República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U.E Colegio “María Auxiliadora”
Valencia Edo-Carabobo

Factores psicoafectivos que inciden en la realización de

cirugías plásticas estéticas en mujeres adolescentes entre 16
y 18 años del Municipio Valencia

Autor:
Ornela

Enero 2018

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 CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Los beneficios de la cirugía plástica son muy amplios y diversos, y

afectan tanto a la salud física del paciente como a su salud mental,
emocional y a su calidad de vida. La Cirugía Plástica Reparadora procura
restaurar o mejorar la función y el aspecto físico en las lesiones causadas por
accidentes y quemaduras, en enfermedades y tumores de la piel y tejidos de
sostén y en anomalías congénitas, de cualquier parte del cuerpo y con cada
vez más avanzadas tecnologías y procedimientos.

La Cirugía Plástica Estética, en cambio, trata con pacientes

generalmente sanos y su objeto es la corrección de alteraciones de la norma
estética con la finalidad de obtener una mayor armonía facial y corporal o de
las secuelas producidas por el envejecimiento. Esto generalmente repercute
en la vida emocional, afectiva, laboral, etc. Del paciente logrando una mejor
calidad de vida y elevación de la autoestima. Sólo los médicos que acreditan
estar en posesión del Título de Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora
y Estética tienen la formación profesional que proporciona al paciente una
óptima calidad asistencial.

La calidad de vida con cirugía plástica se eleva enormemente y se debe

evaluar a cada paciente en forma personal. Esta especialidad médica que
avanza y avanza a pasos agigantados nos garantiza a futuro la solución de
problemas estéticos y de calidad vida impensada hasta hace pocos años.
Uno de los mayores beneficios de la cirugía plástica es una vida más feliz.

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 Los motivos que inducen a una persona a operarse son muchos y
variados, y tienen su origen "en una insatisfacción de muchos tipos. En
ocasiones está relacionada con el ideal que nos hemos planteado, como el
de una actriz admirada, o con querer dar cierta imagen o, simplemente, con
tratar de evitar el efecto del paso del tiempo". En la mayoría de los casos, no
sufren trastornos especiales ni traumas de autoestima. Lo que sí se da es
una importante influencia de los estímulos externos a la hora de crear un
ideal de belleza y de tratar de conseguirlo.
La preferencia por el bisturí frente a otros sistemas para obtener el
físico deseado se debe en gran medida a la comodidad que impera en
nuestra sociedad, ya que "modelar un cuerpo y mantenerlo flexible se puede
conseguir con deporte, pero es mucho más lento y requiere más fuerza de
voluntad que el bisturí". De ahí que los profesionales de la psicología
recomienden que "antes de que una persona recurra a la cirugía, hable y
trabaje con un profesional para conocer realmente su deseo." Más graves
son los casos protagonizados por adolescentes cuyo cuerpo no les satisface.
De acuerdo con algunos Psicólogos", los padres deberían razonar con sus
hijas y no dar una negativa directa, sino proponer una espera.

Antiguamente estas cirugías no se practicaban de la misma forma que

se practican hoy en día, porque antes aportaban un mayor riesgo a la salud,
incluso un costo más elevado, esto se originó ya que la cantidad de cirujanos
era muy reducida, lo cual no era accesible para todas las personas, de
manera que solo las elites privilegiadas lograban acceder a estas
operaciones, sin embargo en los últimos años se ha visto un gran avance en
la tecnología y en la medicina lo que facilita y minimiza los costos y riesgos
de estas cirugías, algunos de los avances más relevantes son: laparoscopia
(técnica que se practica por pequeñas incisiones, usando la asistencia de
una cámara de video). La evolución de estas cirugías va incrementando con
forme pasa el tiempo y la atracción de las personas por la misma también.

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 Actualmente las mujeres y hombres tienden a realizarse una gran
cantidad de cirugías estéticas, en las diversas etapas de su vida, ya sean
adolecentes, jóvenes, adultos, o tercera edad. La finalidad de estas cirugías
es restaurar la apariencia y forma del lugar que se intervenga, pretendiendo
corregir pequeños defectos, que aunque no son causa de problemas vitales
o funcionales, preocupan a la persona y son causa de aflicción para la
misma.

Algunos candidatos se someten a estas cirugías para mejorar su salud

mental, su autoestima, y la percepción de la sociedad ante ellos, y así
obtener una alternativa útil y rápida para verse mejor. Existe una gran
cantidad de cirugías estéticas, para cada inconformidad, actualmente las
cirugías más demandadas son aquellas que reflejan un gran cambio en el
paciente como la operación de los senos, operaciones para la pérdida de
peso, y operaciones faciales, este tipo de operaciones son las que
mayormente se practican debido a su evidente transformación.

Las principales causas de estas intervenciones quirúrgicas se le

atribuyen a la sociedad y la percepción que tienen de la “mujer perfecta” o el
“hombre perfecto”, de esta manera las personan se ven obligadas a cumplir
con las características soñadas, aunque no sean realmente perfectas, se
basa en un estereotipo. Toda operación estética tiene su riesgo ya sea
mayor o menor, dependiendo del área del cuerpo, a pesar de que muchas
personas se operan, no todos son candidatos, debido que para realizarse
estas operaciones tienes que cumplir con ciertas características dependiendo
del tipo de operación y sus complicaciones.

Nuestro país ocupa el 6to lugar en el ranking mundial, cada hora 26

personas entran al quirófano para someterse a una intervención que mejore

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su aspecto físico según Efraín castillo especialista en cirugía estética, en el
año 2013. En algunos casos las personas sometidas a este proceso quedan
inconformes con el resultado obtenido y no alcanza sus expectativas
deseadas, por consiguiente se realizan más cirugías, u optan por quedarse
con la misma inconformidad que tenían anteriormente.

Para algunos pacientes el mayor temor son los riesgos y

complicaciones de la cirugía plástica, como lo son el rechazo de los
implantes, los trastornos de la sensibilidad, la coloración cutánea anormal, la
necrosis de tejidos, la asimetría, que se presente cicatrización anormal, la
trombosis, las distintas hemorragias, el dolor y reacciones alérgicas al
anestésico. Independientemente de que en área de trabajo sea estéril se
puede producir una infección y todo paciente tiene un porcentaje ya sea
mínimo de sufrir estas consecuencias, aunque mucho depende del post-
operatorio y el cuidado del paciente la mayor parte del trabajo recae en el
cirujano.

Las cirugías estéticas se pueden realizar en distintos procesos y con

distintos tratamientos, esto depende del cirujano y lo que sea más
conveniente para el paciente, algunas cirugías y correcciones menores
(facial), se realizan de modo ambulatoria con un tratamiento más sencillo,
otras cirugías se realizan con anestesia general, esta conlleva un cuidado
más riguroso, comúnmente son operaciones corporales, aunque ambas se
logran realizar con anestesia general. Sin embargo existen algunas
modificaciones estéticas que son consideradas como cirugías estéticas, con
estas se refieren a los tatuajes que comúnmente vemos en una gran parte de
la población.

Existen pacientes que se someten a estas cirugías por una impotencia

sexual, estas operaciones son menos concurridas que las ya mencionadas

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debido a que son más delicadas, por el sector de la intervención quirúrgica,
los pacientes comúnmente tienen una salud mental inestable y tienen mayor
riesgo a infecciones, como lo son las cirugías de cambio de sexo.

En todos los países se realizan este tipo de intervenciones, según la

ISAPS (sociedad internacional de cirugía plástica estética) los países
latinoamericanos recurren mucho más a las cirugías estéticas que el resto
del mundo, los principales países son Estados Unidos, Brasil, Colombia,
Argentina, Venezuela, y algunos países europeos, estos enmarcan la mayor
población que se realiza cirugías estéticas anualmente. Incluso en nuestro
país, los Bancos han creado un nuevo crédito financiero para que sus
usuarios puedan realizarse este tipo de cirugías pagando a plazos fijos, y sea
más fácil obtener lo que es mejor conocido como un “sueño”.

En los últimos años estas cirugías se han incrementado, pero sobre

todo en los jóvenes ha tenido un mayor incremento que en los adultos, esto
significa que los jóvenes de antes eran despreocupados ante su apariencia,
al parecer ellos recurren a estos métodos estéticos para ser aceptados por la
sociedad o subir su autoestima.

SINDROME DE LA MUÑECA BARBIE

A diferencia de las culturas europeas, en las que invertir en el cuerpo no

es del todo bien visto, en países latinoamericanos como México, Brasil,
Colombia, y Venezuela, hacerla se ha convertido en sinónimo de estatus y
orgullo.

En lugar de optar por un aspecto natural, la mayoría de las mujeres está

influenciada por los escotes de Hollywood y, en lugar de preferir los
implantes en forma de gota o anatómicos en un tamaño proporcional a su

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tórax, prefieren prótesis grandes y de formas redondas que dan volumen
excesivo a la parte superior.
Las consecuencias del abuso pueden ser graves: cuerpos plásticos con
medidas irreales, y rostros en el que la piel pierde su textura natural y carece
de poros y líneas de expresión. Con demasiado láser la piel parece de
mármol; con demasiados peelings químicos, ocasionan inflamaciones
crónicas, y exceso de colágeno y botox da un aspecto de pez globo.

Cirujanos plásticos y demarmatólogos son los primeros en admitir que,

en muchas ocasiones, el resultado de dicho procedimiento resulta artificial y
poco atractivo, pero lo más sorprendente es que la mayoría de los adictos a
los tratamientos estéticos están conscientes de que aunque su aspecto
provoca sorpresa y curiosidad, están conformes con ello. Saben que no se
ven natural, que no es recomendable, que su médico no está de acuerdo,
pero les tiene sin cuidado.

CUESTION MENTAL

Desde que se inventó la cirugía el abuso de los tratamientos estéticos

supone un problema. En general, las mujeres con un desorden psiquiátrico
son aquellas que se vuelven adictas al bisturí y quieren más y más, sin recibir
alguna satisfacción con el resultado.

Aunque los cirujanos plásticos no están muy familiarizados con el tema,

cada vez lo dotan de mayor seriedad, pues han notado que después de
cierto número de operaciones, suelen ser demandados por estas mujeres,
quienes desatan su furia al no quedar conformes con los resultados.

Debiera haber una asociación entre psiquiatras y cirujanos cosa que no

es tan frecuente como debiera, los médicos por su parte carecen de

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herramientas necesarias para detectar a los pacientes que padecen el
Desorden Dismorfico Corporal (DDC), una alteración caracterizada por una
preocupación desmedida ante un defecto imaginario de su apariencia física.

Este síndrome afecta al 5% de la población mundial, y aunque no todos

lo padecen, terminan sometiéndose a una o más cirugías plásticas, de
acuerdo a la Sociedad Americana de Cirugía Estética (ASAPS), debe
considerarse una señal de alarma si alguien entre veinte y treinta años se ha
practicado más de seis o siete operaciones estéticas.

Los expertos afirman que hacen lo posible por determinar la verdadera

motivación de un cliente antes de someterlo a cualquier procedimiento. Los
cirujanos deben elegir a sus pacientes, no los pacientes a los cirujanos, pero
un especialista (psicólogo o psiquiatra) es el más apto para hacer una
valoración correcta.

En nuestra sociedad, la apariencia esta sobreevaluada, y muchos

piensan que después de una intervención estética obtendrán cosas que no
logran tal cual son como mejor trabajo, una pareja, e hijos. Pero antes de
recurrir al bisturí la psiquiatría recomienda platicar con un especialista para
evaluar las motivaciones.

Un ejemplo clásico son las mujeres que se presentan afirmando que

desean verse más atractivas, pero se trata solo de la razón aparente, pues
aunque no lo concienticen, su expectativa real es conseguir una pareja. Si
pasados unos meses esto no sucede, entran en una profunda depresión. Y
es que todo parece indicar que si la felicidad te hace ver más bella, la belleza
no trae consigo la tan anhelada felicidad.

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 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿Cuáles son los factores psicoafectivos que inciden en la realización de

cirugías plásticas estéticas en mujeres adolescentes entre 16 y 18 años del
Municipio Valencia?

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

Objetivo General:

Analizar los factores psicoafectivos que inciden en la realización de

cirugías plásticas estéticas en mujeres adolescentes entre 16 y 18 años del
Municipio Valencia

Objetivo específicos:

 Identificar los factores socio afectivo que inciden en la realización de

cirugías plásticas estéticas en mujeres adolescentes entre 16 y 18
años del municipio Valencia

 Describir los factores socio afectivo que inciden en la realización de

cirugías plásticas estéticas en mujeres adolescentes entre 16 y 18
años del municipio Valencia

 Examinar la autopercepción que inciden sobre las mujeres

adolescentes entre 16 y 18 años del municipio Valencia

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 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

Existen gran cantidad de razones que pueden llevar a una persona a

decidir someterse a una operación de este tipo. Pero, ¿qué ocurre cuando
una cirugía no es suficiente?, ¿qué hacer cuando el deseo de cambiar se
convierte en una fijación y en una obsesión por mejorar?

Es real y tiene un nombre: Trastorno Dismórfico Corporal (TDC);

también conocido como dismorfofobia, una enfermedad que se relaciona con
los Trastornos de la Conducta Alimentaria; sin embargo, no es exclusiva de
estos.

El término fue introducido en la práctica psiquiátrica por el médico

Henry Morselli, con la siguiente definición: “un sentimiento subjetivo de
fealdad o defecto físico que el paciente cree que es evidente para los demás
aunque su aspecto esté dentro de los límites de la normalidad”.

Asimismo, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales

en su cuarta edición (DSM-IV) lo reconoció como patología en 1997,
enlistando los síntomas para el diagnóstico.

Este manual de la Asociación Psiquiátrica Americana describe que

además de provocar un malestar clínicamente significativo, puede deteriorar
áreas como la social y laboral del afectado. Quien la padece puede vivir en
extremos como: no mirarse en el espejo para evitar ver y sentirse rechazado
por su “fealdad”; o mirarse excesivamente para criticar y buscar nuevos
defectos.

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