SE PLANTEA COMO SE PUEDE CAER EN DIFAMAR Y TESTIFICAR DE FORMA INCONCIENTE Y SER MANIPULADO E INDUCIDO A DESACREDITAR AL PROJIMO MEDIANTE LA MANIPULACION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION ,ASI COMO POR PERSONAS INFLUYENTES EN LA IGLESIA SOBRE ESTE GRAVE PECADO ..
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SE PLANTEA COMO SE PUEDE CAER EN DIFAMAR Y TESTIFICAR DE FORMA INCONCIENTE Y SER MANIPULADO E INDUCIDO A DESACREDITAR AL PROJIMO MEDIANTE LA MANIPULACION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION ,ASI COMO POR PERSONAS INFLUYENTES EN LA IGLESIA SOBRE ESTE GRAVE PECADO ..
Título original
I- No Darás Falso Testimonio Contra Su Projimo2019
SE PLANTEA COMO SE PUEDE CAER EN DIFAMAR Y TESTIFICAR DE FORMA INCONCIENTE Y SER MANIPULADO E INDUCIDO A DESACREDITAR AL PROJIMO MEDIANTE LA MANIPULACION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION ,ASI COMO POR PERSONAS INFLUYENTES EN LA IGLESIA SOBRE ESTE GRAVE PECADO ..
SE PLANTEA COMO SE PUEDE CAER EN DIFAMAR Y TESTIFICAR DE FORMA INCONCIENTE Y SER MANIPULADO E INDUCIDO A DESACREDITAR AL PROJIMO MEDIANTE LA MANIPULACION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION ,ASI COMO POR PERSONAS INFLUYENTES EN LA IGLESIA SOBRE ESTE GRAVE PECADO ..
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NO DARÁS FALSO TESTIMONIO
CONTRA SU PRÓJIMO
Maestro: Dr. William E, Ospina C
Facilitador: Pr. Carlos Pérez Participantes: Armando Pérez
Ciudad Bolívar, Julio del 2019
Índice LECCION DOS FALSO TESTIMONIO EN LA IGLESIA DE JESUCRISTO 1.1 Exposición de Éxodos (Éx. 20:16) Y (XXX) Introducción 1.2 Marco histórico 1:3 Conceptos básicos: .- Testigo .- Testimonio .- Mentira .- El prójimo .- Falso testimonio 1:4 Tipos y/o formas de falsedades 1.5 Razones de los falsos testimonios 1.6 Poder destructivo del falso testimonio 1.7 El falso testimonio y difamación en la iglesia de Jesucristo 1.8 Actitud sabia del nacido de nuevo antes los rumores y falsos testimonio CONCLUSIÓN 1.3 PREGUNTAS PARA LA LECCIÓN UNO LECCIÓN DOS FALSO TESTIMONIO EN LA IGLESIA DE JESUCRISTO
1.1 Exposición de Éxodos (Éx. 20:16) Y (XXX)
Introducción
El tema sobre el falso testimonio, que a continuación
vamos a estudiar, representa hoy en día un contenido tan relevante, como cualquier otra falta o pecado que está atacando a la iglesia de Jesucristo, su crecimiento, desarrollo y expansión, debido al daño preciso concreto y certero al pueblo del señor, al crear un ambiente hostil contrario a la armonía y unanimidad que el Espíritu Santo señala y recomienda en la congregación de los hermanos en la adoración y predicación del evangelio: “¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres?” (Malaquías 2:10); Cántico de ascenso gradual; de David. “Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía” (Salmos 133:1). No obstante, como se verá a continuación, la prohibición del falso testimonio, está incluido por nuestro Padre creador en el renglón del cómo tratar y vivir, y establecer sana y santa manera de comportarnos delante de él, y con nuestros semejantes, conocidos como nuestros prójimos, en un ambiente sano respetuoso, lleno del fruto del Espìritu donde se haga manifiesto el amor de Cristo a través de su mandamiento de amarnos los unos a los otros, sin murmuraciones, chisme, y toda clase de impureza que hagan un ambiente toxico y pesando en la iglesia y en nuestra vida espiritual, de tal forma que no nos estorbe en la visión, misión propósitos que el señor nos ha provisto par su gloria y edificación tanto de la iglesia como personal.
Igualmente, lo anterior es precisamente el propósito
de esta disertación, debido al aumento exagerado del mentir como estilo de vida del mundo actual, que se ha hecho una conducta habitual en los que no han conocido al señor, y lo más peligroso es que aun a los llamados por el señor, y sellados por el Espìritu Santo, lavados por la sangre de Jesucristo, y nacido de nuevos, muchas veces caen en este terrible mal, que está presente en la congregaciones, y se expande rápidamente como un fuego, tal como el apóstol lo señaló al principio de la iglesia : “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” (Santiago 3:6)…“pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal” (Santiago 3:8).
Por ellos se hace necesario, que pasemos a analizar,
este octavo mandamiento, sus implicaciones, cómo se da en el mundo y lo más resaltante como está proliferando en la iglesia y cómo debemos estar alerta y combatirlo con nuestras armas espirituales, pues, “porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7).
