La Rumba Cubana
La Rumba Cubana
T E S I S
L I C E N C I A D O E N ESTUDIOS LATINOAMERICANOS
PRESENTA
1
Índice
Introducción………………………………………………………………………. 4
1.3 Cimarronaje………………………………………………………………….. 37
3.2 La rumba cubana de cara al siglo XX. Formación. Tradición versus Falso
Folclore…………………………………………………………………………..81
2
Para Mis padres Pilar y Andrés por todo su apoyo y cariño. A mis tías Rocío y Lucha
A todos esos músicos populares que día a día elaboran su forma de vivir.
Pal Miguel, el Huichi y todos mis hermanos de Néctar Café ( Yahir, Omar, Eduardo,
Gabriel, Guillermo, Caro, Orlando), De Palmares ( Faiza, Incekt, Poncho y Ale) Y De
Sangre Maíz (Olmo, Mitze, Rafa y Pako) que todas las semanas nos apoyamos y
crecemos juntos.
A Miguel Ángel, Tatiana, Sergio y Luis Felipe por su incondicional apoyo en estos
últimos momentos.
3
Introducción
4
El aporte africano es más significativo y dominante: a pesar del predomino del
castellano, se utilizan jergas congo, yoruba y carabalí, además de ser una
instrumentación de tipo africana: llevada por el canto y la percusión. Es por ello que
en la instrumentación y prácticas dancísticas es donde se refleja el desarrollo y la
influencia Congo.
A lo largo del siglo XIX continuó el tráfico de esclavos a Cuba, por lo que los
negros de nación1 continuaron llegando a esa región del Caribe hasta casi finales de
ese siglo. Sin embargo, a finales del mismo, los procesos sociales desembocan en las
luchas de independencia, de modo que los afro descendientes cubanos pasaron del
trabajo esclavista a la libertad asalariada. Son esos momentos de transformación socio-
histórica y cultural, de transición del sujeto social, los que permiten un mejor
entendimiento del desarrollo de la cultura popular cubana, sobre todo en sus vertientes
de resistencias culturales.
5
artística y resistencia cultural, para formar parte de los orígenes fundamentales de la
música latino-americana.
Para realizar este estudio será necesario apoyarse en distintas disciplinas, tales
como: Historia, antropología, etnomusicóloga, estudios afroamericanos, afrocubanos,
6
datos económicos, entrevistas, cancioneros . Pero lo central será no perder lo
característico de esta expresión cultural: la música, centrarnos en la Rumba cubana
como producto mestizo que tiene influencias peninsulares, pero que es principalmente
una expresión estética popular y de resistencia de las culturas afrocubanas.
Es por eso que nuestro estudio buscará acercarse a las teorías estéticas que
respalden el arte popular así como el valor estético y artístico de las expresiones
culturales mestizas latinoamericanas que vienen desde abajo. Es innegable la necesaria
fundamentación y documentación en los estudios afrocubanos para este trabajo, por lo
que este estudio se propone indagar como objetos de estudio y fundamentación lo
siguiente:
Problema
Hipótesis
7
que conservó muchos elementos africanos que se hicieron presentes en la música
cubana; dicha resistencia influyó fuertemente a la población, dotándola de dinámicas
que le permiten su desarrollo socio-cultural, a pesar de las coyunturas político-sociales.
Debate Teórico
2
Vecindades urbanas cubanas.
8
Contexto
Cabe subrayar que fue en la vida rural de aquellos tiempos, en las plantaciones
esclavistas, donde pusieron las bases de la Rumba cubana, nutriéndose principalmente
de las costumbres congo y yoruba, por parte de la descendencia africana, mezclándose
con la influencia española: la más clara es el estilo de canto “llorao” andaluz. Es la
población descendiente de la nación Congo la que desarrolla primordialmente los
antecedentes de la rumba; para sus ceremonias utilizaban los ritmos, cantos y bailes
de Yuka, Macuta y Palo Mayimbe. Algunos esclavos se escapaban (momentánea o
definitivamente) de la plantación para realizar sus ceremonias a escondidas, en las que
utilizaban tambores, cantos y bailes. Las autoridades coloniales solo permitían ciertos
actos de esparcimiento, en los momentos de descanso durante la zafra, en los que se
utilizaban cajones de madera.
9
confeccionaron nuevos tambores tomando como modelos los de la makuta. De esa
manera nacen las congas, rescatándose las rumbas de los tiempo del dominio de
España (yambu), la Columbia (sincretizada con el culto abakwa), la rumba espiritual
(liturgia de los congos) así como una nueva expresión creada netamente en los barrios
populares de los puertos de la Habana y Matanzas: la rumba guaguancó.
Objetivo
3
Como son la rumba cubana, la samba brasileña y el blues norteamericano por citar conocidos
ejemplos.
10
fantasías y temores, hasta temas propiamente religiosos, en la tradición afrocubana,
de los cuales está fuertemente influenciada.
La Rumba se desarrolla a finales del siglo XIX y sale a la luz porque se vive el
momento histórico posterior a la abolición de la esclavitud: es una manifestación
estética de identidad cultural y resistencia, de creatividad y libertad. Sin embargo, los
emergentes gobiernos republicanos marginan a este tipo de expresiones populares
afrocubanas. Es muy posterior al momento histórico en que se enfoca nuestro estudio
cuando algunas manifestaciones distorsionadas del complejo rumbero se colaron en el
sistema de entretenimiento establecido: en los cabarets, teatros y películas (y después,
en los medios masivos de comunicación: radio, televisión, industria disquera, etc.).
11
popular que nació en los barrios humildes, sin recursos materiales, pero sí con viejos
referentes culturales: se desarrolló a partir de una vasta expresión artística afrocubana,
que es parte del mosaico del mestizaje latinoamericano.
12
1.1 Colonialismo, esclavismo y liberación
Tal “fiebre por el oro”, por las materias primas y los bienes suntuarios,
involucró a españoles, portugueses, ingleses y holandeses principalmente; dentro de
su lógica de dominio y explotación, la conversión de los pueblos originarios en mano
de obra masiva era muy necesaria, pero no fue suficiente: se impuso la necesidad de
traer esclavos de África. De este modo, un nuevo núcleo cultural entró en escena en
las tierras americanas en el proceso de colonización: África.
13
saqueo del centro (Europa) con relación a la periferia (Colonias) a partir de una
enorme transferencia de riquezas de las colonias de la periferia americana a las
metrópolis del centro europeo. Esta forma de relación se manifestó internamente de
diversas formas en las colonias: en países con una gran densidad indígena (como
México y Perú) la extracción de riquezas y la sobrexplotación del trabajo recayó en los
hombros de los indígenas y, en menor medida, de los esclavos africanos; fue por eso
que el fenómeno esclavista se manifestó principalmente en las costas de estas
colonias.
Los primeros esclavos llegaron a América desde el año de 1494 para apoyar la
colonización de las Antillas; la importación de esclavos fue de la mano del mismo
proceso de conquista. En 1517, Carlos I de España dio la primera licencia para la
expedición para la captura de esclavos, tanto para empresas de conquista, minería,
agricultura como para trabajos del hogar. Muchos llegaron a las Antillas porque éstas
fueron la primera estación colonial para la conquista del continente y el laboratorio
cultural de este proceso.
14
Para el año de 1555, Cuba era un punto obligado de tráfico naval: para la
corona española era necesario pasar por el puerto de la Habana en el viaje tanto de
ida o vuelta hacia la península ibérica. Los colonizadores piden negros al centro
colonial español para hacerlos trabajar en minas, lavaderos de oro y plantaciones,
insistiendo en que esta mano de obra aminoraría el peso de la explotación sobre una
diezmada población indígena. La consolidación de la esclavitud se afirmó en el
territorio antillano como solución de las necesidades socio-económicas, de saqueo y
explotación, por parte de los conquistadores. Desde las islas antillanas comienza la
ocupación del Nuevo Mundo, suministrando las herramientas necesarias para la
ocupación del continente; fue en las Antillas donde los europeos se aclimataron al
caluroso clima.
“El esclavo negro fue objeto de comercio que llegó a todas partes con la conquista
misma.”4
4
Mellafe, Rolando. Breve historia de la esclavitud en A.L. Mex. D.F. Ed. SEP 70´s. .1973. p 30.
5
Montiel, Luz María. Afroamérica: La ruta del esclavo. Mex. D.F. Ed.
UNAM. 2005. p 130.
15
Los españoles buscan mercaderes y banqueros que tengan relación con los
portugueses, ya que la costa occidental de África era propiedad de sus compañías. Los
portugueses controlaban, en esta etapa, el comercio de esclavos africanos. Al recibir
los beneficios de las bulas papales, España y Portugal se concentran en la invasión,
conquista y colonización del continente americano, con importantes relaciones
comerciales en el mercado esclavista. Desde 1550, Felipe II concedió licencias a los
portugueses para introducir esclavos; en realidad, el esclavista tenía la misma forma
de proceder: solo cambiaban los puntos en la geografía africana (puntos de extracción)
y europea (puntos de recepción y traslado a América).
Desde finales del siglo XV, los portugueses se lanzaron sobre la colonización del
Congo, la cual fue cruenta y larga, como nos comenta Gerard Bender:
“Mientras que en las dos primeras décadas de contacto fueron sacados del Congo
aproximadamente 60 mil esclavos, de 1506 a 1575 fueron exportados 345 mil.” 6
6
Berner, Gerard. Angola, mito y realidad de su colonización. México. D.F. Ed. Siglo XXI. 1980. p 41.
7
Cardoso Ruíz, Patricio. Cuba: Historia, Nación y Cultura. Mex. D.F. Ed. UAEM. 2003.
16
tabaco, ganadería y maderas finas. En los primeros años del siglo XVII comenzaron
las exportaciones de azúcar a España.
En 1739, España inició una nueva guerra contra Inglaterra. Felipe V quería
revocar la concesión de asiento a la compañía inglesa. Sin embargo, los españoles
fueron derrotados y en agosto de 1762 cayó el puerto de la Habana ante los ingleses.
La ocupación duró poco más de un año, pero dado que el mercantilismo británico no
era tan estrecho, se dio un intensivo flujo comercial. Patricio Cardozo Ruíz informa
que:
“...se calcula que durante la ocupación de la Habana más de 10000 africanos fueron
vendidos.”8
1. Un buque negrero partía hacia la costa del África occidental lleno de productos
europeos. La corona inglesa respaldaba y patrocinaba el comercio negrero.
8
Cardoso Ruíz, Patricio. Op. Cit. .p 59.
9
Williams, Erick. Capitalismo y Esclavitud. Buenos Aires. Argentina Ed. Siglo XX.1973.
17
El resultado de dicho “triángulo” fue de grandes ganancias para Inglaterra por
la compra-venta de esclavos, además de que le daba salida a sus productos
(intercambiados por hombres en la costa Africana), movilidad a sus puertos,
obteniendo mayores ganancias en las Antillas menores.
El tráfico hacia Cuba fue tan intenso que el censo de 1841 demostró que la
población de color superó a la blanca (589,333 negros por 418,291 blancos). Pero el
flujo poblacional tenía diferentes matices étnicos, ya que no todos los grupos
provenían de la misma región. Cuando Cuba fue recuperada por España, se
incrementó su producción azucarera, se concedieron tierras a los inmigrantes
españoles, nueva maquinaria para moler y se explotaron nuevas áreas. Para 1790 se
empleaban a más de 25 000 mil esclavos10.
“El azúcar unió a Cuba, la cultura que se generó en su ámbito conforma hoy la cultura nacional.
El batey, coto cerrado, célula fundamental, contribuyo a la función integradora de todos los
valores originarios”11
“Casi todos los ingenios cubanos de mitad del siglo XIX eran unidades integradas que
combinaban el cultivo de la caña con la elaboración del azúcar a partir de su jugo” 12
10
Montiel, Luz María Op Cit.
11
Barret, Miguel. La cultura que generó el mundo del azúcar, en Presencia africana en el caribe.
Martínez, Luz Ma. coord. Mex. D.F. Ed. CONACULTA. 1995.165p.
12
Scott, Rebeca. La emancipación de los esclavos en Cuba. Mex. D.F Ed. FCE.1989. p 50.
18
La caña debía ser cortada cuando alcanzara la proporción de sacarosa
necesaria; el jugo debía ser extraído en no más de 48 horas, para que no se echase a
perder; el período de zafra era el más pesado de todos. Los negros vivían en
barrancones, por lo general cerrados y carentes de una ventilación adecuada, con el
piso de tierra y en condiciones sanitarias deplorables. El contramayoral (capataz) vivía
dentro del barrancón, para vigilar a los esclavos; la disciplina se imponía con el método
de “vigilar y castigar” (en este caso, con el látigo de cuero). A los esclavos se les
despertaba a las 4.30 de la mañana, para imponerles una jornada hasta las 11 hrs.,
con su hora de comida, y de ahí hasta la caída del sol (en la zafra se llegaban a tener
jornadas de hasta 20 horas seguidas); se les permitía un poco de tiempo para sí,
hasta las 20 horas, aproximadamente, cuando se marcaba la hora de dormir. Solo los
domingos se les daban momentos de recreación, que muchas veces eran utilizados en
danzas o en juegos de azar13.
13
Scott, Rebeca. Op Cit.
