción del embarazo bajo la amenaza de una pena. Si se
sigue la doctrina de control de convencionalidad de la Corte IDH, entonces la decisión
en Artavia puede tener repercusiones nacionales en los Estados Parte.
Fuente
Contreras, P.; Chía E. A. (2014). Análisis de la sentencia Artavia Murillo y otros (“Fecundación In
Vitro”) Vs. Costa Rica de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Publicado en: Scielo
Chile. Cita Online: https://goo.gl/O4nBnS
13
Capacidad
de la
persona
humana
Derecho
Privado I
0
Capacidad de la persona
humana
Capacidad de la persona
Noción. Clases
1
Esta capacidad está expresamente prevista en el art. 23 del código único,
que establece “Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede
ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente
previstas en este Código y en una sentencia judicial.”2
Comparación. Caracteres
La incapacidad
Noción. Clasificación
2
impida el aprovechamiento, por parte de terceros, de esa situación de
debilidad.
El art. 24 del Código Civil y Comercial establece quiénes son las personas
incapaces de ejercicio, tema sobre el que volveremos más adelante.
La incapacidad de derecho
Definición. Caracteres
3
Un ejemplo de incapacidades en razón de la calidad de las personas que
intervienen es el art. 689 del Código Civil y Comercial, que refiere a los
contratos que tienen prohibido celebrar los progenitores con el hijo que
está bajo su responsabilidad. Por caso, no pueden comprar por sí ni por
persona interpuesta bienes de su hijo, ni constituirse en cesionarios de
créditos, derechos o acciones contra su hijo, ni hacer partición privada con
su hijo de la herencia del progenitor prefallecido, entre otros actos.
4
La incapacidad de ejercicio
Definición. Caracteres
Enumeración legal
5
Art. 24 del CCCN
5
b) Menores de edad y mayores que no cuentan con edad y grado de
madurez suficiente. Este inciso debe estudiarse en correlación con lo
dispuesto en el art.25, el que dispone que “menor de edad es la
persona que no ha cumplido dieciocho años”6. En efecto, el supuesto
de análisis refiere que son incapaces de ejercicio las personas “que no
cuentan con la edad y grado de madurez suficiente”7, por lo que
incluye a todas las personas que no han cumplido los dieciocho años,
salvo: a) el supuesto de los adolescentes en relación a los tratamientos
no invasivos (que veremos más adelante); b) el caso de los menores
emancipados por matrimonio que gozan de plena capacidad de
ejercicio con las limitaciones previstas (arts. 27 y 28) y c) la persona
menor de edad con título profesional habilitante que puede ejercer
profesión sin necesidad de previa autorización (art. 30).
6
Art. 25 del CCCN.
7
Art. 24 del CCCN.
6
Menor de edad y adolescencia
Definición
Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen
dieciocho años, son “menores de edad”, especificando la denominación de
“adolescente” a la persona menor de edad que ha cumplido la edad de
trece años.
“todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud
de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”8.
De tal modo, en nuestro ordenamiento jurídico, los “adolescentes” son
indudablemente niños, sin que el Código pueda afectar este carácter, por
estar consagrado en una norma de jerarquía superior.
8
Art. 1 de la Convención de los Derechos del Niño aprobada por Ley Nº 23.849.
7
los sistemas de apoyo, la obligación del juez de oír y valorar las opiniones
de las personas interesadas así como el deber de darle la debida
intervención en el proceso, la revisión de la sentencia en un plazo máximo
de tres años ello también acorde a la Ley de Salud Mental, entre otras
modificaciones importantes que introduce en materia de capacidad.
8
Modo de ejercer los derechos los menores de edad
Sin embargo, la persona menor de edad que cuenta con edad y grado de
madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por
el ordenamiento jurídico, salvo que hubiere conflicto de intereses con sus
representantes legales, en los que ejercerán sus derechos mediante
asistencia letrada.
Alguno de los derechos que pueden ejercer los menores de edad sin
necesidad de que intervengan sus representantes legales son:
9
En definitiva, la persona menor de edad debe actuar por medio de sus
representantes legales, salvo en los casos en que el Código establezca que
pueden hacerlo por sí solos (art. 26).
a) Tratamientos no invasivos
10
Ahora, si se trata de un tratamiento que compromete su estado de salud o
está en riesgo su vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con
la asistencia de sus progenitores, y, en caso de existir un conflicto entre
ambos, se resolverá judicialmente teniendo en cuenta el interés superior
del niño y la opinión médica respecto de las consecuencias de la realización
del acto.
11
Por el contrario, en los casos del menor sin título habilitante debe tenerse
en cuenta las prohibiciones de la ley 26.390 de Prohibición de Trabajo
Infantil y Protección del Trabajo Adolescente. Así, cabe destacar que la ley
laboral prohíbe trabajar a los menores de 16 años; luego de esa edad, sólo
pueden hacerlo, hasta los 18, si cuentan con autorización de los padres, tal
como lo prevé el art. 32 de la ley 20.744.
Por último, es dable destacar que los bienes adquiridos por el menor con
su trabajo constituyen un patrimonio especial que queda bajo su libre
administración y disposición, mientras que los bienes del patrimonio
general siguen bajo la administración del representante legal.
Mayoría de edad
Definición. Efectos
Definición. Caracteres
12
CCCN), es posible contraerlo igualmente antes de esa edad, previa
autorización de los padres o judicial.
Requisitos
Tal como hemos señalado, la edad legal para contraer matrimonio es a los
dieciocho años, sin embargo, es posible contraer matrimonio válido antes
de esa edad, previa autorización.
El art. 404 del Código Civil y Comercial dispone que, para el caso en que el
menor de edad no haya cumplido dieciséis años, éste puede contraer
matrimonio previa dispensa judicial. Ahora, si el menor ya cumplió dieciséis
años, puede contraer nupcias con autorización de sus representantes
legales y, a falta de ésta, puede hacerlo previa dispensa judicial.
Efectos
13
La emancipación es causal de extinción de la titularidad de la
responsabilidad parental, de conformidad a los arts. 638 y 699, de manera
tal que cesa la representación legal que ejercen los padres, como así
también la tutela.
Régimen legal
14
c) Por último, se prohíbe al emancipado por matrimonio afianzar
obligaciones. De este modo, la persona emancipada no puede
afianzar obligaciones de terceros, cualquiera sea su naturaleza y
especie.
Desde otro costado, el art. 29 del Código Civil y Comercial prevé: “Actos
sujetos a autorización judicial. El emancipado requiere autorización para
disponer de los bienes recibidos a título gratuito. La autorización debe ser
otorgada cuando el acto sea de toda necesidad o de ventaja evidente”9.
9
Art. 29 del CCCN.
15
Referencias
Borda, G. A. (2008). Tratado de Derecho Civil. Buenos Aires: La Ley.
Tagle, M V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
16
El principio de autonomía progresiva en el Código Civil y Comercial.
Algunas reglas para su aplicación.
1
La siguiente bibliografía justifica por qué el uso de estos bloqueadores debería autorizarse a partir de los 10
años. Cohen-Kettenis, P. T., Schagen, S. E. E., Steensma, T. D., de Vries, A. L. C., & Delemarre-van de Waal, H.
A. (2011). Puberty suppression in a gender-dysphoric adolescent: A 22-year follow-up. Archives of Sexual
Behavior, 40(4), 843–847. doi: 0.1007/ s10508–011–9758–9; Delemarre-van de Waal, H. A., & Cohen-Kettenis,
P.T. (2006). Clinical management of gender identity disorder in adolescents: A protocol on psychological and
paediatric endocrinology aspects. European Journal of Endocrinology, 155 (Suppl 1), S131–S137. doi:10.1530/
eje.1.02231 y Standards of Care for the Health of Transsexual, Transgender, and Gender- Nonconforming
People, 2012 World Professional Association for Transgender Health (WPATH).
16. Cirugía estética Art. 26 4to párrafo Adolescente de 13 a 16, su
reparadora consentimiento y
asentimiento de uno de los
representantes legales, actos
invasivos
17. Cirugía estética Art. 26 último párrafo Adolescente de 16 a 18, sólo
reparadora su consentimiento
18. Tatuaje/piercing Art. 26 4to párrafo 13 a 16 su consentimiento y
Art. 26 última parte asentimiento de uno de los
representantes legales y 16 a
18 consentimiento sólo
adolescente
19. Donación de sangre Ley especial a partir de los Adolescentes de 16 años con
16 años su solo consentimiento.
20. Interrupción del Art. 26 4to párrafo Adolescente a partir de los 16
embarazo Art. 26 última parte años, con su solo
consentimiento
Antes de los 16 años se
necesita el asentimiento de
alguno de los representantes
legales. Si este adolescente
por alguna razón fundada se
niega a que se le informe a sus
progenitores, debe intervenir
el Ministerio Público de
conformidad con lo dispuesto
en el art. 1032.
2
En atención a las diferentes situaciones que se pueden presentar, la gravedad del caso, la causa fuente del
embarazo y el tipo de interacción familiar de la persona menor de edad comprometida, aquí se expone el que
sería el principio general de conformidad con lo dispuesto en el Código Civil y Comercial, más allá de lo que se
pueda regular al respecto teniéndose en cuenta esta diversidad de situaciones en legislaciones especiales a
nivel nacional como local, tal como se lo ha puesto de resalto en la introducción del presente trabajo.
Menor de 13 años:
consentimiento de uno de los
representantes legales e
información a la persona
según edad y grado de
madurez (ley derechos de los
pacientes y decreto
1089/2012)
23. Ser parte en Excede el cuidado del Menor de 13 años:
investigaciones propio cuerpo consentimiento de uno de los
médicas representantes legales e
información a la persona
según edad y grado de
madurez (ley derechos de los
pacientes y decreto
1089/2012)
De 13 a 16: consentimiento
del adolescente y
asentimiento de progenitor
De 16 a 18: consentimiento
del adolescente y
asentimiento de progenitor
24. Negativa a someterse Excede el cuidado del Autorización judicial.
a transfusión (testigos propio cuerpo
de jehová) o a
intervenciones que
pone en riesgo la vida.
25. Negativa a someterse Art. 26 4to párrafo Adolescentes de 13 a 16 años:
a transfusión (testigos Art. 26 última parte consentimiento y
de jehová) o a asentimiento de uno de los
intervenciones que representantes legales
NO ponen en riesgo la Adolescentes de 16 a 18 su
vida consentimiento
26. Ablación de órganos o Art. 15, ley 24.193 Mayor de edad
materiales
anatómicos en vida
con fines de
trasplante
27. Implantación de Art. 15, ley 24.193 “(…) Los menores de
médula ósea dieciocho (18) años —previa
autorización de su
representante legal— podrán
ser dadores sólo cuando los
vincule al receptor un
parentesco de los
mencionados en el citado
precepto.
El consentimiento del dador o
de su representante legal no
puede ser sustituido ni
complementado; puede ser
revocado hasta el instante
mismo de la intervención
quirúrgica, mientras conserve
capacidad para expresar su
voluntad, ante cuya falta la
ablación no será practicada”.
28. Ablación de órganos o Ar. 19 bis ley 24.193 según “La ablación podrá efectuarse
materiales modificación de la ley respecto de toda persona
cadavéricos 26.066 capaz mayor de DIECIOCHO
(18) años que no haya dejado
constancia expresa de su
oposición a que después de
su muerte se realice la
extracción de sus órganos o
tejidos, la que será respetada
cualquiera sea la forma en la
que se hubiere manifestado”
29. Directivas anticipadas Art. 60 y ley 26.742 Personas plenamente
capaces. Mayores de edad
3
ARTICULO 113.- Audiencia con la persona menor de edad. Para el discernimiento de la tutela, y para cualquier
otra decisión relativa a la persona menor de edad, el juez debe: a) oír previamente al niño, niña o adolescente;
b) tener en cuenta sus manifestaciones en función de su edad y madurez; c) decidir atendiendo
primordialmente a su interés superior.
judicial y escucha a los
representantes legales.
Adolescente de 16 a 18:
consentimiento del
adolescente y autorización
expresa de ambos
representantes legales, en su
defecto, autorización judicial
40. Opción régimen de Art. 450 Pueden optar por régimen de
bienes bienes solo personas mayores
de edad.
Menores de edad sólo
régimen de comunidad
41. Uniones Art. 510 Sólo personas mayores de
convivenciales edad
42. Ejercicio acciones Ar. 26 Edad y madurez suficiente con
filiales patrocinio letrado
43. Consentimiento a la Art. 595 inc. f) 10 años en adelante
adopción niño, niña o adolescente debe
ser oído y su opinión tenida
en cuenta según su edad y
grado de madurez
44. Adopción. Derecho a Art. 596 Edad y grado de madurez
conocer los orígenes. acceso a expedientes y
registros
45. Acción autónoma a los Art. 596 último párrafo Adolescente (13 a 18 años)
fines de conocer los con patrocinio letrado
orígenes
46. Procesos de adopción El pretenso adoptado con
edad y grado de madurez
suficiente es parte en el
proceso que concluye con la
declaración judicial de la
situación de adoptabilidad y
en el juicio de adopción. Debe
comparecer con asistencia
letrada.
47. Elección de pretensos Art. 613 Opinión debe ser tenida en
adoptantes cuenta según su edad y grado
de madurez.
48. Apellido en la Art. 626 inc. d) Edad y grado de madurez
adopción plena suficiente
49. Apellido en la Art. 627 inc. d) Edad y grado de madurez
adopción simple suficiente
50. Principio Art. 639 inc. b) Mayor autonomía de los hijos
general/regla disminuye la representación
responsabilidad legal
parental
51. Progenitores Art. 644 Actos de la vida cotidiana los
adolescentes propios adolescentes
Actos trascendentes:
consentimiento del
adolescente + asentimiento
de uno de los progenitores
4
Expresa este artículo: “El consentimiento expreso del menor adolescente requerido por el artículo 645 último
párrafo del Código Civil y Comercial de la Nación se tendrá por materializado con su presentación voluntaria
ante la autoridad encargada de efectuar el control migratorio al momento del egreso. En todos los casos,
cuando al momento de efectuarse el control migratorio en el ingreso o egreso, el funcionario actuante tuviera
sospechas fundadas respecto de la autorización, teniendo en cuenta el interés superior del niño, se deberá dar
inmediata intervención a la Policía Migratoria Auxiliar, a la autoridad judicial competente y al Ministerio
Público Pupilar. Ello, en los términos del artículo 37 de la Ley N° 26.061”.
progenitores o con un tercero,
o pretende residir afuera
también solo, con uno solo de
los progenitores o con un
tercero. Estos actos de
trascendencia requieren el
acuerdo de los padres y del
hijo. Cuando la situación es al
revés, o sea, son los
progenitores los que
pretenden viajar o residir de
manera permanente en el
extranjero y el hijo
adolescente se niega, los
padres deben apelar a modos
no coactivos para que el hijo
pueda comprender los
beneficios de tales decisiones
o en su defecto y en casos de
gravedad, ir a la justicia
debiendo intervenir el hijo
con asistencia letrada por
tratarse de un supuesto de
intereses contrapuestos entre
padres e hijos.
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Restricciones a la
capacidad
Derecho
Privado I
1
Restricciones a la capacidad
Personas con capacidad restringida
Así, dispone:
2
De la lectura del art. 32 del Código se advierte que, a partir de los trece
años se puede restringir judicialmente la capacidad de una persona cuando
ésta padece una adicción o alteración mental permanente o prolongada de
entidad suficiente – elemento biológico- y se estime que de no restringirle
la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona o a sus bienes –
elemento jurídico; o excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la
persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con
su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato
adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz”.2
La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y
sólo no podrá ejercer por sí sola determinados actos que se especifiquen
en la sentencia (art. 24 inc. “c”).
3
Medios de protección: noción y enunciación. Legitimados.
Asimismo, están legitimados los parientes dentro del cuarto grado, sea que
se trate de un parentesco por naturaleza, por métodos de reproducción
humana asistida o por adopción, en línea recta o colateral y, si fueran por
afinidad, sólo hasta el segundo grado.
4
juez, quien deberá asegurarla en cada proceso y previo a dictar cualquier
resolución, salvo las medidas cautelares que puede ordenar en caso de
urgencia para garantizar los derechos personales y patrimoniales de la
persona (art. 34).
