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MIGUEL CIVEIRA TABOADA
JO N U TA
PRIMERA EDICION
Editorial Jus, diciembre de 1975.—2,000 ejemplares.
156587
Por la participación en diversos aspec
tos en esta edición, mi agradecimiento
al licenciado Juan Rodríguez Prats, Se
cretario Particular del C. Gobernador
de Tabasco, Sr. Gustavo Campos Cas
tillo, Jefe de Relaciones Públicas e In
formación de Tabasco, Profr. Melchor
García Reynoso, Jefe del Departamento
de Gráficas de la Secretaría de Hacienda
y C. P., Sr. Jaime Valdés Ramírez, Jefe
de Laboratorio Fototécnico de Hacien
da, Juan Ramón Chan —joven pintor
yucateco que ilustró la obra—, Ma. Ele
na Bibriesca Sumano, Ma. Teresa Gó
mez Jiménez, Ma. Teresa Ríos Gutiérrez
y Gloria Sánchez Ramírez, que mecano
grafió y corrigió los originales.
INTRODUCCION
LA FUNDACION DE JONUTA
E l m o n a r c a d e España, Garlos III, en real
cédula1 de 19 de febrero de 1765 otorgó el
cargo de alcalde mayor de Tabasco a don Pe
dro Dufau Maldonado, que gobernó esa pro
vincia hasta el año de 1701.
Fue este gobernador quien dio la orden que
Jonuta fuese abandonada por el pequeño ve
cindario que allí a través de los años se había
radicado. Figura en 1581 con diecisiete tribu
tarios.
Es de suma importancia conocer el texto del
documento donde dicta esa orden, y que ade
más trae datos valiosos para posteriormente
poder comprender el fondo real que existía por
parte de los dueños de haciendas, de acapara
mientos de tierras.
El documento dice así:
“Don Pedro Dufau Maldonado, Capitán de in
fantería de los Reales Ejércitos, Alcalde Mayor
por S.M., Teniente capitán general, juez oficial,
subdelegado por S.A. de todos los ramos de la
Real Hacienda y por el juez privativo de tierras
realengas, aguas baldías en esta provincia de Ta
basco; etcétera: Por cuanto asistido de los ma
yores antecedentes que se fundan en la visita1
1 Archivo General de la Nación. Reales Cédulas, v. 86, exp.
59 y 171. Ver mi obra: Tacotalpa, capital de Tabasco de 1666
a 1795, México, D. F., 1973.
pastoral que el ilustrísimo señor don fray Buena-
bentura de T’exeda Diez de Velasco,2 dignísimo
obispo de esta provincia y de Yucatán, practico
en ella, una de sus principales providencias fue la
necesidad de haberse despoblar el sitio nombrado
Jonuta, ya sea por lo ceñido de sus tierras, que
no permite la proporción de situarse número com
petente a la esperanza de la regularidad de pue
blo, ya por la clase de sus gentes, y ya por la
imposibilidad de suministrar a los existentes el
pasto espiritual, cuya auta determinación por un
abuso reprensible no ha tenido efecto, tolerados
siempre bajo de pretestos de aumentos de po
blación, de obligarse a edificar iglesia y mantener
un ministro eclesiástico, que junto con la Paliza
da, jurisdicción del presidio del Carmen, contiguas,
acudiese a una y otra parte a la administración
de Sacramentos y demás asesoría a los sagrados
preceptos de nuestra religión, con cuyas circuns
tancias el ilustrísimo fray Antonio Alcalde,3 igual
mente dignísimo sucesor en su visita, les permitió
su permanencia, y verificó el translado sin que
pudiese permanecer mas que un corto tiempo, por
no acudirle con la congrua sustentación ejemplar
que destruye toda duda de no ser la comodidad
cristiana la que los guía, y antes, salo el espíritu
2 El doctor fray Francisco de San Buenaventura Tejeda
Diez de Velasco tomó posesión como el XXV obispo de Yu
catán el 15 de junio de 1746 y gobernó su sede hasta abril
de 1752. Pasó a ser obispo de la Mitra de Guadalajara.
3 El doctor fray Antonio Alcalde fue el XXVIII obispo de
Yucatán. Tomó posesión de su grey en Mérida el lo. de agosto
de 1763. Gobernó su diócesis hasta el año de 1771 en que
fue designado obispo de Nueva Galicia.
Es decir, en 1748 el obispo Tejeda ordena la despoblación
de Jonuta y en 1767 —visita del obispo Alcalde a la provin
cia de Tabasco— ordena que se queden sin pobladores un
corto tiempo. De modo que nunca desapareció el pueblo de
Jonuta.
de libertad entregados a todos vicios, de que poses
las más auténticas pruebas acompañadas de los
clamores del párroco a más de treinta leguas de
distancia y del padre vicario incapite, y no siendo
menos reprensible el haber subsistido tanto tiem
po, sin reconocimiento de superioridad, por la
distancia y corto número, que naturalmente hace
ver, es el intento substraerse de ella, a lo que de
algún modo proveí a los principios de mi gobierno,
estableciendo un cabo de justicia, siendo las re
sueltas dos mil enrredos todos los días, o por im
prudencia suya, o por no poder sufrir la sujeción,
precisamente por lo mismo, hecha una pista com
binación, o admitir la renuncia de aquel, y mandar
que en lo sucesivo se juntasen todos los años los
vecinos, y en el primer día nombrasen un alcalde
que presidiese y me fuese responsable, pero no
sabiendo casi todos ellos, ni leer, ni escribir, de
jando a Lucas Bonilla, me suplicaron fuese este
el que permaneciese. Por último, a estas causas
se unen, la de ser aquel paraje abrigo de delin
cuentes y mozos huidos, sin más profesión que
fabricar aguardiente, chinguirito, que van a ven
der por barriles al Palenque, cuyo teniente se me
a quejado, en cuya virtud y la de no darse otros
frutos que mais y caña, he resuelto mandar como
ordeno y mando, a todos los vecinos estantes y
habitantes del referido Jonuta, que se les conceda
el término para que cojan sus frutos pendientes
todo el mes de septiembre inmediato, en el cual
precisamente se lian de retirar a poblado, prece
diendo antes hechar abajo las casas que hubiese,
y caso de que no lo verifiquen por sí, en el si
guiente octubre comisionaré sujeto de mi satisfac
ción que pase a la ejecución, con la pena por la
inobediencia que les imponga de costas y demás
que sean condignas, y para que llegue a noticia
de todos y se lo haga saber cometo la notoriedad
al citado alcalde o cabo de justicia Lucas Bonilla,
que para ello los juntara a todos pondrá la dili-
gencia de notificación a continuación de este des
pacho, me lo volverá con la posible brevedad,
apercibiéndoles perentoriamente de la ejecución,
y de no oír instancia alguna.
Y es dado en la villa de Tacotalpa en tres días
del mes de julio de 1770, actuando como juez
receptor con testigos de asistencia que autorizan
mi firma a falta de escribano público y real, y
va en este papel común por no haberlo del oficio
que le corresponde sin perjuicio del Real Haber
de que certifico.—Pedro Dufau Maldonado (rú
brica). Testigos: Raphael Gómez (rúbrica). Ci
priano Arias y Merlo (rúbrica).”
El 20 de julio los habitantes de Jonuta pi
dieron un plazo de cuatro años para abando
narlo, y Lucas Bonilla levantó por tal motivo
un acta que fue turnada al alcalde mayor Du
fau Maldonado.
A Dufau Maldonado lo suplió como alcalde
mayor don Sebastián Maldonado y a éste —pro
visionalmente— Bartolomé Dávila, hasta que
llega a tomar posesión el nuevo gobernante don
Nicolás Bulfe.
Don Nicolás Bulfe fue alcalde mayor de la
provincia de Tabasco de 6 de junio de 1776
hasta el año de 1782. Gil y Sáenz dice en su
obra que el capitán gobernó de 1772 al 16 de
enero de 1774, que no concuerda con la docu
mentación que signa Bulfe en los años que fi
guran en la documentación que proporcionó,4
y con la real cédula que existe en el Archivo
General de la Nación, volumen 107, exp. 247.
4 Ver artículo mío: Amparos de tierras en Tabasco de 1177
a 1810. Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y
C. P. No. 422, del lo. de septiembre de 1969.
Ante el alcalde mayor Bulfe, el estanciero
Francisco Guerrero Ximénez presentó una de
nuncia, que por el interés que tiene en datos
relacionados a la geografía e historia de esa
región, y las diligencias que hizo en las que
participaron autoridades virreinales, transcribo
esa documentación:
AI margen “Tacotalpa5 a 5 de junio de 1779.
El Teniente de Macuspana informará sobre lo
que esta parte expresa que hallando no ser cierto,
no ser costumbre el tener camino por la sabana
de esta parte, notificará al Teniente de Jonuta
no proceda a la apertura de este camino. Bulfe
(rúbrica)”.
“Sr. Don Nicolás Bulfe.—San Francisco, 31 de
mayo de 1779-—Muy señor mío y mi dueño:
Habiendo llegado a esta hacienda de vuestras se
ñorías e informándome de mi mayordomo de todo
su estado por ser la primera vez que vengo a
instruirme en ella, me ha hecho ver lo muy per
judicial que es a dicha hacienda el camino que
V.S. ha mandado abrir a los del pueblo de Jo-
nuta, para que por esta hacienda tengan tránsito
a esta provincia, que nunca (lo había tenido)
más que por los correos que van y vienen (por)
los ríos de Usumacinta, por ser cordillera de Yu
catán, y que en el poco tiempo que V.S. lo mandó
abrir al Teniente de Jonuta, sus vecinos han pe
gado fuego a la sabana grande que tengo nom
brada el Llano, que la primera vez fue a princi
pios de marzo de este año, en cuyo incendio, por
ser sin tiempo (época de quema) mes muy perju
dicial porque los vaqueros no pueden correr en
el Llano, por la crecida sarza que ha producido,
además que en aquel tiempo que incendiaron,
pudo haber peligrado mucho ganado por no tener
“ Tacotalpa fue durante 129 años la capital de Tabasco.
pastores que con tiempo hicieran las abentadas,
agregándose a esto los robos que moralmente con
cibo me estén haciendo por ser en un paraje
dilatado sitio, y se viene en conocimiento ¿a qué
vendrían a la sabana los que pegaron fuego, cuan
do no tienen para que venir a ella?, y ahora tres
días volvieron a pegar fuego a dicha sabana, y
habiendo mandado un hombre a que viese donde
estaba el fuego, divisó a dos hombres que iban
por tierra con escopetas, y así que estos lo vieron
se metieron (por estar cercado el río chiquito)
en una canoa que tenían, y se fueron río abajo.
Esto ha acontecido solamente por la abertura del
camino, y mi escribiente que tengo de pie en esta
dicha hacienda, me ha dicho que el Teniente de
Jonuta don Silvestre Magaña, le mostró un man
damiento de V.E. en el que mandaba que se
abriera dicho camino, en lo que no se opusiese
mi mayordomo, ni administrador por convenir así
al real servicio.
