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TEXTO PARA PRESENTACION

Abuso espiritual de la infancia y adolescencia


Quito , nov 2014. Consulta niñez Lausana.

Niños, niñas, adolescentes de iglesias evangélicas de América Latina dicen:


-“Mi mamá tiene en el cochecito del bebé una vara. Si no nos quedamos quietos en la reunión de
la iglesia, nos lleva al baño y nos castiga con la vara” (niños de 1 y 4 años).
-“Al volver del campamento de adolescentes de otra iglesia, armamos un grupo de oración y de
estudio de la Biblia. Nuestro pastor nos dijo que eso era superstición y que no podíamos volver a
ir a ese campamento porque volvíamos con ideas retrógradas.”.
-“Cuando conté en la iglesia que mi padrastro me violaba, me dijeron que no podía salir más de
paseo en la camioneta con el grupo, porque no querían que los acusara a ellos.
-“Dios no deja que las mujeres hablen en la iglesia. Hay que obedecer siempre a los hombres,
porque Dios los eligió para mandar. (niña de 9 años)
-“Cuando mi papá me violaba, me hacía poner una mano apoyada en la Biblia para que
recordara que Dios me ordenaba obedecerlo en todo”.(niña de 12 años)
-Cuando tenía 13 años, en un culto me sacaron el demonio de la homosexualidad. Grabé un
casette dando testimonio y lo escucharon en todas las iglesias. Pero un tiempo después seguí
sintiendo lo mismo. Estoy condenado, porque sigo teniendo al demonio adentro.(adolescente de
15 años

Adultos de iglesias evangélicas de América Latina dicen:


-“En el curso de evangelización de niños, que hice cuando era adolescente, me enseñaron que
para convertir a los niños de 5 años, hay que contarles cómo es el cielo y cómo es el infierno.
Después hay que preguntar quién quiere ir al cielo y todos van a levantar la mano. En ese
momento me pareció una muy buena idea”.
-“Hasta hoy me siento incómodo con mi cuerpo. Quisiera poder bailar, me parece que debe ser
maravilloso expresarse de esa manera, pero cada vez que lo intento recuerdo que aprendí que
era un pecado, y que los evangélicos no bailan, no fuman ni van al cine.”
-“Vivía con miedo todo el tiempo de morirme durmiendo e irme al infierno, o que viniera Jesús y
se fueran mis padres y yo me quedara solo.”
-“En la iglesia me enseñaron que Dios dice que no hay que golpear con la mano, que la mano es
para acariciar. Hay que golpear con la correa, un palo o con otra cosa. Hay que sacarle los
pañales a los bebes cuando se les castiga para que sientan el dolor, si no, no lo sienten. Hay que
romper el orgullo y doblegar a los niños. Cuando se los castiga con la vara y lloran, si lloran
escandalosamente, hay que seguirles pegando para que lloren de arrepentimiento”
-“Cuando tenía 16 años, los pastores nos dijeron que Dios les había revelado que L. y yo debíamos
casarnos. Yo no quería, porque estaba enamorada de otro, pero deseaba obedecer a Dios y me
casé llorando.” (mujer víctima de violencia doméstica durante 20 años. )
Hablo como una mujer evangélica de América Latina, como una autocrítica, desde dentro de la
iglesia que es mi casa.
Tomé contacto con el tema del abuso espiritual de la infancia en la práctica psiquiátrica. Sin
buscarlo, comencé a ver los daños provocados por años de abusos espirituales en contextos
evangélicos.

No es fácil para los cristianos evangélicos consultar a un psiquiatra. A pesar de eso, muchos
miembros de diferentes iglesias suelen consultarme, pues alguien les ha dicho que soy
cristiana, y eso les genera cierta confianza.

Un grupo de estas personas llamó mi atención .Consultaban por síntomas de distintos


trastornos psiquiátricos (depresión, trastornos de ansiedad , trastornos traumáticos del
desarrollo etc), por ser agresores sexuales, por violencia doméstica, por problemas familiares
o de pareja.

Parte del trabajo de un psiquiatra es hacer un diagnóstico, y plantear un tratamiento integral.

Al profundizar en la historia clínica, iba llegando a la conclusión, de que el problema principal


de estas personas estaba relacionado con manera en que habían vivido la fe en su familia y en
su iglesia. Todos ellos habían crecido en contextos evangélicos que ejercían violencia
espiritual.

Con estas personas, gran parte del tratamiento psiquiátrico se mezcló con una tarea pastoral,
que fuera respetuosa de su individualidad, les permitiera tomar sus propias decisiones sobre
su futuro y hacerse cargo de sus vidas. Algunos han comenzado a recuperarse. Para otros fue
demasiado tarde.

