Atributos de La Personalidad - Arturo Valencia Zea PDF

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CAPÍTULO III

ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD
(Identidad personal y sexual, derecho al nombre y apellido, y domicilio)

Con la expresión atributos de la personalidadftsica entendemos una serie


de cualidades o propiedades que le son consustanciales y se predican de todos
los seres humanos, sin distinguir su condición; preceden al Estado y a toda orga-
nización política, económica, religiosa, partidista, etc.
Unos atributos sirven para identificar a cada persona frente a los demás,
lo cual se logra con el nombre y apellido, que hoy debe entenderse como in-
tegrantes del derecho fundamental a la identidad personal y sexual; otros se
refieren a las calidades o condiciones de la persona en relación con la familia
de donde proviene o con la que ha constituido, estado civil, y a los deberes,
derechos y demás relaciones que le permiten satisfacer sus necesidades valo-
rables económicamente, capacidad y patrimonio, y, finalmente, a las diversas
relaciones con instituciones político-sociales como el municipio y el Estado,
que le deben protección y garantía por ser la sede de sus relaciones sociales,
familiares y económicas y por su nacimiento, ascendencia filial o voluntad
política, domicilio y nacionalidad. A los anteriores deben agregarse, así no lo
consideren ni la doctrina ni lajurisprudcncia, los que son más trascendentales
y sin los cuales el ser humano dejaría de serlo y los demás atributos serían ilu-
sorios o solamente formales, son los derechos humanos o derechos de la per-
sonalidad o fundamentales.
Tradicionalmente los atributos se han estructurado como simples derechos
subjetivos, aun cuando en realidad los trascienden, pues son inherentes y co-
munes a todo ser humano; si solo se consideraran como simples potestades o
facultades o intereses protegidos por el sistema jurídico, fácilmente se legiti-
maría su desconocimiento o violación. En realidad los derecho fundamenta-
les y demás atributos de la personalidad son inherentes a todo ser humano, pre-
ceden a toda organización política, social o religiosa, y absolutamente nadie
puede discutirlos y menos desconocerlos; hasta ahora y debido a su violación
por quienes detentan el poder político organizado en forma de república de-
mocrática o no, su protección eficaz solo se ha venido logrando desde cuando
se consideraron como derechos subjetivos fundamentales y de responsabilidad
de toda la humanidad.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 403

Según la Corte Constitucional, "la personalidad tiene unos atributos, que


implican derechos y obligaciones. Esos atributos son inseparables del ser hu-
mano, pues no se concibe, en el presente estado de la evolución jurídica, un ser
humano carente de personalidad jurídica"; señala que tales atributos son: la ca-
pacidad de goce; el patrimonio; el nombre la identidad personal y sexual; la
nacionalidad; el domicilio; y el estado civil. (Ver sents, C-477 del 995 YC-004
de 1998).
Para su conocimiento teórico expondremos en este capítulo lo relativo
al derecho a la identidad personal y sexual, que antes se estudiaba como el
derecho al nombre, así como al domicilio; en el siguiente se estudia lo referen-
te al estado civil, capítulo cuarto, y en el quinto los derechos humanos o de la
personalidad. De la capacidad se trata más adelante (irifra § 189, tít. x, cap.
III). El patrimonio es objeto de estudio en el tomo u, "Derechos reales", de este
tratado de derecho civil. La nacionalidad debe ser estudiada por el derecho
público.

l.-De la identidad personal y sexual y el derecho


al nombre y apellidos'

Para individualizar a las personas se les permitió elegir directamente o por


intermedio de sus padres un nombre y luego un apellido; posteriormente y dada
su trascendencia social y jurídica el derecho lo regula y protege mediante
normas de orden público o imperativas. Hoy en día se ha entendido que el ser
humano es más que un nombre y un apellido o un número de identificación para
sus actos públicos y privados y debe reconocérsele que existe para sí mismo
con fines propios y autonomía individual que le permiten seguir sus opciones
de vida en cuanto a su integridad corpórea, física, sexual, intelectual, síquica,
moral, profesional, etc.; es una concepción más amplia que comprende el
derecho a tener un nombre y apellido y a definir de manera autónoma que es
y qué desea ser en todos los aspectos que lo conforman como ser humano; es
su derecho a "su verdad personal", conformar, mantener o cambiar su identi-
dad personal y sexual y a proyectarla externamente, sin que le sea negada o
discutida o menoscabada por nadie y menos por el Estado, a menos que se
desconozcan derechos de terceros.

~ JORGE ANOARlTA GÓMEZ, ob, cit., págs. 162 y SS.; FABlO NARANJO OCHOA, ob. cit., págs.
97 y SS.; PLANCK-STROI-lAL, ob. cit., LI, págs. 162 y SS.; LEHMANN, ob. cit., pág. 318; OERTMANN,
Introducción..., pág. 73; SCHWARZ, ob. cit., t. 1, pág. 9; ECK-LEONHARD, ob. cit., pág. 42; A. VON
TUHR, Derecho civil, vol. 1-2, págs. 94 y SS.; ENNECCERUS, ob, cit., § 93; SPOTA, ob, cit., t. 1, voL
3-3, núm. 1165; PLANlOL-SAVATIER, ob. cit., t. 1, págs. 89 y ss.; JOSSERAND, ob. cit., 1. 1, págs.
149 y SS.; PLANIOL, RIPERT y BOULANGER, ob. cit., t. 1, págs. 204 y ss.; ORGAZ, ob. cit., págs. 213
y SS.; COLlN, CAPINTAT y DE LA MORANDH2RE, ob. cít., 1. 1, págs. 351 y ss.; CURTI-FoRRER, ob. cir..
págs. 31 y ss.; CASTÁN TOBEÑAS, ob. cit., págs. 162 y ss,
404 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

Ya el legislador colombiano dio inicio a ese reconocimiento y en el Có-


digo de la Infancia y la Adolescencia, ley 1098 de 2006, lo regula en los siguien-
tes términos: "Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a tener una
identidad y a conservar los elementos que la constituyen como el nombre, la
nacionalidad y filiación conformes a la ley ..." (art. 25).
La identidad sexual ha sido objeto de algunos desarrollos jurisprudencia-
les; ha sostenido la Corte Constitucional que "se inscribe dentro del ámbito de
autonomía individual que le permite adoptar, sin coacciones ajenas, los pro-
yectos de vida que considere pertinentes, siempre y cuando, con ellos, no vul-
nere el orden jurídico y los derechos de los demás". (Sent. C-481 de 1998). Se
trata de un derecho subjetivo fundamental de las personas naturales, y por su
conexión con la dignidad humana las decisiones que lo afectan solo pueden ser
tomadas por su titular'; en diversas sentencias (T-477 de 1995, SU-337 de 1999,
T-551 de 1999, T-692 de 1999, T-1390 de 2000, T-1025 de 2002 y T-1021 de
2003) ha venido desarrollando sus presupuestos, que sintetizamos así:
1) No es permitido proscribir las opciones de vida libremente escogidas
por la persona humana (sents. C- 481 de 1998 y C-373 de 2002).
2) Las decisiones sobre intervenciones quirúrgicas invasivas, que afec-
ten la identidad sexual de los individuos, sólo pueden ser tomadas por ellos, para
lo cual deben otorgar su consentimiento libre, informado, cualificado, persis-
tente y autónomo.
3) Excepcionalmente, los padres de niños menores de cinco (5) años
pueden manifestar su consentimiento sustituto, el que igualmente debe ser li-
bre, informado, cualificado, persistente y autónomo.
4) Los niños mayores de cinco (5) años otorgan su consentimiento asis-
tido junto con sus padres.

§ 137.-0rigen histórico y determinación del nombre y del apellido

El nombre y el apellido sirven para individualizar a las personas, y tienen


tiene grandes ventajas prácticas; facilitan las comunicaciones de unas perso-
nas con otras, hacen posible la correspondencia, evitan que un sujeto se haga
pasar por otro, etc.
l. Formación del nombre y del apellido.-Al través de los tiempos las
personas humanas se han identificado mediante un nombre. Ya entre los ro-

I Australia es el primer paísque reconoce la existencia de un sexo neutro. Norrie-May

Welby nació como hombre, y en la búsqueda de su identidad sexual, se sometió a unacirugía


de cambiode sexo para convertirse en mujer; como tampocose sintiócómodo con esta orien-
tacion. solicitó a las autoridades australianas la modificaciónde su certificado de nacimiento,
que en la casilla correspondiente al género ahora señalaque el sexo de Welby es "noespeci-
ficado",
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 405

manos se usó un primer nombre (praenomen) para identificar a las personas,


el cual se escogía libremente; y un segundo nombre (nomen), destinado a cali-
ficar a la persona por su filiación, es decir, por la familia de donde descendía.
El nomen equivale al apellido actual, y el praenomen al nombre'.
En cuanto a la formación de los apellidos, es necesario tener en cuenta que
la mayor parte de los que usan las familias colombianas se originaron en los
apellidos españoles. No obstante, puede decirse que tal formación no ha sido
caprichosa, pues llama la atención que la mayor parte de los países europeos
emplearan un mismo sistema para crearlo originariamente.
Numerosos apellidos fueron deri vados del nombre del padre. Así, los hijos
usaban el nombre del padre, con una pequeña modificación: los hijos de Fer-
nando se llamaban Fernández, los hijos de Gonzalo se calificaban de Gonzá-
lez, los hijos de Martín, Martínez, etc.',
Otros apellidos se crearon en España tomando nombres de lugares o pue-
blos que se ganaban con las armas, o donde se ejercían grandes cargos, o de
los cuales el individuo era dueño. En esta forma surgieron: Castilla, León, Sala-
manca, Aragón, etc. También se formaban de la profesión u oficio que se de-
sempeñaba (Labrador, Pastor), del color de la cara, del cabello o de los ojos
(Blanco, Rubio, Cano) o de alguna otra cualidad o defecto (Barriga, Calvo);
de los nombres de las flores, árboles, cosas y animales en general (Manzano,
Granados, Robles, Espino, Vaca, Toro, Becerra, Casas, Tapias, Paredes, Pla-
ta, Peña, Sierra). La formación de nuevos apellidos en la sociedad contempo-
ránea, en gran parte ha terminado; interesa, por tanto estudiar cómo se deter-
mina en la actual costumbre de los pueblos civilizados el nombre y apellido que
una persona ha de usar en la vida jurídica.
En Colombia los diez apellidos más usuales según estudio de la Registra-
duría Nacional del Estado Civil con base en la información estadística desde
1952 hasta 2010 son: Rodríguez (707.786 colombianos), Gómez (537.843),
González (531.484), Martínez (530.721), García (524.835), López (509.471),
Hernández (454.471), Sánchez (449.750), Ramírez (427.404) y Pérez
(418.660).
Los nombres de mujeres más comunes son María (145.509), Luz (51.534),
Ana (28.650), Gloria (22.694), Martha (15.4526) y Diana (14.338); los de

2 efe enel Diccionario de Derecho Privado, voz Apellidos, y PLANlOL, RIPERTY BOULAN-
ClER,ob. cit., t. 1, pág. 204.
3 Cfr. en el Diccionario de Derecho Privado, voz Apellidos; SPOTA, ob. cit., 1. 1, vol. 3-
3, núm. 1168.Es una tendencia casi universal estade calificar al hijo porel nombre del padre.
En España se hizo añadiendo la partícula ez al nombre del padre (en lugar de "hijo de"); entre
los ingleses existió la misma costumbre, añadiendo son al nombre del padre; así, Johnson se
deriva de John. Entre los rusos,añadiendo las partículas vicn o wics para los hombres, y ()vn{[
para las mujeres: Alexandrovich (hijo de Alejandro). Petrovna (hija de Pedro); entre los ru-
manos, agregando escu: Filipescu, Rescu (para mayores detalles, véase a SPOTA, ob. cit., t. 1,
vol. 3-3. núm. 1168).
406 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

hombres más utilizados son José (1.679.871), Luis (1.211.922), Carlos


(676.087), Juan (643.556), Jorge (489.590), Pedro (297.210) y Jesús (280.464),
y los menos comunes o casi únicos son: "Abalgarnar, Teotriste, Abaracuatira,
Ericcksson, Santoprimo, Pescaditto, Hildari, Sayuris, Yurina, De Aroca Ena,
Migleyxy, Diornarluvy, Sayuris Suleiny, Edakatherinee, Zyryy Dulfiria, Men-
gris" .
Esta tendencia no se mantendrá, por cuanto, según el mimo estudio, a partir
del año 2000 se ha presentado una preferencia por los siguientes nombres:
Santiago, Valentina, Sebastián, Mariana, Nicolás, Isabella, Alejandro y Daniela.
Il, Derecho al nombre.-El artículo 32 del decreto 1260 de 1970, con-
forme al artículo 15 de la Constitución Política, consagra para todas las perso-
nas el derecho al buen nombre, lo cual supone el derecho al mismo: "toda
persona tiene derecho a su individualidad, y por consiguiente, al nombre que
por la ley le corresponde. El nombre comprende, el nombre, los apellidos, y
en su caso, el seudónimo...''.
El artículo 24 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
las Naciones Unidas (aprobado por el Congreso colombiano en virtud de la ley
74 de 1968) dispone en su numeral 2: "Todo niño será inscrito inmediatamen-
te después de su nacimiento y deberá tener un nombre". En el mismo sentido
la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de 1969,
dispone en su artículo 18: "Toda persona tiene derecho a un nombre propio y
a los apellidos de sus padres o al de uno de ellos ...".
IlI. Determinación del nombre y apellido.-El nombre depende de la vo-
luntad de los particulares, y el apellido es revelador de la familia a la cual per-
tenece la persona.
El apellido tiene su origen en la familia matrimonial o extramatrimonial;
en la legislación positiva colombiana existen las siguientes reglas para su deter-
minación:
1) Los hijos matrimoniales llevan el primer apellido del padre, seguido
del primer apellido de la madre (ley 54 de 1989)4.
2) Los hijos extramatrimoniales llevan el primer apellido del padre, si han
sido reconocidos por este o por sentencia judicial, seguido del apellido de la
madre; si no, llevan los dos apellidos de la madre (ley 54 de 1989).
3) Respecto de los hijos adoptivos, este lleva como apellidos los de los
adoptantes (Código de la Infancia y la Adolescencia, ley 1098 de 2006, art. 64,

4 Los autores del Diccionario de Derecho Privado advierten que usarcomo segundo

apellido el de la madre es una costumbre española, respaldada hoy día por la ley, pues con-
tribuyó a determinar más exactamente a las personas. Esa costumbre comenzó a principios
del siglo XVI!, puesanteslas personas usaban caprichosamente unsegundoapellidoque noera
el de la madre, Así, Miguel de Cervantes Saavedra erahijo de LeonorCortinas; ya en el siglo
xvrn la costumbre se generalizó.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 407

numo 3). Es el mismo sistema anterior del Código del Menor (decr. 2737 de
1989). Para las adopciones anteriores a este Código debía distinguirse si la
adopción había sido plena o simple; si 10primero el adoptado también tomaba
los apellidos de los adoptantes, pero si había sido simple, el adoptivo podía
conservar el apellido de su familia de origen o cambiarlo por los de los adop-
tantes.
La Corte Constitucional mediante sentencia número C-152 de 1994 de-
claró exequible el artículo 1° de la ley 54 de 1989, en contravía con las tenden-
cias modernas que consideran como discriminatorio y violatorio de la igual-
dad entre la pareja, las disposiciones normativas que ordenan que el apellido
de uno de los cónyuges deba ser el primero de sus hijos. (Para más detalles,
ver t. v, Derecho de familia, 7' ed., 1995, § 16-m). En realidad no existe razón
alguna para que en nuestro actual sistema jurídico, fundado en la igualdad, el
primer apellido deba ser el del padre; solo la nostalgia del predominio del varón
en las relaciones sociales ha impedido la derogatoria de esa norma.
4) Respecto a los niños recién nacidos que por ser expósitos o por otro mo-
tivo cualquiera se ignore el apellido de los padres, el funcionario encargado de
llevar el registro del estado civil de las personas les impondrá un apellido usual
en Colombia (decr. 1260 de 1970, art. 62 y decr. 158 de 1994).
5) La mujer casada ya no está obligada a añadir a su apellido el del ma-
rido, precedido de la partícula "de'", porque existe la igualdad jurídica de los
sexos desde la vigencia del decreto 2820 de 1974, reiterada en la ley 51 de 1981
y hoy consagrada en los artículos 42 y 43 de la Constitución Política. El de-
creto 999 de 1988 estableció en el artículo 2°, inciso 2°, que la mujer casada
está facultada para, mediante escritura pública, adicionar o suprimir el apelli-
do del marido precedido de la partícula "de'".
IV. Variaciones del nombre y del apellido.-El nombre que se imponga
a una persona no es inmutable. Así, quien para fijar su identidad personal desee
sustituir, rectificar, corregir o adicionar su nombre, el artículo 6°, inciso 1° del
decreto 999 de 198810 faculta para hacerlo por una sola vez y mediante escri-

5 No obstante, algunas personas usan caprichosamente la partícula de o del, no para


indicar que son mujeres casadas, sino para dar a entender que "descienden de casa solariega
esto es, de casa antigua y noble o de familia que posee o poseía algún señorío"; para esas perso-
nas formula ESCRICHE la siguiente sentencia, oportunamente recordada por SPOTA (ob. cit., núm.
1168): "De aquí es que muchos, queriendo darse cierta importancia y ennoblecer sus apelli-
dos, les anteponen estos artículos o partículas, tomándolos por sí y ante sí sin permiso ni
autorización alguna"; tratándose de "un mero acto de vanidad", basta recordarles con C¡CE~
R6N que non domino domínus, sed domino domus hoestanda est, que es lo mismo que decir
que "no en nuestro linaje, sino en nuestras acciones, es donde debemos buscar el lustre de nues-
tros apellidos".
6 En Francia y Alemania se estila que la mujer use el apellido de su marido durante el
matrimonio (cfr. WEILL y TER RE, ob. cit., núm. 45).
408 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

tura pública. Este instrumento debe inscribirse en el correspondiente registro


civil del interesado.
El artículo derogado señalaba las causas por las cuales se podía cambiar
el nombre; la nueva norma solo establece que ese derecho se puede ejercitar
por una vez y con la finalidad de fijar la identidad personal; esta última situa-
ción no puede ser objeto de calificación por los notarios, por cuanto de una parte,
la ley no les ha otorgado esa facultad, y de otra, la Constitución le garantiza a
todos los individuos el libre desarrollo de su personalidad y la fijación o deter-
minación del nombre y apellidos es una manifestación del derecho a su propia
individualidad, la que no puede ser limitada o desconocida, a menos que des-
conozca el orden público jurídico.
No puede argumentarse que se esté frente al cambio de estado civil, por
cuanto la sola variación o modificación del nombre no alcanza a tener esos
efectos, ni tampoco determina parentesco. (En este sentido se pronunció la
Corte Constitucional en sentencia T-594 del 15 de diciembre de 1993).
Según lo anterior, las causas por las cuales se puede cambiar el apellido
son:
a) Cuando los hijos extramatrimoniales que llevaban el apellido de la ma-
dre, cambian su apellido por el del padre cuando se legitiman por el subsiguiente
matrimonio de sus padres,
b) La misma solución de cambio de apellido por el del padre se presenta
cuando este reconoce al hijo extramatrimonial;
c) En cuanto a los hijos que son adoptados, una costumbre constante
establecía el cambio del apellido que usaban, por el del padre o la madre adop-
tantes; esa costumbre es hoy derecho positivo; en la ley 1098 de 2006, Código
de la Infancia y la Adolescencia, artículo 64, numeral 3, se ordena que el adop-
tivo llevará como apellidos los de los adoptantes; el nombre solo puede ser
modificado por estos cuando el adoptado sea menor de tres (3) años o siendo
mayor consienta en ello, o el juez lo apruebe por considerar justificadas las
razones de su cambio.
d) Por cambio de sexo; la doctrina de los notarios ha venido consideran-
do que se requiere de una sentencia judicial. Tesis que no puede ser extrema-
da para impedirle a los menores que han sido víctimas de un error médico en
su asignación inicial o cuando se le han efectuado intervenciones quirúrgicas
que determinan una modificación del que inicialmente se registró; en estos casos
debe ser suficiente la certificación médica y el levantamiento de una escritura
pública, y
e) Mediante escritura pública por voluntad del propio inscrito, en los tér-
minos del artículo 6°, inciso 10 del decreto 999 de 1988 y los representantes lega-
les de los menores de edad mediante el mismo procedimiento (decr. 1555 de
1989).
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 409

§ 138.-Esencia jurídica del nombre y apellido

Durante un tiempo se sostuvo que el nombre y apellido constituían un


verdadero derecho de propiedad sui generis, pues participaban de sus mismos
caracteres, esto es, podían hacerse valer erga omnes, eran objeto de reivindi-
cación y podían ganarse por prescripción. Tal tesis ha sido defendida por la
jurisprudencia francesa desde el año 1911, Ycriticada en forma unánime por
los modernos expositores, pues no resiste el menor examen'.
La tesis que se critica es muy superficial, y ha sido el fruto de la ausencia
de una sólida teoría de los derechos subjetivos en la doctrina francesa. También
los derechos a la vida, al honor, etc., son absolutos, pero en manera alguna
pueden confundirse con la propiedad. Carácter esencial de la propiedad es que
tenga un objeto corporal, que pueda enajenarse por acto entre vivos, que sea
avaluable en dinero, etc., condiciones estas que faltan al nombre y apellidos
I. Derecho de la personalidad.-La moderna doctrina enseña que el ape-
llido es un derecho de la personalidad y, por tanto, se encuentra fuera del co-
mercio. Participa también de la naturaleza de los denominados derechos pa-
trimoniales inmateriales. Al respecto, A. VaN TUHR dice que el nombre y
apellido deben colocarse "al lado de los derechos de autor o inventor?",
1) Es un derecho de la personalidad, como lo es el derecho a la vida, al
honor, etc., y representa un poder de nuestra propia persona: el derecho a usar
un nombre y apellido para identificarnos frente a las demás personas, y la obli-
gación para los demás de designarnos por tal nombre y apellido, por una parte,
y de que no nos sea arrebatado o usado indebidamente, por la otra !O El artícu-

7 Advierten PLANIOLY SAVATIER, que lo que ha introducido la idea de la propiedad de los


apellidos es el nombre feudal, es decir, el nombre de tierra llevado por una persona" (Traite
ele droit civil, t. 1, núm. 114).
RCfr. PL/\NIOLY SAVI\T1ER, ob. cit., t. 1, nüms. 114 y SS.; JOSSERANO, ob. cit., tr, pág. 155;
SPOTA, ob. cit., 1. 1, vol. 3-3, pág. 336; OROAZ, ob. cit., págs. 216 y 217; BONNECASE, Etemen-
tos ... , t. 1, pág. 297. Además, según PLANIOL y S~'\ VATIER, en la propiedad existe "atribución propia
y exclusiva de una cosa a una persona"; el apellido, en cambio, pertenece a muchos; el uso del
apellido es más una obligación que un derecho. "La ley 10 establece más que en interés de la
persona, en interés general" (ob. cit., núm. 114).
'l Derecho civil, t. 1-2, pág. 99. SPOTA, declara que el nombre y el apellido "constituyen

un trasunto de la personalidad moral, intelectual, económica de la persona. Es un verdadero


derecho subjetivo sobre un objeto inmaterial y extrapatrímoniat" (ob. cit., 1. 1, voL 3-3, pág.
345).
!O Tal es la más moderna doctrina. La de los expositores suizos es unánime: EGGER, al
interpretar el § 29 del Código suizo (citado por SI'OTA, ob. cit., pág. 348); CURTI-FoRRER: "El
nombre debe ser considerado no como un derecho de propiedad, sino como un derecho de la
personalidad", entre otros; ENNECCERUS, quien, no obstante, exceptúa el derecho al nombre
considerándolo como "derecho subjetivo de la persona" (subjektives Personenrecht). Para
PLANCK-STROf-lf\L, Das Namenrectu berunht oufder Personenrecht (ob. cit., t. 1, pág. 34); según
410 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

lo 15 de la Constitución establece el derecho al buen nombre. Es, en conse-


cuencia, un derecho subjetivo.
2) Pero por el objeto, el derecho al nombre es inmaterial; desde cste pun-
to de vista participa de la naturaleza de los derechos de autor, con una diferen-
cia importante: estos derechos son patrimoniales y se encuentran en el comer-
cio; en cambio, el nombre y apellido, por ser un derecho de la personalidad, se
encuentra fuera del comercio!'.
Il, Efectosjuridicos del nombre y apellido.-Los ordenamientos jurídicos
modernos atribuyen importantes garantías de protección al nombre y apellido,
las cuales no pueden explicarse si no se los considera como un "derecho sub-
jetivo".
1) Puede hacerse valer contra terceros que se nieguen a dar a una persona
su apellido, alegando que no tiene derecho a usarlo". Así, el hijo extrarnatri-
monia1 reconocido por su padre tiene derecho a usar su apellido y a oponerse
eficazmente a la impugnación que contra dicho uso hagan los hijos matrimo-
niales del mismo padre.
2) En forma especial puede hacerse valer contra terceros el nombre y
apellido, cuando este derecho es usurpado indebidamente. La usurpación del
nombre y apellido puede realizarse no solo cuando otra persona pretende usarlos
para identificarse ante los demás, sino cuando de tal nombre y apellido se hace
algún otro uso que ocasiona perjuicios, por ejemplo, un uso comercial, teatral,
novelesco, o son empleados como seudónimo.
A este respecto, ENNEccERus dice que "no solo constituye uso del nom-
bre el hecho de llevarlo personalmente, sino también, por ejemplo, el utilizar-
lo para designar una explotación industrial o unas mercancías o para obras de
arte o literarias, mas también la circunstancia de nombrar a terceras personas
que se hallen en cualquier relación de hecho con el autor"!'.

H. LEHMANN, Das Namenrecht ist Personenlichkeitsrectu (ob. cit., pág. 318). En el mismo
sentido, los expositores colombianos (JORGE ANGARlTA GÓMEZ, ob. cit., pág. 166) Yen Fran-
cia, WEILL y TERRE, ob. cit., núm. 60. También CASTÁN TüHEÑAS, t. 1, vol. 2°, págs. 376 y ss.
11 Algunos autores niegan que el nombre y apellido sea un derecho subjetivo, pues antes
que un derecho existe más bien la obligación de llevarlo y no cambiarlo por otro. Esto tan solo
indica que es un derecho subjetivo con preponderante función social (o pública); que se en-
cuentra fuera del comercio y que, por tal motivo, es inalienable, irrenunciable e imprescrip-
tible (S POTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-3, pág. 350). Cons. ROJlNA V1LLEGAS, t. 1, págs. 497 y ss.
12 Cfr. SrOTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-3, págs. 507 y ss.; PLANIOL-SAVATIER, ob. cit., 1. 1, págs.
llOy 111.
13 Ob. cit., núm. 93. SAVAT1ER (en Pl.AN10LY R1PBRT) habla del uso indebido del apellido
"a título de nombre comercial", "a título de seudónimo" o en una forma molesta y mortifican-
te, en novelas O piezas de teatro (t.r, pág. 111). Cfr. Pl.ANCK-STROHAl., ob. cit., 1.1, pág. 35; SPOTA,
ob. cit., t. 1, vol. 3-3, núms, 1216 y ss. Este autor distingue el uso del nombre que otro hace
para identificarse personalmente, del uso comercial, teatral, etc.; solo en el primer sentido existe
usurpación propiamente dicha del nombre; en el segundo caso existe un perjuicio o "lesión
del honor".
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 411

3) Toda usurpación del nombre y apellido genera para el demandado una


doble sanción: prohibición de continuar haciendo uso de tal nombre y apelli-
do, e indemnización de los daños materiales y morales ocasionados 14.
Para que surjan estas obligaciones en contra del usurpador no se requiere
la prueba del dolo o la culpa; es indiferente, pues, que el usurpador haya hecho
de buena o mala fe" uso de un nombre y apellido que corresponden a otra per-
sona.
Pero la indemnización de perjuicios no se decreta si no se demuestra un
daño, que puede ser simplemente moral (ofensa al honor, o a la buena consi-
deración por parte de los demás) 16
En este sentido, el artículo 4° del decreto 1260 de 1970 estatuye que quien
sufra quebranto por el uso que otro haga de su nombre y apellido, "puede de-
mandar judicialmente que cese la perturbación y se le dé seguridad contra un
temor fundado, así como la indemnización de los daños a los bienes de su per-
sonalidad y del daño moral que haya sufrido".
III. El derecho al buen nombre.-EI artículo 15 de la Constitución Polí-
tica consagra como un derecho fundamental de todas las personas el derecho
al buen nombre y la obligación del Estado colombiano de respetarlo y de ha-
cerlo respetar; no debe confundirse con el derecho a la honra; aquel se refiere
a la buena fama o reputación, que no es más que la opinión que la gente tiene
de una persona, y el derecho a la honra, también protegido por el artículo 21,
es el reconocimiento que deben hacer las personas del honor de una persona,
entendiendo este como "la estima propia de la dignidad que naturalmente tie-
ne todo ser humano" 17•

14 Cuando se prueba que otro usurpó nombre y apellido para usarlos personalmente, se

ha producido de plano la lesión al derecho, aunque no se demuestre un perjuicio (ENNECCE~


RUS, ob. cít., § 93); el usurpador será condenado a no usarlos más. En cambio, cuando se usur-
paron para empleos comerciales, teatrales, etc., se requiere comprobar un perjuicio material
o simplemente rnoral. ASÍ, por el empleo del apellido de una persona en una novela, que no
le causa perjuicio (por no ser deprimente o ridículo el papel del personaje que lleva ese ape-
llido), el titular carece de toda acción para hacer cambiar dicho apellido o impedir la circula-
ción del libro. Pero el empleo del apellido para usos comerciales, por lo regular causa perjui-
cios, especialmente cuando el lesionado goza de cierta estimación moral o intelectual. Además
de ENNECCERUS, también S POTA (ob. cit., t. 1, vol. 3-3, págs. 493 y ss.) enseña la citada doctrina.
1; Es indiferente -dice SrUl'A- "que haya mediado, por parte del usurpador del nom-
bre ajeno, buena o mala fe, culpa o dolo" (ob. cit., pág. 499). En el mismo sentido ENNEccE-
RUS, ob. cít., § 93.
16 La jurisprudencia francesa parece orientarse en otro sentido al otorgar una indemni-

zación de perjuicios, se pruebe o no un daño. En la novela Pot-Bouille de ZOLA, el personaje


Duvernay hace el papel de consejero ante la Corte en forma deprimente; un abogado de la Corte
llevaba ese apellido y obtuvo que se le cambiara al personaje. También por el uso de un nom-
bre en una película cinematográfica, se otorgó al lesionado una indemnización de 25.000
francos (cfr. SI'OTA. ob. cit., págs. Sal y 502, quien toma estas citas de los MAZEAUD).
17 En el mismo sentido se pronuncia MARIO MADRID-MALO, Derechosfundamentales,
Santa Fe de Bogotá, Esap, 1992, págs. 214 y ss.
412 LAS PERSONAS FISICAS EN si MISMAS CONSIDERADAS

Quien difame a una persona imputándole en forma dolosa hechos deshon-


rosos, incurre en el delito de injuria y además está obligado a resarcir el per-
juicio material indirecto que le ocasione y a pagar el monto que señale el juez
por el daño moral subjetivo.
El nombre de las personas morales o colectivas también se protege; tie-
nen derecho a que cese la violación y al pago de perjuicios de contenido ma-
terial siempre que acrediten el daño causado; el daño moral subjetivo o dolor
de afección no es posible reconocerlo para estos entes, pero sí tienen derecho
a la reparación del llamado good will.
La Corte Constitucional ha considerado que el derecho al buen nombre
cobija tanto a las personas naturales como a las jurídicas, pues, "el núcleo esen-
cial del art. 15 permite también proteger a las personas jurídicas, ante la difa-
mación que le produzcan expresiones ofensivas o injuriosas. Es la protección
del denominado good will en el derecho anglosajón, que es el derecho al buen
nombre de una persona jurídica y que puede ser estimado pecuniariamente"
(Corte Constitucional, sent. T-412 de 17 junio 1992).
IV. Aplicación analógica de las reglas expuestas al seudónimo.-EI seu-
dónimo que los escritores suelen emplear para suscribir sus obras o escritos,
puede equipararse al nombre y apellido, sobre todo cuando llega a caracteri-
zar su personalidad digna y ampliamente.
Tales seudónimos merecen la misma protección jurídica que se da al nom-
bre y al apellido".
V. Prueba de la identidad iideniíficacion de las personas físicas ).-Las
personas requieren identificarse frente a los demás para ejercitar ciertos dere-
chos y cumplir algunos deberes y no siempre basta su afirmación sobre quien
dice ser y se exige una prueba solemne, el documento de identidad.
Mediante la ley 962 de 2005, artículo 22, se estableció un sistema perma-
nente de identificación, el NU1Po número único de identificación personal, con
las características de permanencia, aun cuando exista cambio de documentos,
y de obligatoriedad; rige para "todos los hechos y actos que afecten el estado
civil de las personas, y para todos los documentos que sean expedidos por las
autoridades públicas". Es asignado por la Registraduría Nacional del Estado
Civil en el momento de inscripción del registro civil de nacimiento expedido
por los funcionarios que llevan el Registro Civil; para quienes ya tenían cedu-
la de ciudadanía al entrar en vigencia la ley, el NUIP es el número de su cédula.
Para los nacionales colombianos mayores de edad el documento idóneo
de identificación es la cédula de ciudadanía, y para los menores, a partir de los
7 años, obliga la tarjeta de identidad (decr. 1260 de 1970, art. 109, reglamen-

1& ENNECCERUS, ob. cit., § 93; SroTA, ob. cit., núms. 1196 y ss.; A. VON TUHR, Derecho
civil, t. 1-1, pág. 105.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 413

tado inicialmente por el decr. 1691 de 1971); los menores de 14 años la acre-
ditan con su registro civil de nacimiento; los extranjeros deben utilizar la cé-
dula de extranjería o el pasaporte. Estos documentos y los demás de identifi-
cación no pueden ser retenidos ni por las autoridades públicas y menos aún por
los particulares; de requerirse la identificación, esta se hará con su exhibición
(decr. 2150 de 1995, art. 18, modificado por la ley 962 de 2005, art. 23).
La nacionalidad colombiana se comprueba con la cédula de ciudadanía
para los mayores de dieciocho años, la tarjeta de identidad para los mayores
de catorce años y menores de dieciocho años y el registro civil de nacimiento
para los menores de catorce años (ley 962 de 2005, art. 38, que modificó el art.
3° de la ley 43 de 1993).

n.-Del domicilio'

§ 139.-Noción y funciones

1. Relación con un municipio.-Las personas suelen vivir en un sitio de-


terminado, en forma continua; en él celebran sus negocios, ejercen sus dere-
chos civiles y públicos y, en fin, en ese lugar concentran preponderantemente
sus relaciones de orden jurídico. Dicho lugar constituye un elemento impor-
tante para identificarlas: es el domicilio.
1) El domicilio tiene por objeto relacionar a las personas con un lugar:
aquel donde habitualmente se encuentran y tienen sus principales intereses
familiares y económicos; es, pues, una relaciónjurídica entre una persona y un
lugar!", Con razón la doctrina define al domicilio como la "sede jurídica" o el
"asiento jurídico de una persona'?", y, aún más, como el "centro de las relaciones
de una persona'?'.
En el domicilio es necesario distinguir la relación jurídica que lo consti-
tuye (construcción de la técnica jurídica), del lugar que constituye su objeto.
No debe identificarse el domicilio con un lugar (un local o una casa). Cuando
de una persona decimos que tiene su domicilio en tal ciudad o pueblo, en manera
alguna podemos confundir la ciudad o pueblo con la calidad de "domiciliado"

JORGE ANGARlTA GÓMEZ, ob. cit., págs. 211 y SS.; FABla NARANJO OCI-lOA, ob. cit., págs.
106 y ss.; S POTA. ob. cit., t. 1, vol. 3-3, págs. 525 y ss.; ENNECCERUS, ob. cit., § 89; PLANCK-
STROHAL, ob. cit., t. I~ págs. 24 y SS.; LEHMANN, ob. cit., pago 315; A. VON TUHR, ob. cit., t. 1-2,
págs. 78 y SS.; OERTMr\NN, ob. cit., págs. 70 y ss.; Sr\VIGNY, Sistema ..., t. VI, págs. 158 y SS.;
CASTÁN TOBEÑNj, ob. cit., t. 1, vol. 2°, págs. 180 y SS.; ORGAZ, ob. cit., pág. 233; JOSSERAND, ob.
cit., t. 1, pág. 158; COLlN, etc., ob. cit., t. 1, págs. 418 y SS.; DE RUGGIERO, ob. cit., t. 1, pág. 386;
SALVAT, Parte general ..., t. 1, pág. 449; ALESSANDRl, etc., ob. cit., t. 1, págs. 852 y ss.
[9 AUBRY, RAU y BARTIN, ob. cit., t. 1, págs. 835 y ss,
20 Cfr. SPOTA, ob. cit., t. 1, vol, 3-2, núms. 12,29.

