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69-97, 2006
Lucía W. Martínez Q.
Universidad de Los Andes1
luciam@ula.ve
Resumen
La temporalidad y la diversidad laboral rural, la interrelación cotidiana campo-ciudad, el
desdibujamiento de los límites entre lo urbano y lo rural, la introducción de nuevas
tecnologías de información y de comunicación, la inserción del concepto de género en las
políticas públicas y en los planes nacionales y regionales, la conservación del ambiente, la
preservación del patrimonio cultural e histórico, entre otras tantas actividades…, coexisten
en un mismo contexto espacial, la cual se visibilizan día a día tanto al interior como al
exterior de sus territorios e inciden en la búsqueda de un nuevo enfoque de lo rural. El
objetivo del trabajo es revisar los cambios y las transformaciones que han ocurrido en el
espacio rural venezolano en las últimas décadas.
Palabras claves: Nueva Ruralidad, Espacio Rural, Venezuela
Resumo
A temporalidade e a diversidade do trabalho rural, a inter-relação cotidiana campo-cidade,
o desaparecimento dos limites entre o urbano e o rural, a introdução de novas tecnologias
de informação e de comunicação, a inserção do conceito de gênero nas políticas públicas e
nos planos nacionais e regionais, a conservação do ambiente, a preservação do patrimônio
cultura e histórico, entre outras tantas dimensões..., coexistem no mesmo contexto espacial,
as quais se vêem sempre tanto no interior como no exterior de seus territórios e incitam a
busca de um novo enfoque do rural. O objetivo do trabalho é revisar as mudanças e as
transformações que ocorreram no espaço rural venezuelano nas últimas décadas.
1
Docente Investigadora del Dpto. de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes Táchira. Venezuela. Dirección: Apto Postal
685. San Cristóbal 5001-A. Táchira. Venezuela. Telefax: +58/276/3405144. Email: luciam@ula.ve; luciamartinezq@cantv.net. El
artículo forma parte del proyecto de investigación parcialmente subvencionado por: CDCHT ULA Código NUTA-H-148-01-09-B. Parte
de este artículo fue presentado como Ponencia Central en el XI Encuentro de Geógrafos de América Latina en Bogotá- Colombia (2007).
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Abstract
The temporality and the rural labour diversity, the daily interrelationship and the blurring of
the limits between urban and the rural thing, the introduction of new technologies of
information and of communication, the insertion of the concept of genre in the public
policies and in the national and regional plans, the conservation of the environment, the
preservation of the cultural and historical patrimony, among other activities…, coexists in a
same space context, to be visible as much to the inside as to the outside of its territories and
affect the search of a new approach of the rural thing. The objective of this work is to
review the changes and the transformations that have happened in the Venezuelan rural
space in the last decades.
Key words: New rurality, Rural Space, Venezuela.
Introducción
El espacio rural venezolano ha sufrido grandes cambios a nivel
demográfico, económico e institucional, donde la visión de desvalorización que se tenía
con relación de lo rural frente a lo urbano ha ido perdiendo vigencia, pues la rapidez en las
transacciones financieras, comunicacionales y de información, la continuidad territorial, las
nuevas interrelaciones planteadas entre actores sociales, económicos, políticos y culturales,
la visibilización de la pluriactividad con sus redes fuertemente influenciadas por patrones
urbanos, levantan un velo y permite reexaminar bajo otra perspectiva lo que ha sido
considerado como espacio urbano relacionado con lo contemporáneo, y aquello
considerado como espacio rural, lo tradicional. Entonces, se debe preguntar ¿Cómo se
explican y se entienden los cambios que han ocurrido en el espacio rural venezolano?
Algunos investigadores han planteado diversas teorías y la que ha ido cobrando fuerza en
América Latina es la “Nueva Ruralidad” (Gómez, 2003; Llambi y Pérez ,2006; Salas,
2006).
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La Nueva Ruralidad
La ruralidad hoy día es un proceso, es una dinámica que rompe la
concepción dicotómica entre lo urbano y lo rural, al considerar variables que van más allá
de criterios demográficos (tamaño y densidad de la población) y económicos (agricultura).
