Abuso Del Derecho Obligaciones

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Figuras actas generadores de las obligaciones:

ABUSO DE DERECHO: la teoría del abuso de derecho estudia la posibilidad de incurrir en


responsabilidad civil al causar un daño a otro en el ejercicio de un derecho subjetivo. P.ej cuando se
utiliza el derecho de propiedad para causar un daño al vecino, sin ningún interés serio y legítimo,
cuando teniendo varias alternativas para ejercer su derecho escoja la que pueda causar a un tercero el
más grave perjuicio. ART 1185: “Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro,
excediendo, en el ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista de
cual le ha sido conferido ese derecho.”

Se dice del ejercicio de un derecho excediendo los límites fijados por la buena fe o por el fin en vista del
cual ese derecho se ha conferido. En el derecho moderno ha terminado por imponerse la teoría del
abuso del derecho no sólo en la doctrina, sino también en la jurisprudencia y en algunas leyes. En otras
palabras, se ha impuesto definitivamente una concepción relativa de los derechos subjetivos (ya no son
potestades absolutas, incausadas, de los particulares).
Mucho se ha discutido acerca de los orígenes históricos de esta institución.
Se sostiene que la idea estuvo ya en germen en el derecho romano y que algunas leyes de las partidas
involucraban una aplicación del concepto. Pero lo cierto es que la concepción científica de la teoría y su
aplicación práctica con carácter general es una conquista muy reciente. La idea comenzó a penetrar
timidamente en la jurisprudencia francesa a fines del siglo pasado, y desde entonces ha tenido
un desarrollomagnífico y fecundo.
El "abuso del derecho" se ha abierto camino en el pensamiento contemporáneo, no sin vencer
serias resistencias.
Los juristas liberales han mirado con indisimulada desconfianza esta institución.
Para ellos, las libertades humanas fincan en el respeto incondicional de los textos legales. Solo
la ley puede y debe marcar el límite de las actividades del hombre; mientras las personas actúan dentro
de aquellos límites, no hay por que investigar su intención o preocuparse por el perjuicio sufrido por
terceros. De lo contrario, no habría derechos; todos estaríamos sometidos a la arbitrariedad de los
poderes públicos, la libertad y la seguridad quedarían perdidas y el espíritu de iniciativa ahogado. Es
necesario que los hombres tengan algo seguro como base para desenvolver sus actividades, que
sepan de una manera clara y definida que es lo que pueden y lo que no pueden hacer. Y la única
manera de fijar de un modo cierto ese campo de acción es la ley. No obstante la fuerza lógica de éstos
argumentos, la teoría del abuso del derecho se ha abierto paso con pie firme. Podrá discutirse el acierto
lógico y gramatical de la expresión "abuso del derecho", pero lo que no cabe discutir ya es que no se
puede permitir el ejercicio de los derechos mas allá de los límites de la buena fe.

2. Naturaleza La doctrina discute si se trata de una fuente autónoma de las obligaciones o es una
proyección del hecho ilícito. Se dice que surge como fenómeno político-cultural, como resultado del
conflicto de derechos o como una manifestación del hecho ilícito15. Refiere Pittier que para constituir
una fuente autónoma tendría que tener elementos y consecuencias distintas a las otras fuentes de las
Obligaciones, siendo que para que se configure bastan los mismos elementos relativos a la
responsabilidad civil en general entre los que se incluye la culpa. Pues aunque con dinámica distinta a
la culpa nadie ha pretendido que la responsabilidad por hecho ajeno o por cosas sea una fuente
autónoma sino un caso de responsabilidad objetiva16. Por lo que para el autor el abuso del derecho
supone una extensión del concepto clásico de culpa, pues el artículo 1185 del CC contiene dos
supuestos de responsabilidad extracontractual: por hecho ilícito y por otra parte el abuso de derecho.
Sin embargo el autor concluye que “estos dos supuestos están comprendidos en un concepto amplio de
culpa y en consecuencia, en ambas situaciones nos encontramos frente a un hecho ilícito”

