Caso Coliseo Cuzco

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CASO:

Crónica Judicial Caso Coliseo cerrado de Calca-Cusco (Expediente N° 955-


2009)

I. CONTEXTO FÁCTICO

En el año 2005, Roberto Augusto Farfán Ríos, entonces alcalde de la


Municipalidad Provincial de Calca, nombró a través de la Resolución de
Alcaldía N° 114-AL-MPC 2005 al Comité Especial de Contrataciones y
Adquisiciones, precedido por Elizabeth Campana Lovón e integrado por
Eddy Gamarra Guzmán y Luis Rimachi Zarabia para organizar, dirigir y
designar el proceso de selección para la adquisición de bienes y servicios
necesarios para la ejecución de la obra Coliseo Cerrado de Calca.

Así, en 2006 se contrató como residente de dicha obra al arquitecto Jorge


Acurio Tito y, como supervisor de obra, al ingeniero Américo Montañés
Tupayachi. Ambas contrataciones, según la fiscalía, se habrían realizado sin
que se haya implementado previamente y de manera debida el proceso de
selección correspondiente. Con respecto a la contratación de Jorge Acurio
Tito, aquella se habría realizado bajo la denominación de contrato de
servicio personalísimo por el total de S/. 66 000.00 nuevos soles por el plazo
de siete meses. El pago se realizaría de manera proporcional al avance
físico de la obra. Este contrato fue suscrito por el entonces alcalde Roberto
Augusto Farfán Ríos. A pesar de que el plazo de ejecución de la obra se
prorrogó por tres meses más, la obra quedó inconclusa y Acurio habría
incumplido sus deberes y funciones como residente de la obra. No
obstante, según la acusación fiscal, Jorge Acurio Tito recibió mensualmente
su remuneración. Además, Acurio Tito habría recibido una remuneración
total mayor a la inicialmente pactada en el contrato. Adicionalmente,
Acurio Tito habría sido contratado como residente de obra cuando este ya
trabajaba para la Municipalidad de Calca y recibía un sueldo por planilla.

En relación a la supuesta contratación irregular del supervisor de obra


Américo Montañés Tupayachi, los informes emitidos por este éste no
reflejarían el real avance físico de la obra ni una valorización correcta y
verídica de aquella.

Estas dos contrataciones no habrían sido inscritas en el Sistema Electrónico


de Adquisiciones y Contrataciones del Estado (SEASE) y tampoco habrían
existido bases administrativas que especifiquen los factores de evaluación y
criterios que permitan identificar cuál fue la mejor propuesta para luego
proceder a contratar a Acurio y a Montañés.

Por otro lado, la acusación fiscal señala que, el 18 de abril de 2006, el


alcalde Farfán Ríos habría autorizado al Comité Especial de Contrataciones y
Adquisiciones la compra de 18 000 bolsas de cemento por el valor
referencial de S/. 397 800.00 nuevos soles, mediante un proceso de
adjudicación de menor cuantía. El Comité adjudicó al postor Fernando Suca
Mamani la adquisición de las 18 000 bolsas de cemento por el valor de S/.
381 600.00 nuevos soles. Sin embargo, según los comprobantes de pago
que sustentan la adquisición de cemento y los Pedidos de Comprobantes
de Almacén, no habrían ingresado al almacén 2 022 bolsas de cemento
valorizadas en S/. 47 112.60 nuevos soles.

De igual manera, mediante contrato de fecha 12 de diciembre de 2006


celebrado entre la Municipalidad de Calca y el señor Marco Suma Tupayachi,
se contrató la adquisición de ocho puertas metálicas de diferentes
dimensiones para la obra Coliseo Cerrado de Calca. No obstante, se habría
evidenciado que dichas puertas nunca fueron ingresadas al almacén de la
Municipalidad de Calca. Se habría falseado la información en documentos
sobre la construcción de dichas puertas que finalmente no habrían ingresado
al almacén de la Municipalidad.

Finalmente, para la ejecución de la obra Coliseo Cerrado de Calca, se


realizó un contrato de alquiler de un camión volquete con el señor Nicolás
Rivera Quispe. Se necesitaba el volquete para realizar trabajos de
eliminación de desmonte y traslado de material. Sin embargo, el volquete
contratado no habría sido de propiedad del postor Rivera Quispe sino del
residente de la obra, Jorge Acurio Tito. Las bases administrativas de esta
contratación tampoco habrían sido publicadas en el SEASE y al parecer no
habría existido un registro de postores ni el documento que acredite el
pago por la venta de las bases, todo lo cual supondría una serie de
irregularidades en dicha contratación.

