Atributos de La Personalidad - Arturo Valencia Zea PDF
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD
(Identidad personal y sexual, derecho al nombre y apellido, y domicilio)
~ JORGE ANOARlTA GÓMEZ, ob, cit., págs. 162 y SS.; FABlO NARANJO OCHOA, ob. cit., págs.
97 y SS.; PLANCK-STROI-lAL, ob. cit., LI, págs. 162 y SS.; LEHMANN, ob. cit., pág. 318; OERTMANN,
Introducción..., pág. 73; SCHWARZ, ob. cit., t. 1, pág. 9; ECK-LEONHARD, ob. cit., pág. 42; A. VON
TUHR, Derecho civil, vol. 1-2, págs. 94 y SS.; ENNECCERUS, ob, cit., § 93; SPOTA, ob, cit., t. 1, voL
3-3, núm. 1165; PLANlOL-SAVATIER, ob. cit., t. 1, págs. 89 y ss.; JOSSERAND, ob. cit., 1. 1, págs.
149 y SS.; PLANIOL, RIPERT y BOULANGER, ob. cit., t. 1, págs. 204 y ss.; ORGAZ, ob. cit., págs. 213
y SS.; COLlN, CAPINTAT y DE LA MORANDH2RE, ob. cít., 1. 1, págs. 351 y ss.; CURTI-FoRRER, ob. cir..
págs. 31 y ss.; CASTÁN TOBEÑAS, ob. cit., págs. 162 y ss,
404 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS
2 efe enel Diccionario de Derecho Privado, voz Apellidos, y PLANlOL, RIPERTY BOULAN-
ClER,ob. cit., t. 1, pág. 204.
3 Cfr. en el Diccionario de Derecho Privado, voz Apellidos; SPOTA, ob. cit., 1. 1, vol. 3-
3, núm. 1168.Es una tendencia casi universal estade calificar al hijo porel nombre del padre.
En España se hizo añadiendo la partícula ez al nombre del padre (en lugar de "hijo de"); entre
los ingleses existió la misma costumbre, añadiendo son al nombre del padre; así, Johnson se
deriva de John. Entre los rusos,añadiendo las partículas vicn o wics para los hombres, y ()vn{[
para las mujeres: Alexandrovich (hijo de Alejandro). Petrovna (hija de Pedro); entre los ru-
manos, agregando escu: Filipescu, Rescu (para mayores detalles, véase a SPOTA, ob. cit., t. 1,
vol. 3-3. núm. 1168).
406 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS
4 Los autores del Diccionario de Derecho Privado advierten que usarcomo segundo
apellido el de la madre es una costumbre española, respaldada hoy día por la ley, pues con-
tribuyó a determinar más exactamente a las personas. Esa costumbre comenzó a principios
del siglo XVI!, puesanteslas personas usaban caprichosamente unsegundoapellidoque noera
el de la madre, Así, Miguel de Cervantes Saavedra erahijo de LeonorCortinas; ya en el siglo
xvrn la costumbre se generalizó.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 407
numo 3). Es el mismo sistema anterior del Código del Menor (decr. 2737 de
1989). Para las adopciones anteriores a este Código debía distinguirse si la
adopción había sido plena o simple; si 10primero el adoptado también tomaba
los apellidos de los adoptantes, pero si había sido simple, el adoptivo podía
conservar el apellido de su familia de origen o cambiarlo por los de los adop-
tantes.
La Corte Constitucional mediante sentencia número C-152 de 1994 de-
claró exequible el artículo 1° de la ley 54 de 1989, en contravía con las tenden-
cias modernas que consideran como discriminatorio y violatorio de la igual-
dad entre la pareja, las disposiciones normativas que ordenan que el apellido
de uno de los cónyuges deba ser el primero de sus hijos. (Para más detalles,
ver t. v, Derecho de familia, 7' ed., 1995, § 16-m). En realidad no existe razón
alguna para que en nuestro actual sistema jurídico, fundado en la igualdad, el
primer apellido deba ser el del padre; solo la nostalgia del predominio del varón
en las relaciones sociales ha impedido la derogatoria de esa norma.
4) Respecto a los niños recién nacidos que por ser expósitos o por otro mo-
tivo cualquiera se ignore el apellido de los padres, el funcionario encargado de
llevar el registro del estado civil de las personas les impondrá un apellido usual
en Colombia (decr. 1260 de 1970, art. 62 y decr. 158 de 1994).
5) La mujer casada ya no está obligada a añadir a su apellido el del ma-
rido, precedido de la partícula "de'", porque existe la igualdad jurídica de los
sexos desde la vigencia del decreto 2820 de 1974, reiterada en la ley 51 de 1981
y hoy consagrada en los artículos 42 y 43 de la Constitución Política. El de-
creto 999 de 1988 estableció en el artículo 2°, inciso 2°, que la mujer casada
está facultada para, mediante escritura pública, adicionar o suprimir el apelli-
do del marido precedido de la partícula "de'".
IV. Variaciones del nombre y del apellido.-El nombre que se imponga
a una persona no es inmutable. Así, quien para fijar su identidad personal desee
sustituir, rectificar, corregir o adicionar su nombre, el artículo 6°, inciso 1° del
decreto 999 de 198810 faculta para hacerlo por una sola vez y mediante escri-
H. LEHMANN, Das Namenrecht ist Personenlichkeitsrectu (ob. cit., pág. 318). En el mismo
sentido, los expositores colombianos (JORGE ANGARlTA GÓMEZ, ob. cit., pág. 166) Yen Fran-
cia, WEILL y TERRE, ob. cit., núm. 60. También CASTÁN TüHEÑAS, t. 1, vol. 2°, págs. 376 y ss.
11 Algunos autores niegan que el nombre y apellido sea un derecho subjetivo, pues antes
que un derecho existe más bien la obligación de llevarlo y no cambiarlo por otro. Esto tan solo
indica que es un derecho subjetivo con preponderante función social (o pública); que se en-
cuentra fuera del comercio y que, por tal motivo, es inalienable, irrenunciable e imprescrip-
tible (S POTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-3, pág. 350). Cons. ROJlNA V1LLEGAS, t. 1, págs. 497 y ss.
12 Cfr. SrOTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-3, págs. 507 y ss.; PLANIOL-SAVATIER, ob. cit., 1. 1, págs.
llOy 111.
13 Ob. cit., núm. 93. SAVAT1ER (en Pl.AN10LY R1PBRT) habla del uso indebido del apellido
"a título de nombre comercial", "a título de seudónimo" o en una forma molesta y mortifican-
te, en novelas O piezas de teatro (t.r, pág. 111). Cfr. Pl.ANCK-STROHAl., ob. cit., 1.1, pág. 35; SPOTA,
ob. cit., t. 1, vol. 3-3, núms, 1216 y ss. Este autor distingue el uso del nombre que otro hace
para identificarse personalmente, del uso comercial, teatral, etc.; solo en el primer sentido existe
usurpación propiamente dicha del nombre; en el segundo caso existe un perjuicio o "lesión
del honor".
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 411
14 Cuando se prueba que otro usurpó nombre y apellido para usarlos personalmente, se
1& ENNECCERUS, ob. cit., § 93; SroTA, ob. cit., núms. 1196 y ss.; A. VON TUHR, Derecho
civil, t. 1-1, pág. 105.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 413
tado inicialmente por el decr. 1691 de 1971); los menores de 14 años la acre-
ditan con su registro civil de nacimiento; los extranjeros deben utilizar la cé-
dula de extranjería o el pasaporte. Estos documentos y los demás de identifi-
cación no pueden ser retenidos ni por las autoridades públicas y menos aún por
los particulares; de requerirse la identificación, esta se hará con su exhibición
(decr. 2150 de 1995, art. 18, modificado por la ley 962 de 2005, art. 23).
La nacionalidad colombiana se comprueba con la cédula de ciudadanía
para los mayores de dieciocho años, la tarjeta de identidad para los mayores
de catorce años y menores de dieciocho años y el registro civil de nacimiento
para los menores de catorce años (ley 962 de 2005, art. 38, que modificó el art.
3° de la ley 43 de 1993).
n.-Del domicilio'
§ 139.-Noción y funciones
JORGE ANGARlTA GÓMEZ, ob. cit., págs. 211 y SS.; FABla NARANJO OCI-lOA, ob. cit., págs.
106 y ss.; S POTA. ob. cit., t. 1, vol. 3-3, págs. 525 y ss.; ENNECCERUS, ob. cit., § 89; PLANCK-
STROHAL, ob. cit., t. I~ págs. 24 y SS.; LEHMANN, ob. cit., pago 315; A. VON TUHR, ob. cit., t. 1-2,
págs. 78 y SS.; OERTMr\NN, ob. cit., págs. 70 y ss.; Sr\VIGNY, Sistema ..., t. VI, págs. 158 y SS.;
CASTÁN TOBEÑNj, ob. cit., t. 1, vol. 2°, págs. 180 y SS.; ORGAZ, ob. cit., pág. 233; JOSSERAND, ob.
cit., t. 1, pág. 158; COLlN, etc., ob. cit., t. 1, págs. 418 y SS.; DE RUGGIERO, ob. cit., t. 1, pág. 386;
SALVAT, Parte general ..., t. 1, pág. 449; ALESSANDRl, etc., ob. cit., t. 1, págs. 852 y ss.
[9 AUBRY, RAU y BARTIN, ob. cit., t. 1, págs. 835 y ss,
20 Cfr. SPOTA, ob. cit., t. 1, vol, 3-2, núms. 12,29.
y mujer tienen conjuntamente la dirección del hogar (nueva red. dada al art.
177 del C. e.). Con buena lógica fue derogado el antiguo artículo 87 del Có-
digo Civil, lo cual indica que hoy la mujer casada no tiene como domicilio el
del marido, y por tanto, que esta clase de domicilio legal fue derogada.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los cónyuges están obligados a
vivir juntos (e. C; arto 178, red. del decr. 2820 de 1974); luego mientras vivan
en comunidad doméstica el domicilio será voluntario y cumún, vale decir: será
el que fijen los cónyuges de común acuerdo (ley 33 de 1992, art. 8°).
En relación con el domicilio de los empleados y dependientes, el artículo
89 del Código Civil establecía: "el domicilio de una persona será también el
de sus criados y dependientes que residan en la misma casa que ella; sin per-
juicio de lo dispuesto en los dos artículos precedentes". Estos términos, cria-
dos y dependientes, ya no tienen razón de ser y debe utilizarse el de trabajado-
res y el de empleador en lugar del de patrón (ley 50 de 1990).
