Módulo 14: Internacionalización Del Derecho en Su Ámbito Público
Módulo 14: Internacionalización Del Derecho en Su Ámbito Público
Módulo 14: Internacionalización Del Derecho en Su Ámbito Público
Unidad 1
Introducción a la internacionalización del
Derecho Público
Sesión 2
Fuentes del Derecho Internacional
Público
Texto de apoyo
Módulo 14. Internacionalización del Derecho en su ámbito público
Unidad 1. Introducción a la internacionalización del Derecho Público
Sesión 2. Fuentes del Derecho Internacional Público
Texto de apoyo
Índice
Presentación.......................................................................................................................................... 2
Las fuentes del Derecho Internacional ................................................................................................... 3
Los tratados internacionales .................................................................................................................. 5
Clasificación de tratado internacional ................................................................................................. 6
Etapas para la elaboración de un tratado ........................................................................................... 7
Las reservas .................................................................................................................................... 12
Pacta sunt servanda......................................................................................................................... 13
El ius cogens internacional ............................................................................................................... 13
Procedimiento de conclusión de los tratados internacionales ........................................................... 14
La nulidad de los tratados internacionales........................................................................................ 15
Terminación de los tratados internacionales .................................................................................... 17
La suspensión .................................................................................................................................. 18
Renuncia o retiro .............................................................................................................................. 18
Presentación
Antiguamente, las relaciones sociales eran reguladas por tradiciones y costumbres, pero, a medida
que ha pasado el tiempo, este conjunto de interacciones humanas ha tomado mayor complejidad, y
se hizo necesaria la aplicación de una norma estricta. Así, surgió la ley aplicada por autoridad pública
que en el Derecho Internacional Público no es excepción. Actualmente, las fuentes primarias son
propias del Derecho Internacional, por medio del cual se regulan las relaciones entre los Estados.
Las teorías actuales observan que las fuentes del Derecho Internacional han sido requeridas en el
artículo 38, inciso 1º, párrafos a, b, c y d de los Estatutos de la Corte Permanente de Derecho
Internacional (CPDI) de 1920, y de su descendiente, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de 1945.
De esta forma, el artículo referido establece lo siguiente:
1. La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las controversias que le sean
sometidas, deberá aplicar:
a) Las convenciones internacionales, sean generales o particulares que crean reglas expresamente
reconocidas por los Estados demandantes.
b) La costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como derecho.
c) Los principios generales del derecho reconocidos por las naciones civilizadas.
d) Las decisiones judiciales y las doctrinas de los escritores de mayor competencia de las distintas
nacionalidades, como medio auxiliar para la determinación de las reglas del derecho.
Al respecto, Virally (1985: 153) propone la corriente mayoritaria en la ciencia del Derecho
Internacional, la cual estima que el artículo 38 posee un léxico simple y representativo, y que bajo
ninguna circunstancia tiene la intención de restringir las actuaciones de las fuentes.
Por otro lado, la teoría del iusnaturalismo juzga gravemente la existencia de fuentes del Derecho
Internacional consagradas en dicho artículo, al considerarla una grave violación y obstáculo para el
desarrollo internacional del Derecho. La adecuación constante de la internacionalización del Derecho
público a las relaciones internacionales no sería posible si no existiera un método cerrado de fuentes
de Derecho. Por otro lado, es importante destacar las peticiones de países de África y Asia sobre no
colaborar en la realización de las disposiciones jurídicas internacionales, lo cual indica la
obstaculización de la paz y la seguridad cuando una nación se mantiene aislada.
En relación con el grado o escalafón jurídico en donde se ubican las fuentes internacionales, en la
actualidad, los tratados se ubican en la parte más alta. Aunque el juzgador, para resolver un caso
concreto, puede elegir, de manera independiente, las fuentes, sin considerar la estructura jerárquica.
En el caso de Nicaragua contra los Estados Unidos, la Corte pudo resolver la disputa
con base en la Costumbre internacional.
