Codigo Nacional Procedimientos Penales Comentado PDF
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tratados
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COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT LO BLANCH
1
Por acuerdo plenario de 21 de enero de 2015, el Consejero Alfonso Pérez Daza, fue de-
signado representante del Consejo de la Judicatura Federal ante el Consejo de Coor-
dinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal. Asimismo, el Pleno
designó al Consejero Pérez Daza, como enlace con la Oficina Internacional para el
Desarrollo de Sistemas de Procuración de Justicia, OPDAT México, para la recepción
y encausamiento del apoyo en materia de capacitación para la implementación del
Nuevo Sistema de Justicia Penal proveniente de la Iniciativa Mérida. Entre las tareas
efectuadas por el Consejero Pérez Daza para coadyuvar con el compromiso del Poder
Judicial de la Federación en cumplir con la instrumentación en tiempo y forma del
Sistema Procesal Penal Acusatorio, se han realizado diversas gestiones con autoridades
de los distintos niveles de gobierno, para conseguir espacios físicos que permitan a la
Institución contar con una infraestructura funcional para afrontar, a nivel nacional, la
entrada en vigor del sistema penal acusatorio. Cfr. Informe Anual de Labores 2015, Anexo
Documental, México, 2015, p. 450.
2
Pérez Daza, Alfonso, «El principio de oportunidad en el Código Nacional de
Procedimientos Penales», Revista del Instituto de la Judicatura Federal, Escuela Judicial,
México, número 38, 2014, p. 43.
3
Cfr. González Obregón, Diana Cristal, Una nueva cara de la justicia en México: aplicación
del Código Nacional de Procedimientos Penales bajo un sistema acusatorio Adversarial, Méxi-
co, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Luis María Aguilar Morales
5
Comentario al artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Luis María Aguilar Morales
Sin lugar a dudas, el sistema está diseñado para que los asuntos pena-
les se resuelvan de forma pronta y expedita, de hecho la plantilla de los
juzgados penales se reduce considerablemente del personal que tradicio-
nalmente se integraba. La tendencia es desarrollar una cultura en la que
los jueces abandonen la elaboración de sentencias por escrito, las cuales
implicaban el desarrollo técnico y poco accesible para el público de fun-
damentos y motivos que justificaban sus determinaciones (jurisprudencia,
doctrina, repetición de constancias y valoración de pruebas). Ahora debe-
rán explicar oralmente las razones por las que resuelven en uno u otro sen-
tido; esto permite mayor agilidad en la tramitación de los procesos penales
y resulta más transparente y accesible para la sociedad.
LIBRO PRIMERO
DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO I
DISPOSICIONES PRELIMINARES
CAPÍTULO ÚNICO
ÁMBITO DE APLICACIÓN Y OBJETO
Artículo 1º. Ámbito de aplicación
Las disposiciones de este Código son de orden público y de observancia
general en toda la República Mexicana, por los delitos que sean competen-
cia de los órganos jurisdiccionales federales y locales en el marco de los
principios y derechos consagrados en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y en los Tratados Internacionales de los que el Estado
mexicano sea parte.
1
La primera presentada por las senadoras Cristina Díaz, Diva Hadamira Gatélum Bajo
e Hilda Esthela Flores Escalera, pertenecientes al grupo parlamentario del Partido
Revolucionario Institucional el 4 de abril. El 29 de abril la de Pablo Escudero Morales,
del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México. Y, el 30 de abril la de
Arely Gómez González, Roberto Gil Zuarth, Manuel Camacho Solís, Pablo Escudero
Morales, Angélica de la Peña Gómez, Omar Fayad Meneses, Luis Armando Melgar
Bravo, Layda Sansores San Román y Dolores Padierna Luna, pertenecientes a diversos
grupos parlamentarios.
Alfonso Pérez Daza
2
Muñoz Conde, Francisco, Derecho Penal, Parte General, 2ª ed, Valencia, España, Tirant lo
Blanch, 1996, p. 203.
3
Pérez Daza, Alfonso. La necesidad de contar con una sola legislación penal sustantiva y ad-
jetiva. Consejo de la Judicatura Federal. Número 35 de la Revista del Instituto de la
Judicatura Federal —Escuela Judicial—. México, 2013, p. 69.
Código Nacional de Procedimientos Penales
4
García Ramírez Sergio, Un ilustre Penalista: Celestino Porte Petit, sitio consultado
http://biblio.juridicas.unam. mx/libros/2/756/54.pdf. pp. 684-685.
5
Carrancá y Trujillo, Raúl, y Carrancá y Rivas, Raúl, Derecho penal mexicano, 17 a. ed.,
México, Porrúa, 1991, pp. 145-149.
6
Hacia la unificación de las leyes procesales, «Problemas actuales de derecho procesal»,
México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1992, pp. 86 y 90.
7
«Unificación de los códigos procesales mexicanos, tanto civiles como penales», Revista de la
Facultad de Derecho, UNAM, México, núms. 37-40, n.54, enero diciembre de 1960, p.
280.
8
Ferrer Mac-Gregor, Sánchez Gil, Rubén. Codificación Procesal Única en la República Mexi-
cana a la Luz del Sistema Acusatorio, Secretaria Técnica del Consejo de Coordinación
para la Implementación del Sistema de Justicia Penal, México, p. 110.
Alfonso Pérez Daza
9
Consulta Nacional para la Reforma Integral y Coherente del Sistema de Impartición
de Justicia en el Estado Mexicano, 2003.
Código Nacional de Procedimientos Penales
10
Elaboración de Miguel Carbonell y Enrique Ochoa Reza, con información de Ferra-
joli, Luigi, Derecho y Razón; teoría del garantismo penal (Madrid, Trotta, 1995), y Montes
Calderón, Ana «Elementos de Comparación entre el Sistema Inquisitivo y el sistema
acusatorio», Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal colombiano: lecturas complementarias
(Bogotá, Comisión Interistitucional para el Impulso de la Oralidad en el Proceso Pe-
nal 2003) pp. 17-25, véase http:/ www. pfyaj.com/checchi/ biblioteca/ índex. Html.
Código Nacional de Procedimientos Penales
11
Carbonell, Miguel, «la reforma constitucional en materia penal: luces y sombras»,
como parte de la obra colectiva Constitucionalismo. Dos siglos de su nacimiento en América
Latina. 1ª ed., México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 2013, P9 487-488.
12
«Artículo 17: …Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la
materia penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos
en los que se requerirá supervisión judicial.»
13
Ver comentarios a los artículos 183 a 190 en el presente Código comentado.
14
«Artículo 21. … El Ministerio Público podrá considerar criterios de oportunidad para el ejercicio
de la acción penal, en los supuestos y condiciones que fije la ley…»
Alfonso Pérez Daza
15
«Artículo 186.- Definición. Los acuerdos reparatorios son aquéllos celebrados entre la
víctima u ofendido y el imputado que, una vez aprobados por el Ministerio Público o
el Juez de control y cumplidos en sus términos, tienen como efecto la extinción de la
acción penal.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
16
Dictamen de las Comisiones Unidas de Justicia y de Estudios Legislativos, Segunda por
el que se expide el Código Nacional de Procedimientos Penales, Senado de la Repú-
blica, p. 142.
TÍTULO II
PRINCIPIOS Y DERECHOS EN EL PROCEDIMIENTO
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS EN EL PROCEDIMIENTO
Artículo 4º. Características y principios rectores
El proceso penal será acusatorio y oral, en él se observarán los principios
de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación y
aquellos previstos en la Constitución, Tratados y demás leyes.
Este Código y la legislación aplicable establecerán las excepciones a los
principios antes señalados, de conformidad con lo previsto en la Constitu-
ción. En todo momento, las autoridades deberán respetar y proteger tanto
la dignidad de la víctima como la dignidad del imputado.
17
Ferrajoli, Luigi, Derecho y Razón. Teoría del Garantismo Penal, Editorial Trotta, 1ª edición,
Madrid, 1995, p. 563.
Alfonso Pérez Daza
18
Véanse, por ejemplo, Caballero Juárez, José Antonio & Natarén Nandayapa, Carlos,
Los Principios Constitucionales del Nuevo Proceso Penal Acusatorio y Oral Mexicano, Instituto
de Investigaciones Jurídicas & Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal, 1ª edición, México, 2014, p. 10.; y Luna Castro,
José Nieves, «Introducción y Características Generales del Nuevo Sistema de Justicia
Penal». En El Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, desde la Perspectiva Constitucional,
Consejo de la Judicatura Federal, 1ª edición, México, 2011, p. 37.
19
Ferrajoli, op. cit., p. 563.
20
Ibídem, p. 564.
21
Ferrajoli se refiere a esta separación como «el más importante de todos los elementos
constitutivos del modelo teórico acusatorio, como presupuesto estructural y lógico de
todos los demás. […] La garantía de la separación, así entendida, representa, por una
parte, una condición esencial de la imparcialidad (terzietà) del juez respecto a las par-
tes de la causa, que […] es la primera de las garantías orgánicas que definen la figura
del juez; por otra, un presupuesto de la carga de la imputación y de la prueba, que pesan
Código Nacional de Procedimientos Penales
sobre la acusación, que son las primeras garantías procesales del juicio» (Énfasis en el
original). Ferrajoli, op. cit., p. 567.
22
Véase el comentario al artículo 13 de este Código, particularmente lo relativo a las
prácticas que se propone, deben erradicarse.
23
Cfr. Artículo 44 del Código.
24
Artículo 52 del Código.
25
Ferrajoli, op. cit., pp. 619 y 620.
Alfonso Pérez Daza
26
Cf. Ferrajoli, Luigi, «Derecho y razón», Editorial Trotta, Madrid, 1995, p. 616.
27
El término publicidad acorde con lo establecido en el Diccionario de la Lengua Es-
pañola de la Real Academia Española, significa «1. Cualidad o estado de público. 2. f.
Conjunto de medios que se emplean para divulgar o extender la noticia de las cosas o
de los hechos», ver http://dle.rae.es/?id=UYYKIUK
28
Pose Roselló, Yaniuska, Principio de Publicidad en el proceso penal, en Contribuciones a las
Ciencias Sociales, julio 2011, www.eumed.net/rev/cccss/13/
29
Smith, Thomas, De Republica Anglorum, Cambridge, Cambridge University Press, 1982,
p. 115.
30
Peces Morate, Jesús Ernesto, «Publicidad y secreto sumarial» en Revista Poder Judicial,
nro. Especial XI «El poder judicial en el conjunto de los Poderes del Estado y la Socie-
dad», Madrid, Consejo General del Poder Judicial, 1986, p. 132.
Código Nacional de Procedimientos Penales
31
Rousseau, Jean Jacques, El Contrato Social, Madrid, SARPE, 1985, p. 141.
32
Voltaire, «Comentario», citado por Ferrajoli, Luigi, Derecho y Razón. Teoría del garantismo
penal, Madrid, Trotta, 1995, p. 617.
33
Citado por Ferrajoli, Luigi, Derecho y Razón, op. cit., p. 617 y por Peces Morate, Jesús,
«Publicidad y secreto sumarial» en Jueces para la Democracia, nro. 7, septiembre de 1989,
p. 55, publicado también en Revista Poder Judicial, nro. Especial XI, op. cit., p. 131.
34
Beccaria, op. cit., p. 38.
35
Ibidem, p. 37.
36
Idem.
Alfonso Pérez Daza
37
Ferrajoli, op. cit., p. 616.
38
Van Den Dooren, Sebastián, La publicidad en el proceso penal, www.alfonsozambrano.
com/doctrina_penal/publicidad_proceso_penal.doc
39
Idem.
40
Hirsch Günter, Oralidad e Inmediación del Proceso. Tensión entre los Parámetros
Constitucionales y los Aspectos de la Economía Procesal en el Procedimientos Judicial,
traducción de Hector Fix Fierro, http://biblio.juridicas.unam.mx/revista/pdf/Refor-
maJudicial/14/cle/cle10.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
41
Victorero, Sabrina, La publicidad, una herramienta fundamental en la lucha contra la
corrupción,http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/leyen/cont/88/ens/
ens9.pdf
42
Anitua Gabriel Ignacio, El principio de publicidad penal: Un análisis con base en la
historia y el derecho comparado, Trabajo presentado en el seminario Garantías Penales
y Procesales Penales. Una perspectiva histórico-comparada, a cargo del Prof. Dr. Edmundo S.
Hendler, en el Departamento de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de De-
recho, Universidad de Buenos Aires, 24 de mayo de 2000, http://www.catedrahendler.
org/doctrina_in.php?id=40
43
Bobbio, Norberto, Las ideologías y el poder en crisis, Barcelona, Ariel, 1988, p. 175.
44
Constitución de Bayona de1808, expedida por Don José Napoleón, como Rey de las
Españas y de las Indias.
Alfonso Pérez Daza
45
Constitución de Cádiz, promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812.
46
«Artículo 10. Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públi-
camente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus
derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
«Art. 11: 1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado
todas las garantías necesarias para su defensa…».
47
«Artículo 8. Garantías Judiciales.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la
justicia.»
48
«Artículo XXVI. Derecho a proceso regular. Se presume que todo acusado es inocente, hasta que se
pruebe que es culpable.
Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial y pública, a ser juz-
gada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo con leyes preexistentes y a que no se le
imponga penas crueles, infamantes o inusitadas.»
49
«Artículo 14. 1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda perso-
na tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competen-
te, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación
de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones
de carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios
por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o
cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria
en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera
perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será
pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en las acu-
saciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores…»
Código Nacional de Procedimientos Penales
50
Observación General No. 13, Comentarios generales adoptados por el Comité de los
Derechos Humanos, Artículo 14 - Administración de justicia, 21º período de sesiones,
U.N. Doc. HRI/GEN/1/Rev.7 at 154 (1984).
51
Cfr. Caso Lori Berenson Mejía, supra nota 12, párrs. 198 al 200 y Caso Palamara Iribarne Vs.
Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No.
135, párr. 167.
52
Cfr. Caso Palamara Iribane, supra nota 20, párr. 168 y cfr. Caso Castillo Petruzzi y Otros
Vs. Perú, sentencia de 1 de julio de 2011, párr. 21.
53
«Artículo 17…. Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser explicadas
en audiencia pública previa citación de las partes.»
Alfonso Pérez Daza
54
En el nuevo sistema penal acusatorio, la oralidad constituye un instrumento de rele-
vancia primordial, pues marca una estructura general del procedimiento, que estric-
tamente se refiere a una norma de comunicación —referencia verbal—, lo que debe
entenderse como la obligación de que las partes estén presentes en las audiencias,
para que se comuniquen de forma hablada (no escrita), de manera tal que el juzgador
escuche directamente todos los argumentos que en ese momento se le expongan para
sostener la imputación o la defensa, así como recibir los datos que se ofrezcan.
55
Contradicción de tesis 455/2012. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Cole-
giado en Materia Penal del Sexto Circuito y el entonces Primer Tribunal Colegiado del
Décimo Tercer Circuito, actual Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa
del Décimo Tercer Circuito, fallada el 27 de febrero de 2013, que diera origen a la tesis
de jurisprudencia 43/2013 (10a.), aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal,
en sesión de fecha diecisiete de abril de dos mil trece.
56
Publicada en el Diario Oficial de la Federación de diez de junio de dos mil once.
Código Nacional de Procedimientos Penales
57
«Artículo 67. Resoluciones judiciales…Los autos y resoluciones del Órgano jurisdiccional serán
emitidos oralmente y surtirán sus efectos a más tardar al día siguiente. Deberán constar por escri-
to, después de su emisión oral,…»
58
«Artículo 61. Registro de las audiencias
Todas las audiencias previstas en este Código serán registradas por cualquier medio tecnológico
que tenga a su disposición el Órgano jurisdiccional.
La grabación o reproducción de imágenes o sonidos se considerará como parte de las actuaciones
y registros y se conservarán en resguardo del Poder Judicial para efectos del conocimiento de otros
órganos distintos que conozcan del mismo procedimiento y de las partes, garantizando siempre su
conservación.»
Alfonso Pérez Daza
59
Entendido como un documento cuyo soporte material es de tipo electrónico o magné-
tico, cuyo contenido está encriptado mediante algún tipo de código digital que puede
ser leído, interpretado o, incluso, reproducido, mediante el auxilio de detectores de
magnetización; dicho en otras palabras, es el conjunto de diligencias, trámites y docu-
mentos ordenados que forman parte de un procedimiento judicial o administrativo, y
que están totalmente almacenados en dispositivos electrónicos.
60
«Artículo 50. Acceso a las carpetas digitales. Las partes siempre tendrán acceso al contenido de
las carpetas digitales consistente en los registros de las audiencias y complementarios. Dichos regis-
tros también podrán ser consultados por terceros cuando dieren cuenta de actuaciones que fueren
públicas, salvo que durante el proceso el Órgano jurisdiccional restrinja el acceso para evitar
que se afecte su normal sustanciación, el principio de presunción de inocencia o los derechos a la
privacidad o a la intimidad de las partes, o bien, se encuentre expresamente prohibido en la ley de
la materia.»
61
«Artículo 61. Registro de las audiencias. Todas las audiencias previstas en este Código serán
registradas por cualquier medio tecnológico que tenga a su disposición el Órgano jurisdiccional.
La grabación o reproducción de imágenes o sonidos se considerará como parte de las actuaciones
y registros y se conservarán en resguardo del Poder Judicial para efectos del conocimiento de otros
órganos distintos que conozcan del mismo procedimiento y de las partes, garantizando siempre su
conservación.»
62
«Artículo 71. Copia auténtica. Se considera copia auténtica al documento o registro del original
de las sentencias, o de otros actos procesales, que haya sido certificado por la autoridad autorizada
para tal efecto.
Código Nacional de Procedimientos Penales
…
Cuando la sentencia conste en medios informáticos, electrónicos, magnéticos o producidos por
nuevas tecnologías, la autenticación de la autorización del fallo por el Órgano jurisdiccional, se
hará constar a través del medio o forma más adecuada, de acuerdo con el propio sistema utiliza-
do.»
63
Hirsch Günter, Oralidad e Inmediación del Proceso. Tensión entre los Parámetros
Constitucionales y los Aspectos de la Economía Procesal en el Procedimientos Judicial,
traducción de Héctor Fix Fierro, http://biblio.juridicas.unam.mx/revista/pdf/Refor-
maJudicial/14/cle/cle10.pdf
Alfonso Pérez Daza
64
Lepere Pablo y Freedman Diego, La publicidad en el Proceso, www.derecho.uba.ar//7
65
Contradicción de tesis 455/2012. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Cole-
giado en Materia Penal del Sexto Circuito y el entonces Primer Tribunal Colegiado del
Décimo Tercer Circuito, actual Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa
del Décimo Tercer Circuito, fallada el 27 de febrero de 2013, que diera origen a la tesis
de jurisprudencia 43/2013 (10a.), aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal,
en sesión de fecha diecisiete de abril de dos mil trece.
Código Nacional de Procedimientos Penales
luto sino relativo, ya que si éste llegara a afectar otros intereses o derechos
de las personas, eventualmente, el mismo podría ser restringido, a fin de
salvaguardar el cumplimiento de otros principios igualmente relevantes
en un plano fáctico y jurídico; por ejemplo, el de supremacía del interés
del niño, la seguridad nacional, el interés de la justicia o la dignidad de las
personas, entre otros.
Como podemos apreciar, el derecho a la publicidad que contempla
nuestra legislación no es absoluto, sino puede estar sujeto a diversas restric-
ciones, que podrían suscitar una colisión de derechos. En relación a esto
último, cuando se trata de un conflicto de reglas una cláusula de excep-
ción puede salvar la tensión; en tanto que cuando se da una colisión entre
principios se puede deducir una regla de precedencia, que determine que
dadas ciertas condiciones, tal principio, debe ceder frente a otro con el que
colisiona66.
No debemos olvidar que estos límites deberán ser interpretados a la
luz del principio pro homine, a fin de alcanzar la interpretación que más fa-
vorezca la vigencia del derecho en cuestión; pero sin dejar de observar los
diversos principios constitucionales y legales —legalidad, igualdad, seguri-
dad jurídica, debido proceso, acceso efectivo a la justicia, cosa juzgada—,
o las restricciones que prevé la norma fundamental, ya que de hacerlo, se
provocaría un estado de incertidumbre en los destinatarios de tal función.
Tal y como lo ha sostenido la Segunda Sala de la Suprema Corte de Jus-
ticia de la Nación en la tesis de jurisprudencia del rubro «PRINCIPIO DE
INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE A LA PERSONA. SU CUMPLIMIENTO
NO IMPLICA QUE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES, AL
EJERCER SU FUNCIÓN, DEJEN DE OBSERVAR LOS DIVERSOS PRINCIPIOS
Y RESTRICCIONES QUE PREVÉ LA NORMA FUNDAMENTAL67.»
Un claro ejemplo, el derecho a la publicidad puede colisionar con el
derecho a la información, cuando en su ejercicio, puedan verse afectados
entre otros los derechos a la presunción de inocencia, de las víctimas del
delito, a un juicio justo, al honor y al buen nombre.
La presunción de inocencia y la libertad de expresión son derechos fun-
damentales consagrados en la Constitución. Los cuales durante el desarro-
66
Ver Zepeda Lecuona Guillermo, Principio de Publicidad y Derecho a la Información
en la Averiguación Previa en México, http:/inicio.ifai.org.mx/Estudios/estudio42.
pdf, al analizar a Juan José Moreso, exponiendo los argumentos de Robert Alexy.
67
Tesis 2a./J. 56/2014 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gacera, Décima
Época, Tomo II, mayo de 2014, p. 772.
Alfonso Pérez Daza
68
Wray Alberto, Los principios constitucionales del proceso penal, http://www.usfq.edu.
ec/publicaciones/iurisDictio/archivo_de_contenidos/Documents/IurisDictio_3/
los_principios_constitucionales_del_proceso.pdf
69
«Artículo 19.-…2. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho
comprende la libertad de buscar,
Código Nacional de Procedimientos Penales
drían poner en riesgo los derechos de las partes, ante una victimización de
los ofendidos o bien se tratara por anticipado como culpable al imputado
mediante la implementación de los juicios paralelos72, con el consecuente
perjuicio hacia las partes y la independencia e imparcialidad del juzgador.
No pasa inadvertido que el artículo 6º de la Constitución, establece el
derecho a la información bajo el principio de máxima publicidad; sin em-
bargo, el propio numeral, establece la salvedad de su reserva bajo cier-
tas condiciones y en determinadas circunstancias establecidas por la Ley,
como en el caso se actualiza.
Finalmente, podemos concluir que las limitaciones descritas en relación
al derecho de publicidad, encuentran justificación en la prevalencia de los
derechos fundamentales de las partes que pudieran estar comprometidos.
No olvidemos que el principal objeto de nuestro sistema penal es el esclare-
cimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no
quede impune y que los daños causados por el delito se reparen73; de modo
que cualquier circunstancia ajena y derecho de terceros que pueda vulnerar
dicho objetivo debe ser restringido, como se ha señalado en este análisis.
72
En los procesos paralelos la opinión pública en muchos casos ante la información
recibida por los medios informativos condenan inmediatamente a los imputados sin
que éstos hayan sido previamente oídos y vencidos en juicio, en donde se les haya res-
petado el debido proceso y derecho de defensa.
73
«Artículo 20.
A. De los principios generales:
I. El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente, procurar
que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se reparen;…»
Código Nacional de Procedimientos Penales
74
Principios Rectores del Sistema Acusatorio, Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
http://www.sitios.scjn.gob.mx. Asimismo, cfr. Artículo 17 del Código.
75
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México, párr. 154-156.
76
Cfr. Artículos 20, apartado B, fracción VI constitucional; 113, fracción VIII; 217, 218 y
337 del Código.
77
Cfr. Artículos 20, apartado B, fracción IV constitucional; 113, fracción IX; y 131, frac-
ción V del Código.
78
Tesis I,1o.P.11 P (10a), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Épo-
ca, Tribunales Colegiados de Circuito; Libro XXVI, Tomo 2, noviembre 2013, p. 1406.
79
Tesis CCXLIX/2011, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
marzo de 2012, Tomo I, p. 292
Alfonso Pérez Daza
investigación en un legajo que será de utilidad para fundar la acusación; una vez que
el representante social realice la imputación inicial, y hasta antes de que el imputado
rinda su declaración preparatoria, se pondrán a disposición de este último las actua-
ciones reunidas hasta ese momento; además, al rendir tal declaración, podrá solicitar
la suspensión de la audiencia para desahogar pruebas en su defensa; por su parte, el
Juez de Garantía, al resolver la situación jurídica del imputado, dictará una resolución
con base en los elementos y los argumentos planteados por las partes durante la
audiencia, incluso, sin tener a la vista el legajo o carpeta de investigación; en dicho
fallo deberá resolver si la pretensión del Ministerio Público es suficiente para sujetar a
procedimiento a una persona. En este sentido, en atención al principio de contradic-
ción que rige el proceso penal previsto en el artículo 3 del citado ordenamiento, para
llegar a la verdad de los hechos, debe considerarse el debate que se realice entre los
argumentos y las pruebas de las partes, pues en esta etapa la defensa del imputado
tiene la oportunidad de controvertir las pruebas que constan en el legajo de investiga-
ción y aportar las que a su derecho convengan para que así, el Juez pueda considerar
ese debate y resolver; por tanto, si en la etapa de imputación inicial la defensa no
planteó ante el Juez de Garantía, como argumento, lo que pretende hacer valer en
el juicio de amparo, el juzgador constitucional no puede pronunciarse al respecto,
ya que el hacerlo, implicaría abordar cuestiones que no fueron materia de análisis
en el procedimiento y desatender el principio de contradicción que rige en el nuevo
sistema acusatorio adversarial.»
80
Op. Cit.
81
Corte IDH. Caso Tibi Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 7 de septiembre de 2004. Serie C No. 114.
82
Op. Cit.
83
Corte IDH. Caso Fermín Ramírez Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 20 de junio de 2005. Serie C No. 126
84
Corte IDH. Caso Dacosta Cadogan Vs. Barbados. Excepciones Preliminares, Fondo, Repa-
raciones y Costas. Sentencia de 24 de septiembre de 2009. Serie C No. 204.
85
Corte IDH. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
17 de noviembre de 2009. Serie C No. 206
86
Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010 Serie C No. 220
Alfonso Pérez Daza
En ese sentido pueden consultarse, entre otras, las tesis aisladas deriva-
das de la contradicción 412/2010, resuelta por la Primera Sala de la Supre-
ma Corte de Justicia de la Nación87.
Ahora bien, una posible excepción a este principio se presentará en
el caso de prueba anticipada. En efecto, tal y como lo dispone el artículo
305 del propio Código, cuando aún no se identifique a un determinado
individuo como imputado, se designa a un Defensor Público para que in-
tervenga en la audiencia en que debe desahogarse la prueba anticipada, lo
que presenta el problema siguiente: si bien es cierto se designa al defensor
para salvaguardar el principio de contradicción, también lo es que dicha
prueba podría resultar determinante para el fallo en juicio, y el procesado
podría alegar que él no designó a esa persona en particular como su de-
fensor. En esos casos, es evidente que la necesidad es lo que determina esa
excepción al principio de contradicción, pues no es dable pensar que el
juicio pudiera resultar nulo por el simple hecho de que el imputado o su
defensor no estaban presentes al momento de desahogarse una probanza
que no admitía demora, por el peligro de que posteriormente fuera impo-
sible recabarla. Esta situación se analizará más a detalle en los comentarios
relativos a la prueba anticipada en particular.
87
Décima época; Primera Sala; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro
VI, marzo de 2012; Tomo 1; Tesis 1a. CCLI/2011 (9a.), 1a. CCL/2011 (9a.), 1a. CCXL-
VIII/2011 (9a.) y 1a. CCXLIX/2011 (9a.); pp. 270, 290, 291 y 292, respectivamente, de
sendos rubros «AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. EL JUEZ DE DISTRITO, AL
ANALIZAR SU CONSTITUCIONALIDAD, NO PUEDE CONSIDERAR DATOS NO
OFRECIDOS NI DESAHOGADOS EN LA AUDIENCIA CORRESPONDIENTE», «SIS-
TEMA PROCESAL PENAL ACUSATORIO. INTERPRETACIÓN DEL PRINCIPIO DE
CONTRADICCIÓN CON LA INSTITUCIÓN DE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA DE-
FICIENTE», «SISTEMA PROCESAL PENAL ACUSATORIO. TEORÍA DEL CASO» y
«SISTEMA PROCESAL PENAL ACUSATORIO Y ORAL. SE SUSTENTA EN EL PRIN-
CIPIO DE CONTRADICCIÓN».
Código Nacional de Procedimientos Penales
88
Cfr. Artículo 351 del Código.
89
Cfr. Artículo 352 del Código.
90
Artículo 8 del Código.
91
García Ramírez, Sergio. «Artículo 20». En Derechos del Pueblo Mexicano. México a través
de sus Constituciones, octava edición, Cámara de Diputados/Suprema Corte de Justicia
de la Nación/Senado de la República/Instituto Federal Electoral/Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación/Miguel Ángel Porrúa, México, 2012, Tomo II, pp.
231-268; al respecto, cita un pasaje donde Alcalá-Zamora afirma que «[a]l principio
de concentración se opone el de continuidad, así denominado porque a través de una
serie de fases, el proceso se continúa, asegurándose el enlace y tránsito de unas a otras
mediante su reducción a escrito. Por tanto, del mismo modo que concentración se
asocia a oralidad, escritura y continuidad forman pareja» (p. 256).
92
Zamudio Arias, Rafael, «Principios rectores del nuevo proceso penal, aplicaciones e
implicaciones: Oralidad, Inmediación, Contradicción, Concentración». En El Nuevo
Sistema de Justicia Penal Acusatorio, desde la Perspectiva Constitucional, Consejo de la Judi-
catura Federal, 1ª edición, México, 2011, p. 65.
Alfonso Pérez Daza
93
Caballero Juárez & Natarén Nandayapa, Op. Cit., p. 24.
Código Nacional de Procedimientos Penales
94
«Art. 20.- El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad, con-
tradicción, concentración, continuidad e inmediación.
A. De los principios generales:
(…)
II. Toda audiencia se desarrollará en presencia del juez, sin que pueda delegar en ninguna perso-
na el desahogo y la valoración de las pruebas, la cual deberá realizarse de manera libre y lógica;
(…)
X. Los principios previstos en este artículo, se observarán también en las audiencias preliminares
al juicio.»
95
Decap Fernández, Mauricio. El juicio oral y los principios de inmediación y Contradicción.
Consejo de la Judicatura Federal. Número 36 de la Revista del Instituto de la Judicatu-
ra Federal —Escuela Judicial—. México, 2014, p. 69.
96
Schönbohn, Horst y Lösing, Norbert, Sistema acusatorio, proceso penal, juicio oral en Amé-
rica Latina y Alemania, s.e., Caracas, 1995, p. 54; Roxin, Claus, Derecho procesal penal,
traducción de la vigésimaquinta edición alemana de Gabriela E. Córdoba y Daniel R.
Pastor, revisada por Julio B. J. Maier, Del Puerto, Buenos Aires, 2000, pp. 102 394; Cas-
tro Jofré, en Introducción al Derecho procesal penal chileno, Editorial LexisNexis, Santiago
de Chile, junio de 2006, p. 60; Florian, Eugene, Elementos de Derecho procesal penal, L.
Prieto Castro (trad.) Jurídica Universitaria, México, abril de 2002, volumen 1, p. 52.
Alfonso Pérez Daza
97
Díaz, Iván, Tesis Doctoral Derechos fundamentales y decisión judicial. Algunos criterios para
la mejor aplicación del Derecho penal, Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las
Casas, Getafe, 2009, p. 115.
Código Nacional de Procedimientos Penales
ble; pues con esa falacia, se encubre una valoración de íntima convicción y evita mo-
tivar las sentencias judiciales, entendidas éstas como su justificación y, por ende, no
permite realizar su control racional. La motivación del juicio sobre los hechos, si bien
se da en un primer momento a través de la contradicción, ex post puede controlarse
a través de la justificación de la sentencia, la cual constituye el objeto del derecho
contenido en el artículo 16 constitucional, siendo su función principal, hacer posible
un control posterior sobre las razones presentadas por el Juez como fundamento de
la decisión, del cual no existe ningún impedimento, pues las audiencias son videogra-
badas e integradas como constancias a los expedientes. La distracción del juzgador
puede suceder tanto en el juicio, por cansancio u otras condiciones personales, o en
las instancias revisoras, al reproducir las videograbaciones para su estudio, pero ello
no es razón para prescindir de la revisión de los juicios sobre los hechos y de su valor
jurídico emitidos en primera instancia. Si carecieran de control, la videograbación
sería innecesaria. Es decir, el control de la motivación se realiza analizando el razo-
namiento justificativo mediante el que el Juez muestra que la decisión se funda sobre
bases racionales idóneas para hacerla aceptable. Además, la motivación permite el
control de la discrecionalidad del Juez en la utilización y valoración de las pruebas,
toda vez que la motivación debe dar cuenta de los datos empíricos asumidos como
elementos de prueba, de las inferencias que partiendo de ellos se han formulado y
de los criterios utilizados para extraer sus conclusiones probatorias; debe dar cuenta
también, de los criterios con los que se justifica la valoración conjunta de los distintos
elementos de prueba, así como de las razones que fundamenten la elección final para
que la hipótesis sobre el hecho esté justificada. Por otra parte, el deber de motivar la
valoración de la prueba obliga a confrontarse con ella en una clave de racionalidad
explícita; de ahí que, conforme al nuevo sistema de justicia penal en el Estado de Chi-
huahua, el principio de inmediación no impide que se revise su racionalidad en cuan-
to a las pruebas aportadas por las partes al juicio, ya sea en los recursos de alzada o
en el juicio de amparo, como cumplimiento, entre otros, al derecho de motivación.»
98
«Artículo 39. Audiencias ante juez de control.
En las audiencias ante el juez de control se observarán en lo conducente los principios
previstos en el artículo 3 del presente Código.
Al juez de control le corresponderán durante las audiencias las mismas facultades que
se le conceden al juez que presida el juicio oral en el Capítulo Cuarto, Título III del
Libro Segundo.
El juez impedirá que las partes aleguen cuestiones ajenas a la materia de la audiencia
y evitará sean redundantes en sus argumentos, pudiendo limitar sus intervenciones.»
«Artículo 325. Continuidad.
La audiencia del juicio oral se desarrollará en forma continua y podrá prolongarse en
sesiones sucesivas, hasta su conclusión. Constituirán, para estos efectos, sesiones suce-
sivas, aquellas que tuvieren lugar en el día siguiente o subsiguiente de funcionamiento
ordinario del tribunal.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
99
«Artículo 280. Plazos para resolver sobre la vinculación a proceso.
Inmediatamente después de que el imputado haya rendido su declaración preparatoria o manifes-
tado su derecho a no declarar, el juez le cuestionará respecto a si desea que se resuelva su situación
jurídica en esa audiencia o bien si solicita la ampliación del plazo a que se refiere el artículo 19
de la Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos.
En caso de que el imputado no hubiera solicitado la ampliación del plazo de setenta y dos horas, el
Ministerio Público deberá solicitar y motivar en ese momento la vinculación del imputado a pro-
ceso, exponiendo en la misma audiencia los antecedentes de la investigación con los que considera
que existen datos que establecen que se ha cometido un hecho que la ley señala como delito y que
existe la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participo en su comisión. El juez resolverá lo
conducente después de escuchar al imputado. Si se decreta la vinculación a proceso, el Ministerio
Público a continuación deberá solicitar las medidas cautelares que considere procedentes y el juez
resolverá lo conducente.
Si el imputado solicita la prórroga del plazo señalado en el artículo 19 de la Constitución Política
de los estados Unidos Mexicanos, el juez deberá señalar fecha para la celebración de la audiencia
de vinculación a proceso dentro del plazo solicitado por el imputado, sin que pueda superar de se-
tenta y dos horas. En este caso, el Ministerio Público puede solicitar en el acto se apliquen medidas
cautelares al imputado.
La audiencia de vinculación a proceso deberá celebrarse, según sea el caso, dentro de las setenta
y dos o ciento cuarenta y cuatro horas siguientes a que el imputado detenido fue puesto a su
disposición o que el imputado compareció a la audiencia de formulación de la imputación. Si el
imputado requiere del auxilio judicial para citar testigos o peritos a la audiencia de vinculación
a proceso, deberá solicitar dicho auxilio al menos con cuarenta y ocho horas de anticipación a la
hora y fecha señaladas para la celebración de la audiencia. En caso contrario, deberá presentar
sus medios de prueba a la audiencia de vinculación a proceso.»
Alfonso Pérez Daza
ya que de esa manera puede asegurarse el contacto directo con los hechos
que fundan la imputación; lo que no ocurre en el caso analizado, pues la
audiencia de formulación de la imputación al imputado fue presidida por
un juez de control, y quien vinculó a proceso al imputado, fue un juez de
control diverso.
b) El Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa
del Décimo Séptimo Circuito, con residencia en Chihuahua, Chihuahua,
al resolver el amparo en revisión 58/2012, determinó que las audiencias
de formulación de la imputación y de vinculación a proceso, deben celebrarse por
el mismo juez de control, pues de lo contrario, se viola el principio de inmediación.
El supuesto de hecho analizado por el Tribunal Colegiado es el siguien-
te:
En la audiencia inicial, el Ministerio Público formuló la imputación, el imputa-
do rindió su declaración y solicitó la duplicidad del plazo constitucional; en la con-
tinuación de la audiencia inicial, un juez de control distinto resolvió la vinculación
a proceso del imputado.
El Tribunal Colegiado citado, estimó que el hecho de que la audiencia
de vinculación a proceso se presida por un juez de control diverso al que
presidió la audiencia de formulación de imputación donde rindió su decla-
ración el imputado, sí transgrede en perjuicio del imputado, el principio
de inmediación que rige el proceso penal.
Consideró que de conformidad con lo dispuesto por el artículo 36 del
Código de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua100, es claro
que las audiencias de formulación de imputación y de vinculación a proce-
so, deben desarrollarse ante el mismo juez de garantía; considerar lo con-
trario implica contravenir el principio de inmediación, ya que el juez de
100
«Artículo 36. Audiencias ante Juez de Garantía.
En las audiencias ante el Juez de Garantía se observarán, en lo conducente, los prin-
cipios previstos en el Artículo 3° del presente Código. El Juez de garantía no podrá
revisar la carpeta de investigación antes de dictar sus resoluciones, salvo que exista una
controversia entre los intervinientes respecto al contenido de dicha carpeta; sin em-
bargo, el Ministerio Público, durante la audiencia, podrá apoyarse en la proyección de
los medios de investigación, en instrumentos digitales de los elementos en que funda
su pretensión y que obran en la carpeta de investigación, a efecto de que el juez y los
demás intervinientes puedan constatar su contenido.
Durante las audiencias, le corresponderán al Juez de Garantía las mismas facultades
que se le conceden al Presidente del Tribunal de Juicio Oral en la Sección 4a del Ca-
pítulo III del Título Octavo.
El Juez impedirá que las partes aleguen cuestiones ajenas a la materia de la audiencia
o sean redundantes en sus argumentos, pudiendo limitar sus intervenciones.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
101
Tesis Aislada XVII.2o.P.A.4 P (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, Libro XII, T.3, septiembre de 2012, p. 1512.
Alfonso Pérez Daza
102
Tesis aislada XIII.P.A.5 P (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gacera, Dé-
cima Época, Libro 10, t.III, septiembre de 2014, p. 2433.
Alfonso Pérez Daza
103
Tesis Aislada: XIII.P.A.5 P (10a.); Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época; TCC; Libro 10, T.III, septiembre de 2014, p. 2433.
104
Tesis: XVII.2o.P.A.4 P (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Instancia: TCC; Libro XII, T.3, septiembre de 2012, p. 1512
Alfonso Pérez Daza
105
Sánchez Duque, Luz María & Uprimny Yepes, Rodrigo, Artículo 24. Igualdad ante
la ley, en Steiner, Christian & Uribe, Patricia (Coordinadores), Convención Americana
sobre Derechos Humanos: comentada, 1ª Edición, México, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, 2014, p. 580.
106
Cfr. Ibídem, pp. 585 y ss.
107
Corte IDH. El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Ga-
rantías del Debido Proceso Legal. Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999.
Serie A No. 16, párrafo 117.
108
Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, op. cit., párrafo 46.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Es en ese tenor que el Código mandata que las personas sean atendidas
a fin de garantizar este principio sobre la base de la equidad en el ejercicio
de sus derechos.
Véase la tesis 1a. C/2014, de la primera Sala de nuestro más alto tribu-
nal, Décima Época Libro 4, marzo de 2014, Tomo I, Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, p. 523 de rubro y texto siguiente:
«ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. ELEMENTOS PARA
JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. Del reconocimiento de los derechos hu-
manos a la igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva que todo
órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una perspectiva de géne-
ro, para lo cual, debe implementarse un método en toda controversia judicial, aun
cuando las partes no lo soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia
o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de manera
completa e igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en cuenta lo siguiente: i)
identificar primeramente si existen situaciones de poder que por cuestiones de género
den cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii) cuestionar los
hechos y valorar las pruebas desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género,
a fin de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo
o género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente para aclarar la si-
109
Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinión Con-
sultiva OC-18/03 de 17 de septiembre de 2003. Serie A No. 18.
110
Párrafo 18.
111
Corte IDH. El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garan-
tías del Debido Proceso Legal, op. cit., párrafo 119.
Alfonso Pérez Daza
112
Décima Época; Primera Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro
20, julio de 2015, Tomo I; Contradicción de Tesis 240/2014; p. 606; párrafo 28 de la
ejecutoria. La materia de la contradicción consistió en dilucidar si era jurídicamente
posible que, invocando el principio pro persona, se supliera la queja deficiente a favor
de la víctima u ofendido en el recurso de revisión, aun cuando no haya sido parte
quejosa o adherente en el juicio de amparo, y aun cuando el artículo 79, fracción III,
inciso b), de la Ley de Amparo, no contemple ese supuesto.
113
Así lo entendió el Tribunal Constitucional Español, en su sentencia 48/2008. Véase
también Rosa Rodríguez, Paola de la, Terminología en los Juicios Orales en Materia Penal:
Semblanza de la doctrina mexicana, el Pacto Federal y los tratados internacionales, 1ª edición,
Editorial Flores, México, 2013, pp. 123-126.
Código Nacional de Procedimientos Penales
114
Décima Época; Tribunales Colegiados de Circuito; Semanario Judicial de la Federa-
ción y su Gaceta; Libro X, julio de 2012; Tomo 3; Tesis: I.15o.A.2 K (10a.) de rubro
«PRINCIPIOS DE CONTRADICCIÓN E IGUALDAD DE ARMAS PREVISTOS EN EL
DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. RIGEN EL PRO-
CEDIMIENTO DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO»; p. 2035.
115
Párrafo 18.
Alfonso Pérez Daza
116
Párrafo 40. Énfasis en el original.
117
Párrafo 42.
Código Nacional de Procedimientos Penales
persona, porque no existe una oposición entre los derechos de las víctimas y los de
los indiciados y procesados, ya que obedecen a lógicas distintas: para la parte quejo-
sa indiciada o acusada, debe buscarse el respeto irrestricto de los derechos inherentes
al debido proceso; para las víctimas, su derecho a la participación en el proceso, la
restitución y reparación de sus bienes lesionados por el delito, así como la posibilidad
de acceder a la verdad y, en particular, a la búsqueda de la justicia. De ahí que el
hecho de que el artículo 79, fracción III, inciso b), de la Ley de Amparo no prevea la
suplencia de la queja deficiente a favor de la víctima u ofendido del delito cuando
acude al recurso de revisión como tercero interesado, no implica una transgresión a
los principios constitucionales o convencionales, porque es una norma adjetiva que
solamente persigue la finalidad de equilibrar dos fuerzas de las partes en el juicio de
amparo, que el legislador democrático supone desiguales: la quejosa y la autoridad
responsable. Por lo demás, no es que el artículo no reconozca los derechos de las
víctimas y no hubiere pensado en ellas como candidatas a la suplencia de la queja
deficiente, pues precisamente el artículo referido les reconoce esa prerrogativa; lo
único que el legislador busca, al acotar esa posibilidad a los casos en los que aquéllas
sean quejosas o adherentes, es el respeto a la racionalidad de la institución procesal
de la suplencia, esto es, la igualdad procesal.»118
118
Tesis: 1a./J. 9/2015 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época; Primera Sala, Libro 20, T.I, julio de 2015; p. 635.
119
Como bien dice José Ovalle Favela, el principio de igualdad ante la ley se afirmó con
la Revolución Francesa, como una reacción al orden feudal que establecía fueros y
privilegios para ciertos estamentos. Esto se confirma del contenido de la tesis aislada
de rubro «FUERO DE GUERRA» (Quinta época; Primera Sala; Semanario Judicial
de la Federación; Tomo LXI; p. 3760), donde la Corte determinó que la garantía que
otorga el artículo 13 constitucional tiene por finalidad colocar en una igualdad de
condiciones a todos los individuos, cualquiera que sea su categoría, rango o condición,
aboliendo así los antiguos privilegios y fueros de que gozaban las distintas clases socia-
Alfonso Pérez Daza
les y sometiendo a todos a la misma ley y al mismo tribunal. Véase Ovalle Favela, José.
Artículo 13. En Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones, octava
edición, Cámara de Diputados/Suprema Corte de Justicia de la Nación/Senado de
la República/Instituto Federal Electoral/Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación/Miguel Ángel Porrúa, México, 2012, Tomo I, pp. 910-926.
Código Nacional de Procedimientos Penales
120
Tesis: 1a./J. 11/2014 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época; 1a. Sala, Libro 3, T.I, febrero de 2014; p. 396.
121
Artículo 173. En los juicios del orden penal se considerarán violadas las leyes del procedi-
miento con trascendencia a las defensas del quejoso, cuando: I. Se desarrolle cualquier
audiencia sin la presencia del juez actuante o se practiquen diligencias en forma distinta
a la prevenida por la ley; II. El desahogo de pruebas se realice por una persona distinta
al juez que deba intervenir; III. Intervenga en el juicio un juez que haya conocido del
caso previamente; IV. Habiéndolo solicitado no se le caree, en presencia del juez, en los
supuestos y términos que establezca la ley; V. La presentación de argumentos y pruebas
en el juicio no se realice de manera pública, contradictoria y oral; VI. La oportunidad
para sostener la acusación o la defensa no se realice en igualdad de condiciones; VII. El
juzgador reciba a una de las partes para tratar el asunto sujeto a proceso sin la presencia
de la otra; VIII. No se respete al imputado el derecho a declarar o guardar silencio, la
declaración del imputado se obtenga mediante incomunicación, intimidación, tortura
o sin presencia de su defensor, o cuando el ejercicio del derecho a guardar silencio
se utilice en su perjuicio; IX. El imputado no sea informado, desde el momento de su
detención, en su comparecencia ante el Ministerio Público o ante el juez, de los hechos
que se le imputan y los derechos que le asisten; X. No se reciban al imputado las pruebas
pertinentes que ofrezca o no se reciban con arreglo a derecho, no se le conceda el tiem-
po para el ofrecimiento de pruebas o no se le auxilie para obtener la comparecencia de
las personas de quienes ofrezca su testimonio en los términos señalados por la ley; XI.
El imputado no sea juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal, salvo cuando
se trate de los casos de excepción precisados por la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; XII. No se faciliten al imputado todos los datos que solicite para su
defensa y que consten en el proceso o se restrinja al imputado y a la defensa el acceso
a los registros de investigación cuando el primero esté detenido o se pretenda recibirle
declaración o entrevistarlo; XIII. No se respete al imputado el derecho a contar con una
defensa adecuada por abogado que elija libremente desde el momento de su deten-
Alfonso Pérez Daza
122
Corte IDH. Garantías Judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2, 25 y 8 Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987.
Serie A No. 9; Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C No. 71; Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de febrero de 2001. Serie C No. 72. En
menor medida, consúltense también Caso Nadege Dorzema y otros Vs. República Domini-
cana. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de octubre de 2012 Serie C No.
251; así como Caso Mohamed Vs. Argentina. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 23 noviembre de 2012 Serie C No. 255.
123
Corte IDH. Opinión Consultiva OC-17/2002. Op. Cit.
124
Corte IDH. El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Ga-
rantías del Debido Proceso Legal. Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999.