El contenido de este artículo era violatorio de la Constitución, pues crea-
ba una injusta discriminación y una aberrante desigualdad sin una razón cier-
ta. El trabajo, sea cual fuere, no puede dar lugar a regulaciones jurídicas dife-
rentes a las que emanan de la naturaleza misma de la relación laboral. El
empleado o trabajador doméstico goza de los mismos derechos y facultades de
los demás ciudadanos para constituir su domicilio, el que podrá ser distinto o
el mismo del empleador, mas no por razones de dependencia o de subordina-
ción, sino porque se configuran los elementos de ley para constituirlo. Para la
sala de casación civil de la Corte Suprema de Justicia, este artículo había sido
derogado por la legislación laboral".
Mediante sentencia C-379 de 27 de julio de 1998 la Corte Constitucional
lo declaró inexequible, pues "la subordinación inherente a las relaciones labo-
rales alude a los servicios que el trabajador asume como obligaciones remu-
neradas por su patrono, pero no a elementos personales ni a determinaciones
de su fuero interno, respecto de las cuales goza de plena autonomía".
Por lo tanto, actualmente subsisten como domicilios legales el de los hijos
y pupilos.
1. Personas sometidas a potestad parental (patria potestad).-Los hijos
(matrimoniales, extramatrimoniales y adoptivos) tienen como domicilio el de
los padres. El artículo 88 del Código Civil se refería al domicilio paterno, pues
antes del decreto 2820 de 1974 la potestad parental la ejercía el padre; solo a
falta de este la ejercía la madre. Hoy, el artículo 288 del Código Civil (nueva
red. del decr. 2820 de 1974) otorga esa potestad conjunta a ambos padres; a falta
de uno de ellos, la tiene el otro.
También actualmente la potestad parental se ejerce sobre los hijos extrama-
trimoniales (ley 45 de 1936, arto 15, nueva red. de laley 75 de 1968); igualmente,
se ejerce sobre los hijos adoptivos (ley 1098 de 2006, arts. 14 y 64 numo 1).
2S Cfr. ENNECCERUS,ob. cít., § 89; A. VON TU>!R, ob, cit., t. 1-2, pág. 79.
"Cas. civ., 12 marzo 1896 ("O. J.", t. XVIl, pág. 279).
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 419
el artículo 79; "se presume desde luego el ánimo de permanecer. .." (art. 80);
"la mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto de las personas
que no tuvieren domicilio civil en otra parte" (ley 33 de 1992, arts. 9° y 84); c)
finalmente, la pluralidad de domicilios que prevé el artículo 83.
n. Concepciones del derecho francés y del alemán.-Frente a la construc-
ciónjurídica del "domicilio-residencia habitual o permanente" a que alude el
Código Civil, existe la construcción del "domicilio-principal establecimiento"
que adopta el Código de Napoleón en sus artículos 102 y ss.",
Estas dos construcciones jurídicas son diversas, especialmente en sus
efectos.
1) Para los juristas romanos, en un principio, el domicilio era la casa de
habitación. Este concepto sufrió una importante evolución en el sentido de con-
siderar como domicilio la "residencia permanente", la "residencia habitual" de
una persona. No es ya, pues, la simple residencia transitoria en uno u otro lu-
gar lo que constituye el domicilio, sino la "residencia permanente", la cual se
determina por el sitio donde con más frecuencia se encuentra la persona y ha
fijado como centro de sus relaciones jurídicas".
Dos cuestiones importantes se presentaron a los mismos juristas romanos,
en relación con la noción del domicilio como "residencia permanente": a) ¿Qué
hacer cuando una persona reside habitualmente en dos o más lugares?; b)
¿Qué hacer cuando no se puede determinar la residencia habitual de una per-
sona, por vivir indistintamente en forma transitoria en uno y otro lugar?
A la primera respondieron que ningún inconveniente había en que una
persona pudiera tener más de un domicilio; es decir, se precisó la tesis de la
pluralidad de domicilios"; respecto a la segunda, se dijo que podría suceder
33 El art. 102 del Código de Napoleón establece que el domicilio es el lugar donde una
persona tiene el asiento principal de sus negocios ("Le domicíle du tout francais, quant a
1'exercise de ses droits civils, es! au lieu oú il a son principal établissement").
34 Cfr. SAVIGNY, Sistema ..., t. VI, pág. 158: "Se considera como domicilio de un indivi-
duo el lugar en donde reside constantemente, y que ha sido elegido como centro de sus nego-
cios y de sus relaciones jurídicas"; además GANOI (ob. cit., pág. 110), para quien en el derecho
romano "por domicilium se entendía el lugar donde la persona tenía su residencia estable y el
centro principal de sus negocios e intereses...''. El domicilio, en efecto, consta de dos elemen-
tos: uno de hecho (la residencia habitual o habitación) y otro intencional (el animus perpetuo
commorcmdí). Véase también la cita que hace SPOTA de BATrISTA: "La idea romana del domi-
cilio, aun en su último desarrollo. tuvo siempre por fundamento la residencia fija del indivi-
duo en determinado lugar, en aquel en el cual con más frecuencia se encuentra y hállase pre-
sente" (ob. cit., t. l. vol. 3-3. pág. 542).
35 La pluralidad de domicilios en el derecho romano fue un hecho cierto, como se com-
prueba con el siguiente pasaje del Digesto: "vírís prudentibus placuit loci posse aliquem habere
domicilium, si utrubique ita se instruxít, ut non ideo minus apud alteras se colloease vídea-
tUf". La vieja discusión entre CELSO y LABEÓN fue cancelada. El primero sostenía que cuando
una persona tenía dos residencias habituales, solo en una de ellas estaba el domicilio; LABE6N
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 421
que existieran personas sin domicilio, caso en el cual cada "residencia transi-
toria" hacía las veces de domicilio".
2) Esta construcción jurídica del domicilio sufrió variaciones sustancia-
les en el antiguo derecho consuetudinario francés. Especialmente DOMAT y Po-
THIER propugnaron una construcción lógica antes que objetiva, y sostuvieron
la necesidad de que toda persona tuviera un domicilio y solo un domicilio; para
ello se separaron de la concepción romana del "domicilio-residencia per-
manente" y decidieron que el domicilio estaba constituido porel "principal esta-
blecimiento" (principal établissement). En síntesis, la concepción francesa del
domicilio presenta estas dos características: 1') toda persona tiene necesaria-
mente un domicilio; 2') las personas solo pueden tener un domicilio. El domi-
cilio es, hasta cierto punto, un trasunto, un reflejo de nuestra personalidad"
Esta construcción ficticia es calificada en forma unánime por los mismos
expositores franceses como inconveniente, idealista y de poca pracricabilidad".
Esto explica que la doctrina francesa haya tenido que recurrir a la tesis del
"domicilio de origen" para las personas que carecen de establecimiento prin-
cipal, y que consiste en que, respecto a las personas que no tengan dicho esta-
blecimiento principal, se considera que su domicilio sigue siendo el legal, esto
es, el que tuvieron cuando eran incapaces". Así mismo ha recurrido a la tesis
afirmaba lo contrario y, además, el hecho de que una persona podía carecer de residencia
permanente en un lugar: "nam hunc puto sine domicilio esse", es decir, que se podía darel caso
de que una persona careciera de domicilio (efe GANOI, ob. cit., pág. l l Oj.Igualmente advierte
SAVIGNY (Sistema ..., t. VI, pág. 161): "Más de un jurisconsulto romano había puesto en duda
la posibilidad de esta pluralidad de domicilios; pero se acabó por admitirla...".
36 Según SAV1GNY, "puede suceder que un individuo carezca de domicilio en el sentido
técnico de la palabra", lo cual sucede especialmente: 1) cuando se abandona un domicilio
adquirido y se busca uno nuevo, durante todo el tiempo que se tarda en elegirlo y en consti-
tuirse realmente; 2) cuando durante largo tiempo una persona se dedica a viajar, sin tener ningún
lugar por centro permanente de sus negocios; 3) en el caso de los que se entregan a la vagan-
cia (ob. cit., t. VI, págs. 161 y 162).
37 Véase esa concepción en COUN, CAPITANT y JULLlOT DE LA MORAND1ERE (ob. cit., t. 1,
núm. 465), para quienes el Código de 1804, siguiendo a PonUER, creyó útil dar a la noción
cierto carácter de fijeza, debido a que en el antiguo derecho consuetudinario francés el domi-
cilio servía "para determinar el estatuto personal del individuo, es decir, las disposiciones
consuetudinarias que regulaban su estado" (t. 1, pág. 421, nota 1). Véanse en la obra de estos
mismos autores las críticas a tal noción: lógica, pero inconveniente e irreal, pues existen
personas que carecen de "principal establecimiento", etc. Véase además a JOSSERAND, ob. cit.,
t. 1, núm. 236; SAVATIER, ob. cit., t. 1, pág. 60; PLANIOL-SAVATIER, ob. cit., t. 1, págs. 138 y ss.
3~ Véase la nota anterior.
39 Cfr. PLANIOL~SAVATIER (ob. cit.. t. 1, pág. 139), para quienes, si las personas deben tener
un domicilio, será necesario que tengan el legal (o el de sus padres) mientras sean incapaces;
e indefinidamente ese mismo domicilio, aunque sean capaces, si no eligen otro. Y agregan:
"Este principio, sin embargo, no es absoluto, y aunque la mayoría de los autores sostienen lo
422 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS
del domicilio aparente, la cual sostiene que cuando la residencia tiene ciertos
caracteres de estabilidad, debe mirarse como domicilio".
3) El Código Civil alemán de 1900 siguió de cerca la construcción roma-
na. a semejanza de lo que hizo BELLO, y estableció que el domicilio es simple-
mente la "residencia habitual de una persona en un lugar determinado"!'. En
el derecho civil alemán, lo mismo que en el derecho romano, una persona puede
tener varios domicilios o puede carecer de él, caso en el cual la simple residen-
cia transitoria hace de domícilío".
III. Concepción del Código Civil.-El Código Civil colombiano sigue la
concepción romana del domicilio, como lo comprueban los siguientes artícu-
los: e176, al definir el domicilio como "la residencia" "acompañada del ánimo
de permanecer en ella"; el 83, al admitir la pluralidad de domicilios; el 84, al
establecer que la "mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto
de las personas que no tuvieren domicilio en otra parte".
Nuestro Código se separó radicalmente de la concepción francesa del do-
micilio. Grave error cometen los autores y jueces que piensan que, a este res-
pecto, BELLO siguió las orientaciones de la doctrina francesa sobre domicilio",
expresamente a la unión marital de hecho como un estado civil, pero tampoco 10 hace con
ningún otro, simplemente los enuncia, aunque no limitativamente, y regula, como acontece
con los nacimientos, matrimonios y defunciones, y lo propio Con la referida unión. Porello,
el artículo 22 del decreto 1260 de 1970. establece que los demás «hechos, actos y providen-
cias judiciales o administrativas relacionadas con el estado civil», en todo caso, «distintos»
a los que menciona, deben inscribirse, al igual que estos, en el registro respectivo,así sea en
el libro de varios de la notaría, como lo permite el artículo 10del decreto 2158 de 1970".