5
El dictamen deberá ser valorado por el juez junto con los otros elementos
traídos al proceso, quedando a cargo del juzgador la consideración de la
incapacidad en la medida en que ésta impida al sujeto dirigir su persona o
administrar sus bienes.
Sentencia. Alcances
Registración de la sentencia
Una vez que las restricciones sean dejadas sin efecto, o bien modificadas
por una nueva sentencia dictada, se deberá ordenar la inmediata
cancelación o inscripción registral, respectivamente.
6
Revisión
Cese de la incapacidad
7
De acuerdo a lo dicho anteriormente, sea la sentencia que se dicte deberá
inscribirse en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas para la
debida oponibilidad a terceros.
Internación de personas
Régimen legal
Por su parte, la Ley de Salud Mental (Ley 26.657), en su art. 14, prevé:
Caracteres. Requisitos
8
Asimismo, se prevé que todas las medidas que se adopten en relación a la
restricción de la capacidad jurídica deberán estar sustentadas en
evaluaciones interdisciplinarias, en las que intervendrán psicólogos,
psiquiatras, asistentes, trabajadores sociales, entre otros.
9
Noción. Función
7 Art. 12 de la Ley 26.378, que aprueba la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su protocolo facultativo, aprobados mediante resolución de la
Asamblea General de las Naciones Unidas del 13 de diciembre de 2006.
10
condición y calidad de las medidas y, de ser necesario, ser inscripta en
Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.8
Los apoyos que se designen pueden ser de los más variados, pueden
consistir en apoyos terapéuticos, de intérpretes, de un curador, de
asistencia tecnológica, entre otros, es decir cualquier medida de protección
destinada a colocar a la persona con discapacidad en pie de igualdad con
los demás.
Designación
Inscripción
Inhabilitados
11
Noción. Presupuestos fácticos
Procedimiento de la declaración
Efectos de la declaración
12
voluntad, y para aquéllos requerirá contar con un apoyo que lo asista.
Además de estos actos, el apoyo deberá asistir al inhabilitado en todos
aquellos actos que hayan sido indicados por el juez en su sentencia de
inhabilitación.
Cese de la inhabilitación
El artículo 100 del Código Civil y Comercial establece que las personas
incapaces ejercen, por medio de sus representantes, los derechos que no
pueden ejercer por sí.
Recordamos que estos incapaces a los que refiere el precepto son única y
exclusivamente los incapaces de obrar o de hecho, quienes no podrán
obrar por sí mismos, pero sí a través del instituto de la representación.
13
siempre que el representante investido de suficiente poder o facultad
actúa en nombre y por cuenta de otro –el representado– sobre el cual
recaen los efectos jurídicos del acto celebrado.
El artículo 101 del código unificado nos dice quiénes son los representantes
legales de los incapaces y comprende tres instituciones: la responsabilidad
parental, la tutela y la curatela.
Son representantes:
Noción de asistencia
14
El ejercicio de la responsabilidad parental le corresponde:
La tutela puede ser unipersonal o conjunta, es decir, puede ser ejercida por
una o más personas conforme el interés superior del niño, debiendo
establecerse en cada caso en concreto. Asimismo, es dable señalar que el
cargo de tutor es intransmisible y de carácter personal.
Este instituto se encuentra regulado en los arts. 104 a 137 del código único.
15
cónyuge, conviviente, hijos, padres o hermanos de la persona a proteger,
según quien tenga mayor aptitud, valorando la idoneidad moral y
económica.
Este instituto se encuentra regulado en los arts. 138 a 140 del Código Civil y
Comercial.
Tal como venimos estudiando, hemos dicho que la persona con capacidad
restringida y los inhabilitados son asistidos por los apoyos designados por
el juez en la sentencia.
16
Y, en el ámbito extrajudicial, el Ministerio Público actúa ante la ausencia,
carencia o inacción de los representantes legales, cuando están
comprometidos los derechos sociales, económicos y culturales.
17
Referencias
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
18
LA CAPACIDAD DE LAS PERSONAS EN EL NUEVO CODIGO CIVIL Y
COMERCIAL
Por Silvia Eugenia Fernández
Derecho
Privado I
1
Persona jurídica
Persona jurídica
Noción
Importancia actual
2
sujeto de relaciones jurídicas, con independencia de los miembros que lo
componen.
De este modo, la personalidad jurídica es entonces el presupuesto de
actuación de los grupos humanos dentro de la sociedad, y su
reconocimiento se presenta como una exigencia ineludible para posibilitar
el pleno desarrollo de los individuos que integran una comunidad
jurídicamente organizada. (Tagle, 2002).
Naturaleza jurídica
3
componen, entonces este ente representa la configuración jurídico
legal de ese interés
o La teoría de la institución: de Hauriou, quien sostiene que la
persona jurídica es una institución, es una idea de obra o de
empresa que se realiza y dura jurídicamente en un medio social;
para la realización de esta idea, se organiza un poder que le procura
los órganos necesarios. Por otra parte, entre los miembros del
grupo social interesado en la realización de la idea, se producen
manifestaciones de comunión dirigidas por órganos de poder y
reglamentadas por procedimientos. El elemento más importante de
toda institución corporativa es la idea de la obra a realizar. Todo
cuerpo constituido lo es por la realización de una obra o de una
empresa. La idea de la empresa es el objeto de la empresa, porque
la empresa tiene por objeto realizar la idea. El segundo elemento de
toda institución corporativa es un poder de gobierno organizado
para la realización de la idea de la empresa, y que está a su servicio.
Y el tercer elemento de la institución corporativa, para Hauriou, es
la "manifestación de comunión" de los miembros del cuerpo y
también de los órganos de gobierno, tanto en la idea de la obra a
realizar como en los medios a emplear.
Comienzo de la existencia
4
agregársele, antepuesto o pospuesto, el aditamento “simple asociación” o
“asociación simple”.
5
asociados, miembros, controlantes directos e indirectos que la hicieron
posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios
causados (art. 144 CCCN).
Es decir que la inoponibilidad de la personalidad jurídica opera en un doble
sentido: a) la imputación diferenciada, esto es, atribuye la actuación al
miembro del ente en su propia persona; b) la limitación de la
responsabilidad, debiendo responder el miembro ilimitada y
solidariamente por los daños causados.
Clasificación
6
Figura 1
7
Referencias
Buteler Cáceres, J. (2000). Manual de Derecho Civil. Córdoba: Advocatus.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
8
La persona jurídica en el Código Civil y
Comercial
A partir del artículo 141 de la nueva compilación legal, reglada por la comisión creada por
el decreto 191/11, se desarrolla una parte general sobre la persona jurídica,
estableciéndose los ejes y directrices fundamentales.
I. Introducción
La reformulación del Código Único articula una teoría general de
la persona jurídica, admitiendo la fuerza jurígena de la voluntad de
los integrantes para crear un ente con personalidad, salvo
supuestos especiales que requieran autorización. En esta línea,
reconoce que la persona jurídica privada comienza desde su
constitución y no necesita autorización legal para funcionar, como así también que tiene
una personalidad distinta de la de sus miembros. Ahora bien, un aspecto central es la
incorporación de la denominada “inoponibilidad de la persona jurídica” en caso de uso
desviado del ente o que sea una alternativa para violar la ley, el orden público, la buena fe,
o para frustrar derechos de terceros. En estos casos, se habilita justamente la imputación
directa a los socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, quienes
responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. La textura de la norma
es mucho más abierta que la del art. 54 ter de la Ley de Sociedades (LS), ya que no se refiere
al “mero recurso” sino que comprende todas las formas asociativas e incorpora también
tanto al controlante directo como al indirecto. De todas formas, también se reeditará el
debate en torno a que si éste tipo de conducta implica “desviar la causa fin” del contrato o
acuerdo que dio nacimiento a la persona jurídica, o basta la violación de los derechos de
terceros, mediante las conductas tipificadas, para imputar directamente la responsabilidad.
Este debate ha sido respondido con un criterio amplio en materia laboral y habrá que ver
cómo se interpreta ahora que pasa a ser un principio general en materia de persona jurídica.
En este sentido, los autores del Código Civil y Comercial expresan que la personalidad
jurídica es conferida por el legislador como un recurso técnico según variables
circunstancias de conveniencia o necesidad que inspiran la política legislativa, y por
consiguiente, otras normas legales que pueden crear figuras que amplíen el catálogo de las
existentes.
En esta línea, aclaran que -tratándose de la formulación de un Código de Derecho Privado-
podría prescindirse de las referencias a las personas jurídicas públicas y -no obstante ello,
respetando la tradición del código velezano- han realizado una enumeración de este tipo
de sujetos de derecho.
En consecuencia, sostienen que el aspecto nuclear de la regulación se dirige a establecer el
1
perfil de las personas jurídicas privadas reconociendo la fuerza jurígena de la voluntad para
constituirlas dentro del marco de las formas admitidas, de manera tal, que la personalidad
jurídica nace con el acuerdo de voluntades.
En este sentido, el artículo 141 puntualiza que son personas jurídicas “todos los entes a los
cuales el ordenamiento jurídico les concede aptitud para contraer derechos y contraer
obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”.
1
Hans Kelsen, Teoría pura del derecho, 1941, págs. 47 a 49.
2
Por Fargosi, Horacio, Notas sobre sociedades comerciales y personalidad jurídica, L.L. 1988-E.
3
Ascarelli, Asociaciones y sociedades comerciales, Editorial Ediar.
4
Francesco Ferrara, Le persone giuridiche, Turín, 1935. En el Tratado di diritto civile, de F. Vassali, o en su
anterior Teoría delle persone giuridiche, 2ª ed., Torino, 1923.
2
Con toda claridad Ferrara5 señala que el legislador encuentra la personalidad en la realidad
social, la modela y la plasma como ente único, dándole una propia individualidad jurídica.
La persona jurídica no es un instrumento técnico de laboratorio jurídico, el legislador ha
encontrado esta forma rudimentaria en la vida y no ha hecho más que seguir la norma de
la concepción social.
3
propuesto por los socios.
Dos fallos señeros en la materia fueron las causas Swift6 y Parke Davis7 que luego fueron
seguidos por los más diversos tribunales del país.
Los supuestos de desestimación se fundaron en los principios de la simulación ilícita y el
abuso del derecho en tanto y en cuanto -al estar viciada la causa final del negocio societario-
debía “descorrerse el velo de la personalidad”, dando primacía a la realidad subyacente
detrás de la personalidad societaria.
De tal modo, el Código reconoce que este instituto tuvo su origen en la ley de Sociedades
Comerciales y que debe hacérselo extensivo a cualquier persona jurídica privada, ya que el
abuso en su constitución y la desvirtuación de su finalidad, tanto genérica como a la
posterior dinámica funcional, constituyen manifestaciones de una utilización desviada del
recurso de la personalidad, susceptibles de producirse en cualquier clase de persona
jurídica, lo cual fundamenta la provisión del instituto en un sistema general.
6
L.L. 146-601.
7
L.L. 151-353.
4
al sentido y alcance del artículo 54 ter de la ley societaria, que ahora puede predicarse del
artículo 144 del Código Civil y Comercial.
Así, la doctrina especializada decía : “El primer acierto del art. 54 lo constituye la descripción
del fenómeno que origina las sanciones allí establecidas pues el legislador no se ha limitado
al acto de constitución de la sociedad, ni se remonta al origen del ente para tornar aplicable
la norma, sino que, la expresión ‘actuación’ debe entenderse también como comprensiva
de cualquier acto emanado de los órganos de la sociedad en los cuales se exprese su
voluntad y que tenga como víctimas a los terceros ajenos a la sociedad o a algunos de sus
integrantes, cuyos derechos puedan ser violados a través de las conductas consumadas por
el ilegítimo empleo de las formas societarias”8.
Otaegui9 afirma que el encubrimiento de la consecución de fines extrasocietarios bajo la
actuación de la sociedad implica, en principio, una simulación ilícita, lo que está abonado
por la vinculación existente entre la teoría de la penetración y de la simulación. Sin
embargo, hay opiniones diversas que consideran que el art. 54, al referirse a la sociedad
que encubra fines extrasocietarios no regula un supuesto de simulación sino de abuso de
derecho, pues la sociedad de marras no es ficticia sino real.
8
Ricardo Nissen, Curso de Derecho Societario, Ad-Hoc, 1998, pág. 129.
9
Otaegui, Concentración societaria, Ábaco, p. 479.
5
VII. Las consecuencias de la configuración de las
conductas reprochables del artículo 144
La configuración de las conductas reseñadas en el artículo 144 producen como efectos
jurídicos particulares los siguientes:
a) Imputación directa de dichos actos a los miembros, socios, asociados y/o controlantes
que la hicieron posible.
Lo dicho implica que dichos socios o controlantes quedan obligados personalmente por las
obligaciones de la entidad, pero ello no implica que se anule la personalidad societaria o
que deba disolverse la sociedad.
La inoponibilidad del art. 144 no implica la nulidad del ente sino simplemente su
inoponibilidad, tratándose de un caso de imputación aditiva entre los sujetos de derecho y
los socios y/o controlantes que llevaron a cabo la conducta sancionable.
b) Que dichas personas responden solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados.
En el ámbito societario, existe discordia sobre el alcance del resarcimiento y así Otaegui10
entiende que el art. 54 ter de la LS abarca la responsabilidad por el pasivo de la sociedad y
no solamente los perjuicios causados.
En este sentido, el autor citado señala que el art. 54 impone responsabilidad por las
obligaciones sociales y por los perjuicios causados en una solución concordante con el art.
19 de la ley 19550.
Afirma que, de lo contrario, se exigiría acreditar la existencia de un daño y la relación de
causalidad con el hecho antijurídico y el referido daño, todo lo cual implicaría una verdadera
dificultad para la misión de la acción. Idéntica afirmación puede hacerse del actual texto
proyectado del art. 144.
A la opinión vertida en materia societaria, cabe agregar que la acreditación del perjuicio
también requeriría, en ciertos casos, justificar la impotencia patrimonial de la persona
jurídica para cumplir los compromisos emergentes de su actuación.
Por el contrario, si se acepta que el art. 144, abarca la responsabilidad por el pasivo de la
entidad, quien invoque la norma deberá probar su crédito contra aquélla, aunque no su
insolvencia, pero no tendrá que acreditar ineludiblemente un daño y una relación de
causalidad y ello posibilita un mayor campo de aplicación de la regla.
(*) Profesor titular plenario de Derecho Concursal y Cambiario. Profesor de Derecho del
Consumidor. Director del Instituto de Estudios de la Magistratura de la Asociación de
Magistrados y Funcionarios de la Provincia de Córdoba.
Fuente
Junyent Bas, F. (20 de octubre de 2014). La persona jurídica en el Código Civil y Comercial. Publicado
en: Comercio y Justicia. Cita Online: https://goo.gl/0MkpCo
10
Otaegui, Julio, Anomalías Societarias, Advocatus, pág. 109.
6
Personas jurídicas
públicas y privadas
Derecho
Privado I
1
Personas jurídicas públicas y
privadas
Públicas
Definición. Caracteres
Clases
Ley aplicable
3
Privadas
Noción. Caracteres
Enunciación
Ley aplicable
Asociaciones civiles
Definición
Las asociaciones civiles son un tipo de personas jurídicas privadas (inc. “b”
del art. 148) a través de las cuales se puede realizar múltiples actividades.
A los fines de su constitución, las asociaciones deben cumplir ciertos
requisitos y formalidades, como ser: deben tener por principal objeto el
bien común, el interés general, es decir un espíritu altruista. Este interés
general debe interpretarse “dentro del respeto a las diversas identidades,
Requisitos de formación
Simples asociaciones
Las simples asociaciones también son personas jurídicas privadas (art. 148,
inc. “c”), que no requieren autorización estatal alguna para funcionar.
7
La forma por la que se constituyen estos entes ideales puede ser por
instrumento público o por instrumento privado con firma certificada por
escribano público, debiendo consignarse el aditamento “simple asociación”
o “asociación civil”.
Las simples asociaciones comienzan su existencia como personas jurídicas a
partir de la fecha del acto constitutivo, es decir que, una vez otorgada la
escritura pública o el instrumento privado con firmas certificadas, estos
sujetos de derechos gozan de personalidad jurídica.