1.2 Marco histórico
En la lengua hay poder de vida y muerte;
quienes la aman comerán de su fruto. (Proverbio 18:21). Este aspecto del falso testimonio, nos conduce a explorar el cómo se dio desde su inicio este flagelo, que ha hecho tanto daño a la humanidad, por ejemplo, en el Antiguo testamento, el creador y señor nos revela de forma contundente como Jehová le ordena a Moisés legislar sobre un pueblo indomable y rebelde como el israelita. “No dirás contra tu prójimo falso testimonio.”, así como el mismo salmista tomó una fuerte decisión en su vida, y la expresa de esta manera: “… el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.” El rey sabio enseñó mucho sobre los peligros de la difamación, a la que define también como ‘falso testimonio’, y describe al difamador de manera contundente: “Martillo, cuchillo y saeta aguda es el hombre que dice contra su prójimo falso testimonio.” En sucesivos proverbios va mostrando las características del difamador, por las cuales ese injusto no entrará en el reino de Dios. En contraste con el testigo verdadero, que “no miente (y) salva vidas” describe al testigo falso como el que: “… dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.” Y advierte cuál será el final del mismo: “El testigo falso no quedará sin castigo, y el que dice mentiras no escapará (…) perecerá”. Sobre este aspecto del estudio, siempre ha existido la necesidad de dar fe sobre determinados hechos o de reconstruirlos a través de la declaración de testigos, que hayan estado presentes a lo largo de la historia, desde prácticamente los orígenes de la civilización. El recurso al testimonio de terceros se vincula con la sospecha de que el que afirma algo en interés propio puede mentir fácilmente, dificultad que no se presentaría o no con la misma intensidad, cuando es un tercero el que declara.
De hecho se han destacado los medios elegidos por
los pueblos más antiguos para garantizar la veracidad de lo declarado por los testigos: por una parte, se les imponía la obligación del juramento, con lo que el deber religioso se sumaba al cívico; por otra parte, se preveían graves castigos para quienes realizaban afirmaciones falsas sobre hechos social o jurídicamente relevantes. A su vez, dichas sanciones podían entenderse como una consecuencia de la ofensa para la divinidad y luego para la administración de justicia, implicada en tales conductas.
En este desarrollo, la conducta punible consiste en
emitir, verbalmente, una declaración falsa, siendo la falsedad recaída en documentos un delito bastante posterior. De ahí que se sostenga que el falso testimonio constituye “el más antiguo de los delitos de falsedad”.
El caso paradigmático de falso testimonio es aquel
que se verifica en el contexto de un proceso judicial, en el que la declaración del testigo conforma una prueba fundante de la decisión del tribunal. A su respecto, ha sido tradicional la distinción entre los asuntos en los cuales se presta el testimonio (v. gr. penales o civiles), entre las disposiciones anímicas que tiene quien declara falsamente, así como entre que el testimonio sea a favor o en contra del interesado en la declaración. Ahora bien, la utilización de testigos en el tráfico jurídico no se limita sólo a los testimonios que se realizan en juicio, extendiéndose, en cambio, a otras situaciones en que su declaración puede ser de interés para el derecho. 1
En efecto, aquí examinaremos los orígenes y la
evolución histórica del falso testimonio, hasta llegar a las distintas formas de sus manifestaciones en el pueblo de Dios.
Para tal efecto, veamos algunos antecedentes del
falso testimonio en las Leyes de Hammurab, probablemente el antecedente más remoto del falso testimonio como conducta punible se halla en las Leyes de Hammurabi, cuyo § 3 dispone: Si un señor aparece en un proceso para (presentar) un falso testimonio y no puede probar la palabra que ha dicho, si el proceso es un proceso capital tal señor será castigado con la muerte; mientras que el § 4 de las referidas leyes establece: Si se presenta para testimoniar (en falso, en un proceso) de grano o plata, sufrirá en su totalidad la pena de este proceso. Como puede advertirse, ya en una de las regulaciones más primitivas de la declaración falsa de testigos se establece un criterio de punición que - con más o menos matices- perdura hasta nuestros días, según el cual, el castigo de dicha conducta depende del asunto a propósito del cual se presta el testimonio mendaz. De ahí que se castigue con la muerte a quien realice un falso testimonio en un proceso en el que está en juego la vida del acusado; o que se sancione económicamente a quien lo lleve a cabo si lo que se discute es una reparación pecuniaria.
En relación con nuestro señor, éste lo estableció
expresamente y contundentemente, sin lugar a duda en el Pentateuco, el cual contiene referencias a la declaración falsa de testigos, asi como en el Éxodo como en el Deuteronomio. En lo que respecta al Éxodo, la alusión al falso testimonio se expresa en uno de los diez mandamientos (el octavo), en el que se dispone, genéricamente: No darás falso testimonio contra tu prójimo. En el caso del Deuteronomio, el falso testimonio era sancionado de acuerdo con un sistema talional, que podía llegar a la pena de muerte en supuestos de suma gravedad. Como ocurre en otras expresiones del derecho cuneiforme, las leyes que regulaban la vida del pueblo judío tenían un claro carácter religioso, que también marcaba el sistema de delitos y penas previsto por ellas.
Como se pudo observar, el tema del falso testimonio
los antiguos lo trataron con suma importancia, debido a las implicaciones que este representa para el buen vivir y desempeño de la comunidad, y el establecimiento de normas y pautas de comportamiento de sus miembros, para el sano compartir y convivir.