4 Cfr. SAVIGNY, ob. cit., 1. 1, págs. 288 y ss. Lapersona quecarecíadel status ííbertatís,
es decir,el esclavo, no participaba de las instituciones del derecho civil, ni de las del derecho
pretorio, ni de las del ius gentium (pág. 289): estaba, pues. desprovista de personalidad. Los
quecarecían del status civitatis (peregríniv no gozaban del tus civile perosí del tus gentium
(pág. 294). La ausencia del statusfamiliae restringía simplemente la capacidad de obrar; así
la manushacía de la mujer casada una filia familias.
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 425
5 La Corte Suprema dijo: "Nadie puede transigir sobre su estado civil; la transacción
suponerenuncia y no se concibe que unhijo renuncie a suestado" (cas, civ., marzo 10 de 1928,
"G. J,", t. xxxv, pág. 200).
6 Cfr. SPOTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-1, pág. 430,
7 JOSÉ M, LETE DEL Río, Derecho de la persona, 2" ed., Tecnos, 1991.
426 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS
título XX, Libro 1,artículos 346 a 395, a cargo de los notarios públicos, solo rigió
para quienes no profesaban la religión católica.
1) Hasta el año de 1938, 15 de junio, solo existió en la práctica el registro
del estado civil llevado por los curas párrocos. Efectivamente, conforme al ar-
tículo 22 de la ley 57 de 1887, el estado civil podía demostrarse con "las cer-
tificaciones que con las formalidades legales" expidieran "los sacerdotes pá-
rrocos, insertando las actas o partidas existentes en los libros parroquiales". Los
curas párrocos solo llevan libros para inscribir los bautizos, matrimonios y de-
funciones de personas que fueran miembros de la Iglesia católica.
2) La ley 92 de 1938 creó un sistema de registro del estado civil, indepen-
diente del registro eclesiástico. Los notarios y los alcaldes llevaban el registro
del estado civil mediante libros para los siguientes estados: nacimientos, ma-
trimonios, defunciones, reconocimientos de hijos naturales (hoy extramatrimo-
niales), legitimaciones y adopciones.
3) El sistema de la ley 92 de 1938 ha sido reemplazado (5 de agosto de
1970) y reglamentado minuciosamente por el decreto 1260 de 1970, o sea, por
un sistema de tarjetas e índices. De conformidad con el artículo 60 de la ley
96 de 1985: "A partir del 1° de enero de 1987, la Registraduría Nacional del
Estado Civil asumirá gradualmente el registro del estado civil de las personas.
Los notarios y demás funcionarios encargados de esa función, continuarán pres-
tándola hasta cuando de ella se hagan cargo los registradores o sus delegados,
según determinación del registrador del estado civil". A continuación expon-
dremos sintéticamente este último sistema.
ficados expedidos por quien tenga a su cargo la función de registro (decr. 1260
de 1970, arts. 105). Estos documentos no pueden suplirse por otros, como si
ocurría en vigencia de la ley 92 de 1938, que distinguía entre pruebas princi-
pales y pruebas supletorias del estado civil, que 10 eran las partidas eclesiás-
ticas de matrimonios, bautismos y defunciones.
Para entender correctamente esta primera orientación del nuevo sistema,
conviene tener en cuenta que las antiguas pruebas supletorias de la ley 92 de
1938 en manera alguna han perdido su valor del todo. Simplemente y por sí
mismas no sirven para probar el estado civil, a menos que se trate de hechos
constitutivos anteriores al15 de junio de 1938; pero sirven para que el funcio-
nario del registro civil haga la inscripción respectiva, lo que acaece con las
partidas religiosas de matrimonios, bautizos, defunciones, o con los documentos
auténticos que certifiquen nacimientos, defunciones, etc.
Il. Hechos y actos sujetos a registro.-El estatuto del estado civil tiene
como fin que la historia jurídica de una persona sea recogida y centralizada lo
más completamente posible en el registro civil; por eso no era suficiente el
sistema que consagraba la ley 92 de 1938 que 10 limitaba los nacimientos,
reconocimiento de hijos extramatrimoniales, legitimaciones, adopciones,
matrimonios y defunciones. El sistema actual, decreto 1260 de 1970, ordena
que todos los hechos y actos relativos al estado civil deben ser inscritos en el
competente registro.
En el artículo 5°, sin ser exhaustivo ni con taxatividad, se relacionan al-
gunos de esos hechos y actos; dispone que deben acreditarse, fuera de los seis
estados civiles, las alteraciones de la potestad parental (patria potestad), las
emancipaciones, las interdicciones judiciales, el discernimiento de guardas,
las rehabilitaciones, las nulidades de matrimonio, los divorcios, las separacio-
nes de cuerpos, las separaciones de bienes, las declaraciones de ausencia, los
cambios de nombre, las declaraciones de seudónimo, la declaración judicial de
muerte presunta, etc.
m. De la técnica del sistema de registro.-El registro de nacimiento se
hace en tarjetas debidamente singularizadas conforme lo dispuesto en el de-
creto 1260 de 1970, artículo 18,y por duplicado en los folios de registro de naci-
mientos, de matrimonios, de defunciones y el registro de varios (decr. 2158 de
1970, art. 1°). El principal folio es el correspondiente a los nacimientos. Ya
inscrito un nacimiento, todos los demás cambios o alteraciones del estado ci-
vil (legitimaciones, interdicciones, etc.), también deben registrarse. Las ins-
cripciones básicas u originarias son las de nacimientos, matrimonios y defun-
ciones. Complemento necesario de los cuatro folios son el archivador de
documentos y los índices.
En el archivador se conservarán los documentos que hayan servido para
la inscripción, en carpetas numeradas con referencia a los folios respectivos
428 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS
(decr. 1260 de 1970, arts. 8° y 16). Así, para inscribir un nacimiento es nece-
sario el certificado del médico o enfermera que haya asistido a la madre en el
parto (decr. 1260 de 1970, arto 49). El matrimonio se inscribirá teniendo pre-
sente el acta civil o religiosa del matrimonio civil o religioso. La defunción
deberá ser denunciada por quienes la ley señala y acreditarse con certificado
médico o mediante declaración de dos testigos hábiles. Los demás estados
civiles exigen en general escritura pública o decisión judicial. En consecuen-
cia, todos estos documentos debe conservarlos el funcionario encargado del
registro civil en el archivador a fin de poder acreditar en cualquier momento
el fundamento de la inscripción.
Además, se formarán índices para los registros de nacimientos, matrimo-
nios y defunciones (decr. 1260 de 1970, arto 8°). De esta manera es fácil con-
sultar la historia jurídica de cada persona, haciendo así cómoda la publicidad
de lo atañedero al estado civil.
IV. Centralización de los estados civiles de cada persona.-En los folios
de nacimientos, matrimonios y defunciones debe reposar la historia total de los
estados civiles de cada persona. El folio principal es el de nacimientos. Tal
folio debe dar noticia no solo del nacimiento sino, además, de los nuevos es-
tados y sus alteraciones que se produzcan en el futuro: reconocimiento de hijos
extramatrimoniales, legitimaciones, adopciones, cambios de la potestad paren-
tal (patria potestad), interdicciones judiciales, matrimonios, defunciones, etc.
Por tanto, en este folio se centraliza todo lo atinente a los estados civiles y a
sus respectivas alteraciones de quien fue inscrito como nacido en determina-
dos año y fecha.
El matrimonio y la defunción de una persona dan lugar a que sea emplea-
do un folio especial distinto al de nacimiento. Abierto el folio de matrimonio,
en él se inscribirán posteriormente las providencias que decreten la nulidad, el
divorcio, la separación de cuerpos o la de bienes (art. 72). Lo que indica que
una sentencia de divorcio, de separación de cuerpos o de separación de bienes,
será objeto de una doble anotación: una en el folio de matrimonio y otra en el
de nacimiento. Igualmente un folio especial se empleará cuando la persona
muera: el de defunción. También se abrirá el folio correspondiente para el
registro de varios, si ocurren hechos distintos a nacimiento, matrimonio o
defunción (decr. 2158 de 1970, art, 1°).
El estatuto del registro del estado civil de las personas, o sea el decreto
1260 de 1970, pretende fundamentalmente que todo lo relativo a los estados
civiles de las personas, a sus modificaciones y alteraciones, conste en el regis-
tro del estado, y que la única prueba sean las copias de las inscripciones sen-
tadas en los folios que reposen en los respectivos archivos.
Es posible, desde luego, que determinado estado civil no se encuentre debi-
damente inscrito en los folios de que acabamos de hablar; de presentarse ese
caso, es necesario proceder a la reconstrucción o levantamiento de dicho es-
tado.
1. Causas de reconstrucción y levantamiento.- Varias son las causas que
hacen necesaria la reconstrucción o levantamiento de una inscripción. En
primer lugar, debe hacerse la reconstrucción por pérdida o destrucción del folio
o acta del estado civil (decr. 1260 de 1970, art. 99). En segundo lugar, si no se
hizo la inscripción dentro del tiempo establecido para ello, debe de todos modos
efectuarse; así, el matrimonio debe inscribirse dentro de los treinta días siguien-
tes a su celebración (ibidem, arto 67). En tercer lugar, cuando la inscripción es
nula por haberse hecho ante funcionario incompetente, o no haber sido auto-
rizada por el funcionario, o no aparecer la fecha o el lugar de la inscripción, o
la identidad de los otorgantes o testigos, o su firma, o no existir los documen-
tos necesarios como presupuestos de la inscripción o de la alteración o cance-
lación de la misma, debe efectuarse luego (ibidem, art. 104).
En general, en todos los casos en que falte el acta o el folio del estado civil,
debe procederse a levantarlos. En este aspecto, el nuevo estatuto del registro
civil contiene una necesaria e importante innovación sobre el sistema deroga-
do (ley 92 de 1938 y el decreto reglamentario 1003 de 1939). En los casos en
que faltaba el acta de estado civil, podía acudirse a las pruebas supletorias, es
decir, a pruebas diferentes de las actas (documentos públicos, partidas eclesiás-
ticas, testigos presenciales de los hechos constitutivos del estado civil) y de la
posesión notoria (antiguo art. 19 de la ley 92 de 1938). Según veremos en
seguida, estas pruebas supletorias por sí mismas no sirven ya para la prueba
del estado civil, pero son instrumentos importantes para que el funcionario del
estado civil efectúe la inscripción, en unos casos, y, en otros, para que cljuez,
mediante decisión judicial, tenga por establecido el respectivo estado civil y
ordene la reconstrucción del acta.