21 ENNECCERUS, ob. cit., t. 1, § 89.


414 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MiSMAS CONSIDERADAS

en ese lugar, pues simplemente estamos afirmando de esa persona un "estado",


una "calidad jurídica": la de encontrarse habitualmente en esa ciudad o mu-
nicipio". El municipio (ciudad o pueblo) es simplemente elfactum o hecho
material que la ley tiene en cuenta para crear la relación jurídica del domicilio.
2) En el derecho civil colombiano, ese lugar (jactum) se identifica con una
circunscripción territorial municipal (c. c., art. 77). Son, pues, los municipios
los que sirven para identificar a los colombianos.
3) El domicilio es diferente de la residencia o habitación de una persona,
aunque en ciertos casos se emplea la palabra domicilio como sinónimo de casa
de habitación (esto hacen los arts. 28 y 32 de la Const. PoL). Es verdad que
este fue el sentido originario del domicilio entre los juristas romanos"; pero
entre estos mismos juristas, ya más desarrollado el derecho, se diferenció cla-
ramente el domicilio de la casa de habitación".
En el derecho civil colombiano, el domicilio indica la relación jurídica
entre una persona y determinada circunscripción territorial municipal (un mu-
nicipio). Desde este punto de vista, los términos vecindad y domicilio son
sinónimos.
Il, Funciones principales del domicilio.-La ley atribuye importantes
funciones al domicilio:
a) En los procesos contenciosos tiene competencia para conocer de la
demanda el juez del domicilio del demandado; si este tiene varios domicilios,
el de cualquiera de ellos a elección del demandante; "a menos que se trate de
asuntos vinculados exclusivamente a uno de dichos domicilios, caso en el cual
será competente el juez de este" (c. de P. C. de 1970, art. 23, numo 1; C. C. art.
83); si el demandado carece de domicilio, es competente eljuez de su residen-
cia (c. C., art, 84; C. de P. C., arto 23, numo 2). Cuando son varios los deman-
dados, será competente eljuez del domicilio de cualquiera de ellos, a elección
del demandante (c. de P. c., arto 23, numo 3).
b) El domicilio conyugal indica la competencia del juez para los proce-
sos sobre alimentos, nulidad y divorcio, separación de bienes, liquidación de
la sociedad conyugal, pérdida o suspensión de la patria potestad, o impugna-
ción de la paternidad legítima (C. de P. c., art. 23, numo 4).
c) En los procesos a que diere lugar un contrato serán competentes, a elec-
ción del demandante, el juez del lugar de su cumplimiento y el del domicilio
del demandado (c. de P. C; art. 23, numo S). El artículo 8S del Código Civil

22 Cfr. OROAZ, ob. cit., pág. 234. nota 2.


23 El domicilio era la domus, de donde se desprendió la palabra domicilio.
24 Así, en un pasajede JUSTINIANO aparece la diferenciaentre domicilio y casa de habi-
tación: "ad omnem habitationem, in qua paterfamilias habitat, pertinere hane legem (se re-
fiere a la lex camelia sobrela injuria), licet ibi quis domicilium non habeat". Cfr. SrOTA, ob.
cit., t. 1, vol. 3-3, págs. 542 y 543.
ATRIBUTOS DE LA PERSONAliDAD 415

estatuía que en un contrato podría establecerse, de común acuerdo, un domi-


cilio especial para los actos judiciales y extrajudiciales a que diere lugar el mis-
mo contrato. Dicha norma ha sido derogada por la proposición 2' del numeral
5 del artículo 23 del nuevo Código de Procedimiento Civil, al establecer que
"para efectos judiciales la estipulación de domicilio contractual se tendrá por
no escrita",
d) En los procesos de nulidad, disolución y liquidación de sociedades, y
en los que se susciten por controversias entre los socios en razón de la socie-
dad, aun después de su liquidación, es competente el juez del domicilio prin-
cipal de la sociedad CC. de P. C; de 1970, art. 23, numo 6). También el mismo
juez es competente en los procesos que se instauren contra la sociedad Ce. de
P. e., art. 23, num.7).
e) En los juicios de declaración de ausencia o presunción de muerte por
desaparecimiento, conocerá el juez del último domicilio del ausente o desapa-
recido Ce. de P. e., art. 23, numo 19, letra b).
f) Por último, el matrimonio debe celebrarse ante el juez del municipio
donde la mujer o el hombre tengan su domicilio. El Código Civil, artículo 126,
inicialmente señalaba como único domicilio el de la mujer; la Corte Constitu-
cional mediante sentencia C-112 de 2000, consideró que se desconocía el prin-
cipio de igualdad si se mantenía únicamente ese domicilio. Para más detalles
sobre la función del domicilio en relación con la competencia judicial, véase
el artículo 23 del Código de Procedimiento Civil de 1970.
lll. Distintas clases de domicilios.-El domicilio puede ser civil o polí-
tico. El primero indica el municipio donde una persona ejerce sus derechos
civiles; el segundo, aquel donde ejerce sus derechos políticos. Pero esta dis-
tinción carece de importancia, por cuanto, generalmente, donde una persona
tiene su domicilio civil, también tiene su domicilio político eeste último domi-
cilio interesa al derecho constitucional).
El domicilio civil propiamente dicho puede ser legal y voluntario.

§ 140.-A) Domicilio legal

El domicilio legal de dependencia es el que la ley impone a ciertas per-


sonas, en razón del vínculo de subordinación que tienen con otras. En cuatro
casos señalaba el Código esta clase de domicilio: 1) para las mujeres casadas;
2) los hijos; 3) para los pupilos, y 4) para los criados o dependientes Ce.C., arts.
87 a 89).
El domicilio legal de las mujeres casadas, hoy derogado, era el del mari-
do, y se fundamentaba en el ejercicio de la potestad marital que todo marido
tenía sobre su mujer conforme al antiguo artículo 177 del Código Civil. Pero
el decreto 2820 de 1974 suprimió la potestad marital y estableció que marido
416 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

y mujer tienen conjuntamente la dirección del hogar (nueva red. dada al art.
177 del C. e.). Con buena lógica fue derogado el antiguo artículo 87 del Có-
digo Civil, lo cual indica que hoy la mujer casada no tiene como domicilio el
del marido, y por tanto, que esta clase de domicilio legal fue derogada.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los cónyuges están obligados a
vivir juntos (e. C; arto 178, red. del decr. 2820 de 1974); luego mientras vivan
en comunidad doméstica el domicilio será voluntario y cumún, vale decir: será
el que fijen los cónyuges de común acuerdo (ley 33 de 1992, art. 8°).
En relación con el domicilio de los empleados y dependientes, el artículo
89 del Código Civil establecía: "el domicilio de una persona será también el
de sus criados y dependientes que residan en la misma casa que ella; sin per-
juicio de lo dispuesto en los dos artículos precedentes". Estos términos, cria-
dos y dependientes, ya no tienen razón de ser y debe utilizarse el de trabajado-
res y el de empleador en lugar del de patrón (ley 50 de 1990).
El contenido de este artículo era violatorio de la Constitución, pues crea-
ba una injusta discriminación y una aberrante desigualdad sin una razón cier-
ta. El trabajo, sea cual fuere, no puede dar lugar a regulaciones jurídicas dife-
rentes a las que emanan de la naturaleza misma de la relación laboral. El
empleado o trabajador doméstico goza de los mismos derechos y facultades de
los demás ciudadanos para constituir su domicilio, el que podrá ser distinto o
el mismo del empleador, mas no por razones de dependencia o de subordina-
ción, sino porque se configuran los elementos de ley para constituirlo. Para la
sala de casación civil de la Corte Suprema de Justicia, este artículo había sido
derogado por la legislación laboral".
Mediante sentencia C-379 de 27 de julio de 1998 la Corte Constitucional
lo declaró inexequible, pues "la subordinación inherente a las relaciones labo-
rales alude a los servicios que el trabajador asume como obligaciones remu-
neradas por su patrono, pero no a elementos personales ni a determinaciones
de su fuero interno, respecto de las cuales goza de plena autonomía".
Por lo tanto, actualmente subsisten como domicilios legales el de los hijos
y pupilos.
1. Personas sometidas a potestad parental (patria potestad).-Los hijos
(matrimoniales, extramatrimoniales y adoptivos) tienen como domicilio el de
los padres. El artículo 88 del Código Civil se refería al domicilio paterno, pues
antes del decreto 2820 de 1974 la potestad parental la ejercía el padre; solo a
falta de este la ejercía la madre. Hoy, el artículo 288 del Código Civil (nueva
red. del decr. 2820 de 1974) otorga esa potestad conjunta a ambos padres; a falta
de uno de ellos, la tiene el otro.
También actualmente la potestad parental se ejerce sobre los hijos extrama-
trimoniales (ley 45 de 1936, arto 15, nueva red. de laley 75 de 1968); igualmente,
se ejerce sobre los hijos adoptivos (ley 1098 de 2006, arts. 14 y 64 numo 1).

as Ver sent. de 26 julio 1982.


ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 417

Como este domicilio legal es consecuencia directa de la potestad parental,


se deduce que los hijos lo tendrán mientras permanezcan dentro de ella, es decir,
hasta que cumplan 18 años, o sean emancipados (C, c', arts. 339, 332 Y ss.),
JI, Personas con discapacidad mental absoluta y relativa,-Las perso-
nas con discapacidad mental absoluta tienen por domicilio el de su represen-
tante legal o guardador, pero pueden fijar su residencia si gozan de suficiente
aptitud intelectual para ello y no ponen en riesgo su integridad personal o la de
la comunidad; en caso contrario, se fijará por el guardador, salvo que la auto-
ridad competente disponga otra cosa (ley 1306 de 2009, art. 19, párr. 1°), Los
discapacitados mentales absolutos mayores de edad con patria potestad pro-
rrogada siguen el domicilio de sus padres conforme las reglas de los impúbe-
res; los menores adultos declarados discapacitados mentales absolutos siguen
las mismas disposiciones, y si están emancipados siguen el domicilio del cu-
rador designado, conforme lo ya anotado.
Este domicilio goza de protección y de control judicial y estatal; se le im-
puso a las Secretarías de Salud de los municipios la función de llevar un libro
de avecindamiento de personas con discapacidad mental absoluta, en el que
debe constar el lugar de residencia de estas; este libro será reservado y solo podrá
ser consultado con permiso del juez o del defensor de familia (ley 1306 de 2009,
art. 19, parg., párr. 1").
Las personas con discapacidad mental relativa, inhábiles conforme lo esta-
blece la ley 1306 de 2009, tienen libertad para fijar su domicilio y su residencia
de acuerdo con las reglas generales del Código Civil, pero en relación con los
asuntos objeto de la inhabilitación, siguen el domicilio de su consejero (art. 37).

§ 141.-B) Domicilio voluntario o real

Toda persona que no tenga domicilio legal o de origen, puede escogerlo


libremente; este será su domicilio voluntario o domicilio de adquisición.
Solo a esta clase de domicilio puede aplicarse la definición del artículo
76 del Código, que establece que "el domicilio consiste en la residencia acom-
pañada, real o presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella".
De manera que el domicilio voluntario de una persona se determina me-
diante estos dos elementos: un elemento material, la residencia en un lugar, y
un elemento de orden psicológico, el ánimo de permanecer en él.
La determinación del primer elemento no ofrece dificultades ya que se
trata de un elemento visible; pero, ¿cómo determinar el segundo elemento? La
ley ha establecido al respecto varias presunciones: unas negativas, que exclu-
yen el domicilio; y otras positivas, que lo configuran" .

26 Laley no se refiere a unaintención vacía o abstracta, sino aunaintención real quedebe


estar acompañada de unfactum: residir en un lugar determinado, Estaintención -dice CURTI-
FORRER, ob. cit., pág. 25, nota 4- en general no se formula expresamente, y, dada su propia
naturaleza, no existe otromodo de determinarla sino deduciéndola de ciertas circunstancias.
418 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

I. Presunciones positivas.-Las principales son las que enumeramos a


continuación:
1) Se presume el "ánimo de permanecer y avecindarse en un lugar, por el
hecho de abrir en él tienda, botica, fábrica, taller, posada, escuela u otro esta-
blecimiento durable, para administrarlo en persona" (c. c., art. SO).
Obsérvese que la ley toma como base para determinar el domicilio, no sim-
plemente la residencia, sino el hecho concreto de que la persona se establezca
en forma permanente en un municipio determinado. En consecuencia, los es-
tablecimientos industriales abiertos intermitente o temporalmente en un sitio,
no hacen presumir el domicilio; por ejemplo, la simple venta de drogas, las
sucursales de empresa, y la instalación de negocios que no necesiten una ad-
ministración personal por parte del dueño.
La sala de casación civil estableció que el ejercicio de ciertas actividades
profesionales en un sitio, y la venta de productos que no requieren la apertura
de establecimiento permanente y que fácilmente pueden trasladarse a otro lugar,
no indican el ánimo de permanecer en esos sitios; por consiguiente, el caso de
una persona que tiene sus negocios importantes en una ciudad y por prescrip-
ción médica se ve obligada a trasladarse a un lugar diferente, en el cual esta-
blece negocios mientras mejora de salud, no constituye presunción de ánimo
de permanecer en este".
2) El hecho de aceptar empleo fijo "de los que ordinariamente se confie-
ren por largo tiempo", hace presumir el domicilio en el lugar donde se ejerza
el empleo (C. C., art. 80, parte final).
3) Las presunciones anteriores no son únicas; el artículo 80 del Código
autoriza al intérprete para presumir el domicilio por "otras circunstancias
análogas", verbigracia, cuando una persona por prescripción médica se tras-
lada en forma definitiva a determinado lugar, o cuando un agricultor se instala
y vive con su familia en la finca arrendada".
4) Según el artículo 82 del Código, "presúmese también el domicilio de
la manifestación que se haga ante el respectiva prefecto o corregidor (hoy día,
ante los alcaldes), del ánimo de avecindarse en un determinado distrito". Las
formalidades que se deben cumplir para esta manifestación, se encuentran en
el decreto 1260 de 1970, artículo 25.
Pero la simple aseveración de ser vecino de cierto lugar hecha por un indi-
viduo en un documento, no es prueba suficiente de que dicho lugar sea su do-
micilio?".
La ley habla de la manifestación que una persona hace ante un funciona-
rio público, del ánimo de trasladar su residencia a determinado sitio; por con-

Sent., 31 agosto 1933 ("O. J.", t. XLIV, pág. 123).


27

2S Cfr. ENNECCERUS,ob. cít., § 89; A. VON TU>!R, ob, cit., t. 1-2, pág. 79.
"Cas. civ., 12 marzo 1896 ("O. J.", t. XVIl, pág. 279).
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 419

siguiente, la presunción del domicilio tiene su fundamento en la declaración


unida al hecho real de trasladar la residencia. Todo lo cual indica que el do-
micilio no se prueba con la simple confesión":
Il. Presunciones negativas.-Deben mencionarse las siguientes:
1") Según el artículo 79 del Código Civil, "no se presume el ánimo de
permanecer, ni se adquiere consiguientemente domicilio civil en un lugar, por
el solo hecho de habitar un individuo por algún tiempo casa propia o ajena en
él, si tiene en otra parte su hogar doméstico, o por otras circunstancias aparece
que la residencia es accidental como la del viajero, o la del que ejerce una co-
misión temporal o la del que se ocupa en algún tráfico ambulante?".
2') La residencia forzada en otro lugar, aunque sea por largo tiempo, o aun
la voluntaria, no hace presumir el domicilio si la persona conserva su familia
y el asiento principal de sus negocios en otra parte (e. e., art. 81). Así, la per-
sona condenada a pagar una pena en sitio diferente de aquel en donde tiene su
familia e intereses económicos, no adquiere domicilio nuevo.
3") "El que vive en el campo y solo tiene en la ciudad un despacho, un local
de negocios o un taller, no tiene su domicilio en la ciudad"; igualmente, el re-
presentante o senador "que solo va a la capital por el tiempo de las sesiones par-
lamentarias, el estudiante que va a la universidad, el enfermo que ingresa a un
sanatorio, el que es recluido en la prisión, la camarera que se coloca para pres-
tar su servicio, no constituyen domicilio en esos lugares?".

§ 142.-Elemento esencial del domicilio voluntario

1. Residencia permanente.-En el derecho civil positivo, el elemento


esencial que sirve para determinar el domicilio es la "residencia permanente"
en un lugar. El Código Civil de Colombia adopta expresa y reiteradamente la
tesis del "domicilio-residencia". Esta afirmación se consolida: a) con la defi-
nición del artículo 76, al decir que el domicilio consiste en "la residencia,
acompañada, real o presuntivamente del ánimo de permanecer en ella"; b) con
las expresiones "el lugar donde un individuo está de asiento, o donde ejerce
habitualmente su profesión u oficio, determina su domicilio civil o vecindad",
que usa el artículo 78; "no se presume el ánimo de perrnanecer.;.", que emplea

JO Caso eiv., 22 abril 1924 ("G. J.", t. xxx, pág. 302).


31 Cfr. cas., 22 abril 1924 ("G. J.", t. xxx, pág. 303).
aa ENNECCERUS, ob. cit., § 89-1I-l-a. Agrega ENNECCERUS, que en estos casos no se cons-
tituye domicilio, pues falta voluntad de "querer establecerse con carácter permanente, esto es,
no precisamente para siempre", pero si por un tiempo durable; en los ejemplos citados la
residencia es simplemente temporal. Véase además a VON TUHR: "Cuando la residencia en un
lugar se basa en una causa especial, que el interesado considera como pasajera, no basta con
que perdure para que se trasforme en domicilio" (ob. cit., t. 1-2, pág. 79).
420 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

el artículo 79; "se presume desde luego el ánimo de permanecer. .." (art. 80);
"la mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto de las personas
que no tuvieren domicilio civil en otra parte" (ley 33 de 1992, arts. 9° y 84); c)
finalmente, la pluralidad de domicilios que prevé el artículo 83.
n. Concepciones del derecho francés y del alemán.-Frente a la construc-
ciónjurídica del "domicilio-residencia habitual o permanente" a que alude el
Código Civil, existe la construcción del "domicilio-principal establecimiento"
que adopta el Código de Napoleón en sus artículos 102 y ss.",
Estas dos construcciones jurídicas son diversas, especialmente en sus
efectos.
1) Para los juristas romanos, en un principio, el domicilio era la casa de
habitación. Este concepto sufrió una importante evolución en el sentido de con-
siderar como domicilio la "residencia permanente", la "residencia habitual" de
una persona. No es ya, pues, la simple residencia transitoria en uno u otro lu-
gar lo que constituye el domicilio, sino la "residencia permanente", la cual se
determina por el sitio donde con más frecuencia se encuentra la persona y ha
fijado como centro de sus relaciones jurídicas".
Dos cuestiones importantes se presentaron a los mismos juristas romanos,
en relación con la noción del domicilio como "residencia permanente": a) ¿Qué
hacer cuando una persona reside habitualmente en dos o más lugares?; b)
¿Qué hacer cuando no se puede determinar la residencia habitual de una per-
sona, por vivir indistintamente en forma transitoria en uno y otro lugar?
A la primera respondieron que ningún inconveniente había en que una
persona pudiera tener más de un domicilio; es decir, se precisó la tesis de la
pluralidad de domicilios"; respecto a la segunda, se dijo que podría suceder

33 El art. 102 del Código de Napoleón establece que el domicilio es el lugar donde una
persona tiene el asiento principal de sus negocios ("Le domicíle du tout francais, quant a
1'exercise de ses droits civils, es! au lieu oú il a son principal établissement").
34 Cfr. SAVIGNY, Sistema ..., t. VI, pág. 158: "Se considera como domicilio de un indivi-
duo el lugar en donde reside constantemente, y que ha sido elegido como centro de sus nego-
cios y de sus relaciones jurídicas"; además GANOI (ob. cit., pág. 110), para quien en el derecho
romano "por domicilium se entendía el lugar donde la persona tenía su residencia estable y el
centro principal de sus negocios e intereses...''. El domicilio, en efecto, consta de dos elemen-
tos: uno de hecho (la residencia habitual o habitación) y otro intencional (el animus perpetuo
commorcmdí). Véase también la cita que hace SPOTA de BATrISTA: "La idea romana del domi-
cilio, aun en su último desarrollo. tuvo siempre por fundamento la residencia fija del indivi-
duo en determinado lugar, en aquel en el cual con más frecuencia se encuentra y hállase pre-
sente" (ob. cit., t. l. vol. 3-3. pág. 542).
35 La pluralidad de domicilios en el derecho romano fue un hecho cierto, como se com-
prueba con el siguiente pasaje del Digesto: "vírís prudentibus placuit loci posse aliquem habere
domicilium, si utrubique ita se instruxít, ut non ideo minus apud alteras se colloease vídea-
tUf". La vieja discusión entre CELSO y LABEÓN fue cancelada. El primero sostenía que cuando
una persona tenía dos residencias habituales, solo en una de ellas estaba el domicilio; LABE6N
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 421

que existieran personas sin domicilio, caso en el cual cada "residencia transi-
toria" hacía las veces de domicilio".
2) Esta construcción jurídica del domicilio sufrió variaciones sustancia-
les en el antiguo derecho consuetudinario francés. Especialmente DOMAT y Po-
THIER propugnaron una construcción lógica antes que objetiva, y sostuvieron
la necesidad de que toda persona tuviera un domicilio y solo un domicilio; para
ello se separaron de la concepción romana del "domicilio-residencia per-
manente" y decidieron que el domicilio estaba constituido porel "principal esta-
blecimiento" (principal établissement). En síntesis, la concepción francesa del
domicilio presenta estas dos características: 1') toda persona tiene necesaria-
mente un domicilio; 2') las personas solo pueden tener un domicilio. El domi-
cilio es, hasta cierto punto, un trasunto, un reflejo de nuestra personalidad"
Esta construcción ficticia es calificada en forma unánime por los mismos
expositores franceses como inconveniente, idealista y de poca pracricabilidad".
Esto explica que la doctrina francesa haya tenido que recurrir a la tesis del
"domicilio de origen" para las personas que carecen de establecimiento prin-
cipal, y que consiste en que, respecto a las personas que no tengan dicho esta-
blecimiento principal, se considera que su domicilio sigue siendo el legal, esto
es, el que tuvieron cuando eran incapaces". Así mismo ha recurrido a la tesis

afirmaba lo contrario y, además, el hecho de que una persona podía carecer de residencia
permanente en un lugar: "nam hunc puto sine domicilio esse", es decir, que se podía darel caso
de que una persona careciera de domicilio (efe GANOI, ob. cit., pág. l l Oj.Igualmente advierte
SAVIGNY (Sistema ..., t. VI, pág. 161): "Más de un jurisconsulto romano había puesto en duda
la posibilidad de esta pluralidad de domicilios; pero se acabó por admitirla...".
36 Según SAV1GNY, "puede suceder que un individuo carezca de domicilio en el sentido
técnico de la palabra", lo cual sucede especialmente: 1) cuando se abandona un domicilio
adquirido y se busca uno nuevo, durante todo el tiempo que se tarda en elegirlo y en consti-
tuirse realmente; 2) cuando durante largo tiempo una persona se dedica a viajar, sin tener ningún
lugar por centro permanente de sus negocios; 3) en el caso de los que se entregan a la vagan-
cia (ob. cit., t. VI, págs. 161 y 162).
37 Véase esa concepción en COUN, CAPITANT y JULLlOT DE LA MORAND1ERE (ob. cit., t. 1,

núm. 465), para quienes el Código de 1804, siguiendo a PonUER, creyó útil dar a la noción
cierto carácter de fijeza, debido a que en el antiguo derecho consuetudinario francés el domi-
cilio servía "para determinar el estatuto personal del individuo, es decir, las disposiciones
consuetudinarias que regulaban su estado" (t. 1, pág. 421, nota 1). Véanse en la obra de estos
mismos autores las críticas a tal noción: lógica, pero inconveniente e irreal, pues existen
personas que carecen de "principal establecimiento", etc. Véase además a JOSSERAND, ob. cit.,
t. 1, núm. 236; SAVATIER, ob. cit., t. 1, pág. 60; PLANIOL-SAVATIER, ob. cit., t. 1, págs. 138 y ss.
3~ Véase la nota anterior.
39 Cfr. PLANIOL~SAVATIER (ob. cit.. t. 1, pág. 139), para quienes, si las personas deben tener
un domicilio, será necesario que tengan el legal (o el de sus padres) mientras sean incapaces;
e indefinidamente ese mismo domicilio, aunque sean capaces, si no eligen otro. Y agregan:
"Este principio, sin embargo, no es absoluto, y aunque la mayoría de los autores sostienen lo
422 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

del domicilio aparente, la cual sostiene que cuando la residencia tiene ciertos
caracteres de estabilidad, debe mirarse como domicilio".
3) El Código Civil alemán de 1900 siguió de cerca la construcción roma-
na. a semejanza de lo que hizo BELLO, y estableció que el domicilio es simple-
mente la "residencia habitual de una persona en un lugar determinado"!'. En
el derecho civil alemán, lo mismo que en el derecho romano, una persona puede
tener varios domicilios o puede carecer de él, caso en el cual la simple residen-
cia transitoria hace de domícilío".
III. Concepción del Código Civil.-El Código Civil colombiano sigue la
concepción romana del domicilio, como lo comprueban los siguientes artícu-
los: e176, al definir el domicilio como "la residencia" "acompañada del ánimo
de permanecer en ella"; el 83, al admitir la pluralidad de domicilios; el 84, al
establecer que la "mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto
de las personas que no tuvieren domicilio en otra parte".
Nuestro Código se separó radicalmente de la concepción francesa del do-
micilio. Grave error cometen los autores y jueces que piensan que, a este res-
pecto, BELLO siguió las orientaciones de la doctrina francesa sobre domicilio",

contrario haypersonas sin domicilio", pues si al vagabundo se le dacomo domicilio el de ori-


gen, o sea, el de sus padres, ¿qué hacercuando no se puede domiciliara esos padres (por ser
familias de bohemios o de nómadas)?
40 La construcción francesade los domicilios aparentes en SAVATIER (PLANIOL y RIPERT,
ob. cit., t. pág. 163), aplicase cuando el domicilio es el de origen y este no es conocido de
1,
terceros ("cuando el poseedor del domicilioaparente se hacomportado en forma quehacecaer
en error a terceros, es responsablede ese error, sin que paraeso sea necesarioque hayahabido
fraude de su parte"). Véase además a JOSSERAND, ob. cit., t. " pág. 166.
41 Cfr.la primera parte del § 7 del BGB: "Wer sich an einem Orte stiindig niederlaesst,

begründet an diesem Orte seinem Wohnsitz" corresponde exactamente a la noción de domi-


cilio que presenta SAVIGNY (Sistema ..., t. VI, pág. 158), Ya la definición del art. 76 de nuestro
Código Civil. Y no de otramanera podría ser, pues la cita que hace SAVIGNY en la nota b del
tomo y pág. precitados del texto romano que le sirve de base, es precisamente el mismotexto
que cita BELLO en la nota al arto 58 del proyecto de Código Civil. y que es el actual art, 76 del
Código vigente en Colombia (véase pág. 37. t. 11 del proyecto del C. C.).
," La segunda parte del § 7 del BGB, dice textualmente: "Del' WohnsilZ kann gleichrei-
tig an mehreren Orten bestehen" (equivale al art. 83 del C. C.), Véase ademása ENNECCERUS,
para quien si una persona carece de domicilio, la simple residencia lo sustituye C'Hat eine
Person keine Wohnsitz. [Vagabund im Rechtssinel, so tritt meistenteils del' Aufenthaltsort..
an die Stelle") (ob, cit., § 89-lv). Cfr. PLANCK-STROHAL, para quienes el § 7 se separó de la
doctrina del Código de Napoleón (ob. cit., t. l. pág. 26-6).
43 Cfr. el error en que incurre RODRÍGUEZ PIÑERES, quiendice: "Ladefinición del Código
(la del art. 76) es casi la muy sencilla de POTHIER, que no hay para qué pretender sustituir con
abstracciones que vienena confundir lo quees clarode suyo: el lugar donde una persona tiene
establecido el asiento principal de su residencia y de sus negocios" (ob. cit., t. 1, núm.421).
Obsérvese cómo este autor piensa que BECLO siguió a POTHIER, siendo que expresamente se
separó de él.
CAPÍTULO IV

ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS'


(Derecho vigente: C. C., arts. 396 a 410; decr. 1260 de 1970)

§ 143.-Generalidades sobre el estado civil

I. Concepto.-El estado civil de las personas 10 determina la ley y está


constituido por un conjunto de situaciones jurídicas en las que debe necesaria-
mente encontrarse todo ser humano, que relacionan a cada persona con la fa-
milia de donde proviene o con la familia que ha formado y la sociedad a la que
pertenece, y con ciertos hechos fundamentales de la misma personalidad I
(Const. PoI., art. 42, inciso final). Son situaciones dentro de las cuales debe
necesariamente encontrarse todo ser humano; se es varón o mujer'; hijo matri-
monial o extramatrimonial, mayor o menor de edad, etc.
En relación con la familia de donde proviene una persona, se puede afirmar
de ella si es hijo legítimo o extramatrimonial; respecto a la familia que forma,
es casado, compañero o compañera permanente', o soltero; y en relación con

~ JUAN ENRIQUE MEDINA PABÓN, Derecho civil, aproximación al derecho de personas,


págs. 715 y SS,; JOROEANOARITA GÓMEZ, ob. cit., págs. 167 y SS.; FABloNARANJO OCHOA, págs.
110 y SS.; SPOTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-1, págs. 393 y ss., y vol. 3-3, págs. 5 y SS.; SAVIGNY, Sis-
tema..., t. " págs. 288 y SS.; SAVATlER (en PLANlOLY RlPERT), t. " págs. 9 y 178; JOSSERAND, ob.
cit., t. 1, págs. 169 y SS.; COLlN, CAPITANTY DE LA MOR.ANDIERE, ob. cít., t. 1, págs. 382 y SS.; RIPERT
Y BOULANGER (en PLANIOL),t. 1, págs. 184 y SS.; H., L. YJ. MAZEAUD, Lecons de droit civil, ed.
cit., t. 1, núms. 461 y SS.; WElLL y TERRÉ, ob, cito núms, 84 y SS.; CASTAN TaBEÑAs, t. 1, voL 2°,
págs. 166 y ss.; MEssINEo, Manuale..., t. " págs. 121 y ss.; GANOI, ob. cit., págs. 145 y SS.; ORGAZ,
ob. cit.. pags. 87 y SS.; DE RUGGlERO, ob. cit., t. 1, págs. 418 y ss.
I JUAN ENRIQUE MEDINA PABÓN define el estado civil como "la posición que ocupa un
sujeto en la familia que se refleja ante el sistema jurídico-político en la concesión-de derechos
e imposición de obligaciones" (ob, cit, pág. 716).
2 Actualmente no es posible identificar a todas las personas como pertenecientes al género
femenino o masculino; incluso, hay países en donde se ha reconocido jurídicamente que hay
personas de sexo no definido (caso Norrie-May Welby). Cfr. infra § 138-V, nota de pie de
página 18.
3 La Corte Suprema de Justicia considera acertadamente que la unión marital de hecho
es fuente del estado civil de compañero o compañera permanente, y debe inscribirse en el libro
de varios. Asf, en el auto 125 del 18 de junio de 2008 señaló que la enunciación de los estados
civiles en el decreto 1260 de 1970 no es limitativa, y por eso afirmó: "la ley, es cierto, no designa
424 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

ciertos hechos fundamentales de la personalidad de cada ser humano, podemos


determinar su identidad personal y sexual, si es mayor o menor de edad, si vive
aún o ha muerto, etc.
Las calidades o situaciones civiles de las personas tienen dos objetos prin-
cipales: a) sirven para identificar más plenamente a cada ser humano, y b) están
destinadas a otorgar derechos, imponer deberes y obligaciones y a producir otros
importantes efectos jurídicos,
Puede decirse que en el derecho actual esas son las funciones principales
de toda calidad del estado civil. No sucedía lo mismo en el derecho romano,
en donde el status servía ante todo de condición para otorgar la misma perso-
nalidad o de elemento constitutivo de ella. Así, el status libertatis indicaba si
la persona era libre o esclava; el status civitatis servía para establecer si era o
no ciudadano romano; y el status[amiliae, si era o no jefe de familia. La perso-
nalidad propiamente dicha estaba integrada por la reunión de los status liber-
tatis, civitatis y [amiliae, es decir, que solo eran personas aquellos que nacían
libres; y únicamente los ciudadanos romanos que eran jefes de familia goza-
ban de todos los derechos'.
Conforme con lo expuesto, en el derecho actual los estados civiles son cier-
tos modos de ser (o calidades), de los cuales depende que la persona pueda ser
titular de determinados derechos, facultades, deberes y obligaciones, o simple-
mente que los pueda ejercer. Así, el casado es titular del deber de fidelidad a
su cónyuge; el mayor tiene capacidad para ejercer sus derechos civiles; etc.
Hablamos del estado civil de las personas, con lo cual se restringe la ma-
teria al estudio de los estados o situaciones que interesan directamente al de-
recho civil; así el estado de nacionalidad (ser nacional colombiano o extranje-
ro) y el estado de ciudadanía (goce de los derechos políticos), no son estados
civiles propiamente dichos y su estudio corresponde al derecho público.
Il. Características del estado civil de las personas.-En el derecho civil
positivo, el estado civil de las personas tiene las siguientes características:

expresamente a la unión marital de hecho como un estado civil, pero tampoco 10 hace con
ningún otro, simplemente los enuncia, aunque no limitativamente, y regula, como acontece
con los nacimientos, matrimonios y defunciones, y lo propio Con la referida unión. Porello,
el artículo 22 del decreto 1260 de 1970. establece que los demás «hechos, actos y providen-
cias judiciales o administrativas relacionadas con el estado civil», en todo caso, «distintos»
a los que menciona, deben inscribirse, al igual que estos, en el registro respectivo,así sea en
el libro de varios de la notaría, como lo permite el artículo 10del decreto 2158 de 1970".
4 Cfr. SAVIGNY, ob. cit., 1. 1, págs. 288 y ss. Lapersona quecarecíadel status ííbertatís,
es decir,el esclavo, no participaba de las instituciones del derecho civil, ni de las del derecho
pretorio, ni de las del ius gentium (pág. 289): estaba, pues. desprovista de personalidad. Los
quecarecían del status civitatis (peregríniv no gozaban del tus civile perosí del tus gentium
(pág. 294). La ausencia del statusfamiliae restringía simplemente la capacidad de obrar; así
la manushacía de la mujer casada una filia familias.
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 425

1) Toda persona tiene un estado civil, pues en principio, de toda persona


puede afirmarse si es varón o mujer, si es hijo matrimonial o extramatrimonial,
si es mayor o menor de edad, si vive aún o ha muerto, si es soltera o casada,
etc. Estas calidades no pueden permanecer en suspenso.
2) El estado civil es uno e indivisible (decr. 1260 de 1970, art. 1°). Una
persona no puede tener dos estados civiles contradictorios, es decir, ser hijo
matrimonial y extramatrimonial, soltero y casado; se tiene una calidad o se tiene
la contraria. Sin embargo, las calidades no son invariables, pues el hijo extra-
matrimonial puede ser legitimado; el soltero, perder tal calidad y adquirir la de
casado. Pero dos calidades opuestas no pueden afirmarse a un mismo tiempo.
3) Por este motivo las calidades del estado civil son absolutas, es decir, se
hacen valer frente a todos. Un hijo es matrimonial en relación con todos o no
lo es.
4) La indivisibilidad del estado civil indica, pues, que una persona no
puede, a un mismo tiempo, prevalerse de una calidad civil en relación con un
grupo de personas, y de la opuesta, respecto a otras.
5) Las calidades del estado civil se encuentran fuera del comercio, en el
sentido de que el establecimiento, modificación o extinción de una de tales
calidades, no depende de la voluntad de los interesados. Desde este punto de
vista, el estado civil se asimila a los derechos de la personalidad'. En conse-
cuencia, el estado civil es irrenunciable, intransmisible e imprescriptible" (decr.
1260 de 1970, art, l°).
m. De la prueba del estado civil.-Dada la importancia de las calidades
del estado civil y la variedad de causas que lo generan (título de adquisición),
su prueba se dificulta y "por ello se precisa de una institución que dé a conocer
con seguridad y certeza el estado civil de las personas; esta función la cumple
el registro civil o del estado civil, el cual proporciona un título de legitimación
para ejercitar los derechos que se derivan del estado civil que uno tiene, sin
necesidad de demostrar su adquisición"? Este título de legitimación se obtie-
ne mediante la respectiva inscripción, de conformidad con los procedimientos
legales establecidos para el efecto.
IV. Historia del registro civil.-Tres sistemas han existido en Colombia
sobre el registro civil: el eclesiástico anterior a 1938, que en virtud del concor-
dato de 1887 se convirtió en obligatorio para quienes profesaban la religión
católica; el consagrado por la ley 92 de 1938 y el que actualmente rige a partir
del decreto 1260 de 1970. El sistema de registro establecido en el Código Civil,

5 La Corte Suprema dijo: "Nadie puede transigir sobre su estado civil; la transacción
suponerenuncia y no se concibe que unhijo renuncie a suestado" (cas, civ., marzo 10 de 1928,
"G. J,", t. xxxv, pág. 200).
6 Cfr. SPOTA, ob. cit., t. 1, vol. 3-1, pág. 430,
7 JOSÉ M, LETE DEL Río, Derecho de la persona, 2" ed., Tecnos, 1991.
426 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

título XX, Libro 1,artículos 346 a 395, a cargo de los notarios públicos, solo rigió
para quienes no profesaban la religión católica.
1) Hasta el año de 1938, 15 de junio, solo existió en la práctica el registro
del estado civil llevado por los curas párrocos. Efectivamente, conforme al ar-
tículo 22 de la ley 57 de 1887, el estado civil podía demostrarse con "las cer-
tificaciones que con las formalidades legales" expidieran "los sacerdotes pá-
rrocos, insertando las actas o partidas existentes en los libros parroquiales". Los
curas párrocos solo llevan libros para inscribir los bautizos, matrimonios y de-
funciones de personas que fueran miembros de la Iglesia católica.
2) La ley 92 de 1938 creó un sistema de registro del estado civil, indepen-
diente del registro eclesiástico. Los notarios y los alcaldes llevaban el registro
del estado civil mediante libros para los siguientes estados: nacimientos, ma-
trimonios, defunciones, reconocimientos de hijos naturales (hoy extramatrimo-
niales), legitimaciones y adopciones.
3) El sistema de la ley 92 de 1938 ha sido reemplazado (5 de agosto de
1970) y reglamentado minuciosamente por el decreto 1260 de 1970, o sea, por
un sistema de tarjetas e índices. De conformidad con el artículo 60 de la ley
96 de 1985: "A partir del 1° de enero de 1987, la Registraduría Nacional del
Estado Civil asumirá gradualmente el registro del estado civil de las personas.
Los notarios y demás funcionarios encargados de esa función, continuarán pres-
tándola hasta cuando de ella se hagan cargo los registradores o sus delegados,
según determinación del registrador del estado civil". A continuación expon-
dremos sintéticamente este último sistema.