El triángulo de la violencia: lo visible y lo invisible

Para hablar de abuso espiritual de la infancia, hay que hablar de violencia,

Las tres formas de violencia, la directa, la estructural y la cultural están presentes en el abuso
espiritual y unas generan las otras. La violencia cultural y la violencia estructural no son tan
visibles e identificables, y por lo tanto son más difíciles de cambiar.

Triangulo de la violencia de Johan Galtung

-La violencia directa, es visible, se evidencia en comportamientos y actos de violencia. Es la que


realiza un actor intencionado y quien la sufre es un ser vivo o su obra.
-La violencia estructural, esta originada por un conjunto de estructuras, tanto físicas como
organizativas, que no permiten la satisfacción de las necesidades básicas de un grupo de
personas. Cuando alguno de los grupos quiere cambiar o reforzar su posición aparece la
violencia directa. Es un tipo de violencia indirecta. Por ejemplo, las acciones que provocan el
hambre en el mundo no están diseñadas y realizadas directamente con ese fin, sino que son
derivaciones indirectas de una política económica y del injusto reparto de la riqueza.
-La violencia cultural, por otra parte, crea un marco legitimador de la violencia directa y
estructural. Inhibe o reprime la respuesta de quienes la sufren, y “ofrece justificaciones para
que los seres humanos, a diferencia del resto de especies, se destruyan mutuamente y sean
recompensados incluso por hacerlo. Es una violencia simbólica, que se expresa desde infinidad
de medios (simbolismos, religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia, leyes, medios de
comunicación, educación, etc, ”(J.Galtung)
El abuso espiritual de la infancia se presenta en las tres modalidades: en forma directa
,estructural y cultural. La violencia cultural es especialmente importante en el abuso espiritual,
por la fuerza que tiene este poderoso marco legitimador.

La historia de la infancia es la historia de la violencia


Todavía hoy es una realidad masiva , cotidiana y subdeclarada

La violencia o el abuso espiritual de la infancia es una forma de reciente conceptualización.


Estaba incluída dentro de otras formas de violencia, pero tiene características propias que hay
que conocer para poder identificarla.

Inicialmente se identificó en relación a adultos que eran parte de grupos religiosos con
características sectarias.

Más recientemente se identifica asociada a la niñez y adolescencia. También se asocia a la


violencia educativa .

Abuso espiritual de la infancia. Definiciones en construcción


Las definiciones de los términos abuso religioso y abuso espiritual, pueden funcionar como
sinónimos, si bien el concepto de abuso religioso puede ser más restrictivo que el concepto de
abuso espiritual. El ámbito del abuso religioso sería una religión o sistema de creencias
organizado y formal. El ámbito del abuso espiritual sería mucho más amplio, ya que la
espiritualidad excede a la religiosidad organizada.
Se la ha definido como
 “la destrucción de cualquier oportunidad de que el niño se forme su propio sistema
personal de moral y creencias....
 “controlar el viaje espiritual de un niño...”
 “controlar o imponer una forma específica de llegar o tener acceso a Dios y esta forma
generalmente es la del ministro, sacerdote o la persona de autoridad en asuntos
espirituales”
 “usar el nombre de Dios para obligar a una persona o un grupo de ellas a que piensen y
vivan de determinada manera no sólo su fe, y religión, sino toda su vida
 “mantener a los niños o adolescentes en un nivel espiritual muy pobre e infantil o
presionarla a dar pasos demasiado grandes para las posibilidades.”
 “Maltratar a los niños poniendo como excusa la religión...”

( Citas en versión larga)

Definición de Visión Mundial :

 Es el mal uso del poder, de la autoridad o de la confianza por parte de cualquier persona
en una posición de poder espiritual o autoridad (dentro de una organización, institución,
iglesia o familia), por medio del control, coerción, manipulación o dominio del desarrollo
espiritual de un niño o una niña”.

Definición de la coalición Keeping the children safe

 El abuso espiritual ocurre cuando el líder espiritual o alguien en posición de poder o


autoridad espiritual (ya sea una organización, institución, iglesia o familia) mal utiliza su
poder o autoridad, y la confianza puesta en ellos, con la intención de ejercer control,
coacción, manipulación o domino de un niño o niña. El abuso espiritual es siempre el mal
uso del poder dentro del marco de la creencia o práctica espiritual, para satisfacer las
necesidades del abusador (o para fortalecer su posición) a expensas de las necesidades
del niño o de la niña. El abuso espiritual resulta en el perjuicio espiritual de un niño o una
niña y puede ser vinculado con otro tipo de abuso como el físico, sexual y emocional.

