Cuento S
Cuento S
Cuento S
El árbol mágico
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía:
soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas
otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en
el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias,
arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y
chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que
"por favor" y "gracias", son las palabras mágicas
La princesa de fuego
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella
para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la
vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas
enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo
llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y
este se explicó diciendo:
- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún
no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.
El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba
consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo
duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se
deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría
que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.
Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su
sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del
país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola
prensencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La
princesa de fuego".
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó
ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días
El cohete de papel
Había una vez un niño cuya mayor ilusión era tener un cohete y dispararlo hacia la luna, pero tenía tan poco dinero que
no podía comprar ninguno. Un día, junto a la acera descubrió la caja de uno de sus cohetes favoritos, pero al abrirla
descubrió que sólo contenía un pequeño cohete de papel averiado, resultado de un error en la fábrica.
El niño se apenó mucho, pero pensando que por fin tenía un cohete, comenzó a preparar un escenario para lanzarlo.
Durante muchos días recogió papeles de todas las formas y colores, y se dedicó con toda su alma a dibujar, recortar,
pegar y colorear todas las estrellas y planetas para crear un espacio de papel. Fue un trabajo dificilísimo, pero el
resultado final fue tan magnífico que la pared de su habitación parecía una ventana abierta al espacio sideral.
Desde entonces el niño disfrutaba cada día jugando con su cohete de papel, hasta que un compañero visitó su
habitación y al ver aquel espectacular escenario, le propuso cambiárselo por un cohete auténtico que tenía en casa.
Aquello casi le volvió loco de alegría, y aceptó el cambio encantado.
Desde entonces, cada día, al jugar con su cohete nuevo, el niño echaba de menos su cohete de papel, con su escenario y
sus planetas, porque realmente disfrutaba mucho más jugando con su viejo cohete. Entonces se dio cuenta de que se
sentía mucho mejor cuando jugaba con aquellos juguetes que él mismo había construido con esfuerzo e ilusión.
Y así, aquel niño empezó a construir él mismo todos sus juguetes, y cuando creció, se convirtió en el mejor juguetero del
mundo.
El elefante fotógrafo
Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez que le oían decir aquello:
- Qué tontería - decían unos- ¡no hay cámaras de fotos para elefantes!
- Qué pérdida de tiempo -decían los otros- si aquí no hay nada que fotografíar...
Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco fue reuniendo trastos y aparatos con los que fabricar una gran
cámara de fotos. Tuvo que hacerlo prácticamente todo: desde un botón que se pulsara con la trompa, hasta un objetivo
del tamaño del ojo de un elefante, y finalmente un montón de hierros para poder colgarse la cámara sobre la cabeza.
Así que una vez acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su cámara para elefantes era tan grandota y extraña que
paracecía una gran y ridícula máscara, y muchos se reían tanto al verle aparecer, que el elefante comenzó a pensar en
abandonar su sueño.. Para más desgracia, parecían tener razón los que decían que no había nada que fotografiar en
aquel lugar...
Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante con su cámara era tan divertida, que nadie podía dejar de reir al verle, y
usando un montón de buen humor, el elefante consiguió divertidísimas e increíbles fotos de todos los animales, siempre
alegres y contentos, ¡incluso del malhumorado rino!; de esta forma se convirtió en el fotógrafo oficial de la sabana, y de
todas partes acudían los animales para sacarse una sonriente foto para el pasaporte al zoo.
No había nadie en aquella playa que no hubiera oído hablar de Pinzaslocas, terror de pulgares, el cangrejo más temido
de este lado del mar. Cada año algún turista despistado se llevaba un buen pellizco que le quitaba las ganas de volver.
Tal era el miedo que provocaba en los bañistas, que a menudo se organizaban para intentar cazarlo. Pero cada vez que
creían que lo habían atrapado reaparecían los pellizcos unos días después, demostrando que habían atrapado al
cangrejo equivocado.
