Enfisema
Enfisema
Enfisema
La causa más común de EPOC es el tabaquismo, según lo evidencia el hecho de que del 80% al 85%
de las personas con EPOC tiene antecedentes de tabaquismo 45 . Un segundo factor menos
común es una insuficiencia hereditaria de α1 -antitripsina. Otros factores de predisposición son
asma e hipersensibilidad de las vías respiratorias.
Desafortunadamente, los hallazgos clínicos casi siempre están ausentes durante las primeras
etapas de EPOC y alrededor del 50% de los fumadores podría no tener un diagnóstico de EPOC 37
En el momento en que los síntomas aparecen o se reconocen, la enfermedad suele estar bastante
avanzada. Para fumadores con signos tempranos de enfermedad de vías respiratorias, existe la
esperanza de que el reconocimiento oportuno, combinado con tratamiento apropiado y abandono
del tabaquismo, evite o retrase el avance usualmente implacable de la enfermedad.
Dos de las causas reconocidas de enfisema son el tabaquismo, que provoca la lesión pulmonar, y
una insuficiencia hereditaria de α1 -antitripsina, una enzima antiproteasa que protege el pulmón
de lesión. La insuficiencia de AAT, el segundo problema genético más grave que afecta los
pulmones, es resultado de un gen AAT mutado en el locus 14 del gen. La AAT es un inhibidor de
proteasas que ayuda a proteger el pulmón de enzimas proteasas como elastasa de neutrófilo, la
cual daña el tejido pulmonar sano y ayuda a eliminar bacterias durante la disfunción respiratoria
aguda.
Fisiopatología
El humo del cigarrillo y otros irritantes estimulan el movimiento de células inflamatorias en los
pulmones e incrementan la liberación de elastasa y otras proteasas. En fumadores que desarrollan
EPOC, la producción y liberación de antiproteasa podrían ser inadecuadas para neutralizar el
exceso de producción de proteasa de modo que el proceso de destrucción de tejido elástico pasa
inadvertido. El tipo y cantidad de α1 -antitripsina que una persona tiene está determinado por un
par de genes codominantes denominados genes IP (inhibidores de proteína).
Tipos
El tipo panacinar produce compromiso inicial de los alvéolos periféricos y después se extiende
para afectar los bronquiolos más centrales. Este tipo de enfisema es más común en personas con
insuficiencia de α1 -antitripsina. Se encuentra también en fumadores en asociación con enfisema
centroacinar. En tales casos, el patrón panacinar tiende a presentarse en las partes inferiores del
pulmón y el enfisema centroacinar se observa en las partes superiores.
A medida que la enfermedad progresa, la respiración se vuelve cada vez más laboriosa, aun en
reposo. La fase espiratoria de la respiración es prolongada y las sibilancias espiratorias y las
crepitaciones pueden escucharse en la auscultación. Las personas con obstrucción grave del flujo
de aire también pueden exhibir el empleo de músculos accesorios, al sentarse en la posición de
«trípode» característica para facilitar el empleo de los músculos esternocleidomastoideo, escaleno
e intercostal .
La respiración con los labios fruncidos mejora el flujo de aire porque incrementa la resistencia al
flujo de salida de aire y ayuda a evitar el colapso de las vías respiratorias al incrementar su presión.
Por último, las personas con EPOC son incapaces de mantener los gases sanguíneos en la
normalidad mediante el incremento de su esfuerzo respiratorio. Se desarrollan hipoxemia,
hipercapnia y cianosis, que reflejan un desequilibrio entre ventilación y perfusión. La hipoxemia
grave, en la que los niveles de PO2 arterial caen por debajo de 55 mm Hg, causa vasoconstricción
refleja de los vasos pulmonares y posterior afectación del intercambio de gases en el pulmón. Es
más común en personas con la forma de bronquitis crónica de la EPOC. La hipoxemia estimula
también la producción de eritrocitos, lo cual causa policitemia.
En un adulto con función respiratoria normal, ésta debe alcanzarse en 4 s a 6 s. En personas con
enfermedad pulmonar crónica, el tiempo requerido para la CVF se incrementa, el VEF1 se reduce y
la relación entre VEF1 y CVF disminuye. En enfermedad grave, la CVF se reduce de modo notable.
Las mediciones del volumen pulmonar revelan incremento marcado de VR, aumento de CPT y
elevación de la relación VR-CPT. Éstas y otras mediciones del flujo espiratorio se determinan
mediante espirometría y se utilizan en el diagnóstico de EPOC.
Las mediciones de espirometría también pueden emplearse para determinar la gravedad de la
enfermedad. Por ejemplo, una relación VEF1 -CVF menor del 70% con un VEF1 del 80% o más, con
o sin síntomas, indica enfermedad leve, y una relación VEF1 -CVF menor del 70% con un VEF1 de
menos del 50%, con o sin síntomas, indica enfermedad grave 35 .
Otras medias diagnósticas cobran importancia con el avance de la enfermedad. Las medidas de
tolerancia al ejercicio, estado nutricional, saturación de hemoglobina y gases sanguíneos arteriales
pueden utilizarse para valorar el impacto global de EPOC en el estado de salud y dirigir el
tratamiento.
Las personas en etapas más avanzadas de la enfermedad a menudo necesitan medidas para
mantener y mejorar el funcionamiento físico y psicosocial, intervenciones farmacológicas y
oxigenoterapia. Evitar el humo de cigarrillo y otros irritantes ambientales de las vías respiratorias
es imperativo. Utilizar una máscara para protegerse del clima frío con frecuencia previene la
disnea y el broncoespasmo ocasionados por exposición al aire frío y el viento.
Las infecciones del tracto respiratorio han probado ser una amenaza para la vida de personas con
EPOC grave. Una persona con EPOC debe evitar exponerse a otras con infecciones conocidas del
tracto respiratorio y asistir a reuniones multitudinarias durante períodos del año en que la
influenza y las infecciones del tracto respiratorio prevalecen. La inmunización contra influenza e
infecciones neumocócicas disminuye la probabilidad de que se presenten.
Mantener y mejorar el funcionamiento físico y psicológico es una parte importante del programa
terapéutico para personas con EPOC. Un programa de rehabilitación pulmonar de largo plazo
puede reducir de modo significativo las hospitalizaciones y contribuir de forma mensurable a la
capacidad personal para controlar y afrontar su padecimiento de una manera positiva. Este
programa incluye ejercicios respiratorios que se centran en restablecer la función del diafragma,
reducir el trabajo respiratorio y mejorar el intercambio de gases. El acondicionamiento físico con
entrenamiento de ejercicios apropiados incrementa el consumo máximo de oxígeno y reduce el
esfuerzo ventilatorio y la frecuencia para una determinada carga de trabajo. Las estrategias de
simplificación del trabajo y mantenimiento de energía pueden ser necesarias cuando la afectación
es grave.