Señor: como apasionado que soy a V.S., y que
le amo de corazón digo que quien le informó de
que convenía al real servicio abrir dicho camino,
ciertamente le engañó y no profesa verdad, pues
es puerta franca para asunto contra la Real Ha
cienda, que abierto este en parte es muy excu
sada la vigía de Escobas.
El Teniente Magaña así como abrió camino
para tener paso por esta hacienda, lo abrió tam
bién hasta la raya de la Palizada, y habiendo in
sistido al propio ministro don José Justo Cristal
el Teniente de la Palizada para que se empeñase
con el señor Gobernador de la Laguna6 a fin
de que mandase abrir camino por tierra desde
Palizada hasta donde la abrió Magaña, le res
pondió el señor Gobernador al padre Cristal
(quien conserva la carta) que no consentía a ello,
° Así le llamaban también a la isla del Carmen: Laguna
de Términós, o Presidio del Carmen.
por ser contra el real servicio, y que si consentía
era excusado el destacamento que tenía en la
Palizada; con que señor la misma pariedad si
gues con el abierto por esta hacienda, y la vigía
de Escobas. Esto es hacer a V.S. palpable el que
le han engañado por lo que toca a que conviene
al real servicio; y por lo que a mí pertenece digo
que mi sabana del Llano, en donde tengo la ma
yor parte de mi ganado, hago la comparación a
V.S. de que es como un sapo7 donde se hecha
dinero, que en el por su boca se mete y saca; pero
si se descubre algún descosido se le sale el dinero:
así es la sabana del Llano, pues por el camino
que va desde esta hacienda a ella, es la puerta
por donde han entrado mis vaqueros a sacar las
partidas para los abastos, sin tener otro conducto
por donde se escape, el ganado; pero ahora que
hay el camino de Jonuta, es la abertura por donde
se pueden cometer picardías y que se me alce el
ganado por tener puerta franca que es lo mismo
que la descosedura o rotura del sapo.
Bajo de los poderosos motivos y que por título
ninguno es conveniente dicho camino abierto, es
pero del favor de V.E. me ordene el que lo cierre
con mi gente, pues el pueblo de Jonuta (que por
dos ocasiones ha estado mandado demoler y que
marse) siempre se ha manejado por el vicario
de Tepetitán, y el de Villahennosa.
Al Vicario que pudiera servir de beneficio di
cho camino es al señor cura de Tepetitán para
la administración de Santos Sacramentos, de quien
se puede informar, si es conveniente al real ser
vicio que esté abierto, y también del señor co
ronel don Joaquín de Santa María, si tiene noticia
que en tiempo de mi suegro, ni antes o después
se hubiese abierto.
El impuesto de todo, y de lo que parezca a
7 Llamaban así a los bolsos de yute o henequén, y culebras
a cinturones de cuero donde se guardaba el dinero.
V.S. que es de justicia, me ordenará lo que tenga
conveniente que yo estoy pronto a seguir sus ór
denes, Ínterin las consigo.”
Esta información está redactada por Fran
cisco Guerrero Ximénez quien la rubrica en la
fecha y año antes mencionado.
Como los meses pasaban y poco caso hicie
ron en la alcaldía mayor a la petición del due
ño de la hacienda de San Francisco, éste se
dirige al virrey, quien turna la correspondencia
y que sigue este proceso:
Al margen “Real Aduana de México, 19 de
julio de 1780. Como lo pide, y para su efecto
pase al administrador de la Aduana de Villaher-
mosa de Tabasco don Esteban Crespi, quien de
volverá el expediente evacuado para determinar
lo que corresponda. Proveyendo los señores supe
rintendentes, directores generales de aduanas y del
ramo de pulques, y lo rubricaron.”
El expediente trata de la petición que hizo
el vecino de San Juan Bautista de Villaher-
mosa, Francisco Ximénez Guererro, a los supe
rintendentes generales de Nueva España, que
don Juan García, guarda del resguardo de la
Real Aduana de Tabasco, declare que:
“Si es cierto que hallándose en el año pasado
de 1779, por el mes de mayo, visitando los pue
blos de Macuspana, San Carlos, San Fernando,
y Tepetitán, pasó por mi hacienda de ganado
(mayormente nombrada San Francisco que fue
de mi suegro don Alonso Garrido Balladares) a
visitar el nuevo pueblo de Jonuta. Si es cierto
que el 20 de dicho mes estando conmigo sentado
en el patio de la referida hacienda llegó un in
dio, que venía del referido pueblo de Jonuta pi-
diéndome le diese posada por aquella noche. Si
es cierto, que lo registró y que le encontró un
poco de tabaco de contrabando, y un poco de
sebo de vaca. Si es cierto que me pidió dicho
guarda un par de grillos prestados para asegurar
al indio, los que le di y puso un toncon para la
vuelta de su visita de Jonuta llevando al señor
Esteban Crespi, administrador de Tabasco para
que le siguiese causa, el cual indio mientras don
Juan fue a la visita se safó los grillos y se huyó.
Como así mismo declare si el camino por donde
fue, de mi hacienda al pueblo de Jonuta, que es,
nuevamente mandado abrir por don Nicolás Bulfe,
gobernador de dicha provincia de Tabasco, es con
veniente a las reales rentas, y que diga, si por
él, es muy fácil introducir clandestinamente (con
trabandos) a la Provincia por la falta de resguardo
que hay por dichos pasajes, y por hallarse el de
Villahermosa en distancia de treinta a cuarenta
leguas. Para cuya declaración se servirá vuestras
señorías dar su comiáón al referido señor admi
nistrador don Esteban Crespi, a fin de que se la
reciba al mencionado guarda, y evacuada se sirva
remitirme el original, con los demás que a con
tinuación de este escrito se practiquen, para pro
ducirlo todo, dónde, cómo, y ante quién me con
venga tanto y como por lo que en ello interesa
los haberes reales, como por mi derecho, por lo
que a Vuestras señorías pido y suplico provea y
mande lo que llevo solicitado por ser de justicia
que es lo que pido, juro y para ello (rúbrica).
Otro si digo:
Gonviene a mi derecho que dicho señor ad
ministrador don Esteban Crespi haga comparecer
ante si a tres sujetos que cité y señalé de oficio
que sean prácticos en los ríos de Tabasco, y que
bajo juramento declaren, si es cierto que desde
el pueblo de Jonuta, y por el camino nuevo abier
to por mi hacienda, es facilísmo hacer introduc
ciones clandestinas a la provincia de Tabasco,
libres de pasar por la vigía de Escobas, donde
hay resguardo de las reales rentas, como el que
se encuentra en la aduana de Villahermosa.”
Hace una petición más y firma don Fran
cisco Ximénez de Guerrero. A continuación
viene el cúmplase de Crespi, ordenado por los
directores generales de aduanas y el del ramo
de pulque y pide que testifiquen los señores
Manuel Tenerife, Juan de la Cámara y Mar
celo García “antiquísimos en esta dicha pro
vincia y traficantes en los ríos de ella”.
Estos testigos dijeron poco más o menos lo
mismo: que no sabían que hubiese camino de
San Francisco a Jonuta; que era muy fácil
introducir contrabandos por ríos y arroyos e ir
a la sierra “como a sí mismo al Palenque, ju
risdicción de Guatemala, sin que puedan ser vis
tos ni oídos de la vigía de Escobas y del puerto
de Villahermosa”.
Estas son las primeras diligencias que apa
recen en el litigio que Ximénez Guerrero sigue
para impedir se construyera un camino de Vi
llahermosa a Jonuta que al pasar por tierras
de su hacienda, él decía que lo afectaba, no
obstante la siguiente carta que envió a Nicolás
Bulfe, gobernador de Tabasco en la cual le
dice: “San Francisco, 18 de junio de 1779.
Muy señor mío: Por las diligencias adjuntas
verá V.S. que no ha sido costumbre que por
mi sabana hayan tenido camino los de Jonuta,
y aunque el comisionado de V.S. ha intimado
se ordene al cabo de justicia de Jonuta, de que
no siga con la apertura del camino nuevo, en
que se supone, que yo ya lo podía cerrar, no
procedo a ello hasta no tener nueva orden de
V.S. para verificarlo, pues en todo quiero estar
obediente a sus preceptos”.
Si en algo se preocupaban las autoridades
virreinales, fue en todo lo que np lesionara la
Real Hacienda, de manera que enteradas las
autoridades radicadas en la ciudad de México,
ordenaron una investigación exhaustiva que tu
vo esta secuencia, comenzando por averiguar si
eran ciertas las denuncias del propietario de
la hacienda de San Francisco.
“Real Audiencia de México. 19 de julio de
1780. Como lo pide y para su efecto pase al ad
ministrador de la Aduana de Villahermosa de
Tabasco don Esteban Crespi, quien devolverá el
expediente evacuado para determinar lo que co
rresponda, proveyendo los señores superintenden
tes, directores generales de Aduanas y del ramo
del pulque del Reyno y lo rubricaron.”
“Don Francisco Gómez Guerrero, vecino de
Villahermosa, jurisdicción de Tacotalpa, Capital
de la provincia de Tabasco, ante vuestras seño
rías como mayor proceda por derecho digo: que
el Gobernador de dicha provincia con pretexto
de ser conveniente al real servicio mandó abrir
un camino en mi hacienda de San Francisco para
que hubiese tránsito desde el pueblo de Jonuta;
y aunque le representé yo por medio de una carta
ser muy perjudicial a mis intereses y a los de la
Real Hacienda, y que nunca había habido allí
camino abierto, y se lo informó así en todo el
Teniente de Macuspana, lo remitió después al
de Jonuta quien (como el principal gestor del
camino) recibió una información <?n que se acre
ditaba no resultar los perjuicios que yo había
significado en mi carta la que concluida se me
dio traslado de todas las diligencias.
29
jonuta-3
El positivo conocimiento que me asigna, da,
que mis alegatos para hacer cerrar el camino, ha
bían de ser del todo inútiles, por el empeño que
en él se había puesto, me persuadió, ser más
conveniente retener los autos para representar a
otro Tribunal en que se administrase justicia con
la importancialidad correspondiente, y a su ha
biéndome dirigido a esta Corte, con motivo de
otros asuntos e determinado representarlo a vues
tras señorías exhibiendo las diligencias como los
cargos.
Ellas aunque se manifiestan van autorizadas,
por lo deferente que estuvieron los testigos a la
conveniencia y nulidad del camino, se hallan con
los notables vicios, de que esa información se re
cibió por el teniente de Jonuta, en calidad de
comisionado; él, puntualmente fue el que sugirió
y solicitó la apertura del camino, como lo ma
nifiesta, la declaración de don José Román de
Puerta, que se recibió en esta Corte de orden
del señor Corregidor, que va señalada con el No.