El caso es que Pinzaslocas solo era un cangrejo con muy mal carácter, pero muy habilidoso. Así que, en lugar de
esconderse y pasar desapercibido como hacían los demás cangrejos, él se ocultaba en la arena para preparar sus
ataques. Y es que Pinzaslocas era un poco rencoroso, porque de pequeño un niño le había pisado una pata y la había
perdido. Luego le había vuelto a crecer, pero como era un poco más pequeña que las demás, cada vez que la miraba
sentía muchísima rabia.
Estaba recordando las maldades de los bañistas cuando descubrió su siguiente víctima. Era un pulgar gordísimo y
brillante, y su dueño apenas se movía. ¡Qué fácil! así podría pellizcar con todas sus fuerzas. Y recordó los pasos: asomar,
avanzar, pellizcar, soltar, retroceder y ocultarse en la arena de nuevo. ¡A por él!
Pero algo falló. Pinzaslocas se atascó en el cuarto paso. No había forma de soltar el pulgar. El pellizco fue tan fuerte que
atravesó la piel y se atascó en la carne. ¿Carne? No podía ser, no había sangre. Y Pinzaslocas lo comprendió todo: ¡había
caído en una trampa!
Pero como siempre Pinzaslocas estaba exagerando. Nadie había sido tan listo como para prepararle una trampa con un
pie falso. Era el pie falso de Vera, una niña que había perdido su pierna en un accidente cuando era pequeña. Vera no se
dio cuenta de que llevaba a Pinzaslocas colgado de su dedo hasta que salió del agua y se puso a jugar en la arena. La niña
soltó al cangrejo, pero este no escapó porque estaba muerto de miedo. Vera descubrió entonces la pata pequeñita de
Pinzaslocas y sintió pena por él, así que decidió ayudarlo, preparándole una casita estupenda con rocas y buscándole
bichitos para comer.
¡Menudo festín! Aquella niña sí sabía cuidar a un cangrejo. Era alegre, divertida y, además, lo devolvió al mar antes de
irse.
- Qué niña más agradable -pensó aquella noche- me gustaría tener tan buen carácter. Si no tuviera esta patita corta…
Fue justo entonces cuando se dio cuenta de que a Vera no le había vuelto a crecer su pierna, y eso que los niños no son
como los cangrejos y tienen solo dos. Y aún así, era un encanto. Decididamente, podía ser un cangrejo alegre aunque le
hubieran pasado cosas malas.
El día siguiente, y todos los demás de aquel verano, Pinzaslocas atacó el pie de Vera para volver a jugar todo el día con
ella. Juntos aprendieron a cambiar los pellizcos por cosquillas y el mal carácter por buen humor. Al final, el cangrejo de
Vera se hizo muy famoso en aquella playa aunque, eso sí, nadie sospechaba que fuera el mismísimo Pinzaslocas. Y mejor
que fuera así, porque por allí quedaban algunos que aún no habían aprendido que no es necesario guardar rencor y
tener mal carácter, por muy fuerte que un cangrejo te pellizque…
En el cráter de un antiguo volcán, situado en lo alto del único monte de una región perdida en las selvas tropicales,
habitaba el último grupo de grandes dinosaurios feroces. Durante miles y miles de años, sobrevivieron a los cambios de
la tierra y ahora, liderados por el gran Ferocitaurus, planeaban salir de su escondite para volver a dominarla.
Ferocitaurus era un temible tiranosaurus rex que había decidido que llevaban demasiado tiempo aislados, así que
durante algunos años se unieron para trabajar y derribar las paredes del gran cráter. Y cuando lo consiguieron, todos
prepararon cuidadosamente sus garras y sus dientes para volver a atermorizar al mundo.
Al abandonar su escondite de miles de años, todo les resultaba nuevo, muy disitinto a lo que se habían acostumbrado en
el cráter, pero siguieron con paso firme durante días. Por fin, desde lo alto de unas montañas vieron un pequeño pueblo,
con sus casas y sus habitantes, que parecían pequeños puntitos. Sin haber visto antes a ningún humano, se lanzaron
feroces montaña abajo, dispuestos a arrasar con lo que se encontraran...
