Tipografia en El Rock PDF
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Resumen
Un recorrido icónico a través de los elementos gráficos recurrentes que han sido capaces de configurar
una iconografía del Rock en el periodo psicodélico, aproximadamente desde 1966 hasta finales de la
década. Selección, catálogo y análisis de portadas de discos en el formato LP y de pósters anunciadores
de conciertos y otros eventos. Fuentes plásticas y tipográficas: orígenes, apropiaciones y parodias. In-
tertextualidad de los medios de comunicación de masas y su difusión globalizadora. La permeabilidad
de los artistas clave y su trasvase de influencias: The Beatles-Bob Dylan. La comunicación audiovisual
potenciada por el consumo de sustancias psicoactivas, principalmente LSD, y finalmente la sinestesia
como capacidad sensorial amplificada por las citadas drogas para lograr un deleite estético novedoso y
alucinante.
Palabras clave: Iconografía; música Rock; Pósters; Portadas de discos; formato LP; Simbología; Si-
nestesia.
Abstract
An iconic journey through recurrent graphic elements capables to shape a Rock iconography during
psychedelic period, between 1966 until the end of the sixties.
Selection, catalogue and analysis of record covers in LP format and concert and other events posters.
Plastic and typographical sources: origins, adaptations and parodies. Mass media textuality and global
spreading. Permeability of key artists and influence shift: The Beatles-Bob Dylan. Audiovisual com-
munication empowered by psychoactive substances, mostly LSD, and finally synestesia as sensorial
capacity amplified by the aforementioned drugs to achieve a new and mind blogging aesthetic joy.
Key words: Iconography; Rock music; Posters; Record covers; LP format; System of symbols; Synes-
tesia.
imaginería, de ámbito y difusión popular, definida como psicodélica. Dos serían los
elementos fundamentales sobre los que se construyen esas constantes iconográficas:
color (vivo, chirriante, fluorescente) y formas (abigarradas, orgánicas, vibrantes). En
cuanto a los soportes físicos tendríamos que referirnos a los carteles o pósters (anun-
ciadores de conciertos de rock y otros eventos relacionados) y a las portadas de los
discos de vinilo de larga duración (formato conocido como LP). En ambos casos la
música rock actúa como carburante de ese impulso creativo que conforma la expre-
sión psicodélica. Esa inmersión, inducida por la ingestión de drogas psicoactivas
(LSD, peyote o mescalina) se ve potenciada con la impresión de esas imágenes sobre
el cartón satinado del envoltorio de los discos que, a su vez, contienen la música gra-
bada que posibilita la sinestesia alucinante.
En estas representaciones gráficas se combinan composiciones biomórficas plenas
de saturación cromática acompañadas de tipografías distorsionadas con el propósito
de crear un efecto llamada para iniciados. No obstante aparecen con cierta claridad
una serie de precedentes que confluyen en las obras, se amalgaman en el nuevo len-
guaje visual y pueden ser considerados fuentes, a saber: la simplificación gráfica del
Pop art y su predilección por tintas planas, carentes de modulación. La excitación
ocular del Op art, el detallismo botánico Pre-rafaelita, el grafismo libre y manual de
los carteles de Toulouse-Lautrec, los diseños orgánicos y florales del también car-
telista Alphonse Mucha, la linealidad neta de Aubrey Beardsley, la obra visionaria
de William Blake, los paisajes oníricos -ingenuos y terroríficos- de El Bosco, las
ilustraciones fantásticas de Edmund Du Lac y Arthur Rackham, la imbricada cali-
grafía céltica, los simbolistas franceses Odilon Redon y Gustave Moreau y hasta el
impresionismo científico de Paul Signac, la plástica metafísica de De Chirico y el
surrealismo de Salvador Dalí y Joan Miró. Aunque si hubiera que elegir un elemen-
to distintivo sobre el que poder sintetizar la experiencia psicodélica traducida a un
lenguaje plástico ese sería, sin duda, el color. El delirio cromático es la característica
esencial de las representaciones psicodélicas, desde las vibraciones de un póster o
la portada de un LP, hasta la exuberancia de una composición musical o el torrente
lumínico de un Light Show.
