Expo Limno Macroinvertebrados

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Analisis para calidad de agua:

análisis físicoquímicos: son el único método existente para la identificación y cuantificación de


contaminantes, pero sólo proporcionan valores de calidad instantánea del agua. el análisis
periódico de los parámetros físicoquímicos no es suficiente para definir la calidad del medio
acuático, puesto que estos análisis no valoran la alteración del hábitat físico.

índices biológicos:

se utilizan complementariamente a los análisis físicoquímicos, aunque con su aplicación es


imposible identificar los agentes contaminantes existentes, sus ventajas son que no se limitan al
momento de toma de la muestra; permiten descubrir cambios producidos a lo largo del tiempo, ya
que los organismos vivos presentan adaptaciones evolutivas a unas determinadas condiciones
ambientales y tienen unos límites de tolerancia a las diferentes alteraciones de las mismas, lo que
permite tener una cierta visión histórica de los acontecimientos ocurridos en un período de
tiempo, en función de la dinámica de las comunidades biológicas presentes.

Ejemplo: si en una zona determinada de un río se encuentran valores altos de oxígeno, poca
turbiedad, bajo color y baja conductividad, pero la fauna presente está dominada por oligoquetos,
moluscos y quironómidos, no hay duda de que en dicho sitio la mayor parte del tiempo
predominan condiciones de alta contaminación y que los momentos de cese de ésta son tan
breves, que son insuficientes para provocar cambios significativos en la estructura de la
comunidad.

Índices para calidad de agua:

Existen numerosos índices biológicos basados en comunidades de algas, macrófitas, bacterias,


peces y varios grupos de invertebrados. Sin embargo, los métodos biológicos más desarrollados y
extendidos entre la bibliografía especializada son los que se basan en la composición de la
comunidad de macroinvertebrados bentónicos, que son aquellos organismos que tienen un
tamaño superior a 0.3 mm de longitud y carecen de columna vertebral, como cangrejos, insectos
(larvas, pupas y adultos de algunos órdenes), moluscos, turbelarios, anélidos, entre otros. Con la
presencia/ausencia de estos organismos se pueden calcular índices bióticos, que son sistemas de
clasificar la calidad del agua otorgando una puntuación. Los métodos biológicos, nunca excluyentes
de la calidad físicoquímica, son relativamente sencillos, rápidos y de bajo costo, lo que los hace
idóneos para el monitoreo, vigilancia y control de las cuencas hidrográficas.

Se plantean métodos sencillos basados en el nivel de familia para la evaluación de los ecosistemas
acuáticos. Uno de los métodos es conocido como el BMWP (Biological Monitoring Working Party),
el cual es de amplia aceptación en la Unión Europea y en muchos otros países del mundo. El índice
ASPT (puntaje promedio por taxa) es otro índice propuesto, el cual se relaciona con la ocurrencia
de especie sensible (alto valor de índice) y especies tolerantes (bajo valor).

Historia de bioindicadores
ventajas en la utilización de bioindicadores: Las principales ventajas por las cuales se consideran
los organismos vivos como buenos indicadores de la calidad del agua son:

 Los datos biológicos responden a situaciones, no a variables únicas. Es más una respuesta
sintética que analítica.

 Los índices biológicos dan testimonio del impacto contaminante durante un período de tiempo
más o menos largo, no sólo del momento de la toma de muestras.

 La toxicidad de los contaminantes se estima por sus efectos biológicos, no por su concentración
en el agua.

 Permiten la evaluación detallada de la capacidad de respuesta del medio (magnitud del impacto
y recuperación).

 Menores costos del seguimiento biológico en comparación con el fisicoquímico, si el número de


contaminantes es elevado.

