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Ultraísmo y Simbolismo

El documento analiza la obra poética de Carlos Mastronardi y su relación con el ultraísmo y el simbolismo. Aunque algunos poemas de Mastronardi parecen seguir las particularidades de la vanguardia hispanoamericana de los años 20, en general su primer libro Tierra Amanecida está regido por comparaciones en lugar de metáforas y ritmo como proponía la vanguardia. El uso dominante de comparaciones, versos regulares y rima alejan a Mastronardi de sus contemporáneos vanguardistas.

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Ultraísmo y Simbolismo

El documento analiza la obra poética de Carlos Mastronardi y su relación con el ultraísmo y el simbolismo. Aunque algunos poemas de Mastronardi parecen seguir las particularidades de la vanguardia hispanoamericana de los años 20, en general su primer libro Tierra Amanecida está regido por comparaciones en lugar de metáforas y ritmo como proponía la vanguardia. El uso dominante de comparaciones, versos regulares y rima alejan a Mastronardi de sus contemporáneos vanguardistas.

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Revista de Lengua y Literatura, Años 9-l l, Nº 17-22 ( 1997)

ULTRAÍSMO Y SIMBOLISMO:
LA OBRA POÉTICA DE CARLOS MASTRONARDI
EN LA DE JUAN L. ORTIZ*

Martín Prieto
Universidad Nacional de Rosario

ublicado en el mismo año y en


la misma colección que El
juguete rabioso de Roberto
Arlt y contemporáneo de
Fervor de Buenos Aires y
Cuaderno San Martín, de Jorge Luis Borges; de
Veinte poemas para ser leídos en el trdnvia y
Calcomanías, de Oliverio Girando; de Violín i:lel
diablo, de Raúl González Tuñón, el primer libro
de poemas de Carlos Matronardi, Tierra
Amanecida,, del año 1926, ubica' a su autor en
un lugar singular y paradójico en la historia de la
literatura argentina debido a la particular
relación que este texto mantiene con los
pnnc1p1os implícitos y explícitos de la
vanguardia, principios que, sin embargo,
sostienen "el lugar" de Mastronardi en esa
misma historia de la literatura argentina.

Efectivamente, salvo en algunas esporádicas


oportunidades, como cuando escribe "Aurora,
yegua joven", o' "la inmensidad datdea" o "el
silencio galopa" o, aun, "mis pasos seren~os de
es~rellas" -y nótese que no estoy realizando una
cuidada selección sino transcribiendo
prácticamente todo lo que hay- en las que
Mastronardi parece acompañar algunas de las