Están reguladas en los arts. 187 a 192 del Código Civil y Comercial y se
prevé que, en cuanto a su constitución, gobierno, administración, socios,
órgano de fiscalización y funcionamiento, se rigen por lo dispuesto para las
asociaciones civiles, es decir remite a los arts. 168 a 186.
Fundaciones
Noción. Caracteres
Modo de constitución
9
Además, las restantes personas, facultativamente pueden llevar la
contabilidad solicitando la pertinente inscripción y rubricación o
autorización de registros, previa inscripción en el Registro Público.
Ya vimos quiénes son los sujetos obligados a llevar la contabilidad y
quiénes pueden llevarla de manera facultativa.
Ahora bien, el precepto mencionado también dispone las exclusiones, es
decir quiénes no deben llevar contabilidad. Así, prevé que quedan
excluidos de la obligación de llevar contabilidad los profesionales liberales
y quienes realizan actividades agropecuarias, y también podrán ser
eximidos quienes tengan escasa actividad, quedando ello al arbitrio de las
jurisdicciones locales.
Registros indispensables
Eficacia probatoria
11
Atributos de las personas jurídicas
Noción
Patrimonio
Representación
14
particular a expensas de la persona jurídica. Tiene prohibido contratar con
ésta, salvo que se trate de contratos referidos a su actividad ordinaria y en
las mismas condiciones en que el ente lo hubiera hecho con terceros.
Deberá abstenerse de intervenir en la toma de decisiones en las que tenga
un interés contrario a la persona jurídica y no podrá competir con ella.
(Roitman, 2006).
En efecto, el art. 159 menciona las siguientes reglas de conducta: 1) El
administrador no puede perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de
la persona jurídica. 2) Si, en determinada operación, los tuviera por sí o por
interpósita persona, debe hacerlo saber a los demás miembros del órgano
de administración o en su caso al órgano de gobierno, y abstenerse de
cualquier intervención relacionada con dicha operación.
En estos supuestos se encuentra comprometido el deber de lealtad, más
allá de que se puedan incorporar situaciones no contempladas
normativamente.
El deber del administrador de actuar con diligencia debe examinarse según
las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar, debiendo tenerse en
cuenta los siguientes aspectos: 1) La dimensión de la sociedad. 2) El objeto
social. 3) Las funciones genéricas que le incumben y las específicas que le
hubieran confiado. 4) Las circunstancias en que debió actuar. 5) La aptitud
que es común encontrar en personas que administran negocios similares.
Responsabilidad civil
15
Para que surja la responsabilidad, es necesario que hayan ocasionado un
daño causado ya sea por dolo o culpa, en el ejercicio o con ocasión de sus
funciones.
El daño se considera ocasionado en ejercicio de la función cuando existe
congruencia entre el daño y la actuación propia de la esfera de
competencia del órgano, cuando es el resultado directo del desempeño de
la función. El daño se causa con ocasión de la función cuando el hecho que
lo produce es extraño por su índole, contenido o naturaleza, a la actividad
propia del órgano de la persona jurídica, aunque mantiene alguna
vinculación con ésta. Es decir, son actos ajenos a la función propiamente
dicha, pero que sólo han podido cometerse por el órgano de la persona
jurídica en esa calidad. (Tagle, 2002).
Por último, debemos señalar que la responsabilidad de los administradores
respecto a la persona jurídica es de naturaleza contractual, y es
extracontractual respecto de los terceros. (Rivera y Medina, 2014).
Disolución y liquidación
Noción
Causales
16
a) la decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o
por la mayoría establecida por el estatuto o disposición
especial;
b) el cumplimiento de la condición resolutoria a la que el
acto constitutivo subordinó su existencia;
c) la consecución del objeto para el cual la persona jurídica
se formó, o la imposibilidad sobreviviente de cumplirlo;
d) el vencimiento del plazo;
e) la declaración de quiebra; la disolución queda sin efecto si
la quiebra concluye por avenimiento o se dispone la
conversión del trámite en concurso preventivo, o si la ley
especial prevé un régimen distinto;
f) la fusión respecto de las personas jurídicas que se
fusionan o la persona o personas jurídicas cuyo patrimonio
es absorbido; y la escisión respecto de la persona jurídica
que se divide y destina todo su patrimonio;
g) la reducción a uno del número de miembros, si la ley
especial exige pluralidad de ellos y ésta no es restablecida
dentro de los tres meses;
h) la denegatoria o revocación firmes de la autorización
estatal para funcionar, cuando ésta sea requerida;
i) el agotamiento de los bienes destinados a sostenerla;
j) cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras
disposiciones de este Título o de ley especial.9
18
Referencias
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
19
Córdoba adecúa su “IGJ” al nuevo Código
Civil
El Ministerio de Justicia cordobés publicó una resolución que detalla las competencias y
funciones de la Dirección General de Inspección de Personas Jurídicas en cuanto a las
nuevas figuras del Código Civil y Comercial, como los clubes de campo y barrios cerrados,
fideicomisos, sociedades unipersonales y registro de comerciantes.
La provincia de Córdoba continúa con las acciones de implementación del nuevo Código
Civil en los organismos locales. Como ocurrió antes con el Registro Civil, ahora, por medio
de la Resolución Nº149, el Ministerio de Justicia provincial aprobó un instructivo que define
la competencia de la Dirección General de Inspección de Personas Jurídicas, que cumple las
funciones mismas funciones que la Inspección General de Justicia, pero a nivel local.
El texto, publicado este miércoles en el Boletín Oficial y que cuenta con la firma de la titular
de la cartera de Justicia, Graciela del Valle Chayep, reconoce que el nuevo Código “introduce
1
reformas, incorpora figuras jurídicas y aspectos novedosos, muchos de los cuales pueden
tener incidencia en el ámbito funcional de la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas,
por lo que corresponde sentar criterios en relación a esas cuestiones para definir tal
competencia funcional, en el marco de las disposiciones emanadas de la Ley 8652”.
Por lo que “a tal fin, resulta fundamental como punto de partida, impartir instrucciones
precisas sobre distintas cuestiones relacionadas a las distintas áreas de la Dirección de
Inspección de Personas jurídicas a fin de otorgar certeza a los profesionales de las distintas
áreas técnicas, y consecuentemente seguridad jurídica a los administrados”.
Clubes de campo y barrios cerrados
La resolución se centra en distintos aspectos del nuevo Código referidos a las personas
jurídicas. “En lo que respecta a las Personas Jurídicas privadas, el nuevo Código en el Titulo
II, dedica un capítulo completo (Capítulo 2) a las Asociaciones Civiles y Simples Asociaciones,
que en el código anterior solo se conceptualizaban. Asimismo, el Capítulo 3 incorpora un
régimen sobre las Fundaciones, introduciendo las disposiciones de la Ley 19836, aunque no
inserta cambios sustanciales al respecto”, indica.
Otro punto que detalla la resolución, es en el de los “conjuntos inmobiliarios”, como los
clubes de campo, barrios cerrados o privados, parques industriales, empresariales o
náuticos, o cualquier otro emprendimiento urbanístico.
“Al respecto, el art. 2075 del Código Civil y Com. Dispone que ‘Todos los conjuntos
inmobiliarios deben someterse a la normativa del derecho real de propiedad horizontal
establecida en el Título V a los fines de conformar un derecho real de propiedad horizontal
especial’, refiere la resolución
Desde el ministerio, entienden que estos conjuntos se rigen por el régimen de la propiedad
horizontal, y a su vez, explican que “los derechos y obligaciones de los propietarios
integrantes de estos complejos se rigen por el Reglamento de Propiedad Horizontal (art.
2078 C.Civil y Com)”.
Siguiendo con ese desarrollo, estos reglamentos de estos conjuntos deben ser inscripto en
el Registro de la Propiedad, “ya que si bien los arts. 2056 y 2057 nada dicen al respecto, ello
se desprende de los lineamientos de su antecedente (art. 9º, ley 13.512)”. Allí es dónde
comienza la tarea de la Dirección de Inspección de Personas Jurídica.
Es que el artículo el art. 2074 “alude a la creación de una entidad con personería jurídica
que agrupe a todos los propietarios de las partes privativas, que gestionará el desarrollo y
funcionamiento del complejo”, mientras que el art. 148 inc. h) “le otorga el carácter de
persona jurídica al consorcio de propietarios”.
Siguiendo ese razonamiento, el texto indica que el ‘Consorcio de Propiedad Horizontal’ es
“una persona jurídica privada distinta a las otras que prevé el mismo art. 148 C.Civil y Com
en los otros incisos (sociedades, asociaciones civiles, simples asociaciones, fundaciones,
mutuales, cooperativas, etc.)”, por lo que “no puede equipararse el Consorcio de propiedad
horizontal a una Asociación Civil, no solo porque está claramente diferenciado en la propia
ley (art.148 C.Civil y Com) sino que ambas figuras resultan incompatibles en varios
aspectos”.
La resolución brinda argumentos para fundar esa postura, ya que existe “una
incompatibilidad tanto en el acceso como en el retiro a la calidad de asociado, resultando
2
incompatible el carácter de asociado a una asociación civil , a la de un copropietario de un
lote, ya que no solo que la asociación es voluntaria en esta figura asociativa, sino que la
calidad de socio se pierde por renuncia, fallecimiento, cesantía o expulsión; y ninguno de
estos supuestos son posibles en el caso de un copropietario de un lote de un conjunto
inmobiliario”.
Se decide equiparar a los conjuntos inmobiliarios al régimen de propiedad horizontal, ya
que “en definitiva, el consorcio goza de personería jurídica dada por la normativa de fondo
(art. 2044), siendo suficiente la inscripción en el Registro General de la Propiedad del
reglamento de copropiedad y administración. La exigencia de una posible inscripción en el
registro público, no se encuentra dispuesta por norma alguna, como tampoco existe
normativa que la determine a fin de funcionar como tal”.
Pero, por ende, el ministerio declara que la Dirección de Personas Jurídicas es incompetente
“para fiscalizar, inscribir y otorgar personería jurídica a los conjuntos inmobiliarios”.
A quién le toca controlar a las sociedades unipersonales
La resolución también se pronuncia sobre qué competencias y funciones detenta la
Dirección, al amparo del nuevo régimen legal. Es que el Código Civil y Comercial derogó al
Código de Comercio, y con ello ya no están más claras las funciones del Registro Público de
Comercio.
Señala como dificultades la supresión de la Ley 19.550 de la figura del Juez de Registro,
aunque la Ley local 8565, que establece la competencia de este parta todos los tipos
societarios a excepción de las sociedades por acciones, no fue modificada. Además de ello,
la inclusión de la figura de la sociedad unipersonal abrió otro interrogante, que se le suma
a la Acordada del TSJ que decidió mantener la competencia de los Juzgados Concursales
para todos los conflictos sobre registros de comercio.
Bajo esa premisa, se decide que la Dirección “mantiene su competencia para fiscalizar el
trámite constitutivo y de modificación del contrato social de las Sociedades por Acciones y
Extranjeras. En relación a los demás tipos societarios, tales como Sociedades de
Responsabilidad Limitada, Sociedades Colectivas e y Contratos Asociativos, cuyo control es
judicial, se mantiene la función únicamente registral a través del Registro Público,
limitándose a tomar razón de las inscripciones ordenadas por el órgano jurisdiccional
competente”. Además, será competente para los trámites correspondientes a las
sociedades unipersonales.
Fideicomisos
El Art. 1669 del nuevo Código exige que debe inscribirse en el Registro Público que
corresponda el contrato de Fideicomiso.
Sobre esta materia, la resolución indica: “ahora bien, está claro que deberá crearse un
Registro específico para los fideicomisos, la cuestión pasa por develar en que órbita de la
Administración Pública va a funcionar tal registro. Que al no aclarar la mencionada norma
(art.1669 C.C.C.N.) cual es el registro correspondiente, si es uno ya existente o a crearse en
el futuro, no puede esta área de estado reglamentar sobre ese punto, ya que sería arrogarse
facultades legislativas, lo cual resulta inconstitucional”.
El texto vuelve a referirse a que conforme lo estipulado por el art.148 del Código Civil y
Comercial, “el Contrato de Fideicomiso no crea una persona jurídica, como para considerar
3
una ampliación de la competencia registral de la Dirección de Inspección de Personas
Jurídicas sobre ese punto”, por lo que en consecuencia se decida declarar incompetente a
la Dirección para inscribir y fiscalizar fideicomisos.
Comerciantes
La derogación del Código de Comercio trajo aparejada, en cuanto al control de la Matrícula
de Comerciantes, que el Registro Público tendrá competencia llevar el Registro de
inscripción.
Por lo que la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas mantiene la competencia
registral en lo relacionado sobre contratos de colaboración – Contratos Asociativos (Art.
1442 y siguientes) y en la Rúbrica de Libros (como Registro de Libros en virtud del Art. 320
del C.C.C.N.) “para todos los que realicen una actividad económica organizada, con el mismo
procedimiento que se lleva en la actualidad, cuya solicitud se presenta en sede judicial y la
Dirección de Inspección de Personas Jurídicas sólo verifica la toma de razón de la medida”.
Fuente
Werner, M. (7 de octubre de 2015). Córdoba adecúa su “IGJ” al nuevo Código Civil. Publicado en:
Diario Judicial.com. Cita Online: https://goo.gl/uGEQGd
4
El objeto de la
relación jurídica
privada
Derecho
Privado I
0
El objeto de la relación jurídica
privada
El objeto
Puesto que las relaciones jurídicas y los derechos subjetivos que ellas
contienen son de diferente naturaleza, el objeto variará según la clase de
relación y de derecho subjetivo de que se trate.
Así, en las relaciones que tienen por contenido los derechos personalísimos
o los derechos humanos, el objeto está dado por las diversas
manifestaciones o proyecciones que integran la personalidad de la persona
física, como su honor, libertad, integridad física o espiritual; en las que
tienen por contenido los derechos subjetivos potestativos, el objeto está
dado por el conjunto de deberes y prerrogativas de los padres para la
educación y pleno desarrollo de la personalidad de sus hijos. En las que
tienen por contenido los derechos reales, el objeto es la cosa, objeto
material susceptible de valor, sobre las que se ejercen las facultades o
prerrogativas del titular.
Por otro lado, en las relaciones jurídicas que recaen sobre derechos
personales o de crédito, el objeto se proyecta sobre la conducta del
deudor, denominada prestación y por último, en los derechos intelectuales
el objeto es la obra científica, literaria o artística, la expresión de ideas,
procedimientos, es decir, el producto del intelecto humano.
En una palabra, objeto de las relaciones jurídicas puede ser: cosas, hechos
u objetos inmateriales. (Tagle, 2002).
1
estrechamente vinculada al enfoque económico y, por lo tanto, no podría
aplicarse a los bienes ambientales, o al cuerpo, o partes del cadáver.
El artículo 16 del código único prevé que los derechos individuales pueden
recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se
llaman cosas y las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la
energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del
hombre.
Distintas clasificaciones
1 Nota al artículo 2311 del Código Civil Argentino derogado por ley 26994.
2
de la posesión en forma pública, pacífica, continua e ininterrumpida
durante el tiempo que establece la ley. Así, las cosas inmuebles se
adquieren por la posesión continua de diez años cuando ésta es con
justo título y buena fe (art. 1898 CCCN) o bien, veinte años sin
necesidad de título y buena fe por parte del poseedor (art. 1899 CCCN).
Ahora bien, el dominio sobre cosa mueble se adquiere por la simple
posesión de buena fe, salvo que se trate de cosas muebles hurtadas o
perdidas, en cuyo caso el dominio se adquiere por la posesión continua
y de buena fe de dos años (art. 1898). Si no hay justo título y buena fe y
se trata de una cosa mueble registrable, se adquiere si se posee
durante diez años (art. 1899).
Asimismo, esta clasificación influye en los derechos reales. Así por
ejemplo, el derecho real de propiedad horizontal sólo puede recaer
sobre inmuebles (art. 2037), tal como el derecho de superficie (art.
2114) y el de hipoteca (art. 2205). En tanto, el derecho real de prensa
sólo puede recaer sobre cosas muebles no registrables o créditos
instrumentados (art. 2219).
