El Hombre de Las Ratas
El Hombre de Las Ratas
El Hombre de Las Ratas
cuando aparecen los primeros síntomas, y qué es lo que desencadena esos síntoma en el
hombre de las ratas.
Se propone que desde los 6 ó 7 años este hombre tenía ya definida y establecida su
estructura: su neurosis obsesiva.
-A los 4 ó 5 años, tenía una gobernanta (Sta. Peters), a quien le pedía permiso para deslizarse
bajo sus faldas y le tocaba los genitales y el vientre.
(Desde entonces *ene curiosidad por ver cuerpos de mujeres desnudas). (Nótese que el
apellido de esa señorita es “Peters”, nombre de hombre, y la llama así en lugar de usar su
nombre de mujer. Quizá esto también sea relevante más adelante)
– A los 6 años ya tenía erecciones, y una vez acudió a su madre para quejarse.
– A los 6 años, en su casa trabajaba otra señorita (Srta.Lina), quien tenía abcesos (granos) en
las nalgas y él la observaba cuando se los estrujaba por las noches.
– Él a veces dormía con Lina, pero casi siempre dormía con los padres.
– A los 7 años escucha conversación entre las sirvientas, donde Lina dice que con el hermano
de Paul podría hacerlo pero no con él porque es torpe. Él no sabía de qué hablaban pero se
sin*ó menospreciado.
– Por entonces, creía que sus padres podrían leer sus pensamientos. Y Paul cita en aquel
período el comienzo de su enfermedad.
– Desde entonces, Paul deseaba ver mujeres desnudas. Y cuando deseaba eso, se le venía a
la mente la idea de que ocurriría algo malo (como la muerte del padre), y entonces debía
llevar a cabo acciones obsesivas.
-Cada vez que aparece el deseo, surge el temor de que pase algo malo y debe llevar a cabo
dis!ntas acciones
Freud dirá que Paul, por lo que a contado, ya a los 6 ó 7 años tenía una neurosis obsesiva
completa y
no sólo el comienzo de la misma.
El componente pulsional sexual en Paul es ver mujeres desnudas.
El desencadenante de la crisis obsesiva del paciente tuvo lugar mientras hacía el servicio
militar. Uno de sus superiores, de tendencias algo sádicas, le describió un modo de tortura
en el que “se adaptaba a las nalgas un recipiente y se metían en él unas cuantas ratas, que
luego…se le iban introduciendo…”. Entonces el paciente tuvo la idea de que ese tormento
le fuese aplicado a su novia y a su padre. Al día siguiente su superior le entregó un paquete
postal advirtiéndole de que debía pagar el reembolso al teniente A. Pero inmediatamente
surgió en él la idea de que si devolvía ese dinero realmente su padre y su novia serían
torturados. Y quedó preso del dilema entre la obligación de devolver el dinero y el temor a
hacerlo, lo cual degeneró en un viaje surrealista en tren en el que está a punto de bajarse en
cada estación con la intención de volver a la oficina de correos para hacer la devolución