39

L
. Martín Prieto

particularidades de la vanguardia comparación: morfema y correlación gramatical


hispanoamericana de la década del 20 - que cumplen, exactamente, el lugar de las frases
aposicionar un sustantivo con otro, de modo tal medianeras o nexos que la vanguardia se
3
de elidir el modo comparativo e ingresar en el proponía abolir.
vértigo de la metáfora o, aun, de la imagen,
poner en contacto sustantivo con un verbo Ni siquiera entonces, en las comparaciones
disidente de las capacidades de aquél, más osadas, menos regulares, como por ejemplo,
provocando de este modo una novedad tanto "la mañana conmovida/ como una absolución",
perceptiva como expresiva-, el gureso del o "El cielo candoroso / como un doncellerío", o
volumen está regido, en lugar de por la fórmula esta otra, de mayor complejidad constructiva
ultraísta de "metáfora + ritmo", entendiendo a la debido a la concatenación "Caminando mañanas
metáfora como "esa curva verbal que traza casi hondas como esperanzas I desgranaba los días
siempre entre dos puntos -espirituales- el camino cual si fueran racimos. / El mundo era aquel
más breve" y al ritmo como "no encarcelado en trompo veloz entre mis manos./ Como un aro de
los pentagramas de la métrica, sino ondulante, mimbre rodaba mi destino", del poema
suelto, redimido, bruscamente truncado" 1, por "Divagación sobre una infancia" puede
otra que podría reducirse a "comparación + Mastronardi ser considerado no ya un miembro
rima". de la vanguardia poética argentina, sino alguien
dispuesto a ser beneficiario de los inventos de
En Tierra amanecida abundan las
esa misma vanguardia: la rigidez de la
comparaciones, que podrían dividirse entre
comparación, prácticamente como único recurso
aquellas estrictamente tautológicas, que agregan
imaginativo y la frecuencia en su uso es lo que
poco y nada a la expresión ("risueña como un
aleja, lo que margina, lo que lo vuelve un
chico", "redonda como el pan de su mesa") y
excéntrico de sus contemporáneos: alejamiento,
otras que, con mayor o menor felicidad, se
marginac1on, excentricidad puestas de
abocan a ensanchar el campo expresivo, más
manifiesto, también, en la utilización dominante
desde un punto de vista perceptivo que desde uno
verbál, toda vez que la vanguardia había, entre de versos heptasílabos, endecasílabos o
. dnnos·
a 1eJan . 4
.
otras cosas, proclamado, entre sus emblemas
fundadores, la "tachadura de las frase
3
medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles" 2 y v. Angelo Marchese y Joaquín Forradellas, Diccionan·o
que en el símil o en la comparación, son de retórica. critica y terminología literaria, Barcelona,
constitutivas la presencia de una "correlación Ariel, 1986
4
En el mejor análisis de la obra de Mastronardi, escribe
gramatical comparativa" o de un morfema que Saúl Yurkievich sobre Tierra amanecida: "No hay ningún
establezca la unión entre los dos miembros de la poema escrito en verso libre. Las medidas más
abundantes son: heptasílabos, endecasílabos y, sobre todo,
alejandrinos. A veces, estos tres metros aparecen
• Este trabajo forma parte de una investigación titulada combinados (''Rincónº, "Parva incendiada", "Aclamación
"Una historia de la poesía argentina", Secretaría de de una pieza vacía"). Hay un predominio casi absoluto de
Investigación, Facultad de Humanidades y Artes, la rima, especialmente asonante, y la estrofa más usada es
Universidad Nacional de Rosario. la cuarteta alejandrina asonantada. En sus mejores
1
v. Jorge Luis Borges, "Anatomía de mi Ultra", Revista poemas, aquellos donde aflora su veta elegíaca, la
Ultra, Madrid, 20 may. 1921, reproducido en César sonoridad se mantiene en un tono menor~ se la nota
Femández Moreno, La realidad y los papeles. Panorama cuidada y pulida, pero nunca resalta como para
y muestra de la poesía argentina contemporánea, Madrid, sobreponerse al sentido del verso. De ahí al igual que en
Aguilar, 1970. Becquer y en Machado, esa preferencia por la rima
2
v. Jorge Luis Borges, "Ultraísmo", Revista Nosotros, 12, asonante, más adecuada para orquestar una poesía
1921, reproducido en Femández Moreno, César, cit. intimista como la de Mastronardi". Saúl Yurkievich,

40
Ult,raísmo y simbolismo

Por cierto, todo este modesto depósito formal vanguardia argentina, para sospechar el lugar
acompaña o, si se quiere, se deja acompañar, por que reclamaba Mastronardi para la suya, en ese
el tratamiento de tópicos ("Pareja labriega", mismo marco de contención y comparación.
"Inmigrante aquerenciado", "Exaltación del
labrador") que tampoco forman parte del Ricardo Güiraides fue, aun dirigiendo Proa
background de la vanguardia porteña. entre los años 1924 y 1926, como bien lo
percibió Evar Médez, según nos lo recuerda
De hecho, aun viviendo en Buenos Aires Raúl Gonzalez Tuñón, en un primer movimiento,
entre 1920 -cuando inicia sus estudios de un "precursor" de la vanguardia argentina, y en
derecho- y 1928 -cuando regresa por una un segundo movimiento, como bien ·lo señala
larguísima temporada a Entre Rios- y John King en su ensayo sobre la revista Sur, un
habiéndose relacionado, durante esa extensa puente entre los impulsos vanguardistas y
estadía, con los miembros de la revista Martín cosmopolitas de los años veinte y las nuevas
Fierro, no es pensable Mastronardi como uno de concepciones culturales y literarias que se
los personajes de la "modernidad periférica" fundan alrededor de la revista de Victoria
descriptos por Beatriz Sarlo en su ensayo sobre Ocampo, a partir del año 1931 6 •
Buenos Aires entre 1920 y 1930. Si no fueran ya
las resoluciones formales ni los tópicos tratados, Mastronardi, como veremos, repite con cierta
bastaría el tono, evocador a veces, elegíaco precariedad el circuito de Güiraldes. De hecho,
otras, nostálgico las más, para alejar a no forma parte del núcleo esencial de la
Mastronardi de la mayoría de sus vanguardia porteña porque, como afirma
contemporáneos. González Tuñón, "en sus poemas se advierte la
ausencia del desenfado y el empuje característico
Podríamos decir, inclusive, que de las figuras del grupo, en general" 7 y sus escasas incursiones
fuertes del campo intelectual porteño de la
década del veinte, sólo la de Ricardo Güiraldes, 6
Escribe Jolm King: "La fusión más importante de estos
que puede ser la de "gaucho y simbolista" a la dos impulsos en apariencia contradictorios -cultura
vez, parece haberlo afectado de un modo europea y nacionalismo argentino- fue lograda por
Ricardo Güiraldes en Don Segundo Sombra ( 1926). en su
s~guro.
5

