Mec Suelos II Alumnos Distribucion de Esfuerzos

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UNIDAD TEMA SUBTEMAS

2.1 Ecuaciones de Boussinesq


2.2Solución grafica de Newmark y
graficas de Fadum
Distribución de 2.3 Esfuerzos bajo diferentes
II esfuerzos condiciones de carga
2.4 Otras teorías:
2.4.1 Método 2:1
2.4.2 Westergaard
2.4.3 Burmister
2.4.4 Frolich

Objetivo General de la Unidad II

El estudiante comprenderá y aplicará la Teoría de la Distribución de esfuerzos


a diferentes profundidades.

Objetivos Específicos

Al finalizar esta unidad el alumno podrá:


 Identificar los factores que intervienen en el fenómeno de distribución
de esfuerzos a diferentes profundidades.
 Plantear la relación entre los factores identificados del fenómeno.
 Investigar los diferentes modelos matemáticos.
 Analizar las teorías de Boussinesq y tablas y gráficas de Fadum.
 Generar y usar la carta de Newmark.
 Evaluar las teorías de Westergard, Burmister y Frolich.
 Aplicar las teorías de distribución de esfuerzos en el cálculo de los
esfuerzos.

Introducción
En este capítulo se trata del problema de importancia fundamental en Mecánica de Suelos,
de la distribución de los esfuerzos aplicados en la superficie de una masa de suelo a todos
los puntos de esa masa. En realidad puede decirse que tal problema no ha sido
satisfactoriamente resuelto en suelos. Las soluciones que actualmente se aplican, basadas
en la Teoría de la Elasticidad, adolecen de los defectos prácticos acarreados por las fuertes
hipótesis impuestas por las necesidades de la resolución matemática tan frecuentes,
infortunadamente, en aquella disciplina. Sin embargo, hasta hoy, la Mecánica de Suelos no
ha sido capaz de desarrollar sus propias soluciones más adaptadas a sus realidades, por lo
cual resulta imprescindible recurrir aún a las teorías elásticas. Los resultados que se
obtengan en las aplicaciones prácticas deberán siempre de verse con el debido criterio y, no
pocas veces, ajustarse con la experiencia. El hecho real concreto es, empero, que de la
aplicación de las Teorías en uso, el ingeniero civil actual logra, en la inmensa mayoría de
los casos prácticos, una estimación suficientemente aproximada de los fenómenos reales en
que está interesado, de manera que le es posible trabajar sus proyectos y materiales con
factores de seguridad, por ejemplo, que no desmerecen nunca y frecuentemente aventajan a
los empleados en otras ramas de la ingeniería. Podría decirse que, desde el punto de vista
de la Mecánica de Suelos existen dos problemas en la aplicación de las teorías elásticas y
de la teoría de la consolidación unidimensional al cálculo de asentamientos: uno, el teórico,
dista de estar resuelto y exige aún mucho del esfuerzo de investigadores; otro, el práctico,
relativamente resuelto, pero susceptible de mejoramiento, pues hoy los proyectos relativos
a los suelos pueden tratarse con razonable seguridad y economía.

2.1 Ecuaciones de Boussinesq


Los esfuerzos que una sola carga vertical concentrada actuante en la superficie horizontal
de un medio semiinfinito, homogéneo e isótropo y linealmente elástico, induce en los
puntos de cualquier vertical trazada en el medio, fueron calculados por primera vez por
Boussinesq, en 1888.
La masa semiinfinita o semiespacio es comparable a un extenso y profundo depósito de
suelo o roca limitado por una superficie horizontal y que se extiende infinitamente en todas
direcciones por debajo de dicha superficie. Que es homogéneo significa que los valores de
los módulos de elasticidad y de Poisson son los mismos para todos los puntos, y que es
isótropo significa que esos valores son iguales en todas direcciones.

En la figura 2.1, P representa la carga concentrada actuante según la vertical; (x, y, z) son
las coordenadas del punto en que se calculan los esfuerzos, referidas a un sistema
cartesiano ortogonal cuyo origen coincide con el punto de aplicación de P.

Si r es la distancia radial de A’ a 0 y ψ el ángulo entre el vector posición de A (R) y el eje z,


los esfuerzos en el punto A pueden escribirse

3P cos5 ψ 3P z³
σz = ------ ----------- = ----- · ------- (2.1)
2π z² 2π R5

P cos² ψ
σz = ----- -- [3 cos² ψ sen² ψ – (1-2µ) ------------ ] (2.2)
2 π z² 1 + cos ψ

P cos² ψ
σӨ = - (1-2µ) -------- [ cos ψ ------------- ] (2.3)
2 π z² 1 + cos ψ

3P
τrz = --------- cos4 ψ sen ψ (2.4)
2 π z²

En la práctica de la Mecánica de Suelos la expresión 2.1, es con mucho, la más usada de las
anteriores y su aplicación al cálculo de asentamientos es de fundamental importancia. A
este respecto se hace necesario recalcar que las expresiones arriba escritas, en particular la
2.1, se ha obtenido suponiendo que el material en cuyo seno se producen los esfuerzos que
se miden es homogéneo, isótropo, linealmente elástico y semiinfinito, limitado por una sola
frontera plana. Es evidente que el suelo no es homogéneo, pues sus propiedades varían, en
general, en las distintas direcciones del espacio; no literalmente elástico, pues las relaciones
esfuerzo-deformación de los suelos no son las que corresponden a ese comportamiento.
Por último, tampoco es semiinfinita ninguna masa de suelo.