El mundo ha cambiado desde 1921, año en que se puso en ejercicio el artículo 38 del Estatuto de la
Corte Internacional de Justicia. A la fecha, el Derecho Internacional debe ajustarse a las necesidades
actuales, cuya propiedad y particularidad es buscar la internacionalización mundial de las relaciones
internacionales. Por ello, es necesario que los Estados estén preparados para aceptar nuevos cambios
y nuevas manifestaciones jurídicas internacionales.
Los tratados son uno de los temas que más han evolucionado en los últimos años. Herdegen (2006:
68) lo expone como un Derecho formado por la práctica internacional. De acuerdo con la Convención
de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 y con la Convención sobre Tratados Celebrados
entre Organismos Internacionales y Estados de 1986, el tratado pasó a reglamentarse de manera
innovadora con la presentación de conceptos como el ius cogens, que contribuye con ideas
novedosas al Derecho Internacional Común, al restringir la libertad que antes se tenía para crear y
aprobar tratados internacionales. Así, el artículo 85 de dicha Convención describe los temas más
importantes del Derecho de los Tratados.
No existe una definición o doctrina acerca de cuál fuente de Derecho Internacional sobresale o es
superior a las demás. Ante esto, Sepúlveda menciona que “el Derecho Internacional es
consuetudinario por emanar de la costumbre internacional” (2004: 33); por su parte, Seara (2003: 52)
y Ortiz (2004: 35) declaran que “la principal fuente son los tratados internacionales como norma
jurídica escrita”.
Para conocer más sobre los tratados internacionales, se sugiere consultar el sitio de
la Secretaría de Gobernación, en su espacio sobre tratados internacionales:
http://www.ordenjuridico.gob.mx/ambinter.php
Como se mencionó, la Convención de Viena, en su artículo 2º, define al tratado internacional como un
“acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el Derecho Internacional, ya
conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su
denominación”. El tratado internacional describe únicamente a los tratados celebrados entre los
Estados; sin embargo, para tener una definición más precisa, es necesario indicar también a otros
sujetos de Derecho Internacional, tales como las organizaciones internacionales, la comunidad
internacional, así como movimientos de liberación nacional o los individuos que también forman parte
de los tratados.
De acuerdo con el número de integrantes, los tratados se catalogan como bilaterales y multilaterales.
Por lo general, sus funciones se desarrollan para actividades económicas que incluyan la participación
de los países en cuestión. En el primer caso, se define como el compromiso, pacto, acuerdo o alianza
que establecen dos o más Estados; mientras que el segundo refiere a acuerdos vinculantes que firman
más de tres Estados u organismos internacionales, con el fin de resolver diferencias políticas, militares
o mercantiles de imparcialidad.
Para que un tratado internacional tenga validez es indispensable que los sujetos cumplan ciertos
requisitos y varias formalidades, las cuales deberán ser distintas de acuerdo con el modelo de
negociación de que se trate. Si es un tratado bilateral, su producción será distinta a la de uno de
carácter multilateral. Los requisitos y fases para la elaboración de un tratado internacional son los
siguientes:
Negociación: Se realiza por vía diplomática, por lo regular este canal procede cuando se trata de
la negociación de un tratado multilateral o en una vía contenida por los representantes de los
estados.
Adopción del texto: Respecto a este momento, el artículo 9 de la Convención de Viena de 1969,
explica su práctica conforme a aprobación de todos los Estados participantes, pero en el caso de
la adopción del texto de un tratado en una conferencia internacional, se efectuará por mayoría de
dos tercios de los Estados presentes y votantes, a menos que empleen una regla diferente.