II. PRINCIPALES PROCESADOS

Los principales procesados en el presente caso son los siguientes:

 Roberto Augusto Farfán Ríos: Ex alcalde de la Municipalidad de Calca


 José Rosendo Caderón Poccohuanca: Gerente General de la
Municipalidad de Calca
 Jorge Isaac Acurio Tito: Residente de la obra Coliseo Cerrado de
Calca
 Elizabeth Campana Lovón: Presidenta del Comité de Contrataciones
y Adquisiciones de la Municipalidad de Calca
 Eddy Gamarra Guzmán: Integrante del Comité de Contrataciones y
Adquisiciones de la Municipalidad de Calca .
 Luis Rimachi Saravia: Integrante del Comité de Contrataciones y
Adquisiciones de la Municipalidad de Calca.
 Vladimir Zúñiga Amar: Subgerente de Infraestructura, Desarrollo
Urbano y Rural e integrante del Comité de Contrataciones y
Adquisiciones de la Municipalidad de Calca.

Los delitos por los que se acusa a las personas anteriormente mencionadas
son el delito de peculado doloso simple, colusión desleal y delito de
negociación incompatible.

III. SOBRE LA ACUSACIÓN FISCAL:

La Segunda Fiscalía Superior Penal de Liquidación de Cusco presentó el 25


de mayo de 2011 la Acusación Complementaria N° 27-2011-MP-SFSPPL-
CUSCO. Este documento adecúa la conducta de cada uno de los
encausados a los tipos penales de peculado doloso, colusión ilegal y
negociación incompatible. Si bien el presente caso puede entenderse como
complejo, lo cierto es que la acusación, a nuestro considerar, adolece de
algunos defectos argumentativos que no coadyuvan a un correcto
procesamiento penal de la cuestión.

Un primer error que se puede apreciar en el documento de la acusación es


el referido a la conducta que se quiere calificar como delito de peculado
supuestamente cometido por el entonces alcalde Roberto Farfán Ríos. Así, la
Segunda Fiscalía señala literalmente lo siguiente:

“a) Respecto al delito de Peculado simple : El ex alcalde realizó actos ilegales


al resolver mediante Resolución de Alcaldía N° 114-AL-MPC-2005 nombrar el
Comité Especial precedido por Elizabeth Campana Lovón (…). El mismo que
cometió una serie de irregularidades tales como: Contratación del residente
de obra “Coliseo Cerrado de Calca”, arquitecto Jorge Isaac Acurio Tito, la
misma que se llevó a cabo sin una debida implementación del proceso de
selección correspondiente (…) Pese al incumplimiento de sus funciones y al
retraso en la obra, ha sido remunerado mensualmente y de forma puntual,
incumpliéndose con el contrato, del cual se tiene que el pago tenía que ser
en forma proporcional según el avance físico de la obra reportada
mensualmente.”

Como puede apreciarse, se indica que el delito de peculado se habría


cometido por haber contratado de manera ilegal o irregular al arquitecto
Jorge Acurio Tito y por haberle pagado sus remuneraciones completas a
pesar de no haber culminado con la obra. Sin embargo, la Segunda Fiscalía
no menciona en ningún momento cómo encaja esta conducta en las
exigencias del tipo penal del delito de peculado.

La Segunda Fiscalía no analiza si las conductas imputadas se subsumen en


las exigencias anteriormente detalladas del tipo penal. En ningún momento
plasma en la acusación una argumentación por la cual explique de qué
manera el ex alcalde Farfán Ríos se encontraba en una situación de
disponibilidad jurídica sobre los caudales. Tampoco establece si se trata de
un peculado consistente en apropiación o utilización y mucho menos si se
dio a favor de sí mismo o de un tercero –que entendemos tendría que haber
sido Acurio Tito. De la misma manera, no se fundamenta de manera clara y
precisa si el pago constituye una apropiación de caudales para otro, o
constituye en realidad un pago irregular realizado en el contexto de la
ejecución de una contratación estatal.