En la actualidad y en el caso de nuestra
congregaciones cristianas que es el punto que nos interesa mayormente, pareciera que este mal que nació con el hombre desde la caída de nuestros primeros padres, y aún persiste con mayor ahínco en nuestra naturaleza, aunque siendo trasformados y llenos de la naturaleza divina del señor, sin embargo combate en una cruzada sin cuartel dentro de nosotros, pero esta vez con la ventaja que tenemos el Espìritu del señor, de manera que este Espìritu nos redarguye constantemente, nos guía, enseña, orienta y nos lleva a la perfección del alma, la cual una vez renovada, quebrantada nuestra voluntad, y canalizadas, nuestras emociones por el señor, podemos superar este combatir para la gloria del señor.
1:3 CONCEPTOS BÁSICOS: Testigo; testimonio;
mentira; el prójimo; y el falso testimonio.
“Puede que la pluma sea más poderosa que la
espada, pero la lengua es más fuerte que las dos”. (Agustín de Hipona), notable teólogo del siglo V, dijo que “ningún médico puede curar las heridas que inflige la lengua”.
En relación con esta sección, se considera necesario
desarrollar los siguientes conceptos para comprender mucho mejor el tópico del falso testimonio:
1.3.1 Testigo: uno que ha visto o ha oído una cosa: “
esta mañana - uno que dice que vio o que oyó algo” y/o “ no lo vio, o no lo oyó” 1.3.2 Testimonio: Es dar evidencia de algo de otra persona afirmando alguna cosa acerca de esta persona que no es cierto. Declaración que hace una persona para demostrar o asegurar la veracidad de un hecho por haber sido testigo de él. (Dios es justo. Dios es amor.) 1.3.3 La mentira: El noveno mandamiento es la forma que tiene Dios de dirigir nuestros pensamientos hacia lo que hablamos y cómo hablamos, y no sólo en relación con el prójimo, sino de todo lo que decimos.
Sin duda, este mandamiento incluye la prohibición
de mentir. Una de las características que manifiesta la nueva vida en Cristo es que la persona regenerada ya no miente (Col. 3:8-9). Seguramente, antes de la conversión había vivido una vida de mentiras, pero ahora ha dejado las viejas prácticas atrás al ponerse en manos de Cristo.
Es realmente lamentable que en la sociedad en que
vivimos, la mentira se haya convertido en un estilo de vida; muchas personas estén tan acostumbradas a mentir que engañan incluso cuando no tienen necesidad. Es como una enfermedad crónica. Muchas relaciones humanas se basan en el arte de la mentira hasta el punto de ufanarse por haber enredado al prójimo mintiéndole.2
La situación descrita, permite definir a la mentira:
“como el comportamiento de alguien que, aunque está en condiciones físicas o psíquicas de decir una verdad, escoge intencionadamente engañar a alguien sin que el destinatario lo haya pedido”. Según los expertos la mentira es una práctica que se inicia a los cuatro años y se ejercita toda la vida por los más diversos motivos”. Al haber tanta proliferación de la mentira, nuestra sociedad necesita poner una serie de controles para verificar lo que decimos y ahí hace su aparición la burocracia.3
Por último, históricamente se han dividido las
mentiras en tres categorías: maliciosa, jocosa y necesaria.
1.1.4.-El prójimo
Este mandamiento enseña que no se puede ser
testigo falso contra nuestro prójimo. Quizás haya una relación entre el noveno y el tercer mandamiento. Ambos involucran nombres y reputaciones; ambos implican testigos falsos. El tercero trata del ataque contra el nombre de Dios y el noveno contra el prójimo.
De esta manera, tenemos que preguntarnos, ¿Quién
es mi prójimo? ¿Todo el mundo es mi prójimo? Para el judío, el prójimo era sobre todo el israelita y se le exigía que amara a sus enemigos, pero eso se refería al enemigo en su propio pueblo (Éx. 23:4-5). En el NT el círculo se amplía, por cuanto el prójimo se encuentra ante todo dentro del pueblo de Dios, la Iglesia (Ro. 15.2).
Resulta claro, que el amor al prójimo es en primer
lugar un amor por el hermano y todos debemos decir la verdad al prójimo porque somos miembros de un mismo cuerpo (Ef. 4:25). Pero el asunto no acaba aquí, ya que el Señor Jesucristo dio respuesta al intérprete de la ley que le hizo la pregunta “¿quién es mi prójimo?” con la parábola del buen samaritano (Lc. 10:25-37). De manera tal, que, cualquiera que se cruza en mi camino es mi prójimo. Por tanto, la aplicación de este mandamiento no se limita a nuestro círculo de miembros de la iglesia local, sino que debemos cumplir con la palabra dada, incluso con los enemigos.
1.3.5 El falso testimonio
Esta parte del mandamiento nos remite sobre todo a
los asuntos judiciales o ante los tribunales. La palabra que se traduce como “falso testimonio” no sólo se refiere a falsear la verdad, sino a decir cosas que no valen nada, inútiles o infundadas.