En lo referido a la música pop, inmediatamente después del periodo efervescente de
los primeros años sesenta y tras el huracán mediático propiciado por la Beatlemania
se produce una suerte de evolución que se percibe gracias a la inclusión de elementos
tomados de otros géneros musicales: Jazz, Folk, Clásica, Electrónica o Music Hall.
También las innovaciones técnicas permiten un mayor grado de experimentación en
los estudios de grabación llegando a convertirse en genuinos laboratorios de sonido.
Es necesario también referirse a la evolución de los textos de las canciones, hasta ese
momento relacionados casi exclusivamente con inquietudes juveniles elementales
(amor, sexo incipiente) o con subculturas diversas (automóviles, motocicletas, surf).
La irrupción de un músico como Bob Dylan llevará pareja esa transformación; desde
sus comienzos en 1962 cuando sus mensajes sociales se acompañaban de una escueta
guitarra acústica y armónica, dentro de la ortodoxia Folk, hasta la explosión de su
Rock Acido, en 1965, con guitarras eléctricas, bajo y batería y con la proliferación de
textos trufados de imaginería compleja y barniz surrealista.
PÓSTERS PSICODÉLICOS
Por lo que respecta a los pósters anunciadores de conciertos, sus creadores más sobre-
salientes surgieron en dos ciudades psicodélicas por excelencia asociadas al desarro-
llo y evolución del rock en los años sesenta: San Francisco y Londres.
Rick Griffin, Victor Moscoso, Alton Kelley, Wes Wilson y Stanley “Mouse” Miller
fueron residentes de Haight Ashbury, el barrio bohemio y Hippie de San Francisco.
Aunque los diseñadores, ilustradores y artistas asentados allí trabajaron para variedad
de clientes durante el periodo psicodélico, entre 1965 y 1970, el grueso de su produc-
ción más relevante fue realizada para anunciar conciertos de rock y otras actividades
relacionadas que tuvieron lugar en las tres salas más representativas de la ciudad
californiana: Avalon Ballroom, Fillmore Auditórium y Matrix Club.
Stanley “Mouse” Miller (1940), fue uno de los ilustradores pioneros a la hora de
dar a conocer los nuevos grupos del Rock Acido de California 3. Nacido en Detroit
(Michigan), había aprendido los rudimentos de la ilustración junto a su padre, anima-
dor de viñetas para Walt Disney, y se estableció en San Francisco en 1965, fundando
3 Para una información estrictamente musical sobre el mismo se puede consultar: ORDOVÁS, Jesús, El
Rock Acido de California, Madrid, Ed. Júcar, 1975.
junto a su socio y también dibujante Alton Kelley, Mouse & Kelley Studios. Bajo esta
denominación crearon carteles anunciadores de conciertos y carátulas de discos hasta
bien entrada la década de los años ochenta 4. No obstante en el periodo más álgido
de la psicodelia (entre 1966 y 1967), la producción de Mouse & Kelley era, como
mínimo, de un póster semanal anunciador de los conciertos del Avalon Ballroom. En
el análisis formal de muchas de estas obras los caracteres tipográficos protagonizan la
parte esencial del mensaje. El nombre del grupo, la fecha, hora y lugar del concierto
pasan a cobrar identidad propia. Los tipos de letra, en una gran mayoría inspirados
directamente por la grafía Art Nouveau de autores como Alphonse Mucha, Pierre
Bonnard o Jules Chéret 5, ahora se retuercen, se dinamizan y son constreñidos en el
espacio cuadrangular estandarizado de 14x20 pulgadas (100x150 cm.) 6. Los colores
son puros, carentes de modulación y se potencia su vibración ocular al situar comple-
mentarios contiguos. Se sacrifica la inteligibilidad en aras del efectismo psicodélico.
Las composiciones suelen ser abigarradas, con poco “aire” entre los motivos y con
4 Se pueden consultar más detalles en su autobiografía: MOUSE, Stanley, Freehand; the art of Stanley
Mouse, Berkeley, SLG Books, 1973.
