1 Sinonimia

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SINONIMIA

Por Julián Pérez Porto y Ana Gardey. (2016)

El término latino synonymĭa, procedente de un vocablo griego, llegó a nuestra lengua como
sinonimia. La noción refiere a la característica compartida por al menos dos palabras que
son sinónimas.

Cabe recordar que los sinónimos son vocablos que comparten una significación: es decir,
que significan lo mismo o algo muy similar. La sinonimia, por lo tanto, es un vínculo
semántico de semejanza que desarrollan dos o más palabras a partir de sus significados.

Los términos que comparten una categoría gramatical tienen sinonimia. Por ejemplo:
existe sinonimia en “casa”, “hogar” y “vivienda” ya que los tres términos son sinónimos
y significan lo mismo. Puede decirse “Ayer conocí la casa de Lupe, es muy bonita”, “Ayer
conocí el hogar de Lupe, es muy bonito” o “Ayer conocí la vivienda de Lupe, es muy
bonita” de manera indistinta.

Existen diversos tipos de sinonimia. La idea suele asociarse a la sinonimia conceptual


(con términos que significan lo mismo, como el mencionado ejemplo de “casa”, “hogar”
y “vivienda”), pero también existe la sinonimia contextual (sólo se registra en un
determinado contexto), la sinonimia referencial (las palabras aluden al mismo referente,
aunque no significan exactamente lo mismo) y la sinonimia de connotación (el significado
es subjetivo).

También es posible diferenciar entre la sinonimia total (“casa” / “hogar” / “vivienda”) y


la sinonimia parcial (“Tengo que pagar las facturas del gas y de la luz”, “Tengo que
pagar las boletas del gas y de la luz”, “Voy a comprar facturas para merendar”, “Voy a
comprar medialunas para merendar”: “facturas” en un caso es sinónimo de “boletas”
pero no de “medialunas”, y viceversa).

La sinonimia total es la más rara de todas las clases, ya que los idiomas poseen una gran
riqueza semántica, por lo cual no se limitan a asignar un único significado a cada palabra.
Más específicamente, el español es una lengua que ofrece un sinfín de posibilidades para
combinar y alternar diversos términos con fines literarios, jugando con sus significados y
matices, de forma que no es tan común encontrar dos términos que siempre signifiquen lo
mismo, independientemente del contexto.

Según el punto de vista, la sinonimia conceptual puede ser lo mismo que la total, aunque en
este caso se toma en cuenta también la posibilidad de que en una región se prefiera uno de
los términos sinónimos, mientras que lo mismo no ocurra en otras de habla hispana. De
hecho, también es raro hallar dos palabras que cumplan con este tipo de sinonimia en
España y todos los países de América Latina.

Uno de los más interesantes tipos de sinonimia es la parcial, que se menciona más arriba, ya
que permite aprovechar parte del significado de una palabra para hacer referencia a otra,

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aunque no todas ellas ofrezcan los mismos elementos para comprender el tema tratado. Por
ejemplo, dos sinónimos parciales son “agua” y “líquido”; sin embargo, si el término
principal del cual se habla es el agua, es necesario proveer al interlocutor de dicha
información para que entienda a qué se refiere “líquido”.

Algo similar ocurre con la sinonimia contextual, como bien se señala en los ejemplos con
las palabras “factura”, “boleta” y “medialuna”, aunque en este caso la diferencia de
significado según el contexto puede ser mucho mayor que en la parcial.

Por otro lado, la sinonimia de connotación es quizás una de las más usadas en el habla
cotidiana, aunque no siempre se haga a consciencia, ya que consiste en dotar una palabra de
un significado subjetivo. Un claro ejemplo tiene lugar cuando decimos que “nuestra vecina
es una harpía” o que “nuestro trabajo es una pesadilla”, ya que los términos “vecina” y
“trabajo” no son sinónimos de “harpía” y “pesadilla” según sus definiciones formales.

Sinonimia de la palabra abogado

Siempre es común escuchar sinónimos, apelativos y demás formas para referirse al oficio
de ciertas personas o profesiones. Para los abogados, este no es un tema ajeno, y menos
entre colegas. Es así que en un país como Venezuela, muy dado a los apodos o
sobrenombres, es posible encontrar una larga lista de apelativos, algunos meramente
formales, otros simplemente aduladores o enaltecedores de la profesión, pero también los
hay de tipo despectivo.

