Resumen e Interpretación de El Matadero
Resumen e Interpretación de El Matadero
Resumen e Interpretación de El Matadero
El lugar del matadero también tiene significado, dado que estaba en las afueras de la ciudad en la
frontera que dividía la barbarie de la ciudad y la ambiente mas civilizada del campo donde la
mayoría de los unitarios se habían escondidos por no ser matados. Aquí Echeverría crea un
ambiente en que puede enfatizar la lucha entre civilización y barbarie, el individuo y la multitud y
finalmente los unitarios y federales. La escena del matadero también expone el racismo que
Echeverría y muchos de sus compañeros tenían hacia los negros, mestizos y mulatos del país (lo
mismo corre para los indios, pero no aparecen indios en El Matadero. Para eso, ver el poema “La
cautiva”, del mismo autor). El régimen de Rosas encontraba mucho apoya entre los pobres de
Buenos Aires, la mayoría de los cuales eran negros. En las regimenes de los unitarios (usualmente
ricos, cultos y blancos) muchos de los negros habían sido criados y empleados en las casas y
empresas de los blancos. Cuando la régimen de Rosas consiguió poder, muchos de estos negros
habían servidos como informantes a los federales. Así que existía una gran desconfianza entre los
blancos (unitarios) y los negros (federales) del país durante la dictadura de Rosas. Por eso,
Echeverría retrató a los negros del matadero como individuos deshonestos que decían mentiras y
robaban entre si. Un ejemplo de este racismo aparece cuando Echeverría escribe de un grupo de
negros entre la locura del matadero:
-¡Che!, negra bruja, salí de aquí antes que te pegue un tajo, exclamaba el carnicero.
- ¿Que le hago ño Juan? ¡No sea malo! Yo no quiero sino la panza y las tripas.
-¡A la bruja! ¡A la bruja! repitieron los muchachos, ¡se lleva la riñonada y el tongorí! Y cayeron
sobre sus cabezas sendos cuajos de sangre y tremendas pelotas de barro.
En las últimas escenas del cuento Echeverría usa los papeles de los rezagados del matadero para
mostrar a los federales aún más como individuos brutales. A fines de la matanza de los novillos
queda un solo toro joven que los federales deciden torturar y matar. El toro representa la
juventud del país en que Echeverría creía que el progreso político del país existía. A primera vista
los federales se fracasan y piensan que el toro sea hembra. Así Echeverría nos presenta con la
estupidez de los federales y su tendencia de subestimar el poder y forma verdadera de su
oposición. El toro escapa del matadero y corre por los calles de Buenos Aires con los soldados
federales persiguiéndolo. Así Echeverría muestra al lector el espíritu desafiante y vigoroso de los
unitarios y todos los que estaban en contra la brutalidad de Rosas. Eventualmente los soldados lo
atrapan de nuevo, lo torturan, y lo matan. Ésta escena está repetida casi exactamente igual
cuando al fin del cuento los federales y rezagados del matadero se fijan en un unitario joven que
está paseando por las afueras de la ciudad. En la misma manera que trataron al toro, los soldados
atrapan, torturan, y matan el joven unitario. Echeverría usa este simbolismo para hacer obvio al
lector que el matadero representa Argentina mientras la mantaza dentro del matadero representa
los frecuentes asesinatos de los miembros de la oposición durante la régimen brutal de Rosas. El
joven unitario queda desafiante hasta el final y nunca muestra miedo entre las crueldades de los
federales. Así es que Echeverría manifiesta su espíritu rebelde contra el régimen de Rosas. Las
palabras del joven representan los sentamientos del autor cuando el juez federal de a escena le
pregunta porque no se lleva la insignia del estado como manda Rosas:
-Porque no quiero
-Si, la fuerza y la violencia bestial. Esas son vuestras armas: infames. El lobo, el tigre, la pantera
también son fuertes como vosotros. Deberías andar como ellos en cuatro patas.
-Lo prefiero a que, maniatado, me arranquen como el cuervo, una a una las entrañas.
