Conductismo Aplicado A La Odontología

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Conductismo aplicado a la odontología

En la consulta odontológica, muchas veces nos encontramos con pacientes


difíciles, y no precisamente por el tratamiento que requieren. Cuando
hablamos de pacientes difíciles, nos referimos a aquellos cuya disposición
al servicio que se le presta no es el adecuado debido al miedo o la
ansiedad que presentan.

“El miedo al odontólogo” es un hecho mucho más común de lo que parece.


Muchas personas llevan años incluso sin pisar el consultorio del odontólogo ya
que solo de pensarlo les genera estrés y ansiedad, pero ¿Qué es lo que
genera ese miedo al dentista? En muchos casos puede ser el miedo a sentir
dolor, por ejemplo, esto reforzado por malas experiencias anteriores (pinchazos
al administrar la anestesia o alguna postura incomoda).

Otros de los principales factores que generan estrés y miedo son los
motivados por el ruido, la apariencia del instrumental utilizado, algún posible
contagio, la incertidumbre ante lo que se le va a realizar y la falta de habilidad
que el paciente podría detectar en el odontólogo. Todo esto podría justificar
el miedo, en cualquiera de los casos, el miedo es real para el paciente y el
odontólogo debe ser consciente de eso y saber manejarlo adecuadamente,
formarse para enfrentar estas situaciones.

La profesión de odontología es una disciplina que conduce a la aplicación


de técnicas y procedimientos en sus intervenciones, siendo esta un ejemplo
claro de cómo la teoría del conductismo sigue vigente en este siglo. Para
lograr que los futuros odontólogos proyecten calidad en los servicios que
prestan al individuo sano y enfermo, es necesario que tenga conocimientos
sobre el conductismo para que luego lleven a la práctica los conocimientos,
habilidades y actitudes adquiridos, con el propósito de reforzarlos.

Se hace necesaria una preparación psicológica adecuada por parte del


odontólogo para desaparecer o reducir las manifestaciones de ansiedad o
miedo y hacer menos “tortuoso” el proceso, lo cual ayudaría a realizar un mejor
procedimiento dental.

El conductismo nos da muchas herramientas y técnicas de


modificación de conducta que servirán como herramientas útiles para
mantener la conducta del paciente a niveles óptimos o reducir alguna
conducta observable en el paciente que no es adecuada para realizar
procedimientos en la cavidad bucal.

Gracias a los resultados de los experimentos y trabajos de Pavlov, la


ciencia del comportamiento adquirió un nuevo conocimiento. Hoy en día, la
modificación del comportamiento se usa especialmente en el tratamiento
de enfermedades como fobias y desordenes de estrés post traumáticos.
Skinner, por su lado, nos demostró que se podía inducir y modificar el
comportamiento mediante estímulos externos. Lógicamente, no hay que
menospreciar el trabajo de Watson, que fue importante porque desarrolló las
ideas iniciales de Pávlov y las aplicó a los seres humanos.

Con el experimento y los trabajos de Watson, puso a prueba su hipótesis de


que las emociones podían aprenderse por la asociación condicionada, y este
es el mecanismo más frecuente de adquisición de fobias.

El ruido que hace la turbina y la inyección, esto asociado a algún tipo


de dolor, por ejemplo, son unos de los estímulos más comunes que
desencadenan las fobias al odontólogo en las personas.

Otra es la relacionada con una experiencia de aprendizaje negativa, por


ejemplo, la típica escena de un niño que atraviesa una experiencia negativa en
el consultorio y que a partir de entonces relaciona el dentista con el dolor o
estímulo fóbico, y que se generaliza a otros estímulos (bata blanca, el olor, los
materiales, etc)

Es por ello que la labor del dentista es hacer que la experiencia del paciente
desde que llama para pedir cita hasta que finaliza su tratamiento dental sea lo
menos traumática posible y quede un recuerdo satisfactorio.

El conductismo es de gran importancia en el desarrollo y tratamiento de


algunas patologías, como las anteriores mencionadas (ansiedad, estrés, fobias)
y nos ayuda a comprender los procesos de aprendizaje así como a generar
hábitos mediante refuerzos positivos y negativos para modificar la conducta.

Estas herramientas nos permiten, como odontólogos, orientar esas


conductas no deseadas que pueda presentar el paciente desde el momento
que entra al consultorio.

Dichas técnicas deben ser perfeccionadas por el futuro odontólogo a los


largo de su carrera, o en su defecto y cuando el caso lo amerite, remitir al
paciente a un psicólogo para que lo ayude a tener un mejor desempeño en la
clínica odontológica.

Cabe resaltar que el conductismo, forma desde hace mucho tiempo


parte fundamental de nuestra formación. El estudiante debe cumplir normas
a la hora de prestar servicios y de ser quebrantadas, son sujetos a sanciones.
Desde ese momento el estudiante ya es condicionado a tener cierta respuesta
y esta será sujeta a condiciones de control (como ocurre en las prácticas
profesionales durante las guardias clínicas)

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