1, en los documentos que presento; a mas de ésto
se recibió sin mi citación, y siendo parte formal
en el asunto (como acreditó el mismo Goberna
dor) con haberme mandado dar traslado de ella
en su último auto, es claro, que no puede merecer
fe en juicio; y últimamente la recibió el teniente
Comisionado en los pueblos de Ataspa, Jalapa,
Macuspana y Tepetitán, escribamos de su juris
dicción, y aunque procedía con la comisión ex
puesta, no tomó, como debía pase alguno de los
tenientes particulares, que eran los jueces del te
rritorio. Aclarado, que todas estas diligencias, no
son de importancia, ni prueban cosa alguna por
esos vicios en que se hallan, reconocerá la pene
tración de vuestras señorías que los perjuicios
que expuse en la carta, con que da principio el
expediente, son demasiado consistentes y noto
rios, porque teniendo mi hacienda esa franca in
troducción es claro, que no pudiéndose celase
en franca distancia los que entran y salen por
dicho camino, se introducirán cuantos quieren,
con el perverso designio de extraer de ella los
ganados, y que aun estos propios tendrán facilidad
de huir por ese camino, sin que sea posible, no
sólo evitarlo; pero aun averiguar cuales sean.
Del mismo modo se viene a los ojos el intoca
ble perjuicio que se prepara a la Real Hacienda,
con las ilícitas introducciones, pues habiendo la
oportunidad de ese camino extraviado, que no
puede resguardarse como el real, es manifiesto,
que todos fácilmente defraudarán el real derecho
de alcabala, excusándose por ese camino de toda
manifestación y registro.
Esto se acredita igualmente con las certifica
ciones que presento, señaladas con los números
2 y 3, aquellas del cura juez eclesiástico del pue
blo de Tepetitán y anexos; y esta del Goberna
dor del Presidio 8 del Carmen don Pedro Dufau
Maldonado, Alcalde mayor que fue de aquella
provincia; pues por ellas aparece, no salo, que
no ha habido camino abierto anteriormente en
dicha hacienda, sino, que positivamente lo resis
tió dicho alcalde mayor porque se le patentaron
los inconvenientes, y que se han advertido los gra
ves perjuicios que causa a la honra de Dios, bien
de las almas, y buen servicio del Rey, por la fá
cil introducción a la provincia, especialmente de
aquellos forajidos y perversos que se hallan re
cogidos en el pueblo de Jonuta, mandado despo
blar en virtud de diligencias jurídicas que se
practicaron por dicho alcalde mayor don Pedro
Dufau.
Finalmente, todo constará con más claridad y
perfección por las diligencias que a mi pedimento
se sirvió vuestras señorías mandar practicar a el
Administrador de Alcabalas de aquella provin
5 Así se llamaban en España a los cuarteles con población
civil.
cia, y así para remedio, no solo de los daños
que a mi me causa, sino de los más recomenda
bles y dignos de toda atención, que se siguen
a la Real Hacienda. Se ha de servir la notoria
justificación de vuestras señorías a quien la bon
dad del Soberano tiene encomendada la direc
ción general de alcabalas, y por consiguiente toca
evitar todos los convenios librando las providen
cias oportunas; prevenir a dicho administrador
haga se cierre inmediatamente (a costo del que
lo abrió) ese camino, y no permita su apertura
en lo sucesivo por ningún pretexto, librándole a
el efecto la correspondiente orden, y que para
que por parte del Gobernador, no se intente em
barazar, ni se innove en tiempo alguno, se sirvan
igualmente vuestras señorías consultar a la supe
rioridad a fin de que protegiendo la providencia,
libre a dicho Gobernador, como sujeto, el orden
conveniente, con pena para su cumplimiento y
que para todo viéndose este escrito a las diligen
cias y documentos que presento, con la debida
solemnidad en fojas útiles y las que se hallan
en esa Dirección General, pase todo al señor
fiscal.
En estos términos a vuestras señorías suplico
se sirva determinar que es justicia, juro en forma,
costas, protesto, etcétera. Francisco Ximénez Gue
rrero (rúbrica). Lie. José Mariano de Vargas
(rúbrica).”
Ximénez Guerrero recurrió a sus amigos y
hasta el sacerdote abogó por él.
El bachiller don Josef Joachin Mediano y
Pavía, cura beneficiado por su majestad, vica
rio foráneo y juez eclesiástico del pueblo de
Tepetitlán y sus anexos, firmó este documento:
“Certifico en la mejor forma que el derecho
me permite: que en más de cuatro años que ha
que estoy poceSionado de este mi curato he aten
dido. Que la nueva población de un sitio lla
mado Jonuta y el tránsito desde esta hasta San
Francisco, hacienda de ganado de don Francisco
Ximénez Guerrero, ambos de esta mi Doctrina
son en grande perjuicio de la honra de Dios
Nuestro Señor en bien de las almas y reales aran
celes de S.M. por la fácil introducción a esta
Provincia, y para que conste donde convenga a
pedimento del citado don Francisco Ximenez
Guerrero, doy el presente en el pueblo de Ma-
cuspana jurisdicción de Tabasco en 30 días del
mes de mayo de 1780 años y lo firmo (rúbrica) .”
Al virrey Martín de Mayorga diéronle la
siguiente información el 20 de diciembre de
1780 por don Juan Navarro, director de la Real
Aduana de México.
“El adjunto expediente que pasa esta Dirección
general a manos de V.E. se ha formado a ins
tancia de don Francisco Ximenez Guerrero, ve
cino de Villahermosa, jurisdicción de Tacotalpa
en la provincia de Tabasco, y dueño de la ha
cienda nombrada San Francisco, sobre los graves
perjuicios que infiere a esta finca el nuevo ca
mino que del pueblo que llaman Jonuta ha man
dado abrir para ella el actual Gobernador don
Nicolás Bulfe.
Si del expediente sólo resultase daño de la
parte que reclama, se excusaría ocupar la aten
ción de V.E., pues la misma pediría en su Su
perior gobierno lo que a su derecho correspon
diese; pero estando este complicado con el de
la Real Hacienda en el Ramo de Alcabalas, no
puede omitirse hacer presente a V.E. que sin
embargo de la información dispuesta por el no
minado Gobernador y sujeta a las nulidades que
Guerrero expresa, son patentes los indicios de que
el expresado camino lo facilite, para todas las ilí
citas o clandestinas introducciones que se quieran
internar en la mencionada Provincia.
Para formar este concepto, bastan las certifi
caciones del respectivo cura, y del actual Gober
nador de la Laguna de Términos don Pedro
Dufau Maldonado, que fue Alcalde Mayor de la
misma Provincia. La primera certificación sienta
que en cuatro años que ha que se posesionó el
citado eclesiástico de su curato, ha advertido que
la población de Jonuta, y el tránsito de ella a la
hacienda de San Francisco son muy perjudiciales
a su feligresía por las malas costumbres de aque
llos habitadores, y que también ofenden a la Real
Hacienda por las introducciones que facilitan.
La del Gobernador asegura igualmente estos
perjuicios, agregando que solicitada en tiempo de
su mando la apertura del propio camino la re
sistió por habérselos patentizado el dueño que
entonces era de la finca, y que con conocimiento
de causa mandó despoblar Jonuta, no habiendo
llevado a efecto d auto de despoblación por ha
ber sido relevado antes que cumpliese el término
que para ello concedió.
Por estos daños, comprobados con informes de
sujetos fidedignos imparciales caracterizados y
prácticos en aquellos territorios, estima la propia
dirección por muy conveniente al erario que V.E.
se sirva tener a bien mandar se cierre inmedia
tamente el camino de la cuestión, librando la
orden oportuna al Gobernador de Tabasco, y al
Administrador de Aduana la de que cuide de su
pronto cumplimiento.”
El 13 de enero de 1781 en la ciudad de Mé
xico el fiscal envió al virrey este documento:
“Por el expediente que acompañan a su repre-
saltación los Directores del Ramo de Alcabalas9
consta haber el Gobernador de la Provincia de
Taba seo, mandado abrir un camino para el pue
blo de Jonuta, no solo en perjuicio d?l dueño
de la hacienda de San Francisco, que lo es don
Francisco Ximenez Guerrero sino (lo qué es más)
en los Reales intereses del Soberano: porque con
la enunciada libertad de la prenotada senda, se
introducen a la referida hacienda los mismos ve
cinos de Jonuta y otros pasajeros a robarle ganado
y causarle otros quebrantos considerables, no sien
do de menor tamaño los que se siguen a Su
Majestad, por prestarse ocasión a los fraudes y
contrabandos sobre cuya prohibición se ha de
belado siempre el Rey, y de su orden los minis
tros que velan los aumentos de su erario.
Para dar el Gobernador la explicada providen
cia, procedió no solo con ofensa de la justicia
de Ximenez, a quien para la información, que se
hizo para tomarla no se citó, como debió hacerse,
por ser parte, sino con desprecio del reclamo que
hizo, como lo persuado su carta de 31 de mayo
de 1779, a cuya continuación por mandado del
propio Gobernador, informó su Teniente don Vi
cente Caporal y ser cierto no haber existido
camino en las tierras o sabanas de la hacienda
de San Francisco, advirtiéndose con más claridad
’ El Ramo de Alcabalas, perteneciente a la Real Hacienda.
“Alcabala era un derecho que, como parte del precio de una
cosa vendida o cambiada, se pagaba al rey o a otro en su
nombre.
Arrancando conceptos a la moderna terminología financiera,
podemos considerar a la alcabala como un impuesto indirecto,
o sobre el consumo que gravaba las ventas y permutas, pri
mero en un cinco, después en un diez por ciento.” La Alca
bala por Salvador de Moyo.
AI final de esta obra Jonuta, damos una documentación
desconocida, relacionada a la alcabala en la Alcaldía Mayor de
Tabasco.
los daños que de su creación, se originan en la
información, que recibió el administrador de al
cabalas con que da principio este expediente.
En él se registra demarcada con el número
dos, una certificación del cura de aquella Doc
trina, en que asienta que la nueva población de
dicho Jonuta, y el tránsito desde este sitio hasta
la hacienda de Ximénez Guerrero son motivos de
ultraje a la honra de Dios, y de grave perjuicio
para el bien de las almas, y para los intereses
del Rey, fundamentos poderosos para calificar la
inconveniencia del prenotado camino, para cuya
confirmación se acompaña oportunamente el do
cumento demarcado con el número tres, en que
se ve, que el Gobernador del Presidio del Car
men don Pedro Dufau, siendo Alcalde Mayor
de la Provincia de Tabasco, no permitió se abrie
se la propia vereda por habérsele manifestado
los - perjuicios que al dueño de la hacienda se
inferían, habiéndose corrido diligencias en el año
de 1779, a instancia del cura que fue de Tepa-
titán para despoblar Jonuta de los vecinos que
encontró numerosos se habían domiciliado en
aquel sitio.
Que así se providenció, certifica el propio go
bernador con la recomendación de ser la pre
notada población ofensiva a Dios y nociva al Rey,
reconociéndose igualmente no haber tenido efecto
la determinación a causa de haber sido relevado
del gobierno de cuyos antecedentes no podrá me
nos de inferir V.E. la necesidad que hay de que
su superior autoridad corte de raiz tan pernicioso
cáncer.
