Resumen e Interpretación de El Matadero

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Resumen e interpretación de El Matadero

El matadero encarna el ambiente político de Argentina durante la época de la dictadura de Juan


Manuel de Rosas. Echeverría usa la escena del matadero en Buenos Aires para simbolizar el clima
polarizado de la política del país entre 1829 y 1852. La dictadura de Rosas explotaba esta
polarización para ejercer una hegemonía política, económica, y social sobre la gente de Buenos
Aires. Su régimen aterrorizaba mucha de la población del país durante 23 años de tortura y
asesinatos políticos. Echeverría creía que el gobierno racista hacia mucho daño al progreso del
país en que solía destruir nuevas ideas y teorías políticas nuevas, las cuales tenían el poder de
adelantar el país en la forma de muchos jóvenes cultos que deseaban un nuevo camino político.
Los jóvenes estaban completamente en contra de la hegemonía y violencia de Rosas y muchos de
ellos apoyaban las ideales de la oposición: los unitarios. Los unitarios se habían basados en la
política del romanticismo de mucha popularidad en Europa. Entre la locura del matadero de
Buenos Aires Echeverría nos presenta con la perdida del individuo y la barbarie de la multitud
federal que lo había reemplazado debajo el régimen cruel de Rosas. El cuento tiene la intención de
mostrar al lector que aquel clima polarizado y violento no era bueno para el país y que Argentina
tenía que encontrar una alternativa más semejante a la de los unitarios y jóvenes del país, la cual
estaban dispuestos a ofrecer Echeverría y sus compañeros políticos. El cuento empieza durante
una inundación que causa una crisis económica en Buenos Aires. La crisis se manifiesta en una
falta de vacas para el consumo y Echeverría la usa para enfatizar las estructuras de control del
régimen corrupto de Rosas y mostrar cómo impactaban la gente de Buenos Aires. La dictadura
explotaba la iglesia para controlar la gente e inflamar el clima polarizado de la política del país.
Todos los pastores denuncian “los unitarios impíos” como la causa de la inundación y suplican a
“El Dios de La Federación” que salve a la población. De esta manera Echeverría hace obvio el sesgo
de la iglesia a favor de las federales y contra sus rivales políticos: los unitarios. El poder de la iglesia
sobre la gente asegura que los unitarios quedaran como enemigos detestados del estado mientras
que los federales aparecen como líderes escogidos por la voluntad divina. En este clima es fácil
para la dictadura federal presentarse como héroe de la gente que protestaría la población de la
maldad de los unitarios. La intención de Echeverría es mostrar al lector que es así que la dictadura
de Rosas controló a la población y discurso político de Buenos Aires. Este control se manifiesta
cuando al fin el gobierno “provee gentilmente” cincuenta novillos gordos para ayudar a aliviar la
falta de res en la ciudad. Los novillos no son suficientes para alimentar toda la población de la
ciudad y son los federales y sus intereses privados que disfrutan la mayoría de la carne mientras
los pobres de la ciudad quedan para luchar entre si para los trozos de carne que los carniceros del
matadero habían olvidado. La iglesia, de nuevo como herramienta de los federales, ayudó a
prevenir una rebelión por mandar a la población abstenerse de la carne mientras Rosas y sus
secuaces se engordaron. Echeverría manifiesta su indignación hacia esta injusticia y control
excesivo que aplasta el poder y voluntad del individuo cuando dice: Pero no es extraño, supuesto
que el diablo con la carne suele meterse en el cuerpo y que la iglesia tiene el poder de conjurarlo:
el caso es reducir al hombre a una maquina cuyo móvil principal no sea su voluntad divina sino la
de la iglesia y el gobierno. Quizá llegue el día en que sea prohibido respirar aire libre, pasearse, y
hasta conversarse con un amigo, sin permiso de autoridad competente. Echeverría escogió
cuidadosamente el matadero como locus del cuento para enfatizar la barbarie del régimen de
Rosas. Echeverría crea un mundo en que la cosa mas deseaba por los federales es carne y así ellos
se parecen más a caníbales que seres humanos. El autor nos presenta la multitud del matadero,
que esta compuesta principalmente de los pobres de “los suburbios” en las afueras de la ciudad
que representaban los bastiones de los federales y el poder de Juan Manuel de Rosas. La multitud
aparece como un grupo cruel y tonto que vive por el cuchillo y disfruta en la tortura de los que no
están de acuerdos con ellos y las creencias políticas del estado federal.