Es una muy buena definición que incluye la posición de autoridad espiritual, el mal uso del
poder, los ámbitos en los que se da, la intencionalidad de controlar, la gratificación del
abusador a expensas de las necesidades de los niños, la capacidad de dañar, y la relación con
otros tipos de abuso.

Una definición operativa y práctica del abuso espiritual puede ser


abuso de poder dentro del marco de la creencia o práctica espiritual.

Tres modalidades de abuso espiritual de niños, niñas y adolescentes.


Alicia Casas

Luego de reflexionar sobre las distintas formas del abuso espiritual, creo que se
pueden agrupar en tres modalidades.

 Una está relacionada con el control, a través de diferentes estrategias, del desarrollo
espiritual de un niño o una niña.
 Otra, va más allá y se relaciona con el control no solo de la espiritualidad sino de todas
las áreas de la vida de un niño o niña.

 Finalmente otra forma está vinculada a diferentes tipos de maltrato que se ejercen en
nombre de la divinidad.

Todas tienen en común el abuso de poder de una persona o grupo que es percibido como
autoridad espiritual por parte del niño, niña o adolescente víctima.
Me ha resultado útil pensarlo y graficarlo de esta manera:

Control del desarrollo Control del


desarrollo de
espiritual de las demás
un niño, niña o áreas de la
vida del
adolescente niño, niña o
Abuso de poder adolescente

de una

persona o grupo

que es percibida por

la victima como

una autoridad

espiritual

Maltrato en nombre de Dios

Diferentes formas de maltrato en


Caracterización del abuso
nombre espiritual
de Dios de niños , niñas y adolescentes
o la divinidad

-Es un tipo de violencia y de maltrato hacia la infancia, por lo que se aplicar las definiciones de
los dos términos. ( ver versión larga)
-La violencia puede serDiferentes
directa, la tipos
que es
demás visible,
maltrato de pero
un también hay fuertes componentes
culturales y estructurales que son de difícil visibilizacion, que legitiman la violencia directa y que
niño, niña o adolescente, hechos en
le dan una gran estabilidad a lo largo del tiempo.
nombre de Dios
-Hay por lo menos una persona o grupo en un lugar de autoridad y poder mayor al del niño, niña
o adolescente. Esta autoridad no tiene porqué ser evidente desde afuera, por observadores
externos, pero sí es percibida y creída por el niño o niña.
-La autoridad y el poder están dadas por aspectos religiosos o espirituales, aunque también
pueden ser reforzadas por características de la víctima como componentes etarios, de género,
de identidad u orientación sexual, étnicos, de clase social, por discapacidad etc., que potencian
la desigualdad de poder. Por ejemplo en América Latina una niña indígena y pobre, tiene menos
poder aún que un niño indígena y pobre.
-Hay un abuso de esa relación de poder, en nombre de una autoridad superior, con el fin de
controlar y lograr algo que es de interés para la persona o grupo que abusa. No se tienen en
cuenta como prioritarias las necesidades o el bienestar relacional, individual y contextual de
los niños o niñas.
-El abuso de poder, la coerción (realizada por diferentes mecanismos que van desde la
seducción hasta la amenaza o el chantaje), y la invalidez del consentimiento, son compartidas
con otras formas de abuso.
-El hecho de que la persona que abusa invoque una autoridad superior, implica que no se
responsabilice por sus acciones, y que se genere un ámbito de impunidad y legitimación del
abuso.
-El abuso se da en el ámbito de una religión o sistema de creencias específico, donde para abusar
se utilizan las enseñanzas de la religión que practica el niño, niña o adolescente abusado.
-Si bien la persona o grupo que abusa suele pertenecer al mismo grupo religioso, no
necesariamente practica la misma religión, aunque conoce los preceptos de la misma y los usa
para manipular al niño , niña o adolescente.
- El abuso espiritual de niños, niñas y adolescentes puede ser infligido tanto en una iglesia como
en instituciones dependientes de ésta. Igualmente puede ocurrir por parte de padres, madres u
otros adultos así como por parte de adolescentes u otros niños.
-Suele haber una comunidad o grupo de espectadores participantes (en la familia, en la
institución o en la iglesia) que naturaliza, legitima y sostiene la situación de abuso, desalentando
cualquier intento de salida de la situación.
-El hecho de que el abuso espiritual ocurra en el contexto de relaciones de dependencia y de
afectos, tanto positivos como negativos, hace más compleja la situación y que sea difícil para
los niños o niñas percibirse como víctimas. A veces esto logra percibirse en la edad adulta,
cuando ha habido alguna ruptura de ese marco extremadamente rígido o una salida del grupo,
que ha permitido percibir la realidad de otra manera.