 Los resultados del análisis biológico son fáciles de expresar y de interpretar, son prácticos y
sencillos.

aceptación de los macroinvertebrados acuáticos como bioindicadores:

Cuando se habla de características ideales de un bioindicador, se observa que sólo unos pocos
organismos pueden satisfacer estos requerimientos. Muchos autores consideran los
macroinvertebrados acuáticos como los mejores bioindicadores de la calidad del agua. Les siguen,
en su orden, las algas, los protozoos, las bacterias y en menor grado, los peces, las macrófitas, los
hongos y los virus. Las razones por las cuales se consideran los macroinvertebrados como los
mejores indicadores de calidad del agua son:  Son visibles a simple vista.  Son abundantes y de
amplia distribución  Las técnicas de muestreo son fáciles, están estandarizadas y no requieren
equipos costosos.  La mayoría son sedentarios, por lo tanto, reflejan las condiciones locales.  Los
ciclos de vida relativamente largos, les permiten permanecer en los ecosistemas acuáticos el
tiempo suficiente para detectar cualquier alteración en su abundancia y diversidad.  Como son
tan diversos, presentan una gama muy grande de tolerancia frente a diferentes par ámetros de
contaminación (Hellawell, 1986 en Alba Tercedor, 1996; Rosenberg y Resh, 1993b)  Varían poco
genéticamente.  Relativamente fáciles de identificar, si se comparan con otros grupos.  No es
necesario realizar identificaciones a nivel de especie para aplicar los índices, sino que basta con
realizar el reconocimiento a nivel de familia. Esta es una gran ventaja en nuestro medio, ya que el
estado de conocimiento que se tiene en Colombia de la fauna de macroinvertebrados acuáticos,
aún no permite llegar a un refinamiento del sistema de evaluación. A pesar de que son mayores las
ventajas de la utilización de los macroinvertebrados como bioindicadores, algunas de sus
características pueden impedir su uso eficaz en actividades de biomonitoreo y requerir
consideración especial:  Ellos no responden directamente a todos los tipos de impactos (por
ejemplo herbicidas (Hawkes 1979).  Su distribución y abundancia pueden ser afectadas por otros
factores tales como velocidad de la corriente, tipo de sustrato.  Su abundancia y distribución varía
estacionalmente  La capacidad de dispersión puede llevar a los macroinvertebrados acuáticos
dentro o fuera de áreas en las cuales normalmente no se encuentran.
TIPOS DE HÁBITAT DE LOS MACROINVERTEBRADOS ACUÁTICOS En los ecosistemas dulceacuícolas
los macroinvertebrados viven tanto en aguas lóticas (ríos, arroyos, quebradas) como en aguas
lénticas (lagos, lagunas, ciénagas, embalses, etc). El hábitat es el lugar específico en que vive un
organismo y en los ecosistemas acuáticos éstos son muy heterogéneos y a cada uno de ellos
corresponde una comunidad determinada. En los ecosistemas lóticos algunos macroinvertebrados
viven adheridos a la superficie de rocas, pequeñas piedras, troncos sumergidos o restos de
vegetación; otros habitan en las orillas, adheridos a la vegetación emergente o sumergida; unos
viven sobre la superficie del agua, mientras que otros nadan en ella como los peces. Otros se
entierran en sustratos arenosos, fangosos o pedregosos. Unos prefieren corrientes rápidas, para lo
cual los organismos tienen adaptaciones corporales como ganchos, ventosas y cuerpos aplanados
para resistir la velocidad de la corriente; otros habitan en remansos. En los ecosistemas lóticos se
esperan mayores valores de diversidad de macroinvertebrados en los tramos de la corriente con
mayor heterogeneidad del sustrato, mientras que en los tramos donde el sustrato es uniforme o
existe una mayor homogeneidad del lecho de la corriente, la diversidad será menor. En los
ecosistemas lénticos los macroinvertebrados habitan principalmente el área litoral y las raíces de
las plantas acuáticas flotantes. En la zona litoral de los embalses son escasos, ya que el nivel del
agua fluctúa permanentemente. La zona profunda de los lagos por lo regular ofrece condiciones
estresantes por la falta de oxígeno y por la acumulación de gases tóxicos, por eso la fauna que allí
se encuentra en la mayoría de los casos es poco variada, pero los individuos presentes pueden ser
abundantes. Debido a lo anterior, es importante que cuando se realicen estudios para evaluar la
calidad del agua, éstos deban considerar todos los posibles hábitats presentes en área de
muestreo.