Pero según se acercaron al pueblecito, las casas se fueron haciendo más y más grandes, y más y más.... y cuando las
alcanzaron, resultó que eran muchísimo más grandes que los propios dinosaurios, y un niño que pasaba por allí dijo:
"¡papá, papá, he encontrado unos dinosaurios en miniatura! ¿puedo quedármelos?".
Así las cosas, el temible Ferocitaurus y sus amigos terminaron siendo las mascotas de los niños del pueblo, y al
comprobar que millones de años de evolución en el cráter habían convertido a su especie en dinosaurios enanos,
aprendieron que nada dura para siempre, y que siempre hay estar dispuesto a adaptarse. Y eso sí, todos demostraron
ser unas excelentes y divertidas mascotas.
Fabulas
El adivino
Instalado en la plaza pública, un adivino realizaba y se entregaba a
su oficio. De repente se le acercó un vecino, anunciándole que las
puertas de su casa estaban abiertas y que habían robado todo lo
que había en su interior.
- Oye, amigo, tú que te vanglorias de prever lo que ocurrirá a los otros, ¿por qué no has previsto lo que te sucedería a ti?
Moraleja: no hay que fiarse de aquellos que dicen que pueden adivinar el futuro de los demás. Tan sólo pretenden
estafarnos y quitarnos nuestro dinero. Pues el que no busca resolver sus problemas no tienen el derecho a aconsejar o
entrar en su vida.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una cuestión importante: ¿Quién de todos le pondrá
el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían contestar a aquella
pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y todos, absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas,
hambrientos y tristes.
Moraleja: Es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.
El ratón campesino y el cortesano.
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó
a que fuese a comer a la campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón
cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo
poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los
tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su
amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte.
Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados por el ruido los dos ratones se
lanzaron temerosos a los agujeros.
Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla, los dos amigos se precipitaron
nuevamente en una rendija para esconderse.
Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón cortesano:
- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio de mil peligros y constantes
temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia
nadie
El lobo con piel de oveja
Un lobo hambriento caminaba por el bosque buscando algo para comer.
Cuando ya no podía más, se sentó y fue cuando tuvo una idea. Pensó:
- Si como lobo no puedo agarrar ni una sola presa, entonces cambiaré mi
apariencia y con el engaño podré comer.
Y así fue lo que hizo el lobo para obtener su comida. Se metió en una piel
de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al
pastor.
Pero su plan no ha salido como él esperaba.
Al atardecer, para su sorpresa, el lobo disfrazado de oveja fue llevado junto a las demás ovejas a un encierro, quedando
la puerta asegurada.
En la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y
lo sacrificó al instante.
Moraleja: Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.
La cigarra y la hormiga
La coma
La coma (,) es un signo ortográfico de puntuación que es representada con una forma exactamente igual que
un apóstrofo y/o una comilla simple de cierre, solo que, a diferencia de ambos signos, el cuerpo de la coma va en el
extremo bajo de la línea base y la colita va en la parte alta de la asta descendente. Siempre se escribe pegada a la
palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue.
En general, su aparición indica una pause breve dentro del enunciado que componga un texto; por consiguiente, al
ser el signo de puntuación que menor grado de pausa impone en su lectura, ésta es muchísimo menor que
cualquier otro signo. Aunque en algunos casos, el uso de la coma en un determinado lugar del enunciado puede
depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito para
que este pueda ser correctamente leído e interpretado, por lo que su uso se considera de carácter normativo en
situaciones específicas.
De la misma forma que el uso de la coma es, en algunos casos, opcional en la escritura de textos, de la misma
manera, estrictamente su presencia no siempre responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y,
viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas, aunque en la
práctica no se pronuncie como tal.
