Este documento narra la historia de tres hermanos que debían repartirse una herencia de 35 camellos de acuerdo a las fracciones establecidas en el testamento de su padre: la mitad para el mayor, una tercera parte para el del medio y una novena parte para el menor. Ninguno estaba conforme con las particiones propuestas. Beremiz, un viajero inteligente, ofrece resolver el problema agregando un camello más y repartiendo los 36 de forma equitativa.
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Este documento narra la historia de tres hermanos que debían repartirse una herencia de 35 camellos de acuerdo a las fracciones establecidas en el testamento de su padre: la mitad para el mayor, una tercera parte para el del medio y una novena parte para el menor. Ninguno estaba conforme con las particiones propuestas. Beremiz, un viajero inteligente, ofrece resolver el problema agregando un camello más y repartiendo los 36 de forma equitativa.
Este documento narra la historia de tres hermanos que debían repartirse una herencia de 35 camellos de acuerdo a las fracciones establecidas en el testamento de su padre: la mitad para el mayor, una tercera parte para el del medio y una novena parte para el menor. Ninguno estaba conforme con las particiones propuestas. Beremiz, un viajero inteligente, ofrece resolver el problema agregando un camello más y repartiendo los 36 de forma equitativa.
Este documento narra la historia de tres hermanos que debían repartirse una herencia de 35 camellos de acuerdo a las fracciones establecidas en el testamento de su padre: la mitad para el mayor, una tercera parte para el del medio y una novena parte para el menor. Ninguno estaba conforme con las particiones propuestas. Beremiz, un viajero inteligente, ofrece resolver el problema agregando un camello más y repartiendo los 36 de forma equitativa.
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La herencia de los tres hermanos… Una historia de fracciones
Cuenta la historia, narrada por el bagdalí compañero de
viaje de Beremiz Samir, de la siguiente manera:
«Cerca de un viejo albergue de caravanas medio
abandonado, vimos tres hombres que discutían acaloradamente junto a un hato de camellos.
Entre gritos e improperios, en plena discusión, braceando
como posesos, se oían exclamaciones:
– ¡Qué no puede ser!
– ¡Es un robo!
– ¡Pues yo no estoy de acuerdo!
El inteligente Beremiz procuró informarse de lo que
discutían.
– Somos hermanos, explicó el más viejo, y recibimos como
herencia esos 35 camellos. Según la voluntad expresa de mi padre, me corresponde la mitad, a mi hermano Hamed Namir una tercera parte y a Harim, el más jóven, sólo una novena parte. No sabemos, sin embargo, cómo efectuar la partición y a cada reparto propuesto por uno de nosotros sigue la negativa de los otros dos. Ninguna de las particiones ensayadas hasta el momento nos ha ofrecido un resultado aceptable. Si la mitad de 35 es 17 y medio, si la tercera parte y también la novena de dicha cantidad tampoco son exactas ¿cómo proceder a tal partición?
– Muy sencillo, dijo Beremiz. Yo me comprometo a hacer
con justicia ese reparto, mas antes permítanme que una a esos 35 camellos de la herencia este expléndido animal que nos trajo aquí en buena hora.
En este punto intervine en la cuestión:
– ¿Cómo voy a permitir semejante locura? ¿Cómo vamos a
seguir el viaje si nos quedamos sin el camello? – No te preocupes, bagdalí, me dijo en voz baja Beremiz. Sé muy bien lo que estoy haciendo. Cédeme tu camello y verás a que conclusión llegamos.
Y tal fue el tono de seguridad con que lo dijo que le
entregué sin el menor titubeo mi bello jamal, que, inmediatamente, pasó a incrementar la cáfila que debía ser repartida entre los tres herederos.
– Amigos míos, dijo, voy a hacer la división justa y exacta de
los camellos, que como ahora ven son 36.
Y volviéndose hacia el más viejo de los hermanos, habló así:
– Tendrías que recibir, amigo mío, la mitad de 35, esto es:
17 y medio. Pues bien, recibirás la mitad de 36 y, por tanto, 18. Nada tienes que reclamar puesto que sales ganando con esta división.
Y dirigiéndose al segundo heredero, continuó:
– Y tú, Hamed, tendrías que recibir un tercio de 35, es decir
11 y poco más. Recibirás un tercio de 36, esto es, 12. No podrás protestar, pues también tú sales ganando en la división.