El lugar del matadero también tiene significado, dado que estaba en las afueras de la ciudad en la
frontera que dividía la barbarie de la ciudad y la ambiente mas civilizada del campo donde la
mayoría de los unitarios se habían escondidos por no ser matados. Aquí Echeverría crea un
ambiente en que puede enfatizar la lucha entre civilización y barbarie, el individuo y la multitud y
finalmente los unitarios y federales. La escena del matadero también expone el racismo que
Echeverría y muchos de sus compañeros tenían hacia los negros, mestizos y mulatos del país (lo
mismo corre para los indios, pero no aparecen indios en El Matadero. Para eso, ver el poema “La
cautiva”, del mismo autor). El régimen de Rosas encontraba mucho apoya entre los pobres de
Buenos Aires, la mayoría de los cuales eran negros. En las regimenes de los unitarios (usualmente
ricos, cultos y blancos) muchos de los negros habían sido criados y empleados en las casas y
empresas de los blancos. Cuando la régimen de Rosas consiguió poder, muchos de estos negros
habían servidos como informantes a los federales. Así que existía una gran desconfianza entre los
blancos (unitarios) y los negros (federales) del país durante la dictadura de Rosas. Por eso,
Echeverría retrató a los negros del matadero como individuos deshonestos que decían mentiras y
robaban entre si. Un ejemplo de este racismo aparece cuando Echeverría escribe de un grupo de
negros entre la locura del matadero:

-Ahí se mete el sebo en las tetas, la tía, gritaba uno.

-Aquel lo escondió en el alzaron, replicaba la negra.

-¡Che!, negra bruja, salí de aquí antes que te pegue un tajo, exclamaba el carnicero.

- ¿Que le hago ño Juan? ¡No sea malo! Yo no quiero sino la panza y las tripas.

-Son para esa bruja: a la m…

-¡A la bruja! ¡A la bruja! repitieron los muchachos, ¡se lleva la riñonada y el tongorí! Y cayeron
sobre sus cabezas sendos cuajos de sangre y tremendas pelotas de barro.

En las últimas escenas del cuento Echeverría usa los papeles de los rezagados del matadero para
mostrar a los federales aún más como individuos brutales. A fines de la matanza de los novillos
queda un solo toro joven que los federales deciden torturar y matar. El toro representa la
juventud del país en que Echeverría creía que el progreso político del país existía. A primera vista
los federales se fracasan y piensan que el toro sea hembra. Así Echeverría nos presenta con la
estupidez de los federales y su tendencia de subestimar el poder y forma verdadera de su
oposición. El toro escapa del matadero y corre por los calles de Buenos Aires con los soldados
federales persiguiéndolo. Así Echeverría muestra al lector el espíritu desafiante y vigoroso de los
unitarios y todos los que estaban en contra la brutalidad de Rosas. Eventualmente los soldados lo
atrapan de nuevo, lo torturan, y lo matan. Ésta escena está repetida casi exactamente igual
cuando al fin del cuento los federales y rezagados del matadero se fijan en un unitario joven que
está paseando por las afueras de la ciudad. En la misma manera que trataron al toro, los soldados
atrapan, torturan, y matan el joven unitario. Echeverría usa este simbolismo para hacer obvio al
lector que el matadero representa Argentina mientras la mantaza dentro del matadero representa
los frecuentes asesinatos de los miembros de la oposición durante la régimen brutal de Rosas. El
joven unitario queda desafiante hasta el final y nunca muestra miedo entre las crueldades de los
federales. Así es que Echeverría manifiesta su espíritu rebelde contra el régimen de Rosas. Las
palabras del joven representan los sentamientos del autor cuando el juez federal de a escena le
pregunta porque no se lleva la insignia del estado como manda Rosas:

-¿Porque no traes divisa?

-Porque no quiero

-No sabes que lo manda el Restaurador.

-La librera es para vosotros, esclavos, no para los hombres libres.

-A los libres se les hace llevar a la fuerza.

-Si, la fuerza y la violencia bestial. Esas son vuestras armas: infames. El lobo, el tigre, la pantera
también son fuertes como vosotros. Deberías andar como ellos en cuatro patas.

-¿No temes que el tigre te despedace?