3
puesto que el usufructuario y el usuario pueden usar y gozar de la
cosa ajena sin alterar su sustancia.
o La clasificación entre cosas divisibles y no divisibles tiene
importancia pues, al dividirse un condominio o la partición de una
herencia, sólo las cosas divisibles pueden ser objeto de partición en
especie.
Criterios de distinción
Los artículos 225 y 226 del Código Civil y Comercial determinan qué debe
entenderse por inmuebles y el art. 227, por muebles.
Art. 225: Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su
naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él de una manera orgánica
y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre3.
Art. 226: Inmuebles por accesión. Son inmuebles por accesión las cosas
muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al
suelo, con carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un
todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado
sin la voluntad del propietario. No se consideran inmuebles por
accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a la
actividad del propietario4.
4
Son inmuebles por accesión: las cosas muebles que se encuentran
inmovilizadas por su adhesión física al suelo con carácter de
perdurabilidad, como son todas las clases de construcciones, casas,
edificios, obras de infraestructuras en general. Las cosas muebles que se
incorporan de manera permanente a todas estas construcciones, como las
estufas de una casa, las ventanas de un edificio, las barandas, etc. son
también inmuebles por accesión, mientras permanezcan en esa condición
(Rivera y Medina, 2014).
Art. 227: “Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden
desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa”5.
Este concepto engloba las cosas que pueden transportarse fácilmente
de un lugar a otro, movidas ya por una influencia extraña, como son los
automóviles, o por sí mismas, como son los animales que se denominan
semovientes.
Cosas divisibles y no divisibles
5
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento
convierte en antieconómico su uso y aprovechamiento. En
materia de inmuebles, la reglamentación del
fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades
locales6.
Así las cosas, para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes
presupuestos:
Ahora bien, las cosas no podrán ser divididas, aunque se den todos los
requisitos desarrollados anteriormente, si su división convierte en
antieconómico su uso. Esto puede ocurrir con una colección de monedas,
por ejemplo, o con la división de la tierra en parcelas que impidan su
adecuado aprovechamiento (en tal caso, ello dependerá de las
características del suelo, pues puede influir, para determinar si es divisible
o no, cuán fértil sea la tierra o la extensión del terreno o el clima).
El artículo 229 dispone: “Cosas principales. Son cosas principales las que
pueden existir por sí mismas”7.
6
Por su parte el art. 230 prevé:
Así, son cosas principales las que tienen una existencia propia e
independiente de cualquier otra (por ejemplo un auto); y accesorias las
que jurídicamente carecen de existencia propia por depender de otras, por
ello siguen la suerte de la principal.
7
Así pues, existen dos clases de cosas consumibles:
Las cosas que se extinguen con el uso que de ellas se haga, como los
alimentos.
Las que dejan de existir para su propietario, como el dinero.
Art. 232: “Cosas fungibles. Son cosas fungibles aquellas en que todo
individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y
pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad”10.
Ahora bien, este carácter no sólo está dado por la naturaleza de la cosa,
sino también depende de la voluntad del sujeto, pues un libro nuevo es
equivalente a otro de iguales características, pero no lo es si se trata de un
ejemplar con una especial dedicatoria.
10 Art. 232 del Código Civil y Comercial de la Nación- Honorable Congreso de la Nación Argentina.
8
Frutos y productos
Por ejemplo, una vaca produce leche como fruto y carne como producto.
La norma clasifica los frutos en:
9
Por último, debe señalarse que los frutos naturales e industriales y los
productos no son accesorios de la cosa, sino que forman un todo con ella
mientras estén unidos, pero, una vez separados, adquieren existencia
propia e independiente y deben ser considerados cosas principales.
El art. 234 prevé “Bienes fuera del comercio. Están fuera del comercio los
bienes cuya transmisión está expresamente prohibida:
Por la ley;
Por actos jurídicos, en cuanto este Código permite tales
prohibiciones”12.
Los bienes están dentro o fuera del comercio. Esta cualidad no depende de
las características intrínsecas de la cosa sino de disposiciones legales. En
general, los bienes están dentro del comercio, salvo los casos en que la ley
o un acto jurídico así lo disponen.
En general, están fuera del comercio los bienes de dominio público del
Estado; y por acto jurídico se puede impedir temporalmente también la
enajenación de una cosa (Rivera y Medina, 2014).
Desde el punto de vista de las personas que los poseen, cabe distinguir: a)
bienes pertenecientes al dominio público; b) bienes del dominio privado
del Estado y c) bienes de los particulares.
12
Art. 234 del CCCN.
10
el derecho de reivindicación, ejercer acciones posesorias, disponer de los
frutos, etc (Tagle, 2002).
Y son de uso público general por parte de todos los habitantes. Sin
embargo, ello no quita que el Estado pueda disponer que deba pagarse un
canon a esos efectos, directamente a él o a un concesionario a quien le fue
asignada la explotación por un período de tiempo.
11
glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que
tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés
general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin
perjuicio del ejercicio regular del derecho del propietario
del fundo de extraer las aguas subterráneas en la
medida de su interés y con sujeción a las disposiciones
locales. Se entiende por río el agua, las playas y el lecho
por donde corre, delimitado por la línea de ribera que
fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por
lago o laguna se entiende el agua, sus playas y su lecho,
respectivamente, delimitado de la misma manera que
los ríos;
Por otro lado, están los bienes de dominio privado del Estado, que son
aquellos sobre los cuales éste ejerce un derecho de dominio regido por las
normas de derecho privado, aun cuando corresponda distinguir aquellos
bienes que, por estar directamente afectados a un servicio público, no son
susceptibles de ser embargados, de aquellos no afectados a un servicio
público y, por ende, embargables y prescriptibles.
12
Estos bienes están enumerados en el art. 236 del Código Civil y Comercial,
que dispone:
Finalmente, están los bienes de los particulares. Así, el art. 238, reza:
13
de su derecho. Pertenecen al dominio público si constituyen
cursos de agua por cauces naturales. Los particulares no
deben alterar esos cursos de agua. El uso por cualquier
título de aguas públicas, u obras construidas para utilidad o
comodidad común, no les hace perder el carácter de bienes
públicos del Estado, inalienables e imprescriptibles. El hecho
de correr los cursos de agua por los terrenos inferiores no
da a los dueños de éstos derecho alguno16.
14
Referencias
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
15
El
patrimonio
Derecho
Privado I
0
El patrimonio
Definición. Caracteres
El patrimonio constituye una unidad jurídica compuesta por elementos
singulares que lo integran, los cuales pueden ingresar o egresar, aumentar
o disminuir o aun ser nulos, sin que el patrimonio deje de ser tal.
Por otro lado, los patrimonios especiales son conjuntos de bienes que
están afectados a un fin determinado y sujetos a un especial régimen legal.
1
Podemos citar, como ejemplos de patrimonios especiales, el patrimonio de
la sociedad, el patrimonio del causante mientras se mantiene separado del
patrimonio de los herederos, el patrimonio del emancipado constituido por
los bienes recibidos a título gratuito, el patrimonio del declarado
presuntamente fallecido durante el período de prenotación, entre otros.
2
física o jurídica, unidos, cohesionados, vinculados entre sí,
aprehendidos como unidad.
La persona puede ser titular de un patrimonio general y constituir
patrimonios especiales afectados a fines determinados, en la medida
en que estén permitidos por la ley.
Función de garantía
3
Bienes excluidos
Vivienda
Definición
4
beneficiarios incapaces o con capacidad restringida; c) se
amplía la lista de los beneficiarios al conviviente; (d) se
prevé expresamente la subrogación real, reclamada por la
doctrina y recogida en diversos pronunciamientos judiciales,
que permite adquirir una nueva vivienda y mantener la
afectación, así como extender la protección a la
indemnización que provenga del seguro o de la
expropiación; (e) se resuelven problemas discutidos en la
doctrina, los cuales son: la situación de la quiebra,
adoptándose el criterio según el cual el activo liquidado
pertenece sólo a los acreedores anteriores a la afectación, y
si hay remanente se entrega al propietario; la admisión de la
retroprioridad registral, en tanto se remite a las normas de
la ley registral que así lo autorizan; la inoponibilidad a los
créditos por expensas en la propiedad horizontal y a los
créditos alimentarios, etcétera2.
Por otro lado, tampoco puede afectarse más de un inmueble, por lo que, si
alguien es propietario único de dos o más inmuebles, debe optar por la
subsistencia de uno solo dentro del plazo que fije la autoridad de
aplicación, so pena de considerar afectado el constituido en primer
término.
5
Inscripción en el registro de la propiedad
Legitimados
Por actos entre vivos. En este caso se requiere ser titular dominial o, si
hay condominio, la solicitud debe ser efectuada por todos los
cotitulares.
Mortis causa. Se prevé que la constitución puede hacerse por actos de
última voluntad y, aunque el Código no lo diga, el único acto por el que
podría hacerse la afectación es a través de testamento. En este caso, el
juez debe ordenar la inscripción a pedido de cualquiera de los
beneficiarios, del Ministerio Público o de oficio en el caso de que
hubiere incapaces o personas con capacidad restringida.
Constitución judicial. Finalmente, se prevé que la afectación pueda ser
decidida por el juez, a petición de parte, en la resolución que atribuye
la vivienda en el juicio de divorcio o que resuelve las cuestiones
relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces
o con capacidad restringida.
Beneficiarios
Según el art. 246 del CCCN, son beneficiarios del régimen las siguientes
personas:
El constituyente
Su cónyuge
Su conviviente
Los ascendientes o descendientes del constituyente
En caso de que el constituyente no tenga cónyuge, conviviente,
ascendientes, ni descendientes, pueden ser beneficiarios los parientes
colaterales del constituyente siempre que convivan con él.
6
Desafectación y cancelación de la inscripción.
7
Referencias
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
8
Protección de la Vivienda
El régimen de Protección de la Vivienda se acerca a las comunas porteñas
Protección de la Vivienda
El derecho de acceso a la vivienda es un derecho humano reconocido en diversos tratados
internacionales. Fue receptado en el Código Civil y Comercial de la Nación, Ley 26.994 en el
Libro Primero, Título III -Bienes-, Capítulo 3 -Vivienda-, e introdujo importantes
modificaciones: autoriza la afectación al régimen de protección de la vivienda a favor del
titular del dominio sin familia, ya que atiende la situación de la persona que vive sola, y que
necesita también proteger un lugar donde habitar; permite que sea constituido por todos
los condóminos, aunque no sean parientes ni cónyuges; amplía la lista de los beneficiarios
al conviviente, y requiere que el conviviente inscripto preste el asentimiento para la
enajenación o gravamen del inmueble; la afectación también puede ser decidida por el juez,
a petición de parte, en la resolución que atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el
que resuelve las cuestiones relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios
incapaces o con capacidad restringida; prevé expresamente la subrogación real, en donde
la afectación se transmite a la vivienda adquirida en sustitución de la afectada.
1
Objeto
El objeto es un inmueble destinado a vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su
valor. Esta protección no excluye la concedida por otras disposiciones legales. No puede
afectarse más de un inmueble. Si alguien resulta ser propietario único de dos o más
inmuebles afectados, debe optar por la subsistencia de uno solo en ese carácter dentro del
plazo que fije la autoridad de aplicación, bajo apercibimiento de considerarse afectado el
constituido en primer término. La afectación se inscribe en el registro de la propiedad
inmueble según las formas previstas en las reglas locales, y la prioridad temporal se rige por
las normas contenidas en la ley nacional del registro inmobiliario.
Legitimados
La afectación puede ser solicitada por el titular registral; si el inmueble está en condominio,
deben solicitarla todos los cotitulares conjuntamente. La afectación puede disponerse por
actos de última voluntad; en este caso, el juez debe ordenar la inscripción a pedido de
cualquiera de los beneficiarios, o del Ministerio Público, o de oficio si hay beneficiarios
incapaces o con capacidad restringida. La afectación también puede ser decidida por el juez,
a petición de parte, en la resolución que atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el
que resuelve las cuestiones relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios
incapaces o con capacidad restringida.
Beneficiarios
Son beneficiarios de la afectación:
a) el propietario constituyente, su cónyuge, su conviviente, sus ascendientes o
descendientes;
b) en defecto de ellos, sus parientes colaterales dentro del tercer grado que
convivan con el constituyente.
Habitación efectiva
Si la afectación es peticionada por el titular registral, se requiere que al menos uno de los
beneficiarios habite el inmueble. En todos los casos, para que los efectos subsistan, basta
que uno de ellos permanezca en el inmueble.
Subrogación real
La afectación se transmite a la vivienda adquirida en sustitución de la afectada y a los
importes que la sustituyen en concepto de indemnización o precio.
2
Efecto principal de la afectación
La afectación es inoponible a los acreedores de causa anterior a esa afectación. La vivienda
afectada no es susceptible de ejecución por deudas posteriores a su inscripción.
Los acreedores sin derecho a requerir la ejecución no pueden cobrar sus créditos sobre el
inmueble afectado, ni sobre los importes que la sustituyen en concepto de indemnización
o precio, aunque sea obtenido en subasta judicial, sea ésta ordenada en una ejecución
individual o colectiva. Si el inmueble se subasta y queda remanente, éste se entrega al
propietario del inmueble. En el proceso concursal, la ejecución de la vivienda sólo puede
ser solicitada por los acreedores enumerados en este artículo.
Frutos
Son embargables y ejecutables los frutos que produce el inmueble si no son indispensables
3
para satisfacer las necesidades de los beneficiarios.
Créditos fiscales
La vivienda afectada está exenta del impuesto a la transmisión gratuita por causa de muerte
en todo el territorio de la República, si ella opera a favor de los beneficiarios (cónyuge,
conviviente, ascendientes, descendientes, o en defecto de ellos colaterales dentro del
tercer grado que convivían con el constituyente), y no es desafectada en los cinco años
posteriores a la transmisión. Los trámites y actos vinculados a la constitución e inscripción
de la afectación, están exentos de impuestos y tasas.
Honorarios
Si a solicitud de los interesados, en los trámites de constitución intervienen profesionales,
sus honorarios no pueden exceder en conjunto el uno por ciento de la valuación fiscal.
En los juicios referentes a la transmisión hereditaria de la vivienda afectada y en los
concursos preventivos y quiebras, los honorarios no pueden exceder del tres por ciento de
la valuación fiscal.
4
beneficiarios;
e) en caso de expropiación, reivindicación o ejecución autorizada por este
Capítulo, con los límites indicados en el artículo 249 CCyC.
5
- DNI del o de los titulares de dominio en original y fotocopia simple.
- Acreditar el estado civil de/los titular/es
- Acreditar el vínculo del titular con los beneficiarios -si los hubiere- en original
y fotocopia simple.
- Testimonio/s de dominio inscripto (escritura, declaratoria de herederos,
adjudicación, subasta, etc.) en original.
6
Capítulo, con los límites indicados en el artículo 249 CCyC.
Documentación extranjera:
Deberá presentarse traducida y legalizada por el Consulado Argentino en el país de origen,
o con la Apostilla de la Haya.
Recuerde que:
- Una propiedad "afectada" a éste régimen difícilmente sea aceptada como
garantía.
- Si usted "afecta" su propiedad bajo el régimen de Protección de la Vivienda, y
alguna vez desea vender su propiedad, previamente deberá "desafectarla".
Contacto
7
Fuente
RPI: Registro de la Propiedad Inmueble. (s.f). Protección de la Vivienda. Cita Online:
https://goo.gl/BqeIge
8
Protección de la vivienda en el nuevo
Código Civil y Comercial
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación consagra la protección de la vivienda como
un derecho humano esencial de las personas.
En atención al principio de “constitucionalización del derecho privado” y el respeto de
manera primordial de los tratados de derechos humanos, el nuevo Código Civil y Comercial
de la Nación (CCCN) consagra la protección de la vivienda como un derecho humano
esencial de las personas.
El CCCN modifica el término “bien de familia”, protegido hasta entonces por la ley 14.394 y
la ley provincial 6.074, por “vivienda” (artículo 244). Por lo tanto, ya no es una protección
del asiento familiar mirado en su conjunto, sino de la vivienda de la persona
individualmente considerada.
En este orden de ideas, a la protección de la vivienda establecida por el CCCN la puede
constituir el titular dominial cuando no tenga familia, y todos los condóminos aunque no
sean parientes ni cónyuges, siempre que al menos uno de los beneficiarios habite el
inmueble (artículo 245).