5 Vid. BARNICOAT, John, Los carteles; su historia y su lenguaje, Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 2003.
6 SCULATTI, Gene & SEAY, Davin, San Francisco nights; The psychedelic music trips, 1965-1968,
London, Sidgwick & Jackson, 1985, p. 103.
una disposición jerárquica en la que el nombre del grupo cabeza de cartel destaca
sobre el resto. En los trabajos iniciales de Mouse & Kelly las influencias Art Nou-
veau son recurrentes en la decoración floral y en el empleo de sugerentes figuras
femeninas. Girl with green hair (1966) (fig. 1) es un claro trasunto de las obras de
Alphonse Mucha, Papier Job (1897) o Salon des Cent (1896). No obstante se podrían
definir los pósters del tándem Mouse & Kelley como representativos de una línea
clara donde la tipografía y las decoraciones orgánicas se entreveran con componentes
más propiamente psicodélicos como la ilegibilidad tipográfica, los colores comple-
mentarios saturados y el collage de elementos anticuarios (figuras femeninas, efectos
navales, indios nativos norteamericanos, animales, etc.). Lo fundamental para ellos
era el “poder de atracción” de las imágenes reconocibles 7.
Victor Moscoso (1936) aporta un sentido mucho más lisérgico, entendiendo como
tal la yuxtaposición de elementos gráficos a base de textos muy distorsionados y
tipografías globulares en composiciones más netas, cercanas al Pop art. El propio
Moscoso define su estilo como “ecléctico contemporáneo” y cita como fuentes de
inspiración elementos gráficos y artefactos de la cultura popular y de masas (pos-
tales, comics, revistas y periódicos) 8. De origen español -nacido en La Coruña- y
con formación académica en la Universidad de Yale, donde fue discípulo de Josef
Albers, Moscoso abunda en las constantes ya enumeradas pero con la particularidad
de llevar hasta el extremo el grado de excitación óptica a través del empleo del color
y la yuxtaposición de tramas de líneas paralelas. Se puede apreciar en sus obras una
aplicación práctica de las teorías cromáticas de su maestro Josef Albers 9.
Desde 1966, en sus pósters para el Avalon Ballroom y el Matrix Club, Moscoso
muestra combinaciones de colores primarios intensos y saturados, como cargados de
electricidad, que procuran una vibración similar a las realizaciones coetáneas Op art
de Víctor Vasarely o Bridget Riley. Sobre esta última el crítico David Mellor afirmaba
que sus obras estaban dotadas de una corriente eléctrica y ella misma, refiriéndose
a sus líneas y tramas, hablaba también de “alto voltaje” 10. En una obra como Neon
Rose # 12, Chambers Brothers (1967) (fig. 2) se aprecia esa concreción compositiva
así como el parpadeo inducido por la yuxtaposición de dos colores (naranja y azul).
En otros trabajos queda de manifiesto esa electricidad óptica que recorre la superficie
del póster: Flower Pot. Blue Cher (1967).
Robert Wesley Wilson (Wes Wilson) (1941) es otro de los denominados “Cinco
Grandes” creadores de pósters psicodélicos de San Francisco, junto a “Mouse”, Ke-
lley, Moscoso y Griffin. Wilson trabajó principalmente para publicitar los conciertos
del Fillmore West Auditórium durante el bienio 1966-1967. De formación académica
y con conocimientos técnicos de artes gráficas, el trabajo de Wilson se caracteriza
por un personal dominio de las composiciones tipográficas, lo que Walter Medeiros
7 OWEN, Ted & DICKSON, Denise, High Art: a history of the psychedelic poster, London, Sanctuary,
1999, p. 61.
