Ajusticiamiento de Rafael Leonidas Trujillo
Ajusticiamiento de Rafael Leonidas Trujillo
Ajusticiamiento de Rafael Leonidas Trujillo
En dicha vía fue sorprendido por un complot cuyos integrantes eran: Salvador Estrella
Sadhalá, Antonio Imbert Barreras, Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, teniente
Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza y Pedro Livio Cedeño.
Con la muerte de Rafael Leónidas Trujillo, se puso fin a una de las dictaduras más
siniestras del Siglo XX.
PRD desarrollo de una estrategia exitosa para captar los votos de amplios sectores de
la población urbana y rural en el medio del vacío que caracteriza nuestro país con la
muerte de Trujillo y las sucesivas crisis políticas. Con un discurso sencillo, Bosch y
el equipo lograron hacer su propuesta a la población que dio la victoria en diciembre
de 1962.
Luego de siete meses en el poder, un día como hoy, pero en 1963, es derrocado
mediante un golpe de Estado, Juan Bosch, el primer presidente de la República en ser
elegido de manera democrática después de la caída de la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo.
Pese a su poco tiempo como mandatario, sus aportes a la sociedad dominicana fueron
varios, entre ellos, la Constitución de 1963, la cual se caracterizó por ofrecer mejores
condiciones de vida para los más desposeídos y por ser una pieza democrática.
Esta Carta Magna impactó tanto en las personas más humildes de la población que
fue el detonante de la gesta del 24 de abril de 1965, hecho que tuvo como consigna
principal la frase: Retorno a la Constitución de 1963, ya que quienes dirigían los
destinos del país la habían suprimido.
GOLPE DE ESTADO 1963 PROFESOR JUAN BOSCH
Hace 49 años se produjo el golpe de Estado contra el Gobierno del Profesor Juan
Bosch, en 1963, acontecimiento que cambió el rumbo de la historia de la República
Dominicana.
Juan Bosch retornó al país luego del ajusticiamiento de Trujillo en 1961 y fue electo
presidente en Diciembre de 1962 por el Partido Revolucionario Dominicano, asume
la presidencia de la República Dominicana, el 27 de febrero de 1963, pero siete meses
más tarde, el 25 de septiembre del mismo año es derrocado, abortando así la vigencia
de una Constitución progresista basada en las libertades y la justicia social.
Todas estas medidas, unidas a otras tantas, propiciaron que la iglesia católica y la
oligarquía de la época se distanciaran del gobierno de Bosch.
Manuel Arturo Peña Batlle fue doblemente trágico. Sufrió una conversión, pero en
vez de progresiva fue retrógrada. Su incorporación al régimen de Trujillo no fue
obligada ni fingida, sino real, radical, “y por eso asumió la política antihaitiana del
dictador y la volvió una esencia de su pensamiento”.
“Peña Batlle estuvo al menos cinco años resistiendo al régimen (se inscribió en el
Partido Dominicana en 1935). Pero también hay que decir que se descarriló muy
temprano, contradiciendo todo lo que había escrito hasta entonces: no es solo la
cuestión haitiana donde dio la pauta que todos siguieron y siguen hasta hoy quienes
lo reclaman como su paladín, sino también el ataque a Hostos en 1950 y su propuesta
de sustituir la triada de los padres de la patria por el dueto Duarte y Santana, del año
1952”, enfatiza González.
“Pero su última obra, inconclusa, Orígenes del Estado Haitiano, publicada con un
estudio preliminar de Héctor Incháustegui en 1954, ratifica sus posiciones ¿obligadas?
de 1941, lo mismo que su obra magna La isla de la Tortuga (1951) y la síntesis de su
pensamiento sobre la formación nacional: El Tratado de Basilea y desnacionalización
del Santo Domingo español, rabiosamente antiliberales y antihaitianas”.
Sin restar méritos a su “altísima” capacidad intelectual, Raymundo agrega que esta
“se orientó en una dirección equivocada para quienes creemos en la democracia, la
libertad y la humanidad”. Se sintió atraído por analizar el personaje porque lo
considera el principal pensador de tendencia conservadora en el siglo XX.
Trujillista genuino
Y Raymundo asegura que el propio Peña Batlle así “lo declaró y dijo que se dio cuenta
de que la República Dominicana necesitaba una voluntad férrea como la que Trujillo
representaba y que era la única forma de crear una revolución en el país, que no se iba
a lograr con maestros de escuela, como pretendía Hostos”.
Reitera Raymundo que Peña Batlle no entró al régimen obligado. “Se fue acercando.
Antes de 1941 hablaba a favor de Trujillo”.