La afectación procede en relación con un solo inmueble, de forma total o parcial, y en nada
incide el valor del inmueble como en el actual bien de familia, el cual no debía exceder las
necesidades de sustento y vivienda (por ejemplo: puede afectarse un inmueble de
un country).
Resulta también aplicable a la vivienda rural que no exceda de la unidad económica
dispuesta por las reglamentaciones locales.
Debe ser inscripta en el registro de la propiedad inmueble conforme a las reglas locales y
rige la prioridad temporal prevista en la ley nacional del registro inmobiliario.
El artículo 249 del CCCN establece el principio general de que la vivienda afectada no es
susceptible de ejecución por los acreedores posteriores a su inscripción, aunque establece
excepciones similares a las que dispone la ley 14.394 y agrega el tema de los alimentos y el
de las expensas comunes.
Una cuestión importante
–que ya era ampliamente aceptada por la jurisprudencia– es que
se permite la subrogación real, que autoriza a adquirir una nueva vivienda manteniendo la
afectación originaria.
Ahora bien, con distinta óptica normativa, el CCCN también legisla la protección de la
vivienda familiar. Es por ello que, sin perjuicio de lo normado antes en los artículos 456 (al
regular el divorcio) y 522 (al regular la convivencia inscripta), se establece la protección de
la vivienda familiar, sin regular inscripción alguna y precisando los supuestos de aplicación.
En definitiva, no se protege la vivienda como bien dominial, sino como el seno del grupo
familiar.
De esta forma, se impone la inejecutabilidad de la vivienda por deudas contraídas después
1
de la celebración del matrimonio, a menos que ambos cónyuges se hayan constituido en
deudores o que uno de ellos haya actuado con el asentimiento del otro.
La finalidad es que las deudas personales de uno de los cónyuges no pongan en riesgo de
ejecución la vivienda familiar, y esta restricción no puede ser dejada sin efecto por pacto
entre los convivientes.
Lo llamativo de esta protección es que operaría en forma automática, casi de manera
idéntica a lo regulado por la ley 8.898, pero sin establecer exclusión alguna a la
inejecutabilidad.
Por último, como la normativa general de la vivienda deja a salvo las normas provinciales
sobre el tema, en nuestra provincia van a coexistir la protección de la vivienda (artículos
244 y siguientes del CCCN) y de la vivienda familiar en los casos previstos en la normativa
de fondo (artículos 456 y 522 del CCCN), la regulada en el artículo 58 de nuestra
Constitución Provincial (ley 8.998) y la ley de emergencia vigente hasta el 31 de diciembre
de este año (ley 9.724), con las excepciones previstas en cada una de ellas.
* Directora de la Diplomatura en
Derecho Procesal Civil;
coordinadora académica de la
especialización en Derecho
Procesal de las Ejecuciones
Fuente
Zalazar, C.E. (19 de octubre de 2015). Protección de la vivienda en el nuevo Código Civil y Comercial.
Publicado en: La Voz del Interior. Cita Online: https://goo.gl/7qAsyZ
2
Los hechos
jurídicos
Derecho
Privado I
0
Los hechos jurídicos
El hecho jurídico
Cuando nos referimos a los hechos jurídicos como causa eficiente, debe
entenderse que el suceso o acontecimiento está previsto de antemano por
la ley, para que, según las circunstancias y siempre que se reúnan los
requisitos que impone una determinada norma, produzca efectos jurídicos.
1
obligaciones salvo que causaran daño en otro y se enriqueciera con ello el
autor del hecho; la obligación se producirá según la medida de ese
enriquecimiento.
El artículo 258 del código único define al simple acto lícito “como la acción
voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas”1; mientras
que el art. 259 del mismo cuerpo legal brinda el concepto de acto jurídico y
refiere que “es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas.2”
Así las cosas, la principal diferencia entre ambos es que el simple acto lícito
no tiene por fin inmediato crear, modificar o extinguir relaciones o
situaciones jurídicas, sino que, por el contrario, carece de este fin
inmediato y sus efectos jurídicos se darán prescindiendo de la voluntad del
agente y por la simple circunstancia de haberse colocado en la situación
prevista por la norma como supuesto de hecho. Por ejemplo, el que hace
reparaciones urgentes en la propiedad de un amigo ausente no tiene en
miras (o sea, no tiene por fin inmediato) entablar una relación jurídica (el
arreglo de una casa), sino simplemente prevenir un perjuicio patrimonial al
amigo ausente. La ley es entonces la que establece, más allá de la intención
de esta persona, que el beneficiado por esa reparación debe indemnizar al
amigo benefactor y dentro de la medida del beneficio que obtuvo por los
gastos hechos por su amigo.
Por su parte, los actos jurídicos tienen por fin inmediato adquirir,
modificar, extinguir relaciones o situaciones jurídicas. Es decir que el acto
jurídico es el acto de autonomía privada mediante el cual simplemente se
persigue un fin práctico autorizado por el ordenamiento.
2
Ahora bien, ¿para qué determinar la distinción entre actos jurídicos y
simples actos lícitos? Ello así, por el régimen aplicable. En efecto, si
estamos frente a una categoría como la de los simples actos lícitos, que
producirá efectos por designio legal y con independencia del querer del
sujeto, no serían entonces aplicables las normas del Código en materia de
elementos, vicios e ineficacia de los actos jurídicos, quedando cada acto
regido por lo que se disponga en cada hipótesis. Esto nos lleva a señalar
otra distinción entre el acto jurídico y el simple acto lícito: el primero
siempre es voluntario, mientras que el segundo es indiferente que lo sea,
requiriéndose cuanto mucho que el sujeto cuente con discernimiento.
(Rivera y Medina, 2014).
Figura 1:
La voluntad jurídica
Definición. Importancia
Así, Buteler Cáceres (2000) explica que, si partimos de los atributos de las
personas y, dentro de ello, de la capacidad, se advierte que la voluntad o la
aptitud de voluntad es el presupuesto primario, indispensable de la
capacidad de hecho.
3
Asimismo, señala que, si se tiene en cuenta el domicilio, dentro de éste se
encuentra el real o voluntario, el que se constituye por la voluntad
soberana de una persona capaz, en cuanto esté materializada de un modo
concreto.
El artículo 260 del Código Civil y Comercial prevé “Acto voluntario. El acto
voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que se
manifiesta por un hecho exterior”3.
4
Figura 2
Elementos internos
El discernimiento. Definición
Esta aptitud depende del grado de madurez que se haya alcanzado y puede
faltar por la edad o por cuestiones de salud mental.
5
de obrar, por lo que no pueden celebrar actos jurídicos válidos por sí
mismos (Tagle, 2002).
6
determinadas edades, éstas deben ser capaces de distinguir entre actos
lícitos y actos ilícitos.
La intención. Definición
La libertad. Definición
7
Consiste en la posibilidad de elegir entre distintas opciones sin presiones
de ninguna naturaleza.
Elemento externo
8
La teoría de la voluntad, también conocida como teoría francesa,
expuesta originariamente por el alemán Savigny, considera que el
efecto jurídico se produce por consecuencia de la voluntad interna y no
por la declaración que de ella se hace. Es decir que, para este teoría, el
elemento importante es el elemento interno o voluntad real, en tanto
que la declaración o elemento externo no es más que el medio de dar a
conocer la voluntad real, por lo que, en caso de divergencia, debe darse
preeminencia a la intención efectiva del agente.
Por otro lado, la teoría de la declaración, o teoría alemana, sostiene
que la voluntad interna carece de relevancia jurídica puesto que no es
conocida por el derecho sino a través de sus manifestaciones
exteriores, por lo que sólo la declaración de voluntad tiene valor y
merece respeto.
En otro orden de ideas se encuentran las teorías intermedias, que
advierten que, llevadas a sus extremos, la teoría de la voluntad real y la
de la declaración resultan inaceptables; la primera porque protege
exclusivamente el interés del autor de la declaración, dándole la
posibilidad de impugnarla cuando no coincide con la voluntad interna,
lo que atenta contra la seguridad jurídica. La segunda, a la inversa,
lesiona el principio de autonomía de la voluntad sobre el que se
construye toda la teoría del acto jurídico.
9
acto voluntario, en la recepción de la teoría general de los vicios de la
voluntad, en la consagración del respeto al principio de la autonomía de la
voluntad que importa la facultad de los particulares de reglar sus
relaciones jurídicas.
Así, por ejemplo, en diversas normas, la ley hace prevalecer la buena fe, la
confianza o la responsabilidad a fin de proteger al destinatario de la
declaración. Ello sucede en la adopción del error reconocible (arts. 265 y
266), en la preeminencia de la buena fe en el ejercicio de los derechos –
como en la ejecución e interpretación de las relaciones jurídicas (arts. 9,
10) –, así como en el no amparo del dolo recíproco (art. 272) ni de la
simulación dirigida a perjudicar terceros (Arts. 333 y 334). (Rivera y
Medina, 2015).
5
Art. 262 del CCCN.
10
Manifestación escrita. Ésta se traduce en la exteriorización de la
voluntad en un cuerpo de escritura que contiene la voluntad de quien
la emite. Es la que mayores garantías ofrece, ya que da certeza plena,
pudiendo estar contenida en instrumento público o privado. Es la más
conveniente sin dudas, pues, al quedar consagrada por escrito,
adquiere fijeza y por ende otorga seguridad, ya que facilita la prueba de
la declaración de voluntad.
Manifestación por signos. Esta declaración consiste en la utilización de
gestos o actitudes dirigidos a otro u otros respecto de determinados
objetos, permitiendo lograr un significado único e inconfundible. Es
decir, hay una actitud física del sujeto que no deja lugar a dudas sobre
su voluntad interna. Por ejemplo, quien levanta la mano en un remate
para hacer una postura, o quien levanta la mano en la votación de una
asamblea.
La última parte del artículo alude a “hechos materiales”; aquí salimos,
sin embargo, del campo de las declaraciones para pasar al de la mera
manifestación, con lo cual se ingresa al terreno de la exteriorización
tácita de la voluntad (Rivera y Medina, 2014, p. 602).
6
Art. 265 del CCCN.
11
Por último, tenemos el silencio como manifestación de voluntad. En
primer lugar, debemos decir que hay silencio en sentido jurídico cuando
una persona no manifiesta su voluntad con relación a un acto jurídico, ni
por una acción especial destinada a este efecto ni por una acción de la que
se pueda inferir la voluntad. Es decir, es la abstención, la omisión, callar.
Conocemos el viejo adagio que dice “el que calla, otorga”. Este adagio no
tiene vigencia dentro del orden jurídico, donde la regla es que el silencio es
un signo negativo: el que calla ni afirma ni niega. El silencio sólo
excepcionalmente puede constituir un modo de manifestación o
declaración de la voluntad tácita.
12
puede relacionar el silencio actual con la conducta precedente del
sujeto, las circunstancias autorizan a presumir que el silencio importa
una manifestación de voluntad concordante con sus manifestaciones
precedentes. Así, por ejemplo, si me proveo de libros con una de las
tantas editoriales que trabajan en Córdoba y tengo de antemano este
trato: que todas las obras de derecho civil que aparezcan mes a mes,
me las deben enviar; si al mes siguiente no las devuelvo, ello significará
que las he comprado y deberán cargarlos en mi cuenta. El silencio está
de antemano erigido en declaración de voluntad.
13
Referencias
Buteler Cáceres, J. (2000). Manual de Derecho Civil. Córdoba: Advocatus.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
14
Vicios de los
actos
voluntarios
Derecho
Privado I
0
Vicios de los actos voluntarios
Los vicios de la voluntad
Al tratar los vicios de la voluntad resulta necesario recordar la definición de
voluntad jurídica según la cual: es la voluntad sana y manifestada que
genera, modifica, transforma o extingue relaciones o situaciones jurídicas.
El error. Noción
El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un
conocimiento inexacto de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa
noción acerca de alguno de los elementos de las circunstancias vinculadas
al acto que se ejecuta o a su régimen legal.
1
cualidades sustanciales de la cosa o la persona del otro contratante; el
segundo es el que recae sobre algún accesorio de la cosa. Finalmente, el
error puede ser excusable o inexcusable, según haya habido culpa o no del
agente en el yerro (Rivera y Medina, 2014).
2
del acto, así como en la identidad de las personas, en la naturaleza o
características de las cosas o los hechos materiales constitutivos de la
conducta.
El error de hecho que vicia la voluntad debe ser espontáneo y esencial, ello
de acuerdo lo prescribe el art. 265 del código único, que prevé “Error de
hecho. El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del
acto. Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además,
ser reconocible por el destinatario para causar la nulidad”2.
Así las cosas, para que el error de hecho pueda ser invocado por quien lo
ha sufrido, debe tratarse de un error esencial, espontáneo y además
reconocible.
3
consecuencia, de haberle advertido, ya que, de ser efectivamente así y no
haberlo hecho, sería anulable el acto por haber actuado de mala fe.
Así, tenemos por un lado la gran distinción entre error de hecho y error de
derecho; tal como señalamos, el primero recae sobre los elementos o
circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a la relación jurídica de que
se trate, sobre el dato de hecho, contenido o presupuesto del acto, sobre
la identidad de las personas; mientras que el error de derecho consiste en
desconocer la existencia o contenido de una norma jurídica o interpretar
su significado de una manera distinta a la real o hacer una aplicación
inexacta.
Ahora bien, dentro del error de hecho caben dos categorías: error esencial
y error accidental.
4
estar comprando un terreno en un determinado lugar y lo estoy
comprando en otro; en su especie: por ejemplo, en una venta de
granos, el vendedor ha entendido que se trata de cebada y el
comprador de trigo; error sobre la cantidad, extensión o suma, este
error de cantidad no debe consistir en un mero error en el cálculo.
Error en la sustancia: debe entenderse por sustancia o cualidades
sustanciales de una cosa, todas las partes y todas las propiedades de
una cosa, sin las cuales dejaría de ser lo que ella es. Es decir, no sólo
debe tratarse de una cualidad de la cosa sino que esa cualidad se ha
tenido en mira al contratar, es decir, no debe ser accidental. En una
palabra, habrá que ver en cada caso cuáles son las cualidades
esenciales de la cosa, que son aquellas que las partes esperaron
encontrar en el objeto adquirido y que fueron especialmente tenidas
en cuenta, como también el supuesto de que, sin esas cualidades, el
acto no se habría celebrado, cuestión que debe ser apreciada conforme
a las circunstancias del caso.
Error en la causa: se trata del error que recae sobre el elemento moral,
es decir, el motivo interno que ha inclinado a ejecutar el acto. Al
pertenecer al fuero interno de cada sujeto, los motivos sólo pueden
llevar a una anulación cuando surjan expresa o implícitamente del acto,
ya que, de lo contrario, se estaría perjudicando a la otra parte, que no
tiene forma de conocer lo que pensaba el otro. Así, quien compra un
automóvil creyendo por error que el suyo no tiene arreglo no podría,
una vez advertido de la realidad de las cosas, demandar la nulidad del
acto, ya que se trata de motivos ajenos al vendedor.
Error en la persona: el error sobre la persona es aquel que recae sobre
alguno de los sujetos o partes del negocio, ya sea respecto de la
identidad de uno de ellos o de sus cualidades. Este error es causa de
nulidad solamente cuando la consideración de la persona ha sido causa
determinante para su celebración, como la donación hecha a una
persona a quien se toma por otra, o en las obligaciones intuitae
personae; pero no es causa de nulidad cuando la persona del
contratante es indiferente, como en el caso de un prestamista,
vendedor o locador.
Por otro lado, el art. 270 del Código prevé el error en la declaración y el
error en la transmisión. El primero consiste en que lo querido queda
desvirtuado en su manifestación externa por distracción, apresuramiento o
inadvertencia. Esta categoría tiene dos variantes: la primera, cuando hay
una divergencia entre la voluntad interna y la declaración, que puede darse
al haber escrito algo incorrecto (lapsus calami) o empleado palabras no
queridas (lapsus linguae), por ejemplo, si escribo “compro” cuando, en
realidad, quiero decir “vendo”. La segunda variante se da cuando ni
siquiera tenía la intención de manifestar algo, por ejemplo: si alguien
5
ingresa a una sala de remate y levanta la mano para saludar, y se interpreta
que está ofertando.