En el espacio rural se han construidos nuevos territorios, donde se establecen
cotidianamente flujos bidireccionales en lo comercial, en lo financiero y en lo poblacional
con el medio urbano, pero las actividades agropecuarias siguen vigentes entrelazadas con
una diversidad de actividades productivas y de servicios: artesanía, extracción de recursos
naturales, turismo rural, ocio y recreación, pesca, agroindustria, minería, educación, salud,
transporte, talleres de mecánica, comercio (alimentos, ropa y abarrotes, licorerías y bares,
insumos agrícolas…), deporte, gobierno local, preservación del patrimonio histórico y
cultural, protección del ambiente… (Pérez, 2001; Gómez, 2003). Las actividades
agropecuarias no desaparecen a pesar de la importancia que pueda tener el trabajo no
agrícola, pues las mismas garantizan la reproducción familiar a través del autoconsumo, de
la venta de excedentes y del manejo sostenible que se le brinde al ambiente.
El funcionamiento del mercado de trabajo ha cambiado a través del
tiempo al desdibujarse los límites entre el campo y la ciudad, lo que ha alterado
significativamente la organización de los espacios rurales. El deterioro paulatino de las
condiciones de vida en las ciudades (contaminación, inseguridad, bajo poder adquisitivo,
altos costos en la construcción…) ha impulsado a una parte de la población urbana, ávida
de tranquilidad y de belleza por los paisajes naturales (idilio rural), a residenciarse en el
campo. La aparición de movimientos pendulares de población, donde unos trabajadores
urbanos (temporales, informales o con multiempleos) tienen residencia en el medio rural;
otros viven en la ciudad con sus familias pero trabajan en el campo (administrador, capataz,
técnico agrícola y/o pecuario, veterinario, docente, médico, funcionario público…); otros
viven y trabajan en la ciudad de lunes a viernes y el fin de semana se trasladan a sus
unidades de explotación para trabajar en ellas (agricultura a tiempo parcial). Además, la
instalación de industrias y el florecimiento de actividades terciarias en el medio rural han
empleado a personas que anteriormente se encontraban ocupadas en actividades
exclusivamente agropecuarias.
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Caribe, por el sur con la República del Brasil, por el este con el Océano Atlántico y la
República de Guyana y por el oeste con la República de Colombia. Su división política
territorial se encuentra conformada por 23 Estados, un Distrito Capital (Caracas) y por las
Dependencias Federales (72 islas).
Venezuela es un país que posee una diversidad de relieve (Islas y costas
venezolanas, Cordillera del Caribe, Cordillera de Los Andes, Cuencas sedimentarias
continentales y litorales, Serranía Falcón–Lara y el Macizo Guayanés); un mosaico de
unidades florísticas-fisionómicas con más de 150 tipos diferentes de vegetación; y una gran
variedad de suelos que van desde suelos ácidos con baja fertilidad (Oriente y sur del país),
pasando por suelos neutros o ligeramente ácidos con problemas de drenaje y mediana
fertilidad (Llanos occidentales y centrales) hasta suelos neutros y alcalinos con una
fertilidad relativamente alta (valles intramontanos y zonas semiáridas). La temperatura
varía en función de la altitud, con un promedio de 28ºC en tierras bajas y temperaturas
menores a los 10ºC en tierras frías (>3000 msnm). Con relación a las precipitaciones,
Venezuela presenta un régimen bimodal (Cuenca del Lago de Maracaibo) y un régimen
unimodal (Cuenca del Río Orinoco con una estación lluviosa entre abril y noviembre y una
estación seca que ocurre entre los meses de diciembre a marzo).
La República Bolivariana de Venezuela registra un total de 23.232.553
habitantes, según el Censo de Población y Vivienda del año 2001, de los cuales el 49,48%
son hombres y el 50,52% son mujeres. Al norte del Eje Orinoco-Apure, desde el Estado
Zulia hasta el Estado Sucre, se localizan el 90% de la población venezolana. En el Distrito
Capital y en los Estados Vargas, Miranda, Aragua y Carabobo se concentran el 40% de la
población y se ubican las ciudades más importantes de Venezuela; se encuentran más del
70% de las industrias con un 75% del empleo manufacturero; y se acumula casi el 50% del
capital fijo generador del más del 60% de la producción bruta petrolera2.
2
Cinco polos para una nueva república. Equilibrio territorial. Disponible en http://www.mpd.gov.ve.
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Fuente: INE
Fuente: INE
3
El INE ha adoptada la definición de Área Urbana para el conjunto de centros poblados con 2.500 o más
habitantes; y para el Área Rural al conjunto de centros poblados con menos de 2.500 habitantes.
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pecuarios. En el sur del país, la agricultura ha sido poco desarrollada pero presenta una alta
riqueza en biodiversidad, y se mantiene como el reservorio de agua y oxigeno del país.