Requisitos o condiciones La doctrina refiere las condiciones o requisitos del abuso de derecho: 1. Es
necesario un daño material o moral43 experimentado por la víctima y causado por el autor del acto
abusivo. 2. Es necesario un acto abusivo de un derecho por parte de su titular. Que según indica la
norma haya excedido en su ejercicio los límites de la “buena fe” o por el “objeto en vista del cual le ha
sido conferido ese derecho”. Podrán considerarse los criterios relativos a la naturaleza interna del abuso
de derecho. 3. La relación de causalidad entre el acto abusivo y el daño
Se requiere precisar los dos supuestos de la norma del artículo 1185 CC: “exceder los límites fijados
por la buena fe” o “el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese derecho”. Está claro que este
último es ajeno a la idea de culpa, a diferencia del primero pues es discutible que no medie culpa
cuando no somos capaces de percibir que nuestra actuación aunque constituida en un derecho, excede
los límites de la buena fe y propicia un grave perjuicio a un tercero, configurándose un ejercicio
“abusivo” del mismo. En todo caso se afirma que exceder los límites de la buena fe, debe ser probado,
toda vez que la buena fe se presume49, pero ello no acontece en el segundo supuesto, a saber, “el
objeto en vista del cual le ha sido conferido”. Algunos en la doctrina extranjera entre sus requisitos
parecen incluir un equivalente asociado al discernimiento, lo cual encontraría apoyo en nuestro artículo
1186 CC. Así como se refiere que ha de tratarse de un grave daño, ya que no cualquier daño es
suficiente para configurar el ejercicio abusivo del derecho: debe ser grave, desproporcionado, anormal y
excesivo; de tal magnitud que resulte una injusticia50. Ciertamente el carácter discrecional del Juzgador
en la interpretación de la figura será fundamental. “El juez, en razón de su tarea que lo pone a diario en
contacto con los aspectos patológicos del funcionamiento social, es el primero en advertir el inadecuado
uso que se da al dispositivo legal, y -con las armas que le brinda la teoría del abuso- procura poner un
correctivo; si lo logra, el cambio social se habrá encauzado por senderos que hacen innecesario el
cambio legislativo, pues las normas siguen brindando soluciones de justicia. Pero si las prácticas
desleales cunden y se multiplican, habrá llegado el momento de que intervenga el legislador para
consagrar nuevas fórmulas que atiendan adecuadamente a los problemas que se plantean, y en esa
oportunidad le serán útiles todos los precedentes judiciales, que aportarán un cúmulo de experiencias
que deberán ser tomadas en consideración por el legislador”51. Incumbe a la víctima la prueba de la
concurrencia del daño, la causa que la motiva y la relación de causalidad entre el daño y el ejercicio
abusivo de un derecho.
Efectos La figura produce el efecto de reparar el daño causado, bien sea a través de una reparación en
especie o compensatoria. Se afirma que “el hecho ilícito y el abuso de derecho son capaces de producir
daños, los cuales no son tolerados ni consentidos por el ordenamiento jurídico, motivo por el cual
generan responsabilidad civil, en las que están comprendidos tanto los daños materiales como los
morales, por disposición del artículo 1.196 del Código Civil”. Su sanción es discutida aunque da derecho
a daños y perjuicios. Se afirma que como la teoría del abuso de derecho ha sido desarrolla en una
época reciente sus contornos permanecen indecisos55. La doctrina señala que la redacción de la
norma que lo consagra no es precisamente la más feliz, dada su vaguedad que otorga un gran margen
de actuación a la autoridad judicial propiciando la inseguridad jurídica56, creándose una suerte
anarquía porque tal redacción puede llevar que los jueces según su concepción o principios resuelvan
en forma distinta.
SISTEMA LEGAL EN VENEZUELA
El Código Civil Venezolano trata del abuso de derecho en el segundo párrafo del artículo 1185
del Código Civil: " debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo, en el
ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido
conferido ese derecho". El abuso de derecho aparece consagrado por primera vez en forma expresa
por nuestro ordenamiento jurídico en el Código Civil del año 1942, vigente en la actualidad. No obstante
que técnicamente constituye una fuente de obligaciones, en Venezuela, siguiendo se la orientación del
proyecto franco-italiano de las obligaciones, se colocó la disposición que lo consagra dentro del artículo
correspondiente al hecho ilícito (segundo párrafo del artículo 1185); de modo que parece como si se
tratara de un caso particular de responsabilidad por hecho ilícito, concretamente de un caso particular
