Lengua Resumen 2 Bach

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Examen de Lengua, III trimestre

Tema XIII, La Narrativa hispanoamericana del siglo XX

La novela y el cuento permanecieron hasta los a��os cuarenta apegados a las


formasdecimon�nicas. No obstante, cuando se produjo el despertar, este supuso una
enorme renovaci�n.

En las primeras d�cadas de la novela hispanoamericana nos encontramos la novela


regionalista. Hasta los a�os cuarenta, la novela y el cuento discurrieron por el
cauce del realismo costumbrista, sin experimentar una revoluci�n de sus
estructurass y su l�enguaje. Durante estos a�os se dan las siguientes tendencias
tem�ticas:

- Novela de la tierra: describe la naturaleza americana en toda su grandiosidad


(Do�a B�rbara, R�mulo Gallegos, La vor�gine, J Eustasio Rivera).
- Novela indigenista: el tema central son las injusticias que provoca el hombre
blanco en la sociedad ind�gena y las reivindicaciones de una identidad nacional y
cultural propias (El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegr�a)
- Novela pol�tica: destacan las novelas referidas a la revoluci�n mexicana.

Entre 1945 y 1960 se observa en la narrativca hispanoamericvana unas


caracter�sticas nuevas que la hacen diferente de la novela desarrollada hasta
entonces, Estos cambios se deben a una nueva concepci�n del mundo y de la vida
consecuencia de los cambios sociales, pol�ticos y econ�micos. Estos fueron:

- Se abandona el inter�s prioritario por los espacios rurales y naturales y la


denuncia expl�citra de problemas sociales, y surgen temas nuevos en los que se
integran lo urbano y los problemas del hombre contempor�neo (El t�nel, de Ernesto
S�bato).
- Se introduce en las novelas lo fant�stico, lo on�rico y lo irracional, dando
lugar a lo que se ha denominado realismo m�gico o lo real maravilloso.
- Formalmente, se produce un gran cambio puesto que se abandona la est�tica
realista decimon�nica y se adoptan las nuevas t�cnicas narrativas.

Se considera que el relato que marca un cambio de rumbo es El pozo, de Juan Carlos
Onetti. a esta obra seguir�n otras en los a�os cuarenta: El reino de este mundo, de
Alejo Carpentier, El se�or presidente, de Miguel �ngel Asturias, y El t�nel, de
Ernesto S�bato. Y en los cincuenta, Los pasos perdidos, de Carpentier, Pedro P�ramo
de Juan Rulfo, La hojarasca de M�rquez.

La definitiva renovaci�n de la novel�stica hispanoamericana se produce a partir de


los a�os sesenta con un fen�meno que la cr�tica ha denominado como el boom de la
novela hispanoamericana. A lo anterior hay que a�adir la coincidencia en un coprto
espacio de tiempo de una sucesi�n de novelas y novelistas deslumbrantes: La ciudad
y los perros de Vargas Llosa, Rayuela, de Cort�zar, El siglo de las luces, de
Carpentier, Bomarzo, de La�nez, Cien a�os de soledad, de Garc�a M�rquez.

En cuanto a los temas, destacan:

- La crisis existencial del individuo.


- El dictador.
- La historia de hispanoam�rica.

A partir de los a�os setenta contin�an publicando autores ya consagrados. La


narrativa de estos alos reduce la complejidad t�cnica para crear una novela a la
que el lector pueda acceder m�s f�cilmente. Prevalece la narraci�n realista, pero
tambi�n se recurre al realismo m�gico.
Tema XII, La Poes�a hispanoamericana del siglo XX

Una abundante y compleja producci�n literaria se desarroll� durante el siglo pasado


en los pa�ses americanos de lengua castellana.

El primer gran movimiento literario fue el modernismo, de la mano del nicarag�ense


Rub�n Dar�o. Los modernistas reaccionan a la vulgaridad de la literatura realista.
Sus versos est�n exquisitamente elaborados desde el punto de vista formal.

En estos a�os se aprecia ya un cansancio de las formas del Modernismo. en 1911 el


poeta mexicano Ernesto Gonz�lez Mart�nez condena los aspectos m�s ornamentales de
la corriente: "Tu�rcele el cuello al cisne de enga�oso plumaje".