Además, en la acusación del ex alcalde Roberto Farfán Ríos se señala, la


designación del comité especial que realizó la contratación irregular del
residente de obra Jorge Acurio Tito. Sin embargo, esta conducta parece
encajar mejor en el tipo penal de colusión ya que éste tipo penal exige que
la conducta delictiva se de en el marco de un contexto de contrataciones o
cualquier tipo de operaciones económicas en las que el Estado participe.
Por su parte, el delito de peculado, que es el que la acusación fiscal atribuye
a dicha conducta- no exige dicho contexto típico, sino solo la apropiación
de caudales o recursos públicos. Por estos motivos, la designación del
comité especial no parece una conducta que pueda encajar en el verbo
rector del delito de peculado “apropiarse” o “utilizar”. Más bien, parecería
encajar mejor en la conducta típica de “concertarse” en el marco de un
proceso de contratación estatal para beneficiar a un tercero interesado para
defraudar, de esa manera, al Estado.

Un segundo vacío de argumentación que encontramos en la acusación


complementaria es el referido a las imputaciones realizadas en contra del
Gerente Municipal José Rosendo Calderón Paccohuanca, a quien se le acusa
de haber cometido el delito de peculado doloso simple. En este punto es
relevante señalar que la conducta por la cual parece imputársele el delito de
peculado se encuentra referida a la supuesta contratación irregular del
residente de obra Acurio Tito. En la acusación no se especifica cuál fue el
grado de participación del Gerente Municipal José Calderón Paccohuanca.
Es decir, no se establece qué funciones tenía y por las cuales se encontraba
en una situación de disponibilidad jurídica sobre los caudales públicos.

En tercer lugar, se acusa a José Luis Mormontoy Gonzáles, almacenero


central de la Municipalidad Provincial de Calca, de haber cometido el delito
de peculado doloso simple. Para sustentar esto, la Segunda Fiscalía Superior
señala lo siguiente:

“El encausado en su condición de almacenero tiene como función verificar el


ingreso y salida del material que ingresa al almacén así como comunicar a la
alta dirección de cualquier irregularidad que advierte en el ejercicio de sus
funciones, tal como lo señalan las disposiciones complementarias del
Reglamento de Organizaciones y Funciones (ROF) de la Municipalidad
Distrital de Calca (…). De todo ello se tiene que el encausado con su
conducta ha materializado el delito de Peculado al apropiarse o permitir que
otro se apropie de los bienes de la Municipalidad, los cuales estaban bajo su
custodia por razón de su cargo, ocasionando con este hecho un perjuicio
económico en contra de la Municipalidad Provincial de Calca. (…)”

Si bien aquí sí se hace referencia, aunque sea someramente, a la


disponibilidad jurídica que el acusado tenía sobre las bolsas de cemento,
consideramos que sería más adecuado afirmar con mayor precisión si la
conducta que se atribuye consistió en apropiarse para sí o para un tercero.

IV. SOBRE LA SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El 29 de diciembre del año 2011 la Sala Penal Liquidadora Permanente de


Cusco emitió la sentencia de primera instancia en el presente caso. Esta
sentencia absolvió de la acusación fiscal a Roberto Farfán Ríos, José Calderón
Paccohuanca, Jorge Acurio Tito, Elizabeth Campana Lovón, Eddy Gamarra
Guzmán, Luis Rimachi Zarabia y Vladimir Zúñiga Amar de los delitos de
colusión ilegal y negociación incompatible. Asimismo, absolvió a Jorge Acurio
Tito, José Calderón Paccohuanca, Eddy Gamarra Guzmán, Luis Rimachi
Zarabia y Vladimir Zúñiga Amar del delito de peculado doloso simple en
agravio de la Municipalidad de Calca. Por otro lado, condenó a Roberto
Farfán Ríos, Elizabeth Campana Lovón (entre otros) como coautores del
delito de peculado doloso y se les impuso cuatro años de pena privativa de
libertad suspendida en su ejecución por tres años. Esta sentencia también
fijó por concepto de reparación civil la suma de diez mil nuevos soles, la
cual deberá pagarse solidariamente entre los sentenciados. Finalmente, se
dispuso la inhabilitación accesoria por igual tiempo de duración que la pena
principal a Roberto Farfán Ríos y Elizabeth Campana Lovón.