Serie A No. 16. Párrafo 117.
Alfonso Pérez Daza
125
Tesis: 1a. CXXXVI/2015 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Dé-
cima Época; 1a. Sala; Libro 17, TI, abril de 2015; p. 516.
126
García Ramírez, Sergio, El Debido Proceso. Criterios de la jurisprudencia interamericana, Edi-
torial Porrúa, México, 2012, p. 13.
127
Jurow, Keith, Untimely Thoughts: A Reconsideration of the Origins of Due Process of
Law. En The American Journal of Legal History, Vol. 19, No. 4 (pp. 265-279), Oxford Univer-
sity Press, Oxford, 1975, p. 265. Ello dado que fue Sir Edward Coke quien (quizá erró-
neamente) tradujo la frase per legem terrae en la cláusula 39 de la Carta Magna de 1215,
por due process of law en la 29 de la Carta de 1225. Jurow concluye en su ensayo que dichas
disposiciones nunca significaron lo mismo en términos del Derecho Inglés (p. 279).
128
Caballero Juárez, José Antonio, El Debido Proceso. Una aproximación desde la jurisprudencia
latinoamericana, Suprema Corte de Justicia de la Nación & Oficina en México del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 1ª edición, México,
2014, p. 35.
129
El concepto del debido proceso, ha desarrollado en la doctrina una distinción entre
debido proceso sustantivo y adjetivo. Este último expuesto en los párrafos anteriores
pero, por lo que hace al primero, se trata de la posibilidad de ejercer un control de
constitucionalidad sobre la sustancia y no sólo la forma de los actos estatales. En este
sentido, debido proceso implica que los poderes del Estado (particular, aunque no
limitativamente, el Legislativo) deben actuar no sólo conforme a la ley y los procedi-
Código Nacional de Procedimientos Penales
mientos en ella establecidos, sino de manera justa, racional, y razonable. Dicho de otro
modo, que su proceder no pueda ser reputado de «arbitrario».
La Primera Sala de nuestro más Alto Tribunal ya ha reconocido que la igualdad en
nuestra Carta Magna constituye un principio complejo que no sólo otorga a las per-
sonas la garantía de que serán iguales ante la ley en un sentido formal, sino también
que serán iguales en la ley, esto es, en relación al contenido mismo de la legislación.
Por ello, ante una disposición que distingue entre dos o varios hechos, sucesos, per-
sonas o colectivos, debe analizarse «si dicha distinción descansa en una base objetiva
y razonable».
Es en este principio de «razonabilidad» donde podría establecerse, con cierta liber-
tad metodológica, la equivalencia con el debido proceso sustantivo, herencia de la
doctrina y jurisprudencia anglosajona, y cuyos alcances han sido expresados recien-
temente, con la clara influencia de un artículo de Mariano Sapag, por la propia
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de rubro
«IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN. FUNCIONES Y CONSECUENCIAS EN EL
USO DEL PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD» (Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación; Libro 12, noviembre de 2014; Tomo I; Tesis: 1a.
CCCLXXXV/2014 (10a.); p. 719). De este último criterio también se desprende que
no sólo compete al Poder Legislativo sino, como ya se adelantó, a todos los órganos
del Estado garantizar el debido proceso sustantivo, dado que habla de «resolución
de lagunas jurídicas» y frecuentemente se refiere a la validez de una «medida», y no
sólo a la creación normativa. Por tanto, todo acto en el proceso penal (por ejemplo,
la imposición de medidas cautelares y la sentencia misma, a través de su debida
motivación) deberá estar sujeto a este juicio de proporcionalidad y razonabilidad
en cuanto a su contenido, para ser legítimo y cumplir con las exigencias del debido
proceso sustantivo. Véanse al respecto: Gozaíni, Osvaldo A., «Debido Proceso». En
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo; Martínez Ramírez, Fabiola & Figueroa Mejía, Giovan-
ni A., Diccionario de Derecho Procesal Constitucional y Convencional, Tomo I, primera
edición, México, Consejo de la Judicatura Federal & Instituto de Investigaciones
Jurídicas, UNAM, 2014, pp. 297-299; SAPAG, Mariano A., «El Principio de Proporcio-
nalidad y de Razonabilidad como límite constitucional al poder del Estado: un estu-
dio comparado». En Díkaion, Año 22, No. 17, Universidad de la Sabana, Chía, 2008,
pp. 157-198; la tesis 1a./J. 55/2006 (Novena Época; 1a. Sala; Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta; Tomo XXIV, septiembre de 2006; p. 75); y la ejecutoria
del amparo en revisión 307/2007 (Novena Época; Pleno; Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta; Tomo XXVII, abril de 2008; p. 805).
Alfonso Pérez Daza
Como reflexión final, debe decirse que, tanto nuestro fuero interno,
como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, reconocen una
importancia tal a este principio, que se ha determinado, inclusive, que la
autoridad de una de las instituciones jurídicas más importantes, como es la
cosa juzgada, está supeditada al cumplimiento de las exigencias del debido
Código Nacional de Procedimientos Penales
130
Tesis: P./J. 85/2008, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Pleno, T. XXVIII, septiembre de 2008; p. 589.
131
Martínez Cisneros, Germán, La presunción de inocencia. De la Declaración Universal
de los Derechos Humanos al Sistema Mexicano de Justicia Penal. En Revista del Instituto
de la Judicatura Federal, No. 26, Instituto de la Judicatura Federal, México, 2008, pp.
227-265.
132
Ibídem, pp. 237 y 238.
Alfonso Pérez Daza
133
Tesis: P. XXXV/2002, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
T. XVI, agosto de 2002; p. 14.
Código Nacional de Procedimientos Penales
134
Brewer, Stephanie Erin, Hacia un proceso penal constitucional: elementos para en-
tender y aplicar la presunción de inocencia en México. En Silva García, Fernando
(Coordinador), Garantismo Judicial. Presunción de Inocencia, México, Porrúa, 2014, pp.
XIII-CIV.
Alfonso Pérez Daza
135
Cfr. Artículo 361 del Código.
136
Cfr. Novena Época; 1a. Sala; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo
XXI, enero de 2005; Tesis: 1a. CXXIII/2004 de rubro «DERECHO DE NO AUTOIN-
CRIMINACIÓN. ALCANCE DEL CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 20, APARTADO
A, FRACCIÓN II, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL»; p. 415.
137
Artículo 358 del Código.
Código Nacional de Procedimientos Penales
138
Op. Cit.
139
Op. Cit.
140
Corte IDH. Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 31 de agosto de 2004. Serie C No. 111.
141
Op. Cit.
142
Corte IDH. Caso López Mendoza Vs. Venezuela. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia
de 1 de septiembre de 2011 Serie C No. 233.
Alfonso Pérez Daza
143
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 5, abril
de 2014; Tomo I; Tesis: 1a./J. 24/2014 (10a.) de rubro «PRESUNCIÓN DE INOCEN-
CIA COMO REGLA DE TRATO PROCESAL»; p. 497.
144
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 5, abril
de 2014; Tomo I; Tesis: 1a./J. 25/2014 (10a.) de rubro «PRESUNCIÓN DE INOCEN-
CIA COMO REGLA PROBATORIA»; p. 478.
145
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 5, abril
de 2014; Tomo I; Tesis: 1a./J. 26/2014 (10a.) de rubro «PRESUNCIÓN DE INOCEN-
CIA COMO ESTÁNDAR DE PRUEBA»; p. 476.
146
Cfr. Artículos 263 y 264 del Código, en relación con el 20, apartado A, fracción IX
constitucional.
147
Artículo 20, apartado A, fracción VIII de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
148
Tesis: V.4o. J/3, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, TCC;
T. XXII, julio de 2005; p. 1105.
Código Nacional de Procedimientos Penales
149
Brewer, op. cit., p. XXIX.
150
Tesis: 1a. CCCXLVII/2014 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época; 1a. Sala; Libro 11, T.I, octubre de 2014; p. 611.
151
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 19,
junio de 2015; Tomo I; Tesis: 1a. CCXVI/2015 (10a.) de rubro «DUDA RAZONABLE.
CONSECUENCIA DE SU ACTUALIZACIÓN CUANDO LA DEFENSA NO ALEGA
UNA HIPÓTESIS DE INOCENCIA»; p. 584.
152
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 11,
octubre de 2014; Tomo I; Tesis: 1a. CCCXLVIII/2014 (10a.) de rubro «PRESUNCIÓN
DE INOCENCIA Y DUDA RAZONABLE. FORMA EN LA QUE DEBE VALORARSE EL
MATERIAL PROBATORIO PARA SATISFACER EL ESTÁNDAR DE PRUEBA PARA
CONDENAR CUANDO COEXISTEN PRUEBAS DE CARGO Y DE DESCARGO»; p.
613.
153
Tesis: 1a. CCXXI/2015 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Déci-
ma Época; 1a. Sala; Libro 19, T.I, junio de 2015, p. 594.
Alfonso Pérez Daza
154
Tesis: 1a. CCXVII/2015 (10a.); Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Déci-
ma Época; 1a. Sala; Libro 19, junio de 2015; Tomo I; p. 597.
155
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 19,
junio de 2015; Tomo I; Tesis: 1a. CCXVIII/2015 (10a.) de rubro «IN DUBIO PRO
REO. EL CONCEPTO DE “DUDA” ASOCIADO A ESTE PRINCIPIO NO DEBE EN-
TENDERSE COMO LA FALTA DE CONVICCIÓN O LA INDETERMINACIÓN DEL
ÁNIMO O PENSAMIENTO DEL JUZGADOR»; p. 589.
156
Décima Época; 1a. Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 19,
junio de 2015; Tomo I; Tesis: 1a. CCXIX/2015 (10a.) de rubro «IN DUBIO PRO REO.
INTERPRETACIÓN DEL CONCEPTO DE “DUDA” ASOCIADO A ESTE PRINCI-
PIO»; p. 589.
Código Nacional de Procedimientos Penales
comisión, circunstancia que necesariamente implica que las pruebas con las cuales se
acreditan tales extremos, deben haber sido obtenidas lícitamente»157.
157
Tesis: 1a./J. 140/2011 (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época; 1a. Sala; Libro III, diciembre de 2011; Tomo 3; p. 2058.
158
Op. Cit.
159
Tesis: 1a./J. 10/2006 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época; Abril 2016.
Alfonso Pérez Daza
160
Artículo 19, segundo párrafo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos.
161
Artículo 167 del Código.
Alfonso Pérez Daza
162
Cfr. Décima Época; 1a. Sala; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro
XX, mayo de 2013; Tomo 1; Tesis: 1a. CLXXVIII/2013 (10a.) de rubro «PRESUN-
CIÓN DE INOCENCIA Y DERECHO A LA INFORMACIÓN. SU RELACIÓN CON LA
EXPOSICIÓN DE DETENIDOS ANTE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN»; p. 565.
163
Artículo 113, fracciones XIV y XV del Código.
164
Décima Época; 1a. Sala; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XX,
mayo de 2013; Tomo 1; Tesis: 1a. CLXXVI/2013 (10a.) de rubro «PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA COMO REGLA DE TRATO EN SU VERTIENTE EXTRAPROCESAL. SU
CONTENIDO Y CARACTERÍSTICAS»; p. 564.
165
Décima Época; 1a. Sala; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XX,
mayo de 2013; Tomo 1; Tesis: 1a. CLXXVII/2013 (10a.) de rubro «PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA COMO REGLA DE TRATO EN SU VERTIENTE EXTRAPROCESAL.
INFLUENCIA DE SU VIOLACIÓN EN EL PROCESO PENAL»; p. 563.
Código Nacional de Procedimientos Penales
166
MÁRQUEZ PIÑEIRO, Rafael, «Non bis in idem», en Diccionario Jurídico Mexicano, Ins-
tituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, Edición Histórica, México, 2004, pp. 2611-
2612.
167
PÉREZ DAZA, Alfonso, Derecho Penal. Introducción, Daza Canseco Editores, 1ª edición,
México, 2008, pp. 104 y 105.
168
Cfr. Artículo 64, primer párrafo, del Código Penal Federal.
169
CARBONELL MATEU, Juan Carlos, Derecho Penal: Concepto y Principios Constitucionales,
Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 1996, p. 151.
170
Corte IDH. Caso Genie Lacayo Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 29 de enero de 1997. Serie C No. 30.
171
Op. Cit.
172
Op. Cit.
Alfonso Pérez Daza
Nicolle y otros vs. Guatemala173; Lori Berenson Mejía vs. Perú174; Almona-
cid Arellano y otros vs. Chile175; Masacre de la Rochela vs. Colombia176;
Nadege Dorzema y otros vs. República Dominicana177; y Mohamed vs.
Argentina178; se desprende, por ejemplo, que no puede ampararse en el
principio non bis in idem, ni en la cosa juzgada, si con ello se incumple con
el debido proceso179 o quedan impunes violaciones a derechos humanos,
mediante resoluciones fraudulentas las cuales pretenden absolver a quien
los violentó, con objeto de protegerle.
173
Corte IDH. Caso Carpio Nicolle y otros Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sen-
tencia de 22 de noviembre 2004. Serie C No. 117.
174
Op. Cit.
175
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154.
176
Corte IDH. Caso de la Masacre de La Rochela Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 11 de mayo de 2007. Serie C No. 163
177
Op. Cit.
178
Op. Cit.
179
Cfr. Supra, el comentario al artículo 12 del Código.
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO II
DERECHOS EN EL PROCEDIMIENTO
Artículo 15. Derecho a la intimidad y a la privacidad
En todo procedimiento penal se respetará el derecho a la intimidad de
cualquier persona que intervenga en él, asimismo se protegerá la informa-
ción que se refiere a la vida privada y los datos personales, en los términos
y con las excepciones que fijan la Constitución, este Código y la legislación
aplicable.
180
Véase la tesis aislada número 1a. CXLIX/2007, publicada bajo el registro: 171883,
p. 272, del Tomo XXVI, julio de 2007, de la Novena Época, de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: «VIDA PRIVADA E INTIMIDAD. SI
BIEN SON DERECHOS DISTINTOS, ÉSTA FORMA PARTE DE AQUÉLLA»
181
Tesis 1a,XLVIII/20014, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, t. I, febrero de 2014, P. 642.
182
Tesis P.LXVII/2009, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
t.XXX, diciembre de 2009, p. 7.
Alfonso Pérez Daza
183
Véase la tesis aislada número 1a. XLIX/2014 (10a.), publicada bajo el registro número
2005525, p. 641, del Tomo I, febrero de 2014, de la Décima Época de la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro «DERECHO A LA VIDA PRI-
VADA. ALCANCE DE SU PROTECCIÓN POR EL ESTADO»
184
Véase la tesis aislada número 184546, p. 1050, del Tomo XVII, abril de 2003, de la
Novena Época del Tercer Tribunal Colegiado en materia Civil del Primer Circuito, de
rubro «ACTOS DE MOLESTIA. REQUISITOS MÍNIMOS QUE DEBEN REVESTIR
PARA QUE SEAN CONSTITUCIONALES».
Alfonso Pérez Daza
185
Tesis aislada número 1ª. LXX/2005, de rubro «JUSTICIA PRONTA QUE SE REFIE-
RE EL ARTÍCULO 17 CONSTITUCIONAL. OBLIGACIÓN DEL LEGISLADOR PARA
GARANTIZARLA», publicada en la p. 438 del Tomo XXII, julio de 2005, Novena Épo-
ca del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Código Nacional de Procedimientos Penales
186
Tesis II.2o.P J/19, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, T.
XXIII, mayo de 2006, p. 1524.
Alfonso Pérez Daza
dor la carga de evaluar los métodos que el defensor emplea para lograr su
cometido de representación, toda vez que escapa a la función jurisdiccio-
nal el examen sobre si éste efectivamente llevará a cabo la estrategia más
afín a los intereses del inculpado, máxime que los órganos jurisdiccionales
no pueden constituirse en Juez y parte para revisar la actividad o inactivi-
dad del defensor e impulsar el procedimiento, y más aún, para declarar la
nulidad de lo actuado sin el debido impulso del defensor.
En conclusión, en el artículo analizado, ya no existe la posibilidad de
defenderse por persona de confianza; tampoco podrá el imputado defen-
derse por sí mismo, se potencializa la formalidad de que tendrá que de-
fenderse a través de un Licenciado en Derecho, con independencia del
concepto material de defensa adecuada.
Se entiende que el derecho a la defensa es «la actividad argumentada, es-
grimida en un proceso, encaminada a la tutela de los intereses de una persona, para
atacar lo que se le atribuye, por sí mismo o por tercera persona»187, mientras que el
derecho a la defensa técnica, se define como el «derecho que tiene el indicia-
do de escoger o designar a su propio defensor, o en su defecto a ser representado por
uno de oficio provisto por el mismo Estado y denominado “defensor de oficio”, con lo
cual se garantiza que el inculpado esté representado por una persona con formación
jurídica, pues su ausencia generaría nulidad sin posibilidad de ser saneada por
vulneración al derecho de defensa»188.
El derecho a la defensa es un requisito de validez de cualquier proceso.
La manifestación concreta de éste derecho, donde el titular es el imputa-
do, se encuentra el derecho a declarar, a rendir prueba, a participar en los
actos del procedimiento, y entre otros, el de contar con un defensor, en
otras palabras, el derecho a contar con una asistencia técnica que lo auxilie
en su defensa.
Así encontraremos que el derecho de defensa está reconocido por el
texto constitucional en su artículo 20, apartado B, fracción VIII, al estable-
cer que el imputado tendrá la garantía a una defensa adecuada a través de
un abogado, el cual podrá elegir libremente incluso desde el momento de
su detención. En caso de no poderlo hacer, el juez le designará un defen-
sor de oficio. De igual forma tendrá derecho a que su defensor comparezca
en todos los actos del proceso y éste tendrá la obligación de hacerlo cuan-
tas veces se le requiera.
187
Polanco Braga, Elías, «Nuevo Diccionario del Sistema Penal Acusatorio, Juicio Oral»,
2ª edición, México, Porrúa, 2015, p. 94.
188
Ibídem, pp. 96
Código Nacional de Procedimientos Penales
189
Tesis 1a. CCCLXXV/2015, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro
24, T.I, noviembre de 2015, p. 964.
Código Nacional de Procedimientos Penales
i) En caso de ser extranjero, tiene derecho a que el consulado de su país sea no-
tificado de su detención.
j) Tiene derecho a que se le ponga, sin demora, a disposición de la autoridad
competente.»
190
número 1a. CXXXIX/2015 (10a.), publicada bajo el registro número 2009013, p. 432,
del Tomo I, de mayo de 2015, de la Décima Época, rubro
Alfonso Pérez Daza
191
Tesis: 1a./J. 72/2015 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Primera Sala, Libro 24, noviembre de 2015, Tomo I, p. 672.
Código Nacional de Procedimientos Penales
probable comisión, así como invocar las pruebas correspondientes por las que arriba
a esa conclusión, con lo cual justifica el supuesto de procedencia de la competencia
territorial de excepción.»
que sólo con orden judicial se puede tomar la muestra de cabello o vello
de un imputado cuando éste se niegue a proporcionarlo; entonces, en el
supuesto de que esta persona se encuentra en una jurisdicción distinta al
del lugar donde se cometió el delito y resultara una prueba fundamental
para su persecución, a nuestro juicio constituye una diligencia de atención
urgente, sobre todo cuando la investigación versa respecto de delitos que
ameritan prisión preventiva oficiosa, esto es, homicidio, violación, entre
otros.
Lo mismo sucede con el supuesto de la fracción II del mismo precepto,
en el que se establecen las órdenes de cateo que tienen como finalidad la
obtención de pruebas que acreditan el delito perseguido; entonces, si la
autoridad investigadora tiene noticia de que se van a eliminar, desaparecer
u ocultar evidencias que se encuentran en el domicilio que se pretende ca-
tear, el caso debe ser considerado urgente, de tal manera que se pueda soli-
citar la autorización del juez de control de ese lugar, con independencia de
que el delito se haya cometido en una jurisdicción distinta; de lo contrario,
la jurisdicción por territorio se convertiría en una limitante legal, formalis-
ta para la adecuada y expedita persecución de los delitos.
También se deben contemplar los supuestos previstos en el primer pá-
rrafo del artículo 29 del propio Código Nacional, en el que se califican
como urgentes las actuaciones que no admitan demora como las providen-
cias precautorias y, en caso de que exista detenido, la resolución sobre la
legalidad de la detención, la formulación de la imputación, la resolución
sobre la procedencia de las medidas cautelares solicitadas y la vinculación
a proceso.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
INCOMPETENCIA
Artículo 25. Tipos o formas de incompetencia
La incompetencia puede decretarse por declinatoria o por inhibitoria.
La parte que opte por uno de estos medios no lo podrá abandonar y re-
currir al otro, ni tampoco los podrá emplear simultánea ni sucesivamente,
debiendo sujetarse al resultado del que se hubiere elegido.
La incompetencia procederá a petición del Ministerio Público, el imputa-
do o su Defensor, la víctima u ofendido o su Asesor jurídico y será resuelta
en audiencia con las formalidades previstas en este Código.
Constitución, como son los de cuarenta y ocho y setenta y dos horas que se fijan
para la declaración preparatoria y para resolver la situación jurídica del imputado,
respectivamente. Sin embargo, el mencionado precepto no reconoce competencia
extraordinaria al juez para que actúe en lo relativo a la solicitud de libramiento de una
orden de aprehensión proveniente de la consignación de una averiguación previa por
cualquier clase de delito sin detenido, bajo el argumento de que se trata de una dili-
gencia urgente que no admite demora, pues no subyace dicha necesidad. Por tanto,
conforme al artículo 142 del Código citado, la solicitud antes descrita no constituye
una diligencia urgente que no admite demora, porque el órgano jurisdiccional no
tiene que inadvertir un aspecto de previo y especial pronunciamiento, que por su na-
turaleza constituya un presupuesto procesal, como lo es determinar si es legalmente
competente para librar la orden de aprehensión solicitada por el agente del Ministerio
Público y para conocer del proceso penal que llegue a instaurarse. Esto es así, porque
los términos establecidos en la consignación para su radicación y la orden o negativa
de la aprehensión inciden y son aplicables al juez que sea competente de acuerdo
con los órdenes jurídicos que regulan sus atribuciones, mas no pueden constituir un
criterio para fijar dicha competencia.»
CAPÍTULO III
ACUMULACIÓN Y SEPARACIÓN DE PROCESOS
Artículo 30. Causas de acumulación y conexidad
Para los efectos de este Código, habrá acumulación de procesos cuando:
I. Se trate de concurso de delitos;
II. Se investiguen delitos conexos;
III. En aquellos casos seguidos contra los autores o partícipes de un mis-
mo delito, o
IV. Se investigue un mismo delito cometido en contra de diversas perso-
nas.
Se entenderá que existe conexidad de delitos cuando se hayan come-
tido simultáneamente por varias personas reunidas, o por varias personas
en diversos tiempos y lugares en virtud de concierto entre ellas, o para
procurarse los medios para cometer otro, para facilitar su ejecución, para
consumarlo o para asegurar la impunidad.
Existe concurso real cuando con pluralidad de conductas se cometen va-
rios delitos. Existe concurso ideal cuando con una sola conducta se cometen
varios delitos. No existirá concurso cuando se trate de delito continuado en
términos de la legislación aplicable. En estos casos se harán saber los ele-
mentos indispensables de cada clasificación jurídica y la clase de concurso
correspondiente.
192
Botero C., Martín Eduardo, El sistema procesal penal acusatorio «El justo proceso» funciona-
miento y estructura prospectiva de Italia para América Latina, 1a edición, Bogotá, Ediciones
Jurídicas Andrés Morales, 2008, p. 146.
Alfonso Pérez Daza
193
«AUTORES Y PARTÍCIPES DEL DELITO. PARA DETERMINAR SI LES ES ATRIBUIBLE
EL INJUSTO, INCLUYENDO SUS CALIFICATIVAS, DEBE HACERSE LA VALORACIÓN
DEL HECHO DE UN MODO DIFERENTE RESPECTO DE LOS DISTINTOS SUJETOS QUE
CONTRIBUYERON A SU REALIZACIÓN SIEMPRE QUE EXISTAN RAZONES MATERIA-
LES QUE LA JUSTIFIQUEN Y ENCUADRAMIENTO TÍPICO. De manera tradicional la doc-
trina penal ha sostenido (aunque no de manera unánime) el principio de “la unidad del título de
imputación”, que parte de la idea de que los tipos de participación delictiva son necesariamente
referidos a los de autoría y que, por consecuencia, la conducta del partícipe es siempre accesoria
respecto del comportamiento del autor. Sin embargo, en la actualidad y desde hace varias déca-
das, el criterio predominante para casos de excepción, como el del concurso aparente de normas y
discrepancias entre el alcance del dolo del autor y el del partícipe en caso de inducción, es el que
admite la naturaleza personal del injusto para efectos de la reprochabilidad. Esto último significa
que la ley permite (y en algunos casos implícitamente exige) la valoración del mismo hecho (injusto
penal) de un modo diferente respecto de los distintos sujetos que contribuyeron a su realización,
siempre que existan razones materiales que justifiquen esa distinta valoración y encuadramiento
típico, además de que concurran los presupuestos necesarios para tal diferenciación. En este senti-
do, es necesario determinar, primeramente, desde una perspectiva estrictamente técnica y conforme
a la legislación vigente, si en abstracto, el injusto penal, incluyendo sus calificativas, puede ser
atribuido por igual al autor y a quien interviene en calidad de partícipe, pues puede suceder que
cuando el dolo del partícipe no abarca la totalidad de modalidades o circunstancias de ejecución
del hecho, que finalmente son aplicables al acto consumado por parte del autor material, y que
justifican el encuadramiento de un tipo penal agravado, complementado o calificado, la valo-
ración de ese hecho especialmente cualificado sólo proceda respecto del autor material y no así
respecto del partícipe o inductor; pues el no considerarlo así implicaría una vulneración al más
elemental principio de culpabilidad característico de un estado democrático de derecho. En tal
virtud, como se diría bajo la concepción funcionalista, cada sujeto debe responder de los actos pro-
pios a su ámbito de organización, de acuerdo con un principio básico de “autorresponsabilidad”,
lo que se traduce en que a cada persona le es atribuible únicamente lo realizado bajo su propia
culpabilidad y no lo de la ajena, sin que ello implique transgresión alguna al llamado principio
de accesoriedad. En consecuencia, si el dolo presupone un aspecto cognoscitivo que recae sobre los
aspectos objetivos del tipo penal, y un aspecto volitivo referente a la voluntad o querer del actuar
realizador de ese tipo objetivo, previamente conocido o concebido, es obvio que el injusto penal que
integre circunstancias de agravación o calificativas derivadas de la particular forma de ejecución
del hecho material, sólo puede ser, en principio, atribuible, conforme a ese encuadramiento típico,
al propio autor, en tanto que a los partícipes sólo les serán reprochables esas mismas circunstancias
en la medida en que sean de naturaleza objetiva y formen parte del conocimiento integrante de ese
Código Nacional de Procedimientos Penales
dolo de partícipe en la realización preconcebida del hecho; las circunstancias subjetivas, en cam-
bio, sólo son atribuibles a aquellos en quienes concurran, es decir, si son inherentes a la ejecución
misma del hecho únicamente pueden referirse al autor, a menos de que existiese prueba de que los
demás partícipes (formas de participación) también son conscientes de ellas. Las anteriores consi-
deraciones no son sólo apreciaciones dogmáticas o teóricas (de lege ferenda), sino que se plasman
esencialmente en el llamado principio de “comunicabilidad”, que a su vez se recoge en la legisla-
ción positiva, al señalar el artículo 54 del Código Penal Federal: “El aumento o la disminución de
la pena, fundadas en las calidades, en las relaciones personales o en las circunstancias subjetivas
del autor de un delito, no son aplicables a los demás sujetos que intervinieron en aquél.-Son apli-
cables las que se funden en circunstancias objetivas, si los demás sujetos tienen conocimiento de
ellas.”. Como se ve, el anterior precepto recoge esencialmente el principio en cuestión y da muestra
de que el legislador federal mexicano, condiciona la reprochabilidad de las circunstancias de agra-
vación precisamente respecto de quienes participan de ellas; consecuentemente, no puede caerse en
la incorrecta interpretación del principio de accesoriedad en materia de participación y pretender
considerar que todo partícipe, y ante todo supuesto, debe responder “automáticamente” respecto de
cualquier agravante aplicable al acto realizado por el autor material, sin excepción alguna, pues
tal forma de pensar no resulta congruente ni con la doctrina ni con la ley positiva aplicable.»
Alfonso Pérez Daza
194
Cfr. Nahuatt Javier, Margarita, Diferencia entre datos de prueba, medios de prueba y
prueba: en el nuevo proceso penal acusatorio, Revista del Instituto de la Judicatura
Federal, http://www.ijf.cjf.gob.mx/publicaciones/revista/38/8.pdf
Alfonso Pérez Daza
195
González Obregón, Diana Cristal, Manual Práctico del Juicio Oral, 3ª edición, México,
Tiran lo Blanch, 2014, p. 118.
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO IV
EXCUSAS, RECUSACIONES E IMPEDIMENTOS
Artículo 36. Excusa o recusación
Los jueces y magistrados deberán excusarse o podrán ser recusados para
conocer de los asuntos en que intervengan por cualquiera de las causas de
impedimento que se establecen en este Código, mismas que no podrán dis-
pensarse por voluntad de las partes.
196
PALLARES, Eduardo, Diccionario de Derecho Procesal Civil, 19ª edición, Porrúa, Mé-
xico, 1990. p. 694.
Alfonso Pérez Daza
dad y por afinidad hasta el segundo grado con alguno de los interesados, o
que éste cohabite o haya cohabitado con alguno de ellos;
III. Ser o haber sido tutor, curador, haber estado bajo tutela o curatela
de alguna de las partes, ser o haber sido administrador de sus bienes por
cualquier título;
IV. Cuando él, su cónyuge, concubina, concubinario, conviviente, o cual-
quiera de sus parientes en los grados que expresa la fracción II de este artí-
culo, tenga un juicio pendiente iniciado con anterioridad con alguna de las
partes;
V. Cuando él, su cónyuge, concubina, concubinario, conviviente, o cual-
quiera de sus parientes en los grados que expresa la fracción II de este artí-
culo, sea acreedor, deudor, arrendador, arrendatario o fiador de alguna de
las partes, o tengan alguna sociedad con éstos;
VI. Cuando antes de comenzar el procedimiento o durante éste, haya
presentado él, su cónyuge, concubina, concubinario, conviviente o cual-
quiera de sus parientes en los grados que expresa la fracción II de este artí-
culo, querella, denuncia, demanda o haya entablado cualquier acción legal
en contra de alguna de las partes, o cuando antes de comenzar el procedi-
miento hubiera sido denunciado o acusado por alguna de ellas;
VII. Haber dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión
sobre el procedimiento o haber hecho promesas que impliquen parcialidad
a favor o en contra de alguna de las partes;
VIII. Cuando él, su cónyuge, concubina, concubinario, conviviente o
cualquiera de sus parientes en los grados que expresa la fracción II de este
artículo, hubiera recibido o reciba beneficios de alguna de las partes o si,
después de iniciado el procedimiento, hubiera recibido presentes o dádivas
independientemente de cuál haya sido su valor, o
IX. Para el caso de los jueces del Tribunal de enjuiciamiento, haber fungi-
do como Juez de Control en el mismo procedimiento.
los jurados están impedidos para conocer de los asuntos, por alguna de las causas
siguientes:
I. Tener parentesco en línea recta sin limitación de grado, en la colateral por con-
sanguinidad hasta el cuarto grado y en la colateral por afinidad hasta el segundo, con
alguno de los interesados, sus representantes, patronos o defensores;
II. Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas a que
se refiere la fracción anterior;
III. Tener interés personal en el asunto, o tenerlo su cónyuge o sus parientes, en
los grados que expresa la fracción I de este artículo;
IV. Haber presentado querella o denuncia el servidor público, su cónyuge o sus
parientes, en los grados que expresa la fracción I, en contra de alguno de los intere-
sados;
V. Tener pendiente el servidor público, su cónyuge o sus parientes, en los grados
que expresa la fracción I, un juicio contra alguno de los interesados o no haber trans-
currido más de un año desde la fecha de la terminación del que hayan seguido hasta
la fecha en que tome conocimiento del asunto;
VI. Haber sido procesado el servidor público, su cónyuge o parientes, en los gra-
dos expresados en la misma fracción I, en virtud de querella o denuncia presentada
ante las autoridades, por alguno de los interesados, sus representantes, patronos o
defensores;
VII. Estar pendiente de resolución un asunto que hubiese promovido como par-
ticular, semejante a aquél que le es sometido para su conocimiento o tenerlo su cón-
yuge o sus parientes en los grados expresados en la fracción I;
VIII. Tener interés personal en asunto donde alguno de los interesados sea juez,
árbitro o arbitrador;
IX. Asistir, durante la tramitación del asunto, a convite que le diere o costeare
alguno de los interesados, tener mucha familiaridad o vivir en familia con alguno de
ellos;
X. Aceptar presentes o servicios de alguno de los interesados;
XI. Hacer promesas que impliquen parcialidad a favor o en contra de alguno de
los interesados, sus representantes, patronos o defensores, o amenazar de cualquier
modo a alguno de ellos;
XII. Ser acreedor, deudor, socio, arrendador o arrendatario, dependiente o princi-
pal de alguno de los interesados;
XIII. Ser o haber sido tutor o curador de alguno de los interesados o administrador
de sus bienes por cualquier título;
XIV. Ser heredero, legatario, donatario o fiador de alguno de los interesados, si el
servidor público ha aceptado la herencia o el legado o ha hecho alguna manifesta-
ción en este sentido;
XV. Ser cónyuge o hijo del servidor público, acreedor, deudor o fiador de alguno
de los interesados;
XVI. Haber sido juez o magistrado en el mismo asunto, en otra instancia. No es
motivo de impedimento para magistrados de los tribunales unitarios el conocer del
recurso de apelación contra sentencias del orden penal cuando hubiesen resuelto
recursos de apelación en el mismo asunto en contra de los autos a que se refieren
las fracciones II a IX del artículo 367 del Código Federal de Procedimientos Penales;
XVII. Haber sido agente del Ministerio Público, jurado, perito, testigo, apoderado,
patrono o defensor en el asunto de que se trata, o haber gestionado o recomendado
anteriormente el asunto en favor o en contra de alguno de los interesados. Tratándose
de juicios de amparo, se observará lo dispuesto en la Ley de Amparo; y
Alfonso Pérez Daza
197
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, 2015, visible en Internet http://
www.diputados. gob.mx/LeyesBiblio/ref/lopjf.htm
Código Nacional de Procedimientos Penales
198
Urosa Ramírez, Gerardo Armando, Introducción a los juicios orales en materia penal, 1ª
edición, México, Porrúa, 2013, p. 54.
TÍTULO IV
ACTOS PROCEDIMENTALES
CAPÍTULO I
FORMALIDADES
Artículo 44. Oralidad de las actuaciones procesales
Las audiencias se desarrollarán de forma oral, pudiendo auxiliarse las
partes con documentos o con cualquier otro medio. En la práctica de las
actuaciones procesales se utilizarán los medios técnicos disponibles que
permitan darle mayor agilidad, exactitud y autenticidad a las mismas, sin
perjuicio de conservar registro de lo acontecido.
El Órgano jurisdiccional propiciará que las partes se abstengan de leer
documentos completos o apuntes de sus actuaciones que demuestren falta
de argumentación y desconocimiento del asunto. Sólo se podrán leer regis-
tros de la investigación para apoyo de memoria, así como para demostrar
o superar contradicciones; la parte interesada en dar lectura a algún do-
cumento o registro, solicitará al juzgador que presida la audiencia, auto-
rización para proceder a ello indicando específicamente el motivo de su
solicitud conforme lo establece este artículo, sin que ello sea motivo de que
se reemplace la argumentación oral.
lengua o idioma, al igual que las personas que tengan algún impedimento
para darse a entender. En el caso de que el imputado no hable o entienda el
idioma español deberá ser asistido por traductor o intérprete para comuni-
carse con su Defensor en las entrevistas que con él mantenga. El imputado
podrá nombrar traductor o intérprete de su confianza, por su cuenta.
Si se trata de una persona con algún tipo de discapacidad, tiene derecho
a que se le facilite un intérprete o aquellos medios tecnológicos que le per-
mitan obtener de forma comprensible la información solicitada o, a falta de
éstos, a alguien que sepa comunicarse con ella. En los actos de comunica-
ción, los Órganos jurisdiccionales deberán tener certeza de que la persona
con discapacidad ha sido informada de las decisiones judiciales que deba
conocer y de que comprende su alcance. Para ello deberá utilizarse el me-
dio que, según el caso, garantice que tal comprensión exista.
Cuando a solicitud fundada de la persona con discapacidad, o a juicio de
la autoridad competente, sea necesario adoptar otras medidas para salva-
guardar su derecho a ser debidamente asistida, la persona con discapacidad
podrá recibir asistencia en materia de estenografía proyectada, en los térmi-
nos de la ley de la materia, por un intérprete de lengua de señas o a través de
cualquier otro medio que permita un entendimiento cabal de todas y cada
una de las actuaciones.
Los medios de prueba cuyo contenido se encuentra en un idioma distinto
al español deberán ser traducidos y, a fin de dar certeza jurídica sobre las
manifestaciones del declarante, se dejará registro de su declaración en el
idioma de origen.
En el caso de los miembros de pueblos o comunidades indígenas, se les
nombrará intérprete que tenga conocimiento de su lengua y cultura, aun
cuando hablen el español, si así lo solicitan.
El Órgano jurisdiccional garantizará el acceso a traductores e intérpretes
que coadyuvarán en el proceso según se requiera.
199
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, 23 edición, Madrid,
2014.
Código Nacional de Procedimientos Penales
en España, gran parte de América, Filipinas, Guinea Ecuatorial y otros lugares del
mundo.»200
Para designar a esta lengua son válidos los términos castellano y espa-
ñol, pero la denominación que se utiliza de manera recurrente en el ámbi-
to internacional corresponde a la traducción de la denominación español
(spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.)201.
Aunque pudiera sorprender a más de uno, el idioma español no es la
lengua oficial de nuestro país. Efectivamente, nuestra Constitución Gene-
ral no dispone que sea así.
En la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas
encontramos que su artículo 4 establece en relación con la «lengua nacio-
nal», lo siguiente:
«ARTÍCULO 4. Las lenguas indígenas que se reconozcan en los términos de la
presente Ley y el español son lenguas nacionales por su origen histórico, y tienen la
misma validez en su territorio, localización y contexto en que se hablen.»
200
Idem.
201
Real Academia Española, Diccionario panhispánico de dudas, primera edición, Ma-
drid, 2005.
Alfonso Pérez Daza
202
Ver. PERSONAS INDÍGENAS BILINGÜES O MULTILINGÜES. ÁMBITO SUBJETI-
VO DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 2o., APARTADO A, FRACCIÓN VIII, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Tesis: 1a./J.
114/2013 (10a.) Décima Época Registro: 2005028 Instancia: Primera Sala Tipo de
Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación Publicación: viernes
06 de diciembre de 2013 06:00 h.
PERSONAS INDÍGENAS. SU PROTECCIÓN ESPECIAL A CARGO DEL ESTADO
SURGE A PARTIR DE LA AUTOADSCRIPCIÓN DEL SUJETO A UNA COMUNIDAD
INDÍGENA O DE LA EVALUACIÓN OFICIOSA DE LA AUTORIDAD MINISTERIAL
O JUDICIAL ANTE LA SOSPECHA FUNDADA DE QUE EL INCULPADO PERTE-
NECE A AQUÉLLA. Décima Época Registro: 2005032 Instancia: Primera Sala Tipo de
Tesis: Jurisprudencia Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Libro
1, diciembre de 2013, Tomo I Materia(s): Constitucional, Penal Tesis: 1a./J. 59/2013
(10a.) p. 287.
203
Caso Tiu Tojín vs. Guatemala. Sentencia de fondo, reparaciones y costas, de 26 de
noviembre de 2008, Serie C. núm. 190.
204
https://www.iidh.ed.cr/IIDH/media/2014/acceso-a-la-justicia-completo-2006.pdf
205
https://www.scjn.gob.mx/Cronicas/Cronicas%20del%20pleno%20y%20salas/cr-
281112-OMSC-derecho.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
en un proceso del orden penal, el estándar para analizar si existió acceso pleno a la
jurisdicción del Estado no es igual al que aplica en cualquier proceso judicial, pues
sus especificidades culturales obligan a todas las autoridades a implementar y condu-
cir procesos sensibles a tales particularidades. En ese sentido, el artículo 2o., apartado
A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consagra
a favor de aquéllas el derecho a que en todos los juicios y procedimientos en que
sean parte, individual o colectivamente, se tomen en cuenta sus costumbres y espe-
cificidades culturales. Además, establece que: “… tienen en todo tiempo el derecho
a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y
cultura”, lo cual constituye un mecanismo óptimo para una defensa adecuada y, por
tanto, el pleno acceso a la justicia en favor de este sector históricamente vulnerable,
así como la mejor manera de reducir la distancia cultural que de facto opera entre
una persona indígena y las reglas de un sistema judicial inspirado en códigos que
no comparten determinadas minorías culturales. Ahora bien, la citada porción nor-
mativa que prevé el derecho fundamental a que la persona indígena sea asistida por
“intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura”, no debe
interpretarse en su sentido literal copulativo, ya que el derecho a la defensa adecuada
en favor de aquélla no implica que ambas figuras —defensor e intérprete— necesaria-
mente deban conocer la lengua y cultura de la persona a quien representan, pues el
único obligado a ello directamente es el intérprete; circunstancia con la cual se logra
erradicar el problema lingüístico que padecen estas personas sujetas a proceso penal,
atendiendo a que cuentan con el derecho a expresarse en su lengua materna y no en
la obligación de hablar otra que les es ajena. Por lo que toca a la figura del defensor
—de oficio o privado—, éste no necesariamente deberá contar con conocimiento de
la lengua y cultura del indígena, al no ser indispensable tal cualidad en su persona,
dado que el inculpado podrá ser escuchado y se hará sabedor de sus derechos a
través del intérprete; máxime cuando la designación de defensor efectuada por la
persona indígena, en términos del artículo 20, apartado A, fracción IX, constitucional,
implica un derecho fundamental.»
deberá exhibir la constancia que lo avale, cuya autoridad competente para expedir
dicha certificación puede ser la Defensoría Pública Federal o estatal, o el Instituto
Nacional de Lenguas Indígenas. 2) En los casos en que el ejercicio del derecho de
defensa sea ejercido por defensor oficial o particular que desconozca la lengua y cul-
tura del imputado, la figura del intérprete que sí conoce ambos es insustituible, pues
a través de ella se garantiza el pleno conocimiento del imputado sobre la naturaleza
y las consecuencias de la acusación; los derechos que le asisten y la comunicación
efectiva con su defensor, entre otros.»
206
Artículo 70 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública,
207
Tesis 1ª./J. 24/2014, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
t. I, abril 2000, p. 497
Código Nacional de Procedimientos Penales
208
Brewer, Op. Cit., 84
209
Acuerdo General 74/2008 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que pone
a disposición de los órganos jurisdiccionales el uso de la videoconferencia como un
método alternativo para el desahogo de diligencias judiciales, publicado en el diario
oficial de la federación el día diecinueve de noviembre de dos mil ocho.
Alfonso Pérez Daza
210
Artículo 18, párrafo primero de la Convención de las Naciones Unidas contra la delin-
cuencia organizada transnacional y sus protocolos.
Código Nacional de Procedimientos Penales
211
Artículo 18, párrafo tercero de la Convención de las Naciones Unidas contra la delin-
cuencia organizada transnacional y sus protocolos.
212
Artículo 18, párrafo séptimo de la Convención de las Naciones Unidas contra la delin-
cuencia organizada transnacional y sus protocolos.
213
Artículo 18, párrafo décimotercero de la Convención de las Naciones Unidas contra la
delincuencia organizada transnacional y sus protocolos.
214
Artículo 18, párrafo décimooctavo de la Convención de las Naciones Unidas contra la
delincuencia organizada transnacional y sus protocolos.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
AUDIENCIAS
Artículo 52. Disposiciones comunes
Los actos procedimentales que deban ser resueltos por el Órgano juris-
diccional se llevarán a cabo mediante audiencias, salvo los casos de excep-
ción que prevea este Código. Las cuestiones debatidas en una audiencia
deberán ser resueltas en ella.
6. Finalmente, en los casos excepcionales bajo las limitaciones legales o, por una
demanda de asistentes mayor a la capacidad de las salas de audiencias, sea conside-
rada una valoración de riesgo, como de previo y especial pronunciamiento, se garan-
ticen los derechos de los medios de comunicación y periodistas en una sala alterna.»
sala alterna, desde la cual pueda presenciar a través de una pantalla el de-
sarrollo de la audiencia, siempre bajo custodia de la policía procesal; sin
embargo, tratándose de actos procesales de carácter personalísimo, como
por ejemplo, la información de sus derechos constitucionales y legales, la
formulación de la imputación, la aceptación del procedimiento abreviado,
entre otros, deberá estar presente en la sala de audiencias.
CAPÍTULO III
RESOLUCIONES JUDICIALES
Artículo 67. Resoluciones judiciales
La autoridad judicial pronunciará sus resoluciones en forma de senten-
cias y autos. Dictará sentencia para decidir en definitiva y poner término al
procedimiento y autos en todos los demás casos. Las resoluciones judiciales
deberán mencionar a la autoridad que resuelve, el lugar y la fecha en que se
dictaron y demás requisitos que este Código prevea para cada caso.
Los autos y resoluciones del Órgano jurisdiccional serán emitidos oral-
mente y surtirán sus efectos a más tardar al día siguiente. Deberán constar
por escrito, después de su emisión oral, los siguientes:
I. Las que resuelven sobre providencias precautorias;
II. Las órdenes de aprehensión y comparecencia;
III. La de control de la detención;
IV. La de vinculación a proceso;
V. La de medidas cautelares;
VI. La de apertura a juicio;
VII. Las que versen sobre sentencias definitivas de los procesos especiales
y de juicio;
VIII. Las de sobreseimiento, y
IX. Las que autorizan técnicas de investigación con control judicial pre-
vio.
En ningún caso, la resolución escrita deberá exceder el alcance de la
emitida oralmente, surtirá sus efectos inmediatamente y deberá dictarse de
forma inmediata a su emisión en forma oral, sin exceder de veinticuatro
horas, salvo disposición que establezca otro plazo.
Las resoluciones de los tribunales colegiados se tomarán por mayoría de
votos. En el caso de que un Juez o Magistrado no esté de acuerdo con la
decisión adoptada por la mayoría, deberá emitir su voto particular y podrá
hacerlo en la propia audiencia, expresando sucintamente su opinión y de-
berá formular dentro de los tres días siguientes la versión escrita de su voto
para ser integrado al fallo mayoritario.
215
Vid. Carbonell, Miguel, y Ochoa Reza, Enrique, ¿Qué son y para qué sirven los juicios
orales?, 3ª edición, México, Porrúa, 2008, p. 119.
216
Tesis Aislada 1ª.CCIII/2004 (10a), del Semanario Judicial de la Federación y su Gace-
ta, Décima Época, Libro 6, Tomo I, mayo de 2014, p. 544
Código Nacional de Procedimientos Penales
das por las partes, el cual se da a lo largo del procedimiento penal en dos
grados: el principio de congruencia en primer grado, se traduce en que
exige la concordancia que debe existir entre la formulación de la imputa-
ción hecha por el Ministerio Público, y el Auto de Vinculación emitido por
el Juez de Control y en el segundo grado, se explica en la coherencia que
debe haber entre la acusación y la sentencia.
Por otra parte, la fundamentación y motivación que deben de existir en
los autos y sentencias pero sobre todo que sean claros, evitando formulis-
mos.
Siguiendo con las sentencias, éstas deben resolver integralmente sobre
todos los extremos del conflicto, es decir, sobre las penas a imponer, be-
neficios si los hay, determinación de perjuicios, decisiones sobre objetos
asegurados con fines de comiso. «El único servidor público jurisdiccional reves-
tido de facultades para proferir una sentencia es el juez o Tribunal de Juicio Oral,
decisión de fondo, trascendental que no puede dejarse en manos del juez de control,
quien a pesar de su acreditada probidad, su tesitura constitucional le asigna otras
responsabilidades igualmente determinantes para el destino del proceso.»
Con lo mencionado, podemos concluir que los juicios penales de mérito
al desarrollarse de manera eminentemente oral, no eximen a la autoridad
jurisdiccional de emitir sus determinaciones con coherencia y cumpliendo
con los requisitos establecidos tanto en nuestra Constitución como en las
leyes secundarias, como lo indica la tesis emitida por los Tribunales Cole-
giados de Circuito de rubro: «SENTENCIAS EN EL SISTEMA DE JUSTICIA
PENAL ACUSATORIO.DEBEN EMITIRSE EN FORMA ESCRITA Y ESTAR DO-
CUMENTADAS EN CONGRUENCIA CON LOS ARTÍCULOS 14, 16, 20 Y 133
DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL Y 2, INCISO C, 47, 65, 66 Y 393 DEL CÓ-
DIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES PARA EL ESTADO DE MÉXICO.»217
217
Tesis II.2o.P.255.P, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XXXIII, marzo de 2011, P. 2459.
Código Nacional de Procedimientos Penales
218
Carbonell, Miguel, y Ochoa Reza, Enrique, Op. Cit., p. 118.
Código Nacional de Procedimientos Penales
cionalidad que provocaron el envío del toca, pues existe un vicio de origen, en cuyo
caso debe declararse insubsistente y devolverle los autos al Tribunal que previno con
el objeto de que dicte la sentencia con los requisitos y formalidades legales del caso.»
219
Cfr. Cornejo López, Valentino F., Los medios electrónicos regulados en México, 1a
edición, México, Sista, 2006, p. 44.
220
Devis Echandía, Hernando, Teoría General de la Prueba Judicial, 5ª edición, Bogotá,
Temis, 2002, Tomo segundo, p. 212.
Código Nacional de Procedimientos Penales
dos generales del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de
la Judicatura Federal; de ahí que el hecho de que hubiera existido una causa legítima
para su destrucción, con base en un acuerdo de índole administrativo no implica que
no pueda ser repuesto, habida cuenta que no existe impedimento legal para hacerlo
dado que, atendiendo a su naturaleza, tiene como finalidad recuperar las constancias
que integraban el expediente, en la medida de lo posible.»
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO IV
COMUNICACIÓN ENTRE AUTORIDADES
Artículo 73. Regla general de la comunicación entre autoridades
El Órgano jurisdiccional o el Ministerio Público, de manera fundada y
motivada, podrán solicitar el auxilio a otra autoridad para la práctica de un
acto procedimental. Dicha solicitud podrá realizarse por cualquier medio
que garantice su autenticidad. La autoridad requerida colaborará y tramita-
rá sin demora los requerimientos que reciba.
221
Tesis: 1a. /J. 27/2007, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
T. XXV, marzo de 2007, p. 30.
Código Nacional de Procedimientos Penales
222
Contreras Vaca Francisco José., Derecho Procesal Civil Teoría y Clínica, Segunda Edi-
ción, 2ª ed., México, Oxford, 2011, p. 53
Código Nacional de Procedimientos Penales
amerite, sin hacer a un lado el principio de legalidad que debe regir la vida
de las instituciones y se garantice la autenticidad del exhorto o requisitoria.
La finalidad es que con esas comunicaciones se pueda llevar el procedi-
miento de forma eficaz y sin dilaciones, garantizando una actuación rápida
por parte de cualquier autoridad requerida.
Comentario. Se deben señalar con toda claridad los plazos que se debe-
rán observar para el cumplimiento de exhortos y requisitorias, esto con la
finalidad de dar plena observancia al principio de continuidad, procuran-
do en todo momento que el proceso continúe su ritmo ininterrumpido223,
pero esto no le resta su dinamismo, permitiendo que los actos jurídicos
que le son propios se desarrollen en el orden y tiempos previstos.
Debemos de recordar que de conformidad con lo establecido en el artí-
culo 109, párrafo octavo del Código de Procedimientos Civiles del Distrito
Federal224, el juez exhortante podrá disponer que para el cumplimiento
del exhorto se practiquen las diligencias que sean necesarias, para el des-
ahogo de lo solicitado, y que sea devuelto de manera inmediata y sin de-
mora alguna.
223
Casanueva Reguart, Sergio E., Juicio Oral Teoría y Práctica, 10ª. Ed., México, Ed. Po-
rrúa, 2014, P. 83
224
Código De Procedimientos Civiles Del Distrito Federal, Ed. Isef, 2015.
Código Nacional de Procedimientos Penales
225
I.3o.C.624 C, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXV, junio de 2007, p. 1038.
Alfonso Pérez Daza
leyes aplicables, salvo lo que esté dispuesto en los convenios de los que
México sea parte.
De la misma manera solo serán cumplidos coactivamente en la Repú-
blica, mediante homologación en los términos del código federal de pro-
cedimientos civiles y demás leyes aplicables, así como lo dispuesto por los
tratados internacionales aplicables.
Y estas solo podrán tener fuerza de ejecución de acuerdo con lo que se
establece en el artículo 571 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
el cual exige los siguientes condiciones para los mismos:
1. Que cumplan con las formalidades previstas en el Código Federal de
Procedimientos Civiles
2. Que no haya sido dictada como consecuencia del ejercicio de una
acción real.
3. Que el juez o tribunal sancionador haya tenido competencia para
conocer y juzgar el asunto de acuerdo con las reglas reconocidas interna-
cionalmente y que sean compatibles con las adoptadas por este código. El
juez o tribunal sentenciador extranjero no tendrá competencia cuando de
los actos jurídicos que deviene la resolución que se pretende ejecutar una
cláusula de sometimiento a la jurisdicción de tribunales mexicanos.
4. Que al demandado se le haya garantizado su derecho de audiencia
siendo emplazado y notificado de manera personal, ejerciendo el derecho
de defensa.
5. Que tengan el carácter de cosa juzgada en el país en el que fueron
dictados sin que exista recurso en su contra.
6. Que la acción que les dio origen no sea materia de juicio seguido ante
tribunales mexicanos.
7. Que la obligación consecuencia del cumplimiento no sea contraria al
orden público en México.
8. Que se llenen los requisitos para ser considerados auténticos.
Sin embargo a pesar del cumplimiento de estos requisitos debe de exis-
tir reciprocidad internacional entre México y el país de donde se solicita la
cooperación procesal internacional.
De acuerdo con lo que se señala en el artículo 574 del Código Federal
de Procedimientos Civiles el incidente de homologación de sentencia, lau-
do o resolución extranjera será abierto con citación personal al ejecutante
y al ejecutado, a quienes se les concederá el termino individual de nueve
días hábiles donde podrán exponer sus defensas y ejercitar los derechos
Código Nacional de Procedimientos Penales
226
Tesis: 1a./J. 65/2014, Semanario Judicial de la Federación y su gaceta, Décima Época,
t. I, diciembre de 2014, p. 194
Alfonso Pérez Daza
227
Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, Ed. ISEF, 2015.
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO V
NOTIFICACIONES Y CITACIONES
Artículo 82. Formas de notificación
Las notificaciones se practicarán personalmente, por lista, estrado o bo-
letín judicial según corresponda y por edictos:
I. Personalmente podrán ser:
a) En Audiencia;
b) Por alguno de los medios tecnológicos señalados por el interesado o
su representante legal;
c) En las instalaciones del Órgano jurisdiccional, o
d) En el domicilio que éste establezca para tal efecto. Las realizadas en
domicilio se harán de conformidad con las reglas siguientes:
1) El notificador deberá cerciorarse de que se trata del domicilio señala-
do. Acto seguido, se requerirá la presencia del interesado o su representante
legal. Una vez que cualquiera de ellos se haya identificado, le entregará co-
pia del auto o la resolución que deba notificarse y recabará su firma, asen-
tando los datos del documento oficial con el que se identifique. Asimismo,
se deberán asentar en el acta de notificación, los datos de identificación del
servidor público que la practique;
2) De no encontrarse el interesado o su representante legal en la primera
notificación, el notificador dejará citatorio con cualquier persona que se
encuentre en el domicilio, para que el interesado espere a una hora fija del
día hábil siguiente. Si la persona a quien haya de notificarse no atendiere el
citatorio, la notificación se entenderá con cualquier persona que se encuen-
tre en el domicilio en que se realice la diligencia y, de negarse ésta a recibir-
la o en caso de encontrarse cerrado el domicilio, se realizará por instructivo
que se fijará en un lugar visible del domicilio, y
3) En todos los casos deberá levantarse acta circunstanciada de la dili-
gencia que se practique;
II. Lista, Estrado o Boletín Judicial según corresponda, y
III. Por edictos, cuando se desconozca la identidad o domicilio del in-
teresado, en cuyo caso se publicará por una sola ocasión en el medio de
publicación oficial de la Federación o de las Entidades federativas y en un
periódico de circulación nacional, los cuales deberán contener un resumen
de la resolución que deba notificarse.
Alfonso Pérez Daza
228
Contreras Vaca, Francisco José, «Derecho Procesal Civil, Teoría y Clínica», 2ª edición,
México, Oxford, p. 44.
Código Nacional de Procedimientos Penales
229
Tesis aislada número 2008760, p. 2316, Tomo II, de marzo de 2015, de la Décima Épo-
ca de los Tribunales Colegiados de Circuito, rubro
Código Nacional de Procedimientos Penales
se trata; resulta imperativo establecer, además, que las actas levantadas con
motivo de las notificaciones deben contener una exposición pormenoriza-
da de los hechos conforme a los cuales se hayan practicado las diligencias,
entre los que deben señalarse que el notificador se constituyó en el domi-
cilio indicado para tal efecto, cómo fue que se cercioró de que la persona
que debía ser notificada vive o tiene su domicilio fiscal en el lugar en que
ha de practicarse la diligencia; que una vez constituido en ese lugar, el no-
tificador requirió la presencia de tal persona o de su representante legal,
en su caso, que el día anterior le dejó citatorio, o bien, cómo fue que ve-
rificó que en realidad era la persona a notificar; de lo acontecido durante
la diligencia deberá levantarse acta circunstanciada, ya que sólo así se ten-
drán datos que permitan verificar que la persona con quien se entendió la
diligencia es con quien debió hacerse, así como la hora en que se practicó
la notificación. «ACTOS ADMINISTRATIVOS, NOTIFICACIÓN PERSONAL
DE LOS. FORMALIDADES QUE DEBEN CUMPLIRSE PARA SU VALIDEZ»230.
B. Por lista, estrado o boletín judicial según corresponda. La notifica-
ción que no ha de hacerse personalmente a domicilio, se realizará por
medio de Boletín Judicial que tiene por objeto publicar las listas de acuer-
dos dictados en materia civil, penal, familiar, etc., por los correspondientes
Juzgados del Estado.
El Boletín Judicial se publicará diariamente con excepción de los sába-
dos y domingos, días festivos o cuando por cualquier otra causa se suspen-
dan las labores en el Poder Judicial.
Se fijará en lugar visible de las oficinas del tribunal o juzgado, una lista
de los asuntos que se hayan acordado cada día y se remitirá otra lista expre-
sando solamente los nombres y apellidos de los interesados, para que al día
siguiente sean publicadas en el Boletín Judicial, diario que sólo contendrá
dichas listas de acuerdos y avisos judiciales y que se publicará antes de las
nueve de la mañana.
Las notificaciones por estrados tienen como presupuesto fundamental
la circunstancia de que se intentó notificar personalmente el acto de auto-
ridad, pero el notificador estuvo imposibilitado para hacerlo por actuali-
zarse alguna de las hipótesis previstas en el ordenamiento legal, esto es, por
circunstancias imputables al buscado y no a la autoridad que lo ordena.
230
Tesis: V.2o.30 A, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo VI, agosto de 1997, p. 649
Código Nacional de Procedimientos Penales
231
Tesis: XIII.T.A.3 A (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo 3, septiembre de 2013, p. 2616.
Código Nacional de Procedimientos Penales
la forma más conveniente para ser notificados conforme a los medios esta-
blecidos en este Código.
El Ministerio Público, Defensor y Asesor jurídico, cuando éstos últimos
sean públicos, serán notificados en sus respectivas oficinas, siempre que és-
tas se encuentren dentro de la jurisdicción del Órgano jurisdiccional que or-
dene la notificación, salvo que hayan presentado solicitud de ser notificadas
por fax, por correo electrónico, por teléfono o por cualquier otro medio.
En caso de que las oficinas se encuentren fuera de la jurisdicción, deberán
señalar domicilio dentro de dicha jurisdicción.
Si el imputado estuviere detenido, será notificado en el lugar de su de-
tención.
Las partes que no señalaren domicilio o el medio para ser notificadas o
no informen de su cambio, serán notificadas de conformidad con lo señala-
do en la fracción II del artículo 82 de este Código.
232
V. Contreras Vaca, Francisco José, «Derecho Procesal Civil, Teoría y Clínica», 2ª edi-
ción, México, Oxford, p. 46.
Código Nacional de Procedimientos Penales
233
Polanco Braga, Elías, op. cit. p. 211.
Alfonso Pérez Daza
234
V. Martínez Berman, Noé Adonai, «Las violaciones procesales», 2ª edición, México,
Porrúa, 2014, p. 107.
Código Nacional de Procedimientos Penales
235
Polanco Braga, Elías, «Nuevo Diccionario del Sistema Procesal Penal Acusatorio, Jui-
cio Oral», 2ª edición, México, Porrúa, p. 62.
236
número 2005741, p. 2294, Tomo III, de febrero de 2014, de la Décima Época de los
Tribunales Colegiados de Circuito
Código Nacional de Procedimientos Penales
JUZGADO______________________________
TELÉFONO______________________________
SR. _________________________________________
DOMICILIO __________________________________
LUGAR______________________________________
ATENTAMENTE.
VI. El apercibimiento de
SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCIÓN. la imposición de un
medio de apremio en
EL JUEZ. EL ACTUARIO JUDICIAL caso de incumplimiento
V. La firma de la
LIC.__________________ LIC. ________________ autoridad que la
ordena, y
237
Polanco Braga, Elías, op. cit. p. 63.
238
Contreras Vaca, Francisco José, op. cit. p. 47.
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO VI
PLAZOS
Artículo 94. Reglas generales
Los actos procedimentales serán cumplidos en los plazos establecidos, en
los términos que este Código autorice.
Los plazos sujetos al arbitrio judicial serán determinados conforme a la
naturaleza del procedimiento y a la importancia de la actividad que se deba
de desarrollar, teniendo en cuenta los derechos de las partes.
No se computarán los días sábados, los domingos ni los días que sean
determinados inhábiles por los ordenamientos legales aplicables, salvo que
se trate de los actos relativos a providencias precautorias, puesta del impu-
tado a disposición del Órgano jurisdiccional, resolver la legalidad de la de-
tención, formulación de la imputación, resolver sobre la procedencia de las
medidas cautelares en su caso y decidir sobre la procedencia de su vincula-
ción a proceso, para tal efecto todos los días se computarán como hábiles.
Con la salvedad de la excepción prevista en el párrafo anterior, los demás
plazos que venzan en día inhábil, se tendrán por prorrogados hasta el día
hábil siguiente.
Los plazos establecidos en horas correrán de momento a momento y los
establecidos en días a partir del día en que surte efectos la notificación.
de que el plazo sea común para las partes, para proceder en los mismos
términos, todos los interesados deberán expresar su voluntad en el mismo
sentido.
Cuando sea el Ministerio Público el que renuncie a un plazo o consienta
en su abreviación, deberá oírse a la víctima u ofendido para que manifieste
lo que a su interés convenga.
CAPÍTULO VII
NULIDAD DE ACTOS PROCEDIMENTALES
Artículo 97. Principio general
Cualquier acto realizado con violación de derechos humanos será nulo y
no podrá ser saneado, ni convalidado y su nulidad deberá ser declarada de
oficio por el Órgano jurisdiccional al momento de advertirla o a petición de
parte en cualquier momento.
Los actos ejecutados en contravención de las formalidades previstas en
este Código podrán ser declarados nulos, salvo que el defecto haya sido sa-
neado o convalidado, de acuerdo con lo señalado en el presente Capítulo.
239
Tesis 1a.CCIV/2014 (10ª.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo I, Mayo de 2014, p. 541.
Alfonso Pérez Daza
prueba cuya obtención ha sido irregular (ya sea por contravenir el orden constitucio-
nal o el legal), no puede sino ser considerada inválida. De otra forma, es claro que el
inculpado estaría en condición de desventaja para hacer valer su defensa. Por ello, la
regla de exclusión de la prueba ilícita se encuentra implícitamente prevista en nuestro
orden constitucional. Asimismo, el artículo 206 del Código Federal de Procedimientos
Penales establece, a contrario sensu, que ninguna prueba que vaya contra el derecho
debe ser admitida. Esto deriva de la posición preferente de los derechos fundamenta-
les en el ordenamiento y de su afirmada condición de inviolables.»
Por otra parte, las actuaciones realizadas con violación a las formalida-
des establecidas por el Código Nacional de Procedimientos Penales, sola-
mente están afectadas de nulidad relativa, pues sí pueden ser saneadas o
convalidadas, precisamente porque en su obtención se han violado forma-
lidades, pero no derechos humanos.
Comentario. La parte afectada con una actuación que estime fue obte-
nida con violación a las formalidades previstas por este Código podrá soli-
citar al juez la declaración de nulidad del acto, dentro del plazo de dos días
contado a partir del siguiente al en que se haga sabedor de la actuación.
En su escrito el promovente de la nulidad deberá fundar y motivar la
causa por la que considera que la actuación de que se trate, transgrede las
formalidades establecidas en el Código.
Vale la pena mencionar que si la actuación cuya nulidad se pretende,
se realizó en audiencia, en el caso de que la parte afectada haya estado
presente en el desahogo de la misma, la solicitud fundada y motivada de
nulidad deberá realizarse de forma oral antes de que finalice la audiencia
correspondiente.
En el entendido de que el juez deberá ordenar la reposición de la actua-
ción declarada nula, solamente si se ocasionó una afectación real a alguna
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO VIII
GASTOS DE PRODUCCIÓN DE PRUEBA
Artículo 103. Gastos de producción de prueba
Tratándose de la prueba pericial, el Órgano jurisdiccional ordenará, a
petición de parte, la designación de peritos de instituciones públicas, las
que estarán obligadas a practicar el peritaje correspondiente, siempre que
no exista impedimento material para ello.
CAPÍTULO IX
MEDIOS DE APREMIO
Artículo 104. Imposición de medios de apremio
El Órgano jurisdiccional y el Ministerio Público podrán disponer de los
siguientes medios de apremio para el cumplimiento de los actos que orde-
nen en el ejercicio de sus funciones:
I. El Ministerio Público contará con las siguientes medidas de apremio:
a) Amonestación;
b) Multa de veinte a mil días de salario mínimo vigente en el momento y
lugar en que se cometa la falta que amerite una medida de apremio. Tratán-
dose de jornaleros, obreros y trabajadores que perciban salario mínimo, la
multa no deberá exceder de un día de salario y tratándose de trabajadores
no asalariados, de un día de su ingreso;
c) Auxilio de la fuerza pública, o
d) Arresto hasta por treinta y seis horas;
II. El Órgano jurisdiccional contará con las siguientes medidas de apre-
mio:
a) Amonestación;
b) Multa de veinte a cinco mil días de salario mínimo vigente en el mo-
mento y lugar en que se cometa la falta que amerite una medida de apre-
mio. Tratándose de jornaleros, obreros y trabajadores que perciban salario
mínimo, la multa no deberá exceder de un día de salario y tratándose de
trabajadores no asalariados, de un día de su ingreso;
c) Auxilio de la fuerza pública, o
d) Arresto hasta por treinta y seis horas.
El Órgano jurisdiccional también podrá ordenar la expulsión de las per-
sonas de las instalaciones donde se lleve a cabo la diligencia.
La resolución que determine la imposición de medidas de apremio debe-
rá estar fundada y motivada.
La imposición del arresto sólo será procedente cuando haya mediado
apercibimiento del mismo y éste sea debidamente notificado a la parte afec-
tada.
El Órgano jurisdiccional y el Ministerio Público podrán dar vista a las
autoridades competentes para que se determinen las responsabilidades que
en su caso procedan en los términos de la legislación aplicable.
Alfonso Pérez Daza
240
Tesis II.1o.27 P (10a), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Tomo II, julio de 2015, p. 1656
Código Nacional de Procedimientos Penales
En tal virtud, los jueces y cualquier servidor público que tenga acceso a
los datos personales de las personas que intervengan en el proceso, tienen
la prohibición de divulgarlos sin consentimiento del interesado.
Tratándose del imputado, únicamente está permitida la divulgación de
sus datos personales cuando sea necesaria su identificación para el cum-
plimiento de la orden de aprehensión o de comparecencia que se haya
librado en su contra.
CAPÍTULO II
VÍCTIMA U OFENDIDO
Artículo 108. Víctima u ofendido
Para los efectos de este Código, se considera víctima del delito al sujeto
pasivo que resiente directamente sobre su persona la afectación producida
por la conducta delictiva. Asimismo, se considerará ofendido a la persona
física o moral titular del bien jurídico lesionado o puesto en peligro por la
acción u omisión prevista en la ley penal como delito.
En los delitos cuya consecuencia fuera la muerte de la víctima o en el
caso en que ésta no pudiera ejercer personalmente los derechos que este
Código le otorga, se considerarán como ofendidos, en el siguiente orden, el
o la cónyuge, la concubina o concubinario, el conviviente, los parientes por
consanguinidad en la línea recta ascendente o descendente sin limitación
de grado, por afinidad y civil, o cualquier otra persona que tenga relación
afectiva con la víctima.
La víctima u ofendido, en términos de la Constitución y demás ordena-
mientos aplicables, tendrá todos los derechos y prerrogativas que en éstas
se le reconocen.
241
En relación con el tema, el Código Civil para el Distrito Federal señala lo siguiente:
ARTÍCULO 292.- La ley sólo reconoce como parentesco los de consanguinidad, afinidad y civil.
ARTÍCULO 293.- El parentesco por consanguinidad es el vínculo entre personas que descienden
de un tronco común.
También se da parentesco por consanguinidad, entre el hijo producto de reproducción asistida y
el hombre y la mujer, o sólo ésta, que hayan procurado el nacimiento para atribuirse el carácter
de progenitores o progenitora. Fuera de este caso, la donación de células germinales no genera
parentesco entre el donante y el hijo producto de la reproducción asistida.
En el caso de la adopción, se equiparará al parentesco por consanguinidad aquél que existe entre
el adoptado, el adoptante, los parientes de éste y los descendientes de aquél, como si el adoptado
fuera hijo consanguíneo.
242
El Código Civil para el Distrito Federal, expresa: «ARTÍCULO 294.- El parentesco de
afinidad, es el que se adquiere por matrimonio o concubinato, entre los cónyuges y sus respectivos
parientes consanguíneos.»
243
El Código de la Capital, en lo concerniente, dispone: ARTÍCULO 295.- El parentesco civil es el
que nace de la adopción, en los términos del artículo 410-D.
LaNacional
Código línea recta a que se
de Procedimientos refiere
Penales este artículo, se compone de personas que
descienden unas de otras. Es ascendente cuando relaciona a una persona con
La línea
el tronco rectaprocede,
del que a que se refiere este artículo,
y descendente se compone
la que relacionadealpersonas quecon sus
progenitor
descienden
descendientes. unas de otras. Es ascendente cuando relaciona a una persona
con el tronco del que procede, y descendente la que relaciona al progeni-
tor Sirva
con sus
el descendientes.
siguiente esquema para explicar lo dicho:
Sirva el siguiente esquema para explicar lo dicho:
244
Tesis 1a. LXXIV/2013 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Libro XVIII, marzo de 2013, Tomo 1, p. 882, «DERECHO DE ACCESO A LA
JUSTICIA. SUS ETAPAS».
245
Arteaga Nava, Elisur, Garantías Individuales, 3ª reimpresión, México, Oxford, 2014, p.
370 y 371.
Alfonso Pérez Daza
246
Tesis 2a. CXVI/2007, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XXVI, agosto de 2007, p. 639.
Código Nacional de Procedimientos Penales
247
Opinión Consultiva OC-4/84 del 19 de enero de 1984. Serie A, No. 4; Caso Yatama vs.
Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23
de junio de 2005. Serie C, No. 127. Caso Castañeda Gutman vs. México. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie
C, No. 184. Caso Perozo y otros vs. Venezuela.
Alfonso Pérez Daza
248
Tesis: III.2o.C.6 K (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo 3, octubre de 2013, p. 1723.
Código Nacional de Procedimientos Penales
249
La Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos fue producto de la Conferencia
Mundial de Derechos Lingüísticos, celebrada en Barcelona, España, en junio de 1996.
En la redacción del documento final participaron más de cien instituciones, asociacio-
nes y organizaciones no gubernamentales asistentes a la Conferencia.
Alfonso Pérez Daza
250
Publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Tomo
III, mayo de 2015, p. 2387, de rubro «SUSPENSIÓN DEFINITIVA. CUANDO UNA
PERSONA CON DISCAPACIDAD VISUAL RECLAMA DE LA AUTORIDAD RESPON-
SABLE LA OMISIÓN DE EFECTUAR “AJUSTES RAZONABLES” (IMPLEMENTA-
CIÓN DEL SISTEMA DE ESCRITURA BRAILLE) AL PROCEDIMIENTO, ES POSI-
BLE DOTAR A LA MEDIDA CAUTELAR DE EFECTOS RESTITUTORIOS PROVI-
SIONALES, ATENDIENDO AL SEGUNDO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 147 DE LA
LEY DE AMPARO.»
Alfonso Pérez Daza
251
Tesis 1a. CCXXVIII/2015 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Dé-
cima Época, Tomo I, junio de 2015, p. 607.
Alfonso Pérez Daza
252
Procuraduría General de la República, Protocolo de Coordinación Ministerio Público-
Instituciones Policiales: detención en flagrancia, preservación y procesamiento del
lugar de intervención y actos de investigación, México, Procuraduría General de la Re-
pública, noviembre de 2014, http://www.fortalecimientomunicipal.org/yahoo_site_
admin/assets/docs/Protocolo_Coordinaci%C3%B3n_MP-Instituciones_Policiales.
18194140.pdf
Alfonso Pérez Daza
con los delitos de violencia familiar o sexual, previo al inicio de la averiguación previa,
podrán recibir tratamiento médico, no transgrede el citado precepto constitucional,
sino que guarda plena congruencia con la Norma Fundamental, pues conforme a
su artículo 20, apartado C, fracción III, la víctima del delito tiene derecho a recibir
atención médica y psicológica, lo que se actualiza con motivo de las consecuencias
de ese tipo de delitos. De modo que, en tal hipótesis, las instituciones públicas y
privadas de salud deben proporcionar la atención médica necesaria y, en términos
de la indicada norma oficial, dar aviso a la autoridad ministerial para que realice las
investigaciones necesarias para la persecución del delito.»
XXIX. Los demás que establezcan este Código y otras leyes aplicables.
Otros derechos de la víctima son los siguientes:
1. Procede el arraigo cuando sea necesario proteger la integridad física
o patrimonial de la víctima, (artículo 16 constitucional).
2. Grabación de conversaciones entre particulares en casos de secuestro
y otros Párrafo decimoprimero del artículo 16 constitucional)
3. Puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo
el delito o inmediatamente después de haberlo cometido (párrafo cuarto
del artículo 16 constitucional)
4. Medidas cautelares (artículo 16 constitucional)
5. La prisión preventiva podrá ser aplicada para garantizar la protección
de la víctima (artículo 19 constitucional).
6. Acción penal privada (párrafo segundo del artículo 21 constitucio-
nal).
7. La pena deberá ser proporcional al bien jurídico afectado (artículo
22 constitucional).
En el caso de que las víctimas sean personas menores de dieciocho años, el Órgano
jurisdiccional o el Ministerio Público tendrán en cuenta los principios del interés
superior de los niños o adolescentes, la prevalencia de sus derechos, su protección
integral y los derechos consagrados en la Constitución, en los Tratados, así como los
previstos en el presente Código.
Para los delitos que impliquen violencia contra las mujeres, se deberán observar
todos los derechos que en su favor establece la Ley General de Acceso de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia y demás disposiciones aplicables.
De acuerdo con la Convención sobre los Derechos de los Niños, artí-
culo 1º, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años
de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado
antes la mayoría de edad.
Algunos de los derechos contenidos en dicha Convención, son:
Todas las instituciones públicas, incluidas tribunales y autoridades admi-
nistrativas, tendrán como una consideración primordial atender el interés
superior del niño (artículo 3.1).
Los estados parte adoptarán todas las medidas apropiadas para promo-
ver la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo
niño víctima de cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tor-
tura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o
Código Nacional de Procedimientos Penales
253
http://www.inm.gob.mx/static/Autorizacion_Protocolos/SSP/Tomo_I_NiNo_victi-
ma_del_ delito.pdf
Alfonso Pérez Daza
del delito; es decir, evitar a toda costa que vuelva resentir el daño que le
fue causado, lo que puede ocurrir a través de la privación de algún bien
mueble o inmueble, con motivo de la investigación en torno a los hechos
materia del juicio.
A raíz de ello, a solicitud del pasivo del delito, siempre y cuando la natu-
raleza del ilícito lo permita, se podrá solicitar la restitución de los bienes u
objetos, productos o instrumentos del delito, lo cual no se puede entender
como una determinación definitiva, pues no será hasta que se ponga fin al
juicio, cuando el Juez determine el destino de esos bienes.
Es decir, se tendrá que valorar los medios de prueba que fueron apor-
tados durante el juicio, para determinar si es posible ordenar o no su de-
volución.
Cobra aplicación la Tesis emitida por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación de rubro y texto siguiente:
«REPARACIÓN DEL DAÑO DERIVADA DE UN DELITO. PARÁMETROS QUE DE-
BEN OBSERVARSE PARA CUMPLIR CON ESTE DERECHO HUMANO.
La reparación del daño derivada de la comisión de un delito, constituye un dere-
cho humano reconocido en el artículo 20, apartado C, fracción IV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, a favor de las personas ubicadas en el
supuesto de víctimas u ofendidos de la conducta ilícita penal, cuyo cumplimiento
exige que se satisfaga de forma eficaz e integral. Ahora bien, esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que para que la reparación del daño
derivada de un delito cumpla con la finalidad constitucional de protección y garantía
como derecho humano en favor de la víctima u ofendido, debe observar los paráme-
tros siguientes: a) cubrirse en forma expedita, proporcional y justa, como resultado
de la conclusión del proceso penal, en donde el Ministerio Público tiene la obliga-
ción de solicitar la condena y el juzgador de imponerla siempre que dicte sentencia
condenatoria; b) ser oportuna, plena, integral y efectiva, en relación con el daño
ocasionado como consecuencia del delito, lo cual comprende que se establezcan
medidas de restitución, rehabilitación, compensación y satisfacción; c) la reparación
integral tiene como objetivo que con la restitución se devuelva a la víctima u ofendido
a la situación anterior a la comisión del delito, lo que comprende cualquier tipo de
afectación generada: económica, moral, física, psicológica, etcétera; d) la restitución
material comprende la devolución de bienes afectados con la comisión del delito y,
sólo en caso de que no sea posible, entonces el pago de su valor; y, e) la efectividad
de la reparación del daño depende de la condición de resarcimiento que otorgue a
la víctima u ofendido del delito, que deberá ser proporcional, justa, plena e integral,
pues, de lo contrario, no se satisface el resarcimiento de la afectación.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO III
IMPUTADO
Artículo 112. Denominación
Se denominará genéricamente imputado a quien sea señalado por el Mi-
nisterio Público como posible autor o partícipe de un hecho que la ley se-
ñale como delito.
Además, se denominará acusado a la persona contra quien se ha formu-
lado acusación y sentenciado a aquel sobre quien ha recaído una sentencia
aunque no haya sido declarada firme.
Comentario. En este artículo nos define con claridad cuáles son las de-
nominaciones con las que se conoce al sujeto activo del delito en cada una
de las etapas del procedimiento oral:
a) Imputado. Se conoce así al individuo desde el momento de ser seña-
lado como posible autor o partícipe de un hecho que la ley señale como
delito.
Al respecto, nos dice Alfredo Calderón Martínez254, que se le da esta de-
nominación a la persona que sea señalada por el ministerio público como
probable responsable de la comisión de un delito, lo cual ocurre desde que
inicia la carpeta de investigación hasta la conclusión de la Etapa de Investi-
gación con la emisión del auto de vinculación a proceso.
Gerardo Armando Urosa Ramírez255, nos refiere que el imputado es el
sospechoso o probable responsable de la comisión del delito en cualquie-
ra de sus especies reconocidas por la mayoría de las legislaciones penales
sustantivas o sea, podrá ser catalogado como autor, coautor, autor mediato,
autor intelectual, cómplice, instigador o autor indeterminado de un ilícito,
dependiendo del grado de participación en un hecho de naturaleza penal.
Es de destacarse que el nuevo sistema, como nos señala Carlos Mateo
Oronoz256, establece que una persona desde el momento mismo en que es
254
Calderón Martínez, Alfredo, Manual de Teoría del Delito y Juicio Oral, Centro de Investiga-
ciones del Sistema Acusatorio, Primera Edición, México 2015, p. 56
255
Urosa Ramírez Gerardo Armando, Introducción a los Juicios Orales en materia Penal
(Apuntes sobe el Pasado, Presente y Futuro Enjuiciamiento Criminal en México) 2.
ed., México, Porrúa, 2014, p. 60
256
Oronoz Santana Carlos Mateo, El Juicio Oral en México y en Iberoamérica, 3era. ed.,
México, Cárdenas Velasco Editores, 2009, p. 9
Alfonso Pérez Daza
257
Ferrajoli, Luigi. Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal, 5ª ed. Madrid, Edito-
rial Trotta, 2001, p. 559.
258
Elaboración de Miguel Carbonell y Enrique Ochoa Reza, con información de Ferra-
joli, Luigi, Derecho y Razón; teoría del garantismo penal (Madrid, Trotta, 1995), y Montes
Calderón, Ana «Elementos de Comparación entre el Sistema Inquisitivo y el sistema
acusatorio», Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal colombiano: lecturas complementarias
(Bogotá, Comisión Interistitucional para el Impulso de la Oralidad en el Proceso Pe-
nal 2003) pp. 17-25, véase http:/ www. pfyaj.com/checchi/ biblioteca/ índex. Html.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Finalmente, Jesús G. Sotomayor Garza259, nos dice que toda aquella per-
sona que aparezca como probable partícipe de un hecho delictuoso (im-
putado, acusado o sentenciado) es el sujeto procesal el más destacado por
el papel central que tiene dentro de una causa penal, por ser la persona
contra quien el estado, a través del ministerio público, ejercita acción pe-
nal que nos ocupa, este sujeto procesal es el objeto principal de la reforma,
la cual viene a garantizar su dignidad y su persona, al otorgarle una serie
de derechos contenidos tanto en la Constitución General de la República,
tratados internacionales, ratificados por el estado mexicano, así como por
este Código, respetando en su favor «la presunción de inocencia» durante
todo el juicio hasta en tanto no se acredite plenamente su responsabilidad.
259
Sotomayor Garza, Jesús G., Introducción al Estudio del Juicio Oral Penal, 1ª ed., Méxi-
co, Porrúa, 2015, p. 55
Alfonso Pérez Daza
XIX. Los demás que establezca este Código y otras disposiciones aplica-
bles.
Los plazos a que se refiere la fracción X de este artículo, se contarán a
partir de la audiencia inicial hasta el momento en que sea dictada la senten-
cia emitida por el Órgano jurisdiccional competente.
Cuando el imputado tenga a su cuidado menores de edad, personas con
discapacidad, o adultos mayores que dependan de él, y no haya otra persona
que pueda ejercer ese cuidado, el Ministerio Público deberá canalizarlos a
instituciones de asistencia social que correspondan, a efecto de recibir la
protección.
Gaceta, Décima Época, Libro 14, enero de 2015, Tomo II, p. 1502 de
rubro y texto:
«LLAMADAS TELEFÓNICAS. LA MODIFICACIÓN DEL CALENDARIO PARA QUE
LOS INTERNOS DE UN CENTRO DE READAPTACIÓN SOCIAL LAS REALICEN HA-
CIA EL EXTERIOR DISMINUYENDO EL PERIODO EN EL QUE SE PODRÁN VERIFI-
CAR, NO TRANSGREDE EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD Y NO REGRESIÓN.
El derecho humano de los internos de los Centros Federales de Readaptación
Social, de tener comunicación con el exterior, no es absoluto, sino limitado, porque
está sujeto a las condiciones establecidas en la ley o en el reglamento aplicables, pues
tanto el reconocimiento de ese derecho fundamental, como la posibilidad de que sea
restringido, son acordes al espíritu garantista que inspira el sistema penitenciario, con-
sagrado en el artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
(que incluye la prisión preventiva y la punitiva), que deberá organizarse sobre la base
del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación, la educación, la sa-
lud y el deporte, como medios para lograr la reinserción social; además, ese derecho
está reconocido como limitado en la resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988,
de la Asamblea General de las Naciones Unidas, así como en las Reglas Mínimas para
el Tratamiento de los Reclusos, adoptadas por el Primer Congreso de la Naciones Uni-
das, sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra
en 1955 y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C
(XXIV), de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXlI), de 13 de mayo de 1977; por lo que, al
tratarse de un derecho que puede modificarse —en cuanto a su periodicidad—, de
conformidad con la normatividad aplicable (cuando sea estrictamente necesario para
el bienestar de la población penitenciaria), no puede considerarse como un derecho
adquirido y, por ende, la modificación del calendario que reduce el periodo en el
que se van a realizar las llamadas telefónicas en un Centro Federal de Readaptación
Social con base en sus facultades de organización, no constituye un acto privativo y,
por ende, no transgrede el principio de progresividad y no regresión de los derechos
fundamentales, atento a que la reducción del número de las que podrán realizar los
reclusos, siempre y cuando esté fundada y motivada, no hace nugatorio su derecho a
la comunicación con el exterior, ni lo desconoce.»
CAPÍTULO IV
DEFENSOR
Artículo 115. Designación de Defensor
El Defensor podrá ser designado por el imputado desde el momento de
su detención, mismo que deberá ser licenciado en derecho o abogado titu-
lado con cédula profesional. A falta de éste o ante la omisión de su designa-
ción, será nombrado el Defensor público que corresponda.
La intervención del Defensor no menoscabará el derecho del imputado
de intervenir, formular peticiones y hacer las manifestaciones que estime
pertinentes.
260
El punto 3, de las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Con-
dición de Vulnerabilidad, como resultado de la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana-
Brasilia, 4 a 6 de marzo de 2008, establece: «Se consideran en condición de vulnerabi-
lidad aquellas personas que, por razón de su edad, género, estado físico o mental, o por
circunstancias sociales, económicas, étnicas y/o culturales, encuentran especiales dificul-
tades para ejercitar con plenitud ante el sistema de justicia los derechos reconocidos por
el ordenamiento jurídico».
261
Conferencia pronunciada por el Dr. Ferrajoli en el II Congreso Nacional de la Defensa
Pública de República Dominicana, Santo Domingo, 15 de julio de 2008; publicada en
las Actas del II Congreso Nacional de la Defensa Pública. Acceso a la Justicia, Proceso
Penal y Sistema de Garantías (2009). Comisionado de Apoyo a la Reforma y la Moder-
nización de la Justicia, Santo Domingo.
Código Nacional de Procedimientos Penales
262
Tesis: 1a./J. 26/2015 (10a.), Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, mayo de
2015 «DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA FORMA DE GARANTIZAR
EL EJERCICIO EFICAZ DE ESTE DERECHO HUMANO SE ACTUALIZA CUANDO
EL IMPUTADO, EN TODAS LAS ETAPAS PROCEDIMENTALES EN LAS QUE IN-
TERVIENE, CUENTA CON LA ASISTENCIA JURÍDICA DE UN DEFENSOR QUE ES
PROFESIONISTA EN DERECHO. Conforme al parámetro de control de regularidad
constitucional, que deriva de la reforma al artículo 1o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el
10 de junio de 2011, que se configura por la observancia y aplicación de las normas
constitucionales y de fuente internacional en materia de derechos humanos, así como
la directriz de interpretación pro personae; el artículo 20, apartado A, fracción IX,
del referido ordenamiento constitucional, texto anterior a la reforma publicada en
el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, debe interpretarse armó-
nicamente con los numerales 8.2, incisos d) y e), de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, y 14.3, incisos b) y d), del Pacto Internacional de los Derechos
Civiles y Políticos, así como el criterio contenido en la tesis aislada P. XII/2014 (10a.)
(*), emitida por el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
de rubro: “DEFENSA ADECUADA DEL INCULPADO EN UN PROCESO PENAL. SE
GARANTIZA CUANDO LA PROPORCIONA UNA PERSONA CON CONOCIMIEN-
TOS TÉCNICOS EN DERECHO, SUFICIENTES PARA ACTUAR DILIGENTEMENTE
CON EL FIN DE PROTEGER LAS GARANTÍAS PROCESALES DEL ACUSADO Y EVI-
TAR QUE SUS DERECHOS SE VEAN LESIONADOS”, y la propia doctrina de inter-
pretación constitucional generada por esta Primera Sala. Lo anterior, para establecer
que el ejercicio eficaz y forma de garantizar el derecho humano de defensa adecuada
en materia penal implica que el imputado (lato sensu), a fin de garantizar que cuente
con una defensa técnica adecuada, debe ser asistido jurídicamente, en todas las etapas
procedimentales en las que intervenga, por un defensor que tenga el carácter de pro-
fesional en derecho (abogado particular o defensor público); incluso, de ser posible,
desde el momento en que acontezca su detención. La exigencia de una defensa técni-
ca encuentra justificación al requerirse de una persona que tenga la capacidad técnica
para asesorar y apreciar lo que jurídicamente es conveniente para el imputado, a fin
de otorgar una real y efectiva asistencia legal que le permita estar posibilidad de hacer
frente a la imputación formulada en su contra. Lo cual no se satisface si la asistencia
es proporcionada por cualquier otra persona que no reúna la citada característica, a
pesar de ser de la confianza del referido imputado.»
Alfonso Pérez Daza
263
«Artículo 14,
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:…
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de
su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre
que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere
de medios suficientes para pagarlo;…»
264
Décimo primero:
«… C. Derechos del imputado
Décimo primero:
1) Sin perjuicio de su derecho a defenderse a sí mismo el imputado en todas las fases del proceso, y
el condenado durante la ejecución de la condena tienen el derecho a contar con un abogado de su
libre elección. Igualmente, el imputado carente de medios tiene derecho a contar con la asistencia
de un abogado…
H) La victima
Cuadragésimo segundo:
Las víctimas y los perjudicados por el delito tendrán derecho a ser oídos, a ser asistidos por aboga-
do, que en casos graves podrá ser de oficio.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
265
Sentencia de 28 de agosto de 2013.
266
Pina, Rafael de. Derecho Procesal. Temas, 2ª. Ed., México, Ediciones Botas, 1951, pp. 46
y 47.
Alfonso Pérez Daza
que por ello deba entenderse que exista la obligación de probar para el imputado al
margen del principio de presunción de inocencia, sino de contar con la posibilidad
de ejercer el derecho de defensa en las condiciones que éste estime pertinentes. En
consecuencia, es inadmisible considerar que la simple negativa de la acusación o
incluso la reserva para no declarar por parte del imputado no trasciendan en el ejer-
cicio de la defensa adecuada. En principio, esto será válido siempre que el imputado
esté debidamente asesorado por un profesional en derecho, pues en esta medida
estará en condiciones de asumir las consecuencias que ello representa y optar por
esta posición por considerar que le resulta benéfica. Sin embargo, lo anterior no pue-
de entenderse como una regla general, pues habrá condiciones en las que incluso la
omisión de declarar o de negar la imputación, sin la asistencia técnica debida, pue-
den implicar una afectación jurídica trascendental para el imputado, que no hubiera
resentido con tal magnitud si bajo el consejo de un profesionista en derecho hubiera
podido exponer su versión sobre los hechos que se le atribuyen, de forma que coad-
yuve a su defensa, aporte las pruebas que considere pertinentes o, incluso, pudiera
no negar la comisión de la conducta atribuida sino aceptarla y exponer las razones
que justificaron su actuar, pues ello pudiera dar lugar a atenuar o excluir el reproche
penal. En consecuencia, la posibilidad de negar la imputación por parte del imputado
es una condición contingente que de ninguna manera anula el carácter ilícito de la
declaración que rindió sin la asistencia de un profesionista en derecho, que por tra-
tarse de una violación directa al derecho humano de defensa adecuada no puede ser
objeto de valoración probatoria, sino que debe ser excluida como medio de prueba,
con independencia de su contenido267.
267
1a. /J. 35/2015 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época,
Tomo I, mayo de 2015, p. 302
Código Nacional de Procedimientos Penales
268
Artículo 32 del Reglamento de la Ley Reglamentaria del artículo 5° constitucional,
relativo al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal.
Alfonso Pérez Daza
momento para hacerlo, ello trasciende al fallo, por lo que debe ordenar la reposición
del procedimiento para el efecto de que sea saneada dicha infracción, previniéndolos
para que presenten una exposición abreviada de sus pretensiones, mediante la expre-
sión de los argumentos que consideren necesarios, señalen los medios de prueba que
producirán en juicio para demostrarlos e incluyan los relativos a la individualización
de las sanciones. Lo anterior, no contraviene el principio de presunción de inocencia,
si se considera que dicha máxima subyace en favor de los imputados hasta en tanto
aparecen suficientes medios que los incriminen en el hecho ilícito atribuido; ante lo
cual, éstos deben desvirtuar tales incriminaciones, pues no es válido en su favor el
silencio o la simple negativa. Sin que se soslaye que la estrategia de la defensa sea la
de no aportar pruebas, extraer elementos en su favor de los medios de convicción
ofertados por el fiscal durante su desfile y esperar que éste demuestre su culpabilidad
pues, en este supuesto, así debe exponerse en la formulación de su teoría del caso,
dado que será el medio de defensa por el cual se pretenderá alcanzar la absolución
frente a la acusación hecha al imputado. Por último, se advierte que el principio de
contradicción rige para los juicios orales de corte acusatorio, el cual sólo se entiende
observado cuando tanto la defensa como el fiscal fincan sus respectivas teorías del
caso, las cuales, una vez conocidas por sus oponentes, podrán ser contradichas en
un plano de igualdad procesal.»
269
Tesis II.1o.15 P (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Épo-
ca, Tomo I, diciembre de 2014, p. 798.
Alfonso Pérez Daza
medio distintivo y vía instrumental idónea que permite el desarrollo del nuevo siste-
ma penal acusatorio; por ello, ante dicha omisión, debe ordenarse la reposición del
procedimiento, a fin de que se cite a las partes de nueva cuenta y celebre la audiencia
de segunda instancia, y para el caso de inasistencia del defensor del imputado, se sus-
penda y haga de su conocimiento tal circunstancia, con el propósito de que manifies-
te lo que a su derecho corresponda, ya sea en el sentido de reiterar el nombramiento
o realizar uno nuevo a favor de diversa persona, incluso, en caso de que no quiera o
no pueda nombrar alguno después de haberlo requerido para hacerlo, se le designará
un defensor público, respecto del cual, la ad quem procurará su comparecencia.»
sona del artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 18 de junio de 2008, en relación con los diversos 8, numeral 2,
incisos d) y e), de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14, numeral
3, inciso d), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se concluye que
la defensa adecuada dentro de un proceso penal se garantiza cuando la proporciona
una persona con conocimientos técnicos en derecho, máxime que de la normativa
internacional citada no deriva la posibilidad de que sea efectuada por un tercero que
no sea perito en dicha materia y, por el contrario, permite inferir que la defensa que
el Estado deba garantizar será lo más adecuada y efectiva posible, lo cual implica un
elemento formal, consistente en que el defensor acredite ser perito en derecho, y uno
material, relativo a que, además de dicha acreditación, actúe diligentemente con el
fin de proteger las garantías procesales del acusado y evitar que sus derechos se vean
lesionados, lo que significa, inclusive, que la defensa proporcionada por persona de
confianza debe cumplir con estas especificaciones para garantizar que el procesado
pueda defenderse adecuadamente. Lo anterior, sin que se llegue al extremo de impo-
ner al juzgador la carga de evaluar los métodos que el defensor emplea para lograr su
cometido de representación, toda vez que escapa a la función jurisdiccional el exa-
men sobre si éste efectivamente llevará a cabo la estrategia más afín a los intereses del
inculpado, máxime que los órganos jurisdiccionales no pueden constituirse en Juez y
parte para revisar la actividad o inactividad del defensor e impulsar el procedimiento,
y más aún, para declarar la nulidad de lo actuado sin el debido impulso del defensor.
Amparo directo en revisión 207/2012. 10 de junio de 2013. Mayoría de siete vo-
tos en relación con el sentido; votaron en contra: Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Luis María Aguilar
Morales; mayoría de seis votos de los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, José
Ramón Cossío Díaz, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Sergio A. Valls Hernández, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Juan N. Silva Meza en relación con las consi-
deraciones; votó en contra Alberto Pérez Dayán. Ponente: Olga Sánchez Cordero de
García Villegas. Secretarios: Beatriz J. Jaimes Ramos y Jorge Roberto Ordóñez Escobar.
Amparo directo en revisión 2886/2012. 10 de junio de 2013. Mayoría de seis
votos de los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, José Ramón Cossío Díaz, Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, Sergio A. Valls Hernández, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas y Juan N. Silva Meza; votaron en contra: Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Luis María Aguilar
Morales y Alberto Pérez Dayán. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Jaime Santana Turral.
Amparo directo en revisión 2990/2011. 11 de junio de 2013. Mayoría de seis
votos de los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, José Ramón Cossío Díaz, Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, Sergio A. Valls Hernández, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas y Juan N. Silva Meza; votaron en contra: José Fernando Franco González
Salas, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Luis María Aguilar Morales y Alberto Pérez Da-
yán. Ausente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Jaime Santana Turral.
El Tribunal Pleno, el treinta y uno de marzo en curso, aprobó con el número
XII/2014 (10a.), la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a treinta uno
de marzo de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 11 de abril de 2014 a las 10:09 horas en el Sema-
nario Judicial de la Federación.
Alfonso Pérez Daza
270
1a./J. 12/2012 (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época;
1a. Sala; Libro X, julio de 2012; Tomo 1; p. 433.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO V
MINISTERIO PÚBLICO
Artículo 127. Competencia del Ministerio Público
Compete al Ministerio Público conducir la investigación, coordinar a las
Policías y a los servicios periciales durante la investigación, resolver sobre
el ejercicio de la acción penal en la forma establecida por la ley y, en su
caso, ordenar las diligencias pertinentes y útiles para demostrar, o no, la
existencia del delito y la responsabilidad de quien lo cometió o participó en
su comisión.
271
Vid. Luna, Tania y Sarre, Miguel, La etapa de investigación, México, 2011. www.juicio-
sorales.org.mx. Carreón Herrera, José Héctor, La investigación del Ministerio Público
en el Proceso Penal Acusatorio Mexicano. www.ineppa.org.mx.
Código Nacional de Procedimientos Penales
tar a los intervinientes elemento alguno que pudiera resultar favorable para
la posición que ellos asumen, sobre todo cuando resuelva no incorporar
alguno de esos elementos al procedimiento, salvo la reserva que en determi-
nados casos la ley autorice en las investigaciones.
272
Luna, Tania y Sarre, Miguel, ídem. Carreón Herrera, José Héctor, idem.
Alfonso Pérez Daza
273
Realizado en la Habana, Cuba, en 1990.
Código Nacional de Procedimientos Penales
274
Vid. Suñez Tejera, Y, La presunción de inocencia y la carga de la prueba, Contribucio-
nes a las Ciencias Sociales, junio 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/.
Código Nacional de Procedimientos Penales
275
Vid. Carreón Herrera, José Héctor, La investigación del Ministerio Público en el Pro-
ceso Penal Acusatorio Mexicano. www.ineppa.org.mx.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO VI
POLICÍA
Artículo 132. Obligaciones del Policía
El Policía actuará bajo la conducción y mando del Ministerio Público en
la investigación de los delitos en estricto apego a los principios de legalidad,
objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución.
Para los efectos del presente Código, el Policía tendrá las siguientes obli-
gaciones:
I. Recibir las denuncias sobre hechos que puedan ser constitutivos de
delito e informar al Ministerio Público por cualquier medio y de forma in-
mediata de las diligencias practicadas;
II. Recibir denuncias anónimas e inmediatamente hacerlo del conoci-
miento del Ministerio Público a efecto de que éste coordine la investigación;
III. Realizar detenciones en los casos que autoriza la Constitución, ha-
ciendo saber a la persona detenida los derechos que ésta le otorga;
IV. Impedir que se consumen los delitos o que los hechos produzcan
consecuencias ulteriores. Especialmente estará obligada a realizar todos los
actos necesarios para evitar una agresión real, actual o inminente y sin de-
recho en protección de bienes jurídicos de los gobernados a quienes tiene
la obligación de proteger;
V. Actuar bajo el mando del Ministerio Público en el aseguramiento de
bienes relacionados con la investigación de los delitos;
VI. Informar sin dilación por cualquier medio al Ministerio Público sobre
la detención de cualquier persona, e inscribir inmediatamente las deten-
ciones en el registro que al efecto establezcan las disposiciones aplicables;
VII. Practicar las inspecciones y otros actos de investigación, así como
reportar sus resultados al Ministerio Público. En aquellos que se requiera
autorización judicial, deberá solicitarla a través del Ministerio Público;
VIII. Preservar el lugar de los hechos o del hallazgo y en general, realizar
todos los actos necesarios para garantizar la integridad de los indicios. En su
caso deberá dar aviso a la Policía con capacidades para procesar la escena
del hecho y al Ministerio Público conforme a las disposiciones previstas en
este Código y en la legislación aplicable;
IX. Recolectar y resguardar objetos relacionados con la investigación de
los delitos, en los términos de la fracción anterior;
Alfonso Pérez Daza
276
Vid. Boletín Electrónico de las Reformas Penal, de juicio de Amparo y Derechos Hu-
manos, número 22 abril de 2014. www.cjf.gob.mx
Alfonso Pérez Daza
o vagos datos proporcionados por los aprehensores, y pasando por alto las
inconsistencias de sus afirmaciones, pues sería tanto como provocar una
modificación de los hechos, y ello está impedido a esta autoridad, ya que
no se emitiría una actuación justa para los indiciados, porque los dejará en
estado de indefensión.»
Por lo que consideró que «…las pruebas aportadas por la representa-
ción social de la federación no son aptas ni siquiera para integrar la prueba
indiciaria o circunstancial y por ello, ni siquiera para entrar al estudio de
los restantes requisitos, que en el caso resulta el estudio del cuerpo del
delito atribuido a los inculpados, y como consecuencia de ello la probable
responsabilidad penal de los encausados en su comisión.»
Concluyendo el Juez de Distrito que, al no encontrarse satisfechos los
requisitos exigidos por el artículo 19 constitucional, en relación con el di-
verso 161 del Código Federal de Procedimientos Penales, lo procedente en
derecho era dictar auto de libertad, con las reservas de ley, en favor de los
inculpados, única y exclusivamente por cuanto hace a este proceso penal y
respecto al delito contra la salud, en sus diversas modalidades, por las que
la representación social federal ejerció acción penal en su contra.
En relación con las técnicas de investigación con control judicial, son
actividades del Ministerio Público que Constituyen actos de molestia, tales
como la exhumación de cadáveres, cateos, la intervención de comunicacio-
nes correspondencia, la toma de muestras corporales y el reconocimiento
o examen físico de una persona, cuando en ambas se niegue a ser exami-
nada.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO VII
JUECES Y MAGISTRADOS
Artículo 133. Competencia jurisdiccional
Para los efectos de este Código, la competencia jurisdiccional compren-
de a los siguientes órganos:
I. Juez de control, con competencia para ejercer las atribuciones que
este Código le reconoce desde el inicio de la etapa de investigación hasta el
dictado del auto de apertura a juicio;
II. Tribunal de enjuiciamiento, que preside la audiencia de juicio y dicta-
rá la sentencia, y
III. Tribunal de alzada, que conocerá de los medios de impugnación y
demás asuntos que prevé este Código.
Comentario. Se precisa el ámbito de competencia de los órganos juris-
diccionales que intervienen en el procedimiento penal, a saber, el Juez de
control en las etapas de investigación e intermedia; el tribunal de enjuicia-
miento en la etapa de juicio, y el tribunal de alzada en la segunda instancia.
Sin embargo, se considera que tratándose del desahogo de la prueba
anticipada, el Juez de Control también tiene competencia de manera ex-
cepcional, para ejercer sus atribuciones en la etapa de juicio, la cual de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 211, fracción III del Código
Nacional de Procedimientos Penales, comprende desde que se recibe el
auto de apertura a juicio hasta la sentencia emitida por el Tribunal de en-
juiciamiento.
En efecto, el numeral 304 del Código Nacional establece que el des-
ahogo de la prueba anticipada procede hasta antes de la celebración de la
audiencia de juicio, siempre que se satisfagan los requisitos ahí previstos,
entre ellos, que sea practicada precisamente por el Juez de Control; por
tanto, si con posterioridad a que se recibe el auto de apertura a juicio por
parte del tribunal de enjuiciamiento y antes de la fecha señalada para la
celebración de la audiencia de juicio, alguna de las partes solicita el des-
ahogo de prueba anticipada, ésta será desahogada ante el Juez de Control,
no obstante nos encontremos ya en la etapa de juicio.
Véase las siguientes tesis de rubro y texto siguientes:
«JUEZ DE GARANTÍA. EL ARTÍCULO 168 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS
PENALES DEL ESTADO DE CHIHUAHUA, QUE REGULA ESTA FIGURA, NO VIOLA
EL ARTÍCULO 103 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.
Código Nacional de Procedimientos Penales
277
Tesis 1a.XXVIII/2009, Semanario Judicial de la Federación, Novena Época, febrero de
2009, T.XXIX, p. 427.
278
Tesis I.9o.P.86 P, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, mayo
de 2011, T. XXXIII, p. 1057.
Alfonso Pérez Daza
279
Artículo 100. (…)
«La ley establecerá las bases para la formación y actualización de funcionarios, así como para
el desarrollo de la carrera judicial, la cual se regirá por los principios de excelencia, objetividad,
imparcialidad, profesionalismo e independencia.
Artículo 105. El ingreso y la promoción de los servidores públicos de carácter jurisdiccional del
Poder Judicial de la Federación se hará mediante el sistema de carrera judicial a que se refiere el
presente Título, la cual se regirá por los principios de excelencia, profesionalismo, objetividad,
imparcialidad, independencia y antigüedad, en su caso.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
280
Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 9 de enero de 2013.
Alfonso Pérez Daza
Así, los jueces del sistema penal acusatorio y oral enfrentarán una serie
de responsabilidades propias de ese sistema. El desafío es importante, pues
el juez deberá discernir entre lo justo y lo injusto en cada caso concreto,
mediante la aplicación de los principios de publicidad, contradicción, con-
tinuidad, concentración, inmediatez, igualdad, legalidad, imparcialidad
y presunción de inocencia; sin olvidar que sus decisiones versan sobre la
libertad y seguridad jurídica de los ciudadanos. Más que nunca, y como
decía Aristóteles, el juez debe ser lo justo viviente.
Ahora bien, en el caso de vinculación a proceso, la tesis de rubro «AUTO
DE VINCULACIÓN A PROCESO. EN SU DICTADO NO ES NECESARIO ACRE-
DITAR EL CUERPO DEL DELITO (ELEMENTOS OBJETIVOS, NORMATIVOS
Y SUBJETIVOS) Y JUSTIFICAR LA PROBABLE RESPONSABILIDAD DEL IN-
CULPADO, SINO QUE SÓLO DEBE ATENDERSE AL HECHO ILÍCITO Y A LA
PROBABILIDAD DE QUE EL INDICIADO LO COMETIÓ O PARTICIPÓ EN
SU COMISIÓN (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE
CHIHUAHUA)»281, nos da un ejemplo al establecer que
«De los artículos 16, tercer párrafo, 19, primer párrafo y 20, apartado A, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reformados el dieciocho de
junio de dos mil ocho, se advierte que el Constituyente, en el dictado del auto de
vinculación a proceso, no exige la comprobación del cuerpo del delito ni la justifica-
ción de la probable responsabilidad, pues indica que debe justificarse, únicamente
la existencia de “un hecho que la ley señale como delito” y la “probabilidad en la
comisión o participación del activo”, esto es, la probabilidad del hecho, no la proba-
ble responsabilidad, dado que el proveído de mérito, en realidad, sólo debe fijar la
materia de la investigación y el eventual juicio. Consecuentemente, en el tratamiento
metódico del llamado auto de vinculación a proceso, con el objeto de verificar si
cumple con los lineamientos de la nueva redacción del referido artículo 19, no es
necesario acreditar los elementos objetivos, normativos y subjetivos, en el caso de
que así los describa el tipo penal, es decir, el denominado cuerpo del delito, sino
que, para no ir más allá de la directriz constitucional, sólo deben atenderse el hecho
o los hechos ilícitos y la probabilidad de que el indiciado los cometió o participó en
su comisión; para ello, el Juez de Garantía debe examinar el grado de racionabilidad
(teniendo como factor principal, la duda razonable), para concluir si se justifican o
no los apuntados extremos, tomando en cuenta como normas rectoras, entre otras,
la legalidad (si se citaron hechos que pueden tipificar delitos e información que se
puede constituir como datos y no pruebas), la ponderación (en esta etapa, entre la
versión de la imputación, la información que la puede confirmar y la de la defensa),
la proporcionalidad, lo adecuado y lo necesario (de los datos aportados por ambas
partes) para el dictado de dicha vinculación.»
281
Tesis XVII, 1º,P.A. J/25 (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo 3.
Código Nacional de Procedimientos Penales
282
«Artículo 131. Serán causas de responsabilidad para los servidores públicos del Poder Judicial de
la Federación:
I. Realizar conductas que atenten contra la independencia de la función judicial, tales como
aceptar o ejercer consignas, presiones, encargos o comisiones, o cualquier acción que genere o im-
plique subordinación respecto de alguna persona, del mismo u otro poder;
II. Inmiscuirse indebidamente en cuestiones del orden jurisdiccional que competan a otros órganos
del Poder Judicial de la Federación;
III. Tener una notoria ineptitud o descuido en el desempeño de las funciones o labores que deban
realizar;
IV. Impedir en los procedimientos judiciales que las partes ejerzan los derechos que legalmente les
correspondan en los procedimientos;
V. Conocer de algún asunto o participar en algún acto para el cual se encuentren impedidos;
VI. Realizar nombramientos, promociones o ratificaciones infringiendo las disposiciones generales
correspondientes;
VII. No poner en conocimiento del Consejo de la Judicatura Federal cualquier acto tendiente a
vulnerar la independencia de la función judicial;
VIII. No preservar la dignidad, imparcialidad y profesionalismo propios de la función judicial en
el desempeño de sus labores;
IX. Emitir opinión pública que implique prejuzgar sobre un asunto de su conocimiento;
X. Abandonar la residencia del tribunal de circuito o juzgado de distrito al que esté adscrito, o
dejar de desempeñar las funciones o las labores que tenga a su cargo;
XI. Las previstas en el artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los
Servidores Públicos, siempre que no fueren contrarias a la naturaleza de la función jurisdiccio-
nal;
XII. Incumplir las disposiciones constitucionales y legales en materia de propaganda y de informes
de labores o de gestión, y
XIII. Las demás que determine la ley.»
283
Tesis II.2o.P.272 P (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Épo-
ca, T.3, p. 1754.
Alfonso Pérez Daza
284
«Artículo 17. (…)
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos
para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, pronta emitiendo sus resoluciones de
manera, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas
las costas judiciales.
Código Nacional de Procedimientos Penales
(…)»
«Artículo 16. Justicia pronta
Toda persona tendrá derecho a ser juzgada dentro de los plazos legalmente establecidos. Los ser-
vidores públicos de las instituciones de procuración e impartición de justicia deberán atender las
solicitudes de las partes con prontitud, sin causar dilaciones injustificadas.»
285
Tesis Aislada 1a. LXX/2005, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, T. XXII, julio de 2005, p. 438
Alfonso Pérez Daza
286
«Artículo 32. La Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación conocerá de las quejas a que
se refiere el artículo 135 del Código.
Para dar celeridad a la remisión del informe, el recurso y los documentos justificativos, se autoriza
a los órganos jurisdiccionales para disponer su envío por medio de correo electrónico o fax, previa
certificación que realice el órgano receptor.
El proyecto de resolución será elaborado por la Secretaría Ejecutiva de Vigilancia, Información y
Evaluación.
La determinación de la Comisión de Vigilancia, Información y Evaluación no prejuzga sobre la
responsabilidad del juzgador.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO VIII
AUXILIARES DE LAS PARTES
Artículo 136. Consultores técnicos
Si por las circunstancias del caso, las partes que intervienen en el proce-
dimiento consideran necesaria la asistencia de un consultor en una ciencia,
arte o técnica, así lo plantearán al Órgano jurisdiccional. El consultor téc-
nico podrá acompañar en las audiencias a la parte con quien colabora, para
apoyarla técnicamente.
287
Polanco Braga, Elías, Nuevo Diccionario del Sistema Procesal Penal Acusatorio, Juicio
Oral, 2ª edición, México, Porrúa, 2015, p. 76.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
LIBERTAD DURANTE LA INVESTIGACIÓN
Artículo 140. Libertad durante la investigación
En los casos de detención por flagrancia, cuando se trate de delitos que
no merezcan prisión preventiva oficiosa y el Ministerio Público determine
que no solicitará prisión preventiva como medida cautelar, podrá disponer
la libertad del imputado o imponerle una medida de protección en los tér-
minos de lo dispuesto por este Código.
Cuando el Ministerio Público decrete la libertad del imputado, lo preven-
drá a fin de que se abstenga de molestar o afectar a la víctima u ofendido
y a los testigos del hecho, a no obstaculizar la investigación y comparecer
cuantas veces sea citado para la práctica de diligencias de investigación,
apercibiéndolo con imponerle medidas de apremio en caso de desobedien-
cia injustificada.
CAPÍTULO III
FORMAS DE CONDUCCIÓN DEL IMPUTADO AL PROCESO
SECCIÓN I
Citatorio, órdenes de comparecencia y aprehensión
Artículo 141. Citatorio, orden de comparecencia y aprehensión
Cuando se haya presentado denuncia o querella de un hecho que la ley
señale como delito, el Ministerio Público anuncie que obran en la carpeta
de investigación datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y
exista la probabilidad de que el imputado lo haya cometido o participado
en su comisión, el Juez de control, a solicitud del Ministerio Público, podrá
ordenar:
I. Citatorio al imputado para la audiencia inicial;
II. Orden de comparecencia, a través de la fuerza pública, en contra del
imputado que habiendo sido citado previamente a una audiencia no haya
comparecido, sin justificación alguna, y
III. Orden de aprehensión en contra de una persona cuando el Ministerio
Público advierta que existe la necesidad de cautela.
En la clasificación jurídica que realice el Ministerio Público se especifica-
rá el tipo penal que se atribuye, el grado de ejecución del hecho, la forma de
intervención y la naturaleza dolosa o culposa de la conducta, sin perjuicio
de que con posterioridad proceda la reclasificación correspondiente.
También podrá ordenarse la aprehensión de una persona cuando resista
o evada la orden de comparecencia judicial y el delito que se le impute me-
rezca pena privativa de la libertad.
La autoridad judicial declarará sustraído a la acción de la justicia al im-
putado que, sin causa justificada, no comparezca a una citación judicial, se
fugue del establecimiento o lugar donde esté detenido o se ausente de su
domicilio sin aviso, teniendo la obligación de darlo. En cualquier caso, la
declaración dará lugar a la emisión de una orden de aprehensión en contra
del imputado que se haya sustraído de la acción de la justicia.
El Juez podrá dictar orden de reaprehensión en caso de que el Ministe-
rio Público lo solicite para detener a un imputado cuya extradición a otro
país hubiera dado lugar a la suspensión de un procedimiento penal, cuando
en el Estado requirente el procedimiento para el cual fue extraditado haya
concluido.
Alfonso Pérez Daza
288
Jurisprudencia 1a./J. 93/2013, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Déci-
ma Época, T. I, diciembre de 2013, p. 402
Alfonso Pérez Daza
cial, en el supuesto de que estas dos últimas formas de conducción del im-
putado a proceso no se hayan materializado; por otra parte, la cancelación
de la orden de aprehensión debe proceder además cuando desaparezca la
necesidad de cautela que llevó al Ministerio Público a solicitar el manda-
miento de captura.
Finalmente, a efecto de respetar los derechos fundamentales de la vícti-
ma u ofendido, éstos también están facultados para recurrir la cancelación
de la orden de aprehensión.
SECCIÓN II
Flagrancia y caso urgente
Artículo 146. Supuestos de flagrancia
Se podrá detener a una persona sin orden judicial en caso de flagrancia.
Se entiende que hay flagrancia cuando:
I. La persona es detenida en el momento de estar cometiendo un delito, o
II. Inmediatamente después de cometerlo es detenida, en virtud de que:
Es sorprendida cometiendo el delito y es perseguida material e ininte-
rrumpidamente, o
b) Cuando la persona sea señalada por la víctima u ofendido, algún tes-
tigo presencial de los hechos o quien hubiere intervenido con ella en la
comisión del delito y cuando tenga en su poder instrumentos, objetos, pro-
ductos del delito o se cuente con información o indicios que hagan presumir
fundadamente que intervino en el mismo.
Para los efectos de la fracción II, inciso b), de este precepto, se considera
que la persona ha sido detenida en flagrancia por señalamiento, siempre y
cuando, inmediatamente después de cometer el delito no se haya interrum-
pido su búsqueda o localización.
Comentario: Por regla general, toda detención de una persona debe estar
precedida por una autorización fundada y motivada de autoridad competen-
te, de acuerdo con los requisitos Constitucionalmente establecidos289.
289
«Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento.
Alfonso Pérez Daza
(…)
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda denuncia
o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena privativa de libertad
y obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el
indiciado lo cometió o participó en su comisión.
La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a dispo-
sición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo
anterior será sancionada por la ley penal.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
sona, no es una causa válida para realizar una detención amparada bajo el
concepto de flagrancia, por lo que en estos supuestos se requerirá el inicio
de una investigación que arroje datos sobre la probable responsabilidad de
una persona, y la detención deberá estar precedida por el dictado de una
orden de aprehensión.
Tesis aplicables: 1a. XCIII/2015 (10a.)290 y 1a. XCII/2015 (10a.)291, sus-
tentadas por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
cuyos rubros y textos disponen:
«DERECHO HUMANO A LA LIBERTAD PERSONAL. CARACTERÍSTICAS DE LOS
NIVELES DE CONTACTO ENTRE UNA AUTORIDAD QUE EJERCE FACULTADES DE
SEGURIDAD PÚBLICA Y UNA TERCERA PERSONA. De conformidad con la Consti-
tución Política de los Estados Unidos Mexicanos y con los tratados internacionales, si
bien todas las personas gozan de los derechos a la libertad personal, a la intimidad,
a no ser molestadas en sus posesiones o propiedades y a la libre circulación, como
cualquier otro derecho humano, al no ser absolutos, su ejercicio puede ser restringido
o limitado con base en criterios de proporcionalidad. En ese sentido, el artículo 16
de la Constitución prevé que para que una persona pueda ser privada de su libertad
debe existir una orden de aprehensión o la concurrencia de flagrancia o caso urgente
en la comisión de una conducta delictiva; accionar al que el texto constitucional le
denomina “detención”. Sin embargo, no todo contacto entre una autoridad de segu-
ridad pública y una persona puede catalogarse de esa forma, pues las competencias
propias de los agentes de seguridad pública implican también actos de investigación
o prevención del delito. En ese tenor, se pueden distinguir tres niveles de contacto
entre una autoridad que ejerce facultades de seguridad pública y una tercera perso-
na: a) simple inmediación entre el agente de seguridad y el individuo, para efectos
de investigación, identificación o prevención; b) restricción temporal del ejercicio
de un derecho, como pueden ser la libertad personal, propiedad, libre circulación o
intimidad, y c) detención en sentido estricto. El primer nivel de contacto no requiere
justificación, ya que es una simple aproximación de la autoridad con la persona que
no incide en su esfera jurídica, el cual se actualiza, por ejemplo, cuando un agente de
policía se acerca a una persona en la vía pública y le hace cierto tipo de preguntas
sin ejercer ningún medio coactivo y bajo el supuesto de que dicha persona puede
retirarse en cualquier momento. En cambio, la restricción temporal del ejercicio de
la libertad surge cuando una persona se siente razonablemente obligada por la au-
toridad a obedecer sus órdenes expresas o implícitas, mismas que pueden derivar en
una ausencia de movimiento físico. Esta restricción debe ser excepcional y admitirse
únicamente en casos en los que no es posible, por cuestión temporal, conseguir un
mandamiento escrito u orden judicial para ejercer actos de molestia a una persona o
a sus posesiones. Para ello, la autoridad deberá acreditar la concurrencia de una su-
posición razonable de que se está cometiendo una conducta delictiva, la cual variará
290
Visible en la página mil noventa y seis, del libro 16, tomo II, de marzo de 2015, de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época.
291
Consultable en la página mil ciento uno, del libro 16, tomo II, de marzo de 2015, de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época.
Alfonso Pérez Daza
en cada caso concreto y debe ser acreditable empíricamente. Así, a saber, la autori-
dad deberá señalar detenidamente cuál era la información (hechos y circunstancias)
con la que contaba en ese momento para suponer razonablemente que la persona
en cuestión estaba cometiendo una conducta ilícita o, por el contrario, si el registro o
revisión fue autorizado libremente por el posible afectado, entendiéndose que existe
consentimiento cuando fue prestado consciente y libremente; es decir, ausente de
error, coacción o de un acto de violencia o intimidación por parte de los agentes de
policía.»
está cometiendo algún ilícito dentro de un domicilio, el activo puede ser detenido
por cualquier persona o por los elementos policiacos, ante la denuncia y el con-
sentimiento de la parte ofendida que habita dicho lugar. Así, con independencia de
que cada hecho delictuoso reviste diversas particularidades, cuando se trate de un
delito de resultado material, como la violencia familiar, el secuestro, el robo en casa
habitación, etcétera, estos hechos pueden ser advertidos, ya que causan daño a otros
bienes jurídicos, así como a la integridad de las personas que habitan el lugar; de ahí
que debe impedirse que se produzcan.»
292
Tesis 1ª.CCI/2014(10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, T.I, p. 545.
293
Tesis 1a./J. 45/2013 (10a), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo I, julio de 2013, p. 529.
294
Visible en la página 540, del libro 6, tomo I, de mayo de 2014, de la Gaceta del Sema-
nario Judicial de la Federación, Décima Época.
295
Consultable en la página 643, del libro 3, tomo I, de febrero de 2014, de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época.
Código Nacional de Procedimientos Penales
que resulten inadmisibles como serían la presión física o psicológica al detenido para
que acepte su responsabilidad o la manipulación de las circunstancias y hechos de
la investigación. En suma, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación estima que la violación al derecho fundamental de “puesta a disposición del
indiciado ante el Ministerio Público sin demora” genera como consecuencias: a) la
anulación de la confesión del indiciado, obtenida con motivo de esa indebida reten-
ción; b) la invalidez de todos los elementos de prueba que tengan como fuente di-
recta la demora injustificada, los cuales no producirán efecto alguno en el proceso ni
podrán ser valorados por el juez; y, c) la nulidad de aquellas pruebas que a pesar de
estar vinculadas directamente con el hecho delictivo materia del proceso penal, sean
recabadas por iniciativa de la autoridad aprehensora so pretexto de una búsqueda
de la verdad o debida integración del material probatorio —en el supuesto de pro-
longación injustificada de la detención—, sin la conducción y mando del Ministerio
Público; es decir, sin la autorización de este último. No obstante, debe precisarse que
las pruebas obtenidas estrictamente con motivo de una detención en flagrancia no
pueden ser invalidadas por actos posteriores, como la obtención de pruebas que ten-
gan como fuente directa la demora injustificada, a menos que se acredite la existencia
de vicios propios de la misma detención del inculpado que determinen que ésta sea
considerada inconstitucional.»
296
Tesis 1a. CLIII/2006, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
TXXIV, septiembre de 2006, p. 207.
297
Tesis III.4o (III Región) 7P (10a), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, febrero de 2014, Tomo III, p. 2356.
Alfonso Pérez Daza
datos razonables y válidos que facultan a la autoridad para realizarla. Por ende, no
contraviene los derechos humanos contenidos en los invocados preceptos, pues fue
detenido con motivo de una denuncia de la víctima, que revelaba la comisión de un
posible delito, lo cual permitió a los policías abordar y revisar a los tripulantes del
vehículo; de ahí que la mecánica de los acontecimientos evidencie que la detención
está justificada, porque la persona fue asegurada por un motivo que guarda relación
con aquélla; además la autoridad contaba con elementos objetivos que le permitían
identificar al imputado y corroborar que, momentos antes, había cometido el delito
referido; consecuentemente, la autoridad podía privarlo de la libertad, porque obser-
vó directamente que la acción se estaba cometiendo en ese preciso instante, esto es,
el iter criminis.»
298
Tesis 1a./J. 46/2003, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
T. XIX, enero de 2004, p. 90.
Alfonso Pérez Daza
va oficiosa, y aquéllos cuya media aritmética sea mayor a cinco años, aun
cuando se traten de tentativa punible.
En ese contexto, el Ministerio Público, bajo su más estricta responsabili-
dad, de manera fundada, y expresando los datos de prueba que motiven su
proceder, podrá ordenar la detención de una persona en casos urgentes,
siempre que se actualicen los siguientes presupuestos:
I. Existan datos que establezcan la existencia de un hecho señalado
como delito grave y que exista la posibilidad de que la persona lo cometió
o participó en su comisión;
II. Existe riesgo fundado de que el imputado pueda sustraerse de la
acción de la justicia; y,
III. Por razón de la hora, lugar o cualquier otra circunstancia, no pue-
da acudir ante la autoridad judicial, o que de hacerlo, el imputado pueda
evadirse.
La existencia del riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga de la
acción de la justicia, deberá estar soportado en datos, pruebas o elementos
que objetivamente permitan llegar a tal afirmación, por lo que no bastará
la simple presunción de que la persona pueda llevar a cabo tal conducta.
Por último, la imposibilidad para acudir ante el juez de control a soli-
citar que dicte la orden de aprehensión, debido a la hora, lugar y circuns-
tancias, deberá estar plenamente justificado, con el objeto de que se satis-
faga la emisión de la orden de detención por parte del Ministerio Público;
sobre todo, porque en el Código Nacional de Procedimientos Penales, se
prevé que la solicitud de las órdenes de aprehensión pueda formularse por
cualquier medio que garantice su autenticidad; esto es, permite una mayor
accesibilidad de la representación social al juez de control, incluso, por
medios electrónicos.
Finalmente, se cree que el Ministerio Público al emitir una orden de de-
tención por caso urgente, invariablemente, deberá satisfacer los requisitos
que han quedado definidos, pues de lo contrario, se realizará una deten-
ción totalmente arbitraria, lo que llevará a la transgresión de los artículos
14 y 16 Constitucionales y, consecuentemente, deberá ordenarse la inme-
diata libertad de la persona detenida.
Del anterior numeral, se advierte que todas las personas gozan de los
derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados inter-
nacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.
La anterior prerrogativa convencional, origina la aplicación obligatoria
del artículo 36, punto 1, inciso b), de la Convención de Viena sobre Rela-
ciones Consulares, que establece:
«Artículo 36. COMUNICACIÓN CON LOS NACIONALES DEL ESTADO QUE EN-
VÍA.
1. Con el fin de facilitar el ejercicio de las funciones consulares relacionadas con
los nacionales del Estado que envía:
(…)
b) si el interesado lo solicita, las autoridades competentes del Estado receptor
deberán informar sin retraso alguno a la oficina consular competente en ese Estado
cuando, en su circunscripción, un nacional del Estado que envía sea arrestado de
cualquier forma, detenido o puesto en prisión preventiva. Cualquier comunicación
dirigida a la oficina consular por la persona arrestada, detenida o puesta en prisión
preventiva, le será asimismo transmitida sin demora por dichas autoridades, las cuales
habrán de informar sin dilación a la persona interesada acerca de los derechos que se
le reconocen en este apartado…»
prisión preventiva, el Estado que llevó a cabo tales actuaciones, deberá in-
formar sin retraso alguno a la oficina consular del Estado del que sea na-
cional la persona detenida.
Con ello se pretende tutelar los derechos fundamentales de debido
proceso, acceso a la justicia, legalidad, presunción de inocencia y defensa
adecuada, a favor de una persona extranjera en territorio nacional, que ha
sido detenida o arrestada, de manera que reciba asistencia mediante co-
municación que pueda establecer con la embajada o consulado de su país.
La anterior obligación también recae en el Juez de control, quien debe-
rá notificar a las propias embajadas o consulados la detención de dicha per-
sona, para lo cual, deberá asegurarse que quede constancia fehaciente de
ello. El Ministerio Público y la policía deberán informar a quien lo solicite,
previa identificación o elementos que se les proporcionen, si un extranjero
está detenido y, en su caso, la autoridad a cuya disposición se encuentre, así
como el motivo de tal detención.
Por su parte, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción ha señalado que el término «sin dilación», significa informar inme-
diatamente después de la privación de la libertad al extranjero, el derecho
que le asiste a recibir asistencia consular. De esta manera, desde el mo-
mento mismo de su detención, la persona extranjera tiene derecho a ser
informada, por lo menos verbalmente, por los agentes de policía o por las
autoridades respectivas de manera clara y sencilla, sobre el derecho que
tiene al contacto y a la asistencia consular, así como de los motivos y los fun-
damentos de la detención. Además, es importante señalar que el deber de
informar al extranjero detenido sobre su derecho fundamental a la asisten-
cia y al contacto consular, recae en todas las autoridades que intervengan
desde la detención hasta el trámite del procedimiento judicial.
Resulta aplicable la tesis299 que dispone:
«DERECHO FUNDAMENTAL A LA ASISTENCIA CONSULAR. AUTORIDADES
OBLIGADAS A INFORMAR OPORTUNAMENTE SU EXISTENCIA AL EXTRANJERO.
El inciso b) del párrafo primero del artículo 36 de la Convención de Viena sobre Rela-
ciones Consulares, establece que el extranjero sujeto a detención debe ser informado
sin dilación acerca de los derechos que reconoce a su favor el mencionado artículo.
Por su parte, esta Primera Sala ha señalado que el término sin dilación significa inme-
diatamente después de la privación de la libertad. De esta manera, desde el momento
mismo de su detención, la persona extranjera tiene derecho a ser informada, por
lo menos verbalmente, por los agentes de policía o por las autoridades respectivas,
299
Tesis 1a. CXXXVIII/2015, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, T. I, mayo de 2015, p. 433.
Alfonso Pérez Daza
300
Tesis, P.LXIV/2010, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
T. XXXIII, enero de 2011, p. 26
Alfonso Pérez Daza
el proceso. Por otra parte, ha sido expresamente previsto en los artículos 5.2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 10.1 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos el derecho a la integridad personal así como el derecho
a que toda persona privada de su libertad sea tratada humanamente y con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano. Por tanto, estos derechos que asisten
a los detenidos deben respetarse independientemente de las conductas que hayan
motivado la privación de la libertad, así sea que puedan ser objeto de variadas y limi-
tadas modulaciones en específicas circunstancias, de modo que su inobservancia es
violatoria de derechos humanos.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO IV
MEDIDAS CAUTELARES
SECCIÓN I
Disposiciones generales
Artículo 153. Reglas generales de las medidas cautelares
Las medidas cautelares serán impuestas mediante resolución judicial, por
el tiempo indispensable para asegurar la presencia del imputado en el pro-
cedimiento, garantizar la seguridad de la víctima u ofendido o del testigo, o
evitar la obstaculización del procedimiento.
Corresponderá a las autoridades competentes de la Federación y de las
entidades federativas, para medidas cautelares, vigilar que el mandato de la
autoridad judicial sea debidamente cumplido.
301
Secretaria de Gobernación, «Las Medidas Cautelares en el Procedimiento Penal Acu-
satorio» Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del
Sistema de Justicia Penal, p. 21.
Alfonso Pérez Daza
302
Íbidem.
Código Nacional de Procedimientos Penales
303
Medidas Cautelares en el Código Nacional de Procedimientos Penales, Editorial Flo-
res, p. 9
Alfonso Pérez Daza
304
Horvitz Lennon, María Inés y López Masle, Julián, Ídem, p. 80-86.
Alfonso Pérez Daza
7.2, del citado ordenamiento, también dispone que nadie puede ser priva-
do de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de
antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las
leyes dictadas conforme a ellas. Lo que derivó en la tesis 1a. CXXXV/2012
(10a.) Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Tomo I, agosto de 2012, p. 493 del rubro «PRISIÓN PREVENTIVA. NO
TRANSGREDE EL PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.»
Asimismo, conviene hacer notar que la prisión preventiva no es un cas-
tigo anticipado, pues es únicamente una medida cautelar mientras dura el
proceso; y, aunque dicha medida es una restricción a la libertad. El pleno
de la Suprema Corte, ha sostenido que es una excepción a la garantía de
audiencia previa. Tal y como se desprende de la tesis de jurisprudencia P.
XVIII/98, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo VII, marzo de 1998, p. 28.P, del rubro «PRISIÓN PREVENTIVA. ES
UNA EXCEPCIÓN A LAS GARANTÍAS DE LIBERTAD Y DE AUDIENCIA
PREVIA, ESTABLECIDA CONSTITUCIONALMENTE.»
Al respecto conviene abundar, la prisión preventiva en el Código Na-
cional de Procedimientos Penales, como ya se apuntó, no es una regla ge-
neral, sino se encuentra sujeta al cumplimiento de ciertos requisitos de
procedencia, en especial cuando otras medidas no sean suficientes, o bien
que dado el carácter excepcional y de gravedad del delito implique oficio-
samente que se decrete; de modo que se cumple con la excepción plantea-
da en el artículo 9.3. del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políti-
cos, dado el carácter preeminente y universal de los derechos a la libertad
personal y a la presunción de inocencia; y, que además cumplen con la
recomendación formulada a nuestro país por la Comisión Interamericana
en su informe sobre la situación de los Derechos Humanos en México de
1998305.
Asimismo, conviene señalar que la prisión preventiva no tiene el ca-
rácter de permanente, pues está sujeta a la revisión de la medida como lo
establece el artículo 161 del Código Nacional de Procedimientos Penales,
con la cual se puede revocar, o sustituir por una diversa, cuando varíen las
condiciones que la justificaron, que no implique privación de la libertad;
305
En el capítulo III: El derecho a la libertad personal, la CIDH formuló al Estado Mexica-
no, entre otras, la siguiente recomendación: «Que regule adecuadamente el principio
de libertad del imputado durante el proceso, reglamentándose taxativamente los casos
de excepción, conforme a las directrices establecidas por la CIDH.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
306
Zepeda Leucona, Guillermo, ¿Cuánto cuesta la prisión sin condena? Costos econó-
micos y sociales de la prisión preventiva en México, Open Society Justice Iniciative,
México, febrero de 2010. pp. 10 y 15.
Código Nacional de Procedimientos Penales
307
González-Salas Campos, Raúl, La Teoría del bien jurídico en el Derecho Penal, México,
Oxford, 2001, p. 95.
Código Nacional de Procedimientos Penales
efectivo; 5. Viabilidad de presión sobre los testigos, caso en que debe examinarse
si existe un riesgo legítimo para éstos u otras personas; 6. Preservación del orden
público, en donde por circunstancias excepcionales, la gravedad especial de un he-
cho delictivo y la reacción del público ante el mismo, pueden justificar la aplicación
de la medida cautelar por cierto periodo; 7. Debida diligencia en la sustanciación
del procedimiento, donde debe justipreciarse si las autoridades la han empleado; 8.
Motivos expuestos por las autoridades judiciales para justificar la continuación de la
medida, donde la información se analiza caso por caso para determinar la relevancia
y suficiencia de las justificativas para la prisión preventiva; 9. Lapso constitucional de
duración del juicio, donde debe constatarse si han transcurrido 4 meses en caso de
delitos cuya pena máxima no excede de 2 años de prisión o 1 año si la pena excede
de ese tiempo; 10. Ejercicio efectivo del derecho de defensa, el cual no debe ser un
pretexto para que la autoridad alargue el proceso de manera injustificada; y 11. Even-
tualidad apoyada en datos de riesgo para el ofendido o la sociedad, donde el riesgo
debe justipreciarse con elementos de convicción aportados por la Representación
Social. Así, los jueces, fundándose en una prudente apreciación, deben evaluar en
forma proporcional y razonada en cada caso dichos factores, a efecto de determinar
si ha transcurrido un plazo razonable de permanencia del procesado sujeto a prisión
preventiva.»
308
Tesis (V Región)5o.16 P, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Epóca, Tomo III, Libro 11, octubre de 2014, p. 2878.
Alfonso Pérez Daza
309
Tesis 1a./J. 139/2015, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
T XXII, diciembre de 2005, p. 162.
310
Tesis II.1o.5 P. (10a.), Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
TIII, septiembre de 2014, P. 2523.
Código Nacional de Procedimientos Penales
311
Véase el artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Alfonso Pérez Daza
312
Véase el artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Código Nacional de Procedimientos Penales
ción de los derechos del pretendiente de la medida, que puede darse como
consecuencia de la tardanza en el dictado de la resolución de fondo.
El Código no establece los supuestos en los que se desechará la solicitud
de revisión, por lo que se sugiere una adición para dichos casos.
res y de la suspensión condicional del proceso que se regirá por los princi-
pios de neutralidad, objetividad, imparcialidad y confidencialidad.
La información que se recabe con motivo de la evaluación de riesgo no
puede ser usada para la investigación del delito y no podrá ser proporcio-
nada al Ministerio Público. Lo anterior, salvo que se trate de un delito que
está en curso o sea inminente su comisión, y peligre la integridad personal
o la vida de una persona, el entrevistador quedará relevado del deber de
confidencialidad y podrá darlo a conocer a los agentes encargados de la
persecución penal.
Para decidir sobre la necesidad de la imposición o revisión de las medidas
cautelares, la autoridad de supervisión de medidas cautelares y de la sus-
pensión condicional del proceso proporcionará a las partes la información
necesaria para ello, de modo que puedan hacer la solicitud correspondiente
al Órgano jurisdiccional.
Para tal efecto, la autoridad de supervisión de medidas cautelares y de la
suspensión condicional del proceso, tendrá acceso a los sistemas y bases de
datos del Sistema Nacional de Información y demás de carácter público, y
contará con una base de datos para dar seguimiento al cumplimiento de las
medidas cautelares distintas a la prisión preventiva.
Las partes podrán obtener la información disponible de la autoridad
competente cuando así lo solicite, previo a la audiencia para debatir la soli-
citud de medida cautelar.
La supervisión de la prisión preventiva quedará a cargo de la autoridad
penitenciaria en los términos de la ley de la materia.
la pena, esto es, el carácter de los hechos que se le atribuyen y que estén
basados en suficientes elementos de prueba y las repercusiones sociales del
hecho, así como la voluntad de evitar que la investigación judicial pueda
terminar óptimamente.
Consecuentemente el peligro procesal debe partir necesariamente de
conductas atribuibles a este, como el comportamiento procesal del impu-
tado, pues es uno de los factores más certeros para determinar que este
tiene la voluntad de evitar que la investigación judicial pueda terminar
óptimamente. Éste es el caso de aquellos imputados descubiertos fugando
de prisión, que no acuden a las citaciones procesales o realizan actos de
destrucción, ocultamiento o falseamiento de pruebas en la propia substan-
ciación del proceso, lo que infiere que exista un peligro en su sustracción.
Por tanto, será declarado sustraído a la acción de la justicia el imputa-
do que, sin grave impedimento, no comparezca a una citación judicial, se
fugue del establecimiento o lugar donde esté detenido o se ausente de su
domicilio sin aviso, teniendo la obligación de darlo, la declaración de sus-
tracción a la acción de la justicia suspenderá las audiencias de formulación
de la imputación, intermedia, y del debate de juicio oral, salvo que co-
rresponda, en este último caso, el procedimiento para aplicar una medida
de seguridad. Dicha declaración implicará la modificación de las medidas
cautelares decretadas en contra del imputado.
CAPÍTULO V
DE LA SUPERVISIÓN DE LAS MEDIDAS CAUTELARES
SECCIÓN I
De la Autoridad de supervisión de medidas cautelares y de la
suspensión condicional del proceso
Artículo 176. Objeto
Proporcionar a las partes información sobre la evaluación de riesgos que
representa el imputado y el seguimiento de las medidas cautelares y de la
suspensión condicional del proceso.
su cargo, o que pueda atentar contra las demás personas que intervienen
en el proceso, deberá ponerlo en conocimiento de las partes, a efecto de
que se tomen las providencias necesarias para evitar tales circunstancias.
313
Huerta Psihas, Elías, Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales,
Coordinadores Moises Moreno Hernández y Miguel Ontiveros Alonso, pp. 175-179,
Editorial UBIJUS.
Alfonso Pérez Daza
314
Carbonell, Miguel La Reforma Constitucional en Materia Penal: Luces y Sombras, Bi-
blioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, p. 474.
Código Nacional de Procedimientos Penales
315
«ARTÍCULO 17….
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes determi-
narán las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del
daño. Los jueces federales conocerán de forma exclusiva sobre estos procedimientos y mecanismos.
Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia penal
regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en los que se
requerirá supervisión judicial.»
316
Meza Fonseca, Emma, Las soluciones alternas y formas de terminación anticipada en
el proceso penal acusatorio, 1ª Edición, México, BOSCH, 2014, p. 40.
Alfonso Pérez Daza
317
Foro Nacional sobre la Transición del Sistema de Justicia Penal, Proyecto «Apoyo a la
Reforma del Sistema de Justicia Penal en México, III Fase».
318
«Artículo 21. (…)
La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de la autoridad
judicial».
Alfonso Pérez Daza
Por otra parte, señala que las reglas del proceso ordinario serán aplica-
das en los casos no previstos en el título de soluciones alternas y formas de
terminación anticipada, siempre y cuando no se opongan al mismo.
El artículo analizado en su último párrafo, asigna a la autoridad ya sea
al Ministerio Público o autoridad judicial, la obligación de contar con un
sistema de registro que permita dar seguimiento al cumplimiento de los
acuerdos reparatorios, los procesos de suspensión condicional del proceso,
y el procedimiento abreviado; obligación que resultará de gran utilidad, ya
que se podrá recibir el beneficio de las soluciones alternas y formas de ter-
minación anticipada en más de una ocasión, siempre y cuando se cumplan
los requisitos establecidos para ello. Por lo tanto, la autoridad no debe úni-
camente contar con la información que voluntariamente proporcione el
imputado, y requiere necesariamente, verificar los antecedentes procesales
de éste; de modo tal que si de los antecedentes se aprecia que el imputado
previamente celebró diverso acuerdo y se encuentra en proceso o bien que
incumplió en tal, se negará la posibilidad de celebrar otro, en razón de que
éstos no sean tomados con ligereza y falta de compromiso.
Al respecto, el artículo 43 de la Ley Nacional de Mecanismos Alterna-
tivos de Solución de Controversias en materia Penal, señala que la Institu-
ción especializada en mecanismos alternativos de solución de controver-
sias en materia penal estará obligado a conservar una base de datos de los
asuntos que tramite de acuerdo a su competencia, a la cual podrán acceder
los órganos especializados de la Procuraduría General de la República y
las procuradurías o fiscalías estatales, así como del Poder Judicial Federal
y los poderes judiciales estatales; tal base será administrada por el Centro
Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública; los poderes judiciales deberán reportar la informa-
ción correspondiente a las procuradurías o fiscalías de la federación o de
las entidades federativas; éstas, a su vez remitirán la información al Centro
Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública319. Los reportes de la base de datos nacional servirán
para verificar si alguno de los intervinientes ha participado en Mecanismos
Alternativos, si ha celebrado Acuerdos y si los ha incumplido.
319
El Centro Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública establecerá los mecanismos necesarios de acopio de datos, que
permitan analizar la incidencia criminológica y, en general, la problemática de seguri-
dad pública en los ámbitos federal y local.