8 SCULATTI, Gene & SEAY, Davin, (1985), op cit., p.106.
9 Vid. ALBERS, Josef, La interacción del color, Madrid, Alianza Forma, 1979.
10 MELLOR, David, The sixties art scene in London, London, Phaidon Press, 1973, p. 170.
define como freehand lettering 11, una suerte de tipografías dibujadas a mano alzada
que se asientan sobre áreas delimitadas de la composición. Entre sus influencias más
significativas cabe citar a los cartelistas norteamericanos William H. Bradley (1868-
1962) y Claude Fayette Bragdon (1866-1942). En cuanto al tratamiento tipográfico es
obligatorio nombrar al secesionista vienés Alfred Roller, quien ya concebía los tipos
de letra como elementos compositivos desde el cartel para la XIV Exposición de la
Secesión de Viena (1902) 12. Un ejemplo de esta utilización expresiva de los elemen-
tos tipográficos lo podemos encontrar en Captain Beefheart. Fillmore Auditórium
(1966) y en un registro mucho más psicodélico, por la dislocación tipográfica y la
vibración óptica, en Moby Grape. Winterland and Fillmore Auditórium (1967).
Rick Griffin (1944-1991) evolucionó, desde unos comienzos de vinculación ex-
clusiva a la subcultura del Surf, hasta formar parte de la élite del movimiento Hippie
incluyéndose en el grupo de “Los Cinco Grandes” -The Big Five- 13. Formado en el
Chuinard Art Institute de Los Angeles, tuvo contactos con el escritor Ken Kesey que
11 MEDEIROS, Walter, “Poster Artists”, en High Art: A history of the psychedelic poster, p. 52.
12 BARNICOAT, John, (2003), op cit., p. 31.
13 El 17 de Julio de 1967 tuvo lugar la primera exposición colectiva del grupo en la Galería Moore, de
San Francisco. Se puede consultar la crítica de Thomas Albright titulada “Spirit of Mother Love MAD and
the Circus”, del 18 de Julio de 1967, en el San Francisco Chronicle. También es reseñable el reportaje de siete
páginas sobre los pósters psicodélicos que se publicó en la revista LIFE el 1 de Septiembre de 1967 con el
título “The Big Poster Hang-Up”, y en el que se hacía referencia al grupo “The Big Five”.
En líneas generales los diseños de Hapshash and The coloured Coat compartían
muchos de los elementos compositivos, cromáticos y tipográficos de sus homólogos
californianos aunque con algunas señas distintivas. El propio English lo deja entrever
en su autobiografía 3D Eye: “Estaba fascinado con las formas sinuosas de los traba-
jos de Mucha, Beardsley y Rackham. Todos nuestros pósters de esa época contenían
algunos signos secretos, formas prehistóricas y platillos volantes. Mezclábamos la
sexualidad con la mitología fantástica. Dragones y vello púbico” 17. Un ejemplo de
su trabajo lo encontramos en Pink Floyd. UFO Club (1967), donde paisajes siderales
y hadas desnudas comparten espacio con pájaros biomecánicos y naves espaciales.
Entre los nombres propios de la ilustración psicodélica inglesa cabe destacar la
obra de Martin Sharp (1941), de origen australiano -Sydney- y emigrado a Londres
en 1966. Las portadas de los discos del grupo Cream, Disraeli Gears (1967) y Wheels
of Fire (1968) se encuentran entre las obras más definitorias de su estilo. Asimismo
son destacables sus pósters de temas genéricos realizados para su venta y distribución
a través de la compañía Big O Poster. Entre ellos se debe reseñar Vincent (1967), un
homenaje a Van Gogh en el que las influencias del “comix underground USA” son
más que evidentes al presentar la composición en espacios delimitados, a modo de
viñetas. El tratamiento gráfico remite a las explosiones, ondulaciones y distorsiones
visuales producidas durante la experiencia psicodélica en la que el espacio -constre-
ñido- y el color -vibrante- favorecen los efectos alucinatorios. Por lo que respecta
a los pósters anunciadores de conciertos la obra de Sharp sigue las directrices de la
psicodelia al uso, con tipografías globulares de asequible legibilidad y elementos
gráficos (guitarras, corazones, ojos, labios y estrellas) todos ellos imbuidos de una
volumetría pulsante y líquida. Se pueden comprobar estos caracteres en una obra
como UFO at the Roundhouse (1967).