11. Reconstrucción que pueden hacer en forma directa los notarios o
alcaldes.-Los simples deterioros de los libros, tarjetas o folios serán "susti-
tuidos por una reproducción exacta de ellos, con anotación del hecho y su opor-
tunidad, bajo la firma del correspondiente funcionario del registro del estado
civil" (decr. 1260 de 1970, art. 98).
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 437
De otra parte, euando hay pérdidas, los folios, tarjetas o actas serán re-
construidos con base en el ejemplar duplicado, y a falta de este, eon fundamento
en su reproducción fotográfica o en copia auténtica del mismo, y en defecto de
ellas, acudiendo a documentos fidedignos que suministren los interesados. Este
tipo de reconstrucción será ordenado por la oficina central tibidem, art. 99).
II!. Levantamiento que debe hacerse con base en instrumento público o
en una decisiónjudicial.-En general, la falta absoluta de la inscripción de un
estado civil o de una de sus modificaciones salvo que se trate de sustituir, rec-
tificar, corregir o adicionar por una vez el nombre edecr. 999 de ] 988, art. 6°),
implica el levantamiento de la inscripción mediante decisión judicial, salvo
cuando el estado civil pueda acreditarse en forma completa por instrumento
público, o partida religiosa, caso en el cual el funcionario del estado civil podrá
proceder a levantar la inscripción con base en dicho instrumento.
1) Levantamiento de la inscripción con fundamento en instrumento pú-
blico o en partida religiosa.-El párrafo 3° del artículo] 05 del decreto 1260
de 1970, modificado por el decreto 2158 de 1970, artículo 9°, estatuye que "en
caso de falta de dichas partidas o de los folios, el funcionario competente de
estado civil, previa comprobación sumaria de aquella, procederá a las inscrip-
ciones que correspondan abriendo los folios, con fundamento, en su orden: en
instrumentos públicos o en copia de partidas de origen religioso ... ''.
Instrumento o documento público es el otorgado por el funcionario pú-
blico en ejercicio de su cargo o con su intervención Ce. de P. C. de 1970, art.
251). Son ejemplos de instrumentos públicos que dan base para una inscrip-
ción en el registro civil:
a) Las actas de defunción que para efectos de la estadística nosográfica
extiendan los alcaldes, por mandato del artículo 9° de la ley 66 de 1916.
b) Las actas de levantamiento de cadáveres que efectúan los funcionarios
o los fiscales, como las diligencias de autopsia realizadas por el Instituto de
Medicina Legal o por médicos legistas reconocidos oficialmente como tales y
en obedecimiento de órdenes recibidas por los fiscales o los jueces penales.
e) Las actas de nacimiento o de defunción expedidas por los alcaldes, los
directores municipales de higiene o la Contraloría General de la República, con-
forme a los mandatos del artículo 10 de la ley 63 de 1914 o de la ley 82 de 1935.
d) Acerca de las actas eclesiásticas, debe advertirse que hoy día tienen
funciones y valores distintos ante la ley civil. En primer término, son partidas
principales que sirven para comprobar en forma directa y por sí mismas cier-
tos estados civiles constituidos antes de la vigencia de la ley 92 de ]938, res-
pecto de personas bautizadas, casadas o muertas en el seno de la religión ca-
tólica. En segundo término, fueron pruebas supletorias en relación con los
mismos estados en lo tocante con los constituidos durante la vigencia de la men-
cionada ley hasta que comenzó a regir el decreto ]260 de 1970. Finalmente,
438 LAS PERSONAS FíSiCAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS
dentro de la vigencia del nuevo decreto 1260 de 1970 son pruebas de primer
orden para que los funcionarios del registro del estado civil procedan a inscri-
bir como nacidos a los bautizados, y como casados o muertos a los señalados
como tales en el acta eclesiástica.
Ningún problema se ha presentado con respecto a partidas eclesiásticas
levantadas en forma directa por el cura párroco una vez celebrado el matrimo-
nio. La copia de tales actas tiene valor ante los funcionarios del registro civil
para levantar el acta civil.
Pero, ¿qué valor tienen las partidas de matrimonio cuya reconstrucción
fue ordenada mediante sentencia del respectivo tribunal eclesiástico? ¿Cuáles
son las pruebas supletorias organizadas por el Código de Derecho Canónico?
En cuanto a las actas eclesiásticas reconstruidas por orden de sentencia
eclesiástica, se ha presentado en Colombia un problema difícil. Generalmen-
te la reconstrucción se hace así: dos testigos afirman ante el párroco respecti-
vo que presenciaron determinado matrimonio hace diez o veinte años y que el
párroco de aquel entonces olvidó levantar la partida; estas declaraciones son
enviadas al tribunal eclesiástico y suele producirse, sin más, una sentencia que
ordena la reconstrucción. Esta reconstrucción precisa que un párroco (gene-
ralmente ya muerto hace muchos años) de fe de que presenció el matrimonio.
Al parecer, muy pocas precauciones toman los párrocos y tribunales eclesiás-
ticos para comprobar la veracidad de los declarantes, lo cual da lugar a que se
ordene la reconstrucción de actas matrimoniales de matrimonios que nunca
se celebraron.
En varias sentencias la Corte Suprema se ha referido a este problema y
ha sentado las siguientes conclusiones: 1) las actas reconstruidas de matrimo-
nios en que el párroco olvidó dar aplicación al canon 1103 del Código de Dere-
cho Canónico, deben ser aceptadas por los jueces, mientras no se redarguyan
de falsas; 2) son los jueces laicos, vale decir, los civiles (o penales en su caso),
los que deben decidir el hecho de si realmente se celebró o no el matrimonio
eclesiástico, en los casos en que se afirme su falsedad; 3) no es oponible aljuez
civil la sentencia eclesiástica por la que se declare que el acta no es falsa, si el
hecho de su no celebración se acredita en forma directa ante el juez laico'.
9 La sentencia de la Corte Suprema del 20 de octubre de 1943 ("G. J.", t. LVI, págs. 217
y ss.), decidió que sí se había celebrado realmente un matrimonio el14 de marzo de 1909, cuya
partida no fue sentada por el párroco pero que el Tribunal Eclesiástico de Bogotá ordenó
reconstruir. Al redargüirse de falsa, los interesados acreditaron en eljuicio ordinario, mediante
prueba supletoria, que el matrimonio se había celebrado. El fallo de la Corte se funda más en
laprueba supletoria de testigos presenciales del matrimonio queen lasentencia de reconstruc-
ción. Posteriormente, en sentencia del 18 de julio de 1944 ("G. J.", t. LV!l, págs. 456 Yss.), la
Corte Suprema decidióqueno se encontraba probado el matrimonio deldoctor Heliodoro Cas-
trocon Aura María Cortés, a pesar de la partida de reconstrucción ordenada porel vicepro-
visor eclesiástico de la Curia Primada de Bogotá y pese a que se controvirtió porel procedi-
miento canónicola validez del actaque dio origena la sentencia del Tribunal Eclesiásticode
ESTADO CIVIL DE l.AS PERSONAS 439
Ante las autoridades civiles sirven de prueba las copias de las partidas ecle-
siásticas y, en casos excepcionales y con la condición de que no sean redargüi-
das de falsas, las partidas cuya reconstrucción es ordenada por el respectivo tri-
bunal eclesiástico; pero no las demás pruebas supletorias que como tales sean
reconocidas por el derecho canónico. Así, las declaraciones que un párroco
afirme haber recibido a dos testigos acerca del matrimonio, no suplen, para
efectos civiles, la prueba del matrimonia' 0.
2) Levantamiento de actas ofolios confundamento en decisión judicial.-
Según la frase final del artículo 105 del decreto 1260 de 1970, los funciona-
rios del estado civil procederán a efectuar las inscripciones que correspondan,
con fundamento "en decisión judicial basada ya sea en las declaraciones de
testigos presenciales de los hechos o actos constitutivos del estado civil de que
se trate, o ya sea en la notoria posesión de este estado civil".
3) Levantamiento de actas o folios confundamento en declaración de
testigos.-En cuanto a los testigos, debe tratarse de los que han presenciado la
constitución del estado civil. Así, en un matrimonio son testigos no solo los
padrinos, el párroco o eljuez que lo autorizan, sino cualquiera otra persona que
haya asistido a la ceremonia; en una defunción, las personas que hayan visto
el cadáver, o que hayan asistido al entierro; en un nacimiento, las personas que
presenciaron el parto.
La posesión notoria del estado civil requiere explicaciones especiales, que
haremos en el acápite siguiente.
Bogotá, mediante lacualse decidió que noerafalsao errada laorden de reconstrucción. Ante
el juez civil, en cambiofueron allegadas pruebas definitivas de queel matrimonio no se había
celebrado. Sobreesta materia la Corte realizó, en la sentencia citada, unexhaustivoestudio
respecto de lacompetenciade los jueces civiles o penalespara decidirsi realmente se celebró
o no unmatrimonio, no obstante lareconstrucción de la partida correspondiente. Engeneral,
las causas matrimoniales por nulidad corresponden a los jueces eclesiásticos; pero no las
relativas al hecho concretode unaposible falsedad de las partidas eclesiásticas.
m "G. 1,", 1. LXXVIII, pág. 777.
440 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS
es indudablemente la primera prueba que se empleó para demostrar el estadocivil de las per-
sonas. Se hadichoquees la másseguray sincerade todas las pruebas. Enestaclase de prueba
es necesariover un reconocimientotácito del respecti vo estado civil (efe JOSSERAND, ob. cit.,
t. 1, pág. 556),
ESTADO CIVil DE LAS PERSONAS 441
12 Algunos autores nacionales han criticado la prueba de la posesión notoria del matri-
monio. Así, CHAMPE!\U y URIBr:: expresan: "Muchos códigos y en particular el francés, han
rechazado o limitado a casos muy excepcionales esta prueba de matrimonio. En efecto, ella
queda constituida enteramente por los interesados" (ob. cit., t. 1, pág. 432). En verdad, el derecho
francés solo admite la posesión notoria del matrimonio para subsanar las irregularidades co-
metidas en su celebración, especialmente los vicios de clandestinidad e incompetencia de
funcionarios (JOSSERAND, ob. cit, t. 1, pág. 486).
442 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERAOAS
13Tancierto es que la prueba del nacimiento la da la simple posesión de la vida, que nin-
gún juez la exige; lo cual es lógico: se presume (iuris el de iure) que todo ser humano, por el
hecho de vivir, en alguna época nació del vientre de una mujer. Según RODRÍGUEZ PIÑERES, "la
prueba de la posesión notoria no puede aplicarse sino al matrimonio y a la legitimidad' (ob.
cit., t. 1, pág. 259); en el mismo sentido, CHAMPEAU y URlBE (ob. cit., págs. 431 y 432), Ahora
bien, ¿qué hacemos, entonces, cuando alguien afirma ser determinada persona, sin que ello
conste en actas ni documentos de ninguna clase, ni existe quien haya presenciado su nacimien-
to? Y no se pretenda eludir el problema (como lo hacen CHAMPEAU y URIBE) diciendo que toda
persona se encontrará siempre ante el problema de probar su filiación legítima o extramutri-
monial; lo que sucede es otra cosa: que la posesión de la vida demuestra por sí el nacimiento.