Alfonso Pérez Daza
Véanse también las Tesis PC.III.P. J/1P(10a), y PC.III.P. J/1 P (10a.) emi-
tidas por el Pleno del Circuito en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Décima Época, Libro 6, mayo de 2014, Tomo II, las cuales esta-
blecen en su rubro y texto lo siguiente:
«MEDIOS ALTERNATIVOS DE SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS DE NATURA-
LEZA PENAL. CORRESPONDE AL JUEZ DE LA CAUSA PROVEER LO CONDUCEN-
TE HASTA ANTES DE CERRAR LA INSTRUCCIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
JALISCO). Si se atiende a que, conforme a lo establecido en el artículo 17, párrafo
tercero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, del que surge el
artículo 56-Bis de la Ley de Justicia Alternativa del Estado de Jalisco, ante la premisa
mayor de una solución pronta, completa, imparcial y expedita a un conflicto de natu-
raleza penal; así como en los artículos 8 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se reconocen,
a favor de los gobernados, el acceso efectivo a la jurisdicción del Estado, que es en-
comendada a tribunales que están expeditos para impartir justicia; y como derecho
humano, la posibilidad de que los conflictos también puedan resolverse mediante los
mecanismos alternativos de solución de controversias, siempre y cuando estén pre-
vistos por la ley, se sigue que, corresponde al Juez de la causa proveer lo conducente,
hasta antes de cerrada la instrucción, para que las partes acudan ante el Instituto de
Justicia Alternativa para el Estado de Jalisco, al establecerse en los mecanismos refe-
ridos la idea de que éstas son las dueñas de su propio problema (litigio) y, por tanto,
quienes deben decidir la forma de resolverlo, por lo que pueden optar por un amplio
catálogo de posibilidades, en las que el proceso es una más; en el entendido de que
los medios alternativos consisten en diversos procedimientos mediante los cuales,
las personas puedan resolver sus controversias, sin la intervención de una autori-
dad jurisdiccional, y consisten en la negociación (autocomposición), la mediación, la
conciliación y el arbitraje (heterocomposición). Entre las consideraciones expresadas
en la exposición de motivos de la reforma constitucional al mencionado artículo 17
constitucional, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008,
se encuentra la relativa a que los mecanismos alternativos de solución de controver-
sias son una garantía de la población para el acceso a una justicia pronta y expedita
que permiten, en primer lugar, cambiar al paradigma de la justicia restaurativa, pro-
pician una participación más activa de la población para encontrar otras formas de
relacionarse entre sí, donde se privilegie la responsabilidad personal, el respeto al otro
y la utilización de la negociación y la comunicación para el desarrollo colectivo. Así,
ante tal contexto normativo, se concluye que tanto la tutela judicial como los meca-
nismos alternativos de solución de controversias se establecen en un mismo plano
constitucional y con igual dignidad, además de que tienen como objeto una finalidad
idéntica, que es, resolver hasta antes de cerrar la instrucción los diferendos entre los
sujetos que se encuentren bajo el imperio de la ley.»
raleza penal; así como en los artículos 8 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se reconocen,
a favor de los gobernados, el acceso efectivo a la jurisdicción del Estado, que es en-
comendada a tribunales que están expeditos para impartir justicia; y como derecho
humano, la posibilidad de que los conflictos también puedan resolverse mediante los
mecanismos alternativos de solución de controversias, siempre y cuando estén pre-
vistos por la ley, se sigue que, corresponde al Juez de la causa proveer lo conducente,
hasta antes de cerrada la instrucción, para que las partes acudan ante el Instituto de
Justicia Alternativa para el Estado de Jalisco, al establecerse en los mecanismos refe-
ridos la idea de que éstas son las dueñas de su propio problema (litigio) y, por tanto,
quienes deben decidir la forma de resolverlo, por lo que pueden optar por un amplio
catálogo de posibilidades, en las que el proceso es una más; en el entendido de que
los medios alternativos consisten en diversos procedimientos mediante los cuales,
las personas puedan resolver sus controversias, sin la intervención de una autori-
dad jurisdiccional, y consisten en la negociación (autocomposición), la mediación, la
conciliación y el arbitraje (heterocomposición). Entre las consideraciones expresadas
en la exposición de motivos de la reforma constitucional al mencionado artículo 17
constitucional, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008,
se encuentra la relativa a que los mecanismos alternativos de solución de controver-
sias son una garantía de la población para el acceso a una justicia pronta y expedita
que permiten, en primer lugar, cambiar al paradigma de la justicia restaurativa, pro-
pician una participación más activa de la población para encontrar otras formas de
relacionarse entre sí, donde se privilegie la responsabilidad personal, el respeto al otro
y la utilización de la negociación y la comunicación para el desarrollo colectivo. Así,
ante tal contexto normativo, se concluye que tanto la tutela judicial como los meca-
nismos alternativos de solución de controversias se establecen en un mismo plano
constitucional y con igual dignidad, además de que tienen como objeto una finalidad
idéntica, que es, resolver hasta antes de cerrar la instrucción los diferendos entre los
sujetos que se encuentren bajo el imperio de la ley.»
Una de las virtudes de este código, es que establece las mismas reglas
para todo el país, no sólo habrá uniformidad sino fundamentalmente cer-
teza jurídica para todos los mexicanos.
320
Márquez Algara, Ma. Guadalupe, y Villa Cortés, José Carlos de, Medios Alternos de So-
lución de Conflictos, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Suprema Corte de Justicia
de la Nación, Fundación Konrad Adenauer.
321
Buenrostro Báez, Rosalía, Justicia Alternativa y el Sistema Acusatorio, Secretaria Técni-
ca del Consejo de Coordinación para la implementación del Sistema de Justicia Penal,
Secretaria de Gobernación. México, pp. 123-124.
Alfonso Pérez Daza
322
Fracción III, del Artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Código Nacional de Procedimientos Penales
323
Fracción III, del Artículo 201 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Por lo tanto, y pese a la aceptación del imputado, las pruebas que sus-
tentan la petición del Ministerio Público deberán ser congruentes con la
conducta materia del juicio, en otras palabras, el juez de control deberá
vigilar en su aprobación que la acusación corresponda con los hechos de la
vinculación a proceso y que ésta cuente con elementos de convicción sufi-
cientes para determinar que son acordes al hecho punible que se atribuye
al acusado. En caso de no verificarse lo anterior, el juez de control recha-
zará la apertura del procedimiento abreviado y tendrá por no formulada la
324
Tesis: II.1o.20 P, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, libro
18, tomo III, mayo de 2015, p. 2297
Código Nacional de Procedimientos Penales
325
Artículo «El Principio de Oportunidad en el Código Nacional de Procedimientos Pe-
nales»; Revista del Instituto de la Judicatura Federal, Escuela Judicial, No. 38, año
2014.
326
Merino Herrera, Joaquín, El Proceso de Aplicación de los Criterios de Oportunidad,
Secretaria Técnica del Consejo de Coordinación para la implementación del Sistema
de Justicia Penal, Secretaria de Gobernación, México, pp. 47-48.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
ACUERDOS PREPARATORIOS
Artículo 186. Definición
Los acuerdos reparatorios son aquéllos celebrados entre la víctima u
ofendido y el imputado que, una vez aprobados por el Ministerio Público o
el Juez de control y cumplidos en sus términos, tienen como efecto la extin-
ción de la acción penal.
327
Naciones Unidas, Manual sobre Programas de Justicia restaurativa, Serie de manuales so-
bre justicia penal, Nueva York, 2006, p. 6.
328
Artículo 48 de la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controver-
sias en Materia Penal.
Alfonso Pérez Daza
ideas, que servirá de herramienta para facilitar el debido respeto a los de-
rechos y garantías de los ciudadanos, permitiendo que la actuación de la
autoridad se acomode a criterios de inmediación y contradicción efectivos.
Por lo cual, las partes deberán estar debidamente identificadas y participa-
ran en la celebración de los acuerdos voluntariamente, con la posibilidad de com-
prometerse completamente y de manera segura en un proceso de diálogo
y negociación, buscando llegar a una conciliación.
Los acuerdos reparatorios deberán ser aprobados por el juez de control,
cuando sean de cumplimiento diferido o cuando el proceso ya se haya
iniciado; por el Ministerio Público en la etapa de investigación inicial, y
de cumplimiento inmediato; en este último caso, se declarará extinta la
acción penal.
Por su parte, el artículo 184 dejó claro que los acuerdos reparatorios son
una forma de solución alterna del procedimiento, al respecto, la Ley Nacio-
nal de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Materia
Penal enumera los Principios rectores de los mecanismos alternativos329:
I. Voluntariedad: La participación de los Intervinientes deberá ser por
propia decisión, libre de toda coacción y no por obligación;
II. Información: Deberá informarse a los Intervinientes, de manera cla-
ra y completa, sobre los Mecanismos Alternativos, sus consecuencias y al-
cances;
III. Confidencialidad: La información tratada no deberá ser divulgada y
no podrá ser utilizada en perjuicio de los Intervinientes dentro del proceso
penal, salvo que se trate de un delito que se esté cometiendo o sea inmi-
nente su consumación y por el cual peligre la integridad física o la vida de
una persona, en cuyo caso, el facilitador lo comunicará al Ministerio Públi-
co para los efectos conducentes;
IV. Flexibilidad y simplicidad: Los mecanismos alternativos carecerán
de toda forma estricta, propiciarán un entorno que sea idóneo para la ma-
nifestación de las propuestas de los Intervinientes para resolver por con-
senso la controversia; para tal efecto, se evitará establecer formalismos in-
necesarios y se usará un lenguaje sencillo;
V. Imparcialidad: Los mecanismos alternativos deberán ser conducidos
con objetividad, evitando la emisión de juicios, opiniones, prejuicios, favo-
329
Artículo 4 de la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controver-
sias en Materia Penal.
Código Nacional de Procedimientos Penales
330
Profesional certificado de la Institución Especializada en Mecanismos Alternativos de
solución de controversias en materia penal, que de igual modo se encargará de hacer
saber a las partes intervinientes las características de los acuerdos, las reglas a observar,
los alcances de los acuerdos y efectos legales de éstos en caso de concretarse; así como
sus derechos y obligaciones.
Código Nacional de Procedimientos Penales
331
Décima Época Registro: 2004377 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tipo
de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXIV,
septiembre de 2013, Tomo 3 Materia(s): Constitucional, Penal Tesis: XVIII.4o.3 P
(10a.) p. 2437.
Alfonso Pérez Daza
332
Huerta Psihas, Elías, Op. cit. pp. 175-179.
Alfonso Pérez Daza
333
Hermosilla Iriarte, Francisco Antonio, Juez Oral de Valparaíso, Chile, «Curso habili-
tante para jueces de garantía y orales en lo penal», Chihuahua, del 7 al 19 de agosto de
2006.
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO III
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO
Artículo 191. Definición
Por suspensión condicional del proceso deberá entenderse el plantea-
miento formulado por el Ministerio Público o por el imputado, el cual con-
tendrá un plan detallado sobre el pago de la reparación del daño y el so-
metimiento del imputado a una o varias de las condiciones que refiere este
Capítulo, que garanticen una efectiva tutela de los derechos de la víctima
u ofendido y que en caso de cumplirse, pueda dar lugar a la extinción de la
acción penal.
334
Bovino, Alberto, La suspensión del procedimiento penal a prueba en el Código penal
argentino, Editores del Puerto, Argentina, 2001. p. 223.
Alfonso Pérez Daza
nes del ministerio público en la investigación de los delitos, así como de las
determinaciones que este tome sobre la reserva, no ejercicio de la acción
penal, desistimiento de la acción penal o suspensión del procedimiento
cuando no esté satisfecha la reparación del daño.
Esencialmente, sobre la figura de la suspensión condicional del proceso
y la reparación del daño, es que debe tenerse presente el derecho de la
víctima u ofendido a impugnar ante el Juez de Control la decisión de que
el Ministerio Público, aplique o niegue, un criterio de oportunidad que no
se ajuste a los requisitos legales.
No obstante lo anterior, es importante precisar que tampoco la defensa
puede pretender que tiene un derecho per se a la suspensión del proceso,
al contrario, debe tenerse presente que es un mecanismo de solución del
conflicto penal revestido de requisitos y presupuestos dejados a considera-
ción del juzgador.
Por otra parte, como excepción a este beneficio, se estable que aquellos
imputados que gozan de la suspensión en otro proceso no pueden verse
beneficiados por esta figura por un nuevo delito, ello tomando en conside-
ración que si uno de los fines que persigue este instituto, es la reinserción
del imputado a la sociedad. La comisión de otro delito evidenciaría que no
se cumplió con tal fin; no obstante esta regla tiene una excepción, en otras
palabras, que hayan transcurrido cinco años desde el cumplimiento de la
resolución a la primera suspensión condicional del proceso, sin interesar si
se efectuó en el fuero del ámbito local o federal.
Este requisito de procedibilidad muestra que dicha institución fue crea-
da pensando en brindar una oportunidad a aquellos sujetos que no han
tenido contacto con el sistema penal, o sea, a primodelincuentes, que co-
mentan delitos de menor o mediana gravedad. Por ello, se ha dicho que
este mecanismo implica la introducción de la «justicia de segunda oportu-
nidad», es decir, ante la primera infracción, se opta por abrir la posibilidad
de no llevar a proceso al imputado, evitando que se le imponga una san-
ción que como se ha dicho tenga como efecto su estigmatización.
do hasta dos años más, cuando así lo justifiquen las partes ante la autoridad
jurisdiccional.
Respecto de las condiciones que se le impondrán al imputado, la deci-
sión sobre cuáles serán las que deberá observar, es una facultad jurisdiccio-
nal, no obstante y bajo los principios acusatorio y el de proporcionalidad,
el juez no podrá excederse en esta potestad, ya que no podrá imponer
medidas gravosas a las solicitadas por los sujetos legitimados para ello; por
lo que en su resolución deberá argumentar las razones que ha tenido para
decidir la imposición de las condiciones mismas que tendrán que aludir a
los fines de la misma y su relación con el caso particular, ya que no hay que
perder de vista que las reglas de conducta deben ser posibles de realizar
para el imputado, teniendo presente sus condiciones personales, sociales y
económicas, entre otras.
Las reglas de conducta que deberá observar el imputado durante el
tiempo que dure la suspensión condicional del proceso, tienen una con-
notación terapéutica y preventiva, cuyo objeto es buscar que el imputado
reconozca y cumpla con las normas jurídicas, así como el que aprenda a
discernir entre lo bueno y malo, así como, las consecuencias de su inob-
servancia.
Las medidas que se le impongan al imputado deberán quedar estableci-
das en forma clara y precisa respecto de su ejecución y tiempo de duración,
no perdiendo de vista que el objetivo que persiguen éstas, es que el impu-
tado se reintegre efectivamente a la sociedad; por lo que las que se dicten
deben ser adecuadas para lograr ese fin, es decir, las más convenientes para
que el imputado no vuelva a delinquir:
I. Residir en un lugar determinado. Esta condición puede entenderse
como una medida de vigilancia o localización a modo de una prisión do-
miciliaria, sin dejar de atender que el entorno en el que se desenvuelva el
imputado, debe facilitar su reinserción a la sociedad, alejándolo de todo
aquello que pueda provocar un impulso hacia una acción ilícita. Por lo
anterior, para esto es importante tomar en consideración el tipo de delito
cometido y las condiciones bajo las cuales se cometió.
II. Frecuentar o dejar de frecuentar determinados lugares o personas.
Esta medida tiene una doble finalidad, por una parte, como protección a
favor de la víctima u ofendido o terceros, al evitar que frecuente los lugares
que estos puedan visitar y preventiva, al restringirle aquellos ambientes no-
civos que puedan contribuir a la comisión de algún delito.
III. Abstenerse de consumir drogas o estupefacientes o de abusar de
las bebidas alcohólicas. Se trata de una medida terapéutica, encaminada
Alfonso Pérez Daza
reglas que se propone que acate; por su parte el Ministerio Público tiene
el deber de vigilar que se haga efectivo este derecho ya que una de sus fun-
ciones es velar por los intereses de la víctima. El imputado, también tiene
derecho a opinar y a ser escuchado en cuanto a la solicitud y a que sean to-
madas en cuenta sus circunstancias personales y posibilidades para el pago
de la reparación del daño y la fijación de las reglas de conducta.
No obstante la importancia que representa para la figura de la suspen-
sión condicional la participación activa de la víctima u ofendido, toda vez
que la reparación de daño es la parte medular de este tipo de medio alter-
nativo de solución de conflicto y versa en torno a ella, el precepto establece
que en caso de que la víctima no asista a la audiencia, el juez no puede
dejar de resolver, situación que no se presenta en el caso del imputado,
en virtud de que éste deberá manifestar que aceptación para someterse a
plazos y condiciones de la obligación que asume en esa audiencia.
La resolución que dicte el Juez deberá aludir principalmente a los si-
guientes requisitos:
1.- La condición o condiciones bajo las cuales se suspende el proceso;
2.- El plan de reparación que deberá cumplir el imputado; y
3.- El plazo de la suspensión
Requisitos que como se ha dicho son validados por la autoridad jurisdic-
cional al tener a la vista la solicitud presentada por alguno de los sujetos le-
gitimados para ello, lo argumentado por la víctima u ofendido en relación
con el plan de reparación y las condiciones bajo las cuales deberá atender-
se ésta, indicando el plazo durante el cual se cumplirán las condiciones que
se señalen en la resolución.
Respecto de este último requisito, la norma sólo establece tiempos mí-
nimos y máximos, sin embargo, esta falta de parámetro objetivo no implica
que la determinación sea libre, sólo indica que el legislador ha dejado al
órgano de control decidir el tiempo que a su juicio se requiere para lograr
el fin de prevención especial que este instituto reclama, guiándose por la
propuesta presentada por las partes, los razonamientos emitidos durante la
audiencia en torno a la misma, el delito cometido o la gravedad de éste, así
como los principios que rigen los procesos de determinación de medidas,
como por ejemplo, el de proporcionalidad.
Tomando como referencia los derechos humanos del imputado reco-
nocidos en nuestra Carta Magna y los principios procesales, la resolución
deberá contener cuáles fueron los argumentos de las partes en torno a la
propuesta de suspensión y los motivos que lo llevaron a aceptar la medida
Alfonso Pérez Daza
o bien a rechazarla, los fines que se persiguen con las reglas de conducta
impuestas y el plan de reparación que deberá cumplir el imputado alu-
diendo a los motivos que tuvo para aceptarlo o modificarlo, en su caso.
Asimismo, el juez, prevendrá al imputado sobre el significado y forma de
cumplimiento de las reglas de conducta impuestas y las consecuencias de
su inobservancia.
Es preciso insistir que en este caso la admisión de los hechos por parte
del imputado no tiene ningún valor probatorio, ni puede ser considerada
una confesión ni ser utilizada en su contra, ello en concordancia con lo
estipulado en el artículo 384 del propio ordenamiento adjetivo que pro-
híbe la incorporación de antecedentes procesales relativos a la suspensión
condicional del proceso, de un acuerdo reparatorio o la tramitación de un
procedimiento abreviado como medio de prueba al debate.
CAPÍTULO IV
PROCEDIMIENTO ABREVIADO
Artículo 201. Requisitos de procedencia y verificación del Juez
Para autorizar el procedimiento abreviado, el Juez de control verificará
en audiencia los siguientes requisitos:
I. Que el Ministerio Público solicite el procedimiento, para lo cual se de-
berá formular la acusación y exponer los datos de prueba que la sustentan.
La acusación deberá contener la enunciación de los hechos que se atribuyen
al acusado, su clasificación jurídica y grado de intervención, así como las
penas y el monto de reparación del daño;
II. Que la víctima u ofendido no presente oposición. Sólo será vinculante
para el juez la oposición que se encuentre fundada, y
III. Que el imputado:
a) Reconozca estar debidamente informado de su derecho a un juicio
oral y de los alcances del procedimiento abreviado;
b) Expresamente renuncie al juicio oral;
c) Consienta la aplicación del procedimiento abreviado;
d) Admita su responsabilidad por el delito que se le imputa;
e) Acepte ser sentenciado con base en los medios de convicción que ex-
ponga el Ministerio Público al formular la acusación.
335
Tesis: II.1o.P. J/3 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo III, marzo de 2015, p. 2293
Código Nacional de Procedimientos Penales
336
Tesis: II.1o.20 P (10a.), del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo III, mayo de 2015, p. 2297
Alfonso Pérez Daza
Ahora bien, ¿qué sucede si el órgano judicial determina que los me-
dios de convicción no corroboran la acusación? El CNPP no prevé como
consecuencia la posibilidad de que pueda absolverse al acusado. Por el
contrario, del contenido de los párrafos segundo y tercero del artículo 203,
se establece que si no se cumplen los requisitos reseñados, entonces no
procede la admisión de la solicitud.
Por ello es que la misma norma establece condiciones remediales. Pre-
cisa que al no cumplirse con el requisito de que existen los medios de
convicción que corroboran la imputación, lo que procede es no admitir la
solicitud de admisibilidad del procedimiento abreviado.
Lo que al mismo tiempo genera ciertas consecuencias jurídicas. Esto
es, que no se tenga por formulada la acusación del Ministerio Público y
sus modificaciones. Por tanto, se continuará con las etapas subsecuentes a
fin de que se esté en condiciones de tramitar el caso bajo el supuesto del
procedimiento ordinario de juicio oral.
En consecuencia, el parámetro de admisibilidad de solicitud ministerial
de procedimiento abreviado, se convierte en el estándar definitorio de la
naturaleza y alcances como forma anticipada de terminación del proceso.
En mi opinión, de la lectura del tercer párrafo del artículo 203 del
CNPP se desprende que si existen inconsistencias o incongruencia en los
planteamientos del Ministerio Público, ello genera la desestimación de la
solicitud del procedimiento abreviado, por lo que no podrá dársele trámite
y llegarse al extremo de dictar sentencia absolutoria por la ineficacia de la
solicitud.
La norma procesal establece que únicamente procede la no admisión
de la solicitud, misma que podrá presentarse con posterioridad, una vez
subsanadas las inconsistencias o incongruencias por las que en un inicio
no se admitió a trámite el procedimiento abreviado.
A partir del anterior desarrollo, habrá que agregar que la revisión que
deba realizar sobre la satisfacción de las condiciones de procedencia y ad-
misibilidad de la solicitud de procedimiento abreviado, constituye un ejer-
cicio objetivo y formal. Es decir, desde el análisis de las normas que regla-
mentan la aplicación del procedimiento abreviado, tampoco se prevé que
el juzgador al resolver tenga facultades para realizar un análisis valorativo
de los medios de convicción aportados por el Ministerio Público.
Por mucho que parezca simple el citado esquema, lo cierto es que así
está configurado en el CNPP. De manera que la revisión sobre la consis-
tencia y congruencia de los planteamientos de la solicitud del Ministerio
Código Nacional de Procedimientos Penales
Pero ¿quién es el que está legitimado para solicitar la apertura del pro-
cedimiento abreviado? dicho numeral establece, expresamente, que esa
facultad corresponde al Ministerio Público, por lo que, en determinado
caso, el imputado o su defensor podrá solicitar al representante social que
solicite la apertura de tal procedimiento.
A manera de crítica consideró que esa potestad debió otorgarse, tam-
bién, al imputado, pues, el procedimiento abreviado tiene por fin terminar
anticipadamente el proceso penal, de manera que el beneficiado no solo
es el representante social, al concluir un asunto en esos términos (sin ago-
tar el procedimiento ordinario), sino, también, el imputado, que pudiera
verse beneficiado con el empleo de un procedimiento breve, como lo pre-
vé el artículo 20, apartado a, fracción VII, de la Carta Magna, que establece:
«…
VII. Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista oposición del
inculpado, se podrá decretar su terminación anticipada en los supuestos y bajo las
modalidades que determine la ley. Si el imputado reconoce ante la autoridad judi-
cial, voluntariamente y con conocimiento de las consecuencias, su participación en
el delito y existen medios de convicción suficientes para corroborar la imputación,
el juez citará a audiencia de sentencia. La ley establecerá los beneficios que se po-
drán otorgar al inculpado cuando acepte su responsabilidad;…».
337
Lineamientos para la Aplicación de Criterios de Oportunidad y Procedimiento Abre-
viado, Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, noviembre 2014, consultable
en http://www.fortalecimientomunicipal.org/yahoo_site_admin/assets/docs/Crite-
rios_de_Oportunidad.331125647.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
miento abreviado, una vez que supere las causas o defectos que se hayan
detectado.
Una vez que el Juez de control haya autorizado dar trámite al procedi-
miento abreviado, escuchará al Ministerio Público, a la víctima u ofendido o
a su Asesor jurídico, de estar presentes y después a la defensa; en todo caso,
la exposición final corresponderá siempre al acusado.
338
Publicada el 4 de diciembre de 2015, en el Semanario Judicial de la Federación, que
establece: PROCEDIMIENTO ABREVIADO. EL HECHO DE QUE EL INCULPADO
OPTE POR ESTA FORMA ESPECIAL DE TERMINACIÓN ANTICIPADA, ADMITA
LOS HECHOS QUE SE LE ATRIBUYEN Y ESTÉ DE ACUERDO CON LA CANTIDAD
QUE EL MINISTERIO PÚBLICO PRECISÓ EN SU ACUSACIÓN POR CONCEPTO
DE REPARACIÓN DEL DAÑO, NO IMPIDE QUE EL JUEZ DE GARANTÍA VALORE
LAS PRUEBAS Y CONCRETE LA IMPOSICIÓN DE DICHA SANCIÓN PECUNIARIA,
SIN QUE SE EXCEDA DEL MONTO QUE CONFORMÓ LA IMPUTACIÓN (NUEVO
SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE CHIHUAHUA). En los artículos
14, 20, apartado A, fracciones II, VII y VIII y 21 de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos se tutela el derecho de exacta aplicación de la ley en materia
penal, y se otorga al Juez la facultad exclusiva de desahogar audiencias, valorar las
pruebas, imponer las penas y determinar su modificación y duración. Por otro lado,
para no colapsar el proceso penal en el Estado de Chihuahua se instituyó que una vez
iniciado, siempre y cuando no exista oposición del inculpado, se podrá decretar su
terminación anticipada en los supuestos y bajo las modalidades que determine la ley,
es decir, el legislador reguló en el título noveno esta forma especial de solucionar o
concluir el conflicto anticipadamente en el procedimiento abreviado previsto en los
numerales 387 a 392 del Código de Procedimientos Penales del Estado, cuya naturale-
za es distinta a los acuerdos preparatorios y suspensión del proceso a prueba, porque la
admisión de los hechos constituye el límite de lo pactado entre las partes, se fija la litis
y el imputado decide renunciar al derecho de un juicio oral, quedando con ello res-
guardado su derecho de ser juzgado con base en esos hechos, lo que además consiste
en la única restricción de la actividad jurisdiccional, ya que las cuestiones de derecho
Código Nacional de Procedimientos Penales
339
En este sentido se ha pronunciado el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Segundo Circuito, a través de la jurisprudencia II.1o.P. J/2 (10a.), que dispone: «PRO-
CEDIMIENTO ABREVIADO. AUN CUANDO EL INCULPADO SOLICITE SU APER-
TURA Y ADMITA EL HECHO QUE LE ATRIBUYE EL MINISTERIO PÚBLICO, SI
EL JUEZ DE CONTROL NO VERIFICA, PREVIO A ORDENAR SU TRAMITACIÓN,
QUE AQUÉL CONOCIÓ PUNTUAL Y PLENAMENTE EN QUÉ CONSISTIÓ LA
ACUSACIÓN, VULNERA SU DERECHO HUMANO AL DEBIDO PROCESO, Y ELLO
ORIGINA QUE SE REPONGA AQUÉL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).
De la interpretación sistemática de los artículos 388 a 393 del Código de Procedimientos
Penales para el Estado de México, se obtiene que dentro de los presupuestos de proceden-
cia de este procedimiento especial de terminación anticipada se encuentran, esencial-
mente, que: a) Exista solicitud del Ministerio Público o del imputado y sin oposición
fundada de parte legitimada al respecto; y, b) El imputado admita el hecho que se le
atribuye en la acusación y consienta la aplicación de este procedimiento. Ahora bien,
aun cuando el inculpado solicite la apertura del procedimiento abreviado y admita
el hecho que le imputa el Ministerio Público, si el Juez de control no verifica, previo
a ordenar su tramitación, que aquél conoció puntual y plenamente en qué consistió
la acusación, vulnera su derecho humano al debido proceso contenido en el artículo
14, párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues por
una prelación lógica, el imputado sólo podrá admitir el hecho que se le atribuye, una
Código Nacional de Procedimientos Penales
Por último, una vez que el Juez de control haya autorizado dar trámite
al procedimiento abreviado, escuchará al Ministerio Público, a la víctima u
ofendido o a su asesor jurídico (siempre y cuando se encuentren presen-
tes) y, a la postre, a la defensa, pero en todos los casos, la exposición final
corresponderá siempre al acusado. Este último apartado, privilegia la orali-
dad como elemento fundamental y eje rector del juicio acusatorio.
340
Así se ha pronunciado el Primer Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, con resi-
dencia en Ciudad Nezahualcóyotl, estado de México, al emitir la tesis II.1o.2 P (10a.),
de rubro y texto: «PROCEDIMIENTO ABREVIADO. SU ACEPTACIÓN NO IMPLICA
QUE LAS AUTORIDADES MINISTERIALES Y JUDICIALES ESTÉN EXENTAS DE
FUNDAR Y MOTIVAR LA RESOLUCIÓN EN QUE SE DICTA O QUE ANTE LA IN-
ADVERTENCIA O COMPLACENCIA DEL DEFENSOR O DEL INCULPADO CON
LA ACUSACIÓN, ÉSTA DEBA QUEDAR INCÓLUME Y NO PUEDA EXAMINARSE
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO). De conformidad con los artículos 16 y
20, apartado A, fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, los actos de autoridad deben estar debidamente fundados y motivados, e ini-
ciado el proceso penal, podrá decretarse su terminación anticipada en los supuestos y
bajo las modalidades que determine la ley, si el imputado reconoce ante la autoridad
judicial su participación en el delito y existen medios de convicción suficientes para
corroborar la imputación. Por su parte, los numerales 388, 390 y 385 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México disponen que el procedimiento
abreviado se tramitará cuando el imputado admita el hecho atribuido en la acusación
y acepte ser juzgado con los antecedentes recabados en la investigación, así como
que la sentencia condenatoria no podrá exceder el contenido de la acusación; sin
embargo, el que se acepte dicho procedimiento, no implica que las autoridades mi-
nisteriales y judiciales estén exentas de cumplir con su obligación de fundar y motivar
la resolución en que se dicta o que ante la inadvertencia o complacencia del defensor
o del imputado con la acusación, ésta deba quedar incólume y no pueda examinarse,
pues lo contrario, equivaldría a afirmar que ningún caso tendría apelar una sentencia
o acudir al amparo, cuando se trate de una dictada en un procedimiento abreviado,
si de antemano se argumentara al justiciable haber admitido el hecho atribuido en la
acusación y ser juzgado con los antecedentes recabados en la investigación; lo anterior
es así, toda vez que el dictado de la resolución reclamada debe ser congruente con la
acusación ministerial, por lo cual, si ésta no se fundó y motivó debidamente, la autori-
dad judicial debe actuar en consecuencia.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO V
DE LA SUPERVISIÓN DE LAS CONDICIONES IMPUESTAS EN LA
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO
Artículo 208. Reglas para las obligaciones de la suspensión condicional del
proceso
Para el seguimiento de las obligaciones previstas en el artículo 195, frac-
ciones III, IV, V, VI, VIII y XIII las instituciones públicas y privadas desig-
nadas por la autoridad judicial, informarán a la autoridad de supervisión
de medidas cautelares y de la suspensión condicional del proceso sobre su
cumplimiento.
a) Amonestación;
b) Multa de veinte a mil días de salario mínimo vigente en el momento
y lugar en que se cometa la falta que amerite una medida de apremio. Tra-
tándose de jornaleros, obreros y trabajadores que perciban salario mínimo,
la multa no deberá exceder de un día de salario y tratándose de trabajado-
res no asalariados, de un día de su ingreso;
c) Auxilio de la fuerza pública, o
d) Arresto hasta por treinta y seis horas;
Por otra parte debe señalarse que los actos de investigación son aqué-
llos realizados por el Ministerio Público al ser éste quien tiene la carga de
la prueba; así mismo, pueden ser realizados por la Policía, la que tiene la
función investigadora en auxilio de aquél, de los actos de averiguación ob-
tendrá datos, pero no podrán considerarse como una prueba, al no estar
desahogada ante el órgano jurisdiccional, sino simplemente un dato de
prueba que será la referencia al contenido de un determinado medio de
convicción para establecer la existencia de un hecho delictivo y la probable
participación o no del imputado341.
Para mayor claridad, puede consultarse el artículo 261, de este Código
También se puede señalar que los actos de investigación pueden ser de
los que no requieren autorización previa del Juez de control, pero también
existen actuaciones en la investigación que requieren autorización previa
del Juez de control (artículos 251y 252 del Código Nacional de Procedi-
mientos Penales).
Asimismo en el caso que el Ministerio Público hubiere rechazado los ac-
tos de investigación, podrán acudir los peticionarios ante el juez de control
para que ordene al Ministerio Publico realizar la investigación solicitada,
es más hasta antes de presentada la acusación, las partes podrán reiterar
la solicitud de diligencias que hubieren formulado al Ministerio Público
después de dictado el auto de vinculación a proceso y que éste hubiere
rechazado.
Si el Juez de control aceptara la solicitud de las partes, ordenará al Mi-
nisterio Público reabrir la investigación y proceder al cumplimiento de las
actuaciones en el plazo que le fijará. En dicha audiencia, el Ministerio Pú-
blico podrá solicitar la ampliación del plazo por una sola vez342.
341
Vid. Natarén Nandayapa, Carlos F., Ramírez Saavedra, Beatríz Eugenia, Introducción
a la Prueba en el Nuevo Proceso Penal Acusatorio, México, Editorial Ubijus, 1ª Ed.,
marzo 2009.
342
Vid. artículo 333 de este Código.
Código Nacional de Procedimientos Penales
bada sea completa, íntegra y exacta, así como el acceso a la misma por parte
de los sujetos que de acuerdo con la ley tuvieren derecho a exigirlo.
Cada acto de investigación se registrará por separado, y será firmado por
quienes hayan intervenido. Si no quisieren o no pudieren firmar, se imprimi-
rá su huella digital. En caso de que esto no sea posible o la persona se niegue
a imprimir su huella, se hará constar el motivo.
El registro de cada actuación deberá contener por lo menos la indicación
de la fecha, hora y lugar en que se haya efectuado, identificación de los
servidores públicos y demás personas que hayan intervenido y una breve
descripción de la actuación y, en su caso, de sus resultados.
343
Luna Tania y Sarre Miguel, Lo que usted siempre quiso saber acerca de… La Etapa de
Investigación Artículo 218. Reserva de los actos de investigación Ciudad de México,
2011.
Código Nacional de Procedimientos Penales
se debe proteger en la mayoría de los casos a testigos que declaran con los
miembros de alguna organización criminal.
Por otra parte el imputado y su defensor podrán tener acceso a ellos
cuando se encuentre detenido, o sea citado para comparecer, y se pretenda
recibir su entrevista.
Es más, pudiera decirse que estas disposiciones contravienen el princi-
pio de contradicción que contempla el artículo 20 de la Constitución Polí-
tica de los Estados Unidos Mexicanos, en el que se advierte que el sistema
procesal penal acusatorio y oral se sustenta en el principio de contradic-
ción que contiene, en favor de las partes, el derecho a tener acceso directo
a todos los datos que obran en el legajo o carpeta de la investigación lleva-
da por el Ministerio Público; sin embargo el propio dispositivo constitucio-
nal prevé en la fracción VI del apartado B, que habrá casos excepcionales
expresamente señalados en la ley para preservar la reserva de los registros
de investigación, cuando ello sea imprescindible para salvaguardar el éxito
de la misma, lo que sustenta la base del artículo en comento. Lo anterior
encuentra sustento en Tesis 1a. CCXLIX/2011 (9a.), Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Tomo 1, marzo de 2012, p.
292, «SISTEMA PROCESAL PENAL ACUSATORIO Y ORAL. SE SUSTEN-
TA EN EL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN».
su caso por citación que solicite el Ministerio Público, en este caso al con-
siderar que la defensa pueda tener acceso a los registros de investigación,
el juez tiene obligación de implementar todo lo necesario para el libre
ejercicio de este derecho, lo anterior se encuentra fundado en los artículos
115 y 125 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Por otra parte, este artículo protege el derecho del imputado de tener
acceso a los registros de investigación, para ello otorga la posibilidad de
que el imputado y su defensor puedan acudir ante el juez de control a
efecto de poner de su conocimiento que el Ministerio Público les niega la
consulta o las copias que necesiten para su defensa, situación que el juez
resolverá lo conducente.
CAPÍTULO II
INICIO DE LA INVESTIGACIÓN
Artículo 221. Formas de inicio
La investigación de los hechos que revistan características de un delito
podrá iniciarse por denuncia, por querella o por su equivalente cuando la
ley lo exija. El Ministerio Público y la Policía están obligados a proceder
sin mayores requisitos a la investigación de los hechos de los que tengan
noticia.
Tratándose de delitos que deban perseguirse de oficio, bastará para el
inicio de la investigación la comunicación que haga cualquier persona, en la
que se haga del conocimiento de la autoridad investigadora los hechos que
pudieran ser constitutivos de un delito.
Tratándose de informaciones anónimas, la Policía constatará la veracidad
de los datos aportados mediante los actos de investigación que consideren
conducentes para este efecto. De confirmarse la información, se iniciará la
investigación correspondiente.
Cuando el Ministerio Público tenga conocimiento de la probable co-
misión de un hecho delictivo cuya persecución dependa de querella o de
cualquier otro requisito equivalente que deba formular alguna autoridad, lo
comunicará por escrito y de inmediato a ésta, a fin de que resuelva lo que a
sus facultades o atribuciones corresponda. Las autoridades harán saber por
escrito al Ministerio Público la determinación que adopten.
El Ministerio Público podrá aplicar el criterio de oportunidad en los ca-
sos previstos por las disposiciones legales aplicables o no iniciar investiga-
ción cuando resulte evidente que no hay delito que perseguir. Las decisiones
del Ministerio Público serán impugnables en los términos que prevé este
Código.
344
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/186/186608.pdf
Alfonso Pérez Daza
345
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/2000/2000343.pdf
Alfonso Pérez Daza
346
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/2004/2004967.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
347
Ojeda Velázquez, Jorge, Derecho Constitucional Penal, 3ª edición, México, Porrúa,
2011, pp. 230 y 231.
Código Nacional de Procedimientos Penales
348
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/192/192157.pdf
Alfonso Pérez Daza
esto es, al Ministerio Público para que hechas las investigaciones pertinentes determi-
ne el ejercicio o no de la acción penal correspondiente349.
349
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/235/235828.pdf
350
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/183/183218.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO III
TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN
Artículo 227. Cadena de custodia
La cadena de custodia es el sistema de control y registro que se aplica al
indicio, evidencia, objeto, instrumento o producto del hecho delictivo, des-
de su localización, descubrimiento o aportación, en el lugar de los hechos
o del hallazgo, hasta que la autoridad competente ordene su conclusión.
Con el fin de corroborar los elementos materiales probatorios y la evi-
dencia física, la cadena de custodia se aplicará teniendo en cuenta los si-
guientes factores: identidad, estado original, condiciones de recolección,
preservación, empaque y traslado; lugares y fechas de permanencia y los
cambios que en cada custodia se hayan realizado; igualmente se registrará
el nombre y la identificación de todas las personas que hayan estado en
contacto con esos elementos.
Por producto del hecho delictivo, debe entenderse todo aquello que
se generó como fruto de la conducta delictiva, en otras palabras, son los
bienes de cualquier índole derivados u obtenidos directa o indirectamente
de la comisión de un delito, por ejemplo el dinero, vehículos o inmuebles
en el delito de enriquecimiento ilícito.
Uno de los temas por demás importantes en el nuevo sistema penal
acusatorio es el relacionado con la cadena de custodia, el cual puede re-
presentar el talón de Aquiles de la investigación criminal, pues al manejar
inadecuadamente la recolección de indicios o evidencias, falta de preser-
vación del lugar del hallazgo o en su caso romper la cadena de custodia,
generará indiscutiblemente para la defensa la gran oportunidad de echar
abajo un caso de la fiscalía, y en el peor de los escenarios dejar impune un
hecho delictivo por falta de pericia o providencia al elaborar y dar el segui-
miento correspondiente a la cadena de custodia.
Así por ejemplo, tenemos que en noviembre de 2009, la Corte Intera-
mericana de Derechos Humanos emitió una sentencia en contra del Esta-
do Mexicano en el caso González y otras (Campo Algodonero) vs México,
donde se observaron irregularidades por la inapropiada preservación del
lugar del hallazgo, manejo indebido de las evidencias recolectadas, la no
adopción de medidas necesarias para que no se contaminara la escena del
crimen, métodos inadecuados para preservar la cadena de custodia, entre
otros, lo que ocasionó a nivel internacional que México fuera considerado
responsable internacionalmente.
La importancia en el manejo de la escena del delito y la cadena de cus-
todia, deriva en el hecho de que todo lo que se obtiene en la escena y en los
siguientes procedimientos por parte de los peritos y/o policía facultada,
debe ser incorporado en juicio para que en su momento se dicte sentencia
debiendo respetar todos los procedimientos técnicos exigidos por la crimi-
nalística.
El objetivo del seguimiento de la Cadena de Custodia, consiste en ga-
rantizar que los indicios que han sido recuperados del lugar de los hechos
o del hallazgo, así como aquellos que son asegurados en los casos de fla-
grancia, que son sometidos a estudios en los laboratorios y posteriormente
se presentaran ante las autoridades, son los mismos, dando cumplimiento
al principio de autenticidad.
El ACUERDO A/009/15 de la Procuraduría General de la República,
por el que se establecen las directrices que deberán observar los servidores
públicos que intervengan en materia de cadena de custodia, publicado en
el Diario Oficial de la Federación el 12 de febrero de 2015, como su nom-
Alfonso Pérez Daza
bre lo indica tiene por objeto establecer las pautas que deberán observar los
servidores públicos (Ministerio Público, Policía o Perito) que intervengan
en materia de cadena de custodia de los indicios o elementos materiales
probatorios, cuenta con ocho capítulos, de los que destacan «Disposiciones
Preliminares» (en el que se proporcionan conceptos de diversos términos
que se utilizan en el acuerdo) «Preservación del lugar de la intervención»
«Procesamiento de los indicios o elementos materiales probatorios en el
lugar de intervención» «Traslado de los indicios o elementos materiales
probatorios» «Análisis de los indicios o elementos materiales probatorios
en los servicios periciales» «Almacenamiento de los indicios o elementos
materiales probatorios» y «Disposición final de los indicios o elementos
materiales probatorios».
Resulta aplicable la tesis 2004653. 1a. CCXCV/2013 (10a.). Primera
Sala. Décima Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Li-
bro XXV, octubre de 2013, p. 1043.
CADENA DE CUSTODIA. DEBE RESPETARSE PARA QUE LOS INDICIOS RECA-
BADOS EN LA ESCENA DEL CRIMEN GENEREN CONVICCIÓN EN EL JUZGADOR.
Como la intención de recabar indicios en una escena del crimen es que éstos generen
el mayor grado de convicción en el juzgador, es necesario respetar la llamada «ca-
dena de custodia», que consiste en el registro de los movimientos de la evidencia, es
decir, es el historial de «vida» de un elemento de evidencia, desde que se descubre
hasta que ya no se necesita. Así, en definitiva, la cadena de custodia es el conjunto de
medidas que deben tomarse para preservar integralmente las evidencias encontradas
en una escena del crimen, convirtiéndose en requisitos esenciales para su posterior
validez. Su finalidad es garantizar que todos los indicios recabados sean efectivamen-
te los que se reciban posteriormente en los laboratorios para su análisis, debiendo co-
nocer para tal efecto el itinerario de cómo llegaron hasta tal fase, así como el nombre
de las personas que se encargaron de su manejo, pues, de lo contrario, no podrían
tener algún alcance probatorio, pues carecerían del elemento fundamental en este
tipo de investigaciones consistente en la fiabilidad351.
351
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/2004/2004653.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
352
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSem/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?ID=2009214&Clase=
DetalleSemana rioBL
Código Nacional de Procedimientos Penales
353
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSem/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?ID=2009218&Clase=
DetalleTesisBL
Alfonso Pérez Daza
354
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/2002/2002413.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
355
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSem/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?ID=2005730&Clase=
DetalleSemana rioBL
Código Nacional de Procedimientos Penales
precedente, será solo hasta entonces que el Ministerio Público podrá orde-
nar el aseguramiento y resguardo del vehículo.
El acuerdo número A/011/00 del Procurador General de la República,
por el que se establecen los lineamientos que deberán observar los agentes
del Ministerio Público de la Federación en el aseguramiento de bienes, en
su numeral Quinto fracción VI, precisa que se pondrán los bienes asegura-
dos a disposición del SAE, en los lugares siguientes:
«VI. Tratándose de vehículos relacionados con averiguaciones previas integradas
por delitos culposos ocasionados con motivo del tránsito de los mismos, mediante
depósito al conductor o a su legítimo propietario o poseedor, en los casos en que así
proceda.»
356
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/202/202285.pdf
Alfonso Pérez Daza
si el quejoso acredita ser propietario del automóvil con la factura, aun cuando no esté
comprendido en ninguna de las fracciones que establece el artículo 35 del Código
Penal para el Estado, respecto a quiénes se considera como terceros obligados a la re-
paración del daño y siendo que el vehículo estaba a disposición del Juez responsable
al cambiar de propietario, al nuevo le corresponde otorgar la fianza para garantizar
el pago de la reparación del daño, al habérsele cedido los derechos del automóvil, ya
que el propietario en el momento de la comisión de los hechos delictivos, se había
comprometido a pagar los daños causados.»357
357
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/199/199372.pdf
358
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/171/171536.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
359
http://www.jurisconsulta.mx/index.php/JurisprudenciaSCJN/ViewTesis?iD=211270
Alfonso Pérez Daza
Comentario. El presente artículo establece las causas por las que pro-
cede la devolución de los bienes asegurados, y esto ocurre prácticamente
cuando el procedimiento penal tiene una conclusión temporal o perma-
nente, según la resolución que se haya dictado360. Esto se da cuando la re-
360
Se recomienda observar lo dispuesto en el artículo 319 del Código Nacional de Proce-
dimientos Penales, que posibilita al ministerio público a continuar la investigación y
posteriormente formule nueva imputación en caso de que se dicte auto de no vincula-
Código Nacional de Procedimientos Penales
ción a proceso, similar al auto de libertad por falta de elementos para procesar que se
dicta en el sistema inquisitivo mixto.
Alfonso Pérez Daza
prevista en el artículo 14 constitucional, que prevé que nadie puede ser privado de
sus bienes sino mediante juicio previo.»
361
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/173/173104.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
Artículo 248. Bienes que hubieren sido enajenados o sobre los que exista
imposibilidad de devolver
Cuando se determine por la autoridad competente la devolución de los
bienes que hubieren sido enajenados o haya imposibilidad para devolverlos,
deberá cubrirse a la persona que tenga la titularidad del derecho de devo-
lución el valor de los mismos, de conformidad con la legislación aplicable.
362
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSem/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?ID=2005730&Clase=
DetalleSemanarioBL
Alfonso Pérez Daza
363
http://200.38.163.178/sjfsist/Documentos/Tesis/2000/2000117.pdf
Alfonso Pérez Daza
364
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/163/163158.pdf
Alfonso Pérez Daza
cualquier prueba que se extraiga, o bien, la que derive de ésta, será considerada
como ilícita y no tendrá valor jurídico alguno.»365
365
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/2002/2002741.pdf
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO IV
FORMAS DE TERMINACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
Artículo 253. Facultad de abstenerse de investigar
El Ministerio Público podrá abstenerse de investigar, cuando los hechos
relatados en la denuncia, querella o acto equivalente, no fueren constitu-
tivos de delito o cuando los antecedentes y datos suministrados permitan
establecer que se encuentra extinguida la acción penal o la responsabilidad
penal del imputado. Esta decisión será siempre fundada y motivada.