-Lo prefiero a que, maniatado, me arranquen como el cuervo, una a una las entrañas.

Resumen
Era época de cuaresma y en Buenos Aires se apegaban totalmente al ayuno y la abstinencia
sobretodo de la carne, para seguir las costumbres de la religión católica. Vino una gran tormenta
que desbordo el rio de la plata y obstaculizo todas la vías de la ciudad, dejando sin novillos por un
gran tiempo a todas las personas. Ante la gran crecida del rio todas las zonas se vieron inundadas y
extendidas sobre todos los campos y las bajas tierras.
Los federales de parte del gobierno de Rosas aprovechaban la situación para culpar a los unitarios,
que se oponían a esa dictadura de semejante calamidad valiéndose de la iglesia católica y logrando
conquistar el apoyo de todos los carniceros por su gran manipulación.
Los alimentos se encarecían brutalmente y sin razón, cada vez existían menos posibilidades de
conseguir alimentos para poder subsistir en medio de la cuaresma. Finalmente la situación fue
empeorando y se generó una gran hambruna que suscito muchas muertes en la ciudad.
El gobierno para calmar el ambiente y ocultar el gran problema envió unos novillos al matadero
del Alto, que resultaban muy pocos para una población tan grande y con tanto consumo de carne.
La población aclamaba con gritos al gran gobierno que les había dado posibilidad de volver a
comer y cada vez se hacía más grande el círculo que rodeaba al matadero con gran algarabía,
esperando a que comenzaran a matar a los novillos.
La primera res que mataron fue toda completa para “el Restaurador”, cosa que no se hizo rara
para nadie pues se sabía de los privilegios que gozaba este círculo político que daba gran apoyo al
gobierno. Empezó a crearse el ambiente grotesco que se podía predecir con la disputa de las
carnes para toda la población que estaba presente, los carniceros al paso del tiempo se convertían
en grandes héroes con sus hachas en mano.
Cuando solo quedaba un novillo empezó la discusión que retaba a los carniceros sobre la raza del
novillo, pues algunos decían que era un toro viejo. Entre la discusión el novillo se soltó el lazo que
lo ataba y en su carrera decapito a un niño. Cuando lograron agarrarlo nuevamente, procedieron a
descuartizarlo.
Se encontraban los carniceros reunidos con el juez y algunos personajes pertenecientes a este
círculo, cuando vieron pasar a un muchacho bien vestido y con la barba corta, símbolo que de una
vez les hizo pensar que era un unitario. Sometieron al unitario a grandes humillaciones y masacres
y al intentar desnudarlo para azotarlo el joven saco toda su rabia con un torrente de sangre que
brotaba de su boca y nariz.
La diversión de los federales había concluido y con esto daban fin a una de sus innumerables
proezas.
Este relato de Echeverría, en el que se emplea la ironía para realizar una crítica social y una
denuncia política de Rosas y el régimen federal, intenta describir lo general a partir de lo particular.
Así, a partir del matadero el autor describe a la Federación y la Mazorca.
Los personajes son descritos en dos grupos opuestos: unitarios y federales. Los militantes del
partido federal, cuyo caudillo era Rosas, son representados como personas crueles y brutales,
bárbaros y brutos, estableciéndose analogía entre los personajes federales y animales como
buitres, lobos y tigres, con gusto por la sangre, actitud depredadora y dominación por el terror y la
violencia. En cambio, los unitarios, con los que se identifica el narrador, son presentados como
personas cultas y amantes de las luces, civilizados. Se establece una comparación entre la figura
del toro, que resiste hasta el final, y el joven unitario que revienta de rabia antes de ser humillado.
Echeverría también describe a otras figuras sociales de la época, como los gringos y la plebe. A los
extranjeros los suele describir con burla, lo que deja entrever algo de desprecio por parte del autor.
Al pueblo lo describe como inculto y hambriento. Los personajes de la plebe, como las negras
achureras y los muchachos que se entrenan en el manejo del cuchillo, son descritos como seres
vulgares y fácilmente manipulables, de manera que se conformen fácilmente con los designios del
Restaurador o los mandatos de la iglesia, y olvidan rápidamente los hechos, como sucedió con el
muchacho degollado