Resumen
Era época de cuaresma y en Buenos Aires se apegaban totalmente al ayuno y la abstinencia
sobretodo de la carne, para seguir las costumbres de la religión católica. Vino una gran tormenta
que desbordo el rio de la plata y obstaculizo todas la vías de la ciudad, dejando sin novillos por un
gran tiempo a todas las personas. Ante la gran crecida del rio todas las zonas se vieron inundadas y
extendidas sobre todos los campos y las bajas tierras.
Los federales de parte del gobierno de Rosas aprovechaban la situación para culpar a los unitarios,
que se oponían a esa dictadura de semejante calamidad valiéndose de la iglesia católica y logrando
conquistar el apoyo de todos los carniceros por su gran manipulación.
Los alimentos se encarecían brutalmente y sin razón, cada vez existían menos posibilidades de
conseguir alimentos para poder subsistir en medio de la cuaresma. Finalmente la situación fue
empeorando y se generó una gran hambruna que suscito muchas muertes en la ciudad.
El gobierno para calmar el ambiente y ocultar el gran problema envió unos novillos al matadero
del Alto, que resultaban muy pocos para una población tan grande y con tanto consumo de carne.
La población aclamaba con gritos al gran gobierno que les había dado posibilidad de volver a
comer y cada vez se hacía más grande el círculo que rodeaba al matadero con gran algarabía,
esperando a que comenzaran a matar a los novillos.
La primera res que mataron fue toda completa para “el Restaurador”, cosa que no se hizo rara
para nadie pues se sabía de los privilegios que gozaba este círculo político que daba gran apoyo al
gobierno. Empezó a crearse el ambiente grotesco que se podía predecir con la disputa de las
carnes para toda la población que estaba presente, los carniceros al paso del tiempo se convertían
en grandes héroes con sus hachas en mano.
Cuando solo quedaba un novillo empezó la discusión que retaba a los carniceros sobre la raza del
novillo, pues algunos decían que era un toro viejo. Entre la discusión el novillo se soltó el lazo que
lo ataba y en su carrera decapito a un niño. Cuando lograron agarrarlo nuevamente, procedieron a
descuartizarlo.
Se encontraban los carniceros reunidos con el juez y algunos personajes pertenecientes a este
círculo, cuando vieron pasar a un muchacho bien vestido y con la barba corta, símbolo que de una
vez les hizo pensar que era un unitario. Sometieron al unitario a grandes humillaciones y masacres
y al intentar desnudarlo para azotarlo el joven saco toda su rabia con un torrente de sangre que
brotaba de su boca y nariz.
La diversión de los federales había concluido y con esto daban fin a una de sus innumerables
proezas.
Este relato de Echeverría, en el que se emplea la ironía para realizar una crítica social y una
denuncia política de Rosas y el régimen federal, intenta describir lo general a partir de lo particular.
Así, a partir del matadero el autor describe a la Federación y la Mazorca.
Los personajes son descritos en dos grupos opuestos: unitarios y federales. Los militantes del
partido federal, cuyo caudillo era Rosas, son representados como personas crueles y brutales,
bárbaros y brutos, estableciéndose analogía entre los personajes federales y animales como
buitres, lobos y tigres, con gusto por la sangre, actitud depredadora y dominación por el terror y la
violencia. En cambio, los unitarios, con los que se identifica el narrador, son presentados como
personas cultas y amantes de las luces, civilizados. Se establece una comparación entre la figura
del toro, que resiste hasta el final, y el joven unitario que revienta de rabia antes de ser humillado.
Echeverría también describe a otras figuras sociales de la época, como los gringos y la plebe. A los
extranjeros los suele describir con burla, lo que deja entrever algo de desprecio por parte del autor.
Al pueblo lo describe como inculto y hambriento. Los personajes de la plebe, como las negras
achureras y los muchachos que se entrenan en el manejo del cuchillo, son descritos como seres
vulgares y fácilmente manipulables, de manera que se conformen fácilmente con los designios del
Restaurador o los mandatos de la iglesia, y olvidan rápidamente los hechos, como sucedió con el
muchacho degollado
La Cautiva, un poema épico que publicaría en el año 1837, está considerado como el primer
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