Las principales industrias de Venezuela se encuentran en el sector de
hidrocarburos, materiales de construcción, agroindustria, textiles, hierro, acero, aluminio,
ensamblado de vehículos y telecomunicaciones. Las exportaciones se realizan con
productos minerales (especialmente petróleo y sus derivados, aluminio, hierro y gas
natural) petroquímicos y manufacturas básicas; y las importaciones se llevan a cabo con
maquinaria, equipos de transporte, productos químicos, manufacturas y plásticos, materias
primas y alimentos.
cancelar sus préstamos (no solo a la banca sino también a los prestamistas particulares); la
inversión pública al sector agrícola fue escasa.
Durante el gobierno de Jaime Lusinchi (1984-1989) se anuncia un
paquete económico con: una nueva devaluación de la moneda nacional y un sistema de
cambio diferencial; una liberación de precios de bienes y servicios; un aumento de la
gasolina; y una reducción de la burocracia. Al mismo tiempo, para compensar el impacto
que iría producir este programa sobre la capacidad adquisitiva del venezolano, se anuncia
unas medidas compensatorias salariales (bono de transporte y comedores industriales). En
el sector agrícola y pecuario se instrumenta políticas de subsidios a los insumos
(fertilizantes, alimentos concentrados) y a los precios; se comienza con la cancelación de
las deudas por parte de la Corporación de Mercadeo Agrícola a los agricultores; se reduce
la tasa de interés para los créditos agrícolas la cual es de 8,5%; el sector bancario privado se
le obliga a otorgar créditos al sector agrícola; se adopta un tipo de cambio diferencial para
las importaciones de maquinarias, insumos, equipos agrícolas y semovientes; se garantiza
la colocación de las cosechas en el mercado nacional; se firman convenios que obligan a la
agroindustria a comprar la producción nacional; se incrementa los niveles de empleo
agrícola… Los rubros que mostraron mayor dinamismo fueron el maíz, el sorgo, las
oleaginosas, la caña de azúcar, la leche, la carne de aves y los huevos.
El segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) recibe un país
con pocas reservas internacionales y con un gran déficit fiscal. A partir de 1989, se
comienzan a generar cambios significativos en el sector agrícola, producto de un programa
de ajuste de orientación “ortodoxa” que se encuentra sujeto a organismos multilaterales
(Fondo Monetario Internacional-FMI, Banco Mundial- BID). Dicho programa establece
reformas fiscal y del sistema financiero; igualmente realiza una reforma comercial y
apertura de los mercados; sustituye el cambio preferencial por uno tipo de cambio bajo un
sistema flexible; libera las tasas de interés que restringe la solicitud de créditos agrícolas lo
que desestimula la inversión agrícola; reduce o elimina los subsidios que ocasionan el
encarecimiento de las maquinarias, equipos e insumos agrícolas y de los servicios y que
mantiene el alza de los costos de producción; introduce un impuesto sobre la venta; reduce
el papel del Estado en la economía. Este programa de ajuste no aseguró el crecimiento
sostenido del PIB; no disminuyó la pobreza; no descendió la tasa de inflación; no revirtió la
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tendencia del deterioro del salario real ni mejoró la distribución del ingreso; el mantener las
altas tasas de interés no estimularon la inversión agrícola; se reestructura el Fondo de
Crédito Agropecuario (FCA) y el Instituto de Crédito Agropecuario (ICAP) y se elimina el
Banco de Desarrollo Agropecuario (Bandagro). Aunado a las dificultades económica,
financiera, fiscal, comercial y social que presentaba el país se le añade la inestabilidad
política con el alzamiento de los militares entre los años de 1992 y 1993.
En las décadas de los ochenta y los noventa, la población urbana se
incrementa solamente en un 4% y la población rural disminuye proporcionablemente a la
urbana en un 4%. Hay un retorno al campo de una mano de obra no especializada (buena
parte de ella fue agricultora en otras épocas o son los descendientes que vuelven a sus
raíces, a su herencia, especialmente la andina…) por el desempleo urbano creciente (una
parte de esta población trabajaba como obrera en industrias de calzado y textiles o como
trabajadora domestica), por el incremento de la marginalidad y de la inseguridad y por una
escalada en los precios de los alimentos y de los servicios públicos en las grandes ciudades.
