Las Heladas

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UNIVERSIDAD NACIONAL

“PEDRO RUIZ GALLO”


FACULTAD DE INGENIERIA ZOTECNIA

CURSO: FISIOLOFIA VEGETAL

TEMA: PLANTAS A BAJAS TEMPERATURAS

INTEGRANTES: ZAMBRANO VALDEZ MERICIA


DE LA CRUZ DE LA CRUZ CESAR JOEL
ALBERCA NUÑEZ JOSE ALEXANDER
HUIMA HUIMA CINTHIA
DIAZ CARDOZO HAROL
MARCELO MAYRA ROSA AMELIA
BANCES SANTOYO KAREN
AMPAN LOZANO MELINA

CICLO: 2018- I
LAMBAYEQUE, 10 JULIO DEL 2018
INDICE:
INTRODUCCION:
Los daños por bajas temperaturas (ej. frío y congelación) pueden
producirse en todas las plantas, pero los mecanismos y la tipología del
daño varían considerablemente. Algunos cultivos frutales, hortícolas y
ornamentales de origen tropical experimentan daños fisiológicos
cuando están sometidos a temperaturas por debajo de +12,5 °C,
bastante por encima de las temperaturas de congelación. Sin
embargo, el daño por encima de 0 °C es más por enfriamiento que por
helada. Ésta ocurre en todas las plantas debido a la formación de
hielo. Las plantas cultivadas que se desarrollan en climas tropicales, a
menudo experimentan daños importantes por heladas cuando se
exponen a temperaturas ligeramente por debajo de cero, mientras que
muchos cultivos que se desarrollan en climas más fríos, a menudo,
sobreviven con pocos daños si la congelación no es muy severa.
Algunas excepciones son las lechugas, que se han originado en
climas templados, pero pueden dañarse a temperaturas cercanas a
0°C y algunos frutos subtropicales, que a pesar de tener un origen
tropical pueden permanecer a temperaturas de -5 a -8°C. Las especies
o las variedades de cultivos exhiben distintos daños por heladas a la
misma temperatura y en el mismo estadio fenológico, dependiendo de
las condiciones meteorológicas previas. Su adaptación a las
temperaturas frías antes de una helada nocturna se denomina
“endurecimiento”. Durante los periodos fríos, las plantas tienden a
endurecerse contra el daño por congelación, y pierden el
endurecimiento después de un período de calentamiento. El
endurecimiento está relacionado, probablemente, con el aumento del
contenido de solutos en el tejido de las plantas o con la disminución de
la concentración de bacterias activas en la nucleación de hielo (INA)
durante los períodos fríos, o una combinación de ambos. Durante los
períodos cálidos, las plantas exhiben crecimiento, el cual reduce la
concentración de solutos, y aumenta la concentración de bacterias
INA, haciendo las plantas menos resistentes. El daño por heladas
ocurre cuando se forma hielo dentro del tejido de las plantas, dañando
sus células. Puede ocurrir en las plantas anuales (cultivos para
ensilado o forrajes de gramíneas y leguminosas; cereales; cultivos
para aceite o de raíces; hortícolas; y cultivos ornamentales)
multianuales y perennes (árboles frutales Caducifolios y de hoja
perenne).
Los daños por heladas tienen un efecto drástico para la planta entera
o pueden afectar únicamente a una pequeña parte del tejido de la
planta, lo cual reduce el rendimiento o deprecia la calidad del
producto. En este capítulo se presenta una breve discusión de los
mecanismos, tipos y síntomas del daño por congelación. Para lector
es interesados, Levitt (1980), Sakai y Larcher (1987) y Li (1989)
proporcionan una revisión extensa tanto del daño por congelación
como del daño por enfriamiento. Más adelante, en el capítulo, sé
presenta una breve discusión sobre endurecimiento, sensibilidad, tipo
de daño y temperaturas dañinas críticas de los cultivos importantes.

1.1 ANTECEDENTES:
Para muchas especies las heladas constituyen un factor decisivo.
Una especie perenne que sea sensible a heladas nunca podrá
colonizar un área donde estas ocurran, aun esporádicamente. Un
breve período a temperaturas por debajo de 10H/puede ser suficiente
para ocasionar la muerte a plantas de clima tropical, sensibles al
enfriamiento. Plantas que durante su estado vegetativo sean sensibles
a las heladas requieren indefectiblemente, para completar su ciclo, un
número de días libres de ellas. En más de la mitad de la Patagonia la
cantidad de días anuales sin heladas no excede, en promedio, los
cien, y las temperaturas medias de los meses más cálidos
no son elevadas, por lo que el crecimiento de las plantas es lento.
La temperatura es el principal factor que determina la adaptación de
las especies a diferentes localidades dado que altera diversas
funciones vitales. Entre las actividades afectadas están la velocidad de
las reacciones químicas; los cambios de estado del agua (hielo, líquido
y vapor) cambios en la estructura y actividad de las macromoléculas,
las funciones asociadas a la membrana y la actividad enzimática. Las
bajas temperaturas afectan los procesos fisiológicos disminuyendo la
velocidad de las reacciones enzimáticas. Una disminución de pocos
grados produce un cambio significativo en la tasa de crecimiento.
Los efectos de la temperatura sobre cada uno de los procesos
determinan su efecto global sobre el crecimiento de la planta: en
general, las bajas temperaturas reducen todas las etapas del ciclo de
vida de las plantas. Sin embargo, hay determinadas etapas que
necesitan temperaturas bajas para que ocurran cómo: inducción e
incremento de la floración, germinación, inducción y término de la
dormancia en semillas y yemas, formación de tubérculos de papa,
bulbos cormos.
OBJETIVOS GENERALES:
 Determinar los diferentes tipos de plantas que se adaptan a
bajas temperaturas.
 Precisa la finalidad del tema en relación a la definición del
problema y orientación.
 Determinar la influencia de distintos lugares y cuidados en el
crecimiento de germinación de semillas.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:
 Facilitan el cumplimiento del objetivo general mediante la
determinación de etapas o la precisión y cumplimiento de los
aspectos necesarios e este proceso.
RESISTENCIA A BAJAS TEMPERATURAS EN LAS
PLANTAS
Las plantas no son capaces de mantener su temperatura constante
por lo que los cambios de temperatura ambiental influyen sobre su
crecimiento y desarrollo, son poiquilotermas, pero esto no significa que
su temperatura sea igual que el ambiente pueden caber diferencias.
Lo que si es cierto es que las variaciones de temperatura ambienta
originan variaciones en la temperatura de la planta. L as variaciones
de la la temperaturas ambiental son periódicas, daría (dia y noche) y
estacionales, también se dan fluctuantes más o menos previsibles
como la variación de la temperatura de la planta, las hojas tapadas
tendrán menos temperatura; así mismo depente de la velocidad del
viento, así como la forma de la hoja.
Además la temperatura de la raíz no tiene por qué tiene que ser igual
a la temperatura de la parte aérea ya que las variaciones de la
temperatura llegan a la raíz con retardo respecto a la parte aérea. El
régimen térmico dentro del vegetal es completo ya que se dan
variaciones de temperatura en diferentes plantas.
En el campo no se ´pueden realizar estudios y en el laboratorio es
complicado reproducir las condiciones ambientales, por lo que no hay
muchos estudios. Los diferentes procesos fisiológicos tienen diferentes
temperaturas óptimas y también especies diferentes. Normalmente
para un proceso utilizamos temperaturas óptimas.
Temperatura terminal, temperatura critica, temperatura optima se da
cuando el proceso se realiza con la mínima eficiencia. La temperatura
cardinal es la temperatura por encima o por debajo por la cual un
proceso fisiológico se para, volviendo funcional cuando la temperatura
está por encima de la mínima cardinal o por debajo de la mínima
cardinal. La temperatura crítica son las temperaturas por debajo o por
encima de las cuales un proceso fisiológico sufre daños irreversible y
la planta muere. Estos dos temperaturas criticas (mínima y máxima)
no son constantes durante la vida de la planta, sino que pueden variar
durante el desarrollo, así una planta en pleno crecimiento vegetativo
tienen una temperatura critica más alta que una que está en
dormición.
Debido que el patrón de respuesta a bueno tener un patrón de
temperatura para los procesos y compararlos con las diferentes
especies, para esto se utiliza el factor C10.
C10=tasa a la que tiene lugar un proceso E 10F/ < tasa de
temperatura.

LA EVITACIÓN, LA TOLERANCIA Y EL
ENDURECIMIENTO
Las plantas resisten las temperaturas bajas evitándolas o tolerándolas.
Las estrategias para evitar las temperaturas bajas incluyen:
 La retención de nieve a lo largo del invierno, protege tanto las
partes aéreas de las plantas como las subterráneas
(Ventskevich, 1958)
 El efecto biofísico de cubiertas densas, que protegen parte de la
planta de una atmósfera fría.
 Órganos con elevada capacidad de calor (ej. troncos y frutos
grandes) que retrasan la caída de temperatura respecto a la
temperatura del aire, lo que pude salvarlos de las temperaturas
que más dañan (Turrell y Austin, 1969)
 Los métodos de protección contra heladas artificiales, que
modifican el microclima de las plantas (ej. espumas, coberturas y
nieblas).

La tolerancia a bajas temperaturas puede conseguirse:


 Evitando la congelación mediante una disminución del punto de
congelación o un aumento en el grado de súper enfriamiento
(Burke et al., 1976)
 Tolerancia de la congelación extracelular reduciendo la cantidad
de hielo formado debido a un incremento de la concentración de
solutos en el protoplasma (Li y Palta, 1978)
 Tolerancia de un grado más alto de desecación debido a la
plasmólisis del protoplasma (Gusta, Burke y Kapoor, 1975)
 Aumento de la permeabilidad de la membrana del plasma para
evitar la congelación intracelular (Alden y Herman, 1971; Levitt,
1980). La temperatura a la cual ocurre la congelación puede
fluctuar considerablemente dependiendo de la dureza que han
alcanzado las plantas. Sin embargo, hay plantas (ej. bastantes
plantas C4, hojas de palmeras y plantas de tomate) que tienen
muy poca o ninguna capacidad de endurecimiento (Larcher,
1982; Olien, 1967). El endurecimiento implica tanto mecanismos
de evitación como de tolerancia a la congelación. La
acumulación de azúcares o azúcares alcoholes disminuye la
temperatura de congelación de los tejidos (ej. en hojas de olivo y
de cítricos) y aumenta el súper enfriamiento en muchos árboles
frutales caducifolios o de hoja perenne en respuesta a una baja
temperatura del aire. Algunas células pueden endurecer
aumentando la proporción de ácidos grasos no saturados de los
lípidos de la membrana del plasma, que aumentarían la
estabilidad de la membrana durante la desecación. Como el
endurecimiento es un proceso activo que depende del nivel de
asimilados en los tejidos, todas las condiciones que disminuyan
el conjunto de asimilados en los tejidos reducirán el
endurecimiento. Aunque las temperaturas frías provocan que los
frutos de las plantas se endurezcan contralados daños por
helada, el endurecimiento se pierde rápidamente tras unos
pocos días cálidos. Las yemas de los frutos se volverán a
endurecer, pero a un ritmo mucho más lento que al que lo han
perdido. Ésta es la base de la práctica de enfriar los cultivos con
aspersores durante los períodos más cálidos del día para reducir
la temperatura y evitar la pérdida de endurecimiento.
En el pasado, los investigadores han atribuido las fluctuaciones en la
sensibilidad a la congelación a cambios fisiológicos, pero la
contribución de INA a la sensibilidad, lo cual también puede ser un
factor a considerar, se ha ignorado en general. Por ejemplo, un
aumento rápido en la concentración de bacterias nucleadoras de hielo
puede ocurrir también en periodos cálidos.
Conforme vayan volviendo las temperaturas frías, la concentración de
bacterias puede disminuir lentamente.

