Prehispanica
Prehispanica
Prehispanica
Mexicana estaba dividido en dos grandes áreas culturales, llamadas por los
antropólogos del siglo XX Aridoamérica y Mesoamérica.
.La primera de esas regiones, en la que predomina el clima desértico, se
ubica en el norte del territorio nacional y abarca los actuales estados de
Sonora, Chihuahua, Baja California, Sinaloa, Zacatecas, Durango, Coahuila
y Nuevo León. En tiempos pre-hispánicos estaba habitada generalmente por
pueblos nómadas y seminómadas que se dedicaban a la caza, la pesca y la
recolección de vegetales, y algunos habían empezado a practicar la
agricultura. En cambio, en Mesoamérica se desarrollaron varias
civilizaciones que compartían rasgos culturales comunes, ubicadas en una
amplia región geográfica que en el momento de la Conquista española
abarcaba, de norte a sur, desde el actual estado de Sinaloa y los ríos Lerma
y Pánuco, hasta el territorio de lo que hoy es Costa Rica (ver mapa
1.1). Algunos de los rasgos comunes de las diferentes culturas de esta área,
que constituyen el llamado “patrón de cultura mesoamericana”, son los
siguientes: el conocimiento y la utilización de una extensa variedad
de técnicas para la producción agrícola; la fabricación de terrazas y obras
hidráulicas de diversa índole; el cultivo de maíz, frijol, calabaza, chile, cacao,
chía y tomate; la preparación de tortillas de maíz con cal; el empleo de armas
líticas, principalmente de obsidiana y basalto; la edificación de complejos
urbanos y plataformas piramidales escalonadas; el uso del estuco (aplanad
o o revestimiento)para el recubrimiento de superficies arquitectónicas; el
trazo de patios en forma de I para el juego de pelota, y de manera significativa la
existencia de un amplio y sostenido excedente de producción agrícola y artesanal
que permitió el intercambio comercial y el desarrollo de una organización social,
política y económica. Las culturas de Mesoamérica desarrollaron complejos
sistemas de gobierno de tipo monárquico y teocrático, conocimientos científicos que
les permitieron importantes avances en matemáticas y astronomía, una escritura
jeroglífica que incluía signos numéricos, y un sistema de calendarios muy
preciso. Tenían una religión politeísta y los dioses más importantes, relacionados
con las fuerzas de la naturaleza, eran venerados por varias culturas con algunas
adaptaciones locales. Su economía se centraba en la producción agrícola dedicada
principalmente al maíz, alimento básico en la dieta mesoamericana, y otros cultivos
propios del ambiente natural de cada región geográfica de esta área cultural,
caracterizada por contar con una gran diversidad biológica, que proporcionaba
además una rica variedad de especies animales para la alimentación humana. Otra
de las actividades productivas fue la artesanía, sobre todo textiles y cerámica, los
cuales no sólo se destinaban al consumo local sino que eran objeto de tráfico
comercial entre las diversas culturas y regiones.
Las culturas mesoamericanas
En el extenso espacio de tiempo transcurrido entre la formación de Mesoamérica y
la Conquista española, se desarrollaron en el territorio las siguientes civilizaciones,
ubicadas en orden cronológico:
Cultura olmeca
Civilización maya
El territorio de los antiguos mayas se encuentra ubicado en un área de más de 350
mil kilómetros cuadrados que comprende buena parte del sureste mexicano y
algunas porciones de Belice, Guatemala y Honduras (ver mapa 1.3). El área central
de ese territorio, donde la civilización maya llegó a sus más altas manifestaciones,
comprende desde el Petén guatemalteco hasta Tabasco y el sur de Campeche, a
través de la densa selva del surde las Tierras Bajas, incluyendo Belice. En esta área
se desarrolló una especie de confederación de ciudades-Estado relativamente
autónomas, que además eran centros ceremoniales religiosos gobernados por
monarquías teocráticas. Entre las ciudades más importantes del periodo se
encuentran Palenque, Piedras Negras, Bonampak en el actual territorio mexicano
de Chiapas y Tikalen Guatemala. Además de sus funciones ceremoniales, las
ciudades-Estado mayas eran centros administrativos y políticos donde se tomaban
decisiones relacionadas con la distribución de recursos, las relaciones comerciales
interregionales y los problemas de mantenimiento de fronteras o expansión del
territorio en condiciones de conflicto bélico con los centros de población
vecinos. Además de la guerra y el comercio, en la centralización política de las
ciudades mayas hay indicios de que la ideología debió de jugar también un papel
importante; a partir del periodo Clásico, la iconografía religiosa simboliza un
conjunto de ideas propiamente mayas, plasmadas en el arte junto con una
“literatura” jeroglífica y un avanzado sistema calendárico de gran complejidad,
mediante los cuales se registraban con asombrosa precisión los hechos más
sobresalientes y la sucesión de los reyes que gobernaron en cada ciudad-Estado.
Teotihuacán
Situada en el Altiplano Central de México, Teotihuacán fue la primera manifestación urbana de
grandes dimensiones en el continente americano y la ciudad más importante de
Mesoamérica en su época. Se trataba de una ciudad-Estado centralista con un
gobierno teocrático, que logró unificar bajo su dominio a los diversos pueblos a su
alrededor y extendió su influencia, al parecer mediante contactos comerciales, a
lugares más alejados como el centro de Veracruz y el área central maya. Su
evolución histórica pasó por varias fases, comenzando con los primeros
asentamientos humanos durante el periodo Formativo, hasta su fase final cuando
fue abandonada alrededor del año 750 d.C. Teotihuacán fue una ciudad sagrada
construida con base en un trazo urbano reticular, de acuerdo con un orden cósmico,
y estaba regida por dos dioses tutelares: el Sol y la Luna. A ellos están dedicadas
las dos pirámides escalonadas más grandes de la arquitectura monumental
teotihuacana, a las que sigue en importancia la estructura dedicada a Quetzalcóatl,
cuyo papel como dios creador es vital en la mitología de los pueblos del centro de
México.
La influencia cultural de Teotihuacán no sólo se extendió geográficamente durante
su existencia, sino que trascendió a las sociedades del grupo étnico nahua que
habitaron el centro de México en épocas posteriores.
Cultura de El Tajín
La región del Totonicapán donde floreció esta cultura estuvo situada en la zona
central del actual estado de Veracruz, y durante su época de auge, en la fase tardía
del periodo Clásico, se extendía de este a oeste desde la costa del golfo de México
hasta las sierras de Puebla y de Papantla, y de sur a norte desde la cuenca del río
Papaloapan hasta la cuenca del río Cazones. La cultura de El Tajín ocupa un lugar muy
especial entre los pueblos que habitaron Mesoamérica durante el periodo Clásico.
Aunque se sabe poco de su organización sociopolítica, las sorprendentes huellas
de su cultura material permiten inferir un significativo grado de avance tecnológico
comparable al delas culturas mesoamericanas contemporáneas, lo cual se debió
muy posiblemente a los contactos con Teotihuacán a través delas ciudades-satélite
de aquella metrópoli, y también con algunos grupos procedentes del área maya. La
ciudad más grande e importante de la región toma su nombre del dios Trueno, o
Tajín, dios en idioma totonaca, al parecer la deidad más alta en la jerarquía del
panteón de esta cultura, sometida año con año a los embates de los huracanes. El
Tajín se desarrolló como centro ceremonial durante el Clásico tardío, cuando recibió
la influencia cultural de Teotihuacán, tanto en lo técnico como en lo ideológico,
quizás a través de Cholula o de Tula, según se infiere por algunos elementos
arquitectónicos y sobre todo por la presencia en la zona de dioses venerados en
el Altiplano Central. Más tarde, El Tajín adquirió características de centro
urbano y en el siglo xii declinó hasta ser abandonada durante el siglo xiii.
Cultura zapoteca
En el valle de Oaxaca, habitado por aldeanos agricultores desde el periodo
Preclásico temprano, destaca durante el Clásico el centro ceremonial de Monte
Albán, ubicado en un cerro a unos 400 metros por encima del valle, al sur de la
actual ciudad de Oaxaca. El nombre de Monte Albán fue aplicado a esta ciudad
zapoteca en tiempos posteriores a la llegada de los españoles, y se desconoce
cómo fue llamada originalmente, aunque algunos investigadores suponen que el
nombre en castellano es una deformación de la palabra zapoteca danibaan, cuyo
significado es “montaña o colina sagrada”.