Revista Conclusiones Analíticas
Revista Conclusiones Analíticas
Revista Conclusiones Analíticas
Director
Christian Ríos
Compilador
Sebastián Llaneza
Equipo de redacción
Ignacio Funes, Camilo Cazalla, Agustín Barandiarán
Silvina Molina, Griselda Lozano, Mariana Isasi
Asesores
Claudio Godoy, Luis Salamone
Corresponsales
Lucio Covatti (Comodoro Rivadavia), Mariana Santoni (Mendoza),
Gustavo Castillo (Neuquén), Elvira Dianno (Santa Fe),
Jorge Assef (Córdoba), Claudia Maya (Trenque Lauquen),
Patricia Mora (Tandil), Diego Dortoni (Junín- Chacabuco)
Autores
Graciela Esperanza- Ernesto Sinatra- Jorge Santopolo -
Elvira Dianno - Gerardo Arenas - Celeste Viñal -
Christian Martín - Renata Cuchiarelli - Lucas Leserre -
José Matusevich - Yasmina Romano - Christian Ríos - Fabián
Schejtman - Sebastián Llaneza - Gabriela Rodríguez -
Ana Laura Piovano - Juan Pablo Duarte - Belén Zubillaga -
Catalina Cingolani - Pablo Motta
ISSN 2362-5732
Revista Conclusiones Analíticas
Dossier: Goces Hipermodernos
Prólogo 11
Christian Ríos
Goces hipermodernos 14
La pornografía ya no es lo que era
Graciela Esperanza 15
¡¡Panic attack!!: Breaking dad
Ernesto Sinatra 23
Pulsión y segregación. Notas para entender
el racismo y el fundamentalismo actual
Jorge Santopolo 29
El flâneur en la ranura. Post nº1
Elvira Dianno 39
g+
Gerardo Arenas 47
Clips Modernos
Celeste Viñal 51
Transformaciones contemporáneas del goce
Christian Martín 63
Un nuevo objeto que encandila: lo imaginario
por delante
Renata Cuchiarelli 69
Cabos sueltos 71
Lucas Leserre 72
Última enseñanza 77
Presentación de la ultimísima
José Matusevich 78
Interpretación y poética
Christian Ríos 88
Hacer sonar la adicción
Yasmina Romano 91
Conexiones 117
Como polillas alrededor de un foco.
De la verdad al goce
Gabriela Rodríguez 118
El cinismo del último injusto
Ana Laura Piovano 122
Mad Men: la publicidad y el plus de goce
Juan Pablo Duarte 142
La ira y las pasiones tristes: benditas maldiciones
Belén Zubillaga 148
Literatura 152
La Puerta
Catalina Cingolani 153
Dormida
Catalina Cingolani 155
Tiempo
Catalina Cingolani 156
Besarte
Catalina Cingolani 157
Prólogo
Christian Ríos
Graciela Esperanza
Bibliografía
Ernesto Sinatra
Panic attack
1 Texto producido a partir del trayecto en un cartel de la EOL “La histeria hoy”
que he integrado junto con Silvia Ávila, Agustín Barandiarán, Gabriela Enriqué y
María Marta Manso.
24
Breaking dad
Pulsión y segregación.
Notas para entender el racismo
y el fundamentalismo actual
Jorge Santopolo
Satisfacción pulsional
Las consecuencias
El triunfo Islámico
2 Ídem anterior.
36
Bibliografía
3 Ídem anterior.
REVISTA CONCLUSIONES ANALÍTICAS | 37
El flâneur en la ranura
Post nº1
Elvira Dianno
El objeto en el cenit
Bibliografía
g+
Gerardo Arenas
Sobre los goces que en ese tiempo haya podido extraer de todo
esto, no podemos hacer más que conjeturas. Si se trata del goce
vinculado a la mirada, este tiene la forma exhibicionista, de modo
que a él se suma goce fálico. Que sea contable a la manera sa-
diana, lo confirma. ¿Hay acaso, además, un goce propio de esa
prueba de existencia? No es improbable. Pero, sea cual sea el goce
que esté en juego, y por pálido que el mismo pueda parecer, no
hay duda de que depende de constatar la efectuación de un lazo.