de responsabilidad civil ordinaria. Esta ordenación del legislador no ha dejado de ser criticada por la
doctrina venezolana, que aduce que su ubicación al lado del hecho ilícito sólo constituyan fuente de
confusión, oro cuanto el abuso de derecho no es un caso particular de hecho ilícito sino una fuente
autónoma, con caracteres propios y perfectamente delimitados. La razón de tal prescripción por parte
del legislador puede encontrarse la posición adoptada por los redactores del proyecto franco-italianos,
quienes no quisieron tomar una decisión definitiva sobre la naturaleza del abuso de derecho y
prefirieron colocarlo como un caso especial o particular de responsabilidad ordinaria. Respecto a la
posición de doctrina se afirma que el código civil al igual que el proyecto franco-italiano de las
obligaciones, acoge un criterio mixto: por una parte, el criterio internacional al decir que en el ejercicio
del derecho al titular no debe exceder "los límites trazados por la buena fe"; y por la otra, el criterio
finalista, al añadir "o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido este derecho". En opinión de
algunos autores, nuestro legislador, al acoger la tesis de la buena fe, no está afectando el criterio
internacional, sino confirmando el criterio finalista, pues la buena fe involucra un sentido de probidad en
el cumplimiento de las obligaciones, mediante el cual el titular de un derecho no puede pretender más,
ni el deudor pretender tolerarle menos, todo lo cual se compagina con la finalidad para la cual ha sido
conferido el derecho
Ejemplos prácticos de abuso de los derechos.
Antes de seguir, veamos algunos ejemplos prácticos de abuso de los derechos, con lo cual se
tendrá un discernimiento más claro sobre cuál debe ser el criterio de su determinación: El de un
propietario, que, sin interés para él, levanta una chimenea desproporcionada que perjudica al vecino
quitándole sol, luz, vista, etc. El del propietario de un predio contiguo al de una compañía constructora
de dirigibles, que levanta una cerca alta rematada de picas de hierro que son un peligro para la salida y
entrada de aquellos aparatos, a fin de obligar a la compañía a que le compre su terreno; el de quien
recurre a las vías del derecho sólo para perjudicar al demandado; o con la más absoluta carencia de
fundamento jurídico, temerariamente; o embarga y secuestra exageradamente, sin medida; el del
inquilino que perturba la tranquilidad de los vecinos con canto, ruidos o música, alto volumen; el
sindicato que utiliza la huelga para destruir bienes de la empresa a fin de forzarla a conciliar; el que
revocó una oferta para causar perjuicios al destinatario u obtener ventajas excesivas, etc. En todos
estos casos y todo lo similares, el titular del derecho abusa de su ejercicio causando daño a otro, de
modo que doctrina y jurisprudencia consideran que debe ser obligado a indemnizarlo. Por otra parte el
abuso del derecho en el artículo 1185 del Código Civil y su tenor es el siguiente: “El que con intención,
o por negligencia o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a repararlo. Debe
igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo, en el ejercicio de su derecho,
los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese derecho”. El
artículo contempla dos situaciones diferentes en su primera parte al hecho ilícito; y en segunda parte; al
abuso de derecho y normalmente el Código Civil fija elementos que diferencian en el uno del otro, le
señala características propias y exige prueba del hecho y circunstancias distintas, aún cuando estén
contenidas en una misma disposición. En el caso del hecho ilícito; basta probar el daño causado por el
hecho intencional, negligencia o impudencia del otro, cuestión sencilla y elemental para que surja la
obligación de reparar el daño causado por el agente del daño a la víctima: el abuso del derecho
conlleva una situación más complicada y encierra un delicado problema jurídico, que exige precisar
cuándo se ha hecho uso racional de un derecho y cuando se ha abusado del mismo. De acuerdo con la
disposición transcrita para que proceda una reclamación, con el motivo del ejercicio de un derecho, es
menester que el titular del derecho accionado, haya actuado de mala fe o excediendo en el ejercicio de
su derecho, los fines normales o del ámbito al cual se ha de aplicar ese derecho. La buena fe implica
que existe concordancia entre el acto y el proceso espiritual previo que lo hubo planeado y concebido,
con vista de los fines. Si el agente o el ejecutor del acto creyó que se conducía conforme a derecho, no
es posible atribuirle mala fe; y es sabida la presunción de buena fe, como regla para todos los actos de
la vida civil, lo que involucra para quien alega para mala fe, la obligación de probarla.

*ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA: es la transferencia injustificada de un patrimonio a otro. ART 1942:


“Aquél que se enriquece sin causa en perjuicio de otra persona, está obligado a indemnizarla, dentro
del límite de su propio enriquecimiento, de todo lo que aquélla se haya empobrecido.” Esta figura
responde al principio de que nadie puede aumentar su patrimonio a costa de otra persona, rompiéndose
el equilibrio patrimonial sin que exista un motivo jurídico. La acción por enriquecimiento sin causa no
indemniza necesariamente todo el daño sufrido por el empobrecido ni despoja al enriquecido de todo su
enriquecimiento, sino que persigue una indemnización que tienda a restaurar el equilibrio patrimonial.
Dicha acción tiene carácter subsidiario y requiere de:
1) un enriquecimiento consolidado de una parte,
2) un empobrecimiento de la otra parte
3) una relación de causalidad entre el enriquecimiento y el empobrecimiento
4) ausencia de causa
5) ausencia de interés del empobrecido.
El enriquecimiento sin causa puede darse por aumento del patrimonio, por no aumento del
pasivo, por mejoras en una propiedad del enriquecido, por gozar de una cosa que no le pertenece o por
recibir servicios remunerados de un tercero.
NOTA: El incapaz sólo está obligado a restituir lo que se convirtió en su provecho. El accipiens
de buena fe no está obligado a pagar intereses ni restituir frutos.

Concepto: Es un principio general del derecho el de que nadie pueda enriquecerse con daño o
detrimento de otro y que si ello ocurre, el enriquecido debe restituir.

Fundamento legal: El enriquecimiento sin causa constituye una de las fuentes de las obligaciones de
nuestro ordenamiento jurídico positivo; aparece en el Art. 1.184 CCV que establece: "Aquél que se
enriquece sin causa en perjuicio de otra persona, está obligado a indemnizarla, dentro del límite de si
propio enriquecimiento, de todo lo que aquella se haya empobrecido".

Efecto jurídico: Los efectos jurídicos están dados por la creación, extinción y modificación de un
derecho.

Naturaleza de la acción por enriquecimiento sin causa (Acción In Rem Verso)


La acción in rem verso tiene como finalidad la restitución o reestablecimiento del equilibrio patrimonial
alterado entre los sujetos de derecho (enriquecido y empobrecido), por lo tanto es una acción de
equidad que no aspira a indemnizar al empobrecido de todo su empobrecimiento, ni tampoco despojar
al enriquecido de todo su enriquecimiento, sino persigue restaurar en lo posible el equilibrio patrimonial
entre las partes.

Requisitos de la Acción In Rem Verso

Para que haya lugar a la acción por enriquecimiento sin causa se declaran necesarios cuatro requisitos
fundamentales:

Un enriquecimiento: consiste en todo aumento del patrimonio del enriquecido o demandado.

Un empobrecimiento: consiste en toda disminución del patrimonio de una persona, pudiendo efectuarse
mediante una disminución del activo; o en un no aumento del activo.

Relación de causalidad entre el enriquecimiento y el empobrecimiento: la disminución de patrimonio


experimentada por el empobrecido va a convertirse en el incremento del patrimonio experimentado por
el enriquecido; donde el empobrecimiento representa la causa y el enriquecimiento el efecto.

Ausencia de culpa: por ausencia de culpa se entiende que el enriquecimiento debe carecer de una
causa que lo justifique, conforme al ordenamiento jurídico positivo.

Efectos

El efecto del enriquecimiento sin causa es el nacimiento de la obligación de indemnización, por parte
del enriquecido a favor del empobrecido.