LA SENSIBILIDAD DE LAS PLANTAS


Las plantas se agrupan en cuatro categorías de sensibilidad a la
congelación:

(1) Frágiles; (2) ligeramente resistentes; (3) moderadamente


resistentes; y (4) muy resistentes (Levitt, 1980). Las plantas frágiles
son aquellas que no han desarrollado la evitación de la congelación
intracelular (ej. muchas plantas tropicales). Las plantas ligeramente
resistentes incluyen muchos de los árboles frutales subtropicales,
árboles caducifolios, y cultivos hortícolas que son sensibles al
enfriamiento hasta los -5 °C. Las plantas moderadamente resistentes
incluyen aquellas que pueden acumular suficientes solutos para
resistir el daño por heladas hasta temperaturas tan bajas como -10 °C,
principalmente evitando el daño por deshidratación, pero son menos
capaces de tolerar temperaturas más bajas. Las plantas muy
resistentes son capaces de evitar la congelación intracelular, así como
de evitar el daño debido a la desecación de las células. A pesar de
que las categorías de sensibilidad a la congelación dan una
información general sobre el frío que un órgano de una planta puede
aguantar antes de que ocurra el daño por helada, el endurecimiento y
el estadio fenológico son casi tan importantes. Por ejemplo, la
temperatura que produce mortandad de yemas del 10% (T 1 0) y del
90% (T 9 0) aumenta con el avance de la estación desde la primera
hinchazón hasta después de la floración.
Además, las temperaturas que producen la muerte de yemas T9 en
árboles de hoja caduca aumentan más rápidamente y se acerca a las
temperaturas que producen la mortandad T10. Wang y Wallace (2003)
presentaron una lista de frutas frescas y hortalizas según categorías
de susceptibilidad a la congelación mostrando las sensibilidades
relativas cuando eran expuestas a temperaturas de congelación.
Captan (1988) facilitó una lista de flores anuales agrupadas por su
tolerancia a la congelación.
LOS EFECTOS DEL FRÍO
Todas las etapas del ciclo de vida de las plantas -germinación,
crecimiento, floración- pueden resultar afectadas por las bajas
temperaturas ("Efectos de las bajas temperaturas"); para cada una de
ellas existe una temperatura crítica, llamada temperatura base, que
marca el límite inferior en que esa etapa puede llevarse a cabo. Como
cada proceso fisiológico tiene un óptimo particular, no es posible
definir una única temperatura óptima para la planta, pero sí, en
cambio, un intervalo óptimo de temperaturas, por debajo de las cuales
se produce una disminución generalizada de la tasa metabólica.

Una manera de medir el efecto de la temperatura sobre la velocidad


de un proceso fisiológico es usar el índice llamado Q10 cociente entre
la velocidad del proceso en cuestión a una temperatura t¡ y su
velocidad a una temperatura diez grados superior (t¡ + l 0°C), esto es:

En general, los procesos en que hay transformaciones químicas, como


los catalizados por enzimas, tienen valores más elevados de
Q10 (alrededor de 2) que los meramente físicos, como la difusión del
agua o de substancias disueltas en ella (oscilan entre 1 y 1,3)., Por lo
tanto, la caída de la temperatura por debajo del óptimo afecta más a
los primeros que a los segundos.

Es práctica común estimar la duración de un proceso fisiológico en


función del tiempo térmico, medido en general en grados-días, esto es,
la suma de temperaturas medias diarias a lo largo período necesario
para que se complete un proceso fisiológico, menos la temperatura
umbral, llamada cero vital, por debajo de la cual no hay crecimiento.
Por ejemplo, cultivo de maíz requiere 2500 grados-días por encima de
8°C para cumplir su ciclo desde la germinación hasta la madurez del
grano. Cuanto más baja sea la temperatura, más días necesitará la
planta para completar el ciclo.

Aunque la planta no sufra daño, la prolongación de su ciclo de vida


causada por las bajas temperaturas tiene mucha importancia
agronómica: el costo de cultivo aumenta, así como el riesgo de que su
rendimiento disminuya debido a ataques de agentes patógenos,
plagas animales y heladas tempranas.
Por este motivo, la tendencia general es lograr variedades de ciclo
más corto, que permitan realizar dos cultivos por año (por ejemplo,
trigo en invierno y soja o girasol en verano).

Además de estos efectos generales, no necesariamente letales, el frío


excesivo puede ocasionar daños directos cuya intensidad provoque la
muerte de algunos órganos o de toda la planta.

Cuando la temperatura no es tan baja como para que se forme hielo


en le tejidos, tiene lugar el llamado daño por enfriamiento (chilling
injury), relacionado con el hecho de que los fluidos celulares de la
plantas pueden mantenerse en estado líquido a temperaturas
inferiores al punto de congelación, fenómeno conocido como sobre
enfriamiento. Los daños por enfriamiento incluyen lesiones
generalizadas en las membranas celulares, producidas porque los
lípidos que las componen sufren una transición de fase y pasan del
estado de líquido cristalino, que es el fisiológico, al de sólido cristalino
o gel. Las alteraciones en las membranas van acompañadas por
considerables cambios en su permeabilidad. También se dañan las
mitocondrias, compartimientos intracelulares en los que ocurre la
respiración.

A temperaturas muy bajas, se forma hielo en los líquidos intra o


extracelular y se produce el llamado daño por congelamiento (freezing
injury). La formación de hielo intracelular es casi siempre letal,
presumiblemente porque los cristales de hielo lesionan las membranas
internas de las células; el fenómeno, sin embargo, es poco frecuente,
ya que requiere descensos bruscos de la temperatura, que pocas
veces acontecen en la naturaleza. Generalmente, la aparición de hielo
ocurre en las soluciones acuosas del espacio extracelular, en las
cuales el hielo formado no incluye las sales, que permanecen en el
agua no congelada, con el consiguiente aumento de su concentración
en ella; esto último provoca la transferencia, por ósmosis, de agua
desde las células al medio extracelular y la consecuente
deshidratación celular, causante de alteraciones metabólicas
generalizadas. La velocidad de descongelamiento, si es elevada,
también contribuye al daño, pues la célula no logra reparar a tiempo
las fisuras ocasionadas por el congelamiento.
La distinción entre daño por congelamiento y daño por enfriamiento
permite, a su vez, distinguir entre plantas de tipo tropical, que son
sensibles al enfriamiento, y especies de climas templados, que lo
toleran. Las segundas pueden poseer mecanismos que les posibilitan,
también, resistir condiciones climáticas que produzcan congelamiento,
excepto que estas sean muy rigurosas, en cuyo caso no dejarían de
sufrir daño.

La sensibilidad de los vegetales al frío es variable. La especie, la edad,


la historia previa y las condiciones ambientales son los principales
determinantes de la variabilidad. En general, las plántulas muy jóvenes
son muy sensibles. También es diferente la sensibilidad de los
distintos órganos: las semillas en germinación y las flores suelen ser
las más afectadas por las bajas temperaturas, mientras que las
semillas en reposo son las más resistentes. Esto explica por qué son
especialmente peligrosas las heladas tardías de primavera y
tempranas de otoño. Además, en general, las raíces son más
sensibles que las partes aéreas, y los tallos más que las yemas.

CAMBIOS DE LA TOLERANCIA A LAS HELARAS DURANTE EL


PERIODO DE DORMANCIA EN TALLOS DE FRAEXINUS ORNUS;
(A) OTOÑO; (B) INVIERNO, MAXIMA RUSTICACION; (C)
COMIENZO DE LA PRIMAVERA Y (D) PRIMAVERA, PLENA
BROTACION.
Cm INDICA QUE LA MEDICION SE TOMO EN EL CAMBIUM,
TEJIDO MERISTEMATICO QUE DA ORIGEN A LOS VASOS DE
CONDUCCION, ADVIERTESE LAS GRANDES VARIACIONES,
REDIBUJADO DE LARCHER (1983).

LAS DEFENSAS CONTRA EL FRIO

Durante millones de años de evolución, los vegetales colonizaron,


inicialmente, las regiones tropicales y, luego, progresivamente, las
templadas, caracterizadas por una distribución estacional de lluvias y
temperaturas. El proceso tuvo discontinuidades, pues, con intervalos
de unos 15.000 años, acontecieron las glaciaciones, durante las
cuales la temperatura de la Tierra disminuyó lo suficiente como para
que una parte importante del planeta quedara cubierta de hielos
permanentes. Pero, de todos modos, en el transcurso de dicha
evolución las plantas fueron adquiriendo numerosos mecanismos de
supervivencia relacionados con el frío. Una primitiva estrategia de los
vegetales fue evadir las condiciones desfavorables colonizando áreas
nuevas. Registros de polen fósil permitieron estimar que el castaño
abandonó su área de dispersión al comenzar el período glacial, y la
recolonizó una vez finalizado este, a velocidades de aproximadamente
cien metros por año.

En cambio, para sobrevivir frío transitorio del invierno, las plantas usan
otros mecanismos, llamados evasión y tolerancia. La evasión consiste
en el alejamiento en el tiempo o el espacio de algún órgano
fundamental para la supervivencia; la tolerancia es la capacidad de
resistir las alteraciones que ocasione el frío. Lo habitual es que utilicen
simultáneamente múltiples mecanismos. Por ejemplo, una especie que
hiberna bajo la forma de tubérculo (digamos el topinambur, Helianthus
tuberosus) escapa al período crítico no sólo porque forma tubérculos
al comenzar la estación fría sin también, porque ese tubérculo
experimenta, durante el invierno, varias modificaciones fisiológicas que
incrementan su tolerancia.
Entre las estrategias de evasión que se observan en muchas especies
está la muerte, antes del invierno, de las partes más sensibles de la
planta, que, entonces, sobrevive al período frío por la persistencia de
órganos no afectados por las bajas temperaturas, como semillas y
yema en dormición, bulbos o tubérculos. En otros casos, el propio frío
ambiental provoca reacciones que facilitan la supervivencia. Por
ejemplo, en especies de rosáceas (manzano, duraznero, etc.) las
semillas necesita que varios meses de elevada humedad y baja
temperaturas preceda a la germinación: durante ese período se
producen cambios hormonales en las semillas, de modo que dicha
germinación sólo puede ocurrir cuando el invierno quedó atrás. Otro
ejemplo interesante es el número de horas de frío que necesitan
ciertas especie para florecer (entre ellas, los trigos llamados de
invierno), cosa que evita que se produzca la; floración en invierno.

En los ejemplos anteriores, el propio frío ambiental brinda información


a la planta acerca de la estación del año que está atraviesa; pero es la
única señal utilizada en el mundo vegetal. En plantas leñosas perenes,
como las coníferas, la duración del día determina cuándo se deben
producir la floración y reposo invernal.