En 1994 se produce una profunda crisis del sistema financiero, con el alza
del precio del dólar, una fuga masiva de capitales, una hiperinflación, un incremento del
desempleo… por lo tanto, el segundo gobierno de Rafael Caldera (1994-1998) se ve en la
necesidad de adoptar un programa económico basado en controles. En 1996, la crisis
económica se agudiza lo que genera un nuevo programa económico denominado “Agenda
Venezuela”. Dicho programa incluye la eliminación de los controles de cambio; el aumento
de la gasolina y de lo demás derivados de hidrocarburos en el mercado interno; el
pronunciamiento de una política de apertura petrolera; la privatización de las empresas
básicas y de bancos; la liberación de las tasas de interés y de los precios; se decreta la
reforma del sistema de seguridad social. Se comienza una reforma comercial agrícola que
trata de minimizar los niveles de protección; se elimina las barreras al libre comercio; se
crea estímulos a las exportaciones; se genera la estabilización de precios agrícolas (franjas
de precios); se reducen las tasas de interés para créditos agrícolas; se disminuyen los
precios de los fertilizantes; se establecen circuitos sensibles (alimentos balanceados para
animales, cereales de consumo humano, azúcar, leche, oleaginosas y productos derivados);
se estimulan programas sociales orientados a proteger a los sectores populares y aquellos
más desfavorecidos o marginales como es el sector rural.
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Figura 2. Población del Área Rural por Situación en la Fuerza de Trabajo. Venezuela.
Años 1981, 1990, 2001.
Cuadro 2. Población del Área Rural en la Fuerza de Trabajo por rama de actividad
económica. Venezuela. Años 1981, 1990, 2001.
Rama de 01 02 03 04 05 06 07 08 09
Actividad
1981
Varones 96.6 95.7 83.0 94.6 98.6 77.2 95.2 75.7 50.3
Hembras 3.4 4.3 17.0 5.4 1.4 22.8 4.8 24.3 49.7
1990 01 02 03 04 05 06 07 08 09
Varones 96.9 92.1 82.4 92.3 98.2 75.4 96.3 72.8 47.0
Hembras 3.1 7.9 17.6 7.7 1.8 24.6 3.7 27.2 53.0
2001 01 02 03 04 05 06 07 08 09
Varones 95.7 93.0 82.9 93.2 97.4 68.6 94.6 80.9 36.3
Hembras 4.3 7.0 17.1 6.8 2.6 31.4 5.4 19.1 63.7
Rama de Actividades Económica: (01) Agricultura, Caza, Silvicultura y Pesca. (02) Hidrocarburos y
Explotación de Minas y Canteras. (03) Industrias Manufactureras. (04) Electricidad, Gas y Agua. (05)
Construcción. (06) Comercio al por mayor y al por menor, restaurantes y hoteles. (07) Transporte,
almacenamiento y comunicaciones. (08) Establecimientos financieros, seguros, bienes inmuebles y servicios
prestados a las empresas. (09) Servicios comunales, sociales y personales.
Nota: Para los censos de 1981 y 1990, la población es de 12 años y más. Para el censo de 2001, la población
es de 10 años y más. Fuente: INE. Censos Oficiales
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Consideraciones finales
La nueva ruralidad ha hecho emerger un proceso complejo de
transformación y de organización de los territorios rurales como son: las interrelaciones
cotidianas entre pequeñas ciudades y el campo que las circundante, donde lo urbano se
ruraliza y lo rural se urbaniza; la diversificación de actividades no agrícolas; la dualidad de
la agricultura (agro-empresarial y agricultura familiar), la visión diferente de la agricultura
(además de su función estratégica y económica y se le agrega un rol esencial de
mantenimiento y preservación del medio rural y del patrimonio cultural); la temporalidad
en el trabajo; el acceso a las tecnologías de información y de comunicación; la dualidad de
territorios y su relación con la proximidad o lejanía a los centros urbanos; la creciente
función residencial del medio rural y la provisión de servicios residenciales (educación,
salud, ocio y recreación, comercio, transporte, comunicaciones) a las poblaciones rurales;
las tendencias migratorias inciertas de los jóvenes rurales; el creciente desarrollo de áreas
de segunda residencia; la articulación del medio rural con los mercados nacionales e
internacionales; el multiorigen de los ingresos de las familias rurales; la visibilidad de las
mujeres en el trabajo productivo y su rol en el hogar en función de la temporalidad; los
cambios en las relaciones sociales establecidas en y fuera de la comunidad; el proceso de
desagrarización creciente; la desfamiliarización de la unidad productiva; la pérdida de
credibilidad de las organizaciones de productores; el fortalecimiento de cooperativas y de
consejos comunales; el reforzamiento de las identidades locales y la recuperación de estilos
de vida, tradiciones y costumbres en los espacios rurales; el manejo, uso y conservación de
los recursos naturales; el uso del paisaje natural como espacio para el ocio y la recreación…
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