Un primer aspecto a analizar de la presente sentencia es su falta de


motivación debida

Sin embargo, la Sala concluye que: “De los medios probatorios se tiene que
no está acreditado fehacientemente que el documento donde se establece
el desagregado de los gastos generales y en el cual se señala la
remuneración que debe percibir el supervisor de obra S/. 3000.00 y el
residente de obra s/. 3500.00 nuevos soles, así como la remuneración a
percibir por los asistentes técnicos y administrativos no están determinados
tal como aparece en dicho documento, y por el contrario, los profesionales y
técnicos contratados para la obra (…), han sido seleccionados de acuerdo a
su experiencia y conocimientos profesionales, no existiendo un pago en
exceso (…).” La Sala no ha citado pruebas presentadas y que esta misma
mencionó y que fundamenten su afirmación referida a que los procesados
fueron contratados debido a su experiencia y conocimientos profesionales.
La Sala no fundamenta su conclusión.

- Otro error de argumentación se aprecia en el análisis de la Sala con


respecto a la posible comisión del delito de negociación incompatible
por parte de Jorge Acurio Tito.

En su fundamento 2.26, la Sala Penal Liquidadora cita la información


proporcionada por la Zona registral, que acredita que el volquete
alquilado por el Municipio para eliminación de desmonte en la obra era
de propiedad de Jorge Acurio Tito. Asimismo, la Sala reconoce que el
informe N° 054-CCC-RO-MPC de fecha 4 de julio de 2006 emitido por el
propio Acurio Tito proporciona una placa de rodaje distinta a la del
volquete en cuestión. También se menciona que el residente Acurio Tito
no registró el control de hora de servicio de las maquinarias –entre ellas
el volquete- en el cuaderno de obra.

Además, se indica que existió la agravante de que el control del trabajo


del volquete estuvo encargado a su propietario: Jorge Acurio Tito, en su
condición de residente de obra.

A pesar de todas las pruebas , La Sala argumenta que Nicolás Rivera no puso
el número de placa en su propuesta ni el nombre del propietario del
vehículo ya que la propuesta no solicitaba dichos datos. Asimismo, señala
que a pesar de que el residente de obra debía dar visto bueno del trabajo
que realizaba el volquete, esto no podía entenderse como una situación de
ventaja o para que le otorguen la buena pro o para que le paguen por un
trabajo no realizado pues el camión sí prestó efectivamente el servicio de
traslado de desmonte.

La Corte Superior de Cusco concluyó señalando que no se encuentra


acreditado que Jorge Acurio Tito haya tenido interés en la contratación del
volquete ni que se haya concertado con los miembros del comité de
adquisiciones del Municipio para que se le otorgue la buena pro a Nicolás
Rivera. Adicionalmente se afirma que, ya que la decisión de aceptar la
propuesta presentada por Nicolás Rivera no dependía de Acurio, entonces,
no se configuran los presupuestos del tipo penal de negociación
incompatible.

Con respecto a todo lo señalado en referencia al alquiler del volquete, la


Sala Penal Liquidadora realiza una argumentación y conclusión al citar
primero una serie de pruebas en contra de Acurio , pruebas que revelarían
una incompatibilidad de intereses de la cual era consciente Jorge Acurio,
(entonces funcionario público de la municipalidad) para luego concluir, de
manera muy poco comprensible, que no se cometió el delito de negociación
incompatible.

Además, es importante mencionar que no estamos de acuerdo con la


afirmación de la Sala relacionada a que el delito de negociación incompatible
exige que el sujeto activo sea quien tenga la facultad de decisión sobre el
contrato. Como el tipo penal señala que el delito se configura cuando “el
funcionario o servidor público que indebidamente en forma directa o
indirecta o por acto simulado se interesa, en provecho propio o de tercero,
por cualquier contrato u operación en que interviene por razón de su cargo.”
El interés en el presente caso se habría manifestado por parte de Acurio en
el visto bueno que éste tenía que dar respecto al servicio que brindaba el
volquete. Dicho interés incompatible queda reforzado por los datos falsos de
la placa consignados por Nicolás Rivera en la propuesta y, sobre todo, por el
hecho irrefutable de que el volquete era de propiedad de Acurio Tito.

