Monografia de Inclusion y Tolerancia

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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE EDUCACIÓN, CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN Y


HUMANIDADES

PSICOLOGÍA

TOLERANCIA E INCLUSION
(Monografía)

CURSO :

Psicología Clínica I

CICLO :

VI

ALUMNA :
- CAÑI HURTADO, Carmen del Rosario
- LARA DOMINGUEZ, Karla Lizeth
- MARTORELL VILLEGAS, Mauricio Mario
- SILVA TRABUCCO, Anibal Romano
- TORRES LINAJA, Ricardo Arturo
DOCENTE :

Psic. Yefer Andrés Torres Gonzales

Tacna –Perú
2015
INDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………3

DESARROLLO DEL TEMA

I. IDENTIDAD, DIFERENCIA Y ACTITUD……………………………………5

II. PROBLEMÁTICA ACTUAL: INTOLERANCIA Y EXCLUSION SOCIAL

A. FACTORES ASOCIADOS A LOS FENOMENOS DE


INTOLERANCIA Y EXCLUSION SOCIAL……………………………..7
B. GRUPOS SOCIALES EXCLUIDOS……………………………………10
C. CONSECUENCIAS DE LA EXCLUSION SOCIAL…………………..14
D. MANIFESTACIONES DE LA EXCLUSION SOCIAL……………….25

III. UNA PROPUESTA DE SOLUCION CONTEMPORANEA: INCLUSION


SOCIAL……………………………………………………………………….32

A. LA INCLUSIÓN SOCIAL EMPIEZA DESDE LA PRIMERA


INFANCIA…………………………………………………………………34
B. LA PROPUESTA DE INCLUSION SOCIAL………………………….36

IV. ESTRATEGIAS PROFESIONALES QUE FOMENTEN LA


TOLERANCIA E INCLUSION SOCIAL…………………………………...49

CONCLUSIONES……………………………………………………………………89

ANEXOS…………………………………………………………………….……….91

REFERENCIAS WEBGRAFICAS…………………………………………………92

2
INTRODUCCION

Según el Diccionario de la Real Academia Española la palabra incluir contiene


dos acepciones: 1) Poner algo dentro de otra cosa o dentro de sus límites y 2)
Dicho de una cosa: Contener a otra, o llevarla implícita. Colocando la definición
en el ámbito social, la inclusión se referiría a la o las situaciones en que un
determinado individuo o grupo de individuos, se identifica, tolera, comparte,
protege, converge y actúa con otro individuo o grupo de individuos que no
comparte sus mismas características. Cuando esto sucede, se muestra una
huella de la evolución psicosocial en la sociedad y es requisito para que
cualquier civilización quiera dar un paso hacia adelante. Pero actualmente, aun
en los pueblos culturalmente más avanzados, se propicia la costumbre
antiquísima como todos los males, de la exclusión.

El presente documento plantea a la exclusión social desde un punto de vista


psicológico, describiendo su origen y sus consecuencias en distintos niveles
con el fin de entender este fenómeno social que se relaciona íntimamente con
el funcionamiento intelectual y cognitivo de las personas.

De esta manera, se pretende gracias a su entendimiento, el poder llevar una o


varias soluciones para la exclusión, o mejor dicho, el propiciar y extender lo que
es la inclusión social. Para llevar esto a cabo, se deben tener en cuenta
diferentes procesos, que llevados desde el enfoque psicológico, consideran a
la exclusión desde el individuo y originada desde éste y no solo tomada desde
el todo, es decir no se considera la exclusión social como un fenómeno
meramente de grupo, si no que parte desde la consideración subjetiva y de los
aspectos individuales que cada integrante del grupo trae consigo, que
manifiesta, que sumara al grupo y que luego éste engendrara como una nueva
característica propia.

Teniendo en cuenta que este documento intenta recoger las diversas


metodologías profesionales para favorecer la inclusión social, no podemos
olvidarnos de hablar de las raíces mismas de este campo de trabajo. La
intervención social tiene su origen en el esfuerzo de la sociedad del siglo XIX
por mejorar la forma de ayudar a las personas y, más concretamente, en los

3
movimientos de las organizaciones caritativas (sobre todo inglesas y
americanas.). Estas organizaciones entendían la atención a personas desde
una actitud paternalista en la que una figura experta, por su experiencia en
cuestiones sociales más que por disponer de una forma de actuar establecida
previamente, ejercía de jueza y determinaba la solución correcta a adoptar.

En este sentido, el método de casos inaugurado por Mary Richmond supone un


empuje definitivo al surgimiento de la intervención social. Mediante la
publicación de la obra Social Diagnosis en 1917, dota a la asistencia social de
una acción técnica, sistemática y organizada. Este método de intervención
diferenciaba tres etapas: estudio del caso, diagnóstico y tratamiento.

Posteriormente, la adopción de las teorías psicológicas y psicoanalíticas (por


ejemplo teorías psicosociales desde los enfoques clásicos, que enfatizan la
relación entre la presión interna y externa sobre el individuo, o llamado
“persona en situación”, tomando en cuenta la interacción del individuo y su
entorno, comprendiendo como las condiciones económicas, sociales, culturales
y psicológicas influyen enormemente en cada persona) facilitó un proceso de
profesionalización, basado en una mejor comprensión psicológica del
comportamiento humano. Se produce entonces un proceso de democratización
del trabajo de casos: la figura profesional acepta a la persona tal y como es y
no intenta moldearla para convertirla en lo que quisiera que fuera.

En conclusión, ahondaremos en la problemática, describiremos diferentes


situaciones y manifestaciones de la exclusión, así como también
identificaremos los diversos grupos que la padecen y de esta forma dar pie a
los programas de inclusión que, esperamos, brinden mayor relevancia al
documento como actores indispensables que somos en el marco social en el
que estamos inmersos.

4
DESARROLLO DEL TEMA

I. IDENTIDAD, DIFERENCIA Y ACTITUD

Todos necesitamos sentirnos parte de la sociedad en la que vivimos,


debido a que la interacción con los demás trae repercusiones en la
perspectiva individual y general. Cuando hablamos de identidad
hacemos referencia principalmente a la concepción y expresión que
tiene cada persona acerca de sus características, con esto podemos
decir que todos los individuos poseen una forma de ser que los
diferencia de los demás aun perteneciendo a un mismo entorno
social. Según algunos autores la identidad es un concepto que sirve
para comprender los fundamentos psicológicos entre grupos, el cual
se compone de cuatro elementos. En primer lugar, todos los seres
humanos suelen clasificarse y clasificar a los demás en diferentes
categorías, las cuales sirven para etiquetar, diferenciar y discriminar
tanto de manera positiva como negativa, desde el punto de vista de
las nacionalidades, las culturas, las ocupaciones, las habilidades o
inhabilidades de cada persona. Con esto podemos decir que cuando
hablamos de un musulmán, judío, turco, mexicana, francés,
inteligente, tarado, jugador de fútbol, basquetbolista, etcétera, son
algunos pocos ejemplos de formas de categorizar. En segundo lugar
tenemos la identificación, es decir que los seres humanos suelen
asociarse con grupos específicos, con los que se sienten
identificados y con los que reafirman su autoestima, como bien
sabemos todos los seres humanos suelen hacer comparaciones a
los grupos a los cuales pertenecen con los que le son ajenos, esto
traerá como consecuencia una comparación entre ambas. Por
último, cabe resaltar que esta comparación permitirá una distinción
psicosocial, es decir que cada persona desea que su identidad sea
distinta a las otras y además que esta sea positiva al compararla con
otros grupos de personas. En conclusión, como ya mencionamos
antes, la identidad es la circunstancia de ser una persona o cosa en

5
concreto y no otra, esta es determinada por un conjunto de rasgos o
características que la diferencian de otras, por esto cuando
hablamos de diferencia caemos en una redundancia ya que las
diferencias se comprenden como las características contrarias a las
que se posee. Como ya mencionamos antes existen diferencias
sociales, culturales, raciales y sexuales, las cuales permiten de cierta
forma que las personas tomen una actitud diferente hacia los demás.
La actitud es la forma de actuar de una persona es decir el
comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. En
este sentido, se puede decir que es su forma de ser o el
comportamiento de actuar, también puede considerarse como cierta
forma de motivación social de carácter, por tanto, secundario, frente
a la motivación biológica, de tipo primario que impulsa y orienta la
acción hacia determinados objetivos y metas.

Algunos autores definen la actitud como una predisposición


aprendida a responder de un modo consistente a un objeto social.
En la psicología social, las actitudes constituyen valiosos elementos
para la predicción de conductas, las actitudes se refieren a un
sentimiento a favor o en contra de un objeto social, el cual puede ser
una persona, un hecho social, o cualquier producto de la actividad
humana. Basándose en diversas definiciones de actitudes, se ha
definido la actitud como una organización duradera de creencias y
cogniciones en general, dotada de una carga afectiva a favor o en
contra de un objeto definido, que predispone a una acción coherente
con las cogniciones y afectos relativos a dicho objeto. Las actitudes
son consideradas variables intercurrentes, al no ser observables
directamente pero sujetas a inferencias observables.

En las ciencias sociales, principalmente psicología y sociología, la


identidad es un concepto para entender el desarrollo psicológico y
social de cada ser humano, dentro de esta se encuentra la identidad
cultural, este es el conjunto de valores, símbolos, creencias y
costumbres de una cultura, también podemos hablar de identidad de
género, esta es la percepción subjetiva de cada persona en cuanto a
6
sentirse varón o mujer no sólo en términos biológicos sino también
psicosociales, que pueden ser independientes de los caracteres
físicos. Por otro lado tenemos la identidad nacional, es decir la
identidad basada en el concepto de nación, como el sentimiento de
pertenencia a una colectividad histórico-cultural definida con
características diversas, rasgos de cosmovisión definidos con mayor
o menor localismo o universalismo como las costumbres de
interacción, organización social y política. Por ultimo tenemos la
identidad de lugar, la cual implica el reconocimiento de un lugar
concreto a través de signos que son expresión de sentirse como en
casa y se asocian con la memoria colectiva. Esta inclusión es la que
va a generar una identidad debido a la retroalimentación que
tenemos por parte de la sociedad sobre cómo es que nos ven los
demás, cabe resaltar que esta conceptualización es indispensable
para nuestra salud psíquica.

