Sindrome Coronario Agudo
Sindrome Coronario Agudo
Sindrome Coronario Agudo
La ruptura de la placa provoca la exposición de los contenidos de las fibras de las placas
ateroscleróticas y subendoteliales a la sangre, lo cual ocasiona lo siguiente:
- La formación de trombos
- La activación plaquetaria y la adhesión a las estructuras subendoteliales; la agregación
de las plaquetas adicionales hace que se crezca el trombo.
- La activación de la cascada de la coagulación, lo cual provoca la producción de
trombina, que estimula más el reclutamiento y la agregación de las plaquetas. La
trombina cataliza también la generación de fibrina, que forma el componente proteico
principal del trombo.
La clínica producida por los distintos SCA es muy similar y para diferenciar unos de otros
debemos realizar de forma precoz un electrocardiograma que nos permitirá dividir a los
pacientes afectos de SCA en dos grupos:
En la historia clínica deben recogerse los principales factores de riesgo (HTA, dislipemia,
diabetes, obesidad, tabaco, antecedentes de cardiopatía isquémica previa, etc.) y si existen
antecedentes familiares de cardiopatía isquémica.
Es muy importante precisar bien las características del dolor torácico. Éste suele ser de
localización centrotorácico o precordial, continuo, con irradiación (cuello, mandíbula, hombros,
brazos o interescapular) o sin ella. Suele ser opresivo y de duración variable, de minutos a
horas.
Se puede acompañar de síntomas vegetativos, como sudoración fría, náuseas, vómitos o
mareos.
ANGINA INESTABLE
La angina inestable se define como la presencia de uno o más de las siguientes características
en pacientes cuyos biomarcadores cardíacos no cumplen con los criterios para IM:
SCACEST
SCASEST
El infarto de miocardio con elevación del segmento ST (infarto de miocardio transmural) es una
necrosis miocárdica asociada con cambios en el ECG como supradesnivel del segmento ST que
no revierte rápidamente cuando se administra nitroglicerina, o un bloqueo de la rama
izquierda del fascículo de His de comienzo reciente. Los marcadores cardíacos, troponina I o
troponina T, y CK están elevados.
En la historia clínica deben recogerse los principales factores de riesgo (HTA, dislipemia,
diabetes, obesidad, tabaco, antecedentes de cardiopatía isquémica previa, etc.) y si existen
antecedentes familiares de cardiopatía isquémica. La hipertensión arterial es el factor de riesgo
cardiovascular más frecuente en los ancianos, la padecen hasta el 60% de individuos mayores
de 65 años y se asocia a un incremento en la incidencia de cardiopatía isquémica (1). Los
niveles de colesterol total aumentan con la edad hasta alcanzar su máximo a los 50 años en los
hombres y a los 60 en las mujeres, siendo por ello la prevalencia de hipercolesterolemia más
frecuente en las mujeres que en los hombres, aunque en éstas los niveles de HDL-colesterol
son más altos. La hipercolesterolemia parece aumentar la mortalidad por cardiopatía
isquémica hasta los 80 años, pero su efecto no es evidente posteriormente. La
hipertrigliceridemia también ha sido implicada en la cardiopatía isquémica del anciano. La
prevalencia de diabetes mellitus de tipo 2 aumenta con la edad y se asocia a un incremento en
el riesgo de CI (cardiopatía isquémica) en la edad avanzada. Otros factores de riesgo, como los
niveles elevados de homocisteína parecen aumentar el riesgo de CI en el anciano de manera
independiente a los factores de riesgo clásicos.
Es muy importante precisar bien las características del dolor torácico. Éste suele ser de
localización centrotorácico o precordial, continuo, con irradiación (cuello, mandíbula, hombros,
brazos o interescapular) o sin ella. Suele ser opresivo y de duración variable, de minutos a
horas. En ancianos con frecuencia y sobre todo en diabéticos la presentación es menos típica y,
ocasionalmente, asintomática. Se puede acompañar de síntomas vegetativos, como sudoración
fría, náuseas, vómitos o mareos, sobre todo en caso de afectarse el territorio dependiente de la
arteria coronaria derecha. Aunque se señala que las presentaciones atípicas son más
frecuentes en los ancianos, no se conoce bien si la presentación clínica de los SCASEST se
modifica sustancialmente con la edad. Sí son más frecuentes los episodios secundarios
(desencadenados o agravados por el mal control de la hipertensión, fibrilación auricular,
insuficiencia cardíaca o anemia...), lo que puede dificultar o retrasar el diagnóstico que, por
otro lado, no difiere especialmente respecto al paciente más joven (2). La exploración puede
ser normal, puede auscultarse un 4.º tono cardíaco o hallarse datos de complicaciones como
nuevos soplos, signos de insuficiencia cardiaca, etc.