De hecho no debe dejar de mencionarse que la aplicación mas frecuente en Mecánica de


Suelos de las fórmulas de Boussinesq estriba en el cálculo de sentamientos de los suelos
sujetos a consolidación, vale decir de arcillas y suelos compresibles, en los que algunas de
las hipótesis teóricas, la elasticidad perfecta, por ejemplo distan de satisfacer en forma
especial aún dentro de los suelos en general.

Para la aplicación práctica de la fórmula 2.1 es conveniente expresarla como sigue (figura
2.1).

3P z ³ 3P z³
σz = ----- ----- = ----- · -------------
2 π R5 2 π (r + z²)5/2

Que puede escribirse en forma adimensional

z² 3 1
σz = ----- = ------- [ ------------- ]5/2 (2.5)
P 2π 1 + ﴾ r/z﴿²

De donde

P
σz = ----- Po (2.6)

con

3 1
Po = ------ [--------------]5/2 (2.7)
2 π 1 + ﴾ r/z﴿²
Figura 2.1. Esfuerzos provocados en un punto de una masa de suelo por una carga
concentrada.

En el Anexo 2a se presenta una tabla de valores de Po en función de la relación r/z. Así,


para encontrar un valor de un esfuerzo normal vertical, σz, con la ayuda de la tabla, basta
medir la distancia r del punto de aplicación de la carga al punto de la superficie (A’)
exactamente arriba del punto de la masa en que se mide el esfuerzo (A) y dividir ese valor
de r, entre la z correspondiente al plano en que se calcula el esfuerzo (distancia entre el
plano de aplicación de la carga y el plano en que se sitúa al punto en que se calcula el
esfuerzo). Con el valor de esta relación, r/z, se selecciona el valor de Po correspondiente y
se calcula el esfuerzo aplicando la ecuación 2.6.

2.2. Solución Grafica de Newmark y gráficas de Fadum


La Carta de Newmark. Newmark desarrolló en 1942 un método gráfico sencillo que
permite obtener rápidamente los esfuerzos verticales, σz, transmitidos a un medio
semiinfinito, homogéneo, isótropo y elástico por cualquier condición de carga
uniformemente repartida sobre la superficie del medio. Esta carta es especialmente útil
cuando se tienen varias áreas cargadas, aplicando cada una de ellas, diferentes presiones a
la superficie del medio.

El método se basa en la ecuación

1
σz = w [ 1 - ﴾ ------------- ﴿ 3/2 ]
1 + (r/z)2

correspondiente al esfuerzo vertical bajo el centro de un área circular uniformemente


cargada. Esta ecuación puede escribirse

σz 1
----- = 1 - ﴾ -------------- ﴿3/2
w 1 + (r/z)²

Si esta ecuación se da a σz/w el valor 0.1 se encuentra que r/z resulta ser 0.27; es decir, que
si se tiene un círculo cargado de radio r = 0.27z, donde z es la profundidad de un punto A
bajo el centro del círculo, el esfuerzo en dicho punto A será

σz = 0.1w
Si este círculo de r = 0.27z se divide en un número de segmentos iguales (figura 2.2), cada
uno de ellos contribuirá al esfuerzo σz total en la misma proporción. Si el número es 20
como es usual en las cartas de Newmark, cada segmento cooperará para que el esfuerzo σz
con 0.1w/20 = 0.005w. El valor de 0.005 es el valor de influencia correspondiente a cada
uno de los segmentos circulares considerados.

Si ahora se toma σz/w = 0.2, resulta r/z = 0.40; es decir, para el mismo punto A a la
profundidad z, se requiere ahora un circulo cargado de r = 0.40z, para que l esfuerzo σz sea
igual a 0.20w.

Figura 2.2. Génesis de la carta de Newmark


Concéntrico con lo anterior puede dibujarse otro círculo (fig. 2.2) con dicho r = 0.40z.
Como el primer circulo producía en A una σz = 0.1w, se sigue que la corona circular
ahora agregada produce otro σz = 0.1 (de modo que el nuevo circulo total genera σz =
0.2w). Así, si los radios que dividían el primer círculo se prolongan hasta el segundo, se
tendrá una corona dividida en áreas cuya influencia es la misma que la de los segmentos
originales. (0.005w).

De esta manera puede seguirse dando a σz/w valores de 0.3, 0.4, 0.5, 0.5, 0.7, 0.8, 0.9
obteniendo así los círculos concéntricos en función de la z del punto A, que den los
esfuerzos 0.3w, 0.4w, etc., en el punto A. Prolongando los radios vectores ya usados se
tendrá a las nuevas coronas circulares añadidas subdivididas en áreas cuya influencia es
igualmente de 0.005w sobre el esfuerzo en A.

Para z/w = 1.0 resulta que el radio del círculo correspondiente es ya infinito, para cualquier
z diferente de cero, por lo que las áreas que se generan por prolongación de los radios
vectores fuera del círculo en que z/w = 0.9, aún siendo infinitas, tienen la misma influencia
sobre A que las restantes dibujadas.

En el Anexo 2b se presenta una carta de Newmark construida para el valor de z que se


indica.

Para encontrar el valor de σz en puntos con diferentes profundidades que el A puede


procederse en forma similar, construyendo otras cartas de Newmark, con base en otros
valores de z. Debe notarse sin embargo, que el valor de σz depende solo del valor de la
relación r/z, por lo que una sola carta de Newmark puede usarse para determinar los σz a
distintas profundidades, a lo largo de la vertical por el centro de los círculos concéntricos,
con tal de considerar que la z usada para la construcción de la carta representa las distintas
profundidades a que se desea calcular los esfuerzos, si bien a diferentes escalas.