Científicos descubren porqué las plantas siguen la trayectoria del sol


Una hormona vegetal denominada auxina subyacería a este fenómeno
Leonardo da Vinci fue el primero en registrar con sus observaciones
que algunas plantas aparentemente seguían la trayectoria del sol. Sin
embargo, ni él ni otros científicos posteriores habían conseguido
establecer la causa de este fenómeno. Ahora, un equipo de
investigadores europeos ha realizado descubrimientos que nos
acercan a solucionar este enigma. Según ellos, esta respuesta radica
en la auxina, una clase de hormona vegetal. CORDIS/T21.
Leonardo da vinci, gran científico y artista italiano del Renacimiento,
fue el primero en registrar con sus observaciones realizadas, en el
siglo XV, que algunas plantas aparentemente seguían la trayectoria
del sol, y no sería el último en hacerlo.
Sin embargo, ni él ni los científicos posteriores lograron explicar en
términos científicos como consiguen girar las plantas ni porque ocurre.
Ahora, un equipo de investigadores europeos, ha realizado
descubrimientos que nos acercan a solucionar este enigma. Según
ellos esta respuesta radica en la auxina, una clase de hormona
vegetal. Los descubrimientos de su estudio se han publicado en la
revista Nature.
El interrogante de por qué algunas plantas se inclinan hacia la luz o
crecen hacia arriba y no hacia abajo puede parecer sencillo, pero la
respuesta dista de serio.
Hace mucho que diversos investigadores habían formulado la teoría
de que la responsable de este fenómeno debía ser la auxina, que
suscito el interés incluso de CHARLES DARWIN en el siglo XIX. No
obstante, hasta ahora no se había logrado comprender al detalle su
funcionamiento.
Una investigación realizada por científicos del Departamento de
Biología de Sistemas Vegetales del Instituto de Biotecnología de
Flandes (VIB) y de la universidad de Gante (ambos en Belgica) ha
sacado a relucir una conexión nueva e importante entre esta cuestión
y el transporte de la auxina por la planta. Según sus indagaciones, la
auxina se almacena en sitios específicos.
El equipo, dirigido por ELKE BARBEZ y supervisado por Jurgen
Kleiner Vehn del VIB y Jiri Frimi también del VIB y de la Universidad
de Gante, determino que el transporte de la auxina por la planta
desempeña una función completa pero vital.
MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD

La auxina se produce en las secciones en crecimiento de la planta y


posteriormente se envía a otras partes de la misma donde es
necesaria, incluido el tallo.

Para que la planta pueda absorber de forma óptima y eficaz los rayos
solares, es preciso que el tallo se enderece lo antes posible. Por esta
razón se suministra más auxina a la sección inferior del tallo que a la
superior, gracias a lo cual la primera crece más rápido y el tallo crece
recto.

Al regular el destino de la auxina transportada, las plantas logran


aprovechar del mejor modo posible las condiciones cambiantes de su
entorno.

Según los autores, sus hallazgos tendrán consecuencias de gran


calado y podrían resultar beneficiosos para ingenieros agrónomos y
agricultores.

Es previsible que un conocimiento más preciso sobre la auxina


proporcione nuevas herramientas para conseguir que los cultivos
crezcan de un modo más eficiente. Así aducen, por ejemplo, que
incrementando la concentración de auxina en el momento y el lugar
adecuado se podría promover un crecimiento más positivo y una
mayor productividad.

Además de contar con el apoyo de la VIB y de la Universidad de


Gante, esta investigación recibió financiación del Fondo de Viena para
la Ciencia y la Tecnología (WWTF, Austria), la Agencia para la
Innovación mediante Ciencia y Tecnología (IWT, Bélgica), el programa
Odysseus de la Fundación para la Investigación de Flandes (Bélgica),
los Fondos Nacionales Suizos, y el Ministerio de Educación, Juventud
y Deporte de la República Checa.
Algunas plantas también cambian de color para camuflarse

Muchas especies animales, como las serpientes, los insectos o los


peces, han desarrollado camuflajes para defenderse de los ataques de
sus depredadores. Ahora, científicos de la Victoria University of
Wellington, en Nueva Zelanda, han demostrado que también algunas
plantas utilizan este mecanismo de defensa.

Los investigadores explican que la mayoría de las plantas, al ser


atacadas continuamente por herbívoros, desarrollan ciertas defensas,
como las espinas o el veneno. Sin embargo, el cambio de color es una
estrategia de defensa más común en animales que en vegetales.

Los científicos comprobaron, concretamente, que el Pseudopanax


crassifolius, un árbol nativo de Nueva Zelanda, pasa por diversas
transiciones de color durante el proceso que va desde la germinación
hasta la madurez, para defenderse de las antiguas moas.

Las moas eran pájaros gigantes que se extinguieron hace 750 años.
Se alimentaban de hojas, por lo que el Pseudopanax crassifolius hizo
que las suyas estuvieran coloreadas de manera que los ojos de estos
pájaros no pudieran verlas fácilmente. Esta adaptación se ha
mantenido hasta la actualidad.

Descubiertos los mecanismos moleculares de las células madre


vegetales
Investigadores italianos han descubierto los mecanismos que permiten
a las células madre vegetales regular el crecimiento de las plantas, lo
que abre nuevas perspectivas a la investigación fundamental y sus
aplicaciones biotecnológicas. Según sus artífices, este conocimiento
permitirá plantas con mayor biomasa que consuman menos agua y
aprovechen mejor los nutrientes del suelo, sin necesidad de recurrir a
los organismos genéticamente modificados. Por Olga Castro-Perea.
La riqueza vegetal favorece la resistencia de los ecosistemas a la
desertificación.
Científicos españoles han liderado un estudio internacional publicado
por Science donde se señala que preservar la biodiversidad de las
plantas resulta crucial para mitigar los efectos del cambio climático y la
desertificación en las zonas áridas. Investigadores de la Universidad
Rey Juan Carlos, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN,
CSIC), la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad Politécnica de
Madrid han participado en el proyecto.
Analizan cómo las plantas aprovechan los nutrientes ante la futura
escasez de fosfato

Más de una veintena de centros de investigación de España integran


un consorcio que tiene como objetivo estudiar proteínas que regulan
genes importantes para las plantas, entre ellos, el Centro Hispano
Luso de Investigaciones Agrarias (Ciale) de la Universidad de
Salamanca.
El coordinador de este gran proyecto es Javier Paz Ares, científico del
Centro Nacional de Biotecnología.
Relacionado con esta iniciativa, Javier Paz Ares estudia cómo las
plantas se adaptan a vivir en suelos con bajo contenido en nutrientes,
en concreto, con bajo contenido en fosfato, una investigación que
"tiene importancia porque los grandes incrementos de productividad
que se han obtenido en el siglo pasado se han debido en buena parte
a la utilización de grandes cantidades de fertilizantes", ha señalado en
declaraciones a DiCYT el propio Paz Ares. Ahora, los investigadores
abordan un problema importante: el fosfato es un nutriente esencial
para la agricultura pero se está acabando y no hay recambio. La
utilización de este insumo no presenta problemas porque se
consideraba que había mucho fosfato. Sin embargo, aunque no se
transforma en un mineral distinto, "el ciclo del fosfato termina en los
océanos y no se puede recuperar", apunta el experto. Por lo tanto, la
escasez de fosfato será grave en 50 años y los científicos buscan
soluciones. "Una manera de reducir la dimensión del problema es
generar plantas capaces de crecer y producir con una cantidad menor
de nutrientes", indica el científico. El primer paso para lograrlo es
estudiar los mecanismos que han desarrollado durante su evolución
las plantas para crecer en condiciones limitantes. A partir de ahí, se
podrían desarrollar nuevas estrategias de biotecnología o de mejora
genética para conseguir plantas más eficientes, según ha explicado el
investigador, que estudia los aspectos más básicos del problema.
"Cuando hay pocos nutrientes, la planta incrementa la actividad de los
transportadores de fosfato para ser más eficaz en su extracción",
asegura. Por eso, "nosotros estudiamos cómo la planta percibe que
hay poco fosfato en el suelo o dónde percibe que lo hay, así como las
respuestas que da a cada situación". Aunque se sabe que hay genes
que controlan la respuesta asociada a la carencia de fosfato, la
respuesta al problema no es sencilla, porque activar estos sistemas de
respuesta requiere una gran cantidad de energía, de forma que la
planta no crecería mucho. Precisamente, el proyecto Consolider-
Ingenio 2010 que Javier Paz Ares tiene en común con el Ciale y con
más de 20 grupos de investigación de toda España se centra en el
estudio de las proteínas que regulan los genes de las plantas.
"Cualquier proceso biológico implica la participación de muchos genes.

Por ejemplo, para formar el color de una flor se necesitan 30 enzimas.


La idea es identificar los genes que regulan estos procesos,
principalmente los que se conocen como factores transcripcionales, y
para estudiarlo se han generado plantas que expresan todos los
factores transcripcionales de una manera inducible", concluye el
investigador.

10 PLANTAS RESISTENTES AL FRÍO

1-COLORNAMENTAL:

Ésta es una de las plantas con


hojas más resistentes al frío. No
les afecta, pero tienen el
inconveniente de que cuando
florecen pierden su atractivo,
puesto que el color que tiene en
la zona central, que es el
responsable de su belleza, se va.

2.HIEDRA:

Con ella no tendrás ningún


problema, puesto que no requieren
ningún cuidado especial, además
de ser de hoja perenne.
3-BRECINA:

Su único cuidado para que no se


estropee es ubicarla en zonas de sol
y en un suelo ácido. Por otro lado, no
dejes nunca que la tierra se seque.

4-AGRACEJO.

Su único cuidado es podarla y


darles forma a sus hojas durante el
otoño. De esta forma, estará lista
para el invierno.

5-PERNETTIA O VAYA:

Así como la brecina requiere


sol, ésta le tiene casi alergia, así
que evita que esté en contacto
con él. Por lo demás, soporta
perfectamente las temperaturas
más frías que puedas imaginar.
6-BREZO.

Esta especie da flores desde la


primavera hasta el otoño, por lo que
hay que colocarla a la sombra y con
humedad.

7-RODODENDRO:

Además de hacer una planta muy


bella, es ideal para el invierno, puesto
que da flores en esta época. Colócala
al sol o a semisombra para
mantenerla perfecta.

8-CAMPANILLA DE INVIERNO:

También denominada como


Galanthus, es una de las más
blancas que puedes encontrar. Se
reproduce mediante bulbos y da
flores durante el invierno.
9-NARCISO:

También da flores durante el


invierno. Debes tener en cuenta
que, cuando éstas se marchiten,
deberás cortarlas rápidamente.

10-HELEBORO NEGRO:

Ubícala a semisombra, pero


que quede resguardada del
viento y las heladas para
evitar que se estropee. Aun
así, también da sus flores
durante la época más fría del
año.
LAS HELADAS
TEMPERATURA DEL AIRE.
En la atmósfera existe siempre una determinada cantidad de vapor de
agua y cantidad para un valor determinado, varía grandemente según
el tipo de masa de aire que afecte la comarca. Cuanto más caliente se
encuentra el aire, mayor es la cantzdacl de vapor que puede mantener
en suspensión y más probable la formación de nubes; en cambio, el
aire seco y transparente iacilita la irradiación de^ calor del suelo hacia
el espacio y f facilita la helada.
La inclinación con que caen los rayos solares sobre los diversos
lugares, tiene gran importancia en el caldeo del suelo: De todos es
conocida la diferencia entre la «solana» y la «umbría»
El calor del suelo se transmite hacia abajo, a las capas profundas de la
tierra o del agua, y hacia arriba, al aire. La temperatura del aire se
mide poniendo en su contacto el depósito de un termómetro para que
llegue a estar a la misma temperatura que el ambiente. Para ello hay
que tornar ^reinserciones a fin de evitar que la radiación solar directa o
reflejada pueda falsear la lectura del termómetro. Esto se consigue
dentro de la qarita ^meteorológica de doble persiana, pintada de
blanco ^T construida en madera. Así, pues, la temperatura del aire hay
que tomarla siempre a la .co^i2bra. Fablar de «temperatura al sol» no
tiene sentido. Pues, recalcamos, el termómetro marcaría su propia
temperatura y no la del aire (ya que el vidrio y mercurio absorbeil muy
bien las radiaciones solares, y el aire, en cambio, lo realiza en
pequeña cantidad).

METEOROS DE CONGELACIÓN Y CONDENSACIÓN.


Se llama fenómeno de congelación al que se produce cuando el agua
pasa del estado líquido al sólido. La condensación es el paso de vapor
a líquido.
A nosotros nos interesa la siguiente clasificación:
 sólida escarcha.

Condensación por contacto


 líquida rocío.
Congelación por enfriamiento directo en el suelo helada.