Así lo pide el Fiscal y que defiendo su justi
ficación a la solicitud de los directores consul
tantes se sirva mandar a el Gobernador de Ta
basco que bajo la multa de mil pesos, proceda
inmediatamente a providenciar se cierre el citado
camino, prohibiendo estrechamente el tránsito por
él, con la pena de contrabandista que deberá
sufrir el que por aquella vía introdujere sus mer
cancías, librándose a este fin el correspondiente
despacho cometido al Administrador de Alcaba
las, para que al mismo tiempo que le haga saber
lo determinado, cele los movimientos de dicho
gobernador, dando cuenta, si advirtiere no cum
plirse lo mandado, si en los términos propuestos
lo resolviere.”
A esta petición, el gobernador dio poder a
Pérez de Tagle, radicado en la capital de Nue
va España, para contestar y defender a su clien
te ante las autoridades competentes.
“Mariano Pérez de Tagle por don Nicolás Bul-
fe, Gobernador de la Villa de Tabasco, en los
autos con don Francisco Ximenez Guerrero sobre
el camino de Jonuta digo que en ellos tiene mi
presente derechos que deducir y por hacerlo en
forma con consulta de letrado hecha de servir V.E.
mandar se me entreguen por el término que fuere
servido. A V.E. suplico a mi lo mande que es
justicia.—Mariano Pérez de Tagle (rúbrica).”
“Exmo. señor: El Fiscal de la Real Hacienda
en vista de este expediente dice: que no reco
nociéndose en él, que dictara el Alcalde Mayor
de Tabasco don Nicolás Bulfe providencia alguna
relativa a la apertura del camino, que se mandó
cerrar, ni constando tampoco de las informaciones
que se han dado, que fuera autor de esa nove
dad; antes si que puso dificultad en ella cuanto
el Teniente don Silvestre Magaña, de quien parer
ce tuvo origen, se la propuso; no se descubre
motivo justo que lo interese en el asunto, y es
timule a acceder a la entrega de autos que soli
cita, y en este concepto declarará V.E. no haber
lugar a ella, mandando puntualmente, que si el
referido Alcalde Mayor pulsa en la resolución
que se tomó, algún reparo que toque en el be
neficio de la Real Hacienda, o del público, que
son los dos objetos que solo pueden poner su
oficio en movimiento, lo represente, para delibe
rar con presencia de él, lo que corresponde en
justicia
Otro si dice el Fiscal: que en la certificación
que de don Pedro Dufau Maldonado corre en los
autos, consta, que en tiempo que era Alcalde
Mayor determinó, con conocimiento de causa,
que se despoblara el pueblo de Jonuta por ser
perjudicial a Dios y al Rey la corta vecindad
de foragidos que allí había, lo que dice que no
se verificó, por haber cedido su sucesor el licen
ciado don Sebastián Maldonado a las instancias
de estos a fin de continuar su residencia en aquel
sitio. Este hecho no puede verlo con indiferencia
el Fiscal, sino instruirse cumplidamente y promo
ver la providencia que estime justa, a cuyo efecto
mandará V.E. que el actual Alcalde Mayor re
mita los autos que don Pedro Dufau menciona,
y los que acaso formará el señor Maldonado, y
avise si aun se halla poblado dicho paraje y mi
nistre todas las noticias oportunas a la acertada
resolución que se desea, previniendo juntamente
V.E. que corra por cuenta separada este punto.
México 30 de septiembre de 1781. Posada (rú
brica) .”
Existe un censo levantado en marzo de 1782,
que dice qué San Juan de Jonuta es jurisdic
ción de Tabasco y queda a 50 leguas, y su pue-
blo más cercano a 20 leguas.
Hombres Calidades Estado Edades
El teniente don Francis-
co del Castillo español casado 58 años
El cabo Ermenegildo de
los Santos mulato casado 45 „
Domingo Ortega mulato casado 27 „
Hombres Calidades Estado Edades
Juan Sánchez mulato casado 50 años
Juan Quintana mulato casado 40 33
Damacio Flores mulato casado 28 33
Eusebio Pérez mulato casado 39 >3
Nicolás Ochoa mulato casado 56 J,
Tomás Canul indio casado 60 »
Simón Flores indio casado 82 35
Isidro llena indio casado 36 33
Juan de la Cruz indio casado 38 33
Rafael May indio casado 50 33
Ventura de la Cruz indio casado 35 33
Eugenio de la Cruz mulato casado 30 33
Ignacio Sánchez indio casado 75 33
Santiago Canul indio casado 20 33
Eugenio Alvarez indio casado 70 };
Gregorio Montejo indio casado 25 33
Manuel Reyes mulato viudo 37 33
Mujeres Calidades Estado Edad Hijos
Doña María del Ro
sario Arrióla española casada 46 2
María Melés española casada 30 3
Petrona Gamboa española casada 21 0
Isabel Hernández mulata casada 40 3
Juana Josefa Mén
dez india casada 35 7
María de la Cruz india casada 40 0
Basilia Ramírez laboria casada 25 2
Juana María Alvarez india casada 30 2
Hilaria Vical india casada 50 1
Manuela López india casada 70 1
María Ignacia Canul india casada 20 2
Juana Baeza china casada 38 9
Magdalena García india casada 40 5
María Ramírez de
la Cruz india casada 20 5
María Antonia Sán
chez mulata casada 20 1
Mujeres Calidades Estado Edac Hijos
Felipa Alvarez india casada 30 2
Juana María May india casada 19 2
Juana Eurioci india casada 40 2
Micaela Méndez india casada 36 0
Tomasa Pérez india viuda 30 0
María Reyes india viuda 50 2
Juana Cornelio mulata viuda 60 0
“Y así como se figura y consta por el presente
estado es el tanto de las personas radicadas en
este vecindario numeró en todo noventa y tres
grandes y chicos hecho por mí don Francisco
del Castillo, Teniente de Gobernador de este di
cho pueblo y certifico en la más bastante forma
que debo, puedo y el derecho me permite que
viven arreglados y domiciliados como católicos
cristianos y que tienen su ermita con el aseo po
sible; si bien con la desdicha tan grande de ca
recer del cultivo espiritual a causa de no tener
Padre Ministro Doctrinero por no alcanzar sus
cortas fuerzas para la congrua sustentación de
un señor sacerdote por hallarse recién poblados
y con los infortunios que padecieron en los años
pasados con la plaga de la langosta, no obstante
pagan el diezmo de Tabasco y la provincia al
cura de la Palizada quien dicho señor por este
corto usufructo y por ser el más inmediato que
no dista mas que cuatro o cinco leguas les hace
la caridad de darles misa cuando puede y admi
nistrarles los santos sacramentos en particular en
las pascuas floridas viniendo con todo celo a dar
les el cumplimiento de iglesia en el anual pre
cepto y la santa extramaunción cuando la piden
concurriendo también a esta ermita los mayor
domos vaqueros, familias de San Francisco y otras
de su inmediación a cumplir con la iglesia, bau
tizar sus hijos y buscar otros remedios espirituales
y corporales y por lo que son deberes, debo decir
ser la tierra más abundante que tiene esta pro-
vincia y en su circuito toda de lomerías y libre
de inundaciones y avenidas. Va cierta y verda
dera, fiel y legalmente dada a todo mi leal saber
y entender sin pasión ni encubierta alguna y para
que conste en donde convenga doy la presente
en San Juan de Jonuta, en primero de marzo de
mil setecientos ochenta y dos años. Francisco del
Castillo. (Rúbrica.)”
La anterior constancia, relacionada al ceaso
y otorgada por el teniente de gobernador, ten
drá mucha influencia ante las autoridades de
Nueva España radicadas en la ciudad de Mé
xico, pues destruye las acusaciones que con
anterioridad se habían hecho relacionadas a
cómo vivían en Jonuta.
Turnado al gobernador de Tabasco, éste con
testó al fiscal de la Real Hacienda lo siguiente:
“El Gobernador de Tabasco hace presente a la
dignación de V.E. que en puntual obedecimiento
de su superior orden hizo cerrar el camino de
Jonuta; pero como esta providencia emanase
de las siniestras representaciones de don Francisco
Ximenez Guerrero, noticioso de ello el que in
forma solicitó se le entregase el expediente para
exponer la verdad con la pureza que acostum
bra. El señor fiscal no accedió a este pedimento,
por lo que mandó V.E. se cerrase el camino con
apercibimiento que de lo contrario se me exigiría
la multa de mil pesos obedecida puntualmente la
ordenanza no tendría que molestar a V.E. sobre
el asunto de mi empleo y los reclamos del vecin
dario no me estrechasen a hacer presente.
Que con motivo de haberse cerrado aquel ca
mino están careciendo muchos vecinos de la ad
ministración de Sacramentos y sufriendo gravísi
mos atrasos no solo en lo temporal, sino también
en lo espiritual.
Que en la primera ocasión que del Presidio
del Carmen se pida a Tabasco remonta de ca
ballos, no podrá enviarse, por no haber otro ca
mino por donde pudiera ir la remonta, que el
referido de Jonuta, lo que es en perjuicio con
siderable del real servicio.
En esta inteligencia V.E. con su justificada
integridad resolverá lo que sea de su agrado. Mé
xico y abril 22 de 1782, Nicolás Bulfe (rúbrica).”
El virrey turnó el anterior documento al señor
Posada y éste dictaminó lo siguiente:
‘‘El Fiscal de lo Civil dice: que para pedir
con mayor instrucción lo que corresponda sobre
la apertura del camino de Jonuta a la hacienda
de San Francisco perteneciente a don Francisco
Ximenez Guerrero podrá V.E. mandar se remita
este expediente al señor don Estevan Crespi, Ad
ministrador de Alcabalas y demás rentas en la
Provincia de Tabasco, para que en su vista y
tomando las noticias conducentes informe con la
mayor brevedad: ¿qué vecindario es el de Jo
nuta? ¿de qué gente se compone? ¿si será útil
al público la apertura del mencionado camino?
¿Si será perjudicial a la Real Hacienda? ¿Si
facilitaría los contrabandos? ¿Si el interés par
ticular del dueño de la hacienda es el que ha
movido este expediente?
Que con este informe acompañe un plano del
río, y del camino que se pretende abrir por la
hacienda, exponiendo con toda brevedad lo de
más que tenga por oportuno, con lo cual vuelva
el expediente a la vista del que responde. Mé
xico y marzo 18 de 1784.”
