La Situación Analítica
La Situación Analítica
La Situación Analítica
PSICOANÁLISIS
RESUMEN
Este trabajo trata de sacar las consecuencias de la importancia que atribuyen los
trabajos recientes a la contratransferencia. Si ésta cobra un valor teórico y técnico igual
al de la transferencia, se configura la situación analítica como un campo bipersonal
dinámico, y los fenómenos que en ella ocurren tienen que formularse en términos
bipersonales.
Se describe primero el campo de la situación analítica en su estructura espacial,
temporal, funcional, y se recalca su carácter triangular (el tercero presente-ausente en
el campo bipersonal). Se insiste luego sobre la ambigüedad de este campo, haciendo
especial énfasis en su aspecto corporal (siendo las vivencias corporales en el analista y
en el paciente particularmente reveladoras de la situación inconsciente en el campo).
Se estudian las distintas estructuras dinámicas o líneas de orientación del campo:
el contrato analítico, la configuración del material manifiesto, la configuración
inconsciente —manifestándose la fantasía inconsciente bipersonal por un punto de
urgencia interpretable— que produce la estructura del campo y sus modificaciones. Se
trata de describir las características de esta fantasía inconsciente de pareja: su
movilidad, su indefinición, la importancia que cobran los fenómenos de identificación
proyectiva e introyectiva en su estructuración.
Se pasa después a estudiar el funcionamiento de este campo, oscilando entre la
movilización y el estancamiento, la integración y el clivaje. Se hace especial referencia
al concepto de “baluarte” inconsciente clivado como problema técnico de suma
importancia.
Se describe la tarea del analista como un dejarse involucrar parcialmente en la
microneurosis o micropsicosis de transferencia-contratransferencia y la interpretación
como medio de rescate simultáneo de las partes del analista y del paciente in-
volucradas en el campo. Se trata finalmente de describir el acto de “insight” según el
aspecto bipersonal en el cual lo experimentamos en el proceso analítico.
SUMMARY
This report intends to draw the consequences of the importance attributed to
counter-transference by recent studies. If counter-transference acquires a theoretical
and technical value equal to that of transference, the analytic situation appears as a
dynamic by-personal field and the phenomena occurring in it must be formulated in bi-
personal terms.
Este trabajo es un intento de síntesis de ideas ya expuestas por ambos autores en trabajos anteriores, varios de
ellos inéditos por razones de discreción. Su fundamentación técnica figura en dichos trabajos.
The various dynamic structures and directing lines on the field are discussed: the
analytical contract, the structure of over material, the unconscious configuration —the
unconscious bi-personal phantasy which gives rise to an interpretable “point of
emergency”— and produces the structure of the filed and its modifications. An attempt
is made to describe the characteristics of this unconscious pair-phantasy: its
changefulness and indefinition, the importance of projective and introjective iden-
tification in its production.
Further the functioning of this field, which sways between damming up and
changefulness, integration and splitting, is discussed. The concept of the unconscious
and splitted “bastions” as a technical problem of outmost importance is particularly
emphasized.
The analyst’s task is described as his partial sinking in the transferencial-
countertransferencial microneurosis or micropsychosis, and the interpretation as a
means of simultaneous recuperation of the analyst’s and analysand’s parts sunk in the
field. There comes an attempt to describe the act of “insight” from the bi-personal point
of view in which we experience it during the analytic process.
RESUME
Se podría decir que todo acontecimiento dentro del campo analítico se vive según
la categoría del “como si”. Claro que no es la única situación donde se viven las cosas
en esta forma. Un actor que representa el papel de Hamlet actúa y siente como si lo
fuera, pero no es Hamlet y no pierde la consciencia de su propia persona. Asimismo en
un amor, una amistad, el objeto es siempre más para nosotros de lo que es “en
realidad”, lleva consigo el peso de nuestros amores y amistades anteriores.
Sin embargo, aquí la situación es distinta: en la vida corriente tratamos de
relacionarnos con las personas según su realidad objetiva, y no según proyecciones
subjetivas nuestras; en la situación analítica tratamos de eliminar al máximo las
referencias a nuestra personalidad objetiva, y de dejarla en el mayor grado posible de
indefinición.
Si el paciente vivenciara su analista tal como es (si, por ejemplo, se limitara a
considerarlo como su analista), suprimiría el fenómeno transferencial, lo que es
evidentemente inconcebible, y suprimiría por lo mismo toda posibilidad de análisis.