Tal vez esto sea lo que otorga a este goce su carácter más mar-
cadamente hipermoderno. Aunque los cuerpos no se encuentren,
aunque la soledad asedie sin cesar, aunque el imperativo indivi-
dualista empuje a todos a hacer la suya, un producto tecnológico
(el celular con cámara y conexión a internet) permite a Nati Nul
gozar que no todo lazo está perdido.
REVISTA CONCLUSIONES ANALÍTICAS | 51
Clips Modernos
Celeste Viñal
S1
Cuerpo
Discurso de la hipermodernidad
Bibliografía
Transformaciones contemporáneas
del goce
Christian Martín
Un cambio de lógica
Bibliografía
Renata Cuchiarelli
Cabos sueltos1
Lucas Leserre
Subjetividad de la época
El objeto a en el cenit
Singularidad y época
Bibliografía
Presentación de la ultimísima
José Matusevich
Las dos barras marcan que no hay relación entre los dos mo-
dos de darse los cuerpos
Los misterios del cuerpo son los de mi carne, pero no de las
“cinestesias”, como lo es para Husserl, sino del cuerpo vivo que
goza.
El cuerpo objeto es el subjetivo, es el que puedo conocer, mor-
tificado y como dice Sartre es siempre “el cuerpo del otro”.
Mi carne es lo constituyente y el cuerpo-objeto lo constitui-
do, cuando se trata del parletre. Y, para nosotros psicoanalistas,
ahora el dualismo irreversible es entre el cuerpo que goza con la-
REVISTA CONCLUSIONES ANALÍTICAS | 81
Bibliografía
plate.asp?intTipoPagina=4&intPublicacion=13&intEdicion
=9&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=2742&intIdioma
Articulo=1>.
88
Interpretación y poética
Christian Ríos
Escritura Poética
Bibliografía
Yasmina Romano
la otra faz del síntoma tiene que ver con su repetición, suscepti-
ble de ser constatada. ¿Qué es lo que se repite? Eso que llamé la
última vez el Uno de goce. No es algo que se descifre, no es algo
sobre lo cual opere la palabra, como sí ocurre sobre las forma-
ciones del inconsciente, por la buena razón que es una suerte de
escritura salvaje del goce -Lacan empleó este adjetivo, salvaje,
esto quiere decir: fuera del sistema-; es una escritura del Uno
solo por completo, en tanto el S2 con el que estaría en correlato
sólo es un supuesto (Inédito).
Bibliografía
Sebastián Llaneza
tura que supone que entre la quinta y la sexta clase del Seminario
23 –10 y 17 de febrero de 1976, más de medio año después de la
conferencia “Joyce, el síntoma”- la noción de sinthome encuentra
una tal estabilización al aparearse, precisamente, con la falla en
la escritura del nudo –que Lacan nombra en ese momento lapsus,
lapsus del nudo–, se debe a que, en principio, enlazo ese aparea-
miento con el inicio mismo de la clínica nodal. Fue preciso, en
efecto, que Lacan definiera al sinthome en esos términos, estable-
ciera, fijara con precisión sus alcances, no sólo como función de
anudamiento, sino estrictamente como dispositivo de reparación
del fallo escritural del nudo, para que una clínica nodal comen-
zara a esbozarse. Y solo eso, puesto que Lacan, ciertamente, no
llevó la cosa mucho más allá –quizás pueda luego detenerme un
poco en ese asunto–. Pero incluso eso no es poco, ya que la clínica
nodal encuentra allí su base de sustentación, toda vez que esta no
consiste sino en las mil y una formas que adoptan, tanto las fallas
escriturales posibles en el nudo, como los modos de compensarlas
a partir de algún remedio sinthomático… o no –atención, hay
también reparaciones no sinthomáticas, las que operan en cruces
otros que aquellos donde se producen los lapsus–. Pero, en fin,
y ahora respondo precisamente a la pregunta: es bien cierto que
esta lógica de“falla-reparación” –aun con otros términos o abor-
dada con otros aparatos conceptuales– está presente en la ense-
ñanza previa de Lacan… y desde temprano. Váyase al Seminario
3, por poner el ejemplo que se me aparece primero, y se halla-
rá a Lacan hablando de la “compensación imaginaria del Edipo
ausente”, modo por el que una psicosis se mantienen estable –el