El padrón que se envió del pueblo de Jonuta
en el año de 1784, que entonces tenía 25 casas,
contaba con estas familias
Nombres Calidad Estado Natural de
lo. Pedro Llánes español casado Campeche
Angela del Castillo 33 33 Usumacinta
Petrona Cetina 33 soltera 33
33 33
Manuel Quintana 33 33 Jonuta
María Lucía Quintana 33 adulta 33
Dionisia Quintana 33 párbula 33
María Alvirra Quin
tana 33 33 33
José Lázaro Díaz 33 párbulo Palizada
Máxima Josefa Díaz 33 33 »
5o. Nicolás Ochoa pardo casado Jalapa
Juana María Alvarez 33 33 Usumacinta
Nombres Calidad Estado Natural de
Juan Zapata pardo soltero Usumacinta
Manuel Zapata 33 33
SS SS
5J
Manuel Pérez Jonuta
SS
S) Si
SS
Mauricia López
»
Si
Si Si SS
Dionisio López
Si Si
3i SS Si
i> Si Si
Feliciano Sánchez
ii »
SS SS SS
45
jonuta-4
Nombres Calidad Estado Natural de
José Sánchez tributario soltero Tepe titán
Juana Raimunda Pech 99 párbula 33
99 33 33
33 33
Narciso de la Cruz
33
Ricalde 33 párbulo 33
Juana de la Cruz Ri
calde 33 33 33
,u
cuantioso, y que de resultas de la epidemia que
se padeció de langosta en esta provincia casi se
despobló como los demás de ella, congregán
dose sus habitantes en el ya dicho de Tepetitán,
en el que pasados algunos años, cesada que fue
la epidemia, pretendieron regresar a su antigua
población, y aunque hubo varias oposiciones por
parte del cura de aquel partido, se verificó la
translación atendiendo a que de compelerlos a
la habitación de Tepetitán no reconocían domi
cilio, y andaban dispersos por los montes de tal
suerte que con presencia de la negativa de res
titución, ni reconocían a Jonuta, ni a Tepetitán.
Esto hace por lo que respecta a los naturales,
que los pocos pardos o muchos, siempre han con
tinuado en aquella residencia. De estas resultas,
logrado que fue por los naturales su restitución
han habitado en aquel recinto con sujeción al
Teniente que se les puso, y han frecuentado habi
tación satisfaciendo sus tributos y demás cargas
que les son onerosas hasta el día que así lo ve
rifican.
Estas son las luces que el gobernador ha podido
adquirir hasta la presente, y apurando el informe
sobre la necesidad de la apertura de caminar la1
11 Esto sucedió en el año de 1767.
tierra manifiesto con individualidad lo siguiente
en la situación de aquel paraje.
Dista éste de la isla del Carmen, Laguna de
Término, y de la Palizada, jurisdicción de la di
cha Laguna diez Parajes que regularmente reco
nocen los bongos y canoas que se dirigen del
puerto de Campeche y referida Laguna a esta
provincia. De la situación de Jonuta al Río de
la Boca de la Palizada, que es donde se dividen
las jurisdicciones, hay solo dos leguas, y debiendo
ser este paraje el paradero preciso de toda em
barcación de suerte que nadie puede navegar
dirigidos de aquellos puertos a esta provincia,
sin que con precisión pase por él; es consecuente
se ponga un vigía, que celando las introduccio
nes, se evite todo fraude contra e.l Real haber.
Bajo estas consideraciones supuesto el que se
pretenda despoblar a Jonuta y cerrar aquel ca
mino, les quedan francamente a cualquier de
fraudador que quiera introducir en esta provincia
contrabandos, el poder girar a la hacienda nom
brada San Francisco que posee don Francisco
Ximenez Guerrero a la de San Jerónimo que así
mismo posee don Eusebio de Torrez. y a otras
de aquel recinto, en donde pueden descargar y
con suma comodidad, sin ser vistos, introducir en
la provincia poco a poco lo que quieran, y puesto
que sea un vigía de ella en el parage llamado de
Boca del Río de la Palizada, como necesario el
reconocimiento en él, se evita cualesquier fraude
que pueda sobrevenir, y considerando la poblan-
za de Jonuta inmediata para patrocinar a aquel
vigía por la corta distancia; es consecuente según
le parece al gobernador que de ningún modo se
verifique su despueble, antes se cooperó a su
mayor aumento, en la inteligencia que en caso
de quitarse y asolarse ese parage quedan dueños
absolutos los amos de aquellas haciendas a co
meter Jos fraudes (por lo que hace a esta juris
dicción) que se les antoje, y a más tener otra
senda o camino para comerciar por el Palenque
con la jurisdicción de Ciudad Real.
Por todo lo que juzga por conveniente el go
bernador que lo primero, providencie V.E. el que
se ponga el vigía en la Boca que llamo de la
Palizada para resguardo de esta jurisdicción se
gún la exposición que tiene hecha, porque aun
que en el pueblo así nombrado la Palizada hay
guardia puesta por el gobernador de la Laguna,
en esta jurisdicción por todo aquel parage, no se
encuentra alguna. Que Jonuta como circunveci
na, se patrocine a sus habitantes para su mayor
aumento, entendiéndose esta providencia no solo
con los naturales, si no así mismo con los pardos,
y demás castas de gentes, que en ella reciden.
Que el camino por tierra que hay de Jonuta
a Tepetitán, y de aquel a Macuspana se ponga
franco así porque se requiere para la adminis
tración de los Santos Sacramentos a aquellos mo
radores, y por si se ofreciese algún auxilio de
aquel parage de tropa, como porque aunque se
evite por tierra, siempre lo tienen amplio por el
río, por cuya inteligencia la pretención que ins
truye de cerrarse, es dar lugar de franquear el
paso solo a aquellos hacendados, y que usen de
las libertades que les permiten el ser dueños ab
solutos.
Y por último ésto es lo que el gobernador puede
informar a V.E. en orden a lo que se le intima,
en el concepto que esta situación es la cierta.
Dios etcétera, Tacotalpa, Tabasco, mayo lo. de
1782. Francisco González Billamil (rúbrica).”
“Exmo. señor. El Fiscal dé Real Hacienda con
presencia de los antecedentes a que se refiere este
informe del gobernador interino de Tabasco, se
ñalados con la marca X 340, pidió en respuesta
de 19 del que finaliza, se remitieran al adminis
trador de alcabalas de la misma ciudad para que
hiciera el sitio sobre los particulares que com
prenden.
Por ésto podrá mandar V.E. se reserve este
en su Secretaría de Cámara y Virreynato, y que
venida aquella contestación, se agregue y vuelva
todo para pedir lo que considere de justicia. Mé
xico 31 de marzo de 1784.”
La contestación del Fiscal de lo Civil fue: “que
para mayór instrucción de este expediente man
dará V.E. que se pase oficio al Real Acuerdo
para que remita a V.E. certificación dé la última
cuenta matrícula de Tabasco por lo tocante a los
tributarios del pueblo de Jonuta, y que con ella
vuelva el expediente a su vista. México 13 de
septiembre de 1784. Posada (rúbrica)”.
El testimonio del escribano de S.M. y teniente
de cámara de oficio de la Real Audiencia don
José Mariano Villaseca fue:
“qué habiendo visto y reconocido la última
cuenta matrícula de tributarios de la provincia
de Tabasco, que con consulta de 8 de julio de
1782, remitió a este Real Acuerdo don Francisco
González Villamil, teniente gobernador de- aque
lla jurisdicción, consta: que en el pueblo y ca
becera de Jonuta de la Real Corona se empa
dronaron 41 indios tributarios, de los cuales solo
uno pidió reserva por mayor de edad. Y para que
conste, cumpliendo con lo mandado en decreto
de 7 del corriente proveído a billete del excelen
tísimo señor virrey de este reyno pongo esta cer
tificación en la ciudad de México a 11 de octubre
de 1784”.
“El Fiscal de lo Civil dice que: uno de los
principales puntos de que se trata en este expe
diente es la situación de vigía en el paraje nom
brado de Palizada, para estorbar fraudes que se
cometen en la Real Hacienda con introducciones
de contrabandos, sobre cuyo asunto mandaría
V.A. se libre despacho al gobernador de Tabasco,
para que haga reconocer el mencionado paraje,
y tomando competente instrucción de si allí con
viene, o en otra parte situar ia vigía, tome las
providencias oportunas para ello, procurando que
sea con el menor gravamen de los vecinos de
Jonuta, con cuyas resultas de cuenta a este go
bierno.
No es conveniente que Jonuta se destruya: a
más de no constar positivamente que sean faci
nerosos sus habitantes (y en) caso que lo fuesen
deberían contenerse en su deber; pero no destruir
se un pueblo antiguo y ahora restaurado.
Para evitar daños y fomentar aquel pueblo
mandará V.A., al expresado gobernador disponga
que los indios elijan a uno de ellos por alcalde,
todos los años, y al mismo tiempo que nombre
a uno de los vecinos españoles o de razón de di
cho pueblo que le pareciere de mejor conducta
(como) cabe, a prevención de que cuide del buen
proceder de los demás, y que esté a la mira de
si entran algunos forasteros con efectos de con
trabando, y que dé pronto aviso a dicho gober
nador de lo que notara.
Por último el camino abierto de Jonuta para
la hacienda de San Francisco, según informa el
administrador de alcabalas de aquella provincia,
es indiferente que lo haya. Algunos podrán tran
sitarle en el verano; pero las introducciones de
los contrabandos se hacían antes en canoas y no
por el camino de tierra, én cuyo supuesto parage
que no debe cerrarse cuando puede ser útil al
público y a los pobres en el verano o tiempo de
la seca, y así podría declararlo V.A. previniendo,
se ponga orden al nuevo gobernador, en que
expresa V.A. cristiano celo dé o proponga opor
tunas providencias para que los vecinos de Jonuta
no carezcan de pasto espiritual. México 17 de
febrero de 1785.”
El nuevo gobernador de la provincia de Ta-
basco, don Francisco Amusquibar,12 informa al
virrey desde Tacotalpa el 17 de mayo de ese
año, que S.M. le envió una real orden para que
fomente el pueblo de Jonuta y haga retornar a
los vecinos que se habían ido a establecer a Te-
petitán y que convoque a los habitantes para
que los naturales nombren un alcalde y los es
pañoles designen un cabo.
Por el interés que tiene este documento rela
tivo a la entrega de tierras lo transcribo:
“Este acto —nombramiento de autoridades de
elección ya referido ha de ser precidido por un
año y con la mayor circunspección, y ya practi
cado, pasará V.M. a asignarles las tierras realen
gas13 útiles para sus labranzas, sin arreglarse a las
” Amusquibar, vizcaíno, llegó a Veracruz en el bergantín
“Señor San Joseph” procedente de Málaga el 26 de septiem
bre de 1784, con los grados que el Rey le había conferido
de capitán del regimiento de Lisboa y gobernador de la pro
vincia de Tabasco. Don Manuel Mestre G., en la Cronología
que copió de El Sol, diario editado en la ciudad de México,
de 24 de junio de 1825, cuyo escritor que dice haber cono
cido a estos gobernantes, transcribe: “En el año .de 1785,
sucedió en el mando el Gobernador Amusquibar y por lo mis
mo que fue sujeto íntegro, desinteresado y amante de los
pobres, y un gran protector en beneficio de la Provincia, fue
calumniado y perseguido de los malos, y aun de lós mismos
a quienes hizo tantos favores. Dio su dinero sin ningún pre
mio, ni interés, sólo por socorrer a los que ocurrían a él.