Manifestación del consentimiento: Cahier (2011: 85-87) presenta las siguientes formas:
- La firma: Crea un medio de manifestación del consentimiento del Estado en obligarse por el
tratado cuando éste formaliza que la rúbrica tendrá dicha consecuencia; conste de otro modo,
que los estados negociadores han pactado que la firma tenga dicho efecto; la intención del
Estado de que se trate de dar dicho efecto a la firma se deduzca de los plenos poderes de su
representante o haya sido manifestada durante las negociaciones, aún cuando las demás
partes requieran ratificación u otro procedimiento comparable.
- El canje de instrumentos: Sólo sucede cuando los instrumentos dispongan que su canje tendrá
algún efecto; o cuando conste de otro modo, que las naciones han convenido en que el canje
de los instrumentos (artículo 13).
- La ratificación, la aceptación o la aprobación: La ratificación como medio de expresión de
consentimiento del Estado procede:
- La adhesión. “La adhesión surge cuando los sujetos o acuerdos se manifiestan cuando un
tercer Estado no participó en las negociaciones del tratado sin ninguna condición pueda
incorporarse a él, cumpliendo las clausulas señalados en el mismo” (Cahier, 2011: 88).
políticos o cancilleres para crear sus figuras y significados; 2) la adopción del texto,
una vez concluido y discutidos los fines y objetivos del acuerdo, se procede a
determinar y fijar derechos y obligaciones de los Estados participantes, con esto se
acredita el texto definitivo; y 3) la manifestación del consentimiento, cuyo fin es
integrar el ordenamiento al Derecho Nacional.
La Convención de Viena, en su artículo 3, define que los poderes plenos son todo “documento que
emana de la autoridad competente de un Estado y por lo que se designa a una o varias personas para
representar al Estado en la negociación, la adopción o la autenticidad del texto de un tratado, para
expresar el consentimiento del Estado en obligarse por un tratado, o para ejecutar cualquier otro acto
con respecto a un tratado”. Los poderes plenos son documentos precisos, cuyo semejante se halla en
los mandatos que se ceden ante un notario público, al interior de un Estado. Más aún, con la
desigualdad de las acciones de los representantes de un Estado, en el sistema jurídico, requiere
ratificación.
Con el fin de asegurar la eficiencia en las actividades, los poderes plenos requieren:
Se puede asegurar que, en apariencia, un tratado internacional tiene gran semejanza con uno privado
y particular. El tratado se encuentra integrado por una introducción o exposición de motivos, el
desarrollo y la fecha de su elaboración. Estos elementos son muy importantes para la confección de
los tratados, como lo indica la Convención de Montego Bay, de 1982.
El inglés es, en primera instancia, la lengua en la que se redactan los tratados. A partir
del surgimiento de la Organización de las Naciones Unidas, las lenguas oficiales son
cuatro: inglés, español, chino y ruso. Mientras que los oficiales y de ocupación son
tres: inglés, francés y ruso.
La aceptación apareció a finales del siglo XX; es un procedimiento de nueva creación que, en criterio
de D´Estefano (1986: 6) “se creó para utilizar de manera más simple la ratificación o de adhesión, con
el objetivo de que las administraciones pudieran estudiar de una mejor manera el tratado internacional
sin la necesidad de someterlo al procedimiento legislativo constituido” (sic). Así, la “firma con sujeción
de aprobación” funciona con los acuerdos que por sus propiedades de forma o fondo no requieren la
ratificación del organismo legislativo interno. El caso de la aprobación se funda en los procedimientos o
prácticas constitucionales de aprobación de los tratados que existen en ciertos países. Hoy día se
habla del tratado en forma de “firma sujeta a aprobación” o de “tratado abierto a la aprobación”.
Cuando el tratado establezca que el tercer Estado pueda manifestar tal consentimiento a través de
la adhesión;
Cuando aparezca de otro forma que los estados representantes hayan concertado en que ese
Estado puede manifestar tal consentimiento por medio de la adhesión; o
Cuando todas las naciones participantes hayan convenido expresamente en que ese Estado
puede manifestar tal consentimiento mediante la adhesión.