ROCIO
Al enfriarse el aire próximo al suelo, el vapor de agua que contiene se
condensa, convirtiéndose en gotitas de agua que se depositan sobre
las superficies plantas: hojas, tejados, etc. La temperatura para la cual
el vapor de agua se convierte en gotitas se denomina «punto de rocío»
y suele ser superior a los 0° C. El rocío se presenta esencialmente en
otoño y primavera, raramente en invierno.

ESCARCHA
Su proceso de formación es igual al del rocío, pero la temperatura del
suelo es ahora por debajo de 0°C. Entonces el vapor de agua pasa
directamente al estado sólido, depositándose sobre los objetos en
forma de escamas, plumas. Se presenta con mucha frecuencia en
invierno. Si calienta el sol después de una fuerte escarcha, ésta se
evapora rápidamente; el suelo da la sensación de que “humea” y
pueden formarse nieblas que se espesan hacia el centro del día.
HELADA
La una congelación directa de la humedad del suelo, formando el agua
una costra vidriosa y resbaladiza, que puede alcanzar un grueso
espesor. Hay que saber distinguir, pues, entre la helada (congelación
del agua en el suelo) y la escarcha (vapor de agua dcl aire que se
hiela al contacto de objetos fríos).

¿QUE SON LAS HELADAS?


No hay unanimidad de criterios en cuanto al concepto de helada desde
el punto de vista agrícola. Hay plantas de hojas persistentes que
resisten temperaturas muy bajas, en cambio el termómetro desciende
unas décimas por debajo de cero. Incluso no es preciso que la
temperatura sea bajo cero: con temperaturas de más de 2° por encima
de cero se chamuscar- los botones, hojas flores al evaporarse el agua
de la escarcha a la salida del sol.

En otras ocasiones se opina que la savia de los árboles que fluye por
sus vasos leñosos los rompe al congelarse pues el agua, al
convertirse en hielo, aumenta de volumen v_ hace estallar las
membranas celula.res.

La helada, en términos agronómicos, se puede equiparar a los daños


causados por los procesos descritos. En términos meteorológicos, a
las circunstancias atmosféricas.
FACTORES METEREOLOGICOS PROPICIOS DE LA HELADA
La temperatura del aire va decreciendo a medida que nos elevamos.
Por la noche, el suelo irradia intensamente hacia la atmósfera y enfría
las capas de aire próximas a él (entre unos 5 y 20 metros,
especialmente) haciendo que la temperatura de este estrato acuse un
descenso muy marcado, mientras que por encima de él los valores
térmicos son mayores que junto al suelo. A este «salto» de
temperatura en las proximidades del suelo se le llama indivisión
térmica de irradiación y desempeña un papel básico en las heladas,
actuando como una tapadera que evita el intercambio con las capas
de aire superiores debajo de esta inversión queda estancado aire muy
frío y transparente.
La nubosidad es otro factor muy digno de tener en cuenta, pues las
nubes vienen a comportarse como “pantallas de la atmósfera”,
amortiguando las variaciones extremas de la temperatura: por el día
interceptan la insolación, por la noche se oponen al enfriamiento del
suelo por irradiación
Por lo tanto, la irradiación del suelo es mayor cuando el cielo está
despejado, existiendo entonces mayor peligro de helada.
El viento es otro factor de interés. De noche, las capas inferiores de la
atmósfera son las más frías, y un viento moderado que las mezcle
entre sí, haciendo descender las superiores más templadas y
elevando las inferiores-más frías-, trae consigo una defensa contra la
helada El grado de humedad del ambiente es también muy importante:
al bajar la temperatura-a, se produce la condensación. Por ello, a
veces, un riego oportuno por aspersión o inundación puede atenuar
los daños de una helada.
Resumiendo, la condición más propicia para las heladas cíe
irradiación. Vienen vinculadas a los siguientes factores esenciales:
 Inversión de temperatura próxima al suelo. Con una capa de aire
muy frío a ras de tierra.
 Aire seco, frío, diáfano y transparente (con muy buena
visibilidad.)
 Viento encarnado. - Poca humedad en el ambiente
EL DAÑO PRODUCIDO POR LAS HELADAS:
FISIOLOGÍA Y TEMPERATURAS CRÍTICAS
Los daños por bajas temperaturas pueden producirse en todas las plantas,
pero los mecanismos y la tipología del daño varían considerablemente.
Algunos cultivos frutales, hortícolas y ornamentales de origen tropical
experimentan daños fisiológicos cuando están sometidos a temperaturas por
debajo de +12,5 °C, bastante por encima de las temperaturas de
congelación. Sin embargo, el daño por encima de 0 °C es más por
enfriamiento que por helada. Ésta ocurre en todas las plantas debido a la
formación de hielo. Las plantas cultivadas que se desarrollan en climas
tropicales, a menudo experimentan daños importantes por heladas cuando
se exponen a temperaturas ligeramente por debajo de cero, mientras que
muchos cultivos que se desarrollan en climas más fríos, a menudo,
sobreviven con pocos daños si la congelación no es muy severa.
Las especies o las variedades de cultivos exhiben distintos daños por
heladas a la misma temperatura y en el mismo estadio fenológico,
dependiendo de las condiciones meteorológicas previas. Su adaptación a las
temperaturas frías antes de una helada nocturna se denomina
“endurecimiento”. Durante los periodos fríos, las plantas tienden a
endurecerse contra el daño por congelación, y pierden el endurecimiento
después de un período de calentamiento. El endurecimiento está
relacionado, probablemente, con el aumento del contenido de solutos en el
tejido de las plantas o con la disminución de la concentración de bacterias
activas en la nucleación de hielo (INA) durante los períodos fríos, o una
combinación de ambos.
Durante los períodos cálidos, las plantas exhiben crecimiento, el cual reduce
la concentración de solutos, y aumenta la concentración de bacterias INA,
haciendo las plantas menos resistentes.
El daño por heladas ocurre cuando se forma hielo dentro del tejido de las
plantas, dañando sus células. Puede ocurrir en las plantas anuales (cultivos
para ensilado o forrajes de gramíneas y leguminosas; cereales; cultivos para
aceite o de raíces; hortícolas; y cultivos ornamentales) multi-anuales y
perennes (árboles frutales caducifolios y de hoja perenne).
Los daños por heladas tienen un efecto drástico para la planta entera o
pueden afectar únicamente a una pequeña parte del tejido de la planta, lo
cual reduce el rendimiento o deprecia la calidad del producto. En este
capítulo se presenta una breve discusión de los mecanismos, tipos y
síntomas del daño por congelación.

EL DAÑO CELULAR
El daño directo por helada ocurre cuando se forman cristales de hielo dentro
del protoplasma de las células (congelación o helada intracelular), mientras
que el daño indirecto puede ocurrir cuando se forma hielo dentro de las
plantas pero fuera de las células.
Lo que realmente daña las plantas no son las temperaturas frías sino la
formación de hielo Se cree que la formación de hielo intracelular causa una
“ruptura mecánica de la estructura protoplásmica” (Levitt, 1980). La extensión
del daño debido a la congelación intracelular depende principalmente de la
rapidez del enfriamiento y la intensidad del enfriamiento antes de congelarse.
Hay poca o ninguna evidencia de que la duración de la congelación afecte al
daño.
El daño directo por congelación intracelular se asocia con un enfriamiento
rápido. Por ejemplo, Siminovitch, Singh y de la Roche (1978) observaron
congelamiento intracelular y muerte de las células cuando se enfriaron
plantas de centeno a un ritmo de 8 °C por minuto hasta -12 °C,
congelándose el agua superenfriada dentro de las células. Cuando las
plantas se enfriaron hasta -12 °C durante 23 minutos, la formación de hielo
fue extracelular y las plantas se recuperaron completamente después del
deshielo.
En estudios realizados en cámaras climáticas para determinar temperaturas
críticas, los cortes de plantas se enfrían normalmente a un ritmo entre 1,0 y
2,0 °C h-1. Éste es un ritmo más lento que en el experimento con plantas de
centeno y más lento que alguno de los ritmos que se dan normalmente en la
naturaleza. Aunque la evidencia no es muy grande, parece que el ritmo de
deshielo después de una congelación está parcialmente relacionado con la
intensidad del daño.
De hecho, los fruticultores justifican la puesta en marcha de ventiladores
durante más tiempo por la mañana después de una noche de congelación
para hacer más lento el proceso de deshielo. Yoshida y Sakai (1968)
sugirieron que el ritmo de deshielo hará más lenta la rehidratación de las
células de las plantas que han experimentado congelación extracelular y se
reducirá el daño debido a un deshielo rápido. Levitt (1980) propuso que las
células se morían de forma gradual como resultado del crecimiento de masa
de hielo extracelular. Recuerda que la presión de vapor a saturación es más
baja sobre hielo que sobre el agua líquida. Como resultado de la formación
de hielo extracelular, el agua se evaporará desde el agua líquida dentro de
las células y pasará a través de las membranas semipermeables de las
células y se depositará sobre los cristales de hielo fuera de las células.
Sin embargo, a medida que el hielo continua creciendo, las células se
desecan más. Normalmente, en las plantas dañadas, los cristales de hielo
extracelular son mucho más grandes que las células muertas de alrededor,
que se han colapsado debido a la desecación. En consecuencia, la principal
causa en la naturaleza del daño por helada a las plantas es la formación de
hielo extracelular, que produce un estrés de agua secundario a las células
adyacentes. De hecho, hay una estrecha relación.

TIPOS DE DAÑO Y TEMPERATURAS CRÍTICAS


Hay muchos estudios sobre temperaturas dañinas críticas (Tc) para una
variedad de cultivos. Estos números se obtuvieron utilizando un conjunto
de métodos y se debería ser cauteloso a la hora de intentar utilizar las
temperaturas críticas publicadas como temperaturas para la puesta en
marcha y la detención de los métodos de protección activos.
Por ejemplo, algunos investigadores han comparado registros de daños
comerciales a largo plazo con las medidas de temperatura de casetas
meteorológicas estándar. En algunos casos, el sensor de temperatura, la
protección, la altura del montaje, etc., no se indican. Estos factores pueden
afectar a los resultados y es difícil aplicar la información de una localidad a
otra ya que se dispone de información insuficiente.
Muchos investigadores han cortado pequeñas ramas de los árboles y las
han colocado en una cámara de clima controlado donde las ramas
escindidas fueron enfriadas a intervalos de temperaturas bajo cero para
observar el daño. Mientras que este proceso está más estandarizado que
las medidas de campo, el microclima dentro de una cámara de atmósfera
controlada no es el mismo que el de las ramas expuestas a la intemperie.
Por ejemplo, se puede determinar la cantidad de daño en ramas expuestas
durante 30 minutos a intervalos de temperaturas, pero dentro de un árbol
las ramas sin cortar van a tener un intervalo distinto de temperaturas.
En árboles caducifolios, antes que las hojas estén completamente
desarrolladas, normalmente hay una inversión desde el suelo hacia arriba,
y por ello las temperaturas del aire más frías están cerca de la parte baja
de los árboles. Cuando los árboles tienen la mayoría de las hojas
expandidas, sin embargo, la temperatura mínima en las noches con helada
de radiación, aumenta con la altura donde están la mayoría de las hojas.
En cualquier caso, la utilización de temperaturas de una caseta
meteorológica va a proporcionar únicamente una aproximación grosera del
daño esperado.
Es importante observar que las temperaturas críticas determinadas en un
laboratorio se han obtenido en congeladores controlados con un lento
movimiento del aire. La temperatura del aire en el congelador desciende
en intervalos pequeños y predeterminados y mantenidos por 20 a 30
minutos o más después de cada intervalo para permitir que las yemas
entren en equilibrio. Esta práctica ha llevado a un error muy generalizado
de que las yemas tienen que estar a una temperatura de 20 a 30 minutos
para que se produzca el daño.
Lo cierto es que para periodos cortos (2 a 24 h) el tiempo que el tejido de
una planta está por debajo de una temperatura en particular es menos
importante que cuánto de baja ha llegado la temperatura.
Si el tejido de la planta contiene agua superenfriada, la agitación mecánica
de las hojas y las yemas por los ventiladores o helicópteros puede iniciar la
formación de cristales de hielo, resultando en daño incluso si los tejidos
están por encima de los valores de temperatura crítica determinada en
cámara. Sin embargo, los valores de cámara proporcionan unas directrices
sobre cuándo las medidas de protección necesitan ser implementadas.
CULTIVOS ANUALES Y BIENALES
Los síntomas de daño en cultivos hortícolas varían ampliamente y a veces
pueden confundirse con daño biótico. Las especies difieren enormemente
en su resistencia a las heladas, pero el nivel máximo de resistencia sólo se
consigue cuando las condiciones ambientales permiten que tenga lugar el
endurecimiento. La variedad es, a menudo, tan importante como la especie
a la hora de definir la resistencia a las heladas, especialmente cuando hay
tipos de invierno y de primavera. En general, también existe una relación
inversa entre la precocidad de una variedad y la resistencia a las heladas.
Durante eventos de heladas rigurosas sin nieve, las hojas jóvenes de los
pastos y las plántulas de los cereales de invierno pueden dañarse, pero es
posible la recuperación si el nudo de ahijamiento no se ve afectado. Sin
embargo, si se daña el meristemo, se producirá la muerte invernal. Al
principio y al final del invierno y al principio de la primavera, las plantas
pueden ser menos resistentes, lo cual favorece el daño.