Se utiliza la coma:
Para separar los diversos elementos de una serie, por ejemplo:
Me gustan sus ojos, sus labios, su cabello, sus hombros.
Para separar elementos incidentales en la oración, es decir, aquellos que equivalen a
una explicación. En este caso cumplen una función semejante a la del paréntesis y por
ello esta clase de comas se llaman parentéticas, como ocurre en el siguiente ejemplo (la
expresión incidental está en cursivas):
La vi llegar, más bella que nunca, a la casa de sus padres.
Para separar los vocativos, es decir, las palabras que se usan para llamar la atención de
un interlocutor, pueden ser éstos nombres propios, apodos o sustantivos asignados, los
cuales pueden estar al principio, en medio o al final de una oración como en los
siguientes ejemplos (Los vocativos están en letra cursiva):
Perla, por favor dile que se apure.
No, Héctor, no es así.
¿Por qué insistes, Manuel?
Antes de las oraciones introducidas por expresiones como: "si", "aunque" y otras
semejantes, por ejemplo:
Puedes invitarme, si quieres.
Dos puntos
Los dos puntos (:) son un signo ortográfico de puntuación que se representa como un punto (que puede ser un
circulito o cuadradito relleno, según la fuente tipográfica) arriba de otro, y están puestos en la parte inferior y
superior de la línea de base tipográfica respectivamente.
Su función es detener el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación
con el texto precedente. Representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto, por lo que su
pausa es equivalente al punto y coma.
Este signo de puntuación debe escribirse pegado a la palabra o el signo que los antecede, y separados por
un espacio en blanco de la palabra o el signo que los sigue. En la mayoría de los casos, la primera letra de la
palabra que sucede al signo se escribe con minúscula, sin embargo, hay unos cuantos casos donde se debe
escribir con mayúscula.
Usos ortográficos
Según la Real Academia Española, «es un signo de puntuación que representa una pausa mayor que la de la
coma y menor que la del punto. Detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está
en estrecha relación con el texto precedente. Se escriben pegados a la palabra o el signo que los antecede, y
separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue».1
Al leerse dos puntos se debe hacer una pausa, mayor que la de la coma y menor que la del punto, debiendo tener
en cuenta que el texto siguiente continúa con la idea desarrollada. Su uso más común es en la enumeración de
carácter explicativo, junto con la reproducción de citas o palabras textuales. No debe confundirse la diéresis (¨),
coloquialmente llamada «los dos puntos» que van, en algunos casos, sobre la letra u.
También se utiliza en el encabezamiento de cartas y documentos (p. ej., Sr./Sra.). En este caso, la inicial de la
siguiente palabra se escribe con mayúscula, en renglón aparte.
Recurso natural
Los recursos naturales son elementos de la naturaleza que ayudan o contribuyen al bienestar y desarrollo para
los seres vivos en diferentes cosas, por ejemplo, los árboles dan el oxígeno.1 Es todo aquel elemento, material o
energético, que existe en estado natural y que sirve para cubrir las necesidades biológicas (alimento, ropa,
vivienda, construcciones) para desarrollar una actividad económica, o bien para satisfacer las demandas sociales
(artículos de consumo). También se dice que los recursos naturales pueden ser por creación o transformación, en
este último caso, cuando interviene la mano del hombre.
Recursos renovables
Son aquellos recursos que no se agotan con su utilización, ya que vuelven a su estado original o se regeneran a
una tasa mayor a la que los recursos disminuyen mediante su uso.5Esto significa que ciertos recursos renovables
pueden dejar de serlo si su tasa de utilización es tan alta que evite su renovación, en tal sentido debe realizarse el
uso racional e inteligente que permita la sostenibilidad de dichos recursos. Dentro de esta categoría de recursos
renovables encontramos el agua y la biomasa (todo ser viviente).
Algunos son: viento, radiación solar, energía hidráulica, energía geotérmica, madera, y productos de
agricultura como cereales, frutales, tubérculos, hortalizas, desechos de actividades agrícolas entre otros.