Por otra parte, el artículo 16 de la Convención de Viena expresa que, “salvo que el tratado disponga
otra cosa, los instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión harán constar el
consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado al efectuarse:
La diferencia entre la figura del canje de ratificación y los tratados encuentra su razón en la acción
solemne. El depositario, por el solo hecho de serlo, adquiere una serie de obligaciones importantes en
la vida del tratado. El artículo 7 de la Convención de Viena establece la reserva de que las partes
puedan acordar lo contrario:
a) custodiar el texto original del trabajo y los plenos poderes que se la hayan remitido;
b) extender copias certificadas conforme al texto original y preparar todos los demás textos del tratado en
otros idiomas que puedan requerirse en virtud del trabajo y transmitirlos a las partes en el tratado y a los
estados facultados para llegar a serlo;
c) recibir las firmas del tratado y recibir y custodiar los instrumentos, notificación y comunicación relativos
a éste;
d) examinar si una firma, un instrumento o una notificación o comunicación relativo al tratado están en
debida forma y, de ser necesario, señalar el caso a la atención del Estado de que se trate;
e) informar a las partes en el tratado y a los estados facultados para llegar a serlo, de los actos,
notificaciones y comunicaciones relativos al tratado;
f) informar a los estados facultados para llegar a ser partes en el tratado, de la fecha en que se ha
recibido o depositado el número de firmas o de instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o
adhesión necesarios para la entrega en vigor del tratado;
g) registrar el tratado en la Secretaria de las Naciones Unidas; y
h) desempeñar las funciones específicas en otras disposiciones de la presente Convención.
Las reservas
Por reserva se entiende una declaración unilateral, cualquiera que sea su denominación o enunciado,
firmada por un Estado al aceptar o aprobar un tratado internacional o al asociarse a él, con objeto de
modificar o eliminar las figuras jurídicas de ciertas resoluciones del tratado de su uso y empleo de ese
Estado (Naciones Unidas, 2013: 12).
Las reservas encuentran su significado en los tratados multilaterales, mas no en los procesos de los
bilaterales, dado que se interpreta que una de las partes no está de acuerdo con las cláusulas del
tratado, razón por la cual se tendrían que negociar nuevamente los acuerdos.
De los resultados de la explicación referida, las reservas tienen los siguientes alcances:
Sin embargo, este Derecho no es tan desarrollado como para modificar un tratado.
Es imposible que un solo Estado pueda realizar una reserva si se dan los siguientes supuestos que
refiere el artículo 19 de la Convención de Viena, y que se sintetiza de la siguiente manera:
Cuando en los casos no previstos en las dos hipótesis anteriores, la reserva sea contradictoria con
el objetivo y fin del tratado.
Por último, en lo referente a este tema, se señalará que las reservas, dadas sus propiedades
unilaterales, pueden separarse en cualquier momento, lo mismo ocurre con las observaciones y
dificultades a las mismas.
El principio de pacta sunt servanda es expresado en la Convención de Viena, en el artículo 26, bajo los
siguientes términos: “todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas en buena
fe”. Éste es un principio total de Derecho Internacional. Cuando algunos críticos afirman que éste no
existe es porque algunas grandes potencias lo violan o porque su sistema no posee órganos
centralizados de aplicación forzosa de sus normas, están omitiendo que en las relaciones
internacionales hay un enjambre de tratados en donde el principio pacta sunt servanda tiene una
vigorosa aplicación. El caso contrario producirá el desplome del Derecho Internacional.
La Convención de Viena agrupa la figura ius congens internacional, cuyo significado se centra en la
trasformación del Derecho de los Tratados de un derecho liberal y democrático, donde la voluntad de
las partes no tienen limitaciones a un derecho que investiga normas supremas, basado en principios
inderogables.
