NPris C1 Ed Emoc
NPris C1 Ed Emoc
NPris C1 Ed Emoc
nuevo PRISMA • Educación emocional y aprendizaje de segundas lenguas (2L): implicaciones para la práctica |3|
La educación emocional, como proceso continuo y permanente, debe estar presente desde el nacimiento, durante la edu-
cación infantil, primaria, secundaria y superior, así como a lo largo de la vida adulta. La educación emocional adopta un
enfoque del ciclo vital, que se prolonga durante toda la vida. En este sentido afecta tanto al profesorado como al alumnado.
La educación emocional sigue una metodología eminentemente práctica (dinámica de grupos, autorreflexión, razón dia-
lógica, juegos, introspección, relajación, etc.). Esta metodología se puede aplicar perfectamente y con éxito en el apren-
dizaje de idiomas.
Las aplicaciones de la educación emocional se pueden dejar sentir en múltiples situaciones de la vida: comunicación efec-
tiva y afectiva, resolución de conflictos, toma de decisiones, prevención inespecífica (consumo de drogas, sida, violencia,
anorexia, intentos de suicidio…), etc. En último término se trata de desarrollar la autoestima, con expectativas realistas
sobre sí mismo, desarrollar la capacidad de fluir y la capacidad para adoptar una actitud positiva ante la vida.
1
l construccionismo social integra influencias de la antropología, la sociología, la filosofía y la psicología social que rechazan las concepciones innatistas,
E
sugiriendo que nuestras emociones y sentimientos son construidos socialmente (Averill, 1980; Gergen, 1985; Harré, 1986; Harré y Parrott, 1996; Ovejero,
2000; Parkinson, Fischer y Manstead, 2005). De acuerdo con los construccionistas sociales nadie experimenta una emoción hasta que aprende a interpretar
la situación en términos de patrones morales, sociales y culturales. Aunque reconocen que la emoción es un estado parcialmente interno, no puede ser
completamente entendida sin una referencia al contexto social y cultural en el que se manifiesta. Las emociones son interpretadas y comprendidas de
modos diferentes porque poseen distintos significados culturales.
nuevo PRISMA • Educación emocional y aprendizaje de segundas lenguas (2L): implicaciones para la práctica |5|
De todas las palabras referidas a emociones, casi los dos tercios se refieren a emociones negativas. Este último dato podría
llevar a la conclusión errónea de que la cantidad implica mayor uso. Como hemos señalado, son el amor y el humor las
emociones más utilizadas en la literatura, lo cual contrasta con el mayor número de palabras sobre emociones negativas.
La enorme variedad de palabras sobre emociones negativas solo significa que los matices y distinciones entre estas son
mucho más sutiles de lo que puedan ser los matices entre las emociones positivas. Estos matices literarios obligan a
agrupar las emociones en “familias de emociones”. Trabajar el vocabulario emocional agrupado en familias de emociones
puede ser una actividad apropiada en el aprendizaje de lenguas extranjeras.
7. Comunicar sentimientos
Comunicar sentimientos en una segunda lengua es un reto cuando el dominio de la 2L es limitado. Las emociones se
expresan de forma diferente según el contexto. Hay claras evidencias de que se expresan de forma diferente en Occidente
que en Oriente, por ejemplo.
Expresar rabia, blasfemias, tacos, piropos y palabras tabú en una lengua extranjera es un tema complejo. Son palabras
eminentemente emocionales. Son palabras presentes en el lenguaje coloquial, pero que no se enseñan habitualmente
en el aprendizaje de una segunda lengua. Cada uno las aprende mediante la socialización. Es decir, cuando ya domina la
lengua lo suficiente como para comunicarse con un cierto nivel de emocionalidad. ¿Convendría incluir palabras de alta
carga emocional en el aprendizaje de una lengua extranjera?
8. Emoción y memoria
Supongamos que se le pregunta: ¿Qué hacía usted entre las 6 y las 10 de la tarde del 24 de octubre de 2006? La fecha se ha
elegido al azar entre cientos de posibilidades. Ante esta respuesta, lo más seguro que usted responda que no se acuerda.
Supongamos ahora que la pregunta es: ¿Qué hacía usted entre las 6 y las 10 de la tarde del 11 de septiembre de 2001?
Lo más probable es que usted sí se acuerde de lo que estaba haciendo ese día.
¿Cuál es la diferencia? En el segundo caso hubo un impacto emocional fuerte. Las investigaciones en el campo de la
neurociencia han puesto de manifiesto cómo los datos y las informaciones se almacenan junto con las emociones. Infor-
mación y emoción constituyen anverso y reverso de la misma moneda, de cara a la memorización. Dicho de otro modo, si
no hay emoción es muy difícil la memorización. Por lo tanto, de cara a la práctica, memorizar palabras de una 2L se va a
favorecer en la medida en que se ponga emoción en las palabras a memorizar. Lo cual no es fácil.
A veces no nos acordamos de algunas palabras por olvido; por no haber establecido el suficiente número de repeticiones
para lograr fijar la palabra en la memoria. Pero otras veces se puede producir una especie de bloqueo emocional que nos
impide recordar una palabra. Preguntarnos: ¿Qué emoción se activa en mí con esta palabra? puede ayudar grandemente
a eliminar los bloqueos emocionales; por tanto, el autoconocimiento emocional puede ayudarnos a la memorización y a
evitar olvidos por bloqueo emocional. Aspectos de este tipo se pueden tomar en consideración en el aprendizaje de 2L.
nuevo PRISMA • Educación emocional y aprendizaje de segundas lenguas (2L): implicaciones para la práctica |7|
• Palou Vicens, S. (2004). Sentir y crecer. El crecimiento emocional en la infancia. Barcelona: Graó.