No dejó de tener sus incomodidades, y aunque hasta lo úl
timo se supo sostener, al fin murió naturalmente a los seis
años siete meses de su gobierno”.
18 Terrenos pertenecientes al Estado o al Patrimonio real.
Adjetivo utilizado desde el siglo xvi. Fue aplicado a los pue-
seiscientas varas por cada viento14 es señalarles
por donde las haya útiles que sean dos o tres le
guas cuyo reparto hará el alcalde, y V.M. desti
nará lo suficiente para las milpas de comunidad
que deben verificar precisamente, y V.M. ins
truirlos en esta obligación, remitiéndome lista o
patrón de todos los vecinos que lleguen al corre
gimiento para ese establecimiento.
Por lo respectivo al pasto espiritual está habi
litado en el día por el ilustrísimo obispo de Yu
catán, don José Justo Cristal como cura de Jonuta,
y en esta atención le pasará V.M. un oficio a
nombre mío en que le haga saber la superior
orden de S.A., a fin de que reconociendo esa grey
por de su cargo con las circunstancias y condi
ciones ya dichas V.M. pueda decir a la justicia
las noticias y razones que tenga por conveniente
como a mi instruirme y representarme lo que con
dujese al mejor culto de Dios y bien espiritual
de esos vecinos V.M. se informará de aquellos
naturales de si tenían en su iglesia ornamentos
u otras pertenencias al templo, y el destino o
paradero que hoy tienen; y siempre que haya
alguna cosa en esa iglesia de Macuspana,15 pa
sará V.M. oficio a su sacerdote para que cons
tándole esta disposición de S.A. restituya a aque
lla iglesia de Jonuta, lo que sea de ella, por mano
del citado don José Justo Cristial.
blos cuyas tierras no pertenecían ni a señorío, ni a órdenes
civiles o religiosas.
u Durante la época virreinal en los mapas (pinturas de
vista de ojos) determinadas medidas se ubicaban de acuerdo
a la Rosa de los Vientos “círculo que tiene marcado alrede
dor los treinta y los rumbos en que se divide la vuelta del
horizonte”.
15 En la Relación de la Villa de Santa María de la Vic
toria —1581— aparece Macuspana —Macoapana— con 27
tributarios. Sus encomenderos lo eran Juan de Rebolledo y
Ana de Salas. En 1779 tenía 973 habitantes.
Practicado ésto así con toda la madurez, pru
dencia y precaución que a V.M. será fácil lla
mará a don José de León que parece natural de
Maracaybo y le entregará V.M. a nombre mío
el bastón de cabo de justicia con sugeción inme
diata a la jurisdicción de V.M. cuyo título y el
del alcalde y regidor de indios yo lo formaré en
dándome aviso con los nombres de los electores
y remitiré a V.M.
Pero como los perjuicios que ese pueblo de
Jonuta ha sufrido, fueron producidos por la in
cursión de contrabandos citados que ese cabo de
justicia y todos los del pueblo se abstengan de él,
y de encubrirlos, en la inteligencia que si Je jus
tificaron la menos cosa en un asunto tan reco
mendado por las leyes procederé inmediatamente
contra el citado cabo, o gratificando con cien
pesos al que a V.M. a mi, denuncie contraventor
alguno, como se sigá la aprehención; lo que hará
V.M. publicar en el citado Jonuta luego que le
hayan nombrado los expresados alcaldes y regidor,
a quienes también, como a su cabo, remitirá un
ejemplar del bando de buen gobierno que rige
en Macuspana.
Antes de pasar a maniobrar alguna, con mu
cho arte y maña, auxiliado del cabo de justicia
futuro, y otras personas que a V.M. acompañen,
facilitará que se le presente un mulato llamado
Hermerejildo, y un tuerto que fue cabo de jus
ticia de cuyo nombre instruirá Maracaybo, y lue
go que los tenga en disposición de poderlos ase
gurar sin extrepido, ni contingencia V.M. los
mandará atar y bien asegurados me los remitirá
a esta capital con cuatro de los ocho soldados y
un sargento que le acompañará a V.M.
Inmediatamente que se haya concluido el nom
bramiento de justicia y dado a conocer a voz de
pregonero hará V.M. también publicar que el
camino que hay en la hacienda de San Francisco
que se había cerrado, podrán transitar todos, pu-
blicándose esto mismo en Macuspana, luego que
reciba esta para que sirva de más estímulo a los
antiguos habitantes de Jonuta, y allí se restituyan.
Hecho todo pasará V.M. a la hacienda de San
Francisco, y a su dueño y mayoral, notificará V.M.
el auto que le acompaño dejándolo fijado en las
puertas de la casa que tenga, quedándose con copia
del mismo auto, para poner la diligencia a conti
nuación de quedar ya practicado.
De todo lo expresado en este oficio, que servirá
de cabeza, levantará V.M. judiciales diligencias
que acrediten la puntual práctica, dándome parte
con ellas de quedar todo ejecutado y el camino
indicado abierto.
Lo expuesto se manifiesta del plan que se
acompaña formado con arreglo a las relaciones
de los más prácticos, y a la experiencia del expo
nente, quien absolutamente ha podido penetrar
si la resistencia a la apertura de dicho camino
por don Francisco Ximenez, sea por el interés
particular suyo, o por otro incógnito objeto.
Ultimamente aunque el administrador se de
dicó a evacuar este informe con la prontitud que
se recomienda, no ha podido verificarlo hasta la
fecha, porque la variedad con que se opinaban
los puntos, le obligó a la más prolija especulación
por si cuando sus achaques se lo permitían y por
diversas personas fidedignas y desinteresadas.
Villahermosa de Tabasco a 16 de julio de
1784.—Exmo. señor Estevan Grespi (rúbrica).”
Esta orden fue cumplida según la informa
ción siguiente.
ETl Macuspana el 21 de mayo de 1785 el
teniente de gobernador don Juan Mariano Díaz
del Castillo, que también fungía como coman
dante militar de esa población, juiró públicamen
te obedecer las disposiciones que le había man
dado el gobernador de Tabasco don Francisco
de Amusquibar. Firmaron como testigos los ve
cinos Diego de Andrade y Francisco Mediano.
En la misma población, el 23 del mismo mes
y año, se reunieron con el teniente Díaz del Cas
tillo los testigos nombrados y dieron publicidad
a los ordenamientos reales del fomento del pue
blo a Jonuta y comunicación del camino. Al
mismo tiempo se le informó que el 27 irían
al pueblo de Tepetitán a continuar las diligen
cias y del cual dicen en el acta:
“Habiendo celebrado en pública palestra la
promulgación antecedente, Con presencia de mis
testigos y de muchos vecinos que concurrieron a
ella, debía determinar y determinó pasar de este
dicho pueblo al de Tepetitán el día treinta pró
ximo, para verificar en él, la promulgación que
tengo celebrada en éste, en virtud de la orden
con que me hallo; y siendo conclusa pasase al
destino que igualmente previene, citando para
custodia en dicho pueblo últimamente referido,
ocho soldados y un sargento que me acompa
ñen.”
En Tepetitán el pregonero lo fue el indio
Manuel Palma. De allí pasaron a la hacienda
de San Francisco “acompañado —dice Casti
llo— de los testigos de mi asistencia, y de la
custodia de soldados” donde hicieron saber que
ese camino de Jonuta a Tepetitán debía tener
el paso para todos los vecinos de la región.
De allí fueron a Jonuta y dice Díaz del Cas
tillo : “habiendo llegado el mismo día de mi
salida (no obstante) constar ocho leguas de
tránsito, y debiendo proceder por principio
de las diligencias que en este se practicaren a
la aprehensión del mulato Hermenejildo de los
Santos, y del sujeto que me iniciare el justicia
futuro, bajo las precauciones y cautelas pre
venidas. .. se apresaron por medio de los solda
dos ya mencionados” y se remitieron a la Villa
de Tacotalpa para que fuesen entregados al go
bernador Amusquibar.
Díaz del Castillo se quedó en Jonuta varios
días para convocar a los naturales.
Por la importancia que tiene transcribo el
siguiente documento:
“Yo el Juez, acompañado de los testigos de mi
asistencia y de los naturales, salí de la casa de
mi alojamiento con destino de ratificar la asig
nación de tierras preciosas y necesarias para las
milpas de comunidad y poniéndolo en ejecución,
caminé embarcado por el río de la frontera lla
mado de Usumacinta,16 reconociendo la tierra que
“ El río es originado por el Salinas o Chixoy y el río de
la Pasión. El Salinas y el Usumacinta forman línea limítrofe
entre México y Guatemala. Ambos se originan en territorio
guatemalteco. El recorrido es de 800 Km.’, de los cuales son
navegables en todo tiempo unos 300, aun por barcos de alto
calado, hasta un punto que se llama Boca de Cerro, en donde
el cauce se hace más estrecho y solamente deja pasar em
barcaciones menores. A un lado y otro de este río se desarro
lló la cultura maya, de la que han quedado muchos vestigios
arqueológicos. Su desembocadura es en el Golfo de México
la cual ' se parte en tres brazos o ramales fluviales, el de
Palizada, al este, que va a desaguar a la laguna de Términos;
el central, llamado S. Pedro y S. Pablo, que cae al Golfo
y el del oeste, que conserva su nombre y va a dar al Grijalva
en el punto llamado Tres Bocas, a 16 Kms. antes de entrar
al mar.
hay del pueblo para arriba, hacia el Oriente, del
que a poca distancia encontré la boca de otro
río llamado de Amatitán17 por el cual seguí siem
pre por la banda derecha, explorando la tierra
de su ribera; y habiendo llegado a distancia de
media legua y a la vista de un árbol de Jovo,
dijeron los expresados naturales confirmaron en
él la tierra buena, y de utilidad, y que la hasta
el río de la Palizada, que es la valla de esta ju
risdicción, eran buenas y cenagosas, por lo cual
verifiqué mi desembarco en el lugar preferido,
en donde asigné por linderos de esta parte, el
mismo río, y dicho árbol de Jovo, imponiéndole
a éste una cruz en un y considerando yo
que en la longitud y latitud del terreno pudiere
haber en lo sucedido duda o terjiversión, por lo
corruptible del árbol y sin ninguna subsistencia
en su estabilidad precaver disturbios,
pasándole cordel a la longitud y latitud de la tie
rra, y poniéndolo en ejecución, se comenzó a
medir el ancho, desde el referido árbol de Toro,
línea recta por ver el centro y pararon al pie de
otro de copa y principio de un popal,1* en donde
contaron los dos sujetos que para este ejercicio
destiné, veintidós cuerdas de a cincuenta varas
cada una, toda de utilidad, y pasando a media
la longitud, comenzaron en la medianía de la
valla cabecera, y en el camino que se conserva
por mitad de la tierra y siguieron por él hacia
el pueblo, en cuya puerta de Gorpe contaron cua
renta cordeles de cincuenta varas, sin incluir die
ciocho de las mismas, que desde ella se midieron
a la iglesia, así por ser útilísima y a propósito
para la extensión y fomento de dicho pueblo,
como por hallarse éste reducido en su situación,
y a los naturales los impuse e intruí de la precisa
obligación que tienen de hacer milpas de comu-
Río principal al Oriente.
Laguna cubierta de plantas acuáticas.
61
jonuta-5
nidaci en cada un año, para cuyo efecto y por
orden del señor gobernador, les asignaron, y asig
né, las tierra referida, por la parte de arriba de
la misma banda de este dicho pueblo. Y luego
inmediatamente debiendo verificarlas
para sus labranzas, caminé con ellos y los testigos
de mi asistencia, embarcado por el río referido de
Usumacinta, para abajo, hasta la distancia de dos
leguas y un cuarto de orilla, en donde permanece
un arroyo de poca caja, nombrado de la isla, que
sigue para adentro, y desemboca a unas lagunas
y popales, que por la parte de atrás, contraria al
río, ciñen la tierra dejando útil la vera de éste,
con once cordeles de cincuenta varas cada uno
de latitud, poco más o menos, todo lo cual emar-
qué a dichos naturales, bajo de las vallas que
llevo demarcadas, con información al alcalde re
cientemente nombrado, de ser a su cargo y que
dan a su cuidado el reparto de dicha tierra para
las labranzas de los de su ingreso, a fin de que
no carezcan en ningún tiempo y de los auxilios
necesarios, cuya diligencia firmé con los testigos
citados.”
Los naturales establecidos en Jonuta a quie
nes se les entregaron tierras fueron: Juan de
la Cruz, Tomás Canul, Rafael Mayo, Gregorio
Montejo, Juan Ilario, Quinterio López, Eu
genio Alvarez, Julián Ximénez, Leonardo Sán
chez, Feliciano Sánchez, Juan Montejo, Jorge
Pérez, Santiago Canul e Isidro Ileana.
No obstante que la mayor parte de estos po
bladores se encuentran apellidos de descen
dencia española, hay que recordar que las
familias indias al bautizar a sus hijos les asig
naban ese tipo de apellidos: Montejo, Sánchez,
López, Alvarez, etcétera. En cambio en los de
la región encontramos, Canul, May —trans
formado en Mayo— que demuestran origen de
la raza maya.
Las siguientes diligencias de Díaz del Cas
tillo fueron el nombramiento tomado por vo
tación de los habitantes de Jonuta a favor de don
José de León “entregándole el bastón de man
do a nombre del señor gobernador.. , y la
averiguación si existían ornamentos para los
oficios de la iglesia.
Los documentos de estas diligencias son los
siguientes:
“En el pueblo de Jonuta; en seis días del mes
de junio, de mil setecientos ochenta y cinco años.
Yo don Juan Mariano Díaz del Castillo, Teniente
de Gobernador, y comandante de las armas del
partido de Macuspana y sus anexos, teniendo
evacuado con la debida formalidad, y requisitos
necesarios, cuanto Consta de los precedentes di
ligencias, conforme a lo dispuesto por el señor
Gobernador en su citada carta orden para el tino
de este juicio que en virtud de ella sigo practi
cando en ese dicho pueblo, líbrece un oficio al
bachiller don José Justo Cristal, a nombre del
expresado señor, haciéndole constar lo resuelto
por su Alteza para que instruido, pueda pedir al
cabo de justicia de este pueblo, las noticias y ra
zones que tenga por conveniente, como a su mer
ced el ya citado, instruirle y representarle lo que
conduzca al culto de Dios y bien espiritual de
estos vecinos, y hecha esta diligencia, se exami
nará a los naturales de si tenían en esta iglesia,
ornamentos y otras pertenencias, y el paradero
que hoy tienen; y siempre que halla a alguna
cosa en la iglesia de Macuspana se le pasará
oficio al párroco de ella, para que lo restituya a
este templo, por mano del citado bachiller Don
José Justo Cristal. Lo que concluso, se procederá
inmediatamente, a celebrar el acto de protección
de justicia de este pueblo en don José de León,
entregándole a nombre del señor gobernador, el
bastón, conforme su merced previene en su citada
carta orden haciéndole también saber inmediata
mente lo que manda acerca de la abstención de
los contrabandos, lo mismo que se haría notorio
a todos estos vecinos, a voz de pregón, para su
inteligencia, y por si alguno tuviese noticia de
contrabandos lo denuncie al susodicho señor, o
a mi, con concepto de que será gratificado. Apre
hendido el inquilino, con cien pesos. Y por lo
que respecta a la remesa del ejemplar del bando
de buen gobierno que rige en Macuspana, se le
entregará antes de mi regreso a dicho cabo, y
justicias de este dicho pueblo, para que observen
y cumplan, hagan guardar y ejecuten gastos por
sus clausulas previene, aplicando para ello sus
oficios- y la mas viva exactitud. Y por este auto
así lo proveí, mande, y firme, yo el nominado
juez, actuando en reSeptoria con testigos de asis
tencia, por falta de escribano.—Juan Mariano
Díaz (rúbrica). E. del Castillo (rúbrica). Diego
de Andrade (rúrica).—Francisco Mediano (rú
brica) .
Inmediatamente libré la carta de oficio relativa
en el auto anterior al bachiller don José Justo
Cristal, residente en la Palizada que certifico.—
Castillo (rúbrica). Testigos de asistencia: Diego
de Andrade (rúbrica).—Francisco Mediano (rú
brica) .
En el mismo día de la fecha convoqué a los
naturales de este pueblo para instruirme de si
tienen algunos ornamentos o pertenencias de su
iglesia, extraídos de ella y habiendo resultado del
auto, hállance en la de Tepetitán, jurisdicción de
Macuspana varias alhajas anexas a ésta. Libré
inmediatamente un oficio al párraco de aquella
para que las restituya por mano del bachiller don
José Justo Cristal y lo firmé con los testigos de
mi asistencia que certifico.—Castillo (rúbrica).—
Diego de Andrade (rúbrica).—Francisco Media
no (rúbrica).
En el instante, siendo presente don José de
León, natural de Maracaibo, le entregué por ante
los testigos de mi asistencia el Bastón de justicia
de este pueblo de Jonuta, y su vecindad, con su
sucesión inmediata a mi jurisdicción y partido
de Macuspana; y le hice saber lo mandado por el
señor Gobernador de esta provincia, sobre que
se abstenga de revisar contrabandos, cuidando, y
celando exactamente este asunto en este su par
tido para que los vecinos radicados en él, no in
curran en contravención; de todo lo cual quedó
hecho cargo y bastantemente instruido, y lo firmó
conmigo y los testigos ya citados que certifico.—
Castillo (rúbrica).—José de León (rúbrica).—
Diego de Andrade (rúbrica). Francisco Mediano
(rúbrica).
En dicho pueblo, a los siete días del referido
mes y año, yo dicho juez, estando en la casa de
mi alojamiento, acompañado de los testigos de mi
asistencia, convoqué a los vecinos de este dicho
pueblo, a quienes a voz de pregonero, hice no
torio lo mandado por el señor gobernador de esta
provincia, constante del párrafo cuarto de su ci
tada carta orden, que esta posta por cabeza de
estas diligencias, como queda dicho sobre cuyos
particulares de que se trata en ésta, les amonesto
próximamente, se abstangan de la incursión de
contrabandos, ni tampoco los encubran con con
cepto de que lo contrario haciendo, se procederá
con todo rigor contra quien fuere, a cuanto las
leyes determinan, y entendidos de que se grati
ficará con cien pesos al sujeto que denunciare
contraventor a su Merced, o a mi, verificada la
aprehensión del inquilino y lo pongo por diligen
cia que firme con los testigos ya citados que cer-
tífico.—Castillo (rúbrica). Diego de Andrade
(rúbrica). Francisco Mediano (rúbrica).
En el acto, siendo presentes, el cabo de justi
cia, alcalde y regidor de este pueblo de Jonuta,
les hice entrega por ante los testigos de mi asis
tencia, del ejemplar del bando del buen gobierno
que rige en Macuspana, para instruidos de todo
cuanto en él se manda, lo observen y hagan guar
dar, cumplir, y ejecutar exactamente, bajo de las
penas en él prevenidas v para que conste lo firmé
con los testigos de mi asistencia que certifico. Cas
tillo (rúbrica). Francisco Mediano Diego de An
drade.
Habiendo dado cumplimiento en este día, con
la antecedente diligencia, a la práctica de las que
corresponden en este pueblo de Jonuta: cuyos
autos los tengo ejecutados conforme me previno
por su carga orden el señor gobernador; y de
biendo en consecuencia de la misma, pasar a la
hacienda de ganado mavor, nombrada San Fran
cisco a efecto de notificarle a su dueño, o a la
mayoría de ella, el expediente que acompañó a
la consabida carta, debía deliberar, v deliberó,
verificar dicho transito en la tarde de este día,
para que en el de mañana que contaremos ocho
del corriente, se proceda a ello, haciendo se ponga
en ejecución la apertura del camino que expresa
dicho expediente; el que se fijara original en la
puerta de la casa grande de la hacienda referida,
sacándose copia íntegra de él, para asentar en
su seguida las diligencias correspondientes, con las
cuales, siendo fechas, se acumulara a este cua
derno, a fin de que conste quedar ya cumplido,
y ejecutado su contenido; y luego inmediatamente
se verificará mi regreso v el de los testigos de mi
asistencia al pueblo de Macuspana, de donde se
remitirá sin demora todo lo practicado al señor
gobernador, en virtud de su orden, para que en
su vista, su Merced se sirva realizarlo con su su
perior arobación. Y por este auto, así lo proveí,
mandé y firmé, yo don Juan Mariano Díaz del
Castillo, teniente de gobernador y comandante de
las armas del partido de Macuspana y su com
prensión, en el que actuó como juez receptor,
con testigos de asistencia, por falta de escribano,
en el pueblo de Jonuta en siete días del mes de
junio de mil setecientos ochenta y cinco años.
Juan Mariano Díaz. E. del Castillo (rúbrica).
Diego de Andrade (rúbrica). Francisco Mediano
(rúbrica)
NOTA: Las diligencias subsiguientes, hasta la conclusión
de todas las que resta practicar, van extendidas en papel co
mún a causa de no haberlo ya sellado que certifico. Castillo
(rúbrica).
El gobernador Amusquibas dijo: “Mandándo
me S.A. la Real Audiencia Gobernadora, en 15
de marzo del corriente año que se abra el cami
no de Jonuta a la hacienda de San Francisco,
que se había censado, mando al dueño de la
referida hacienda, que inmediatamente lo abra
para el comercio de todas Iqs gentes, que por él
quieran tansitar, sin que por este tránsito se exija
cosa alguna, incomoden, ni perturben a los pa
sajeros. Pena de que lo contrario haciendo se
sacarán MIL PESOS de multa al dueño de la
Hacienda, aplicados a penas de Cámara y gastos
de Justicia y la de pedimentos de Bienes, y cin
co años al Castillo de San Juan de Ulúa, al Ma
yoral, u otros que contravengan. Así lo mandé
en Tacotalpa a 16 de mayo de 1785 años”.