¿Cuáles pueden ser las motivaciones para el abuso espiritual de niños y


niñas por parte de personas?

Creo que las motivaciones son muy heterogéneas.


Podemos ubicar a las personas en un continuo, donde:
-En un extremo están los adultos que no tienen un sistema moral desarrollado, cuyas acciones
están orientadas a la explotación de los niños, niñas y adolescentes para sus propios fines. La
finalidad es la gratificación del abusador. La gratificación puede ser de diferente naturaleza. A
veces está en la relación de dominio-dependencia, en el control, en la sumisión, en la excitación
narcisista producida por el ejercicio del poder, en prestigio y bienes materiales etc.

El acto abusivo no es vivido con conflicto. No tienen conciencia de culpa ni empatía.


No es fácil detectarlos, ya que son muy seductores , carismáticos y encantadoras. Muchas
personas del entorno suelen caer bajo su capacidad de seducción y logran tener un gran grupo
de defensores cuando son cuestionados.

La inmensa mayoría son varones. Quienes los denuncian son vistos como desleales, celosos,
envidiosos y poco espirituales. Son verdaderos antisociales, con máscaras de ángeles.
Son personas terriblemente peligrosas para los niños, niñas y adolescentes.

-En el otro extremo se encuentran personas con buenas intenciones, pero poca capacidad de
discernimiento y autocrítica, que tienen un sistema de creencias distorsionadas bastante similar
a la que tienen los niños y niñas víctimas, sobre la naturaleza de Dios, la autoridad, el poder, la
sumisión , el sacrificio y el dolor asociado a la expiación, las relaciones entre los géneros y las
generaciones, el cuerpo y la sexualidad, la naturaleza moral de los niños y niñas, el pecado
original, el castigo como herramienta educativa, las obligaciones de los adultos en relación a los
niños y niñas, la confesión, el perdón y el arrepentimiento, el lugar de la Biblia etc.

Son muy dogmáticos y rígidos. Cualquier cuestionamiento o de la doctrina o práctica establecida


es vivido con preocupación y se interpreta como una falta espiritual, una herejía, una
contaminación del mundo, un manejo de Satanás etc.

Pueden sentirse honestamente representantes de Dios, defensores de Él, guardianes de la fe y


parte de una élite escogida, cumplidores de sus mandamientos en relación a los niños, niñas y
adolescentes. Su satisfacción está relacionada con cumplir lo que entienden son los
mandamientos de Dios.

Pueden experimentar grados diversos de malestar cuando logran empatizar con el sufrimiento
que provocan, frente a los intentos de defensa o cuestionamientos de los niños y niñas, cuando
encuentran incongruencias en su sistema de creencias, o cuando se ven expuestos a la
maravillosa gracia de Dios, pero generalmente utilizan racionalizaciones para acallar el malestar
que podría llevarlos a revisar sus creencias y acciones.

-Otras personas tienen personalidades muy frágiles, y se adhieren a un marco muy rígido porque
les da seguridad y aumenta su autoestima. No tienen mucho sentido crítico e imitan prácticas
de aquellos a los que quieren parecerse.

-Los casos anteriores pueden combinarse con ignorancia sobre la naturaleza de los niños, sobre
cómo se desarrollan, cómo aprenden a cada edad, como pueden conocer a Dios, cómo se
manifiesta la sexualidad en cada etapa, cómo son los caminos hacia la autonomía en la infancia
o en la adolescencia etc.

Las caras del abuso espiritual de niños, niñas y adolescentes.

Van desde las más sutiles a las más evidentes. Algunas de ellas pueden ser:
-Utilizar la enseñanza religiosa para controlar y dominar a los niños por medio de la intimidación
y el miedo de un Dios terrible, punitivo o de un infierno ardiente, o por medio de la seducción
de un líder carismático del que se busca la aprobación.
-Hacer un tipo de adoctrinamiento tal que solo se le enseñen las creencias o puntos de vista de
su grupo religioso especifico y cualquier otra perspectiva sobre el tema se suprime, se denigra
o se oculta a cualquier costo, por ejemplo impidiendo la escolarización o la socialización.
Igualmente, impedir o denigrar la participación en grupos religiosos similares pero sobre los que
no tienen el control.
-Imposibilidad de cuestionar creencias de importancias jerárquicas muy diversas (se ve igual a
lo intrascendente y a lo central) y seguir teniendo la aprobación de los adultos significativos
espiritualmente.
-El impedimento, a través del control , la sumisión y la obediencia irracional, de tomar
decisiones, y hacerlo en lugar de los niños y adolescentes, como por ejemplo sobre lo que creen,
sobre su participación en rituales religiosos, con quién deben vivir, sobre el uso de su tiempo,
de sus recursos, la elección de sus amigos, sus estudios o su pareja.
-La atribución continua, de características negativas sobre el niño o adolescente como
desobediente, necio, malo, rebelde, falto de fe, pecador, carnal, promiscuo, degenerado,
endemoniado, seguidor de Satanás, apartado de la voluntad de Dios, enemigo de Dios etc. Las
características atribuidas son consideradas como no propias de un buen cristiano.
-Manipulación para evitar tratamientos médicos o para realizar conductas que pueden ser
dañinas para los niños y adolescentes. Es frecuente que se prive de tratamientos médicos a un
niño, por creer que los síntomas son de naturaleza espiritual. También es frecuente el uso de
tratamientos o medicinas prescritas por la autoridad religiosa, sin formación técnica.
-Condicionar la participación en actividades, la obtención de determinados beneficios o el goce
de derechos humanos básicos, a la adherencia a creencias y prácticas religiosas.
-Condicionar el afecto, la aceptación y la pertenencia a la conducta definida por las personas
que abusan.
-Ignorar la manera en que los niños aprenden y cómo van desarrollando su sistema moral,
menospreciar su visión del mundo así como su capacidad y su manera de conocer a Dios.
-Manipular para tomar decisiones, para “convertirse” o hacer manifestaciones y rituales que
agraden a los adultos, en función de números o estadísticas que son valoradas por el grupo
religioso, o que son un medio para acceder a recursos financieros o de otro tipo.
-El aislamiento y la separación de la familia, de grupos de pares o de actividades sociales o
educativas cuando estos tienen diferentes creencias religiosas. Se trasmite el miedo a ser
contaminados.
-Sometimiento de los niños o adolescentes a prácticas religiosas que no son abusivas en sí
mismas, pero para las que no están maduros evolutivamente, y que son peligrosas o tienen la
potencialidad de causar daño si son expuestas a ellas.
-Entrenamiento y condicionamiento para prácticas religiosas propias del mundo adulto, que
no consideran las características de las etapas del desarrollo: Por ejemplo, escandalosos
espectáculos con niños predicadores, sanadores, profetas, exorcistas, etc.
-Castigos o actividades humillantes en público, como ejemplarizantes para el resto del grupo.
-Castigar imponiendo prácticas religiosas, como aprender versículos, orar o leer la Biblia.
-Conformación de un grupo de elegidos por el líder que comparten determinada información y
creencias especiales, y al que se entra a través del acatamiento y la sumisión total al líder.
-Pretender que se está fomentando la participación infantil, cuando en realidad los niños se
manipulan para propósitos adultos, se utilizan como decoración, o para dar una imagen
políticamente correcta con fines espurios.
-Discriminación y promoción de odio con fundamentación religiosa, basada en género, edad,
etnia, orientación o identidad sexual, condiciones de salud, clase, composición familiar etc. ya
sea dirigida a miembros del grupo o hacia personas fuera del grupo..
-Explotación laboral en la iglesia, ya sea por lo inadecuado o riesgoso de la tarea, o por el tiempo
que insume y que impide gozar de los derechos al estudio o al juego.
-Uso de la autoridad religiosa para silenciar diferentes tipos de abuso, hechos en la familia o
por parte de adultos o autoridades de la iglesia, con la excusa de no dar un mal testimonio.
Presionar a los niños para retractarse de denuncias de abuso, y castigarlos cuando lo hacen, por
mentirosos. Priorizar a los adultos en la protección y pertenencia a la iglesia, y expulsar a los
niños o a sus familias de manera más o menos encubierta si no se retractan.
-Decir a los niños o niñas victimas de graves accidentes o maltratos que es voluntad de Dios, y
que una pueba para su fe.
-Obligar a los niños a perdonar los abusos, en especial sexuales, a guardar silencio sobre los
mismos y responsabilizarlos por ser por malos, seductores, tentadores etc. Esto se acentúa si se
trata de una niña o adolescente mujer que es abusada sexualmente, diciéndole que es como
Eva, tentadora del hombre, por la que entró el pecado.
-Revictimizar a los niños y niñas víctimas de abusos sexuales, retirándoles de actividades por
estar “contaminados” con la sexualidad, y por ser peligrosos por poder seducir o contaminar a
otros.
-Graves maltratos físicos, hasta la muerte, por la creencia de que el niño o niña está poseído
por Satanás, por espíritus malignos o porque practica algún tipo de brujería.