§ 144.-ldeas básicas que estructuran el nuevo estatuto


del registro civil de las personas

El ordenamiento jurídico del registro civil de las personas instituido por


el decreto 1260 de 1970, obedece a las siguientes orientaciones generales:
1. Unificación de los estados civiles en cuanto a su comprobación por el
registro civil.-A partir de la vigencia del decreto 1260 de 1970 todos los esta-
dos civiles y sus alteraciones deben constar en el registro civil, nacimientos,
matrimonios, defunciones, separaciones de cuerpos o de bienes, interdiccio-
nes jurídicas, etc., el cual es llevado por las personas señaladas en la ley 962 de
2005 (dentro del territorio nacional por registradores, y con la autorización de la
Registraduría Nacional del Estado Civil por notarios, alcaldes municipales,
corregidores, inspectores de policía y jefes o gobernadores de los cabildos in-
dígenas y en el exterior por los funcionarios consulares).
Esa obligatoriedad de inscripción permite al legislador establecer un sis-
tema probatorio solemne y único, consistente en que los estados civiles solo se
demuestran o prueban mediante la correspondiente partida o folio o con certi-
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 427

ficados expedidos por quien tenga a su cargo la función de registro (decr. 1260
de 1970, arts. 105). Estos documentos no pueden suplirse por otros, como si
ocurría en vigencia de la ley 92 de 1938, que distinguía entre pruebas princi-
pales y pruebas supletorias del estado civil, que 10 eran las partidas eclesiás-
ticas de matrimonios, bautismos y defunciones.
Para entender correctamente esta primera orientación del nuevo sistema,
conviene tener en cuenta que las antiguas pruebas supletorias de la ley 92 de
1938 en manera alguna han perdido su valor del todo. Simplemente y por sí
mismas no sirven para probar el estado civil, a menos que se trate de hechos
constitutivos anteriores al15 de junio de 1938; pero sirven para que el funcio-
nario del registro civil haga la inscripción respectiva, lo que acaece con las
partidas religiosas de matrimonios, bautizos, defunciones, o con los documentos
auténticos que certifiquen nacimientos, defunciones, etc.
Il. Hechos y actos sujetos a registro.-El estatuto del estado civil tiene
como fin que la historia jurídica de una persona sea recogida y centralizada lo
más completamente posible en el registro civil; por eso no era suficiente el
sistema que consagraba la ley 92 de 1938 que 10 limitaba los nacimientos,
reconocimiento de hijos extramatrimoniales, legitimaciones, adopciones,
matrimonios y defunciones. El sistema actual, decreto 1260 de 1970, ordena
que todos los hechos y actos relativos al estado civil deben ser inscritos en el
competente registro.
En el artículo 5°, sin ser exhaustivo ni con taxatividad, se relacionan al-
gunos de esos hechos y actos; dispone que deben acreditarse, fuera de los seis
estados civiles, las alteraciones de la potestad parental (patria potestad), las
emancipaciones, las interdicciones judiciales, el discernimiento de guardas,
las rehabilitaciones, las nulidades de matrimonio, los divorcios, las separacio-
nes de cuerpos, las separaciones de bienes, las declaraciones de ausencia, los
cambios de nombre, las declaraciones de seudónimo, la declaración judicial de
muerte presunta, etc.
m. De la técnica del sistema de registro.-El registro de nacimiento se
hace en tarjetas debidamente singularizadas conforme lo dispuesto en el de-
creto 1260 de 1970, artículo 18,y por duplicado en los folios de registro de naci-
mientos, de matrimonios, de defunciones y el registro de varios (decr. 2158 de
1970, art. 1°). El principal folio es el correspondiente a los nacimientos. Ya
inscrito un nacimiento, todos los demás cambios o alteraciones del estado ci-
vil (legitimaciones, interdicciones, etc.), también deben registrarse. Las ins-
cripciones básicas u originarias son las de nacimientos, matrimonios y defun-
ciones. Complemento necesario de los cuatro folios son el archivador de
documentos y los índices.
En el archivador se conservarán los documentos que hayan servido para
la inscripción, en carpetas numeradas con referencia a los folios respectivos
428 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

(decr. 1260 de 1970, arts. 8° y 16). Así, para inscribir un nacimiento es nece-
sario el certificado del médico o enfermera que haya asistido a la madre en el
parto (decr. 1260 de 1970, arto 49). El matrimonio se inscribirá teniendo pre-
sente el acta civil o religiosa del matrimonio civil o religioso. La defunción
deberá ser denunciada por quienes la ley señala y acreditarse con certificado
médico o mediante declaración de dos testigos hábiles. Los demás estados
civiles exigen en general escritura pública o decisión judicial. En consecuen-
cia, todos estos documentos debe conservarlos el funcionario encargado del
registro civil en el archivador a fin de poder acreditar en cualquier momento
el fundamento de la inscripción.
Además, se formarán índices para los registros de nacimientos, matrimo-
nios y defunciones (decr. 1260 de 1970, arto 8°). De esta manera es fácil con-
sultar la historia jurídica de cada persona, haciendo así cómoda la publicidad
de lo atañedero al estado civil.
IV. Centralización de los estados civiles de cada persona.-En los folios
de nacimientos, matrimonios y defunciones debe reposar la historia total de los
estados civiles de cada persona. El folio principal es el de nacimientos. Tal
folio debe dar noticia no solo del nacimiento sino, además, de los nuevos es-
tados y sus alteraciones que se produzcan en el futuro: reconocimiento de hijos
extramatrimoniales, legitimaciones, adopciones, cambios de la potestad paren-
tal (patria potestad), interdicciones judiciales, matrimonios, defunciones, etc.
Por tanto, en este folio se centraliza todo lo atinente a los estados civiles y a
sus respectivas alteraciones de quien fue inscrito como nacido en determina-
dos año y fecha.
El matrimonio y la defunción de una persona dan lugar a que sea emplea-
do un folio especial distinto al de nacimiento. Abierto el folio de matrimonio,
en él se inscribirán posteriormente las providencias que decreten la nulidad, el
divorcio, la separación de cuerpos o la de bienes (art. 72). Lo que indica que
una sentencia de divorcio, de separación de cuerpos o de separación de bienes,
será objeto de una doble anotación: una en el folio de matrimonio y otra en el
de nacimiento. Igualmente un folio especial se empleará cuando la persona
muera: el de defunción. También se abrirá el folio correspondiente para el
registro de varios, si ocurren hechos distintos a nacimiento, matrimonio o
defunción (decr. 2158 de 1970, art, 1°).

§ 145.-Modo de hacer el registro

Toda inscripción en el registro del estado civil se hará por duplicado. La


primera se verificará en el folio respectivo de nacimiento, matrimonio, defun-
ción o de varios. La segunda, se hará en folio que se remitirá al archivo de la
oficina central (decr. 1260 de 1970, art. 19).
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 429

1. Contenido de la inscripción.-Toda inscripción debe contener: a) la


naturaleza del hecho o acto que se registra (nacimiento, defunción, matrimo-
nio, adopción, interdicción, etc.); b) el lugar y la fecha en que se inscribe; c) el
nombre completo y domicilio de los comparecientes, su identidad y el docu-
mento con que ella se estableció; d) la firma de los comparecientes y la del
funcionario (decr. 1260 de 1970, art. 21); Ye) los demás que contribuyan a
identificar plenamente el hecho registrado (decr. 2158 de 1970, art. 6°).
11. Inscripciones básicas.-Conforme a lo que se expuso en el párrafo
anterior, las inscripciones en el registro civil son únicamente los nacimientos,
los matrimonios, las defunciones y el registro de varios. Se caracterizan por-
que exigen un folio original o folio propio y, por lo tanto, cada folio debe comen-
zar siempre por anunciar un nacimiento, un matrimonio o una defunción o una
sentencia judicial de interdicción, de divorcio, de separación de cuerpos, de
bienes, declaración de ausencia, etc.; estos últimos hechos se inscribirán en el
registro de varios y además a continuación de la inscripción originaria de naci-
miento o de matrimonio o de ambos. Así, la sentencia de separación de cuer-
pos o de bienes debe inscribirse tanto en el folio de varios como en los de
nacimiento y matrimonio.
1Il. El proceso del registro.-El proceso de registro civil, según el artícu-
lo 28 del decreto 1260 de 1970, se compone: a) de la recepción; b) de la exten-
sión; e) del otorgamiento; d) de la autorización; e) de la constancia de haberse
realizado la inscripción.
1) La recepción consiste en que el funcionario del registro civil (notario,
registradores del estado civil o alcaldes) recibe las declaraciones de los inte-
resados, y en su caso, las de testigos (decr. 1260 de 1970, art. 29).
El funcionario identificará a los comparecientes o a los testigos; procu-
rará establecer la verdad de los hechos denunciados, especialmente cuando se
trate de denuncias de nacimientos o defunciones (decr. 1260 de 1970, arts. 30
a 34).
En cuanto a providencias judiciales que establezcan o alteren un estado
civil, la recepción consiste simplemente en recibir la copia respectiva.
2) La extensión es la versión escrita de lo declarado por los comparecien-
tes o lo consignado en la providencia judicial (decr. 1260 de 1970, art. 29). Las
inscripciones se extenderán por medios mecánicos o manuales, con caracteres
claros y procurando la mayor seguridad y perduración. No se dejarán claros
o espacios vacíos ni se usarán en los nombres abreviaturas o iniciales que pue-
dan dar lugar a confusión (decr. 1260 de 1970, art. 35).
3) El otorgamiento es el asentimiento que los comparecientes o los tes-
tigos presentan a la diligencia extendida y que termina con la firma (decr. 1260
de 1970, art. 29). Para todo otorgamiento debe leerse la inscripción a los com-
parecientes, quienes podrán aclarar, modificar o corregir sus declaraciones. Si
430 LAS PERSONAS FiS1CAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

alguno de los comparecientes no supiere firmar, la diligencia será suscrita por


la persona que él indique (decr. 1260 de 1970, arts. 37 y 38).
4) La autorización es la fe que el funcionario imprime al registro estam-
pando en él su firma. El funcionario podrá negar la autorización a la inscrip-
ción sentada, si faltaren los requisitos necesarios. El registro quedará en sus-
penso hasta que se cumplan los requisitos faltantes (decr. 1260 de 1970, art.
40, modificado por el art. 79 del decreto 2158 de 1970).
5) Terminada la inscripción con la autorización del funcionario, se deja-
rá constancia de ella tanto en el ejemplar del documento presentado con tal fin,
que se devolverá al interesado, como en la copia de aquel, destinada al archivo
de la oficina. En dicha constancia se indicarán la fecha, el registro y el núme-
ro de orden interno de la oficina. Acto seguido se anotará en los índices y se
guardará la copia (decr. 1260 de 1970, art. 43).
IV. De la nulidad de la inscripción.-El proceso de la inscripción en el
registro civil es nulo desde el punto de vista formal:
1) Cuando la inscripción se realizó ante funcionario carente de compe-
tencia (decr. 1260 de 1970, arto 104, ord. 1°). Así, los nacimientos ocurridos
en el país deben inscribirse en la oficina correspondiente a la circunscripción
territorial en que hayan tenido lugar (decr. 1260 de 1970, art. 46); igualmente
los matrimonios deben inscribirse en la oficina correspondiente al lugar de su
celebración iibidem, art. 67); lo mismo debe hacerse con las defunciones (art.
73). En consecuencia, las inscripciones realizadas en municipio diferente de
aquel en que ocurrió el nacimiento, el matrimonio o la defunción, engendran
nulidad.
2) Cuando los comparecientes o los testigos no hayan aprobado el texto
de la inscripción (decr. 1260 de 1970, art. 104, ord. 2°). En este caso la exten-
sión de la inscripción carecerá de las firmas correspondientes; de donde cabe
deducir que más que una inscripción nula, se tratará de una inscripción inexis-
tente.
3) Cuando no aparezcan la fecha y el lugar de la autorización o la deno-
minación legal del funcionario (decr. 1260 de 1970, art. 104, ord. 3°).
4) Cuando no aparezca establecida la identificación de los otorgantes o
testigos, o la firma de aquellos o estos (ibidem, art. 104, ord. 4°).
5) Cuando no existan los documentos necesarios como presupuestos de
la inscripción o de la alteración o cancelación de esta tibidem. art. 104, ord. 5°,
supra, § 142-m).

§ 146.-Reglas especiales para el registro de nacimientos,


matrimonios, defunciones y de varios

1. Registro de nacimientos.-Respecto a esta clase de registro, deben te-


nerse en cuenta las siguientes reglas particulares.
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 431

1) Quiénes deben inscribirse .-En primer lugar, todos los nacidos en el


territorio nacional; en segundo término, los nacidos en el exterior cuyo padre
o madre, o ambos, sean colombianos; finalmente, los nacidos en el exterior hijos
de extranjeros residentes en el país, en caso de que lo solicite el interesado (decr.
1260 de 1970, art. 44).
2) Actos objeto de inscripción en el registro de nacimientos.-Se inscri-
ben no solamente los nacimientos, sino también los reconocimientos de hijos
extramatrimoniales, las legitimaciones, las alteraciones de la patria potestad,
los matrimonios, las capitulaciones matrimoniales, las interdicciones judicia-
les, los discernimientos de guardas, las rehabilitaciones, las nulidades de matri-
monio, divoreios y separaciones de cuerpos y de bienes, los cambios de nombre,
las declaraciones de seudónimo, las declaraeiones de ausencia, las defuncio-
nes y, en general, todos los heehos y actos relacionados con el estado civil y la
capacidad de las personas (decr. 1260 de 1970, art, 44).
3) Quiénes deben solicitar el registro.-Deben denunciar el nacimiento
y solicitar el registro: los parientes más próximos, el director o administrador
del estableeimiento en que haya oeurrido, o que se haya hecho cargo del re-
cién nacido expósito, y el propio interesado mayor de 18 años tibidem, art. 45).
4) Cómo se acredita el nacimiento.-Cuando el naeimiento se denuncia
dentro del mes siguiente a su oeurreneia, debe acreditarse mediante certifica-
do del médico o de la enfermera que haya asistido a la madre en el parto, y en
su defecto, con declaración juramentada de dos testigos hábiles (ibidem, arts.
48 y 49).
Si se denuneia después del mes en que sucedió, deberá aereditarse con "do-
eumentos auténticos, o eon copia de las actas de partidas parroquiales, respecto
de las personas bautizadas en el seno de la Iglesia Católica o de las anotacio-
nes de origen religioso correspondientes a personas de otros credos, o en últi-
mas con fundamento en declaraciones juramentadas, presentadas ante el fun-
cionario ene argado del registro, por dos testigos hábiles que hayan presenciado
el hecho o hayan tenido noticia directamente y fidedigna de él, expresando los
datos indispensables para la inscripción, en la forma establecida por el artícu-
1049 del presente decreto [decr. 1260 de 1970]. Los documentos aeompañados
a la solicitud de inscripción se archivarán en carpeta con indicación del códi-
go del folio que respaldan" (decr. 999 de 1988, art. l°).
Cuando se trate de la inscripeión de gemelos se indicará, en lo posible cuál
ha nacido primero, y se extenderán sendos registros (ibidem, art. 51).
5) Qué comprende la inscripción.-La inscripción del nacimiento cons-
ta de dos secciones: una genérica y otra específica. En la primera se consig-
nará el nombre del inscrito, su sexo, municipio y fecha de nacimiento, la ofi-
cina en donde se inscribió y los números del folio y general de la oficina central.
En la específica se consignarán, además, la hora y el lugar de nacimiento,
el nombre de la madre, el del padre y su identidad y profesión, el nombre del
profesional que certificó el nacimiento, etc.
432 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

Además, se imprimirán las huellas plantares del inscrito menor de siete


años, y las de los dedos pulgares de las manos del inscrito mayor de siete años.
La expresión de los datos de la sección genérica constituye requisito esen-
cial de la inscripción (decr. 1260 de 1970, art. 52). Se anotarán como apelli-
dos del inscrito el del padre seguido del de la madre si fuere hijo matrimonial
o hijo extramatrimonial con paternidad extramatrimonial reconocida; en caso
contrario, se le asignarán los apellidos de la madre (ibidem, art. 53 y ley 54 de
1989).
6) El registro de los hijos extramatrimoniales.-Si el inscrito fuere de-
nunciado como hijo extramatrimonial, el funcionario indagará por el nombre
de los padres y anotará el del padre si reconoce al hijo como tal como denun-
ciante o testigo. Si el padre no fuere el denunciante, ni compareciere como
testigo, se hará una anotación en hojas especiales por duplicado en que conste
quién es denunciado como padre.
El funcionario citará al presunto padre para que exprese si reconoce como
su hijo al inscrito; en caso afirmativo, se extenderá la diligencia de reconoci-
miento en el folio en que se inscribió el nacimiento, con su firma y la del fun-
cionario. En caso de rechazo, en la hoja adicional se levantará un acta, con las
mismas firmas. En esta última hipótesis y cuando el padre no cumpla la citación
que se le hizo, el funcionario del estado civil informará de lo acontecido al
competente defensor de familia, a quien enviará el ejemplar de copia de la hoja
adicional del folio de registro (decr. 1260 de 1970, arts, 54 a 59 inclusive).
Comprobada la paternidad extramatrimonial (y, cuando fuere el caso,
también la maternidad) por reconocimiento o decisión judicial en firme, el fun-
cionario que tenga el registro del nacimiento del hijo, procederá a corregirla y
a extender una nueva acta con reproducción fiel de los hechos consignados en
la primera, debidamente modificados, como corresponda a la nueva situación.
Los dos folios llevarán notas de recíproca referencia (ibidem, arto 60).
7) El registro de los hijos adoptivos.-El trámite administrativo de adop-
ción termina con la resolución de adoptabilidad; en firme este acto adminis-
trativo "producirá, respecto de los padres, la terminación de la patria potestad
del niño, niña o adolescente adoptable y deberá ser inscrita en el libro de va-
rios de la notaría o de la oficina de registro civil" (Código de la Infancia, arts.
108 y 123). También, la sentencia que decrete la adopción, una vez ejecuto-
riada produce todos los derechos y obligaciones propios de la relación paterno
o materno-filial, desde la fecha de presentación de la demanda y debe inscri-
birse en el registro civil; constituye el acta de nacimiento y reemplaza la de ori-
gen, la cual se anula (art. 126).
8) Registro de hijos de padres desconocidos .-Los recién nacidos expó-
sitos y los niños hijos de padres desconocidos, se inscribirán mediante com-
probación sumaria de la edad y oriundez; si carecieren de apellido, se les asig-
nará uno usual en Colombia (ibidem, arts. 61 y 62, decrs. 1379 de 1972 y 158
ESTADO C¡VIL DE LAS PERSONAS 433

de 1994). El artículo 4° de este último decreto establece que se entiende "por


expósito, el niño recién nacido no mayor de un mes que ha sido abandonado
y por hijo de padres desconocidos a la persona mayor de un mes de quien se
ignora quiénes son sus padres y de cuyo registro no se tenga noticia".
Para efectos de la inscripción dice esa norma "El funcionario del registro
civil a quien competa efectuar la inscripción del expósito o del hijo de padres
desconocidos conservará los nombres y apellidos con los cuales se le conozca
y le asignará como fecha de nacimiento el día 1° del mes y año que correspon-
da a la edad consignada en el dictamen médico legal practicado a esa persona,
teniendo como marco de referencia la fecha de expedición de este.
Si la persona cuyo nacimiento se desea registrar no tuviere nombre y
apellidos conocidos, el funcionario solicitante podrá asignarle unos comunes
en la región".
9) Copias de la inscripción.-Hecha la inscripción el funcionario envia-
rá una copia a la oficina central del registro del estado civil, y sendas copias a
las oficinas que tengan los folios de registro de nacimiento de los padres, para
la nota de referencia (ibidem, art. 64).
Il. Registro de matrimonios.-EI registro del matrimonio comprenderá:
nombres de los contrayentes, fecha, lugar, parroquia, autoridad religiosa o juez
que lo celebró, y la constancia de copias auténticas del acta parroquial o de la
escritura de protocolización del matrimonio civil.
Se enviarán sendas copias a las oficinas donde se hallen los registros de
nacimiento de los cónyuges y de los hijos legitimados, y a la oficina central.
La ley 2S de 1992 ordena: "Las actas de matrimonio expedidas por las
autoridades religiosas deberán inscribirse en la oficina de registro del estado
civil correspondiente al lugar de su celebración".
"Al acta de inscripción deberá anexarse certificación auténtica acerca de
la competencia del ministro religioso que ofició el matrimonio" (art. 2°).
En el folio de registro de matrimonio se inscribirán las providencias que
declaren la nulidad del matrimonio, el divorcio, la separación de cuerpos o la
de bienes entre los cónyuges (decr. 1260 de 1970, arts. 67 a 72).
1Il. Registro de defunciones.-La defunción se acreditará ante el funcio-
nario del registro civil por alguna de estas formas:
l ') Mediante certificado médico; si no hubiere médico en la localidad, se
demostrará mediante declaración de dos testigos hábiles.
El registro de defunción expresará: la fecha y el lugar donde ocurrió; el
nombre, nacionalidad, sexo, estado civil, nombre del cónyuge, si hubiere sido
casado, número de la cédula de ciudadanía o tarjeta de identidad, y causa de la
muerte.
434 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

Hecha la inscripción el funcionario expedirá constancia de ella con des-


tino a las autoridades de higiene, a fin de que autorice la inhumación (para más
detalles, véanse arts. 73 al 87 del decr. 1260 de 1970 y decr. 1536 de 1989).
2') Si han transcurrido dos días de la defunción y no se ha efectuado la
inscripción, el interesado debe solicitar por escrito, expresando las causas que
la fundamenten, al inspector de policía o al alcalde que tenga competencia para
efectuar el registro, que se imparta la orden para que se efectúe el registro; esos
funcionarios calificarán las causas del retardo, y si encuentran que son producto
de dolo o violencia, impondrán al responsable o responsables, mediante reso-
lución motivada, multa de $ 50 a $ 1.000, todo lo cual sin perjuicio de la ac-
ción penal procedente (decr. 1536 de 1989, que modificó el art, 75 del decr.
1260 de 1970).
3') En cuanto a la muerte por presunción, se llevará al registro civil la res-
pectiva sentencia judicial.
4') Es posible que se tenga certeza de que alguien ha muerto pero no se
encuentra el cadáver. Al respecto, el artículo 79 del decreto 1260 de 1970 esta-
blece que se registrará la muerte mediante autorización judicial "en el evento
de una defunción cierta cuando no se encuentre o no exista el cadáver".
Al respecto el artículo 34 del Código Civil suizo establece que la muerte
de una persona cuyo cuerpo no ha sido encontrado es considerada como es-
tablecida, "cuando esta persona ha desaparecido en circunstancias tales que su
muerte debe ser tenida como cierta".
JORGE ANGARITA GÓMEZ señala como ejemplos: el naufragio de una em-
barcación cerca de Buenaventura en relación con una persona que ocupaba la
lancha y cuyo cadáver no fue encontrado; el alud de Quebradablanca, cuya mag-
nitud no permitió el rescate de cadáveres de personas que, con certeza, se sa-
bía transitaban por allí en el momento en que la montaña se desplomó'.
IV. Registro de varios.-Los hechos y actos que deben registrarse en este
folio se harán en la misma notaría donde se haya otorgado la escritura o inscri-
to o protocolizado el hecho o el acto originario de la inscripción, o en la de la
cabecera del círculo a la que pertenezca el municipio donde se adelantó la actua-
ción judicial o administrativa (decr. 2158 de 1970, art. 2°). Para estos efectos
se entregará la escritura pública o la sentencia, según corresponda.

§ 147.-Corrección de las inscripciones en el registro civil

El decreto 1260 de 1970 señala la forma de corregir los errores antes de


ser autorizada la inscripción, y la manera de corregirlos una vez levantada y
autorizada.

'Ob. cit., pág. 135.


ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 435

1. Al realizar la inscripción.-Según el artículo 88 del citado decreto, se


corregirán los errores que se hayan cometido al realizar la inscripción, " ...su-
brayando y encerrando entre paréntesis las palabras, frases o cifras que deban
suprimirse o insertando en el sitio pertinente y entre líneas las que deben agre-
garse, y salvando al final lo corregido, reproduciéndolo entre comillas e indi-
cando si vale o no vale lo suprimido o agregado ...",
También podrá "hacerse la corrección enmendando lo escrito o borrán-
dolo y sustituyéndolo, y así se indicará en la salvedad que se haga".
De acuerdo con el mismo artículo 88, "las salvedades serán firmadas por
el funcionario encargado del registro del estado civil. Sin dichos requisitos no
valdrán las correcciones y se tendrán por verdaderas las expresiones originales".
11. Después de autorizada la inscripción.-Las inscripciones del estado
civil, una vez autorizadas solamente podrán ser alteradas en virtud de decisión
judicial en firme, o por disposición de los interesados, en los casos, del modo
y con las formalidades establecidas en el decreto 1260 de 1970) (decr. 999 de
1988, art. 2°).
1) Solo pueden solicitar la rectificación o corrección de un registro el pro-
pio inscrito, por sí o por medio de sus representantes legales, o sus herederos.
La oficina central de registro ya no puede ordenar las correcciones, por-
que el artículo 8° del decreto 999 de 1988, expresamente derogó el artículo 92
del decreto 1260 de 1970, que le otorgaba esa facultad.
2) La finalidad de las correcciones es la de ajustar el registro a la realidad
y no para alterar el estado civil.
3) Una vez efectuada la inscripción, los errores mecanográficos, ortográ-
ficos y cuando lo anotado en el registro no coincida con el documento antece-
dente (por ejemplo, se señala un sexo que no corresponda o una fecha distinta
e incluso se modifica el nombre), se efectuará mediante la apertura de un nuevo
folio; en este caso en el folio anterior se anotarán esas circunstancias (decr. 999
de 1988, art. 4°, inc. I"),
4) Los demás errores en la inscripción, se corregirán por escritura públi-
ca, en la cual deben quedar consignadas las razones dadas por el otorgante para
la corrección, y además protocolizará los documentos que la fundamentan
(ibidem, art. 97). Luego se procederá a la sustitución del folio correspondien-
te, conforme a lo expresado en el numeral anterior (decr. 999 de 1988, art. 4°,
inc. 2°).
5) Toda modificación que envuelva un cambio de estado, "necesita de es-
critura pública o decisión judicial firme que la ordene o exija, según la ley civil"
(decr. 1260 de 1970, art. 95).
436 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

§ 148.-Reconstrucción y levantamiento de inscripciones


en los folios del registro civil

El estatuto del registro del estado civil de las personas, o sea el decreto
1260 de 1970, pretende fundamentalmente que todo lo relativo a los estados
civiles de las personas, a sus modificaciones y alteraciones, conste en el regis-
tro del estado, y que la única prueba sean las copias de las inscripciones sen-
tadas en los folios que reposen en los respectivos archivos.
Es posible, desde luego, que determinado estado civil no se encuentre debi-
damente inscrito en los folios de que acabamos de hablar; de presentarse ese
caso, es necesario proceder a la reconstrucción o levantamiento de dicho es-
tado.
1. Causas de reconstrucción y levantamiento.- Varias son las causas que
hacen necesaria la reconstrucción o levantamiento de una inscripción. En
primer lugar, debe hacerse la reconstrucción por pérdida o destrucción del folio
o acta del estado civil (decr. 1260 de 1970, art. 99). En segundo lugar, si no se
hizo la inscripción dentro del tiempo establecido para ello, debe de todos modos
efectuarse; así, el matrimonio debe inscribirse dentro de los treinta días siguien-
tes a su celebración (ibidem, arto 67). En tercer lugar, cuando la inscripción es
nula por haberse hecho ante funcionario incompetente, o no haber sido auto-
rizada por el funcionario, o no aparecer la fecha o el lugar de la inscripción, o
la identidad de los otorgantes o testigos, o su firma, o no existir los documen-
tos necesarios como presupuestos de la inscripción o de la alteración o cance-
lación de la misma, debe efectuarse luego (ibidem, art. 104).
En general, en todos los casos en que falte el acta o el folio del estado civil,
debe procederse a levantarlos. En este aspecto, el nuevo estatuto del registro
civil contiene una necesaria e importante innovación sobre el sistema deroga-
do (ley 92 de 1938 y el decreto reglamentario 1003 de 1939). En los casos en
que faltaba el acta de estado civil, podía acudirse a las pruebas supletorias, es
decir, a pruebas diferentes de las actas (documentos públicos, partidas eclesiás-
ticas, testigos presenciales de los hechos constitutivos del estado civil) y de la
posesión notoria (antiguo art. 19 de la ley 92 de 1938). Según veremos en
seguida, estas pruebas supletorias por sí mismas no sirven ya para la prueba
del estado civil, pero son instrumentos importantes para que el funcionario del
estado civil efectúe la inscripción, en unos casos, y, en otros, para que cljuez,
mediante decisión judicial, tenga por establecido el respectivo estado civil y
ordene la reconstrucción del acta.
11. Reconstrucción que pueden hacer en forma directa los notarios o
alcaldes.-Los simples deterioros de los libros, tarjetas o folios serán "susti-
tuidos por una reproducción exacta de ellos, con anotación del hecho y su opor-
tunidad, bajo la firma del correspondiente funcionario del registro del estado
civil" (decr. 1260 de 1970, art. 98).
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS 437

De otra parte, euando hay pérdidas, los folios, tarjetas o actas serán re-
construidos con base en el ejemplar duplicado, y a falta de este, eon fundamento
en su reproducción fotográfica o en copia auténtica del mismo, y en defecto de
ellas, acudiendo a documentos fidedignos que suministren los interesados. Este
tipo de reconstrucción será ordenado por la oficina central tibidem, art. 99).
II!. Levantamiento que debe hacerse con base en instrumento público o
en una decisiónjudicial.-En general, la falta absoluta de la inscripción de un
estado civil o de una de sus modificaciones salvo que se trate de sustituir, rec-
tificar, corregir o adicionar por una vez el nombre edecr. 999 de ] 988, art. 6°),
implica el levantamiento de la inscripción mediante decisión judicial, salvo
cuando el estado civil pueda acreditarse en forma completa por instrumento
público, o partida religiosa, caso en el cual el funcionario del estado civil podrá
proceder a levantar la inscripción con base en dicho instrumento.
1) Levantamiento de la inscripción con fundamento en instrumento pú-
blico o en partida religiosa.-El párrafo 3° del artículo] 05 del decreto 1260
de 1970, modificado por el decreto 2158 de 1970, artículo 9°, estatuye que "en
caso de falta de dichas partidas o de los folios, el funcionario competente de
estado civil, previa comprobación sumaria de aquella, procederá a las inscrip-
ciones que correspondan abriendo los folios, con fundamento, en su orden: en
instrumentos públicos o en copia de partidas de origen religioso ... ''.
Instrumento o documento público es el otorgado por el funcionario pú-
blico en ejercicio de su cargo o con su intervención Ce. de P. C. de 1970, art.
251). Son ejemplos de instrumentos públicos que dan base para una inscrip-
ción en el registro civil:
a) Las actas de defunción que para efectos de la estadística nosográfica
extiendan los alcaldes, por mandato del artículo 9° de la ley 66 de 1916.
b) Las actas de levantamiento de cadáveres que efectúan los funcionarios
o los fiscales, como las diligencias de autopsia realizadas por el Instituto de
Medicina Legal o por médicos legistas reconocidos oficialmente como tales y
en obedecimiento de órdenes recibidas por los fiscales o los jueces penales.
e) Las actas de nacimiento o de defunción expedidas por los alcaldes, los
directores municipales de higiene o la Contraloría General de la República, con-
forme a los mandatos del artículo 10 de la ley 63 de 1914 o de la ley 82 de 1935.
d) Acerca de las actas eclesiásticas, debe advertirse que hoy día tienen
funciones y valores distintos ante la ley civil. En primer término, son partidas
principales que sirven para comprobar en forma directa y por sí mismas cier-
tos estados civiles constituidos antes de la vigencia de la ley 92 de ]938, res-
pecto de personas bautizadas, casadas o muertas en el seno de la religión ca-
tólica. En segundo término, fueron pruebas supletorias en relación con los
mismos estados en lo tocante con los constituidos durante la vigencia de la men-
cionada ley hasta que comenzó a regir el decreto ]260 de 1970. Finalmente,
438 LAS PERSONAS FíSiCAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

dentro de la vigencia del nuevo decreto 1260 de 1970 son pruebas de primer
orden para que los funcionarios del registro del estado civil procedan a inscri-
bir como nacidos a los bautizados, y como casados o muertos a los señalados
como tales en el acta eclesiástica.
Ningún problema se ha presentado con respecto a partidas eclesiásticas
levantadas en forma directa por el cura párroco una vez celebrado el matrimo-
nio. La copia de tales actas tiene valor ante los funcionarios del registro civil
para levantar el acta civil.
Pero, ¿qué valor tienen las partidas de matrimonio cuya reconstrucción
fue ordenada mediante sentencia del respectivo tribunal eclesiástico? ¿Cuáles
son las pruebas supletorias organizadas por el Código de Derecho Canónico?
En cuanto a las actas eclesiásticas reconstruidas por orden de sentencia
eclesiástica, se ha presentado en Colombia un problema difícil. Generalmen-
te la reconstrucción se hace así: dos testigos afirman ante el párroco respecti-
vo que presenciaron determinado matrimonio hace diez o veinte años y que el
párroco de aquel entonces olvidó levantar la partida; estas declaraciones son
enviadas al tribunal eclesiástico y suele producirse, sin más, una sentencia que
ordena la reconstrucción. Esta reconstrucción precisa que un párroco (gene-
ralmente ya muerto hace muchos años) de fe de que presenció el matrimonio.
Al parecer, muy pocas precauciones toman los párrocos y tribunales eclesiás-
ticos para comprobar la veracidad de los declarantes, lo cual da lugar a que se
ordene la reconstrucción de actas matrimoniales de matrimonios que nunca
se celebraron.
En varias sentencias la Corte Suprema se ha referido a este problema y
ha sentado las siguientes conclusiones: 1) las actas reconstruidas de matrimo-
nios en que el párroco olvidó dar aplicación al canon 1103 del Código de Dere-
cho Canónico, deben ser aceptadas por los jueces, mientras no se redarguyan
de falsas; 2) son los jueces laicos, vale decir, los civiles (o penales en su caso),
los que deben decidir el hecho de si realmente se celebró o no el matrimonio
eclesiástico, en los casos en que se afirme su falsedad; 3) no es oponible aljuez
civil la sentencia eclesiástica por la que se declare que el acta no es falsa, si el
hecho de su no celebración se acredita en forma directa ante el juez laico'.

9 La sentencia de la Corte Suprema del 20 de octubre de 1943 ("G. J.", t. LVI, págs. 217
y ss.), decidió que sí se había celebrado realmente un matrimonio el14 de marzo de 1909, cuya
partida no fue sentada por el párroco pero que el Tribunal Eclesiástico de Bogotá ordenó
reconstruir. Al redargüirse de falsa, los interesados acreditaron en eljuicio ordinario, mediante
prueba supletoria, que el matrimonio se había celebrado. El fallo de la Corte se funda más en
laprueba supletoria de testigos presenciales del matrimonio queen lasentencia de reconstruc-
ción. Posteriormente, en sentencia del 18 de julio de 1944 ("G. J.", t. LV!l, págs. 456 Yss.), la
Corte Suprema decidióqueno se encontraba probado el matrimonio deldoctor Heliodoro Cas-
trocon Aura María Cortés, a pesar de la partida de reconstrucción ordenada porel vicepro-
visor eclesiástico de la Curia Primada de Bogotá y pese a que se controvirtió porel procedi-
miento canónicola validez del actaque dio origena la sentencia del Tribunal Eclesiásticode
ESTADO CIVIL DE l.AS PERSONAS 439

Ante las autoridades civiles sirven de prueba las copias de las partidas ecle-
siásticas y, en casos excepcionales y con la condición de que no sean redargüi-
das de falsas, las partidas cuya reconstrucción es ordenada por el respectivo tri-
bunal eclesiástico; pero no las demás pruebas supletorias que como tales sean
reconocidas por el derecho canónico. Así, las declaraciones que un párroco
afirme haber recibido a dos testigos acerca del matrimonio, no suplen, para
efectos civiles, la prueba del matrimonia' 0.
2) Levantamiento de actas ofolios confundamento en decisión judicial.-
Según la frase final del artículo 105 del decreto 1260 de 1970, los funciona-
rios del estado civil procederán a efectuar las inscripciones que correspondan,
con fundamento "en decisión judicial basada ya sea en las declaraciones de
testigos presenciales de los hechos o actos constitutivos del estado civil de que
se trate, o ya sea en la notoria posesión de este estado civil".
3) Levantamiento de actas o folios confundamento en declaración de
testigos.-En cuanto a los testigos, debe tratarse de los que han presenciado la
constitución del estado civil. Así, en un matrimonio son testigos no solo los
padrinos, el párroco o eljuez que lo autorizan, sino cualquiera otra persona que
haya asistido a la ceremonia; en una defunción, las personas que hayan visto
el cadáver, o que hayan asistido al entierro; en un nacimiento, las personas que
presenciaron el parto.
La posesión notoria del estado civil requiere explicaciones especiales, que
haremos en el acápite siguiente.

§ 149.-Posesión notoria del estado civil

Por posesión de un estado civil se entiende la manifestación exterior de


ese estado, o sea, el comportarse ante los demás como titular de una de dichas
calidades, sin discusión ni oposición de nadie.
Supongamos un hombre y una mujer que ante los habitantes del munici-
pio donde tienen su domicilio pasan como casados (la mujer lleva el apellido
del marido, este la presenta como su esposa, los hijos tienen el apellido del padre,
etc.); en este caso existe la posesión del estado civil de matrimonio frente a los
demás.

Bogotá, mediante lacualse decidió que noerafalsao errada laorden de reconstrucción. Ante
el juez civil, en cambiofueron allegadas pruebas definitivas de queel matrimonio no se había
celebrado. Sobreesta materia la Corte realizó, en la sentencia citada, unexhaustivoestudio
respecto de lacompetenciade los jueces civiles o penalespara decidirsi realmente se celebró
o no unmatrimonio, no obstante lareconstrucción de la partida correspondiente. Engeneral,
las causas matrimoniales por nulidad corresponden a los jueces eclesiásticos; pero no las
relativas al hecho concretode unaposible falsedad de las partidas eclesiásticas.
m "G. 1,", 1. LXXVIII, pág. 777.
440 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

El ejercicio prolongado y continuo de determinado derecho hace presu-


mir la existencia de él, como sucede con la propiedad. Lo mismo sucede con
ciertas calidades del estado civil. En el ejemplo propuesto, los habitantes del
municipio han presumido la existencia del vínculo matrimonial entre los cita-
dos cónyuges, a pesar de no haber sido nadie testigo de su celebración. Esa
presunción se apoya en el hecho de que las gentes suelen obrar de acuerdo con
el poder jurídico que realmente tienen 11.
Ahora bien, en ciertos casos en que no se puede probar de manera directa
la constitución de un estado civil-por no existir la respectiva acta del regis-
tro civil, ni documento auténtico alguno, o los testigos que presenciaron la
constitución del estado-, se podrá probar de manera indirecta (por presunción),
o sea, por la posesión prolongada y continua.
1. Elementos que integran la posesión notoria del estado civil.-La pose-
sión de un estado civil ha de ser notoria, es decir, pública e inequívoca. Tradi-
cionalmente se han exigido estos tres elementos para caracterizar la posesión
notoria de una calidad del estado civil:
a) El nombre (nomen), o sea, que los poseedores del estado civil lleven el
nombre y apellido que corresponde a ese estado. Así, el hijo matrimonial ha
de llevar el apellido del padre. A la mujer casada ya no se le puede exigir que
lleve el apellido de su marido; bastaría la publicidad y el trato.
b) El trato (tractatus), esto es, que en las relaciones de familia los posee-
dores de un estado civil se comporten en la misma forma que las demás per-
sonas que son titulares de tal estado. En relación con el estado civil de matri-
monio, el marido debe tratar a la mujer como los demás maridos tratan a sus
mujeres, y estas, comportarse como lo hacen las mujeres casadas.
c) La publicidad (jama), es decir, que los habitantes del respectivo muni-
cipio o aldea en donde viven los poseedores del estado civil den por cierto,
fundándose en los hechos indicados, la existencia del estado civil de que se trate.
Il, Cómo se prueba la posesión de un estado civil.-Según el artículo 399
del Código Civil, "la posesión notoria del estado civil se probará por un con-
junto de testimonios fidedignos, que la establezcan de un modo irrefragable;
particularmente en el caso de no explicarse y probarse satisfactoriamente la falta
de la respectiva partida, o la pérdida o extravío del libro o registro en que debiera
encontrarse".
1) Obsérvese que la ley exige, en primer término, que se demuestre "la
falta de la respectiva partida" mediante una prueba satisfactoria.

II La prueba del estadocivil mediante la posesión indefinida y constante de ese estado,

es indudablemente la primera prueba que se empleó para demostrar el estadocivil de las per-
sonas. Se hadichoquees la másseguray sincerade todas las pruebas. Enestaclase de prueba
es necesariover un reconocimientotácito del respecti vo estado civil (efe JOSSERAND, ob. cit.,
t. 1, pág. 556),
ESTADO CIVil DE LAS PERSONAS 441

2) Comprobado esto, es admisible la prueba testimonial. No dice la ley


qué número de testigos se requiere; pero de la expresión "conjunto de testimo-
nios fidedignos", según la Corte Suprema de Justicia, se quiere significar "una
pluralidad más numerosa que la ordinaria", lo cual lleva a que sean más de dos
("G. J.", t. LXXVI, pág. 636).
3) Los testigos deben declarar sobre los hechos típicos de la posesión noto-
ria, que les consten de manera directa y durante un tiempo no inferior a cinco
años (C. C., art. 398 y ley 75 de 1968, art. 9°). En ello se diferencia esta clase
de prueba de testigos, de aquella en que los testigos presenciaron directamen-
te los hechos constitutivos del respectivo estado.
1II. Calidades civiles susceptibles de probarse mediante la posesión.-
La ley solo contempla tres calidades del estado civil susceptibles de probarse
mediante la posesión notoria: a) el estado civil de matrimonio (e. C.; art. 396);
b) el estado civil de hijo matrimonial (art. 397); c) el estado civil de hijo, padre
y madre extrarnatrimoniales (ley 75 de 1968, art. 6°, numo 6).
Pero esto no quiere decir que sean las únicas calidades que puedan pro-
barse mediante la posesión. Precisamente, la posesión notoria es el medio más
expedito para demostrar que una persona vive, que es mayor o menor de edad.
Existen, desde luego, algunas calidades que escapan a su prueba mediante la
posesión notoria.
a) Posesión notoria del matrimonio.-Esencia1mente consiste en: 1)
haberse tratado los supuestos cónyuges corno marido y mujer en sus relacio-
nes domésticas y sociales (tractatus) (e. e., art. 396); 2) haber sido la mujer
considerada como cónyuge por los amigos, parientes y vecindario del domi-
cilio del marido (art. 396) (igual advertencia vale en relación con el marido);
3) haber llevado la mujer el apellido del marido, precedido de la preposición
"de" (nomen), cuando esto era lo usual; 4) que la posesión se remonte por lo
menos a cinco años 12
b) Posesión notoria del estado civil de hijo matrimonial.-Conforme al
artículo 397 del Código Civil, esta posesión notoria consiste en: 1) que los padres
legítimos hayan tratado al hijo corno tal, proveyendo a su educación y soste-
nimiento (tractatus); 2) que 10hayan presentado con ese carácter a los deudos
y amigos; y que estos y el vecindario donde viven 10 hayan tornado como tal
(jama); 3) que lleve el apellido del padre (nomen); 4) que se encuentre proba-
do el matrimonio de los padres; 5) que la posesión se remonte por 10 menos a
cinco años.

12 Algunos autores nacionales han criticado la prueba de la posesión notoria del matri-
monio. Así, CHAMPE!\U y URIBr:: expresan: "Muchos códigos y en particular el francés, han
rechazado o limitado a casos muy excepcionales esta prueba de matrimonio. En efecto, ella
queda constituida enteramente por los interesados" (ob. cit., t. 1, pág. 432). En verdad, el derecho
francés solo admite la posesión notoria del matrimonio para subsanar las irregularidades co-
metidas en su celebración, especialmente los vicios de clandestinidad e incompetencia de
funcionarios (JOSSERAND, ob. cit, t. 1, pág. 486).
442 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERAOAS

La prueba del estado civil de hijo matrimonial presupone forzosamente


la prueba de la paternidad y maternidad originadas en matrimonio; es decir, que
tales pruebas no pueden estar disgregadas. Precisamente, el estado de hijo
matrimonial indica que este proviene del matrimonio existente entre un hom-
bre y una mujer.
c) Posesión notoria del estado de hijo extramatrimonial, padre o madre
extramatrimoniales.-Fue establecida por la ley 45 de 1936 en sus artículos
4° a 7°, y consiste en: 1) que el respectivo padre o madre hayan tratado al hijo
como tal, proveyendo a su subsistencia y educación; 2) que los deudos y el
vecindario en general hayan reputado a dicho hijo como descendiente extra-
matrimonial de ese padre o esa madre, o de ambos a la vez; 3) que la posesión
haya durado cinco años.
d) Posesión notoria del nacimiento.-El nacido con vida, mientras esté
vivo, tiene la posesión de la vida, y solo la pierde con su muerte.
En cuanto a las personas vivas, el solo hecho de ser seres humanos indica
que tienen la principal calidad civil: ser personas. Su personalidad está reco-
nocida, aunque carezcan de acta de nacimiento. Un solo instante de vida da la
posesión notoria".
e) Posesión notoria de mayor o menor edad.-A este respecto, el artícu-
lo 400 del Código establece que "cuando fuere necesario calificar la edad de
un individuo..., y no fuere posible hacerlo por documentos o declaraciones que
fijen la época de su nacimiento, se le atribuirá una edad media entre la mayor
y la menor que parecieren compatibles con el desarrollo y aspecto físico del
individuo"; sobre el particular, se "oirá el dictamen de facultativos o de otras
personas idóneas"!" .
El Código de la Infancia y Adolescencia, ley 1098 de 2006, tienen una
regulación especial en los siguientes términos: "En caso de duda sobre la ma-
yoría o minoría de edad, se presumirá esta. En caso de duda sobre la edad del

13Tancierto es que la prueba del nacimiento la da la simple posesión de la vida, que nin-
gún juez la exige; lo cual es lógico: se presume (iuris el de iure) que todo ser humano, por el
hecho de vivir, en alguna época nació del vientre de una mujer. Según RODRÍGUEZ PIÑERES, "la
prueba de la posesión notoria no puede aplicarse sino al matrimonio y a la legitimidad' (ob.
cit., t. 1, pág. 259); en el mismo sentido, CHAMPEAU y URlBE (ob. cit., págs. 431 y 432), Ahora
bien, ¿qué hacemos, entonces, cuando alguien afirma ser determinada persona, sin que ello
conste en actas ni documentos de ninguna clase, ni existe quien haya presenciado su nacimien-
to? Y no se pretenda eludir el problema (como lo hacen CHAMPEAU y URIBE) diciendo que toda
persona se encontrará siempre ante el problema de probar su filiación legítima o extramutri-
monial; lo que sucede es otra cosa: que la posesión de la vida demuestra por sí el nacimiento.
Lo demás son circunstancias que complementan la prueba del nacimiento (que se tiene pro-
bado por el hecho de existir); por ejemplo, que se nació en tal época, que se es hijo de esta o
aquella mujer, etc.
14 En la comprobación de la mayor y la menor edad existe igualmente una posesión de

vida, solo que aquí se trata de saber si se tiene 18 años, o menos, de vida.
ESTADO CIVil DE LAS PERSONAS 443

niño, niña o adolescente se presumirá la edad inferior. Las autoridades judi-


ciales y administrativas, ordenarán la práctica de las pruebas para la determi-
nación de la edad, y una vez establecida, confirmarán o revocarán las medidas
y ordenarán los correctivos necesarios para la ley" (art. 3°, pargo 1°). Estas
normas, prevalecen sobre el régimen general del Código Civil.

§ 150.-Valor probatorio de las actas y folios del estado civil

1. Los libros.folios, tarjetas, así como las copias o certificados del regis-
tro civil, son instrumentos públicos (decr. 1260 de 1970, art. 101).-Ya diji-
mos que según el artículo 251 del Código de Procedimiento Civil, instrumen-
to público es el otorgado por el funcionario público en ejercicio de su cargo o
con su intervención. Lo cual indica que los libros y tarjetas del registro civil
hacen plena prueba en cuanto al hecho de haberse extendido en determinada
fecha y en cuanto a las declaraciones que en ellos haga el funcionario del es-
tado civil que los autoriza (C. de P. C. de 1970, art. 264).
Respecto al contenido de la inscripción, esto es, 10 dicho por el declaran-
te acerca de un determinado estado civil, se presume su veracidad mientras no
se pruebe su falsedad.
Por tanto, en toda inscripción deben distinguirse, por una parte, las declara-
ciones hechas por el funcionario del estado civil (notario, alcalde o registrador),
y, por la otra las declaraciones imputables a los particulares. La inscripción es
un documento público en cuanto a las declaraciones que hace el funcionario
del estado civil (v. gr., que tal día, a tal hora, compareció determinado decla-
rante y expuso que en cierto sitio murió N. N.); no es documento auténtico en
cuanto a lo declarado por el particular, pero se presume su veracidad hasta prue-
ba en contrario".
Sobre la presunción de veracidad de las declaraciones de los particulares,
ha dicho la Corte Suprema: "Mas si no está garantizada la veracidad de las
declaraciones, eso no quiere decir... que debe hacerse caso omiso de ellas... pues
se mantiene en pie mientras no se demuestre su falsedad" 1". Igualmente,lajuris-
prudencia nacional tiene establecido que la misma presunción de veracidad se
tendrá respecto de las actas eclesiásticas".
[J. Impugnación de las inscripciones del estado civil.-Fuera de la nuli-
dad de las inscripciones a que se refiere el artículo 104 elel elecreto 1260 de 1970
(supra, § 143-IV), una inscripción o su respectiva copia puede ser impugnada
en tres casos principales:

15 Canso JOSSERAND, ob. cit., t. 1, núm. 278; SAVATIER (en PLANIOLY RIPERT), t. 1, núm. 203;
SPOTA, ob. cit., t. l. vol. 3-3, nurns. 1112 y ss.
lO "G. J.". t. L1l1. pág. 53.

17"0. J.", t. LVll, pág. 457, Y t. LXIV, pág. 420. ÜRTP.GA TORRES, al margen del art. 393 del
e. e.
444 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MiSMAS CONSIDERADAS

1°)Acreditando la total falsedad de la copia de la inscripción que preten-


de hacerse valer enjuicio, lo cual supone que alguien ha cometido el delito de
falsedad en instrumento público.
2°) Acreditando la falsedad, ya no de la inscripción o de la copia, sino de
las declaraciones que forman su contenido. Esta falsedad puede ser total, corno
cuando se denuncia un nacimiento o una muerte que no han ocurrido; o par-
cial, como cuando se denuncia un nacimiento realmente ocurrido, pero se hace
figurar al recién nacido como hijo de mujer diferente de la que lo dio a luz.
3°) Tanto la inscripción como las declaraciones pueden ser exactas, pero
determinada persona suplanta al inscrito (decr. 1260 de 1970, art. 103). Aquí
no se impugna la inscripción o su contenido, sino que simplemente se acredita
una suplantación.
En cada caso el efecto de la impugnación es distinto. En el primero, se
declara la inexistencia del estado civil por no existir la inscripción; en el ter-
cero, se declara la falta de identidad entre el inscrito y el suplantador; el ver-
dadero caso de impugnación es el segundo. Si las declaraciones (o documen-
tos) son totalmente falsos, el juez ordena la cancelación de la inscripción; si
son falsas parcialmente, el juez ordena su corrección.
Los jueces civiles son competentes para conocer de las acciones de impug-
nación, tanto de las inscripciones hechas ante los notarios o alcaldes, como de
las actas levantadas por los curas párrocos según la legislación canónica".
III. La inscripción como medio de prueba del estado civil.-EI artículo
106 del decreto 1260 de 1970 establece: "Ninguno de los hechos, actos y pro-
videncias relativos al estado civil y la capacidad de las personas, sujetos a regis-
tro, hace fe en proceso ni ante ninguna autoridad, empleado o funcionario
público, si no ha sido inscrito o registrado en la respectiva oficina, conforme
a lo dispuesto en la presente ordenación, salvo en cuanto a los hechos para cuya
demostración no se requiera legalmente la formalidad del registro".
IV. Los efectos de la inscripción.-Se trata de saber ahora el tiempo desde
el cual comienza a producir efectos la inscripción en el registro civil.
Con una pésima redacción establece el artículo 107 del decreto 1260 de
1970: "Por regla general ningún hecho, acto o providencia relativos al estado
civil o la capacidad de las personas, y sujeto a registro, surtirá efecto respecto
de terceros, sino desde la fecha del registro o inscripción". Por la misma épo-
ca en que se redactaba el nuevo estatuto del registro civil, o sea el decreto 1260
de 1970, se elaboraba el decreto 1250 de 1970 como estatuto del registro de
instrumentos públicos. Este estatuto dice en su artículo 44: "Por regla general
ningún título o instrumento sujeto a registro o inscripción surtirá efectos res-
pecto de terceros, sino desde la fecha de aquel".

11\ Cfr. "G. J,", t. LVU, pág. 457.


ESTADOCIVIL DE LAS PERSONAS 445

Fácilmente se cae en la cuenta de que los redactores del estatuto del re-
gistro de estado civil de las personas quisieron darle a la inscripción el mismo
valor y los mismos efectos que es necesario dar a la transmisión de la propie-
dad inmueble o a sus gravámenes (hipoteca, usufructo, etc.). Pero sucede que
al estado civil no se le puede dar el mismo tratamiento que se le da al régimen
jurídico de un inmueble, especialmente en cuanto a los efectos de la inscrip-
ción. Cuando el registrador de instrumentos públicos registra una escritura de
compraventa de un inmueble, se verifica a partir de ese momento la tradición
del inmueble; pero cuando el funcionario del registro civil inscribe un nacimien-
to, en manera alguna puede afirmarse que el inscrito solo nace a partir de la ins-
cripción.
Los estados civiles o sus alteraciones que se llevan al registro civil se divi-
den en dos clases (en lo relativo a precisar los efectos): unos tienen naturaleza
simplemente declarativa; otros tienen efecto constitutivo.
Cuando la inscripción es de índole declarativa, los efectos del respectivo
estado civil se producen desde la constitución del hecho que lo engendra, como
sucede con los nacimientos, matrimonios, defunciones, reconocimiento de los
hijos extramatrimoniales, sentencias judiciales que declaran la paternidad
extramatrimonial. En semejante caso la inscripción en el registro es prepon-
derantemente un medio de prueba, pero los efectos se han producido desde
época anterior, o sea desde cuando se realizó el hecho generador del respec-
tivo estado civil.
Cuando la inscripción tiene carácter constitutivo, sus efectos se produ-
cen desde su ingreso en el registro civil, como sucede principalmente con las
sentencias judiciales que tienen carácter atributivo: adopciones, interdicciones
judiciales, nulidad del matrimonio, separación de cuerpos, separaciones de
bienes, declaraciones de ausencia, etc.
De donde se deduce que el artículo 107 ha debido redactarse teniendo en
cuenta estas dos clases de efectos; y mejor hubiera sido guardar silencio sobre
el particular a fin de que la doctrina y la jurisprudencia, con la debida lógica,
resolvieran en cada caso la cuestión.

§ 151.-Copias y certificados

Los funcionarios encargados del registro del estado civil y la oficina cen-
tral podrán expedir copias y certificados de las actas y folios que reposen en
sus archivos. Los certificados contendrán los datos esenciales de toda inscrip-
ción y los de aquella de cuya prueba se trate (decr. 1260 de 1970, art. 110).
Según el artículo 115 del decreto 1260 de 1970, "las copias y los certifi-
cados de las actas, partidas y folios del registro de nacimientos se reducirán a
la expresión del nombre, el sexo y el lugar y la fecha de nacimiento. Las co-
pias y certificados que consignen el nombre de los progenitores y la calidad de
446 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERAOAS

la filiación, solamente podrán expedirse en los casos en que sea necesario


demostrar el parentesco y con esa sola finalidad, previa indicación del propó-
sito y bajo recibo, con identificación del interesado".
Este mismo artículo agrega, en su párrafo 3°, que "la expedición y la de-
tentación injustificada de copias o certificados de folios de registro de nacimien-
to con expresión de los datos específicos mencionados en el artículo 52 (O sean
los nombres de los padres y la filiación), y la divulgación de su contenido sin
motivo legítimo, se considerarán atentados contra el derecho a la intimidad y
serán sancionados como contravenciones, en los términos de los artículos 53
a 56 del decreto-ley 1118 de 1970" (los arts. 53 a 56 del decr.-ley l1l8 de 1970
fueron reemplazados por los arts. 46 a 48 del decr. 522 de 1971).
El decreto 278 de 1972 reitera que las copias y los certificados de los folios
de nacimiento "se reducirán a la expresión del nombre, el sexo, el lugar y fe-
cha de nacimiento". En atentado contra la intimidad incurrirá quien en su ca-
lidad de rector, director, funcionario público o privado, jefe, gerente o alguna
calidad, exija a sus trabajadores o educandos copia del registro de nacimien-
to con los datos sobre la filiación, lo mismo quien lo expida, quien lo detente
o divulgue su contenido sin causa justificada, y el funcionario público que lo
utilice con fines distintos a los de la solicitud (art. l°). Los datos específicos
solo se exigirán cuando sea necesario acreditar ante juez el parentesco (proce-
sos de sucesión mortis causa, de alimentos, etc.).
Finalmente, conforme al artículo 116 del decreto 1260 de 1970, "no se
podrá exigir prueba de la filiación de una persona sino en los casos en que sea
indispensable la demostración del parentesco, para fines personales o patrimo-
niales, en proceso o fuera de él. La exigencia de dicha prueba en casos o con
propósitos diferentes, será considerada como atentado contra el derecho a la
intimidad y sancionada como contravención, en los términos de los artículos
53 a 56 del decreto-ley 1118 de 1970".

§ 151 bis.-Funcionarios encargados de llevar el registro civil

La ley 962 de 2005, artículo 77, determinó los funcionarios competentes


para llevar el registro civil de las personas; son: dentro del territorio nacional
los registradores especiales, auxiliares y municipales del Estado civil y en el
exterior los funcionarios consulares de la república.
Igualmente estableció que la Registraduría Nacional del Estado Civil
puede autorizar de manera excepcional y debidamente fundada, a los notarios,
a los alcaldes municipales, a los corregidores e inspectores de policía, a los jefes
o gobernadores de los cabildos indígenas para llevar el registro del estado civil,
y que también podía establecer la inscripción de registro civil en clínicas y
hospitales, así como en instituciones educativas reconocidas oficialmente.
CAPÍTULO V

LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD


O DERECHOS HUMANOS (DERECHOS FUNDAMENTALESr

§ 152.-lmportancia y formación de una teoría


de los derechos humanos"

La materia relativa a los derechos humanos o derechos de la personali-


dad o derechosfundamentales ha tomado una inusitada importancia en el mun-

~ MANUEL JOSÉ CEPEDA, Los derechos fundamentales, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis,
1992;MARIO MAORIO~MALO,Derechosfundamentales, SantaFe de Bogotá,Panamericana, 1992;
MARCO GERARDü MONROY CABRA, Los derechos humanos, Santa Fe de Bogotá, Edil. Temis,
1995; PEDRO PABLO CAMARGO, La problemática mundial de los derechos humanos, Bogotá,
1974; FABlü NARANJO OCHüA, págs. 85 y SS.; PEDRO PABLO CAMARGO, La proteccián jurtdica
de los derechos humanos y de la democracia en América, los derechos humanos y el derecho
internacional, México, 1960; A. BORREL MACIÁ, La persona humana, Barcelona, 1954;
CASTÁN TOBEÑAS, L 1, vol. 2°, págs. 351 y ss.; J. L. CASCAJO, B. DE CASTRO CID, C. GÓMEZ T.,
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93; ENNECCERUS-NIPPERDEY, Allgemeiner Teil des Biirgerlichen Rechts, t. 1, vol. 1, Tübingen,
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SAVIGNY, Sistema ... , L 1, págs. 224 y SS.; LEHMANN, AlIg. Teil, págs. 56 y ss.; A. VaN TUIIR. ob.
CiL, L 1-1, págs. 187 y SS.; A. ORGAZ, Personas individuales, Buenos Aires, 1946, págs. J 17
Y 169; ALESSANDRl, SOMARRIVA y VODANQV1C, Curso de derecho civil, t. 1, Parte general y per-
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che, Milano. 1946, págs. 153 y ss.; AZZARITI y AZZARITI, Diritto cívíle italiano, t. 1, 1943, núms.
144-171; F. MESSINEO, Manuale di diritto civile e commerciale, t. 1, Milano, 1947, §§ 49-51;
MARIO RaTONOI, Instituciones de derecho privado, trad de Fe Villavicencio, Edil. Labor, 1953,
núms. 108-112; G. OE SEMO, Istituiioni di diritto prtvato, Firenze, 1948, núms. 220-227;
DE RUGGIERO, ob. cit., t. 1, págs. 223 y SS.; A. TRABUCOH, Lstiturioni di diritto civile, Padova,
1947, núrns. 39-44; H., J. YL. MAZEAUD. Lecons de droit civil, L 1, ed. 1955, núms, 624-653;
ALEX WEILL y F. TERRÉ, Les personnes, lafamílle. les incapacités, París, 1978, núms. 25 y SS.;
RA YMOND LINDON, Les droits de la personalité, París, 1974.
~~ Sobre este tema se pueden consultar las sentencias proferidas por la Corte Constitu-
cional y recopiladas en la Gaceta de la Corte Constitucional, ts. 1, [1, 1Il, IV Y v.
448 LAS PERSONAS FíSICAS EN si MISMAS CONSIDERADAS

do en el curso de estas últimas décadas. Por primera vez en la historia se ha


producido un acuerdo de todos los países del globo acerca de la necesidad de
estatuir y garantizar para todo ser humano un mínimo de garantías y faculta-
des, independientes del régimen político de cada nación. Toda persona tiene
derecho a la vida, la salud, la libertad, la igualdad, la seguridad, etc.
I. Antecedentes históricos.-Ya dejamos dicho que desde los tiempos
antiguos la mente crítica de filósofos, juristas, políticos y moralistas se preguntó
si por encima del derecho positivo de un pueblo existía un derecho universal
cuyas normas debían ser acatadas por los legisladores (supra, § 13).
1) La doctrina de los estoicos. Estos filósofos afirmaron la existencia de
un derecho común basado en la razón, universalmente válido. Lo fundamen-
taron en la igualdad de la libertad que debe existir entre todos los hombres. Este
derecho natural debía fomentar "la libertad e igualdad de todos los hombres;
debía evitar discriminaciones basadas en la raza o el sexo, evitar toda opresión
del hombre por el hombre, y luchar por la generalidad de la universalidad. En
otros términos, debería contribuir al establecimiento de una comunidad humana
universal en la que todos los hombres viviesen conforme a los dictados de la
razón'".
2) La escuela estoica y el derecho romano. Entre otros, CICERÓN, inspi-
rado en la filosofía de los estoicos, cree en la existencia de un derecho natural
del cual se deriva el concepto de justicia. "El verdadero derecho es la recta ra-
zón, conforme a la naturaleza; es de aplicación universal, inmutable y eterno'".
CICERÓN cree en la necesidad de una comunidad universal entre los hombres.
"Esta sociedad universal debe abrazar a todos los hombres y su vínculo común
debe ser la propia razón humana'",
Igualmente los jurisconsultos romanos distinguieron siempre al lado del
derecho positivo un derecho superior que debía aplicarse en todas partes. El
derecho natural recibió la denominación de ius gentium". Fue definido por
PAULO como quod semper aequum ac bonum esr. Se contrapusieron las nor-
mas del derecho positivo y las del derecho natural. La esclavitud fue justifi-
cada por el primero, pero condenada por el segundo. En el Digesto se afirma
que, por lo que toca al derecho natural, todos los hombres son iguales y todos
nacen libres".

"E. BODENHEIMER, ob. cit., págs. 133 y SS.; además PEDRO PABLO CA MARGO, La proble-
mática de los derechos humanos, Bogotá, 1974, pág. 25.
2 Citade E. BODENHEIMER, ob. cit., pág. 135.

3 CICERÓN, Los oficios, trad. de Manuel de Valbuena (colección Los Clásicos), págs. 79
y 180.
4 Canso 1. ARIAS RAMOS, Derecho romano, t. 1, Madrid, 1974, § 15; PIETRO BONFANTE,
Instituciones de derecho romano, trad. de Luis Bacchi y A. Larrosa, Madrid, 1965, § 6.
5 P. BONFANTE, ob. cit., § 6.

6 Cons. E. BüDENHEIMER, ob. cit., pág. 138.


LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 449

3) El cristianismo. Las ideas estoicas ejercieron grande influencia en el


cristianismo. Según el Evangelio de Lucxs (rv: 18 y 19), Cristo se proclamó
defensor de la libertad y la igualdad. Textualmente puede leerse allí: "El Es-
píritu del Señor me ha ungido. Me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena
Nueva, a proclamar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, para
dar libertad a los oprimidos". En general los principales representantes del cris-
tianismo (San AGUSTÍN, Santo TOMÁS DE AQUINO) afirmaron la existencia de una
ley divina e inmutable a la que debía someterse el derecho positivo de cada
pueblo'.
4) La escuela clásica del derecho natural. Eclipsada la concepción cris-
tiana del derecho natural durante varios siglos, reaparece la teoría clásica del
derecho natural encabezada por Gnocto y seguida por LOCKE, PUFENDORF,
ROUSSEAU, KANT y muchos más'.
Esta escuela representó el más grande aporte a la moderna culturajuridi-
ca y política de los pueblos de Occidente, pues contribuyó a liberar al indivi-
duo de las ligaduras medievales, creó la libertad de circulación y elección de
profesiones, abolió la tortura, humanizó el castigo y creó las bases del derecho
internacional moderno. Normas fundamentales del derecho natural clásico
(producto del siglo de la ilustración) fueron las de la libertad, la igualdad de
todas las personas frente a la ley, la seguridad, etc.'.
Bajo la influencia de la escuela clásica del derecho natural se produjo la
Revolución Francesa, que proclamó en el artículo 22 de la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, como derechos naturales e imprescrip-
tibles, la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
5) La escuela clásica del derecho natural a su vez sufre un eclipse durante
la época del positivismo y el historicismo, pero renace de nuevo a partir de la
segunda mitad del siglo pasado. Por una parte, RUDOLPH STAMMLER insiste en
que por encima del derecho positivo existe un derecho justo de contenido
variable. Por otra, SAVIGNY elabora una doctrina de los denominados derechos
de la personalidad, o sea derechos que se tienen sobre el propio yo, o, lo que
es igual, sobre la propia persona (supra, § l03-lv). Son derechos básicos de la
personalidad: la vida, la libertad, la igualdad, la seguridad "',
H. Metamorfosis de los viejos derechos naturales.-La expresión "dere-
chos de la personalidad" sufre sensibles cambios en nuestros días, pues a la an-

7Cons. E. BODENHEIMER, ob. cit., pág. 142; E. GARCÍA MÁYNEZ, ob. cit., págs. 49 y SS.;
P. ROUHlER, ob. cit., núm. 15-c;E. AHRENS, ob. cit., pág. 245; PEDRO P¡\ilLO CAMARGO, ob, cit.,
pág.25.
8 Las ideas básicasde estos pensadores en E. GARCíA MÁYNEZ, ob. cit., págs. 57 y ss.; E.

BODENHEIMER, ob. cit., págs. 149 y ss.: E. AHRENS, ob. cit., págs. 254 y ss.
v Cons. E. BODENHEIMER, ob. cit., págs. 185 y ss.
10 Cons. B. WINDSCHEID, ob. cit., § 40; ENNECCERUS-NIPPERDEY, ob. cit., § 71.
450 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

tigua concepción individualista que de ellos se tenía (derecho a la libertad, la


igualdad, la vida, la seguridad, etc.), se agrega la moderna concepción socia-
lista postulada desde 1918 con ocasión de la victoria de la revolución comu-
nista de la Unión Soviética, que consideró como derechos humanos o de la per-
sonalidad los denominados derechos sociales y culturales (derecho al trabajo,
a un minimum vital, a la previsión social, a la instrucción, etc.). Igualmente las
antiguas expresiones derechos naturales, derechos individuales, derechos de
la personalidad, son reemplazadas a partir de 1948 por la sintética de derechos
humanos.
IlI. Valor y significación de los derechos humanos.-La importancia de
los derechos humanos en nuestros tiempos se debe a dos causas principales:
a) Se trata de derechos básicos integrantes de la dignidad humana en su
más alta expresión; la vida, la integridad corporal, la salud, la libertad, la igual-
dad, las energías del trabajo, los medios de vida, etc., constituyen proyeccio-
nes de la personalidad de cada ser humano; las viejas ideas abstractas de unos
derechos existentes al margen del orden jurídico, son reemplazadas por una
concepción realista; vale decir, lo abstracto se positi viza.
b) Son derechos supranacionales por cuanto pretenden tener validez dentro
de los órdenes jurídicos actualmente vigentes en el mundo, como puede apre-
ciarse al leer el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Hu-
manos aprobada por las Naciones Unidas ellO de diciembre de 1948.
IV. Del lugar que debe ocupar la teoría de los derechos humanos dentro
del orden jurídico positivo.-Las doctrinas alemana, francesa, española, ita-
liana y colombiana exponen la teoría de los derechos humanos dentro de los
cuadros del derecho civil y como complemento de la exposición de las normas
del derecho de las personas. Parece lo más lógico. Pero eminentes autores
modernos atinan con razón que los derechos humanos se encuentran por enci-
ma no solo del derecho civil sino también del orden constitucional de cada
Estado; que son normas supranacionales, pues la misma Constitución los debe
respetar. Además, tiene vinculaciones importantes con el derecho penal, el
derecho laboral y otras ramas. Por tales motivos se propone la elaboración de
una rama autónoma del derecho, que debe recibir el nombre de derecho huma-
no". Así el artículo 93 de la Constitución establece que los tratados y conve-
nios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos
humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen
en el orden interno.

11 Cons. a CARLOS GARCÍA BAUER, "¿Puede elaborarse ya una disciplina jurídica autóno-
ma de los derechos humanos?", en la obra Veinte años de evolución de los derechos huma-
nos, ed. cit., págs. 463 y ss, Debe evitarse, según este autor, la expresión derechos humani-
tarios, la que se inspira en un sentimiento de humanidad. Los derechos humanos no tienen su
fuente en el humanitarismo sino en la dignidad del ser humano (ob. cit., pág. 468).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 451

§ 153.-Naturalezajurídica de los derechos humanos

1. Los derechos humanos son derechos subjetivos.-Algunos autores han


sostenido que los denominados derechos humanos o de la personalidad no son
auténticos derechos subjetivos, pues no pueden existir "derechos sobre la pro-
pia persona". Se dice, en efecto, que la persona humana tendría que desempe-
ñar a un mismo tiempo dos papeles contradictorios: ser sujeto y objeto a la vez.
Si en los antiguos tiempos fue posible que la personalidad fuera un objeto
(esclavitud), esto no es posible en los tiempos actuales 12. Se alega también que
los bienes de la personalidad no son derechos subjetivos, por cuanto no pue-
den separarse del hombre de quien provienen para ser representados como
entidades independientes de la persona, la cual constituye un todo orgánico!',
De aquí que algunos autores consideren los derechos de la personalidad sim-
plemente como bienes jurídicos que tienen la protección de la ley contra los
atentados de los demás 14.
Sin embargo, en la más reciente doctrina se consideran los bienes de la
personalidad como auténticos derechos subjetivos.
a) La circunstancia de que los derechos humanos o de la personalidad no
puedan separarse del sujeto de quien provienen, no indica que no puedan ca-
lificarse de derechos, si en lo esencial se dan en ellos las características que se
dan en los demás derechos. Y vimos cómo el derecho subjetivo representa, por
una parte, un poder de nuestra voluntad, y cómo por otra, encierra el deber jurí-
dico de las demás personas de respetar aquel poder. Cuando digo que tengo
un derecho sobre mi vida, mi salud, mi cuerpo, mi libertad, mi honor, etc., es-
toy afirmando un poder de mi voluntad sobre esa vida, cuerpo, salud, etc., cuyo
respeto se impone a los demás.
b) Anteriormente dijimos que la voluntad humana, resorte fundamental
y supuesto de la personalidad jurídica, obra no solo sobre el mundo exterior
(derechos patrimoniales, derechos familiares), sino también sobre la propia
realidad antropológica del ser humano. Esta idea elemental la expuso SAVIG-
NY e interpreta adecuadamente el estado actual de la cultura jurídica. Cada cual
es el propio director de su vida, su cuerpo, su honor y demás atributos y ener-
gías que emanan de la personalidad. Es, por tanto, correcta la tesis de ENNEc-
CERUS, para quien "el poder de la voluntad del hombre no se extiende solarnen-

12 M. ROTONOI, ob. cit., núm. 108. Otras discusiones sobre este punto, en C. GANOI, ob.
cit., núms. 133 y 134; AZZARITI-MARTíNEZ, ob. cit., t. 11, núms, 144 y SS.; A. OROAZ (ob, cit.,
págs. 128 y ss.) niega que los bienes de la personalidad sean derechos subjetivos.
13 Cons. en C. GANO!, ob. cit., núm. 133; AZZAR!T!wMARTíNEZ y AZZARITI, ob. cit., t. 1, núm.
l44.
14 A. VON TUI'IR, ob. cit., t. 1-1, pág. 189. También SPOTA advierte que tales bienes "no
constituyen sino el desenvolvimiento de nuestro ámbito de libertad" (ob, cit., 1. 1, vol. 1, pág.
155); en el mismo sentido, OROAZ (ob. cit., págs. 128 y ss.).
452 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

te a lo exterior a él, sino también sobre su propia persona. Así, pues, no es in-
concebible un poder jurídico sobre la propia persona?".
e) En cuanto a la objeción de que en derecho moderno la persona no puede
ser objeto de derechos, se responde afirmando que en manera alguna se pre-
tende restablecer la vieja regla romana según la cual una persona podía ser
objeto de propiedad de otra; es el individuo mismo quien, ejerciendo la fun-
ción preponderante de sujeto de derechos subjetivos, convierte en objeto al-
gunos de los atributos o bienes de su persona. Además, el objeto de los dere-
chos de la personalidad no es la persona humana considerada en su totalidad,
sino realidades antropológicas (el cuerpo, la vida, la salud) o de orden moral
(honor, libertad, etc.)".
A este respecto, son muy instructivas las indicaciones de algunos auto-
res. Sujeto de derechos "es todo hombre considerado como entidad física y
moral, mientras que el objeto de cada uno de los derechos sobre la propia
persona consiste en una manifestación determinada de la personalidad huma-
na, bien sea física o moral., Como sujeto el hombre obra con todas sus facul-
tades físicas y morales, indistintamente; eomo objeto, funciona el hombre
mismo, pero limitándose a una parte especial de su personalidad"!'.
Il. De la existencia de varios derechos humanos o de la personalidad.s-:
Se ha sostenido que en vez de varios derechos de la personalidad solo existe
un derecho general y abstracto de la persona, que implica la protección de sus
atributos y presupuestos. N¡PPERDEY afirmaba que existe un derecho general
de la personalidad (allgemeine Personenlichkeitsrecht) que procura la conser-
vación, inviolabilidad, dignidad y libre desenvolvimiento de la individualidad.
El dereeho a la vida, al honor, etc., no son sino partes integrantes esenciales de
aquel dereeho general. Se trata de un derecho fuente (Quellenrecht), de un
derecho matriz tMuüergrundrecluv".
Sin embargo, la tesis opuesta goza de un mejor crédito en la doctrina. La
personalidad en sí es considerada como una categoría jurídica, como el soporte
de los dereehos subjetivos. El concepto de persona ha indicado siempre la
aptitud para ser titular de derechos subjetivos. En eambio los derechos huma-
nos son verdaderos atributos de la persona (la vida, la igualdad, la libertad, etc.).

"Ob. cit., § 71-1; en la ed. de 1959. § 78-1. También WINDSCHElD. para quien todo hombre
tiene un amplio señorío "sobre sus propias fuerzas físicas e intelectuales" (cons. de
DE RUGGlERO, ob. cit., t. 1, pág. 224).
16 Los derechos humanos o de la personalidad "tienen por objeto el goce de los funda-

mentosdela persona (vida, integridad corporal, libertad, honor, nombre)" (GANor, ob. cit., núm.
134).
17 CAMPOGRANDE, citado por CASTÁN TOBEÑAS y reproducido por BORREL MACIÁ, ob. cit.,
pág. 19.
18 Cons. ENNECCERUS-N¡PPERDEY, ob. cir., t. l. vol. 1, ed, de 1959, § 101,1-1. En las edi-

ciones anteriores, ENNECCERUS sostuvo una opinión opuesta (cons. la trad. española, 1. I, § 71),
lOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 453

!II. Caracteres de los derechos humanos o de la personalidad.-Una


mejor comprensión de la esencia de los derechos que venimos estudiando se
obtendrá señalando sus principales características.
a) Son derechos absolutos, pues su respeto se impone a todos; cada cual
se encuentra obligado a respetar la vida, el cuerpo, el honor, etc., de las demás
personas. Su respeto se impone al propio Estado, que no puede hacer otra cosa
sino exigir su respeto y garantizarlo él mismo. Es más: aun la propia persona
titular de los derechos humanos o de la personalidad tiene el deber jurídico
esencial de respetarlos. En esto se diferencian en forma aguda de todos los
demás derechos, pues una persona puede no querer conservar su derecho de
propiedad, sus créditos; en cambio, toda persona está obligada a conservar y
respetar sus propios derechos humanos, en el sentido de no permitir que atente
contra su vida, su cuerpo, su salud, su honor, etc. Bien se puede decir que estos
derechos parten de la persona configurados como un pode r de voluntad y re-
gresan a ella en su condición de un deber esencial de conservación.
b) Los derechos humanos o de la personalidad pertenecen a toda perso-
na, y comienzan a ser efectivos desde que ella nace. Para existir no exigen otra
condición que la misma existencia de la persona a la cual adhieren. Por tanto
no debe considerarse como derecho de la personalidad el recientemente deno-
minado derecho moral de autor o de inventor, pues este derecho requiere la
creación de la invención, motivo por el cual no es común a todo ser humano.
La mayoría de estos derechos desaparecen con la muerte de su titular (la
vida, la salud, la integridad física), pero otros tienen la virtud de prolongar sus
efectos más allá de la vida de una persona; por ejemplo, el honor, pues nadie
está autorizado para atacar el honor de las personas muertas.
c) Los derechos humanos o de la personalidad se encuentran fuera del
comercio y no son susceptibles de ser evaluados en dinero. Nadie puede dis-
poner de su vida, de su cuerpo o de las partes integrantes del mismo, de su honor,
del nombre y apellido, etc. Sin embargo, algunos derechos tienen determina-
do contenido patrimonial, como sucede con el derecho que recae sobre la pro-
pia imagen. Esto se examinará más detenidamente al estudiar cada derecho en
particular.
Aunque los derechos humanos o de la personalidad sean extrapatrimonia-
les, no obstante, cuando se lesionan, su reparación puede traducirse en una suma
de dinero, dada la circunstancia de que muchos de ellos son fuente de entradas
económicas; además, una persona puede ser responsable de otras con su pro-
ductividad económica. Si a consecuencia de una lesión corporal el lesionado
se incapacita para trabajar, el autor de la lesión debe pagar los gastos médicos,
clínicos, quirúrgicos y de drogas que requiera la recuperación de la víctima,
así como lo que esta dejó de ganar durante el tiempo de la incapacidad. Igual-
mente la lesión de su honor puede precipitar a un comerciante honorable a una
quiebra o a la insolvencia; luego es justo que el autor de esa lesión restablezca
454 LAS PERSONAS FíSICAS EN si MISMAS CONSIDERADAS

al perjudicado en su estado anterior. También es posible que quien suprime la


vida a otro perjudique a personas que derivaban ayuda económica del muerto;
por tanto, será necesario condenar al homicida a continuar suministrando esa
misma ayuda económica a los damnificados (que generalmente resultan serlos
hijos) durante el tiempo que el muerto hubiera estado obligado a hacerlo.

§ 154.-Principales proclamaciones de los derechos humanos

Las primeras proclamaciones tuvieron un carácter limitado; pero poco a


poco fueron ampliándose hasta las más recientes a partir de 1948\9
1. La Carla Magna, expedida en Inglaterra en 1215, significó una de las
primeras proclamaciones de derechos humanos y constituye la base de las li-
bertades inglesas. "Ningún hombre libre será arrestado o apresado o despoja-
do de sus bienes o condenado o desterrado..., si no es por el juicio legal de sus
pares y conforme a la lex terrae"; a este documento siguieron otros?",
En 1776 la Declaración de Derechos de Virginia proclamó que "todos los
hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes y tienen cier-
tos derechos innatos... a saber: el goce de la vida y la libertad, como los medios
de adquirir y poseer la propiedad y de obtenerla felicidad y la seguridad" (sec.
I a). Se garantizó el derecho de que toda persona al ser juzgada por un crimen
debe ser oída y pedir pruebas a su favor (sec. 8'); se puso énfasis en lo relativo
a la libertad de prensa (sec. 12).
Il. Los derechos del individuo y del ciudadano.-La Revolución france-
sa se preocupó por instituir y proclamar una serie de derechos que pudieran ser
gozados por toda persona. De ahí la célebre Declaración de los Derechos del
Individuo y del Ciudadano, de 1789, que los redujo a cuatro: la igualdad, la liber-
tad, la propiedad y la resistencia a la opresión. Con la proclamación de estos
derechos, los revolucionarios de 1789 pretendieron liquidar, con fundamento
en la fraternidad, el viejo sistema del feudalismo y abrir una nueva era para
la humanidad: la de la libertad y la igualdad para todos los hombres frente a la
ley. También quisieron que todo mundo fuera propietario, en lo cual no tuvie-
ron éxito.
III. Influencia de las ideas de la Revoluciánfrancesa en Colombia.-Esta
declaración ejerció una profunda influencia en los países de América Latina,

19 Algunosautores citancomo antecedentes históricos de los derechos humanos los Diez


Mandamientos de la Iglesia (cons. PEDRO PABLO CAMARGO, ob. cit., pág. 24). En efecto, el 50
mandamiento "No matarás" establece el deber para todos de respetar la vida ajena, lo que
significa para cadacual un derechosobre su vida. CASTÁN TOBEÑAS (L n, vol. 2°, págs. 355 y
ss.) afirma que el cristianismo sentó la base moral indestructible sobre la que se ha realzado
el reconocimiento de los derechos de la personalidad humana.
20 Cons. PEDRO PABLO CAMAROO, ob. cit., págs. 43 y ss.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 455

especialmente en Colombia, en el curso del siglo pasado y en los primeros años


del presente. En efecto, la Constitución de Cundinamarca del 30 de marzo de
1811 enumera en su artículo 1° estos derechos humanos: la igualdad, la liber-
tad, la seguridad y la propiedad. En cuanto a la igualdad se afirmó que la ley
debe ser igual para todos (art. 6°), que todos los ciudadanos tienen igual derecho
para concurrir directa o indirectamente a la formación de la ley y al nombra-
miento de sus gobernantes (art. 13). La libertad recibió amplios desenvolvi-
mientos por los artículos 2° a 4° y 11 Yse la hizo consistir en el derecho de obrar
en pro del bien común y en poder hacer todo lo que no cause daño a terceros
o a la sociedad. En lo relativo a la seguridad se afirmó que consiste en que nadie
puede ser molestado o llamado ajuicio sino en los casos previstos por la Cons-
titución o la ley (art. 14). En cuanto a la propiedad, el artículo 9° proclamó que
consiste en la facultad que tiene el ciudadano de gozar y disponer libremente
de sus bienes.
La Constitución de la República de Tunja (dic. 9 de 1811) agregó a los
derechos enunciados el que corresponde a toda persona para defender y con-
servar su vida.
En las constituciones del Estado de la Nueva Granada de 1832 y 1853, de
la Confederación Granadina de 1858 y en la de los Estados Unidos de Colom-
bia de 1863 se hicieron proclamaciones de los derechos humanos con mayor
amplitud y alcance. En la de 1863 se garantizó la inviolabilidad de la vida hu-
mana, se hizo un amplio desenvolvimiento de las libertades individuales otor-
gándose facultad para portar armas y municiones y hacer el comercio de ellas
en tiempo de paz (art. 15).
En la Constitución de la República de Colombia de 1886 se estatuyó que
"las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las
personas residentes en Colombia, en sus vidas, honra y bienes, y asegurar el
respeto recíproco de los derechos naturales, previniendo y castigando los de-
litos" (art. 19), fueron garantizados los demás derechos de la personalidad o
humanos, especialmente los de libertad, seguridad, igualdad, propiedad (arts.
18 y ss.)". La Constitución de 1991 los consagra de manera amplia en el títu-
lo 11 (ver numo x de este acápite).
IV. Los derechos del pueblo trabajador» explotado.-En 1918 se reali-
zó en la Unión Soviética la proclamación de los derechos del pueblo trabaja-
dor y explotado, cuya base consistió en la supresión de la explotación del
hombre por el hombre y la abolición de la división de la sociedad en clases. Bien
se ha dicho "que así como a la Revolución francesa le cupo el mérito de haber
liquidado el feudalismo y la aristocracia y de haber iniciado en el mundo la era

21 Para másdetalles sobre las diferentesproclamaciones de los derechoshumanosen las


distintas constitucionesde Colombia, cons. a MARCO GERARDO MONROY CABRA (ob, cit., págs.
216 y ss.).
456 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

del reconocimiento de los derechos civiles y políticos de la persona humana,


a la Revolución soviética le corresponde el mérito de haber iniciado la era del
reconocimiento de los derechos de carácter económico, social y cultural, esto
es, la reivindicación de todos los derechos del ser humano'F',
V. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
aprobada por la Novena Conferencia Internacional Americana de Bogotá
(abril de 1948).-Fue la primera declaración después de la segunda guerra
mundial. Fueron enunciados como derechos esenciales del hombre: la vida,
la libertad, la seguridad (art. 1); la igualdad sin distinción de raza, sexo, idio-
ma, credo (art.u); la protección a la honra, reputación y vida privada (art. v);
la inviolabilidad del domicilio (art. IX); la salud (art. xr); la educación (art. XII);
la participación en la vida cultural (art, xut); el trabajo y lajusta retribución (art.
XIV); el descanso (art, xv); la seguridad social (art. XVI); el derecho de reunión
y de asociación (arts. XII y XXII); la protección contra la detención arbitraria (art.
xxv); el derecho de asilo (art. XXVII). AlIado de los derechos humanos se in-
dicaron los deberes de toda persona (arts, XXIX a xxxvm).
VI. Los derechos humanos según la Asamblea General de las Naciones
Unidas.-Dentro del concierto mundial la más valiosa y completa declaración
de derechos de la personalidad o humanos ha sido la hecha por la Asamblea
General de las Naciones Unidas (ONU) en 1948. Esta declaración tiene un al-
cance universal si se tiene en cuenta que en su aprobación estuvieron represen-
tadas no solo las naciones individualistas, o sea las gobernadas por el sistema
de la propiedad capitalista o burguesa (EE. UU., Francia, Inglaterra, países
latinos, etc.), sino también los gobernados por el socialismo (URSS, China
comunista, etc.).
Esta declaración es una síntesis de las viejas declaraciones de los dere-
chos simplemente civiles y políticos y de las declaraciones de los derechos eco-
nómicos, sociales y culturales proclamados desde 1918 por las naciones so-
cialistas.
Esto ha dado motivo para una clasificación de los derechos humanos: los
denominados civiles y políticos, por una parte, y, por otra, los económicos, so-
ciales y culturales. La declaración de 1948 de las Naciones Unidas ha sido
completada por otras declaraciones y en su conjunto representan la enuncia-
ción de principios y orientaciones de carácter general. A la mencionada de-
claración han seguido los pactos internacionales sobre derechos humanos: uno
sobre los derechos civiles y políticos, y otro sobre los derechos económicos,
sociales y culturales, de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 16
de diciembre de 1966, que fueron aprobados por el Congreso de Colombia
mediante la ley 74 de 1968.

22 PEDRO PABLO CAMARGO, ob. cit., pág. 50.


LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 457

VII. La Constitución Política de 1886 y los derechos humanos.-En Co-


lombia no ha existido problema acerca del reconocimiento y protección de los
derechos humanos o de la personalidad por la Constitución y por el derecho
positivo.
El artículo 16 de la Constitución de 1886 decía: "Las autoridades de la
República están instituidas para proteger a las personas residentes en Colom-
bia, en sus vidas, honra y bienes, y para asegurar el eumplimiento ele los debe-
res sociales del Estado y ele los particulares". Esta reelaceión eorresponde al
acto legislativo número 1 ele 1936 y reemplazó la reelacción original elelartícu-
lo 19 ele la Constitución que elecía: "Las autorielaeles ele la República están
instituielas para proteger a todas las personas resielentes en Colombia, en sus
vielas, honra y bienes, y asegurar el respeto recíproco ele los elerechos natura-
les ... previendo y eastiganelo los elelitos". Esta expresión derechos naturales
le pareció un poco vaga al eonstituyente de 1936 y la suprimió. Otros textos
ele la Constitución garantizaban el elerecho a la libertad ele empresa (art. 32), ele
profesión u oficio (art. 39), ele enseñanza (art. 41), de prensa (art. 42), ele aso-
ciación (art. 44). Aelemás múltiples elisposiciones elelCóeligo Penal y del CÓ-
eligo Sustantivo del Trabajo protegen los elereehos humanos. A lo que elebe
agregarse que Colombia ha suscrito y aprobado las declaraciones americanas
de Bogotá (1948) Yele Costa Rica (1969), Ylas demás declaraciones univer-
sales ele los elerechos humanos o elela personalielael (ver Const. PoI. ele 1991 en
el numo x ele este acápite).
Vlll. La Constitución española de 1978 y los derechos humanos.-Una
completa y actual declaración ele los elerechos ele la personalidael o derechos
funelamentales se consagra en la Constitución ele España ele 1978.
a) El artículo la establece que la dignidael humana y el libre desenvolvi-
miento de la personalidael, son funelamento elel orelen político y ele la paz so-
cial. b) El artículo 14 garantiza el derecho a la igualdael sin discriminaeión
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión o cualquiera otra circuns-
tancia. De manera especial el artículo 32 establece la igualelael para el hombre
y la mujer en el matrimonio. c) La libertael en toelassus formas (ele pensamiento,
ele movimiento, elección de resielencia, de asociaeión) es garantizada por los
artículos 16, 17, 19,20,22 Yotros. el) El artículo 15 garantiza a toelos el dere-
cho a la vielay a la integrielad física y moral, sin que en ningún caso pueelan ser
sometielos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Igualmente
se suspenele la pena ele muerte, salvo en tiempo ele guerra. e) El artículo 18 "ga-
rantiza el elerecho al honor, a la intimielad personal y familiar ya la propia ima-
gen"; igualmente se establece la inviolabilidad ele domicilio, el secreto ele las
comunicaciones. Termina el artículo 18 estableeiendo que "la ley limitará el
uso ele la informática para garantizar el honor y la intimielad personal y fami-
liar ele los ciueladanos y el pleno ejercicio de sus derechos". f) El artículo 42
y siguientes garantizan los derechos económicos y sociales, especialmente: el
458 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

derecho a la protección de la salud (art. 43), el derecho a disfrutar de una vi-


vienda digna y adecuada (art. 47), el derecho a pensiones adecuadas para los
ciudadanos durante la tercera edad".
IX. Los derechos humanos en las constituciones socialistas .-La Cons-
titución de la extinguida Unión Soviética del 7 de octubre de 1977, expedida
con ocasión de cumplirse sesenta años de la revolución bolchevique, representó
un amplio desarrollo de la Declaración de los Derechos del Pueblo Trabaja-
dor y Explotado":
Según los artículos 34, 35 Y36 todo mundo es igual ante la ley; los hom-
bres y las mujeres tienen iguales derechos; todos tienen derecho al trabajo y al
descanso (arts. 40 y 41); se tiene derecho a la vida y a la salud (art. 42); todo
ciudadano tiene derecho a la asistencia médica en la vejez (art. 43); cada per-
sona tiene derecho a la vivienda (art. 44); igualmente se tiene derecho a la
cultura (arts. 45, 46, 47); se garantiza el derecho a la libertad (arts. 50, 51 Y52);
se ampara la intimidad y el secreto de la correspondencia (art. 56), etc.
La Constitución de la República Democrática Alemana (1968) enunciaba
como derechos humanos la igualdad (arts. 20 y 21), el derecho al voto (art. 22),
al trabajo (art. 24), a la cultura (arts. 25 y 26), a la libertad (arts, 27, 28 Y29),
a la inviolabilidad de la persona y la libertad (art. 30), a la salud (art. 35), a la
asistencia en la ancianidad (art. 36), a la vivienda (art. 37), etc.
En ambas constituciones y en las de los demás países socialistas, se enun-
cian y garantizan no solo los derechos políticos y civiles, sino de manera es-
peciallos derechos económicos y sociales.
X. La Constitución colombiana de 1991.-Esta Constitución cambió
fundamentalmente la concepción que tenía la de 1886 sobre la función del Es-
tado colombiano; consagra el Estado social de derecho, la descentralización,
la autonomía de las entidades territoriales, la democracia participativa, el res-
peto a la dignidad humana, los derechos fundamentales, sociales, económicos
y culturales y los colectivos y del ambiente, enmarcado todo, como lo estable-
ce el preámbulo, en la finalidad de asegurar a todos los colombianos "la vida,
la convivencia, el trabajo, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz,
dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden
político, económico y social justo".
Es tal vez una de las más pródigas y generosas en la enunciación de los
derechos de las personas -lo cual más que aspecto negativo, como lo han
señalado algunos, es un logro y un avance en defensa de la dignidad del hom-

23 Canso CASTÁN TOBEÑAS, t. 1, vol, 2°, págs. 374 y ss.


24 La nueva Constitución fue culminación de 18 años de trabajo y de cuatro meses de
discusiónpública, con la participación de 140 millonesde personas (PEDRO PABLO CAMARGO,
La nueva Constitución de ta URSS, Bogotá, Edil. Temis, 1978. pág. 1).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 459

bre colombiano-o Es también una de las que alejada dc la sola formulación


del derecho, consagra normas para su protección efectiva, acertada interpre-
tación y debida aplicación; pretende superar lo meramente formal y obtener
eficacia en su desarrollo".
El título u de la Constitución, siguiendo la clasificación que se ha hecho
de los derechos humanos como de primera, segunda y tercera generación, los
consagra con las siguientes denominaciones: derechos fundamentales, capítulo
1; sociales, económicos y culturales, capítulo u; y colectivos y del ambiente,
capítulo I1I.
Puede afirmarse entonces que para nuestra Constitución no existe dife-
rencia entre derechos humanos y derechos fundamentales; para la doctrina tam-
poco y así lo ha entendido el Consejo de Estado (ver sent, de 12 mayo 1992
transcrita en el supra, § 104); por consiguiente debe concluirse también que la
determinación de los derechos fundamentales no debe hacerse solo con base
en lo señalado en el capítulo 2, artículos 11 a 40, o en el artículo 85; hay otros
derechos inherentes a las personas que se encuentran en otros capítulos, por
ejemplo los derechos fundamentales de la niñez, el derecho a contraer matri-
monio, etc. La enunciación que hace la Constitución no es taxativa, ni le niega
el carácter a otros que no están constitucionalizados o no están contenidos en
los convenios internacionales vigentes (art. 94).
El carácter de derecho fundamental no lo determina el procedimiento o
la acción que se tenga para su protección. Que solo "son tutelables los dere-
chos fundamentales", no hace cierta la afirmación contraria: "solo son derechos
fundamentales los que pueden protegerse mediante la acción de tutela". Los
artículos 87, 88 Y89 consagran otras acciones (populares, de clase y de cum-
plimiento), que permiten la protección de los que siendo fundamentales no
tienen la acción preferente y sumaria (la de tutela).
Tampoco el carácter de derecho fundamental lo determina su exigibili-
dad, trátese de los que según el artículo 85 son de aplicación inmediata o de los
que no lo son y requieren un desarrollo legal; este término, "de aplicación inme-
diata", se ha prestado a confusión y puede pensarse que algunos derechos no
pueden ejercitarse, y otros sí, o que así se logra determinar el carácter de fun-
damental de un derecho. Ese no es el sentido, porque las normas constitucio-
nales empezaron a regir, todas, desde cuando se promulgó la Constitución; debe

25 En igual sentido KEITH ROSSEN: "Los intentos más ambiciosos de proteger los dere-

chos constitucionales de las personas los encontramos en las dos más recientes constitucio-
nes latinoamericanas: la colombiana dejulio de 1991 y la brasileña de octubre de 1988. Ambas
constituciones contienen numerosos derechos individuales y colectivos, muchos de los cua-
les son nuevos y controvertidos. Además, las dos constituciones incluyen de manera inten-
cionalla laboriosa creación de nuevos mecanismos procesales que tienen la finalidad de dar
fuerza a dichos derechos constitucionales" (La Carta de derechos, Santa Fe de Bogotá, Edil.
Ternis, 1993, pág. 1).
460 LAS PERSONAS FislCAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

entenderse, según lo ya dicho, que los derechos señalados en el artículo 85 se


aplican en forma directa y no requieren de leyes que los desarrollen, los otros
necesitan desarrollo legales, si no existe ley.

l.-Los derechos humanos civiles y políticos

§ 155.-EI derecho a la vida

El derecho actual reconoce como principales derechos humanos civiles


y políticos el derecho a la vida, a la salud; el derecho sobre el cuerpo humano y
sus partes integrantes (integridad corporal); el derecho a la libertad, a la igual-
dad, al honor civil (honra o reputación), a la vida privada y a la propia imagen.
El derecho a la vida sin duda es el más importante derecho humano o de
la personalidad. Su existencia comienza en el momento de la concepción y
termina con la muerte. Una definición de la vida no es necesaria, pues se trata
de un concepto elemental que se encuentra al alcance de todos. Cada ser hu-
mano tiene derecho a vivir, esto es, a existir en forma indefinida hasta que se
extinga la vida por causas naturales. El derecho a vivir se afirma no solo fren-
te a las demás personas, sino también frente al Estado; lo que se acentúa en forma
especial en los países que prohíben la pena de muerte, como sucede en Colom-
bia (Const, PoI., art. 29).
1. Protección a la vida.-El derecho a la vida se encuentra consagrado por
el artículo 11 de la Constitución, por el artículo 1 de la Declaración Americana
de Derechos de Bogotá de 1948 y por el artículo 3° de la Declaración Univer-
sal de Derechos Humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas de
1948.
El artículo 6° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
1966 (aprobado parla ley colombiana núm. 74 de 1966) dispone: "El derecho
a la vida es inherente a la persona humana. Nadie podrá ser privado de la vida
arbitrariamente", etc. En el mismo sentido el artículo 2° de la Con vencion
Europea para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Funda-
mentales suscrita en Roma e14 de noviembre de 1950 y el artículo 4° de la Con-
vención Americana de Derechos Humanos aprobada en San José de Costa Rica
en 1969.
La Constitución Política de 1991 consagra en el artículo lila intangibi-
lidad del derecho a la vida: "El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena
de muerte". Es este el derecho más fundamental de todos los derechos y sin el
cual los demás carecerían de sustrato; nadie, absolutamente nadie, ni los par-
ticulares ni el Estado, pueden disponer de él; ni los unos ni los otros pueden
aplicar la pena de muerte. En este sentido la Corte Constitucional en sentencia
T-645 de 1998 sostuvo que "el artículo 11 de la Const, PoI. consagra el dere-
cho a la vida como el de mayor connotación jurídico política, toda vez que se
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 461

erige en el presupuesto ontológico para el goce y ejecución de los demás de-


rechos constitucionales, ya que cualquier prerrogativa, facultad o poder en la
sociedad es consecuencia necesaria de la existencia humana".
El Código Penal sanciona enérgicamente a quien suprima la vida de otro
(arts. 103 y ss.); a quien induzca a otro al suicidio (art. 107); también se san-
ciona el homicidio por piedad (art. 106). Igualmente el causado sin intención,
pero mediante la culpa del actor, recibe sanción (art. 109). Los actuales orde-
namientos jurídicos del derecho penal sancionan también la eutanasia, la dolce
morte de que hablan los autores italianos, cuando es aconsejada o en ella inter-
viene un médico u otra persona".
No solo se protege la vida de los seres humanos nacidos, sino también la
de los simplemente concebidos (c. c., art. 91). Los artículos 122 y 123 del Có-
digo Penal sancionan el delito de aborto. Sin embargo, la Corte Constitucio-
nal en la sentencia C-355 de 2006, y sin perjuicio de que posteriormente el
legislador regule la materia, estableció los casos excepcionales, en los cuales
el aborto practicado con el consentimiento de la mujer no configura delito. (Ver
supra § 131-lv).
Posteriormente, en la sentencia T-585 de 22 de julio de 20 10la Corte Cons-
titucional consideró que la interrupción voluntaria del embarazo -IVE-, en
los casos previstos en la sentencia antes citada, C-355 de 2006, es un derecho
fundamental protegido por la Constitución de 1991 y el bloque de constitucio-
nalidad.
Igualmente, para garantizar el ejercicio pleno y efectivo de los derechos
del nasciturus, el legislador colombiano expidió la ley 1385 de 2010, con el
fin de "promover la prevención del consumo de alcohol de las mujeres en estado
de embarazo, con acciones afirmativas de prevención y educación" (art. l°).
Il. Derecho a la vida digna.-No puede entenderse el derecho fundamen-
tal a la vida aislado de las diversas manifestaciones del ser humano que lo hacen
un ser vivo social y funcional. Así, la Corte Constitucional en la sentencia T-
067 del 22 de febrero de 1994, sostuvo que "El concepto de vida que la Cons-
titución consagra no corresponde simplemente al aspecto biológico, que supon-
dría apenas la conservación de los signos vitales, sino que implica una
cualificación necesaria: la vida que el Estado debe preservar exige condicio-
nes dignas. De poco o nada sirve a la persona mantener la subsistencia si ella
no responde al mínimo que configura a un ser humano como tal. (...] La vida
del ser humano, entonces, es mucho más que el hálito mediante el cual se mani-
fiesta su supervivencia material. No puede equipararse a otras formas de vida,
pues agrega al mero concepto físico elementos espirituales que resultan esen-
ciales" .
IlI. El suicidio y el derecho a morirdignamente.-Del hecho de que todo
ser humano tenga derecho a la vida, no se deduce que tenga un poder de dispo-

26 C. GANG!, ob. cit., núm. 135.


462 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

sición sobre ella mediante el suicidio, pues se trata de un derecho de orden


público. Por tanto, el derecho a la vida, según se dijo, implica un correlativo
deber fundamental a cargo de toda persona: conservarla en las mejores condi-
ciones posibles. No tienen cabida en derecho actual aquellas concepciones
pesimistas, según las cuales la vida es siempre un mal y nunca un bien; en conse-
cuencia, cada cual tendría el derecho de suprimirla". En síntesis: los ordena-
mientos jurídicos actuales reconocen un derecho a vivir; en ningún caso, un
derecho a morir".
Distinto del suicidio es el derecho a morir dignamente. La protección de
la vida como sustrato de los demás derechos fundamentales es preponderante;
sin embargo, no puede entenderse de manera absoluta; la vida humana no se
circunscribe únicamente a la mera existencia; y para que esta perdure, no puede
ser sometida a procedimientos que busquen su prolongación injustificada (dis-
tanasia). La dignidad humana, exige también el derecho a morir dignamente.
La Corte Constitucional se pronunció sobre el derecho a morir de mane-
ra digna así: "si la manera en que los individuos ven la muerte refleja sus pro-
pias convicciones, ellos no pueden ser forzados a continuar viviendo cuando,
por las circunstancias extremas en que se encuentran, no lo estiman deseable
ni compatible con su propia dignidad, con el argumento inadmisible de que una
mayoría lo juzga un imperativo religioso o moral. De nadie puede el Estado
demandar conductas heroicas, menos aún si el fundamento de ellas está ads-
crito a una creencia religiosa o a una actitud moral que, bajo un sistema plu-
ralista, solo puede revestir el carácter de una opción. Nada tan cruel como
obligar a una persona a subsistir en medio de padecimientos oprobiosos, en
nombre de creencias ajenas, así una inmensa mayoría de la población las es-
time intangibles. Porque, precisamente, la filosofía que informa la Carta se cifra
en su propósito de erradicar la crueldad. Desde una perspectiva pluralista no
puede afirmarse el deber absoluto de vivir. Quien vive como obligatoria una
conducta, en función de sus creencias religiosas o morales, no puede preten-
der que ella se haga coercitivamente exigible a todos; solo que a él se le per-
mita vivir su vida moral plena y actuar en función de ella sin interferencias.
Además, si el respeto a la dignidad humana, irradia el ordenamiento, es claro
que la vida no puede verse simplemente como algo sagrado, hasta el punto de
desconocer la situación real en la que se encuentra el individuo y su posición
frente el valor de la vida para sí. En palabras de esta Corte: el derecho a la vida
no puede reducirse a la mera subsistencia, sino que implica el vivir adecuada-
mente en condiciones de dignidad" (sent. C-239 de 1997).

27 C. GANGI, ob. CiL, núm. 137.


28 Sin embargo, en más de una ocasión se ha defendido el derecho al suicidio. "Los
estoicos consideraban como algo superior en el hombre quitarse la vida: ladefendía SÉNECA,
y, modernamente, Sct-IOPENHAUER ha sostenido la plenalibertad del suicidio. Enciertasépo-
cas, el suicidio ha sido respetado y admirado, y no han sido pocos los escritores que han
enaltecido al suicida.,," (BORREL MACIÁ, La persona humana. ed. cít., págs. 34 y 35).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 463

IV, Reparación civil,-Quien suprime a otro la vida, fuera de las sancio-


nes penales, puede incurrir en sanciones civiles, sobre todo cuando el muerto
ayudaba económicamente a otras personas (por ejemplo, el padre que alimen-
ta y educa a sus hijos); en este caso, el homicida será condenado a suministrar
a quienes dependían económicamente la misma ayuda que el muerto les sumi-
nistraba; además debe indemnizar el daño moral subjetivo (sobre estos aspec-
tos consultar el tomo 1II, De las obligaciones),

§ 156,-Derecho sobre el cuerpo humano y su integridad

No es objeto de discusión el que las personas tienen un derecho sobre su


cuerpo, de la misma manera que lo tienen sobre su vida; y que este derecho se
revela en que el cuerpo de cada persona, especialmente en su integridad, es
protegido por el orden jurídico contra los atentados de los demás, así como con-
tra los atentados que provienen del propio titular de ese derecho, Sin embargo,
algunos autores trataron de configurar el derecho sobre el cuerpo con el mis-
mo criterio con que se estructura el derecho de propiedad sobre las cosas de la
naturaleza,
Este punto de vista es criticable, El derecho de propiedad privada y de-
más derechos reales se ejerce sobre las cosas no libres de la naturaleza, Es
verdad que cada ser humano, en virtud de su existencia corpórea, es naturale-
za, pero naturaleza dotada de voluntad y libertad, El cuerpo humano no es cosa
en sentido estrictamente jurídico, De ahí que la definición de cosa que nos
presentan los autores como "partes de la naturaleza no libre y dominable que
rodea al hombre", sea correcta".
El derecho sobre el cuerpo es un derecho humano o de la personalidad;
es absurdo al respecto recurrir a la teoría de los derechos reales, El derecho en
forma unánime considera el cuerpo y sus energías como un substrato de la per-
sonalidad, en manera alguna como objeto de derechos reales". Es objeto de
un derecho de la personalidad pero en ningún caso se asimila a una cosa,
El derecho humano o de la personalidad sobre el euerpo se manifiesta en
diversos aspectos a saber: a) nadie puede ser eoaecionado en su integridad cor-
poral; b) los atentados contra la integridad corporal son punibles penal yeivil-
mente; e) nadie puede ser torturado; d) la persona no puede disponer de su

29 Cons. ENNECCERUS-NlPPERDEY, ob. cit., § 114-11.


30 Cons. SClALOJA (libro3°, Della proprietá. comento al arto 810); OERTMANN, ob. cit., pág.
142; M. ROTONOl, ob. cit., núm. 109.Según OERTMANN, nopuedeconsiderarse al hombre como
propietario de su cuerpo: "falta aquí un objeto susceptible de apropiación, y no porque el
substrato jurídico esté más alejado, sino precisamente por estar más cerca del sujeto que
cualquiera de los objetos de propiedad" (Introduccián.: pág. 142), En el mismo sentido, Az-
ZARITl-MARTíNEZ y AZZARlTl, ob. cit.. t. 1, pág. 223.
464 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERAOAS

cuerpo, salvo en relación con ciertos negocios que no afecten en forma pcrma-
nente la integridad física, ni sean contrarios al orden público y a las buenas cos-
tumbres; e) disposición posible sobre el cuerpo humano muerto (cadáver),
I. Nadie puede ser coaccionado en su integridad corpora/.-Se encuen-
tra prohibida toda clase de coacción ilegítima sobre el cuerpo; por tanto, los
actos realizados sobre el cuerpo solo pueden llevarse a cabo con el consenti-
miento del interesado o de sus legítimos representantes.
a) Las operaciones quirúrgicas que se efectúan sobre el cuerpo vivo de
las personas, son lícitas siempre que intervenga el consentimiento del pacien-
te o de sus legítimos representantes". Sin embargo, este punto requiere algu-
nas aclaraciones. Si la persona se halla inconsciente y la ciencia médica acon-
seja una urgente intervención quirúrgica, ¿podrá proceder el médico sin el
consentimiento del interesado?
El hombre que no puede emitir una declaración de voluntad, se encuen-
tra en "estado de necesidad", y es de presumir que las personas emiten una
voluntad en el sentido más favorable a la conservación de su vida; de hecho,
las costumbres autorizan la intervención inmediata de los médicos o cirujanos
en casos semejantes. Es más: puede comprometerse la responsabilidad del
médico por negligencia o abstención, cuando de ello se sigue grave daño a la
persona".
Sin embargo, la regla enunciada no es absoluta. Una intervención sobre
el cuerpo humano puede realizarse contra la voluntad de las personas cuando
intereses superiores del orden público así lo exigen. Por ejemplo, en la mayor
parte de los países la vacunación es obligatoria y puede efectuarse mediante
la coacción. El orden jurídico protege el cuerpo humano contra toda suerte de
coacción; no obstante, la sociedad tiene interés en reprimir aquellas enferme-
dades que, en razón de su contaminación, pueden causar graves perjuicios a
los demás. Por tanto, cuando una persona por capricho, ignorancia o extrema
excitabilidad o ansiedad rechaza su curación, es legítima, entonces, la inter-
vención forzada de los médicos debidamente autorizada por los jueces, a fin
de atacar las enfermedades infectocontagíosas, No existe el derecho de vivir
enfermo, ni menos de perjudicar a los demás.
Debe ser aprobada la tesis de CARNELUTTI, quien afirma que si una opera-
ción es necesaria para salvar la vida, el cirujano debe practicarla aun contra el
consentimiento del paciente, "porque la vida del hombre tiene interés no solo
para él sino también para la sociedad y el Estado'?',
b) Debe igualmente mediar el consentimiento para los reconocimientos
médicos y para ciertas curaciones. En un juicio de investigación de paterni-

n Cons. A. OROAZ, ob. cit., pág. 140; J. CARBONNIER, ob. cit., t. 1, pág. 218.
32 C. GANGI, ob. cit., núm. 138.
33 Canso en C. GANO!, ob. cit., pág. 138.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 465

dad extramatrimonial, no puede obligarse al pretendido padre a que permita la


extracción de su sangre para un examen de los grupos sanguíneos". En prin-
cipio se establece que a nadie puede extraerse sangre sin su consentimiento para
realizar una transfusión de la misma; no obstante, si coactivamente se extraje-
re sangre a una persona para evitar un mal mayor, nos encontraríamos ante un
caso de estado de necesidad y el autor quedaría exento de toda responsabili-
dad". Tampoco pueden ordenarse reconocimientos judiciales para compro-
bar el embarazo de una mujer, aunque se tema suposición, ocultación o supre-
sión de parto".
11. Atentados contra la integridad corporal.-El Código Penal sanciona
las lesiones causadas al cuerpo humano (arts. 111 y ss.). También el derecho
civil ordena reparar mediante indemnización pecuniaria cualquier daño a la
integridad corporal. La incapacidad para el trabajo, transitoria o permanente,
se traduce en un empobrecimiento que debe ser reparado por el autor del daño.
En primer término, debe resarcirse lo que el damnificado deja de ganar a con-
secuencia del daño, así como los gastos de curación; en segundo lugar, ellla-
mado daño moral subjetivo, o sea, el pretium doloris, que consiste en el precio
del dolor físico sufrido por la víctima y el dolor moral a causa de la desfigura-
ción o mutilación, en tercer lugar el perjuicio fisiológico o daño de la vida de
relación (más detalles, en el t. 1Il, De las obligaciones).
Como procedimientos mutilatorios se han considerado las penas de cas-
tración y de esterilización que fueron aprobadas en el Congreso Penitenciario
de Berlín en 1935. Fueron suprimidas al derrumbarse el régimen nacionalso-
cialista por la Comisión aliada de control en 1945 37 .
111. Nadie puede ser torturado, ni sometido a tratos inhumanos o degra-
dantes.-El artículo 5° de la Declaración Universal de Derechos Humanos de
1948 dispone: "Nadie puede ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes". El párrafo final del artículo xxv de la Declaración
Americana de Derechos de Bogotá dispuso: "Todo individuo tiene derecho
también a un tratamiento humano durante la privación de su libertad". En el
mismo sentido el artículo 7" del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 1966, el artículo 3° de la Convención Europea para la Protección
de los Derechos Humanos de 1950 y el artículo 5° de la Convención America-
na sobre Derechos Humanos de Costa Rica de 1969.
El artículo 12 de la Constitución consagra este fundamental derecho:
"nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crue-
les, inhumanos o degradantes".

:14 ORGAZ, ob. cit., pág. 141; J. CARBONNIER. t. l. pág. 128.


35 ORGAZ, ibidem,
", ORGAZ, ob. cit., pág. 141.
37 Cons, 1. VARECA FEUOO, ob. cit., pág. 131, núm. 7.
466 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

La desaparición forzada de una persona es una actuación de hecho que lo


priva de manera irregular del derecho a la libertad, del derecho a circular li-
bremente; generalmente concluye con la pérdida de la vida del desaparecido.
La pena es cruel cuando no existe proporción con el delito cometido y su
única finalidad es la de causar dolor o aflicción. Lo inhumano y lo cruel alu-
den a la intención de causar en quienes los padecen, sufrimientos físicos o
mentales graves que carecen de justificación o de razonabilidad; la degrada-
ción es lo que priva a una persona de su condición normal de vida, rango, re-
putación e incluso creencias, y que no está acorde con la sanción judicial ins-
pirada en los principios de respeto a la dignidad humana. Estas conductas se
caracterizan por el abuso en la sanción o en el trato y en la finalidad de causar
agravio injustificado de carácter corporal o psíq uico; pueden ser cometidas por
los mismos particulares, en especial por quienes ejercen alguna autoridad o
potestad sobre otros, como por ejemplo, los padres o los profesores o el em-
pleador, etc.
El Código Penal sanciona con prisión de ciento sesenta (160) a trescien-
tos sesenta (360) meses a quien, con ocasión del conflicto armado, someta a
otro a tortura física o moral (art. 137).
La tortura consiste en constreñir a una persona mediante largos interro-
gatorios o mediante tormentos físicos o psicológicos, a fin de producir un des-
fallecimiento de su mente, para que haga una confesión o una declaración.
En los tiempos antiguos se estimó que la tortura era el medio más idóneo
para obtener la confesión de un delito por el torturado. Las Siete Partidas (tít.
30, parto 7) contemplaron dos clases de torturas: la de abrir heridas con azotes
y la de colgar al reo de los brazos, cargándole en las espaldas y piernas alguna
cosa pesada:". En Francia y otros países europeos se empleó el calabozo, o sea
un local totalmente aislado para provocar la confesión del delito". Los roma-
nos emplearon la tortura contra los esclavos. Esta desapareció durante algún
tiempo, pero resurgió en los tribunales eclesiásticos e invadió de nuevo a toda
Europa, habiéndose abusado de ella mediante la utilización de tenazas, cuer-
das, clavos y otros inventos crueles".

38 Cons, ESCRICHE, Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia, voz Tormen-


to, París-México, 1925.
39F. CARRARI\ (Programa de derecho criminal, voL 11, § 898, trad. de José J. Ortega Torres
y Jorge Guerrero, Bogotá, Edit. Ternis, 1973), refiriéndose a la tortura del calabozo expone
el caso de Rosario Dulce, acusada de parricidio, que, cansada del calabozo, que se había
convertido para ella en algo másterrible quela muerte, se confesó culpable del parricidio, Más
tarde fueron descubiertos los verdaderos asesinos, 10 que dio lugar a que se la declarara ino-
cente en 1862.
40 CARRARA, ob. cit., vol. 11, § 930.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 467

Los resultados de la tortura dependen del valor o del temple de los ner-
vios del reo. Personas débiles pueden llegar hasta confesar delitos que no han
cometido; y personas frías y adiestradas jamás confesarán el delito".
Como todavía persiste en la mente de muchos instructores y juzgadores
la idea de que es necesario obtener la prueba del delito aun acudiendo a toda
clase de artificios, incluyendo la tortura, la moderna cultura jurídica la conde-
na en forma absoluta; de ahí que los hombres civilizados del tiempo presente
proclamen la protección del cuerpo eontra toda clase de torturas.
IV. Facultades de disposicián sobre el propio cuerpo.-En general, una
persona no puede realizar actos de disposición de su propio cuerpo en favor de
otros. La abolición de la esclavitud tuvo por finalidad suprimir las antiguas
cargas reales que se ejercían sobre los cuerpos humanos. Ciertamente, nadie
puede disponer de su cuerpo, considerado en su totalidad, en favor de otro;
empero, la costumbre actual de las naciones civilizadas no puede condenar en
forma absoluta ciertos negocios jurídicos que reeaen apenas sobre alguna de
las partes integrantes del cuerpo, cuando mediante esos negocios no se lesiona
la integridad corporal, ni la salud, ni se causa una lesión permanente a la eapa-
cidad de trabajo, y cuando, además, se persiguen fines no prohibidos por las
buenas costumbres.
En este sentido se mueve la doctrina de los actuales civilistas. Ellegis-
lador italiano de 1942 lo comprendió así al redactar el artículo 52 del nuevo
Código Civil, el cual prescribe que los negocios jurídicos que recaen sobre el
cuerpo están prohibidos cuando ocasionan una disminución permanente de la
integridad física, o cuando de otro modo son contrarios a las leyes, al orden
público o a las buenas costumbres".
1) Una primera categoría de contratos recae sobre partes integrantes del
cuerpo que tienen la virtud de reproducirse, como sucede con la sangre. Se trata
de contratos sobre frutos orgánicos del cuerpo, y son válidos con la condición
de que no produzcan menoscabo en la salud o en la integridad física. Pueden
mencionarse los siguientes:
a) El contrato de lactancia, en virtud del cual una mujer vende o dona leche
de su cuerpo para alimentar al niño de otra mujer"; el artículo 2048 del Códi-

41 Sobre este particular es ilustrativo lo que nos dice CARRARA: "Es un hecho histórico

que un capitán de bandoleros acostumbraba a sus hombres a la tortura, como se acostumbra


unohoya los ejercicios militares, para que pudieran soportarla al caeren manos de la justi-
cia" (ob. cit., vol. u, § 942, nota 3).
42 Cons, los trabajos preparatorios de dicho texto legal, en PANDOLFELLJ, SCARPELLO,
STELLA, RlcHTER, DALLARI, Codice Cívíle. t. 1, Milano, 1940, págs. 61 y ss. Además, AZZARITI,
etc., ob. cit., t. 1, págs. 220 y SS., núrns. 146 y SS.; MESSlNEO, ob. cit., t. 1, págs. 393 y ss.; G.
DE SEMO, ob. cit., núm. 226; ROTONDI, ob. cit., núm. 109; C. GANGI, ob. cit., núrns. 140 y ss.
43 El contrato de lactancia tiene orígenes muy antiguos y fue previsto y reglamentado
porel derecho romano; nofueextraño anuestro CódigoCivil (art, 2048). Según BORREL MACIÁ.
es un contrato de suministro (ob, cit., núm. 31).
468 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

go Civil previó este contrato con unas obligaciones de exigibilidad y perma-


nencia violatorias de todo derecho fundamental. Si en la prestación de este
servicio se configuran los elementos de todo contrato de trabajo, su regulación
ya no es civil sino del derecho laboral.
b) Los contratos de transfusión de sangre para fines humanitarios y que
pueden ser onerosos o gratuitos".
c) La venta o donación de los cabellos".
d) La venta o donación que el hombre hace de su semen para la fecunda-
ción o inseminación artificial de la mujer" o las mujeres de sus óvulos. En
cuanto a la condición jurídica de los hijos habidos mediante inseminación
artificial, es necesario tener en cuenta: 1°) Los hijos provenientes del semen
del marido son matrimoniales. Al respecto se cita que durante la última guerra
mundial, soldados americanos mandaban líquido seminal a sus mujeres de Amé-
rica para ser fecundadas; en esta forma, en 1945 nacieron 20.000 seres huma-
nos que la Corte Suprema de Nueva York declaró Iegítimos". 2°)Los hijos pro-
venientes de semen de un hombre que no es el marido, pero con autorización
de este, son hijos matrimoniales, pues el marido asumió la paternidad; si no
medió autorización podrán ser impugnados".
La Corte Constitucional se pronunció sobre el alquiler de vientre o útero
(llamado también maternidad subrogada o maternidad de sustitución), técnica
que se utiliza para la reproducción asistida, y se define como el acto en virtud

44 Los contratos de venta de sangre se han generalizado en estos últimos tiempos, dada

la circunstancia de que puede conservarse en laboratorios. "Por esto, advierte BORREL MACIÁ,
el derecho no puede prohibir la enajenación de sangre cuando no perjudica a la persona que
la otorga" (ob. cit., núm. 30).
45 ROTONOI, dice que "China fue hace tiempo la proveedora de cabellos naturales a los
almacenes de alta costura para los vestidos de las elegantes señoras europeas" (ob. cit., núm.
109).
41; La inseminación artificial se practica en los animales desde 1322 y ha dado como
resultado el mejoramiento de las razas. Hoy día se la extiende a la raza humana. La aplicación
de la inseminación al ser humano es defendida y atacada; produce mejores hombres, se dice.
El laboratorio selecciona el semen, pues solo se injertan células sanas y robustas en ovarios
que reúnan las mismas condiciones. Otros, en cambio, sostienen que estos métodos atacan la
institución de la familia y se pronuncian con cierto desprecio contra lo que llaman "niños de
laboratorio", "niños de tubo de ensayo", "niños de jeringa". (Cons. BORREe MACIA, ob. cit.,
núm. 32).
47 Cons. BORREL MACIÁ, ob. cit., núm. 32.
48 Desde el punto de vista de la Iglesia Católica, debe tenerse en cuenta que el Papa Pío
XII, con motivo del Cuarto Congreso Internacional de Médicos Católicos, declaró: a) "la fe-
cundación artificial fuera de matrimonio ha de condenarse pura y simplemente como inmo-
ral. .. ; b) la fecundación artificial en matrimonio, pero producida por el elemento activo de un
tercero, es igualmente inmoral...;
e) solo los esposos tienen un derecho recíproco sobre sus cuerpos para engendrar una
vida nueva, pero el elemento activo no puede jamás ser procurado ilícitamente por actos contra
la naturaleza" (cons, en BORREL MACIA, ob cit., núm. 32).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 469

del cual "se genera el nacimiento de un niño gestado por una mujer sujeta a un
pacto o compromiso mediante el cual debe ceder todos los derechos sobre el
recién nacido a favor de otra mujer que figurará como madre de este". La Corte
señaló que aunque este tipo de contratos no está prohibido por la ley, y es urgente
su regulación, con el fin de evitar "la mediación lucrativa entre las partes que
llegan a un acuerdo o convenio de este típo; la desprotección de los derechos
e intereses del recién nacido; los actos de disposición del propio cuerpo con-
trarios a la ley; y los grandes conflictos que se originan cuando surgen desacuer-
dos entre las partes involucradas" (sent. T-968 de 2009).
2) Una segunda categoría de contratos recae sobre órganos o partes inte-
grantes del cuerpo no susceptibles de reproducirse. La validez de estos con-
tratos es discutible. El notable progreso de la ciencia médica en estos últímos
años, demuestra la posibilidad de separar órganos vivos para injertarlos o tras-
plantarlos a otro cuerpo humano, sin que pierdan su capacidad vital.
a) ¿Tiene validez jurídica la donación o venta de un ojo humano para evitar
la ceguera de una persona? A los autores del nuevo Código italiano de 1942 se
les presentó el problema de la validez o invalidez jurídica de la donación que
un padre hizo de uno de sus ojos para salvar de la ceguera a su hija, pero guar-
daron prudente silencio sobre el particular". Otro caso bien conocido fue el
llamamiento del hospital "Ekita" de Tokio, en petición de ojos para realizar
operaciones de trasplante de córneas. Por cada una se pagaban 1.000 dólares,
y muchas personas "en plena vida ofrecían la vista de uno de sus ojos por 1.000
dólares". BORREL MACIÁ dice que estos actos en sí son legítimos y no pueden
ser prohibidos por la ley. Pero en caso que el vendedor o donante se arrepienta
del contrato celebrado, no puede ser constreñido a cumplir lo pactado, pues
repugna que por la fuerza pública sea conducido el deudor incumplido "ante
una sala de operaciones donde se le extraigan los ojos'?".
b) ¿Puede el hombre ceder lícitamente una de sus glándulas sexuales sanas
para salvar de la esterilidad a otro hombre, o una mujer permitírque uno de sus
ovarios se separe de su cuerpo y se injerte en el de otra para hacerla fecunda?
A este respecto, debe recordarse el caso fallado por la Corte Suprema de Roma
el 31 de enero de 1934: Un hombre decadente en su capacidad generatíva,
mediante el pago de 10.000 liras obtuvo que otra persona se dejara extraer uno
de sus testículos para la práctica del injerto VoronoV. Un médico practicó las
operaciones correspondientes, y en la causa que se le siguió se dictó sentencia
absolutoria, "fundándola en que había cometido el hecho con consentimien-
to del lesionado, y declara la disponibilidad del derecho a la integridad corpo-
ral mientras no se deri ve un perjuicio o mutilación irreparable":".

'19 Cons, PANDOLF8LLI, etc., ob. cit. t. 1, pág. 62.


50 BORREL MACIÁ, ob. cit., núm. 29.
51 Cons. en BORRI3L MACíA, ob. cit., núm. 29. Según ORGAZ, la solución dada por los
tribunales italianos al caso referido "choca además, con el sentimiento derespeto ala persona
470 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

c) ¿Puede cederse un riñón y prolongar la vida de otro ser humano? A este


respecto se cita el caso de la señora Renard, la madre que se desprendió de uno
de sus riñones para que fuera injertado a su hijo Mario. "La ley, que está acos-
tumbrada a regular tantas acciones, producto del egoísmo de los hombres, se
encuentra desplazada para aquilatar e intervenir en los actos heroicos en los que
es el amor el que les da vida"52.
d) ¿Puede cederse la epidermis para mejorar la piel de otro o evitarle una
desfiguración facial? En general, los autores italianos consideran líci tos esos
contratos a condición de que no se produzca una desfiguración".
Debe repararse que en los casos seleccionados se produce, por una parte,
un perjuicio a la persona que tolera que partes de su cuerpo sean injertadas a
otra persona, y, por otra, se trata de producir un beneficio en el cuerpo de otra
persona. Algunos autores, influidos por una exagerada concepción de protec-
ción, critican cualquier cesión de partes integrantes del cuerpo, especialmente
de las no sujetas a reproducción, en nombre de la moral y de la cultura; otros
autores la toleran o guardan silencio sobre el particular.
En forma unánime se critica cualquier experimento sobre el cuerpo o
cesión de sus partes integrantes, cuando no se persiguen fines humanitarios,
sino fines diferentes. Así, los juristas actuales desaprueban el célebre caso traído
por SHAKESPEARE en su drama El mercader de Venecia, en que Antonio afian-
za una deuda dando en prenda una libra de su propio cuerpo.
3) Es natural que no pueden ser objeto de negocios jurídicos aquellas partes
anatómicas artificiales del cuerpo humano; por ejemplo, un inválido no puede
entregar en prenda una de sus muletas".
4) No obstante lo expuesto, en ningún caso puede asimilarse el cuerpo
humano vivo a una cosa sobre la cual puedan existir derechos de otros. El cuer-
po humano sigue siendo el substrato de la personalidad y el fin de esta es domi-
nar con su voluntad sobre la naturaleza no libre. Deben considerarse lícitas las
donaciones que no generen mutilación, pérdida de una función o de un órgano
y siempre y cuando se haga por personas capaces.
V. El cuerpo humano muerto (cadáver).-EI cadáver debe considerarse
como una cosa no comercial, pero sí de valor social-familiar, sujeto a un régi-

humana: esta no puedeser utilizadacomo instrumento de servicio de otro y mucho menos por
un precio" (ob. cit., pág. 144, nota 16). MESSINEO considera ilícito el acto de trasplantación de
glándulas sexuales, pues se produceunadisminución permanente de la integridad física (ob.
cit., t. 1, pág. 304). AZZARITI, etc. (ob. cit., t. 1, 222), en cambio, hablan de la licitud de la tras-
plantación de glándulas sexuales, si tiene por objeto ayudar a la salud de otro.
52 BORRELMACÍA, ob. cit., núm. 29.

53 G. DE SEMO, ob. cit., núm.227, AZZARITI, etc., ob. cit., t. 1, pág. 221; MESSINEO, ob. cit.,
t. 1, pág. 394.
54 BORREL MACíA, ob. cit., núm. 41.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 471

men especial y único de protección. Otros lo consideran como una "cosa sin
dueño, no susceptible de apropiación privada'?", y para otros es una cosa sus-
ceptible de apropiación, pero sometido a un régimen especial". Esta tesis me-
rece las siguientes aclaraciones:
a) Los herederos son propietarios del cadáver del causante, pero tienen
un poder de disposición limitado: "hacerle un entierro adecuado, determinar
el epitafio y excluir las intromisiones de los que no tienen derecho"!'.
Se discute si los herederos pueden disponer del cadáver para fines cien-
tíficos. Según OERTMANN "los herederos, a pesar de la propiedad que sobre el
cadáver cabe reconocerles, no pueden, por regla general, disponer de él ni aun
para fines científicos"". ENNECCERUS, en cambio, enseña que son admisibles
los contratos gratuitos sobre el cadáver; pero, según "la opinión dominante, un
contrato oneroso de semejante contenido, habrá de considerarse nulo como
contrario a las buenas costumbres'?".
b) La persona puede en vida disponer de su cadáver por causa de muerte:
lugar donde debe enterrarse o incinerarse, donación para fines de investigación
científica, etcétera. Igualmente se estima válido el contrato en virtud del cual
se destina el cadáver a un instituto de investigación, a cambio de una remune-
ración'",
e) Si el cadáver humano carece de propietario, es decir, si los herederos
no lo reclaman, una costumbre muy extendida enseña que debe mirarse como
res nullius, y pueden tomarlo los institutos de investigación científica para sus
estudios o experimentos. En la legislación colombiana la donación se presu-
me (ley 73 de 1988, art. 2° y decrs. 1546 de 1998 y 2493 de 2004).

§ 156 bis.-Legislación sobre trasplantes

La cuestión relativa a los trasplantes, con fines terapéuticos, de compo-


nentes anatómicos en una persona provenientes del mismo receptor, o de otro
organismo, vivo o muerto, ha tomado gran importancia en los últimos años en
Colombia. Esto explica que exista una amplia reglamentación de esta materia

55 LEHMANN, ob. cit., pág. 279. Según K1PP, "el cadáver no es cosa, cuyapropiedad pue-
da trasmitirse a los herederos, sino un residuo de la personalidad" (Das Erbrecht, §§ 1~1I).
56 ÜERTMANN, Introducción ..., pág. 168.

57 ENNECCERUS~NIPPERDEY, ob. cit., § 114, nota8. Negocios sobre el cadáver diferentes


de losenunciados, son ilícitos. "La personalidad del hombre exigerespeto aundespués desu
muerte".
58 Introducción ..., pág. 124.
59 Ob. cít., § 114, nota 8.
60 OERTMANN, Introducción .. , págs. 142 Y 143.
472 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

contenida en la ley 9' de 1979 (arts, 515 a 547), adicionada por la ley 73 de 1988,
reglamentadas porlos decretos 1546 de 1998 y 2493 de 2004 61•
1. Definiciones.-EI decreto 2493 de 2004, establece que son componen-
tes anatómicos los órganos, tejidos, células y, en general, todas las partes vi-
vas que constituyen el organismo humano. Donante es la persona a la que
durante su vida o después de su muerte, por su expresa voluntad o por la de sus
deudos, se le extraen componentes anatómicos con el fin de utilizarlos para
trasplante o implante en otra persona, con objetivos terapéuticos, y receptor la
persona en cuyo cuerpo se trasplantan o implantan componentes anatómicos.
Son órganos simétricos o pares, los situados a ambos lados del plano medio
sagital del cuerpo que tienen funciones iguales. Denomínase trasplante uni-
personal o autoinjerto el reemplazo de componentes anatómicos de una per-
sona, por otros provenientes de su mismo organismo. Se denomina cadáver el
cuerpo de una persona en el cual se ha producido la muerte encefálica (decr.
1546 de 1998, art. 20 ) .
n. Características de los trasplantes .-La legislación colombiana en esta
materia se rige por las siguientes reglas:
1) La donación se presume; el artículo 19 del decreto 2493 señala: "Pre-
sunción legal de donación. De conformidad con el artículo 20 de la ley 73 de
1988, la donación se presume cuando una persona durante su vida se haya abs-
tenido de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extrai-
gan componentes anatómicos después de su fallecimiento y si dentro de las seis
(6) horas siguientes a la ocurrencia de la muerte encefálica o antes de la inicia-
ción de una necropsia, sus deudos no acreditan su condición de tales ni expre-
san su oposición en el mismo sentido".
Con el fin de asegurar, en ausencia de declaración de voluntad de la per-
sona fallecida, el ejercicio efectivo del derecho de los familiares a oponerse a
la extracción de órganos o componentes anatómicos con fines de donación y
trasplante, la Corte Constitucional consideró que "a) el término para oponerse
será mínimo de seis (6) horas y solo cuando la necropsia haya sido previamen-
te ordenada, se extenderá hasta antes de su iniciación; y b) el médico respon-
sable debe informar oportunamente a los deudos presentes sus derechos en
virtud del artículo 2° de la ley 73 de 1988, sin perjuicio de la obligación del
Estado colombiano de realizar campañas masivas de información y divulga-
ción sobre el contenido de la ley" (sent, C-933 de 2007). Si expresó su volun-
tad de donación, esta solo puede ser revocada por ella misma y no podrá ser
sustituida después de su muerte por los deudos.

61 España promulgó la ley del 27 de octubre de 1979 sobre extracción y trasplante de

órganos, desarrollada porel real decreto de 22 de febrero de 1980 (CASTÁN TOBEÑAS, t. 1, vol.
2', págs. 385 y ss.).
L.OS DERECHOS DE L.A PERSONAl.IDAD O DERECHOS HUMANOS 473

2) La donación debe hacerse a título gratuito; está prohibida cualquier


retribución o compensación por los órganos o componentes anatómicos (ley
73 de 1988, art, 7°, decr. 2493 de 2004, art. 15).
3) La extracción y utilización de órganos y demás componentes anatómi-
cos solo puede hacerse en los casos y bajo los procedimientos señalados en la
ley (decr. 2493, arts. 21 a 25).
4) El donante vivo debe ser mayor de edad, civilmente capaz, en pleno
goce de sus facultades mentales; si es mujer no debe encontrarse en estado de
embarazo; debe tener un buen estado de salud certificado por un médico dis-
tinto a quien le vaya a efectuar el trasplante o extracción y no padecer de en-
fermedad que pueda ser agravada con la extracción (decr. 2493, art. 16).
5) Igualmente se requiere del consentimiento informado, expresado me-
diante declaración juramentada ante notario, emitido con una antelación mí-
nima de 24 horas entre la firma del documento y la intervención, y que previa-
mente se le haya advertido "sobre la imposibilidad de conocer con certeza la
totalidad de los riesgos que pueden generarse dentro del procedimiento, por
la ocurrencia de situaciones imprevisibles" (decr. 2493, art. 16).
Para que el consentimiento se considere informado debe habérsele dado
conocimiento sobre "las consecuencias de su decisión, en cuanto puedan ser
previsibles desde el punto de vista somático y psicológico y sobre las eventua-
les repercusiones que la donación pueda tener sobre su vida personal, familiar
y profesional, así como de los beneficios que con el trasplante se esperan para
el receptor" (idem.). Ese consentimiento es revocable en cualquier tiempo, en
forma total o parcial, antes de la ablación, la donación de órganos o compo-
nentes anatómicos, con el mismo procedimiento. También debe obtenerse
concepto favorable del comité institucional de bioética o de ética hospitalaria
y debe garantizarse la asistencia precisa para su restablecimiento.
6) El donante vivo puede donar solo uno o parte de los órganos simétri-
cos pares o solo de parte de un órgano asimétrico o de médula ósea, para su tras-
plante o implantación inmediata.
7) En donante vivo menor de edad y mujer en estado de embarazo, la dona-
ción solo procederá para la obtención de células progenitoras, previo consen-
timicnto informado de sus representantes legales cuando sea del caso y teniendo
en cuenta lo establecido en el decreto (parágrafo del art, 16).
8) Si se trata de donante fallecido y no obra la presunción legal de dona-
ción, debe haberse garantizado y asegurado el proceso de consentimiento in-
formado del donante ya falta de este último el de los deudos; ese consentimiento
debe haber sido dado o darse por personas mayores de edad y civilmente ca-
paces.
9) La donación de componentes anatómicos, así como la oposición que
se haga en ejercicio del derecho consagrado en la ley 73 de 1988, para su validez
474 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

debe ser expresada por instrumento notarial, documento pri vado o cuando se
tiene el carné único nacional de donación de componentes anatómicos.
JO) Únicamente "las instituciones legalmente reeonocidas de carácter
científico, los establecimientos universitarios y las instituciones prestadoras de
servicios de salud autorizados por el Ministerio de la Protección Social y que
se hayan inscrito ante el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Fo-
renses, pueden disponer de los cadáveres no reclamados o los componentes ana-
tómicos de los mismos para fines de docencia o investigación" (art. 46).
11) La exportación o "salida de tejidos o de médula ósea fuera del terri-
torio nacional solo podrá efectuarse en calidad de donación con fines de tras-
plante o implante, atendiendo motivos de solidaridad humana y sin ánimo de
lucro, previa autorización expedida por el ]...] Invima. La salida solo podrá rea-
lizarse a través de los Bancos de Tejidos o Bancos de Médula Ósea" (art, 37).
12) El decreto 2493 de 2004 eontiene una amplia regulaeión en materia
de las medidas sanitarias en los proeedimientos de extracción, rescate, conser-
vación y distribución de órganos; conformación del Comité Institucional de
Trasplantes para velar por el adecuado manejo de los mismos y sobre el pro-
cedimiento sancionatorio.

§ 157.-Derecho a la libertad

Libertad es la facultad de obrar y de pensar, sin sujeción al arbitrio o a la


coacción ajena. De acuerdo con nuestra Corte Constitucional, "La libertad
comprende la posibilidad y el ejercicio positivo de todas las acciones dirigidas
a desarrollar las aptitudes y elecciones individuales que no pugnen con los de-
rechos de los demás ni entrañen abuso de los propios y la proscripción de todo
acto de coerción física o moral que interfiera o suprima la autonomía de la per-
sona sojuzgándola, sustituyéndola, oprimiéndola o reduciéndola indebida-
mente. En otras palabras, todo individuo puede optar autónomamente por el
comportamiento que considere conveniente en su relación con los demás, siem-
pre y cuando no lesione los derechos de los demás ni el orden jurídico"(sent.
C-58l de 2001).
Si retenemos nuestra atención sobre la historia, y especialmente sobre las
más recientes declaraciones de derechos humanos, caeremos en la cuenta de
que se trata de uno de los derechos más controvertidos; no obstante, sobre su
tratamiento se ha llegado en lo esencial a un acuerdo en los diversos regíme-
nes jurídicos actuales. Estudiaremos los más importantes aspectos de este
derecho'<.