Se cita que propicia la acción in rem verso64, que pretende restablecer el equilibrio patrimonial,
logrando una indemnización justamente igual o limitada al enriquecimiento experimentado, sin que se
pueda exceder más allá de allí, por no tratarse de una indemnización de daños y perjuicios. Vale
recordar que la figura y por ende la acción procede al margen de la culpa. No constituye una acción de
responsabilidad civil que tienda a reparar todo el daño. La acción in rem verso presenta carácter
subsidiario65, de tal suerte que no prospera si procede otra acción (así lo prevé expresamente el CC
italiano de 1942 a diferencia del nuestro). Agrega Palacios Herrera que las limitaciones de la acción in
rem verso impiden que se ejercite abusivamente, pues el demandante obtendrá menos que con la
acción específica66. Sin embargo, algunos no ven una nítida línea divisoria entre el hecho ilícito y el
enriquecimiento sin causa67. Pero se aclara que la figura en estudio no precisa culpa a diferencia del
hecho ilícito; y el enriquecimiento sin causa alcanza a los incapaces de obrar privados de
discernimiento, mientras que el incapaz sin discernimiento no responde por hecho ilícito (1186 CC),
pues la capacidad delictual depende del discernimiento. Mientras que se responde en forma principal
del enriquecimiento injusto68. En el hecho ilícito no se precisa que el agente se haya enriquecido, en
tanto que la acción in rem verso precisa que haya operado enriquecimiento del demandado y
empobrecimiento del actor. A ésta última se reduce estrictamente el monto de la indemnización por
enriquecimiento sin causa, a diferencia de del hecho ilícito que se extiende al daño moral y material69.
Sin embargo, se aclara que de mediar mala fe en el enriquecimiento sin causa podría tener lugar una
acción más amplia por hecho ilícito, a saber, daños y perjuicios70. La norma citada del 1184 CC indica
que la acción procede dentro “límite de su propio enriquecimiento, de todo lo que aquélla se haya
empobrecido”, por lo que la situación es lejana a una acción de daños y perjuicios sino que
simplemente pretende el restablecimiento patrimonial. Algunos dudan que dicha acción sea diferente a
una acción de reembolso71; más aún, dudan de que la figura no esté incursa en simples peticiones de
principio al definir el enriquecimiento injusto por el empobrecimiento de otro, por lo que se precisaría
romper el círculo vicioso reduciendo su campo de aplicación intentando una tipificación o formación de
tipos que permitan una concreción de la regla72. No hay dificultad en admitir que la figura impone a la
persona que ha obtenido un valor económico, la obligación de restituirlo atendiendo al hecho de que la
obtención de ese valor presenta determinadas taras o anomalías. La dificultad estriba en precisar
cuáles de éstas últimas determinarían la obligación restitutoria73. Recientemente consideramos la
posibilidad de la acción in rem verso si se configuran sus requisitos no obstante la existencia de
capitulaciones matrimoniales74. A la tesis del enriquecimiento injusto se la puede llamar a la
moralización de la vida jurídica, mediante la rectificación de los resultados de las ope raciones jurídicas
que se consideren indeseables, en aras de la valoración ética de los mismos75. Sin embargo, señala
Díez-Picazo que la figura es un mecanismo de escasa utilidad práctica, si se prescinde de la línea de un
derecho judicial, que no quiera estar vinculado a normas y precedentes76. Ello es compartido por
algunos indicando además que desde el punto de vista moral hay casos en que el Derecho no obliga a
restituir enriquecimientos injustos como el caso de la usucapión o la ganancia contractual producto de la
autonomía de la voluntad. Por lo que la figura prosperaría cuando exista una falta de atribución
patrimonial. Se aclara que no se debe confundir la acción en rem verso con supuestos en que la ley
obliga a restituir, pues se trata de una fuente de las obligaciones con sustantividad propia78. La figura
puede obviamente ser susceptible de extinción, por ejemplo por prescripción, renuncia, confusión,
cumplimiento, etc.

Análisis del artículo 1184 del Código Civil Venezolano

El artículo 1184 del Código Civil Venezolano consagra que si la persona que se enriquece sin causa en
perjuicio de otra persona, se encuentra en el deber de subsanar el daño indemnizándolo, dentro del
límite de su propio enriquecimiento, de todo lo que aquella se haya empobrecido

*PAGO DE LO INDEBIDO: ART 1178. “Todo pago supone una deuda: lo que ha sido pagado sin
deberse están sujeto a repetición.” Ocurre cuando una persona denominada solvens efectúa un pago o
cumplimiento en especie o dinero a otra persona denominada accipiens, sin tener causa que lo
justifique o legitime. Pretende la total restitución de lo pagado.
 Requisitos:
1)Cumplimiento de una obligación a título de pago.
2)Ausencia de causa: que el pago no responda a ninguna obligación válida entre el solvens y el
accipiens. P.ej que la obligación jamás haya nacido, o ya se haya extinguido, o se pague a quien
no era acreedor.
3)Prueba de la ausencia de causa por el solvens.
 Efectos:
-Relativos al accipiens: obligación de restituir.
-Relativos al solvens: reembolso de los gastos hechos para la conservación de la cosa y de los
gastos útiles.
El pago de lo indebido; tiene lugar cuando una persona (deudor) paga a quien no es su acreedor. La ley obliga a aquel que
ha recibido el pago tiene la obligación de repetirlo.El pago supone el cumplimiento de una obligación, y es un acto jurídico
cuyos elementos son los sujetos (solvens, y accipiens), el objeto (aquello que se paga), y la causa (entendiendo por tal tanto
la fuente - deuda anterior que sirve de antecedente al pago-, cuando el fin,, u otro objetivo al que se orienta el solvens: la
extinción de la deuda)

Así también, es una especie de enriquecimiento sin causa, que se presenta cuando, sin existir relación jurídica entre dos
personas, una de ellas entrega una cosa a la otra con el propósito de cumplir la supuesta obligación.