Lo demás son circunstancias que complementan la prueba del nacimiento (que se tiene pro-
bado por el hecho de existir); por ejemplo, que se nació en tal época, que se es hijo de esta o
aquella mujer, etc.
14 En la comprobación de la mayor y la menor edad existe igualmente una posesión de
vida, solo que aquí se trata de saber si se tiene 18 años, o menos, de vida.
ESTADO CIVil DE LAS PERSONAS 443
1. Los libros.folios, tarjetas, así como las copias o certificados del regis-
tro civil, son instrumentos públicos (decr. 1260 de 1970, art. 101).-Ya diji-
mos que según el artículo 251 del Código de Procedimiento Civil, instrumen-
to público es el otorgado por el funcionario público en ejercicio de su cargo o
con su intervención. Lo cual indica que los libros y tarjetas del registro civil
hacen plena prueba en cuanto al hecho de haberse extendido en determinada
fecha y en cuanto a las declaraciones que en ellos haga el funcionario del es-
tado civil que los autoriza (C. de P. C. de 1970, art. 264).
Respecto al contenido de la inscripción, esto es, 10 dicho por el declaran-
te acerca de un determinado estado civil, se presume su veracidad mientras no
se pruebe su falsedad.
Por tanto, en toda inscripción deben distinguirse, por una parte, las declara-
ciones hechas por el funcionario del estado civil (notario, alcalde o registrador),
y, por la otra las declaraciones imputables a los particulares. La inscripción es
un documento público en cuanto a las declaraciones que hace el funcionario
del estado civil (v. gr., que tal día, a tal hora, compareció determinado decla-
rante y expuso que en cierto sitio murió N. N.); no es documento auténtico en
cuanto a lo declarado por el particular, pero se presume su veracidad hasta prue-
ba en contrario".
Sobre la presunción de veracidad de las declaraciones de los particulares,
ha dicho la Corte Suprema: "Mas si no está garantizada la veracidad de las
declaraciones, eso no quiere decir... que debe hacerse caso omiso de ellas... pues
se mantiene en pie mientras no se demuestre su falsedad" 1". Igualmente,lajuris-
prudencia nacional tiene establecido que la misma presunción de veracidad se
tendrá respecto de las actas eclesiásticas".
[J. Impugnación de las inscripciones del estado civil.-Fuera de la nuli-
dad de las inscripciones a que se refiere el artículo 104 elel elecreto 1260 de 1970
(supra, § 143-IV), una inscripción o su respectiva copia puede ser impugnada
en tres casos principales:
15 Canso JOSSERAND, ob. cit., t. 1, núm. 278; SAVATIER (en PLANIOLY RIPERT), t. 1, núm. 203;
SPOTA, ob. cit., t. l. vol. 3-3, nurns. 1112 y ss.
lO "G. J.". t. L1l1. pág. 53.
17"0. J.", t. LVll, pág. 457, Y t. LXIV, pág. 420. ÜRTP.GA TORRES, al margen del art. 393 del
e. e.
444 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MiSMAS CONSIDERADAS
Fácilmente se cae en la cuenta de que los redactores del estatuto del re-
gistro de estado civil de las personas quisieron darle a la inscripción el mismo
valor y los mismos efectos que es necesario dar a la transmisión de la propie-
dad inmueble o a sus gravámenes (hipoteca, usufructo, etc.). Pero sucede que
al estado civil no se le puede dar el mismo tratamiento que se le da al régimen
jurídico de un inmueble, especialmente en cuanto a los efectos de la inscrip-
ción. Cuando el registrador de instrumentos públicos registra una escritura de
compraventa de un inmueble, se verifica a partir de ese momento la tradición
del inmueble; pero cuando el funcionario del registro civil inscribe un nacimien-
to, en manera alguna puede afirmarse que el inscrito solo nace a partir de la ins-
cripción.
Los estados civiles o sus alteraciones que se llevan al registro civil se divi-
den en dos clases (en lo relativo a precisar los efectos): unos tienen naturaleza
simplemente declarativa; otros tienen efecto constitutivo.
Cuando la inscripción es de índole declarativa, los efectos del respectivo
estado civil se producen desde la constitución del hecho que lo engendra, como
sucede con los nacimientos, matrimonios, defunciones, reconocimiento de los
hijos extramatrimoniales, sentencias judiciales que declaran la paternidad
extramatrimonial. En semejante caso la inscripción en el registro es prepon-
derantemente un medio de prueba, pero los efectos se han producido desde
época anterior, o sea desde cuando se realizó el hecho generador del respec-
tivo estado civil.
Cuando la inscripción tiene carácter constitutivo, sus efectos se produ-
cen desde su ingreso en el registro civil, como sucede principalmente con las
sentencias judiciales que tienen carácter atributivo: adopciones, interdicciones
judiciales, nulidad del matrimonio, separación de cuerpos, separaciones de
bienes, declaraciones de ausencia, etc.
De donde se deduce que el artículo 107 ha debido redactarse teniendo en
cuenta estas dos clases de efectos; y mejor hubiera sido guardar silencio sobre
el particular a fin de que la doctrina y la jurisprudencia, con la debida lógica,
resolvieran en cada caso la cuestión.
§ 151.-Copias y certificados
Los funcionarios encargados del registro del estado civil y la oficina cen-
tral podrán expedir copias y certificados de las actas y folios que reposen en
sus archivos. Los certificados contendrán los datos esenciales de toda inscrip-
ción y los de aquella de cuya prueba se trate (decr. 1260 de 1970, art. 110).
Según el artículo 115 del decreto 1260 de 1970, "las copias y los certifi-
cados de las actas, partidas y folios del registro de nacimientos se reducirán a
la expresión del nombre, el sexo y el lugar y la fecha de nacimiento. Las co-
pias y certificados que consignen el nombre de los progenitores y la calidad de
446 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERAOAS
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RA YMOND LINDON, Les droits de la personalité, París, 1974.
~~ Sobre este tema se pueden consultar las sentencias proferidas por la Corte Constitu-
cional y recopiladas en la Gaceta de la Corte Constitucional, ts. 1, [1, 1Il, IV Y v.
448 LAS PERSONAS FíSICAS EN si MISMAS CONSIDERADAS
"E. BODENHEIMER, ob. cit., págs. 133 y SS.; además PEDRO PABLO CA MARGO, La proble-
mática de los derechos humanos, Bogotá, 1974, pág. 25.
2 Citade E. BODENHEIMER, ob. cit., pág. 135.
3 CICERÓN, Los oficios, trad. de Manuel de Valbuena (colección Los Clásicos), págs. 79
y 180.
4 Canso 1. ARIAS RAMOS, Derecho romano, t. 1, Madrid, 1974, § 15; PIETRO BONFANTE,
Instituciones de derecho romano, trad. de Luis Bacchi y A. Larrosa, Madrid, 1965, § 6.
5 P. BONFANTE, ob. cit., § 6.
7Cons. E. BODENHEIMER, ob. cit., pág. 142; E. GARCÍA MÁYNEZ, ob. cit., págs. 49 y SS.;
P. ROUHlER, ob. cit., núm. 15-c;E. AHRENS, ob. cit., pág. 245; PEDRO P¡\ilLO CAMARGO, ob, cit.,
pág.25.
8 Las ideas básicasde estos pensadores en E. GARCíA MÁYNEZ, ob. cit., págs. 57 y ss.; E.
BODENHEIMER, ob. cit., págs. 149 y ss.: E. AHRENS, ob. cit., págs. 254 y ss.
v Cons. E. BODENHEIMER, ob. cit., págs. 185 y ss.
10 Cons. B. WINDSCHEID, ob. cit., § 40; ENNECCERUS-NIPPERDEY, ob. cit., § 71.
450 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS
11 Cons. a CARLOS GARCÍA BAUER, "¿Puede elaborarse ya una disciplina jurídica autóno-
ma de los derechos humanos?", en la obra Veinte años de evolución de los derechos huma-
nos, ed. cit., págs. 463 y ss, Debe evitarse, según este autor, la expresión derechos humani-
tarios, la que se inspira en un sentimiento de humanidad. Los derechos humanos no tienen su
fuente en el humanitarismo sino en la dignidad del ser humano (ob. cit., pág. 468).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 451
12 M. ROTONOI, ob. cit., núm. 108. Otras discusiones sobre este punto, en C. GANOI, ob.
cit., núms. 133 y 134; AZZARITI-MARTíNEZ, ob. cit., t. 11, núms, 144 y SS.; A. OROAZ (ob, cit.,
págs. 128 y ss.) niega que los bienes de la personalidad sean derechos subjetivos.
13 Cons. en C. GANO!, ob. cit., núm. 133; AZZAR!T!wMARTíNEZ y AZZARITI, ob. cit., t. 1, núm.
l44.
14 A. VON TUI'IR, ob. cit., t. 1-1, pág. 189. También SPOTA advierte que tales bienes "no
constituyen sino el desenvolvimiento de nuestro ámbito de libertad" (ob, cit., 1. 1, vol. 1, pág.
155); en el mismo sentido, OROAZ (ob. cit., págs. 128 y ss.).
452 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS
te a lo exterior a él, sino también sobre su propia persona. Así, pues, no es in-
concebible un poder jurídico sobre la propia persona?".
e) En cuanto a la objeción de que en derecho moderno la persona no puede
ser objeto de derechos, se responde afirmando que en manera alguna se pre-
tende restablecer la vieja regla romana según la cual una persona podía ser
objeto de propiedad de otra; es el individuo mismo quien, ejerciendo la fun-
ción preponderante de sujeto de derechos subjetivos, convierte en objeto al-
gunos de los atributos o bienes de su persona. Además, el objeto de los dere-
chos de la personalidad no es la persona humana considerada en su totalidad,
sino realidades antropológicas (el cuerpo, la vida, la salud) o de orden moral
(honor, libertad, etc.)".
A este respecto, son muy instructivas las indicaciones de algunos auto-
res. Sujeto de derechos "es todo hombre considerado como entidad física y
moral, mientras que el objeto de cada uno de los derechos sobre la propia
persona consiste en una manifestación determinada de la personalidad huma-
na, bien sea física o moral., Como sujeto el hombre obra con todas sus facul-
tades físicas y morales, indistintamente; eomo objeto, funciona el hombre
mismo, pero limitándose a una parte especial de su personalidad"!'.