Puesto de otra forma, en la práctica se puede hacer funcionar la carta de Newmark de dos
maneras distintas.
a) Usando varias cartas de Newmark. Por ejemplo, si las z usadas para la construcción
de las cartas son 1 cm, 2 cm, 5 cm, 10 cm y 20 cm y se tiene una área cargada, cuya
infuencia se desea determinar, representada a escala 100, las cartas proporcionarían
los σz producidos por tal área a profundidades de 1m, 2 m, 5 m, 10 m y 20 m, que
son utilizadas a escala 100.

b) Usando una sola carta de Newmark, para lo cual será preciso disponer de varias
plantillas del área cargada cuya influencia se estudia, dibujadas a escalas diferentes.
Así, por ejemplo, si la carta de que se dispone fue construida con base en una z de
10 cm, y se desea conocer el σz que se produce a las profundidades de 2 m, 5 m, 10
m y 20 m, deberán construirse las plantillas a escalas tales que esas profundidades
queden representadas por la z = 10 cm; es decir, escalas: 20, 50, 100 y 200.

La plantilla del área cargada, dibujada en papel transparente, se coloca en tal forma que el
centro de la carta coincida con el punto bajo el cual quieran calcularse los σz. A
continuación se contarán los elementos de área de la carta cubiertos por dicha área cargada,
aproximando convenientemente las fracciones de elementos. El número así obtenido,
multiplicado por el valor de influencia común de los elementos (en el desarrollo anterior
0.005) da el valor de influencia total, que multiplicado por la w que se tenga da el σz
deseado.

Posiblemente la máxima utilidad el método de Newmark aparezca cuando se tiene una zona
con diversas áreas cargadas uniformemente, pero con cargas de distintas intensidades, pues
en este caso los métodos antes vistos requerirían muchos cálculos, mientras que la carta de
Newmark funciona sin mayor dificultad.

Gráficas de Fadum
La carga única concentrada cuyo efecto se ha analizado en la sección 2.1, aunque de acción
en la práctica, no constituye el único caso que es necesario estudiar. Otras condiciones de
carga muy comunes se presentan a continuación en forma concisa, sin entrar, en general, a
los detalles matemáticos de la obtención de las fórmulas que se incluyen.

En la figura 2.3 aparece una carga lineal, uniformemente distribuida en la longitud y, de p


unidades de carga, por unidad de longitud. El valor de σz en el punto de la masa bajo 0
puede obtenerse fácilmente integrando la expresión 2.1 a lo largo de la línea de carga,
resultando

p yz3 1 1 2
σz = --- ---------- --------------------- ------------------- + ------------- (2.8)
2‫( ח‬x2 + z2 ) √ x2 + y2 + z2 x2 + y2 + z2 x2 + z2
La expresión anterior 2.8 puede ponerse en forma adimensional introduciendo los
parámetros
x y
m = ----, n = ----
z z

Figura 2.3. Distribución de esfuerzos con carga lineal de longitud infinita.

En función de tales parámetros, la ec. 2.8 resulta

z 1 n 1 2
σz = --- = ----- ------------------------------ ﴾----------------- + ------------- ﴿ (2.9)
p 2 π (m2 + 1) √m2 + n2 + 1 m2 + z 2 + 1 m2 + 1

lo cual puede expresarse como

p
σz · ----- = po
z

en donde po es el segundo miembro de la expresión 2.9.

El valor de po fue tabulado para diferentes valores de m y por R. F. Fadum y en el Anexo


2c aparece esta tabulación, debidas al mismo investigador.

Así, para poder encontrar el valor de un esfuerzo σz, en cualquier punto A debido a una
carga lineal de longitud finita, utilizando la gráfica del Anexo 2b, basta medir las distancias
x y y, tal como se definen en la figura 2.2 y dividir estas distancias entre la profundidad z
par obtener los valores de m y n, respectivamente; con ellos, la gráfica proporciona
directamente el valor de influencia correspondiente, po. El esfuerzo σz se determina con la
ecuación:

p
σz = ----- po
z
Si se desea calcular el valor de σz’ bajo un punto 0’, diferente de 0, podrá considerarse que
la carga lineal tiene la longitud y + y’ y proceder a calcular así el σz’’; después habrá de
calcularse el esfuerzo correspondiente a una longitud y’ (σz’’’). El σz’ deseado será,
evidentemente σz’ = σz’’ – σz’’’. Si se usa la gráfica propuesta, el sistema ortogonal de
referencia debe escogerse de modo que el eje Y sea paralelo a la carga lineal y el X normal
a ella, por su extremo.

Figura 2.4. Distribución de esfuerzos bajo una superficie rectangular uniformemente


cargada.

2.3. Esfuerzos bajo diferentes condiciones de Carga


Un caso de condición de carga aún mas interesante en la práctica que el anterior es el que
corresponde a la figura 2.4, en la que se analiza la influencia en la masa del continuo
homogéneo, elástico e isótropo de una superficie rectangular uniformemente cargada, con
w unidades de carga por unidad de área.