Una poes�a m�s sencilla y humana llama poderosamente la atenci�n a un gran n�mero
de mujeres poetas:

- Alfonsina Storni: la obra de esta argentina evoluciona desde el intimismo pr�ximo


a B�cquer hasta un simbolismo m�s herm�tico (La inquietud del rosal).
- Juana de Ibarbourou: esta poeta uruguaya altern� los libros de versos (La rosa de
los vientos) con las prosas po�ticas y las narraciones l�ricas. Los primeros
poemarios tienen un acento sensual, de entusiasmo por la naturaleza y por el propio
ser. La poeta se extas�a ante las maravillas del mundo.
- Gabriela Mistral: recibi� el Nobel en 1945. Autodidacta, maestra y diplom�tica,
particip� en la pol�tica educativa de su pa�s. Fue la promotora del Sencillismo. Se
inspira en el canto a las cosas humildes, a la naturaleza, a los ni�os.

El primer embajador del Vanguardismo europeo es, sin duda, Vicente Huidobro.
Capitanea el movimiento del Creacionismo. En su primer libro, Ecos del alma,
hallamos poemas con una particular disposici�n tipogr�fica, pr�ximos a los
caligramas (El poeta es un peque�o Dios).

Curiosa figura del vanguardismo es Mario Brull, que se permiti� todas las audacias
(jitanj�foras).

Son muchos los poets vanguardistas de aquellos a�os pero los m�s importantes son,
sin duda, C�sar Vallejo y Pablo Neruda. De todos los movimientos vanguardistas, el
surrealismo dej� en Am�rica una huella m�s profunda.

Con Poes�a pura suele reunirse a una serie de poetas en los que se observa un
equilibiro entre tradici�n y renovaci�n, entre clasicismo y modernidad. Como los
poetas del 27, se ven influidos por J.R. Jim�nez; admiran a G�ngora y a otros
cl�sicos.

Sobresale la figura de Borges o Jos� Lezma, que desemboca en el hermetismo.

La poes�a negra, cinculada al mundo negro, es manifestaci�n de un compromiso �tico


y pol�tico co los grupos marginados ("La Muralla" Nicol�s Guill�n).

La poes�a C�sar Vallejo refleja un sentimiento tr�gico, torturado, de la


existencia. Todo se impregna de tristeza y desesperaci�n. Inicia su labor po�tica
con Los heraldos negros. Su actitud rebelde se refleja en Trilce, mezcla de triste
y dulce, que es la base de la vida. Es un libro puramente experimental. Dicha
ruptura se da en todos los planos. P�stumamente se publica Poemas humanos, su libro
m�s personal. Una de las secciones m�s interesantes es la titulada Espa�a, aparta
de m� este c�liz, con 15 poemas inspirados en la Guerra Civil.

Pablo Neruda halla muy pronto su voz personal en Veinte poemas de amor y una
canci�n desesperada, son versos adolescentes de tono neorrom�ntico. Recurre a
diversos esquemas m�tricos pero se abre la tendencia hacia el verso libre. Los
poemas constituyen un corpus unitario, que va de la plenitud amorosa ("Me gustas
cuando callas") a la separaci�n y el olvido ("Puedo escribir los versos m�s tristes
esta noche").

La l�rica de Octavio Paz, eminentemente intelectual, se compone de un rico


entramado de im�genes y percepciones sensoriales. Se vuelca en temas metaf�sicos y
existenciales, manifiesta su angustia ante el paso destructor del tiempo. Sus
primeras obras son Luna silvestre, Entre la piedra y la flor.

El 23 de Abril de 2019 se concedi� a la poeta Ida Vitale (Jardines imaginarios) el


premio Cervantes.

Tema X, El Teatro desde la guerra civil hasta los 50

Al terminar la guerra civil el teatro espa�ol hab�a perdido a los autores m�s
innovadores (Lorca, Valle-Incl�n, Unamuno).

El teatro de posguerra cumpli� b�sicamente dos funciones: entretener y transmitir


la ideolog�a del r�gimen:

- Negaci�n de los aportes m�s relevantes de Valle-Incl�n y Lorca.


- Estreno de obras que exaltaban los valores de los vencedores: Por la Virgen
capitana, La Santa Hermandad.
- Autores cl�sicos: Don Juan Tenorio, Perib��ez, El castigo sin venganza.

Surgieron corrientes como el teatro burgu�s de Jacinto Benavente, que presenta


personajes burgueses, tiene un desarrollo en espacios lujosos y repite una serie de
temas desarrollados sin profundidad con desenlace feliz.

El teatro de humor floreci� con dos importantes autores: Jardiel Poncela y Miguel
Mihura.