MODOS DE VIDA DE LOS MACROINVERTEBRADOS ACUÁTICOS Los macroinvertebrados reciben


diferentes nombres de acuerdo con el tipo de adaptación que presenten, ya que pueden vivir en el
fondo, en la superficie o nadar libremente.

Neuston: Son los organismos que viven sobre la superficie del agua caminando, patinando o
brincando. Sus uñas, sus patas y su exoesqueleto están recubiertos por una especie de cera que los
hace impermeables, así que en vez de hundirse, doblan la superficie del agua venciendo la tensión
superficial. Entre los representantes están las familias Gerridae, Hydrometridae y Veliidae del
Orden Hemiptera (figura 2.1).

Necton: Son los organismos que nadan libremente en el agua. Entre ellos se encuentran las
familias Corixidae y Notonectidae del orden Hemiptera (Heteroptera); Dytiscidae, Gyrinidae e
Hydrophilidae del orden Coleoptera y Baetidae del orden Ephemeroptera (figura 2.2).

Bentos: Son todos aquellos organismos que viven en el fondo, adheridos a piedras, rocas, troncos,
restos de vegetación y otros sustratos. Los principales representantes son: Ephemeroptera,
Plecoptera, Trichoptera, Megaloptera, Diptera, Mollusca y algunos Hemiptera (Heteroptera, entre
otros. También pueden encontrarse algunos enterrados en el fondo a varios centímetros de
profundidad, como la familia Euthyplociidae (Ephemeroptera). Otros, como la familia
Blephariceridae (Diptera), se adhieren fuertemente a rocas mediante un sistema de ventosas en el
abdomen. Ciertas especies pertenecientes al orden Odonata (Zygoptera) se encuentran adheridas
a vegetación acuática sumergida o emergente (figura 2.3).
Metodología de muestreo:

Para colectar la mayor diversidad posible de macroinvertebrados, es indispensable explorar


cuidadosamente el sitio de muestreo, con el fin de cubrir todos los hábitats posibles, es decir,
sustrato de fondo (arena, piedras, lodo, restos de vegetación); plantas acuáticas (flotantes,
emergentes y sumergidas); raíces de árboles, etc. Para obtener resultados comparables, el esfuerzo
de muestreo debe cubrir un área entre 10 y 20 m² y hacerse durante 20 o 30 min.

No se deben realizar muestreos después de lluvias intensas, ya que puede haber pérdida de
organismos locales o encontrarse otros arrastrados por la corriente. En ríos grandes debe hacerse
el muestreo en ambas orillas, pues la fauna puede ser diferente debido a la sombra, meandros,
composición del fondo y eventual contaminación. No debe muestrearse en la confluencia
inmediata de dos ríos, sino más abajo de la zona de mezcla. Para el muestreo de los
macroinvertebrados acuáticos existen varios métodos dependiendo del tipo de sustrato y del tipo
de estudio, si es cualitativo o cuantitativo. Si se trata de corrientes con sustratos pedregosos el
método cualitativo más utilizado es el de red de pantalla, es decir, sólo se determina la diversidad
de especies, pero no su abundancia por unidad de área. Consiste en una red de malla metálica o
plástica de aproximadamente 1.0 m2 sujetada a cada lado por dos palos de 1.5 m de longitud
(figura 3.1). Mientras una persona sostiene la malla sobre el fondo del río, otra remueve el fondo
en contra de la corriente; los organismos removidos quedan atrapados en la malla con el sustrato.
Como método cualitativo en este tipo de hábitat, también es muy útil levantar con la mano
piedras, troncos y hojas y tomar los organismos a ellos adheridos con pinzas de punta fina o
pinceles. Para tomar muestras cuantitativas en sustratos pedregosos, es decir, para conocer el
número de individuos por unidad de área, se utiliza la red Surber. Ésta consiste de un marco
metálico que puede variar de tamaño (generalmente es menor de 0.25 m2 ), al cual está unida una
red de tejido muy fino (menor de 0,5 mm). El marco metálico se coloca sobre el sustrato en contra
de la corriente y se remueven y limpian las piedras que se encuentran dentro de éste. Los
organismos removidos quedan automáticamente atrapados en la red, junto con una parte del
sustrato. Si se trata de sustratos fangosos, frecuentes en los remansos de los ríos, los muestreos
cuantitativos se realizan con la ayuda de dragas, en las cuales está definida el área de muestreo, la
profundidad alcanzada en el sustrato y el volumen de material a extraer. Las más conocidas son las
dragas Ekman, Van Veen y Peterson (figura 3.1). Las orillas con vegetación, son por lo regular muy
ricas en fauna de macroinvertebrados. Allí viven especialmente larvas de odonatos, hemípteros,
moluscos y crustáceos. Lo más utilizado para estos sitios es el muestreo cualitativo con una red de
mano triangular o tipo “D-net” (figura 3.1). Con la ayuda de estas redes se hace un barrido a lo
largo de las orillas con vegetación, atrapando de esta forma los organismos allí existentes. Para
todos los métodos anteriores, se recomienda tomar cinco réplicas, tratando cubrir diferentes
puntos de la sección transversal del curso hídrico (Ramírez y Viña, 1998). Para la recolección de
macroinvertebrados acuáticos también se utilizan métodos “pasivos o artificiales”. Estos consisten
en instalar en el sitio de muestreo una canasta de alambre con piedras o placas de madera
cuadradas o redondas de un área conocida (figura 3.1), colocadas sobre un eje a 1,0 cm de
distancia cada una. Se sumergen y se espera la colonización de los organismos por un espacio de
tres semanas a un mes aproximadamente. Las muestras recolectadas por los diferentes métodos
se lavan, preferiblemente en un balde limnológico, con malla en el fondo (menor de 0,5 mm)
(figura 3.1) y los organismos se llevan luego al laboratorio almacenados en bolsas o recipientes
plásticos con alcohol al 70%, debidamente rotulados, para su separación, identificación y conteo.

Separación de las muestras :

Las muestras se colocan en bandejas blancas, bien iluminadas, y con la ayuda de pinzas de punta
fina se extraen los organismos presentes teniendo cuidado de no maltratarlos (figura 3.2). El
sustrato se va removiendo cuidadosamente de un extremo al otro de la bandeja, hasta asegurarse
de que no queden organismos. Debe tenerse en cuenta que cuando no se tiene suficiente
experiencia, muchos organismos pueden pasar inadvertidos, bien sea por su tamaño o por estar
camuflados con los restos de vegetación o sustratos minerales. Este trabajo debe ser realizado o
supervisado por personas debidamente entrenadas. Las muestras se conservan en alcohol al 70%,
en frascos debidamente rotulados, como se indica en la figura 3.3.

MÉTODOS BMWP y ASTP PARA COLOMBIA

BMWP: El índice Biological Monitoring Working Party (BMWP) fue creado en Inglaterra en 1970,
como un método simple y rápido para evaluar la calidad del agua usando los macroinvertebrados
como bioindicadores; para la aplicación del índice sólo se requiere llegar hasta el nivel de familia y
los datos son cualitativos, es decir, da información de la presencia o ausencia de los organismos. El
índice permite estimar la calidad de un ecosistema acuático a partir de la valoración de las especies
acuáticas que habitan en el mismo; se atribuye a cada especie un valor determinado de acuerdo
con su tolerancia a la contaminación que va de 1 a 10, de manera que las familias más tolerantes
obtienen una menor puntuación que aquellas que requieren una mejor calidad de las aguas en que
viven. La suma de los valores obtenidos para cada familia en un punto de muestreo dará el grado
de contaminación del mismo. Cuanto mayor sea la suma, menor es la contaminación del punto
estudiado.

En Colombia se han realizado algunos trabajos utilizando el índice BMWP. Zúñiga de Cardozo et al.
(1997) hicieron una adaptación de este método para algunas cuencas del Valle del Cauca. Reinoso
(1998) realizó un estudio del río Combeima en el Departamento del Tolima utilizando el índice.
Después, Zamora (1999) hizo una adaptación del índice para la evaluación de la calidad de las
aguas epicontinentales en Colombia y Roldán (2001) adaptó el sistema para la cuenca de Piedras
Blancas en el Departamento de Antioquia. Finalmente, Roldán (2003) propone la aplicación del
índice BMWP para Colombia bajo el nombre de BMWP/Col. como una primera aproximación para
evaluar los ecosistemas acuáticos de montaña, ya que en esta región es donde se ha trabajado más
intensamente con los macroinvertebrados acuáticos.

Aunque este índice presenta muchas ventajas, al basarse solamente en el nivel sistemático de
familia, en unos pocos casos existen géneros dentro de una misma familia con un valor de
indicación diferente, debido a que tienen representantes tanto de aguas limpias como de aguas
con algún grado de contaminación y se les asigna el mismo valor de la familia. Por ejemplo, en la
familia Planorbidae se ha encontrado que el género Biomphalaria tiende a habitar en aguas limpias
o con poca contaminación, mientras que el género Drepanotrema tiende hacia aguas
contaminadas. Probablemente, la dominancia de uno de estos géneros pueda hacer variar el valor
de la familia (Gómez et al. 2003). En este trabajo se pretende refinar más el método propuesto por
Roldán (2003), pues la experiencia ha demostrado que algunas familias no tienen ningún valor
como organismos indicadores de la calidad del agua y fueron excluídas, a otras se les ha
modificado su valor de bioindicación y se han agregado otras familias. Adicionalmente, se incluyen
los valores de indicación para algunas familias de moluscos, asignados por Gómez, et al. (2.003) y
los valores determinados por Posada (2002) para algunas familias del orden Trichoptera. También
es importante aclarar que a algunas familias no se les ha asignado puntuación, debido a que los
reportes son escasos y se conoce poco sobre su ecología. Las razones por las cuales se considera
que los representantes de algunas familias no son buenos indicadores de la calidad del agua, son:
Chironomidae: esta familia de dípteros incluye géneros y especies que cubren todo tipo de
ecosistemas acuáticos dulceacuícolas, así como todo el rango de calidad del agua, desde zonas de
aguas frías y muy limpias hasta zonas muy contaminadas y anóxicas, como es el caso de
Chironomus sp, el cual tiene hemoglobina en su hemolinfa, este pigmento respiratrorio le permite
captar oxígeno en condiciones de falta casi total de oxígeno disuelto en el medio acuático.
Dytiscidae: se considera que esta familia no tiene valor como bioindicadora, ya que pueden
respirar aire atmosférico y tienen la capacidad para volar fuera del agua y desplazarse hasta otro
sitio más adecuado. Gerridae: por el hábitat en que viven, los gérridos son organismos muy
tolerantes a diferentes tipos de contaminación antrópica, aunque no puedan vivir si hay cualquier
agente tensoactivo que reduzca la tensión superficial del agua, por estas razones, no se les
considera como buenos indicadores de la calidad del agua. Veliidae: misma razón de la familia
Gerridae Hidracarina (ácaros acuáticos): en conjunto, las familias de ácaros acuáticas no son
buenas indicadoras de la calidad de las aguas, ya que tienen una muy amplia distribución y son
muy tolerantes a una gran variedad de condiciones.

ASPT: El puntaje promedio por taxón conocido como ASPT (Average Score per Taxon), también es
un índice valioso para la evaluación de la calidad del agua. Se calcula dividiendo el puntaje total
BMWP por el número de los taxones calificados en la muestra, lo cual expresa el promedio de
indicación de calidad del agua que tienen las familias de macroinvertebrados encontradas en un
sitio determinado. Los valores ASPT van de 0 a 10. Un valor bajo de ASPT asociado a un puntaje
bajo de BMWP indicará condiciones graves de contaminación.
Referencias:

file:///C:/Users/Usuario.redes/Downloads/05-0424PS.pdf

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