El esfuerzo de σz bajo una esquina de la superficie cargada y a una profundidad z, puede


obtenerse por integración de la ec. 2.1 en toda el área rectangular, obteniéndose la
expresión

w 2xyz (x2 + y2 + z2 ) 1/2 x2 + y2 + 2z2


σz = ----- ﴾ -------------------------------- · -------------------- +
4 π z2 (x 2 + y2 + z2 ) + x2 y2 x2 + y2 + z2

2xyz (x2 + y2 + z2 )1/2


ang tg ------------------------------- ﴿ (2.10)
z2 (x2 + y2 + z2 ) – x2 y2

x y
Adoptando los parámetros m y n, tales que m = ----- y n = -----, (ahora intercambia-
z z bles)

la ec. 2.10 puede escribirse adimensionalmente como

σz 1 2 m n (m2 + n2 + 1)1/2 m2 + n 2 + 2
----- = ----- ﴾ ------------------------------- ------------------ +
W 4 π m2 + n2 + 1 ) + m2 n2 m2 + n2 + 1

2 m n (m2 + n2 + 1)1/2
+ ang tg ------------------------------ ﴿ )2.11(
(m2 + n2 + 1) – m2 n2

Si al segundo miembro de esta ecuación se le llama wo, puede tabularse su valor en función
de distintos m y n. Esta labor fue también realizada por Fadum y en el Anexo 2c, se
muestra una gráfica con los resultados de la tabulación.

Para encontrar el valor de σz en un punto A bajo una esquina de la superficie rectangular


uniformemente cargada se procede a calcular las distancias x y y (figura 2.4), con las que
se pueden obtener los valores de m y n para diferentes profundidades z a lo largo de la
vertical. Con la grafica del Anexo 2d, puede calcularse ahora wo y aplicar la ecuación
σz = w · wo (2.12)

Así, se tiene el valor de σz, correspondiente a cada profundidad z. Debe notarse que el
sistema coordenado base respecto al cual se calculó el gráfico de Anexo 2d es tal que su
origen coincide precisamente con la esquina del área rectangular uniformemente cargada.
Si se desean calcular los esfuerzos bajo otro punto, tal como el A’ de la fig. 2.4, podrá
procederse haciendo sustracciones y adiciones convenientes al área cargada. Por ejemplo,
en el caso del punto A’, podría calcularse el σz’’ correspondiente al área hipotética BO’FD;
después los σz’’’ y σzIV sustractivos correspondientes a las áreas BO’HO y CO’FE,
debiendo notarse que al hacer estas sustracciones, el área CO’HG se restó del total inicial
dos veces, por lo que será necesario calcular el esfuerzo σzV por ella producido y tomarlo
como aditivo una vez. El esfuerzo σ’z deseado será
σz' = σz’’ – σz’’’ – σzIV + σzV
Un caso especial de gran importancia práctica es el que corresponde al cálculo de esfuerzos
a lo largo de una normal por el centro de un área circular uniformemente cargada (w =
presión uniforme). El caso aparece en la figura 2.5.
El esfuerzo σz en cualquier punto de la vertical bajada por el centro del círculo cargado
puede obtenerse también integrando la ec. 2.1 a toda el área circular. El proceso se realiza
a continuación con referencia a la fig. 2.4, para la ilustración de los casos análogos que se
han venido mencionando.

Definiendo un ∆A como se muestra en figura citada se tiene

∆A = ρ∆ρ∆

En esa área obrará una carga ∆P

∆P = w ρ∆ρ∆θ
Esa carga, según la expresión 2.1 produce una profundidad z, en un punto como el A, un
esfuerzo vertical ∆σz.

3∆P z3
∆σz = ------ -----------------------
2π (x2 + y2 + z2 )5/2

Entonces:

3w z3
∆σz = ------ ---------------- ρ∆ρ∆θ
2π (ρ2 + z 2 )5/2

ya que x2 + y2 = ρ2
Agrupando

3w ρ
∆σz = ------ z ---------------- ∆ρ∆θ
3

2π (ρ2 + z 2 )5/2

El esfuerzo σz correspondiente a toda el área resultará de llevar a la expresión anterior al


límite y de aplicar la definición usual de integral de superficie.

Figura 2.5. Distribución del esfuerzo bajo el centro de una superficie circular
uniformemente cargada.

3wz3 ρ 3wz3 2π r ρ
σz = ∫ ∫ --------- ------------------ δρδθ = ----------- ∫ δθ ∫ ----------------- δρ =
8 2π (ρ + z )
2 2 5/2
2π 0 0 (ρ2 + z 2 )5/2

3wz3 1 2 1 1 1
= --------- [2π] [---- ---- ------------------] = wz [--- - -----------------]
3

2π 2 3 ((ρ2 + z 2 )3/2 z3 (r + z )3/2


De donde, finalmente

1
σz = w [ 1 - ﴾ ------------- ﴿ 3/2 ] (2.13)
1 + (r/z)2

Lo anterior puede escribirse aún

σz = w · wo (2.14)
donde
1
wo = 1 – [ ------------ ] 3/2 (2.15)
1 = (r/z)2

Los valores de wo pueden tabularse en función de los correspondientes r/z. En el Anexo 2e


se presenta la tabulación en cuestión. Encontrando wo, el valor de σz resulta simplemente
de la aplicación de la formula 2.14.

