Dieta Hipocalórica
Dieta Hipocalórica
Dieta Hipocalórica
Características generales
Son aquellas en las que ingerimos menos calorías de las que gastamos a lo largo
del día. Se caracteriza por una alimentación variada en la que se cocina sin grasas
(vapor, hervido, asado) y en la que se reduce la sal para evitar retención de líquidos.
En este sentido, la dieta hipocalórica se basa en un menú diario preestablecido en
que la comida va pesada y se indican las formas de cocinar el alimento de modo
que se asegura la ingestión de una cantidad determinada de calorías. Así existen
dietas de 1.200 calorías, de 1.500, de 1.750, etc. Cuando no se sigue correctamente
suele tener efectos secundarios como el efecto de rebote (un aumento de peso)
El fundamento de esta dieta consiste en el balance de calorías consumidas frente a
las "quemadas" con la actividad diaria. El ritmo de ganar peso dependerá de este
balance. Se caracteriza por una reducción de cantidad de alimentos, al mismo
tiempo que una limitación de la ingesta de alimentos con gran densidad calórica.
Dependiendo de la actividad física diaria de la persona, y de su metabolismo basal
se fija una cantidad o nivel de referencia de ingesta de calorías por día. Tras ello se
organiza un sistema de menús que cumpla con el nivel fijado. Al reducir la ingesta
de calorías, y quedar por debajo del nivel necesario (balance calórico negativo), el
cuerpo consume calorías del tejido adiposo, perdiendo peso y reduciendo volumen.
Por regla general produce un cambio en el índice de masa corporal (relación
peso/talla).
En una dieta hipocalórica, la aportación total de energía debe proceder, como
máximo en un 30% de la grasa, entre un 10% y 15% de las proteínas y entre un
55% y 60% de los carbohidratos. Un consumo moderado de grasas, una
alimentación rica en frutas, verduras y productos integrales, así como realizar
suficiente ejercicio físico, son los principales requisitos para mantener un control de
peso. Se debe ejercitar el cuerpo, al menos, con 45 minutos al día con actividades
aeróbicas, como caminar, correr o montar en bicicleta, y con entrenamiento
muscular localizado, al menos, 3 veces a la semana.
La necesidad energética en una dieta hipocalórica se cubre principalmente con
alimentos vegetales y, en menor medida, con alimentos de origen animal, como la
carne, los huevos y el pescado. Para que los carbohidratos produzcan saciedad, es
preferible que procedan de verduras, patatas y productos integrales. Esta base se
complementará con leche y productos lácteos desnatados, así como pescado y
derivados del pescado bajos en grasas.
Clasificación de las dietas hipocalóricas
A) Dietas hipocalóricas equilibradas:
Este tipo de dietas son las más recomendadas por organismos y sociedades
científicas, para el tratamiento de la obesidad. Generalmente, se entiende que estas
dietas tienen un aporte calórico total superior a 800 kcal diarias y originan un déficit
calórico de entre 500 y 1000 kcal/día. La distribución de macronutrientes es bastante
similar a las recomendaciones de población general en lo que se refiere a una dieta
equilibrada, aunque con algunas modificaciones respecto a las proteínas, donde el
contenido calórico total de estas se incrementa.
B) Dietas de muy bajo contenido calórico (DMBC) o ayuno modificado:
Estas dietas se caracterizan por ser muy bajas en calorías y aportar entre 400 y 800
kcal, habitualmente en forma de preparados farmacéuticos e incluyendo en su
fórmula proteínas, vitaminas y minerales. La prescripción de estas dietas debe
hacerse únicamente bajo control médico, en pacientes que presenten una obesidad
mórbida (IMC > 30 kg/m2) y requieran una pérdida de peso rápida a causa de alguna
patología asociada. El período de prescripción de la dieta no debe superar las 16
semanas de duración.
C) Dietas hipocalóricas desequilibradas.
Este tipo de dietas se caracterizan por ser desequilibradas en macronutrientes y
podemos encontrar distintos tipos en función del porcentaje de macronutriente que
se modifique:
1) Dietas con un contenido alto de proteínas y grasas y bajas en carbohidratos
(<20%). Se caracterizan por la supresión del apetito a causa de la cetogénesis que
producen, pero presentan déficit en vitamina C, aumentan los niveles de ácido úrico
y colesterol y provocan náuseas, hipotensión y fatiga.
2) Dietas con un bajo contenido en grasas (20-25%) y altas en proteínas (40-45%).
Presentan déficit en vitamina A y C, hierro y tiamina.
3) Dietas con alto contenido en hidratos de carbono, bajas en proteínas (25 g) y
grasas (<10%). Estas dietas son deficitarias en hierro, ácidos grasos esenciales y
vitaminas liposolubles.
Fases
Puede variar dependiendo el peso y las actividades del paciente, así como su
disponibilidad para seguir el plan y el tipo de dieta hipocalórica que se le establezca.
Se sugiere dividirla en tres fases.
Fase 1: régimen de 3 días a 10 días (menú establecido por el nutriólogo)
Fase 2: régimen de 7-14 días (menú establecido por el nutriólogo)
Fase de mantenimiento: fase de reincorporación a una dieta saludable que haga
mantener el peso del paciente. Se trata de evitar ingerir grasas para así compensar
el aumento de calorías haciendo ejercicio aeróbico diario con el objetivo de
mantenerse en el peso ideal.
Fuente bibliográfica
J. SALAS-SALVADO, (2004), Nutrición y dietética clínica, Madrid, Elsevier España,
Cap. 15
Nutrición Clínica – Maria Elena Téllez Villagomez, segunda edición
http://www.henufood.com/nutricion-salud/mejora-tu-salud/obesidad-en-la-edad-
adulta-capitulo-ii-dietas-hipocaloricas/index.html
https://antiagingsshop.com/es/blog/nutricion/dieta-hipocalorica-a-base-de-
proteinas/
https://www.zonadiet.com/alimentacion/dieta-hipocalorica.htm
http://sancyd.es/comedores/discapacitados/menu.dieta.hipocalorica.php