Todo pago presupone la existencia de una deuda; si esta no existe, la entrega no tiene razón jurídica de existir y debe ser
restituida. Tal devolución es conocida como repetición de lo indebido. En consecuencia, hay pago indebido cuando:

a. El solvens no es el deudor, a menos que actúe como tercero

b. Si el accipiens no es acreedor

c. Si el acto no tiene objeto, porque se paga algo distinto, y no hay acuerdo en la sustitución

d. Si carece de causa- fuente, porque nada se debe.

e. Si carece de causa - fin, porque por ejemplo, se pretende cancelar una obligación o se cancela otra

· Cuando el deudor obra sin animus solvendi

· Cuando el pago es hecho por error

· Cuando el pago es obtenido por medios ilícitos

El llamado pago indebido, por el contrario, adolece de la falta de alguno de estos elementos, que lo despojan del carácter
de pago. De esta manera tenemos los siguientes conceptos:

· Cuando por error se ejecuta una prestación sin que haya existido obligación de verificarla, se configura un pago indebido,
un pago falto de equidad y, por tanto, contrario a la justicia; el cual se convierte - a nuestro modo de ver - en causa eficiente
del derecho a exigir y de la obligación de restituir lo ilegítimamente pagado.

· Siempre que hay pago indebido, es porque se cumple una obligación que no existe, ya sea que carezca totalmente de
existencia y nunca la haya tenido, o se haya extinguido, o se yerre en la prestación, en quien la hace o a quien se hace.

· El desplazamiento patrimonial indebido es aquel realizado por una persona que actúa por error de derecho o de hecho al
considerarse obligado no siéndolo, creyendo extinguir una relación obligatoria que en realidad no existe o siendo realmente
deudor, al verificar el pago, no lo hace quien es titular del crédito.

REQUISITOS DEL PAGO INDEBIDO

Las condiciones o requisitos del pago de lo indebido son los siguientes:

1.- La realización de un pago, entendiéndose como tal la entrega de un cuerpo cierto o de cosas in genere. Cuando se trate
del cumplimiento de una determinada actividad o conducta, no son aplicables las reglas específicas del pago de lo indebido,
sino las del enriquecimiento sin causa, pues dichas reglas sólo parecen aplicables a aquellos casos en que la prestación
consista en la entrega de una cosa cierta in genere, pero no a la ejecución de una determinada conducta.

2.- La ausencia de causa, es la falta de justificación jurídica de esa transferencia patrimonial, es decir, la entrega no debía
efectuarse, no existía obligación de hacerla. La doctrina ha clasificado los casos en los cuales debe considerarse una
obligación como inexistente: a) Cuando la obligación no ha existido nunca, ya sea porque jamás existió la obligación, bien
porque solo existía en apariencia, bien porque por error se paga más de lo debido realmente; porque la obligación no ha
llegado a nacer válidamente, o porque la obligación que se pretende extinguir por el pago, ya se había extinguido con
anterioridad a dicho pago. b) Cuando siendo el solvens un verdadero deudor, efectúa el pago a quien no era su acreedor. c)
Cuando el verdadero acreedor recibe un pago de un solvens que no era su verdadero deudor pero que se creía
verdaderamente tal.

Ahora bien, el citado autor plantea un aspecto importante que es la prueba del error, señalando que algunos autores
sostiene el criterio de que la demostración del error es esencial para la existencia del pago de lo indebido, ya que opinan
que si una persona paga a sabiendas de que no debía, no merece protección del ordenamiento jurídico, y por lo tanto, para
quien efectúa un pago pueda disponer de la acción de repetición, se requiere que ese pago lo hubiese efectuado por error,
que es el único motivo por el cual puede pretender la protección de dicho ordenamiento, en consecuencia, tal prueba es
una condición sine qua non.

Así mismo, plantea los casos en que no procede la acción por repetición, los cuales son los siguientes: que el pago se refiera
a obligaciones naturales y fuese hecho espontáneamente; cuando un solvens creyéndose deudor, paga al verdadero
acreedor y éste se ha privado de buena fe de su título o de las garantías de su acreencia o deja prescribir la acción; y por
último cuando el accipiens haya enajenado la cosa un tercero a título gratuito. Como se puede observar, ninguna de estas
causales se aplican al caso en cuestión.