- Las obras de Jardiel Poncela se caracterizan poor la incorporaci�n de lo


inveros�mil, con ingredientes de locura y misterio. Elo�sa est� debajo de un
almendro (necesidad de cordura).
- Miguel Mihura cultiv� el teatro del absurdo. Pretende idealizar la vida por medio
de la humanizaci�n de los perosnajes y el triunfo de la bondad y la ternura. Tres
sombreros de copa: Dionisio se enamora de Paula, perteneciente a su nueva realidad,
pero al final renuncia a la libertad para integrarse en el orden establecido,
poniendo as� en evidencia su pesimismo y desencanto.

El teatro en el exilio presenta diferencias est�ticas con el cultivado en Espa�a.


Los autores incluyeron novedades vanguardistas en sus obras. Alberti (Noche de
guerra en el museo del Prado), Alejandro Casona (La dama de alba), leyenda de la
Muerte que no puede llevarse a su v�ctima por quedarse dormida.

Teatro existencial inconformista. El estreno de Historia de una escalera de Buero


Vallejo, marc� un cambio en el teatro espa�ol, Escuadra hacia la muerte, de alfonso
Sastre. La tem�tica de estas obras es de contenido social, abordan contenidos
concretos, la injusticia social y la alienaci�n. Intentan crear un teatro
comprometido con los problemas de la Espa�a de la posguerra.

Antonio Buero Vallejo resume en la evoluci�n de su obra la trayectoria del teatro


despu�s de la guerra. Sus piezas indagan sobre la condici�n humana. Recupera la
catarsis cl�sica.

- Su etapa existencial comienza con Historia de una escalera.


- Su etapa social se inicia con Hoy es fiesta, que denuncia la miseria y opresi�n
indirectamente.

Tema XI, El Teatro desde los 60 hasta la actualidad

A poco de iniciarse la d�cada de los 60, escritores como Alfonso Sastre y Lauro
Olmo (La camisa), denuncian los problemas sociales. Se encontraron con numerosas
dificultades para estrenar y muchas de sus piezas no se produjeron hasta despu�s de
muerto Franco.

El realismo social en el teatro se caracteriza por:

- Mayor importancia del contenido que de la forma.


- Personajes que pertenecen a clases marginales de la sociedad.
- La obra pretende influir en el espectador para que este act�e y provoque un
cambio.
- Personajes colectivos.

Lauro Olmo, de formaci�n autodidacta, ejerci� muchos oficios hasta que pudo
dedicarse al teatro. Toda su producci�n es de cr�tica social, la gente del pueblo y
sus miserias son el centro de inter�s de sus obras (problemas con la censura).

Entre sus obras destacan: La camisa, La pechuga de la sardina, English spoken.

El teatro de Alfonso Sastre se caracteriza por una actitud de denuncia social.


Public� diversos art�culos, en los que difundi� su teor�a del teatro como un arte
social que servir�a para agitar las diversas esferas de la vida espa�ola.

En la d�cada de los 70 el realismo social deja paso a un nuevo teatro experimental,


vanguardista e innovador que rompe con la estructura espacial tradicional y se
traslada el espect�culo al patio de butacas buscando la participaci�n del
espectador en la creaci�n del espect�culo. El texto dram�tico se relega a un
segundo plano para dar paso a otras innovaciones.

Los vanguardistas son herederos del teatro del absurdo y del de la crueldad
(sorprender con escenas impactantes).

Fernando Arrabal manifest� su talante innovador apart�ndose del realismo (decorados


escuetos, personajes primitivos, lenguaje ingenuo). Se trata de un teatro en el que
priman la desaz�n y la inquietud. Los temas m�s frecuentes son la religi�n y la
sexualidad, la pol�tica, el amor y la muerte. Destacan Pic-nic, Cara de amor con un
suplicio chino, El laberinto, Ping�inas.

La producci�n dram�tica de Francisco Nieva conecta con el teatro del absurdo, pero
siempre hay una posibilidad que conduce a la salvaci�n. Plantea los problemas de
las relaciones entre el hombre y la sociedad. Destacn Pelo de tormenta, Malditas
sean Coronada y sus hijas.

A finales de los 60, el teatro universitario se transform� en lo que se conoce como


teatro independiente. Esta independencia supon�a el rechazo del teatro conservador
mediante una elaboraci�n est�tica peculiar y el intento de autofinanciaci�n.

Destacan Els Comediants, El tricicle y La Fura dels Baus. Hacia finales de los 70
se impuso la moda del teatro de calles, que da importancia a los elemntos
paravewrbales en perjuicio de los verbales.

Tras el experimentalismo casi todos los g�neros literarios vuelven al neorrealismo.

Entre los nuevos dramaturgos destaca Jose Luis Alonso de Santos (La estanquera de
Vallecas, Bajarse al moro).

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