Por otro lado, está el error accidental, que es el que recae sobre las
cualidades no sustanciales de las cosas o sobre los motivos no
determinantes del acto, por lo que no acarrea la nulidad.
El artículo 268 del Código Civil y Comercial prevé “Error de cálculo. El error
de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino solamente a su
rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento”3.
6
El dolo. Diversas acepciones
La palabra dolo tiene en derecho distintas acepciones: a) como elemento
intencional del acto ilícito, es la intención o propósito de causar un daño; b)
en el ámbito obligacional, el dolo es la deliberada intención de no cumplir
pudiendo hacerlo y c) como vicio de la voluntad, en tanto interviene en la
formación del acto jurídico, consiste en maniobras engañosas empleadas
por una de las partes para inducir a la otra a celebrar un determinado acto
jurídico.
El régimen legal aplicable al dolo como vicio que afecta la intención en los
actos voluntarios está contenido en los arts. 271 a 275 del Código Civil y
Comercial.
El art. 271 expresa:
4
Art. 271 del CCCN.
7
Que haya ocasionado un daño importante.
Que no haya habido dolo recíproco, es decir de ambas partes.
El artículo 272 del Código prevé “Dolo esencial. El dolo es esencial y causa
la nulidad del acto si es grave, es determinante de la voluntad, causa un
daño importante y no ha habido dolo por ambas partes”5.
Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia
o ardid. La conducta o maniobra empleada debe ser apta para inducir a
engaño a una persona que pone la diligencia necesaria en los asuntos,
calidad que ha de ser evaluada en función de las circunstancias y
condiciones personales del sujeto engañado.
Ausencia de dolo de ambas partes: quien obra con dolo no puede pretender
que se anule el acto alegando el cometido en su perjuicio por la otra parte.
Ello así, pues se trata de una exigencia negativa, cuyo fundamento radica en la
regla de que nadie puede alegar la propia torpeza. Además, se trata de un
deber moral que deben presidir las relaciones entre las personas, por ello
“quien juega sucio no tiene derecho a exigir juego limpio” (Rivera y Medina,
2014, p. 626).
8
haber mediado el engaño, aunque en condiciones distintas; por ende, no
es causa de invalidez del acto, aunque quien lo comete debe resarcir los
daños causados de conformidad al art. 275 del Código Civil y Comercial.
Figura 1
La violencia. Noción
9
libertad. Así, la violencia en términos jurídicos es la coerción que por
distintos medios se emplea sobre una persona para obligarla a ejecutar un
acto que no estaba dispuesta realizar. La violencia se presenta en dos
formas diferentes: la fuerza irresistible, que tiene lugar cuando se excluye
la voluntad mediante el empleo de una presión física irresistible o de malos
tratamientos corporales; o bien, la intimidación o amenazas que inspiran
en la víctima el temor fundado de sufrir un mal inminente y grave que
suprime su libertad en el obrar.
Clases. Efectos
10
Por otro lado, tenemos la violencia moral o intimidación, que consiste en
inspirar temor por medio de amenazas para infundir miedo, alterando el
ánimo y la libertad de obrar para que el amenazado ceda en perjuicio de
sus propios intereses.
Estas amenazas deben ser graves, es decir, deben tener aptitud para crear
el temor racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a la
situación del amenazado y las demás circunstancias del caso (art. 276 del
CCCN).
11
A diferencia de lo que ocurre con el dolo, la existencia de
daños no es un requisito para que se configure el vicio de
violencia. Sin embargo, en la práctica al ser un ataque a la
integridad de la persona, la violencia siempre apareja un
daño al menos de naturaleza moral.
Figura 2
12
Referencias
Buteler Cáceres, J. (2000). Manual de Derecho Civil. Córdoba: Advocatus.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo I]. Córdoba: Alveroni.
13
Revista
JURIDICA
Por
Graciela Lovece*
1. Introducción
* Doctora en Derecho por la UBA. Profesora Visitante en la Universidad Federal de Rio Grande Do
Sul. Profesora Titular Regular de “Derecho Económico I” de la Facultad de Ciencias Económicas de
la UBA. Profesora Titular de “Derecho a la Salud y Responsabilidad Médica” en UCES. Ex Profesora
Titular de “Procedimiento de Derechos del Consumidor” en la Especialización de Derecho Procesal
de la USAL. Ex Profesora Asociada en el Doctorado de Ciencias Jurídicas de la USAL. Ex Profesora
Asociada en la Maestría de Derecho Privado Económico de la USAL. Coordinadora Académica
del Posgrado de Actualización en “Contratos y Responsabilidad Médica” y de “Seguros y Daños”
de la Facultad de Derecho UBA (2009–2010). Profesora de la Maestría de Derecho Privado de la
Universidad Nacional de Rosario. Directora del Proyecto de Investigación UBACyT (2008–2010).
Profesora Adjunta Regular de “Elementos de Derecho Civil” y de “Contratos Civiles y Comerciales”
en la UBA. Conferencista Nacional e Internacional. Autora y Coautora de tratados, libros, artículos y
publicaciones relativas al derecho privado, consumidores y de salud publicadas en Argentina, Brasil
y Colombia.
1 Lovece, Graciela, De los daños punitivos a la sanción pecuniaria disuasiva en el Proyecto de Códi-
go, La Ley 2012–D, 1187.
Asimismo, dicho acto confrontado con el sistema jurídico debe guardar una
correlación legal lo que le otorgará eficacia estática o funcional en caso
contrario hablamos de ineficacia del negocio4.
2 Morello, Augusto M., Inexistencia y nulidad del contrato. Perspectivas, “Desde el primer horizonte,
las tres últimas décadas iluminan el decisivo protagonismo de la faz dinámica o funcional (cumplimien-
to/frustración) del negocio jurídico, (estrictamente, su eficacia/ineficacia) apagándose, en cambio, el
momento genético (creativo) del ligamen vinculatorio de las obligaciones correspectivas, nacidas de
esa fuente tan fértil que son los contratos.
Irregularidades acaecidas en el tiempo constitutivo (vicios del consentimiento o de forma, de la causa,
en el móvil, en el objeto, lesión) impiden la presencia o el perfil del acto válido. Mucho más signifi-
cativa en la praxis, es la etapa de despliegue o ejecución de ese acto en la que podían sobrevenir
circunstancias que pueden restarle la eficacia que las partes quisieron acordarle y que –desde el
arrepentimiento, la resolución, la teoría de la imprevisión o la misma frustración– malogran que el
interés contractual se vea satisfecho por el mecanismo preestablecido: La leal materialización de las
prestaciones (prestación = cumplimiento incluyendo los deberes secundarios de conducta, más entre-
ga de lo debido). La Ley 1995–E, 785.
3 Ghersi, Carlos, Manual. Parte General. Derecho Civil Comercial y de Consumo, Buenos Aires, La
Ley, 2011
4 Cerutti, María del Carmen y Maquieira, Claudio O., Nulidad de los actos jurídicos: “Ahora bien,
¿qué lugar ocupa la nulidad en esta clasificación? Dependerá en qué sentido entiende la ineficacia el
hablante, si lo hace en sentido amplio, la nulidad es un supuesto de ineficacia, mientras que en sen-
tido estricto, ineficacia y nulidad se contraponen. Si conviene recordar, como expresa Zannoni,///
El Dr. Zanonni expresa que “un acto puede ser ineficaz porque carece de
virtualidad para configurar idóneamente una determinada relación jurídica
o porque aun cuando ha configurado esa relación idóneamente, esta deja
de constituir una regulación de los intereses prácticos que determinaron a los
sujetos a concluir el negocio”5.
Los supuestos de nulidad abarcan tanto a aquellos actos afectados de nulidad ab-
soluta como relativa, mientras que la inoponibilidad refiere a una ineficacia relati-
va ya que el acto es válido y eficaz entre las partes pero es privado de sus efectos
respecto de determinados terceros a quienes la normativa intenta proteger.
///que el concepto de validez no se contrapone al de eficacia, porque la eficacia supone validez del
negocio, pero no solo validez, sino, además, idoneidad funcional. La invalidez o nulidad es una espe-
cie de ineficacia, pero no la única, pues un negocio válido puede tornarse después ineficaz por causas
sobrevinientes atinentes a su base objetiva, extrínsecas a la estructura negocial”, DJ20/04/2011, 1.
5 Zanonni, Eduardo A., Ineficacia y Nulidad de los Actos Jurídicos, Buenos Aires, Astrea, 1996
6 Lloveras de Resk, María E., Tratado Teórico Practico de las Nulidades, Buenos Aires, Depalma,
1988.
7 Cód. Civil, artículo 1.058 bis. La nulidad o anulabilidad, sea absoluta o relativa, puede oponerse
por vía de acción o de excepción.
La acción puede darse frente a dos situaciones, una antes de la ejecución del
acto viciado de nulidad o con posterioridad a que haya sido ejecutado; en el
primer supuesto la intención es establecer la verdad jurídica y limitar la ame-
naza que implica el cumplimiento del acto para el accionante, mientras que en
el segundo supuesto al existir principio de ejecución la declaración de nulidad
permite la restitución de lo que las partes ya hubiesen entregado o bien en
caso de existir obligaciones pendientes liberarse de su cumplimiento8.
8 Lloveras de Resk, María E., La nulidad del negocio jurídico invocada como acción o como excep-
ción, LLC–1998, 1031.
9 “Artículo 384. Conversión. El acto nulo puede convertirse en otro diferente válido cuyos requisitos
esenciales satisfaga, si el fin práctico perseguido por las partes permite suponer que ellas lo habrían
querido si hubiesen previsto la nulidad”.
incumple con las expectativas que tuvieron las partes al momento de constituir-
lo posibilitando de tal modo mantener vigente el negocio jurídico.
De forma tal que, para operar la conversión resulta necesario en primer lugar el
reconocimiento de que las partes de haber tomado conocimiento de la nulidad
del acto concluido hubiesen dirigido su voluntad a la conformación del acto en
el cual se convierte el nulo, en segundo término que el acto nulo contenga los
elementos del nuevo acto eficaz, y finalmente que el nuevo acto válido cumpla
con las expectativas en cuanto a finalidad o beneficio económico (fin práctico)
que las partes tuvieron en miras al momento de concluir el negocio nulo.
El art. 385 expresa: “Acto indirecto. Un acto jurídico celebrado para obtener
un resultado que es propio de los efectos de otro acto, es válido si no se otorga
para eludir una prohibición de la ley o para perjudicar a un tercero”.
finalidades propias las que son alcanzadas en cada caso concreto de una
manera oblicua o transversal.
Resulta frecuente que estas nuevas construcciones con el paso del tiempo ad-
quieran tipicidad social y posteriormente sean reguladas por el ordenamiento
jurídico, los negocios jurídicos indirectos son una formula a partir de la cual se
satisfacen las demandas de las partes contratantes el ejemplo clásico al que
recure la doctrina es el del negocio fiduciario10.
10 Nicolau, Noemí Lidia, Negocios indirectos y contratos indirectos de garantía, en Edición Ho-
menaje. Dr. Jorge Mosset Iturraspe, p. 373. “El negocio indirecto no es un tipo contractual sino una
modalidad que puede adoptar el negocio jurídico o el carácter que puede sustentar y que permite
incluirlo en una determinada categoría clasificatoria, no posee categoría jurídica autónoma. Se trata
de una especie que no ha alcanzado en la familia jurídica occidental continental la misma difusión
que en otros sectores del derecho comparado”, Santa Fe, UNLFCJS, 2005.
11 Lavalle Cobo, Jorge y Aira, Verónica Andrea, Negocio jurídico indirecto: “Desde el momento en
que se utiliza la estructura negocial reglada en la ley, para obtener una finalidad distinta de aquella
prevista por el legislador, o socialmente establecida, para este tipo determinado de negocio debe
aceptarse que el negocio jurídico indirecto se inscribe dentro de la teoría de la causa, pudiendo ser
considerado como un caso especial de la misma. En el negocio jurídico indirecto, el negocio–medio,
o la combinación de contratos, se utiliza para alcanzar la finalidad (causa final) diferente de aquella
que la ley atribuye al negocio típico”, La Ley 2006–F, 952.
12 Palmero, Juan Carlos, Negocio jurídico indirecto. Simulación de la Sociedad Anónima, La Ley
2005–E, 1027.
13 Cód. Civil, artículo 1.037. Los jueces no pueden declarar otras nulidades de los actos jurídicos que
las que en este código se establecen.
Asimismo, ha quedado establecido que todos los que tengan un interés legítimo
pueden solicitar al Juez la nulidad absoluta del acto, con excepción de quien
invoca la propia torpeza para obtener un provecho, entre los Fundamentos del
Proyecto se sostiene que la nueva redacción es superadora de la anterior que
requería del conocimiento del vicio, por considerar con muy buen criterio que
el conocimiento no necesariamente implica mala fe de la parte.
14 Artículo 387. “Nulidad absoluta. Consecuencias. La nulidad absoluta puede declararse por el
juez, aun sin mediar petición de parte, si es manifiesta en el momento de dictar sentencia. Puede
alegarse por el Ministerio Público y por cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la
propia torpeza para lograr un provecho. No puede sanearse por la confirmación del acto ni por la
prescripción”.
Asimismo, se dispone que aquella parte que obró con ausencia de capacidad
para el ejercicio del acto no puede requerir la nulidad si ha actuado dolosa-
mente.
15 “Artículo 388. Nulidad relativa. Consecuencias. La nulidad relativa solo puede declararse a ins-
tancia de las personas en cuyo beneficio se establece.
Excepcionalmente puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha experimentado un perjuicio im-
portante. Puede sanearse por la confirmación del acto y por la prescripción de la acción. La parte que
obró con ausencia de capacidad de ejercicio para el acto, no puede alegarla si obró con dolo”.
el art. 2.563 se establecen los distintos criterios para el cómputo del plazo
prescriptivo.
El acto que solo está viciado de nulidad relativa es confirmable. Esta solución se
explica plenamente, pues no cabe concebir que las partes puedan convalidar
un acto cuando es la misma sociedad la que está interesada en su ineficacia
(nulidad absoluta); pero si se ha establecido solo en interés de las partes, y es-
tas, no obstante el vicio y su derecho a reclamar la nulidad, prefieren mantener
la vigencia del acto, no hay inconveniente en que así lo hagan.
16 Lovece, Graciela, La construcción social del derecho: aproximaciones al debate del siglo XXI, en
Derecho Privado del Mercosur, p. 63, Buenos Aires, USAL, 2001.
Sin embargo, cuando el vicio conmueve a una parte del negocio jurídico que re-
sulta pasible de ser escindida del resto, la nulidad afectará únicamente esa cláu-
sula o fracción, pero no a la totalidad. En efecto, la nulidad parcial de un acto no
perjudica a las otras disposiciones válidas, siempre y cuando sean separables,
y este principio de separabilidad es el adoptado por la normativa de unificación
que también había sido consagrado en los Proyectos de 1993 y 1998.
En tal sentido, cuando el negocio puede subsistir, aun sin la cláusula viciada,
habrá que atenerse al propósito práctico (finalidad económica) perseguido por
las partes, afirmando la validez del resto del contenido contractual no afecta-
do, en la medida en que constituya el mínimo contenido deseable en relación
con todo el acto, tal como estaba proyectado por las partes siendo función
judicial integrarlo, en caso contrario se declarará la nulidad total.
Mientras que en los casos en los que ha existido principio de ejecución las par-
tes deben restituirse lo percibido, dicha restitución se regula por los principios
de buena y mala fe.
18 “Artículo 390. Restitución. La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo estado
en que se hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a restituirse mutuamente lo
que han recibido en virtud del acto. Estas restituciones se rigen por las disposiciones relativas a las
relaciones de buena o mala fe, según sea el caso, de acuerdo con lo dispuesto en las normas del
Capítulo 3 del Título II del Libro Cuarto”.
19 Así lo ha entendido nuestro Máximo Tribunal por ejemplo en el fallo “Gaggiamo, Héctor José
Carlos” y el voto Dr. Grecco, en el decisorio de la Cámara. Nacional en lo Civil en Pleno, “Civit, Juan”.
20 “Artículo 391. Hechos simples. Los actos jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los
actos válidos, dan lugar en su caso a las consecuencias de los hechos en general y a las reparaciones
que correspondan”.