19
“Estos bakongo fueron los responsables de la proliferación de casa templo, cabildos y sociedades
congo hacia finales del siglo XIX y principios del XX”14
14
Fuentes Guerra, Jesús y Schwegler, Armin. Lengua y ritos del Palo Monte Mayombe. Madrid.España Ed.
Iberoamericana.2005. p 38.
20
Aportes hispánicos y sus dinámicas históricas
Para el año 414, los visigodos -pueblo germánico que se estableció en la parte
norte- contraen matrimonios de alianza con el Imperio romano, consolidando así su
dominio. Algunas de las capitales erigidas por ellos fueron Toledo, Barcelona y
Mérida. Tenían como suya a la iglesia ariana, que derivaba de la fe cristiana, pero en
una forma simplificada. Los visigodos practicaban el esclavismo hereditario, el cual
fue muy extendido en su época, e igualmente practicaban la persecución contra los
judíos. Sin embargo, la crisis y decadencia del orden institucional entre ellos, marcada
por los conflictos de poder, dio pie al siguiente proceso histórico en la península
ibérica:
“En el año 711, Ágila y sus hermanos, hijos del soberano destronado Vitiza, llaman a los
musulmanes del Magreb para aplastar al usurpador el rey Rodrigo”15
15
Bennassar, Bartolome. Historia de los españoles. Barcelona España. Ed. Critica. 1998. p 51.
21
En este proceso de reconquista, los pequeños campesinos se situaron bajo la
protección del señor feudal, por lo que pasaron a ser criados o vasallos, surgiendo en
su contraparte una nobleza, con un consecuente aumento de su poder. En el apogeo
del comercio en el siglo XIV, la nobleza española se estableció permanentemente
gracias al goce hereditario de privilegios jurídicos, lo que generó jerarquías en la propia
nobleza.
Los soberanos militares de los señores feudales fueron quienes dieron las
nuevas pautas de la división social: siendo ellos mismo los más cercanos al rey;
después de ellos, estaban los oficiales, mayordomos, tesoreros; y hasta abajo, se
encontraban los siervos y los esclavos. Las categorías sociales estaban claramente
definidas (el imaginario cultural ibérico estaba claramente influenciado por el
feudalismo y el cristianismo dogmático) y se aspiraba a mantenerlas así gracias al
desarrollo comercial con otros lugares. Los caballeros eran la nobleza media, y su
ascenso dependía de sus proezas. Los Reyes Católicos, nos dice Bartolomé Bennassar:
16
Bennassar, Bartolomé. Op cit. p 333.
22
Vemos así que las aspiraciones sociales de este nuevo sistema social se fijaban
en las del mantenimiento de los privilegios por parte de la clase dominante y las de
ascenso social por parte de los agentes que tenían tales posibilidades.
17
Vemos influencías de los musulmanes sobre los ritos afrocubanos, nos dice Fernando Ortiz:
“En los ritos congos, lucumís y araras de Cuba se oye esta salutación proveniente de los musulmanes de
África, donde está muy extendida: nsala maleku, maleku nsala. Esta frase no es sino la inicial del canto
matutino que el almuédano, desde el alto del alminar de la mezquita entona cada día al salir el sol, cuyo
texto dice: El Salam alek aleikum el Salam”. Ortiz, Fernando. La Africanía de la música folklórica
cubana. Ed. Letras Cubanas. La Habana. Cuba. 2001. 203p.
23
“Los autores más renombrados del Siglo de Oro consagraron la décima espinela en sus obras de
teatro. Lope de Vega (1562-1635), Tirso de Molina (1571-1648), y Calderón de la Barca (1600-
1681) (notablemente en su obra maestra La vida es sueño , a lo cual se refiere nuestro verso
introductorio) la usaban. Pero, fácil de musicalizar y dotada de una estructura de rima
atractivamente cadenciosa, la décima también fue integrada rápidamente por campesinos
andaluces y canarios, muchas veces analfabetos. Con los comienzos del siglo XVIII la décima
había pasado de moda entre los poetas neoclásicos, que aborrecían la línea octosilábica.
Experimentó un auge durante el período del romanticismo (1830s-40s) gracias a poetas como
José de Zorilla (1817-1893), Gaspar Núñez de Arce (1834-1903), y Ramón de Campoamor (1817-
1901). Zorilla era especialmente creativo y originó varias modificaciones en la décima”. 18
“Este Caribe andaluz, y más propiamente “afroandaluz”, tiene entonces una creación económica
fuertemente marcada por el comercio marítimo a gran distancia y por lo que subyace: una
mentalidad abierta al cambio y al intercambio, una memoria fragmentada una reunión de partes
rotas donde el suspiro de la historia se disipa en aras de lo inmediato” 19
18
Pasmanick, Philip. Décima y rumba: formalismo ibérico en el corazón del cantar afro-cubano. En Latin
American Music Review. Vol 18. Univ Texas Press. EUA. 1997.
19
García de León Griego, Antonio. El mar de los deseos. Mex. D.F.Ed. S. XXI. 2002. p 25.
24
Los nombres designados por los españoles para los esclavos africanos sólo se
referían a los puertos de procedencia: por ejemplo, el Puerto de Ucumi daba lugar a
la llamada “población lucumí”. Sin embargo, los diversos grupos africanos también
tenían diferentes procedencias y desarrollos culturales. Es por ellos que en el Caribe
se presentó también un mestizaje de los diferentes grupos africanos.
20
Urfé, Odolio. La música y la danza en Cuba. En África en América Latina. Moreno Manuel, relator.
Mex.D.F. Ed. S XXI-UNESCO. 1996.p 219.
25
Para nuestro estudio es importante la nación Congo, pues ella ha sido ubicada
como una de las principales responsables de los orígenes del complejo de la Rumba,
por lo cual su desarrollo será detallado en diferentes momentos de este trabajo.
Ello nos obligará a examinar a las propias tradiciones religiosas, pues como
nos dice Urfé, es necesario considerar los aspectos religiosos para poder estudiar las
complejas relaciones culturales.
“El pueblo de los yoruba es el único pueblo negro que tendió espontáneamente a aglomerarse
en grandes ciudades, el único cuya realización política tuvo una base urbana. Ibadán es la
primera ciudad negra del continente”.22
En el siglo XII se dio paso al imperio de Bennin, después de la caída del imperio
Oyo de los Yorubas de Nigeria. Es a principios del siglo XIX cuando miles de Yorubas
fueron hechos prisioneros y vendidos a los españoles como esclavos del África. Alpizar
Ralph nos comenta lo siguiente sobre la resistencia cultural que implica la religiosidad
del pueblo yoruba:
“Los yorubas llegaron al nuevo mundo en calidad de esclavos, y entre ellos existía una cantidad
de iniciados en el culto a los orishas. Estos esclavos fueron asignados a diferentes puntos
geográficos, tanto rurales, como urbanos, y la fe religiosa que trajeron se convirtió en su más
efectivo mecanismo de supervivencia”23
21
Originarios del río del calabar, en la actual Nigeria, es una religion con fuertes descendencias
africanas con la estructura de sociedad secreta masculina de ayuda mutua. Tienen complejos sistemas
de iniciación, donde la danza de los diablitos o mejor llamada de los iremes juega un papel muy
importante (La novela Ecué Yambaó priemera publicada de Alejo Carpentier plasma en su narrativa ese
momento, es considerada una de las primeras novelas del llamado realismo mágico, la cultura
afrocubana contribuyo a este importante movimiento estético latinoamericano).
22
Bertaux, Pierre. África. Desde la prehistoria hasta los estados modernos. Mex.D.F.Ed. S XXI. p 59.
23
Alpizar, Ralph. Santeria Cubana, mito y realidad. Madrid. España Ed. Martínez Roca.. 2004. p 27.
26
La llamada “costa de los esclavos” tenía una cultura ampliamente desarrollada y
el pueblo Yoruba era el que tenía un imaginario cultural más elaborado. Y es que el
acervo cultural yorubano es impresionante, como nos comenta Heriberto Feraudy:
“... en el mundo del ifaísmo dominar los pasajes de Oddua o de Obatalá, o los tratados
de Orula y las leyendas e historias de cada uno de los 256 odunes y los derivados de
estos, conocer y dominar las propiedades y uso de un variado espectro de hierbas
palos, así como la mercancía de los distintos ritos, también constituye muestra de
amplia cultura.”24
25
Sobre las dinámicas de la percusión bantu en Cuba nos dice Fernando Ortiz: “En el toque congo de
makuta también suele haber viros, pero no los hay en elcongo toque de yuka, ni en los ritos ganguleros,
ni en los ñañingos, en todos los cuales los ritmos son iguales y constantes.” Ortiz, Fernando. La Africanía
de la música folklórica cubana. Op Cit., p 244.
26
Antes Dahomey.
27
yoruba, y es un pilar fundamental de esta tradición, así como la regla de ochá,
fuertemente permeada de elementos afro. En esta última se expresa abiertamente un
sincretismo típicamente cubano. En esta religión se presentan valores que se
transmiten milenariamente por la oralidad, por medio de leyendas, cantos y toques de
tambor. De este modo, se da un complejo proceso donde se integran el hombre y la
naturaleza en constante relación, se establecen interrelaciones de poder y acción entre
los hombres, dioses y sus diversos procederes. Es una sociedad de culto que se define
abierto y cerrado a la vez: cualquier persona puede ser consultada, siempre se está en
disposición de quien la necesite y no existe proselitismo; se llega a ella por
convencimiento o necesidad propia. Sin embargo, es cerrada porque existen secretos
que no pueden ser revelados a los no iniciados (como parte de su permanencia
cultural), y algunas veces no es incluyente con mujeres u homosexuales.
De hecho, las formas de culto a los orishas son muy complejas, basándose en
diferentes ofrendas para cada deidad; la diversificación de danzas, cantos y toques de
tambor es muy amplia, diversa y compleja.
Los tambores bata son el eje fundamental de este culto, Okonkolo, Itotele e
Iya27 son los máximos exponentes de la música sacra yoruba, encargados de conducir
la liturgia. Aunque también existe el culto arará con sus tambores (sólo en Matanzas) y
los toques de güiro, que se producen con dos güiros de bule, una campana y un
tambor conga o tumbadora, siendo rítmicamente más sencillos que el toque de
tambor.28 Las festividades del tambor Batá tienen la siguiente composición: Oru Seco
(inicio instrumental), Oru Cantado (rezos) y Rumba (fiesta para los Orishas), para la
conducción litúrgica.
Por su parte, los Congos procedían del reino Bakongo, cuya capital -según
Roland Oliver en “Breve historia de África”- era Mbanzakongo (en la actual Angola), la
cual fue fundada hacia principios del siglo XV. Las tres áreas más importantes eran
Ngogo, Kakongo y Loango, las cuales tenían relativa independencia de la capital. Se les
consideraba buenos herreros, cazadores y guerreros.
27
Tambor pequeño, mediano y grande; el hermano menor, el hermano mayor y la madre; representan
cada uno a los orishas Elegua, Changó y Yemayá.
28
Tambor, a secas, es un término cubano para denotar el uso de los tambores batá.
28
los portugueses establecieron una base en Loanda al sur del Congo y de ahí
organizaron expediciones de captura contra los pueblos aledaños. Esta tensa paz se
rompió en 1650, cuando el reino Bakongo declaró la guerra a los portugueses, con
desastrosas consecuencias para ellos.
Para los congos, la magia está basada en un pacto con los muertos y con la
naturaleza (a la que consideran viva: animismo), con una variante específica del culto
a los muertos; con un cráneo humano se fabrica una ganga, añadiendo ingredientes
animales, vegetales y agua bendita. Se hacen también sacrificios de animales y
ofrendas a los espíritus. Fuentes Guerra distingue estos matices:
29
Roger, Bastide. Las Américas Negras. Barcelona. España. Ed. Alianza.1996.
29
De acuerdo a los estudios al respecto, los componentes esenciales de la religión
congo30 son:
4. Toques, bailes y cantos para propiciar la acción de los muertos u otras entidades
5. Sacrificios de animales
templo.
30
Fuentes, Guerra, y Gómez, Grisel. Cultos Afrocubanos. Un estudio lingüístico. La Habana. Cuba. Ed.
Ciencias Sociales. 1995. p 22.
30
bantues, sin embargo, muchas veces son difíciles de rastrear, como nos advierte Roger
Bastide:
“Así incluso en la magia, donde mayor es su influencia, la cultura bantú manifiesta uno de sus
rasgos fundamentales, su poder asimilador, su tendencia al sincretismo y a las fusiones
civilizatorias distintas”. 31
“El contraste entre la música negra y la blanca, por el respectivo predominio del ritmo
en una y de la melodía en otra, puede explicarse por meros factores sociales, derivados
de las diferencias de sus estructuras básicas. La de África es más económicamente
cooperativa, tribal, igualitaria, sacro- mágica y preletrada; y la de Europa es
económicamente individualista, feudalesca, jerárquica, literaria, y su música ya escrita y
hasta impresa superpuesta a las bajas camadas sociales se decía que no era música
siquiera...La música africana, más rítmica es, sobre todo para la acción y el movimiento
cooperativo: es colectivista. La música blanca, más melódica, es principalmente para la
audición y el pensamiento reflexivo; es selectivista.” 32
31
Bastide, Roger. Las Américas Negras. Op Cit. p 109.
32
Ortiz, Fernando. La africanía de la música. Op Cit. p256.