II. PROBLEMÁTICA ACTUAL: INTOLERANCIA Y EXCLUSION


SOCIAL

A. FACTORES ASOCIADOS A LOS FENOMENOS DE


INTOLERANCIA Y EXCLUSION SOCIAL

1. PREJUICIO

Actitud negativa, predisposición a adoptar un comportamiento


negativo hacia un grupo, o hacia los miembros de ese grupo,
que descansa sobre una generalización errónea y rígida,
porque, por una parte, no considera las diferencias
individuales existentes en el interior de cada grupo, y por otra,
es una actitud que es muy difícil de erradicar. La palabra
prejuicio, deriva del latín y quería decir precedente, es decir un
juicio que se basa en decisiones y experiencias previas, que
ha sufrido un cambio en su significación.

7
Frecuentemente, los prejuicios se clasifican según la categoría
social que es el objeto de la generalización. Por ejemplo, el
sexismo es el prejuicio hacia las mujeres o hacia los hombres;
el antisemitismo es el prejuicio hacia los judíos.

El prejuicio, es “... una actitud hostil o prevenida hacia una


persona que pertenece a un grupo, simplemente porque
pertenece a ese grupo, suponiéndose por lo tanto que posee
las cualidades objetables atribuidas al grupo”.

Gordon Allport, expresa que los pre-juicios se hacen prejuicios


solamente, cuando no son reversibles bajo la acción de
conocimientos nuevos. Un prejuicio, a diferencia de una
concepción errónea, se resiste a toda evidencia que pueda
perturbarlo. Además, plantea que el prejuicio puede
desembocar en una acción negativa que puede ser: hablar
mal, evitar el contacto, discriminar, atacar físicamente o la
exterminación.

Sostiene la tesis de que todo hombre, tiene una afición al


prejuicio y esto se fundamenta en una disposición normal y
natural, que tiene, a formar generalizaciones, conceptos y
categorías, que son simplificaciones excesivas de su mundo
de experiencias. Esas categorías, pueden ser fruto de la
experiencia, pero también pueden ser totalmente irracionales y
formarse a partir de rumores, proyecciones emocionales y
fantasías.

Sus estudios le permiten dar algunas creencias, a las cuales


suscriben los niños prejuiciosos:

 Hay una sola manera correcta de hacer las cosas.


 Si no se tiene cuidado, la gente se aprovecha de uno.
 Sería mejor que los maestros fueran más estrictos.
 Solo la gente que es como yo, tiene derecho a ser feliz.

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 Las chicas solo deben aprender las cosas que les sean
útiles en la casa.
 Las guerras son parte de la naturaleza humana.
 La posición de las estrellas, cuando uno nace, marca el
carácter y la personalidad de uno.
 El mundo es un lugar peligroso, y los seres humanos
son básicamente malos y peligrosos.

2. ESTIGMAS

Marca o característica desacreditadora que se expresa en


discriminación y segregación hacia alguna persona o grupo.
Es el resultado de la posesión de un atributo, que acarrea una
identidad social valorizada de manera negativa.

El problema del estigma no radica en la cualidad estigmatizada


o en la persona o grupo que posee dicho atributo, sino en las
circunstancias desafortunadas de poseer un atributo en un
contexto social determinado.

Existen estigmas visibles, que tienen relación con la apariencia


física y características físicas, por ejemplo, una persona con
alguna discapacidad, con rasgos indígenas, etáreos, es decir,
que no se pueden ocultar, por lo tanto, es un estigma que se
lleva siempre. Como estos estigmas no se pueden ocultar con
facilidad al resto de las personas, los sujetos saben que otros/
as pueden usarlo como una base para juzgarlos/ as, saben
que son desacreditados/ as o desvalorizados/ as.

Otro tipo de estigmas, son los que se ocultan en ciertos


espacios, como rasgos de personalidad, conductas y
comportamiento moral, por ejemplo, una persona que vive con
VIH/ SIDA es una característica que intenta ocultar, lo mismo
pasa con los homosexuales, los estigmas que tienen que ver
con la residencia, con la religión, política o con el nivel

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socioeconómico. Son personas que están conscientes de que
podrían ser estigmatizados/ as, si se descubre sus cualidades
estigmatizadoras.

3. ESTEREOTIPOS

Son modelos rígidos, construidos y reproducidos culturalmente


en torno a las diferencias entre los seres humanos, las
diferencias de clase, de género, de etnia, de edad, etc. Estos
constituyen la cara social de los prejuicios.

a. CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTEREOTIPOS

Las características que presentan los estereotipos son:

 Suponen una generalización y visión simplificada del


mundo y la realidad.
 Pueden apoyarse o no en hechos reales, pero la
interpretación de éstos obedece a nociones altamente
prejuiciosas.
 Son difíciles de modificar y se transmiten de
generación en generación.
 Se vinculan a acciones discriminatorias.
 No respetan o toman en consideración las diferencias
entre las personas, promoviendo la intolerancia y el
recelo.

Los estereotipos atribuyen ciertas cualidades o defectos a las


personas, como por ejemplo: que las mujeres son más
sensibles e irracionales que los hombres, que los jóvenes son
rebeldes, etc.

B. GRUPOS SOCIALES EXCLUIDOS

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En general, se puede sostener que todo grupo que, compartiendo
una característica específica, tenga que compartir una situación
de marginación en el goce de sus derechos y en su participación
en la vida política, económica, social o cultural de su localidad,
puede ser considera un grupo excluido. En ese sentido, pueden
ser considerados grupos excluidos:

GRUPOS EXCLUIDOS
Grupo Características que Situaciones específicas que
excluido comparten expresan la exclusión
Avanzada edad que disminuye - Necesidad de atención
Personas de capacidades físicas y mentales. preferente.
la tercera - Falta de atención a
edad enfermedades propias de
su edad.
Patrones sociales que - Falta de acceso al
establecen roles de cuidado y empleo e igual salario
Mujeres subordinación frente al varón. que el hombre.
- Limitada participación en
la política en equidad.
Edad. - Maltrato, sin protección
del Estado.
- No consulta en
Niños y niñas
cuestiones que los
afectan (proceso
educativo).
Discapacidad mental: - Falta de acceso y
- Psicosis. asistencia en locales
- Retardos específicos del públicos
desarrollo. - Falta de facilidades para
Personas con - Retraso mental. estudiar
discapacidad - Alteración orgánica.
- Trastorno mental de la

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infancia.
- Deficiencia anatómica.
- Trastornos mentales que
provocan discapacidad.

Discapacidad física:
- Parapléjicos
- Sordomudos
- Ciegos
- Cuadripléjicos
Origen étnico, que hace que - Falta de consulta y
compartan una lengua, cultura, participación en las
justicia y organización diferente concesiones de sus
Pueblos a las ordinarias. tierras ancestrales.
indígenas - No reconocimiento (legal
y en los hechos) de su
lengua, justicia y forma
de tomar de decisiones.
Portadores de virus o - Falta de acceso a
enfermedad tratamiento específico
Personas con
(retrovirales).
VIH/SIDA
- Estigmatización por la
posibilidad de contagio.
Ejercicio de su sexualidad - Imposibilidad de
diferente a la heterosexual. modificar su identidad
Lesbianas,
frente al Estado (sexo),
gays,
cuando lo requieren.
travestis y
- Discriminación por
bisexuales
heterosexuales
(LGTB)
(heteronormalidad).
- Agresiones físicas.

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Privación de libertad. - Malas condiciones de
Personas salubridad.
detenidas - Pocas posibilidades de
reinserción social.
Edad. - Los jóvenes suelen
presentar problemas más
graves de: embarazo
Jóvenes precoz, índices de
VIH/SIDA, muertes por
causas externas, menos
posibilidades para
autonomizar.
País. - Discriminación que
sufren personas y/ o
grupos, por establecerse
en un país del cuál, no
se es originario.
Migrantes - La migración se
compone de una
emigración o salida del
país de origen, y una
inmigración en el país de
llegada.
Religión. - Discriminación que
sufren personas y/ o
Religioso grupos, por profesar
algún culto, creencia y/ o
devoción.

Debe tenerse en cuenta que, a diferencia de la discriminación, la


pertenencia a un grupo excluido no genera derechos específicos
exigibles al Estado o a otros ciudadanos. La constatación de la
situación de exclusión y la condición de un grupo como excluido

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tiene relevancia para la identificación de la situación que solo se
explica estructuralmente, y para la determinación de las
decisiones públicas que busque acabar con tales situaciones;
pero no es relevante en relación a derechos y deberes del Estado
y sus ciudadanos.

Debe señalarse que normalmente un grupo discriminado será


también excluido, porque las discriminaciones son problemas que
tienen sus orígenes en procesos estructurales de diferenciación y
trato desigual. Sin embargo, no siempre todo grupo excluido será
necesariamente un grupo discriminado. El ejemplo más claro es el
de las personas privadas de libertad, a quienes no se les
considera como un grupo históricamente discriminado, pero sí se
les reconoce su situación de marginalidad social y frente al
Estado.

Por lo demás, la discriminación es una situación de hecho,


concreta y particular de diferenciación basada en motivos
jurídicamente prohibidos. Por el contrario, la exclusión refiere a un
proceso continuo, duradero y estructural de impedimento o
limitaciones generales en el goce de derechos y de participación
social, económica, política o cultural.