Destacado autor de novelas e intelectual argentino, pionero del romanticismoImpulsó el


movimiento en boga por aquel tiempo, conocido como romanticismo y perteneció a la
Generación del 37, una de las más destacadas de la historia intelectual argentina dado que la
compusieron importantísimos pensadores, influidos por el romanticismo francés y el inglés como
ser: Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bautista Alberdi y el personaje que nos ocupa.
Orígenes y formaciónJosé Esteban Antonio Echeverría Espinosa, tal era su nombre
completo, nació en Buenos Aires, por aquel tiempo Virreinato del Río de la Plata, el 2 de
septiembre del año 1805.Sus orígenes mezclaban raíces españolas y criollas, dado que su padre
era ciudadano español y su madre criolla.Cuando todavía era muy pequeño su padre fallece y su
madre se hace cargo de su formación para luego continuarla en la escuela de San Telmo.Pero la
tragedia familiar volvería a tocarlo en su adolescencia con la temprana muerte de su madre.A partir
de ese momento, su vida de alguna manera pierde un tanto el rumbo, aunque, la formación no la
descuidaría y destacaría como alumno.En el año 1823 abandona los estudios para dedicarse a la
actividad del comercio y a los dos años decide retomar su educación y se embarca hacia Europa,
más precisamente a París.Allí estudiaría materias como ser: literatura, economía, política y
filosofía.La estadía en el exterior no solamente lo haría madurar sino también ampliaría
enormemente su panorama cultural, regresando a Buenos Aires con una sólida preparación.El
regreso se produce en el año 1830 y de inmediato introduce al romanticismo en el país a través
de diversas obras que se publicarían en periódicos de la época.Integró la Generación del
’37, un movimiento intelectual que sentaría las bases de la organización nacional y
promovería la democracia y la defensa de los derechos del hombreLa Generación del 37, a la
cual pertenecía Echeverría, creó un lugar especial de reunión, el Salón Literario, que
funcionaba detrás de la librería de Marcos Sastre y fue el espacio en el cual se juntaban para
intercambiar ideas y conceptos sobre la política y la cultura.El mencionado fue un movimiento
integrado por argentinos pero que por supuesto se había formado a base de un variable ideario
que procedía de diversas partes del mundo, especialmente Europa, una cuna por aquellos años de
las nuevas ideas en materia política, económica, social, cultural.Estos intelectuales que
conformaron esta generación promovían la instalación de la democracia como formato de
gobierno, abandonando para siempre el sistema monárquico procedente de la colonia.Impulsaban
el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos y el mejor vehículo que hallaron para
expresar esa catarata de buenas nuevas fueron sus obras literarias que estaban especialmente
influenciadas por el romanticismo francés e inglés.No se puede soslayar la influencia que esta
generación ejerció en la organización nacional argentina que luego de la proclamación de la
independencia en 1816 respecto de España, y de las guerras civiles que se sucedieron, el bando
victorioso tuvo una inspiración directa en estos intelectuales para proceder a la mencionada
organización y para darle curso al texto y ley más importante del país como fue la constitución
nacional de 1853.Los miembros de la generación del ’37 fueron mayormente ex alumnos del
colegio de ciencias morales, hoy conocido como nacional de Buenos Aires, nacido bajo la
autoridad de Bernardino Rivadavia y que Rosas oportunamente se ocupó de clausurar por
considerarlo un espacio opositor a su régimen.Tanto Echeverría como sus colegas consideraban
que eran los hijos de la Revolución de Mayo, porque habían nacido en su desarrollo o
inmediatamente después de la misma, el acontecimiento crucial que sin dudas marcó el camino
hacia la libertad y el fin de la colonia.Ahora bien, disponían algunas discrepancias con la manera
con la cual se llevó a cabo la revolución y estaban convencidos que solamente ellos podían hacer
progresar al país hacia un estadio más moderno en todo aspecto.Cuando el general
Rosas descubrió las reuniones que mantenían estos intelectuales hizo cerrar el salón, de todos
modos y más allá de esta censura típica del régimen rosista, estos ya habían sembrado su
influencia y cuando la política se calmase, sus ideas sobrevivirían para dar paso y norte a la

Si bien Echeverría desplegó una activa participación en la movida cultural de Montevideo no se

involucraría en la punzante resistencia rosista que se armó en la ciudad.

La Cautiva, un poema épico que publicaría en el año 1837, está considerado como el primer

antecedente de la novela argentina y es un fiel representante del romanticismo argentino.

Resumen

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