PORTADAS DE LP
Con la explosiva irrupción de The Beatles en los primeros años de la década de los
sesenta el carácter de la música popular británica ejecuta un cambio drástico: pasa de
ser mera imitación de los ídolos norteamericanos para erigirse en epicentro de una
nueva ola audiovisual. Donde antes aparecía un solista ahora se presenta un conjunto
con varios miembros. Si antes el diseño de las portadas no pasaba por ser más que la
cotidiana y estandarizada labor del departamento correspondiente de una compañía
de discos, ahora comienza a contemplarse la posibilidad de una evolución hacia com-
posiciones más creativas en las que fotografía, ilustración, textos y tipografía logren
trasladar el nuevo ímpetu del rock.
The Beatles, como vanguardia y reflejo de gran parte del movimiento cultural y
subcultural que se estaba produciendo en ese periodo nos puede servir como clave
para introducir esas novedades iconográficas. Ya en su segundo LP, With The Beatles
(1964) se pueden apreciar algunos cambios. De la sencilla fotografía de grupo y la
17 ENGLISH, Michael, 3D Eye, Surrey, Paper Tiger, 1979, p. 56.
La portada de Rubber Soul (1965) (fig. 3) es la que sirve para anticipar los prime-
ros rasgos psicodélicos. Ya la música introduce una serie de novedades: los arreglos
enriquecen las composiciones pop, las texturas sonoras se amplían con la inclusión
de instrumentos hasta ahora ajenos al género como cuartetos de cuerda, armónium,
mellotron o sitar. Los textos comienzan un viaje sin retorno hacia la introspección y
el lirismo, cuando no lanzan mensajes encriptados con referencia a la irrupción de las
drogas. Nuevamente es Robert Freeman quien se encarga de retratar al grupo, en esta
ocasión en color y en un entorno boscoso. La gama cromática de tonalidades pardas
sólo se ve alterada por la tipografía globular en rojo con el título del álbum -Rubber
Soul-. El encuadre efectúa un sutil contrapicado creando un juego de diagonales entre
el citado título del disco y los componentes del grupo. Como rasgo pre-psicodélico
se observa la distorsión de los rostros creada por el propio Freeman en el laboratorio.
A raíz de la senda abierta por The Beatles otros artistas muestran un interés similar
en el progreso hacia esos terrenos de experimentación y evolución audiovisual. Bob
Dylan ofrece portadas que reflejan esa sintonía en LPs como Bringing It All Back
Home (1965) o Blonde On Blonde (1966), donde las fotografías de Daniel Kramer
Nuevamente es obligado volver a The Beatles para encontrar uno de los referentes
paradigmáticos de la psicodelia, su LP, Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band (1967)
(fig. 4). Ahora el grupo pretende, desde la funda doble, suplantarse a si mismo, huir
18 Sobre la obra de Hipgnosis se pueden consultar los textos de: THORGERSON, Storm, Walk Away
René: The work of Hipgnosis, London, Paper Tiger, 1978. También: POWELL, Aubrey, For The Love of Vinyl,
London, Picture Box, 2008.
de su propio éxito, hastiados (en sólo tres años) de la histeria colectiva denominada
Beatlemania y de las extenuantes giras mundiales, dedicando todos sus esfuerzos a
la composición musical y a la investigación de las posibilidades técnicas del estudio
de grabación logrando facturar una de las cimas del pop y el rock de los años sesenta.
El concepto de la portada corresponde a Peter Blake (1932) en colaboración con su
esposa Jann Haworth que habían sido introducidos en el círculo Beatle por medio del
galerista Robert Fraser 19. En un collage a tamaño natural fotografiado por Michael
Cooper se presenta un heterogéneo grupo de figuras recortadas y ensambladas sobre
siluetas de cartón. Son exactamente 73 personajes junto a otros 14 artefactos diversos
que se entremezclan en un desvarío inaudito y sin precedentes para una carátula dis-
cográfica 20. Los propios Beatles de la época de la Beatlemania, cedidos por el museo
de cera de Madame Tussaud, asisten impertérritos a la presentación colorista de sus
réplicas auténticas, de carne y hueso. Un abigarrado grupo de figuras se solapan al
fondo dando lugar a un auditorio imposible: Marlon Brando junto a Oscar Wilde,
Fred Astaire al lado de Carl Gustav Jung o Karlheinz Stockhausen entre Mae West y
Aubrey Beardsley. Los Beatles reales se reinventan a si mismos como miembros de la
Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta y confirman su nueva identidad
ficticia desde el fotomontaje de la portada luciendo estridentes uniformes de satén. El
título del disco queda enmarcado en un elemento real de la parafernalia de artefactos
-el parche delantero de un bombo de orquesta-, que ya no es un añadido tipográfico
externo, ahora forma parte de la realidad visual de la puesta en escena y su caligrafía
remite a fuentes victorianas o eduardianas como un guiño camp a la recuperación de
un pasado glorioso: el del caduco imperio británico de finales del siglo XIX y prin-
cipios del XX.
La portada refleja el halo caleidoscópico y la extravagancia lírico-psicodélica que
emana de las trece canciones del LP: apuntes orientales, efectos de sonido, recursos
electrónicos, reminiscencias barrocas, folklóricas y hasta vodevil. Sgt. Pepper´s barre
las convenciones de la música pop del momento y tras su estela se instala la libertad
más absoluta a la hora de relacionar las canciones de un grupo o solista con las imá-
genes que se ofrecen en la portada. En palabras de Evans: “las portadas de los discos
de The Beatles, tanto en la mente del propio grupo como en la opinión de críticos y
fans, han asumido ya el estatus de obras de arte” 21.
Sin salir de Inglaterra son destacables los trabajos de Klaus Voorman. Su portada
para The Beatles, Revolver (1966), puede ser considerada como un precedente de
Sgt. Peppers y las posibilidades expresivas del formato LP. En su concepción como
collage de fotos suministradas por los integrantes del grupo y la aportación del trazo
lineal de los retratos de Voorman se aprecia ya una evolución ante la escueta foto-
grafía promocional de las carátulas precedentes. Hay un claro referente a la obra de
Aubrey Beardsley, de plena actualidad tras la retrospectiva ofrecida por el Victoria &
Albert Museum en ese mismo verano de 1966 22.
19 GREEN, Jonathan, (1999), op cit., p. 91.
20 Se puede consultar la relación completa de personajes y objetos en la página: www.iamthebeatles.com
21 EVANS, Mike, The Art of The Beatles, New York, Beach Tree Books, 1984, p. 96.
22 GUFFEY, Elizabeth E., Retro: The culture of revival, London, Reaktion Books, 2006, p. 53.
Fig.5. Grateful Dead; Aoxomoxoa (1969).
vibración óptica cercana a los trabajos coetáneos de artistas como Victor Vasarely o
Bridget Riley 23.
En un registro muy diferente podríamos citar el trabajo de Bob Cato para el quin-
teto de San Francisco, Moby Grape, Wow (1968), donde rompe claramente con la
morfología de caracteres psicodélicos al uso; no hay colores vibrantes, ni tipografías
crípticas, ni arabescos globulares; por el contrario Cato, de ascendencia mexicana y
formación académica (había tenido como maestros a los muralistas José Clemente
Orozco y David Alfaro Siqueiros), factura una imagen que bebe del surrealismo: una
mixtura figurativa de elementos descontextualizados y en una escala irreal que re-
cuerda los collages de Max Ernst o muchos de los paisajes desoladores que aparecen
de fondo en diversas obras de Salvador Dalí.
Es también interesante reseñar la conexión entre los tebeos para quinceañeros y su
evolución hacia el denominado Comix Underground y como éste y su lenguaje vi-
ñeteado pasan a formar parte de la iconografía psicodélica. Como ejemplo podemos
citar la portada que el dibujante Robert Crumb realizó para el grupo Big Brother &
The Holding Company, Cheap Thrills (1968) en la que su personal iconografía (mu-
jeres voluptuosas, ciudadanos vulgares, predicadores iluminados o hippies fumados)
servía para ilustrar, viñeta a viñeta, las canciones del disco y sus correspondientes
créditos, todo ello en una traslación directa de la retórica del Comix Underground,
23 DE VILLE, Nick, Album; Classic Sleeve Design, London, Mitchell Beazley, 2003, p. 96.