Contrato de Arrendamiento
Contrato de Arrendamiento
Irwin de Paz
Es importante detallar que el contrato de arrendamiento es uno de los contratos con mayor
frecuencia utilizada en Guatemala. Para el uso y goce de la cosa que es objeto de contrato
tales como los bienes muebles e inmuebles.
CONCEPTO
Borda, define la locación de cosas como el contrato por el cual una persona (locador) se
obliga a entregar el uso y goce de una cosa durante un cierto tiempo a otra (locatario) que
a su vez se obliga a pagar un precio en dinero.
Díez Picazo y Gullón transcribe la definición del Código Civil español, Por el
arrendamiento una de las partes se obliga a dar a la otra el goce o el uso de una cosa por
tiempo determinado y precio cierto.
ARTÍCULO 1880. El arrendamiento es el contrato por el cual una de las partes se obliga a
dar el uso o goce de una cosa por cierto tiempo, a otra que se obliga a pagar por ese uso
o goce un precio determinado), contiene exactamente los mismos elementos y
características que son comunes a las definiciones antes transcritas, con pequeñas
variaciones semánticas intrascendentes.
CARACTERES
b) Bilateral, pues del mismo derivan obligaciones recíprocas para las partes;
a) Se transmite el uso y goce (no la propiedad) de la cosa. Barbero comenta que en este
contrato el arrendador no da, sino se obliga a dejar de gozar,
ELEMENTOS PERSONALES
a) Arrendador, también llamado locador, es la persona que da el arrendamiento. El
que que se obliga a ceder el uso de la cosa.
b) La ley de inquilinato, en el artículo 3o Preceptúa: para todos los efectos de esta ley
de inquilinato, se entiende por A) locador: el propietario, usufructuario, arrendante o
subarrendaste legales de bienes inmuebles urbano o de parte de estos.
Las principales obligaciones del arrendador las encontramos en el artículo 1901 del
código civil.
ii. La entrega debe ser en estado de servir para los fines convenidos, salvo que
se conviniera en que la cosa fuere entregada en el estado en que se encuentre, en
cuyo caso sería por cuenta del arrendatario y ponerla en condiciones de servir.
Nos señala el mismo autor que asi como en la compraventa la casa debe
entregarse en el estado en que se encuentra en la fecha del contrato (Art. 1,815
CC), en el arrendamiento, la cosa debe estar en condición de servir al fin del
contrato (Art. 1,897 CC)
iii. Inventario: es esencial, en el caso de arrendamiento de bienes inmuebles
amueblados o con accesorio, preparar de común acuerdo un inventario de los
mismos, con su identificación y una descripción utilizara para verificar la entrega de
tales bienes y su devolución a la hora en que termine el contrato (Art. 1,937 CC).
v. Tiempo de entrega: salvo que se haya pactado un plazo para la entrega, este debe
hacerse inmediatamente (Art. 1,898 CC). En caso de haberse pactado un plazo o
fecha para la entrega, corresponderá al arrendatario requerir al arrendador que
cumpla con su obligación y este caerá en mora si no lo hace (Art. 1,429 CC).
viii. La entrega como condicionante para que nazca la obligación de pago de la renta.
El artículo 1,093 CC, dispone que el arrendatario está obligado a pagar la renta
desde el dia en que reciba la cosa, por lo que la entrega de la cosa al arrendatario
provoca automáticamente el nacimiento de su obligación de pago de la renta.
ix. Incumplimiento: si el arrendador incurre en mora en la entrega de la cosa, sea
por falta total en entrega o por demora en la entrega, el constituye incumplimiento
de sus obligaciones, que da derecho, alternativamente, a rescindir el contrato, de
conformidad con el artículo 1,930 inciso 1 CC, sin perjuicio de poder además
reclamar del arrendador la indemnización de los daños y perjuicios causados por
la demora o la entrega incompleta (Art. 1,645 CC).
El artículo 1,912 CC, nos señala que la responsabilidad de reparar los daños que
la cosa sufra por incendio proveniente de caso fortuito, fuerza mayor o defecto de
construcción, corresponde al propietario y no al arrendatario.
iii. Uso y goce normal: Es obligación del arrendatario, ser cuidadoso y diligente en el
uso y goce de la cosa, a modo de no ocasionarle más daños que los normalmente
derivados de su uso y goce razonable (Art. 1,907, inc. 1CC).
Los artículos 1909 y 1910 CC tratan de las reparaciones locativas y las definen
como aquellas que según las costumbre del lugar son a cargo del arrendamiento y
en general, las de aquellos deterioros que ordinariamente se producen por culpa
de arrendamiento, sus familiares o dependientes. Dicha definición es deficiente,
pues introduce la culpa del arrendatario, sus familiares o dependientes, como
elemento causante de los daños a repararse, circunstancia que es ajena a lo que
tradicional y universalmente se conoce como reparación locativa.