CULTIVOS PERENNES
Los límites de la distribución natural de muchas plantas, incluidos algunos
árboles frutales, están relacionadas con la temperatura mínima a la cual se
produce la supercongelación, que es próximo a -40 °C. Por debajo del
punto de nucleación homogéneo, el congelamiento es intracelular y letal.

LOS ÁRBOLES FRUTALES


Generalmente, la sensibilidad de los cultivos de hoja caduca a la
congelación aumenta desde la primera floración hasta el estadio de fruto
pequeño, y es cuando el cultivo es más probable que sufra daños. La
sensibilidad también es más alta cuando una meteorología cálida ha
precedido una noche helada que si temperaturas frías han precedido a la
helada. Se sabe que las plantas resisten a la congelación cuando se han
expuesto a temperaturas frías durante largos periodos y este
endurecimiento es menor si la exposición es a temperaturas cálidas
Aunque es menos común que el daño en primavera, los daños por helada
en invierno normalmente afectan a los frutales de hoja caduca.
En las áreas de producción del Norte, cuando los inviernos son muy
rigurosos, se puede congelar la corteza, el tejido leñoso o las yemas. Los
daños a la corteza incluyen:
 Daños en el área de la horquilla, que se produce en árboles con
ángulos de la horquilla estrechos que endurecen más tarde o a
veces de forma incompleta.

 Daños “sunscald” en días de invierno soleados, y fríos, cuando


las nubes bloquean al Sol y causan un rápido enfriamiento de la
temperatura del aire que puede producir congelación.

 Separación de la corteza, que puede ocurrir en condiciones muy


frías; y

 Daños en tronco, el cuello y las raíces que ocurre cuando el


efecto de protección del suelo es insuficiente para evitar la
congelación de estas partes de la planta.

Bajo temperaturas invernales extremas, o cuando los árboles fallan en el


endurecimiento, se dañan los tejidos leñosos de las ramas (secado de las
puntas) o los troncos se congelan (corazón ennegrecido). En el corazón
ennegrecido, las células del xilema se mueren, la madera se oxida,
volviéndose oscura y decolorada y los vasos se llenan de oclusiones
gomosas. El corazón ennegrecido normalmente no mata los árboles
inmediatamente, pero organismos que pudren la madera invaden los
árboles dañados reduciendo la productividad y la longevidad.
La muerte invernal de yemas y tejidos de la corteza ocurre normalmente
en plantas que han perdido parcialmente el endurecimiento debido a
periodos relativamente cálidos. Durante la primavera, la capacidad de
superenfriamiento se reduce conforme las yemas se expanden y forman
flores. Las flores completamente abiertas normalmente tienen
temperaturas críticas entre -1 °C y -3 °C.
Las flores se dañan normalmente por las heladas de primavera y los
síntomas son un oscurecimiento de los pétalos. Normalmente el estilo de
las flores es más sensible que el ovario al daño por helada.
Después de la fertilización, las semillas son los órganos más sensibles.
Las semillas son imprescindibles para el desarrollo normal de la mayoría
de frutos, pero algunas variedades de peras y de manzanas dañadas son
capaces de mantener un desarrollo partenocárpico para producir frutos
deformes. Los frutos de hueso son más susceptibles a la pérdida de las
semillas ya que sólo tienen una o dos, mientras que las manzanas y las
peras, al tener más semillas, son menos susceptibles.

Uva de mesa y uva de vinificación


Las uvas de mesa y las uvas para vino son dañadas con frecuencia por las
heladas primaverales. Las hojas son más propensas a sufrir daño ya que
son los primeros órganos en formarse, pero las flores y las pequeñas
bayas a veces también son dañadas. En el caso de hojas dañadas es
normal que se dé una recuperación total, pero el daño de los frutos puede
reducir la producción.

OTROS PEQUEÑOS FRUTOS


Las zarzamoras y los arándanos son resistentes en invierno, por ello el
daño por heladas ocurre casi exclusivamente a las flores y a los frutos
pequeños durante la época de primavera. En cambio, si no se
implementan medidas protectoras, las fresas y los kiwis sufren daños en
los inviernos fríos. La primera floración es críticamente importante en la
producción de fresas, y por ello el daño por heladas durante esta fase es
grave. Cuándo es joven, el cambium del kiwi es a menudo dañado por las
temperaturas relativamente altas en otoño y en primavera, así como por
las heladas durante el invierno. Las primeras hojas expandidas son tiernas
y en consecuencia, sensibles al daño.

LOS FRUTOS DE LOS CÍTRICOS


La mayoría de cítricos no tienen una dormancia bien marcada y estable. El
crecimiento sólo se reduce en invierno y un intervalo de 1 a 2 °C en el
punto de congelación de los frutos es normal entre plantaciones frutales y
variedades, e incluso entre árboles. Conforme la temperatura del aire cae
durante la noche, la temperatura del fruto normalmente cae a continuación
pero con un cierto retraso y normalmente está unos pocos grados celsius
más alta que la temperatura del aire, especialmente durante el anochecer.
El superenfriamiento también juega un papel en la temperatura de
congelación y explica la importancia de la concentración de núcleos de
congelación y la helada blanca o la formación del rocío en la superficie del
fruto. También se sabe que la piel tiene una temperatura de congelación
más baja que la pulpa del interior. En consecuencia, el daño por helada
puede ocurrir en el interior del fruto sin un daño aparente en el exterior.
Cuando la temperatura del aire (Ta) cae rápidamente después de un día
cálido, las temperaturas de los frutos de los cítricos (Tcf) caen a
continuación con un cierto retraso respecto a la disminución de la
temperatura del aire, siendo la diferencia de temperatura (Tcf - Ta) más
grande para los frutos más grandes.
Cuando se protegen los frutos pequeños y hay una caída rápida de la
temperatura del aire después de la puesta de Sol, los ventiladores y las
estufas deberían funcionar cuando Ta alcanza Tc.
Para los frutos más grandes, en las noches con una caída rápida de la
temperatura del aire durante el anochecer, hay que poner en marcha les
ventiladores o las estufas cuando Ta es ligeramente más baja que Tc (e.g.
cuando Ta = Tc – 0,5 °C). Durante las heladas de advección poco severas
o en las noches con humedad más alta y una caída de temperatura más
baja, Tcf está más cerca de Ta, por ello las ventiladores o las estufas
deberían funcionar cuando Ta ≈ T.
Si los frutos y las hojas están húmedos por la lluvia, la niebla o el rocío y
se espera que la temperatura del bulbo húmedo (Tw) caiga por debajo de
Tc durante la noche, los ventiladores y las estufas deberían ponerse en
marcha tan pronto como sea posible al anochecer para secar las
superficies de los frutos antes de que la temperatura del fruto húmedo
caiga por debajo de Tc. De lo contrario, es probable que se dañe la piel.
En las noches que siguen a una lluvia o nieve ligera o cuando el rocío o la
escarcha se forman sobre el fruto, el daño puede ocurrir en la corteza del
fruto incluso cuando la temperatura protegida está por encima de la
temperatura crítica de daño del fruto. Esto ocurre porque la temperatura de
la parte húmeda del fruto puede caer hasta la temperatura del bulbo
húmedo, debido a la eliminación del calor sensible conforme el agua se
evapora. Esta es la causa del daño en zonas de la corteza que ocurre
algunos años.
La temperatura del bulbo húmedo siempre está entre la temperatura
del aire y la del punto de rocío y la temperatura del bulbo húmedo es
más baja cuando el punto de rocío también lo está. Si al entrar la
noche el fruto estuviera húmedo, la protección debería iniciarse tan
pronto como sea posible. En estas condiciones, el objetivo es evaporar
el agua del fruto antes de que la temperatura del bulbo húmedo
alcance los 0 °C. Para ayudar a evaporar el agua de las plantas se
pueden utilizar las estufas o los ventiladores antes de la caída de la
noche. Sin embargo, si se utilizan ventiladores cuando el fruto está
húmedo después de que la temperatura del bulbo húmedo haya caído
por debajo de la temperatura crítica de daño en fruto podría causar
más daño a la corteza.