Algunas otras condiciones de carga importantes en la práctica


A continuación se mencionan algunos trabajos tendientes a resolver el problema de
transmisión de esfuerzos al continuo semiinfinito, homogéneo, isótropo y linealmente
elástico, provocados por cargas superficiales obedientes a diferentes leyes de distribución
de interés práctico.

a) Carga lineal de longitud infinita

Si en la expresión 2.8, correspondiente a la influencia de una carga lineal de longitud finita,


y, esta magnitud crece hasta ser mucho mayor que las x y y que intervengan en el caso, su
valor podrá considerarse como (+ ∞) y, en tal situación el valor σz tiene por límite
p z3
σz = ---- --------------- (2.16)
π (x + z )2

Que corresponde al esfuerzo en un punto situado en el plano normal a la línea de carga,


trazado por su extremo, extendiéndose la línea infinitamente desde el punto origen de
coordenadas, en la dirección del eje Y, hacia (+ ∞). (Carga semiinfinita).

Si la línea de carga se extiende también infinitamente en el sentido (- ∞) (carga infinita) el


esfuerzo σz, a la profundidad z, en un plano normal a la línea trazada por el origen de
coordenadas, es simplemente el doble del dado por la ec. 2.16.

b) Área circular uniformemente cargada

Este caso ya ha sido tratado en el párrafo precedente, pero únicamente para encontrar los
esfuerzos verticales a lo largo de una normal al área trazada por su centro. L. Jürgenson
presenta una solución general, que permite calcular los esfuerzos verticales y los cortantes
máximos en cualquier punto del medio seiinfinito. En la fig 2.6 aparece una gráfica en que
se vacía la solución antes mencionada.
Figura 2.6. Distribución de esfuerzos verticales y cortantes máximos bajo un área circular
uniformemente cargada.

c) Carga rectangular de longitud infinita

Este caso, figura 2.7, ha sido resuelto por Therzagui y Carothers quienes dieron las
fórmulas que proporcionan los distintos esfuerzos.

Estas fórmulas principales y el cortante máximo están dados por

P p
σz = ---- [ α + sen α cos 2β ] σx = ---- [ α - sen α cos 2β ]
π π

p
τxz = ---- [ sen α sen 2β ] (2.17)
π

Los esfuerzos principales y el cortante máximo están dados por

p p
σ1 = --- (α + sen α ) σ3 = --- (α - sen α )
π π
p
τmáx = ---- sen α (2.18)
π

Figura 2.7. Distribución de esfuerzos bajo una carga rectangular de longitud infinita

Figura 2.8. Distribución de esfuerzos verticales y cortantes máximos bajo una carga
rectangular de longitud infinita
La dirección en que actúa el esfuerzo principal mayor, σ1, es la de la bisectriz del ángulo α.
El esfuerzo τmáx actúa, naturalmente, a 45° respecto a la anterior dirección.

En la figura 2.8 aparece una gráfica que da los valores de σz y de τmáx en los distintos
puntos del medio semiinfinito.

d) Carga triangular de longitud infinita

La solución para este caso fue propuesta por Carothers y se refiere a la figura 2.9.

Figura 2.9. Distribución de esfuerzos bajo una carga triangular de longitud infinita
(triángulo isósceles).

Las expresiones son:

p x
σz = --- [ α1 + α2 + ----- (α1 – α2) ]
π b

p x 2z r1 r2
σz = --- [ α1 + α2 + ----- (α1 – α2) - ---- ln ------- ] (2.19)
π b b r2o

p z
τmáx = ---- ---- (α1 - α2 )
π b

En la figura 2.10 aparece la solución gráfica de las ecuaciones anteriores para los valores de
σz y τmáx.
Este caso reviste importancia práctica especial por su aplicación a presas de tierra.

Figura 2.10. Distribución de esfuerzos verticales y cortantes máximos bajo una carga
triangular de longitud infinita (triángulo isósceles).

e) Carga triangular de longitud infinita (triángulo escaleno)

También Carothers dio la solución general para este caso, con las fórmulas

p x a+b-x
σz = --- [ ---- α + ------------ β ]
π a b

p x a+b-x 2z r2 2z r1
σz = ---- [ --- α -------------- β - ---- ln ---- - --- ln ---- ] (2.20)
π a b b ro a ro

p z z
τxz = --- ﴾ ---- α - ---- β ﴿
π a b
Que pueden interpretarse en la figura 2.10. Las expresiones anteriores son susceptibles de
tabulación sencilla en cualquier caso práctico.

Figura 2.11. Distribución de esfuerzos bajo una carga triangular de longitud infinita
(triángulo escaleno).

f) Carga triangular de longitud finita (triángulo rectángulo)

Este importante caso práctico fue resuelto por Hamilton Gray quien dio para los esfuerzos
fórmulas que se incluyen a continuación:

Bajo el punto O (figura 2.11).

po L z √ L² + B² + z² z
σz = ----- ---- ﴾ ---------------------- - --------------- +
2π B L² + z² √ L² + z²

B BL
+ ---- ang sen ------------------------------------﴿ (2.20)
L √ B²L² + B²z² + L²z² + z²

Y bajo el punto Q

po L z z3
σz = ----- --- ﴾ ------------ - ----------------------------- ﴿ (2.21)
2π B √ L² + z² (B² + z²) √B² + L² + z²
Este mismo investigador proporciona soluciones gráficas de esas ecuaciones. En las
figuras 2.12 y 2.13 se muestran las curvas correspondientes.

Es de notar que, con ayuda de estas gráficas puede encontrarse el valor de σz bajo cualquier
punto del área rectangular sujeta a la carga triangular; para ello será necesario usar dichas
gráficas reiteradamente, haciendo adiciones sustracciones que sean pertinentes para poder
poner al punto cualquiera o bien en la condición O o en la de Q. Para resolver estos
problemas pueden usarse cualquiera de las distribuciones de carga ya vistas y que
convengan en cada caso.