62 La CorteConstitucional en sent. C-221 de 1994 sentó una importante doctrina sobre


el libre desarrollo de la personalidad.
LOS DERECHOS DE l.A PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 475

1. Todo ser humano nace libre.-El mundo antiguo (Grecia, Roma) no co-
noció este tipo de libertad, pues mientras unos seres humanos nacían esclavos,
solo una minoría eran libres. El esclavo carecía de derechos; era objeto de
propiedad de su dueño; no podía desarrollar su personalidad; en consecuencia
carecía de libertad.
En Colombia se abolió la esclavitud por la ley del 21 de mayo de 1851,
bajo la presidencia de José Hilario López. Posteriormente el artículo 74 del
Código Civil estableció que todo ser humano es persona. Más tarde el artículo
22 de la Constitución de 1886 estatuyó esta libertad al preceptuar: "No habrá
esclavos en Colombia. El que siendo esclavo, pise el territorio de la Repúbli-
ca, quedará libre". El artículo 17 de la Constitución Política de 1991 prohíbe
la esclavitud, las servidumbres humanas y la trata de seres humanos.
La Declaración Americana de Derechos de Bogotá, de 1948, insistió en
la proclamación de este derecho: libertad religiosa y de culto (art. m), libertad
de investigación, de opinión, de expresión y de difusión del pensamiento (art,
IV). Posteriormente la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948
proclamó este derecho en varios textos. El artículo 1°precisa que todos los seres
humanos nacen libres; el 4° afirma que nadie puede ser sometido a esclavitud
o servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus
formas. En el mismo sentido el artículo 8° del Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos de 1966, el artículo 4° de la Convención de Salvaguar-
dia de los Derechos del Hombre y de las Libertades Fundamentales del Con-
sejo de Europa aprobado en Roma en 1950 Yel artículo 6° de la Convención
Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José, de 1969.
11. Todo ser humano tiene derecho a vivir en estado de libertad.-Este
derecho se afirma frente al Estado y frente a los demás.
1) El Estado debe respetar la libertad de cada cual, con excepción de los
casos de comisión de delitos. Los seres humanos que cometan determinados
delitos pueden ser arrestados o detenidos, es decir, pueden ser privados de li-
bertad. Pero esta sanción debe estar sometida a ciertos requisitos legales. A
partir de la Carta Magna de los ingleses se estableció que ningún hombre libre
puede ser arrestado o apresado si no es por el juicio legal de sus pares y con-
forme a la Lex terrae.
La Constitución Política en varios textos garantiza este derecho (arts. 28
y 29). Igualmente el artículo 6° del Código de Procedimiento Penal estatuye
que nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al hecho
punible que se impute, ante juez competente previamente establecido y obser-
vando la plenitud de las formas propias de cada proceso.
Con especial énfasis el artículo xxv de la Declaración Americana de
Derechos de Bogotá dispone: "Nadie puede ser privado de su libertad sino en
los casos y según las formas establecidas por las leyes preexistentes. Nadie pue-
de ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter puramente civil.
476 LAS PERSONAS FíSICAS EN si MISMAS CONSIDERADAS

"Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que
el juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dila-
ción injustificada, o de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho tam-
bién a un tratamiento humano durante la privación de su libertad".
El artículo 9° de la Declaración Universal de Derechos Humanos procla-
ma: "Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado". Igualmen-
te el artículo 10 agrega que toda persona tiene derecho a ser oída.
El artículo 9° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
prescribe: "Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad perso-
nales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie po-
drá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por la ley y con arreglo
al procedimiento establecido en esta". En el mismo sentido el artículo 5° de la
Convención de Salvaguardia de los Derechos del Hombre y de las Libertades
Fundamentales del Consejo de Europa firmada en Roma en 1950; Ycon bas-
tante amplitud los artículos 7°, 8° Y9° de la Convención Americana de Dere-
chos Humanos o Pacto de San José (Costa Rica 1969).
2) La ley penal saneiona enérgicamente a quien prive a otro de su liber-
tad (ley 599 de 2000). Así, quien arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una per-
sona para exigir provecho o utilidad o con fines publicitarios o políticos comete
secuestro extorsivo y se le sanciona con pena de prisión de trescientos veinte
(320) a quinientos cuatro (504) meses (ley 599 de 2000, art. 168, modo porleyes
733 de 2002, art. 1° Y890 de 2004, art. 14). Si el secuestro es simple, esto es,
cuando se retiene u oculta a una persona con propósito distinto de los enunciados
anteriormente, la pena será de ciento noventa y dos (192) a trescientos sesenta
(360) meses (ley 599 de 2000, art. 169, modo por ley 1200 de 2008, arto 1°).
La sanción se agrava si la realiza un servidor público o quien sea o haya
sido miembro de las fuerzas de seguridad del Estado (art. 170).
III. Libertad de movimiento-s-Se encuentra prevista por el artículo VIII de
la Declaración Americana de Bogotá y por el artículo 13 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948: "Toda persona tiene derecho a elegir
su residencia en el territorio del Estado. Toda persona tiene derecho a salir de
cualquier país, incluso del propio, y regresar a su país". En el mismo sentido
el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Humanos o Pacto de San
José (Costa Rica).
El artículo 24 de la Constitución consagra este derecho: "Todo colombia-
no, con las limitaciones que establezca la ley, tiene derecho a circular libremente
por el territorio nacional, a entrar y a salir de él, y a permanecer y residenciar-
se en Colombia".
En la sentencia T-595 de 2002 la Corte Constitucional consideró que "El
derecho fundamental de circulación puede ser limitado, en virtud de la ley, pero
solo en la medida necesaria e indispensable en una sociedad democrática, con
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 477

miras a prevenir la comisión de infracciones penales, proteger el interés públi-


co, la seguridad nacional, el orden público, la salud y la moral públicas, o los
derechos y libertades de las demás personas, y en cuanto a la restricción sea
igualmente compatible con el ejercicio de los demás derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución. Pero, como lo ha sostenido la Corte, toda
restricción de dicho derecho debe estar acorde con los criterios de necesidad,
racionalidad, proporcionalidad y finalidad; no son admisibles, por lo tanto, las
limitaciones que imponga el legislador arbitrariamente, esto es, sin que tengan
la debida justificación, a la luz de los principios, valores, derechos y deberes
constitucionales".
La libertad de locomoción o de circulación o también llamada de ir y venir
es un derecho, con las limitaciones que imponga la ley, para todas las perso-
nas; se consagró únicamente para los colombianos; pero eso no quiere decir
que los extranjeros no gocen en Colombia del derecho: sí lo tienen y se regula
por los tratados internacionales, por las declaraciones americana y universal
de derechos humanos, por el Pacto Internacional de Derechos Humanos y por
las leyes de inmigración y de extranjería.
Este artículo también consagra el derecho de emigración y el de fijar re-
sidencia, que es el que tiene toda persona a fijar un lugar del territorio nacional
para desarrollar su vida o para realizar sus actividades, tenga o no el ánimo de
permanencIa.
IV. Libertad de trabajo (derecho de trabajo y al trabajo).-Son derechos
distintos: el derecho de trabajo es el que toda persona tiene para escoger por sí
misma la profesión, oficio o actividad que desee desarrollar, sin que nadie pueda
coaccionarlo a realizar trabajos que no quiera voluntariamente efectuar. El
derecho al trabajo es el que tiene toda persona para poder ocuparse y realizar
su actividad, profesión u oficio en condiciones de equidad, para satisfacer sus
necesidades personales y familiares en forma digna y para que se le proteja
contra el desempleo.
El artículo 14 de la Declaración Americana de los Derechos de Bogotá
lo consagra: "Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones dignas y a
seguir libremente su vocación ...". En el mismo sentido la Declaración de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas: "Toda persona tiene derecho al
trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfac-
torias de trabajo y a la protección contra el desempleo". El Pacto Internacio-
nal de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece para toda per-
sona el derecho "a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo
libremente escogido o aceptado" (art, 6°).
La Constitución también los consagra (art. 25): "El trabajo es un derecho
y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial pro-
tección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones
dignas y justas"; el artículo 26 consagra la libertad de escoger profesión u oficio.
478 l.AS PERSONAS FíSICAS EN si MISMAS CONS1DERADAS

Son sus características principales: como el trabajo es una obligación so-


cial no se admite la vagancia y todos los habitantes del país en capacidad de
efectuarlo están obligados a realizar una actividad o desempeñar un oficio o
profesión, asi tenga suficientes bienes de fortuna; existe libertad para escoger
la actividad, oficio o profesión; de conformidad con lo dispuesto en el artículo
85 de la Constitución el derecho al trabajo no es de "aplicación inmediata", lo
cual quiere decir que requiere de una ley que lo desarrolle y que solo cuando
exista esa ley el derecho se materializa, lo cual hace ese derecho algo ilusorio,
al menos por ahora.
V. Libertad de empresa.-Toda persona es libre de adquirir bienes y de
darles el destino que quieran. Es la libertad de disposición y de administración.
Expresamente el artículo 333 de la Constitución consagra: "La actividad eco-
nómica y la iniciativa privadas son libres, dentro del bien común. Para su ejer-
cicio, nadie podrá exigir permisos ni requisitos, sin autorización de ley. La libre
competencia es un derecho de todos que supone responsabilidades. La empresa,
como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones...".
Esta libertad de empresa supone la garantía de la propiedad privada, es-
pecialmente la denominada capitalista, pero de acuerdo con el Estado social
de derecho, se le impone una función social.
En la sentencia C-594 de 1995 la Corte Constitucional definió que "Por
libertad de empresa hay que entender aquella libertad que se reconoce a los
ciudadanos para afectar o destinar bienes de cualquier tipo (principalmente de
capital) para la realización de actividades económicas para la producción e
intercambio de bienes y servicios conforme a las pautas o modelos de organi-
zación típicas del mundo económico contemporáneo con vistas a la obtención
de un beneficio o ganancia. El término empresa en este contexto parece, por
tanto, cubrir dos aspectos: el inicial-la iniciativa o empresa como manifes-
tación de la capacidad de emprender y acometer- y el instrumental-a tra-
vés de una organización económica típica-, con abstracción de la forma ju-
rídica (individual o societaria) y del estatuto jurídico patrimonial y laboral".
VI. Libertad de conciencia.-EI artículo 18 de la Constitución garantiza
no solo para las creencias religiosas, la libertad de conciencia: "Nadie será
molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelar-
las ni obligado a actuar contra su conciencia".
Según la Corte Constitucional, "El derecho a la libertad de conciencia
comprende de acuerdo a la norma en mención: el derecho a la autonomía del
individuo para discernir y apreciar el valor moral de los actos humanos y la libre
observancia de sus propias convicciones; el derecho a no ser perturbado por
causa de ellas, sea que se manifiesten o se mantengan bajo reserva; el derecho
al silencio para no descubrir o manifestar a otros sus creencias o convicciones
y el derecho a no ser obligado a actuar en contra de estas" (sent, T-1059 de
2001).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 479

Cuatro garantías fundamentales consagra esta norma: 1") Toda persona


puede tener las creencias filosóficas, ideológicas, políticas, religiosas, o no
tenerlas, que según su propio conocimiento considere debe ser el fundamento
o razón de ser de su existencia; 2') Se consagra el derecho al silencio, y nadie
puede ser obligado bajo procedimientos administrativos o judiciales o por el
uso de la fuerza a manifestar sus creencias, convicciones o ideología. Esta ga-
rantía se relaciona íntimamente con el derecho a la intimidad y el desarrollo de
la personalidad; 3') Tampoco una persona puede ser objeto de discriminacio-
nes, abusos, sanciones, perturbaciones, etc., por sus creencias o por no pensar
como otro u otros, sea que las manifieste o sea que las calle, y 4") Nadie puede
ser obligado a actuar contra sus convicciones o creencias, y si así sucediera está
facultado para hacer la objeción de conciencia.
La libertad de conciencia como derecho humano está proclamada en el
artículo III de la Declaración Americana de Derechos de Bogotá; por la Decla-
ración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en el artícu-
lo 18; por el artículo 9° de la Convención de Salvaguardia de los Derechos del
Hombre y de las Libertades Fundamentales, y por el artículo 12 de la Conven-
ción Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José.
VII. Libertad de cultos (de religión).-Un cambio fundamental en mate-
ria de cultos y religiones produjo la nueva Constitución de 1991: de ser Co-
lombia un Estado confesional, pasó a ser un Estado laico, con separación total
de la Iglesia Católica y con plenas garantías a todas las personas para no tener
o para tener determinadas creencias religiosas y para no ser constreñidas o
coaccionadas o discriminadas por ello. También se garantiza la libertad de cul-
tos, que no es lo mismo que la religión: se refiere a ritos, ceremonias o actos
de estas. Igualmente se consagró la libertad de confesiones religiosas e iglesias.
Dice el artículo 19: "Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tie-
ne derecho a profesar libremente su religión y a difundirlas en forma indivi-
dual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente
libres ante la ley".
Así, en la sentencia T-345 de 2002, la Corte Constitucional señaló que "De
poco o nada serviría a las personas ser titulares formales de este derecho si él
no implicara la posibilidad de gozar efectivamente de este, es decir, de actuar
de acuerdo a las creencias que se profesen. La norma también protege la po-
sibilidad de no tener culto o religión alguna. El ateo, quien cree que Dios no
existe, y el agnóstico, quien cree que nada puede conocerse al respecto, tam-
bién encuentran en esta norma constitucional una protección a sus conviccio-
nes más íntimas. Por lo tanto, tampoco a ellos puede sometérseles, irrazona-
blemente, a tener que incurrir en acciones u omisiones contrarias a sus creencias.
(...) El sentido básico del artículo 19 de la Constitución es pues, proteger las
creencias de las personas en materia religiosa, así como las prácticas que de
ellas se deriven, en especial a profesarlas y difundirlas. Pero ahora bien, la
480 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

norma constitucional contempla, además, la libertad de cultos, que consiste,


precisamente, en la protección de una práctica específica asociada al credo
religioso: el culto."
VIII. Libertad de pensamiento y de expresión.-El artículo 10de la Decla-
ración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamó desde 1789 la
libertad de todos los hombres para dar a conocer sus opiniones. El artículo IV
de la Declaración Americana de Derechos de Bogotá, los artículos 18 y 19 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y los
artículos 18, 19 Y20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
garantizan la libertad de pensamiento; se prohíbe que alguien sea molestado
en razón de sus opiniones; el artículo 20 de este Pacto prohíbe toda propagan-
da que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia.
En el mismo sentido el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos
Humanos o Pacto de San José.
La Constitución de 1991 no consagra expresamente la libertad de pensa-
miento; garantiza en el artículo 20 las libertades de expresión, difusión, o de
información y la rectificación, y los derechos a recibir información veraz e im-
parcial y a fundar medios masivos de comunicación, que de modo general tie-
nen su fundamento en la libertad de pensamiento o de opinión. No obstante,
la libertad de pensamiento existe, téngase o no los medios para expresarla o
difundirla; con fundamento en la libertad de conciencia toda persona puede
expresar libremente lo que piensa o considera y por ello no podrá ser moles-
tada o sancionada. Sin embargo esta prerrogativa no puede entenderse de ma-
nera absoluta pues tal y como 10 ha expresado el máximo Tribunal Constitu-
cional "si bien la Constitución protege y garantiza el ejercicio de la libertad de
expresión y opinión, esta debe ejercerse dentro de los límites propios de cada
libertad y por los medios legales, pues, su protección no va hasta permitir su
ejercicio aún en contra de los límites permitidos por la moral, la ley y el orden
público" (sent. T-l059 de 2001).
IX. Libertad de reunión y de asociación.-Son dos conceptos distintos:
la reunión se caracteriza por ser transitoria o pasajera; se trata de un grupo de
personas que se congregan con unos fines determinados, pero ocasionales; en
la asociación también hay pluralidad de personas, pero con fines no solo de-
terminados sino también obligatorios y unidos por un negocio jurídico de or-
ganización, que tiene como uno de los elementos esenciales la affectio socie-
tatis o voluntad específica y concreta de asociarse.
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, artículo 20, se proclama el derecho a la libertad de reunión y de aso-
ciación y el de no ser obligado a pertenecer a ninguna asociación.
El artículo 37 de la Constitución garantiza el derecho a reunirse en forma
pacífica y también a efectuar manifestaciones, los cuales no pueden ser limi-
tados sino en virtud de mandato legal.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 481

El artículo 38, ibídem, garantiza el derecho a la libertad de asociación para


el desarrollo de las distintas actividades; en el artículo 39 expresamente se pro-
tege cl derecho de los trabajadores para constituir sindicatos, sin que el Estado
pueda intervenir o negar su reconocimiento, pues este se produce con la sim-
ple inscripción del acta de constitueión.
También se reconoce el mismo derecho a los empleadores.
La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha sostenido que "el dere-
cho de asociación -entendido como el resultante de la acción concertada de
varias personas que persiguen objetivos comunes de vinculación "para la rea-
lización de un designio colectivo"-, es un derecho constitucional reeonoci-
do por diversos tratados internacionales, que contiene en sí mismo dos aspec-
tos complementarios: uno positivo -el derecho aasociarse-, y otro negativo
--el derecho a no ser obligado directa o indirectamente a formar parte de una
asociación determinada-, los cuales son elementos del cuadro básico de la
libertad constitucional y garantizan en consecuencia el respeto por la autono-
mía de las personas (sent, C-399 de 1999).
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 22), la Con-
vención de Salvaguardia de los Derechos del Hombre y de las Libertades
Fundamentales (art. 11), la Carta Social Europea de 1961 (art, 5°) y la Con-
vención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José (arts. 15 y 16)
garantizan este derecho en todas sus formas; especialmente se proclama la
libertad sindical.
X. Libertad política.-Este derecho es proclamado para todas las perso-
nas en la Declaración Universal de Derechos Humanos (art, 15); el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce también para todos los
ciudadanos el derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por
medio de sus representantes elegidos, a votar mediante sufragio universal y en
forma secreta, a ser elegidos y al acceso en condiciones de igualdad a las fun-
ciones públicas.
La Constitución consagra la participación política como un derecho (art.
40) y como un deber (art. 95, numo 5); la efectividad del derecho también está
garantizada por el artículo 40 que le permite ejercitar su poder político: "Todo
ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del
poder político. Para hacer efectivo este derecho puede:
"I. Elegir y ser elegido".
"2. Tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas popula-
res y otras formas de participación democrática".
"3. Constituir partidos, movimientos y agrupaciones políticas sin limita-
ción alguna; formar parte de ellos libremente y difundir sus ideas y programas".
482 LAS PERSONAS FíSICAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

"4. Revocar el mandato de los elegidos en los casos y en la forma que


establecen la Constitución y la ley".
"5. Tener iniciativa en las corporaciones públicas".
"6. Interponer acciones públicas en defensa de la Constitución y de la ley".
"7. Acceder al desempeño de funciones y cargos públicos, salvo los
colombianos, por nacimiento o por adopción, que tengan doble nacionalidad.
La ley reglamentará esta excepción y determinará los casos a los cuales ha de
aplicarse".
"Las autoridades garantizarán la adecuada y efectiva participación de la
mujer en los niveles decisorios de la administración pública".
El artículo 103 consagra como "mecanismos de participación del pueblo
en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta po-
pular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato".
XL Libre desarrollo de la personalidad.-Es el derecho que tiene toda
persona en ejercicio de su libertad individual, con las limitaciones que le im-
ponen los demás y el orden jurídico (Const. Pol., art. 16), a realizar las activi-
dades y actos que considere necesarios para desarrollar su vida.
Este derecho también llamado autodeterminación personal, está íntima-
mente ligado con los derechos a la intimidad, a la libertad de conciencia, de
circular, a la honra, a la libertad de enseñanza y a la libertad de cultos y de reli-
gión; también comprende la libertad sexual, entendida como el derecho a es-
coger libremente su pareja, a tener relaciones sexuales solo con quien lo desee
yen forma libre o a permanecer célibe; le impone a los demás el deber jurídico
de respetar esa elección y de no constreñirla, ni moral, ni materialmente (vio-
lencia física). Se aplica también a los cónyuges; la abstención del débito con-
yugal implica quebrantamiento de un deber de esposos y es causa de divorcio
y de separación, mas nunca justifica el acceso violento o intimidatorio.
En materia de libertad sexual la situación de la mujer siempre ha sido de
inferioridad; permanentemente ha sido abusada y en circunstancias de conflic-
to armado son las mayores víctimas. Según el informe "Violencia sexual en
contra de las mujeres en el contexto del conflicto armado colombiano" en el
período 2001-2009 fueron violadas 94.565 mujeres; 26.353 mujeres quedaron
embarazadas a consecuencia de la violación; 27.058 fueron obligadas a abor-
tar; esterilizadas forzadamente lo fueron 19.422 y 175.873 han sido víctimas
del acoso sexual. De estos delitos solo se denuncia el 18 por ciento".
Igualmente la mujer debe tener la libertad de escoger ser o no madre; los
altos índices de mortalidad por mujeres que realizan abortos clandestinos y el
reconocimiento a sus derechos hacen imperioso un cambio en la legislación para
garantizar condiciones de salubridad en este tipo de prácticas.

63 Tomado de la encuesta Envise Colombia 2001-2009,


LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 483

XII. Libertades civiles.-En los códigos civiles se encuentran estructu-


rados por tres libertades básicas: la matrimonial, la contractual (o negocia!) y
la testamentaria.
1) Toda persona es libre de formar una familia: el matrimonio y la unión
marital implican el libre y pleno consentimiento de quienes lo contraen (Const.
PoI., art. 43; C. C., art. 115; art. VI de la Declaración Americana de Derechos
de Bogotá; art. 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; art.
23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el art. 12 de la Con-
vención de Salvaguardia de los Derechos Humanos y de las Libertades Fun-
damentales del Consejo de Europa; art. 17 de la Convención Americana de De-
rechos Humanos o Pacto de San José).
2) Nuestro Código Civil (arts. 1602, 1618, etc.) reconoce a toda persona
libertad para celebrar toda clase de contratos (o negocios jurídicos). Esta li-
bertad hace posible el desarrollo de la libertad de empresa o iniciativa particular.
3) Cada persona puede disponer libremente del destino que hayan de tener
sus bienes a su muerte (libertad testamentaria, art. 1055), exceptuadas las asig-
naciones forzosas previstas para los hijos y los padres (más detalles, supra, §
21-v).
XIII. Crítica.-Algunas de las direcciones de la libertad que hemos ex-
puesto han sido seriamente cuestionadas en los países individualistas, o sea los
que se gobiernan por el sistema de la propiedad capitalista. En estos países,
por ejemplo, la libertad de empresa solo se encuentra al alcance de quienes son
poseedores de un capital; quienes carecen de él -los trabajadores en general-
no tienen cómo ejercer semejante libertad, viéndose compelidos a vender su
fuerza de trabajo por un salario a fin de poder subsistir. Análoga observación
puede hacerse en relación con la libertad de pensamiento y expresión, pues solo
quienes disponen de medios económicos la pueden hacer valer.

§ 158.-Derecho a la igualdad

La tendencia actual de los diferentes sistemas de derecho estriba en otor-


gar a todos, los derechos fundamentales o humanos. El artículo 11 de la Decla-
ración Americana de Derechos de Bogotá proclama: "Todas las personas son
iguales ante la ley, y tienen los derechos y deberes consagrados en la declara-
ción sin distinción de raza, sexo, soberanía, credo ni otra alguna". En el mis-
mo sentido el artículo 7° de la Declaración Universal de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas, el artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Ci-
viles y Políticos y el artículo 24 de la Convención Americana de Derechos
Humanos de San José.
En esta materia se ha producido una intensa evolución orientada en el sen-
tido de suprimir las desigualdades entre los seres humanos y que los regíme-
484 LAS PERSONAS FiSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

nes jurídicos actuales heredaron de los antiguos (Grecia, Roma, etc.). Las más
notorias desigualdades se referían al sexo, la filiación, el color de la piel y los
recursos económicos.
La Constitución Política consagra la libertad y la igualdad de todas las per-
sonas; otorga "los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna
discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua,
religión, opinión política o filosófica" (art. 13).
El amplio desarrollo jurisprudencial sobre la materia ha establecido dos
modalidades de igualdad: formal y sustancial. Para la Corte Constitucional
"Siempre será necesario que la referencia a la igualdad, como derecho y valor
fundante de una sociedad política, no se agote en la mera consideración for-
mal de los problemas jurídicos, sino que se sustente en la posibilidad de esta-
blecer diferencias en el trato, fincadas en condiciones relevantes que imponen
la necesidad de distinguir situaciones para otorgarles tratamientos distintos,
hipótesis, esta última, que expresa la conocida regla de justicia que exige tra-
tar a los iguales de modo igual y a los desiguales en forma desigual. Este es,
sin duda, un cambio cualitativo fundamental en el concepto del derecho a la
igualdad que es consecuencia del desarrollo histórico operado al interior del
Estado de derecho en el que, inicialmente, la igualdad -exclusivamente for-
mal- se cifraba tan solo en los efectos de la ley, con absoluta prescindencia
de los contenidos normativos; dicha tendencia fue dando paso a una interpre-
tación que, conforme a los postulados del Estado social de derecho, prohíja la
igualdad en el contenido de la ley, haciendo posible, de esta forma, el surgi-
miento de un control de constitucionalidad orientado a examinar la correspon-
dencia de la actividad legislativa o administrativa con la Constitución" (sent.
C-952 de 2000).
I. Desigualdades en razón del sexo.-Una tradición firmemente estable-
cida afirmaba: el hombre es un ser superior, la mujer un ser inferior. Solo al
hombre se otorgaban todos los derechos civiles y políticos, los que en gran parte
se negaban a las mujeres. Esta era en parte la filosofía de nuestro Código Civil
de 1873 que establecía la incapacidad civil de las mujeres casadas, lajefatura
del hogar y de la sociedad conyugal a cargo del marido y la exclusividad del
ejercicio de los derechos políticos para los varones.
Bien, por la ley 28 de 1932 se suprimió la incapacidad civil de las muje-
res casadas; por la reforma constitucional de 1957 se le otorgaron los derechos
políticos en igualdad de condiciones con los varones; por el decreto 2820 de
1974 se eliminaron las restantes desigualdades y se estableció que también la
mujer puede ser jefe del hogar y ejercer la potestad parental (antigua patria po-
testad) sobre los hijos. Finalmente, fue aprobada por el Congreso en 1981 la
ley 51 que prohíbe toda forma de discriminación en razón del sexo.
El artículo 43 de la Constitución Política consagra la igualdad de derechos
y oportunidades entre el hombre y la mujer y prohíbe cualquier clase de dis-
l.OS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 485

criminación. Además ordena al Estado que le otorgue a la mujer especial pro-


tección y asistencia durante el embarazo y después del parto. También consa-
gra para la mujer jefe de familia apoyo especial. El inciso final del artículo 40
garantiza la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles deci-
sorios de la administración pública.
En la práctica el desequilibrio es absoluto y la llamada ley de cuotas (ley
581 de 200 1) que pretende la participación adecuada y efectiva de la mujer en
los cargos decisorios de la administración pública que sean de libre nombra-
miento y remoción no se cumple; está muy lejos de ese porcentaje, que debe
ser del 30 por ciento, y se sigue burlando dramáticamente. Para el año 20 10
de 13 ministerios las mujeres solamente habían sido designadas en 4 (32.5%).
En los cargos de elección popular la situación es peor: de 267 congresistas solo
37 eran mujeres, para un porcentaje del 14 por ciento; en las gobernaciones sola-
mente una mujer fue elegida frente a 31 hombres (9.99%) y en las alcaldías, de
1101 municipios en solo 100 las mujeres fueron elegidas (9.99%). En las lla-
madas altas Cortes que tienen a su cargo la dirección de la rama judicial la
situación es la siguiente: en la Corte Constitucional de 9 magistrados una es
mujer (10%); en la Corte Suprema de Justicia son solo tres de veintitrés ma-
gistrados (13%); en el Consejo de Estado 11 mujeres de 31 son consejeras (35%)
yen el Consejo Superior de la Judicatura son solo 2 mujeres de 13 magistrados
(15%).
En materia de relaciones familiares se estableció la igualdad de derechos
y deberes recíprocos entre los cónyuges (Const. PoI., art. 42, inc. 3°).
El artículo II de la Declaración Americana de Bogotá y el artículo 2° de
la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
prohibieron toda discriminación en razón del sexo; en el mismo sentido el
artículo 3°, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, el artículo 3° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polí-
ticos y el número 4 del artículo 17 de la Convención Americana de Derechos
Humanos o Pacto de San José.
n. Desigualdades en razón de la orientación sexual.-Aunque la Cons-
titución Política de 1991 proscribe la discriminación por razones de sexo (art.
13), varias normas del ordenamiento jurídico colombiano contenían un déficit
de protección en relación con las parejas conformadas por personas del mis-
mo sexo; con el fin de corregir esta situación y garantizar a estas personas y
parejas la protección de sus derechos, la Corte Constitucional ha proferido varias
sentencias de constitucionalidad en las que extiende derechos de las parejas
heterosexuales a las parejas conformadas por personas del mismo sexo, así:
1)Mediante la sentencia C-075 del 7 de febrero de 2007, extendió los efec-
tos patrimoniales de la unión marital de hecho a las parejas del mismo sexo que
reúnan los requisitos del artículo 2° de la ley 54 de 1990.
486 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

2) En la sentencia C-811 de 3 de octubre de 2007 estableció que los in-


tegrantes de las parejas homosexuales tienen derecho a la salud, en las mismas
condiciones de las parejas heterosexuales.
3) A través de la sentencia C-336 de 16 de abril de 2008 determinó que
las parejas compuestas por personas del mismo sexo pueden ser beneficiarias
de pensión, si se llenan los requisitos de ley.
4) En la sentencia C-798 de 20 de agosto de 2008 consideró que el delito
de inasisteneia alimentaria también se configura respeeto de las parejas homo-
sexuales.
5) Mediante la senteneia C-029 de 28 de enero de 2009, les confiere a las
parejas del mismo sexo entre otros, los siguientes: derecho a constituir patri-
monio de familia inembargable; derecho a pedir alimentos; dereeho a aeceder
a los subsidios estatales de vivienda; derecho a la verdad, justicia y reparación.
6) Igualmente la Corte Constitucional ha protegido estos derechos en
situaciones particulares; entre otras pueden verse las sentencias de tutela T-911
de 2009, T-124I de 2008 y T-349 de 2006.
III. Desigualdades en razón de lajiliación.-Antiguamente se hacía una
acentuada discriminación entre hijos legítimos (matrimoniales) e hijos natu-
rales o extramatrimoniales. Esta discriminación tiende a desaparecer como lo
ordena el numeral 5 del artículo 17 de la Convención Americana de Derechos
o Pacto de San José. En Colombia mediante la ley 45 de 1936 se eliminó en
parte esta odiosa discriminación; posteriormente por la ley 29 de 1982 se co-
locaron en pie de igualdad los derechos herenciales del hijo extramatrimonial,
del matrimonial y del adoptivo.
El artículo 42, inciso 4°, de la Constitución Política suprime toda desigual-
dad entre los hijos matrimoniales o extramatrimoniales, adoptados o procrea-
dos naturalmente o con técnicas de procreación asistida.
IV. Desigualdades en razón de la raza o del color.-Esta discriminación
se encuentra condenada por el artículo II de la Declaración Americana de Bo-
gotá, el 2° de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Nacio-
nes Unidas, el 2° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, etc.
En Colombia no existe ni ha existido ley alguna que establezca esta clase
de discriminación.
V. Desigualdades en razón del capital.-Dentro de un régimen de pro-
piedad privada capitalista no es posible una igualdad frente a la riqueza de la
sociedad. Una división de clases se produce: la de los tenedores de las fuentes
principales de la riqueza y la de los trabajadores que se ven compelidos a vender
su fuerza de trabajo por un salario.
Esta desigualdad en razón del capital ha desaparecido en los regímenes
socialistas (China Popular, Cuba, etc.); en los demás países tiende a aminorar,
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 487

creando aliado de los derechos civiles y políticos los denominados derechos


de carácter social, económico y cultural.

§ 159.-Derecho al honor civil (honra o reputación)

El honor se traduce en un conjunto de cualidades (o virtudes) que resul-


tan del cumplimiento de los deberes jurídicos, morales y sociales, así como de
la realización de obras en beneficio de la colectividad. El honor civil, dentro
del derecho, se limita al cumplimiento de las normas jurídicas y de la moral,
de donde resulta un importante valor cuyo respeto se impone a los demás.
Numerosos deberes se traducen en abstenerse de hacer algo (no matar, no
robar, etc.); quien cumple estos deberes tiene derecho a que nadie le haga fal-
sas imputaciones ("asesino", "ladrón"). Otros deberes se traducen en actos
positivos: marido y mujer se deben mutua fidelidad. Finalmente, ajustar nues-
tra conducta a la ética es fuente de cualidades que contribuyen a reforzar el
contenido del honor de las personas. Fuera de estos casos, cabe distinguir la
existencia de ciertas cualidades que son especiales en relación con el ejercicio
de ciertas profesiones.
Para la doctrina el honor y la honra son conceptos distintos: el primero es
el concepto particular y propio que cada persona tiene de sí; la honra o buena
reputación o dignidad personal es el grado de estimación y reconocimiento
social del valor que corresponde a una persona intachable'"; el derecho a la hon-
ra, consagrado en el artículo 21 de la Constitución, guarda íntima relación con
el derecho a la intimidad y el derecho al buen nombre y al habeas data; este
último regulado mediante la ley 1266 de 2008.
En el mismo sentido, el artículo 11 de la Convención Americana de Derec-
hos Humanos o Pacto de San José advierte que "toda persona tiene derecho al
respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad".
El Código Penal sanciona los delitos de injuria y de calumnia. El prime-
ro consiste en hacer a una persona imputaciones deshonrosas (art. 220), el se-
gundo en imputar falsamente a otro un hecho punible (art. 221). Para la inju-
ria está prevista la prisión de dieciséis a cincuenta y cuatro meses, y para el
segundo, de dieciséis a setenta y dos meses.
Lajurisprudencia del más alto Tribunal Constitucional ha establecido que
la honra, "Aunque en gran medida asimilable al buen nombre, tiene sus pro-
pios perfiles y que la Corte en sentencia definió como la estimación o deferen-
cia con la que, en razón a su dignidad humana, cada persona debe ser tenida
por los demás miembros de la colectividad que le conocen y le tratan. Puso de
presente la Corte que, en este contexto, la honra cs un derecho «•.. que debe ser

M ENNECCERUS-NlPP6RDEY, ob. cit., § 87.


488 LAS PERSONAS FíSiCAS EN Sí MISMAS CONSIDERADAS

protegido con el fin de no menoscabar el valor intrínseco de los individuos frente


a la sociedad y frente a sí mismos, y garantizar la adecuada consideración y valo-
ración de las personas dentro de la colectividad»" (sent. C-489 de 2002).

§ 160.-Derecho a la intimidad personal y familiar

Nuestra forma de pensar y de obrar está destinada a ser comunicada a los


demás, y desde el punto de vista de la cultura, poca importancia tienen aque-
llos aspectos de nuestra vida que solo poseen un valor individual o para un pe-
queño número de parientes y amigos. Sin embargo la vida íntima de las per-
sonas, es decir, su conducta, sus creencias, sus entradas económicas, su filiación,
constituyen parte integrante de la personalidad y son dignas de respeto y con-
sideración, lo que se traduce en que no deben ser divulgadas a los demás, es-
pecialmente cuando ello acarrea un perjuicio así solo sea de carácter social o
moral". La protección de la dignidad de la persona implica el reconocimiento
de "un espacio vital propio", dentro del que puede moverse cada cual".
El artículo v de la Declaración Americana de Bogotá dispuso: "Toda per-
sona tiene derecho a la protección contra los ataques a su honra, a su reputa-
ción y a su vida privada y familiar".
En el mismo sentido el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Politicos de las Naciones Unidas prescribe: "l. Nadie podrá ser ob-
jeto de injerencias contrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domi-
cilio o correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 2. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques". Este pacto internacional fue aprobado por Colombia mediante la ley
74 de 1968. Igualmente, el artículo 11, número 2 de la Convención America-
na de Derechos Humanos o Pacto de San José dispone: "Nadie puede ser objeto
de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en
su domicilio o correspondencia, ni ataques ilegales a su honra o reputación".
l. Elementos constitutivos de la intimidad.-La vida privada es el dere-
cho de cada persona a gobernar su existencia con el mínimo de injerencias de
los demás".
Se estiman como elementos de la vida privada:

"'Cons. NIPPERDEY (en ENNEccERus,Allg. Teil, ed. de 1959, § 101,11-6,7 Y 8). Este autor
distingue un derecho a la esfera secreta (Geheimsptiares. que se traduce en el secreto de la
correspondencia, un derecho al respeto de la esfera privada (Prívassphare) y un derecho a la
integridad de la vida íntima espiritual.
66 NIPPERDEY, ob. cit., § 101,11-7,

67 En este sentido es definido el derecho a la vida privada por la AsambLea del Consejo
de Europa, resolución núm. 428 del 23 de enero de 1970 (Cons. R, LINDON, ob. cit., núm. 40).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 489

1) La intimidad personal. Es como dice LYON-CAEN, citado por MADRlD-


MALO en su obra Derechos fundamentales, "el jardín secreto que cada uno
quiere proteger contra la curiosidad ajena". Toda persona quiere, puede y debe,
bien para desarrollo de su personalidad o bien para su regocijo interno o inte-
lectual, tener una parte de su existencia solo para sí; es el secreto de la vida pri-
vada, sobre la cual ni el Estado ni los particulares, ni su cónyuge, padre, hijo
o hermano, etc., tiene injerencia, y además está fuera del alcance de los me-
dios de información. Por ejemplo: el conocimiento sobre los ingresos, pago
de tributos, salud, antecedentes médicos, pues se considera que el enfermo grave
tiene, por lo menos, derecho a vivir en paz", ayudas caritativas, etc. (Const.
PoI., art. 15).
2) La intimidad.familiar. También protegida porel artículo 15 de la Consti-
tución se refiere ya no solo a la vida privada del individuo, sino a la unidad
familiar, a los hechos y actos que conforman su entorno y a las relaciones que
surgen entre sus integrantes, los cuales no pueden ser objeto de difusión o de
divulgación, cualquiera que sea el fin pretendido.
3) Lafiliacián. Esta relación de carácter familiar hace parte de la vida pri-
vada de cada persona y de la intimidad familiar; a nadie interesa la divulgación
del vínculo existente entre padres e hijos. Los artículos 115 y 116 del decreto
1260 de 1970 y el decreto 278 de 1972 consagran la privacidad de las copias
y los certificados de las actas, partidas, folios del registro de nacimiento (ver
supra, § 149). También son reservados todos los documentos y actuaciones
administrativas o jurisdiccionales propios del proceso de adopción, durante el
término de veinte años (ley 1098 de 2006, art. 75).
4) El domicilio es inviolable. El artículo 21 de la Constitución establece
que el domicilio de toda persona, entendido como el lugar de habitación o de
trabajo, téngase o no el ánimo de permanencia, no puede ser registrado sino en
virtud de disposición de juez competente con las formalidades legales y por
moti vos previamente definidos por el legislador.
El Código Penal consagra como delitos la violación de habitación ajena
cometida por particulares (art. 189) y por servidores públicos (art. 190).
5) El derecho a la tranquilidad. Nadie puede ser molestado en su perso-
na o en su familia sino en virtud de decisión judicial emitida por el competen-
te, con arreglo a las leyes y en razón de motivos previamente definidos por esta
(Const. PoI., arto 28). Se obliga tanto al Estado como a los particulares a un deber
de abstención, no hacer; a comportarse de tal manera que no causen intranqui-
lidad o desasosiego en la vida privada o en la familia de otro. Por vivir en so-
ciedad nuestra conducta no puede causar a los demás inconvenientes distintos
a los normales u ordinarios.