-El castigo físico y humillante de los bebes, niños, niñas y adolescentes . El niño o niña es
percibido como alguien de naturaleza pecadora a quien hay que doblegar en su voluntad. El
castigo se justifica con textos o enseñanzas religiosas, aunque sea un delito en varios países. Sin
lugar a dudas, el castigo físico y humillante en nombre de Dios, en las iglesias de América
Latina, es una de las principales manifestación del abuso espiritual de la infancia, por lo menos
por la frecuencia y gravedad. El castigo fundamentado religiosamente es sumamente peligroso.
Muchos padres están dispuestos a hacerles casi cualquier cosa a sus hijos e hijas si creen que
es la voluntad de Dios, pero también un gran grupo sabe que no es correcto y utiliza argumentos
religiosos para justificarse.
Si el 50% de las personas en América Latina creen que es correcto usar el castigo físico con los
niñosi, seguramente el porcentaje en las iglesias evangélicas es mayor.
Una reciente investigación realizada por Paz y Esperanza Internacional en iglesias evangélicas de
Perúii, constata que el castigo físico a los niños es más frecuente en las familias evangélicas que
en las no evangélicas. Un 68,5 % de los encuestados está total o parcialmente de acuerdo con
que la Biblia autoriza a los padres a utilizar el castigo físico para corregir a los hijos (46,5 % y
22 % respectivamente).Cuatro de cada 10 adultos que utilizan el castigo físico con los niños lo
hace con chicotes (pequeño látigo con tres puntas),correas, varas u otros objetos.

Factores de riesgo para el abuso espiritual de la infancia y adolescencia.


El origen del abuso espiritual es multifactorial y hay elementos personales, familiares,
institucionales, comunitarios y culturales que actúan como factores de riesgo o como factores
fortalecedores, que interactúan entre sí.

FACTORES DE RIESGO EN LOS NIÑOS

-De parte de todos los niños y niñas, en primer lugar, está la natural dependencia de los adultos
propia de la etapa evolutiva, para satisfacer las necesidades básicas de cuidado y afecto. Los
seres humanos nacemos con la capacidad de confiar y de hacer un vínculo de apego con adultos
del entorno, sin el cual no hay vida posible. Esto incluye la disposición biológica a obedecerlos,
especialmente en los primeros años de vida, ya que el adulto provee un marco de cuidado de
amenazas externas o internas para la vida. Esta capacidad de confiar, es la que es utilizada y
traicionada por los adultos que ejercen el abuso espiritual.

-Algunos niños, niñas o adolescentes pueden tener una mayor vulnerabilidad, cuando tienen
escasas relaciones afectivas, están deseosos de agradar y de ser aceptados, una frágil
autoestima, han sido víctimas de otras violencias físicas , emocionales o sexuales, tienen
fragilidades psíquicas, escasas habilidades sociales, son retraídos o poco comunicativos, con
poca asertividad y pensamiento crítico. También aumenta su vulnerabilidad cuando se sienten
muy culpables por sus pecados, con discapacidades, con extrema dependencia de los adultos
para tomar decisiones, con falta de sentido del humor, de conciencia de derechos, de sentido
de vida y trascendencia. También son más vulnerables aquellos que han pasado por crisis
familiares y por abandonos de diferentes tipos, con mucho miedo a perder los afectos.

FACTORES DE RIESGO EN LAS FAMILIAS

-Familias cuando son autoritarias, rígidas, con una religiosidad que los aparta del resto de la
comunidad y de la que están orgullosos.

-Familias con una cohesión excesiva, sin diferenciación entre sus miembros, con rígidas normas
de pertenencia o exclusión. En estas familias la autonomía y el desprendimiento no son bien
tolerados.

-Los vínculos de apego inseguro o ambivalente.

-secretos y falta una comunicación abierta.

-unos miembros están al servicio de los otros;


-las prácticas de crianza se adjudican a Dios de forma acrítica. Las normas sobre vestimentas,
horarios o actividades son rígidas y establecidas por los adultos. El que cuestiona es visto como
traidor a la familia y a Dios.

-La autoridad de algún adulto, en general varón, es asimilada a la autoridad de Dios. Hay una
visión de Dios como varón. Comparten los mitos patriarcales sobre los géneros.

-Otros elementos de riesgo son el que haya violencia de género, física, emocional, patrimonial
o simbólica que es justificada por la religión familiar. En general el hombre es autoritario y la
mujer sumisa. El hombre suele estar colocado en un rol proveedor y la mujer al cuidado de la
casa y los hijos, aunque trabaje fuera de la casa. Los adultos justifican sus acciones de diferentes
tipos, buenas o malas, con versículos bíblicos que leen literalmente y que saben de memoria.