HISTORIA DE LA PROTECCIÓN CONTRA HELADAS


El daño por helada a los cultivos ha sido un problema para los
humanos desde que se cultivaron los primeros cultivos. Aunque todos
los aspectos de la producción de los cultivos estén bien gestionados,
una noche con temperaturas de congelación puede conducir a la
pérdida completa del cultivo. Excepto para las latitudes de los trópicos,
donde las temperaturas en raras ocasiones caen por debajo de punto
de fusión, el daño debido a las temperaturas de congelación es un
problema mundial.
Normalmente, el daño por helada en climas subtropicales está
asociado con el movimiento lento de masas de aire frío que puede
traer 2–4 noches de 8–10 horas de temperatura bajo cero, En las
localizaciones continentales del este, los eventos que causan daño
son normalmente los advectivos, con inversiones débiles. En las
localizaciones continentales del este, los eventos que causan daño
son normalmente los advectivos, con inversiones débiles. En los
climas continentales del oeste y en los marítimos, los eventos de
helada son más típicos en condiciones de calma y fuertes inversiones.
Los eventos que causan daño empiezan normalmente con advección
de aire frío seguido por unas pocas noches con heladas de radiación
En los climas templados, los periodos de helada son de duración más
corta y se producen de forma más frecuente que en otros climas.
Para los frutales de hoja caduca y árboles de frutos secos, los eventos
de helada que producen daño ocurren principalmente en primavera,
aunque a veces también ocurren en otoño. Para los frutales
subtropicales, el daño a los cultivos ocurre normalmente durante el
invierno. En los climas tropicales, normalmente no hay congelación
excepto en las altitudes más altas. En consecuencia, cuando los
cultivos tropicales son dañados por el frío, la temperatura está
normalmente por encima de cero. Cuando ocurre daño a temperaturas
por encima de 0 °C, se denomina daño por “enfriamiento” más que por
“congelación”. En los climas templados, el daño a los cultivos de grano
puede ocurrir también antes de la fase de hinchamiento de las espigas
bajo condiciones severas, o a las flores incluso con heladas
moderada.
Para los agricultores productores de grano, la principal respuesta es
plantar cultivos o variedades que sean menos susceptibles al daño, o
no plantar cultivos sensibles en la zona si el daño se produce con
demasiada frecuencia. En cualquier caso, la fecha de plantación
debería ajustarse al cultivo, a la variedad y al microclima. De forma
similar, si las temperaturas bajo cero se producen de forma muy
frecuente, los cultivos subtropicales se cultivan preferentemente en
regiones con menor ocurrencia de daño, Por ejemplo, muchos de los
frutales de hoja caduca y de frutos secos tienden a cultivarse en los
climas mediterráneos porque la probabilidad de perder un cultivo por
daños por helada es menor que en climas continentales. La ciencia de
la protección contra heladas se ha desarrollado principalmente en
respuesta a la ocurrencia de daños de forma intermitente en climas
relativamente favorables. Si el daño se produce con cierta regularidad,
la mejor estrategia es cultivar el cultivo en cualquier localidad más
favorable. En algunos casos, las localizaciones de cultivos cambian en
respuesta al cambio climático.
La historia del daño por heladas es más esporádica en el clima
mediterráneo de California. Han existido algunas pérdidas importantes
de tanto en tanto, pero la diversidad de cultivos y el momento de las
heladas conducen a una menor extensión de los impactos en
California. Recientemente, la industria de los cítricos en California ha
sufrido dos eventos que han producido daños importantes. Uno ocurrió
en diciembre de 1990 y el otro en diciembre de 1998. La helada de
1990 causó los daños más importantes a la producción de cítricos
desde las heladas de 1913 y de 1937 (Attaway, 1997). Es interesante
cómo algunas regiones sufrieron daños pequeños, mientras que otras
fueron devastadas. La helada de diciembre de 2000 fue un buen
ejemplo de cómo el endurecimiento puede proporcionar protección
contra el daño por helada.
Históricamente, las estufas se han utilizado para proteger las plantas
de la congelación durante más de 2000 años (Powell y Himelrick,
2000). Originalmente, las estufas eran mayoritariamente fuegos
abiertos; sin embargo, en la historia reciente, se han utilizado
contenedores de metal para el fuego para retener mejor el calor por
radiación y por convección para el cultivo. Powell y Himelrick (2000)
escribieron que un 75% de la energía de las estufas de chimenea es
utilizada para calentar el aire directamente, que después es
convectado hacia el cultivo directa o indirectamente mezclando el aire
dentro de la capa de inversión. Atribuyeron el 25 por ciento adicional
de energía como transferencia desde las chimeneas de las estufas
hacia las plantas como radiación directa, lo cual es efectivo incluso
durante las heladas de advección. Las primeras estufas con
contenedor metálico conocidas para la protección contra heladas
fueron introducidas por W.C. Scheu en 1907 en Grand Junction,
Colorado, EE.UU. Descubrió que los dispositivos utilizados para
calentar que quemaban petróleo eran más eficientes que los fuegos
abiertos. Más tarde se conoció como estufas para plantaciones
frutales HY-LO, las cuales eran fabricadas por la Scheu Manufacturing
Company, que todavía hoy produce estufas portátiles. Incluso antes de
las estufas para plantaciones frutales HY-LO los agricultores utilizaban
contenedores metálicos sencillos que quemaban aceites pesados o
neumáticos viejos de caucho que contenían serrín.
Estos fuegos producían considerable humo aceitoso que durante un
largo tiempo se creyó que proporcionaban protección contra la
congelación bloqueando las pérdidas de radiación neta desde la
superficie. De hecho, se sabe que si añaden partículas de humo al aire
desde las estufas en las plantaciones frutales se aporta una escasa o
prácticamente nula protección (Mee y Bartholic, 1979). El uso de las
estufas para plantaciones frutales fue una práctica muy extendida
durante algún tiempo, pero el humo era un contaminante terrible y el
uso de las estufas en las plantaciones frutales que producen humo fue
más tarde prohibido en los EE.UU. por razones sanitarias y
ambientales. Se necesitó una fuerte protesta pública para eliminar
definitivamente el uso de estufas que producen humo.
En los EE.UU., los agricultores tuvieron pocos años para encontrar un
método de protección contra heladas menos contaminante.
Eventualmente, se desarrolló y durante algún tiempo se utilizó la
estufa “con chimenea de retorno”, que recirculaba el humo y el vapor,
(Leonard, 1951). Hoy en día, las estufas con chimenea de retorno y las
estufas con combustible de propano de quema limpia son legales en
muchas localidades; sin embargo, antes de utilizar cualquier tipo de
estufa deben consultarse las regulaciones locales. No obstante, la
percepción del aumento de los costes del combustible y los aspectos
de contaminación de mediados de los años cincuenta ha llevado a la
desaparición de la mayoría de las estufas para la protección contra
heladas.
Pequeños fuegos y estufas con combustible sólido todavía se utilizan
en algunas partes del mundo. Sin embargo, es probable que
finalmente se paralice el uso de todas las estufas quemadoras salvo
las limpias.
TIPOS DE HELADAS

 HELADAS PROVOCADAS POR INVASION DE UNA MASA DE


AIRE MUY FRIO
Sus efectos en agricultura son catastróficos, pues a las bajas
temperaturas del aire se superpone el efecto del viento, que
llega muy frio y seco, robando calor a los tallos de las plantas.
Estas linazas de aire sumergen a la región en una ola de frío,
que mata brotes y ramas, los cuales toman un aspecto negro al
marchitarse de ahí el nombre de heladas negra con que
vulgarmente se las designa.

 HELADAS OCASIONADAS POR ENFRIAMIENTO DEL SUELO


Y LOS ORGANOS VEGETALES EN LAS NOCHES CLARAS Y
DESPEJADAS
A veces, van acompañadas de escarchas, los labradores las
designan como heladas blancas estas heladas son peligrosas
para los cultivos tempranos y se presentan con bastante
frecuencia. Volvemos a recordar que estas heladas se producen
sólo cuando el viento está en calma y el cielo despejado de
nubes.
En resumen: las heladas de masa de aire de frio. Son debidas a la
caída de temperatura provocada por la llegada de una masa de aire de
origen Polar o ártico; mientras que las heladas de irradiación sor^
ocasionadas por el reentrenamiento de los tallos y hojas al irradiar
hacia el cielo durante la noche.
MEDIOS DE LUCHA CONTRA LAS HELADAS
Para impedir que las heladas puedan alcanzar consecuencias
desastrosas, pueden ensayarse dos caminos:
 bien se escogen variedades apropiadas de plantas y métodos
de cultivo, a fin cíe reducir al mínimo la influencia de factores
desfavorables
 bien se lucha directamente contra los factores desfavorables
(método directo).
Entre los métodos indirectos, citaremos los siguientes:
 ADAPTACION DE LOS CUTIVOS A LOS CLIMAS:
Conocida la frecuencia e intensidad de las heladas en una
región, pueden escogerse especies apropiadas para su cultivo.
 RETRASO DE LA EPOCA DE FLORACION:
Obtenido por medio del encalado de las yemas y ramas jóvenes.
EIlo disminuye la cantidad de calor recibida por la planta, por el
menor poder absorbente del blanco para los rayos solares.
 PODA ALTA:
Se ha comprobado que el termómetro instalado a 1,50 metros
sobre el suelo da temperaturas notable mente superiores a las
de otros termómetros colocados a ras de tierra. Por ello, una
poda alta puede salvar a la planta, elevándola sobre las capas
más frías próximas al suelo.
 PODA TARDIA:
Otra precaución contra las heladas es podar tarde las viñas,
pues sabido es que así se retarda la brotación y se salva, en
parte, el tiempo más propicio a la presentación de la helada. Lo
mismo puede decirse de algunos frutales.
 ENTERRAMIENTO TEMPORAL DE LA PLANTA:

Pueden enterrarse durante el invierno, con grandes aporcados,


el tronco y brazos cíe las cepas.

 DISMINUSION DE LA RADIACION DEL SUELO:


Cubriéndolo en sustancias de escaso poder radiante. El plástico
viene dando^ buenos resultados, pero el procedimiento es
impracticable en grandes extensiones de terreno.

 COLOCACION DE PANTALLA SOBRE LAS PLANTAS:


Se trata con ello de atenuar la pérdida de calor. I.as pantallas
pueden hacerse de paja, papel-tela y, en general, de sustancias
de escaso poder radiante.
 IRRIGACION:
La gran capacidad calorífica del agua evita el enfriamiento de las
capas de aire en contacto con el suelo, pero tiene el
inconveniente de que si sopla una ligera brisa la evaporación
acelera el enfriamiento.
 MEZCLA DEL AIRE SUPERIOR CON EL INFERIOR:
Por medio de molotes apropiados puede mezclarse el aire alto,
con el bajo consiguiendo un equilibrio térmico que evite la
helada, al impedir el estancamiento del aire frío.

 PRODUCCION DE NUBES ARTFICIALES:


Es uno de los medios empleados con más éxito: la nube de
humo que se produce disminuye la radiación y contribuye a
aumentar la temperatura del aire. Para producir humos pueden
utilizarse muy variados procedimientos: quemar paja y estiércol,
también serrín o heno húmedo, hojas y hierba húmeda Los
humos artificiales, a base de sustancias químicas (azufre,
hidróxido amónico, etc.) son las de mejores resultados. Las
humaredas contra las heladas son de uso muy antiguo, pues,
según cuenta Humboldt, los indios lo empleaban ya en el Perú.

 CALEFACION:
A base de hornillos que queman aceite pesado, linitos o coque.
Con un buen sistema de esta índole puede conseguirse
aumentar la temperatura hasta unos 4° C. y, además, los humos
procedentes de la combustión actúan de pantalla aislada contra
el frío. No hablamos de estufas eléctricas por resultar.
Covalentes caras.
PREDICCIONES ESPECIALES DE HELADA

Las predicciones meteorológicas relativas al peligro de heladas


revisten una importancia vital para los agricultores. El Servicio
Meteorológico Nacional desarrolló con toda eficacia-en la
campaña 1960-61 ti- bajo el patrocinio del articulo- 14 -
Fundación «Martín F_scttdero»-unos pronósticos especiales^^
destinados a los naranjeros de la región levantina.
Pero aparte de estos pronósticos generales, un agricultor cuidadoso
deberá fijar-se en algunas reglas particularísimas de carácter local que
le servirán para matizar los pronósticos generales con los suyos
propios. Yara el pronóstico local de heladas, muchos agrónomos
utilizan las observaciones del icóronetro, que consta de un juego de
dos termómetros iguales; uno de ellos, el seco, sirve para obtener la
temperatura-a del aire; el otro, el húmedo, cuyo depósito va recubierto
de una muselina mojada, nos determina el grado de humedad del
ambiente. El termómetro mojado proporciona, por tanto-salvo en el
casco en que la atmósfera esté saturada-una inclinación más baja que
el termómetro seco. La diferencia de temperaturas entre el seco y el
húmedo permite determinar el estado higrométrico (humedad del aire)-
el valor- de la temperatura del punto de rocío.
El peligro de la helada comienza cuando el aire contiene menos de
cinco gramos de vapor de agua por metro cubico de aire. Si el
contenido de vapor es mayor antes de llegar a los 0 se forma niebla o
roció y, como este proceso deprende calor, protegen el suelo y las
plantas contra el enfriamiento por irradiación
La temperatura que interesa medir en el transcurso de una helada no
es la del aire, sino más bien la del vegetal que pierde este calor por
irradiación (lo cual complica el problema) y que es debidamente
calentado por el aire ambiente que le rodea, que prácticamente
permanece inmóvil puede considerarse que la temperatura que
registra un termómetro de alcohol instalado horizontalmente («índice
actinométrico») es, aproximadamente, la del vegetal próximo entre
termómetro colocan a la intemperie y a 40 centímetros del suelo}' otro
situado dentro de la garita meteorológica, a 1,70 metros del suelo,
puede haber una diferencia del orden de 4° C en una noche de helada
de irradiación
1. PROTECCIÓN CONTRA LAS HELADAS: FUNDAMENTOS,
PRÁCTICA Y ECONOMÍA
GENERALIDADES
Cuando la temperatura del aire cae por debajo de los 0 °C, los cultivos
sensibles pueden sufrir daños, con un efecto significante en la
producción. Por lo tanto, los impactos sobre los agricultores afectados
y sobre la economía local son, con frecuencia, devastadores. A pesar
de su importancia, la información sobre cómo proteger a los cultivos
de la congelación es escasa. Por consiguiente, existe la necesidad de
una información, mayor y más simplificada, que permita ayudar a los
agricultores a afrontar este grave problema. En este libro se presentan
y se discuten, junto con los métodos de protección, la distribución, la
economía, la historia, y los aspectos físicos y biológicos de los daños
por helada.
DEFINICIONES DE CONGELACIÓN Y DE HELADA
Técnicamente, la palabra “helada” se refiere a la formación de cristales
de hielo sobre las superficies, tanto por congelación del rocío como
por un cambio de fase de vapor de agua a hielo; no obstante, la
palabra es ampliamente utilizada por el público para describir un
evento meteorológico cuando los cultivos y otras plantas experimentan
daño por congelación. Los agricultores a menudo utilizan los términos
“helada” y “congelación” de forma indistinta, con la definición vaga de
“una temperatura del aire inferior o igual a 0 °C”.
Ejemplos de definiciones de helada en la literatura incluyen:

La ocurrencia de una temperatura inferior o igual a 0 °C


medida en una garita “tipo Stevenson” a una altura entre 1,25 y
2,0 m.
La ocurrencia de una temperatura inferior a 0 °C, sin
definición del tipo de garita y de la altura.
Cuando la temperatura de la superficie cae por debajo de 0
°C, y la existencia de una temperatura del aire baja que causa el
daño o la muerte de las plantas, sin mencionar la formación de
hielo.
Las heladas advectivas están asociadas con incursiones a gran escala
de aire frío con una atmósfera con viento y bien mezclada y una
temperatura que a menudo está por debajo de cero, incluso durante el
día. Las heladas de radiación están asociadas con el enfriamiento
debido a la pérdida de energía por el intercambio radiante durante las
noches despejadas y en calma, y con inversiones de temperatura.
En algunos casos, se produce una combinación tanto de condiciones
advectivas como reactivas. Por ejemplo, no es extraño tener
condiciones advectivas que traen una masa de aire frío en una región
provocando una helada advectiva. Esto puede venir seguido por varios
días despejados, con condiciones de calma que conducen a heladas
de radiación.
Además, los autores han observado condiciones consideradas como
“heladas de advección a micro escala”. Esto ocurre cuando la región
es expuesta a condiciones de heladas tipo radiación, pero el drenaje
de aire frío local conduce a una caída rápida de temperatura a
pequeña escala dentro del área con helada de radiación.
Una “helada” es la ocurrencia de una temperatura del aire de 0 °C o
inferior, medida a una altura de entre 1,25 y 2,0 m por encima del nivel
del suelo, dentro de una garita meteorológica adecuada. El agua
dentro de las plantas puede que se congele o no durante un evento de
helada, dependiendo de varios factores de evitación. Una
“congelación” ocurre cuando el agua extracelular dentro de la planta
se congela. Esto puede o no dañar el tejido de la planta, según los
factores de tolerancia.
Un evento de helada se convierte en un evento de congelación
cuando se forma hielo extracelular dentro de las plantas.
El daño por congelación ocurre cuando la temperatura del tejido de
las plantas cae por debajo de un valor crítico donde hay condición
fisiológica irreversible que conduce a la muerte o al funcionamiento
incorrecto de las células de las plantas
LAS HELADAS DE RADIACIÓN
Las heladas de radiación son acontecimientos usuales. Se
caracterizan por un cielo despejado, en calma o con poco viento,
inversión de temperatura, temperaturas del punto de rocío bajas y
temperaturas del aire que normalmente caen por debajo de 0 °C
durante la noche pero que están por encima de 0 °C durante el día. La
temperatura del punto de rocío es la temperatura que se alcanza
cuando el aire se enfría hasta que alcanza una humedad relativa del
100%, y es una medida directa del contenido de vapor de agua del
aire.
El nivel donde el perfil de temperatura cambia desde una inversión
hasta una condición normal del gradiente de temperatura, se
denomina techo. Una inversión débil (techo alto) ocurre cuando las
temperaturas de la parte superior únicamente son ligeramente más
altas que cerca de la superficie y una Los métodos de protección
intensivos, desde el punto de vista energético, son más efectivos
durante las condiciones de techo bajo, condiciones de inversión fuerte
que son típicas de las heladas de radiación inversión fuerte (techo
bajo) tiene un incremento rápido de la temperatura con altura.
Hay dos subcategorías de heladas de radiación. Una “helada blanca”
ocurre cuando el vapor de agua se deposita sobre la superficie y forma
una capa blanca de hielo que se denomina normalmente “escarcha”.
Una helada “negra” ocurre cuando la temperatura cae por debajo de 0
°C y no se forma hielo sobre la superficie
Una característica de la temperatura del aire en las heladas de
radiación nocturnas es que su mayor caída se produce en unas pocas
horas después de la puesta del Sol, cuando la radiación neta sobre la
superficie cambia rápidamente de positiva a negativa. Este cambio
rápido en la radiación neta ocurre porque la radiación solar disminuye
desde el valor más alto en mediodía hasta cero en la puesta de Sol, y
la radiación neta de onda larga siempre es negativa.
LAS HELADAS DE ADVECCIÓN
Las heladas de advección se producen cuando el aire frío fluye en un
área para reemplazar el aire más caliente que estaba presente antes
del cambio meteorológico. Está asociada con condiciones de
nubosidad, vientos de moderados a fuertes, sin inversión de
temperatura y baja humedad. A menudo las temperaturas caerán por
debajo del punto de fusión (0 °C) y permanecerán así todo el día.
Como muchos de los métodos de protección activos trabajan mejor
con la presencia de una inversión, las heladas de advección son
difíciles de combatir. En muchos casos, una serie de noches bajo cero
empiezan como una helada de advección y cambiarán más tarde a
noches con heladas de radiación.
Las heladas principales se producen en los climas mediterráneos, pero
tienden a ser más comunes en la parte este de los continentes donde
las masas de aire frío continental penetran desde las regiones árticas
a las áreas subtropicales. Algunos de los mejores ejemplos están en
Florida, EE.UU., en la región de cultivo de cítricos. Attaway (1997)
describe la primera helada “de mayor impacto”, ocurrida en 1835,
citando a John Lee Williams’ que da cuenta de la helada, y que
escribió que “el viento del noroeste sopló durante 10 días y la
temperatura cayó hasta los -13,9 °C. Incluso el río local se heló, y toda
clase de árboles frutales murieron hasta la latitud 28° N”.
Evidentemente, existe una gran diferencia cuando se intenta proteger
contra temperaturas bajo cero en condiciones de viento sin una
inversión que proteger contra una helada de radiación poco severa.
CLASIFICACIÓN DE LOS MÉTODOS DE PROTECCIÓN
Las técnicas de protección contra heladas normalmente se dividen en
métodos indirectos y directos, o en métodos pasivos y activos. Los
métodos pasivos son los que actúan en términos de prevención,
normalmente para un periodo largo de tiempo y cuyas acciones son
particularmente beneficiosas cuando se producen las condiciones de
helada.
Los métodos activos son temporales y requieren intensamente energía
o trabajo, o ambos.
Los métodos pasivos se relacionan con técnicas biológicas y
ecológicas, e incluyen prácticas llevadas a cabo antes de las noches
de helada para reducir el potencial de daño
Los métodos activos se basan en métodos físicos e intensivos desde
el punto de vista energético. Requieren esfuerzo en el día previo o
durante la noche de la helada.
La protección activa incluye estufas, aspersores y máquinas de viento,
que se usan durante la noche de helada para reemplazar las pérdidas
de energía natural.

EVALUACIÓN GEOGRÁFICA DEL DAÑO POR HELADA A LOS


CULTIVOS
Los daños por helada pueden producirse casi en cualquier localidad,
fuera de las zonas tropicales, donde la temperatura desciende por
debajo del punto de fusión del agua (0 °C). La cantidad de daño
depende de la sensibilidad del cultivo a la congelación en el momento
de producirse el evento y del tiempo que la temperatura está por
debajo de la temperatura “critica de daño” (Tc).
Por ejemplo, Argentina, Australia, Canadá, Finlandia, Francia, Grecia,
Israel, Japón, Jordania, Nueva Zelanda, Portugal, Suiza, Estados
Unidos de América y Zambia han desarrollado técnicas de previsión
de temperatura mínima (Bagdonas, Georg y Gerber, 1978) para
ayudar en la protección contra heladas.
En gran medida, el potencial del daño por helada depende de las
condiciones locales. Además, es difícil presentar una evaluación
geográfica del daño potencial. La longitud media del periodo libre de
heladas, que se extiende desde la ocurrencia de la última temperatura
bajo cero en la primavera hasta la primera en otoño, es a veces
utilizada para caracterizar geográficamente el potencial de daño.
IMPORTANCIA ECONÓMICA DEL DAÑO POR HELADAS
En los EE.UU. se producen más pérdidas económicas por congelación
de cultivos que por cualquier otro riesgo meteorológico. En el Estado
de Florida, la industria de los cítricos ha sido devastada por el daño de
las heladas en varias ocasiones, resultando en el coste de frutos y
árboles de varios miles de millones de dólares. En California, la helada
de diciembre de 1990 causó aproximadamente 500 millones de
dólares en pérdidas de frutos y daños aproximadamente 450 000 ha
de árboles.
Aunque las pérdidas de los agricultores pueden ser enormes, también
hay muchos efectos secundarios en las comunidades locales y
regionales. Por ejemplo, si no hay fruta para recoger, los recogedores
de fruta estarán sin empleo, los procesadores tendrán poca o ninguna
fruta, y por ello los empleados estarán sin trabajo, y, debido al
desempleo, habrá menos dinero en circulación y la economía local
sufrirá. Consecuentemente, hay que emplear un esfuerzo considerable
en reducir el daño por helada.
La eficacia en costes de la protección contra heladas depende de la
frecuencia de la ocurrencia, del coste del método de protección y del
valor del cultivo. Generalmente, la protección pasiva de heladas se
justifica con facilidad.

2. LOS MÉTODOS RECOMENDADOS DE PROTECCIÓN


CONTRA LAS HELADAS

LA SENSIBILIDAD DE LOS CULTIVOS Y LAS TEMPERATURAS


CRÍTICAS
El daño que provocan las heladas a los cultivos no se debe a las frías
temperaturas sino principalmente a la formación de hielo extracelular,
dentro del tejido de la planta, provocando la salida de agua y dañando
las células por deshidratación.
Después de periodos fríos, las plantas tienden a endurecerse contra
el daño por congelación y pierden su dureza tras una temporada
cálida. Una combinación de estos y otros factores determina la
temperatura a la cual se forma el hielo dentro del tejido de las plantas
y en qué momento se produce el daño. La cantidad de daño por
helada aumenta con la caída de temperatura y la temperatura
correspondiente a un nivel específico de daño se denomina
“Temperatura crítica” o “Temperatura critica de daño”, y se expresa
por el símbolo T.

En general, la mayor parte de temperaturas críticas se determinan en


estudios realizados en cámaras de crecimiento que se van enfriando a
un ritmo predeterminado que se mantiene durante 30 minutos.
Después se registra el porcentaje de daño.