• Shapiro, L. E. (1998). La inteligencia emocional de los niños. Barcelona: Ediciones B.
nuevo PRISMA • Educación emocional y aprendizaje de segundas lenguas (2L): implicaciones para la práctica |9|
• Güell, M. y Muñoz, J. (1998). Desconeix-te a tu mateix. Programa d’alfabetització emocional. Barcelona: Edicions 62.
(Versión castellana: Desconócete a ti mismo. Programa de alfabetización emocional. Barcelona: Paidós, 2000).
• Güell, M., y Muñoz, J. (Coord.). (2003). Educación emocional. Programa para la educación secundaria postobligatoria.
Barcelona: Wolters Kluwer.
• Harré, R. (1986a). The Social Construction of Emotions. Oxford: Blackwell.
• Harré, R. (1986b). An Outline of the Social Constructionist Viewpoint. En R. Harré, The Social Construction of Emo-
tions (pp. 2-24). Oxford: Blackwell.
• Harré, R., y Parrot, G. (1996). The emotions: Social, cultural and biological dimensions. Londres: Sage.
• Hué García, C. (2008). Bienestar docente y pensamiento emocional. Madrid: Praxis.
• Ibarrola, B. (2003). Cuentos para sentir. Educar los sentimientos. Madrid: SM.
• Kemper, T. (1981). Social constructionist and positivist aproaches to sociology of emotion. American Journal of
Sociology, 87, 336-362.
• López Cassà, È. (2003). Educación emocional. Programa para 3-6 años. Barcelona: Wolters Kluwer.
• López Cassà, È. (2011). Educar las emociones en la infancia (de 0 a 6 años). Reflexiones y propuestas prácticas. Madrid:
Wolters Kluwer.
• López-González, L. (2007). Relajación en el aula. Recursos para la educación emocional. Barcelona: Wolters Kluwer.
• MacIntyre, P. D. (2002). “Motivation, anxiety and emotion in second language acquisition”, en P. Robinson (ed.),
Individual Differences and Instructed Language Learning. Amsterdam: John Benjamins: 45–68.
• MacIntyre, P. D. (2007). “Willingness to communicate in the second language: Understanding the decision to speak
as a volitional process”, The Modern Language Journal, 91 (4): 564–576.
• MacIntyre, P. D., y Gardner, R. C. (1994) “The subtle effects of language anxiety on cognitive processing in the
second language”, Language Learning, 44: 283–305.
• Mercer, S. (2009). “The dynamic nature of a tertiary learner’s foreign language selfconcepts”, in M. Pawlak (ed),
New Perspectives on Individual Differences in Language Learning and Teaching, Poznan-Kalisz: Adam Mickiewicz Uni-
versity Press: 205–220.
• Niedenthal, P. M., Krauth-Gruber, s., y Ric. F. (2006). Psychology of Emotion. Interpersonal, Experiencitial, and Cogniti-
ve Approaches. Nueva York: Psychology Press.
• Obiols, M. (2004). Un programa de educación emocional en la ESO. En M. Alvarez, R. Bisquerra, Manual de orienta-
ción y tutoría (pp. 328/101-328/105). Barcelona: Wolters Kluwer.
• Obiols, M. (2005). Diseño, desarrollo y evaluación de un programa de educación emocional en un centro educativo.
Revista Interuniversitaria de formación del profesorado, 19, 3, 137-152.
• Pascual, V., Cuadrado, M. (Coords.). (2001). Educación emocional. Programa de actividades para educación secundaria
obligatoria. Barcelona: Wolters Kluwer.
• Pavlenko, A. (2005). Emotions and Multilingualism, Cambridge, MA: Cambridge University Press.
• Pavlenko, A. (2008a). “Emotion and emotion-laden words in the bilingual lexicon”, Bilingualism: Language and
Cognition, 11: 147–164.
• Pavlenko, A. (2008b) “Structural and conceptual equivalence in the acquisition and use of emotion words in a
second language”, The Mental Lexicon, 3 (1): 91–120.
• Pavlenko, A. (Ed.). (2006). Bilingual Minds: Emotional Experience, Expression and Representation. Clevedon: Multilin-
gual Matters.
• Pavlenko, A. (Ed.). (2009). The Bilingual Mental Lexicon: Interdisciplinary Approaches. Clevedon: Multilingual Matters.
• Redorta, J., Obiols, M., y Bisquerra, R. (2006). Emoción y conflicto. Aprenda a manejar las emociones. Barcelona: Paidós.
• Renom, A. (2003). Educación emocional. Programa para la educación primaria. Barcelona: Wolters Kluwer.
• Sastre, G., i Moreno, M. (2002). Resolución de conflictos y aprendizaje emocional. Barcelona: Gedisa.
• Segura, M., y Arcas, M. (2003). Educar las emociones y los sentimientos. Introducción práctica al complejo mundo de
los sentimientos. Madrid: Narcea.
• Soldevila, A. (2009). Emociónate. Programa de educación emocional. Madrid: Pirámide.
• Soler, J., y Conangla, M. M. (2003). El arte de transformar positivamente las emociones. La ecología emocional. Barce-
lona: Amat.
nuevo PRISMA • Educación emocional y aprendizaje de segundas lenguas (2L): implicaciones para la práctica | 11 |
unidad 2 la vida es puro teatro • actividadES 4.1., 6 y 6.1.
nuevo PRISMA • Educación emocional y aprendizaje de segundas lenguas (2L): implicaciones para la práctica | 13 |