3. La prueba del error: algunos autores sostiene el criterio de que la demostración del error es esencial para la existencia del
pago de lo indebido, ya que opinan que si una persona paga a sabiendas de que no debía, no merece protección del
ordenamiento jurídico, y por lo tanto, para quien efectúa un pago pueda disponer de la acción de repetición, se requiere
que ese pago lo hubiese efectuado por error, que es el único motivo por el cual puede pretender la protección de dicho
ordenamiento, en consecuencia, tal prueba es una condición sine qua non. Así las cosas tenemos que el artículo 1.180
eiusdem plantea que quien recibió el pago de mala fe, está obligado a restituir tanto el capital como los intereses o los
frutos desde el día del pago.

El pago de lo indebido procede cuando un sujeto que no tiene vínculo jurídico alguno con otro le paga erróneamente,
siendo el error un elemento constitutivo del pago de lo indebido quedando el accipiens obligado a demostrar el error del
pago para la procedencia de la repetición de lo pagado

Pero también la doctrina fuera de nuestro orden jurídico menciona otros requisitos para la configuración del pago de lo
indebido.

a- Preexistencia de una obligación: Resulta evidente que debe existir una obligación previa que haya generado
precisamente el deber de cumplir.

El pago no basado en una obligación que le dé sustento, nos conduciría - de presentarse los requisitos de esta figura - al
tema del pago indebido. Y este conceptonos llevaría a afirmar que el pago indebido no es otra cosa que el lado oscuro del
pago, aquella faz de un pago en el cual no se verifica el cumplimiento de alguno de sus requisitos.
b- La prestación se efectúe con ánimus solvendi: El animus solvendi no es otra cosa que la voluntad del deudor para pagar,
es decir, que cuando paga es consciente de lo que está haciendo y que desea hacer lo que está haciendo (pagar).

Cabe observar que el pago efectuado sin animus solvendi podría también llevarnos a la figura del pago indebido, siempre y
cuando se cumplan los demás requisitos que la legislación y doctrina le atribuyen a esta institución. Sin lugar a duda, el
tema que constituye una de las exigencias del pago indebido.

Ello no significa que todo pago con ausencia de animus solvendi sea necesariamente un pago indebido. Sin embargo, en
aquellos casos en los que esté presente el elemento del error (configurativo del pago indebido), sí habrá ausencia de
animus solvendi.

c- Que se pague aquello que se debe: Esta exigencia se relaciona con el principio de identidad en las obligaciones, el mismo
que en el caso de las obligaciones de dar tiene su correlato en la primera de las normas del Derecho de Obligaciones, el
artículo 1132º del Código Civil, numeral que reza: "el acreedor de bien cierto no puede ser obligado a recibir otro, aunque
éste sea de mayor valor", no obstante lo cual la trascendencia del tema abarca también en las obligaciones de hacer y las de
no hacer, pudiendo concluir en que el deudor está obligado, en virtud del principio de identidad, a ejecutar la prestación
convenida y no otra.

También resulta evidente que el alejamiento del principio de identidad en la ejecución de una obligación podría llevarnos, si
se cumpliesen los demás requisitos de esta figura, al tema del pago indebido, de tal manera que estaríamos en presencia de
una deformación del pago, tal como éste debe ser, lo que nos conduciría a pensar que a través de esta derivación el pago
indebido se configura como un pago patológico, un pago que no reúne los requisitos del pago en estricto como medio
extintivo de obligaciones.

d- Que se pague integralmente lo debido: Lo ideal en materia de pago sería que se cumpliese en los términos más precisos
con lo pactado o con lo previsto por la ley, pero sabemos que en muchos casos no ocurre así, en la medida en que el
cumplimiento se aleja de las dimensiones estipuladas o legales, en desmedro, por lo general, de los intereses del acreedor.

Cuando un pago se aleje de sus requisitos, vale decir, cuando pierda ese rasgo de idoneidad que le es propio, se abre la
puerta a un camino lleno de deformaciones, al fondo del cual está la faz más oscura del pago, una faz tan deformada que
incluso llega al límite de discutirse su naturaleza misma de pago, de modo que, como ha sido visto, para algunos autores no
es pago sino una fuente más de las obligaciones.

OTROS REQUISITOS:

EL PAGO NO DEBE SER DEBIDO: El presupuesto inicial de esta institución es la inexistencia de una obligación entre quien
paga y quien acepta el pago.