C. CONSECUENCIAS DE LA EXCLUSION SOCIAL

1. AMBITO PERSONAL

La exclusión, no solo hace referencia a toda aquella situación


que impide el acceso a los recursos básicos que una persona
necesita y que no tiene para incluirse dentro del ambiente en
el que vive. Este es un problema cercano que necesita
soluciones inmediatas y que tiene consecuencias graves. Es
por esto que los psicólogos sociales se han detenido a
estudiar los efectos que produce la exclusión en el individuo y

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que variables se ven afectadas en la persona. En primer lugar
producen efectos a nivel cognitivo, como por ejemplo déficit en
las habilidades intelectuales, inteligencia, autorregulación, a
nivel emocional como baja autoestima, rotura de vínculos de
pertenencia con la sociedad, tristeza, sentimientos de
inutilidad, culpa, sentimientos de inferioridad y trastornos del
estado de ánimo entre otros, a nivel conductual como
irritabilidad, aumento de la agresividad, hostilidad y conducta
irracional y finalmente también a nivel físico, con dolor y
propensión a contraer más enfermedades.

La investigación de la exclusión ha puesto de manifiesto que


cuando se manipulan los sentimientos de rechazo las
personas que forman parte del grupo socialmente aislado
tienen déficits cognitivos serios comparados con el grupo
control. Estos efectos hacen referencia principalmente al
comportamiento inteligente y a la auto-regulación de las
personas.

Lo que se encontró en estos estudios es que la exclusión


social, producía un descenso de la conducta inteligente como
problemas de lógica y razonamiento, también la velocidad de
los participantes y a su fiabilidad, debido a que este efecto
estaba mediado por el estado de ánimo. Posteriormente
demostraron experimentalmente que la exclusión y el rechazo
social también reducen la auto-regulación de las personas. En
el primer experimento realizado con el paradigma del test de
personalidad, se comprobó que los participantes de la
condición de rechazo consumían menos una bebida saludable
aunque de mal sabor. En el segundo experimento 38 sujetos,
con el paradigma del grupo de discusión, se comprobó que los
participantes de la condición de exclusión comían más galletas
que los participantes del resto de condiciones. En el
experimento 3, 45 estudiantes, con el paradigma del test de
personalidad, los participantes de la condición de exclusión
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dejaban de hacer mucho tiempo antes tareas muy frustrantes
para medir capacidad viso-espacial con figuras geométricas.
En los experimentos 4, 5, y 6 (estudiantes diestros), realizados
con el paradigma del test de personalidad, la exclusión
reducía la auto-regulación en una tarea de escucha dicótica
(debían anotar palabras que empezaban por letras que
escuchaban por su oído izquierdo). Estos autores encontraron
que esos descensos en la capacidad de auto-regulación
(cometían más errores) podían ser eliminados si se ofrecía a
los participantes dinero como recompensa. Los participantes
excluidos veían mermada su capacidad auto-regulatoria
cuando creían que las tareas medían capacidades
individuales, mientras que los participantes de la condición de
inclusión tuvieron un rendimiento más bajo cuando la tarea se
presentaba como un indicador de la capacidad para las
relaciones interpersonales. Cabe resaltar que ofrecer
incentivos a los participantes eliminaba este déficit en la auto-
regulación.

Por otro lado existen otros estudios que responden a la


pregunta de en qué medida la exclusión social produce
efectos negativos en la capacidad de sentirse bien de la
persona que sufre el rechazo, por lo que se realizaron
investigaciones que ponen de manifiesto que la exclusión
social produce decrementos significativos de la autoestima, el
sentido de pertenencia, la percepción de sentido y en general
un efecto de aplanamiento emocional. En primer lugar la
exclusión es el resultado progresivo de la pérdida de vínculos
tanto personales como sociales y que impiden el acceso a los
recursos que proporciona la sociedad. Los motivos por los que
se llega a ella son variados y siempre representan una
situación de vulnerabilidad. Sin embargo, ¿qué sucede
entonces cuando no se da está inclusión? ¿Qué
consecuencias psicológicas conlleva?

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Uno de los trabajos más relevantes acerca de la relación que
existe entre bienestar psicológico y exclusión social fue el
realizado por Leary y Cols que demostraban científicamente el
nexo de unión negativo entre la autoestima y la exclusión
social. En el primer estudio demostraron que los sentimientos
de los participantes variaban en función de la percepción que
tenían del rechazo que ciertas conductas podrían llegar a
ocasionarles a nivel social. Así, por ejemplo conductas como
donar sangre, las cuales producen admiración en los demás,
generaba sentimientos más positivos que por ejemplo copiar
en un examen, lo que era percibido como una conducta que
los demás rechazaban. En el estudio 2 se encontró que los
participantes que se sentían incluidos en una situación social
real tenían sentimientos más positivos. En este caso cuando
se pedía a los participantes que escribieran acerca de una
experiencia en la que se había sentido excluidos los
sentimientos e licitados eran mucho más negativos. En los
estudios 3 y 4, la exclusión social manipulada
experimentalmente producía un descenso de la autoestima de
los participantes cuando sabían que el resto de compañeros
no querían trabajar con ellos por razones personales. Por
último, el estudio 5 puso de manifiesto que la autoestima de
los participantes correlacionaba de forma muy elevada con el
grado en que se sentían excluidos por otras personas.
Tomados en su conjunto estos 5 estudios son una de las
primeras demostraciones a nivel empírico de que la exclusión
produce niveles bajo de autoestima.

Además de la autoestima, también se ha estudiado el efecto


de la exclusión social sobre variables tan relevantes como
pueda ser el sentido de pertenencia o de la existencia. Por
ejemplo, en dichos experimentos encontraron recientemente
que la exclusión social reducía la percepción global de que la
vida tenía sentido. La manipulación experimental encontró que

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frente al grupo control, los participantes del grupo de exclusión
social percibían la vida como algo sin sentido.

Además de la autoestima y el sentido de la existencia el


rechazo también causa una importante merma en la expresión
emocional, demostraron científicamente que la exclusión
social producía un estado de aplanamiento afectivo y
emocional. Los resultados pusieron de manifiesto que los
participantes de la condición de exclusión sobrestimaban los
intervalos de tiempo, tenían problemas para demorar las
gratificaciones y se centraban más en el presente que en el
pasado.

También los miembros de este grupo experimental, eran


menos capaces de escribir palabras o completar refranes de lo
que solo se les daba el principio y además lo hacían con
tiempos de reacción mucho más lentos. Además, en tareas de
emoción implícita elegían y recordaban menos palabras
emocionales, resultado que se corroboraba también con
medidas explícitas Por último, también se halló que los
participantes de la condición de exclusión evitaban la auto
consciencia ya que preferían sentarse en una silla que tuviera
delante una pared en vez de un espejo. Es decir, las personas
excluidas entran en un estado defensivo que les dificulta el
pensamiento, la emoción y la auto-consciencia y que en
general se caracteriza por un estado de aletargamiento.

Por último, presentamos los resultados de cuáles son los


principales efectos a nivel emocional de la exclusión,
reportaban estados de ánimo más negativos que los sujetos
pertenecientes a condiciones control. Sin dejar de lado los
efectos conductuales se ha hallado que las personas
socialmente rechazadas ayudan menos a los demás, son más
agresivos y hostiles, realizan comportamientos para aumentar
sus redes sociales y se embarcan en comportamientos que

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ponen en peligro su propia salud. La investigación ha hallado
un nexo de unión claro entre rechazo y conducta de ayuda, la
exclusión social producía una reducción sustancial en el
comportamiento prosocial de los participantes. Por ejemplo, se
halló que la gente socialmente excluida donaba menos dinero
para una buena causa, participaba menos como voluntaria en
un futuro experimento, ayudaba menos después de que el
experimentador tirara unos lápices por accidente, y
cooperaban menos en un tarea basada en el dilema del
prisionero con otro compañero. Según los estudios, estos
resultados implican que el rechazo interfiere temporalmente
con las respuestas emocionales, impidiendo que la empatía se
desarrolle y por lo tanto no entendiendo a los demás lo que
produce una menor inclinación a ayudar a los demás y a
cooperar con ellos.

Además de reducir la conducta de ayuda, en el contexto del


laboratorio también se ha hallado que las personas
socialmente rechazadas son más hostiles, por medio de los
experimentos se demostró que la exclusión incrementaba las
respuestas antisociales y agresivas de los sujetos que la
padecían. Según estos autores la exclusión social incrementa
la agresividad ya que produce que la información en principio
neutral se acabe percibiendo como hostil y en contra de la
persona. Por último, además de las mencionadas
consecuencias cognitivas, emocionales y conductuales, la
investigación también ha demostrado que la exclusión produce
un efecto físico muy similar al que produce el dolor. Se trata
en este caso de estudios que han utilizado técnicas de
neuroimagen para demostrar científicamente las bases
neurológicas que tiene el rechazo social. Además el rechazo
también altera el ritmo cardiaco de las personas socialmente
excluidas. La exclusión social se vive como algo doloroso
porque las reacciones al rechazo están mediadas por el

19
sistema físico del dolor. El argumento que presentan estos
autores es evolutivo, es decir que la exclusión social es
dolorosa porque el hecho no estar incluido en un grupo
reducía la capacidad de supervivencia del individuo. Según
estos autores existe una clara convergencia entre los dos tipos
de dolores tanto en pensamiento, emoción y conducta y que
por lo tanto el dolor físico como el social comparten
mecanismos psicológicos. Esta idea ha sido testada
empíricamente en el laboratorio. Además de la demostración
del nexo de unión entre el dolor físico y el social, la
investigación también ha puesto de manifiesto que la
exclusión social también afecta al ritmo cardiaco.
Recientemente han encontrado que el rechazo produce un
descenso de la tasa cardiaca.

2. AMBITO FAMILIAR

Por solas que parezcan, las personas que sufren una


enfermedad mental grave como la esquizofrenia, trastorno
esquizoafectivo, trastorno bipolar, etc. tienen padres,
hermanos, maridos o esposas e hijos, es decir una unidad
familiar de la que dependen por completo. Si siguen el
tratamiento preceptivo para la enfermedad que padecen, como
tantos otros enfermos crónicos, pueden llevar una vida plena y
productiva. Sin embargo, una cosa es la teoría y otra la
práctica.