Todo lo señalado hasta aquí denota una falta de congruencia en la


argumentación y razonamiento de la Sala Penal Liquidadora al momento de
motivar su sentencia.

- Otro punto a comentar sobre esta sentencia es el referido a la


imposición de la pena de inhabilitación que según la Sala Penal
Liquidadora, tiene naturaleza accesoria.

Como se sabe, la pena de inhabilitación es la “pérdida o suspensión de uno


o más derechos de modo diferente al que comprometen las penas de prisión
y multa.” La importancia de la pena de inhabilitación radica en que esta
evita que el funcionario corrupto continúe lesionando el correcto
funcionamiento de la administración pública.
La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia declaró que se
vulneró el principio de la motivación de las resoluciones judiciales,
contemplada en el artículo 139° inciso 5 de la Constitución. Por este motivo
declaró nula la sentencia de la Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior en
el extremo que absolvió a Roberto Farfán Ríos, José Calderón Paccohuanca,
Jorge Acurio Tito, Elizabeth Campana Lovón, Eddy Gamarra Guzmán, Luis
Rimachi Zarabia y Vladimir Zúñiga Amar, como autores de los delitos de
colusión ilegal y negociación incompatible. Asimismo, en el extremo que
absolvió a Jorge Acurio Tito, José Calderón Pacohuanca, Edy Gamarra
Guzmán, Luis Rimachi Zarabia y Vladimir Zúñiga Amar como autores del
delito de peculado. De esta manera se ordenó que se realice un nuevo juicio
oral.

V. CALIFICACIÓN JURÍDICA DE LOS HECHOS

Los delitos por los cuales se acusó a los incausados en el presente caso son
el delito de peculado (artículo 387°CP), delito de colusión (artículo 384°CP) y
delito de negociación incompatible (artículo 399°CP).

 Sobre el delito de peculado:

Para que se configure el delito de peculado, es necesario que un funcionario


público se apropie o utilice para sí o para terceras personas los caudales o
efectos públicos que, por razón de la disponibilidad jurídica o competencia
funcional, tenga bajo su administración, percepción o custodia. En el
presente caso, consideramos que probablemente se haya cometido un
delito de peculado debido a que se pagó de manera indebida al asistente
técnico y al especialista administrativo. Se ha argumentado que los pagos
de estos servidores no se habrían encontrado presupuestados en el
expediente técnico y por lo tanto, puede entenderse que no existe un
sustento normativo que justifique la disposición por parte del municipio
respecto de los recursos públicos destinados a hacer efectivos dichos
pagos. Si esto es así, bien se podría sospechar de la configuración de un
delito de peculado a favor de tercero, donde los terceros serían el asistente
técnico y el especialista administrativo que recibieron los pagos indebidos.

El alcalde Farfán Ríos podría ser considerado autor de este delito si se logra
comprobar que él dio el visto bueno o la aprobación para dichos pagos sin
sustento normativo presupuestal.

 Sobre el delito de colusión:

En el caso en análisis se habría cometido el delito de colusión desleal por


varios hechos distintos.

- Un primer hecho a analizar es la supuesta contratación irregular de


Jorge Acurio Tito como residente de la obra Coliseo Cerrado de Calca.
Se ha acusado a Elizabeth Campana Lovón, Eddy Gamarra Guzmán y
Luis Rimachi Zarabia –miembros del Comité Especial de
Contrataciones y Adquisiciones de la Municipalidad de Calca- como
autores del delito de colusión desleal pues habrían concertado con
Jorge Acurio Tito. Los indicios que llevarían a sospechar de la posible
concertación subrepticia son los siguientes:
 Acurio Tito ya trabajaba para el municipio de Calca como servidor
público y recibía un sueldo por planilla.
 No existieron las bases administrativas que explicaran los factores de
evaluación ni los criterios que permitan identificar la mejor
propuesta; iii) Acurio fue contratado por adjudicación directa y de
forma selectiva.
 no se registró en el SEASE las convocatorias para las plazas de la obra
Coliseo Cerrado de Calca.
 Acurio, ya contratado como Residente de obra, no cumplió a
cabalidad sus funciones y, sin embargo, recibió el total de sus
remuneraciones a pesar de estar pactado que las remuneraciones
por trabajar en la obra se pagarían de forma proporcional al avance
de ésta -la obra quedó inconclusa y Acurio ya había recibido el total
de su sueldo.