A pesar de que los valores de Tc proporcionan alguna información


sobre cuándo poner en marcha y detener los métodos activos de
protección contra heladas, deberían utilizarse con precaución.
Generalmente, los valores de Tc representan la temperatura de las
yemas, de las flores y de los frutos pequeños donde se ha observado
un nivel conocido de daño. Sin embargo, es difícil medir los tejidos
sensibles de las plantas, y estas temperaturas es probable que difieran
de la temperatura del aire, que es la que normalmente miden los
agricultores. Para los frutos grandes, como los cítricos, la temperatura
del aire al atardecer a menudo cae más rápidamente que la
temperatura del fruto, por ello las estufas o los ventiladores pueden
ponerse en marcha cuando la temperatura del aire está a la
temperatura Tc o ligeramente por debajo.
INFLUENCIA DE LA TEMPERATURA AMBIENTAL EN LAS
PLANTAS

La temperatura es un elemento esencial en el cultivo y desarrollo


de las plantas. Junto con los niveles de la luz, dióxido de carbono,
humedad del aire, agua y nutrientes, la temperatura influye en el
crecimiento de la planta y la productividad de las cosechas; además
todos estos factores deberían estar equilibrados. La temperatura
afecta a la planta tanto a corto como a largo plazo.

No es de extrañar que gran parte de la investigación se haya enfocado


en desarrollar estrategias para obtener la temperatura que facilitará
una buena producción en invernadero. Sin embargo, la temperatura
óptima para una planta depende de varios factores, y uno de ellos es
el estado del desarrollo de la planta; ya que las plantas tienen una
especie de reloj biológico que determina su sensibilidad a la
temperatura.

DIFERENCIAS ENTRE LA TEMPERATURA AMBIENTAL Y DE LA


PLANT
La mayoría de los procesos biológicos se acelerarán con temperaturas
altas, lo cual puede ser tanto positivo como negativo. Un rápido
crecimiento o producción de frutos es un beneficio en la mayoría de
los casos, sin embargo, la excesiva respiración que se produce es
muy desfavorable porque implica que quedará menos energía
disponible para el desarrollo de los frutos, resultando en unos frutos
más pequeños. Algunos efectos se manifiestan a corto plazo mientras
que otros lo harán a largo plazo. El equilibrio de asimilación de la
planta, por ejemplo, se ve influenciado rápidamente por la
temperatura, sin embargo, la inducción floral requerirá más tiempo.
La temperatura de la planta y la del ambiente no son iguales porque
las plantas son capaces de enfriarse por evaporación y de calentarse
por irradiación. Las plantas buscan alcanzar su temperatura óptima,
para lo que es muy importante que exista un equilibrio entre la
temperatura ambiental, la humedad relativa y la luz. Si los niveles de
luz solar son altos las plantas se calentarán demasiado, produciendo
una diferencia entre la temperatura ambiental y de la planta. Para
enfriarse, el índice de transpiración de la planta deberá aumentar. Al
igual que ocurre con la temperatura, el índice de transpiración
depende de condiciones medio ambientales como la luz solar, el nivel
de CO2 en la atmósfera y la humedad relativa, pero también de la
especie de la planta.
Las plantas constan de diferentes partes y cada una de ellas reacciona
de un modo distinto a la temperatura. La temperatura de los frutos es
similar a la del aire; cuando la temperatura del ambiente aumenta, lo
hace también la de los frutos y viceversa. Sin embargo, la temperatura
de los frutos fluctuará menos que la del ambiente y tardará más en
hacerlo (hasta un par de horas más en algunos casos). La temperatura
de las flores, por el contrario, es mayor que la temperatura de las
hojas igualmente a la del aire, además, los pétalos transpiran a
menor velocidad que las hojas. La temperatura de las hojas en la parte
más alta del follaje experimentará mayores fluctuaciones que la de las
hojas situadas en la parte baja. Asimismo, el follaje de la zona superior
se calentará más fácilmente por irradiación y, por lo tanto, alcanzará
temperaturas más altas que las del ambiente cuando los niveles de luz
solar sean muy altos.
LA PROTECCIÓN PASIVA

La protección pasiva incluye métodos que se han implementado antes


de la noche de la helada lo que puede evitar la necesidad de
protección activa. Los principales métodos pasivos son:
La selección del emplazamiento.
El manejo del drenaje de aire frío.
La selección de plantas
La cobertura con árbol
La gestión de la nutrición de las plantas
La poda adecuada
La cobertura de las plantas
El evitar el laboreo del suelo
El riego
El suprimir las cubiertas de hierba que cubren el suelo
Las coberturas del suelo
El pintar los troncos y envolturas
El control bacteriano
La fecha de siembra para los cultivos anuales.
Los métodos pasivos son normalmente menos costosos que los
métodos activos y a menudo los beneficios son suficientes para evitar
la necesidad de la protección activa.

LA SELECCIÓN DEL EMPLAZAMIENTO Y MANEJO


El primer paso para seleccionar un emplazamiento para una nueva
plantación es hablar con la gente del lugar sobre qué cultivos y
variedades son apropiadas para el área. Los agricultores y técnicos de
la zona a menudo tienen más idea sobre qué emplazamientos pueden
ser más problemáticos. Normalmente, las zonas topográficas bajas
tienen temperaturas más frías y por tanto pueden sufrir más daño. Hay
que tener en cuenta que el daño a veces puede ocurrir en una parte
del área cultivada y no en otra, sin que se aprecien diferencias
topográficas
Los suelos arenosos y secos transfieren el calor mejor que los suelos
arcillosos pesados y secos, y ambos transfieren el calor mejor que los
suelos orgánicos. Cuando el contenido de agua está cerca de la
capacidad de campo, muchos suelos presentan las condiciones que
son más favorables para la transferencia y almacenamiento del calor.
No obstante, los suelos orgánicos tienen una pobre transferencia y
almacenamiento de calor independientemente del contenido de agua.
Cuando se selecciona un emplazamiento en una región propensa a las
heladas, hay que evitar plantar en los suelos orgánicos.
La plantación de cultivos de hoja caduca en las pendientes cara norte
retrasa la floración en primavera y, a menudo, proporciona protección.
En el caso de los árboles subtropicales, es mejor plantarlos en las
pendientes de las solanas donde el suelo y los cultivos pueden recibir
y almacenar más energía directa del Sol.
EL DRENAJE DE AIRE FRÍO
Para controlar el flujo de aire alrededor de zonas agrícolas, a veces se
utilizan los árboles, los arbustos, los terraplenes, las pilas de heno, y
las verjas. El propio emplazamiento puede afectar el potencial de daño
por helada. Un estudio cuidadoso de los mapas topográficos puede, a
menudo, prevenir los problemas de daño por helada más importantes.
También puede proporcionar información el uso de bombas de humo u
otros dispositivos que generen humo para estudiar el flujo de aire frío
durante la noche pendiente abajo
Si ya existe un cultivo en una zona fría, hay varias prácticas de manejo
que pueden ayudar a reducir el riesgo de daño por helada. Cualquier
obstáculo que impida el drenaje de aire frío pendiente abajo desde un
cultivo debe eliminarse.
Estos obstáculos pueden ser los setos, las verjas, las balas de heno o
la vegetación densa situada en la parte baja de la pendiente del
campo. La nivelación de tierras a veces puede mejorar el drenaje de
aire frío a través del cultivo y en consecuencia al aire frío que llega
continua el paso a su través

LA SELECCIÓN DE PLANTAS
Es importante escoger plantas con floración tardía para reducir la
probabilidad de daño debido a la congelación, y seleccionar plantas
más tolerantes a la congelación. Por ejemplo, los árboles frutales de
hoja caduca y las viñas normalmente no sufren daño por helada en el
tronco, las ramas o en las yemas dormidas, pero experimentan daños
conforme se desarrollan las flores y los frutos
Seleccionar plantas de hoja caduca que tienen yemas de brotación
tardía proporciona una buena protección ya que la probabilidad y el
riesgo de daño por helada disminuyen rápidamente en primavera. En
cítricos, hay que seleccionar variedades más resistentes. También se
sabe que los patrones o porta-injertos de naranjo trifoliado mejora la
tolerancia de los cítricos comparado con otros porta-injertos
Para los cultivos anuales y en hilera, es importante determinar la fecha
de plantación que minimiza el potencial para las temperaturas bajo
cero. Sí las temperaturas de congelación no pueden evitarse,
entonces hay que seleccionar los cultivos a plantar basándose en su
tolerancia a las temperaturas bajo cero.
LA COBERTURA CON ÁRBOLES
En el sur de California, los agricultores plantan cultivos intercalados de
cítricos y de palmera datilera, en parte porque las palmeras datileras
proporcionan algo de protección a los cítricos, Como los dátiles
también son un producto comerciable, constituyen un método eficiente
de proporcionar protección contra heladas sin experimentar pérdidas
económicas relevantes.
En Brasil se utilizan árboles de sombra para proteger los cafetales del
daño por helada.
LA GESTIÓN DE LA NUTRICIÓN DE LAS PLANTAS
Los árboles que no están sanos son más susceptibles al daño por
heladas y la fertilización mejora la salud de las plantas. Los árboles
que no están adecuadamente fertilizados, también tienden a perder
sus hojas antes en otoño y la floración es más temprana en primavera,
lo cual aumenta la susceptibilidad al daño por helada
En general, la fertilización con nitrógeno y fósforo antes de una helada
favorece el crecimiento y aumenta la susceptibilidad al daño por
helada. No obstante, el fósforo también es importante para la división
celular y por ello es importante para recuperar los tejidos después de
la congelación. El potasio tiene un efecto favorable en las plantas
sobre la regulación hídrica y la fotosíntesis.
Sin embargo, los investigadores están divididos sobre los beneficios
del potasio en la protección contra heladas.
EL MANEJO DE PLAGAS
La aplicación de aceites insecticidas a los cítricos se sabe que
aumenta el daño por helada y la aplicación debería evitarse con
anterioridad a la estación de heladas
UNA PODA ADECUADA
La poda tardía está recomendada en las vides para retrasar el
crecimiento y la floración. La doble poda es a menudo beneficiosa
porque supone que todavía se dispone de madera para la producción
tras una helada dañina.
La poda, en primer lugar, de las ramas más bajas de las vides y volver
a podar más tarde las ramas más altas es una buena práctica, ya que
las ramas más bajas son más propensas al daño. La poda de las vides
para que el fruto esté más alto sobre el suelo proporciona protección,
ya que, durante las noches de helada, las temperaturas aumentan
normalmente con la altura. La poda a finales de otoño de los cítricos
conduce a más actividad fisiológica durante la estación de heladas de
invierno.
COBERTURA DE LAS PLANTAS
Las plantas protegidas están más calientes que el cielo despejado y,
en consecuencia, aumentan la radiación de onda larga descendente
durante la noche, además de reducir las pérdidas de calor por
convección hacia el aire.
CONCLUSION:

Las temperaturas altas causan estrés térmico en trigo y se espera que


tales temperaturas sigan aumentando en las diferentes regiones
productoras en el mundo. Los principales daños al cultivo ocurren
durante la etapa reproductiva, disminuyendo la cantidad de polen
viable por consiguiente el número y peso de granos.

El monitoreo de la respuesta del germoplasma disponible puede ser


una alternativa para implementar programas de mejoramiento genético
y obtener genotipos tolerantes a este tipo de estrés ante el cambio
climático, cuestión que permitirá elevar la producción de este
importante cereal, elevar el coeficiente de utilización de los suelos
cultivados en ecosistemas frágiles que, por efectos del cambio
climático global, han sido abandonados porque algunas especies y
cultivares no expresan su potencial genético productivo.

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