Il. De la existencia de varios derechos humanos o de la personalidad.s-:
Se ha sostenido que en vez de varios derechos de la personalidad solo existe
un derecho general y abstracto de la persona, que implica la protección de sus
atributos y presupuestos. N¡PPERDEY afirmaba que existe un derecho general
de la personalidad (allgemeine Personenlichkeitsrecht) que procura la conser-
vación, inviolabilidad, dignidad y libre desenvolvimiento de la individualidad.
El dereeho a la vida, al honor, etc., no son sino partes integrantes esenciales de
aquel dereeho general. Se trata de un derecho fuente (Quellenrecht), de un
derecho matriz tMuüergrundrecluv".
Sin embargo, la tesis opuesta goza de un mejor crédito en la doctrina. La
personalidad en sí es considerada como una categoría jurídica, como el soporte
de los dereehos subjetivos. El concepto de persona ha indicado siempre la
aptitud para ser titular de derechos subjetivos. En eambio los derechos huma-
nos son verdaderos atributos de la persona (la vida, la igualdad, la libertad, etc.).
"Ob. cit., § 71-1; en la ed. de 1959. § 78-1. También WINDSCHElD. para quien todo hombre
tiene un amplio señorío "sobre sus propias fuerzas físicas e intelectuales" (cons. de
DE RUGGlERO, ob. cit., t. 1, pág. 224).
16 Los derechos humanos o de la personalidad "tienen por objeto el goce de los funda-
mentosdela persona (vida, integridad corporal, libertad, honor, nombre)" (GANor, ob. cit., núm.
134).
17 CAMPOGRANDE, citado por CASTÁN TOBEÑAS y reproducido por BORREL MACIÁ, ob. cit.,
pág. 19.
18 Cons. ENNECCERUS-N¡PPERDEY, ob. cir., t. l. vol. 1, ed, de 1959, § 101,1-1. En las edi-
ciones anteriores, ENNECCERUS sostuvo una opinión opuesta (cons. la trad. española, 1. I, § 71),
lOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 453
25 En igual sentido KEITH ROSSEN: "Los intentos más ambiciosos de proteger los dere-
chos constitucionales de las personas los encontramos en las dos más recientes constitucio-
nes latinoamericanas: la colombiana dejulio de 1991 y la brasileña de octubre de 1988. Ambas
constituciones contienen numerosos derechos individuales y colectivos, muchos de los cua-
les son nuevos y controvertidos. Además, las dos constituciones incluyen de manera inten-
cionalla laboriosa creación de nuevos mecanismos procesales que tienen la finalidad de dar
fuerza a dichos derechos constitucionales" (La Carta de derechos, Santa Fe de Bogotá, Edil.
Ternis, 1993, pág. 1).
460 LAS PERSONAS FislCAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS
cuerpo, salvo en relación con ciertos negocios que no afecten en forma pcrma-
nente la integridad física, ni sean contrarios al orden público y a las buenas cos-
tumbres; e) disposición posible sobre el cuerpo humano muerto (cadáver),
I. Nadie puede ser coaccionado en su integridad corpora/.-Se encuen-
tra prohibida toda clase de coacción ilegítima sobre el cuerpo; por tanto, los
actos realizados sobre el cuerpo solo pueden llevarse a cabo con el consenti-
miento del interesado o de sus legítimos representantes.
a) Las operaciones quirúrgicas que se efectúan sobre el cuerpo vivo de
las personas, son lícitas siempre que intervenga el consentimiento del pacien-
te o de sus legítimos representantes". Sin embargo, este punto requiere algu-
nas aclaraciones. Si la persona se halla inconsciente y la ciencia médica acon-
seja una urgente intervención quirúrgica, ¿podrá proceder el médico sin el
consentimiento del interesado?
El hombre que no puede emitir una declaración de voluntad, se encuen-
tra en "estado de necesidad", y es de presumir que las personas emiten una
voluntad en el sentido más favorable a la conservación de su vida; de hecho,
las costumbres autorizan la intervención inmediata de los médicos o cirujanos
en casos semejantes. Es más: puede comprometerse la responsabilidad del
médico por negligencia o abstención, cuando de ello se sigue grave daño a la
persona".
Sin embargo, la regla enunciada no es absoluta. Una intervención sobre
el cuerpo humano puede realizarse contra la voluntad de las personas cuando
intereses superiores del orden público así lo exigen. Por ejemplo, en la mayor
parte de los países la vacunación es obligatoria y puede efectuarse mediante
la coacción. El orden jurídico protege el cuerpo humano contra toda suerte de
coacción; no obstante, la sociedad tiene interés en reprimir aquellas enferme-
dades que, en razón de su contaminación, pueden causar graves perjuicios a
los demás. Por tanto, cuando una persona por capricho, ignorancia o extrema
excitabilidad o ansiedad rechaza su curación, es legítima, entonces, la inter-
vención forzada de los médicos debidamente autorizada por los jueces, a fin
de atacar las enfermedades infectocontagíosas, No existe el derecho de vivir
enfermo, ni menos de perjudicar a los demás.
Debe ser aprobada la tesis de CARNELUTTI, quien afirma que si una opera-
ción es necesaria para salvar la vida, el cirujano debe practicarla aun contra el
consentimiento del paciente, "porque la vida del hombre tiene interés no solo
para él sino también para la sociedad y el Estado'?',
b) Debe igualmente mediar el consentimiento para los reconocimientos
médicos y para ciertas curaciones. En un juicio de investigación de paterni-
n Cons. A. OROAZ, ob. cit., pág. 140; J. CARBONNIER, ob. cit., t. 1, pág. 218.
32 C. GANGI, ob. cit., núm. 138.
33 Canso en C. GANO!, ob. cit., pág. 138.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 465
Los resultados de la tortura dependen del valor o del temple de los ner-
vios del reo. Personas débiles pueden llegar hasta confesar delitos que no han
cometido; y personas frías y adiestradas jamás confesarán el delito".
Como todavía persiste en la mente de muchos instructores y juzgadores
la idea de que es necesario obtener la prueba del delito aun acudiendo a toda
clase de artificios, incluyendo la tortura, la moderna cultura jurídica la conde-
na en forma absoluta; de ahí que los hombres civilizados del tiempo presente
proclamen la protección del cuerpo eontra toda clase de torturas.
IV. Facultades de disposicián sobre el propio cuerpo.-En general, una
persona no puede realizar actos de disposición de su propio cuerpo en favor de
otros. La abolición de la esclavitud tuvo por finalidad suprimir las antiguas
cargas reales que se ejercían sobre los cuerpos humanos. Ciertamente, nadie
puede disponer de su cuerpo, considerado en su totalidad, en favor de otro;
empero, la costumbre actual de las naciones civilizadas no puede condenar en
forma absoluta ciertos negocios jurídicos que reeaen apenas sobre alguna de
las partes integrantes del cuerpo, cuando mediante esos negocios no se lesiona
la integridad corporal, ni la salud, ni se causa una lesión permanente a la eapa-
cidad de trabajo, y cuando, además, se persiguen fines no prohibidos por las
buenas costumbres.
En este sentido se mueve la doctrina de los actuales civilistas. Ellegis-
lador italiano de 1942 lo comprendió así al redactar el artículo 52 del nuevo
Código Civil, el cual prescribe que los negocios jurídicos que recaen sobre el
cuerpo están prohibidos cuando ocasionan una disminución permanente de la
integridad física, o cuando de otro modo son contrarios a las leyes, al orden
público o a las buenas costumbres".
1) Una primera categoría de contratos recae sobre partes integrantes del
cuerpo que tienen la virtud de reproducirse, como sucede con la sangre. Se trata
de contratos sobre frutos orgánicos del cuerpo, y son válidos con la condición
de que no produzcan menoscabo en la salud o en la integridad física. Pueden
mencionarse los siguientes:
a) El contrato de lactancia, en virtud del cual una mujer vende o dona leche
de su cuerpo para alimentar al niño de otra mujer"; el artículo 2048 del Códi-
41 Sobre este particular es ilustrativo lo que nos dice CARRARA: "Es un hecho histórico
44 Los contratos de venta de sangre se han generalizado en estos últimos tiempos, dada
la circunstancia de que puede conservarse en laboratorios. "Por esto, advierte BORREL MACIÁ,
el derecho no puede prohibir la enajenación de sangre cuando no perjudica a la persona que
la otorga" (ob. cit., núm. 30).
45 ROTONOI, dice que "China fue hace tiempo la proveedora de cabellos naturales a los
almacenes de alta costura para los vestidos de las elegantes señoras europeas" (ob. cit., núm.
109).
41; La inseminación artificial se practica en los animales desde 1322 y ha dado como
resultado el mejoramiento de las razas. Hoy día se la extiende a la raza humana. La aplicación
de la inseminación al ser humano es defendida y atacada; produce mejores hombres, se dice.
El laboratorio selecciona el semen, pues solo se injertan células sanas y robustas en ovarios
que reúnan las mismas condiciones. Otros, en cambio, sostienen que estos métodos atacan la
institución de la familia y se pronuncian con cierto desprecio contra lo que llaman "niños de
laboratorio", "niños de tubo de ensayo", "niños de jeringa". (Cons. BORREe MACIA, ob. cit.,
núm. 32).
47 Cons. BORREL MACIÁ, ob. cit., núm. 32.
48 Desde el punto de vista de la Iglesia Católica, debe tenerse en cuenta que el Papa Pío
XII, con motivo del Cuarto Congreso Internacional de Médicos Católicos, declaró: a) "la fe-
cundación artificial fuera de matrimonio ha de condenarse pura y simplemente como inmo-
ral. .. ; b) la fecundación artificial en matrimonio, pero producida por el elemento activo de un
tercero, es igualmente inmoral...;
e) solo los esposos tienen un derecho recíproco sobre sus cuerpos para engendrar una
vida nueva, pero el elemento activo no puede jamás ser procurado ilícitamente por actos contra
la naturaleza" (cons, en BORREL MACIA, ob cit., núm. 32).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 469
del cual "se genera el nacimiento de un niño gestado por una mujer sujeta a un
pacto o compromiso mediante el cual debe ceder todos los derechos sobre el
recién nacido a favor de otra mujer que figurará como madre de este". La Corte
señaló que aunque este tipo de contratos no está prohibido por la ley, y es urgente
su regulación, con el fin de evitar "la mediación lucrativa entre las partes que
llegan a un acuerdo o convenio de este típo; la desprotección de los derechos
e intereses del recién nacido; los actos de disposición del propio cuerpo con-
trarios a la ley; y los grandes conflictos que se originan cuando surgen desacuer-
dos entre las partes involucradas" (sent. T-968 de 2009).