366
Pérez Daza Alfonso, «El principio de oportunidad en el Código Nacional de Procedimientos
Penales», Revista del Instituto de la Judicatura Federal —Escuela Judicial—, Número
38, 2014, p. 47
Alfonso Pérez Daza
al bien jurídico, menor culpabilidad del autor, por interés público, o bien,
irrelevancia de la pena en virtud de las lesiones que recibió el propio delin-
cuente al momento de cometer el delito.
Merino Herrera lo explica desde la perspectiva del principio de legali-
dad de la siguiente forma: «una vez ha sido actualizada la hipótesis contenida en
la ley penal, surge la necesidad de que se aplique al culpable la pena prevista como
consecuencia natural de la infracción (nullum crimen sine poena). De forma tal que
corresponderá al Ministerio Público iniciar la investigación de los hechos que pre-
senten indicios de criminalidad y, en su momento, corresponderá a una autoridad
judicial imponer al autor la pena que se ajuste a su culpabilidad. A esta vertiente
del principio de legalidad se opone, según reconoce la doctrina procesal penal, el prin-
cipio de oportunidad. La ya reseñada reforma del año 2008 modificó, entre otros,
el artículo 21 de la CPEUM. Esa modificación tuvo como resultado la inserción,
—concretamente en el párrafo séptimo del señalado artículo 21—, de los criterios de
oportunidad en el ejercicio de la acción penal. La redacción del párrafo séptimo del
citado artículo 21 es como sigue: “El Ministerio Público podrá considerar criterios de
oportunidad para el ejercicio de la acción penal, en los supuestos y condiciones que
fije la ley«. Conforme al principio de oportunidad, la necesidad de llevar a proceso
todos y cada uno de los delitos no es inexcusable en todos los casos. En realidad, se
conceden «márgenes más o menos amplios de discrecionalidad a los sujetos públicos
–generalmente al Ministerio Fiscal—, para desarrollar sus funciones, ya sea bajo
condiciones específicamente señaladas en la ley (la llamada ‘oportunidad reglada’),
ya sea de manera más amplia”. De esta forma, el principio de oportunidad trae con-
sigo la posibilidad de que el Ministerio Público adopte una resolución pragmática
en ciertos casos y renuncie a la persecución de ciertos delitos, que retire la acusación,
o que se pueda acordar entre las partes el ejercicio de la acción penal o las formas de
imposición de las penas367».
Como se puede advertir cambia la tradición jurídica mexicana de consi-
derar que el ministerio público está obligado conforme al principio de le-
galidad a investigar y perseguir los delitos en todos los casos, sin facultades
para resolver no continuar o concluir con el asunto a pesar de la denuncia
o querella, pero la saturación del sistema penal en México y el rezago en la
procuración de justicia motivo el cambio de paradigma.
El principio de oportunidad es una figura jurídica que no es nueva en
el sistema penal mexicano, establece la posibilidad de que el Ministerio
367
Merino Herrera, Joaquín, El Proceso de Aplicación de los Criterios de Oportunidad,
Secretaria Técnica del Consejo de Coordinación para la implementación del Sistema
de Justicia Penal, Secretaria de Gobernación, México, p. 47-48.
Código Nacional de Procedimientos Penales
368
Merino Herrera, Joaquín, Idem. p. 51.
Código Nacional de Procedimientos Penales
369
Yáñez, Rodrigo. «Una revisión crítica de los habituales conceptos sobre el íter criminis
en los delitos de robo y hurto». Política criminal., Volumen. 4, Número 7 (Julio 2009),
Artículo. 3, p. 88. [http://www.politicacriminal.cl/Vol_04/n_07/Vol4N7A3.pdf]
Alfonso Pérez Daza
370
En el párrafo tercero del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos que entrará en vigor junto con el sistema procesal penal acusatorio ya no
se prevé el concepto de cuerpo del delito, éste se sustituye por datos que establezcan
que se ha cometido un delito.
Alfonso Pérez Daza
371
Pérez Daza Alfonso, «El principio de oportunidad en el Código Nacional de Procedimientos
Penales», Revista del Instituto de la Judicatura Federal —Escuela Judicial—, Número
38, 2014, p. 62
Código Nacional de Procedimientos Penales
372
Así lo señala la tesis, 1a. CCLXX/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Fe-
deración, décima época, tomo I, julio de 2014, p. 161, de rubro «Proceso penal acusa-
torio y oral. Las actuaciones practicadas en una averiguación previa pueden constituir
material idóneo para configurar datos de prueba que integren la carpeta de investiga-
ción».
Código Nacional de Procedimientos Penales
Además «la investigación debe ser “seria, imparcial (…) efectiva (…) y
(estar) orientada a la determinación de la verdad y a la persecución, captu-
ra, enjuiciamiento y eventual castigo de los autores de los hechos”. La obli-
gación referida se mantiene “cualquiera sea el agente al cual pueda even-
tualmente atribuirse la violación, aun los particulares, pues, si sus hechos
no son investigados con seriedad, resultarían, en cierto modo, auxiliados
por el poder público, lo que comprometería la responsabilidad internacio-
nal del Estado”»374.
373
Corte IDH. Caso Baldeón Garcia vs. Perú. Sentencia de 6 de abril de 2005. Serie C. No.
147. Párrafo 93.
374
Corte IDH. Caso Castillo González y otros vs. Venezuela. Sentencia de 27 de noviembre
de 2012. Serie C. No. 256. Párrafo 151.
Código Nacional de Procedimientos Penales
del caso, así como con la mera exposición de los datos de prueba contenidos en la
carpeta de investigación (a la que podría no tener acceso el órgano jurisdiccional
hasta ese momento procesal). Por ello, se impone a las autoridades competentes un
mayor y estricto escrutinio en la revisión de la detención y definición de la situación
jurídica de la persona imputada, lo que implica verificar la coherencia del orden
constitucional y armonizar la protección de los derechos humanos en convergencia
con los principios del nuevo procedimiento penal, especialmente, en dicha primera
fase. En tales condiciones, la autoridad judicial puede incluso allegarse de todos los
datos para salvaguardar la defensa adecuada de quien está sujeto a su tutela, y con
mayor razón cuando hay manifestación de la persona detenida sobre la violación a
sus derechos humanos.»
375
«ACTOS PRIVATIVOS Y ACTOS DE MOLESTIA. ORIGEN Y EFECTOS DE LA DIS-
TINCIÓN. El artículo 14 constitucional establece, en su segundo párrafo, que nadie po-
drá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos,
sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que
se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expe-
didas con anterioridad al hecho; en tanto, el artículo 16 de ese mismo Ordenamiento
Supremo determina, en su primer párrafo, que nadie puede ser molestado en su per-
sona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito
de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. Por
consiguiente, la Constitución Federal distingue y regula de manera diferente los actos
privativos respecto de los actos de molestia, pues a los primeros, que son aquellos que
producen como efecto la disminución, menoscabo o supresión definitiva de un dere-
cho del gobernado, los autoriza solamente a través del cumplimiento de determinados
requisitos precisados en el artículo 14, como son, la existencia de un juicio seguido
ante un tribunal previamente establecido, que cumpla con las formalidades esenciales
del procedimiento y en el que se apliquen las leyes expedidas con anterioridad al he-
cho juzgado. En cambio, a los actos de molestia que, pese a constituir afectación a la
esfera jurídica del gobernado, no producen los mismos efectos que los actos privativos,
pues sólo restringen de manera provisional o preventiva un derecho con el objeto de
Alfonso Pérez Daza
proteger determinados bienes jurídicos, los autoriza según lo dispuesto por el artículo
16, siempre y cuando preceda mandamiento escrito girado por una autoridad con competencia
legal para ello, en donde ésta funde y motive la causa legal del procedimiento. Ahora bien, para
dilucidar la constitucionalidad o inconstitucionalidad de un acto de autoridad impugnado como
privativo, es necesario precisar si verdaderamente lo es y, por ende, requiere del cumplimiento de
las formalidades establecidas por el primero de aquellos numerales, o si es un acto de molestia y
por ello es suficiente el cumplimiento de los requisitos que el segundo de ellos exige. Para efectuar
esa distinción debe advertirse la finalidad que con el acto se persigue, esto es, si la privación de un
bien material o inmaterial es la finalidad connatural perseguida por el acto de autoridad, o bien,
si por su propia índole tiende sólo a una restricción provisional».
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO II
ACTOS DE INVESTIGACIÓN
Artículo 267. Inspección
La inspección es un acto de investigación sobre el estado que guardan
lugares, objetos, instrumentos o productos del delito.
Será materia de la inspección todo aquello que pueda ser directamente
apreciado por los sentidos. Si se considera necesario, la Policía se hará asis-
tir de peritos.
Al practicarse una inspección podrá entrevistarse a las personas que se
encuentren presentes en el lugar de la inspección que puedan proporcionar
algún dato útil para el esclarecimiento de los hechos. Toda inspección debe-
rá constar en un registro.
del procedimiento médico, así como los riesgos que implica tal intervención. A través
de éste el paciente asume los riesgos y consecuencias inherentes o asociados a la in-
tervención autorizada; pero no excluye la responsabilidad médica cuando exista una
actuación negligente de los médicos o instituciones de salud involucradas».
376
Véase el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época Tomo XVII,
abril 2003, p. 1050.
Código Nacional de Procedimientos Penales
del caso N° 2», o bien, desde la «teoría del caso N° n». Hay que recordar
que los peritajes serán prueba una vez que se introduzcan al juicio y se
reproduzcan en forma oral, siguiendo los principios de inmediación y de
contradicción.
377
Cafferata Nores, José I., La Prueba en el Proceso Penal, 5ta edición, Buenos Aires,
Argentina, 2007, p. 65.
Código Nacional de Procedimientos Penales
y los peritos no puedan emitir su opinión sin consumirla por completo. Éste
último supuesto o cualquier otro semejante que impida que con posterio-
ridad se practique un peritaje independiente, deberá ser notificado por el
Ministerio Público al Defensor del imputado, si éste ya se hubiere designado
o al Defensor público, para que si lo estima necesario, los peritos de ambas
partes, y de manera conjunta practiquen el examen, o bien, para que el pe-
rito de la defensa acuda a presenciar la realización de peritaje.
La pericial deberá ser admitida como medio de prueba, no obstante que
el perito designado por el Defensor del imputado no compareciere a la rea-
lización del peritaje, o éste omita designar uno para tal efecto.
378
Artículo 15. Las víctimas tienen derecho a que se les explique el alcance y trascenden-
cia de los exámenes periciales a los que podrán someterse dependiendo de la natura-
leza del caso, y en caso de aceptar su realización a ser acompañadas en todo momento
por su Asesor Jurídico o la persona que consideren.
379
Artículo 161. Los servicios periciales federales y de las entidades federativas deberán
capacitar a sus funcionarios y empleados con el objeto de que la víctima reciba aten-
ción especializada de acuerdo al tipo de victimización sufrido, y tenga expeditos los
derechos que le otorga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los
tratados internacionales de derechos humanos.
Alfonso Pérez Daza
caso de que se niegue, tendrá que ser autorizada por el Juez de control,
de conformidad con lo establecido por el artículo 251, fracción VII y 252,
fracción V del Código, respectivamente380.
Tenemos que del artículo mencionado se desprende esquemáticamente
lo siguiente:
PROCEDIMIENTO PARA RECONOCER PERSONAS
MODALIDADES:
A. Con consentimiento del imputado.
B. Sin consentimiento del imputado: se requiere autorización previa del
juez de control.
REQUISITOS:
1. Reserva.
2. El reconocimiento se realizará en un lugar en el que la persona que
va a reconocer a otro no sea susceptible de ser visto.
3. Con defensor.
4. Autoridad ministerial distinta a la que dirige la investigación.
5. Tratándose de menores de edad o víctimas u ofendidos por delitos de
secuestro, trata de personas o violación;
a. El Ministerio Público se auxiliará de peritos y de la asistencia del re-
presentante del menor.
6. Se presentará al imputado en conjunto con otras personas con carac-
terísticas físicas similares, siempre que la investigación lo permita.
7. La identificación se deberá realizar de manera secuencial.
8. Acta en la que constará el nombre de la autoridad, del testigo ocular,
de las personas que participaron en la fila de identificación y del defensor.
380
Cafferata Nores, José I., La Prueba en el Proceso Penal, 5ta edición, Buenos Aires,
Argentina, 2007, p. 123 a 124.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Comentario.
MODALIDADES:
A. Varias personas reconocen al imputado.
1. Practicarse por separado.
2. No deben comunicarse.
B. Una persona reconoce a varios imputados.
1. Podrá efectuarse en un solo acto, si es que no perjudica la investiga-
ción o defensa.
En el primer supuesto, se establece que el acto no podrá ser colectivo a
efecto de evitar confusiones y equivocaciones que comúnmente derivarían
de un reconocimiento per turbam.
Consecuentemente, se prohíbe a los reconocientes comunicarse entre
sí:
a) Con los que ya han realizado el reconocimiento, con la finalidad de
lograr la sinceridad de la identificación y en consecuencia evitar la confa-
bulación.
b) Con los que aún no realizan el reconocimiento, con el propósito de
lograr la espontaneidad.
Lo anterior es así, toda vez que al conversar entre sí e intercambiar
detalles sus percepciones se verían influenciadas, inclusive de manera in-
consciente.
En el otro supuesto, se podrá ejercer el reconocimiento en un solo acto,
siempre y cuando, aquéllos tengan características semejantes381.
381
Idem.
Alfonso Pérez Daza
Comentario.
REQUISITOS:
1. Exhibir la fotografía legalmente obtenida junto con otras con carac-
terísticas semejantes.
2. Regirán las reglas de reconocimiento de personas.
a. Excluyendo la de presencia del Defensor.
3. Acta en la que constarán las fotografías exhibidas.
4. Cuando la identidad es conocida por la Policía y está disponible para
participar en un video, fila o fotografía; para su identificación; no podrá
utilizarse los siguientes retratos:
a. Computarizados
b. Hechos a mano
c. Imágenes de identificación facial electrónica.
Esta modalidad es subsidiaria del reconocimiento y consiste en que la
imagen que aquel va a reconocer la obtenga por medio de una fotografía.
Se recurre frecuentemente a esta durante el curso de las investigaciones
policiales.
Procederá dicha identificación cuando sea necesario reconocer a una
persona que no esté presente y no pueda ser habida, sin embargo, se cuen-
ta con su fotografía.
En cuanto a sus requisitos, se destaca lo siguiente: El imputado no pude
ser sometido personalmente, de manera que se encuentra prófugo, se ig-
nora su paradero o no está en condiciones de concurrir. Se podrá utilizar
las fotografías personales, aunque, son preferentes las que pertenezcan a
archivos policiales.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Comentario.
REQUISITOS:
1. Describir el objeto.
2. Se le presentará el objeto o el registro del mismo.
Clasificación de los objetos a reconocer:
Muebles.
Inmuebles.
Animadas (animales).
382
Ibidem, p. 133 a 134.
Alfonso Pérez Daza
383
Ibidem, p. 139 a 140.
Código Nacional de Procedimientos Penales
384
Tesis: 1a./J. 9/2010, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
t. XXXI, abril de 2010, p. 110. (Número de registro 164831)
Alfonso Pérez Daza
385
Tesis: 1a./J. 83/2008, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
t. XXVIII, diciembre de 2008, p. 74. (Número de registro 168333).
386
Tesis: 1a./J. 75/2009, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
t. XXX, noviembre de 2009, p. 154. (Número de registro 166017).
Código Nacional de Procedimientos Penales
387
Jurisprudencia 21/2007 de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVI, agosto
de 2007, p. 224,
Código Nacional de Procedimientos Penales
titucional establece los requisitos que las órdenes de cateo necesariamente deben
satisfacer para que el acto de autoridad realizado con fundamento en las mismas
sea constitucional, a saber: (i) sólo pueden ser expedidas por la autoridad judicial a
solicitud del Ministerio Público; (ii) en la misma deberá expresarse el lugar a inspec-
cionar, la persona o personas que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan;
(iii) al concluir la diligencia se debe levantar un acta circunstanciada de la misma en
presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o, en su au-
sencia o negativa, por la autoridad que haya practicado la diligencia. La autorización
del habitante, como excepción a la inviolabilidad del domicilio, sólo podrá entrar en
acción en aquellos supuestos que no se correspondan a los de la necesaria existencia
de una orden judicial o de la comisión de un delito en flagrancia, como por ejemplo,
en los casos en los que la policía responde a un llamado de auxilio de un particular.
En esta lógica, la autoridad no puede pasar por alto la exigencia constitucional de
la orden judicial de cateo con una simple solicitud al particular para que le permita
ingresar a su domicilio, sino que el registro correspondiente debe venir precedido de
una petición del particular en el sentido de la necesaria presencia de los agentes del
Estado a fin de atender una situación de emergencia. Así las cosas, y partiendo de lo
anteriormente expuesto, esta autorización o consentimiento voluntario se constituye
en una de las causas justificadoras de la intromisión al domicilio ajeno. Esto es así, ya
que si el derecho a la inviolabilidad del domicilio tiene por objeto que los individuos
establezcan ámbitos privados que excluyan la presencia y observación de los demás
y de las autoridades del Estado, es lógico que los titulares del derecho puedan abrir
esos ámbitos privados a quienes ellos deseen, siempre y cuando esta decisión sea
libre y consciente.»
388
El derecho a la inviolabilidad, fue confirmado en la sentencia del 15 de junio de 2011
por la Primera Sala del Máximo Tribunal, dictada dentro del amparo en revisión
1621/2010.
Alfonso Pérez Daza
389
«…por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones del Código
Nacional de Procedimientos Penales, del Código Penal Federal, de la Ley General
del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de la Ley Federal para la Protección a
Personas que Intervienen en el Procedimiento Penal, de la Ley General para Prevenir
Código Nacional de Procedimientos Penales
393
Dicha medida de carácter excepcional, se podría convertir en un medio ordinario de
investigación en detrimento del derecho a la intimidad.
Alfonso Pérez Daza
394
«…por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones del Código
Nacional de Procedimientos Penales, del Código Penal Federal, de la Ley General
del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de la Ley Federal para la Protección a
Personas que Intervienen en el Procedimiento Penal, de la Ley General para Prevenir
y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, Reglamentaria de la fracción XXI del
artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de la Ley de
Amparo Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, de
la Ley Federal de Defensoría Pública, del Código Fiscal de la Federación y de la Ley de
Instituciones de Crédito».
395
«Artículo 303. Localización geográfica en tiempo real y solicitud de entrega de datos
conservados.
Cuando el Ministerio Público considere necesaria la localización geográfica en tiempo
real o entrega de datos conservados de los equipos de comunicación móvil asociados
Alfonso Pérez Daza
a una línea que se encuentre relacionada con los hechos que se investigan, el Procu-
rador, o el servidor público en quien se delegue la facultad, podrá solicitar al Juez de
control competente, por cualquier medio, requiera a los concesionarios de telecomu-
nicaciones, los autorizados o proveedores de servicios de aplicaciones y contenidos,
para que proporcionen con la oportunidad y suficiencia necesaria a la autoridad in-
vestigadora, la información solicitada para el inmediato desahogo de dichos actos de
investigación.
En la solicitud se expresarán los equipos de comunicación móvil relacionados con los
hechos que se investigan, señalando los motivos e indicios que sustentan la necesidad
de la localización geográfica en tiempo real o la entrega de los datos conservados, su
duración y, en su caso, la denominación de la empresa autorizada o proveedora del
servicio de telecomunicaciones a través del cual se operan las líneas, números o apara-
tos que serán objeto de la medida.
La petición deberá ser resuelta por la autoridad judicial de manera inmediata por
cualquier medio que garantice su autenticidad, o en audiencia privada con la sola
comparecencia del Ministerio Público, en un plazo que no exceda de las seis horas
siguientes a que se haya recibido.
Si la resolución se emite o registra por medios diversos al escrito, los puntos resolutivos
de la orden deberán transcribirse y entregarse al Ministerio Público.
En caso de que el Juez de control niegue la orden de localización geográfica en tiempo
real o la entrega de los datos conservados, el Ministerio Público podrá subsanar las
deficiencias y solicitar nuevamente la orden o podrá apelar la decisión. En este caso
la apelación debe ser resuelta en un plazo no mayor de doce horas a partir de que se
interponga.
Excepcionalmente, cuando esté en peligro la integridad física o la vida de una persona
o se encuentre en riesgo el objeto del delito, así como en hechos relacionados con
secuestro, extorsión o delincuencia organizada, el Procurador, o el servidor público
en quien se delegue la facultad, bajo su más estricta responsabilidad, formulará direc-
tamente la solicitud de localización geográfica en tiempo real o la entrega de los datos
conservados a los concesionarios de telecomunicaciones, los autorizados o proveedo-
res de servicios de aplicaciones y contenidos, quienes deberán atenderla de inmediato
y con la
suficiencia necesaria. A partir de que se haya cumplimentado el requerimiento, el
Ministerio Público deberá hacerlo del conocimiento del juez de control competente
dentro del plazo de seis horas a efecto de que ratifique, modifique o revoque la subsis-
tencia de la medida.
Asimismo el Procurador, o el servidor público en quien se delegue la facultad podrá
requerir a los concesionarios de telecomunicaciones, los autorizados o proveedores de
servicios de aplicaciones y contenidos, la conservación inmediata de datos contenidos
en redes, sistemas o equipos de informática, hasta por un tiempo máximo de noventa
días, lo cual deberá realizarse de forma inmediata. La solicitud y entrega de los datos
contenidos en redes, sistemas o equipos de informática se llevará a cabo de conformi-
dad por lo previsto en este artículo.»
(Énfasis añadido en los fragmentos reformados o adicionados)
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO III
PRUEBA ANTICIPADA
Artículo 304. Prueba anticipada
Hasta antes de la celebración de la audiencia de juicio se podrá desaho-
gar anticipadamente cualquier medio de prueba pertinente, siempre que se
satisfagan los siguientes requisitos:
I. Que sea practicada ante el Juez de control;
II. Que sea solicitada por alguna de las partes, quienes deberán expresar
las razones por las cuales el acto se debe realizar con anticipación a la au-
diencia de juicio a la que se pretende desahogar y se torna indispensable en
virtud de que se estime probable que algún testigo no podrá concurrir a la
audiencia de juicio, por vivir en el extranjero, por existir motivo que hiciere
temer su muerte, o por su estado de salud o incapacidad física o mental que
le impidiese declarar;
III. Que sea por motivos fundados y de extrema necesidad y para evitar
la pérdida o alteración del medio probatorio, y
Que se practique en audiencia y en cumplimiento de las reglas previstas
para la práctica de pruebas en el juicio.
396
Aguilar López, Miguel Ángel, Naturaleza, función y ámbitos de actuación en la etapa in-
termedia del juez de control. Consultable en la página de internet http://www.ijf.cjf.gob.
mx/Penal/biblioteca/7audiencia-intermedia/Naturaleza-funcion-ambitos-de-actua-
cion-en-la-etapa-intermedia-del-juez-de-control.pdf
TÍTULO VI
AUDIENCIA INICIAL
Artículo 307. Audiencia inicial
En la audiencia inicial se informarán al imputado sus derechos constitu-
cionales y legales, si no se le hubiese informado de los mismos con anterio-
ridad, se realizará el control de legalidad de la detención si correspondiere,
se formulará la imputación, se dará la oportunidad de declarar al imputado,
se resolverá sobre las solicitudes de vinculación a proceso y medidas caute-
lares y se definirá el plazo para el cierre de la investigación.
En caso de que el Ministerio Público solicite la procedencia de prisión
preventiva dicha cuestión deberá ser resuelta antes de que se dicte el auto
de vinculación a proceso.
A esta audiencia deberá concurrir el Ministerio Público, el imputado y su
Defensor. La víctima u ofendido o su Asesor jurídico, podrán asistir si así lo
desean, pero su presencia no será requisito de validez de la audiencia.
397
Tesis: XVII.2o.P.A.18 P (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Déci-
ma Época, Tomo IV, enero de 2016, p. 3315.
398
Vid. García Castillo, Zoraida, La argumentación judicial sobre hechos en el juicio acu-
satorio, México, Bosch, 2014, p. 176.
Alfonso Pérez Daza
399
«Artículo 19. (…)El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando
otras medidas cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el
juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comuni-
dad, así como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por
la comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos
de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos
cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la
ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de la salud.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
400
Visible en la p. 545, del libro 6, tomo I, de mayo de 2014, de la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época.
401
Consultable en la p. 545, del libro 5, tomo I, de mayo de 2014, de la Gaceta del Sema-
nario Judicial de la Federación, Décima Época.
Alfonso Pérez Daza
402
Consultable en la p. 246, tomo XXXIII, de abril de 2011, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época.
Alfonso Pérez Daza
indiciado quede a disposición del tribunal de la causa, sin que se justifique con un
auto de formal prisión. Dicho plazo únicamente podrá prorrogarse cuando aquél lo
solicite en la forma que señale la ley, a fin de brindarle una oportunidad de defensa
mayor con la posibilidad de ofrecer pruebas durante el plazo constitucional, en rela-
ción con la garantía de defensa contenida en el artículo 20, apartado A, fracción V, de
la Constitución General de la República, en su texto anterior a la citada reforma. De
manera que si se advierte que la autoridad judicial no tomó las medidas necesarias
para desahogar durante el indicado plazo constitucional las pruebas ofrecidas por el
inculpado o su defensa y admitidas por aquélla —tendientes a desvirtuar el acredi-
tamiento del cuerpo del delito y su probable responsabilidad—, ni se aprecia impo-
sibilidad material o temporal alguna para desahogarlas en dicho periodo, ni consta
justificación de las causas que imposibilitaron al juzgador para su desahogo, esa omi-
sión conlleva una transgresión de imposible reparación a la garantía de defensa, en
términos del artículo 114, fracción IV, de la Ley de Amparo. Lo anterior es así, ya que
no se desahogarán y menos aún se valorarán las pruebas de descargo tendientes a
desvirtuar su probable responsabilidad, obligando al inculpado a sujetarse a un pro-
ceso penal sin habérsele dado oportunidad de desvirtuar las pruebas de cargo duran-
te la preinstrucción. Ello porque aun en el supuesto de que durante el proceso fueran
desahogadas tales probanzas e influyeran en una sentencia absolutoria, quedarían
irreparablemente consumados los perjuicios ocasionados en el procedimiento penal
y su prisión preventiva. De ahí que en las hipótesis indicadas, en las que se omite in-
justificadamente el desahogo de las pruebas ofrecidas por el inculpado o su defensa
y admitidas por la autoridad judicial, lo que trasciende al dictado de la resolución
de plazo constitucional, procede conceder el amparo para el efecto de que aquella
autoridad responsable la deje insubsistente y reponga el procedimiento, a fin de que
durante el término constitucional que debe otorgarse nuevamente al quejoso —aun
ampliado, si así fue solicitado— se desahoguen dichas pruebas y, hecho lo anterior,
resuelva su situación jurídica conforme a derecho.»
un hecho que la ley señala como delito y que exista la probabilidad de que
el imputado lo cometió o participó en su comisión. Se entenderá que obran
datos que establecen que se ha cometido un hecho que la ley señale como
delito cuando existan indicios razonables que así permitan suponerlo, y
IV. Que no se actualice una causa de extinción de la acción penal o ex-
cluyente del delito.
El auto de vinculación a proceso deberá dictarse por el hecho o hechos
que fueron motivo de la imputación, el Juez de control podrá otorgarles una
clasificación jurídica distinta a la asignada por el Ministerio Público misma
que deberá hacerse saber al imputado para los efectos de su defensa.
El proceso se seguirá forzosamente por el hecho o hechos delictivos se-
ñalados en el auto de vinculación a proceso. Si en la secuela de un proceso
apareciere que se ha cometido un hecho delictivo distinto del que se persi-
gue, deberá ser objeto de investigación separada, sin perjuicio de que des-
pués pueda decretarse la acumulación si fuere conducente.
403
Consultable en la p. 212, del libro XI, tomo 1, de agosto de 2012, del Semanario Judi-
cial de la Federación y su Gaceta, Décima Época.
Alfonso Pérez Daza
404
Vid. Benavente Chorres, Hesbert, La audiencia inicial conforme al Código Nacional
de Procedimientos Penales, Flores Editor y Distribuidor, México 2015, p. 311.
Alfonso Pérez Daza
del Procurador o del servidor público en quien haya delegado esta facultad,
para que se pronuncie en el plazo de quince días.
Transcurrido este plazo sin que se haya pronunciado, el Juez de control
ordenará el sobreseimiento.
405
Tesis XVII.1o.P.A.74 P, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, t.
XXXIII, mayo de 2011, p. 1035
406
Para el presente comentario fueron consultados Bertolino, Pedro J., El Juez de garan-
tías en el Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires, Depalma. Buenos
Aires, 2000, p. 126. García Castillo, Zoraida, La argumentación judicial sobre hechos
en el juicio acusatorio, México, Bosch, 2014, pp. 184 y siguientes. Neyra Flores, José
Antonio, Manual del Nuevo Proceso Penal & de Litigación Oral, pp. 214 y ss.
Alfonso Pérez Daza
por los demás, con el objeto de su eliminación o descarte por considerarse mani-
fiestamente impertinentes o tengan por objeto acreditar hechos públicos y notorios;
el Juez inadmitirá las pruebas obtenidas por medios ilícitos, en tanto que las demás
que se hayan ofertado las admitirá al dictar la resolución de apertura a juicio oral;
de ser el caso, deberá señalar, entre otras cosas, las pruebas que deberán producirse
en dicho juicio. Lo anterior, aunado a los artículos 14 y 20 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, patentiza que una de las garantías de defensa de
todo imputado durante el procedimiento penal, consiste en la posibilidad de aportar
todos los medios de prueba que considere adecuados, por ello, los Jueces y tribunales
se encuentran constreñidos constitucionalmente a lo establecido en los dispositivos
legales citados en primer término, que únicamente imponen como limitante, que las
pruebas que se aporten al proceso no sean manifiestamente impertinentes, que no
tengan por objeto acreditar hechos públicos y notorios, así como que no hayan sido
obtenidas por medios ilícitos, con la correlativa obligación de la autoridad de recibir-
las, admitirlas y desahogarlas. Así, de la interpretación sistemática de los dispositivos
constitucionales y legales citados, se infiere que la Constitución establece a favor del
imputado en el proceso penal de corte acusatorio, el derecho de que el Juez de Con-
trol, al momento de celebrar la denominada audiencia intermedia o de preparación
a juicio oral, admita las pruebas que ofrezca, siempre que puedan ser conducentes
y no vayan contra el derecho, pues se está en presencia de un derecho fundamental
reconocido como garantía individual, y su observancia no debe quedar al arbitrio o
discrecionalidad del juzgador de juicio oral. De ahí que cuando el imputado ofrezca
alguna prueba en la etapa intermedia o de preparación de juicio oral, la cual ha sido
admitida por el Juez de Control y el juzgador de juicio oral la tiene por no desaho-
gada sin tomar las medidas a su alcance para posibilitarlo, ese proceder implica, sin
duda, una violación a la garantía de defensa que produce la reposición del procedi-
miento desde el estado procesal donde se cometió la violación, de conformidad con
la fracción VI del artículo 160 de la Ley de Amparo.»
parable, ya sea por violar derechos sustantivos fundamentales contenidos en las ga-
rantías individuales consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, o bien adjetivos o procesales, en caso de que afecten a las partes en grado
predominante o superior, tomando en cuenta la institución procesal de que se trate,
la extrema gravedad de los efectos de la violación y su trascendencia específica, así
como los alcances vinculatorios de la sentencia que llegara a conceder el amparo.»
407
Ponencia presentada por el Magistrado de Circuito Miguel Ángel Aguilar López, en la
ciudad de Monterrey, Nuevo León, del 27 al 29 de noviembre de 2008, en el Congreso
Nacional de Juzgadores del Poder Judicial de la Federación, sobre la reforma Consti-
tucional en Materia Penal.
Código Nacional de Procedimientos Penales
ción jurídica de los hechos (en este supuesto último debe establecerse que
el juez de control puede reclasificar la imputación jurídica de los hechos).
Una vez que sido presentada la acusación, el juez de control deberá
ordenar su notificación a las partes y citará para la audiencia intermedia,
por lo que se estima pertinente, que a la notificación respectiva se anexe
copia de la acusación tanto al acusado como a la víctima u ofendido (por
conducto de su asesor), así como de todos los elementos de prueba reca-
bados por el Ministerio Público durante la investigación, con el objeto de
que puedan emprender una debida coadyuvancia o una defensa adecuada,
según sea el caso.
408
Publicada en mayo de 2011, en el Semanario Judicial de la Federación, Novena Época.
409
Visible en la página 161, del tomo I, de julio de 2014, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época
Código Nacional de Procedimientos Penales
tipreciaron para emitir dicho auto. Ahora bien, acorde con el artículo 36 del Código
de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua, el Juez de Garantía no puede
revisar la carpeta de investigación antes de dictar sus resoluciones, salvo que exista
controversia respecto a su contenido, lo que no significa que tal disposición resulte
de observancia obligatoria para el Juez de Distrito, quien al tener una función juris-
diccional de naturaleza diferente como es la custodia de la supremacía constitucional
sobre los actos de autoridad reclamados, es evidente que no puede, para los efectos
del juicio de amparo, tener como cierto e indiscutible el contenido de dicha carpeta.
Además, existen limitantes específicas para considerar que se ha violado el procedi-
miento en un juicio de amparo, entre ellas, que las pruebas que fueron rendidas ante
la autoridad responsable no hayan sido remitidas al juicio constitucional, según lo
ilustra la frase prevista en el artículo 78 de la Ley de Amparo al señalar: “que habien-
do sido rendidas ante la responsable, no obren en autos”, lo cual debe interpretarse
como los medios de convicción que fueron tomados en consideración, aun cuando
no fueron desahogados ante el Juez de Garantía, sino ante el agente del Ministerio Pú-
blico, y a pesar de que físicamente tampoco el juzgador los tuvo en su poder, ya que
al margen de ello sustentan el auto de vinculación a proceso reclamado. Sin que sea
óbice para considerar lo anterior que, de acuerdo con las reglas procesales que rigen
el procedimiento oral en materia penal vigente en el Estado, no exista fundamento
legal para que el Juez de Garantía pueda recabar constancias de diversas autoridades
respecto de las cuales no existe subordinación, pues dicha limitante no alcanza al
Juez de Distrito que tiene la facultad prevista en la Ley de Amparo para poder requerir
directamente a la representación social la remisión de las copias certificadas de todas
y cada una de las constancias que integran la carpeta de investigación y no se glosan
al procedimiento oral del que emana el auto de vinculación a proceso reclamado,
que como sustento del mismo conformó y conserva el agente del Ministerio Público
del fuero común, ya que el artículo 152 de la Ley de Amparo contiene la facultad del
Juez de Distrito de exigir a los funcionarios o a las autoridades la expedición de las
copias o los documentos que deban servir como prueba en un juicio de amparo».
«PROCESO PENAL ACUSATORIO Y ORAL. LAS ACTUACIONES PRACTICADAS
EN UNA AVERIGUACIÓN PREVIA PUEDEN CONSTITUIR MATERIAL IDÓNEO PARA
CONFIGURAR DATOS DE PRUEBA QUE INTEGREN LA CARPETA DE INVESTIGA-
CIÓN. Si en el sistema penal acusatorio, la vinculación al proceso depende de los
datos de prueba contenidos en la carpeta de investigación, la cual sólo debe contener
aquellos que permitan arrojar los elementos suficientes para justificar, racionalmente,
que el imputado sea presentado ante el Juez de Garantía; y en la averiguación previa
se deben establecer las pruebas que, como tales, permitan acreditar los elementos del
cuerpo del delito y la probable responsabilidad del imputado, entonces, uno y otro
sistema tienen el objetivo común de demostrar que existen elementos para sostener
la existencia del ilícito y la probabilidad de que el imputado haya participado en éste,
siendo que los datos arrojados en la averiguación previa, por el especial reforzamien-
to que deben respetar, hacen altamente probable tanto la comisión del delito como
la participación del imputado. En este entendido, la utilización o consideración de las
actuaciones practicadas en la averiguación previa dentro de un sistema penal mixto,
para incorporarlas como material idóneo que configure datos de prueba y, con ese
carácter, integrar la carpeta de investigación en la fase de investigación desformaliza-
da del sistema procesal penal acusatorio y oral, no produce más consecuencia que
la elevación del estándar de certeza para demostrar la probabilidad de la comisión
del hecho y la participación en éste del imputado y, por tanto, de razonabilidad
Alfonso Pérez Daza
para llevarlo ante el Juez de Garantía. Bajo este orden de ideas, las actuaciones de
la averiguación previa pueden integrar la carpeta de investigación prevista para el
sistema procesal penal acusatorio y oral, pero no implica que se encuentren exentas
de análisis en cuanto a su legalidad, pues aunque obren como dato en la carpeta
de investigación, no por ese solo hecho se convalidan, sino que deberán apegarse,
para su validez y desahogo, a lo dispuesto en el código procedimental que regula al
sistema procesal al cual se incorporarán, salvaguardando de esta forma los principios
y derechos que consagra el nuevo sistema penal acusatorio».
410
«Artículo 20. El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
(…)
C. De los derechos de la víctima o del ofendido:
I. Recibir asesoría jurídica; ser informado de los derechos que en su favor establece la Constitución
y, cuando lo solicite, ser informado del desarrollo del procedimiento penal;
II. Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o elementos de prueba
con los que cuente, tanto en la investigación como en el proceso, a que se desahoguen las diligen-
cias correspondientes, y a intervenir en el juicio e interponer los recursos en los términos que prevea
la ley.
Cuando el Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la diligencia, deberá
fundar y motivar su negativa;
III. Recibir, desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de urgencia;
IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el Ministerio Público estará
obligado a solicitar la reparación del daño, sin menoscabo de que la víctima u ofendido lo pueda
solicitar directamente, y el juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha
emitido una sentencia condenatoria.
La ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en materia de reparación del daño;
V. Al resguardo de su identidad y otros datos personales en los siguientes casos: cuando sean me-
nores de edad; cuando se trate de delitos de violación, trata de personas, secuestro o delincuencia
organizada; y cuando a juicio del juzgador sea necesario para su protección, salvaguardando en
todo caso los derechos de la defensa.
(Reformado el primer párrafo mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la federación el
14 de julio de 2011)
El Ministerio Público deberá garantizar la protección de víctimas, ofendidos, testigos y en general
todas los sujetos que intervengan en el proceso. Los jueces deberán vigilar el buen cumplimiento
de esta obligación;
VI. Solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y restitución de
sus derechos, y
VII. Impugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público en la investigación
de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio, desistimiento de la acción penal o
suspensión del procedimiento cuando no esté satisfecha la reparación del daño.»
(Artículo reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de
junio de 2008)
Alfonso Pérez Daza
411
Tesis: CCXXVII/2015 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo I, Junio de 2015, p. 609.
412
Visible en la página 179, del tomo XXXIII, de junio de 2011, del Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época.
413
Visible en la página 168, del tomo I, de julio de 2014, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época.
Código Nacional de Procedimientos Penales
414
Vid. García Castillo, Zoraida, La argumentación judicial sobre hechos en el juicio acu-
satorio, México, Bosch, 2014, pp. 188 a 190.
Código Nacional de Procedimientos Penales
415
Vid. García Castillo, Zoraida, La argumentación judicial sobre hechos en el juicio acu-
satorio, México, Bosch, 2014, pp. 188 a 190.
416
Ochoa Contreras, Catalina, Proceso penal acusatorio, 1ª edición, México, Straf, 2014,
pp. 549 y 550.
Alfonso Pérez Daza
417
Horvitz Lennon, María Inés y López Masle, Julián, Derecho Procesal Penal Chileno,
tomo II, Santiago, Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2004, p. 42.
418
Lara González, Héctor, Op. Cit. p. 71.
Código Nacional de Procedimientos Penales
419
Ibídem, p. 74.
Alfonso Pérez Daza
estudió la profesión que dice tener. El juez de control deberá ser cuidado-
so al calificar la relación directa o indirecta del medio probatorio con el
objeto de la acusación420.
2. Medios de prueba que no sean útiles para el esclarecimiento de los
hechos. Esta hipótesis de exclusión se refiere a aquellos medios de prueba
que, teniendo relación, directa o indirecta, con los hechos objeto de la
acusación, no sirven, por no ser idóneos, para acreditar los hechos contro-
vertidos materia del juicio.
3. Medios de prueba dilatorios. También serán excluidos los medios de
prueba ofrecidos por las partes, que a juicio del juez de control, de des-
ahogarse en la audiencia de juicio solamente la prorrogarían sin ninguna
utilidad, por ser:
a) Sobreabundantes. Lo que acontece cuando se ofrece un gran núme-
ro de medios de prueba para acreditar el mismo hecho. En tal supuesto el
juez de control deberá requerir al oferente para que reduzca el número
de medios de prueba que haya ofrecido para acreditar el mismo hecho o
circunstancia.
La calificación que al respecto haga el juez de control debe ser preca-
vida ya que el análisis que se hace de sobreabundancia implica un juicio a
priori de los alcances que en juicio tendrán los medios de prueba que están
en juego. La exclusión en tal caso procederá si es muy evidente421.
b) Impertinentes. Aquellos medios de prueba que no tienen ninguna
relación, directa o indirecta, con los hechos objeto de la acusación.
A esta clase de medios de prueba que serán excluidos por el juez de con-
trol, ya se hace referencia en el primer párrafo del precepto en comento,
por lo que se considera una falta de técnica legislativa su repetición dentro
de los medios de prueba dilatorios.
c) Innecesarios. Se considera así a los medios de prueba ofrecidos para
acreditar hechos públicos, notorios o incontrovertidos, y que por tanto, en
atención a su naturaleza, no es necesario probar en la audiencia de juicio.
4. Medios de prueba ilícitos. Son los medios de prueba que fueron obte-
nidos con violación a derechos fundamentales. Véase la tesis II. 2o.P.270 P
(9a.) en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Tomo 3, octubre de 2011, p. 1707 que dispone lo siguiente:
420
Op. cit, pp. 78 y 79.
421
Op. cit, p. 79.
Alfonso Pérez Daza
nal o el legal), no puede sino ser considerada inválida. De otra forma, es claro que el
inculpado estaría en condición de desventaja para hacer valer su defensa. Por ello, la
regla de exclusión de la prueba ilícita se encuentra implícitamente prevista en nuestro
orden constitucional. Asimismo, el artículo 206 del Código Federal de Procedimientos
Penales establece, a contrario sensu, que ninguna prueba que vaya contra el derecho
debe ser admitida. Esto deriva de la posición preferente de los derechos fundamenta-
les en el ordenamiento y de su afirmada condición de inviolables.»
422
Aguilar López, Miguel Ángel, La prueba en el proceso penal acusatorio, 1ª edición,
México, Bosch, 2014, p. 86.
Código Nacional de Procedimientos Penales
423
Ibídem, p. 80.
424
Ibídem, p. 90.
Alfonso Pérez Daza
relación con el segundo supuesto es necesario determinar si hay una fuente indepen-
diente para la prueba. Finalmente, el tercer punto para no excluir la prueba consistiría
en determinar si ésta hubiera sido descubierta inevitablemente en el proceso. Dicho
supuesto se refiere, en general, a elementos que constituyan prueba del delito que
hubieran sido encontrados independientemente de la violación inicial. La aplicación
del anterior estándar debe hacerse en cada caso concreto.»
425
Horvitz Lennon, María Inés y López Masle, Julián, Op. Cit. p. 55.
Alfonso Pérez Daza
vista aquello sobre lo que inexcusablemente debe ocuparse y valorar, por ser parte
del material probatorio legalmente incorporado y ofrecido por la parte interesada, sin
que dicha omisión del órgano judicial pueda trasladarse en perjuicio de las partes. Por
lo que hace a las pruebas documentales privadas, es claro que el perfeccionamiento
o autentificación por parte de los suscriptores o emisores debe verificarse o practicar-
se ante el Juez del juicio quien, en su caso, debe señalar hora y fecha para tal efecto
e incluso, de ser necesario, en términos del artículo 20, apartado B, fracción IV, de la
Constitución Federal proveer lo necesario para facilitar al imputado y su defensa la
comparecencia de los suscriptores de dichos documentos.»
Con el dictado del auto de apertura a juicio culmina la fase oral (se-
gunda) de la etapa intermedia, y por tanto, esta etapa de preparación del
juicio, tal y como lo disponen los artículos 211, fracción II y 334, párrafo
segundo del Código Nacional de Procedimientos Penales.
El auto de apertura a juicio debe constar por escrito, después de su
emisión oral, de conformidad con lo establecido en el diverso numeral 67,
fracción VI del Código Nacional de Procedimientos Penales.
El auto de apertura a juicio, debe indicar, entre otros requisitos, el tri-
bunal de enjuiciamiento competente para celebrar la audiencia de juicio,
precisamente a efecto de que las partes estén en aptitud de interponer la
recusación, si estiman que respecto de alguno de los jueces que integran
el tribunal de enjuiciamiento, se actualiza alguna de las causas de impedi-
mento previstas en el artículo 37 del Código Nacional de Procedimientos
Penales.
Finalmente, debe precisarse que cuando el acusado haya promovido
juicio de amparo indirecto en el que reclame violaciones a los artículos 19
o 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el juez
de control suspenderá el procedimiento en lo que corresponda al quejoso,
una vez dictado el auto de apertura a juicio oral, con el que concluye la
etapa intermedia y hasta que sea notificado de la resolución que recaiga
en el juicio de amparo, en términos de lo dispuesto por el artículo 61,
fracción XVII, párrafo segundo de la Ley de Amparo; en tal virtud, el juez
de control deberá abstenerse de hacer llegar el auto de apertura a juicio
al tribunal de enjuiciamiento y de poner a su disposición los registros, así
como al acusado.
TÍTULO VIII
ETAPA DE JUICIO
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES PREVIAS
Artículo 348. Juicio
El juicio es la etapa de decisión de las cuestiones esenciales del proceso.
Se realizará sobre la base de la acusación en el que se deberá asegurar la
efectiva vigencia de los principios de inmediación, publicidad, concentra-
ción, igualdad, contradicción y continuidad.
Comentario. En primer lugar, este artículo reúne los principios que ri-
gen el proceso penal. La ausencia del principio de oralidad puede alentar
la conclusión de que ésta no es principio alguno. No obstante, no se debe
confundir entre los principios procesales y los principios procedimentales
que rigen el juicio penal.
Procedimiento es toda aquella sucesión de pasos encaminados a la con-
secución de un fin. Proceso es un procedimiento específico que se caracte-
riza por una relación tripartita entre dos partes contendientes y un tercero
que funciona como juez o árbitro.
Los principios procedimentales son aquéllos inherentes al procedi-
miento y se refieren a la forma cómo se desarrollan las diversas etapas
del mismo. Así, este puede instrumentarse de forma oral o escrita. En ese
sentido, el procedimiento que rige el proceso penal se desarrolla bajo el
cobijo del principio de oralidad, ya que la vía por medio de la cual las
partes exponen sus argumentos y defensas es la oral. De la misma forma,
solamente aquello que es expuesto frente al juez por la vía oral es materia
de juicio.
Este principio procedimental, característica esencial del proceso pe-
nal acusatorio, es el que permite el desarrollo de los principios en sí:
inmediación, publicidad, concentración, igualdad, contradicción y con-
tinuidad.
Por otro lado, y tomando en consideración la prohibición a la que se
refiere el artículo 350 del propio Código Nacional, se considera pertinente
que este precepto señale más claramente el momento en el que se inicia
la etapa de juicio y en el momento en el que se tiene por concluida. De la
interpretación de las demás disposiciones que integran el Código, especial-
Alfonso Pérez Daza
mente el artículo 211, fracción III, resulta evidente que la etapa de juicio
inicia con el auto de apertura y culmina con el dictado de la sentencia, sim-
plemente se considera que una técnica legislativa adecuada debiera incluir
el mismo texto en esta disposición.
En el mismo orden de ideas, el precepto no define cuáles son las cues-
tiones esenciales del proceso. Se considera que dicha frase pudiera ser más
concreta y referirse a la resolución del fondo del asunto, al dictado de la
sentencia o a la emisión del fallo principal.