31
el componente congo-lucumí se encuentran mucho más fusionados con todas las
demás culturas.
“Al reunir negros, blancos e indios en las grandes plantaciones de productos tropicales o en
minas, cuya finalidad era surtir a los mercados europeos y producir ganancias, las naciones
colonizadas plasmaron pueblos profundamente diferenciados de sí mismos y de todas las etnias
que los componían. Aunados en las mismas comunidades, estos contingentes básicos, aunque
ejercían papeles sociales distintos, acabaron mezclándose”. 33
33
Riveiro, Darcy. Configuraciones. Mex.D.F. Ed. SEP 70´s. 1972. p 83.
32
Desde este punto de vista, en Cuba fue surgiendo una población mestiza en la
que se fundían distintas matrices culturales en las más variadas proporciones. Surgen
así culturas sincréticas, formadas por los diversos patrimonios que mejor se ajustaban
a los nuevos modos de vida.
Es posible afirmar que tres mundos sociales y culturales muy distintos chocaron
y se entrecruzaron en el siglo XVI cubano, dando como resultado un nuevo mundo
cultural mestizo. En él los conquistadores hacen sus aportes, pero también lo hacen las
culturas poblacionales exógenas (afro) como las endógenas (indígenas). Se elabora de
este modo una nueva creación y relación cultural. Fernando Ortiz, en su libro
33
Contrapunteo cubano del tabaco y del azúcar , elabora el concepto de transculturación
(elaborado previamente por Herkovitz) y lo presenta del siguiente modo:
“TRANSCULTURACIÓN expresa mejor las diferentes faces de los procesos transitivos, porque no
consiste solamente en adquirir una distinta cultura, sino que este proceso, implica
necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente. Parcial desculturación para la
formación de nuevos fenómenos culturales, llamados neoculturación.” 34
34
Ortiz, Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y del azúcar. La Habana Cuba. Ed. Ciencias Sociales.
1991.p 90.
35
Lachantañere, Romulo. El Sistema Religioso de los Afrocubanos. La Habana. Cuba. Ed. Letras Cubanas.
2004. p 212.
34
Mamacanata Naná Bakurú Vírgen del Carmen
1.3 Cimarronaje
Desde 1528 se observa con inquietud la idea de no llevar negros a Cuba ya que
muchos huían. Durante los siglos XVI y XVII se dieron rebeliones y motines en los
cuales algunas veces los rebeldes se unían a las potencias europeas antagónicas
(holandeses y franceses) para combatir al enemigo español. En febrero de 1812 se
dieron levantamientos en Puerto Príncipe y, a pesar de no haber sido general (fue
aislado y desorganizado), esta insurrección desató mucho temor entre la población
blanca. Todavía estaba muy reciente en la memoria la independencia haitiana: una
revuelta de esclavos negros comandada por Toussaint Louverture. Los temores de que
35
en Cuba se dieran escenas similares a lo que ocurrió en el levantamiento haitiano
despertaron el nerviosismo de las clases dominantes.
En 1825 se dio una rebelión es los ingenios de Matanzas que fue reprimida; de
1830 a 1833 ocurrió una sublevación en los cafetales de Tapaste. La represión que
aplicó la autoridad en este último caso fue sangrienta y el lugar fue prácticamente
destruido. En el 25 de julio de 1835 se dio un levantamiento en la Habana y se intentó
tomar la ciudad amurallada. Pero, una vez más, fueron salvajemente reprimidos. En
1841 acontece una sublevación de esclavos que trabajaban en la construcción del
palacio de la Aldama. En marzo de 1843 se dio otro levantamiento en el ingenio La
Alcancía; la revuelta se extendió por varios ingenios de la zona hasta noviembre. Las
rebeliones, por cierto, se llevaban a cabo con armas muy primitivas, como son flechas,
puntas de Caoba, machetes y, en algunos casos, veneno.
La organización de esta lucha por la libertad fue lenta pero muy extendida por
medio de los cabildos o bailes de tambor. De hecho, los jefes de las conspiraciones
muchas veces tenían altos cargos dentro de las sociedades secretas. Al respecto
Fernando Ortiz nos dice:
“En épocas de conspiración parece que los negro se entendían transmitiendo de una finca a otra
sus ideas rebeldes por medio del son de sus tambores” 36
36
Ortiz, Fernando. Los Negros esclavos. La Habana. Cuba. Ed. Ciencias Sociales. 1996. p 141.
36
Abordemos primero el colectivo. Las sociedades africanas se organizaron
reconociendo y exaltando a un líder, ya sea por sus facultades físicas y mentales o por
su capacidad de comunicación con sus dioses y con sus antepasados. El manejo del
mundo mágico fue fundamental para dicho liderazgo: debía reconocer enfermedades y
elaborar amuletos para poder conducir a su gente por buen camino.
37
Thompson, Alvin. Huida a la Libertad. México. D.F. Ed. SXXI. Univ. De QuintanaRoo.2005.
38
Franco, José. Afroamerica. La Habana. Cuba. Ed. Ciencias Sociales.1961. p 124.
37
Ante el temor constante de las rebeliones esclavas, se creó el barrancón
cubano: una cárcel colonial donde los negros esclavos vivían constantemente
castigados y vigilados.
Este espíritu libertario, que parecía conseguir poco en los hechos, sembró las
raíces de la lucha de liberación nacional durante esas sangrientas batallas -al igual que
sucedió en la isla vecina de Haití. La idea de expulsar a los españoles colonialistas y
formar una nueva nación nació partir de las rebeliones negras, que fueron los
primeros en querer desprenderse del régimen colonialista. El libro Biografía de un
Cimarrón de Miguel Barnet es una entrevista a un negro ex cimarrón de 104 años de
edad. El libro es un rico documento histórico que nos ofrece muchos detalles de esa
etapa. Pese a que no sabemos en qué medida Barnet o el propio entrevistado
distorsionaron los hechos, el viejo cuenta su vida en la esclavitud, su etapa cimarrona
(solitaria, no en comunidad) y su participación en la guerra de independencia. Describe
38
cómo los esclavos usaban brujería cuando los amos se sobrepasaban con sus
compañeros y nos explica el por qué de su cimarronaje:
“La vida era dura y los cuerpos se gastaban, el que no se fuera joven para el monte de cimarrón
tenía que esclavizarse. Era preferible estar solo, regado, que en el corral ese con todo el asco y la
pudrición”39
39
2.1 APORTES CONGO
Los factores de retención del componente bantú en este período son, según
Fuentes Guerra,42 los siguientes:
40
Carpentier, Alejo. La Música Cubana. Mex.D.F. Ed. FCE. 1968.
41
Janheinz, Jahn. Muntu: Las culturas neoafricanas. Mex.DF. Ed. FCE.1963.
42
Fuentes, Guerra Jesús y Schwegler, Armin. Op. Cit. p 47.
40
1. En Cuba, la plantación esclavista masiva fue un fenómeno social tardío, pues
apareció hasta el siglo XIX, lo que favoreció la supervivencia de las prácticas
rituales de origen congo, que así fueron menos expuestas a la estigmatización por
parte de las clases dominantes.
3. Otro factor a considerar es que en la Cuba del siglo XIX, los bozales y sus
descendientes no fueron sometidos a una intensa educación evangelizadora, como
ocurrió en la América Continental; desde finales del siglo XVIII, los azucareros
fueron abandonando la mayoría de las prácticas religiosas dentro de los ingenios,
con excepción de las ceremonias anuales, que les servían como disfraz moral, muy
contrario de lo que sucedió en otras regiones. De este modo, el cristianismo no
constituyó un freno para el desarrollo de las religiones sincréticas, como el palo
monte.
“Así en los congos como en los demás cultos afro…tal y como en las letanías el oficiante y otros
responden la liturgia, adhiriéndose en representación de la colectividad”43
43
Ortiz, Fernando. Bailes y cantos de los negros en Cuba. . La Habana Cuba Ed. Ciencias Sociales.1972. p
36.
41
Los llamados solistas dentro del imaginario europeo, son en este caso los
oficiantes de un culto determinado. En la santería se le denomina akpon (akò significa
el primero en yoruba), que es el que levanta e inspira el canto.
Para esta cultura, el canto y el baile son actos propiciatorios para la interacción
con entes supra-terrenales, de acuerdo a la visión del creyente. Los conjuntos
instrumentales congo que se conocen en Cuba son: la yuka, la makuta y el palo
mayimbe.
La yuka es un conjunto integrado por tres tambores, que se utilizan para fiestas
de divertimento; su tradición, según Lino Neira, viene de Pinar del Río, la Habana y
Matanzas.45 Su técnica de ejecución es el golpeteo de un palo sobre el cuerpo del
tambor y, con la otra mano, sobre el parche del mismo. Otra persona toca dos palos
sobre el cuerpo del tambor solista y otra persona percute una guataca (fierro). En la
primera parte de la ceremonia, el bailarín se le insinúa a su pareja y en la segunda
parte se anima la persecución; ya desde la yuka vemos el “ vacunao” y el “botao”
(insinuación y repulsión) de la Rumba. Es posible identificar en la yuka una fiel
44
Castañeda, Yolany y Basal. Alain. Religión e identidad. De un grupo de paleros se trata en Quezada
Nohemí comp. México-Cuba, religiosidad cultural. Mex. D.F. Ed. Plaza y Valdés - Inst. Inv.
Antropológicas.UNAM. 2004. p 243-309.
45
Neira, Lino. La percusión en la música cubana. La Habana. Cuba. Ed. Ciencias Sociales. 2005.p 38.
42
representación de las danzas afroamericanas, derivadas de los bailes de la fertilidad
bantúes. Por supuesto, este elemento se matiza con las transculturaciones que
ocurrieron, como ya se mencionó antes, durante el proceso esclavista. De hecho, Ortiz
distingue entre la yuka como elemento profano y a la makuta como propiamente
religiosa.
“El toque o núcleo rítmico de la makuta es de carácter marcial e i sócrono: los tambores y el
cencerro campana se contraponen, acentuando dos tiempos de un compás binario”46.
“Los bailes de makuta principalmente son de fundamento, nos dicen los viejos, lo cual expresa
que son de carácter ritual y religioso; pero en las fiestas también se bailaba para “juego o
diversión”.47
Este es uno de los caracteres más importantes que adoptó la Rumba desde sus
orígenes: su función primordial de diversión y entretenimiento así como, a la vez, su
relación íntima con la religiosidad afrocubana.
Es entonces cuando los toques de los cajones son devueltos a los tambores de
piel por los toneleros de los barrios de la Habana y Matanzas, influenciando de manera
determinante con el componente bantu a la música cubana por la presencia del
tambor de barril, posteriormente llamado conga.
46
Odulio, Orifé. Op cit p 223.
47
Ortiz, Fernando. Étnia y sociedad. La Habana Cuba. Ed. Ciencias Sociales. 1993. p 216.
43
El palo mayimbe consiste en la utilización por excelencia de los congos en las
ceremonias. En su instrumentación se utilizan tres tambores construidos con barriles,
una guatacá (fierro) y cascabeles para el soleador. Se usa para entrar en contacto con
las ánimas y para obtener su ayuda. Percutiendo un compás 6/8 se propician estados
de trance, además de que se ejecutan cantos de un solista junto con su coro. El solista
es, generalmente, el sacerdote encargado de hacer los encargos necesarios para que
la ceremonia sea bien conducida y los favores intercedidos. El sacerdote es, también,
el responsable de interpretar el diálogo entre los muertos y los vivos. Este culto y sus
diversas formas de representación ayudaron, por supuesto, a la permanencia cultural
tanto de formas culturales y espirituales de religiosidad como de prácticas estéticas
musicales características.
44
fabrica con elementos hispánicos y los propios de la isla, pero es la espiritualidad bantú
del culto a los muertos el componente más importante:
“Primero se traza con yeso o ceniza una cruz en el fondo de un caldero o cazuela nuevos, se
colocan cinco reales españoles de plata y se colocan uno en medio y los restantes en cada
extremo de la cruz...junto al perro una piedra de rayo o centella, que beberá sangre antes de
ponerse, Se encaja en la cabeza del perro la quijada del muerto...Después de que este formado
este fundamento se hecha ají, pimienta y ajo; jengibre, cebolla blanca, canela, un gajo de ruda,
de piñón y anamú todo alrededor”.48
Tanto por el aspecto económico (se mantiene el tráfico de esclavos) como por
el político (se crean comunidades liberadas de esclavos que promueven insurrecciones
contra el sistema esclavista colonial) y cultural (se preservan y mezclan diversas
tradiciones afro), es posible decir que en el siglo XIX cubano se mantiene y afirma una
fase importante y decisiva de africanización de la cultura cubana, en gran parte debida
al aislamiento de los esclavos con respecto a los mulatos libres.
“Sí, efectivamente, África tiene su propia cultura, ésa es nuestra opinión concreta.
Algunos aspectos de esa cultura son eternos, nunca acaban, pueden transformarse a lo
largo del camino pero nunca se acabarán.”49
En la región Yombe del Congo se utilizan los Minkisi, las cuales son figuras de
poder de las que desciende la prenda cubana; estas figuras tienen un papel
fundamental en los altares como figuras de fuerza. Los altares, tanto en Cuba como en
África, son una especie de portales en donde las deidades intervienen, formando un
espacio/ tiempo sobrenatural para la cosmovisión del creyente; las figuras no son
piezas para ser contempladas sino elementos mágico-religiosos para actuar con ellas;
sobre una fihura nkisi proveniente del congo, fechada antes de 1893, señala
Eisenhofer:
48
Cabrera, Lydia. El Monte. La Habana Cuba. Ed. Ciencias Sociales. 2006. p 143.