En algunos casos, estas palabras vienen de ciertos prototipos de abogados que se han
creado a lo largo de los años, y de acuerdo con cada uno de ellos, se les da una
denominación, como ocurre con “leguleyo” o “tinterillo”, los cuales son recurrentemente
personificados en cine, televisión y escritos literarios.

Por otro lado, están los términos que son más comunes entre los mismos abogados, ya sea
por su formación académica o por su uso en el desempeño de su labores diarias, tal es el
caso de “togado”. En ese recorrido de palabras, no dejan de faltar los términos como
“doctor”, que por su significado real deja en duda si es válido usarlos o no como sinónimos
de estos profesionales. Sin embargo, son muy escuchados a diario. Estos son algunos de
los términos sinonímicos de la palabra abogado:

1. Defensor: Este término hace referencia a una acción que se ejerce, por tanto se puede
afirmar que se trata del profesional que protege o defiende una causa o a alguien.
Igualmente, si la palabra se mira como un sustantivo, puede referirse a la posición de
un jugador dentro de un equipo deportivo. Pero la definición de la Gramática de la Real
Academia de la Lengua es: Letrado que en juicio está encargado de una defensa.

2. Doctor: En este caso la palabra, aunque es comúnmente utilizada para referirse a los
profesionales de la Medicina, es usada para referirse a casi todo el mundo y, muchas
veces, con propósitos de rendir algún tipo de pleitesía, esto, tal vez, porque denota
jerarquía o un rango de superioridad. En Venezuela, es muy usada para hacer mención
a los abogados. Pero la definición de la Gramática de la Real Academia de la Lengua
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es: Título oficial y con validez en todo el territorio nacional que reciben las personas
que han superado las enseñanzas de doctorado o que ha recibido el más alto grado
académico universitario.

3. Juez: Este término recaería sobre el director de un juzgado o despacho judicial. De


otra parte, puede decirse que es la persona encargada de administrar la justicia. Pero la
definición de la Gramática de la Real Academia de la Lengua es: Miembro de un
jurado o tribunal. Persona con autoridad y potestad para juzgar y sentenciar.

4. Jurisconsulto: Aunque no es tan común escucharla, se le conoce así a aquellas


personas, dentro del campo del Derecho, que se dedica, especialmente, a escribir sobre
la profesión y, además, a resolver consultas de tipo legal. Historia. Jurista romano laico
que emitía dictámenes u opiniones motivadas en contestación a las consultas que le
formulaban sobre casos concretos tanto de autoridades como de particulares. Pero la
definición de la Gramática de la Real Academia de la Lengua es: Persona dedicada al
estudio, interpretación y aplicación del Derecho.

5. Jurista: Persona versada en leyes o experto en ellas y en jurisprudencia. Este término,


al igual que “doctor”, puede denotar cierto nivel jerárquico sobre los demás. Pero la
definición de la Gramática de la Real Academia de la Lengua es: Persona que ejerce
una profesión relacionada con el estudio o la aplicación del Derecho o con su
enseñanza.

6. Legista: Se dice de aquellos estudiosos del Derecho y sus diferentes especialidades.


Pero la definición de la Gramática de la Real Academia de la Lengua es: Persona
versada en leyes o profesor de leyes o jurisprudencia y que estudia jurisprudencia o
leyes.

7. Leguleyo: Es un término peyorativo1 que se utiliza para descalificar a ciertos


abogados, aduciendo que poco conocen del Derecho. Si bien estos alardean de saber
mucho sobre leyes y su aplicación, más bien poco o nada es lo que saben sobre ellas.
Ante su poca formación, se aferran a las normas como su único salvavidas. En
Nicaragua, por ejemplo, esta palabra hace referencia a quien hace gestiones o tramites
ilegales en el juzgado. Pero la definición de la Gramática de la Real Academia de la
Lengua es: Abogado con poca formación o falta de buen criterio. Persona que aplica
el Derecho sin rigor y desenfadadamente.

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Peyorativo es el uso del lenguaje con una finalidad negativa para lo que se designa. Es un recurso muy
utilizado el etiquetar negativamente al rival o enemigo con un término despectivo, como primera forma de
lucha contra él. Es un adjetivo que transmite una connotación negativa de desprecio o poco respeto. “la
palabra picapleitos para referirse a un abogado es peyorativa”.

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