6& Canso R. LINDON, ob. cit., núms. 49 y 98.


490 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

6) Inviolabilidad de la correspondencia y de otras formas de comunica-


ción privada. Está consagrada en el artículo X de la Declaración Americana
de Bogotá: "Toda persona tiene derecho a la inviolabilidad y circulación de su
correspondencia".
Señala el artículo 15 de la Constitución: 'Todas las personas tienen de-
recho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe
respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho a conocer, ac-
tualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en
bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas".
"En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la
libertad y demás garantías consagradas en la Constitución".
"La correspondencia y demás formas de comunicación privada son in-
violables. Solo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden judicial,
en los casos y con las formalidades que establezca la ley".
"Para efectos tributarios o judiciales y para los casos de inspección, vi-
gilancia e intervención del Estado podrá exigirse la presentación de libros de
contabilidad y demás documentos privados, en los términos que señale la ley".
Se garantiza para toda persona la no intromisión en su correspondencia
y demás formas de comunicación privada, el secreto del contenido de las car-
tas, fotografías, videos y demás papeles privados y la no interceptación de sus
llamadas telefónicas, a menos que conforme a la ley se expida orden judicial
para su registro o interceptación. Los libros de contabilidad y demás papeles
son privados o reservados, salvo en los asuntos tributarios, judiciales o en los
casos de inspección, vigilancia e intervención del Estado.
Sobre este último aspecto la sala de casación civil de la Corte Suprema
de Justicia con ponencia del doctor Pedro Lafont Pianetta, al decidir la impug-
nación formulada por el director de la Unidad Administrativa Especial de Im-
puestos Nacionales, en la acción de tutela incoada por Bavaria S. A. dijo: "Pues
bien, el precepto constitucional antes citado autoriza expresamente al Estado
para hacer inspecciones, vigilancias e intervenciones y para exigir la presen-
tación de libros de contabilidad y documentos en general, con la única condi-
ción, para este caso, que sea para efectos tributarios. Y ello significa, en tér-
minos generales, la facultad del Estado para verificar las situaciones fácticas
que constituyen la base de imposición, hayan sido declaradas o no, así como
la eventual tasación de impuestos a que diere lugar, con la obligación de solo
darle uso tributario en lo pertinente y, si fuere el caso, desechando toda aque-
lla información que no sea tributaria, la que no puede utilizarse ni interna ni
externamente para otros fines"?",
7) Derecho al buen nombre. Toda persona tiene derecho a no ser difa-
mada; es un derecho fundamental de todas las personas consagrado en el ar-
tículo 15 de la Constitución Política (ver supra, § l36-m).

69 Sent. de 18 febrero 1993. exp. 459.


LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O OERECHOS HUMANOS 491

8) Derecho del "habeas data". El desarrollo de nuevas tecnologfas co-


loca, en muchas ocasiones, al ser humano en condiciones de indefensión; víc-
timas de quienes tienen el control sobre esos medios. Solo las regulaciones ju-
rídicas fundadas en el respeto y la dignidad del hombre han permitido recobrar
la finalidad de toda invención, máquina, desarrollo técnico, etc., cual es la de
ser instrumentos al servicio del hombre para la convivencia pacífica y realiza-
ción de los fines sociales.
El desarrollo de la informática ha permitido recolectar gran cantidad de
datos sobre aspectos de la personalidad, de la familia, de las relaciones jundi-
cas patrimoniales, etc., que combinados forman el llamado "perfil de datos" y
generan la "identidad informática". Llega una etapa en que esos datos no son
conocidos por la persona a quien pertenecen, se almacenan sin ningún criterio
de selección y se difunden sin su conocimiento o control; se lesionan así los
derechos a la intimidad, al buen nombre y a la honra.
Prohibir la recolección de esos datos e impedir su almacenamiento o la
formación de bancos iría en contraposición con el adelanto de la ciencia, el desa-
rrollo de nuevas tecnologías y el derecho a la información; tampoco se pueden
dejar sin su regulación específica o al libre criterio de los responsables o ad-
ministradores de esos bancos. Le corresponde al derecho garantizar su uso con
el debido respeto a la dignidad humana; así se consagró en el artículo 15 de la
Constitución que no prohíbe la recolección de datos, pero sí exige que en esta
fase, en la de tratamiento y circulación, se respeten la libertad y demás garan-
tías constitucionales, y confiere el habeas data a toda persona para que corri-
ja, actualice y rectifique las informaciones concernientes a su individualidad.
Con el conocimiento de la información almacenada se pretende que el
titular del dato no pierda el control sobre hechos de su vida privada, pública o
familiar y pueda exigir la eliminación o supresión de todo aquello que no
corresponda a la realidad.
También tiene derecho a pedir la actualización de la información, por
cuanto el dato tiene vigencia limitada y en los aspectos negativos se caracte-
riza por su no perennidad.
Efectuada la petición, el propietario o los responsables del banco de da-
tos están obligados a efectuar la actualización, rectificación o supresión
solicitada.
Por la ley 1266 de 2008 se desarrolló el derecho constitucional de todas
las personas a conocer, aetualizar y rectificar las informaciones que se hayan
recogido sobre ellas en bancos de datos, así como también los demás derechos,
libertades y garantías constitucionales referidas a la recolección, tratamiento
y circulación de datos personales; y el derecho a la información, particularmente
en relación con la información financiera y crediticia, comercial, de servicios
y la proveniente de terceros países (art. l°).
492 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

§ 161.-EI derecho sobre la propia imagen

Con la aparición de la fotografía y de la cinematografía, y más reciente-


mente de la televisión, así como de otros importantes medios mecánicos de re-
producción de imágenes, se presentó el problema de configurar en favor de las
personas un derecho sobre su propia imagen y que se tradujera en la facultad
de defenderla contra publicaciones o reproducciones en la prensa, en el cine,
en revistas, libros, en sitios públicos, etc.
1. Surgimiento del derecho a la imagen,-Cuando el tema era nuevo,
muchos autores (opuestos a toda innovación, especialmente las que no pueden
respaldarse en el derecho romano) se opusieron enérgicamente al estableci-
miento de un derecho sobre la imagen. "Así como no se puede prohibir la
impresión en la mente de la imagen de una persona, así tampoco puede negarse
la exteriorización de la misma'?".
Otros autores admiten un derecho a la imagen, pero no como derecho
independiente, sino como derivación del derecho al honor, pues solo se puede
prohibir la publicación y difusión de la imagen cuando se lesiona el honor de
la persona; así lo concibe la Constitución Política (art. 21),
Pero hoy día, en la más moderna doctrina se ha impuesto la consideración
de que existe un derecho propio y autónomo sobre la propia imagen (sea que
lesione o no el honor), "Así como a toda persona debe reconocérsele el dere-
cho de exponerse en público cuando quiera, igualmente debe reconocérsele el
derecho de prohibir que circule su propia imagen para ser vista permanente-
mente y portodos'?'. La imagen es la forma del cuerpo humano, y por este moti-
vo algunos autores estimaron que un derecho a la imagen era resultante del
derecho sobre el propio cuerpo; sin embargo, una lesión al derecho de imagen
lesiona más directamente la personalidad humana, moti va por el cual el citado
derecho actúa en forma independiente del derecho sobre el cuerpo".
La Corte Constitucional ha establecido que "La imagen o representación
externa del sujeto tiene su asiento necesario en la persona de la cual emana y,
por tanto, su injusta apropiación, publicación, exposición, reproducción y
comercialización, afecta lo que en estricto rigor constituye un derecho o bien
personalísirno. Una consideración elemental de respeto a la persona y a su dig-

70 RUIZ y TOMÁS, Ensayo sobre el derecho a la propia imagen, Madrid, 1931. Un resu-
men completo de esta obra hace ANDRÉS DE LA OLIVA DE CASTRO, "Derecho a la propia ima-
gen", en Diccionario de Derecho Privado, t. 1, Edil. Labor, 1950.
71 A. DE LA OUVA DE CASTRO, en ob. cit., t. 1, pág. 1485. Este autor cita la tesis de FAJ)DA
y BENSA, para quienes "la sociabilidad no puede obligarme a permitir que mi retrato, aunque
sea con fin benéfico, se fije en todas las piedras del camino".
72 El objeto de este derecho no es el cuerpo; la imagen no constituye un ataque al mis-

mo, sino a la figura, exteriorizada en los rasgos físicos y que es susceptible de ser represen-
tada mediante los recursos del arte" (A, VON TUHR, ob. eit .. t. 1, pág. 186),
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 493

nidad, impiden que las características externas que conforman su fisonomía o


impronta y que lo identifican más que cualquiera otro signo externo en su con-
creta individualidad, puedan ser objeto de libre disposición y manipulación por
terceros. De ahí que con las limitaciones legítimas deducibles de las exigen-
cias de la sociabilidad humana, la búsqueda del conocimiento y demás intere-
ses públicos superiores, se estime que toda persona tiene derecho a su propia
imagen y que, sin su consentimiento, esta no puede ser injustamente apropia-
da, publicada, expuesta, reproducida o comercializada por otro" (sent. T-090
de 1996).
Il. Características del derecho a la imagen.-El derecho a la imagen tiene
un acentuado carácter ético, pero también posee características de orden pa-
trimonial, es decir, que una persona puede gratuita u onerosamente permitir la
circulación de su imagen en revistas, en el cine, para la propaganda de artícu-
los, etc.
El derecho a la imagen se traduce en un derecho subjetivo de la persona-
lidad que implica: a) la facultad de disponer de la imagen autorizando su pu-
blicación o reproducción por todos los medios posibles, ya en forma gratuita,
ya en forma onerosa; b) la facultad de impedir la reproducción y publicación
de la misma (con ciertas limitaciones).
III. El derecho a la imagen en el derecho positivo.-El artículo 87 de la
ley 23 de 1982 reconoce el derecho a la imagen. "Toda persona tiene derecho
a impedir con las limitaciones que se establecen en el artículo 36 de la presen-
te ley que su busto o retrato se exhiba o ponga en el comercio sin el consenti-
miento expreso de la misma persona, o, habiendo fallecido esta, de las perso-
nas mencionadas en el artículo 85 de esta ley. La persona que haya dado su
consentimiento puede revocarlo con la correspondiente indemnización de per-
juicios". El derecho tiene dos limitaciones: a) la prevista en el artículo 36 de
la ley 23 de 1982 que dice: "La publicación de un retrato es libre cuando se re-
laciona con fines científicos, didácticos o culturales en general, o con hechos
o acontecimientos de interés público o que se hubieren desarrollado en públi-
co; b) las autoridades de policía y los jueces pueden reproducir, difundir y
exhibir retratos sin consentimiento del retratado o de sus parientes, por razo-
nes de justicia o de seguridad pública "73.
Un derecho a la imagen lo tiene toda persona mientras viva; a su muerte,
se transmite a su cónyuge, a sus hijos o a los descendientes legítimos de estos,
o, en su defecto, al padre o la madre.

73 ENNECCERUS-NIPPERDEY, Parte general, § 93-v, nota35. Según estos autores pueden


difundirse y exhibirse sin permiso las imágenesque proceden de la esferade la historia con-
temporánea, las fotografías de reuniones o actos públicosen los cuales la persona retratada ha
tomado parte (ob. cit., § 93-v. nota 35).
494 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERAOAS

IV. Derecho comparado y aplicaciones.-El derecho alemán reconoce


un derecho a la imagen, según la ley de derechos de autor de 190774 • Una im-
portante aplicación de este derecho tuvo ocurrencia cuando unos fotógrafos
penetraron en la cámara mortuoria de Bisrnarck, y, violentando las puertas,
obtuvieron una fotografía del cadáver. Los herederos consiguieron de los tribu-
nales la devolución del negativo y su destrucción".
El artículo 10 del Código italiano de 1942 otorga un derecho a la imagen
cuando es expuesta o publicada "fuera de los casos en que la exposición o pu-
blicación es consentida por la ley, o bien con perjuicio del decoro o reputación
de la propia persona". "Es libre la publicación del retrato cuando vengajus-
tificada por la notoriedad de la persona o del cargo público que ostentase, o por
necesidad de justicia o de policía, o cuando tenga objeto científico':".
La doctrina y la jurisprudencia francesas han reconocido un derecho a la
imagen. En relación con una mujer casada cuya imagen fue publicada en un
almanaque en calidad de modelo de peinado; dijo el tribunal del Sena ante la
queja respectiva que el retratista no puede hacer uso alguno del clisé sin el con-
sentimiento de la persona a quien pertenecen los rasgos reproducidos", El ar-
tículo 162 del anteproyecto de Código Civil reconoce y garantiza un derecho
a la imagen".
Los jueces ingleses igualmente protegen un derecho a la imagen contra
publicaciones y reproducciones realizadas sin consentimiento, citándose al res-
pecto el caso del príncipe Alberto y la reina Victoria, quienes se hicieron sacar
unas fotografías para sus parientes y amigos, pero el fotógrafo permitió que
fueran publicadas en un catálogo descriptivo. Con buen criterio, los jueces
prohibieron la publicación afirmando que existía abuso del derecho".

§ 161 bis.-Derechos fundamentales de la niñez


y derechos de los adolescentes

Es obligación de todo Estado, y con mayor razón de un Estado social de


derecho, garantizar el desarrollo sano, armónico e integral de sus futuros ciu-
dadanos y debe asistirlos y protegerlos en igualdad de condiciones. No solo

74 ENNECCERUS decía que, no obstante la citada ley, no existía un derecho a la imagen (§

93- V); opinión distinta sostiene actualmente N¡PPEROEY (en ENNECCERUS, ob. cit., ed. de 1959,
§ 101, Il-2).
7S Canso A. DE LA OLIVA DE CASTRO, en ob. cit., t. 1, pág. 1486.

76 M. ROTONDI, Instituciones de derecho privado, trad. de Fr. Villavicencio, Edit. Labor,


1953. núm. 112. Un resumen de la actual doctrina italiana sobre el derecho a la imagen, puede
consultarse en A. DE LA OLIVA DE CASTRO, ob. cit., t. 1, págs. 1486 y ss.
77 Cons. A. DE LA OLIVA DE CASTRO, en ob. cit., t. 1, págs. 1485 y 1486.
n Avant-Projet de Code Civil, la parte, Paris. 1955.
7<,) Cons. A. DE LA OLIVA DE CASTRO, en ob. cit., t. 1, pág. 1488.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 495

por su incapacidad física y mental sino también porque son el núcleo y sustra-
to de la subsistencia futura del Estado, merecen esa especial protección y de la
familia y de la sociedad.
Esta verdad consagrada en los tratados, convenios, constituciones, leyes,
etc., no parece interesar a muchos países. Según datos de la Unicef, por razo-
nes bélicas en las dos décadas en Centroarnérica cuatrocientos mil niños que-
daron huérfanos, sin contar los muertos porque no hay estadísticas ni tienen
estimativos; en Colombia, según datos de la Asociación Colombiana del Menor
Maltratado, "durante 1992 fueron asesinados cinco niños diariamente"; la
realidad es más dolorosa y solo en Bogotá en el primer semestre de 1993, se-
gún cifras oficiales, 2.734 niños fueron lesionados y 793 fueron víctimas de abu-
sos sexuales.
y según datos de la coalición española para acabar con la utilización de
niños y niñas soldados, el número de niños combatientes para el año 2009 era
de 300.000; Human Rights Watch, reportó en 2003 que la cifra de niños com-
batientes en Colombia superaba los 11.000; de igual forma el Instituto Colom-
biano de Medicina Legal y Ciencias Forenses encontró que los reconocimien-
tos médico legales por maltrato infantil aumentaron, pues pasaron de 10.921
casos en el año 2001, a 13.913 en 2007; y en 2009 se presentaron en Colombia
17.717 homicidios, de los cuales el 6.5 por ciento correspondieron a menores
de edad.
Sin detenernos a examinar otros aspectos de violencia o de abandono, ni
el de los niños que no tienen hogar ni derecho a su patria, pues so pretexto de
la adopción internacional estamos aceptando que sean llevados a un medio
extraño y hostil, y legitimando el incumplimiento del deber más imperioso de
todo Estado o sociedad, cual es el de formar a sus futuros ciudadanos confor-
me a su nacionalidad, cultura, folclore, etc. -recuérdese que ni en las épocas
primitivas, las tribus O clanes permitían que sus descendientes fueran adopta-
dos por extraños-, no queda duda alguna sobre la indefensión de los niños
colombianos y el anhelo para que sus derechos fundamentales se hagan plena-
mente efectivos.
Según el artículo 44 de la Constitución, "son derechos fundamentales de
los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimen-
tación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser sepa-
rados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la
libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abando-
no, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación labo-
ralo económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos
consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales
ratificados por Colombia".
"La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y pro-
teger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno
de sus derechos".
496 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

"Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumpli-


miento y la sanción de los infractores. Los derechos de los niños prevalecen
sobre los derechos de los demás".
En realidad esa enunciación no puede considerarse taxativa, porque los
derechos de la niñez, que prevalecen sobre los demás, comprenden no solo
los consagrados en el artículo 44 de la Constitución Política; también se inte-
gran a esta normatividad los humanos de todas las personas, los señalados en
los tratados internacionales ratificados por Colombia, los establecidos en el Có-
digo de la Infancia y la Adolescencia, el Código Civil y en otras leyes de se-
guridad social o laborales, etc.
Íntimamente ligados a estos derechos están los del adolescente; es la con-
secuencia natural y obvia del desarrollo físico del ser humano. El artículo 45
de la Constitución Política los consagra: "El adolescente tiene derecho a la pro-
tección y a la formación integral. El Estado y la sociedad garantizan la parti-
cipación activa de los jóvenes en los organismos públicos y privados que ten-
gan a cargo la protección, educación y progreso de la juventud".
Varias normas internacionales consagran los derechos de la niñez y la ado-
lescencia; entre las que se destacan la Convención Americana sobre Derechos
Humanos "Pacto de San José de Costa Rica"; el Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador"; el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención sobre los
Derechos del Niño, que determina las obligaciones de los Estados con la ni-
ñez, ordena su protección y enuncia sus derechos.

n.-Los derechos económicos, sociales y culturales

§ 162.-Los principales derechos humanos económicos,


sociales y culturales

Hemos advertido que desde 1918 se hizo la proclamación de los derechos


del pueblo trabajador y explotado en la Unión Soviética. Posteriormente, en
la Declaración Americana de Bogotá de 1948 y en la Declaración Universal
de las Naciones Unidas del mismo año, se tuvieron en cuenta no solo los de-
rechos civiles y políticos sino también los denominados derechos económicos
y sociales. Pero estas declaraciones no constituyen un tratado obligatorio, razón
por la cual se decidió preparar una proclamación de derechos humanos a la que
se reconocería como derecho internacional". Esto dio motivo para la celebra-
ción de dos pactos internacionales de derechos humanos: el primero enuncia
los derechos humanos civiles y políticos, aceptados por los países individualis-

80 Cons. PEDRO PABLO CAMAROO, ob. cit., págs. 165 y 166.


LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 497

tas O capitalistas; el segundo comprende los derechos de carácter económico,


social y cultural, cuya declaración era pedida por la Unión Soviética y demás
países socialistas. Ambos fueron aprobados en 1966 y se convirtieron en dere-
cho positivo de la república por la ley 74 de 1968 8 1•
Tendremos en cuenta la proclamación de los derechos económicos, so-
ciales y culturales de las declaraciones de Bogotá, de las Naciones Unidas y
del pacto internacional de 1966, así como las que se hacían en las constitucio-
nes socialistas, especialmente la de la Unión Soviética de 1977 y la de Alema-
nia Democrática de 1968 y hoy consagra la Constitución Política de Colombia
de 1991.
1. Derecho al trabajo y a remuneraciónjusta.-No se trata de proclamar
una abstracta libertad de trabajar o escoger libremente profesión u oficio, sino
de un derecho real concreto: todo mundo tiene derecho a obtener alguna suer-
te de trabajo dentro de la organización estatal y económica de la sociedad. El
derecho se traduce en un doble deber: cada cual está obligado a trabajar y el
Estado tiene el deber de garantizar trabajo a todo mundo.
El artículo XIV de la Declaración Americana de Bogotá dispuso: "Toda
persona tiene derecho al trabajo en condiciones dignas. Toda persona que tra-
baja tiene derecho de recibir una remuneración que, en relación con su capa-
cidad y destreza, le asegure un nivel de vida conveniente para sí misma y su
familia". El artículo 6° del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales enuncia así este derecho: "Los Estados partes en el pre-
sente Pacto reconocen el derecho a trabajar, que comprende el derecho de toda
persona a tener oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente
escogido o aceptado, y tomará medidas adecuadas para garantizar este dere-
cho ... etc.". Agrega el artículo 7° del mismo Pacto que el trabajo de toda per-
sona debe garantizarle un salario equitativo e igual para hombres y mujeres,
seguridad e higiene en el trabajo, períodos de descanso, etc.
Dentro de esta orientación el artículo 24 de la Constitución de la antigua
República Democrática Alemana; los artículos 40 y 41 de la Constitución de
la Unión Soviética de 1977 y la parte I de la Carta Social Europea de 1961.
El artículo 25 de la Constitución consagra el derecho a la huelga y al traba-
jo; establece que el trabajo no solo es un derecho sino también una obligación
social y ordena su especial protección por el Estado (supra, § 155).
Esa protección especial debe concretarse en el Estatuto del Trabajo que
será expedido por el Congreso y tendrá por lo menos los siguientes principios
básicos: "Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mí-
nima vital y móvil, proporcional a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad
en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en nor-

81 Sobre el "derecho a la vivienda digna", consultar la sent, C-383 de 1999 de la Corte

Constitucional, en la que analiza este importante derecho social y económico.


498 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

mas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos inciertos y


discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de duda en la apli-
cación e interpretación de las fuentes formales de derecho; primacía de la reali-
dad sobre formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales;
garantía a la seguridad social, la capacitación, el adiestramiento y el descanso
necesario; protección especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador me-
nor de edad" (art. 53).
Este mismo artículo garantiza el derecho al pago y reajuste periódico de
las pensiones, así como el derecho a la libertad, dignidad humana y los dere-
chos de los trabajadores, que no podrán ser desconocidos por ordenamiento
alguno, o por negocio, contrato o convenio. También la ley podrá establecer
los estímulos, los medios para los que los trabajadores participen en la gestión
de las empresas, y señalar los servicios públicos esenciales en los que el dere-
cho de huelga no es garantizado por el Estado (art. 51).
Coetáneamente con estos derechos se consagró la obligación del Estado
y de los empleadores de ofrecer formación y habilitación profesional y técni-
ca a quienes los requieran (art. 54) y la obligación del Estado de garantizar el
derecho de negociación colectiva y de promover la concertación y los demás
medios para la solución pacífica de los conflictos colectivos de trabajo (art. 55).
n. Derecho a un nivel de vida adecuada para si y para lafamilia.-Este
nivel de vida comprende la alimentación, el vestido y la vivienda (Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art. 11); com-
prende igualmente el mantenimiento de la salud (Constitución de la Unión
Soviética de 1977, art. 42; Constitución de la República Democrática Alema-
na; art. 35; Carta Social Europea, art. 11 Declaración Americana de Derechos
de Bogotá, art. XI).
En cuanto al derecho de toda familia a tener una vivienda propia como
elemento básico de un nivel de vida adecuado y justo, es postulado unánime-
mente predicado por todas las constituciones socialistas y tiene sus orígenes
en los tiempos antiguos. Una de las primeras revoluciones ideológicas fue la
que ocurrió en Roma con ocasión de la concentración del suelo en pocas manos
y la formación de los grandes latifundios, que hizo exclamar a TIBERIO GRACO
en un célebre discurso: "Los animales del campo de Italia tienen al menos sus
guaridas, pero los hombres que por Italia vierten sangre no tienen más que la
luz que los alumbra y el aire que respiran".
Igualmente el progreso de las ciencias de la salud ha proclamado el prin-
cipio que afirma que dicho progreso debe estar al alcance de todas las clases
sociales y cesar de ser privilegio solo de las clases pudientes.
El artículo XI de la Declaración Americana de Derechos de Bogotá dis-
puso: "Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas
sanitarias y sociales, relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda y la asis-
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 499

tencia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y


los de la comunidad",
El artículo 12 del citado Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales establece para todos los Estados la obligación de mejo-
rar en todos sus aspectos la higiene del trabajo y del medio ambiente; la pre-
vención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, profesionales y de
otra índole; la creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica
y servicios médicos en caso de enfermedad, En el mismo sentido el artículo
42 de la Constitución soviética de 1977, el artículo 35 de la Constitución de la
antigua República Democrática Alemana y el artículo 13 de la Carta Social
Europea,
El artículo 51 de la Constitución Política reconoce como un derecho de
todos los colombianos el de tener una vivienda digna; el artículo 52 consagra
el derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y al
aprovechamiento del tiempo libre,
IlI, Derecho a un nivel cultural ,-Toda persona tiene derecho a partici-
par en la vida cultural, a gozar de los beneficios del progreso científico y de
sus aplicaciones y a beneficiarse de las producciones científicas, literarias y ar-
tísticas, Con especial énfasis el art. XIII de la Declaración Americana de Bo-
gotá estatuyó: "Toda persona tiene el derecho de participar en la vida cultural
de la comunidad, gozar de las artes y disfrutar de los beneficios que resulten de
los progresos internacionales y especialmente de los descubrimientos científi-
cos, Tiene asimismo derecho a la protección de los intereses morales y mate-
riales que le correspondan por razón de los inventos, obras literarias, científi-
cas o artísticas de que sea autor", Dentro de esta orientación el artículo 15 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el artícu-
lo 46 de la Constitución soviética; el artículo 25 de la Constitución de la anti-
gua República Democrática Alemana,
Lo que indica que toda persona tiene derecho a todos los grados de la edu-
cación según sus capacidades mentales y no según sus recursos económicos
(arts, 13 y 14 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; arts, 25 y 26 de la Constitución de la antigua República Democrá-
tica Alemana; arts. 45 y ss. de la antigua Constitución de la disuelta URSS),
El artículo 67 de la Constitución consagra el derecho a la educación como
inherente a toda persona; le da el carácter de servicio público con una función
social. Su finalidad es la de, entre otras, permitir "el acceso al conocimiento,
a la ciencia, a la técnica y a los demás bienes y valores de la cultura", Se esta-
blece la obligatoriedad de la educación entre los cinco y los quince años de edad
y como mínimo debe comprender un año de preescolar y nueve de educación
básica,
Tanto el derecho a la educación, como el derecho a la cultura son dere-
chos fundamentales de los niños (Con sr, PoL, art. 44),
500 LAS PERSONAS FíSICAS EN Si MISMAS CONSIDERADAS

IV. Derecho a la seguridad social.-Según los artíeulos XVI de la Decla-


ración Americana de Derechos de Bogotá, 9° del Pacto Internacional de Dere-
chos Económicos, Sociales y Culturales, 36 de la Constitución de la antigua
República Democrática Alemana, y 12 de la Carta Social Europea, todos tie-
nen derecho a la seguridad social. Se traduce este derecho en la garantía otor-
gada por el Estado en el sentido de que toda persona incapacitada para trabajar
(enfermos, menores, ancianos) goza de subsidios económicos para que pueda
continuar viviendo en condiciones de decoro y dignidad. Lo que se lleva a efec-
to mediante los seguros sociales extendidos a toda persona, las pensiones de
invalidez, por edad, etc. La más clara comprensión de este derecho se encuen-
tra en el artículo XVI de la Declaración Americana de Derechos de Bogotá en
estos términos: "Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le pro-
teja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapaci-
dad que, previamente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la im-posi-
bilite física o mentalmente para obtener los medios de subsistencia".
La Constitución Política de 1991 dio vital importancia a este derecho y
consagra la atención médica gratuita para los niños menores de un año en los
establecimientos de salud que reciban aportes del Estado (art. 56). En concur-
so con la familia y la sociedad, el Estado protegerá y dará asistencia a las per-
sonas de la tercera edad y en caso de indigencia les prestará los servicios de
seguridad social integral y el subsidio de alimentación (art. 46); igualmente debe
adelantar una política de prevención y rehabilitación e integración social para
los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos.
El avance más importante consistió en consagrar la seguridad social como
un derecho de todas las personas con el carácter de irrenunciable. Es un ser-
vicio público obligatorio, bajo la dirección, coordinación y control del Estado
(art. 48). Se garantizó para todas las personas el acceso a los servicios de pro-
moción, protección y recuperación de la salud (art. 49).

§ 162 bis.-Derechos colectivos y del ambiente

Verdadera innovación es la consagración en las normas constitucionales


de estos derechos; se caracterizan porque se predican de toda la colectividad
y sus titulares no son los individuos. Sus beneficiarios son las personas inte-
grantes de la comunidad, independientemente de quien haya interpuesto la
acción.
Se establecen los siguientes derechos colectivos: a) Los derechos del con-
sumidor y la responsabilidad de quienes en la producción o comercialización
de bienes y servicios atenten contra la salud (art. 68); b) El derecho a la paz, que
no es más que el respeto efectivo y real de todos los derechos inalienables de
los hombres (art. 67); c) La protección a la integridad del espacio público y su
destinación al uso común, que prevalece sobre el interés particular (art. 82).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 501

1. Protección al ambiente.-El derecho a gozar de un ambiente sano, que


es quizá el que tiene un mejor y más completo desarrollo, está acorde con los
principios que los Estados han consagrado en defensa del medio ambiente.
(Const. PoI., arts, 79, 80 Y81).
La relación hombre-naturaleza ya no puede ser contemplativa, y menos
aún destructiva. Los países industrializados y los subdesarrollados están com-
prometidos en lograr un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente
y las de las generaciones futuras; es lo que se conoce como desarrollo susten-
table. Existe el compromiso internacional de los Estados para proteger el am-
biente y numerosos convenios y declaraciones sobre el tema han sido suscri-
tos recientemente.
En el año de 1972 la declaración de Estocolmo estableció de manera ge-
nerallos principios que debían regir su protección; para promover la coopera-
ción internacional las Naciones Unidas crearon en ese año el "Programa para
el Medio Ambiente". En el derecho interamericano la protección del ambien-
te se inicia en el año de 1938, con la adopción por la Octava Conferencia In-
ternacional Americana de la Convención para la Protección de la Flora y de la
Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América; la Asam-
blea General de la OEA adoptó el 8 de junio de 1991 el "Programa Interame-
ricano de Acción para la Conservación del Medio Ambiente". En Latinoamé-
rica podemos citar los tratados de Tlatelolco (1963) y el Pacto Amazónico
(1979), así como las declaraciones de Brasilia (1989), de la Amazonía (1989),
de San Francisco de Quito (1989), el llamado para la Acción de 1991 y la De-
claración de Punta Arenas de 1991.
Los principios sobre el medio ambiente están recogidos especialmente en
la Declaración de Estocolmo de 1972 y en la Declaración sobre Medio Am-
biente y Desarrollo de la Conferencia Mundial de Naciones Unidas de Río de
Janeiro de 1992. Los principios básicos aceptados en esta conferencia son
veintisiete: agrupados de manera sintética se enuncian, a continuación:
1) Todos los seres humanos tienen derecho a una vida saludable y pro-
ductiva en armonía con la naturaleza y son ellos el objeto del desarrollo sos-
tenible;
2) El Estado es soberano para explotar sus propios recursos naturales,
siguiendo sus políticas sobre medio ambiente y son responsables del daño que
causen a otros Estados;
3) La protección del ambiente no se puede considerar aislada del desarro-
llo y este debe ser cumplido de acuerdo con las necesidades tanto de desarrollo
como de protección del medio ambiente de las generaciones presentes y de las
futuras;
4) Todos los Estados y los pueblos están obligados a cooperar en la erradi-
cación de la pobreza; ese deber es indispensable para el desarrollo sustentable,
en orden a disminuir las disparidades en las condiciones de vida;
502 LAS PERSONAS FíSICAS EN sí MISMAS CONSIDERADAS

5) Se debe otorgar prelación a los países en desarrollo y en especial a los


menos desarrollados y a los más vulnerables en materia de medio ambiente;
6) Se exige a los Estados solidaridad y cooperación en la conservación,
protección y restauración de todos los ecosistemas;
7) Las condiciones insostenibles de producción deben ser mejoradas por
los Estados y se deben promover políticas demográficas;
8) Los Estados están obligados a actuar con buena fe y con espíritu de her-
mandad en el cumplimiento de los principios contenidos en la Declaración, y
especialmente deben: cooperar en el intercambio científico y tecnológico y en
la transferencia de tecnología; adoptar una efectiva legislación ambiental;
expedir leyes que consagren la responsabilidad y la compensación por daños
ecológicos; promover la internacionalización de los costos ambientales; noti-
ficar a los demás de cualquier desastre o emergencia que pueda producir efec-
tos dañinos; cooperar para prevenir y desalentar el transporte y ubicación de
sustancias que causen grave degradación ambiental o sean considerados peli-
grosos para la salud humana; respetar en casos de conflictos bélicos el dere-
cho internacional sobre protección del medio ambiente y cooperar en su desa-
rrollo posterior, y resolver todas sus diferencias sobre medio ambiente en forma
pacífica, y de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas;
9) La conservación del medio ambiente compete a toda la comunidad; es
fundamental la participación de la mujer y la vinculación de los jóvenes, así
como de los pueblos indígenas y de sus comunidades;
10) El ambiente y los recursos naturales de un pueblo sometido a opre-
sión, dominación u ocupación, deben ser protegidos.

§ 163.-Consideraciones generales sobre los derechos humanos

1') Por primera vez en la historia de la humanidad se establecen normas


jurídicas supranacionales. Antes de 1948 cada nación establecía su régimen
jurídico sin consideración a que hacía parte de una comunidad universal de
naciones; solo existían atisbos ideológicos dados por importantes doctrinas,
entre las cuales deben mencionarse dos: el cristianismo, que pretendió estable-
cer normas morales, aplicables a toda persona sin distinción de la nación a que
perteneciera, y el marxismo-leninismo cuyas tesis pretenden aplicación gene-
ral, mundial, y no solo en esta o la otra nación. En el preámbulo de la Decla-
ración Americana de Derechos de Bogotá se expresa que los Estados ameri-
canos reconocen que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho
de ser nacional de determinado Estado sino que tienen como fundamento los
atributos de la persona humana; que la protección internacional de los derechos
del hombre debe ser guía principalísima del derecho americano en evolución.
Posteriormente, en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Na-
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD O DERECHOS HUMANOS 503

ciones Unidas se afirmó la elaboración de una doctrina de derechos de que deben


gozar "todos los miembros de la familia humana"; igualmente se expresa la
creencia en una "conciencia de la humanidad".
2a ) Todas las naciones del mundo se encuentran actualmente representa-
das en el gran organismo de las Naciones Unidas, tanto las individualistas como
las socialistas; bien podemos afirmar que no hay nación por pequeña que sea
o grupo humano que no sea miembro de dicha organización.
Una doctrina de los derechos humanos civiles y políticos ha sido elabo-
rada y perfeccionada en los países individualistas; los países socialistas, en cam-
bio, han elaborado su propia doctrina siguiendo las orientaciones fundamen-
tales del marxismo-leninismo y en la cual se consagran los derechos humanos,
económicos, sociales y culturales.
Hoy día, estas dos doctrinas, en vez de enfrentarse formando dos credos
diferentes, tienden a unificarse para integrar un conjunto de ideas cuya finali-
dad es proteger en forma completa la personalidad de cada ser humano. El res-
peto a la vida, la libertad, la igualdad, el honor y la honra, etc., siguen teniendo
validez; pero semejantes derechos son incompletos, pues es necesario no solo
proteger en abstracto la vida sino proveer los medios para que cada persona la
pueda conservar y gozar en las mejores condiciones posibles, para lo cual es
indispensable que cada quien pueda gozar de su salud y disponer de un nivel
de vida adecuado mediante la garantía del trabajo para todos con un salario equi-
tativo; la seguridad social es derecho no contemplado por las viejas declara-
ciones de derechos humanos. Igualmente la libertad y la igualdad de poca cosa
sirven a las clases más desvalidas de la sociedad; por ello los nuevos derechos
económicos pretenden una libertad y una igualdad de orden económico y no
simplemente civil o político.

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