Y, por fín, dijo al más joven:
– Y tú, joven Harim Namir, según la última voluntad de tu
padre, tendrías que recibir una novena parte de 35, o sea 3 camellos y parte del otro. Sin embargo, te daré la novena parte de 36, o sea, 4. Tu ganancia será también notable y bien podrás agradecerme el resultado. Y concluyó con la mayor seguridad:
– Por esta ventajosa división que a todos ha favorecido,
corresponden 18 camellos al primero, 12 al segundo y 4 al tercero, lo que da un resultado – 18+12+4 – de 34 camellos. De los 36 camellos sobran por tanto dos. Uno, como saben, pertenece al bagdalí, mi amigo y compañero; otro es justo que me corresponda, por haber resuelto a satisfacción de todos el complicado problema de la herencia.
– Eres inteligente, extranjero, exclamó el más viejo de los
tres hermanos, y aceptamos tu división con la seguridad de que fue hecha con justicia y equidad.»
Sin duda el relato es interesante, o al menos así me lo
parece a mí, y el desenlace como poco sorprendente a primera vista. Ahora bien, está claro que Beremiz era un hombre inteligente y conocedor de las matemáticas y de los números, porque…
¿Sabrías decir dónde está la clave de esta historia?
Es sencillo.
Lo lógico es comprobar que las tres partes en que ha de
dividirse la herencia se corresponden con el total. Vamos a sumarlas: 1/2 + 1/3 + 1/9 = 9/18 + 6/18 + 2/18 = 17/18
Como observamos, con esas tres fracciones no se está
repartiendo la totalidad de la herencia. Concretamente, de los 35 camellos se estarían repartiendo… 35 · 17/18 = 33,055… Es decir 33 camellos y «poco más» (utilizando la misma expresión de Beremiz) ¡Lógico que en las cuentas de los tres hermanos no saliera un número de camellos «exacto»!
Beremiz esto lo advirtió rápidamente, y dado que…
17/18 = 34/36
Se dió cuenta de que si añadía un camello más a los 35
que formaban la herencia, en realidad con esas particiones estaría repartiendo 34 camellos y no 36. Con lo que no solamente podría recuperar tranquilamente el camello que había añadido, sino que también podría reclamar en compensación por resolver la situación el otro camello que quedaba sin repartir. Con su habilidad con las matemáticas y su poder de convicción, Beremiz se había convertido en el heredero inesperado de 1/35 de la cálifa. 32. HERENCIA DE 17 CAMELLOS.
Un árabe dejó al morir a sus
tres hijos una herencia de 17 hermosos camellos, especificando que habían de repartirla de la siguiente manera: al mayor la mitad de los camellos, al mediano la tercera parte y al menor la novena parte.
Los jóvenes herederos estaban desesperados, ya que
evidentemente no podían repartir los 17 camellos de esta manera sin la colaboración del carnicero.
Buscaron finalmente los consejos de un anciano y
sabio amigo que prometió su ayuda.
Al día siguiente se presentó en la cuadra llevando un
camello de su propiedad.
Lo juntó a los 17 y dijo a los hermanos que ya podían
proceder al reparto.
El mayor se llevó la mitad de los 18, o sea 9, el
mediano un tercio de los 18, es decir 6; y el pequeño un noveno de los 18, o sea 2.
Cuando ya se hubieron llevado los 17 primeros
camellos, el anciano cogió el suyo y se marchó.
¿El truco?
Ves en la tienda un pantalón a 97 soles pero no tienes el
dinero para comprarlo asi qe pides 50 soles de tu padre y 50 soles de tu madre osea 100 soles compras el pantalon y te dan 3 soles de vuelto le das 1 sol a tu padre y 1 sol a tu madre el otro 1 sol para ti ahora le debes 49 soles a tu padre y 49 soles a tu madre , 49 mas 49 es 98 mas un sol de ti 99 donde diablos esta el un sol perdido
uedan ayudarme con la respuesta....
llegan 3 amigos a un hotel y el encargado de la recepcion
les cobra S/. 30 por la habitacion cada uno pone S/.10 y pagan la habitacion, al poco rato llega el dueño del hotel y le pregunta al de la recepcion si llego algun cliente, este le contesta que si y que les cobro S/.30 a lo que el dueño le dice que les cobre S/.25 y les regrese S/.5, el encargado sube a la habitacion para entregarle el dinero pero en el camino el encargado penso en que no les regresaria los S/.5 sino que solo les daria S/.3 y el se quedaria con S/.2, y asi fue le regreso el dinero dandoles un peso a cada uno. AHORA LA PREGUNTA ES... si les regreso un peso a cada amigo entonces cada uno finalmente aporto S/.9 entonces si cada uno dio S/.9 entre los 3 dieron S/.27 y el encargado se quedo con S/.2 dan S/.29 donde quedo el sol S/.1? OJALA Y PUEDAN AYUDARME ya que no se la solucion. Gracias
El reto consiste en unir los siguientes 9 puntos con 4 rectas sin