2) Una segunda categoría de contratos recae sobre órganos o partes inte-
grantes del cuerpo no susceptibles de reproducirse. La validez de estos con-
tratos es discutible. El notable progreso de la ciencia médica en estos últímos
años, demuestra la posibilidad de separar órganos vivos para injertarlos o tras-
plantarlos a otro cuerpo humano, sin que pierdan su capacidad vital.
a) ¿Tiene validez jurídica la donación o venta de un ojo humano para evitar
la ceguera de una persona? A los autores del nuevo Código italiano de 1942 se
les presentó el problema de la validez o invalidez jurídica de la donación que
un padre hizo de uno de sus ojos para salvar de la ceguera a su hija, pero guar-
daron prudente silencio sobre el particular". Otro caso bien conocido fue el
llamamiento del hospital "Ekita" de Tokio, en petición de ojos para realizar
operaciones de trasplante de córneas. Por cada una se pagaban 1.000 dólares,
y muchas personas "en plena vida ofrecían la vista de uno de sus ojos por 1.000
dólares". BORREL MACIÁ dice que estos actos en sí son legítimos y no pueden
ser prohibidos por la ley. Pero en caso que el vendedor o donante se arrepienta
del contrato celebrado, no puede ser constreñido a cumplir lo pactado, pues
repugna que por la fuerza pública sea conducido el deudor incumplido "ante
una sala de operaciones donde se le extraigan los ojos'?".
b) ¿Puede el hombre ceder lícitamente una de sus glándulas sexuales sanas
para salvar de la esterilidad a otro hombre, o una mujer permitírque uno de sus
ovarios se separe de su cuerpo y se injerte en el de otra para hacerla fecunda?
A este respecto, debe recordarse el caso fallado por la Corte Suprema de Roma
el 31 de enero de 1934: Un hombre decadente en su capacidad generatíva,
mediante el pago de 10.000 liras obtuvo que otra persona se dejara extraer uno
de sus testículos para la práctica del injerto VoronoV. Un médico practicó las
operaciones correspondientes, y en la causa que se le siguió se dictó sentencia
absolutoria, "fundándola en que había cometido el hecho con consentimien-
to del lesionado, y declara la disponibilidad del derecho a la integridad corpo-
ral mientras no se deri ve un perjuicio o mutilación irreparable":".
humana: esta no puedeser utilizadacomo instrumento de servicio de otro y mucho menos por
un precio" (ob. cit., pág. 144, nota 16). MESSINEO considera ilícito el acto de trasplantación de
glándulas sexuales, pues se produceunadisminución permanente de la integridad física (ob.
cit., t. 1, pág. 304). AZZARITI, etc. (ob. cit., t. 1, 222), en cambio, hablan de la licitud de la tras-
plantación de glándulas sexuales, si tiene por objeto ayudar a la salud de otro.
52 BORRELMACÍA, ob. cit., núm. 29.
53 G. DE SEMO, ob. cit., núm.227, AZZARITI, etc., ob. cit., t. 1, pág. 221; MESSINEO, ob. cit.,
t. 1, pág. 394.
54 BORREL MACíA, ob. cit., núm. 41.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 471
men especial y único de protección. Otros lo consideran como una "cosa sin
dueño, no susceptible de apropiación privada'?", y para otros es una cosa sus-
ceptible de apropiación, pero sometido a un régimen especial". Esta tesis me-
rece las siguientes aclaraciones:
a) Los herederos son propietarios del cadáver del causante, pero tienen
un poder de disposición limitado: "hacerle un entierro adecuado, determinar
el epitafio y excluir las intromisiones de los que no tienen derecho"!'.
Se discute si los herederos pueden disponer del cadáver para fines cien-
tíficos. Según OERTMANN "los herederos, a pesar de la propiedad que sobre el
cadáver cabe reconocerles, no pueden, por regla general, disponer de él ni aun
para fines científicos"". ENNECCERUS, en cambio, enseña que son admisibles
los contratos gratuitos sobre el cadáver; pero, según "la opinión dominante, un
contrato oneroso de semejante contenido, habrá de considerarse nulo como
contrario a las buenas costumbres'?".
b) La persona puede en vida disponer de su cadáver por causa de muerte:
lugar donde debe enterrarse o incinerarse, donación para fines de investigación
científica, etcétera. Igualmente se estima válido el contrato en virtud del cual
se destina el cadáver a un instituto de investigación, a cambio de una remune-
ración'",
e) Si el cadáver humano carece de propietario, es decir, si los herederos
no lo reclaman, una costumbre muy extendida enseña que debe mirarse como
res nullius, y pueden tomarlo los institutos de investigación científica para sus
estudios o experimentos. En la legislación colombiana la donación se presu-
me (ley 73 de 1988, art. 2° y decrs. 1546 de 1998 y 2493 de 2004).
55 LEHMANN, ob. cit., pág. 279. Según K1PP, "el cadáver no es cosa, cuyapropiedad pue-
da trasmitirse a los herederos, sino un residuo de la personalidad" (Das Erbrecht, §§ 1~1I).
56 ÜERTMANN, Introducción ..., pág. 168.
contenida en la ley 9' de 1979 (arts, 515 a 547), adicionada por la ley 73 de 1988,
reglamentadas porlos decretos 1546 de 1998 y 2493 de 2004 61•
1. Definiciones.-EI decreto 2493 de 2004, establece que son componen-
tes anatómicos los órganos, tejidos, células y, en general, todas las partes vi-
vas que constituyen el organismo humano. Donante es la persona a la que
durante su vida o después de su muerte, por su expresa voluntad o por la de sus
deudos, se le extraen componentes anatómicos con el fin de utilizarlos para
trasplante o implante en otra persona, con objetivos terapéuticos, y receptor la
persona en cuyo cuerpo se trasplantan o implantan componentes anatómicos.
Son órganos simétricos o pares, los situados a ambos lados del plano medio
sagital del cuerpo que tienen funciones iguales. Denomínase trasplante uni-
personal o autoinjerto el reemplazo de componentes anatómicos de una per-
sona, por otros provenientes de su mismo organismo. Se denomina cadáver el
cuerpo de una persona en el cual se ha producido la muerte encefálica (decr.
1546 de 1998, art. 20 ) .
n. Características de los trasplantes .-La legislación colombiana en esta
materia se rige por las siguientes reglas:
1) La donación se presume; el artículo 19 del decreto 2493 señala: "Pre-
sunción legal de donación. De conformidad con el artículo 20 de la ley 73 de
1988, la donación se presume cuando una persona durante su vida se haya abs-
tenido de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extrai-
gan componentes anatómicos después de su fallecimiento y si dentro de las seis
(6) horas siguientes a la ocurrencia de la muerte encefálica o antes de la inicia-
ción de una necropsia, sus deudos no acreditan su condición de tales ni expre-
san su oposición en el mismo sentido".
Con el fin de asegurar, en ausencia de declaración de voluntad de la per-
sona fallecida, el ejercicio efectivo del derecho de los familiares a oponerse a
la extracción de órganos o componentes anatómicos con fines de donación y
trasplante, la Corte Constitucional consideró que "a) el término para oponerse
será mínimo de seis (6) horas y solo cuando la necropsia haya sido previamen-
te ordenada, se extenderá hasta antes de su iniciación; y b) el médico respon-
sable debe informar oportunamente a los deudos presentes sus derechos en
virtud del artículo 2° de la ley 73 de 1988, sin perjuicio de la obligación del
Estado colombiano de realizar campañas masivas de información y divulga-
ción sobre el contenido de la ley" (sent, C-933 de 2007). Si expresó su volun-
tad de donación, esta solo puede ser revocada por ella misma y no podrá ser
sustituida después de su muerte por los deudos.
órganos, desarrollada porel real decreto de 22 de febrero de 1980 (CASTÁN TOBEÑAS, t. 1, vol.
2', págs. 385 y ss.).
L.OS DERECHOS DE L.A PERSONAl.IDAD O DERECHOS HUMANOS 473
debe ser expresada por instrumento notarial, documento pri vado o cuando se
tiene el carné único nacional de donación de componentes anatómicos.
JO) Únicamente "las instituciones legalmente reeonocidas de carácter
científico, los establecimientos universitarios y las instituciones prestadoras de
servicios de salud autorizados por el Ministerio de la Protección Social y que
se hayan inscrito ante el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Fo-
renses, pueden disponer de los cadáveres no reclamados o los componentes ana-
tómicos de los mismos para fines de docencia o investigación" (art. 46).
11) La exportación o "salida de tejidos o de médula ósea fuera del terri-
torio nacional solo podrá efectuarse en calidad de donación con fines de tras-
plante o implante, atendiendo motivos de solidaridad humana y sin ánimo de
lucro, previa autorización expedida por el ]...] Invima. La salida solo podrá rea-
lizarse a través de los Bancos de Tejidos o Bancos de Médula Ósea" (art, 37).
12) El decreto 2493 de 2004 eontiene una amplia regulaeión en materia
de las medidas sanitarias en los proeedimientos de extracción, rescate, conser-
vación y distribución de órganos; conformación del Comité Institucional de
Trasplantes para velar por el adecuado manejo de los mismos y sobre el pro-
cedimiento sancionatorio.
§ 157.-Derecho a la libertad
1. Todo ser humano nace libre.-El mundo antiguo (Grecia, Roma) no co-
noció este tipo de libertad, pues mientras unos seres humanos nacían esclavos,
solo una minoría eran libres. El esclavo carecía de derechos; era objeto de
propiedad de su dueño; no podía desarrollar su personalidad; en consecuencia
carecía de libertad.
En Colombia se abolió la esclavitud por la ley del 21 de mayo de 1851,
bajo la presidencia de José Hilario López. Posteriormente el artículo 74 del
Código Civil estableció que todo ser humano es persona. Más tarde el artículo
22 de la Constitución de 1886 estatuyó esta libertad al preceptuar: "No habrá
esclavos en Colombia. El que siendo esclavo, pise el territorio de la Repúbli-
ca, quedará libre". El artículo 17 de la Constitución Política de 1991 prohíbe
la esclavitud, las servidumbres humanas y la trata de seres humanos.
La Declaración Americana de Derechos de Bogotá, de 1948, insistió en
la proclamación de este derecho: libertad religiosa y de culto (art. m), libertad
de investigación, de opinión, de expresión y de difusión del pensamiento (art,
IV). Posteriormente la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948
proclamó este derecho en varios textos. El artículo 1°precisa que todos los seres
humanos nacen libres; el 4° afirma que nadie puede ser sometido a esclavitud
o servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus
formas. En el mismo sentido el artículo 8° del Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos de 1966, el artículo 4° de la Convención de Salvaguar-
dia de los Derechos del Hombre y de las Libertades Fundamentales del Con-
sejo de Europa aprobado en Roma en 1950 Yel artículo 6° de la Convención
Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José, de 1969.
11. Todo ser humano tiene derecho a vivir en estado de libertad.-Este
derecho se afirma frente al Estado y frente a los demás.