-Los hijos varones suelen tener más privilegios que las hijas mujeres. Se aplica una doble moral
sexual, una para varones, y otra para mujeres. Las mujeres en general pueden ser vistas como
tentadoras de los hombres. Los varones son vistos como personas sin mucha capacidad de
control, que una vez tentados o excitados no pueden controlarse. Hay una visión negativa de la
sexualidad y del cuerpo. Se aceptan parejas de los hijos o hijas, de manera muy controlada, si
se ven como fieles a la ideología familiar.

-Puede haber historias de abuso o maltrato en la infancia de los adultos no elaboradas. Pueden
existir adicciones u otras patologías psiquiátricas no tratadas.

-Suele faltar una red social extendida, fuera de la religiosa. La familia extendida está cerca en la
medida que valida las creencias familiares. Los familiares que no comparten la ideología familiar
son expulsados del círculo de relaciones, y se mantienen a distancia. Son vistos como personas
que se han apartado del camino, y que pueden contaminar si se acercan.

-Los adultos pueden tener una doble vida, que los niños conocen. No suelen responsabilizarse
por sus acciones en la misma manera que lo exigen de los niños y niñas. Hay poco sentido del
humor y falta de conocimiento sobre el desarrollo infantil.

-Situaciones coyunturales pueden superar las capacidades habituales de lidiar con las
frustraciones, pero por sobre todo hay una gran dificultad de percibir al otro o a la otra como
una persona diferente, singular, con características propias y no como una extensión de los
adultos o como un objeto con el cual se satisfacen determinadas expectativas, necesidades o
deseos.

FACTORES DE RIESGO EN LAS INSTITUCIONES Y EN LA COMUNIDAD

-Desconocimiento y la falta de conceptualización de la existencia del abuso espiritual hacia la


infancia y adolescencia así como la falta de sistemas de protección o la poca efectividad de los
mismos.

Falta de cohesión entre instituciones diferentes y de un entramado social que valore la


heterogeneidad así como de redes sociales que podrían ser protectoras, fuera de la familia.

-Existencia de instituciones religiosas totalizantes, que abarcan todas las necesidades de la


familia, (educativas, sociales, recreativas) donde no se necesita vincularse con instituciones con
creencias diferentes, que podrían ejercer cierto control social o provocar una inquietud.
Núcleos humanos que por razones étnicas, de migración, de idioma, o geográficos, quedan
aisladas de instituciones como la escuela o el sistema de salud. Igualmente las comunidades
religiosas cerradas, de zonas rurales o aisladas, lejos del control gubernamental o social.

-Igualmente aumenta el riesgo, la existencia de iglesias muy jerárquicas y autoritarias, con


creencias y prácticas que favorecen el abuso espiritual y que legitiman que el mismo ocurra con
una visión de la divinidad asociada al poder, control y castigo.

-También son de riesgo las iglesias o denominaciones que no participan de espacios de


encuentros interdenominacionales o ecuménicos así como la desconfianza de las instituciones
cristianas que tienen una perspectiva de derechos, por considerar que son contrarias al
evangelio.

FACTORES DE RIESGO CULTURALES

-Concepto de la infancia como una propiedad de los adultos, la naturalización de la violencia


como forma de relación y de resolver conflictos; los estereotipos de género que llevan a
inequidades de poder; el desconocimiento de la situación normal de vulnerabilidad y
dependencia propia de la infancia y la adolescencia, así como su manera de percibir el mundo.

-Modelos patriarcales de relación; la jerarquización valorativa de un modelo de familia sobre


otros; el diferente valor dado a la palabra de los adultos y de los niños; la creencia de que el
espacio del hogar o el espacio religiosos son privados, donde nadie debe intervenir; las
instituciones religiosas que ostentan más poder que la sociedad civil y que no se sienten
comprendidas por las generales de la ley etc.

-La naturalización del castigo físico como forma de crianza y disciplina; el uso de las personas,
adultos o niños como objetos de consumo ; la sexualización masculina asociada al poder, a la
agresión y al dominio así como la sexualización femenina asociada a la sumisión, la dependencia
y la obediencia.

Algunas conclusiones preliminares


-La espiritualidad es un camino que es bueno y lícito ayudar a desarrollar con los niños, niñas y
adolescentes.Es un derecho humano básico de la infancia.

-Cualquier tipo de abuso o maltrato a la infancia afecta el desarrollo de la espiritualidad.