Es esencial para el procedimiento analítico que toda cosa o todo acontecimiento en
el campo sea al mismo tiempo otra cosa. Si se pierde esta ambigüedad esencial,
desaparece también el análisis. Un buen ejemplo de esto serian los episodios donde el
campo es invadido por una situación de persecución. El paciente transfiere sobre su
analista, y a veces con mucha intensidad, una serie de figuras internas perseguidoras
originadas en su historia. El miedo transferencial y el resentimiento llegan a su acmé;
sin embargo, el paciente sigue concurriendo a las sesiones y continúa esperando de su
analista una ayuda para resolver su situación. Es decir, que el paciente siente y actúa
Hemos señalado que el campo de la situación analítica tiene, por lo menos, dos
estructuraciones superpuestas: la estructura bipersonal terapéutica de base, y las
estructuras cambiantes, tri o multipersonales por lo general, que la encubren. Uno se
da cuenta en seguida de la insuficiencia de esta descripción. La ambigüedad de la
situación analítica no se reduce nunca a estas dos estructuraciones, y entre la situación
contractual generalmente implícita, por una parte, y el contenido manifiesto de la
comunicación verbal del paciente al analista por la otra, intervienen estructuraciones
inconscientes de importancia determinante. Las dos estructuraciones extremas, tales
como se vivencian en un momento particular, poseen un significado, o un contenido
latente. Cuando se trata de la situación expresada verbalmente, esto va de por sí. Si,
por ejemplo, el analizando se queja de una situación matrimonial frustrante (contenido
manifiesto) puede, sea buscar a su analista como aliado de sus deseos de gratificación,
sea considerarlo inconscientemente como causante de esta situación, sea pedirle una
gratificación directa, o muchas cosas más (contenido latente). Cuando se trata del
contrato de base, la existencia de un contenido latente no se hace siempre evidente,
aunque esté siempre presente bajo forma de fantasía del proceso analítico y de
fantasía de curación. Sin embargo, se hace manifiesta muy a menudo por todas las
alteraciones que el paciente impone al contrato (llegar tarde, no venir a la sesión,
preguntar, disimular conscientemente, tratar de intervenir activamente en la vida del
analista para controlarlo, etc....). En todos estos casos, y en muchos más, aparece el
hecho de que el contrato de base analítico no constituye, aun si ha sido explícitamente
formulado, sino el aspecto superficial de otro contrato, inconsciente para el paciente, y
muy distinto de lo que se ha estipulado. Está bien conocido que el paciente puede
aceptar el análisis con la fantasía inconsciente de adquirir omnipotencia fálica, por
ejemplo, o de vengarse en la persona del analista de malos tratos y frustraciones
recibidos en realidad o en fantasía de tal o cual de sus objetos infantiles. En este caso,
el faltar a la sesión puede significar, por ejemplo: “Yo hago lo que quiero, y Ud. es
impotente para impedirlo”, o bien “lo dejo plantado y lo privo de mi presencia como
hicieron conmigo”.
En esta forma, tanto el contrato de base como el material manifiesto, apuntan a
otra estructuración, y no pueden entenderse prescindiendo de ella. Además, en todos
los casos de alteración del contrato de base, el material manifiesto, aunque no tenga
que ver abiertamente con esta alteración, apunta a la misma situación subyacente que
ella.
No es, por lo tanto, tergiversar los hechos sostener la existencia de tres
estructuraciones distintas. Pero, ¿no serán las cosas aún más complicadas? Si la
situación de base y la situación verbalmente expresada se relacionan con una tercera
situación inconsciente, esta misma no se produce porque sí en tal momento de un
análisis. Tiene su origen en situaciones históricas e infantiles en la vida del paciente y
también ha sido reactivada por alguna situación exterior vivenciada por el analizando.
Nada más ilustrativo de todo esto que el análisis de un sueño. Este ha estado
estimulado por una situación actual e incluye restos diurnos. También expresa una
situación histórica relacionada con la primera, también tiene un contenido manifiesto
que puede o no incluir al analista. También es comunicado al analista con una
determinada fantasía de lo que él va a hacer con este sueño, de cuál es su trabajo, de
lo que se puede esperar de él. Todo esto puede ser materia de interpretación, pero no
nos quedamos realmente satisfechos y con la impresión de haber interpretado
21. KLEIN, Melanie.— Notas sobre algunos mecanismos esquizoides. “Revista Psa.”,
Buenos Aires, 1948, T. VI, Nº 1.
22. KLEIN, Melanie.— “On Identifieation” in New directions in PsychoAnalysis,
Tavistock 1955.
23. LIBERMAN, David.— Identificación proyectiva y conflicto matrimonial. “Revista