personaje del gaucho aculturado, Fabio. Güiraldes fue


buen amigo de Victoria Ocampo, y su espíritu y ejemplos
Precisamente, en la segunda edición de (murió relativamente joven, en 1927) serian importantes
Conocimiento de la noche, de 1956 -la primera para la concepción de Sur. La cuestión del nacionalismo
es de 1937- publica un poema titulado "A la en literatura se convertiría en Wla de las principales
estrella de Güiraldes'\ fechado en el año 1928: preocupaciones de la historia cultural argentina y Sur
sería parte fWldamental de este enconado debate." Sur.
Güiraldcs había muerto en París, el año anterior,
Estudio de la revista argentina y de su papel en el
y Mastronardi estaba volviendo a su provincia desarrollo de una cultura 1931-1970. México, FCE,
natal. donde trabajaría, entre otras cosas, y 1990,p.25
7
du r:mt~ varios años, de periodista. En Wla "Crónica de Florida y Boedo". significativamente
s~btitulada "(lnfonne de w1 actor y testigo)". publicada en
Basta repasar el lugar excéntrico que ocupa h~ro en el ruio 1976, pero escrita, seg\m se infiere del
mismo texto, a fines de la década del 60 Raúl González
la obra de Güiraldes en el diario intimo de la Twión ubica en w1a conferencia dictada 'en el mio 1925
por E.var. Mendez, titulada "12 poetas nuevos", el gennen
Carlos Mastronardi. Buenos Aires, Ediciones Culturales constitutivo de la vanguardia argentina. Que Mastronardi
Argentinas. 1962, p. 44 ~o figurara entre esos. doce se debe, según Tufión a que
s v. Beatriz Snrlo, Una modernidad perifirica: Bue11os en s~ poemas se advierte la ausencia del desenfado y el
Aires, 1920 y 1930, Buenos Aires, Nueva Visión. 1988 empuje característico del grupo, en general". González

41

L
\el,.