Así, la Convención de Viena sanciona la nulidad a todo aquel tratado que se oponga a una norma de
derecho imperativo, como se muestra en su artículo 53, que menciona:
Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una norma imperativa
de derecho internacional general. Para los efectos de la presente Convención, una norma imperativa de
derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de
Estado en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada
por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter.
De lo anterior se concluye que la norma de ius cogens es una disposición general de Derecho
Internacional, que encuentra su origen en la costumbre internacional, aun cuando algún tratado
internacional ya la haya incorporado a sus preceptos (García, 1980: 62).
Para proceder a la conclusión de un tratado internacional, es necesario seguir una serie de pasos
ordenados por la Convención de Viena, tal es caso del proceso legislativo, donde las leyes siguen
una serie de pasos para su conformación. En los tratados internacionales sucede lo siguiente:
Por regla general, cuando un tratado internacional se elabora cumpliendo todos sus requisitos:
capacidad jurídica, la expresión de su consentimiento libre de todo vicio, con objeto lícito y realizable,
tiene duración y una vida plena. En cambio, cuando la norma de inicio es inapropiada, puede ser
susceptible de nulidad.
La Convención que se ha venido analizando desde el inicio de la sesión parte del supuesto de la
validez de los tratados para proceder de ahí a su nulidad. En el artículo 42, párrafo I, refiere: “la validez
de un tratado o del consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado no podrá ser impugnado
sino mediante dicha Convención”.
El artículo 43 de la Convención trata lo relativo a las reglas de nulidad de los tratados, en principio:
[…] el hecho de que el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado haya sido manifestado en
violación de una disposición de su derecho interno concerniente a la competencia para celebrar tratados
no podrá ser alegado por dicho Estado como vicio de su consentimiento, a menos que esa violación sea
manifiesta y afecte a una norma de importancia fundamental de su derecho interno.
“Una violación se manifiesta si resulta objetivamente evidente para cualquier Estado que proceda en la
materia conforme a la práctica usual y de buena fe” (artículo 46). El incumplimiento también procede si
los poderes de un representante para pronunciar el consentimiento de un Estado en obligarse por un
tratado determinado ha sido objeto de una limitación precisa; la desobediencia de este obstáculo por
tal representante no podrá declararse como vicio del consentimiento manifestado por él, a menos que
la restricción haya sido notificada con anterioridad a la manifestación de ese consentimiento a los
demás estados negociadores.
La Convención reconoce que son causas de nulidad de los tratados, las siguientes:
1. El error. Un estado podrá alegar un error en un tratado como vicio de su consentimiento en obligarse
por el tratado si el error se refiere a un hecho o a una situación cuya existencia diera por supuesta ese
Estado en el momento de la celebración del tratado, y constituyera una base esencial de su
consentimiento en obligarse por el tratado (artículo 48).
2. El dolo. Si un Estado ha sido inducido a celebrar un tratado por la conducta fraudulenta de otro Estado
negociador, podrá alegar el dolo como vicio de su consentimiento en obligarse por el tratado (artículo
49).
3. La corrupción del representante de un Estado. Si la manifestación del consentimiento de un Estado en
obligarse por un tratado ha sido obtenida mediante la corrupción de su presentante, efectuando directa
o indirectamente por otro Estado negociador, aquel Estado podrá alegar esa corrupción como vicio de
su consentimiento en obligarse por el tratado (artículo 50).
4. La coacción sobre un Estado por la amenaza o el uso de la fuerza en violación de los principios de
derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas (artículo 52).
5. Cuando el tratado esté en oposición con una norma imperativa de derecho internacional general
(artículo 53).
Tomando las bases del Derecho Civil, Rojas (2010: 42) afirma que “estos vicios del tratado pueden dar
motivos a una nulidad absoluta o relativa”. La nulidad se considera absoluta cuando es inmediata,
“reduce a la nada el acto jurídico en el momento de hacer”, erga omnes, y no desaparece ni por
prescripción. En cambio, será relativa cuando falte alguna de estas características. Por considerarlo
oportuno, aquí se presenta un esquema, en el que se agrupa metódicamente las causas de nulidad
mencionadas.
