Guía IV F. Nietzsche 2019

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Guía de contenidos: “Fundamento Moral de F.

Nietzsche”
Filosofía IV año medio.

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Friedrich Nietzsche: (Alemania, 1844-1900)


“Mis pensamientos sobre la procedencia de nuestros prejuicios morales —pues de ellos se
trata en este escrito polémico— tuvieron su expresión primera, parca y provisional en esa
colección de aforismos que lleva por título “Humano, demasiado humano”. Un libro para
espíritus libres, cuya redacción comencé en Sorrento durante un invierno que me
permitió hacer un alto como hace un alto un viajero y abarcar con la mirada el vasto y
peligroso país a través del cual había caminado mi espíritu hasta entonces.

[…] No tenemos nosotros derecho a estar solos en algún sitio: no nos es lícito ni
equivocarnos solos, ni solos encontrar la verdad. Antes bien, con la necesidad con que un
árbol da sus frutos, así brotan de nosotros nuestros pensamientos, nuestros valores,
nuestros “síes” y nuestros “noes”, nuestras preguntas y nuestras dudas —todos ellos
emparentados y relacionados entre sí, testimonios de una única voluntad, de una única
salud, de un único reino terrenal, de un único sol. —¿Os gustarán a vosotros estos frutos
nuestros? —Pero ¡qué les importa eso a los árboles! ¡Qué nos importa eso a nosotros los
filósofos!” (F. Nietzsche, Genealogía de la moral, prefacio)

Con su crítica del esencialismo moral, Nietzsche inaugura un nuevo tipo de preguntas. Si
tradicionalmente los filósofos se han preocupado por las esencias, lo importante ahora es
fijarse en las condiciones o presupuestos vitales de los juicios que emitimos acerca de la
realidad. Así. las clásicas preguntas del tipo ¿qué es la Verdad? o ¿qué es el Bien? ¿qué es
el Mal?, son desplazadas por otras como: ¿quién juzga algo como verdadero o bueno, y en
qué medida le beneficia realizar tales juicios?, ¿qué formas de sentir y pensar, qué
maneras de vivir predisponen a interpretar el mundo de ese modo?, etcétera.

Por ejemplo, Nietzsche analiza genealógicamente el ideal


del «amor al prójimo» remitiéndose a los orígenes de la
religión cristiana. En concreto, nos dice que en el mundo
romano los estratos más bajos de la sociedad abrazaron
el cristianismo y fueron formando asociaciones de mutua
beneficencia. Según su interpretación, la solidaridad
logró que los primeros cristianos se sintieran útiles y
encontraran cierto consuelo gracias a «la alegría de dar
alegría». Ayudar a los demás es la fuente mínima de
felicidad al alcance de los más desvalidos, una forma de
obtener «la más pequeña forma de superioridad».
Vemos, pues, que Nietzsche desmonta este ideal moral
poniendo de manifiesto los beneficios psíquicos que
proporciona a un tipo concreto de personas.

En definitiva, la estrategia genealógica de Nietzsche, coherente con la muerte de Dios,


desenmascara el origen «humano, demasiado humano» de nuestras ideas acerca de lo que
es bueno o malo. La moralidad se desvela como una mera «invención» interesada, un
agarradero que ya no es visto como algo «necesario» (algo que sólo puede ser como es)
sino «contingente» (algo que puede ser de muchas maneras). Este planteamiento le
permite vislumbrar la posibilidad de una superación del orden moral y político de la
Modernidad: del mismo modo que el cristianismo se impuso sobre la concepción del
mundo propia de la Antigüedad, nada impide imaginar un mundo futuro en el que las
personas no se guíen ya por los ideales cristianos.

Lo que el pensamiento nietzscheano quiere expresar -en cuanto a la moral- es que ya no es


necesario extrapolar todo a un sentido metafísico, esto quiere decir, que ni Dios ni el alma,
y menos aún la religión, van a ser elementos fundamentales para entender el
comportamiento moral del ser humano.

Nietzsche cree que, de una manera u otra, Dios impregna toda la cultura europea de su
tiempo. A sus ojos, todo el pensamiento occidental se mueve de un modo u otro dentro de
las coordenadas de la metafísica idealista cristiana. Como acabamos de ver. Dios está
presente en la religión y en su hermana la filosofía, e incluso en la ciencia. Su huella es
también evidente en la moral, cuya forma y contenido son fundamentalmente cristianos,
así como también en la política.

La realidad no es más que un enorme caos dinámico, un devenir de fuerzas en constante


oposición. Para desenvolvernos en este caos, los frágiles animales humanos hemos
fabricado palabras y conceptos con los que comunicarnos entre nosotros y operar en el
mundo. Según Nietzsche, el problema es que los humanos hemos olvidado que el lenguaje
es una mera herramienta cuyo objetivo es hacernos la vida más fácil, y creemos en su
lugar que nos permite acceder a la esencia de las cosas.

Debemos entender entonces que todo extremismo, todo


fanatismo degenera en mal social. Pues, el cristianismo,
simiente de la valoración máxima del espíritu, al ser
llevado su pensamiento a la práctica extremista ha
engendrado persecución y muertes injustificadas…

Para Nietzsche la sociedad domestica al hombre


haciéndolo parte del rebaño, la sociedad está compuesta
de seres alienados que alienan. Solo el hombre libre es
propietario de una voluntad larga e inquebrantable, solo
a él le es licito prometer; siendo esta una medida de valor
apropiada para medir la voluntad del hombre.

Es importante destacar que, en la época vivida por Nietzsche, el cristianismo encarnado


en el catolicismo había sufrido un gran número de críticas surgidas desde puntos de vistas
adversos a posturas rígidas de la Iglesia. Además, habían surgido el evolucionismo como
explicación al surgimiento y evolución de la vida en el planeta, concepción que
justificadamente se opone a la concepción bíblica aceptada sin refutación hasta el
momento…

En el constante devenir la voluntad de poder es el requisito necesario para transmutar la


sumisión a la voluntad divina, a la fuerza, el dinamismo natural en el cuerpo. La vida es
escenario para desarrollar la Voluntad de Poder.

¿Qué vendrá ahora para el pensamiento ético? -> Dios ha muerto y ya no hay un
argumento religioso que pueda salvarnos cuando ya no hay argumentos para discutir las
acciones de las personas… ¿Cuál es el siguiente paso?

Nietzsche propondrá entonces que el übermensch (superhombre en español, es una


persona capaz de generar su propio sistema de valores identificando como bueno todo lo
que procede de su genuina voluntad de poder, podría decirse que es muy parecido al
resultado de una persona kantiana que cumple al 100% las leyes morales imperativas) se
haga responsable de reformular y generar una nueva moral, un nuevo pensamiento.
¡Trabajemos!

Actividad: Crea con toda tu imaginación, un mapa conceptual como el que viste
anteriormente, utilizando los conceptos del autor que consideres importantes, utiliza
también los conceptos de la ética que ya conoces.

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