tiempo que fuese– sin contar con el significante del nombre del
padre. O vuélvase sobre la lectura que, en el Seminario 4, hace del
caso Juanito: su fobia al caballo compensando la inutilidad del…
boludo de su padre. Allí donde el padre no castra como conviene,
102
tricto, pues proviene del significante pero… ¿qué quiere decir aquí
significante? Este no es el significante que representa a un sujeto
para otro significante. No se trata del significante encadenado, de
la cópula del S1 con el S2 que nos garantiza algún orden de signifi-
cación. La letra del síntoma proviene aquí –y en este sentido re-
suena el escrito de 1971: la letra no es primaria, proviene del sig-
nificante–… proviene aquí del significante suelto, del significante
como Uno, más aún, de los significantes como Unos no encadena-
dos. Esta es la clave. No se trata, en este caso, de la cadena signi-
ficante S1-S2, sino de los S1 que no hacen cadena… del enjambre
de Unos -essaim, enjambre en francés, suena parecido a S1-: S1-S1-
S1… Así, todo Uno, cualquier Uno del inconsciente -y subrayemos
esta enormidad entonces, como de pasada, este no es el incons-
ciente cadena significante, es el inconsciente real, tal como Miller
lo ha destacado-, cualquier Uno de este inconsciente puede escri-
birse por una letra. Se ve bien allí el distingo de estos dos primeros
niveles: lo primario de lalengua, que no es otra cosa que este en-
jambre de Unos, en relación con el cual ubico al inconsciente
como real, y lógicamente luego, a partir del traumatismo que su-
fre el viviente por el impacto de lalengua –el trauma no es otra
cosa que el aprendizaje de una lengua–, la marca que queda de ese
traumatismo… en el cuerpo: lo que llamamos síntoma. La letra
del síntoma, en efecto, como acontecimiento de cuerpo, tal como
lo aborda también el último Lacan. Habría que agregar, ensegui-
da, que esa operación –que puede proponerse así como una ex-
tracción de un Uno de lalengua que impacta en el cuerpo del vi-
viente– trastorna lo que Lacan llamó tempranamente la satisfac-
ción de las necesidades: las suspende, las modela, las trastoca, las
enloquece, dejando como saldo eso que Freud denominó, más
bien, satisfacción pulsional. Tal el goce inédito, exclusivo del ser
hablante, que viene a infectar esa marca del síntoma de donde
112
Gabriela Rodríguez
Bibliográficas
2 Woolf, V. (2007). Las olas. Cátedra. Ver: “Debo hacer frases y más frases y así
interponer algo duro entre mi y la mirada...” (p. 161). O también: “a mí, que hago
frases con tanta facilidad” (p. 258).
122
Introducción
De cinismos y cinismos
No va de suyo que nos entendamos cuando hablamos de cinis-
mo. La diacronía de la lengua hace a su mutabilidad.
En la cotidianeidad suele nombrarse como “cínico” a alguien
que miente descaradamente. Al estilo de Joseph Goebbel “Mien-
te, miente, algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más
gente la creerá…”
Pero de ninguna manera es eso a lo que nos referimos cuando
titulamos este trabajo.
Más bien, es una posición ética lo que intenta destacarse.
Para la Real Academia Española, por lo pronto, su primer sentido
es “Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de ac-
138
Bibliografía
Mad Men:
la publicidad y el plus de goce
Bibliografía
Belén Zubillaga
La Puerta
Catalina Cingolani
Entramos
en una casauna escalera
demadera muy oscura
arriba
muchos libros un cuerpo apretado
humo con caderas
una camisa.
el otoñoguardado
oscuro
te trajo con el viento
a mis oídos mis cielos mis nombres
cuando abrimos la puerta al mismo
tiempo
154
Dormida
Catalina Cingolani
La noche
empieza
redonda
en tu boca.
Te dormiste
sobre el sillón
sola
de tanto estar conmigo
cerraste
las manos los ojos
el mundo mi mundo.
Tiempo
Catalina Cingolani
sola
Besarte
Catalina Cingolani
besar
hablar
se avergüenza mi vejez despiadada
Los autores