La voluntad de las partes. La conclusión de un tratado internacional o el retiro de las partes podrá
tener dos supuestos: a) adecuarse a las disposiciones del tratado; b) por consentimiento de todas
las partes después de preguntar a los demás estados contratantes (artículo 54).
La celebración de un tratado posterior. Un tratado ha finalizado si todas las partes en él celebran
ulteriormente un acuerdo sobre el mismo tema, a saber: a) se desprende la intención de las partes
que manifiesten su voluntad de que la materia se rija por un tratado posterior; o b) las
disposiciones del tratado posterior son, hasta cierto punto, diferentes a las del tratado anterior, por
lo que los dos no pueden aplicarse de manera simultánea (artículo 55 y 56).
La imposibilidad subsiguiente de cumplimiento. Un abuso grave de un tratado bilateral por una de
las partes faculta a la otra parte para manifestar la violación como causa para que el tratado
finalice o para suspender su aplicación universal y parcialmente (artículo 60.1).
La violación grave de un tratado. Las violaciones graves de un tratado internacional son las
siguientes: a) un rechazo del acuerdo no aceptado por la convención; b) la violación de una ley
esencial para el logro del objeto o del fin del tratado (artículo 60.3).
Cambio fundamental de circunstancias. Este principio, para su configuración, necesita, por lo
menos: a) la existencia de una base esencial del consentimiento de las partes en obligarse por el
tratado; b) que el cambio tenga como consecuencia cambiar radicalmente el alcance de las
obligaciones que todavía deban cumplirse en virtud del tratado (artículo 62).
La aparición de una nueva norma internacional del ius cogens. Si surge un nuevo ordenamiento
imperativo de Derecho Internacional, todo tratado vigente que contradiga esa ley procederá a su
nulidad (artículo 64).
La suspensión
Un acuerdo podrá ser celebrado por dos o más partes en un tratado multilateral que tenga por
objeto anular el estudio de disposiciones del tratado y sólo en sus relaciones recíprocas. Destacan
dos supuestos:
En el apartado A del párrafo primero, se indica que las partes interesadas deberán comunicar e
informar a los demás sujetos su propósito de celebrar el acuerdo y las disposiciones del tratado
cuya práctica se sugiere anular.
Renuncia o retiro
Un Estado puede manifestar su renuncia o voluntad de retirarse del tratado. Esto se lleva a cabo si la
petición la realiza la persona por medio de sus abogados para celebrar convenios, siempre y cuando el
tratado contenga este principio. Por eso, el artículo 56 de la Convención de Viena señala dos hipótesis:
Un acuerdo que no incluya reglas sobre su conclusión ni prevea el retiro del mismo no podrá ser
objeto de renuncia, a menos:
- Que conste que fue voluntad de las partes aceptar la posibilidad de retiro o denuncia.
- Que el derecho de denuncia o retiro pueda referirse a la naturaleza del tratado.
De acuerdo con el párrafo primero del citado artículo, uno de los sujetos tiene el compromiso de
comunicar, con doce meses de antelación, por lo menos, su intención de renunciar un tratado o
retirarse.
La costumbre internacional
La costumbre internacional se considera la fuente más añeja y primitiva de los últimos siglos, según
diversas doctrinas. Algunos Estados dirigen su comportamiento de determinada forma, ante
determinadas conductas, las cuales se prolongan con el tiempo, donde un grupo evidente de naciones
las acepta sin contracción alguna, por lo que en algunas situaciones se tornan obligatorias (Gómez,
1982: 98).