Por tanto, incluye otros tipos de testimonio que
pueden perjudicar al prójimo fuera de un tribunal. Pero, en primer lugar debemos examinarlo en el marco de la práctica de la justicia en los tribunales del antiguo Israel. La jurisprudencia la ejercían los ancianos de una localidad, que constituían una especie de jurado (Rut 4:1-2). Así mismo, también había jueces profesionales (Dt. 16:18-20). No empleaban abogados ni los medios actuales, por tanto, el elemento más importante eran los testigos, los cuales tenían una influencia decisiva sobre la vida y la muerte: por el testimonio unánime de dos o tres testigos se podía condenar a muerte a un acusado (Dt. 17:6, 19:15).
Tal es el caso, que ante la gravedad de su papel
podemos entender los motivos que tenía Dios para advertir con este mandamiento sobre el testimonio falso y de alguna manera salvaguardar el ejercicio de la justicia. Además, si los jueces descubrían a uno como testigo falso debía recibir el castigo que el acusado hubiera merecido (Dt. 19:16-19). El Señor prohibió matar, adulterar y robar en los mandamientos anteriores a éste, pero para conseguirlo de modo que puedan salvaguardar la vida, el matrimonio y la propiedad se necesitan instituciones legales.
Sobre el asunto, se consideraba al testigo falso como
un gran peligro. Además de todo esto, la expresión “falso testimonio” indica que puede haber varias formas de falsedad. Oseas 4.2 menciona cinco pecados que recuerdan los diez mandamientos. El noveno busca proteger la reputación de la persona, la cual corría un riesgo especial en los tribunales de justicia.
1:4 Tipos y/o formas de falsedades
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 | NVI)
Desde el inicio ha existido el falso testimonio, como
ta se ha explicado, pero este ha venido evolucionando y degradando cada día más, de tal forma que se ha diversificado que ya se confunde con un estilo de vida, en las mentes reprobadas y aun en las transformadas.
Hay varias formas de falsedad:
Calumnias y murmuraciones: Se refiere a hablar frívolamente a espaldas de una persona. Juzgar precipitadamente (Mt. 7:1-3). Todo juicio irreflexivo se vuelve en contra del que lo pronuncia. La difamación: Es una mentira dicha con intención y normalmente va acompañada de la tergiversación de las palabras dichas por alguien.
Pero es necesario, para comprender mucho mejor
este aspecto, que ahondemos sobre la enseñanza moral de la Iglesia, la cual debe reprobar no sólo la falsedad que produce un daño al prójimo; sino también recriminar a los que -sin acarrear detrimento ajeno- mienten por recreo y diversión, y a los que lo hacen por interés y utilidad. En estos casos, la mentira suele constituir en sí misma un pecado casi sin importancia, puesto que quien escucha no tiene un derecho estricto a conocer la verdad de que se trata. Pero fácilmente crea un vicio, que induce a caídas mayores. Cuando se quebranta a la vez un deber grave de justicia o caridad, constituye pecado mortal. Recordemos a Santiago: “Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.”(3.6: La Biblia de las Américas)
Las evidencias anteriores, permiten señalar dos
pecados principales que se oponen a la verdad y naturaleza del señor, asì como a nuestra honestidad, uno por defecto y otro por exceso. Por defecto, la mentira en sus distintas formas. Por exceso, la violación de secretos, que es la revelación de una verdad, que debería mantenerse oculta. Según las circunstancias veremos los distintos grados de malicia.
Visto así, la mentira es asegurar como verdadero o
falso, con palabras o con obras, lo que no se tiene por tal. Por razón del fin que se persigue al mentir, se distinguen tres clases de mentira:
Jocosa: que se dice por simple broma. Por sí
misma no perjudica ni beneficia a nadie. Oficiosa: que se dice en beneficio propio o de otra persona, sin perjuicio de nadie. Dañosa: cuando hay intención o al menos previsión del daño ajeno.
Sin duda, jamás será lícito mentir, ni por interés
propio o ajeno: la mentira asemeja el hombre al diablo, padre de la mentira (Jn 8:44); hace imposible la vida social; acarrea la pérdida del buen nombre; y, finalmente, significa una vida frustrada espiritualmente. De modo que todo tipo de mentira nos aleja de la presencia del señor y de hacer su voluntad convertirnos en cristianos carnales, insensibles, alejado al andar en el Espìritu y obediencia absoluta de la voluntad del señor.
Por otra parte, veamos los libertinajes accesorios con
relación a la mentira, como son: La simulación, que es la mentira que se realiza con hechos en vez de con palabras; La hipocresía, que es una simulación especial, que consiste en aparentar exteriormente lo que no se es en realidad; La vanagloria o jactancia, consiste en elevarse sobre lo que uno es, o en atribuirse excelencias que no se tienen; La ironía que, se entiende como el tratar de ridiculizar a uno caricaturizándolo de manera malévola tal o cual aspecto de su comportamiento.4 La adulación: Consiste en engañar a una persona hablando falsamente bien de ella, con el fin de sacar algún provecho. Es un pecado por exceso contra la afabilidad, que supone en el fondo siempre hipocresía y un refinado egoísmo. La locuacidad: Íntimamente unida a la mentira está la locuacidad, el hablar con ligereza (Cfr. Mt 12:36), que lleva fácilmente a apreciaciones inexactas o injurias, que pueden dar lugar a verdadera mentira y calumnia.