A decir de Eugène Petit, el pago es indebitum cuando la obligación que el pago estaba destinado a extinguir, no existía entre
el solvens y el accipiens para el derecho civil, ni el derecho natural.

En igual sentido, Joaquín Martínez Alfaro señala que el pago indebido consiste en la ejecución por error de una prestación,
sin haber obligación entre el que la ejecuta y el que la recibe.

Eugène Gaudemete expresa que para poder hablar de pago indebido se requiere que la deuda no exista; por lo menos en
las relaciones entre el solvens y el accipiens.
Añade Gaudemete que esta condición se realiza en tres casos:

· La deuda ha podido no existir jamás, si, por ejemplo, faltó una de las condiciones para su existencia.

· La deuda puede existir, pero respecto de un acreedor que no sea el accipiens. Pedro debiendo a Pablo, paga a Santiago.
Hay deuda pero el pago se hizo a quien no era acreedor.

· Inversamente, la deuda puede existir, pero a cargo de persona distinta del solvens: Pedro paga a Pablo la deuda de
Santiago, creyendo saldar su propia deuda. Hay deuda, pero pagó persona distinta del deudor.

EL PAGO DEBE HABERSE EFECTUADO POR ERROR: Este error puede ser de hecho o de derecho, excusable o no, pero lo
importante aquí es que el deudor a [sic] efectuado un pago que no debe, por lo tanto la repetición procede, salvo que exista
por parte del solvens un animus donando, pero la palabra pago no deja ningún tipo de deudas.

El desplazamiento indebido se produce como consecuencia de un elemento motorizante; el animus pacandi y teniendo
como elemento esencial el error que en ciertos casos conllevará al enriquecimiento indebido del accipiens tendrá que
materializarse necesariamente con la entrega de algún bien, cantidad o servicio, sin causa justificante y opera en los
siguientes supuestos:

a. Ausencia de relación obligatoria

b. Que en caso exista relación obligatoria, se verifique en persona distinta

c. Se pague con prestación distinta a la debida o en demasía

d. Que el pago se ejecute a favor de persona distinta al accipiens

Cabe tomar en cuenta, que el pago hecho por error carece de causa- fin pues, no obstante existir causa- fuente (la deuda),
hay una falla en la voluntad jurídica necesaria para el acto de pago.

EFECTOS: El efecto principal del pago de lo indebido es la repetición de lo pagado, entendiéndose como tal el derecho que
tiene el solvens a que el accipiens le restituya o le devuelva la prestación o cosa que le ha cumplido o entregado. Repetir el
pago significa la devolución de lo pagado, la restitución de la prestación ejecutada.

ELEMENTOS

La Doctrina ha establecido que el pago de lo indebido tiene dos elementos que deben cumplirse para que sea procedente
en derecho la acción: A) Que se trate solo de prestaciones de dar. B) Que se pague con el ánimo de extinguir una obligación
por parte de quien se cree deudor o a quien erróneamente se le supone ser el acreedor.
*GESTIÓN DE NEGOCIOS: acto en virtud del cual una persona, denominada gestor, se ocupa
espontáneamente de los asuntos de otra, denominada dueño, estando ésta en imposibilidad de
atenderlos, sin obligación legal o convencional de hacerlo. ART 1173: “Quien sin estar obligado asume
conscientemente la gestión de un negocio ajeno, contrae la obligación de continuar la gestión
comenzada y de llevarla a término hasta que el dueño se halle en estado de proveer por sí mismo a
ella.”

 Requisitos:
1)No presencia del dueño.
2)Imposibilidad del dueño de atender sus negocios.
3)Falta de consentimiento del dueño (si no sería un mandato).
4)Ausencia de oposición del dueño.
5)Ausencia de ánimo de liberalidad del gestor.
6)Intención de gestionar.
7)Actuar en interés del dueño.
8)Iniciativa espontánea del gestor.
9)Negocio ajeno.
10)Capacidad del gestor.
 Efecto: el gestor está obligado a continuar la gestión o llevarla a término hasta que el dueño se
halle en estado de proveer por sí mismo a ella y a poner en su gestión todo el cuidado de un
buen padre de familia. El dueño está obligado a cumplir a los terceros las obligaciones
contraídas por el gestor en su nombre, indemnizar al gestor de dichas obligaciones y
reembolsarle los gastos necesarios y útiles que haya efectuado con motivo de la gestión.

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