Hoy en día, innumerables reglas de la costumbre internacional permanecen constantes. Así, por
ejemplo, los ordenamientos referentes a la responsabilidad de los Estados, los límites de fronteras y
los ríos, son competencias internacionales. Otras figuras, como las inmunidades y privilegios
diplomáticos, han tenido que ser regulados en los tratados, con el fin de alcanzar sus objetivos. Debido
a esta progresiva regulación, la costumbre internacional se ha ido extinguiendo a medida que las
conductas ciudadanas se han regido por ordenamientos normativos. Asimismo, es de señalarse que
en tanto no existe un legislador ordinario entre los Estados, su elaboración es más complicada y, por lo
tanto, necesita una especialización mayor en todos los sentidos. Por ello:
Para que una práctica se transforme en regla de la costumbre internacional, se pide que reúna
ciertos requisitos:
- Que aun cuando no sea ley general, se generalice lo suficiente, a condición de que otras
naciones, en número importante, no la desaprueben.
- Sea un conducta consuetudinaria repetida constantemente, cuya evaluación depende de
las condiciones.
- Se practique con la certeza de practicar una acción que responda a una obligación jurídica
(opinio juris sive neccessitatis) y no que se confeccione un acto de atención y cortesía.
Si un tratado, al regular determinado asunto, se abstiene de opinar sobre tales o cuales contenidos, el
vacío legal no importa si se abrogaron los estatutos instaurados al respecto por la costumbre
internacional; estas normas, mientras no sean diferentes al tratado, gobiernan completamente como
explicativas o adicionales (Tunkin, 1993: 53).
Diez (1989: 125) desconfía de que los principios generales del Derecho constituyan fuentes
verdaderas del Derecho, ya que no existe ninguna norma superior que les dé vida. Aunque se debe
recordar que el significado de fuentes se refiere a la manifestación de las normas. En conclusión, como
resultado y efecto, estos principios sí se pueden declarar como fuentes propias del Derecho
Internacional.
En definitiva, los principios generales del Derecho son mecanismos propios del juez para solucionar
las problemáticas que se presentan originadas por ambigüedades, con esto se accede a un sistema
jurídico pleno, en donde a todo acontecimiento se da respuesta por medio de leyes. Estos principios
generales del Derecho se solucionan tanto en forma como en fondo.
No se debe confundir a los principios generales del Derecho con los principios de
Derecho Internacional, como se hace frecuentemente. Los primeros son principios
aceptados universalmente; se encuentran en costumbres o tratados internacionales,
como la Carta de San Francisco. En cambio, los segundos sólo rigen casos
concretos. Por ejemplo: la no agresión, la igualdad soberana de los tratados, entre
otros.
La jurisprudencia
En el caso de los tribunales de arbitraje no sucede lo mismo. Rara vez se fomenta un arbitraje
puramente juris; en ocasiones se invita a los tribunales a emitir resoluciones de distintas maneras;
algunos, “según la equidad” (ex aequo et bono), deciden ajustarse a reglas complicadas y aun
ambiguas, por ejemplo, “de acuerdo con los principios de la justicia y la equidad y los principios del
Derecho Internacional” o “de acuerdo con la justicia y la equidad”, y en ocasiones esta formulación ha
sido tergiversada empleado al Derecho Internacional en primer lugar. En ocasiones, las partes,
considerando las demandas políticas y sociales, determinan en el convenio arbitral reglas de fondo, a
las que deben obligarse rigurosamente los mediadores; pero se aconseja que esa lex specialis,
cuando ha sido aprobada por medio de negociación diplomática, llegue a separarse de los
ordenamientos dominantes del Derecho Internacional (Gamarra, 1999: 56).
En ocasiones sucede que las resoluciones arbitrales sustentadas en la imparcialidad difieren entre sí
en acontecimientos que son semejantes, porque la equidad se inspira en un sentimiento más que en la
esencia propia del hecho, en las circunstancias personales o accidentales que lo rodean. Las reglas
complicadas han producido resoluciones contradictorias, toda vez que el Derecho vigente ha sido
traducido de diferentes formas, a tal grado que los jueces prefieran más unos elementos que otros.