Los indicios enumerados en el párrafo anterior son, en conjunto,


indicadores sumamente importantes para sospechar de la existencia de
un acuerdo entre el comité de contrataciones y Acurio Tito.

- Un segundo hecho considerado como posible colusión desleal es el


referido a la compra de 18 000 bolsas de cemento que no todas llegaron
a ingresar al almacén de la municipalidad. La acusación fiscal indicó que
el entonces alcalde Farfán Ríos autorizó al Comité Especial de
Contrataciones y Adquisiciones el adquirir 18 000 bolsas de cemento
mediante un proceso de adjudicación de menor cuantía. En la acusación
se señala que los registros (documento de Control Visible de Almacén de
obra y Notas de Entrada y Salida de Almacenes de Obra) no coincidirían
con la cantidad total de cemento que ingresó al almacén de la obra. Estos
indicios llevarían a analizar la posibilidad de la comisión de un delito de
colusión que se habría dado en la fase de ejecución del contrato.
- Sobre la compra de cemento, se podría indicar que el alcalde Farfán Ríos
y los miembros del comité especial serían coautores del delito de
colusión, mientras que el proveedor de las bolsas de cemento –Teodoro
Suca Mamani- sería el particular interesado y cómplice de este delito.
-Un tercer hecho a analizar es el alquiler de un camión volquete para
eliminar desmonte de la obra Coliseo Cerrado de Calca. En la acusación
fiscal se establece que el señor Nicolás Rivera entregó una propuesta
como postor para alquilar un volquete. En la propuesta habría
consignado una placa distinta a la del volquete que en los hechos alquiló.

 Sobre el delito de negociación incompatible:

En el presente caso se acusa de la posible comisión del delito de


negociación incompatible respecto de la suscripción del contrato de
alquiler del camión volquete efectuada entre el Comité de
Contrataciones y Adquisiciones de la Municipalidad y el señor Nicolás
Rivera –supuesto dueño del volquete-.

De las pruebas actuadas en el caso, parece quedar acreditado que el


volquete era de propiedad, en realidad, del residente de obra Jorge
Acurio Tito. Siendo esto así, se puede apreciar una clara incompatibilidad
de intereses pues, se encuentra prohibida una contratación de este tipo.

Adicionalmente, se descubrió que la propuesta presentada por Nicolás


Rivera consignaba datos que no habrían sido reales respecto al volquete,
lo cual constituye un indicio más de la irregularidad de esta contratación.

Es necesario recordar que el delito de negociación incompatible es un


delito de naturaleza unilateral, esto quiere decir que el tipo penal no
requiere de una concertación con otra persona, sino que solo exige que
el funcionario público manifieste un interés.

” En el presente caso, Acurio argumenta que no tenía como saber que el


volquete que se había alquilado era de su propiedad al momento en que
Nicolás Rivera presentó su propuesta. Sin embargo, cuando el volquete
ya estaba brindando el servicio de recojo de desmonte, Acurio dio el visto
bueno a dicho trabajo, Acurio ya sabía que era su volquete y aun así dio
su visto bueno para que este siguiera trabajando lo cual es una
manifestación clara de su interés incompatible.

En conclusión, podemos decir que en el presente caso consideramos


correcto que se esté procesando a Acurio como posible autor del delito
de negociación incompatible pues el hecho de que sea su volquete el que
fue alquilado por el municipio hace que quede clara la manifestación
concreta de su interés privado e incompatible.

VI. CONCLUSIÓN FINAL

Se puede concluir que la labor de la fiscalía, ha sido llevada a cabo con


varias insuficiencias en su argumentación. La calificación de los hechos no
es clara y la fundamentación empleada para dicha calificación tampoco
parece ser lo suficientemente precisa

. Asimismo, la labor realizada por la Corte Superior en la emisión de la


sentencia de primera instancia deja mucho que desear por su falta de
congruencia y rectitud en la fundamentación de su decisión, así como en
la valoración de las pruebas presentadas. No obstante, esperamos que la
acusación actual haya superado dichas insuficiencias y se pueda llegar a
una sentencia coherente y efectiva en virtud de los múltiples elementos
probatorios que este caso presenta para acreditar la comisión de
diversos delitos de corrupción en torno a la obra Coliseo Cerrado de
Calca.

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