1.5 Razones de los falsos testimonios
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45 - RVR60) Ahora nos toca en esta otra sección, parlamentar sobre las intenciones veces negras y obscura de la razones del corazón del hombre no convertido y nacido de nuevo en el señor , en caso de los creyente quienes cada día son redargüidos, enseñados, guiados y perfeccionados por el Espíritu
Para ello, examinemos los siguientes versículos que
son claves para descubrir tales intenciones del corazón del hombre: Génesis. 39.13-20; 1Reyes 21.9-13, Mateo .26.59, la mayor razón: Para destruir a otro, vengarse de lo que otro ha hecho: (a) Aquí fue en un sentido físico. Más común es en destruir su fama o sus amistades. (b) No querer que otro sea apreciado. Que otro esté en la iglesia. Que a otro le va bien (c) sacar a otro de su trabajo, meterle en algún problema (d) yo he hecho malo pero al ser descubierto echo la culpa en otro diciendo cosas que no son ciertas Por gustar el hablar y ver cómo responde la gente Por imaginar cosas Nuestra imaginación nos puede llevar a muchos pensamientos y problemas. Tenemos que aprender a no confiar en ella. Exigir bases concretas para nuestros pensamientos. Por pensar que somos Dios en saber el motivo de alguno Para mostrarle santo: dar quejas a los líderes de otros - no estoy hablando de lo que es cierto. querer ayudar a mantener pura la iglesia. No es razón para contar cosas que yo no sé si son ciertas o no. 5 Como se puede percibir existen infinidades de motivación para que una mente reprobada y un corazón no transformado, sea influenciado por el diablo y su concurnspicencia para caer en este terrible pecado más destructible, que cualquier otro dentro de la iglesia ya que es muy silente y efectivo para incomunicar y crear un clima tóxico y carnal en el pueblo del señor, el Dios del cielo mediante su Espíritu nos guíe y ayude a combatirlo y se puro y honesto dentro y fuera de la iglesia. 1.6 Poder destructivo del falso testimonio
Ahora debemos profundizar sobre los resultados de
este terrible pecado, como lo es el falso testimonio, tanto en el agraviado individualmente, así como a las familias de Dios en su iglesia.
Si bien es cierto, que en los primeros cuatro
mandamientos, norman la relación entre Dios y el hombre. Los siguientes seis mandamientos, norman la relación entre el hombre y el hombre. Ambas categorías, buscan que honremos a Dios y tengamos paz con El y con nuestro prójimo.
No obstante, el noveno mandamiento dice: “No des
falso testimonio en contra de tu prójimo.” Es decir, dar falso testimonio, es decir mentiras sobre nuestro prójimo.
En todo caso, cabría preguntarse, ¿Por qué existe
este mandamiento? Este mandamiento existe para proteger el derecho de toda persona, a la reputación. Ahora bien, como sabemos una mentira, destruye la reputación de una persona. Una mentira, y, usted puede dañar a una persona, asi terminal encarcelado toda una vida.
Lo más significativo, es que el falso testimonio es
tan destructivo como una bomba. Sólo que en lugar de hacer volar en pedazos su cuerpo, hace volar en pedazos su reputación. Y la reputación es más valiosa que las riquezas.
Se observa también, que no sólo los medios
tradicionales o los que buscan impartir justicia, pueden ser culpables de falso testimonio. También cualquier usuario de las redes sociales puede escribir y compartir lo que otros escribe que al final, sin haberlo comprobado, dará un falso testimonio y esparcirá mentiras destructivas sobre la vida de otro. No se necesita ni estar en las redes sociales, para dar falso testimonio. Alrededor de una mesa, usted puede compartir lo que escuchó, que, sin comprobarlo, no sólo es mentira, sino que destruirá la reputación de otros. En todo caso, cuando emitamos opinión, tengamos cuidado de no hablar sin fundamento. Porque es probable que nuestras palabras sean una bomba que destruya, la reputación de otros.
En efecto, cuando leamos lo que sea en donde sea,
no lo creamos a la primera. Preguntémonos ¿Será esto cierto?, ¿Cuál es la motivación de estas personas en cuanto a lo que afirman?, y, ¿Será esto verdad o un falso testimonio con tal de promover una agenda basada en propósitos que desconocemos?, ¿Qué pruebas convincentes y no sólo argumentos sin fundamento utilizan? Analice lo que dicen desde todos los ángulos y evalúe, no sea que usted resulte siendo manipulado para destruir sin saberlo, a otros. De forma que nos guardemos de toda especie de mal, ya sea por comisión u omisión.
Por último, recuerde que, ante la destrucción de la
reputación de otros, siempre hay alguien que gana algo. Aunque sea, siquiera, el placer de destruir sólo, la reputación de alguien ante los demás. Y mientras más pública sea una figura, más falso testimonio se levantará sobre ella. No sea demasiado crédulo. Piense, analice, evalúe, pregúntese, hable con otros, converse. En la Era de la supuesta mayor información, existe demasiad desinformación.