Martín Prieto

por la retórica vanguardista, hablan a las claras tradicional, adapta una métrica consagrada por
de la infinita precaución y desconfianza con que el uso -el poema suma 57 cuartetas alejandrinas
Mastronardi se vale de estos recursos, que con rima alternada asonante- y emplea un
parecen colocados allí más como una concesión vocabulario mesurado -y aunque Yurkievich
a las presiones implícitas de la época que debido pretenda convertir a esta suma en una virtud-, lo
a algún tipo de convencimiento y fervor.· interesante en todo caso es ver cuánto de Tierra
amanecida vino a parar a "Luz de Provincia",
Precursor, más que de sí mismo, de su propia cuánto del desvío y la excentricidad
generación, Mastronardi parece mucho más vanguardistas están en la base de su texto
dispuesto a dialogar con Leopoldo Lugones, o definitivo.
con Julio Herrera y Reissig que con cualquiera
de sus contemporáneos. Y esa misma reticencia Una primera lectura basta para comprobar la
es la que lo va a colocar, varios años más tarde, comunión de tono, de vocabulario, de metro y de
al frente de la llamada "generación del 40", un rima entre los poemas de Tierra amanecida y
grupo de poetas que se lamentaban de la "Luz de provincia"; faltan en este último, es
frivolidad lúdica de los martinfierristas y que cierto, las comparaciones que abundaban en
vieron en Mastronardi a su maestro y precursor8 • aquel. Pero las metáforas con las que
Mastronardi decide reemplazarlas tampoco son
En el año 1937, Mastronardi publica las que deseaba la vanguardia ultraísta. Escribe
Conocimiento de la noche, libro que contiene la Raúl González Tuñón:
más difundida y celebrada de sus composiciones:
"Luz de provincia"9 . Descripta por Saúl En cuanto al rescate de la metáfora como lenguaje
fundamental del verso, anteponemos, por ejemplo. a
Yurkievich como un poema que trata un asunto la metáfora descriptiva estilo Lugones (la lwm
comparada con el fondo abollado de una cacerola) la
hondura ideal de aquello que Hemández pone en boca
Tuñón, Raúl, La literatura resplandeciente, Buenos
Aires, Boedo-Silbalba, 1976. p. 31 del Moreno, en la célebre payada: 'porque el tiempo es
8
"Sobre el juego de las incomprensiones generacionales, • la tardanza I de lo que está por venir.
debe destacarse el interés con que algunos jóvenes del 40
se volvieron hacia la madurez de los martinfieriistas en En realidad, Tuñón, al distinguir entre la
busca de guías estimulantes~ entre estos maestros metáfora descriptiva de Leopoldo Lugones y
reconocidos e imitados pronto se destacó la influencia de
otra, más compleja, cuya relación con el objeto
Mastronardi ( ... )No sería dificil el rastreo de las huellas
de la poesía de Mastronardi en poetas que comenzaron a sería más difusa y menos determinante, está
publi~ en .1940: Vicente Barbieri, León Benarós, Jorge sintonizando con la distinción que realiza Gaston
Calvetta, Miguel D. Etchebame, Alfonso Sola Gonz.ález Bachelard entre la imagen, como producto de la
( ... ) En la década de 1940 lectores devotos se imaginación pura, no de la percepción, y como
comunicaban su conocimiento del poeta Mastronardi
conseguido en algún ejemplar de la edición limitadísim~ creadora de lenguaje, y la metáfora simple, que
de Conocimiento de la noche. Muy atento a ese no aleja al lenguaje de su papel utilitario, sino
discipulado, Mastronardi prestó cordial apoyo a Jos que es una falsa imagen, un sustituto del
jóvenes, colaborando con generosidad en sus efimeras concepto, distinción que pondría entre
revistas, no pocas veces con claro sentido admonitorio"
escribe Juan Carlos Ghiano en el prólogo a Mastronardi'
paréntesis, por otra parte, las nuevas lecturas
Carlos, Poesías Completas, Buenos Aires, Academi~ acerca de la obra de Leopoldo Lugones, sobre
Argentina de Letras, 1982, p. Xll-XIIl todo de su Lunario Sentimental., como el texto
'> "Ya desde la primera edición de Conocimiento de la
noche los comentarios y las resefias se habían detenido
particularmente en Luz de provincia, texto central del
poemario", escribe Juan Carlos Ghiano en cit, p. XVII