Por ello, creemos que el artículo 1,893 CC, además de confirmar la obligación de
no hacer a cargo del arrendador, que ya establece el artículo 1,901, inciso 3 CC, le
da derecho para impedir que el arrendatario realice obras que cambien la forma de
la cosa, obligándolo a reponerla al estado que tenía originalmente, o promoviendo
la rescisión del contrato, si los cambios fueron fundamentales.
El cambio unilateral del destino de la cosa, por parte del arrendatario (el abuso en el
goce de la misma, sea al destinarla a fines diferentes de s naturaleza, a fines
contrarios a la ley o en forma que provoque molestia; a vecinos, puede provocar la
terminación del contrato (Art. 1,930, inciso: 1 y 6 CC).
Cuidar de la cosa y evitarle daños: El uso diligente de la cosa, por parte del
arrendatario, no sólo constituye el cumplimiento de una de sus obligaciones
principales, sino que además limita su responsabilidad por los daños que la cosa
pueda sufrir a las reparaciones locativas de que antes hemos tratado.
e) Avisar al arrendador de las perturbaciones de derecho y de la necesidad de
realizar reparaciones necesarias: La primera de estas obligaciones está
establecida en el artículo 1,911 CC y armoniza con la del arrendador de defender el
uso de la cosa por el arrendatario, ante tercero que pretenda tener o quiera ejercer
algún derecho sobre ella.
Esta obligación del arrendatario deriva, no sólo de lo que establecen los artículos
1,909 y 1,910 CC, en relación a las reparaciones locativas, sino también de la
obligación que tiene de devolver la cosa, al terminar el arrendamiento, en el estado
en que se le entregó, salvo los desperfectos inherentes al uso prudente de ella (Art.
1,907, inc. 3 CC), pues es necesario hacer esas pequeñas reparaciones para que la
cosa se mantenga en forma adecuada y pueda ser devuelta en buen estado.
No encontramos diferencia alguna entre las reparaciones que sean necearías para impedir
la destrucción o deterioro de la cosa (art. 1902 cc) y las mejoras que tienen por objeto
impedir la destrucción o deterioro de la cosa (art. 1915 CC.), pues hasta se utiliza la
misma terminología en la ley y nos parece que esa duplicidad de enfoque y
reglamentación, únicamente se presta a confusiones. La realización de las reparaciones o
mejoras necesarias, es obligación fundamental del arrendador y el arrendatario
únicamente puede realizarlas en el caso regulado por el artículo 1902 CC.
En fin, si el propio articulo 1915 cc señala que las mejoras son, obras que el arrendatario
realiza en la cosa arrendada para gozar de ellas durante el arrendamiento, ello
lógicamente excluye las mejoras o reparaciones necesarias que no tienen ese fin, sino
evitar la destrucción o deterioro de la cosa. Es por ello, impropio regular las mejoras
necesarias, ya que estas no son más que las reparaciones necesarias, reguladas por los
artículos 1901, inciso 4) y 1902 CC.
El pago o reembolso de las mejoras por parte del arrendador se rige en nuestro sistema
jurídico, por las siguientes normas:
I) Debe efectuarse una tasación de las mejoras abonables, de acuerdo con las
bases que las partes hayan convenido o el costo incurrido por el arrendatario en
realizarlas y conservarlas, con deducción del valor de los daños o deterioros que
hayan sufrido por culpa del arrendatario, sus familiares o dependientes o por
acción de los animales o cosas que aquel tenga en el bien (arts. 1907 inc. 2,
1922 y 1923 CC.)
II) El pago de las mejoras abonables debe hacerse en la cantidad, tiempo y forma
convenidos (art. 1924 CC.) y a falta de convenio, se tomaran por el arrendatario
del último año de la renta (art. 1925 CC.)
III) Es válido el pacto por el cual se pacta una renta reducida, con la intención de
que la diferencia para completar la renta real se destine a introducir mejoras al
bien arrendado; pero si el arrendatario incumple su obligación de realizar las
mejoras, el arrendador puede rescindir el contrato, exigir la devolución de las
cantidades deducidas de la renta y el pago de intereses y perjuicios causados
(art.1925 CC.)
IV) Si el arrendador entrega o deja al arrendatario determinada cantidad para la
realización de mejoras y este incumple, el arrendador tiene los mismos derechos
señalados en el párrafo anterior (art. 1926 CC.)