49
Varela, Hilda. Cultura y Resistencia Cultural. Mex. D.F. Ed. El caballito- SEP. 1985. p 87.
45
“Minkisi –figura de fuerza (singular nkisi) servían como lugar de residencia de los
antepasados u otros espíritus del más allá, que en el marco de los ritos se sometían,
bien voluntaria, bien forzosamente, al control de un experto en rituales denominado
ganga”50
El proceso abolicionista
Para la segunda mitad del siglo XIX, España había perdido la gran mayoría de
sus colonias de ultramar. Pero este no fue el caso de Cuba, ya que la isla mayor
seguía bajo el domino colonialista. No obstante, los cambios resultaban irrefrenables:
50
Eisenhofer, Stefan. Arte Africano. Madrid. España. Ed. Taschen. 2010. p 62.
46
gracias a la presión internacional respecto a la exigencia de abolición de la esclavitud,
en 1842 se establece un reglamento que limitaba a 25 el número de azotes contra un
esclavo; en 1868 se instituye la ley de vientres libres, que otorgaba la libertad a los
hijos de esclavas. Con todo, estas medidas tardaron mucho en ser adoptadas
realmente, pues en realidad el gobierno no quería afectar los intereses de los
latifundistas. La guerra de los diez años, en el período de 1867 a 1878, agrupó a las
fuerzas insurgentes maibises , a criollos campesinos y esclavos fugitivos, que tuvieron
en la región oriental el bastión de estas milicias populares. Al principio, los rebeldes
criollos querían exigirles a los negros libertos y fugitivos trabajar con los empresarios
locales. Pero en 1870, gracias a la incorporación de los esclavos en la guerra
revolucionaria, las fuerzas insurgentes declararon la abolición de la esclavitud.
Al final los criollos y los mestizos solo querían más privilegios; en realidad, no
se oponían tanto al colonialismo, ya que los beneficiaba como pequeños terratenientes,
sino a que se les limitara en sus derechos políticos y económicos.
Esto quedó claramente probado cuando pactaron con España en 1875. Este
pacto permitió que la élite criolla obtuviera autonomía y representación en el
parlamento.
47
disminuyera la necesidad de esclavos. Como nos comenta George Andrews sobre la
diferencia del proceso cubano con el latinoamericano:
“La primera diferencia fue el retraso de 60 años en la decisión de luchar por la independencia,
un retraso causado por el miedo que las élites tenían a que se diera una revolución esclava
como la de Haití. Estos miedos son también parcialmente responsables de la segunda diferencia
entre Cuba y el continente: en el continente los rebeldes ganaron finalmente sus guerras,
mientras que en Cuba las perdieron”.51
“En las zonas rurales, la desaparición de la esclavitud no dio trabajo asalariado, sino que llevó a
formas intermedias y en más de un caso a modalidades encubiertas del antiguo sistema” 52
Los ingenios modernos compraron tierra a gran escala de modo que la abolición
de la esclavitud dejaba manos libres asalariadas a bajo costo en el campo así como
51
Reid Andrews, George. Afrolatinoamerica”. 1800-2000. Barcelona. España. Editorial Iberoamericana.
2007. p 136.
52
Helene Beyhaut, Gustavo. América Latina III. De la independencia a la segunda guerra mundial. Ed.
Siglo XXI. D.F. México.1990. p 63.
48
una migración de libertos a las ciudades. En realidad, la haciende fue el espacio
económico previo al capitalismo, una forma económica que ayudó a sentar las bases
de la apropiación privada del excedente de la producción -excedente que, en este
caso, fue logrado con el enorme sufrimiento de pueblos indígenas y africanos. La
consolidación y generalización de las relaciones capitalistas se comenzó a dar aún bajo
el régimen español, pero bajo el influjo norteamericano aumentó drásticamente.
Fue a finales del siglo XIX, en el momento en que los negros cubanos fueron
reconocidos como ciudadanos libres y comenzaron a incorporarse a la sociedad,
cuando el complejo de la Rumba cubana, en tanto manifestación músico-dancística del
pueblo cubano, cobró forma y salió a flote en los barrios de las ciudades-puertos de la
Habana y Matanzas. Recordemos que muchos negros libertos habían migrado a la
ciudad, procedentes del campo, donde habían sido esclavos en los cañaverales y
preservado sus creencias y costumbres. Como Ortiz nos advierte, dado que la música
tiene una función social, cuando se producen cambios en la estructura social también
ocurren innovaciones en la música.
Cuando los negros dejaron de ser esclavos, su música cambió. Es muy probable
que el complejo estético, musical y dancístico, de la Rumba expresara tanto la libertad
ganada como la alegría de haberse librado de la esclavitud.
En las vecindades de los barrios se da un mestizaje de todo tipo entre los recién
llegados del campo y los que ya vivían en la periferia de las ciudades. Sobre esos
años, “Biografía de un cimarrón” de Barnet nos aporta una visión integral de cómo se
vivían esos años, a finales de la guerra insurgente:
“La Habana en esos días de ganada la guerra era una feria. Los negros se divertían como
querían…Otros me hablaban para los barrios del muelle. Por ahí había más rumba que en ningún
otro lugar, rumba de cajón y tambor. Tocaban unos cajoncitos chiquitos y con tambores que se
ponían entre las piernas. Todas las calles y casas por dentro estaban llenas de taburetes. La
49
gente se sentaba, los viejos y los jóvenes bailaban hasta que se caían desplomados. Los salones
de ñañingos estaban encendidos”53
En los últimos años del siglo XIX, las economías azucareras con mano de obra
esclava en América, reformulaban sus leyes de castas, cediendo más derechos a la
población afro. La guerra en Cuba aceleró el proceso abolicionista, aumentó la fuerza
de trabajo asalariado y estimuló las relaciones capitalistas. Se pasaba, entonces, de un
trabajo esclavo a uno asalariado, de una producción rural a otra principalmente
urbana.
“Hacia 1810, Humbolt fija en 96.914 los habitantes de la ciudad y sus arrabales, en los cuales hay
no menos de 40 000...el censo de 1861, considerado generalmente el más ordenado y preciso,
nos permite calificar a los habitantes de La Habana y sus arrabales o barrios cerca de 200 000
como propiamente urbanos...entre 1841 y 1861, el hacinamiento y alto costo de la vivienda, así
como la especulación inmobiliaria en el recinto amurallado, han promovido la apertura y el
ensanche de barrios extramuros.” 54
53
Barnet, Miguel. Op cit. p 177.
54
Le Riverend Brusoe, Julio. La Habana, espacio y cultura. Madrid.España.Ed. MAPFRE. 1992. p 132-133.
50
2.3 Afrocubanos, Música y Sociedad.
A partir de 1840 esta renaciente cultura afrocubana fue hostigada por diversos
cabildos y, en 1842, se prohibió a los afrocubanos traer cualquier tipo de arma o
trabajar como capataz en las plantaciones. Para 1844 la población de negros libres era
cercada por las autoridades coloniales, acusándolos de instigar la rebelión de los
esclavos.55
51
en el mismo 1880 comienza una fuerte transición hacia el trabajo asalariado pues
desaparecen poco a poco las haciendas esclavistas, de modo que, por ejemplo, la
industria azucarera empieza a necesitar menos mano de obra.
Con el paso del tiempo, poco a poco esto fue cambiando, gracias en parte a las
interrelaciones entre parejas jóvenes del mismo estrato social pero de diversas
procedencias étnicas. De este modo, blancos y negros pobres comenzaron a convivir
en los solares de las vecindades cubanas. Los tambores congo, cuyo sentido de ser es
ser tocados al aire libre, quedaron establecidos en cabildos a las afueras de la Habana.
La música afrocubana solo entró abiertamente en la escena nacional con el tambor
mestizo del son cubano: el bongó.
Con todo, las músicas de los yoruba y de los congos no pasaron, dicho de
manera general, directamente a las músicas bailables de los blancos. No obstante, los
ritmos más fáciles y excitantes se iban amulatando e incluyendo en nuevas
configuraciones sonoras. Durante el siglo XIX observamos en Cuba tres músicas bien
definidas, a saber:
56
Ortiz, Fernando. Etnia y Sociedad. Op. Cit. p 183-185.
52
“Así como transcurrieron años y generaciones para pasar en la música cubana del
minué, la tonadilla y la contradanza de los blancos hasta los negros tangos, danzones,
rumbas, sones y congas, así los tambores no salieron de los barracones de los montes y
de las “orillas” hasta que la modificación del ambiente económico-social, por el cese de
la esclavitud, les fue sacando su vileza de su negrura de abolengo, de esclavitud y de
desprecio. La emancipación del esclavo fue también la de sus tambores.” 57
“En Cuba, los dos géneros principales de está música (afropopular) eran la rumba y el
son. Ambos fueron desarrollados por músicos afrocubanos durante la primera mitad del
siglo XIX, la rumba en las provincias occidentales de la Habana y Matanzas, el son de
Oriente. A finales del siglo XIX y principios del XX los músicos de Oriente se desplazaron
a la Habana, donde el son encontró una audiencia grande y receptiva en los barrios de
trabajadores de la ciudad. Un proceso similar tenía lugar simultáneamente en Río de
Janerio, dónde músicos y percusionistas provenientes de Bahia se unieron a músicos
nacidos en Río para crear une estilo de música y danza completamente nuevo, la
samba. La samba brasileña y la rumba cubana tienen orígenes comunes en las
religiones de origen africano: la rumba deriva en parte de los ritmos y música de la
santería y los abakuá, y la samba del candoblé bahiano y la macumba carioca.” 58
Desde la década de los veinte y los treinta del siglo XX, como hemos venido
insistiendo, se dio una masiva migración del campo a la ciudad, gracias a la abolición
de la esclavitud y al aceleramiento de la producción industrial y tecnológica. De este
modo, se da un empobrecimiento en el campo, por lo que las ciudades comienzan a
abarrotarse a lo largo del globo. Buena parte de la población recién emigrada queda
marginada hacia un subempleo o, de plano, al desempleo. En este crisol de pobrezas y
orígenes diversos, se producen mestizajes, asimilaciones e interacciones culturales
entre la gente que viene de diversas provincias. Es ahí en donde florecerá el complejo
rumbero.
57
Fernando, Ortiz. Étnia y Sociedad. Op Cit . p 186.
58
Reid Andrews, George. Afroamercia. Op cit. p 201.
53
Comandada por fuerzas externas, América Latina es inducida a acelerar su
industria para insertarse en la economía exportadora. El imperialismo triunfante de las
dos guerras mundiales del siglo XX impone una política económica para los países de
nuestra América, incubando un capitalismo deformado y dependiente. Por eso, aunque
se quiere ofrecer la cara de un Progreso económico, lo real es que la explotación y la
pobreza se recrudecen en la región. García Canclinni nos habla sobre la modernidad
latinoamericana en los siguientes términos:
“Va a surgir una nueva sociedad, la de la producción en serie, de la repetición, del no-
proyecto. El uso no es ya un disfrute de un trabajo presente sino consumo de una
reproducción. La música se vuelve una industria y su consumo deja de ser colectivo.” 60
Desde mediados del siglo XIX surge la idea de la obra de arte como mercancía:
lo que antes era sagrado y colectivo, deviene una mercancía profana que busca ser
vendida para lucrar y consumida de modo individual. El Estado modernizador se
encarga, entonces, de elaborar, de la mano de las élites, la inserción de diversos
agentes y temporalidades históricas para su proyecto de mercantilismo global.
59
Garcia Canclini, Nestor. Culturas Hibridas. Mex. D.F. Ed. Grijalbo. 1989. p 71.
Atalli, Jacques. Ruidos. Ensayos sobre la economía política de la música . Mex D.F. Ed. S.
60
54
-el de los medios masivos que se encargan de trasmitir la ideología dominante,
y
-los grupos independientes de este proceso, los que expresan los intereses y
deseos populares.61
“En los solares de las ciudades, en cuarterías y accesorias se agolpaba la población pobre –
negros, mestizos y blancos sin oficio ni beneficio– y en medio de ese mundo infrahumano, para
mitigar –quizás para combatir– la miseria se levantaban voces y madera. La rumba fue la música
del hambre. El canto brotó de las entrañas de asfalto (y tierra) de los centros y suburbios
urbanos, de los barrios habaneros de Belén, Jesús María, los Sitios, Atarés, Pueblo Nuevo, de las
barriadas matanceras de Simpson, La Marina y de los sectores populares de Marianao, Regla,
Guanabacoa, Güines, Jovellanos, Unión de Reyes, Alacranes, Sagua la Grande, (y también
Artemisa).”62
61
Acha, Juan. El arte y su distribución. Mex. D.F. UNAM, 1984. p 159.
62
Orovio, Helio. La música folklórica, popular y del teatro bufo. La Habana. Cuba. Editorial Letras Cubanas. 1982.
p 92.