En última instancia, se presenta una situación especial y delicada, cuando los árbitros deben respetar
el principio lex specialis; entonces, sus resoluciones deben ser invocadas por analogías. No se debe
olvidar que mientras dicha lex specialis carezca de validez internacional, los fallos arbitrales que ella
ha causado no se presentarán forrados de importancia jurídica, no constituirán formalmente
jurisprudencia internacional.
La jurisprudencia que conciben los tribunales internos ha ejercido poder evidente en el avance del
Derecho Internacional, principalmente en el esclarecimiento de reglas relacionadas con el derecho de
visita y arresto. Es importante mencionar que la jurisprudencia de los tribunales nacionales tiene
utilidad en el Derecho Internacional, únicamente en la medida en que no lo contraríe, porque una
decisión primordial del Derecho Interno no prevalece sobre el Derecho Internacional.
Internacional (CPIJ) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ), por nombrar en forma ordenada y
frecuente determinaciones previas de esos tribunales.
La doctrina
La doctrina proviene del latín doctrina, conjunto de instrucciones; enseñanzas que se apoyan en un
conjunto de creencias sobre un tema de estudio o campo de conocimiento. Para la ciencia jurídica, la
doctrina se refiere a un principio jurídico; la gama de opiniones emitidas por los expertos sobre un área
concreta del Derecho.
Los especialistas en ciencia jurídica Canchola (1994: 85) y Valadés (1995: 126) coinciden en que la
doctrina no forma parte de las fuentes formales del Derecho; sin embargo, con sentido crítico de las
costumbres y las cláusulas de los tratados internacionales, se aclaran las posturas y surgen nuevas
ideas que pretenden resolver las problemáticas que se presentan en la actualidad. De esta forma:
La doctrina tiene un significado distinto según aclare la interpretación de las leyes vigentes (de jure
conditio o de lege lata) o que se empeñe en crear nuevas normas o incidir en ellas (de jure
condendo o de lege ferenda). No se debe olvidar que cualquiera que sea el fin de la doctrina, es
necesario aplicarla correctamente, tomando en consideración el periodo de tiempo y las
instituciones que la utilizan.
Se propone en la jurisprudencia no hacer mención de las opiniones de los autores en las
resoluciones de estos tribunales; en documento anexo se sugiere presentar dichas
consideraciones.
Se entiende por actos unilaterales a las voluntades que tienden a producir efectos jurídicos y legales
deseados por su creador. La ilusión y la imaginación no son suficientes para determinar el orden
jurídico ideal; “es necesario otorgarle a dicha manifestación de voluntad los efectos deseados”
(Guerrero y Rodríguez, 2002: 196).
Por consiguiente, los actos unilaterales internacionales son hechos por los Estados y, de manera
específica, por los sujetos del Derecho Internacional. Producen efectos jurídicos en la medida en que
el Derecho Internacional lo acepte. El acto se considera unilateral cuando el Derecho Internacional
concede ciertos efectos jurídicos a la manifestación de un solo individuo; por el contrario, se considera
acto bilateral cuando se otorga a dos o más sujetos.
Cierre
Cierre
Fuente: Flaticon
En Derecho la palabra fuente remite al lugar o sitio donde surgen las normas jurídicas. De tal manera
que las leyes internacionales son creadas por medio de las llamadas fuentes del Derecho
Internacional Público, divididas en principales y auxiliares. Entre las primeras están los tratados
internacionales, la costumbre y los principios generales del Derecho; mientras que la jurisprudencia,
la doctrina y los actos unilaterales internacionales, forman parte de las segundas.
Como lo pudiste corroborar en esta sesión, es importante conocer las fuentes del Derecho
Internacional Público, toda vez que son las justificaciones para crear y producir leyes.
Fuentes de consulta
Fuentes de consulta
Fuente: Flaticon
Legislación