Teatro Aymara
Teatro Aymara
Teatro Aymara
2 personajes:
PRIMER ACTO
Madre (tomando el teléfono algo distraía): ¿Si, diga?, ¿Cómo? ¿Pero cuando sucedió?, voy
para allá gracias.
Madre (acercándose a su hija sin dejar de llorar): Tu padre tuvo un accidente y ha fallecido.
SEGUNDO ACTO
Relator: Entran ambas vestidas de negro, con el rostro hinchado de tanto llorar, la madre se
siente en el sofá y Maria permanece de pie frente a ella.
Madre (muy triste): Que terrible momento, no tengo idea de que va a pasar ahora, no sé por
dónde empezar ¿Cómo nos sucedió esto a nosotras?
Maria (tomando las manos de su madre, aun de pie frente a ella): Mamá, si es horrible, pero
es algo que paso y que no podemos cambiar. Me duele muchísimo la perdida de mi padre,
pero debemos seguir adelante, se lo prometiste frente a su tumba y ahora debemos cumplir.
Madre (dejando escapar sus lágrimas): Yo no tengo fuerzas hija, me siento perdida, que hare
debemos irnos del pueblo.
Maria (llorando junto a su madre): ¿Y crees que yo no tengo miedo? Me duele tanto como a
ti mami, pero ahora pensemos en él, en no fallarle y en salir adelante, que esté donde esté se
sienta orgulloso de sus mujeres. No te puedes caer mamita ¿sino en quien me apoyo yo?
Madre (abrazando a su hija): Tienes razón Maria, se lo debemos a él, es fuerte, es duro y
siento que no tengo fuerzas ni para levantarme, pero debemos aprender a vivir con lo que nos
ha tocado, te juro hija, que no les voy a fallar ni a él, ni a ti.
Maria (forzando una sonrisa y acariciando el rostro de su madre): Así se habla mami
TERCER ACTO
RELATOR : La madre de Maria entra a la casa llamándola con una sonrisa en los labios.
Madre: ¡MAria!
Maria (sonriendo): ¿Ves mami? Las cosas irán mejorando yo ya casi termino mi carrera, tu
comenzarás a trabajar, cuando yo me gradué, iremos mucho mejor, sé que nunca será igual
mamita, pero estamos luchando por él, para que vea que si pudimos y que pueda descansar en
paz.
Madre (sosteniendo las lágrimas): Aún duele mucho hija, pero no podíamos dejarnos caer, y
yo quiero que te sientas orgullosa y segura de mí.
Maria: Mamá yo te admiro, eres mi heroína aymara. Sé que duele, que no es fácil, pero no has
dejado de luchar. Se aprende a vivir con el dolor, pero aprendemos a vivir con él
acompañándonos, eres la mejor madre del mundo, ¿lo sabias?
Madre (abrazando a su hija): No lo sé, pero si de algo estoy segura es que Dios me regalo la
mejor hija y el orgullo de ser una mujer aymara.
Ambas se miran entre lágrimas y una sonrisa y vuelven a abrazarse, orgullosas de ver como la
pérdida las hizo más fuertes, y a pesar del dolor siguen adelante.
FIN