55
“A los instrumentos musicales de la conga se llega a través de un proceso de selección
natural; no media, pues, el conocido sistema académico de enseñanza- aprendizaje. El
virtuosismo en la producción de la música carnavalesca constituye un auténtico
fenómeno que responde enteramente a los mecanismos de la tradición. Se trata de una
verdadera carrera de relevo en la que los más viejos trasladan a los más jóvenes las
técnicas y conocimientos adquiridos”.63
medio de la tradición oral, del mismo modo en que todavía hoy aprenden muchos de
cultural. Sobre este proceso, James C. Scott nos comenta en su conocido texto Los
“Las expresiones culturales de las clases bajas han tenido, en general una forma más
oral que escrita. El tipo de aislamiento, control e incluso anonimato producido por las
63
Ruíz, Manuel y Millan, José. Carnaval: Barrio y Tradición. Santiago de Cuba, Cuba. En la revista Del Caribe #22.
1994. p 108.
64
Scott, James. Los dominados y el arte de la resistencia. México D.F. Ed. ERA. 2004.p 192.
56
Capítulo 3: La Rumba cubana
Yambú
65
Poblado hacia la segunda década del siglo XVIII, con el nombre de San José del Astillero, debido al
establecimiento de este último, el barrio de Jesús María, en La Habana antigua de extramuros, continúa
siendo hoy uno de los más populares. En 1753 en la Calle Real de Jesús María, hoy Revillagigedo, fué
levantada una ermita a Jesús María y José que le dio nuevo nombre a la barriada. Con esta calle se
asocia una de las leyendas más vivas de Jesús María. Cuentan que en ella vivió una negra llamada
Amalia, protectora de revolucionarios y esclavos perseguidos por las autoridades coloniales, los escondía
y les facilitaba la salida como polizontes hacia Haití u otras tierras, era además la Madrina de los centros
ñáñigos del barrio, lo que hizo que los humildes habitantes ayudados por ella, se autonombraran, hijos
de Amalia. www.esquinadelarumba.blogspot.com
57
¿Qué significan, a qué nos remiten tales versos? –Explicitarlo nos retrotrae a los
orígenes populares del complejo rumbero. Ernesto Gatell Coto, ex integrante del
Conjunto Nacional Folclórico, de Clave y Guaguancó y del grupo de Tata Guines, que
forma parte actualmente de Rumberos de Cuba, me platicó que este verso remonta al
papel de los “padrotes” (los que manejan la prostitución) italianos en el barrio de Jesús
María. De este modo, un simple verso refleja el origen y la condición socio-económica
del puerto en el que se configuró este fenómeno estético.
“1. El yambú es un baile de pareja, la cual se desplaza entre los espectadores que forman un
círculo. Su ritmo es cadencioso, al igual que su baile. 2. Se coloca la pareja en el centro del
círculo y comienza a bailar frente a frente. El baile es sencillo y no tiene gestos muy acentuados.
Se danza todo el tiempo con las rodillas flexionadas La separación de ambos bailarines es de un
metro de distancia aproximadamente. 3. Cuando la pareja termina de bailar, el hombre coloca el
66
Como en el son jarocho se utiliza la frase “una” o en la marimba chiapaneca “bola”, en los cantos
congo se marca el final con la frase “mambé” y en lo yoruba con la palabra “Agó”.
“... y termina con el cierre, como aquel que dice, en hermosa frase que nos recuerda extrañamente la
antigua poesía de los pueblos nahuas. Aquí entre las flores cantaremos hermanos.” En Acosta Leonardo.
Del Tambor Al Sintetizador. La Habana. Cuba. Ed. Letras Cubanas. 1989. p 91.
67
N dembo- cajón (en congo). Ortiz, Fernando. Los instrumentos... Op Cit. 67p.
58
brazo por encima de los hombros de su compañera, le cede su lugar a los próximos bailadores y
se integran al grupo de espectadores.68”
Ante las prohibiciones colonialistas de estos bailes, el yambú pudo ser una
adaptación de la Rumba a estas censuras impuestas por parte de las autoridades
españolas. Tal vez por ello, se conjugan en él las melodías afrocubanas con los coros
de los españoles.
Como quiera que sea, este estilo generó un cancionero urbano y popular con
las siguientes características:
68
Martínez Rodríguez, Raúl. La rumba, en la provincia de Matanzas.Publicado en: Boletín de Música. La
Habana. Cuba. Número 65, julio-agosto de 1977.
69
Balogun, Olga. Forma y expresión en las artes africanas. En: Introducción a la cultura africana,
aspectos generales. Ed. Serbal- UNESCO. 1982. p 38.
70
Danzas congos disgregadas por toda la América colonial hispánica con fuertes simbolísmos eróticos y
de fertilidad.
59
-la búsqueda de timbres,
A, e, rico yambú
Como se puede apreciar, la propia letra nos remite a ciertos lugares, que son
los sitios en donde se originó este estilo: el barrio de Jesús María, el de los amaleanos,
el barrio de Belén y el de Atares, que tienen una añeja tradición rumbera.
72
Barrio de Amalia en Centro Habana.
73
Calle al sur de centro Habana, justo en el camino hacia la ensendada de Atares.
74
Iglesia y convento de Belen ubicadas justo al lado de Jesus María.
75
Barrio ubicado en la Bahia de la Habana, Ensenada de Atares.
60
Yo traigo los angelitos vestidos de oro
Las flores más elegante de mi cantero
Clara le dijo a Cirilo76,
“Cirilo, no me busques más”
Cirilo le dijo a Clara,
“Tú eres la mujer,
Tú eres la mujer de mi corazón”
Dun, dun, dun ¿quién va?
Dun, dun, dun ¿quién va?
“Soy tu marido mujer,
¿No me conoces la voz?
Abre la puerta por Dios
Que eso sí no puede ser”
Coro:
76
Lírica tradicional de la Tonada Trinitaria Canto de Clara a Cirilo.
77
“En la ciudad de Trinidad, provincia de Sancti Spiritus, al igual que en otros lugares de Cuba, se
establecen desde el siglo pasado, agrupaciones llamadas claves, que se dedican al canto colectivo
ensayada para interpretarla en las fiestas de navidad y visitas a los diferentes barrios. Las tonadas
trinitarias, un tipo de estas agrupaciones, interpretan un repertorio que por su estructura melódica y
textos lírico es muy cercano a la canción, aunque por sus elementos rítmicos está emparentado con
formas de percusión africano.” Farquharson, Mary. Notas del CD.África en Ámerica. México. D.F. Discos
Corason. 1992. p 28-29.
61
Columbia
El estilo está permeado por la vida rural del campesino cubano. La parte
bailable es generalmente ejecutada por un hombre solo, ya que es una danza muy
fuerte, aunque algunas rumberas como Andrea Avaron y Maria la O lograban
impresionantes coreografías artísticas interpretándola 79.
Las letras de la Columbia algunas veces son machistas, ya que hablan sobre el
desamor; por ello existen reconocidos versos referidos a estas bailadoras de Columbia
que desafiaron los estereotipos convencionales, aunque algunas Rumbas Columbias
son completamente fantasiosas.
78
Orovio, Helio. Música por el Caribe. Santiago. Cuba. Ed. Oriente. 2007. p 122.
79
Con un proceso de autohistorización, estas rumberas quedaron plasmadas en un recuerdo colectivo
por sus grandes dotes artísticos.
62
Algunos columbianos al bailar se amarran cuchillos en los pies (a manera de
espuelas de gallo) o los agarran con ambas manos. La Columbia es una fiesta en la
cual el baile adquiere diversos modos: el Paso reforzado (marcando los golpes del
tambor solista), el Paso Platino (consiste en irse desplazando poco a poco, estirando
las piernas exageradamente), La Meta (con pasos cortos) y, propiamente, la Columbia
(libre y creativa)80.
El más famoso bailador de Columbia en Cuba fue José Rosario Oviedo, más
conocido como Malanga, quien ha dado origen a mitos y leyendas alrededor de su
persona. Águeda Álvarez relata sobre José Rosario Oviedo “Malanga”:
“En cualquier lugar daba vida al baile, en un solar, en un patio, en el portal de una
bodega, donde quisiera. Entonces no se conocían las tumbadoras, bastaba con cajones
de bacalao o cajas de vela, un par de cucharas...81
“Durante el baile, los bailarines deben hacer gala de su virilidad mediante la ejecución de
movimientos exagerados y descompasados al tiempo que imitan a un cojo, a un epiléptico a un
boxeador, o a un hombre haciendo volar una cometa…el interprete de quinto marca con el
tambor las acrobacias del bailarín”83
80
Orovio, Helio. Op Cit. p 124.
81
Martínez, Raúl. Para el alma divertir. La Habana. Cuba. Ed. Letras Cubanas, 2004. p 94-100.
82
Trozo de Bambu que lleva un mismo patrón rítmico sin variación alguna para ser un punto de
referencia en el ensamble de percusiones políritmicas , en la Rumba Columbia de elabora con un un
compás de 6/8, el más común para los rítmos sacros africanos.
83
Laymaire, Isabelle. La música cubana. Barcelona. España. Ed. Océano. 2003.
P 68.
63
La Rumba Columbia alcanza su pleno desarrollo y difusión en los puertos de
Matanzas y Cárdenas, gracias a los campesinos que se trasladaban a los trabajos en
los puertos84. Por cierto, estos barrios portuarios tenían organizaciones abakuas que
actuaban como logias secretas, íntimamente ligadas con el tejido social circundante
(muchas veces también con actividades ilícitas 85), donde toques, cantos y bailes eran
fundamentales para la interacción grupal de estas sociedades de ayuda mutua.
COLUMBIA
Compositor: Desconocido
Estilo: Columbia
Montero,
Ahora le voy a cantarles
Lo que a mí me sucedió
El susto que pasé yo
Un día con una perra
Caminando cierto día
Me encuentro a un hombre
Arando a la tierra
Encima vi una cierra
Cierra de cortar madera
Y no sé de que manera
Salta y me muerde su perra
¡Bongó86!
El hombre del taller
Para curarme la herida
El animal se me olvida
Y yo me pongo a conversar
El hombre me invita a cenar
Carne y arroz de la tierra
También el tipo se aferra
A que yo no me vaya enseguida
Y al terminar la comida
Salte y me muerde su perra
¡Ay, Dios!
El hombre con una barra
La escoba con una vieja
Me dio un troncazo por la oreja
Que por poco me la arranca
¡Ay, Dios, timbero87!
84
Orovio, Helio. Op Cit. p 122 .
85
Reid Andrews,George. Op Cit. 202-203 p.
86
Tambor afrocubano utilizado en el son, en este caso solo se utiliza como término exclamativo. (Bantu).
87
Forma de llamarse entre rumberos, la misma rumba también es llamada timba.
64
Yo quise agarrar vía franca
Y la puerta se me cierra
Y yo sintiéndome en guerra
Buscaba mi salvación
Me meto bajo el fogón
y me vuelve a morder la perra
Ay, Dios, ay, Dios, ahhh
Gallo:
Agua si con mi Congo, Congo Real, e,
Congo Real, e
Coro:
Agua si con mi Congo
Coro:
“Obsérvese en los versos mántricos que hemos insertado en las repeticiones, los
estribillos y demás formas características de la i ntensificación de la expresión mágica
COLUMBIA
Compositor: D.P..
Estilo: Columbia
Coro:
88
Tuñala Serende- Expresión proveniente de la jerga bantú.
89
Ortiz, Fernando. La africanía Op Cit. 197p.
65
Laye laye
EL TOCORORO
90
Comandante Insurgente Cubano del que se presume afrodescendiente
91
El término agua se utiliza como exclamativo, tal vez recuerde la divinidades de las féminas de las
aguas Yemayá y Ochún.
92
Tata- “Es el dirigente del local del culto Palo Monte y dueño de la nganga. “
66
Compositor: Israel Berriel
Estilo: Columbia
Cabe hacer notar que los versos “siempre tengo por costumbre cuando llego a
una morada”, los escuchamos repetirse en estribillos del son jarocho tradicional 95, lo
93
Se utiliza también en el son jarocho tradicional El Siquisirí.
94
El siquisirí es un son tradicional veracruzano con el que se acostumbra comenzar los fandangos.
95
Esto forma parte del Cancionero común caribeño descrito por Antonio García de León, en El Mar de
los Deseos.
67
que nos ofrece pautas para hablar de un cancionero circun-caribeño que recorría los
puertos de Veracruz, La Habana, Cartagena y demás geografías del Caribe hispánico.
Existen versiones de “el tocororo” más machistas referentes al desamor. Por cierto, el
estribillo también refiere a las costumbres mágicas de los bantú.
Guaguancó
68
El guaguancó es el ritmo ya gestado en las ciudades, como hemos venido
mencionando. Es un ritmo más rápido que el yambú, maneja una inspiración larga e
improvisada que puede ser de lo más diversa temática; es un ritmo de barrio popular,
que convocaba a que la gente se reuniera para divertirse. La mayoría de las veces, es
de carácter profano, aunque en algunas ocasiones se retoman versos congos y
lucumís. El Guaguancó está formado por tres secciones, a saber:
En la tercera sección todos los miembros del conjunto entran a una parte
musical más acelerada, mientras se repite un estribillo. En esta sección, como
en todos los formatos de llamada y de respuesta 96, el coro repite un patrón,
estribillo o sistema de frases, mientras que el cantante improvisa. Es en este
momento donde los bailarines salen a escena y el tambor, que improvisa (el
quinto), tiene mayor peso.