Figura 2.12. Esfuerzos verticales inducidos bajo el punto de 0, por una carga triangular de
longitud finita (triángulo rectángulo).

Lo anterior implica la hipótesis de que el principio de la superposición de causas y efectos


es aplicable a los problemas de la naturaleza tratada.

Si se suman las ordenadas de cualquier curva de “n” en la figura 2.12 con las
correspondientes de la figura 2.13, los resultados representan las ordenadas provenientes
del diagrama de Fadum para una carga uniformemente distribuida sobre el área
rectangular.
Figura 2.13. Esfuerzos verticales inducidos bajo Q por una carga triangular de longitud
finita (triángulo rectángulo).
g) Carga trapecial de longitud finita

El problema, resuelto también por Carothers tiene, según la figura 2.14, las siguientes
soluciones:

p x z
σz = --- [ β + --- α - ----- (x – b) ]
π a r²2

p x 2z ro z
σz = --- [ β + --- α + ----- ln ---- + ----- (x – b) ] (2.22)
π a a r1 r²2

p z z²
τxz = ---- [ --- α - ---- ]
π a r²2
Figura 2.14. Distribución de esfuerzos bajo una carga trapecial de longitud infinita (trapecio
rectángulo).

Desde luego, todas esas ecuaciones son fácilmente tabulables para el trabajo en un
problema práctico, pero para mayor facilidad, en la figura 2.14 se incluye una solución
gráfica dada por J. O. Osterberg para los puntos indicados.

El presente caso es de muy especial importancia práctica por permitir el cálculo de los
esfuerzos inducidos por un terraplén. Para resolver este problema bajo el centro del
terraplén bastará multiplicar por dos el valor de σz obtenido para cada profundidad z, con
la gráfica presentada. Si se desean calcular los esfuerzos bajo el centro del extremo final de
un terraplén supuesto semiinfinito en longitud, bastará aplicar la mitad del valor de σz
obtenido para el terraplén completo de longitud infinita.

h) Plano semiinfinito uniformemente cargado

El problema resuelto por Carothers se esquematiza en la figura 2.15. Los esfuerzos


actuantes pueden calcularse con las fórmulas

p xz
σz = --- [ β + ---- ]
π r²
p xz
σz = --- [ β - ---- ] (2.23)
π r²

p
τxz = --- sen² β
π

Figura 2.15. Gráfica de valores de influencia para el cálculo de esfuerzos verticales debido
a la sobrecarga impuesto por una carga trapecial de longitud infinita (según J. O.
Osterberg).

Los esfuerzos principales en los distintos puntos del continuo de suelo están dados por

p
σ1 = --- [ β + sen β]
π

p
σ3 = --- [ β – sen β] (2.24)
π
p
τmáx = --- sen β
π
Figura 2.16. Distribución de esfuerzos bajo un plano semiinfinito uniformemente cargado

Figura 2.17. Distribución de esfuerzos bajo un plano semiinfinito, uniformemente cargado,


con talud.

i) Plano semiinfinito, uniformemente cargado, con talud

La solución a este problema también es debida a Carothers y responde a las siguientes


ecuaciones, relacionadas con la figura 2.17.

p x
σz = --- [ β + --- α]
π b

p x z r²
σx = --- [ β + --- α - 2 --- ln ----] (2.25)
π

p z
τxz = --- --- α
π b
Figura 2.18. Distribución de esfuerzos bajo un plano infinito uniformemente cargado con
faja trapecial no cargada de longitud infinita.

j) Plano infinito uniformemente cargado con faja trapecial descargada de


longitud infinita

Los esfuerzos en cualquier punto de la masa de suelo en este caso pueden resolverse con las
siguientes ecuaciones, debidas a Carothers, figura 2.18.

p b x
σz = --- [ ( β + β1) - --- (α + α1) + --- (α + α1) ]
π a a

p b x 2z r2 r’2
σx = --- [ (β + β1) - --- (α + α1) + --- (α + α1) + ---- ln ----------- ] (2.26)
π a a a r1 r’1

p z
τxz = --- [--- (α – α1) ]
π a

2.4. Otras teorías


2.4.1. Método 2:1. Cuando se aplica una carga a una superficie de una masa de suelo, los
esfuerzos verticales dentro de la masa de suelo aumentan. Si el suelo fuera una serie de
columnas independientes, la carga sería soportada por las columnas situadas
inmediatamente debajo de la carga y las otras no sufrirían cambio alguno; pero el suelo es
una masa coherente en que las columnas de suelo están interconectadas elásticamente. La
carga que se aplica en un punto se trasmite a través de toda la masa de suelo, extendiéndose
lateralmente a medida que aumenta la profundidad.
En una aproximación muy tosca se puede suponer que la carga se extiende a través de la
masa de suelo como si ella estuviera soportada por una pirámide truncada, como se
representa en la figura 2.19. Los lados de la pirámide tienen una pendiente de 2 (vertical) a
1 (horizontal), lo que significa que la base de la pirámide aumenta 1 metro en largo y en
ancho por cada metro de aumento en la profundidad. El aumento de esfuerzo promedio en
el suelo a la profundidad de z por debajo de una cimentación de dimensiones L y B y cuya
carga sea Q y la presión unitaria q, es:

Q qLB
σz = ----------------------- = -------------------- (2.27)
(L + z) (B + Z) (L + z) (B + z)

Esta aproximación es útil en el estudio preliminar del asentamiento. Puede ser errónea
porque no indica la variación del esfuerzo en distintos puntos que estén a la misma
profundidad y no indica los esfuerzos en el suelo fuera de la pirámide.

Figura 2.19. Método aproximado para calcular el aumento del esfuerzo vertical a la
profundidad z por debajo de una cimentación rectangular cuyas dimensiones son L y B. Se
supone que la cimentación está soportada por una pirámide truncada de suelo cuyos lados
tienen una pendiente de 2 (vertical) a 1 (horizontal).

Una representación mas exacta de la distribución de los esfuerzos dentro de la masa de


suelo se puede obtener por varias teorías de elasticidad. Estas teorías demuestran que una
carga aplicada al suelo aumenta los esfuerzos verticales en toda la masa. El aumento es
mayor directamente bajo de la carga, como se representa en la figura 2.20, pero se extiende
infinitamente en todas direcciones. A medida que aumenta la profundidad disminuye la
concentración de esfuerzo directamente debajo de la carga, pero si a una profundidad
determinada fueran integrados los incrementos de esfuerzos en el área en que son aplicados,
la fuerza total sería igual a la carga aplicada Q. Cerca de la superficie la distribución del
esfuerzo depende del tamaño del área cargada, la distribución del esfuerzo es prácticamente
independiente de como se aplica la carga Q.
Figura 2.20. Esfuerzos verticales de una masa de suelo, debidos a la carga Q aplicada a la
superficie del terreno por una cimentación cuadrada de ancho B.

2.4.2. Westergaard. En muchos casos se han de cimentar estructuras sobre suelos


compresibles que contienen finos estratos de arena o limo alternados con otros de arcilla
(arcillas finamente estratificadas). El Dr. A. Casagrande hizo notar que, en estos suelos,
las láminas de arena o limo actúan como refuerzos del conjunto que restringen la
deformación horizontal de la arcilla. H. M. Westergaard obtuvo una solución de este
problema para el caso extremo en que las deformaciones horizontales fueran nulas. De
acuerdo con esta solución el esfuerzo vertical debido a la acción de una sola carga vertical
concentrada superficial, actuante sobre un medio semiinfinito, que se comporte según la ley
de Hooke, pero que tenga totalmente restringida su deformación horizontal, está dado por

P z
σz = ---- K ------------------------- (2.28)
2π (x + y + K z )3/2

1 – 2μ
K = √ ------------ (2.29)
2 (1 – μ)

Siendo μ la relación de Poisson para el material arcilloso blando. Análogamente al caso de


las soluciones obtenidas a partir de la de Boussinesq, que cuenta en la actual literatura con
ecuaciones y gráficas que permiten extender la solución de Westergaard a otras
condiciones de carga, análogas a las vistas; sin embargo, estos gráficos se omiten en este
texto por considerarse que son pocos los casos prácticos que ameritan su aplicación.

2.4.2. Burmister. Burmister, estudió el problema de la distribución de esfuerzos y


desplazamientos en sistema no homogéneo formado por dos capas, cada una de ellas
homogénea, isótropa y linealmente elástica. La primera capa es infinita horizontalmente,
pero tiene espesor finito, h. La segunda capa, subyacente a la exterior, es semiinfinita. Se
supone que entre las dos capas existe un contacto continuo, siendo la frontera plana entre
ellas perfectamente rugosa. E1 y E2 son los módulos de elasticidad de las dos capas; se
estudió el caso de interés práctico, con la aplicación al diseño de pavimentos, en el cual E1
> E2.

Figura 2.21. Curvas de influencia de esfuerzos verticales transmitidos en un sistema de dos


capas elásticas (según Burmister).

En la figura 2.21, se muestran las curvas de influencia de la carga superficial, supuesta


circular y uniformemente distribuida, en lo referente a los esfuerzos verticales bajo el
centro del área cargada, suponiendo que el radio del círculo de carga es igual al espesor de
la primera capa. Las curvas mostradas se refieren a distintas relaciones E1/E2 en materiales
cuya relación de Poisson se fijo en el valor de 0.5 para ambas capas.

Puede notarse que en la frontera y para el caso E1/E2 = 1, que corresponde al problema de
Boussinesq ya tratado, el esfuerzo vertical es el 70% de la presión aplicada en la superficie,
en tanto que si E1/E2 se considera de 100, dicho valor se reduce a solo un 10% de la presión
superficial.

En la figura 2.22 se muestra una comparación de las distribuciones del esfuerzo vertical en
un medio homogéneo y en el sistema de dos capas para el caso en que E1/E2 = 10, μ = 0.5
y r/h = 1. La figura se complementa con la 2.20, en el sentido de que muestra los
esfuerzos en cualquier punto de la masa del medio y no solo en la vertical, bajo el centro
del área cargada.
Figura 2.22. Comparación de la distribución de esfuerzos verticales en un medio
homogéneo en un sistema de dos capas.