Comentario. Este precepto prohíbe que los jueces que hayan participa-
do en el procedimiento puedan fungir como jueces de enjuiciamiento. La
generalidad del enunciado permite concluir que la prohibición abarca no
sólo a quienes hayan intervenido como jueces de control sino también a
aquéllos que hayan participado como jueces auxiliares. Por la misma ge-
neralidad, se concluye que esta prohibición abarca a los jueces que aun
siendo incompetentes, hayan participado en el procedimiento en virtud de
los supuestos previstos en el artículo 24 de este código.
426
Véase la jurisprudencia 2a. LXXXII/2012 sustentada por la Segunda Sala de la Supre-
ma Corte de Justicia de la Nación y 1a. /J. 107/2012, sustentada por la Primera Sala de
nuestro máximo tribunal.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
PRINCIPIOS
Artículo 351. Suspensión
La audiencia de juicio podrá suspenderse en forma excepcional por un
plazo máximo de diez días naturales cuando:
I. Se deba resolver una cuestión incidental que no pueda, por su natura-
leza, resolverse en forma inmediata;
II. Tenga que practicarse algún acto fuera de la sala de audiencias, inclu-
so porque se tenga la noticia de un hecho inesperado que torne indispensa-
ble una investigación complementaria y no sea posible cumplir los actos en
el intervalo de dos sesiones;
III. No comparezcan testigos, peritos o intérpretes, deba practicarse una
nueva citación y sea imposible o inconveniente continuar el debate hasta
que ellos comparezcan, incluso coactivamente por medio de la fuerza pú-
blica;
IV. El o los integrantes del Tribunal de enjuiciamiento, el acusado o cual-
quiera de las partes se enfermen a tal extremo que no puedan continuar
interviniendo en el debate;
V. El Defensor, el Ministerio Público o el acusador particular no pueda
ser reemplazado inmediatamente en el supuesto de la fracción anterior, o
en caso de muerte o incapacidad permanente, o
VI. Alguna catástrofe o algún hecho extraordinario torne imposible su
continuación.
El Tribunal de enjuiciamiento verificará la autenticidad de la causal de
suspensión invocada, pudiendo para el efecto allegarse de los medios de
prueba correspondientes para decidir sobre la suspensión, para lo cual de-
berá anunciar el día y la hora en que continuará la audiencia, lo que tendrá
el efecto de citación para audiencia para todas las partes. Previo a reanudar
la audiencia, quien la presida resumirá brevemente los actos cumplidos con
anterioridad.
El Tribunal de enjuiciamiento ordenará los aplazamientos que se requie-
ran, indicando la hora en que continuará el debate. No será considerado
aplazamiento ni suspensión el descanso de fin de semana y los días inhábiles
de acuerdo con la legislación aplicable.
Código Nacional de Procedimientos Penales
427
Hidalgo Murillo, José Daniel, La argumentación en la audiencia oral y pública, desde
los principios de inmediación y contradicción, Flores Editor, México, 2012.
Código Nacional de Procedimientos Penales
428
Castilla Juárez, Karlos Artemio, Acceso efectivo a la justicia, Ed. Porrúa, México, 2012.
p. 11.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO III
DIRECCIÓN Y DISCIPLINA
Artículo 354. Dirección del debate de juicio
El juzgador que preside la audiencia de juicio ordenará y autorizará las
lecturas pertinentes, hará las advertencias que correspondan, tomará las
protestas legales y moderará la discusión; impedirá intervenciones imper-
tinentes o que no resulten admisibles, sin coartar por ello el ejercicio de la
persecución penal o la libertad de defensa. Asimismo, resolverá las objecio-
nes que se formulen durante el desahogo de la prueba.
Si alguna de las partes en el debate se inconformara por la vía de revoca-
ción de una decisión del Presidente, lo resolverá el Tribunal.
CAPÍTULO IV
DISPOSICIONES GENERALES SOBRE LA PRUEBA
Artículo 356. Libertad probatoria
Todos los hechos y circunstancias aportados para la adecuada solución
del caso sometido a juicio, podrán ser probados por cualquier medio perti-
nente producido e incorporado de conformidad con este Código.
429
Código Nacional de Procedimientos Penales comentado), 1ª edición, México, Flores
Editor y Distribuidor, p. 773
430
La prueba en el proceso penal, 5ª edición, Buenos Aires, Ediciones Depalma, p. 31
Código Nacional de Procedimientos Penales
431
Derecho Procesal Civil, 10ª edición, México, Editorial Oxford, p. 184
432
Polanco Braga, Elías, La dinámica de las pruebas en el procedimiento penal, 1ª edición, Mé-
xico, Porrúa, p. 42.
Alfonso Pérez Daza
433
Op. cit., p. 49
Alfonso Pérez Daza
SECCIÓN I
Prueba testimonial
Artículo 360. Deber de testificar
Toda persona tendrá la obligación de concurrir al proceso cuando sea
citado y de declarar la verdad de cuanto conozca y le sea preguntado; asi-
mismo, no deberá ocultar hechos, circunstancias o cualquier otra informa-
ción que sea relevante para la solución de la controversia, salvo disposición
en contrario.
El testigo no estará en la obligación de declarar sobre hechos por los que
se le pueda fincar responsabilidad penal.
434
«Artículo 8. Garantías Judiciales.
[…]
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda perso-
na tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
[…]
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y…»
Alfonso Pérez Daza
tigo; sin embargo, las manifestaciones que llegara a verter pudiesen ser
utilizadas para iniciar una investigación en su contra o relacionarlo en los
hechos por él narrados, lo que le acarrearía desde luego un perjuicio; de
ahí que, la obligación de declarar no recaiga sobre él, al amparo de la ga-
rantía constitucional mencionada.
SECCIÓN II
Prueba pericial
Artículo 368. Prueba pericial
Podrá ofrecerse la prueba pericial cuando, para el examen de personas,
hechos, objetos o circunstancias relevantes para el proceso, fuere necesa-
rio o conveniente poseer conocimientos especiales en alguna ciencia, arte,
técnica u oficio.
mientos especiales sobre una ciencia, arte, técnica u oficio, para generar
convicción en el juzgador sobre un hecho o acontecimiento de aquella
naturaleza, de relevancia para el proceso, a saber, que tenga relación inme-
diata con los hechos cuestionados.
En relación con el desahogo de la pericial es importante destacar, como
marco de referencia, que en el sistema mixto inquisitivo dicha prueba se
constituía por el dictamen escrito del experto, y bastaba su presentación
y posterior ratificación, para que se tuviera por debidamente desahogada,
en tanto que, en el sistema de justicia penal actual, acusatorio y oral, esa
circunstancia cambió sustancialmente, ya que ese documento, per se, care-
ce de valor probatorio435, ahora, es necesario que además de que el experto
presente su dictamen pericial por escrito, que rinda su declaración en el
juicio oral, con la finalidad de que explique su contenido, en forma clara.
En esta línea de pensamiento, Ana Pamela Romero Guerra, señala que
la prueba pericial, bajo la concepción de prueba que tiene el sistema penal
acusatorio, es el testimonio del perito en la audiencia de juicio oral, no
su dictamen escrito, ni cualquier otro documento similar436, mientras que
en la obra, intitulada «Litigación penal. Juicio oral y prueba», sus autores
hacen hincapié en que la prueba pericial, de conformidad con el sistema
actual, debe ser entendida, en principio, como la declaración que lleva a
cabo directamente un perito, en su comparecencia al juicio oral, a través
del examen directo de las partes437.
Ahora, la prueba pericial se rige por los mismos principios que rigen la
actividad probatoria y por las reglas de la prueba testimonial, a saber:
• Publicidad
• Inmediación
• Concentración
• Contradicción
• Continuidad
435
«El informe [pericial] sin la presencia del autor es testimonio de oídas» Zuleta Cano,
José et al, Guía Práctica del Sistema penal acusatorio, Medellín, Colombia, Librería
Jurídica Sánchez R. LTDA, 2008, p. 226.
436
Romero Guerra, Ana Pamela, La prueba pericial en el sistema penal acusatorio, Iter
Criminis, núm. 6, cuarta época, noviembre-diciembre de 2008, p. 198.
437
Cfr. Baytelman, Andrés, et al, Litigación Penal. Juicio oral y prueba, 1ª edición, Chile,
Universidad Diego Portales, 2004, p. 189.
Alfonso Pérez Daza
438
Visible en la página 503, Libro 17, abril de 2015, Tomo I, Décima Época, de la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, registro 2008937.
439
Visible en la página 1059, Libro XXV, octubre de 2013, Tomo 2, Décima Época, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, registro: 2004759.
Alfonso Pérez Daza
No se exigirán estos requisitos para quien declare como testigo sobre he-
chos o circunstancias que conoció espontáneamente, aunque para informar
sobre ellos utilice las aptitudes especiales que posee en una ciencia, arte,
técnica u oficio.
citivo, pues, de esa forma reflejaría que tiene el perfil adecuado para llevar
a cabo tal actividad.
Lo anterior se desprende de la tesis aislada 1a. CCXCIII/2013 (10a.)440,
emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
«PRUEBA PERICIAL. EL REGISTRO OFICIAL DE LOS PERITOS CONSTITUYE
UNA GUÍA INDISPENSABLE PARA QUE LA AUTORIDAD ELIJA AL ESPECIALISTA
IDÓNEO PARA RENDIR UN DICTAMEN. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ha sostenido que el objeto de la prueba pericial es el auxilio en
la administración de justicia y consiste en que un experto en determinada ciencia,
técnica o arte, aporte al juzgador conocimientos propios en la materia de la que es
experto, y de los que el juzgador carece, porque escapan al cúmulo de conocimien-
tos que posee una persona de nivel cultural promedio, mismos que además, resultan
esenciales para resolver determinada controversia. De lo anterior se colige que el
perito deberá encontrarse acreditado ante las autoridades correspondientes, precisa-
mente con la calidad de experto en determinado ámbito cognoscitivo. Así, el registro
que de los peritos realizan las autoridades, no es solamente una sistematización de
nombres y ocupaciones, sino que constituye una guía indispensable para que se elija
a la persona idónea para realizar cierto peritaje, lo cual redunda de forma directa en
la calidad y alcance probatorio del contenido y conclusiones del dictamen. Por tanto,
cuando en algún aspecto se requiera la intervención de un perito, a efecto de que la
autoridad se allegue de los conocimientos necesarios para la resolución del asunto, es
un requisito fundamental que la persona elegida para auxiliar a la autoridad goce del
perfil adecuado para llevar a cabo tal actividad, pues ello se reflejará en el dictamen
que habrá de rendir. Por tal razón, dicha experticia se verifica a partir del registro o
listado de peritos correspondiente, el cual funge como el soporte documental idóneo
para la elección del especialista que habrá de intervenir en el procedimiento.»
440
Visible en la página 1059, Libro XXV, octubre de 2013, Tomo 2, Décima Época, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Registro: 2004758.
Código Nacional de Procedimientos Penales
441
Visible en la página 96, Tomo XXX, octubre de 2009, Novena Época, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Registro: 166097.
Código Nacional de Procedimientos Penales
442
Cfr. García Silva, Gerardo, El nuevo sistema de justicia penal, 2ª edición, México, Po-
rrúa, 2014, p. 171.
Alfonso Pérez Daza
SECCIÓN III
Disposiciones generales del interrogatorio y contrainterrogatorio
Artículo 371. Declarantes en la audiencia de juicio
Antes de declarar, los testigos no podrán comunicarse entre sí, ni ver, oír
o ser informados de lo que ocurra en la audiencia, por lo que permanece-
rán en una sala distinta a aquella en donde se desarrolle, advertidos de lo
anterior por el juzgador que preside la audiencia. Serán llamados en el or-
den establecido. Esta disposición no aplica al acusado ni a la víctima, salvo
cuando ésta deba declarar en juicio como testigo.
El juzgador que presida la audiencia de juicio identificará al perito o tes-
tigo, le tomará protesta de conducirse con verdad y le advertirá de las penas
que se imponen si se incurre en falsedad de declaraciones.
Durante la audiencia, los peritos y testigos deberán ser interrogados per-
sonalmente. Su declaración personal no podrá ser sustituida por la lectura
de los registros en que consten anteriores declaraciones, o de otros docu-
mentos que las contengan, y sólo deberá referirse a ésta y a las preguntas
realizadas por las partes.
Código Nacional de Procedimientos Penales
rio Público, después de que éste interrogue al testigo o perito, podrán inte-
rrogarlo el asesor jurídico y la víctima u ofendido; o bien, si el oferente es la
defensa, después de que interrogue el defensor podrá hacerlo el acusado.
Inmediatamente después de que termine el interrogatorio por parte
del oferente y de los demás sujetos que persigan un interés común, la parte
contraria podrá formular contrainterrogatorio al testigo o perito.
Con posterioridad al contrainterrogatorio de la parte contraria, el ofe-
rente de la prueba tiene el derecho de re interrogar al testigo o perito; en
esta hipótesis el re interrogatorio por parte del oferente deberá realizarse
en relación a lo que el testigo o perito respondió al contrainterrogatorio
formulado por la parte contraria.
Igualmente, después del re interrogatorio del oferente, la parte con-
traria podrá formular un re contrainterrogatorio al testigo o perito, en
relación a lo manifestado por éste en el re interrogatorio por parte del
oferente.
Por otra parte, a solicitud de alguna de las partes, podrá realizarse un
nuevo interrogatorio al perito o testigo, siempre y cuando no haya sido
liberado, esto es, que no exista manifestación de las partes en el sentido de
que ya no tienen más preguntas que realizar al declarante.
El tribunal de juicio oral deberá abstenerse de interrumpir el desarro-
llo del interrogatorio del testigo o perito, pues son éstos quienes deben
proporcionar la información al juez, a través del desahogo de esta prueba,
excepción hecha del caso en que exista objeción fundada de alguna de
las partes en relación a una pregunta formulada, o cuando sea necesario
para mantener el orden en la audiencia, esto último en cumplimiento a lo
establecido en el artículo 53, primer párrafo, que establece que el orden
en las audiencias estará a cargo del órgano jurisdiccional; de ahí que, en
el supuesto de que el tribunal advierta que las preguntas formuladas al
testigo o perito son ilegales, debe asumir una actitud pasiva y abstenerse
de intervenir de manera oficiosa en el desarrollo del interrogatorio, si la
contraparte de quien está formulando las preguntas al testigo o perito no
objeta las mismas.
No obstante lo anterior, el tribunal de enjuiciamiento sí está facultado
para formular, de manera oficiosa, preguntas aclaratorias al testigo o peri-
to en relación a lo que ya declaró, en el entendido que al hacer uso de tal
facultad el tribunal deberá tener cuidado de que con su intervención no
supla la postura o estrategia de alguna de las partes; por lo que se estima
que el tribunal de enjuiciamiento debe intervenir de manera oficiosa en el
desarrollo del interrogatorio únicamente en casos excepcionales, cuando
Alfonso Pérez Daza
b) Conclusivas, esto es, que concluyen o finalizan una idea, o sirven para
terminarla y concluirla, a través de las cuales se pretende que el testigo o
perito se limite a aceptar una conclusión.
c) Impertinentes o irrelevantes, por no venir al caso o carecer relevancia
o importancia, por no tener relación con los hechos materia de prueba en
el juicio.
d) Argumentativas, cuando contienen una inferencia o deducción lógi-
ca, esto es, un argumento, que se pretende el testigo se limite aceptar.
e) Que tiendan a ofender al testigo o perito, es decir, a humillar o herir
su amor propio o dignidad, o ponerlo en evidencia con palabras o con
hechos.
f) Que pretendan coaccionar al testigo o perito, esto es, obligarlos a
declarar.
Cabe destacar que las preguntas sugestivas, esto es, aquellas que sugie-
ren o llevan implícita la respuesta, solamente están permitidas en el con-
trainterrogatorio o re contrainterrogatorio que formule la contraparte del
oferente.
La materia del interrogatorio de las partes debe centrarse en relación
a lo declarado por el testigo o perito previamente en la etapa de investiga-
ción y que conste en los registros de ésta, o bien, respecto de lo que hayan
declarado en la audiencia de juicio, cuando tenga como finalidad acreditar
su dicho, o cuando se pretenda ofrecer prueba de refutación respecto de
hechos propios que guarden relación con la materia del juicio, esto es,
cuando con ocasión de la rendición de la declaración del testigo surgiere
una controversia relacionada exclusivamente con su veracidad, autentici-
dad o integridad.
En el supuesto de que la parte que esté interrogando al testigo o perito
formule alguna de las preguntas que no están permitidas, precisadas con
antelación, la contraparte tiene el derecho de objetar la pregunta como un
mecanismo de control, siempre y cuando lo realice antes de que el testigo
o perito responda, ante lo cual el tribunal de enjuiciamiento resolverá de
plano y contra la calificación de la objeción no procede recurso alguno.
Es importante señalar que el órgano jurisdiccional debe ser cuidadoso
y evitar que las partes hagan uso del derecho a objetar las preguntas de su
contraparte, únicamente como mera estrategia para interrumpir el ritmo
del interrogatorio en curso, sin que realmente las preguntas formuladas
sean de aquellas que no están permitidas, lo que suele ser frecuente en el
desahogo de las audiencias.
Alfonso Pérez Daza
SECCIÓN IV
Declaración del acusado
Artículo 377. Declaración del acusado en juicio
El acusado podrá rendir su declaración en cualquier momento durante la
audiencia. En tal caso, el juzgador que preside la audiencia le permitirá que
lo haga libremente o conteste las preguntas de las partes. En este caso se po-
drán utilizar las declaraciones previas rendidas por el acusado, para apoyo
de memoria, evidenciar o superar contradicciones. El Órgano jurisdiccional
podrá formularle preguntas destinadas a aclarar su dicho.
El acusado podrá solicitar ser oído, con el fin de aclarar o complementar
sus manifestaciones, siempre que preserve la disciplina en la audiencia.
En la declaración del acusado se seguirán, en lo conducente, las mismas
reglas para el desarrollo del interrogatorio. El imputado deberá declarar
con libertad de movimiento, sin el uso de instrumentos de seguridad, salvo
cuando sea absolutamente indispensable para evitar su fuga o daños a otras
personas.
porta el derecho a guardar silencio, sino también una prohibición dirigida a las auto-
ridades de obtener evidencia autoincriminatoria producida por el propio inculpado
a través de coacción o engaño. Ahora bien, para garantizar que este derecho no sea
violado, las autoridades tienen una serie de obligaciones en relación con cualquier
persona que sea sometida a interrogatorio mientras se encuentra en custodia policial
o detenida ante el Ministerio Público, entre las que destacan informar al detenido
sobre los derechos que tienen los acusados a guardar silencio y a contar con un abo-
gado defensor. En esta línea, las autoridades policiacas que realizan una investigación
sobre hechos delictivos o que llevan a cabo una detención no pueden en ningún caso
interrogar al detenido. En consecuencia, cualquier declaración del imputado que se
obtenga en esas circunstancias tiene que declararse nula por violación al derecho
fundamental a la no autoincriminación. En esos casos, la declaración autoincrimi-
natoria debe excluirse del material probatorio susceptible de valorarse con indepen-
dencia del medio a través del cual se haya introducido formalmente al proceso, ya
sea propiamente mediante una confesión del inculpado rendida ante el Ministerio
Público o un testimonio de referencia de un policía u otra autoridad que aduzca tener
conocimiento de la declaración autoincriminatoria llevada a cabo por el inculpado.
PRIMERA SALA
Amparo directo en revisión 3457/2013. 26 de noviembre de 2014. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidente:
Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Arturo Bárcena Zubieta.
Esta tesis se publicó el viernes 26 de junio de 2015 a las 09:20 horas en el Sema-
nario Judicial de la Federación.»
SECCIÓN V
Prueba documental y material
Artículo 380. Concepto de documento
Se considerará documento a todo soporte material que contenga infor-
mación sobre algún hecho. Quien cuestione la autenticidad del documento
tendrá la carga de demostrar sus afirmaciones. El Órgano jurisdiccional, a
solicitud de los interesados, podrá prescindir de la lectura íntegra de docu-
mentos o informes escritos, o de la reproducción total de una videograba-
ción o grabación, para leer o reproducir parcialmente el documento o la
grabación en la parte conducente.
443
Diccionario Jurídico Mexicano, Tomo III, México, UNAM-IIJ, 1983, p. 342.
Alfonso Pérez Daza
audiencias orales se registren en formatos de audio y video, para lo cual los órganos
jurisdiccionales implementaron la figura del “expediente electrónico”, como dispositi-
vo de almacenamiento de dicha información en soportes digitales para preservar las
constancias que los integran, cuya naturaleza jurídica procesal es la de una prueba
instrumental pública de actuaciones al tratarse de la simple fijación o registro, por
medios digitales o electrónicos, de los actos o diligencias propios de la tramitación de
una causa penal de corte acusatorio, máxime que, en el momento procesal oportuno,
los juzgadores deberán acudir a las constancias o autos integradores de dichas causas
penales almacenados en formato digital para efectos de dictar sus respectivas sen-
tencias. Ahora bien, cuando la autoridad judicial penal señalada como responsable,
en términos del artículo 149 de la Ley de Amparo, remite como anexo o sustento de
su informe justificado la videograbación de una audiencia oral y pública contenida
en un disco versátil digital (DVD), dicha probanza para efectos del juicio de ampa-
ro adquiere el carácter de una prueba documental pública lato sensu, tendente a
acreditar la existencia del acto de autoridad reclamado y su constitucionalidad; por
ende, debe tenerse por desahogada por su propia y especial naturaleza sin necesidad
de celebrar una audiencia especial de reproducción de su contenido. Sin embargo,
para brindar certeza jurídica a las partes en relación con lo manifestado por la auto-
ridad responsable, el juez de amparo debe darles vista con el contenido del informe
justificado que contenga dicha videograbación, a fin de que, si lo estiman necesario,
puedan consultar la información contenida en formato digital y manifestar lo que a
su derecho convenga.»
444
Cfr. Benavente Chorres, Hesbert, Estrategias para el desahogo de la prueba en el juicio
oral, 1ª edición, UAEMEX, 2010, México, p. 367.
Alfonso Pérez Daza
Así en el caso de que una de las partes presente copia simple de un do-
cumento y la otra presente el original del mismo, este último será el que se
impondrá, pues la calidad de original le otorga un mayor valor probatorio.
445
Natarén, Carlos y Ramírez, Beatriz, Introducción a la prueba en el nuevo proceso
penal acusatorio, México, Editorial Ubijus, 2008, p. 78, http://cleuadistancia.cleu.
edu.mx/cleu/flash/PAG/lecturas/odontologia/Introduccion%20a%20la%20prue-
ba%20nuevo%20proceso%20penal%20acusatorio.pdf.
Alfonso Pérez Daza
446
Lara González, Héctor, Etapas de los diversos sistemas de justicia penal: juicio oral,
publicado en El Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, desde la perspectiva
Constitucional, 1ª edición, México, Consejo de la Judicatura Federal, 2011, p. 326-327,
http://www.cjf.gob.mx/reformas/documentos/ElnuevosistemadeJusticiaPenalAcusa-
torio.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
SECCIÓN VI
Otras Pruebas
Artículo 388. Otras pruebas
Además de las previstas en este Código, podrán utilizarse otras pruebas
cuando no se afecten los derechos fundamentales.
447
Vid. Climent Durán, C. La prueba penal, Tirant lo Blanch, Valencia, 2005, p. 862, 863
y 894.
Alfonso Pérez Daza
han construido las inferencias y hacer mención de las pruebas practicadas para tener
por acreditados los hechos base, y de los criterios racionales que guiaron su valora-
ción; esto es, para que aquélla se estime actualizada, en la sentencia deberá quedar
explicitado el proceso racional que ha seguido el juzgador para arribar a determinada
conclusión. Lo anterior, toda vez que la valoración libre de la prueba circunstancial
no equivale a la valoración de indicios carentes de razonamiento alguno. Por tanto,
no sólo los indicios deben estar suficientemente acreditados, sino que deben estar
sometidos a una constante verificación en torno a su acreditación y a su capacidad
para generar conclusiones. En cualquier caso un indicio, por sí solo, carece de cual-
quier utilidad o alcance probatorio, debido a lo cual es necesaria la formulación de
una inferencia, la cual estará sujeta a un estudio de razonabilidad, a efecto de poder
determinar si resulta razonable, o si por el contrario es arbitraria o desmedida, debien-
do tomarse en consideración que la eficacia de la prueba circunstancial disminuirá
en la medida en que las conclusiones tengan que obtenerse a través de mayores
inferencias y cadenas de silogismos, ante lo cual, la inferencia lógica debe sustentarse
en máximas de la experiencia.»
«el artículo 381 del código procesal citado, al referirse a la reproducción de me-
dios tecnológicos, condiciona que en caso que los datos de prueba se contengan
en medios digitales, electrónicos, ópticos o cualquier otra tecnología, de carecer el
juzgador de los medios para su reproducción, le deja la carga al oferente para que lo
proporcione o facilite, bajo apercibimiento que de no hacerlo, no se desahogará la
misma. Establecida por el tribunal la forma de incorporación de los medios de prueba
en particular, éstos se reproducirán por cualquier medio idóneo para la percepción
de los intervinientes, esta reproducción puede ser parcial o sintetizada cuando las
partes lo soliciten al juez, éste lo autorizará si considera que es suficiente para captar
su contenido. Estos instrumentos deben ser exhibidos, en su caso, al acusado, testigos,
peritos o terceras personas para que los reconozcan o atestigüen respecto al conoci-
miento que tienen de ellos, por consiguiente, se podrá realizar de ser necesario, el in-
terrogatorio y el contrainterrogatorio por las partes como medio de contradicción.»448
448
Polanco Braga, Elías, «Procedimiento Penal Nacional Acusatorio y Oral», Editorial
Porrúa, 1ª Edición México, 2015, pp. 576 a 578.
Alfonso Pérez Daza
449
Artículos del Código Nacional de Procedimientos Penales, relacionados con el que se
comenta:
«Artículo 334. Objeto de la etapa intermedia.- La etapa intermedia tiene por objeto
el ofrecimiento y admisión de los medios de prueba, así como la depuración de los
hechos controvertidos que serán materia del juicio. …»
«Artículo 347. Auto de apertura a juicio.- Antes de finalizar la audiencia, el Juez de
control dictará el auto de apertura de juicio que deberá indicar: … V. Los medios de
prueba admitidos que deberán ser desahogados en la audiencia de juicio …»
«Artículo 351. Suspensión. - La audiencia de juicio podrá suspenderse en forma excep-
cional por un plazo máximo de diez días naturales cuando: … II. Tenga que practicar-
se algún acto fuera de la sala de audiencias, incluso porque se tenga la noticia de un
hecho inesperado que torne indispensable una investigación complementaria y no sea
posible cumplir los actos en el intervalo de dos sesiones; …»
Código Nacional de Procedimientos Penales
450
Op. cit. pp. 586 a 590.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO V
DESARROLLO DE LA AUDIENCIA DE JUICIO
451
Dr. Apolonio Betancourt Ruiz, Lic. Juan Guillermo Toro Lerma, Dr. Jesús Julián Rodrí-
guez Cabral, Dr. Manuel Valadez Díaz, M.D. Carlos Enrique Guzmán González, «Códi-
go Nacional de Procedimientos Penales Comentado» Primera Edición, Editorial Artes
Gráficas, La impresora, la casa editorial de Durango, 2014, p. 743.
Alfonso Pérez Daza
722
Código Nacional de Procedimientos Penales
452
Polanco Braga, Elías, Nuevo Diccionario del Sistema Procesal Penal Acusatorio, Juicio Oral
Penal, 1ª edición, México, Editorial Porrúa, 2015, p. 21.
453
Polanco Braga, Elías, Procedimiento Penal Nacional Acusatorio y Oral, 1ª edición, México,
Editorial Porrúa, 2015, p. 515.
Alfonso Pérez Daza
454
Cfr. Betancourt Ruiz, Apolonio, Toro Lerma, Juan Guillermo, Rodríguez Cabral, Jesús
Julián, Valdez Díaz, Manuel, Guzmán González, Carlos Enrique, Código Nacional de
Procedimientos Penales, comentado, 1ª edición, México, Casa Editorial de Durango, 2015,
p. 748.
Código Nacional de Procedimientos Penales
455
Cfr. Coaña Be, Luis David, Bardales Alcocer, Raúl Edilberto y Ávila Santanalo, Jonathan
Abiú, Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales, mesas de análisis
ante la perspectiva de la entrada en vigor en el estado de Yucatán, México, 1ª edición,
Promoción editorial del Tribunal Superior de Justicia del estado de Yucatán, 2015, p.
318.
456
Polanco Braga, Elías, op. cit. p. 517.
457
Polanco Braga, Elías, op. cit. p. 518.
Código Nacional de Procedimientos Penales
458
Vid. Betancourt Ruiz, Apolonio, Toro Lerma, Juan Guillermo, Rodríguez Cabral, Jesús
Julián, Valdez Díaz, Manuel, Guzmán González, Carlos Enrique, Op. cit. p. 752.
Alfonso Pérez Daza
459
Polanco Braga, Elías, «Nuevo Diccionario del Sistema Procesal Penal Acusatorio, Jui-
cio Oral», 2ª edición, México, Porrúa, 2015, p. 220
460
V. Betancourt Ruiz, Apolonio, Toro Lerma, Juan Guillermo, Rodríguez Cabral, Jesús
Julián, Valdez Díaz, Manuel, Guzmán González, Carlos Enrique, Código Nacional de
Procedimientos Penales, comentado, 1ª edición, México, Casa Editorial de Durango, 2015,
p. 754.
Alfonso Pérez Daza
461
V. Polanco Braga, Elías, Op. cit., p. 277
Código Nacional de Procedimientos Penales
462
Tesis: 1a. CXIII/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, décima
época, tomo I, marzo de 2014, p. 554.
Alfonso Pérez Daza
463
V. Polanco Braga, Elías, «Procedimiento Penal Nacional Acusatorio y Oral», 1ª edi-
ción, México, Porrúa, 2015, p. 590
464
Urosa Ramírez, Gerardo Armando, «El Juicio Oral Penal, manual teórico-práctico», 1ª
edición, México, Porrúa, 2015, p. 247
465
V. Polanco Braga, Elías, Op. cit., p. 594
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO VI
DELIBERACIÓN, FALLO Y SENTENCIA
Artículo 400. Deliberación
Inmediatamente después de concluido el debate, el Tribunal de enjui-
ciamiento ordenará un receso para deliberar en forma privada, continua
y aislada, hasta emitir el fallo correspondiente. La deliberación no podrá
exceder de veinticuatro horas ni suspenderse, salvo en caso de enfermedad
grave del Juez o miembro del Tribunal. En este caso, la suspensión de la
deliberación no podrá ampliarse por más de diez días hábiles, luego de los
cuales se deberá reemplazar al Juez o integrantes del Tribunal y realizar el
juicio nuevamente.
466
Publicada en marzo de 2011, en el Semanario Judicial de la Federación, Novena Épo-
ca.
Alfonso Pérez Daza
Mexicanos, deriva que todo acto de autoridad que entrañe afectación a la libertad de
una persona, como lo es una sentencia de condena, debe estar justificado en manda-
miento escrito que cumpla las formalidades esenciales del procedimiento, motivado
y fundado en leyes expedidas con anterioridad al hecho, lo que materializa las garan-
tías de legalidad y seguridad jurídica. Así, el contenido de los respectivos preceptos
constitucionales, por lo que hace a los juicios orales, que se caracterizan porque la
mayoría de sus actos se realizan verbalmente, guarda relación directa con los artícu-
los 2, inciso c), 47, 65, 66 y 393 del Código de Procedimientos Penales para el Estado
de México, que señalan de manera específica que la sentencia que en estos juicios se
dicte deberá ser por escrito y contendrá los requisitos legales respectivos. De lo an-
terior se muestra la finalidad de seguir con la exigencia de legalidad de todo proceso
penal, incluyendo los que habrán de regirse por los principios del sistema acusatorio
o adversarial; esto es, la oralidad no excluye la exigencia constitucional de legalidad y
seguridad jurídica, basada en la emisión de una sentencia escrita y cabalmente docu-
mentada sobre todo para su examen constitucional, pues dicho principio de oralidad,
al igual que todos los inherentes al nuevo sistema penal, son propios del proceso
ordinario, pero no necesariamente para el juicio de amparo cuya naturaleza y fines
son distintos, toda vez que su análisis se basará en los registros o medios de documen-
tación de la actuación de la autoridad y no en el examen reiterativo y directo de lo
que es responsabilidad de aquélla. Por lo que es incuestionable que la circunstancia
de que los juicios penales de mérito se desarrollen de manera eminentemente oral, no
exime a la autoridad responsable de observar los requisitos impuestos por el invocado
numeral 16 y demás disposiciones aplicables, al emitir la sentencia que resuelve el
asunto en lo principal. Amén de que es necesario documentar, en los términos de las
legislaciones procesales respectivas, lo cual otorga certeza jurídica a lo resuelto en
un procedimiento y constituye la base de análisis para el eventual control de cons-
titucionalidad en sentido estricto pues, de no ser así, se incumple con la obligación
de actuar en congruencia con los citados artículos 14, 16, 20 (en lo conducente a
la oralidad) y 133 (por la supremacía constitucional), pues la sentencia definitiva
constituye el acto jurídico en donde se plasma la decisión del órgano jurisdiccional
que falla la causa o controversia, por lo que es necesario que ese documento público
conste como expresión, título o prueba que dé certidumbre de la existencia misma
del acto jurídico y perpetúe las manifestaciones en él asentadas, preservando así su
contenido para el futuro y librando de posibles contradicciones o desconocimientos,
a fin de brindar seguridad y confianza en cuanto a la valoración que la autoridad
finalmente realizó respecto de los hechos y pruebas que conoció para resolver de
determinada manera; tanto para la seguridad jurídica de los implicados, la potencial
revisión de la forma de actuar de la autoridad y la posible ejecución misma del fallo».
está supeditado a normas rígidas que le señalen el alcance que debe reconocerse a
aquéllas; es el conjunto de reglas establecidas para orientar la actividad intelectual
en la apreciación de éstas, y una fórmula de valoración en la que se interrelacionan
las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de la experiencia,
las cuales influyen de igual forma en la autoridad como fundamento de la razón,
en función al conocimiento de las cosas, dado por la ciencia o por la experiencia,
en donde el conocimiento científico implica el saber sistematizado, producto de un
proceso de comprobación, y que por regla general es aportado en juicio por expertos
en un sector específico del conocimiento; mientras que las máximas de la experien-
cia son normas de conocimiento general, que surgen de lo ocurrido habitualmente
en múltiples casos y que por ello pueden aplicarse en todos los demás, de la misma
especie, porque están fundadas en el saber común de la gente, dado por las vivencias
y la experiencia social, en un lugar y en un momento determinados. Así, cuando se
asume un juicio sobre un hecho específico con base en la sana crítica, es necesario
establecer el conocimiento general que sobre una conducta determinada se tiene, y
que conlleva a una específica calificación popular, lo que debe ser plasmado motiva-
damente en una resolución judicial, por ser precisamente eso lo que viene a justificar
objetivamente la conclusión a la que se arribó, evitándose con ello la subjetividad y
arbitrariedad en las decisiones jurisdiccionales.
467
Tesis II.2o.P.255 P, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, T.
XXXIII, Marzo de 2011, p. 2459.
Alfonso Pérez Daza
468
Publicada el viernes 22 de agosto de 2014 a las 9:33 horas en el Semanario Judicial de
la Federación.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Tesis: 1a. /J. 19/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Fede-
ración, Décima Época, Tomo I, marzo de 2014, p. 374:
«DERECHO PENAL DEL AUTOR Y DERECHO PENAL DEL ACTO. RASGOS CA-
RACTERIZADORES Y DIFERENCIAS. De la interpretación sistemática de los artículos
1o., 14, tercer párrafo, 18, segundo párrafo, y 22, primer párrafo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, se concluye que nuestro orden jurídico se
decanta por el paradigma conocido como “derecho penal del acto” y rechaza a su
opuesto, el “derecho penal del autor”. Entender las implicaciones de ello, requiere
identificar sus rasgos caracterizadores y compararlos entre sí. El modelo del autor
asume que las características personales del inculpado son un factor que se debe
considerar para justificar la imposición de la pena. Al sujeto activo del delito (que en
esta teoría suele ser llamado delincuente) puede adscribírsele la categoría de persona
desviada, enferma, desadaptada, ignorante, entre otros calificativos. Esta categoriza-
ción no es gratuita: cumple la función de impactar en la imposición, el aumento o el
decremento de la pena; incluso permite castigar al sujeto por sus cualidades morales,
su personalidad o su comportamiento precedente frente a la sociedad. Así, la pena
suele concebirse como un tratamiento que pretende curar, rehabilitar, reeducar, sanar,
normalizar o modificar coactivamente la identidad del sujeto; también como un me-
dio que pretende corregir al individuo “peligroso” o “patológico”, bajo el argumento
de que ello redunda en su beneficio. Por ello, el quantum está en función del grado
de disfuncionalidad que se percibe en el individuo. Ese modelo se basa en la falaz
premisa de que existe una asociación lógico-necesaria entre el “delincuente” y el de-
lito, para asumir que quien ha delinquido probablemente lo hará en el futuro, como
si la personalidad “peligrosa” o “conflictiva” fuera connatural a quien ha cometido un
acto contrario a la ley. Además, el derecho penal de autor asume que el Estado —ac-
tuando a través de sus órganos— está legitimado para castigar la ausencia de determi-
nadas cualidades o virtudes en la persona (o, por lo menos, utilizarla en su perjuicio).
En cambio, el derecho penal del acto no justifica la imposición de la pena en una idea
rehabilitadora, ni busca el arrepentimiento del infractor; lo asume como un sujeto de
derechos y, en esa medida, presupone que puede y debe hacerse responsable por
sus actos. Por ello, la forma en que el individuo lidia en términos personales con su
responsabilidad penal, queda fuera del ámbito sancionador del Estado.»
469
Vid. Tirado Álvarez, María Margarita, Trastorno mental, transitorio como causal de
inimputabilidad penal, Madrid, España, 2014, http://psicologiajuridica.org/psj153.
html.
470
Zaffaroni, Eugenio Raúl, Teoría del delíto, Ediar, Buenos Aires, 1973, p. 584.
Código Nacional de Procedimientos Penales
471
Pavón Vasconcelos, Francisco y Vargas López, Gilberto. Código Penal de Michoacán
Comentado (Parte General) 2ª. Edición, Porrúa, México, 1976, pp. 161 y ss.
Alfonso Pérez Daza
sea que a su juicio lo estime conveniente, o bien que las partes lo soliciten;
empero, en cualquiera de los casos, será el propio tribunal quien designe
a los peritos, sin que en forma alguna se establezca que es en las partes en
quienes recae la carga de proponerlos, ya que sólo reconoce a estas últimas
el derecho de designar los suyos, como se advierte del vocablo “también”
inserto en el segundo párrafo del citado numeral. De tal suerte que desde
el momento en que fue ofrecido en la causa el dictamen pericial corres-
pondiente por alguna de las partes, el Juez debe —con independencia de
que éstas también lo hagan— designar peritos para que evalúen la condi-
ción mental del inculpado. Congruente con ello, no es imputable quien,
en el momento del hecho y por causa de enfermedad mental que perturbe
gravemente su conciencia, de desarrollo psíquico incompleto o retardado,
o de grave perturbación de la conciencia sin base patológica, no tenga la
capacidad de comprender el carácter ilícito de aquél o de conducirse de
acuerdo con esa comprensión; por lo que de presentarse, implicaría el
surgimiento de un impedimento para instaurar a determinado individuo
una causa penal».
472
Marfil Gómez Sergio Javier, Solís Lara Diana Beatriz, Sánchez Cuevas Dalia Isabel,
Tzuc Albornoz Jesús Alberto, Puch Cetina Marcelina, Campos Ricardo Cruz, Comenta-
rios al Código Nacional de Procedimientos Penales, 1ª edición, México, Poder Judicial
del estado de Yucatán, 2015, p. 350.
473
Op. cit. p. 351.
Alfonso Pérez Daza
474
Polanco Braga, Elías, «Nuevo Diccionario del Sistema Procesal Penal Acusatorio Juicio
Oral», 2ª edición, México, Porrúa, 2015, p. 202.
475
Idem.
Código Nacional de Procedimientos Penales
476
Vid. Vázquez Aguilera, Jorge, «Inimputabilidad: análisis sobre la imposición judicial de
las medidas de seguridad», 1ª edición, México, Instituto de la Judicatura Federal, 2007,
p. 301. http://www.ijf.cjf.gob.mx/publicaciones/revista/ 23/r23_18.pdf).
TÍTULO X
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES
CAPÍTULO I
PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS
Artículo 420. Pueblos y comunidades indígenas
Cuando se trate de delitos que afecten bienes jurídicos propios de un pue-
blo o comunidad indígena o bienes personales de alguno de sus miembros,
y tanto el imputado como la víctima, o en su caso sus familiares, acepten el
modo en el que la comunidad, conforme a sus propios sistemas normativos
en la regulación y solución de sus conflictos internos proponga resolver el
conflicto, se declarará la extinción de la acción penal, salvo en los casos en
que la solución no considere la perspectiva de género, afecte la dignidad de
las personas, el interés superior de los niños y las niñas o del derecho a una
vida libre de violencia hacia la mujer.
En estos casos, cualquier miembro de la comunidad indígena podrá soli-
citar que así se declare ante el Juez competente.
Se excluyen de lo anterior, los delitos previstos para prisión preventiva
oficiosa en este Código y en la legislación aplicable.
—escribe Magdalena Gómez Rivera— son formas de justicia que les han
permitido regularse internamente, enfrentar el conflicto y mantener la co-
hesión colectiva. Se habla de «sistemas» porque cuentan con órganos espe-
cíficos de tipo colegiado, procesos orales con garantía de audiencia para
los implicados, sistema de sanciones y de verificación de su cumplimiento
y, sobre todo, normas de cohesión y control social477.
Resulta importante destacar que de acuerdo con el artículo 2, fracción
X, de la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas, corresponde a esta Comisión478 asesorar y apoyar en la materia
indígena a las instituciones federales, así como a los estados, municipios y
a las organizaciones de los sectores social y privado que lo soliciten. De ma-
nera que a este descentralizado se podría solicitar asesoría y apoyo cuando
resultaré necesario.
También se menciona que mediante Acuerdo Número A/067/03 de
publicado en el Diario Oficial de la Federación de 24 de julio de 2003, la
Procuraduría General de la República creó la Unidad Especializada para
la Atención de Asuntos Indígenas, la que tiene como función reglamentar
la actuación del Ministerio Público en asuntos en que indígenas se involu-
cren de cualquier manera en hechos delictivos.
Respecto a la solicitud a que se refiere el segundo párrafo de este artícu-
lo, se considera conveniente que sea formulada por la persona que legal-
mente represente a su comunidad, conforme a sus normas, pues de otra
manera se corre el riesgo de que se desconozca al portavoz.
Se puede consultar el comentario al artículo 45, que guarda relación
con el que ahora comento.
477
Gómez Rivera, Magdalena, El debate mexicano sobre derecho indígena y las propues-
tas para su constitucionalidad, en INI, Estado del desarrollo económico y social de los
pueblos indígenas de México. Primer informe, México, INI-PNUD, pp. 453-496.
478
Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, «artículo
1. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, es un organismo descen-
tralizado de la Administración Pública Federal, no sectorizado, con personalidad jurídica, con
patrimonio propio, con autonomía operativa, técnica, presupuestal y administrativa, con sede en
la Ciudad de México, Distrito Federal.»
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO II
PROCEDIMIENTO PARA PERSONAS JURÍDICAS
Artículo 421. Ejercicio de la acción penal
Cuando algún miembro o representante de una persona jurídica, con
excepción de las instituciones estatales, cometa un hecho delictivo con los
medios que para tal objeto le proporcione dicha persona jurídica, de modo
que resulte cometido a nombre, bajo el amparo o en beneficio de aquélla,
el Ministerio Público ejercerá acción penal en contra de ésta sólo si también
ha ejercido acción penal en contra de la persona física que deba responder
por el delito cometido.
479
Cfr. Moreno Hernández, Moisés y Ontiveros Alonso, Miguel Comentarios al Código
Nacional de Procedimientos Penales, 1ª Edición, México, Ubijus, 2014, p. 311.
Código Nacional de Procedimientos Penales
480
Cfr. Coaña Be, Luis David, Bardales Alcocer, Raúl Edilberto y Ávila Santanalo, Jonathan
Abiú, Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales, mesas de análisis
ante la perspectiva de la entrada en vigor en el estado de Yucatán, México, 1ª edición,
Promoción editorial del Tribunal Superior de Justicia del estado de Yucatán, 2015, p.
376.
Alfonso Pérez Daza
481
Cfr. Moreno Cruz, Everardo, El nuevo proceso penal en México y el Código Nacional
de Procedimientos Penales, ideas generales, 1ª Edición, México, Porrúa, 2014, p. 70.
482
Chiovenda, José, Principios de derecho procesal civil, Madrid, Reus, 1992, p. 260
483
Carnelutti, Francesco, Instituciones del Proceso Civil, Buenos Aires, El Foro, 1997, p.
46
484
Plascencia Villanueva, Raúl, Medidas de Aseguramiento y Reforma Penal: Una pers-
pectiva desde los Derechos Humanos, México, 1ª edición, Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, p. 260.
Código Nacional de Procedimientos Penales
485
I. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Tomo 5, enero de
2012, p. 4299, de rubro «AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. ES SUSCEPTIBLE
DE PRODUCIR, POR SÍ MISMO, UN ESTADO DE PERTURBACIÓN FORMAL E IN-
DIRECTA A LA LIBERTAD PERSONAL DEL IMPUTADO QUE DEBE TOMARSE EN
CUENTA PARA EFECTOS DEL AMPARO (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL
EN EL ESTADO DE MÉXICO)».
486
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Tomo 2, diciembre de
2012, p. 1286.
Alfonso Pérez Daza
487
Polanco Braga, Elías, Nuevo Diccionario del Sistema Procesal Penal Acusatorio Juicio
Oral, 2ª edición, México, Porrúa, 2015, p. 300.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO III
ACCIÓN PENAL POR PARTICULAR
Artículo 426. Acción penal por particulares
El ejercicio de la acción penal corresponde al Ministerio Público, pero
podrá ser ejercida por los particulares que tengan la calidad de víctima u
ofendido en los casos y conforme a lo dispuesto en este Código.
488
Cfr. Palacio, Lino Enrique, Acumulación de Procesos, Lecciones y Ensayos, Buenos
Aires, Argentina, 1962, número 24. http://www. derecho.uba.ar/publicaciones/lye/
revistas/24/acumulacion-de-procesos.pdf.
489
Polanco Braga expresa que la finalidad primordial de la acumulación es unir autos a
otros o ejercitar varias acciones de manera conjunta, con el único fin de que sean sol-
ventadas en una sola sentencia. V. Polanco braga, Elías, Nuevo Diccionario del Sistema
Procesal Penal Acusatorio, Juicio Oral, 2ª edición, México, Porrúa, 2015, p. 14.
Alfonso Pérez Daza
490
José Héctor Carreón Herrera, La víctima en el proceso penal, Comentarios al Código Nacio-
nal de Procedimientos Penales, (Coords.) Moreno Hernández, Moisés y Ontiveros, Alonso
Miguel, Editorial Ubijus, México Junio de 2015 p. 139.
Alfonso Pérez Daza
790
Código Nacional de Procedimientos Penales
491
Cfr. Coaña Be, Luis David, Raúl Edilberto Bardales Alcocer, Jonathan Abiú Ávila San-
tana, Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales, 1ª edición, México,
Poder Judicial del estado de Yucatán, 2015, p. 400.
TÍTULO XI
ASISTENCIA JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA PENAL
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 433. Disposiciones generales
Los Estados Unidos Mexicanos prestarán a cualquier Estado extranjero
que lo requiera o autoridad ministerial o judicial, tanto en el ámbito federal
como del fuero común, la más amplia ayuda relacionada con la investiga-
ción, el procesamiento y la sanción de delitos que correspondan a la juris-
dicción de éste.
La ejecución de las solicitudes se realizará según la legislación de los Es-
tados Unidos Mexicanos, y la misma será desahogada a la mayor brevedad
posible. Las autoridades que intervengan actuarán con la mayor diligencia
con la finalidad de cumplir con lo solicitado en la asistencia jurídica.