De hecho, sea sabio al hablar, no dé falso testimonio
en contra de su prójimo. Y sea sabio al escuchar y leer lo que se escribe de otros, puede ser falso testimonio. No sea que usted crea una mentira y despierte en su corazón emociones verdaderas pero creadas por una mentira, que resultarán ser destructivas para el otro, para usted y para todos. Y usted un instrumento para gente que sabe, que la mayoría de personas sólo escuchan un chisme y cual robots, lo creen, comparten y esparce. Piense, reflexione, analice. 6
1.8 Incidencias del falso testimonio y difamación
en el renombre y/o reputación en la iglesia de Jesucristo
Esta postrera sección, observemos como este pecado
con apariencia inofensiva pero altamente tóxica y destructiva de la vida de los creyente, actúa y se desarrolla tan natural en la iglesia que es uno de los recursos satánicos más exitoso del diablo y sus seguidores, al socavar constantemente la pureza, confianza y buenas relaciones armónicas de los hermanos, al nivel tal que por su abundancia práctica y con este tipo de pecado se enfriará el amor de muchos.
Como bien se sabe, es indudable, que el buen
nombre y/o gloria del prójimo, sea un valor muy relevante, casi único en la vida del señor y testimonio de los creyentes en la vida de iglesia y fuera de ella, tanto es así que el mismo apóstol Pablo disertó: “15… Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria” (1 Corintios 9:13- 27).
A este aspecto, emprendamos entonces con el
derecho al honor y a la buena fama, en nuestra vida cristiana:
El derecho a la reputación es natural al hombre.
Todo ser humano tiene derecho a su buena gloria, pues nadie ha de ser tenido por malo hasta que sea evidente que lo es. Por eso la injusta difamación de una persona es un pecado contra la estricta justicia, y obliga, en consecuencia, a restituir.
En efecto, la gloria es la opinión que las gentes
tienen de una persona, y puede ser buena o mala, según la conducta. El honor es el testimonio de la excelencia de alguien, lo que puede hacerse con palabras, con hechos, o con cosas exteriores. Ante Dios, que escruta los corazones, es suficiente el testimonio de la conciencia; pero ante los hombres se requieren los signos exteriores.
A sí mismo, señalemos la diferencia entre la
reputación y el honor. Este es una testificación de la excelencia ajena; la reputación, es la opinión pública de esa excelencia. El honor se muestra al presente mientras que la gloria se refiere al ausente. El honor se hiere por la contumelia, que consiste en la injuria verbal o real hecha contra el prójimo en su misma presencia. La reputación se daña principalmente por la calumnia y la detracción, que recaen propiamente sobre el prójimo ausente.7 Por otro lado, la buena popularidad es necesaria para el ejercicio de la profesión, la autoridad y la convivencia. El derecho al honor y a la fama es un bien precioso, que vale más que las riquezas. Fácilmente se ve la gran importancia de la fama y del honor para una vida digna humana, tanto personal, como familiar y social. Es un bien tan valioso que traspasa las fronteras de la muerte, pues los difuntos siguen teniendo derecho a su propia popularidad.
Para tal efecto, veamos los Pecados que lesionan
este bien (reputación y/o gloria, y testimonio del creyente):
Juicio temerario: tiene lugar cuando, sin
suficiente fundamento, se juzga, o se admite voluntariamente pensamientos de sospecha sobre posibles pecados o malas intenciones del prójimo. Pero para precisar más esta cuestión, conviene distinguir entre juicio temerario, sospecha, y duda temerarias. De allí, que se pueda decir, que juicio temerario es el firme asentimiento de la mente sobre vicio o pecado del prójimo, sin motivo suficiente. Y es distinto de la sospecha temeraria, es decir, de la inclinación al asentimiento; y de la duda temeraria, que consiste en la suspensión del asentimiento sin motivo suficiente.
Ahora bien, respecto a la malicia del juicio
temerario, hemos de decir que por su naturaleza es pecado mortal contra la justicia, pues el prójimo tiene derecho a que no se le desprecie creyéndole malo, si no es con pruebas. Pero admite parvedad de materia. Todos los juicios temerarios son de la misma especie moral y así, en la confesión, basta acusarse de haber consentido en tantos juicios temerarios en materia grave o leve, sin necesidad de explicar sobre qué materia recaía el juicio.
De hecho, para ser grave se requiere que sea:
temerario, fundado en motivo insuficiente; en materia grave; firme, pues de otro modo no se infiere grave injuria; deliberado, con advertencia, al menos confusa, de la gravedad de la cosa y de la futilidad de los motivos, o cuando menos de la necesaria obligación de examinar su suficiencia.
La duda y la sospecha temerarias, por su naturaleza,
parecen pecados siempre perdonables. Podrían ser graves en casos determinados.
En esta última sección, se corresponde con la actitud
que los nacidos de nuevo deben poseer y aplicar antes este pecado satánico, así como antes cualquier otro,…..
COMO BIEN SE SABE, LA DIFAMACION , EL
CHISME, LA MENTIRRA EN TODOS SUS FORMA DE PRESENTACION,INCLUYENDO EL FALSO RTESTIMONIO,SON HERRAMIENTAS SANTANICAS ,QUE EL ENEMIGO DE DIOS Y SU PUEBLO,INVENTO PARA CAUTIVAR YDESTRUIR LA CREACION DE DIOS Y SU IMAGEN EN LA TIERRA….. mal del falso testimonio, es precisamente, difamación: como ya sabemos la difamación es cualquier atentado injusto contra la fama del prójimo. Puede ser de dos tipos:
Detracción o murmuración: que consiste en
revelar pecados o defectos realmente existentes del prójimo, sin una razón proporcionadamente grave;
calumnia: que es atribuir exteriormente al
prójimo pecados o defectos falsos, o no del todo verdaderos. La calumnia encierra una doble malicia: contra la veracidad y contra la justicia.
No obstante, carga con una grave responsabilidad
quien admite o propala a la ligera insinuación de otras personas contra la fama de un tercero.
En relación con la detracción equivale la susurración
(chisme), que es la detracción que siembra la discordia entre amigos. En cuanto a la malicia de la detracción, aunque sea simple o calumniosa, directa o indirecta, formal o material, es pecado grave, aunque no siempre, por razón de la materia. Pecado que va contra la justicia y la humanidad. Contra la justicia, porque lesiona el derecho estricto del prójimo a su popularidad. Contra la misericordia, que nos manda amarnos unos a otros y, en consecuencia, prohíbe hacernos daño. La calumnia es más grave, lógicamente, porque envuelve una mentira.
Sin duda, siempre que ha habido difamación -ya sea
detracción o calumnia-, existe obligación de poner los medios posibles para devolver al prójimo la buena fama, en la que injustamente se le ha lesionado. Y de compensar los daños injusta y eficazmente causados y previstos. Ha de hacerse cuanto antes.
Debe señalarse, que existe la cooperación en estos
pecados. Aunque en distintos grados, coopera a la difamación:
El que induce a otro a la murmuración;
Quien se gozara y escuchara con gusto al difamador; El superior que no impide la murmuración sobre el súbdito;
De modo, que cualquiera a quien, aun
desagradándole el pecado de difamación , por temor o negligencia o vergüenza no corrigiera y rechazara al cooperador de la injusta difamación peca contra la justicia, grave o levemente según la eficacia y el grado de su intervención. De todas formas, el que oye la detracción, si induce eficazmente a ello, peca de igual modo que el denigrante, es decir, contra la humanidad y contra la justicia, pues coopera formalmente a la acción injusta y es reo de escándalo directo, por provocar la difamación. Por lo cual está obligado a restituir la fama al difamado solidariamente con el detractor.
Si goza interiormente en la detracción, pero sin dar
su aprobación exterior, peca contra la compasión (gravemente si procede de odio o de envidia grave), contra la justicia interna y, a veces, contra la veracidad, por la refinada hipocresía con que disimula sus verdaderos sentimientos internos, para no quedar en mal lugar. Asimismo, el que no impide la detracción externamente, aunque la desapruebe en su interior, si este proceder obedece a respetos humanos o pusilanimidad, el pecado no suele pasar de superficial, e incluso podía excusarse si estuviera moralmente seguro de la inutilidad de su intervención. Pero si hubiera fundada esperanza de éxito y pudiera hacerse sin grave incomodidad, sería pecado mortal contra la gracia, tratándose de una detracción grave. La obligación de impedir la detracción del prójimo en el superior es mucho mayor que en las personas particulares. Si no corrige al súbdito difamador, ordinariamente pecará contra la justicia y contra la humanidad con respecto al difamado.
Al mismo tiempo, la obligación de reparar la
reputación y los daños, a los que antes aludíamos, recae sobre el que la lesiona injustamente, de cualquier modo que sea: ya internamente o ante el propio juicio, es decir, tiene obligación de rectificárselo a sí mismo, por el derecho del prójimo, ante nuestra propia conciencia, a conservar su fama. -Ya externamente, por la detracción, si ha actuado como detractor principal, o como cooperador positivo (consintiendo, mandando, aconsejando, etc.) o como negativo (no impidiendo, pudiendo y debiendo hacerlo por justicia).
Finalmente, la naturaleza del chisme es satánica y
contraria a la santidad de Dios, y de la buena reputación del pueblo de Dios, y su testimonio que el señor nos encomendó; En Romanos 1.28-31, Dios detesta el chisme, y por tanto, no considera agradables la conversación frívola ni las palabras mal intencionadas (Col 3.8). Lamentablemente, el chisme es tan común, que incluso algunos creyentes lo practican y justifican. Pero los rumores no tienen cabida en la vida de un cristiano. Algunos hasta lo ridiculizan cuando señalan a que Pedro dijo: porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. (HECHO 4:20).
Este mal es tan tóxico para la vida de iglesia que el
apóstol Pablo lo precisó como uno de los grandes males que aqueja a las congragaciones, en Romanos 1: Que contiene una de las listas de pecados más largas que hay en la Biblia. Su autor, recuerda a los creyentes que Dios se ha revelado a toda la humanidad, y les dice que quienes le rechazan para ir tras los ídolos, Él los entrega a la inmundicia y a la concupiscencia (Romanos 1.24).
En líneas generales, la mentira aparece en medio de
la lista, y Dios la detesta porque ella destruye vidas. La persona víctima del rumor, sea cierto o falso, muchas veces pierde el respeto de quienes le rodean. Entre sus efectos no están solo los sentimientos heridos; también se pueden perder un empleo o una relación. De allí que como cristiano en amor del señor debe combatir este flagelo, con mansedumbre, espiritualmente y con el carácter que se merece, ante sus efectos nocivos.
De modo, que quienes propagan chismes, también
enfrentan consecuencias destructivas. Su negativa a controlar su lengua revela motivos perversos o, por lo menos, falta de disciplina. Las personas temerosas de Dios, como también muchos que no son creyentes, evitan a esas personas con frecuencia, porque tienen una reputación empañada. Pero lo más dañino para un creyente que esparce rumores es que su acción puede arruinar su comunión con el Señor, porque en un mismo corazón no pueden coexistir la animosidad hacia otra persona y la intimidad con Dios.
El chisme no le hace bien a nadie, y por eso Dios
nos amonesta contra el mismo. Debemos utilizar nuestras palabras para consolar, alentar y edificar a otras personas.
Conclusión
Como hemos visto el tema sobre el falso testimonio
es muy relevante y bueno conocer, a este instrumento maligno para poder combatirlo y no caer de manera ingenua en sus influencia, ya que el mismo es característico de la naturaleza caída y está presto originarse, siempre que no estemos entrenado por el Espíritu Santo para estar en amor, poder y dominio propio lleno de la gracia de Dios para poder precisarlo y combatirlo en toda sus manifestaciones.
El Pentateuco, contiene referencias a la declaración
falsa de testigos, asi como en el Éxodo como en el Deuteronomio. En lo que respecta al Éxodo, la alusión al falso testimonio se expresa en uno de los diez mandamientos (el octavo), en el que se dispone, genéricamente: No darás falso testimonio contra tu prójimo. En el caso del Deuteronomio, el falso testimonio era sancionado de acuerdo con un sistema talional, que podía llegar a la pena de muerte en supuestos de suma gravedad. Como ocurre en otras expresiones del derecho cuneiforme, las leyes que regulaban la vida del pueblo judío tenían un claro carácter religioso, que también marcaba el sistema de delitos y penas previsto por ellas.
Principales razones para llegar a falso testimonio:
• Para destruir a otro, vengarse de lo que otro ha hecho • Por gustar el hablar y ver cómo responde la gente • Por imaginar cosas • Nuestra imaginación nos puede llevar a muchos pensamientos y problemas. • Por pensar que somos Dios en saber el motivo de alguno • Para mostrarle santo: dar quejas a los líderes de otros - no estoy hablando de lo que es cierto. querer ayudar a mantener pura la iglesia. PREGUNTAS DE LA LECCION UNO 1.- Defina los siguientes términos: Testigo, testimonio, mentira, prójimo, y falso testimonio 2.- ¿Dónde el señor, señala que no se debe dar mal testimonio, y qué condena en este precepto? 3.- ¿Cuáles son las formas y/o tipos de falsedades que presenta el autor? 4.- ¿Cuáles son las principales razones del falso testimonio? 5.- ¿Cuál Poder destructivo ostenta el falso testimonio, según experiencia? 6.- ¿Qué acontecimientos ha tenido el falso testimonio y difamación en el renombre y/o reputación de su iglesia o alguna experiencia por Ud. conocida? 7.- ¿Cuáles son los pecados que lesionan que lesionan bien (reputación y/o gloria, y testimonio del creyente), según el autor? 8.- ¿Qué se requiere para que el juicio temerario sea más grave, según el autor? 9.- ¿Qué actitud sabia Ud. Como nacido de nuevo debe asumir antes los rumores y/o falsos testimonios? 10.- ¿Qué otra pregunta considera Ud., debe formularse sobre el falso testimonio?
BIBLIOGRAFIA CONSULTADAS
1.- MAYER LUX, Laura y VERA VEGA, Jaime.
HISTORIA DEL FALSO TESTIMONIO (1). Revista de estudios histórico-jurídicos. Versión impresa ISSN 0716-5455. Rev. Estad. Hist.-juríd. no.40 Valparaíso ago. 2018 2.- 3.- PUIGVERT, Pedro. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio (Éx. 20:16). 4.- PUIGVERT, Pedro. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio (Éx. 20:16). 5.- "NO HABLARÁS CONTRA TU PRÓJIMO FALSO TESTIMONIO" - FAITHLIFE SERMONS.https://sermons.faithlife.com/.../100059 -%22no-hablaras-contra-tu-projimo-falso-testi... 6.-"NO HABLARÁS CONTRA TU PRÓJIMO FALSO TESTIMONIO" - FAITHLIFE SERMONS.https://sermons.faithlife.com/.../100059 -%22no-hablaras-contra-tu-projimo-falso-testi... 7.- LA DIFAMACIÓN, LA INJURIA Y EL FALSO TESTIMONIO - PROTESTANTE DIGITAL.protestantedigital.com › MAGACÍN › Agentes de cambio. 8.- LÓPEZ, Alex. EL PODER DESTRUCTIVO DEL FALSO TESTIMONIO - LA CATAPULTA.www.lacatapulta.net › Vida cristiana. Septiembre 4, 2017. 9.- PRADOS, Lucas. “No dirás falso testimonio ni mentirás”. ADELANTE LA FE RORATE CÆLI THE REMNANT. 10.- PRADOS, Lucas. “No dirás falso testimonio ni mentirás”. ADELANTE LA FE RORATE CÆLI THE REMNANT.