V) Si en cualquiera de los casos anteriores, el incumplimiento del arrendatario fuere
solamente parcial, el juez podrá no aceptar la rescisión del contrato; pero el
arrendatario quedará en todo caso obligado a devolver las cantidades no
gastadas y a pagar intereses y perjuicios art. 1927.
El abono de las mejoras por parte del arrendador constituye el cumplimiento por parte de
este a sus obligaciones derivadas del pacto de abono de mejoras e implica que las
mismas pasan a formar parte del bien arrendado, por su incorporación, destino o relación
de accesoriedad.
Mejoras no abonables:
Serían las que realiza el arrendatario sin que exista pacto expreso o tácito de abono de
mejoras o porque el contrato de arrendamiento termino por vencimiento de su plazo o por
motivos imputables al arrendatario. Recordemos que el principio general es que el
arrendador únicamente está obligado a abonar mejoras, cuando existe pacto o
consentimiento suyo a que lo haga el arrendatario y en el caso del articulo 1921 CC.
Las mejoras no abonables quedan a beneficios del bien arrendado, sin costo para el
arrendador (como se escribe normalmente en los contratos de arrendamiento), pero el
arrendatario tiene el derecho de retirar las mejoras (adicionales) útiles o de recreo que
sean separables, o sea aquellas que mantienen su individualidad y pueden retirarse sin
destruirse y sin causar daño a la cosa arrendada (art. 1924)
Es penoso decirlo, pero esta norma es letra muerta, que no tiene vigencia, ni
aplicación práctica, dado lo engorroso, lento, costoso y complicado que es la
obtención de la tarjeta de habitabilidad y la urgencia que, normalmente, tiene el
arrendatario de entrar a ocupar el inmueble, aparte de que las partes y, en
particular, el arrendatario son normalmente tanto o más capaces que los
funcionarios de salud para juzgar y calificar la higiene y salubridad del inmueble que
se desea arrendar, por lo que la intervención burocrática no se justifica.
2). Las obras que requiera la autoridad para que un local sea habitable e higiénico, son
por cuenta del arrendador y la omisión en la realización de las mismas, le hace
responsable ante el arrendatario por los daños y perjuicios que ello le pueda causar (art.
1932 CC.)
Es evidente que las obras y trabajos que se requieran para que el inmueble sea
habitable e higiénico, tiene la calidad de reparaciones necesarias y corresponde
realizarlas al arrendador, de acuerdo con las normas generales que antes hemos
comentado (arts. 1901 inciso 3y 4; 1902 y 1916 CC.)
3) los gastos que ordenen las autoridades sanitarias sobre higiene, salubridad y
limpieza, que no requieran modificaciones o reparaciones que corresponda pagar el
arrendador, así como el consumo de energía eléctrica, cuota telefónica y de consumo
de agua, corren por cuenta del arrendatario, según los artículos 1933 y 1935 CC. No nos
parece necesario hacer comentario alguno.
TERMINACION:
Nuestro Código Civil (Arts. 1928, 1929,1930, 1939 y 1940) detallan una serie de causales
que permiten a las partes (y fundamentalmente al arrendador) terminar el arrendamiento
las que comentaremos a continuación; pero primeramente debemos de determinar la
aplicabilidad de tales causales de terminación, pues así como tenemos unas que son
generales a todos los contratos (como las que detallan los articulos1928 y 1929 CC),
encontramos otras que aparentan ser específicas para ciertos tipos de contratos (por
ejemplo, los arredramientos rústicos, a que se refiere el art. 1930CC) y finalmente, otras
que parecen ser aplicables únicamente a los arredramientos de locales y viviendas (art.
1939 y 1940 CC).
En nuestra opinión las causales de terminación detalladas en los artículos 1928, 1929,
1930, 1939, y 1940 CC son todas de derecho privado y no de orden público y por lo tanto
las partes son libres de pactar total o parcialmente en contrario, sea adicionando otras
causales de terminación o eliminando algunas que consignan dichas normas legales. La
propia redacción de tales normas, es potestativa y no imperativa, al mencionar que el
arrendamiento puede rescindirse (art. 1930) o el arrendador podrá dar por terminado el
arrendamiento (art. 1940), nos convence que nos encontramos ante disposiciones
potestativas y que en consecuencia, las partes son libres para adicionar otras sujetarlas a
limitaciones o condiciones o eliminarlas.
Analizaremos a continuación el contenido de las normas que regulan la terminación del
contrato de arrendamiento:
CONCLUSIONES
Bibliografia
https://asisehace.gt/media/modelo _modelo_arrendamiento.pdf
file:///C:/users/Dell/Downloads/04_8310.pdf
Ernesto R. Viteri Echeverría; los contratos en el derecho civil guatemalteco (parte en
especial) segunda edición actualizada.