Un estudio llevado a cabo por psiquiatras revela que hay


grandes barreras en el bienestar a largo plazo de los enfermos
mentales graves, entre las que se incluyen el estigma, los
recursos limitados, el miedo a las recaídas y sus
consecuencias. Más de 50 millones de personas padecen
enfermedad mental grave en todo el mundo, y una
consecuencia indirecta de la enfermedad mental grave es que

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puede tener un impacto negativo en la salud de los
cuidadores, tanto física como mental, es por eso es que es tan
importante que los miembros de la familia consigan el apoyo
que necesitan, de forma que puedan realizar un mejor cuidado
de sus seres queridos. Las terapias familiares en los
trastornos mentales graves parten del supuesto de que dichos
trastornos pueden tener una etiología multifactorial y de que el
contexto ambiental puede jugar un papel importante, tanto en
el origen como en la evolución del trastorno, este es un
concepto que hace referencia a ciertos comportamientos
manifestados por algunos familiares que conviven con un
paciente, caracterizados por elevados niveles de crítica, de
hostilidad y de sobreimplicación emocional que habitualmente
dirigen hacia él, y que han demostrado guardar alta
correlación con el agravamiento de los síntomas psicóticos y
de la necesidad de re hospitalización.

Una de las formas de evitar estar recaídas es por medio de la


psicoeducación, como se ha señalado previamente, la
educación de los familiares de un paciente mental grave,
desde los estadios más precoces del trastorno, es un
componente esencial para su recuperación. Sin embargo, el
tipo y la intensidad del programa psicoeducativo debe
adaptarse a la fase de la enfermedad y a la capacidad tanto
de la familia como del paciente para interpretar lo que está
sucediendo. Existen diversos factores que influyen en cómo
una familia responde ante una enfermedad, entre ellos se
encuentra el sistema de apoyo social del que disponga la
familia, la experiencia previa de la familia con la enfermedad y
el conocimiento de la misma, los patrones de afrontamiento y
los recursos de que disponga, la calidad de los servicios
sanitarios disponibles y el acceso a los mismos, el nivel
económico, el tipo de comienzo de la enfermedad la cual
puede ser repentina vs. gradual, público vs. privado, etc. Por

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otro lado la naturaleza de los síntomas, las cuales pueden ser
las demandas y exigidas a los cuidadores, la aceptación o el
rechazo del paciente a participar en el plan terapéutico y el
curso y el pronóstico de la enfermedad.

La reacción de las familias frente a un trastorno mental


generalmente se diferencia de una enfermedad física en
diversos aspectos, como son por ejemplo la incertidumbre
respecto a cómo van a reaccionar los demás ante el paciente,
la culpabilidad de los familiares de haber causado el trastorno
o de no haber sabido prevenirlo, el miedo a que culpabilicen al
paciente o a los familiares por haber causado el trastorno, la
incertidumbre respecto al pronóstico del trastorno mental a las
posibles conductas del paciente, embarazosas para la familia,
las dudas sobre el diagnóstico, que pueden retrasar la
aceptación del trastorno y el tratamiento y por último, el
rechazo del propio paciente a cooperar con el programa. Las
consecuencia de todo ello, para los familiares de un paciente
con un trastorno mental grave, suelen ser la sensación de
aislamiento o de ser diferentes, con el consiguiente
retraimiento social como por ejemplo el temor a comunicar a
los demás el trastorno, el miedo a pedir ayuda, el aumento del
nivel de conflictividad en el seno de la familia, y una serie de
reacciones negativas una vez que se confirma el diagnóstico
de una psicosis, como absoluta negación de la enfermedad,
negación de la gravedad, vergüenza y culpa, sensación de
aislamiento, culpa, resentimiento, búsqueda excesiva de
posibles explicaciones. Finalmente, es fundamental que los
familiares encuentren también la manera de obtener apoyo y
de reducir el estrés que supone convivir con un paciente que
presenta dichas complicaciones.

Se ha señalado el importante papel que han adquirido las

22
asociaciones de familiares de enfermos mentales, como son la
educación y sensibilización sobre los trastornos mentales para
el público en general, así como para otros profesionales no
ligados a la salud mental, el apoyo a los investigadores,
proporcionando muestras no clínicas, la colaboración directa
con otras familias afectadas, con el propósito de reducir la
carga subjetiva y mejorar su bienestar y la fundación de
centros en los que los usuarios pueden reunirse, encontrar
apoyo y compartir sus sentimientos con otras familias, sin
posibles interferencias de los profesionales sanitarios.

Un importante papel que desempeñan las asociaciones de


familiares de pacientes con trastornos mentales es contribuir a
aliviar la sobrecarga, el agotamiento y la sensación de
quemarse por la dedicación al enfermo.

Una serie de investigaciones en nuestro medio


mayoritariamente desde el campo de la sociología han
abordado las condiciones de vida y las estrategias de
reproducción de las familias en situación de exclusión social.
Estas estrategias incluyen formas de organización como por
ejemplo una familia extendida, grupo de pares o redes
sociales y estrategias laborales para la generación de
ingresos. La presencia de formas de organización que se
alejan del modelo nuclear tradicional, de padres e hijos
convivientes, representan un porcentaje reducido en
comparación con otros casos latinoamericanos como formas
alternativas se señalan en primer lugar los grupos de pares,
estos consisten en la contención de niños y jóvenes. Estos
grupos aparecen donde disminuye el lugar protagónico de la
familia respecto de las funciones de ordenamiento y
protección, en un momento relativamente temprano de la vida
de los hijos. Es decir que los grupos funcionan como usinas de
valoraciones y códigos que estructuran la experiencia del
sujeto. Por otro lado tenemos las familias extendidas,
23
preeminentemente matrilineal y con predominio de la jefatura
femenina. Concentra diversos núcleos familiares en función de
garantizar, entre otras cosas, la alimentación de sus
miembros. Las familias ampliadas o extendidas constituirían
organizaciones más eficientes que las mono parentelas, dado
que generan sentimientos de cierto bienestar, que se expresa
en una menor preocupación por la continuidad en el ingreso
de dinero, en función de la cantidad de miembros trabajando.
Esta modalidad familiar, puede promover un tipo de
funcionamiento inédito o arreglos alternativos que permitan la
construcción de estrategias familiares novedosas. Asi se
observa un mayor reparto de tareas entre los adultos que
conforman la unidad doméstica, así como la inserción laboral
de las mujeres jefas de hogar. Esta dinámica contrasta con el
reparto tradicional de tareas que tiene lugar en los hogares
nucleares. Finalmente, se encuentra que las redes sociales
basadas en las relaciones de parentesco más cercanas, son
utilizadas como un importante recurso para la supervivencia.
Las ayudas más frecuentes tienen que ver con el regalo de
alimentos y vestimenta, así como el cuidado y
acompañamiento de los niños. Estas redes sociales incluyen
también a los vecinos de mayor proximidad espacial y pueden
llegar a organizarse en torno a identidades étnico-culturales,
que ofrecen un marco de contención y apuntalamiento en una
identidad colectiva, posibilitando mayor capacidad de
autogestión. La persistencia de estas redes relevadas
contrasta con los efectos de fragmentación social propios de la
dinámica de la exclusión social.

Para evitar estas consecuencias, los familiares pueden


aprender a manejar la situación, para lo cual suele ser de
utilidad observarse los siguientes principios. En primer lugar,
cuidar día a día la propia salud, solicitando ayuda médica, si
es preciso, y manifestándole al profesional que tiene a cargo

24
un paciente con un trastorno mental; alimentándose
correctamente, haciendo ejercicio y durmiendo lo suficiente,
aprender alguna técnica de relajación, programar cada día un
periodo de descanso y dedicación a uno mismo, tomarse un
respiro de vez en cuando, quizá unos días de vacaciones,
evitar la crítica autodestructiva o sentirse culpable, no
descuidar las relaciones sociales o con el resto de la familia,
compartir las penas y los problemas con personas que le
suministren apoyo.

D. MANIFESTACIONES DE LA EXCLUSION SOCIAL

1. ÁMBITO LABORAL

Uno de los especialistas más reconocidos en el ámbito


español y europeo es el psicólogo Iñaki Piñuel y Zabala,
profesor titular de la Universidad Alcalá de Henares. Para el
profesor Piñuel, el acoso laboral “consiste en el deliberado y
continuo maltrato modal y verbal que recibe un trabajador,
hasta entonces válido, adecuado o incluso excelente en su
desempeño, por parte de uno o varios compañeros de trabajo,
que buscan con ello desestabilizarlo y minarlo emocionalmente
con vistas a deteriorar y hacer disminuir su capacidad laboral o
empleabilidad y poder eliminarlo así más fácilmente del lugar y
del trabajo que ocupa en la organización” (Piñuel, 2001). En
este sentido el acoso laboral se presenta como un conjunto de
conductas premeditadas las cuales se ejecutan de acuerdo a
una estrategia preconcebida y extremadamente sutil con un
objetivo claro y concreto: la anulación de la víctima. Uno de los
elementos más característicos del Mobbing o Acoso
Psicológico en el trabajo es que no deja rastros visibles y las
secuelas son las propias del deterioro psicológico que
presenta la víctima, las cuales fácilmente pueden atribuirse a
problemas personales o de relación con sus compañeros de

25
trabajo. Así él o los acosadores inician este proceso motivados
por distintas razones: celos profesionales, envidia donde esta
última no se focaliza sobre los bienes materiales de la víctima,
sino sobre sus cualidades personales positivas, como su
inteligencia, capacidad de trabajo, razonamiento, etc. También
son objeto de ataques ciertos rasgos diferenciales respecto del
grupo como son la procedencia social, nivel cultural y / o
profesional, o alguna característica física la cual es
aprovechada por el o los acosadores para utilizarla en sus
fines. Otra característica se centra en el grado de complicidad
por parte de los compañeros de la víctima, ya sea apoyando
en forma tácita las conductas del o los agresores, guardando
silencio para no ser nuevas víctimas de agresión o no poner
en peligro su puesto de trabajo si dan a conocer los sucesos
acontecidos (Luna, 2003).