492
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Consejo de la Judicatura Federal, Guía de
apoyo para el estudio y aplicación del Código Nacional de Procedimientos Penales,
México, 2014, p. 51.
Alfonso Pérez Daza
493
Vid. Procedimiento «Solicitudes de Asistencia Jurídica Internacional Activas» emitido
por la Secretaría de Relaciones Exteriores. https://sre.gob.mx/images/stories/doc-
normateca/manproce/om/dgaj/pr-dgaj-19.pdf
494
Vid. Procedimiento «Solicitudes de Asistencia Jurídica Internacional Pasivas, emitido
por la Secretaría de Relaciones Exteriores». https://sre.gob.mx/images/stories/doc-
normateca/manproce/om/dgaj/pr-dgaj-20.pdf
Alfonso Pérez Daza
495
Vid. Suprema Corte de Justicia de la Nación, Consejo de la Judicatura Federal, Op. cit.,
p. 51.
Código Nacional de Procedimientos Penales
496
Vid comentario al artículo 434.
Código Nacional de Procedimientos Penales
497
Vid. Adato Green, Victoria, «Algunos principios que rigen la extradición. El papel del
Derecho Internacional en América», 1ª edición, México, Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1997, p. 406.
498
Idem. p. 406.
499
V. Colín Sánchez, Guillermo, «Procedimiento para la extradición». México, Porrúa,
1993, p. 90.
Alfonso Pérez Daza
500
Cfr. Fernández Rozas, José Carlos, «Extranjería: principios de Derecho Internacional
General». Revista de Economía y Sociología del Trabajo, nº 11, marzo 1991, pp. 39-51.
Alfonso Pérez Daza
501
Convención Interamericana sobre asistencia mutua en materia Penal. http://www.oas.
org/juridico/spanish/tratados/a-55.html
Código Nacional de Procedimientos Penales
502
Idem.
Código Nacional de Procedimientos Penales
503
Contreras Vaca, Francisco José, en su obra «Derecho Internacional Privado», parte
especial, 2ª edición, México, Oxford, 2006, p. 96.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
FORMAS ESPECÍFICAS DE ASISTENCIA
Artículo 445. Notificación de documentos procesales
En aquellas asistencias que tengan como finalidad la notificación de do-
cumentos, se deberá especificar el nombre y domicilio de la persona o per-
sonas a quienes se deba notificar.
Cuando la notificación tenga por objeto hacer del conocimiento alguna
diligencia o actuación con una fecha determinada, la misma deberá enviar-
se con una anticipación razonable respecto de la fecha de la diligencia.
En todos los casos, la Autoridad Central, sin demora, procederá a realizar
o tramitar la notificación de documentos procesales aportados por el Estado
o la autoridad requirente, en la forma y términos solicitados.
La autoridad que realice la notificación levantará un acta circunstancia-
da o bien una declaración fechada y firmada por el destinatario, en la que
conste el hecho, la fecha y la forma de notificación.
504
Firmado en la Ciudad de México el 1º de noviembre de 2013 y publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 18 de mayo de 2015.
Alfonso Pérez Daza
505
Ratificada por nuestro país el 4 de marzo de 2003.
Código Nacional de Procedimientos Penales
…
«11. A los efectos del párrafo 10 del presente artículo:
a) El Estado Parte al que se traslade a la persona tendrá la competencia y la obli-
gación de mantenerla detenida, salvo que el Estado Parte del que ha sido trasladada
solicite o autorice otra cosa;
b) El Estado Parte al que se traslade a la persona cumplirá sin dilación su obliga-
ción de devolverla a la custodia del Estado Parte del que ha sido trasladada, según
convengan de antemano o de otro modo las autoridades competentes de ambos
Estados Parte;
c) El Estado Parte al que se traslade a la persona no podrá exigir al Estado Parte del
que ha sido trasladada que inicie procedimientos de extradición para su devolución;
d) El tiempo que la persona haya permanecido detenida en el Estado Parte al
que ha sido trasladada se computará como parte de la pena que ha de cumplir en el
Estado del que ha sido trasladada.»
regla general establece que será el estado mexicano, quien asumirá los
gastos que deriven de la misma, a excepción de los honorarios legales de
peritos y los relacionados con el traslado de testigos, los que serán a cargo
de la autoridad requirente.
Esta primera parte, supone que el estado mexicano debe contemplar
recursos económicos en su Presupuesto de Egresos, para hacer frente a
esta obligación, la cual recae particularmente, en la Dirección General de
Procedimientos Internacionales de la Procuraduría General de la Repúbli-
ca, la que de conformidad con el artículo 52, fracción VII del Reglamento
de su Ley Orgánica, es la encargada de colaborar en el cumplimiento de
acuerdos y tratados internacionales relacionados con asistencia jurídica in-
ternacional.
Sin embargo, la excepción se presenta cuando no se pueda cubrir el
costo, supuesto ante el cual, la autoridad requirente podrá optar por asu-
mir el importe o bien, por no llevar a cabo el desahogo de la solicitud. Esta
disposición es importante en la medida en que hay diligencias que por su
propia naturaleza resultan más costosas que otras, de modo que resulta-
ría absurdo pretender que la autoridad requerida las cubra aun cuando
no cuente recursos para ello, porque es el estado o autoridad requirente,
quien tiene un interés principal en que se lleven a cabo.
Código Nacional de Procedimientos Penales
CAPÍTULO III
DE LA ASISTENCIA INFORMAL
Artículo 455. Asistencia informal
Toda aquella información o documentación que puede ser obtenida de
manera informal por la Autoridad Central, sin que medie una solicitud ofi-
cial basada en un convenio o Tratado internacional ni formalidad alguna, es
una asistencia informal.
Este tipo de información o documentación sólo servirá como indicio a
la autoridad investigadora y en ningún caso podrá formalizarse, a menos
que sea requerida mediante la figura de asistencia jurídica internacional,
cubriendo todos los requisitos señalados en los convenios y Tratados de con-
formidad con los preceptos establecidos en el presente Código.
506
Ovalle Fabela, José, Teoría General del Proceso, Rafael, 6ª edición, México, Editorial
Oxford, 2005, p. 326.
Alfonso Pérez Daza
507
Citado por Correa Selamé, Jorge Danilo, Recursos Procesales Penales, Santiago, Lexis
Nexis, 2005, p. 5.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 11, Tomo I,
octubre de 2014, p. 35, número de registro digital: 2007548, con el título y subtítu-
lo: «RECURSO DE REVISIÓN. ES IMPROCEDENTE CONTRA SENTENCIAS DECLA-
RADAS EJECUTORIADAS, SALVO QUE LA DECLARACIÓN RELATIVA SE REALICE
CON POSTERIORIDAD A LA INTERPOSICIÓN OPORTUNA DE AQUÉL O ANTES
DE QUE FENEZCA EL PLAZO PARA ELLO.
Esta tesis se publicó el viernes 11 de diciembre de 2015 a las 11:15 horas en el
Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligato-
ria a partir del lunes 14 de diciembre de 2015, para los efectos previstos en el punto
séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.»
508
Sentencia nº 120/1995 del Tribunal Constitucional español, Sala 2ª, 17 de julio de
1995. http://tc.vlex.es/vid/1-24-c-sstc-f-j-2-as-3-15355498
Código Nacional de Procedimientos Penales
509
Meseguer Yebra, Joaquin, La rectificación de los errores materiales, de hecho y aritmé-
ticos en los actos administrativos, Bosch, Barcelona, España, 2001, p. 15.
Alfonso Pérez Daza
CAPÍTULO II
RECURSOS EN PARTICULAR
SECCIÓN I
Revocación
Artículo 465. Procedencia del recurso de revocación
El recurso de revocación procederá en cualquiera de las etapas del pro-
cedimiento penal en las que interviene la autoridad judicial en contra de las
resoluciones de mero trámite que se resuelvan sin sustanciación.
El objeto de este recurso será que el mismo Órgano jurisdiccional que
dictó la resolución impugnada, la examine de nueva cuenta y dicte la reso-
lución que corresponda.
podrá oír previamente a las demás partes dentro del plazo de dos días de
interpuesto el recurso, si se tratara de un asunto cuya complejidad así lo
amerite.
SECCIÓN II
Apelación
APARTADO I
Reglas generales de la apelación
Artículo 467. Resoluciones del Juez de control apelables
Serán apelables las siguientes resoluciones emitidas por el Juez de con-
trol:
I. Las que nieguen el anticipo de prueba;
II. Las que nieguen la posibilidad de celebrar acuerdos reparatorios o no
los ratifiquen;
III. La negativa o cancelación de orden de aprehensión;
IV. La negativa de orden de cateo;
V. Las que se pronuncien sobre las providencias precautorias o medidas
cautelares;
VI. Las que pongan término al procedimiento o lo suspendan;
VII. El auto que resuelve la vinculación del imputado a proceso;
Código Nacional de Procedimientos Penales
510
Horvitz Lennon María Inés y López Masle Julián, Derecho Procesal Penal Chileno,
Editorial Jurídica de Chile, 2002, tomo I, p. 370.
511
Citado por Benavente Chorres, Hesbert, Los recursos impugnatorios en el proceso
penal acusatorio y oral, México, Flores Editor, 2010, p. 240.
512
Ferrajoli, Luigi, Los valores de la doble instancia y la nomofilaquia, traducción de Car-
la Armans, Nueva doctrina penal, 1996-B, Buenos Aires, Editorial del Puerto, 1996, t.
1, p. 450.
Alfonso Pérez Daza
me, párrafo 56, Caso Mohamed contra Argentina, párrafo100, Caso Liakat Ali Alibux
contra Suriname, párrafo 86, Caso Barreto Leiva contra Venezuela, párrafo 89 y Caso
Liakat Ali Alibux contra Suriname, párrafo 49). – e) Recurso al alcance de toda perso-
na condenada: el derecho a recurrir del fallo no podría ser efectivo si no se garantiza
respecto de todo aquél que es condenado, ya que la condena es la manifestación del
ejercicio del poder punitivo del Estado. Debe ser garantizado inclusive frente a quien
es condenado mediante una sentencia que revoca una decisión absolutoria (Caso
Mohamed contra Argentina, párrafo 92, y Caso Liakat Ali Alibux contra Suriname,
párrafo 84. – f) Recurso que respete las garantías procesales mínimas: los regímenes
recursivos deben respetar las garantías procesales mínimas que, con arreglo al artí-
culo 8 de la Convención, resulten pertinentes y necesarias para resolver los agravios
planteados por el recurrente, sin que ello implique la necesidad de realizar un nuevo
juicio oral (Caso Mohamed contra Argentina, párrafo 101 y Caso Liakat Ali Alibux
contra Suriname, párrafo 87.»
APARTADO II
Trámite de apelación
Artículo 471. Trámite de la apelación
El recurso de apelación contra las resoluciones del Juez de control se in-
terpondrá por escrito ante el mismo Juez que dictó la resolución, dentro de
los tres días contados a partir de aquel en el que surta efectos la notificación
si se tratare de auto o cualquier otra providencia y de cinco días si se tratare
de sentencia definitiva.
En los casos de apelación sobre el desistimiento de la acción penal por
el Ministerio Público se interpondrá ante el Tribunal de enjuiciamiento que
dictó la resolución dentro de los tres días contados a partir de que surte
efectos la notificación. El recurso de apelación en contra de las sentencias
definitivas dictadas por el Tribunal de enjuiciamiento se interpondrá ante el
Tribunal que conoció del juicio, dentro de los diez días siguientes a la notifi-
Código Nacional de Procedimientos Penales
sentido del fallo se sostiene; de ser así, rechazará declarar la nulidad plan-
teada; si no, en aras de tutelar el principio de inmediación, deberá ordenar
un nuevo juicios, ante un tribunal distinto.
En este nuevo juicio que es consecuencia del recurso de apelación, se
satisface la existencia del Pacto de San José de Costa Rica, conforme a las
premisas sentadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pri-
mordialmente, la referente a que el recurso permita el examen íntegro de
la cuestión planteada.
En el supuesto de que no se haya generado vulneración a derechos
fundamentales o que no haya producido trascendencia a la sentencia, la
sentencia dictada en el recurso de apelación no decretará la reposición
del procedimiento, aun cuando exista agravio que se fundamente en la
inobservancia de derechos procesales.
La clase de reposición de proceso dependerá de la ponderación que el
Tribunal de alzada realice respecto de las circunstancias particulares del
caso y puede ser: a) total, que implica que la audiencia de juicio deberá
realizarse íntegramente ante un Tribunal de enjuiciamiento distinto; o, b)
parcial, supuesto en el cual, el Tribunal de alzada determinará si es posi-
ble su realización ante el mismo Órgano jurisdiccional u otro distinto, en
función de la garantía de la inmediación y del principio de objetividad del
Órgano jurisdiccional.
deración de que debe analizar oficiosamente la litis para anular los actos
que resulten contrarios a los derechos fundamentales, sirve de apoyo a lo
anterior lo establecido en la Tesis XVII.1°.P.A.J/12 (10ª), emitida por los
tribunales Colegiados de Circuito en la Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo IV, Página 3290, de
rubro y texto:
RECURSO DE APELACIÓN EN EL NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL
ESTADO DE CHIHUAHUA. AL RESOLVERLO EL TRIBUNAL DE ALZADA ESTÁ OBLI-
GADO A ANALIZAR OFICIOSAMENTE LA LITIS E INCLUSO CUESTIONES NO PRO-
PUESTAS POR EL RECURRENTE EN SUS AGRAVIOS PARA ANULAR LOS ACTOS
QUE RESULTEN CONTRARIOS A SUS DERECHOS FUNDAMENTALES, PUES NO
HACERLO IMPLICA UNA VIOLACIÓN GRAVE A LOS DERECHOS HUMANOS DE
LAS PARTES [APLICACIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 1a./J. 18/2012 (10a.)]. Según
la jurisprudencia 1a./J. 18/2012 (10a.) de la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en la página 420, del Libro XV, Tomo 1, diciembre de
2012, Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
«CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD (REFORMA
CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE 2011)», en el sistema jurídico mexicano
actual, por virtud de la reforma al artículo 1o. constitucional, todas las autoridades en
el ámbito de su competencia, están facultadas y obligadas en materia de derechos
humanos a realizar control de constitucionalidad y de convencionalidad, sin dejar de
ver que la diferencia estriba en la asignación de los efectos del estudio relativo a la
contradicción entre la Constitución, los tratados internacionales y la ley cuya constitu-
cionalidad se controla, ya que los órganos integrantes del Poder Judicial de la Federa-
ción actuando como Jueces constitucionales, podrán declarar la inconstitucionalidad
de una norma por no ser conforme a la Constitución o a los tratados internacionales,
mientras que las demás autoridades del Estado Mexicano sólo podrán desaplicar la
norma si consideran que no es conforme a la Carta Magna o a los tratados interna-
cionales. Por lo anterior, tratándose de los recursos en el nuevo sistema de justicia
penal en el Estado de Chihuahua, como el de apelación, el tribunal de alzada fue
dotado de facultades para calificar la actuación de las autoridades judiciales sujetas
a su potestad, bajo la consideración de que debe analizar oficiosamente la litis para
anular los actos que resulten contrarios a los derechos fundamentales, destacándose
que esa obligación otorgada a la Sala encierra, incluso, la posibilidad de examinar
cuestiones no propuestas por el recurrente en sus agravios, que podrían resultar favo-
rables, independientemente de que finalmente lo sean. Por consiguiente, es suficiente
que el análisis de un problema no propuesto pudiera resultar benéfico para que deba
realizarse el estudio correspondiente, pues no hacerlo implica una violación grave
de derechos humanos, ya sea por retrasar la resolución del juicio o por originar una
afectación que cause que no pueda conocerse la verdad o que la sentencia logre su
objetivo, porque la violación por acción o por omisión de los derechos de las partes
en el procedimiento penal, frustraría el dictado de una sentencia razonable, que es lo
que espera la sociedad; por ello, la omisión del estudio ex officio de la litis en el pro-
cedimiento penal, produce una violación que puede trastocar los derechos humanos
de las partes.
Alfonso Pérez Daza
513
Dr. Apolonio Betancourt Ruiz, Lic. Juan Guillermo Toro Lerma, Dr. Jesús Julián Rodrí-
guez Cabral, Dr. Manuel Valadez Díaz, M.D. Carlos Enrique Guzmán González.
Código Nacional de Procedimientos Penales
514
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS. Diccionario Jurídico Mexicano. 12
ed. Ed. Porrúa. México. 1998.
Código Nacional de Procedimientos Penales
instancia, esto es, restringe la posibilidad de que pueda ser otorgado con
posterioridad a ese evento, en perjuicio de la persona que cometió el he-
cho delictivo.
No obstante, dicha restricción legal, debe ser interpretada de conformi-
dad con el nuevo marco constitucional, que impone a todas las autoridades
del país, el deber de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales
de los que el Estado Mexicano sea parte, en concordancia con el principio
pro homine, consagrado en el artículo 1º. de la Carta Magna, que impone
a todas las autoridades adoptar el criterio interpretativo más favorable al
derecho humano de que se trate, por lo que siempre deberá preferirse
una opción orientada a privilegiar, preferir, seleccionar, favorecer y tutelar
la norma que mejor proteja los derechos fundamentales del ser humano.
Así lo han hecho ya algunos tribunales, quienes atendiendo al mayor
beneficio del justiciable, conforme al principio pro homine, han sostenido,
recientemente, que el perdón del ofendido en los delitos de querella pro-
cede aun después del dictado de resolución firme, pues, tiene por objeto la
benigna exención de las consecuencias de la comisión de un ilícito a quien
se instruya o hubiere instruido un proceso, sin que ello implique el desco-
nocimiento de la cosa juzgada, ya que la preeminencia de la sentencia con-
denatoria no se ve afectada, pues se encuentra latente el estado de derecho
creado a través del fallo judicial, al únicamente beneficiarse al sentenciado
con la oportunidad de gozar de su libertad, sin destruir los restantes efec-
tos de la firmeza de la decisión en la esfera de prerrogativas del gobernado.
Al respecto, cabe citar la tesis aislada XV.2o.3 P (10a.), registro 2002592,
Libro XVI, p. 2110, enero de 2013, Tomo 3, Décima Época, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, emitida por el Segundo Tribunal Co-
legiado del Décimo Quinto Circuito, de rubro y texto siguientes:
«PERDÓN DEL OFENDIDO EN DELITOS DE QUERELLA. PROCEDE AUN DES-
PUÉS DEL DICTADO DE SENTENCIA EJECUTORIADA, CONFORME AL PRINCIPIO
PRO HOMINE CONSAGRADO EN EL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN PO-
LÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
BAJA CALIFORNIA). El Código Penal para el Estado de Baja California contempla en
su artículo 97, fracción V, como causa de extinción de la pretensión punitiva y de la
potestad de ejecutar las penas y medidas de seguridad, el perdón del ofendido en
los delitos de querella, el cual debe concederse conforme al artículo 106 del mismo
código, antes de dictarse la sentencia de segunda instancia y siempre que el impu-
tado no se oponga a su otorgamiento. Ahora bien, con los citados numerales se está
ante dos supuestos normativos con aparente identidad, pues coinciden en un punto
de derecho, pero difieren en cuanto a sus consecuencias jurídicas; por tanto, es ne-
cesario esclarecer su sentido, dejando atrás su simple intelección gramatical, para
dilucidar la razón de su objeto, atendiendo al contexto en el que se encuentran y a la
Código Nacional de Procedimientos Penales
finalidad que persiguen. Para tal fin, debe considerarse que el artículo 1o. de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, entraña como obligación de todas
las autoridades del país dentro del ámbito de su competencia, el promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos en el Pacto Federal y en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. Además, consagra
el principio pro homine, consistente en la constante adopción del criterio interpre-
tativo más favorable al derecho humano de que se trate; motivo por el que siempre
deberá preferirse una opción orientada a privilegiar, preferir, seleccionar, favorecer y
tutelar la norma que mejor proteja los derechos fundamentales del ser humano. Sobre
esta base, atendiendo al mayor beneficio del justiciable, los citados preceptos deben
interpretarse conforme a la teleología de la norma, así como en armonía con el con-
texto jurídico de ésta; por lo que analizado el campo legal en el que se encuentran
y las figuras de amnistía e indulto, las cuales tienen una génesis idéntica al perdón al
condonar la pretensión punitiva y la ejecución de las penas, así como de sus efectos
y la obtención de la libertad, independientemente del momento procesal en que
se actualicen —antes o después de dictada sentencia ejecutoriada—, se concluye,
que conforme al citado principio pro homine el perdón del ofendido en los delitos
de querella procede aun después del dictado de resolución firme, pues al igual que
la amnistía y el indulto tiene como objeto la benigna exención de las consecuencias
de la comisión de un ilícito a quien se instruya o hubiere instruido un proceso. Sin
que ello implique el desconocimiento de la cosa juzgada, pues si bien sus efectos
no pueden encontrarse al arbitrio de los particulares, al constituir una expresión por
excelencia de la soberanía del Estado, lo cierto es que con la obtención del perdón, la
preeminencia de la resolución no se ve afectada, pues se encuentra latente el estado
de derecho creado a través del fallo judicial, al únicamente beneficiarse al sentencia-
do con la oportunidad de gozar de su libertad, sin destruir los restantes efectos de la
firmeza de la decisión en la esfera de prerrogativas del gobernado. Además, si bien es
cierto que la querella tiene como fin que la afectación de los particulares por la comi-
sión de un ilícito, tenga como consecuencia la sanción de quien la provocó, e incluso,
la reparación de su daño, también lo es que si se otorga el perdón no hay justificación
para mantener al sentenciado bajo el yugo del derecho penal.»
nar el problema penal, en cualquier fase del procedimiento para los delitos
que se persiguen por querella, a través del consentimiento de la víctima u
ofendido, y tiene por objeto dar por terminado el proceso.
V. Indulto.
El derecho penal mexicano prevé como una causa de extinción de la ac-
ción penal para evitar la compurgación de la pena, el perdón que concede
el Poder Ejecutivo como un acto de gracia del Estado, en beneficio de un
sentenciado, por haber prestado servicios importantes a la Nación o por
razones de interés social, con la salvedad de que subsiste la obligación de
reparar el daño que correspondiere.
De conformidad con el Diccionario Jurídico Mexicano es una medida
de excepción facultativa del titular del Poder Ejecutivo o del Jefe del Esta-
do en beneficio de determinado sentenciado, consistente en la remisión
o perdón de la sanción penal impuesta en una sentencia firme como un
acto de gracia, por haber prestado un servicio importante a la Nación o por
razón de interés social515.
El indulto se encuentra regulado en los artículos 89, fracción XIV, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los diversos 94,
97, 97 bis y 98 del Código Penal Federal, que prevén:
«Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente, son las siguientes:
I a XIII (…)»
«XIV. Conceder, conforme a las leyes, indultos a los reos sentenciados por delitos
de competencia de los tribunales federales y a los sentenciados por delitos del orden
común, en el Distrito Federal….»
«Artículo 94. El indulto no puede concederse, sino de sanción impuesta en sen-
tencia irrevocable.»
«Artículo 97. Cuando la conducta observada por el sentenciado refleje un alto
grado de readaptación social y su liberación no represente un peligro para la tranqui-
lidad y seguridad públicas, conforme al dictamen del órgano ejecutor de la sanción y
no se trate de sentenciado por traición a la Patria, espionaje, terrorismo, sabotaje, ge-
nocidio, delitos contra la salud, violación, delito intencional contra la vida y secuestro,
ni de reincidente por delito intencional, se le podrá conceder indulto por el Ejecutivo
Federal, en uso de facultades discrecionales, expresando sus razones y fundamentos
en los casos siguientes:
I. Por los delitos de carácter político a que alude el artículo 144 de este Código;
II. Por otros delitos cuando la conducta de los responsables haya sido determina-
da por motivaciones de carácter político o social, y
III. Por delitos de orden federal o común en el Distrito Federal, cuando el senten-
ciado haya prestado importantes servicios a la Nación, y previa solicitud.».
515
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS. Diccionario Jurídico Mexicano. 12
ed. Ed. Porrúa. México. 1998.
Código Nacional de Procedimientos Penales
La amnistía puede ser decidida antes del proceso penal, durante su cur-
so, o bien después de la condena, pero en todos los casos, borra los actos
que han pasado antes de ella, suprime la infracción, la persecución del
delito, la formación de los juicios, en suma, borra todo el pasado.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Se justifica por la utilidad que puede tener para la sociedad, que se den
al olvido ciertos hechos y tiene como efectos extinguir la acción pública
de manera que el beneficio es irrenunciable y produciendo sus efectos de
pleno derecho, invalida la misma condena; los sentenciados a penas cor-
porales, recobran su libertad, las multas y gastos pagados al erario deben
ser restituidas, y si los amnistiados cometen nuevos delitos, no pueden ser
tomados en consideración, a los fines de la reincidencia.
Ahora, lo que no invalida la amnistía es la reparación del daño, pues
subsisten las consecuencias civiles de la infracción, y la parte civil perjudi-
cada tiene derecho de demandar ante los tribunales, la reparación de los
daños y perjuicios causados, tal como lo prevé el propio artículo 92 del
Código Penal Federal.
En armonía con lo anterior, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), en su artículo 4, denominado
«Derecho a la Vida», punto 6, reconoce la procedencia de la amnistía, al
establecer que:
«Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el in-
dulto o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en todos los
casos. No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de
decisión ante autoridad competente.»
humanos, motivo por el cual habría que evitarlo a través de una posible
reforma que se haga a esa disposición constitucional, que limite su proce-
dencia, o bien, que el Congreso de la Unión, a quien corresponde decidir
sobre aquélla, privilegie el derecho que tiene la sociedad a conocer la ver-
dad acerca de esas violaciones, y que ese tipo de delitos sea sancionado y
sus perpetradores sean castigados.
VII. Prescripción.
Es la institución jurídica a través de la cual el transcurso del tiempo
señalado por la ley, computado desde la comisión del injusto, extingue la
pretensión punitiva del Estado, o bien, su potestad para ejecutar las penas
y medidas de seguridad, por no haberse ejercicio oportunamente la acción
penal.
La Enciclopedia jurídica Omeba define la prescripción de la acción
como aquella que por imperio de la ley, transcurrido un lapso determi-
nado, variable, según sean la índole y extensión de la pena establecida,
aniquila la posibilidad de perseguir al sujeto autor de un delito516. Mientras
que para Villalobos, es un medio extintivo, tanto de la acción penal como
de la pena, y se funda en el transcurso en el tiempo que borra el recuerdo
social de las ofensas, lo que presentaría el proceso y la sanción517.
El Libro Primero, Título Quinto «Extinción de la responsabilidad pe-
nal», Capítulo VI, denominado «Prescripción», del Código Penal Federal,
en sus artículos 100 a 115, disponen, fundamentalmente, los plazos en que
opera la prescripción, los distintos momentos a partir de los cuales em-
piezan a correr, las causas de interrupción y los casos en que procede la
duplicidad de los plazos respectivos.
El presente apartado no tiene la intención de analizar cada uno de los
elementos que conforman la prescripción, solamente en hacer hincapié
en que dicha figura constituye un modo de extinguir la responsabilidad
penal, tanto de la acción como de la pena, por el simple transcurso del
tiempo.
Respecto a la forma cómo se debe computar el plazo, la Primera Sala
en Jurisprudencia firme ha establecido la tesis: 1a./J. 65/2008 Registro:
168291 Novena Época Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su
516
Enciclopedia jurídica Omeba, Driskill, S.A., Buenos Aires, 1979, Tomo XXII, p. 941.
517
Citado por Malo Camacho, Gustavo. Derecho penal mexicano, Porrúa, México, 2000,
p. 633.
Alfonso Pérez Daza
Gaceta Tomo XXVIII, diciembre de 2008 Materia(s): Penal p. 117, de rubro y texto
siguientes:
«PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. PARA SU CÓMPUTO DEBE ATENDER-
SE A LA PENALIDAD APLICABLE AL DELITO ESTABLECIDO EN CADA FASE QUE IN-
TEGRA EL PROCEDIMIENTO PENAL. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha sostenido que tanto al obsequiarse la orden de aprehensión como al
dictar el auto de formal prisión, debe fijarse el delito, ya sea en forma simple o con sus
respectivas calificativas, modalidades o modificativas; de ahí que en cualquier fase
del procedimiento penal, el plazo para que opere la prescripción debe computarse
a partir del establecimiento del delito que se le atribuye al probable responsable. Así,
la prescripción se actualiza en cada etapa procesal, tomando en cuenta el delito por
el cual se emite la determinación respectiva, atendiendo a si existen o no calificativas
sobre el ilícito establecido y conforme a la legislación correspondiente. Esto es, debe
considerarse la pena del delito configurado atribuido al responsable, ya sea básico
o con todas sus modalidades o circunstancias modificativas o calificativas, lo cual
deriva en la obligación constitucional y legal de todo juzgador consistente en que
al emitir una orden de aprehensión, auto de formal prisión, apelación o cualquier
otro acto durante el proceso determine, según el delito de que se trate, los datos que
acrediten los elementos del tipo penal, no sólo para precisar la figura delictiva bási-
ca, sino también para que, de ser el caso, se configure su específica referencia a un
tipo complementado, subordinado o cualificado, pues no debe perderse de vista que
durante el proceso penal pueden actualizarse diferentes fases, por lo que deben de-
terminarse con precisión sus elementos constitutivos, incluyendo las modificativas o
calificativas que, en su caso, surjan de los hechos materia de la etapa procesal de que
se trate. Por tanto, debe tomarse en cuenta el delito determinado por el cual se sigue
el procedimiento, en cualquiera de sus fases, de manera que la prescripción quedará
condicionada al transcurso del término establecido para la sanción que corresponda
al delito concreto señalado en cada etapa procesal. Lo anterior es así, porque con-
forme al principio de seguridad jurídica, en cada una de ellas puede modificarse el
delito, por lo que si al obsequiar la orden de aprehensión se le atribuye al probable
responsable determinado ilícito, el término para que opere la prescripción se compu-
tará de acuerdo a los plazos previstos en la legislación correspondiente, y si al dictado
del auto de formal prisión se le ubica en uno diverso, ya sea básico o con calificativas,
el indicado término se computará de acuerdo a la penalidad aplicable a esta nueva
valoración del delito, y de igual forma tendrá que hacerse en cada una de las fases
que integran el procedimiento penal.
Contradicción de tesis 46/2007-PS. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del
Décimo Quinto Circuito. 4 de junio de 2008. Cinco votos. Ponente: Sergio A. Valls
Hernández. Secretario: Antonio Espinosa Rangel.
Tesis de jurisprudencia 65/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribu-
nal, en sesión de fecha veinticinco de junio de dos mil ocho.»
la pena impuesta. Sin embargo, esta garantía tiene un ámbito de protección más allá
de la aplicación del derecho penal sustantivo (demostración del delito y ejecución
de la pena), esto es, también opera respecto de las consecuencias jurídicas derivadas
del proceso penal que inciden en la esfera de derechos del gobernado, las cuales no
pueden quedar incólumes. En este sentido, si la porción normativa que preveía el tipo
penal por el que se condenó al sentenciado fue derogada, dejó de ser relevante para
el derecho penal y para la potestad punitiva del Estado, lo que beneficia a quienes
fueron sentenciados y se les tuvo por extinguida la pena impuesta, aun al existir cosa
juzgada; por ende, procede la destrucción de la ficha signalética y de los antece-
dentes penales derivados del proceso en virtud de que al no existir como delito la
conducta, sus consecuencias deben correr la misma suerte; máxime que no se trata
de una “simple medida administrativa”, ya que si bien no es una pena técnicamente
hablando, ni participa de las características de ser pena infamante y trascendental, lo
cierto es que en nuestro medio social y cultural se les considera un medio informativo
de la conducta ilícita del inculpado que trasciende a su esfera jurídica, pues el cono-
cimiento de su contenido por los ciudadanos, produce el mismo impacto que una
pena privativa de derechos, ya que tienen un efecto estigmatizante, dado que quien
es identificado queda inhabilitado, de hecho, para cargos privados y se convierte en
un ciudadano de segundo orden, pues se ataca en forma directa su honra y fama,
cuya secuela trasciende, negativamente, en su esfera jurídica.»
do, de alguna manera, dos veces a una persona por idéntica conducta, al
permitir el trámite de ambos procedimientos.
En efecto, el hecho de que en ninguna de los procesos penales se haya
dictado aún sentencia, no implica que deba subsistir, concomitantemente,
los dos, pues, de permitirlo y seguir su trámite hasta su conclusión, se esta-
ría juzgando, de algún modo, dos veces a una persona por idéntica conduc-
ta, de ahí que este supuesto, al igual que los previstos, de manera expresa,
en el artículo en comento, debió ser contemplado por el legislador, con el
objeto de que se extinguiera la acción penal en relación con el proceso que
se hubiese iniciado en segundo término.
En armonía con lo anterior, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), en su artículo 8, denominado
«Garantías Judiciales», punto 4, reconoce como un derecho de los impu-
tados el que no se le pueda juzgar dos veces por los mismos hechos, como
se ve de su contenido:
«Artículo 8. Garantías Judiciales.- 4. El inculpado absuelto por una sentencia firme
no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.»
ción penal, cuando las condiciones impuestas por el juez de control, para tal
efecto, hayan sido cumplidas por el imputado y no se hubiese revocado aquélla.
Finalmente, el tercero versa sobre la aplicación de los criterios de opor-
tunidad y, al efecto, señala que tiene el efecto de extinguir la acción penal
con respecto al autor o partícipe en cuyo beneficio se dispuso la aplicación
de dicho criterio.
Ahora, como tales figuras ya fueron analizadas en los apartados corres-
pondientes, cualquier comentario que pudiera hacerse, resultaría redun-
dante, por lo que se reenvía a los citados artículos y su comentario.
518
García Ramírez, Sergio, Derecho Penal, p. 420, http://biblio.juridicas.unam.mx/li-
bros/1/311/13.pdf
Código Nacional de Procedimientos Penales
sentencia condenatoria, sin abrir otra instancia para que se valore nuevamente el ma-
terial probatorio. Sin embargo, respecto de la hipótesis de procedencia de este inci-
dente, prevista en la fracción V del artículo 560 del Código Federal de Procedimientos
Penales, se colige que más que reconocer la inocencia del sentenciado, su finalidad
es evitar una doble sanción, es decir, que un sujeto no sea condenado dos veces
por el mismo delito en relación con los mismos hechos; circunstancia que, además,
permite establecer que se trata de juicios de naturaleza penal que en concordancia
con los diversos 23 de la Constitución Federal y 118 del Código Penal para el Distrito
Federal en Materia de Fuero Común, y para toda la República en Materia de Fuero
Federal, pues de la lectura de dicho precepto se aprecia que “El reconocimiento de
la inocencia del sentenciado se basa en alguno de los motivos siguientes: V. Cuando
el sentenciado hubiese sido condenado por los mismos hechos en juicios diversos. En
este caso, prevalecerá la sentencia más benigna” y de ese modo se pretende evitar
una dualidad de procesos en los que exista identidad de partes, sujeto pasivo y sujeto
activo (Estado); identidad de acciones, en las que por tratarse del mismo delito, existe
igual pretensión constituida por la aplicación de la pena; y, por último, identidad de
causa, o sea, la coincidencia del hecho producido por el particular afectado con el
supuesto jurídico previsto en la legislación vigente y que juntos forman la idéntica
controversia en la causa penal».
nadie puede ser condenado dos veces por los mismos hechos, lo que obliga
al juez a anular la sentencia dictada en segundo lugar, debiendo prevalecer
la primera pronunciada.
El segundo supuesto prevé la anulación de la sentencia cuando se dero-
gue la ley, o se modifique el tipo penal o, en su caso, la pena por la que se
dictó sentencia o la sanción impuesta, procediendo a aplicar la más favo-
rable al sentenciado, de lo que se desprenden los siguientes supuestos de
procedencia cuando se:
a) Derogue la ley.
b) Modifique el tipo penal.
c) Modifique la pena por la que se dictó la sentencia condenatoria.
d) Modifique la sanción impuesta.
Supuestos, todos, en los que se aplicará la ley más benéfica.
En cuanto a la hipótesis contenida en el inciso a, se actualiza cuando la
conducta tipificada como delictiva deja de serlo, esto es, ya no se considera
delito, deja de ser relevante para la potestad punitiva del Estado, lo que no
ocurre cuando la conducta delictiva continúa teniendo esa calidad porque
la norma derogada que la preveía ha sido sustituida por otra que considera
como delito el mismo hecho.
En cuando al segundo supuesto —cuando se modifique el tipo penal—
es necesario, para su actualización, que los elementos que definieron la
configuración del delito, de acuerdo con su tipificación derogada, frente
a la nueva redacción, ya no sean los mismos y, con base en ello, que la
conducta llevada a cabo no reúna todos los elementos del tipo penal mo-
dificado.
Los dos supuestos restantes se actualizan al ser modificada la pena san-
ción señaladas en la sentencia condenatoria impuesta, surgiendo la obli-
gación del juzgador penal, en atención del principio de retroactividad de
la ley penal a favor del imputado, acusado o sentenciado, previsto en el
primer párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, de aplicar la ley más benéfica, anulando la sentencia
más perjudicial.
De lo que se desprende, como lo precisó el legislador, que la sola causa-
ción de la conducta no podrá fundamentar, por sí sola, la responsabilidad
penal, pues deberá privilegiarse al gobernado cuando las circunstancias
modifiquen la regulación del tipo penal, con independencia de que se
hubiese cometido la conducta.
Código Nacional de Procedimientos Penales
Comentario. Los artículos 488 y 489 se refieren al trámite que debe se-
guirse en el reconocimiento de inocencia o la anulación de la sentencia.
El trámite inicia con un escrito presentado por el sentenciado, que se
cree con derecho a obtener el reconocimiento de inocencia o la anulación
de la sentencia, ante el tribunal de alzada que sea competente para cono-
cer del recurso de apelación, en el que expondrá, detalladamente, la causa
en que funda su petición, lo que pone de relieve que se tramita a instancia
de parte.
El solicitante deberá acompañar las pruebas con las que sustente su peti-
ción, o bien, ofrecerá exhibirlas en la audiencia respectiva, para lo cual ten-
drá un plazo no mayor de diez días para ello; y, en aquellos casos en que,
por alguna razón, no tenga en su poder las documentales que pretenda
exhibir, deberá indicar el lugar en donde se localizan, y solicitar al Tribunal
de alzada que efectúe las gestiones indispensables para que las recabe.
En cuanto a las pruebas que se pueden ofrecer, cabe destacar que el
legislador no limitó su ofrecimiento a alguna en particular, como por ejem-
plo, a las pruebas documentales, por tanto, si el legislador no hizo alguna
distinción, el operador no lo puede hacer, de manera que es válido soste-
ner que puede ofrecerse cualquier medio de prueba, siempre que tengan
por objeto acreditar que el solicitante tiene derecho al reconocimiento de
su inocencia o que se actualiza alguna de las hipótesis para la anulación de
la sentencia.
Es oportuno despejar esa inquietud porque el reconocimiento de ino-
cencia, por su naturaleza, puede ser demostrado, como se indicó, entre
otras formas, mediante pruebas obtenidas gracias a los avances de la cien-
cia o tecnología, verbigracia, a través del desahogo de periciales en alguna
ciencia, arte o técnica, antes difícil o imposible de obtener; imaginémonos
que los avances en telecomunicaciones, en la medicina o en la genética,
por citar algunos, permitan hacer del conocimiento de la autoridad ju-
dicial, una cuestión que antes no era posible, con la que se acredita, con
certeza, que no existió el hecho ilícito, por el que se le condenó, o bien,
que no participó en su comisión.
Código Nacional de Procedimientos Penales
519
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, 23 edición, Madrid,
2014.
Código Nacional de Procedimientos Penales
sus allegados, el menoscabo de valores muy significativos para las personas, así como
las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia de la
víctima o su familia—.»
II. Establecer y coordinar las acciones y medidas necesarias para promover, respe-
tar, proteger, garantizar y permitir el ejercicio efectivo de los derechos de las víctimas;
así como implementar los mecanismos para que todas las autoridades en el ámbito
de sus respectivas competencias cumplan con sus obligaciones de prevenir, investi-
gar, sancionar y lograr la reparación integral;»
….
«Artículo 4. Se denominarán víctimas directas aquellas personas físicas que ha-
yan sufrido algún daño o menoscabo económico, físico, mental, emocional, o en
general cualquiera puesta en peligro o lesión a sus bienes jurídicos o derechos como
consecuencia de la comisión de un delito o violaciones a sus derechos humanos
reconocidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales de los que el Estado
Mexicano sea Parte.
Son víctimas indirectas los familiares o aquellas personas físicas a cargo de la
víctima directa que tengan una relación inmediata con ella.
Son víctimas potenciales las personas físicas cuya integridad física o derechos
peligren por prestar asistencia a la víctima ya sea por impedir o detener la violación
de derechos o la comisión de un delito.
La calidad de víctimas se adquiere con la acreditación del daño o menoscabo de
los derechos en los términos establecidos en la presente Ley, con independencia de
que se identifique, aprehenda, o condene al responsable del daño o de que la víctima
participe en algún procedimiento judicial o administrativo.
Son víctimas los grupos, comunidades u organizaciones sociales que hubieran
sido afectadas en sus derechos, intereses o bienes jurídicos colectivos como resultado
de la comisión de un delito o la violación de derechos.».
«Artículo 6. Para los efectos de esta Ley, se entenderá por:
…
XIX. Violación de derechos humanos: Todo acto u omisión que afecte los de-
rechos humanos reconocidos en la Constitución o en los Tratados Internacionales,
cuando el agente sea servidor público en el ejercicio de sus funciones o atribuciones
o un particular que ejerza funciones públicas. También se considera violación de de-
rechos humanos cuando la acción u omisión referida sea realizada por un particular
instigado o autorizado, explícita o implícitamente por un servidor público, o cuando
actúe con aquiescencia o colaboración de un servidor público.»
«Artículo 7. Los derechos de las víctimas que prevé la presente Ley son de ca-
rácter enunciativo y deberán ser interpretados de conformidad con lo dispuesto en
la Constitución, los tratados y las leyes aplicables en materia de atención a víctimas,
favoreciendo en todo tiempo la protección más amplia de sus derechos.
Las víctimas tendrán, entre otros, los siguientes derechos:
…
II. A ser reparadas por el Estado de manera integral, adecuada, diferenciada, trans-
formadora y efectiva por el daño o menoscabo que han sufrido en sus derechos como
consecuencia de las violaciones a sus derechos humanos y por los daños que esas
violaciones les causaron;»
…
«Artículo 27. Para los efectos de la presente Ley, la reparación integral compren-
derá:
I. La restitución busca devolver a la víctima a la situación anterior a la comisión del
delito o a la violación de sus derechos humanos;
Alfonso Pérez Daza
II. La rehabilitación busca facilitar a la víctima hacer frente a los efectos sufridos
por causa del hecho punible o de las violaciones de derechos humanos;
III. La compensación ha de otorgarse a la víctima de forma apropiada y proporcio-
nal a la gravedad del hecho punible cometido o de la violación de derechos humanos
sufrida y teniendo en cuenta las circunstancias de cada caso. Ésta se otorgará por
todos los perjuicios, sufrimientos y pérdidas económicamente evaluables que sean
consecuencia del delito o de la violación de derechos humanos;
IV. La satisfacción busca reconocer y restablecer la dignidad de las víctims;
V. Las medidas de no repetición buscan que el hecho punible o la violación de
derechos sufrida por la víctima no vuelva a ocurrir;
VI. Para los efectos de la presente Ley, la reparación colectiva se entenderá como
un derecho del que son titulares los grupos, comunidades u organizaciones sociales
que hayan sido afectadas por la violación de los derechos individuales de los miem-
bros de los colectivos, o cuando el daño comporte un impacto colectivo. La restitu-
ción de los derechos afectados estará orientada a la reconstrucción del tejido social
y cultural colectivo que reconozca la afectación en la capacidad institucional de
garantizar el goce, la protección y la promoción de los derechos en las comunidades,
grupos y pueblos afectados.
Las medidas colectivas que deberán implementarse tenderán al reconocimiento
y dignificación de los sujetos colectivos victimizados; la reconstrucción del proyecto
de vida colectivo, y el tejido social y cultural; la recuperación psicosocial de las po-
blaciones y grupos afectados y la promoción de la reconciliación y la cultura de la
protección y promoción de los derechos humanos en las comunidades y colectivos
afectados.».
parte del estado, del daño o menoscabo que hubiese sufrido, como conse-
cuencia de las violaciones a sus derechos humanos y por los daños que esas
violaciones le causaron.
La disposición legal transcrita en último lugar señala lo que comprende
la reparación del daño o menoscabo sufrido por la víctima, entre otras co-
sas, devolver a la víctima a la situación anterior a la comisión de la violación
de sus derechos humanos; facilitarle hacer frente a los efectos sufridos por
causa de las violaciones de derechos humanos; otorgarle una compensa-
ción por los perjuicios, sufrimientos y pérdidas económicamente evalua-
bles que sean consecuencia de la violación de derechos humanos.
Directrices que, válidamente, pueden aplicarse al reconocimiento de
inocencia, a favor de la persona que habiendo sido condenada, injusta-
mente, por un delito que no cometió, es reconocida por la propia autori-
dad judicial como inocente.
En efecto, la Ley General de Víctimas señala que todas las personas físi-
cas que hayan sufrido algún daño o menoscabo económico, físico, mental,
emocional, o en general cualquiera puesta en peligro o lesión a sus bienes
jurídicos o derechos como consecuencia de violaciones a sus derechos hu-
manos reconocidos —actos u omisiones que afecten los derechos humanos
reconocidos en la carta magna o en los tratados internacionales, cuando
el agente sea servidor público en el ejercicio de sus funciones o atribucio-
nes—, son consideradas como víctimas.
Concepción en la que encuadra perfectamente la persona declarada
inocente, ya que el error de la autoridad jurisdiccional en el proceso penal,
al condenarlo por un delito que no cometió, sin duda, genera, como con-
secuencia, una violación a sus derechos humanos, palpable a través de los
daños o perjuicios que pudiese sufrir por un acto de esa naturaleza, convir-
tiéndose en una víctima del propio estado, ya que su equivocación puede
tener el alcance de afectar tanto a su persona como a sus bienes materiales,
pues, una sentencia condenatoria afecta las cuestiones personales, labora-
les, familiares, patrimoniales, etcétera, en este caso, por culpa del Estado.
Luego, al ser una víctima del estado resulta válida la aplicación de la Ley
General de Víctimas, en cuanto a la forma y términos en que el estado de-
berá responder a la reparación del daño o menoscabo que hubiese sufrido
como consecuencia de la condena que le fue impuesta, atendiendo, entre
otros elementos, a los siguientes: a) el daño físico o mental; b) la pérdida
de oportunidades, en particular las de empleo, educación y prestaciones
sociales; c) los daños materiales y la pérdida de ingresos; d) los perjuicios;
y, e) los gastos de asistencia jurídica o de expertos, medicamentos y servi-
Alfonso Pérez Daza
Federal, se colige que los herederos de la víctima directa, entre los que se incluyen
los familiares cercanos, no tienen derecho a ejercitar la acción indemnizatoria en
forma autónoma e independiente, por la afectación que recibieron indirectamente,
a menos de que aquélla fallezca y haya intentado la acción en vida. Sin embargo, de
esa manera se restringen los derechos humanos de los gobernados, al no ajustarse
a la jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que
ha resuelto que en tratándose de daño inmaterial corresponde también indemnizar
a los familiares de la víctima directa, criterio que debe prevalecer en respeto a sus
derechos humanos, para sostenerse que los familiares de la víctima directa sí tienen
legitimación activa para reclamar la indemnización o reparación de daño moral, al
tener también la calidad de víctimas.»
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Corte IDH. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
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Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
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Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010 Serie C No.
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Corte IDH. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 18 de agosto de
2000. Serie C No. 69. Corte IDH. Caso Lori Berenson Mejía Vs. Perú. Fondo, Repa-
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Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2
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Nadege Dorzema y otros Vs. República Dominicana. Fondo Reparaciones y Costas.
Sentencia de 24 de octubre de 2012 Serie C No. 251; así como Caso Mohamed Vs.
Argentina. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23
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Opinión Consultiva OC-4/84 del 19 de enero de 1984. Serie A, No. 4; Caso YATAMA
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www.tirantonline.com.mx
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