21 Borda, Guillermo, Tratado de Derecho Civil Argentino, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1970.
22 Llambías, Jorge, Tratado de Derecho Civil, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1976.
23 C. Civ. y Com. Lomas de Zamora, Sala I, 24/02/81, Larrea, Osvaldo S. C/ Rojas de Figueroa,
Laurentina, “La buena fe que menta el citado art. 1.051 no se agota en la convicción del buen obrar,
en la ausencia de intención dañosa. Exige una actitud diligente, prudente, cuidadosa y previsora,
para lograr un conocimiento cabal de los antecedentes del título transmitente, no debiéndose contentar
el adquirente con la existencia de un asiento dominial a nombre de determinada persona, sino que es
menester un estudio de títulos”, DJBA, 121–431. ED, 94–254. DJ, 1993–2–395.
24 CNCom., Sala C, 10/08/2010, Ortlieb, Fernando Jorge c. Ramos, Luis Evaristo y otros. “Toda
vez que la venta de ciertos lotes no fue realizada por el titular dominial sino por un tercero que lo
sustituyó fraudulentamente mediante la falsificación de instrumentos necesarios para la transmisión
del dominio, resulta inaplicable el art. 1.051 in fine del Cód. Civil, por lo que los subadquirentes de
tales bienes no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso, pues los principios de apariencia
jurídica deben ceder frente al interés del verdadero propietario que no tuvo ninguna participación en
el acto ilegítimo”, AR/JUR/49699/2010.
Por último, en lo relativo a los efectos (art. 395)27 de la confirmación se deja es-
tablecido que los efectos de la misma son en principio de carácter retroactivo.
En cambio, en relación a los terceros, si bien posee el mismo efecto que en los
actos en relación a las partes, la ley civil proyectada establece una excepción,
y es que este efecto retroactivo no perjudique a los terceros de buena fe.
7. El instituto de la inoponibilidad
Artículo 396. Efectos del acto frente a terceros. El acto no tiene efectos con
respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.
27 “Artículo 395. Efecto retroactivo. La confirmación del acto entre vivos originalmente inválido tiene
efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La confirmación de disposiciones de última voluntad
opera desde la muerte del causante.
La retroactividad de la confirmación no perjudica los derechos de terceros de buena fe”.
Se encuentra regulada como una categoría de los actos ineficaces (art. 382 C.
Civil) al igual que la nulidad; pero, a diferencia de esta que puede ser hasta
establecida por las partes en el ejercicio de la autonomía de la voluntad, la
inoponibilidad es un supuesto de ineficacia estrictamente legal,
que priva al negocio válido y eficaz entre las partes de sus efectos respecto de
determinados terceros a los cuales la legislación protege de manera especial.
8. Conclusión
Sin embargo, tal como lo mencionamos al inicio del presente trabajo, nos
plantea reservas algunos de los aspectos de la normativa Proyectada ya que
avanza en un sentido distinto del seguido tanto por la doctrina como por la
jurisprudencia en los últimos años, aspectos estos que seguramente serán mo-
tivo de profundo debate jurídico, llevándonos al desafío de recorrer un largo
camino que nos permita generar nuevos paradigmas que otorguen adecuada
respuesta a las necesidades sociales.
Derecho
Privado I
0
Los actos jurídicos
Acto jurídico
Definición. Caracteres
El artículo 259 del Código Civil y Comercial define al acto jurídico en los
siguientes términos: “El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene
por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas”1.
1
Elementos esenciales
Las partes: son las personas o sujetos que, con la declaración de voluntad,
ejercen una prerrogativa jurídica que les es propia, por repercutir
directamente en su esfera de interés patrimonial o extrapatrimonial. Es decir,
son los sujetos a quienes se imputan las relaciones jurídicas que el acto tiene
por fin establecer, aquellos cuyos derechos se crean, modifican, transfieren,
extinguen, etc.
Ahora bien, la validez del acto jurídico en relación a los sujetos depende de
dos requisitos: a) la capacidad; b) la voluntariedad.
2
invasivos ni comprometan su salud o provoquen un riesgo grave en su vida o
integridad física).
Requisitos
3
En primer lugar, debemos contar con una persona que actúe como
representante, a quien sólo se le exige discernimiento para celebrar los
negocios en los que interviene. Ahora bien, para que su actuación sea
legítima, se requiere que tenga facultad para representar, lo que implica
que se encuentre habilitado para ello, ya sea a través de una norma que lo
disponga (representación legal) o por la voluntad del sujeto al que
representará (representación voluntaria).
Clases de Representación
Representación Legal
4
Representación voluntaria
5
En relación al objeto: requisitos de validez
En cuanto al objeto del acto jurídico, el art. 279 del Código Civil y Comercial
dispone que:
El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por
la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o
lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser
un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea5.
De tal modo, los requisitos del objeto de los actos jurídicos son:
6
No lesivos de los derechos ajenos a la dignidad humana: serían hechos
lesivos de los derechos ajenos, por ejemplo, los actos fraudulentos,
debiendo señalar que en tal caso el acto es inoponible, y no nulo.
Por último, debe señalarse que, si el objeto del acto jurídico no cumpliere
los recaudos señalados, podrá ser declarado nulo. La nulidad absoluta o
relativa, como ya veremos, dependerá de qué tipo de interés se vea
afectado, pues, si se afecta el interés general, será absoluta, y relativa si es
particular.
7
Así, el Código toma en cuenta la causa en tanto fin inmediato autorizado
por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad,
como así también los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan
sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales
para ambas partes (Benavente, 2014).
8
En los actos causados, la carencia, ilicitud o falsedad de causa determina su
invalidez; en los abstractos, esas circunstancias no juegan inicialmente
cuando el acreedor pretende el cumplimiento –es decir, el deudor no
podría invocarlas como defensas frente a la acción del acreedor–, pero,
una vez que ha pagado lo que se le reclamaba, puede accionar contra el
acreedor para obtener la restitución de lo pagado.
Elementos accidentales
9
derecho ya adquirido, postergando su exigibilidad, o imponiendo un deber
jurídico excepcional y accesorio al adquirente de un derecho.
Concepto
7
Art. 343 del CCCN.
10
Clases de condición
Por su parte, el art. 344 del CCCN prevé las condiciones prohibidas,
disponiendo la nulidad del acto jurídico cuando se haya establecido el acto
sujeto a un hecho imposible, contrario a la moral y a las buenas
costumbres, prohibido por el ordenamiento jurídico o que dependa
exclusivamente de la voluntad del obligado.
Efectos
11
negocio jurídico bajo condición resolutoria, producido el acontecimiento,
se extinguirán los efectos a partir de ese momento.
El plazo es “la fijación en el tiempo del momento a partir del cual el acto
jurídico comenzará a producir efectos, o dejará de producirlos”
(Bustamante Alsina, 2005, p. 228).
12
previsto como plazo debe reunir los siguientes caracteres: a) ha de ser un
hecho futuro, b) ha de ser un hecho fatal.
Especies
Efectos
El plazo, al igual que la condición, opera sus efectos hacia el futuro a partir
de su vencimiento, por lo que deja subsistentes las consecuencias ya
producidas.
13
Tabla 1
Condición Plazo
Es la cláusula por la que Es la modalidad de los
las partes subordinan la actos jurídicos por la cual
plena eficacia o las partes subordinan a
resolución a un hecho un acontecimiento
Concepto futuro o incierto (no se futuro, pero que
sabe si ocurrirá). fatalmente se producirá
la exigibilidad o
aniquilación de los
derechos.
Clases La condición puede ser El plazo puede ser
suspensiva o suspensivo o extintivo;
resolutoria. cierto e incierto e
indeterminado.
Efectos Los derechos Los derechos sujetos a
condicionales son plazo son efectivos, pues
eventuales pues la no hay duda sobre su
existencia está existencia, aunque el
pendiente de titular deba esperar
definición. cierto tiempo para entrar
Opera hacia el futuro. en el pleno ejercicio de
sus prerrogativas.
Opera hacia el futuro.
El artículo 353 del CCCN establece los distintos supuestos en que, aun
estando pendiente de cumplimiento el plazo, la ley determina su
decaimiento, es decir que el deudor no puede invocar la pendencia del
plazo. Los distintos casos son:
14
Si el deudor no ha constituido las garantías prometidas: este supuesto
prevé por ejemplo la hipótesis en que el deudor se comprometió a
otorgar una determinada garantía, sea ésta personal –por ejemplo
fianza, aval– o real –por ejemplo prenda, hipoteca, anticresis– y omite
constituir las garantías a los fines de asegurar la acreencia.
Concepto y caracteres
15
Efectos
La excepción a dicha regla está dada por aquellos casos en que el cargo se
hubiere estipulado como condición suspensiva o resolutoria.
16
Efectos de los actos jurídicos
Noción
Efectos objetivos
Bajo el aspecto objetivo, los efectos propios del acto jurídico son los que
corresponden a la finalidad típica del negocio. Así por ejemplo, es efecto
propio de la compraventa la transmisión de la propiedad de la cosa
vendida, la obligación del vendedor de entregar la cosa y la obligación del
comprador de pagar el precio.
Los esenciales son los que la ley establece como propios o característicos
del tipo legal realizado y no pueden ser modificados por las partes, como
ser la transmisión de dominio en la compraventa.
Los naturales son aquellos que, no obstante haber sido establecidos por
ley, pueden ser dejados sin efectos por las partes, como ser los vicios
redhibitorios en los contratos onerosos.
Los accidentales son aquellos efectos que no fueron previstos por la ley
como propios del acto, pero fueron establecidos por las partes, como ser el
pacto de retroventa, la condición, el plazo, etc. (Tagle, 2002).
17
comprometidas en forma activa o pasiva con la celebración del acto
jurídico, es decir, a quiénes alcanzan los efectos del acto jurídico.
Esta regla surge de los arts. 1021 y 1024 del CCCN, los que expresan que:
“El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes, no lo tiene con
respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley”9, y:
Sucesores
18
En relación a los sucesores universales, estos tienen todos los derechos y
acciones del causante de manera indivisa, con excepción de los que no son
transmisibles por sucesión (art. 2280 del CCCN), como por ejemplo los
derechos personalísimos, los derechos de familia, entre otros.
Por su parte, el art. 1022 establece que “El contrato no hace surgir
obligaciones a cargo de terceros, ni los terceros tienen derecho a invocarlo
para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas no han
convenido, excepto disposición legal”11.
Así las cosas, los contratos tienen efectos indirectos hacia terceras
personas ajenas al contrato, como por ejemplo los acreedores de las
partes, que son terceros interesados.
19
Referencias
Benavente, M. I. (2014). Los hechos y actos jurídicos en el Código Civil y Comercial
de la Nación. Suplemento Especial Nuevo Código Civil y Comercial, noviembre, 19.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
20
Forma y prueba
del acto jurídico
Derecho
Privado I
1
Forma y prueba del acto
jurídico
Definición y distinción
Tal como hemos señalado anteriormente, la forma como elemento
esencial del acto jurídico alude al modo de exteriorización de la voluntad.
Es la manera como se exterioriza la voluntad del sujeto respecto del objeto,
en orden a la consecución del fin jurídico propuesto.
En materia de prueba en los contratos, el art. 1019 del CCCN, por ejemplo,
establece que los contratos pueden ser probados por todos los medios
aptos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana
crítica racional.
2
matrimonio (art. 406 CCCN), la donación de inmuebles (art. 1522 CCCN), el
testamento (art. 2462 CCCN).
Por otro lado, los actos formales de solemnidad relativa son aquellos en
los que la eficacia del acto depende del cumplimiento de una formalidad
determinada cuya inobservancia, si bien priva al acto de sus efectos
propios, no impide que produzca otros efectos jurídicos previstos en la ley,
como sucede por ejemplo con la transmisión de la propiedad de cosas
inmuebles. La regla es que los contratos que tienen por objeto la
adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles
deben ser otorgados por escritura pública (art. 1017 CCCN). Ahora bien, si
la compraventa se realiza mediante boleto privado de compraventa (art.
1170), no es que el contrato será nulo, sino que se generará en la persona
del vendedor una obligación de hacer: la de otorgar la escritura pública
(art. 1018). Lo mismo acontece con las convenciones matrimoniales (art.
448), la constitución de renta vitalicia (art. 1601), entre otros.
Los actos formales no solemnes: son los que pueden ser otorgados bajo
cualquier formalidad, aunque la prueba de su celebración depende del
cumplimiento de la formalidad exigida por la ley. Por ejemplo, la forma
escrita se requiere para acreditar el pacto de retroventa (art. 1163 CCCN),
el pacto de preferencia (art. 1165 CCCN), el contrato por tiempo
indeterminado (art. 1183 CCCN), entre otros.
Los actos no formales son aquellos en los que las partes pueden elegir
libremente el modo en el que han de expresar su voluntad, rigiendo el
principio de libertad de formas, pues se trata de actos con forma libre y es
lo que prevé el art. 284 del CCCN, que a continuación vemos.
3
Figura 1
4
Por su parte, el art. 285 del Código prevé:
Ahora, para el supuesto en que la forma sea exigida como condición del
nacimiento del acto, la misma no podrá ni ser suplida ni ser sometida a una
obligación posterior, y ese acto carecerá de efectos por una causa
imputable al momento de su nacimiento, que es lo que se conoce como
acto formal de solemnidad absoluta.
5
De tal modo, la expresión escrita puede tener lugar por instrumentos
públicos o por instrumentos particulares firmados o no firmados. La
excepción está dada cuando determinada instrumentación sea impuesta,
ya sea legalmente o por voluntad de las partes.
Instrumentos públicos
6
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conforme a las leyes que autorizan su
emisión4.
El último inciso contempla las letras aceptadas por el gobierno, como las
letras de tesorería, los billetes o cualquier título de crédito emitido por el
tesoro público nacional o provincial, etc.
Así las cosas, tenemos un requisito subjetivo que hace a la actuación del
oficial público y uno objetivo, en orden a las firmas.
4 Art. 289 del CCCN.
7
En relación al primero, debemos decir que el Estado ejerce su soberanía a
través de las personas físicas, agentes del Estado, depositarios de la fe
pública.
Además el instrumento público, para ser válido, debe ser otorgado por
oficial público en razón de la materia y del territorio. La competencia es la
facultad conferida por la ley al funcionario público para obrar en los límites
de sus atribuciones respecto del acto –competencia material– y dentro del
territorio asignado para el desempeño de su función –competencia
territorial–. Asimismo, el oficial público debe encontrarse efectivamente en
funciones (art. 292 CCCN).
8
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar
y los hechos que el oficial público enuncia como
cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso
en juicio civil o criminal;
9
Por otro lado, y en lo atinente a la eficacia probatoria del instrumento
público en relación a las manifestaciones de las partes, distinguimos en los
instrumentos públicos las declaraciones auténticas y las autenticadas. Las
auténticas son aquellas que emite el oficial, escribano o notario y hacen
plena fe hasta tanto sean redargüidas de falsas. Las otras declaraciones, las
autenticadas, son las emitidas por las partes y no tienen pleno valor
convictivo, por lo que caerán por cualquier prueba en contrario (Rivera y
Medina, 2014).
Instrumentos particulares
Definición y clases
Los instrumentos particulares son los otorgados por las partes y pueden
estar firmados o no. Si los instrumentos particulares están firmados, se
denominan instrumentos privados; si no lo están, se denominan
instrumentos particulares no firmados.
10
Instrumentos privados
De conformidad al art. 287 del Código, los instrumentos privados son los
instrumentos particulares que contienen una manifestación de voluntad
destinada a producir efectos jurídicos, firmados por sus otorgantes.
En primer lugar, debe señalarse que se entiende por firma al trazo habitual
de una persona que acostumbra a identificarse de tal modo. No se
restringe de ningún modo cómo debe ser esa firma, dejándose librada a
cada persona.
11
Debe señalarse que, en caso de que alguno de los firmantes de un
instrumento privado no sepa o no pueda firmar, puede dejarse constancia
mediante la impresión digital o mediante la presencia de dos testigos que
deben suscribir también el instrumento (art. 313 CCCN).
Reconocimiento
12
Por otro lado, como es una obligación inherente a la persona que otorgó el
instrumento, los herederos no están obligados a reconocerla, sino que
pueden limitarse a manifestar que ignoran si la firma es o no de su
causante.