2. ÁMBITO ACADÉMICO

El análisis previo explicitado es un referente a considerar para


analizar la exclusión en educación, puesto que la dimensión
educativa, así como los fenómenos de riesgo asociados a ella,
también está presente en la configuración de trayectorias
procesuales y dinámicas en el continuum entre inclusión-
exclusión social. Los factores considerados para el ámbito
formativo (Tezanos, 2001; Subirats, 2004, 2005), junto con los
distintos contextos escolares y sociales, conforman una
diversidad de trayectorias -más o menos vulnerables, con
mayor o menor riesgo social- que es imprescindible analizar
para propiciar que la escuela sea un entorno inclusivo y para
que desde la misma se fomenten otras medidas alternativas
que pretendan la inclusión de un alumnado cada vez más
diverso y heterogéneo que está presente en las aulas.

La exclusión social y la exclusión escolar se manifiestan


como conceptos claves para el análisis puesto que se refieren
26
a fenómenos que están estrechamente vinculados y, en
determinadas ocasiones, pueden verse reforzados
mutuamente. El análisis desde la perspectiva educativa
adquiere relevancia si consideramos que durante el período
formativo y escolar se visibilizan procesos de vulnerabilidad
social e institucional de determinadas personas y/o colectivos
sociales atendiendo a un conjunto amplio de factores tanto
personales como socioculturales. Dicha relevancia también es
visible si reflexionamos sobre las competencias y la formación
que otorga el sistema educativo y que facilitan una mejor
integración en un ámbito profesional, existiendo, por tanto, una
vinculación entre el ámbito formativo, económico y laboral,
dimensiones consideradas fundamentales para la integración
social de la ciudadanía.

Así pues, en y desde el contexto escolar se combinan,


agudizan y retroalimentan distintos factores de riesgo, que
configuran trayectorias que pueden desembocar en procesos
de exclusión educativa y, con posterioridad, también social.
Esta conformación de itinerarios de exclusión escolar tiene
relación con otros factores estructurales, dinámicos y
procesuales que desembocan en la privación de derechos
esenciales de la ciudadanía (Tezanos, 2001, p. 147; 2005, p.
47), entre ellos, el desarrollo del derecho a la educación.

Sin embargo, en la actualidad creemos que nadie se atreve a


cuestionar que el derecho a una educación básica de calidad
se ha de garantizar a todos los sujetos y que, por tanto, toda la
población ha de ser incluida en el sistema educativo,
considerando los imperativos constitucionales, legislativos,
sociales, políticos, éticos y humanos (Escudero, 2006). Porque
precisamente la privación y la violación del disfrute del derecho
a una educación -entre otros derechos- es un ejemplo más de
situaciones donde se manifiesta una distribución desigual e
injusta del acceso y disfrute de derechos elementales, que
27
todavía son negados a los sujetos más vulnerables dentro de
nuestras sociedades desarrolladas y que dificultan la cohesión
social (Sen, 2008).

La construcción no neutra de la exclusión social (Karsz, 2005)


nos debe inducir a pensar que también, tanto desde el sistema
educativo como social, existe una construcción y un
reconocimiento de situaciones, contextos, factores y dinámicas
que potencian los procesos de vulnerabilidad y/o riesgo de
exclusión escolar. Al tratarse de una construcción social y
cultural (Escudero, 2002, p. 139) sobre una determinada
realidad nos posibilita pensar en la existencia de otras
medidas alternativas (Martínez Domínguez, 2004, 2005, 2008;
Martos, 2008) -buenas prácticas docentes u otro tipo de
respuestas a situaciones concretas desde las políticas
educativas- que reduzcan o contrarresten esas situaciones de
riesgo durante el período de escolaridad y que puedan paliar
esa situación de exclusión escolar del alumnado (Escudero y
Bolívar, 2008). Compartimos también las palabras de Marchesi
y Pérez (2003, p. 44) al considerar que las estrategias deben
basarse en «propuestas globales y sistémicas, en reformas
que tengan en cuenta las demandas sociales del futuro y en
un esfuerzo sostenido a lo largo de varios años». En
consecuencia, podemos hablar de trayectorias personales,
escolares y sociales, entendidas como un proceso que se ha
ido construyendo en base a distintos factores dentro de un
continuum (Escudero 2005a; Escudero, 2006) y no como algo
«episódico y desconectado» (Escudero y Bolívar, 2008, p.
287).

La realidad más conocida y patente de la exclusión educativa


se manifiesta en la actualidad en el término «borroso»
(Escudero y Bolívar, 2008; Escudero, González y Martínez,
2009) del fracaso escolar del alumnado y en sus «aledaños»
(Escudero 2006, p. 76; Escudero, 2002, p. 125, 128; Marchesi
28
y Pérez, 2003, p. 26) -absentismo, abandono sin la
preparación suficiente, enrarecimiento de las relaciones
personales y académicas, niveles bajos de rendimiento,
repeticiones, riesgos de no llegar a titularse y fracasos
consumados-, designando procesos que reflejan posibilidades
de desajustes, deserción o desenganche escolar durante el
período de escolarización del alumnado pero también
provocando situaciones de malestar docente. Pero
consideramos que el fracaso escolar se nos presenta como
una construcción que, además de designar, también certifica
esos procesos excluyentes sólo con un claro resultado
terminal, finalista y aislado, que no permite comprender y
analizar la multitud de causas que han configurado esa
situación de exclusión que, además conlleva una serie de
consecuencias asociadas o, como lo refleja Escudero (2002, p.
124), una serie de «efectos colaterales», mermando o
impidiendo la participación individual y personal en otras
esferas de la ciudadanía social y democrática.

3. AMBITO SEXUAL

a. HOMOFOBIA

Ideología que discrimina a las personas basada en un


rechazo al modo en que experimentan su sexualidad y
constituyen sus identidades sexuales. Se basa en la
creencia que la heterosexualidad es, o debería ser, la única
orientación sexual aceptable.

El asumir esta creencia sin ningún cuestionamiento, como


aquello que es normal y natural para todos los seres
humanos, genera visiones estereotipadas, rechazo,
malestar y discriminación. En definitiva, se manifiesta hacia
los homosexuales, bisexuales, lesbianas y travestis

b. SEXISMO
29
Es una ideología de exclusión, que apunta a una sobre
valoración del universo masculino, con el correspondiente
correlato de una desvalorización de lo femenino, que
contribuye a crear, una visión subordinada y dependiente
de las mujeres. El sexismo opera sustentado en dos
dimensiones:

 Estereotipos de género: son ideas construidas y


reproducidas culturalmente en torno a las diferencias de
género. Si en un estereotipo se adjudica mayor
jerarquía y valor a un sexo que a otro, se habla de
estereotipo sexista, subestimando a niñas y mujeres y a
sobrevalorar a niños y hombres, atribuyendo cualidades
y esencias, fortalezas y debilidades, siempre asociados
a las diferencias sexuales y

 El androcentrismo: (andro = hombre, centrismo =


centrarse), es una mirada que se fija en lo masculino y
desde lo masculino para observar la realidad. Por tanto,
se refiere a la explicación del mundo desde nociones y
modelos masculinos, asumiéndolos como universales y
única medida objetiva de las cosas. Ejemplos: las
mujeres en la casa y el hombre en la calle, la mujer es
débil y el hombre es fuerte, es justo que los hombres
ganen más que las mujeres, etc.

4. AMBITO SOCIOECONOMICO

a. CLASISMO

Por clasismo, se entiende la aceptación de las


desigualdades sociales en cuanto necesarias al sistema
social, la referencia de los modos de vida de los estratos
altos como los modelos de las aspiraciones sociales y la
distancia social con relación a los pobres.

30
5. AMBITO SOCIOCULTURAL

a. XENOFOBIA

Desprecio consciente o inconsciente a toda persona que no


es parte del grupo. Este desprecio se expresa
preferentemente contra los/ as inmigrantes, que
representan la diferencia cultural respecto del odelo que se
impone como válido.

Es una valoración irracional de lo propio lo que implica una


negación e invisibilización de otras formas de entender y
vivir la cultura, atribuyéndole al extranjero una serie de
defectos. Con frecuencia la xenofobia adopta un carácter
mucho más discriminatorio cuando el forastero es pobre,
un sujeto socialmente marginado no sólo en el plano étnico
sino también económico-social.

b. RACISMO

Conjunto de teorías y comportamientos fundado en una


doble suposición:

 Que las manifestaciones culturales y las acciones


históricas de los hombres dependen de la raza.

 Que existe una raza superior a la cual corresponde la


función de dominio sobre otras razas inferiores, es
decir, el resto de la humanidad.

El racismo frecuentemente conduce a la discriminación y


segregación de individuos y grupos sólo por el simple
hecho de pertenecer a una determinada categoría social,
religiosa, lingüística o étnica. Ejemplo, el holocausto judío

31
III. UNA PROPUESTA DE SOLUCION CONTEMPORANEA:
INCLUSION SOCIAL

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en


dignidad y derechos”, es la primera frase de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en
1948”

Hoy, más de 50 años más tarde, aún existen millones de personas


cuyos derechos humanos se encuentran seriamente limitados o
totalmente negados.

Nos hemos acostumbrado a pensar en las causas inmediatas de los


problemas de salud física y mental, como el hábito de fumar, el
alcoholismo, los hábitos de alimentación, la falta de ejercicio físico,
pero es necesario pensar a otro nivel para determinar el origen de
las causas de los problemas de salud, es decir, las circunstancias en
las que la gente crece, vive, trabaja y envejece y los factores
políticos, sociales y económicos que moldean esas condiciones.
Analizados en conjunto, estos factores crean desigualdades de
salud.

