La Celosía
La Celosía
La Celosía
Ahora bien, esta naturaleza repetitiva de la obra es algo que resulta tedioso para
aquellos lectores que no son capaces de encontrar el significado que esto encierra
en sí. El crítico literario francés Émile Henriot, por ejemplo, se burló de la obra
justamente por esto, afirmando que después de leerla creyó que le habían enviado
una copia defectuosa debido a que en todo el libro se repetía la misma escena sin
avances en la trama. Dicha percepción no es más que el reflejo de una mala lectura,
pues Robbe-Grillet, anticipándose a las críticas, reflexionó acerca de esto en la
misma novela, donde asegura que la trama avanza, aunque pareciera que no:
Sin duda, siempre es el mismo poema que continúa. Si a veces los temas se
desvanecen, es volver un poco más tarde, confirmado, casi idéntico. Sin
embargo, estas repeticiones, estas pequeñas variantes, estos cortes, estos
retrocesos pueden dar lugar a modificaciones, aunque apenas sensibles, que
conducen a la larga lejos del punto de partida. (p. 56).
Por otra parte, dado que nos encontramos inmersos en la conciencia del narrador
sin poder saber con seguridad a que tiempo pertenecen los acontecimientos que se
presentan, es bastante complicado encontrar linealidad en la novela. Aunque no es
imposible. A partir de algunos pequeños y sutiles detalles que describe el celoso
hombre como, por ejemplo, la marca del ciempiés que Franck estampó en la pared,
podemos ir hilando los acontecimientos y establecer cierto orden. Es decir, que si,
por ejemplo, en el apartado uno ya se menciona la mancha, pero en el dos y el tres
no, esto significa que la escena del primer apartado es posterior a las otras dos.
Dicho método puede aplicarse con todos los apartados tomando en cuenta ya sea
la mancha del ciempiés u otros datos que son referidos.
Así pues, basándonos en todo lo antes referido, podemos concluir que La celosía
no es una obra que sea fácil de leerse. Para poder entender lo mejor posible la
novela es forzosamente necesario leerla con calma, con los ojos bien abiertos, y
con lápiz y papel a la mano para tomar notas. En este caso, las notas no son
opcionales. Lo más seguro es que el lector que prescinda de ellas pierda el sentido
de la trama para el segundo apartado (si no es que desde el primero). Esto, cabe
aclarar, no quiere decir que la novela sea mala, sino todo lo contrario, pero, hay que
tenerse en cuenta, es de notas tomar.