11-Planetas Lentos y Las Enfermedades
11-Planetas Lentos y Las Enfermedades
11-Planetas Lentos y Las Enfermedades
El mapa natal representa la configuración de la materia orgánica sobre la que inciden los
efectos de los planetas. Clásicamente la aparición de enfermedades se explicaba mediante la
alquimia como transformaciones de los estados de la materia. Actualmente, los avances
científicos han permitido un conocimiento más completo de la composición de la materia
orgánica para identificar los agentes causales de las distintas patologías.
Desde un punto de vista alquímico los cuatro estados de la materia sólido, líquido, gas y
plasma se corresponden con los cuatro elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego respectivamente.
Con respecto a los planetas lentos, tanto Neptuno como Plutón, regentes de signos de Agua,
tienden a transformar la materia en líquido; mientras que Urano, regente de signo de Aire la
transforma en gas. De esta forma, es posible correlacionar sus posiciones natales o por tránsito
por elemento con determinadas enfermedades.
La ciencia actual defiende que los planetas de largo período actúan sobre el nivel tisular,
celular y molecular. Su radiación es capaz, de esta manera, de alterar la información genética.
Pueden transformar los átomos de carbono (gobernados por el elemento Tierra), oxígeno
(Fuego), nitrógeno (Aire) e hidrógeno (Agua) de las moléculas orgánicas que conforman la
materia viva. Es necesario considerar todos los tránsitos a la vez y la conformación del cielo en
un instante sobre la carta natal para analizar los efectos de la radiación de los planetas de largo
periodo sobre los átomos y sobre los enlaces químicos que los unen para formar las moléculas
orgánicas.
De esta manera se podría decir que cuando el planeta alcanza su máxima velocidad en el
movimiento directo la enfermedad debutaría con el episodio agudo de mayor gravedad, mientras
que cuando su velocidad disminuye y su movimiento se torna retrógrado, disminuye la actividad
del episodio agudo. Sin embargo, y dado que el efecto de la retrogradación dura más, debido a
que el planeta va más lento y se perpetúan los aspectos y las configuraciones, la enfermedad
también puede persistir más y hacerse crónica.
En este sentido, Urano en Acuario durante el ciclo presente actúa a nivel celular ya que su
periodo por signo es el más largo del ciclo (8 años). Por tanto, su efecto actúa sobre las propias
células nerviosas, es decir, las neuronas situadas tanto en el sistema nervioso central como en
los nervios periféricos. Esta acción puede ser el origen de todo tipo de enfermedades
neurológicas generadas por fallo, no de todo el tejido, si no de un grupo de células. Tal es el
caso de la enfermedad de Alzheimer en la que en un principio las neuronas mueren por
acumulación de sustancias en su interior, y esto acaba por afectar todo el sistema.
Por otro lado, Urano en Sagitario, Libra y Leo durante este ciclo actúa a un nivel tisular,
ya que sólo permanece en cada uno de estos signos 6 años 3 meses y, de esta manera, provoca
enfermedades cuyo origen está en la alteración de un tejido.
Así, Urano en Leo actúa sobre el tejido vascular, alterando la función de las paredes de los
vasos sanguíneos como es el caso de la arteriosclerosis, en la que se acumulan depósitos de
colesterol dentro de las arterias llegando a constituir verdaderas placas de ateroma que son el
origen de las enfermedades isquémicas tanto a nivel cardíaco (tipo angina o tipo infarto) y
cerebral como en otros órganos. Urano en Libra altera la función del tejido renal originado
cuadros de insuficiencia renal por distintas causas. Urano en Sagitario actúa generando
patologías que se originan por alteración de la función del tejido hepático, como las hepatitis en
las que en un principio la inflamación del tejido provoca el fallo de todo el órgano.
Así como en el signo de Leo permanece durante este ciclo 15 años 3 meses, Neptuno
actúa a nivel molecular, es decir, sus efectos son lo suficientemente perseverantes como para
alterar los enlaces establecidos entre los átomos que conforman las moléculas. Para conocer qué
tipo de moléculas son afectadas por la presencia de Neptuno en Leo, se puede analizar desde un
punto de vista alquímico que el signo de Leo, al pertenecer al elemento Fuego, gobierna los
átomos de oxígeno. En este sentido, los efectos de Neptuno en Leo se ponen de manifiesto sobre
las proteínas tipo hemoglobina encargadas de transportar el oxígeno a las células. Así, podría
desencadenar todo tipo de anemias y enfermedades genéticas que produzcan alteraciones de la
molécula de hemoglobina (hemoglobinopatías).
Por otro lado, cuando el periodo en el que Neptuno está en un signo es más corto, como
en Aries, Géminis, Escorpio y Acuario, sus efectos son percibidos por las células. De esta
manera, Neptuno en Aries actúa sobre las células del sistema nervioso central provocando
alteraciones de su funcionamiento que conlleven la muerte celular y originando amnesias y
demencias. Neptuno en Géminis actúa sobre las células del sistema respiratorio provocando
una disminución en su función de fluidificación y limpieza de las secreciones facilitando a los
agentes infecciosos su invasión y producción de infecciones respiratorias graves. Neptuno en
Escorpio actúa sobre las células glandulares alternado su función y provocando trastornos
endocrinos. Neptuno en Acuario altera la actividad de las células del sistema nervioso
periférico provocando neuralgias y neuropatías a distintos niveles.