96
Esta relacíon llamado- respuesta como elemeto de la música afro, remonta a los rezos y las
oraciónes sacras. Se nos comenta sobre estas dinámicas: “ ... elementos de la música tradicional de
corte africano, como la armonía paralela guíada por escalas melódicas, el refrán de llamado respuesta en el que la
frase musical cantada por el solista es contestada por un coro...”
Cavalcanti, Cristina. “El movimiento rastafari en Jamaica”. En África en América. Mex. D.F. Ed. Centro de Estudios
Económicos y Sociales del Tercer Mundo. 1982. p 136.
69
medio de la danza, ejecuta un movimiento pélvico y erótico hacia el sexo de la mujer,
dando a entender que la hembra ha sido poseída por el hombre. Nicolás Guillén nos
ayuda a visualizar este momento de la rumba:
Se añade a todo ello, los cantantes y bailarines, que esperan su momento para
intervenir. Si bien existen las variantes de guaguancó habanero y matancero, ambas
respetan los conceptos básicos señalados, manejando variaciones regionales.
97
Fragmento del Poema Rumba, de Nicolás Guillen, del libro Songoro Cosongoro, en Obra Poética. La
Habana. Cuba. Ed. Letras Cubanas. 1980. p 110.
98
En Los instrumentos de la Música Afrocubana. Ortiz nos comenta sobre la palabra conga, como una
descendencia femenina en castellano de la palabra congo nkunga, planteando que la conga fué primero
un canto en África y Cuba y posteriormente derivo a la denominación de tambor.
Ortiz, Fernando. Los instrumentos de la Música Afrocubana. La Habana. Cuba.Ed. Ciencias Sociales.
70
En la cuestión rítmica, los tres tambores membranófonos tienen el siguiente
proceder: la tumbadora, el tres dos y, finalmente, el quinto –cuya responsabilidad es la
de improvisar después del canto- se van ensamblando por medio de variaciones
rítmicas que respetan sus formas y espacios, en un compás de 4/4 99; este cambio de
compás rítmico responde también a la influencia del cancionero caribeño hispánico,
que creó la relación cultural entre lo afro y el mundo colonial.
La clave, la guagua y el güiro crean un obstinato para que los tambores tengan
una referencia clara. La voz principal y el coro respetan la clave, dejando reposos entre
sus versos y acomodando el ensamble coral en diferentes puntos de la clave de
Rumba.
71
“El pueblo cubano ha sido capaz de mantener vivo este sonido inmortal. Partiendo de
los elementos antecedentes afrohispánicos ha fundido en el crisol nacional una
expresión que son reflejo en lo melódico, rítmico, armónico, danzario, ambiental de su
ser profundo”.101
Debemos puntualizar una vez más que este factor de resistencia cultural se lo
debemos a la larga tradición de las provincias del Occidente cubano, descendiente de
las logias abakuas y cabildos congos y lucimies, con su gran acervo cultural, así como
a su constante interacción étnica. Así pues, el desarrollo rumbero coincide con la
posterior migración campo-ciudad, que produjo un fuerte intercambio cultural
interregional:
“Tanto en áreas urbanas como rurales, familias enteras se transmitían cantos, toques,
pasos, estilos y modos de rumbear de una generación a otra, impulsando o estimulando
siempre lo novedoso, lo creativo de la cantera inagotable que tienen todos los pueblos
en un revivir constante.”102
101
Helio, Orovio Op. Cit. p 139.
102
Martínez, Raúl . Op. Cit. p 102.
103
Janheinz, Janh. Op Cit.p 128-129.
72
“... una forma tan hispánica como es la décima espinela cabe perfectamente dentro del
marco de un guaguancó o una rumba, sin que esto resulte para nada incompartible.” 104
Para los rumberos tradicionales, la décima de una canción tiene que aproximar
quintilla, que se caracteriza por dos rimas: una que aparece dos veces y la otra, que lo
hace tres veces. Las rimas de las quintillas, desiguales pero regulares, crean un efecto
rítmico muy similar a los patrones básicos de los tambores que marcan el ritmo básico
de la Rumba.
104
García de León, Antonio. Op. Cit. p 88.
105
“La zarabanda, como la chacona , era cosa venida de las Indias. El zambapalo, bailado España en los
siglos XVI –XVII se da también como danza nacida en América... Hay, además, una constante analogía
fonética entre los nombres de gayumbas, paracumbes, retambos, cachumbas, yeyes, zambapalos,
zarambeques y gurrumbes, aludidos por los poetas del Siglo de Oro español, con los de rumbas,
bmembes, sambas, batuques, macumbas, guaguancós, candombes, tumbas, chuchumbes, carrumbas,
yambus, que proliferaron en Cuba, en Argentina, en Chile, en México, en Brasil, en Colombia y
dondequiera que hubo esclavos negros en América.” Carpentier, Alejo. La Música Cubana. México D.F.
Ed. FCE. 2004. p 60.
73
3) canciones con una introducción, típicamente una redondilla. 106
LOS BARRIOS
Compositor: Pascual Herrera
Estilo: Guaguancó
106
Pasmanick, Philip. Décima y rumba: formalismo ibérico en el corazón del cantar afro-cubano.
En Latin American Music Review. Vol 18. Univ Texas Press. EUA. 1997.
107
Tambor de frecuencia grave, tiene la responsabilidad de iniciar la conversación de los tambores,
ejecutar base y de elaborar variaciones
108
Tambor medio, tiene la responsabilidad de llebar base y responder las conversaciones.
74
Para que el quinto109 pueda repicar
Que sepan apreciar
Lo que les canto yo
(bis)
Mi guaguancó no es una columbia
Hay que saberlo tocar
Coro:
Guaguancó, óyelo bien.
“Aun cuando grandes sectores de la población son influidos por el esnob, y se alejan de
las fuentes primitivas, ya no solo en el área del folclor, sino en las artes y en la
literatura en general, la gran masa mestiza, tozuda en sus gustos y orientada por un
instinto natural hacia lo auténtico, reafirma su amor por el folclor estimulándolo,
oponiéndolo a las corrientes foráneas corruptoras. Así, el folclor ha venido a ser una de
las formas de lucha por la nacionalidad. Una bandera formidable queno puede ser
arrebatada por el enemigo.”110
LAMENTO ESCLAVO
Compositor: Desconocido
Estilo: Guaguancó
110
Zapata, Manuel. El folclor como afirmación de la nacionalidad. En Por los senderos de sus ancestros,
textos escogidos. Bogotá, Colombia. Biblioteca de literatura afrocolombiana tomo XVIII. 236p.
75
Pa’ que luego fuera esclavo
Y el amo se enriqueciera
Ay, mi Dios, que mundo más traidor
Ay, mi Dios, que mundo más traidor
Coro:
El amo no quiere que yo toque tambor.
EL NIÑO REY
Compositor: Desconocido
Estilo: Guaguancó
111
Melgar, Ricardo y González, José Luis. Los Combates por la Identidad. México. D.F. Ed. Dabar. p 204.
112
Batá o más comunmente, Tambor es el término utilizado para referirse a un toque de tambores batas
(familia- en yoruba).
113
La mujer legitima de Changó es Ochún.
76
(bis)
Y cuando él sea grande, será Babalao
Y cuando él sea grande, será Babalao
Y todos los santeros le tendremos que decir
Y todos los santeros le tendremos que decir
Iború Oyá, Ibó, Ibó cheché114
Esas palabras son, óiganlo bien
Esas palabras son, óiganlo bien
Para que sepan, son palabras lucumí
Esta lírica tiene una fuerte influencia de la religión yoruba, en la cual se cree
que unos pocos predestinados pueden ejercer el papel de babalao117 en la santería. En
este tipo de líricas la Rumba refleja su maleable condición para salirse del tiempo
común; a pesar de no ser un ritmo sacro, le ofrece al ejecutante una posibilidad de
salir de la cotidianidad que, combinándola con líricas sobre la sacralidad afrocubana,
como es la inclusión de textos sacros afrocubanos en los estribillos, colocan en ciertos
momentos a la Rumba en el umbral del tiempo sagrado que define Mircea Eliade:
“...el tiempo en que se coloca la celebración de un ritual y que es por ello mismo, un
tiempo sagrado, es decir un tiempo escencialmente diferente a la duración profana a la
que sigue.”118
TAWIRI
Compositor: Calixto Callava
Ganre: Guaguancó
Tawiri
Tawiri o
Ritmo sagrado
114
Iború Oyá, Ibó, Ibó cheché- Del yoruba.
115
Orisha femenina, Ochun (Vírgen de la Caridad del Cobre) Dueña de las Aguas Dulces.
116
Ala ti ye ye monfa, Ala ti ye ye- Reso a la orisha Ochun. Yoruba.
117
Sacerdote de la regla de ocha- santería.
118
Mircea, Eliade. Tratado de Historia de las religiones. México. D.F. Ed ERA. 1979. p 346.
77
Que llevo dentro de mí
Ritmo africano
Que es de origen Lucumí
Son fundamentos de mi nganga119
Madre de Agua120 y Siete Rayos121
Vence Batalla los mundele
Esta lírica, por su parte, aporta la visión de la religión congo y la interacción con
los oficiantes del culto para poder tratarse, confiando en el sacerdote palero para que,
apoyado por las deidades, salga avante de sus males. Se narra también cómo esta
deidad le “pidió derecho y gallo” para interceder. Es importante hacer notar la fuerte
autoafirmación identitaria que elaboran: “Ritmo sagrado que llevó dentro de mí, ritmo
africano, de mi orígen lucumí”.
119
Receptáculo Mágico, ya mencionado, donde se materializa el culto congo, especie de altar sincrético
pero con procedencia africana bantu.
120
Ochún; otra vez se hace referencia al matrimonio Changó- Ochún pero ahora desde el Palo Curzado
con la Santería.
121
“ Isancio o Siete rayos. Entre los mayombe, se reconoce como dueño del rayo; y siendo su equivalente
católico a Santa Bárbara, o sea la misma santa utilizada por los lucumí para reconocer a Shangó”.
Lachantañeré, Rómulo. El Sistema Religioso de los Afrocubanos. La Habana. Cuba Ed. Letras Cuabanas. p
204. 209.
122
Aunque no suponemos que signifique lo mismo en Cuba que en Venezuela, la siguiente cita nos
ejempifica lo extenso que fué la diáspora congo en América:
“Sojo en 1940 recolectó palabras de posible orígen africano en la región de Barlovento:...malembe= tipo de canto y toque de
tambor”.
Pollak Eltz, Angelina. El aporte negro a la cultura venezolana. En Prescencia africana en Sudamerica. México. D.F.
Ed. CONACULTA. p 135.
78
3.2 La rumba cubana de cara al siglo XX. Formación. Tradición v.s. Falso
Folclore.
El barrio Las Alturas de Simpson es, sin lugar a dudas, en lo que a Rumba
urbana se refiere, la zona más importante en la ciudad de Matanzas. La Marina
también es un barrio de tradición e importancia, dado que fue el que vio nacer a los
79
Muñequitos de Matanzas, en 1950, grupo integrado por Esteban Lambari, Hortensio
Alfonzo Hernández, Gregorio Díaz. Desde esa fecha hasta la actualidad, además de
llevar a la Rumba cubana a niveles más complejos, se comienzan a incorporar
elementos folclóricos en su repertorio. Se dice que esta influencia matancera permeó el
guaguancó habanero, en el cual se incorpora de manera definitiva el baile. Vale la
pena mencionar que en Matanzas se tiene la costumbre arará, siendo una variante
yoruba; en Matanzas se conservaron un poco más los elementos afrocubanos, por lo
que se le llegó a llamar África chiquita.
“La música popular tiene como función y un significado inmensas e insustituible en los
países donde prácticamente no hay tradiciones musicales o donde lo poco que existe no
cuenta para nada.”123
Cabe remarcar una vez más la importancia de los Cabildos de Nación en este
proceso de la gestación de la música popular afrocubana; su existencia ayuda a
vislumbrar uno de los factores que influyen en el desarrollo del mosaico musical
popular cubano. Esta división ayudó a separar ciertos componentes étnicos, según
comenta Odulio Urfé:
“En síntesis, estos cabildos fueron organizaciones de negros, criollos o africanos, casi
siempre libres, que perseguían fines de ayuda mutua y/o recreo colectivo, y tendrían a
mantener la cohesión social entre africanos de la misma nación. Auspiciados por el
gobierno colonial como práctica divisionista entre la población negra libre, se
constituyeron en verdaderos centros de conservación de las tradiciones africanas...” 124
123
Bartok, Bela Escritos sobre música popular. México. D.F. Ed S XXI. p 89.
124
Urfé, Odulio. La música y la danza en Cuba. Op Cit. p 216.
80
Muñequitos de Matanzas125, hacen notar varios rasgos importantes de esta
interrelación: Florencio Calle, de niño, por los años de 1907-1910, salía a ver a las
comparsas matanceras; y un poco más grande, visitaba las casas donde se tocaba la
Rumba yambú -“tiempo España”-. De acuerdo a Ernesto Torriente, en 1919 tocaba el
güiro iyesa y de él han aprendido sobre esta variante yoruba –diferencia tanto
lingüística como en la forma del rito126- muchos tamboreros matanceros.
