Tomás Cipriano de Mosquera
Tomás Cipriano de Mosquera
Tomás Cipriano de Mosquera
Lo anterior ocasiono que José María Obando se revelara argumentando que quería
la unión de Ecuador y Nueva Granada bajo un sistema federal y llamó al pueblo
ecuatoriano a unirse a esta causa derrocar al presidente Márquez. El presidente
Márquez le solicitó al jefe de estado de Ecuador que enviase un ejército para
confrontar a Obando y el General Herrán le prometió que sería recompensado con
la cesión de territorios neogranadinos al Ecuador. Finalmente, las fuerzas
combinadas de Flores y Herrán derrotaron a Obando en Huilquipamba.
El partido santanderista inició la Guerra de los Supremos argumentando que se
levantaba en armas porque la intervención de Flores implicaba graves
compromisos, que la acusación a Obando fue un montaje para que los bolivarianos
ganaran las elecciones presidenciales, que el gobierno central se había rodeado de
‘godos’ por la persecución que había sufrido el General Francisco de Paula
Santander y por las conductas represoras del gobierno.
Periodo presidencial
El 1 de abril de 1845 Mosquera llegó a la Presidencia gracias al apoyo de los
ultraconservadores, terratenientes, esclavistas, antiguos bolivarianos y del clero,
quienes comenzaban a denominarse conservadores. Mosquera se identificaba con
ellos por su amistad con Simón Bolívar, su participación en las guerras de
independencia y su ideal de unidad americana. Mosquera inició una
transformación para abolir definitivamente las instituciones coloniales y en cambio
establecer modernas instituciones económicas y políticas en Colombia.
Políticas económicas
Con el apoyo de su ministro de Hacienda, el liberal Florentino González, Mosquera
trabaja muy duro para romper con la servidumbre de las instituciones
coloniales, para ello abolió muchos de los impuestos coloniales que aún existían,
hizo la descentralización fiscal e introdujo modificaciones al plan orgánico de la
Hacienda Nacional.
Mosquera y González estaban convencidos de que la prosperidad de la Nación sólo
se lograría estableciendo el librecambio para exporta bienes agrícolas y mineros, e
importando bienes manufacturados. Por ello dictó una ley que bajaba los aranceles
de aduana. Esta ley ocasionó la oposición de los artesanos liderados por Ambrosio
López, quienes en octubre de 1847 fundaron la Sociedad de Artesanos de Bogotá
para pedir al gobierno el alza de los aranceles en las manufacturas que se hacían
en el país, conforme a Urrutia (1984).
El cambio más notable fue la transformación de la industria del tabaco, que pasó
de ser un monopolio estatal a declararse su libre cultivo desde el primero de
enero de 1850. Esto ocasionó una gran inversión privada en el sector que logró
una exportación a mayor escala, pero a su vez privó al Estado de una de sus fuentes
tradicionales de ingresos.
Con el fin de aliviar el presupuesto y poder destinar fondos para las grandes obras
que tenía proyectadas redujo gradualmente el pie de fuerza del ejército y suprimió
la marina porque sus unidades se hallaban en mal estado y causaban enormes
erogaciones fiscales al Estado, según Vásquez.
Religión
Mosquera dictó la ley del 25 de abril de 1845 que reconocía que los funcionarios,
corporaciones y empleados eclesiásticos podían responder ante la ley por los
actos que cometían en el ejercicio de sus funciones eclesiásticas, esta ley suscitó
la protesta del papa Gregorio XVI y del expresidente Herrán.
Otro proyecto estableció la conversión en deuda pública de los bienes de la Iglesia,
sus comunidades religiosas, de sus colegios y sus establecimientos de beneficencia
y la amortización de bienes de manos muertas en provecho de la educación
popular. Conforme a Vásquez, Mosquera propuso una ley contra la inmovilidad de
los censos, y enunció el principio: “Tierra para los que la trabajan, y renta para los
que no están destinados a producción”.
Educación
Mosquera estableció la educación laica y la impulsó al promover la inmigración
de extranjeros intelectuales y profesores para la conformación de un grupo de
científicos y técnicos que se encargarían de cambiar el panorama
cultural heredado de la Colonia, y de las enseñanzas de diversas ciencias,
particularmente en las ciencias aplicadas. Entre estos se destaca la llegada de
Manuel Ancízar, Agustín Codazzi, Thomas Reed, José Éboli, Antonio Poncet,
Carlos Segismundo de Greiff y Estanislao Zawadsky.