Para entender lo que es la inclusión social, es necesario entender


el concepto de exclusión social, la cual se define como el
reconocimiento de la situación de riesgo de diversos grupos sociales,
que dificulta la realización de sus derechos (civiles, económicos,
sociales, culturales) y su participación en aspectos considerados
como valiosos para una vida colectiva.

32
Se encuentran en especial riesgo de sufrir exclusión social las
siguientes personas:

 Desempleadas de larga duración, desempleados mayores, con


trabajo precario o de baja calidad.
 Niños, niñas y adolescentes con necesidades educativas
especiales
 Niños no escolarizadas o con abandono escolar prematuro,
carentes de vínculos familiares.
 Personas con Discapacidad
 Adultos mayores
 Personas emigrantes e inmigrantes
 Personas liberadas de cárcel
 Personas con problemas de adicciones
 Para personas con problemas de salud: VIH

Por este motivo la inclusión social es un proceso por el que se


asegura a todas las personas las oportunidades y los recursos
necesarios para participar plenamente en la vida económica, social y
cultural. Es decir, la inclusión social hace referencia a los
mecanismos institucionales y sociales que buscan superar las
causas y consecuencias de la exclusión social.

Se define también a la “inclusión social” como la situación en la que


todas las personas puedan ejercer sus derechos, aprovechar sus
habilidades y tomar ventaja de las oportunidades que se encuentran
en su medio.

La inclusión social significa integrar a la vida


comunitaria a todos los miembros de la sociedad,
independientemente de su origen, condición social o
actividad. En definitiva, acercarlo a una vida más digna,
donde pueda tener los servicios básicos para un
desarrollo personal y familiar adecuado y sostenible”

33
A. LA INCLUSIÓN SOCIAL EMPIEZA DESDE LA PRIMERA
INFANCIA

Investigación observacional y estudios de intervención


demuestran que en la primera infancia y el periodo prenatal se
establecen las bases de la salud adulta. Un desarrollo lento y
un apoyo emocional escaso aumentan el riesgo de tener una
mala salud durante toda la vida y reducen el funcionamiento
físico, emocional y cognitivo en la madurez. La experiencia
temprana de la pobreza y el desarrollo lento se graban en la
biología durante el proceso de desarrollo y conforman la base
del capital humano y biológico del individuo, lo cual afecta a su
salud durante toda la vida.

Una situación de pobreza durante el embarazo puede causar


que el feto se desarrolle por debajo del nivel óptimo a través de
una cadena de circunstancias que pueden incluir carencias en
la nutrición durante el embarazo, estrés maternal, una mayor
probabilidad de que la madre fume o abuse de las drogas y el
alcohol, una falta de ejercicio o una asistencia prenatal
insuficiente. Un desarrollo fetal pobre supone un riesgo para la
salud en la vida posterior.

Cuando nosotros abordamos el tema de la inclusión social,


estamos viendo que sub grupos significativos de la sociedad no
tiene un control sobre sus vidas y no tienen las condiciones
para llevar una vida a la que ellos tienen derecho. Es muy
simple pensar que eso se debe a la pobreza. Pero va mucho
más allá de la pobreza, tiene múltiples facetas. Las
recomendaciones que la OMS ha hecho están relacionadas
con la salud ciertamente pero también están relacionadas con
la inclusión social en general, y estas abarcan todo el curso de
vida; empieza con el desarrollo de la primera infancia, que tiene
que ver con la salud física y psicológica, cuando nosotros

34
pensamos en el desarrollo de la primera infancia estamos
pensando en el desarrollo mental, cognitivo, social, emocional y
eso tiene una implicancia en la educación, en el empleo, en las
condiciones laborales, la naturaleza de las condiciones en la
que vive la gente y algo que también es muy importante, la
disponibilidad y el acceso universal a la salud.

Estos riesgos que amenazan al niño en desarrollo son


sustancialmente mayores entre aquellos niños y niñas que
viven en condiciones socioeconómicas deficientes, y la mejor
manera de reducirlos es mejorar la atención sanitaria
preventiva antes del primer embarazo y la atención prestada a
las madres y niños en los periodos prenatal y postnatal,
promover el bienestar infantil, los servicios médicos escolares y
mejorar el nivel educativo de los progenitores y los niños. Ese
tipo de programas de educación y salud tienen unos beneficios
directos. Conciencian a los padres y madres de las
necesidades de sus hijos y los hacen más receptivos a la
información acerca de la salud y el desarrollo, y hacen que los
padres y madres se sientan más seguros de su labor.

Las políticas dirigidas a mejorar la salud durante la primera


infancia deberían tener como objetivo:

 Elevar el nivel general de educación y ofrecer igualdad


de oportunidades de acceso a la educación para mejorar
la salud de las madres y los bebés a largo plazo.

 Proporcionar una buena nutrición, educación para la


salud, servicios de atención sanitaria y preventiva, y
suficientes recursos económicos y sociales antes del
primer embarazo, durante el embarazo y la infancia, con
el fin de mejorar el crecimiento y el desarrollo prenatal e
infantil y reducir el riesgo de padecer enfermedades y
malnutrición durante la infancia.

35
 Garantizar que las relaciones padres-hijos reciban apoyo
desde el nacimiento, idealmente a través de visitas
domiciliarias y la promoción de unas buenas relaciones
entre los padres y las escuelas con el fin de incrementar
el conocimiento que los padres tienen de las
necesidades emocionales y cognitivas de sus hijos, de
estimular el desarrollo cognitivo y el comportamiento pro-
social en el niño y la niña y prevenir los malos tratos
infantiles.

B. LA PROPUESTA DE LA INCLUSIÓN SOCIAL

Durante los años 90 y la primera década de este siglo, cumbres


y conferencias internacionales hicieron posible que la inclusión
social se destacara como un objetivo importante para todos los
estados del mundo, en la lucha por la universalidad de los
derechos humanos. Diversos órganos internacionales dieron
impulso (y asignaron fondos) a estas iniciativas. Se inició así,
un cambio relativo respecto a cómo enfrentar el problema de la
desigualdad y fragmentación social. Diversos movimientos de
lucha por los derechos (de las mujeres, niños, adultos mayores
y otros grupos específicos), así como movimientos de lucha
contra el racismo y la discriminación fueron los que permitieron
que la idea de inclusión social se desarrollara.

Puesto que el impacto de la exclusión social no sólo radica en


el nivel de vida y/o calidad de vida de las personas que
pertenecen a una sociedad que las margina, también existe un
efecto psicológico; estas personas sienten que no pertenecen a
la sociedad y que incluso es ella misma la que no les permite
ingresar y/o no le interesa incluirlos; este estado negativo actúa
a manera de murallas las cuales se cimientan y terminan
separando definitivamente al individuo de su grupo social.

36
Es por este motivo que se dice que la exclusión social va más
allá del término “pobreza”, y se refiere más bien al sentimiento
de marginación.

Por lo tanto, se debe tomar en cuenta que una parte importante


de la sociedad ha sido excluida socialmente por contar con
características particulares respecto al resto de la sociedad
(relatividad). Estas pueden ser físicas, económicas, étnicas,
religiosas, ideológicas y pueden incluir aspectos como
desempleo, pobreza, discriminación racial, edad, sexual y nivel
de educación, entre otros.

Estas situaciones de exclusión, marginalidad, desigualdad y


pobreza se ven agravadas por una deficiente (y en algunos
casos inexistente) labor del Estado.

Frente a este escenario, la inclusión social se presenta como


una idea renovadora, capaz de significar un antídoto contra la
pobreza y la desigualdad, contra los desajustes asociados con
la globalización y contra el descontento generalizado con
políticas pasadas.

1. FORMAS DE INCLUSION SOCIAL

a. PARA DESEMPLEADOS

Los efectos del desempleo ha puesto en evidencia las


múltiples repercusiones en estas personas, entre las de
tipo psicológico y psicosocial hay evidencia de malestar
e insatisfacción con la vida presente, incertidumbre y
desconcierto existenciales, pesimismo, depresión,
desesperanza y desmoralización; sentimientos de
inseguridad, vulnerabilidad e indefensión, de fracaso,
ineficacia, frustración e injusticia.

37
Desde el punto de vista del fomento de la salud, el
trabajo tiene un valor incalculable. Por ejemplo, da a la
persona la sensación de pertenecer a un sector de la
sociedad que se considera importante, necesario y
valioso; le proporciona una oportunidad para ejercer sus
aptitudes, utilizar y ampliar sus conocimientos, así como
adquirir otros nuevos; le permite formar parte de un
medio social en el que puede hallar un lugar donde
interactuar con los demás, orientándose hacia ciertas
metas y tener el apoyo mutuo dentro de una red de
relaciones interpersonales; le proporciona la
oportunidad de asumir funciones muy diversas en su
actividad cotidiana, aumentando así sus posibilidades
de hacer realidad distintas facetas de su personalidad.
Por lo general el trabajo produce así mismo la
compensación financiera que permite atender las
necesidades básicas.

b. PARA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES CON


NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

Existen cada vez más evidencias que todos los niños,


niñas y adolescentes aprenden, a ritmos y niveles
diferentes, pues todos son diferentes, y porque la
educación inclusiva demuestra que no se trata que todos
aprendan lo mismo, ni de la misma manera.

“Cualquier niña o niño puede, ya sea en forma temporal


o permanente, experimentar dificultades en su
aprendizaje y que, independientemente del origen de las
mismas, el sistema educativo debe proveerle las ayudas,
recursos y apoyos especiales para facilitar su proceso
educativo.”

38
Las escuelas de educación básica regular, están
obligadas a matricular a estudiantes con discapacidad
física, sensorial (total y parcial) e intelectual (leve y
moderada). Escuelas que ofrecen a estos niños y niñas
aceptación, comprensión, buen trato, adaptaciones,
curriculares, infraestructura, expectativas de desarrollo
(de acuerdo a las potencialidades de los niños y niñas).

c. PARA NIÑOS NO ESCOLARIZADAS O CON


ABANDONO ESCOLAR PREMATURO

Los niños que trabajan, especialmente en las calles,


están expuestos a muchos riesgos. El pasar largas horas
en la vía pública y convertirla en su espacio de
socialización y de actividad económica trae para ellos,
consecuencias de orden físico y psicológico.

A nivel psicológico, un niño que trabaja está expuesto a


una situación de maduración prematura, en la calle
establece relaciones con personas de diferentes
características y edades que influirán para bien o para
mal en su formación. Pero los niños no solo sufren un
impacto físico y psicológico sino que se vulnera derechos
fundamentales como el acceso a la educación y al juego.

Para los niños pequeños el juego es importante para su


desarrollo porque a través del juego adquieren una serie
de habilidades, como la creatividad, las relaciones
interpersonales, entre otros. Los niños que trabajan
adquirirán otro tipo de habilidades que influirá en sus
vidas para bien o para mal. Sea cual fuera el caso, lo que
no se debe vulnerar es el que accedan a la educación y
gozar de su situación de niño.

39
d. PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Un reciente estudio revela cuáles son los deseos de las


personas con discapacidad. Entre los principales se
encuentran empleo, salud, el poder mejorar su calidad
de vida, formación, familia, felicidad y amor.

Desde el enfoque social, la discapacidad se considera


como un problema social creado básicamente como una
cuestión de la integración o inclusión del sujeto en la
sociedad. Por lo tanto, ya no se trata de una condición
del individuo, sino de la situación que se genera en su
interacción con el medio social.

Por ello todos los discapacitados tienen derecho a recibir


un tratamiento especial para poder integrarse
plenamente a la sociedad. Ello implica que la sociedad
debe intentar adaptarse a las condiciones de los
mismos. Con todo, debe quedar en claro que ese trato
especial no significa despojarlos de sus deberes ni
exonerarlos de manera anticipada por sus faltas. En la
misma medida en que el Estado y la sociedad les
brindan a los discapacitados posibilidades de integrarse
a la vida social, podrán tener una mejor calidad de vida.

e. PARA ADULTOS MAYORES

Uno de los problemas más relevantes del


envejecimiento es la ruptura del equilibrio entre las
personas mayores y su entorno familiar y social, ruptura
que da origen a procesos de marginación y exclusión,
siendo éste uno de los factores más importantes en el
deterioro de la salud física y mental del adulto mayor.

40
Durante muchos años de la vida las personas se
identifican con el rol social que desarrollan: “Soy ama de
casa” o “Soy médico”. “Soy padre” o “Soy comerciante”.
Al llegar el tiempo de la jubilación o ante la partida de los
hijos del hogar, esto cambia y se hace necesario
redimensionar el sentimiento de identidad y la
autoestima.

El adulto mayor necesita ser reconocido como


enunciante así como necesita un sucesor a quien dejar
su legado, pero el conjunto social actual no lo puede
escuchar, posibilitando, ante esta carencia, activar crisis
y angustias por la tarea inconclusa, por la trasmisión
frustrada.

Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que,


para las personas de la llamada "tercera edad", la
reclusión en asilos resulta, más que en una solución a
sus problemas básicos, en una agudización de sus
necesidades, particularmente en el campo afectivo, por
cuanto se las separa de su entorno familiar, las
desvaloriza en su condición de seres humanos, de
personas. Estudios recomiendan la no exclusión de los
ancianos del mundo que les ha rodeado a lo largo de
sus idas. Más bien apuntan a la necesidad de estrechar
los lazos en un ámbito tanto familiar como comunitario,
es decir, social.

Por ello es importante generar espacios de vinculación


participativa en la comunidad que contribuyan a la
reflexión y la valorización de las capacidades propias del

41
adulto mayor teniendo como meta mejorar su calidad de
vida.

f. PARA PERSONAS MIGRANTES

“Quienes emigran no suelen ser los sectores más pobres


ni los menos cualificados de sus sociedades, por lo
general suele ser gente joven.”

La llegada del emigrante al país o cultura de acogida


causa masivos cambios psicológicos; un verdadero
shock cultural, que comienza con entusiasmo y
optimismo y termina con la adaptación o el rechazo a la
nueva cultura. Entre los factores psicológicos de más
importancia encontramos el estrés psicosocial, que
aumenta debido al ajuste rápido requerido para
funcionar en la sociedad de acogida.

No hablar el mismo dialecto o idioma, comportarse


socialmente violando las normas locales, no encontrar el
empleo soñado, no entender los hábitos de trabajo y de
amistad, la nostalgia por su país natal, etc., aumentan
drásticamente el estrés. Otro factor afectado es la red
social. El emigrante se encuentra aislado socialmente,
sus amigos han quedado atrás en su país de origen. En
el nuevo país no tiene amigos, no tiene soporte, no tiene
confidentes. Una pobre red social es nefasta para la
salud mental. La autoestima es otro factor psicológico
severamente afectado. Súbitamente, sus habilidades no
son muy apropiadas en el nuevo país, en consecuencia
se siente incompetente e inseguro.

Consciente de la complejidad y diversidad de


situaciones en las que se puede encontrar el migrante
con riesgo de exclusión, se destacan especialmente las

42
dificultades para encontrar alojamiento y hacerse con un
trabajo bien pagado y en algunos casos el obstáculo del
idioma. Se resalta entonces, el alto riesgo de pobreza y
exclusión social al que se enfrentan algunos hombres y
mujeres a consecuencia de la migración.

En muchos casos lo que se destaca es la necesidad de


que los migrantes se adapten, especialmente a través
de medidas de formación y apoyo. En Austria e Italia por
ejemplo, se presta especial atención a la oferta de
cursos de aprendizaje del idioma a los inmigrantes. Si
bien estas iniciativas son importantes, especialmente en
la fase inicial de integración, hay una necesidad continua
de abordar el comportamiento, las actitudes o las
prácticas potencialmente discriminatorias de la mayoría
de la población y que pueden impedir que un migrante
pueda disfrutar de un trabajo, un servicio o un curso de
formación, independientemente de su capacidad
lingüística.

Algunos factores de exclusión que afectan a los


migrantes pueden ser:

Familiares: carencia de vivienda propia

Personales/culturales: diferencias culturales, de


idioma, costumbres, repudio y prejuicios culturales en
población de origen.

Laborales: cuasi esclavismo, ser mano de obra barata,


economía sumergida, mayores tasas de paro, alta tasa
de accidentalidad.

Sociales: guetización (área separada para la vivienda),


discriminaciones en acceso a determinados lugares,
problemas residenciales (de acceso y hacinamiento),
segregación educativa.
43
Políticos: carencia derecho de voto, carencias
administrativas (sin papeles, etc.), vivencias restringidas
de la condición ciudadana.

La situación real es que se presta poca atención a


promover el acceso de los migrantes y las minorías
étnicas a recursos y derechos, así como a bienes y
servicios, en especial a programas de protección social,
a una vivienda decente y adecuada, a una atención
sanitaria apropiada y a la educación.

g. PARA EX RECLUSOS

Al estudiar el proceso de reinserción social de aquellas


personas que han recobrado su libertad luego de una
condena, un factor significativo está dado por la propia
percepción de ser objeto de prejuicio social. Diversos
estudios muestran que la presencia de actitudes
sociales negativas hacia el ex recluso promueve mayor
violencia y la percepción de menores oportunidades de
inserción, contribuyendo al mantenimiento del fenómeno
delictual.

Existen multiplicidad de factores que inciden en la


posterior incorporación al mercado laboral de estos
colectivos una vez han cumplido condena.

El primer factor importante es la adquisición de


formación profesional u ocupacional, el nivel del que
dispone este colectivo suele ser muy bajo. Además del
efecto de la crisis económica sobre la inserción de este
grupo en el mercado laboral, produce un efecto negativo
dificultando y reduciendo sus posibilidades.

44
No obstante, no cabe olvidar la principal barrera con la
que se encuentra este colectivo al salir de prisión, que
se trata nada más y nada menos de los prejuicios
existentes por parte de la sociedad. El siguiente factor
importante que también influye es el apoyo familiar.
Cuando hablamos de apoyo familiar nos referimos a
padres, amigos, hermanos, etc. Este apoyo de su
entorno resulta indispensable para que el interno deje
antiguos hábitos al salir de la cárcel e impedir que pueda
reincidir.

El tiempo de condena también se debe tener en cuenta


como factor a la hora de poder obtener una inclusión
social satisfactoria. Cuanto más tiempo pasa una
persona en prisión, más aislada y desorientada se
encuentra de la realidad social y del mercado de trabajo.
Esto provoca miedo e inseguridad a su salida y en
relación a lo que puede encontrarse fuera, por lo que
resulta fundamental que se realicen actividades en las
que se oriente a la persona y donde se le proporcione
información, como por ejemplo donde buscar empleo,
como realizar correctamente un currículum, que
requisitos legales se exigen en ese instante para ser
trabajador.

Como un último factor que creemos importante para la


inclusión social de estas personas liberadas es la propia
motivación del individuo. El individuo debe querer salir
del mundo de la delincuencia y querer reinsertarse en la
sociedad y una vez tomada esa decisión tiene que
aprender conocimientos y habilidades, entre ellas las de
ser trabajador. De hecho si el individuo no cuenta con
dicha motivación para cambiar, los diferentes programas
destinados a su formación y a la adquisición de hábitos
laborales no van a resultar exitosos.
45
Por ello quienes trabajan para posibilitar el proceso de
reinserción social de los liberados apuntan a que éste
debe comenzar mucho antes del regreso. Realizar
cursos, talleres o trabajos dentro de prisión ayuda a
obtener una formación, aunque sea básica, y a adquirir
responsabilidades y nuevos hábitos.

h. PARA PERSONAS CON ADICCIONES

La vulnerabilidad de los individuos para desarrollar


dependencia a determinadas drogas está relacionada
con una serie de factores biológicos y psicológicos.
Entre los primeros tenemos la edad, el sexo y la carga
genética y entre los segundos están sus rasgos de
personalidad, su grado de estabilidad emocional y la
presencia de alteraciones psíquicas.