42

,,_'1

i
Ultraísmo y simbolismo

base, fundador no sólo de la vanguardia, sino de es una metáfora simple, interpretable y· que,
toda la literatura moderna argentina. 10 definitivamente, no vale la pena ubicar bajo el
aura de la vangu"°dia ultraísta, que se va a
La metáfora entonces con la que Mastronardi desarrollar más tarde en el invencionismo 1 ~, sino,
abre su "Luz de provincia": "Un fresco abrazo como un poco al pasar "sugiere" Borges, bajo el
de agua la nombra para siempre", y a la que aura del simbolismo ya que, no a otra cosa se ·
Borges "interpreta" sin entusiasmo· m refiere cuando dictamina la eficacia del sugerir
dificultades: contra la ineficacia del decir. Mallarmé,
Stephane Mallanné, también en una entrevista
En la estrofa inicial de 'Luz de provincia', fue quien declarara el valor del sueño poético:
Mastronardi no menciona el nombre de Entre Ríos,
sino que lo sugiere. Siempre sugerir es más eficaz que sugerir un objeto en lugar de nombrarlo. Con
decir. Por ejemplo, Virgilio pudo haber dicho Troya mayor torpeza y desdén, también González
fue destruida, pero dijo simplemente Troya fuit, Tuñón ubica a Mastronardi bajo el aura del
Troya fue; y eso tiene más fuerza. Mastronardi no simbolismo:
menciona el nombre de Entre Rios, deja que nosotros
lo descubramos, al decimos U11 fresco abrazo de agua Carlos Mastronardi, siempre en la retórica de
lo nombra para siempre. Entendemos que se trata de decorosa diafoudad de L11z de provincia; admira
un lugar rodeado por agua. El ha dicho, sin decirlo, mucho a Paul Valéry· y escribió sobre éste.
Entre Rfos 11 · Aprovechamos para recordarle una frase del autor de
Cementerio marino: 'Un poema que no contenga nada
10 más que poesía no es un poema'. (... ) Al elaborar
Así, por ejemplo, Daniel Freidemberg en un "Estudio
preliminar" al Lunario sentimenal escribe : "De ahí que
Noé Jitrik pueda describir a Lunario... como w1 libro decir, Mastronardi sentía que la 11ostalgia es, quizá, la
desmitificador, antirromántico. Si, como señala Jesús posesión más intima de la ilunediatez. Poseemos lo que
Benftez, más que construir poemas para producir ciertas perdemos~ ese es el encanto que tiene el pasado. El
experiencias o deleites, Lugones en Lunario... lo hoce presente carece de ese encanto. Yo creo que el posado es
para nacer progresar la literatura, puede decirse que w1a de las fonnas más bellas de lo perdido.( ... )
efectivamente lo logró, quizás más que ningún otro libro Mastronardi sentía como algo propio que la derrota tiene
en la poesía argentina. Prácticamente el grueso del Wla dignidad que no tiene la victoria, y que el fracaso es
vocabulario, la escenografia, el modo de metaforizar y los también un éxito Secreto. Yo creo que fue por eso que él
tonos que compartirán, en los mlos veinte, buscó esa zona de Avenida de Mayo, w10 de los sitios
Espantapájaros de Oliverio Girondo, El violú1 del diablo más tristes de Buenos Aires."
12
de Tuft6n y Fervor de Buenos Aires de Borges, son Aparentemente, los invencionistas se encontraron
visibles ya en pasajes como Al resplandor turbio 1 De una desde tm primer momento, mucho más próximos a la~
luna con ojeras, /Los organillos del suburbio I Se caria11 ideas del creacionismo de Vicente Huidobro que a las del
las teclas /Moliendo habaneras". en Lugones, Leopoldo, ultraísmo. Sin embargo, la distinción que hace Huidobro
Lunario. sentimental, Estudio preliminar, bibliogmfia Y en el manifiesto "El creacionismo", de 1925 entre una
glosario de Daniel Freidemberg, Buenos Aires, Losada, "descripción creadora" (El oceáno se deshace / agitado
1995. p.26-27 por el viento de los pescadores que silban) y una "imagen
11
en Roberto Alifano, Conversaciones con Borges, pura creada" (Los lingotes de la tempestad) es la misma
Madrid, Debate, 1985, reproducido en revista Proa, distinción que realiza González Tuñón en cuanto a los
tercera época, número 1O, Buenos Aires, enero-febrero ~~s ~aginis~s" de la vanguardia argentina. La
1994, p.71 ...75. De la misma entrevista debe destacarse Wl . nnag~ mventtva de Edgar Bayley o "imagen
recuerdo de Borges, y si bien la escena que recuerda uuned1ata" es el antidoto de los invencionistas contra "la
Borges y Ja tristeza que esa escena la produce debe, sin anéc:dota, el símbolo, la metáfora", y desde ese lugar, a
dudas, ser ubicada durante la segunda·· y definitiva com~enzo~ de los allos cincuenta, modulan el desvío y la
estancia de Mastronardi en Buenos Aires. a partir de contm~c1ón de la tradición ultrafsta en la poesfa .
1937, nada nos cuesta imaginar mta idéntica. en la década argentma. Ver al respecto Edgar Bayley, "lnve11cionismo11
del 20: "Mastronardi también se desterró voluntariamente en poesla bu.enos aires ni, Buenos Aires, 1950 y Raúl
a Buenos Aires. Eligió un banio triste como la Avenida G~stavo ~~utrre, antologia de -una poesia nueva, Buenos
de Mayo para ver mejor, para sentir más a Entre Ríos. Es Aires, ed1c1ones poesía buenos aires, 1952

43
Martín Prieto

(Mastronardi) tan minuciuosa y cuidadosamente el en base a versos medidos y fue quien, de un


verso, puede decirse que corre el riesgo de convertirlo
en un producto químico modo casi secreto y desde el centro de un
sistema ajeno al de la vanguardia, llevó
Y, hay que decirlo de inmediato, el brulote de adelante, con mayor creatividad y, sobre
producto químico actualiza el extenso arsenal todo, con mayor persistencia y convencimiento,
contrario a la poesía simbolista, arsenal, dicho el verso libre en que los ultraístas creyeron
sea de paso, confonnado también por la frase de encontrar la base de la música de la poesía. Así,
Valéry que cita Tuñón y con la que el autor de ese verso "no encarcelado en los pentagramas de
Cem~ntario Marino parece haber querido, como la métrica, sino ondulante, suelto, redimido,
se dice habitualmente, curarse en salud. Pero bruscamente truncado" va a vivir mucho más en
también hay que decir de irunediato que el verso Ortiz que en cualquiera de los vanguardistas de
cuidado y minucioso que González Tuñón los años 20: no sólo los a su modo previsibles
ach~ a Mastronardi, es un verso, por medido, Francisco Luis Bernárdez o Eduardo González
desv1a~o. tanto, como vimos, de los principios Lanuza viraron demasiado pronto hacia el verso
ve~so.h~nstas. de la vanguardia como de los medido. El mismo Borges, después de Fervor de
P.nnc1p.1os, también versolibristas, del Buenos Aires, Luna de enfrente y Cuaderno San
s1~bobsmo. y este es el punto paradójico en que Martín, y una vez revolucionado, con Ficciones
mas se tocan y más se alejan la poesía de y con El Aleph, el arte de narrar, volvió a la
Mastronardi y la de Juan L. Ortiz. Se tocan en poesía en el año 1960 con El hacedor, donde
tanto uno y otro, nacidos respectivamente' en practicó, casi exclusivamente, estrofas
1901 y en 1896, cont~mporáneos de los grandes endecasílabas con rimas consonates. También
popes de la vanguardia argentina -Borges nació Oliverio Girondo, el último vanguardista, se
en 1899, Girando en 1891, González Tuñón en valió, en En la masmédula, de un ritmo
1905- lograron, de un modo conmo ed monótono, asentado en una dominante
mant.t:nerse al margen de la tendencia dom~n~;~ heptasilábica, casi como único recurso musical.
en el momento en. que ambos e .
'b · mpiezan a
escn. 1~. Pe~o allí mismo se encuentra la base d Todo esto, por cierto, no pretende señalar
la disidencia de amb . e algún tipo de afinidad entre Ortiz y la
M . os escntores: mientras
as_tr~~rd1, viviendo en Buenos Aires vanguardia de los años veinte, sino, por el
part1c1po de la revista Martín Fierro . ,' contrario, reafirmar la pertenencia del
aun de mala gana y como d , Y cedi?, entrerriano a la tradición modernista. Si, como
. . , ec1amos sm
convenctnUento ni fervor a 1 '. dicen habitualmente los manuales y con razón, el
· · · ' as presiones
unaguustas de la época, Ortiz desde . modernismo fue un movimiento sincrético, que
, . . , un pnmer
momento, creo una imagmería pr . . tomó tanto del siglo de oro, como del
. . op1a, smgular
pnvada, reconocible desde los poemas de EÍ romanticismo, como del simbolismo, fue·
agua. y la noche hasta los de La or'Il z a que se típicamente modernista la operación de Ortiz de
ab zsma. cooptar por la mitad del programa de la
vanguardia y utilizarlo y desarrollarlo como
~ero además, mient~as en el persistente verso medio propio de su expresión simbolista.
medido
. de
. Mastronarcli
. .
debe verse un rep11egue,
, reaccionario frente a Ia.S demand as
s1 se qmere En cuanto al tono de la poesía de
que a su epoca . . ,urgentes , o rti z , por
. resultaban Mastronardi, que calificamos de evocador,
1
e c.ontrario, dec1d10 programáticamente elegíaco, nostálgico, tal vez baste provocar un
exclmr de su obra todos los poemas construídos contacto entre las propias ideas de Ortiz acerca

44

...
mtraísmo y simbolismo

de la "elegía combatiente1113 y el modo ·elegíaco produjo sensaciones ingratas. La palabra 'Ramona' me


elegido por Mastronardi para comprobar, otra trajo imágenes de mucamas gallegas y de cocinas
sucias,
vez, qué cerca y qué lejos se encuentran uno y
otro. La dimensión política, desbordada, de la o esa otra: "¡La libertad es esto!', me dijo un
elegía ~iciana no tiene lugar en el recato espeso comerciante español, mientras se
nostálgico de Carlos Mastronardi quien, golpeaba el vientre.
provinciano desterrado en una Buenos Aires·
cosmopolita e inmigrante, pa~ece muchas veces Y habría que ver, en el imaginario personal
más próximo a las versiones nacionalistas de la de Mastronardi, el lugar que ocuparían el
novelística de Manuel Gálvez y sus ideas acerca "espeso" comerciante español, o las mucamas
de la dignidad y la pureza de la gente del gallegas tan sucias -y el desplazamiento, por
interior, que de las versiones clasistas y evidente, es legítimo- como los platos que tenían
universales de Ortiz. Véase, por ejemplo, la que lavar, en la combatiente España republicana:
séptima cuarteta de la segunda versión de "Luz una vez resuelta esa operación, se comprobará
de provincia" cuánto de. retórico, cuánto. de ·exterior, había en
Lindo es mirar las islas. Una callada gente la incursión política de la poesía del autor de
en cuyos ojos nunca se enturbia el claro día, "Luz de provincia".
atardece en sus costas o cruza con haciendas,
dichosa en la costumbre y en la amargura, digna. Como sabemos, des~e el inicial "Juan Ortiz y
O. también, el extenso y tibiamente su poesía", publicado en Paraná en 1933, hasta
combativo, combativo, digamos, a la page, el último "Juan L. Ortiz", en la Enciclopedia de
"España, la ofrecida", fechado en el año 1937 y la literatura argentina, preparada por Pedro
recopilado recién en sus Poesías Completas, de Orgambide y Roberto Yahni, del año 1970,
1982, sobre todo si sus "Siempre fue tuya la Carlos Mastronardi fue uno de los difusores más
rudeza franca del pueblo", o "ricos de penurias y importantes y perseverantes de la poesía de Juan
saludados con proezas y puebladas, / dicen la L. Ortiz, al punto tal que la publicación de El
altivez y el honor de tus gentes" son puestas en agua y la noche, como lo recordó
contacto con algunas de sus anotaciones de los insistentemente el mismo Ortiz, fue producto de
4
Cuadernos de vivir y pensar (1930-1970}1 , esa, la "inducción y diiigencia" del propio
por ejemplo, que dice Mastronardi ·quien, además, "influyó en mi
desarrollo espiritual ( ...) y me hacia don de sus
. Toda asociación de ideas tiene w1 irreductible más delicadas experiencias. poéticas", según lo
carácter personpl. Me gustaba cierta música de vals~ recuerda Ortiz en l 93i 5• Es decir · que
pero luego supe que se llamaba Ramona, lo cual me
15 Es notable que en sus únicas tres breves notas
13
En su amplitud, escribe D.G.Helder, el concepto de
11
autobiográficas, Ortiz recuerde a Carlos Mastronardi. En
elegía incluso puede prescindir del tono nostálgico: la la primera, del afto 1937: "Influyó también en mi
poesía, para Ortiz, 'aun en sus apelaciones a una (nueva, desarrollo espiritual mi amistad con Mastronardi quien
futura) comunión, respecto de la cual no abriga dudas, me hacfa gentilmente don de sus més d~licadas
tiene bastante de elegía. Una elegía combatiente a veces exJ>e?encias poéticas, cerca y sobre el 'eau nonchalante', y
porque también es justicia'". D.G.Helder, "Juan L. Ortiz: a qlllen débese culpar la publicación de El agua y la
un léxico, un sistema, una clave" , y también Ortiz, Juan noche, no sin la activa complicidad, es cierto de César
L. "El paisaje en los últimos poetas entrerrianos", ambos Tiempo." En la segunda, se presenta: nNaci com~
en Ortiz, Juan L. Obra Completa, p.l~I y p. 1072-1085 Mastronardi y Villanueva en Gualeguay... ". En la última,
14
Mastronardi, Carlos, Cuadernos de vivir y pensar de 1973: "~sde 1942 vivo en Paraná, reo de delitos en
(1930-1970), Buenos Aires, Academia Argentina de. que hube de reincidir, aunque inocente en cierto modo del
Letras, 1984 que inició la serie bajo la inducción y diligencia de Carlos

45

i
Martín Prieto

Mastronardi no estuvo sólo en la base editorial libros anteriores, y prec1p1ta, por otro, lo que
de la obra orticiana, como promotor de la finalmente va a ser considerado como lo suyo
publicación de su primer libro, sino en la base propio. Es cierto que en ese poema se recuerda a
estética, poética, por lo menos de los dos Mastronardi de un modo verdaderamente
primeros libros de Ortiz. Siendo cinco años más agradecido y conmovedor, agradecimiento y
joven, Mastronardi sin embargo había publicado corunoción que abonan la hipótesis elaborada
ya dos libros -Tierra amanecida, en 1926 y más arriba: pero también es cierto que en las
Tratado de la pena, en 1930- antes de que Ortiz resoluciones formales de "Gualeguay" Ortiz se
se decidiera a publicar no ya su primer libro, desvía para siempre del modelo anterior, en el
sino algún poema en algún diario paranaense, y mismo momento en que Mastronardi seguía -
en esa extensísima etapa de fonnación, en buena para siempre también- macerando su luz de por él
hipótesis podemos pensar que el modo excéntrico todas las voces nuevas de Francia y el canto de los cinco
continentes, / en su trasiego intimo y bondadosamente
en que Mastronardi se insertó en el movimiento
paciente, entre mate y cigarrillo ... I Por él, ah, el primer
vanguardista, cediendo y sin ceder sus Supcrvielle y las primeras maniobras para haccnne ir a
posiciones simbolistas, debe haber alentado a otros. / Y por él. y por César, y por Policho, al cabo. los
Ortiz quien, de este modo, se volvió por un menos malos hilvanes en la primera luz ... " en Obra
tiempo beneficiario de las "experiencias Completa. cit, p.467-468.
poéticas" de aquél. Luego, el proceso parece
haber seguido el camino que Harold Bloom en
La angustia de las influencias designó bajo el
nombre de clinamen:

Un poeta se desvía bruscamente de su precursor


leyendo el poema de éste de tal modo que ejecuta un
clinamen con respecto a él. Esto aparece como un
movimiento correctivo en su propio poema, lo cual
implica que el poema precursor llegó hasta cierto
punto de manera exacta, pero habría debido desviarse
precisamente en la dirección hacia la que se mueve el
nuevo poema16

En el ·año 1953, Ortiz escribe su poema


"Gualeguay", que va a ser publicado al año
siguiente, en La brisa profanda. Para esa misma
época, Mastronardi está corrigiendo, otra vez, su
11
Luz de provincia", cincelando, otra vez, sus
versos alejandrinos, mientras Ortiz da fonna a
ese poema fundamental de su programa que
recoge, por un lado, como si fuese una red,
varias de las preocupaciones centrales de su
poética desarrolladas hasta ese momento en sus

Mastronardi y la complicidad consecuente de César


Tiempo y C. Córdoba Iturburu." "Notas autobiográficas"
en Obra Completa, cit, p.1102-1103
16
Bloom, Harold, La angustia de las influencias, Caracas,
Monte A vila, 1991 • p.22-23

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