EL CICLO ACTUAL DE PLUTÓN.
En el actual ciclo de Plutón (1824-2068), este planeta permanece en cada signo una media
de 20,32 años, aunque es extremadamente variable ya que existen tránsitos por signo de 11 años
(Escorpio) y de 31 años (Tauro). En todos los casos actúa a un nivel molecular y se modifica la
estructura de las moléculas mediante la alteración de la expresión de los genes que las
sintetizan. Estos cambios son genéticos y se transmiten de generación en generación, aunque la
aparición de la enfermedad necesita el efecto de otros factores ambientales desencadenantes. Sin
embargo, la variabilidad de los periodos por signos de este planeta se manifiesta en la
complejidad de moléculas y reacciones químicas sobre las que actúa. Así, cuando permanece un
periodo más largo en un signo (hasta 30 años en Tauro) su efecto se ejerce sobre las moléculas
más simples o los enlaces entre átomos más estables y, por tanto, más difíciles de modificar.
Cuando Plutón se sitúa en un signo durante un periodo más corto (11 años en Escorpio) actúa
sobre reacciones más complejas y, por tanto, más fáciles de alterar aunque también, lo hace a un
nivel molecular y genético.
Los signos en los que Plutón transita durante menos tiempo en el presente ciclo son
Escorpio (11 años), Libra (12 años 1 mes) y Sagitario (13 años 1 mes).
Plutón en Escorpio actúa sobre las moléculas de hidrógeno desde un punto de vista
alquímico y, por tanto, en el organismo vivo altera las reacciones de hidrogenación y de
formación de los carbohidratos más complejos, como el glucógeno, que actúa como reserva de
energía para la activación de otras reacciones. Plutón en Libra actúa sobre las moléculas de
nitrógeno y así, modifica las reacciones químicas de formación de compuestos nitrogenados
fundamentalmente, para ser eliminados por el riñón en forma de urea. Esta posición puede
indicar la aparición de síndromes clínicos genéticos que consisten en el fallo de
enzimas/proteínas que catabolizan este tipo de reacciones. Plutón en Sagitario actúa sobre las
moléculas de oxígeno y sobre las reacciones de oxidación para la eliminación de tóxicos del
organismo que se dan en el hígado. Alteraciones genéticas en las moléculas que regulan estas
reacciones hepáticas pueden estar representadas por esta posición.
Los signos en los que Plutón permanece un periodo de tiempo más largo son: Acuario (19
años 2 meses), Leo (19 años), Piscis (24 años 1 mes), Cáncer (25 años), Aries (29 años 1 mes),
Géminis (30 años 1 mes), Tauro (31 años 1 mes).
En estos signos las alteraciones moleculares se producen en los enlaces más estables de las
moléculas de ADN que constituyen los genes. Una acumulación de mutaciones en los genes que
controlan el crecimiento celular, provoca un crecimiento descontrolado y da lugar a neoplasias
en los distintos órganos. Sin embargo, son necesarias varias mutaciones genéticas para el
desarrollo de una neoplasia, y aunque se transmiten de generación en generación actuando a un
nivel genético, depende de otros factores ambientales o tránsitos planetarios su desarrollo en un
determinado organismo. Así, en los signos en los que Plutón permanece más tiempo puede
actuar a este nivel y, por tanto, indica tendencia a las neoplasias en órganos según los signos.
Quedan por analizar los signos en los que Plutón transita durante un periodo más cercano a
la media. En estos signos su efecto se manifiesta a un nivel molecular y genético como en el
resto, actuando sobre las moléculas más simples o los enlaces más estables cuando está en
posición retrógrada (de movimiento más lento) o cuando haga aspectos con los demás planetas
lentos de la carta natal. Por otro lado, su efecto se manifiesta sobre las moléculas más complejas
y enlaces más débiles cuando haga aspectos con planetas rápidos.
Durante el presente ciclo, Plutón transita por Virgo durante 14 años 2 meses. Sus efectos
podrán actuar sobre las moléculas de carbohidratos simples o complejas según la velocidad de
tránsito. Cuando su efecto sea más lento modificará las funciones de asimilación de la glucosa,
utilizada para obtener energía y cuando su efecto sea menos lento, actuará sobre la función de
almacenamiento de carbohidratos más complejos como el glucógeno.
Plutón transita por Capricornio durante 15 años 11 meses. Cuando sus efectos actúen de
acuerdo a una velocidad más lenta participará en las alteraciones genéticas de las células óseas
que pueden llevar a un crecimiento anómalo y con la consecuente aparición de osteosarcomas o
metástasis óseas. Si sus efectos actúan a una velocidad menos lenta podrán aparecer patologías
relacionadas con la falta de incorporación del calcio en la estructura ósea, ocasionando las
deformidades propias del raquitismo.