1) El Estado debe respetar la libertad de cada cual, con excepción de los
casos de comisión de delitos. Los seres humanos que cometan determinados
delitos pueden ser arrestados o detenidos, es decir, pueden ser privados de li-
bertad. Pero esta sanción debe estar sometida a ciertos requisitos legales. A
partir de la Carta Magna de los ingleses se estableció que ningún hombre libre
puede ser arrestado o apresado si no es por el juicio legal de sus pares y con-
forme a la Lex terrae.
La Constitución Política en varios textos garantiza este derecho (arts. 28
y 29). Igualmente el artículo 6° del Código de Procedimiento Penal estatuye
que nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al hecho
punible que se impute, ante juez competente previamente establecido y obser-
vando la plenitud de las formas propias de cada proceso.
Con especial énfasis el artículo xxv de la Declaración Americana de
Derechos de Bogotá dispone: "Nadie puede ser privado de su libertad sino en
los casos y según las formas establecidas por las leyes preexistentes. Nadie pue-
de ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter puramente civil.
476 LAS PERSONAS FíSICAS EN si MISMAS CONSIDERADAS
"Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que
el juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dila-
ción injustificada, o de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho tam-
bién a un tratamiento humano durante la privación de su libertad".
El artículo 9° de la Declaración Universal de Derechos Humanos procla-
ma: "Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado". Igualmen-
te el artículo 10 agrega que toda persona tiene derecho a ser oída.
El artículo 9° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
prescribe: "Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad perso-
nales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie po-
drá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por la ley y con arreglo
al procedimiento establecido en esta". En el mismo sentido el artículo 5° de la
Convención de Salvaguardia de los Derechos del Hombre y de las Libertades
Fundamentales del Consejo de Europa firmada en Roma en 1950; Ycon bas-
tante amplitud los artículos 7°, 8° Y9° de la Convención Americana de Dere-
chos Humanos o Pacto de San José (Costa Rica 1969).
2) La ley penal saneiona enérgicamente a quien prive a otro de su liber-
tad (ley 599 de 2000). Así, quien arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una per-
sona para exigir provecho o utilidad o con fines publicitarios o políticos comete
secuestro extorsivo y se le sanciona con pena de prisión de trescientos veinte
(320) a quinientos cuatro (504) meses (ley 599 de 2000, art. 168, modo porleyes
733 de 2002, art. 1° Y890 de 2004, art. 14). Si el secuestro es simple, esto es,
cuando se retiene u oculta a una persona con propósito distinto de los enunciados
anteriormente, la pena será de ciento noventa y dos (192) a trescientos sesenta
(360) meses (ley 599 de 2000, art. 169, modo por ley 1200 de 2008, arto 1°).
La sanción se agrava si la realiza un servidor público o quien sea o haya
sido miembro de las fuerzas de seguridad del Estado (art. 170).
III. Libertad de movimiento-s-Se encuentra prevista por el artículo VIII de
la Declaración Americana de Bogotá y por el artículo 13 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948: "Toda persona tiene derecho a elegir
su residencia en el territorio del Estado. Toda persona tiene derecho a salir de
cualquier país, incluso del propio, y regresar a su país". En el mismo sentido
el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Humanos o Pacto de San
José (Costa Rica).
El artículo 24 de la Constitución consagra este derecho: "Todo colombia-
no, con las limitaciones que establezca la ley, tiene derecho a circular libremente
por el territorio nacional, a entrar y a salir de él, y a permanecer y residenciar-
se en Colombia".
En la sentencia T-595 de 2002 la Corte Constitucional consideró que "El
derecho fundamental de circulación puede ser limitado, en virtud de la ley, pero
solo en la medida necesaria e indispensable en una sociedad democrática, con
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 477
§ 158.-Derecho a la igualdad
nes jurídicos actuales heredaron de los antiguos (Grecia, Roma, etc.). Las más
notorias desigualdades se referían al sexo, la filiación, el color de la piel y los
recursos económicos.
La Constitución Política consagra la libertad y la igualdad de todas las per-
sonas; otorga "los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna
discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua,
religión, opinión política o filosófica" (art. 13).
El amplio desarrollo jurisprudencial sobre la materia ha establecido dos
modalidades de igualdad: formal y sustancial. Para la Corte Constitucional
"Siempre será necesario que la referencia a la igualdad, como derecho y valor
fundante de una sociedad política, no se agote en la mera consideración for-
mal de los problemas jurídicos, sino que se sustente en la posibilidad de esta-
blecer diferencias en el trato, fincadas en condiciones relevantes que imponen
la necesidad de distinguir situaciones para otorgarles tratamientos distintos,
hipótesis, esta última, que expresa la conocida regla de justicia que exige tra-
tar a los iguales de modo igual y a los desiguales en forma desigual. Este es,
sin duda, un cambio cualitativo fundamental en el concepto del derecho a la
igualdad que es consecuencia del desarrollo histórico operado al interior del
Estado de derecho en el que, inicialmente, la igualdad -exclusivamente for-
mal- se cifraba tan solo en los efectos de la ley, con absoluta prescindencia
de los contenidos normativos; dicha tendencia fue dando paso a una interpre-
tación que, conforme a los postulados del Estado social de derecho, prohíja la
igualdad en el contenido de la ley, haciendo posible, de esta forma, el surgi-
miento de un control de constitucionalidad orientado a examinar la correspon-
dencia de la actividad legislativa o administrativa con la Constitución" (sent.
C-952 de 2000).
I. Desigualdades en razón del sexo.-Una tradición firmemente estable-
cida afirmaba: el hombre es un ser superior, la mujer un ser inferior. Solo al
hombre se otorgaban todos los derechos civiles y políticos, los que en gran parte
se negaban a las mujeres. Esta era en parte la filosofía de nuestro Código Civil
de 1873 que establecía la incapacidad civil de las mujeres casadas, lajefatura
del hogar y de la sociedad conyugal a cargo del marido y la exclusividad del
ejercicio de los derechos políticos para los varones.
Bien, por la ley 28 de 1932 se suprimió la incapacidad civil de las muje-
res casadas; por la reforma constitucional de 1957 se le otorgaron los derechos
políticos en igualdad de condiciones con los varones; por el decreto 2820 de
1974 se eliminaron las restantes desigualdades y se estableció que también la
mujer puede ser jefe del hogar y ejercer la potestad parental (antigua patria po-
testad) sobre los hijos. Finalmente, fue aprobada por el Congreso en 1981 la
ley 51 que prohíbe toda forma de discriminación en razón del sexo.
El artículo 43 de la Constitución Política consagra la igualdad de derechos
y oportunidades entre el hombre y la mujer y prohíbe cualquier clase de dis-
l.OS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 485
"'Cons. NIPPERDEY (en ENNEccERus,Allg. Teil, ed. de 1959, § 101,11-6,7 Y 8). Este autor
distingue un derecho a la esfera secreta (Geheimsptiares. que se traduce en el secreto de la
correspondencia, un derecho al respeto de la esfera privada (Prívassphare) y un derecho a la
integridad de la vida íntima espiritual.
66 NIPPERDEY, ob. cit., § 101,11-7,
67 En este sentido es definido el derecho a la vida privada por la AsambLea del Consejo
de Europa, resolución núm. 428 del 23 de enero de 1970 (Cons. R, LINDON, ob. cit., núm. 40).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 489
70 RUIZ y TOMÁS, Ensayo sobre el derecho a la propia imagen, Madrid, 1931. Un resu-
men completo de esta obra hace ANDRÉS DE LA OLIVA DE CASTRO, "Derecho a la propia ima-
gen", en Diccionario de Derecho Privado, t. 1, Edil. Labor, 1950.
71 A. DE LA OUVA DE CASTRO, en ob. cit., t. 1, pág. 1485. Este autor cita la tesis de FAJ)DA
y BENSA, para quienes "la sociabilidad no puede obligarme a permitir que mi retrato, aunque
sea con fin benéfico, se fije en todas las piedras del camino".
72 El objeto de este derecho no es el cuerpo; la imagen no constituye un ataque al mis-
mo, sino a la figura, exteriorizada en los rasgos físicos y que es susceptible de ser represen-
tada mediante los recursos del arte" (A, VON TUHR, ob. eit .. t. 1, pág. 186),
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 493
93- V); opinión distinta sostiene actualmente N¡PPEROEY (en ENNECCERUS, ob. cit., ed. de 1959,
§ 101, Il-2).
7S Canso A. DE LA OLIVA DE CASTRO, en ob. cit., t. 1, pág. 1486.
por su incapacidad física y mental sino también porque son el núcleo y sustra-
to de la subsistencia futura del Estado, merecen esa especial protección y de la
familia y de la sociedad.
Esta verdad consagrada en los tratados, convenios, constituciones, leyes,
etc., no parece interesar a muchos países. Según datos de la Unicef, por razo-
nes bélicas en las dos décadas en Centroarnérica cuatrocientos mil niños que-
daron huérfanos, sin contar los muertos porque no hay estadísticas ni tienen
estimativos; en Colombia, según datos de la Asociación Colombiana del Menor
Maltratado, "durante 1992 fueron asesinados cinco niños diariamente"; la
realidad es más dolorosa y solo en Bogotá en el primer semestre de 1993, se-
gún cifras oficiales, 2.734 niños fueron lesionados y 793 fueron víctimas de abu-
sos sexuales.
y según datos de la coalición española para acabar con la utilización de
niños y niñas soldados, el número de niños combatientes para el año 2009 era
de 300.000; Human Rights Watch, reportó en 2003 que la cifra de niños com-
batientes en Colombia superaba los 11.000; de igual forma el Instituto Colom-
biano de Medicina Legal y Ciencias Forenses encontró que los reconocimien-
tos médico legales por maltrato infantil aumentaron, pues pasaron de 10.921
casos en el año 2001, a 13.913 en 2007; y en 2009 se presentaron en Colombia
17.717 homicidios, de los cuales el 6.5 por ciento correspondieron a menores
de edad.
Sin detenernos a examinar otros aspectos de violencia o de abandono, ni
el de los niños que no tienen hogar ni derecho a su patria, pues so pretexto de
la adopción internacional estamos aceptando que sean llevados a un medio
extraño y hostil, y legitimando el incumplimiento del deber más imperioso de
todo Estado o sociedad, cual es el de formar a sus futuros ciudadanos confor-
me a su nacionalidad, cultura, folclore, etc. -recuérdese que ni en las épocas
primitivas, las tribus O clanes permitían que sus descendientes fueran adopta-
dos por extraños-, no queda duda alguna sobre la indefensión de los niños
colombianos y el anhelo para que sus derechos fundamentales se hagan plena-
mente efectivos.
Según el artículo 44 de la Constitución, "son derechos fundamentales de
los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimen-
tación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser sepa-
rados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la
libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abando-
no, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación labo-
ralo económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos
consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales
ratificados por Colombia".
"La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y pro-
teger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno
de sus derechos".
496 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS