Un niño encuentra una pizarra mágica en el bosque donde podía dibujar cosas que cobraban vida. Al principio dibujó árboles, animales y flores que jugaban felices, pero cuando dibujó desperdicios estos enfermaron el bosque. El niño borró rápidamente los desperdicios y el bosque se recuperó. Ahora el niño siempre recoge los desperdicios cuando va al campo para proteger a los animales.
Un niño encuentra una pizarra mágica en el bosque donde podía dibujar cosas que cobraban vida. Al principio dibujó árboles, animales y flores que jugaban felices, pero cuando dibujó desperdicios estos enfermaron el bosque. El niño borró rápidamente los desperdicios y el bosque se recuperó. Ahora el niño siempre recoge los desperdicios cuando va al campo para proteger a los animales.
Un niño encuentra una pizarra mágica en el bosque donde podía dibujar cosas que cobraban vida. Al principio dibujó árboles, animales y flores que jugaban felices, pero cuando dibujó desperdicios estos enfermaron el bosque. El niño borró rápidamente los desperdicios y el bosque se recuperó. Ahora el niño siempre recoge los desperdicios cuando va al campo para proteger a los animales.
Un niño encuentra una pizarra mágica en el bosque donde podía dibujar cosas que cobraban vida. Al principio dibujó árboles, animales y flores que jugaban felices, pero cuando dibujó desperdicios estos enfermaron el bosque. El niño borró rápidamente los desperdicios y el bosque se recuperó. Ahora el niño siempre recoge los desperdicios cuando va al campo para proteger a los animales.
Iba una vez un niño caminando por un bosquecillo, cuando sobre un viejo árbol encontró una gran pizarra, con una caja de tizas de cuyas puntas salían brillantes chispas. El niño tomó una de las tizas y comenzó a dibujar: primero un árbol, luego un conejo, luego una flor... Mágicamente, en cuanto terminaba cada figura, ésta cobraba vida saliendo de la pizarra, así que en un momento aquel lugar se convirtió en un estupendo bosque verde, lleno de animales que jugaban divertidos. Emocionado, el niño dibujó también a sus padres y hermanos disfrutando de un día de picnic, con sus bocadillos y chuletas, y dibujó también los papeles de plata y las latas de sardinas abandonadas en el suelo, como solían hacer. Pero cuando los desperdicios cobraron vida, sucedió algo terrible: alrededor de cada papel y cada lata, el bosque iba enfermando y volviéndose de color gris, y el color gris comenzó a extenderse rápidamente a todo: al césped, a las flores, a los animales... El niño se dio cuenta de que tod