Por último, el artículo refiere que el documento con impresión digital vale
como principio de prueba por escrito y puede ser impugnado en su
contenido. Así, el documento en el que la impresión digital ha sustituido a
la firma es un instrumento particular no firmado, cuya eficacia no es
idéntica a la del instrumento privado, pues nadie está obligado a reconocer
un signo o impresión digital, con lo que no cabría la posibilidad de tenerlo
por reconocido frente al silencio del presunto autor.
13
Efecto entre partes y frente a terceros
Valor probatorio
14
públicos porque no se prueban per se, no se prueban a sí mismos. Ahora
bien, reconocida la firma por el autor, el instrumento privado adquiere la
fuerza probatoria entre las partes, asemejando la misma al instrumento
público.
En síntesis:
Figura 2
15
Referencias
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo III]. Córdoba: Alveroni.
16
Vicios de los
actos jurídicos
Derecho
Privado I
0
Vicios de los actos jurídicos
Vicios de los actos jurídicos
Definición y fundamento
La buena fe es un principio general del derecho (art. 9 del CCCN) que veda
el ejercicio abusivo de los derechos y sustenta nuestro ordenamiento
jurídico positivo. Como derivación de este principio, se impone a los
sujetos el deber de actuar de manera leal, recta, honesta, con una actitud
de cooperación y generación de confianza en las propias declaraciones.
De este modo, los vicios de los actos jurídicos son defectos, imperfecciones
o anomalías susceptibles de provocar la ineficacia del negocio, por atentar
contra la licitud, la buena fe o perjudicar los intereses de terceros.
A diferencia de los vicios de los actos voluntarios, que son los que afectan
la voluntad de alguno de los otorgantes del acto y pueden presentarse
tanto en los simples actos voluntarios lícitos como en el acto jurídico, los
vicios de los actos jurídicos sólo pueden presentarse, como su nombre
indica, en los actos jurídicos. No atacan la voluntad de los sujetos, sino que
conciernen a la causa de celebración del negocio, pues éste, pese a
realizarse en forma adecuada y regular, se utiliza para obtener una
finalidad ilícita, por resultar contraria al orden jurídico, al orden público o a
las buenas costumbres, o bien por carecer de causa suficiente para
justificar la tutela del derecho. (Tagle, 2002).
1
La lesión
2
inferioridad del primero sobre el segundo, constituye una conducta
reprochable por el derecho.
Presupuestos de procedencia
El elemento objetivo
El elemento subjetivo
3
conservación de la vida, lo que traduce una situación de angustia y
agobio derivada de la falta de medios elementales para subsistir, de lo
imprescindible o necesario, teniendo en cuenta las circunstancias
propias de cada persona.
Debilidad síquica: se trata de trastornos síquicos de conducta que, por
razones ajenas a la voluntad de quien los padece, lo colocan en una
situación de inferioridad. Esta cuestión deberá ser ponderada en cada
caso, teniendo en cuenta las concretas aptitudes del sujeto.
Inexperiencia: importa la falta de conocimientos que tiene el sujeto
respecto del acto en el momento de su celebración. El término resulta
de difícil delimitación, por cuanto la inexperiencia debe referirse
concretamente al acto de que se trate y del que se sigue el perjuicio
por las prestaciones inequivalentes.
Prueba. Presunción
Así, los legitimados activos tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía
de acción como de excepción, la nulidad (“nulidad relativa” en los términos
4
de los arts. 386 y 388 del Código Civil y Comercial, que más adelante
veremos) como la modificación del acto lesivo, es decir, un reajuste
equitativo del convenio. Si el lesionado opta por esta segunda opción, el
litigio queda “trabado” en ese aspecto y el demandado no puede
reconvenir por nulidad.
En síntesis :
Figura 1
5
La simulación
Definición. Elementos
6
b) El segundo presupuesto supone la conformidad de todos los
otorgantes del acto en el negocio simulado sobre la disconformidad
entre lo querido y lo declarado, y se caracteriza por el querer
común de no atribuir al acto aparente efectos vinculatorios.
c) Por último, la acción de simulación requiere el propósito de
engañar, que no necesariamente implica ocasionar un perjuicio
jurídico a terceros (porque su causa puede ser inocua, en cuyo caso
estaremos en presencia de una simulación lícita) o bien, puede sí
implicarlo, es decir puede existir el fin de defraudar a terceros –
quienes desconocen que el acto es falso– o el de ocultar una
violencia legal.
Clases de simulación
Por otro lado, la simulación se clasifica en lícita e ilícita, que tendrá que ver
con la causa determinante que dio origen al acto.
7
voluntad real, y ello obedece a una razón determinante que se conoce
como causa simulandi.
Por último, la simulación puede ser total o parcial. Es total cuando abarca
íntegramente al negocio, viciándolo en su esencia; y es parcial cuando sólo recae sobre
una parte del acto, sin que sea necesario que destruya los aspectos reales del acto.
El artículo 335 del Código Civil y Comercial regula esta cuestión. Así prevé:
8
El principio general es que los simuladores del negocio jurídico carecen de
toda acción entre ellos.
Ello es así, toda vez que las partes se pusieron de acuerdo en eludir una
prohibición legal o perjudicar a terceros, por lo que pierden, en principio, el
derecho de impugnar el acto por el vicio de simulación.
El contradocumento
9
posterior, es decir, se deberá justificar por qué no pudo realizarse el
contradocumento.
10
quien, al momento de la transmisión, ignorase que el derecho tiene como
antecedente un acto simulado– y a título oneroso, respecto a los cuales la
sentencia resulta inoponible.
Efectos
Prescripción
Los arts. 2562 y 2563 incisos “b” y “c” del Código Civil y Comercial disponen
que el plazo de prescripción es de dos años; en la simulación entre partes
se computa desde que, requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el
acto simulado; en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció o
pudo conocer el vicio del acto jurídico.
11
Figura 2
El fraude
Noción
12
omisiones del deudor en perjuicio de sus acreedores, sustrayendo bienes de
su patrimonio.
Esta caracterización permite señalar tres notas que se hallan presentes en
la noción de fraude a los acreedores: a) otorgamiento por el deudor de
actos o negocios jurídicos; b) provocación o agravación de la insolvencia
del deudor y c) sustracción de bienes del patrimonio del deudor en
perjuicio de los derechos de los acreedores.
La acción de inoponibilidad
Titulares de la acción
13
Actos revocables
Sin embargo, esta regla tiene sus excepciones. Hay consenso en la doctrina
en que no pueden atacarse, por los acreedores, los actos que implican una
renuncia a derechos personalísimos, tales como pedir la revocación de una
donación por una causa de ingratitud del donatario, una causa de
indignidad para suceder, la renuncia a ejercer acción de resarcimiento por
daño moral, etc.
Requisitos de procedencia
14
b) que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
c) que quien contrató con el deudor a título oneroso haya
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patrimonial, provocado o agravado precisamente por los negocios
inoponibles
Distinto será el supuesto del tercero que contrató a título gratuito, en cuyo
caso no interesa la buena o mala fe del adquirente, pues se prefiere el
interés de los acreedores por sobre el del adquirente y, por ende, sólo
habrá que acreditar que el acto fue a título gratuito.
Figura 3
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mala fe, es decir, con conocimiento de la insolvencia del deudor, al tiempo
de celebrar el acto.
Por último, señalamos que, al igual que sucede con la simulación, tanto el
tercero contratante como el subadquirente de mala fe responden
solidariamente por los daños ocasionados al acreedor que interpuso la
acción en los siguientes supuestos:
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ha admitido que fue en fraude a sus derechos. Es decir que, reconocido el
fraude por sentencia, esa inoponibilidad lo coloca en la posición de poder
reclamar su crédito sobre el bien objeto del negocio, dado que, a partir de
allí, éste no tiene eficacia a su respecto. Ello implica la posibilidad de actuar
en derecho como si el acto impugnado no se hubiese celebrado.
Extinción
Prescripción
Por último, cabe referir al término de la prescripción, la que, según los arts.
2562 inc. “f” y 2563 inc. “f” del Código, es de dos años, contados desde que
se conoció o pudo conocer el vicio del acto.
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Referencias
López Mesa, M. J. (2008). Código Civil y Leyes Complementarias Anotados con
Jurisprudencia. Buenos Aires: Lexis Nexis.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo III]. Córdoba: Alveroni.
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Ineficacia de
los actos
jurídicos
Derecho
Privado I
0
Ineficacia de los actos jurídicos
Ineficacia de los actos jurídicos
Así las cosas, la ineficacia como noción genérica, comprende por un lado la
invalidez de los actos jurídicos, es decir la nulidad o ineficacia estructural y
también la de inoponibilidad o ineficacia funcional, que es la que priva al
acto de efectos sólo respecto de determinadas personas.
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Noción de acto indirecto
Es dable resaltar que la finalidad del negocio indirecto siempre debe ser
lícita, pues, si el negocio está dirigido a eludir normas imperativas (es decir,
cuando se lo emplea para lograr, a través de una vía oblicua, fines que no
se pueden obtener directamente), el acto constituirá un fraude a la ley.
Nulidad
Definición y fundamento
En otras palabras, la nulidad es una sanción legal que priva de sus efectos
normales a un acto jurídico en virtud de una causa originaria, es decir,
existente en el momento de su celebración, y es también una ineficacia
absoluta en tanto, a diferencia de la inoponibilidad, el acto jurídico inválido
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es completamente ineficaz no sólo respecto de terceros sino también entre
las mismas partes que lo celebraron.
Características Generales
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En esta línea, en los supuestos de nulidades absolutas, el vicio que afecta al
acto jurídico que se reputa inválido lesiona un interés general, es decir que
se encuentra de por medio el orden público (a diferencia de los casos de
nulidades relativas, en los cuales se afecta un interés particular, individual
de los sujetos que forman parte del negocio jurídico).
Por otro lado, cabe señalar que el acto afectado por una nulidad absoluta
no es confirmable, en tanto, por estar de por medio un interés de carácter
general, es la misma sociedad la interesada en su invalidez, por lo que el
acto podrá llevarse a cabo nuevamente sin el vicio que afecta al anterior y
sin que sea posible su confirmación. En cambio, si se trata de una nulidad
relativa, al estar en juego un interés de carácter particular, el vicio del que
adolece el acto jurídico sí puede ser confirmado; ello es consagrado en el
art. 388 del CCCN.
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En esta línea, cabe tener en cuenta el art. 389 del Código, que dispone:
Cabe estudiar ahora los efectos que la acción de nulidad produce tanto
respecto de las partes que intervienen en el negocio jurídico, como de los
terceros.
En primer lugar, el efecto propio que se deriva del análisis que hemos
efectuado se centra en la idea de que un acto jurídico, al ser declarado
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nulo, no podrá producir los efectos normales que se tuvieron en cuenta al
momento de celebrarlo. Es decir, tiene como consecuencia privarlo de sus
efectos como si nunca hubiere existido.
Ahora bien, con respecto a los efectos que la nulidad del negocio jurídico
genera en relación a las partes contratantes, es preciso diferenciar si nos
hallamos en supuestos en los cuales el acto defectuoso tuvo principio de
ejecución o no.
Así, si el acto no fue ejecutado, una vez dictada la sentencia que declare su
nulidad, las partes no podrán exigir o demandar su cumplimiento. En
cambio, si el acto jurídico tuvo principio de ejecución o se ejecutó en su
totalidad, al declararse su invalidez corresponde la aplicación del art. 390
del Código; las partes deben restituirse mutuamente lo obtenido en virtud
del acto anulado, a fin de volver las cosas al estado anterior al del acto
inválido.
Por otro lado, debemos señalar que una o ambas partes del acto nulo por
sentencia pueden haber sufrido daños como resultado de la invalidez del
acto jurídico; daños materiales y aun morales que es preciso reparar para
lograr que la situación jurídica de las partes retorne al estado anterior a la
celebración del acto.
En esta línea, el art. 391 del Código expresa: “Hechos simples. Los actos
jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los actos válidos, dan
lugar en su caso a las consecuencias de los hechos en general y a las
reparaciones que correspondan3.”
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Desde esta perspectiva, analizando los efectos con miras al futuro, por más
que el acto sea declarado nulo y, con ello, se impida la producción de los
efectos propios que se tuvieron en cuenta al momento de celebrarlo, en
función de la norma transcripta se considera el negocio jurídico anulado
como un acto ilícito o hecho jurídico en general. Es por ello que
corresponde indemnizar los daños y perjuicios que hayan ocasionado, en
tanto se genera la obligación de reparar el daño causado.
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los terceros. Es decir que se aplica el efecto retroactivo de la sentencia de
nulidad respecto de los terceros en cosas registrables. El tercero a quien el
adquirente por acto nulo ha transferido la propiedad de una cosa
registrable y otro derecho sobre la materia es alcanzado por la sentencia
de nulidad y privado de esos derechos.
Cabe precisar que, para que funcione tal protección de los subadquirentes
de buena fe y a título oneroso, es necesario que se cumplan ciertos
recaudos: a) debe ser invocada por un subadquirente, b) ha de referirse a
derechos reales o personales sobre inmuebles o muebles registrables, c)
título oneroso y d) buena fe.
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En términos generales, la ratificación es una declaración de voluntad del
representado que suple los defectos de representación y que vendrá a
purgar los defectos de que adolezca un acto llevado a cabo por un
representante vicioso.
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b) La causal de nulidad debe haber desaparecido. Es decir que el
defecto que afectaba la validez del acto jurídico no debe subsistir.
Por ejemplo, el menor de edad no puede confirmar por sí mismo un
acto jurídico hasta alcanzar la mayoría de edad.
c) El acto de confirmación no debe adolecer, a su vez, de otra causal
de nulidad: de ser idóneo el acto de confirmación, no sería idóneo
para otorgar eficacia definitiva al acto inválido que se pretende
confirmar.
d) El sujeto debe estar legitimado para confirmar: están facultados
para confirmar los actos jurídicos los mismos sujetos que se
encuentran legitimados para solicitar la nulidad relativa (art. 388
del CCCN) (Rivera y Medina, 2014).
Forma
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exigible a los actos jurídicos formales solemnes. No es necesario que el
acto de confirmación sea otorgado en la misma forma que el acto que
se confirma, por lo que la confirmación puede hacerse por cualquier
clase de instrumento.
La mención de la causa de la nulidad y su desaparición: el instrumento
por el que se confirma el acto debe contener la mención precisa de la
causa de la nulidad, dejándose constancia de su desaparición.
La voluntad de confirmar el acto: se trata de expresar el propósito puntual
de renunciar al derecho de invocar la nulidad relativa, es decir, de
impugnar el acto. El acto de confirmación debe contener indicaciones
precisas que individualicen al sujeto legitimado para confirmar, a los
fines de no dejar lugar a dudas.
Por otro lado, la confirmación también puede ser tácita. De acuerdo al
art. 394 del Código Civil y Comercial: “La confirmación tácita resulta del
cumplimiento total o parcial del acto nulo realizado con conocimiento
de la causa de nulidad o de otro acto del que se deriva la voluntad
inequívoca de sanear el vicio del acto6.”
Efectos
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Art. 394 del CCCN.
7 Art. 395 del CCCN
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De la norma transcripta surge que la confirmación tiene efecto retroactivo
al día en que tuvo lugar el acto. Así, si el acto se ejecutó o tuvo principio de
ejecución, la confirmación impide que el acto sea impugnable en el futuro;
en cambio, si no se ejecutó, luego de la confirmación se podrá exigir el
cumplimiento.
La inoponibilidad
Definición. Efectos
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se torna ineficaz por incumplimiento de algún requisito adicional que le es
exigido por la ley para la producción plena de sus efectos, especialmente
en relación a determinados terceros interesados.
Efectos
Así, el tercero interesado puede recurrir a la justicia para hacer cesar los
efectos propios del acto que lo perjudica, sea por vía de acción o de
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excepción. La acción de inoponibilidad es prescriptible. Por ejemplo, en el
caso de la declaración de inoponibilidad en el fraude, la acción prescribe a
los dos años desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto, por lo
que, intentada la acción después de ese plazo, se podrá interponer la
defensa de prescripción.
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Referencias
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo III]. Córdoba: Alveroni.
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