El ser percibido como consumidor de drogas marca muy


negativamente la vida tanto social laboral del individuo.
Produciéndose una construcción social referencial bajo
el estigma de drogadicto o toxicómano.

El consumo es una pérdida de calidad de vida, pero


también se convierte en un hecho diferencial con
relación a quienes no son consumidores (la mayoría). El
adicto vive la vida a través de la sustancia y adquiere sin
saberlo el rol de drogodependiente, perdiendo su
lugar/espacio en la Sociedad, siendo exiliado, apartado,
separado, son minusvalorados socialmente.

El drogadicto no es sólo un discriminado, su problema


no es que existan espacios sociales a los que él/ella no
pueden acceder. Sencillamente, es que el drogadicto no
está, no existe, ha sido borrado, suprimido, eliminado de
los canales sociales, ignorado.

46
La OMS refiere que hay que mejorar el acceso de los
drogodependientes a la atención sanitaria. La mayoría
de las personas con trastornos por consumo de drogas
no reciben un tratamiento y atención eficaces; hasta
ahora muchos países no han reconocido aún la
drogodependencia como un problema de salud, y la
estigmatización y discriminación asociadas a esos
trastornos han sido un gran obstáculo para lograr un
tratamiento adecuado.

i. PARA PERSONAS CON PROBLEMAS DE SALUD: VIH

El estigma y la discriminación que padecen las personas


con VIH no solo constituyen una violación de los
derechos humanos, sino que también representa un
importante obstáculo en las diferentes facetas de la
lucha contra la enfermedad. A pesar de los avances
científicos y sanitarios conseguidos para tratar la
infección por VIH, asistimos a un aumento de actitudes
que vulneran los derechos de las personas con VIH y
que se manifiesta en diferentes ámbitos: social,
sanitario, laboral, privado, etc. Dando lugar a acciones,
tratos y políticas discriminatorias hacia estas personas y
su entorno familiar.

El estigma, la discriminación y la marginación social son


causas de riesgo y vulnerabilidad relacionados con el
VIH y, por otra parte, una consecuencia de ser VIH
positivo. Los seres humanos son animales
inherentemente sociales, y su salud física y psicológica
se deteriora cuando se los aísla o se los separa de su
grupo social.

En países de todo el mundo, existen casos bien


documentados de personas con el VIH/Sida que son

47
estigmatizadas, sufren discriminación y a las que se
les niega el acceso a los servicios en razón de su
estado positivo.

En el trabajo, la enseñanza, la atención sanitaria y la


comunidad, hay personas que carecen de la
instrucción necesaria para comprender que el
VIH/Sida no puede transmitirse por medio del contacto
cotidiano y que quizá ni siquiera sepan que es posible
evitar la infección adoptando precauciones
relativamente sencillas. Esta falta de sensibilización
puede conducir a las personas a estigmatizar y
discriminar a los infectados o quienes se suponen
infectados con el VIH/Sida.

Las consecuencias del estigma y la discriminación por


VIH son tanto psicológicas (sentimiento de culpa,
pérdida de autoestima, depresión, etc.) como de orden
práctico (denegación de servicios y violación de
derechos laborales, sanitarios, sociales, etc.). Su
efecto es aún más perverso al reforzar y solaparse
con otras discriminaciones preexistentes (género,
orientación sexual, consumo de sustancias ilegales,
inmigración, etc.).

Una sociedad que estigmatiza y discrimina por razón


del estado serológico (positivo) al VIH no sólo atenta
contra los derechos y la calidad de vida de las
personas afectadas, sino que, además, menoscaba el
bienestar y la justicia de la sociedad en su conjunto,
así como su capacidad para hacer frente a la
epidemia.

48
IV. ESTRATEGIAS PROFESIONALES QUE FOMENTAN LA
TOLERANCIA E INCLUSION SOCIAL

A. ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN: LA PERSONA Y EL


ENTORNO

Para que se dé la inclusión social es necesaria la adecuación


entre la persona y su entorno social. Ambos elementos han de
moverse hacia posiciones que permitan una adaptación paulatina
y dinámica de encuentro.

En este sentido, se pretende abordar ambos niveles,


complementando el trabajo con y para las personas, con el
trabajo de sensibilización e implicación del entorno.

Partiendo de esta filosofía, el abanico de actividades que se


desarrollarían tiene como fin:

 Trabajar con las personas para promover cambios que les


ayuden a situarse de manera más ventajosa en su entorno
social, fomentando el desarrollo de sus competencias
personales y sus potencialidades.

 Trabajar con el entorno para crear nuevas posibilidades de


encuentro entre la persona y la sociedad.

1. INTERVENCION SOCIOEDUCATIVA Y PSICOSOCIAL CON


LA PERSONA

El elemento fundamental del proceso de inclusión es que la


persona esté motivada para sentirse dueña y protagonista del
desarrollo de su propio proceso, de manera que con una
adecuada información de los recursos disponibles, una
orientación personalizada, y un acompañamiento apropiado,
comprenda, analice, evalúe y pueda optar por uno u otro

49
camino en función de sus intereses, de manera que sienta que
sus decisiones influyen en la obtención de los resultados.

Sin embargo, cada persona cuenta con un bagaje personal,


una historia, una personalidad, unos intereses, unas
expectativas y unas necesidades concretas que van a definir
un proceso único y personal. Para que sea posible ayudarles
en ese camino haría falta disponer de actividades que
permitan estructurar itinerarios personalizados y adaptados a
aquello que cada persona necesite y en la forma más
aprovechable para sus propias necesidades.

Lo que se pretende hacer, se puede concretar en:

 Conocer a las personas:

 Descubrir sus potencialidades.


 Acompañarles a la hora de definir lo que quieren.
 Promover actitudes de cambio.
 Colaborar en el establecimiento de planes personales
lograr los objetivos definidos.

 Facilitar un proceso de cambio que permite diseñarse como


persona, pensarse de otra manera, imaginarse gestionando
su vida de otro modo.

Ese diseño se hace a partir de la posesión o adquisición de


capacidades, destrezas, habilidades, conocimientos.

Se toma como base el enfoque por competencias, el


aprendizaje a lo largo de la vida y la intervención desde
una perspectiva socioeducativa. Tratando de poner los me
dios y los recursos, poniendo a disposición de las personas
diferentes espacios donde poner en marcha sus procesos
de cambio.

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Teniendo en cuenta este cuadro, se trata de:

 Posibilitar la rehabilitación psicosocial y mejorar el


posicionamiento personal:

 Conseguir un nivel de motivación óptimo para


participar activamente en el desarrollo del itinerario
personal.
 Posibilitar un buen nivel de confianza en las propias
posibilidades
 Conseguir un nivel de compromiso suficiente para
involucrarse en el proceso adecuadamente.

 Promover cambios y mejorar su entorno inmediato:

 Acompañarles en la mejora de sus habilidades para


la interrelación personal.
 Posibilitar escenarios que permitan diversificar su
rango de relaciones sociales.
 Ayudar a solucionar, en la medida de lo posible,
aspectos de su situación personal que puedan
interferir en el proceso.

 Actuar sobre las capacidades:

 Posibilitar la adquisición de instrumentos básicos de


cultura general que les ayuden a mejorar su
desenvolvimiento personal.

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 Mejorar las habilidades técnicas para adaptarlas a los
requerimientos del mercado laboral.
 Posibilitar un aumento en el nivel de experiencia
laboral como elemento fundamental para asegurar un
mejor acceso y posterior mantenimiento en el
mercado de trabajo.

2. INTERVENCION EN EL ENTORNO

Cualquier intervención que pretenda mejorar el grado de


inclusión de las personas en un entorno social concreto tiene
que plantear modificaciones sociales que permitan ampliar los
espacios de encuentro entre las personas excluidas y los
entornos sociales que las excluyen.

Para ello se deberán desarrollar actividades a diferentes


niveles y en distintos ámbitos:

 Participando en foros, consejos, comisiones y grupos,


trasladar los propios puntos de vista e influir en el
desarrollo de la política social para que adapte lo mejor
posible las respuestas a las necesidades reales de las
personas.

 Participando como miembros y/o socios/as de


diferentes redes, agrupaciones, confederaciones,
movimientos de barrio y otras iniciativas sociales con la
finalidad de participar en la dinamización y fortalecimiento
del movimiento de la iniciativa social que trabaja por la
mejora de las condiciones de ciudadanía.

 Colaborando con distintas instituciones educativas


para contribuir, desde la propia experiencia y partiendo de
la realidad práctica y concreta que se llevaría a cabo, en la
formación de futuros/as profesionales con vocación y clave
social.
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 Acompañando en la reflexión a muchas otras personas
profesionales de la Intervención Social, con la intención
de aportar respuestas concretas, viables y adaptadas a
nuestro contexto socioeconómico-político, que redunden en
la mejora de las condiciones de ciudadanía, sobre todo de
las personas más vulnerables.

 Tratando de integrar el punto de vista de las personas


en el diseño de las actividades que se promoverían, pues
se entiende que la labor tiene que ser para y con las
persona, partiendo desde sus propias necesidades. Con
ello se pretende que trascienda la idea de que los
diferentes recursos, y sobre todo los públicos, deben de
responder a las necesidades de las personas objetivo y no
a las necesidades organizativas / legislativas / o de
oportunidad de la institución o entidad que las promueva.
Se busca con ello una nueva manera de participar, más
activa y comprometida, de las personas en el proceso de
construcción social.

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