Según el análisis teórico efectuada por Burmister, el desplazamiento vertical elástico en la


superficie del sistema está dado por la expresión

pr
Δ = 1.5 F ------ (2.30)
E2

Donde

Δ = desplazamiento vertical en la superficie del sistema


F = factor adimensional de desplazamiento, que depende de la relación E1/E2 y
de la relación h/r
p = presión uniforme en el área circular
r = radio del círculo cargado
E2 = Módulo de Elasticidad de la segunda capa, semiinfinita

En la fig. 2.23, aparece una gráfica que da los valores de F para diferentes relaciones de las
que tal factor depende.
Para el uso de esa gráfica es preciso determinar primeramente los valores numéricos de E1
y E2, lo cual se logra por medio de pruebas de placa. En el caso de que la placa transmisora
de las cargas sea idealmente rígida, la ec. 2.30 se modifica a la forma

pr
Δ = 1.18 F ------ (2.31)
E2

Si se coloca una placa rígida sobre el material que va a constituir la segunda capa y se
transmite presión, la fórmula 3.31permite el cálculo de E2 pues en tal caso F = 1, por
tratarse de un sistema homogéneo de una sola capa. Efectuando la prueba de placa ahora
en la superficie del sistema de dos capas, la expresión 2.31, nuevamente usada, permitirá el
cálculo de F y la gráfica de la fig. 2.23 proporcionará la correspondiente relación E1/E2, de
la cual puede deducirse el valor de E1. Con los valores de E1 y E2, así determinados, puede
calcularse con las fórmulas anteriores y la gráfica 2.23 los desplazamientos verticales bajo
el centro de cualquier área circular cargada aplicada en la superficie del sistema de dos
capas.

Figura 2.23. Factores de deformación para un sistema de dos capas.


Los resultados de Burmister se han aplicado sobre todo al diseño de pavimentos, fungiendo
el pavimento como primera capa más rígida. Sin embargo, hasta hoy, los métodos
analíticos emanados de esta teoría son menos confiables que otros más empíricos, pero de
resultados mas comprobados. Debe observarse que desde el punto de vista de transmisión
de esfuerzos, las teorías de Burmister rinden resultados que hacen parecer los obtenidos con
la solución básica de Boussinesq como conservadores.

Recientemente se han desarrollado algunos estudios en conexión con medios semiinfinitos


no lineales y no homogéneos; es decir, con materiales que al ser sometidos a compresión
simple muestran relaciones esfuerzo-deformación del tipo indicado en la fig. 2.24, que
matemáticamente pueden expresarse
σ
ξ = ﴾ ---- ﴿n n > 1 (2.32)
k
donde k es una constante característica del material. En el caso en que n = 1 la ec. 2.32
representará la ley de Hooke y k coincide con el módulo de elasticidad del medio.

Figura 2.24. Relación elástica no lineal entre esfuerzo y deformación en estado monoaxial
de esfuerzos.

2.4.4. Frolich.

En 1936, Terzaghi conjuntamente con O. K. Frolich, escribe un libro sobre la Teoría de la


Consolidación en el que se describe la solución analítica al problema de la consolidación y
se relacionan los asientos del suelo saturado con la disipación de las presiones intersticiales.

Estos trabajos se iniciaron de 1913 a 1934 en la Universidad Técnica de Viena fungiendo


como profesores P. Fillinger y K. Terzaghi, ellos desarrollaron una intensa investigación
sobre determinados aspectos del comportamiento de sólidos porosos saturados. Uno de
ellos, la cuestión de la “subpresión” en presas, era fundamental para la determinación de la
seguridad de estas estructuras. En 1923, Terzaghi derivó la ecuación diferencial de la
consolidación de suelos saturados.

Este modelo de Frolich, está basado en la Teoría de la Elasticidad, con modelos que
introducen una variación significativa sobre el elástico-lineal.
En el estudio del modelo de Boussinesq se encuentra que para una carga concentrada y
sólido incomprensible (v = 0.5) se genera una radiación rectilínea. En el caso general de v
variable la solución se separa un poco de ésta y Frolich lo que hace es admitir que es válida
de esta radiación en función de un factor que mide la mayor o menor concentración de la
radiación, o sea, la mayor o menor concentración de las cargas bajo la zona cargada. La
expresión básica en este modelo es:

c-2
cP z
σ1 = ------ ---------- (2.33)
2π c

Conclusiones del autor acerca de estos trabajos


Las conclusiones que parecen desprenderse de estos estudios son que en los suelos reales,
que indudablemente se acercarán mas en su comportamiento al tipo de deformación elástica
sugerido, los esfuerzos verticales bajo la carga concentrada son menores que los
determinados haciendo uso de la teoría clásica de Boussinesq y que los desplazamientos
verticales de los puntos bajo la carga ocurren en forma mucho mas concentrada en la
cercanía de la superficie que lo que se desprende de la mencionada teoría clásica. Es muy
interesante hacer notar que los estudios comentados parecen justificar la conocida regla
empírica, en el sentido de que, para el cálculo de asentamientos, es suficiente considerar las
deformaciones del suelo hasta una profundidad comprendida entre una y media y dos veces
el ancho del cimiento.

Es oportuno, finalmente, comentar que en Mecánica de Suelos, a pesar de las meritorias


tendencias señaladas, el problema de distribución de esfuerzos en la masa del suelo dista
de poder ser considerado como resuelto y es mucho aún lo que en estas condiciones ha de
investigarse.
ANEXOS
UNIDAD II

ANEXO 2b
ANEXO 2b
ANEXO 2c. Valores de Influencia para área circular uniformemente
cargada.
ANEXO 2d. Gráfico de Fadum para influencia de carga lineal.

ANEXO 2e. Área rectangular uniformemente cargada. (Caso de Boussinesq).


ANEXO 2f. Carta de Newmark

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