(Un recurso renovable es un recurso natural que se puede restaurar por procesos naturales a una velocidad
superior a la del consumo por los seres humanos. La radiación solar, las mareas, el viento y la energía
hidroeléctrica son recursos perpetuos que no corren peligro de agotarse a largo plazo).
Recursos renovables:
Energía solar
Energía eólica
Agua
Madera
Mareas
Biocombustibles
Recursos no renovables
Los recursos no renovables son recursos naturales que no pueden ser producidos, cultivados, regenerados o
reutilizados a una escala tal que pueda sostener su tasa de consumo.6Estos recursos frecuentemente existen en
cantidades fijas ya que la naturaleza no puede recrearlos en periodos geológicos cortos.
Se denominan reservas a los contingentes de recursos que pueden ser extraídos con provecho. El valor económico
(monetario) depende de su escasez y demanda y es el tema que preocupa a la economía. Su utilidad como
recursos depende de su aplicabilidad, pero también del costo económico y del costo energético de su localización y
explotación.
Algunos de los recursos no renovables son: el carbón, el petróleo, los minerales, los metales, el gas natural y los
depósitos de agua subterránea, en el caso de acuíferos confinados sin recarga.
La contabilidad de las reservas produce muchas disputas, con las estimaciones más optimistas por parte de las
empresas, y las más pesimistas por parte de los grupos ecologistas y los científicos académicos. Donde la
confrontación es más visible es en el campo de las reservas de hidrocarburos. Aquí los primeros tienden a
presentar como reservas todos los yacimientos conocidos más los que prevén encontrar. Los segundos ponen el
acento en el costo monetario creciente de la exploración y de la extracción, con solo un nuevo barril hallado por
cada cuatro consumidos, y en el costo termodinámico (energético) creciente, que disminuye el valor de uso medio
de los nuevos hallazgos.
Recursos no renovables:
Petróleo
Carbón
Gas natural
Metales
Entre sus muchas tradiciones, existen varias que han trascendido a escala nacional. Tal es el caso de su ritual
religioso Paabanc, su comida típica Kaq ik y Saq ik, o del mismo chile cobanero, muy conocidos en toda
Guatemala. También hay que mencionar sus múltiples bailes, representaciones de enmascarados, tales como
El venado, Los abuelos, Los moros y Los diablos, entre muchos otros. en sus trdiciones se refleja la influencia
española, pues utilizan guitarras y violines en las interpretaciones musicales junto a instrumentos autóctonos,
como la chirimía y la marimba.
Cada municipio cuenta con una iglesia frente al parque central, algunas muy antiguas, construidas en el siglo
XVI con la llegada de los frailes a Tezulutlán, "tierra de guerra". Cobán, San Juan Chamelco y San Pedro Carchá
fueron los primeros municipios donde se construyeron ermitas y conventos, que conservan todavía mucho de
su antiguo esplendor y hoy son atractivos turísticos.
Celebraciones
Días de Mercado
Indumentaria
2. Liderazgo burocrático
Todos los líderes burocráticos hacen todo según viene predefinido en un libro. Siguen todas las reglas de forma
rigurosa y se aseguran de que todo lo que hagan sus seguidores sea preciso. Es un estilo de liderazgo muy
apropiado para trabajar cuando existen muchos riesgos en cuanto a seguridad o cuando se entra en juego altas
cantidades de dinero.
3. Liderazgo carismático
El liderazgo carismático es muy parecido al liderazgo transformacional, ya que todos los líderes de la
organización inspiran entusiasmo en los equipos y son demasiado energéticos al conducir a todos los empleados.
De todas formas los líderes carismáticos tienen a creer mucho más en sí mismo que en los equipos de trabajo
que los rodean, esto supone que se generen problemas, y un proyecto en una organización puede llegar a colapsar
el día que el líder abandone el barco. Es por esto, que las personas que integran el equipo tienen en mente que sin
el líder carismático no se alcanza el éxito.