“En 1953, Los Muñequitos, aún con su nombre original de Guaguancó Matancero,
realizaron sus primeras actuaciones en la ciudad de la Habana, en populares salones de
bailes, como los jardines de las cervecerías La Tropical, La Polar y en algunas
sociedades privadas de las llamadas “de color”, así como fiestas de amigos residentes
en barrios de larga tradición de rumba habanera, como Los Sitios, Jesús María, Pueblo
Nuevo, Colón, Belén, El Pilar y Atares, entre otros, donde los matanceros fueron
invitados de honor. El éxito de estas presentaciones hizo que en breve tiempo
efectuaran las primeras grabaciones comerciales, en 1956 en discos de 78 y 75
revoluciones por minuto para el sello cubano Puchito, las que de inmediato comenzaron
a oírse en toda Cuba por la radio y las victrolas...”127
125
Martínez, Raúl. Op. Cit. p 96-99.
126
“Su repertorio está integrado por su forma con los tambores de África conocidos como
bembé, los conjuntos de la nación yoruba Ilesha se reprodujeron en antiguos cabildos cubanos
de las provincias de Matanzas Cienfuegos y Sancti Spíritus...con un ritmo durante todo el oru,
solo varían los cantos y danzas de cada deidad.” Neria, Lino. La percusión en la música... Op
cit. p 50.
127
Martínez, Raúl. Para el alma divertir Op Cit. p 103.
81
“... lo popular, lo que es sustancialmente carne y alma del pueblo está preñado de
esa musicalidad que emana del parche negro, que lo mismo se batió para que los
dioses hicieran acto de presencia en la tierra, que para levantar el espíritu bélico de las
dotaciones y exponer las continua rebeldía con el que el negro aceptó sus cadenas 128”.
Por cierto, ello no sólo ocurrió en Cuba: a finales de 1920 en América Latina se
destapa del son, la samba, el tango, y demás ritmos que primero se arraigaron en la
cultura popular para después volverse populares y comerciales. Fue necesario que en
un determinado momento coyuntural esas músicas populares fueran bien vistas por la
gente de sociedad. Sin embargo, no es posible dejar de señalar que fue gracias a las
modificaciones que el mercado exigió para que estas músicas populares se volvieran
plenamente populares.
Con la popularidad de los septetos del son, en los años 1920 y 1930, elementos
de la Rumba fueron integrados plenamente en el repertorio sonero; también se
incorporaron a otros géneros musicales en Cuba y en el extranjero. De hecho, este
proceso continuó incluso durante la época de jazz hasta la actual música popular
contemporánea. Mientras tanto, la Rumba, en su forma más tradicional, continuó viva
en el solar.
128
Lachantañeré, Rómulo. El Sistema Religioso de los Afrocubanos. La Habana. Cuba. Ed. Ciencias
Sociales. 2007. p 410.
129
En A.L. en su música. Mex.DF. Ed. Siglo XXI. 7ma edición. 1993.
130
López de Jesús Lara, Ivette. Encuentros sincopados. Mex.D.F.Ed. S.XXI.-Gobierno del edo. De Q.R.2003.
p 8.
82
La Rumba cubana -como vimos ya- descendiente de las danzas congos, era un
baile visto con mala fama y que se difundía clandestinamente o, simplemente, en lo
interno de las vecindades populares.
“Solo una danza que haya perdido en gran medida su carácter sagrado y pantomímico y pueda
satisfacer las necesidades eróticas individualizadas es adecuada para que la adapte la cultura
occidental”131
Esta aceptación sólo se da, insistimos, para la Rumba de salón, a finales de los
años treinta del siglo XX. En la década de los 40, es prohibida la Rumba tradicional
afrocubana, por ser considerada subversiva –según la dictadura de Batista o,
simplemente, como otro acto discriminatorio más de los gobiernos republicanos
nacionales. Pero el hecho es que la represión hacia esta expresión cultural fue
aumentando durante el gobierno de Batista en la década de los años cincuenta del
siglo XX. Con ello se provocó un giro en la costumbre afrocubana de la época:
131
Janheinz, Jahn Op Cit p 44.
132
Bolívar, Natalia y López, Mario. Santa Bárbara- Changó. ¿Sincretismo religioso?. La Habana. Cuba.
Ed. José Martí1995. p 30.
83
embargo, éstas fueron conquistando poco a poco al público. El Son de Oriente, por su
parte, logró influenciar rápidamente al ambiente nocturno de las ciudades después de
su prohibición. Carlos Embalé -cantante del Septeto Nacional- y Celeste Mendoza son
algunos de los que popularizaron en los medios masivos a la Rumba.
Hasta pasada la mitad del siglo XX, la Rumba cubana se desarrolló plenamente
dentro de su esencia primordial e incorporando poco a poco elementos no propios,
como los tambores batá, gracias a las nuevas generaciones.
Durante la primera mitad del siglo XX, de 1920 a1950, es cuando la Rumba es
exportada a la Habana y toma un perfil definido: en ese momento los bailarines salían
vestidos con holanes; el conjunto de tres tambores comenzó a mezclarse con las
orquestas de chá chá y mambo, desafricanizándose poco a poco133.
Esta Rumba tradicional es vista como algo demasiado negro, de modo que
sigue siendo prohibida y satanizada. Sin embargo, en los barrios populares la Rumba
nunca cesó de ser tocada, escuchada, bailada y cantada: siempre se ha seguido
cultivando gracias a la fuertísima tradición afrocubana -tradición que la enseñan las
viejas generaciones, pero que mantienen y van reconfigurando las nuevas
generaciones de rumberos, ya que la tradición rumbera cuenta con un inmenso acervo
estético y popular:
Finalmente, el acervo cultural yoruba nos ofrece una fábula que habla de estas
reacciones de desprecio-aprecio por parte de la sociedad cubana en su conjunto frente
a las expresiones afrocubanas: los patakines son historias que se remontan a la vida
de los orishas en la tierra, el referente sobre Orula y el tambor:
“Orula llegó a un pueblo donde lo recibieron a tiros. Muy confundido tuvo que retirarse
de allí corriendo y consultar a Changó, que como bien se sabe fue el dueño del primer
tablero de adivinación. Shangó le dijo que tenía que buscar un tambor y darle un
133
El Cine de oro en México. Tongolele y las rumberas de los años cincuenta del siglo XX en la capital
mexicana.
134
Rivera, Luis Felipe. El Artista Popular. En América Latina en su Música. México. D. F. Ed. S XXI.
84
obsequio a Eleguá para ver si quería acompañarlos. Al día siguiente Changó con el
tambor que le había regalado y en compañía de Eleguá fue con Orula, de nuevo al
mismo pueblo. Cuando comenzaron a tocar tambor mientras Eleguá bailaba, la gente
empezó a salir de sus casas y se puso a bailar al son del tambor de Changó. Al terminar
la fiesta, aceptaron que Orula se quedará a vivir allí. Con el tiempo, la fama de Orula
comenzó a acrecentarse y llegó a ser gobernante de aquel pueblo gracias a la
intervención de sus hermanos Changó y Eleguá.”135
Son rumbeao
Por ser Cuba la isla mayor del Caribe y el bastión hispánico durante toda la vida
colonial, tuvo un mestizaje siempre constante desde sus inicios, mezclando y
enriqueciendo diversas tradiciones. Es por ello que las manifestaciones culturales
populares, y particularmente las estéticas musicales y dancísticas, alcanzaron un gran
nivel en esta isla, como nos comenta Laura López:
“La importancia de Cuba en la creación y difusión de ritmos es impresionante: junto con Haití,
es la sociedad que más variaciones musicales ha producido y cuyo impacto cultural está presente
a través de todo el Caribe”.136
135
Arce, Arisel y Ferrer, Armando. El Mundo de los Orishas. La Habana. Cuba. Ed. José Martí. 2005.
p 168.
136
Ivette López de Jesús, Laura. Encuentros sincopados, op cit. p 8.
85
sólo la gestación, sino también la intensa interacción de las diversas músicas populares
cubanas.
El músico Ernesto Gatell afirma que Piñeiro también era rumbero, compositor
de Rumbas yambus. Por cierto: Piñeiro tuvo de cantante en una época a Carlos
Embalé139, quien también vivió esta mezcla y transición de la música popular de la
137
Descendiente la la mbira africana, Ortiz describe varios tipos de mbiras
cubanas, las cuales llama de manera genérica marímbulas, empleadas en ritos religiosos de
prácticamente todos los grupos negros de la Isla, de origen sudanés como bantú. Las mbiras cubanas
tenían, según el tipo, entre 3 o 4 teclas hasta 13 o 14 teclas.
Ortiz, Fernando, Los instrumentos de la música Op. Cit. .
138
Sobre una conversación con el antaño rumbero Cristóbal El goyo, en “Jugando con Mayeya”
investigación sobre las influencias mutuas entre el son y la rumba, En
www.esquinarumbera.blogspot.com
“Ned y Cristóbal nos comentan sobre Piñerio padre y Piñeiro Hijo:
NS: (...) Cuando el hijo llegó a La Habana, yo digo que se convirtió en un hijo "rumbeao," un hijo de
rumbanizada. Venir a La Habana, adquiere un carácter diferente. La gente que juega bongó son las
mismas personas que juegan a la rumba, que juegan batá. También juegan arará, tal vez. Yo digo que,
aunque no registró la rumba de la [vivienda] solar en ese momento, si quieres saber cómo sonaba,
escuchar a los registros de su hijo. Y aunque no ha registrado los coros de clave, si usted quiere saber
cómo sonaba, que está ahí. Usted sabe que lo que siempre me llamó la atención sobre el Septeto
Habanero es - los registros son extraños! Suenan raro!
CDA: Es un gusto adquirido, el habanero. Lo que estás diciendo es verdad. Todo confluye en la figura
emblemática de Ignacio Piñeiro, que se deshace de los cuatro versos monótono del hijo original y los
sustituye por décima, que mezcla el hijo con el estilo guajiro, etc. Y también Ignacio Piñeiro fue abakuá,
Ignacio Piñeiro fue la clave de coros. Es decir, el hijo siguió evolucionando.”
139
"A fines de 1954, Piñeiro, Urfé y Ortiz me hicieron como una especie de complot para que yo cantara
guaguancó, porque hasta estos momentos lo que más hacía eran boleros, canciones y el son. Yo sabía
muchas rumbas porque tenía un hermano [Luis Embale] que murió joven, que cantaba como nadie el
guaguancó; he conocido destacados intérpretes de esa música, pero como Luis ninguno; es lástima que
86
primera mitad del siglo XX, se manifiesta abiertamente como rumbero y tuvo en la
posición del quinto a Maximino Dequesne, misma que hoy en día (2011) conserva con
el conjunto Rumberos de Cuba.
Lo mismo ocurre con Arsenio Rodríguez, otro prolífico sonero cubano, a pesar
de ser invidente; él es quien llevó el Son cubano a los Estados Unidos en la década de
1940. Pero en este permanente tocar y difundir música cubana popular, Arsenio
incorporó no solo piezas de Rumba a su repertorio, sino que instituyó el uso de dos
congas (tambores de rumba) para el Son cubano (antes de él, el Son cubano solo tenía
de tambor al bongó140), a su amplísima creación musical.
De este modo, las grabaciones del sexteto de occidente en el año de 1926 141,
nos demuestran una alineación ya con contrabajo –de la mano de Piñerio- y el bongoe,
aunque todas las piezas que tocan son mucho más lentas, ya las podemos catalogar
como sones cubanos, en la medida que el Son interactúa con otros ritmos; de esta
manera, perfeccionan su variante de Son montuno (un poco más acelerada que la
versión del Son bolero), dando pie al desarrollo de la música bailable.
Desde que el Son cubano sale de su cuna natal, de Santiago de Cuba, y llega a
la capital de San Cristóbal de la Habana, tuvo una fuerte y constante interacción con
la Rumba cubana.
Del Carmen, Mestas, Pasión de Rumbero. Barcelona. España.Ed. María Puvil Libros. 1995. p 129.
140
Tambor criollo elaborado para el son cubano.
141
Con sus grabaciones con el Sexteto Oriental hacía la década de los años veinte del siglo XX.
87
descendientes de los congos tenemos, por ejemplo, al chuchumbé, y su variante en
un Son jarocho que tiene una fuerte influencia rumbera según García de León:
“El Chuchumbé fue una danza bailada barriga con barriga, con orígenes inciertos, que se propagó
por la Nueva España, apareciendo en el puerto de Veracruz hacia 1766. Alejo Carpentier lo ubica
como cubano, Rolando Pérez como afromexicano; lo que si demuestra es la estructura de una
rumba típica, con vacunao (unión de ombligos).”142
142
García de León, Antonio. Fandango, El ritual jarocho a través de los siglos. Veracruz. México. Ed.
Sotavento. 2009. p 32.
143
La bomba es una expresion puertoriqueña muy parecida a la rumba cubana, en su intrumentación y
elaboración. El Mapelé es una expresión afrocolombiana que contiene un toque y una danza muy
intensas.
144
Vertiente de la rumba desaparecida, tiene la dinámica de un guaguancó pero es de un aire mucho
más rapido, ya que la pieza desde el principio se elabora en el estribillo.
88
de la orquesta de mambo y los bailarines, que eran las estrellas de la película. Surgen
así las famosas “rumberas” mexicanas proyectadas internacionalmente por el cine.