Tomás Cipriano de Mosquera creó el Colegio Militar que dictó las primeras clases
de ingeniería en Colombia y formó los primeros Ingenieros Oficiales y Civiles del
país. Esta institución funcionó continuamente hasta el golpe de estado de Melo
provocó el cese de sus actividades.
Retiro de la política
En esta guerra, los generales Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López y
Pedro Alcántara Herrán organizaron sus ejércitos para colaborar entre sí, logrando
irrumpir en la ciudad y derrocar la dictadura de Melo el 4 de diciembre de
1854.
Mosquera abandonó el partido conservador porque consideraba que los hombres
que se apoderaron de su mando no buscaban el bienestar, la libertad y el orden de
la república. Por el contrario, querían establecer un régimen tiránico por razones
clasistas e intereses familiares, envidiosos y ambiciosamente vulgares.
Posteriormente, Mosquera ocupó su curul en el Congreso y en 1858, como
presidente del Congreso, participó en la elaboración de la Constitución de aquel
año.
Mosquera era el personaje con mayor poder político del momento por ser el
presidente provisorio de la Unión y miembro principal de la Convención de
Rionegro, esto generó que durante la convención de Rionegro los liberales
gólgotas o radicales, sector mayoritario de la convención, buscaran limitar el poder
de Mosquera por medio de la constitución.
La constitución de 1863 estableció un régimen federal democrático bajo el nombre
de “Estados Unidos de Colombia” con la obligación de mutua, recíproca y efectiva
ayuda que garantiza la separación de poderes, la separación de iglesia y Estado y
la seguridad nacional. La constitución estableció la obligación de negociar con
Ecuador y Venezuela para lograr la Unión voluntaria entre las naciones. Establecía
que los Estados tienen competencia sobre todo lo no atribuidos por la Constitución
al gobierno general, el funcionamiento de la Corte Suprema, una moneda común,
que las comunidades, corporaciones, asociaciones y entidades religiosas no podían
adquirir bienes raíces ni imponer contribuciones, que los Estados tenían la
obligación de entregar las personas que hayan cometido un delito en otro Estado.
Se prohíbe que la finca raíz sea saca a perpetuidad de la libre circulación y que se
le imponga censos a perpetuidad, la esclavitud, la pena de muerte, la pena de
prisión superior a diez años y las injerencias arbitrarias o ilegales en su domicilio
y correspondencia.
Mosquera fue electo por cuarta y última vez como presidente de la República en
1866, gracias al apoyo del liberalismo “popular”, el de los antiguos draconianos y
artesanos. Se posesionó en el cargo el 20 de mayo de 1866.
Mosquera dictó un decreto que ordenaba una investigación sobre la manera como
se había llevado a cabo los remates de bienes desamortizados y la titulación de
baldíos durante la administración anterior porque consideraba que el gobierno de
Manuel Murillo Toro, por descuidado, falta de vigilancia y preferencias, permitió
que los bienes desamortizados y los baldíos quedaran en manos de unos
cuantos.
Este decreto alarmó a sus enemigos, especialmente a los liberales, en cuyas filas
se hallaban muchas personas beneficiadas en la compra de inmuebles
pertenecientes al Estado y a los bienes de manos muertas enajenados. Por lo cual
la prensa liberal y conservadora comenzaron a oponerse fuertemente al gobierno,
de acuerdo a Vásquez.
Fue nombrado presidente del Estado Soberano del Cauca, cargo que ocupó hasta
1873. En 1876 ocupó una curul en el Senado en representación del Cauca, desde
donde colaboraría con los radicales en la guerra de 1876-77 contra los
conservadores. Finalmente fue alcalde de la población de Coconuco. Después se
retiró a su hacienda Coconuco en Puracé, Cauca. Allí murió el 7 de octubre de
1878, a los 80 años de edad.
A lo largo de su vida Mosquera quiso garantizar que todas las personas del país
pudieran gozar de sus derechos y libertades individuales. Por ello apoyó un sistema
político federalista y un sistema económico libre cambista que permitiera que todas
las regiones del país podrían lograr su desarrollo económico, evitando que la
riqueza se concentrara en algunos centros urbanos. A su vez, quiso que en el país
se viviera con verdadera tolerancia política, civil y religiosa y que sus habitantes
eligieran hombres que se preocuparan por el progreso del país y por el bienestar
de las clases más pobres.