Como la participación democrática necesita de mucho tiempo, abordarlo puede durar bastante tiempo pero a
menudo se logra un excelente resultado. El estilo de liderazgo puede adoptarse cuando resulta esencial realizar
un trabajo en equipo y cuando la calidad es mucho más importante que la velocidad o la productividad.
5. Liderazgo ‘Laissez-faire’
La expresión “Laissez-faire” es francesa y significa “déjalo ser”, se utiliza para describir a los líderes que dejan a los
miembros que forman el equipo trabajar por su propia cuenta.
Puede resultar bastante efectivo si los líderes monitorean lo que se está consiguiendo y lo comunican al equipo de
forma regular. De forma regular el liderazgo laissez-faire es efectivo cuando los trabajadores cuentan con una
larga experiencia y tienen iniciativa propia. El tipo de liderazgo puede darse solo, cuando los altos mandos no
ejercen el suficiente control.
6. Liderazgo orientado a las personas
Es un opuesto al liderazgo orientado a la tarea. Con el liderazgo orientado a las personas, todos los mandatarios
se encuentran completamente orientados en organizar, hacer de soporte y desarrollar los equipos. Es un estilo
participativo, y tiende a empoderar al equipo y a fomentar la colaboración creativa. A la hora de llevarlo a la práctica
la gran mayoría de líderes se usan tanto el liderazgo orientado a la tarea y el liderazgo orientado a las personas.
7. Liderazgo natural
El término describe al líder que no se encuentra reconocido de manera formal. Cuando alguien en cualquier otro
nivel de una empresa lidera de forma simple la satisfacción de las necesidades de un equipo, se describe como un
líder natural. Otras personas lo llaman líder servil. Este tipo de liderazgo es un liderazgo democrático, ya que el
equipo participa del proceso de toma de decisiones. Las personas que apoyan el modelo de liderazgo natural dicen
que es una buena forma de trabajo en el mundo en el que los valores son cada día más importantes. Otras
personas opinan que en situaciones de elevada competencia, los líderes naturales pueden perder peso ya que
otros líderes usan diferentes estilos de liderazgo.
9. Liderazgo transaccional
Este estilo de liderazgo nace de la idea de que los miembros de equipo llegan al acuerdo de obedecer en todo a
su líder.
La forma de pago es a cambio de esfuerzo y la aceptación hacia diferentes tareas que les da su líder. El líder tiene
derecho a castigar a quien considere que el trabajo se encuentra como él líder lo desea.
Derechos
Principio 1: Derecho a la igualdad
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos
serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación
por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del
propio niño o de su familia.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la
responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer
término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar
orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades
públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.
Responsabilidades
Entre 4 y 6 años
A esta edad los niños ya tienen más altura y fuerza, y ya son más conscientes de todo lo que les rodea, logrando ser,
además, más autónomos.
Entre 7 y 10 años
Los niños de entre 7 y 10 años ya pueden llevar a cabo tareas aún más complejas, aunque aún necesitarán
supervisión adulta en determinadas actividades que requieran más detalle o carga.
Entre 10 y 12 años
En esta etapa, los niños ya son totalmente conscientes de todo lo que les rodea y son mucho más responsables e
independientes, comienzan a tener sus preferencias más definidas.
Es el momento de que empiecen a ayudar en algunas tareas con más responsabilidad y autonomía, como cocinar,
bañarse solos o poner una lavadora y encargarse de la mascota.
Más de 12 años
Desde los 12 años, en adelante, los niños ya serán capaces de desarrollar todo tipo de tareas. Deberán ser, en su
mayoría, autónomos e independientes.
Sacar la basura.
Costura sencilla, como coser botones.
Hacer una compra puntual: pan, leche…
Limpiar mayores superficies como el salón, la terraza.
Ayudar a un hermano pequeño con los deberes.