-El abuso espiritual, tiene la potencialidad de afectar la totalidad de la vida de los niños, niñas y
adolescentes, y luego como adultos.
-Ser parte de una familia o iglesia evangélica es un factor de riesgo para el abuso espiritual, en
relación a la población general.
-Se destaca por su gravedad y generalización en las familias evangélicas, el castigo físico
tomando como excusa argumentos religiosos.
-Hay un marco ideológico y teológico que legitima el abuso espiritual y lo hace sumamente
grave.-Dentro de lo ideológico se destaca el patriarcalismo. Dentro de lo teológico, se destaca
lo devastador que ha sido para la infancia la doctrina del pecado original, de San Agustin. (Maurel
,O.; Martelet, G; Delumeau, J.; Basset, L. )
-El concepto actual de infancia, la perspectiva del Reino de Dios, de la misión integral, de
derechos, de género, generaciones etc., aumenta la visibilidad del abuso espiritual y no hace
posible sostener su legitimidad.
- En realidad nunca hubo excusa para el maltrato, para el castigo físico, para recurrir al terror y
a las amenazas, con relación a los que son más pequeños, más débiles e indefensos
-En relación al conocimiento que las ciencias nos han traído sobre la infancia, tenemos 300 años
de atraso. Pero tenemos 2000 años de atraso en relación a Jesucristo y a lo que nos enseñó.
Para que nuestra vida relaciones estén regidas por el amor, la misericordia, la equidad, la
sabiduría y el sentido común no necesito el aporte de la ciencia; todos los frutos del espíritu
preceden al conocimiento científico y son independientes de él.
- Es muy pertinente y urgente abordar este tema, ya que una de las facetas del abuso espiritual
de la infancia, el maltrato fundamentado religiosamente, es especialmente grave ,ya que por
un lado lo legitima, le da impunidad y lo invisibiliza pero también inhibe la capacidad de empatía
y protección que pudieran tener los adultos que ejercen el maltrato. Es imprescindible
reconocer que los cristianos individualmente y las iglesias estamos expuestos
permanentemente a confundir la voluntad de Dios con nuestra voluntad, nuestros deseos y
ambiciones, nuestras desviaciones, etc., y debemos, por lo tanto, hacer un ejercicio constante
de preguntarnos: ¿esto es lo que Jesús hubiera hecho? ¿esto puede ser la voluntad de Dios?
¿qué más dice la Biblia sobre esto? ¿no habrá algo que no hemos leído o que no estamos
entendiendo?

Algunos principios para la iglesia para orientar la relación con la infancia y


adolescencia.
 Los niños y niñas son imagen de Dios.

 Es inaceptable cualquier tipo de violencia hacia los niños, niñas y adolescentes.

 Ellos pueden conocer a Dios, de una manera diferente a la que lo hacen los adultos.

 La misión con los niños y niñas debe ser integral.

 La perspectiva de Jesús hacia la infancia, manifestada en los evangelios, debe ser


jerárquicamente superior a otras perspectivas bíblicas.

 La perspectiva liberadora del Reino de Dios puede iluminar nuestra relación con la
infancia.

 La perspectiva de Derechos Humanos de niños, niñas y adolescentes debe estar


presente.

 Otras perspectivas útiles son la de género, generaciones, etnias y clases.

 Prevenir y combatir el abuso espiritual a la infancia es tarea de la iglesia.

Preguntas necesarias
 ¿Cómo asegurar, o por lo menos disminuir, las posibilidades de abuso espiritual de la
niñez en nuestras relaciones personales, familiares, eclesiásticas o sociales? ¿Es posible
la prevención?

 ¿Qué tanto se acercan a estos principios anteriores nuestras prácticas?

 ¿Qué debemos saber sobre los niños y niñas, sobre su desarrollo y su manera de ver el
mundo, su lenguaje, sus juegos, para no abusar de ellos?

 ¿Qué hermenéuticas sostienen la violencia cultural?

 ¿Cuáles son los elementos estructurales que sostienen el abuso espiritual de la infancia?

 ¿Qué se puede hacer para disminuir la violencia directa, legitimada y naturalizada?

 ¿Qué pasa con las victimas dañadas? ¿Qué pasa con los que ejercen el abuso espiritual
de la infancia?

 ¿Qué dicen los niños o adolescentes sobre el abuso espiritual?

 ¿Cuándo tendremos la valentía de denunciar frente a la justicia el castigo físico a los


niños, niñas y adolescentes ejercido por miembros de las iglesias y alentado por el
liderazgo y abundante literatura evangélica? ¿Esperaremos que lo denuncien otros
actores de la sociedad?

 ¿Cómo repararemos el daño hecho a los niños, niñas y adolescentes que han sido
abusados espiritualmente dentro de nuestras familias e iglesias?

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