Por ejemplo, en “El rey del Barrio” de Gérman Váldez Tin Tan, filmada en la
Ciudad de México en el año de 1949, la Rumba se manifiesta en una escena de la
película: cuando se encuentran en el salón de baile Yolanda Yvonne Montes Farrington,
Tongolele, quien hace un bailable cabaretesco de un bembé 145
para el orisha Changó.
Todo ello prueba el gran influjo cubano en la vida cabaretera de los años
cincuenta del siglo XX, particularmente en México y otras capitales de América.
Tal vez ello se deba a que la Rumba es también una crónica popular que refleja
desde abajo lo que sucede en la vida cotidiana, o porque en ella las inquietudes
personales y colectivas son vertidas en esta expresión popular. Lo que no cabe duda es
que en ella, en la Rumba, diversos ejecutantes toman, reconfiguran e innovan sus
quehaceres musicales.
“Hay que señalar el parentesco de está expresión, en cuanto a crónica del hombre del
pueblo, con géneros como el samba brasileño, el corrido mexicano, el tango argentino,
el blues norteamericano y el romance español. Es interesante la aseveración de la
folklorista Onayda Alvarenga, quien afirmó, en relación con la música de Brasil:
Muchos de nuestros actuales sambas urbanos muestran la acción de la rumba”. 146
145
Ritmo afrocubano de descendencia Yoruba.
89
La música cubana, desde el Danzón, el Bolero, el Son, el Mambo, la Rumba, el
Chachachá y la Conga invadieron no sólo los salones y cabarets de los Estados Unidos,
sino también salones de baile, plazas públicas y algunos programas radiofónicos de
toda América Latina, imprimiendo una gran influencia en la música bailable en todo el
continente.
Sin embargo, no podremos abundar sobre este proceso que se desarrolla en los
años setenta en Nueva York, sobre todo por parte de los emigrantes puertorriqueños,
pero sí debemos comentar que la invención de la Salsa toma de la Rumba cubana
muchos elementos, dentro de los cuales destaca el uso del estribillo- mambo (coro
responsarial) y, en lo rítmico, la figura de la guataca148 rumbera para la ejecución de la
cáscara en el timbal de la orquesta de salsa.
Esto ha sido destacado por Ángel Quntero en su libro “ Salsa, sabor y control”,
quien, contrario a lo que afirman muchos boricuas, reconoce que la Salsa es,
justamente, la conjunción de varios elementos musicales y no una invención autónoma
de la comunidad puertorriqueña neoyorquina, en la cual los elementos cubanos, y de
manera muy significativa la Rumba, fueron fundamentales para dicho proceso.
“Como la salsa no inventó un nuevo ritmo o forma musical, sino que fue conformando
sus prácticas sonoras principalmente a través de la incorporación de formas y ritmos
tradicionales, los más populares de los cuales se identificaban como cubanos”. 149
146
Helio, Orovio. Op cit. p 137.
147
Vertientes de la música popular afroamericanas su en EUA que remontan sus configuraciones para el
mismo período de la mitad de del siglo XIX a la mitad del siglo XX, dichas formas musicales han
permeado la musicalidad del mundo entero, el jazz es considerado, la nueva música clásica.
148
El patrón rítmico utilizado en la guataca o palito (bambú) dentro de la rumba cumple el papel de
ostinato (secuencía sin variables durante toda la pieza) dentro del guaguancó, yambú o columbia como
punto de referencia para la poliritmia. Es exactamente el mismo que se utiliza en el timbal de salsa,
donde este patrón rítmico es llamado paila, durante todo momento que no sea ejecutado el
estribillo/mambo.
149
Quintero Rivera, Ángel. Salsa, Sabor y Control. México. D.F. Ed. SXXI. 2005. p 100.
90
Conclusión
misterio sincrético.
¿La palabra “Rumba” desciende de las danzas congo del ombligo –Cumbé- o
“mestizaje”, pues muchas veces su sentido acaba por apoyar la imposición de una
cultura sobre otra, principalmente de la Occidental 150 , cuando el mestizaje tiene una
responde a una sola nacionalidad, etnia o autoría, sino que plantea una
responsabilidad compartida; esto hace del término mestizaje una palabra menos
150
Como plantea Tzventan Todorov acerca del expansionismo ocidental a partir de la conquista de
América:
“Europa occidental se ha esforzado por asimilar al otro, por hacer desaparecer su alteridad
exterior, y en gran medida lo ha logrado. Su modo de vida y sus valores se han extendido por el
mundo entero.” Todorov, Tzventan. La conquista de América. D.F. México. Ed. S. XXI. 294p.
91
“El mestizaje reside en la destrucción de la lógica que preside a la formación de cada
formas culturales originales (es decir entre grupos sociales que las apoyan) y es por ello
por lo que la subjetividad barroca favorece aquel mestizaje en el cual las relaciones de
poder son remplazadas por una autoridad compartida (una autoridad mestiza). América
uno de los terrenos más importantes para construir una subjetividad barroca.”151
En el saber popular de los rumberos, el hilo conductor congo bantu fue su alma
rectora dentro de su proceso de configuración. Una expresión que se va transformando
de la mano de sus ejecutantes, de la vida rural a la vida urbana, siempre fiel para
quienes la elaboran.
De esta manera, esta expresión estética popular, mestiza pero afro, por medio
de la música, con sus instrumentos de percusión y prácticas corales (como la mayoría
de la música de descendencia africana en el Caribe), por medio de las danzas que
acompañaban en el quehacer cotidiano del cubano, expresa la alegría y libertad del
esclavo liberado así como la creatividad que puede por fin recrear la tradición. En este
complejo rumbero se manifiesta la libertad al momento de ejecutarla, bailarla o
escucharla. Y es que es justo esa naturaleza liberadora de la estética, del arte, la que
llena al hombre de vitalidad, a pesar de las condiciones económicas en las que este se
encuentre. José Yvars retoma este concepto de arte en su prólogo a la Dimensión
Estética de Herbert Marcuse.
“Marcuse concede al arte una significación propia desde el momento en que representa
la oposición a las fuerzas represivas de la sociedad. A través del arte se perfila todavía
la imagen del hombre como sujeto libre que dadas las condiciones de la alineación sólo
puede expresar su libertad en calidad de negación de esa alienación. ”152
152
Yvars, Franscisco. Introducción a La dimensión estética. de Marcuse Herbert. Ed. Biblioteca Nueva.
Madrid España. 2007. p 28-29.
92
referencia a la Rumba como comparsa de cabaret y que se siguiera teniendo en muy
mala estima la llamada brujería africana, en donde estaban depositadas las raíces del
aporte africano en Cuba.
Este tiempo aparte es singularmente llevado por la música, como nos comenta
Antonio García de León en su texto El instante detenido en torno a las tesis de la
historia de Walter Benjamin.
“La música promete el flotamiento eterno del tiempo. A diferencia del lenguaje, cuyas
palabras arremeten y acusan sin piedad, la música aplaza la decisión de explicarse, de
juzgar o de dominar. La música está pues marcada por la nostalgia del instante que se
sabe perdido a partir del acabamiento de cada nota. Y como en la música el hilo de la
153
Zapata, Manuel. Negritud, Identidad y Mestizaje. En Por los senderos de sus ancestros, textos
escogidos. Bogotá, Colombia. Biblioteca de literatura afrocolombiana tomo XVIII. 296p.
93
liberación actúa en la noche de la historia de una manera invisible e
imperceptiblemente, en provecho de otra historia y otro tiempo.” 154
154
García de León, Antonio. El instante detenido. En La mirada del ángel, en torno a las tesis de la
história de Walter Benjamin. Echeverría Bolívar comp. Mex. D.F. Ed. ERA- UNAM. 2005. p 112.
155
Hernández, Carlos y Galarza, Humberto, Cuando la Rumba nos conoció. México D.F. México D.F.
Laboratorio Audiovisual de Investigación Social del Instituto Mora. 1998. 28 min
94
antes de que él llegara; el fue el que conoció a la Rumba, como parte de su tradición,
de su historia, de su identidad.
“Desde que nací, desde que abrí los ojos fue lo primero que vi” (Miguel Aspirina)
“Lo aprendí de niño, es una cosa que viene ya, consanguínea, familiarmente” (Yosvany)
156
Documental Habana De Mi corazón. Los Rumberos De Cuba. Estudios de Grabación y Edición Musical.
EGREM. La Habana. Cuba. 2006.
95
Historia de Walter Benjamin y la función del historiador crítico que hace historia a
contrapelo:
“la tarea del historiador crítico consiste también en reivindicar y rescatar a todos esos
pasados vencidos que, a pesar de haber sido derrotados, continúan vivos y actuantes,
determinando una parte muy importante de la historia, subterránea y reprimida pero
presente dentro del devenir histórico. Pasados derrotados y reprimidos, que a pesar de
haber sido provisionalmente excluidos de las líneas dominantes de la historia
permanecen sin embargo constantemente agazapados a la espera de la próxima
batalla.”157
Justamente por ser cultura negada que se afirma y gana espacios, por ser un
indiscutible producto estético de los oprimidos que es capaz de ganar el
reconocimiento popular y de los más grandes músicos de todas las culturas, porque la
Rumba cubana todavía es vital resistencia cultural y marca identitaria, me parece
importante estudiar una expresión cultural tan importante, de las muchas surgidas en
América Latina, que prueba la fuerte permanencia africana en la cultura cubana actual.
157
Aguirre Rojas. La História vista a contrapelo. En La mirada del ángel, en torno a las tesis de la história
de Walter Benjamin. Echeverría Bolívar comp. Mex. D.F. Ed. ERA- UNAM. 2005. p 134.
158
Gómez, Sara. La Rumba. En Cuba. Revista Mensual. La Habana.Cuba. #32. Año 11. 1964. p 58-67.
96
Lo cierto es que las clases populares siempre han sido dominadas negando sus
expresiones estéticas propias. En un primer momento, se marginan sus elementos
culturales propios, para después maquillarlos y adecuarlos a las necesidades
mercantilistas del mercado estético y artístico. Este vaivén entre repudio inicial y luego
aceptación y despojo los productos culturales de las clases dominadas, en particular
para música latinoamericana popular durante el siglo XX, es ejemplificado con el caso
colombiano, que muestra muchas similitudes con las comunidades afrodescendientes
cubanas. Sobre esta cuestión y el movimiento de inclusión y exclusión, nos advierte
Manuel Zapata:
a) La plena integración del negro a los procesos de la cultura colombiana, hecho que
reclamamos como parte esencial de nuestra identidad nacional.
b) Debido a los fenómenos socioculturales derivados del pasado esclavista, el negro ocupa
una posición de discriminado frente a los derechos que consagra la Constitución
Nacional a todos los ciudadanos, cualquiera sea su identidad racial. “ 159
Así pues, la importancia social de este estudio reside en el hecho de que a pesar de
condiciones tan adversas e inhumanas como la esclavitud o la sobre-explotación del
capitalismo dependiente latinoamericano, pueden florecer en el seno de la gente
humilde y oprimida expresiones culturales y estéticas avanzadas, altamente refinadas
en cuanto a su simbolismo, creatividad, complejidad, mientras que existan, como en
este caso, sólidos referentes culturales para apoyarse.
Esto quiere decir que es posible que la expresión popular logre romper con los
prejuicios e, incluso, terminar siendo un referente para la identidad nacional que ha
sido estigmatizada en el extranjero o en el propio país. Y es que es con lo popular con
lo que más nos identificamos. Por eso, expresiones afro, indígenas o mestizas, que
fueron primero satanizadas, terminan siendo deformadas y adaptadas a las
necesidades de los estereotipos occidentales y los requerimientos del mercado, que
puede mercantilizar todo. Pese a ello, estas expresiones estética, como la Rumba
cubana, conservan su carga de resistencia e identidad alternativa, de distanciamiento
con la identidad y la cultura homogenizadora hegemónica.
159
Zapata, Manuel. Indios y Negros en la Sociedad Colonial. 344- 345 p.
97
En ese sentido, Roger Bastide nos habla sobre la fuerte influencia en la sociedad de
estas reconfiguraciones sonoras y culturales afroamericanas:
160
Bastide, Roger. Continuidad y Discontinuidad de las sociedades y culturas afroamericanas. En Textos
en diáspora, Antología sobre afrodesendientes en América. Cunin, Elisabeth . México D.F. Ed. INAH.
Colección Africanía. p-182
161
Vudu Haitiano, Chugu- Dugú Garifuna –afrocentroamericanos-, Palo Dominicano y Venezolano,
Yambalú Colombiano, Candomble, Macumba y Umbanda Brasileños, Chango Trinitario.
162
Carlos Lenkersdorf nos deja claro que no solo no sabemos escuchar como sociedad occidental, sino
que seguimos perminitendo el discriminanos entre nosotros: “Los indios son considerados como
obstáculos, así también los afroamericanos, campesinos y pobres. Se desalojan, se les quita la tierra, los
98
Fig. 1. “Rumberos de Cuba”. Reparto de Santo Súarez, La Habana Cuba 2007 . Foto Daniela
Quintanar.
99
Fig 2. Postal Del Día de reyes, Carnaval de la Habana Siglo XIX.
100
Fig. 3. Tambores de Yuka Y Makuta163
163
Ilustración tomada del libro La percusión en la música cubana. Neria, Lino. Op Cit.
101
Fig. 5. Bailador, La Habana 1937.
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