Esta orden fue cumplida de la siguiente ma
nera:
“En 8 de junio de 1785 años, Yo don Juan
Mariano Díaz del Castillo, Teniente de Gober
nador, y Comandante de las armas del partido
de Macuspana y sus anexos, me constituí con los
testigos de mi asistencia a esta hacienda de ga
nado mayor nombrado de San Francisco, a efecto
de darle tino al expreso librado por el señor
Gobernador, en la Villa de Tacotalpa a 16 de
mayo del presente año, por el que ordena S.M.
se abra el camino de Jonuta, a esta referida ha
cienda, con todo lo demás que impende la pre
cedente copia que saqué a la letra de su original,
para fijar este en las puertas de la casa de dicho
sitio, en cumplimiento del orden comunicado, en
la carta de dicho señor, que está puesta por ca
beza de las diligencias que en su virtud tenga
enviadas en el pueblo de Jonuta. Y poniendo en
ejecución lo referido, notifiqué por ante los tes
tigos de mi asistencia al mayoral Dionicio Correa,
en su persona, el contenido del expreso ya citado,
a causa de no hallarse el dueño de esta hacienda,
y cerciorado de todo, dijo: que obedecía con
respeto lo mandado por S.M. el señor Goberna
dor y que en su dicho cumplimiento, pondría en
ejecución el día de mañana la apertura del ca
mino indicado, en cuya consecuencia y la de ser
necesario conste por diligencia su conclusión.
Yo con los de mi asistencia en esta hacienda,
hasta verificarse. Y debiendo fijar el expreso di
cho, lo hice siendo presente el mayoral nominado,
quien no firmó conmigo, porque dijo no sabe, lo
hizo a su ruego uno de mis testigos que certifico.
—Castillo (rúbrica).—Diego de Andrade (rúbri
ca) y por el mayoral Francisco Mediano (rú
brica) .”
De la hacienda marchó Castillo y su gente
al pueblo de Tepatitán y de allí a su residencia
en Macuspana desde donde envió un informe
al gobernador Amusquibar de las tramitaciones
que hizo y vimos en los documentos anteriores.
Asi quedó en servicio el camino de Jonuta.
Vimos en los anteriores documentos, desde
los intereses de un terrateniente que para pro
teger sus propiedades hizo todo lo posible para
que Jonuta desapareciese.
Ahora que Jonuta tiene camino, vamos a ver
qué problemas tuvo en los años siguientes a
través de una documentación que le da vigen
cia a su historia.
Capítulo II
ESTABLECIMIENTO DE VIGIAS,
CONTRABANDOS, QUEJAS DE
CANOEROS Y AUTORIDADES
Las agresiones que sufrió la provincia de Ta-
basco por parte de los piratas hizo que en di
versas ocasiones los pobladores se reuniesen
para su defensa. En una de ellas, la del 19 de
marzo de 1667, acordaron ayudar en la cons-
truccióil de trincheras, fortificaciones, fosos,
etcétera.
Hasta entonces, la mayor parte de los des
embarcos de los filibusteros, dada su posición
geográfica, había sido en el sitio donde después
se fundó Palizada.
Para sufragar los gastos de la instalación de
un cuerpo defensivo en ese lugar compuesto
de 15 vecinos armados y un vigía, se estableció
un impuesto pagado sobre cada tercio de cacao
que saliese de esa provincia, y el de la capita
nía general de Yucatán de un peso oro común,
y para Guatemala, cuatro reales. También se
tributó para tal fin, el pago de 25 pesos de an
claje por cada embarcación, y por cada cajón,
fardo o petaca, botija de vino, aceite, vinagre,
fanega de sal, géneros de lana y manta.
Fue diez años después —22 de diciembre de
1677— cuando la junta general de Hacienda,
acordó dicha instalación pagada con la recau
dación de ese nuevo impuesto, para tres plazas:
Un vigía en la barra principal. Un artillero,
y un capitán guardacostas. Este último, debía
ser uno de los principales vecinos, que además
sería el capitán de 25 soldados que se recluta-
rían voluntariamente de la provincia de Ta-
basco.
De la petición de los vecinos en 1667 al es
tablecimiento del vigía en 1677, la provincia
de Tabasco pasó por grandes crisis, lo que hizo
que sus vecinos la abandonaran para marchar
a Yucatán y Chiapas. Crisis, debido a los fre
cuentes ataques de piratas, plagas de langosta
y mala administración de autoridades.
Los ingleses se habían apropiado de la isla
llamada entonces Laguna de Términos. De
modo, que la provincia de Tabasco tenía junto
a ella un peligro constante. Ese fue uno de los
aspectos sobresalientes del porqué Tabasco no
progresaba en población y economía.
Visto lo anterior, la cobranza del Nuevo Im
puesto iba a traer, a través del tiempo, grandes
y graves problemas, no sólo a los habitantes de
Tabasco, sino también a la Real Hacienda.
Los primeros se presentan desde 1678, en
que reunidos los habitantes en la villa de Xa-
lapa —pueblo del partido de la Sierra— se
niegan a contribuir con sus personas. En un
largo memorial dicen este pasaje:
“y es incompatible pagar infantería y servir per
sonalmente, que así lo hemos hechos hasta aquí
en la paga que ofrecimos (de) quince o veinte
hombres que asistiesen de plantón en la Puente
Grande y puertos peligrosos por tiempo de cua
tro meses cuya cantidad hemos pagado en virtud
del libramiento, pues por ocasión de que todo el
año de setenta y siete y parte del corriente estu
vieron todos fuera de sus casas asistiendo en los
cuerpos de guardia y puestos necesarios por cuya
razón se perdieron las sementeras y el cultivo de
la hacienda, cuyos motivos fueron la principal
causa de la carestía que este año se ha padecido,
lo cual consta a Vuestra merced, de suerte que
con semejantes sucesos y continuo trabajo se ha
llan todos los vecinos. pobres de caudal pues la
mayor parte aún no tiene para sustentarse; y en
esta atención se hace sensible e intolerable a to
dos el no tener el consuelo y alivio que habían
prometido de que el sueldo de esta infantería
venga situado en la Caja Real.. *
Estudiada esta precaria situación y en vista
que Diego de Loyola, alcalde mayor de Ta-
basco pide que se construyan dos fragatas que
sirvan de guardacostas, el virrey consulta al
consejo de Indias y este a S.M. Los meses trans
curren ante la indiferencia burocrática virrei
nal.
Es decir, los habitantes habían contribuido
con su dinero, sus personas desde el año an
terior y nada que los beneficiase se había lle
vado a feliz término.
Años después estas vigías fueron establecidas
y la siguiente documentación nos muestra uno
de tantos pleitos relacionados al establecimien
to de una vigía que hizo Tabasco y cuyo terri
torio pertenece hoy al Estado de Campeche.
* M artínez , María Angeles Eugenio, La Defensa de Ta
basco, 1600-1717. Consejo Superior de Investigaciones Cientí
ficas, Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1971
pp. 62, 63.
El gobernador de Tabasco informa al virrey
del establecimiento del pueblo de Jonuta; aper
tura del camino, y propone el establecimiento
de una vigía:
“En cumplimiento de la superior orden de V.
A., fechada el 15 de mareo último, en que se
digna mandarme que disponga lo conducente a
que los indios de Jonuta elijan anualmente un
alcalde de ellos mismos; que nombre un vecino
de razón para cabo de justicia, cuya conducta
afiance el buen proceder de los demás vecinos,
y esté a la mira de si entran algunos forasteros
con efectos de contrabando para que me de in
mediatamente aviso de lo que notare.
Que el camino de Jonuta por la hacienda de
San Francisco se abra inmediatamente, y que
dejando a mi cristiano celo las demás providen
cias para que dicho pueblo se penetre, y no ca
rezca de pasto espiritual e informe del paraje en
donde convenga poner un vigía sin presión del
vecindario, dispendio de la Real Hacienda y tui-
lidad al Real Erario en la contención de los con
trabandos. Paso a manos de V.A. los originales
diligenciados que acreditan mi esmero y obedien
cia a el logro del fomento de Jonuta que espero
sea breve y numerosa población. Las mismas ci
tadas diligencias demuestran estar todo ejecutado
y asistido. el pueblo para consuelo espiritual, por
un eclesiástico, cabo de justicia, alcalde de indios,
y a más, un religioso.
He señalado a los vecinos tierras para la siem
bre de comunidad, y la competente para que se
vaya repartiendo en los cultivadores que no son
indios,1 y que puedan darse a los que con el
1 No obstante que en las Leyes de Indias se encuentran
disposiciones proteccionistas para el natural, aquí vemos lo
contrario en el texto citado.
incentivo de ellas pasen allí a avecindarse, aban
donando los desiertos y breñas en que viven.
Ultimamente quedó abierto el camino de San
Francisco, útilísimo en todo tiempo y más en el
de guerra por lo fácil y su pronta correspondencia
con el Presidio del Carmen.
La noticia de los vecinos indios que hoy exis
ten en Jonuta, constan en la minuta de ellos que
están en las mismas diligencias; pero hay además
trece vecinos mulatos y dos españoles, ascendien
do su total a veintinueve familias. Dos que allí
estaban domiciliados, (los) he hecho establecer
con inmediación a mi vista, porque los dos hom
bres, cabezas de ella, uno blanco y el otro mulato,
eran en aquel pueblo, causa de que sus gentes
huyeran de sus tiranías, pereza y libertinaje, bus
cando el auxilio en los montes o en otras juris
dicciones. Y como Jonuta está más de cuarenta
leguas de esta Capital, y la Palizada, jurisdicción
del Presidio del Carmen, está a seis leguas de
Jonuta, eran difíciles de dictar en la Capital las
providencias oportunamente y cuando se daban,
se retiraban los dos dichos sujetos a la Palizada,
o los montes.
He pasado los oficios correspondientes para la
devolución de las pertenencias de la iglesia de
Jonuta; pero el cura de Macuspana, que es quien
declaran los indios debe retener los ornamentos
y demás cosas de Jonuta, ha respondido que solo
existe una efigie vieja de San Juan Bautista, y
un cajón viejo; pero de ningún modo hay orna
mentos-, ni otra alguna tosa de las que los indios
reclaman. En cuya virtud parece preciso proveer
aquella iglesia de los necesarios ornamentos.
Evacuados ya estos particulares haré presente
a V.E. dos puntos que aun restan y son de la
mayor atención.
Para precaver que por la Boca del río nom
brado de San Pedro y San Pablo se introduzcan
77
jonuta-6
embarcaciones sin necesidad de ser registradas a
las jurisdicciones del Palenque perteneciente a Ciu
dad Rea], a la Palizada, que lo es de la del
Presidio del Carmen, y a toda la extensión de
esta de Tabasco, se hace indispensable poner un
vigía y dos guardas, en la boca del río nombrado
Amatitán, que celen el reconocimiento de todas
las embarcaciones que se hayan de introducir a
cualquiera de los parajes nombrados, porque de
otro modo es absolutamente imposible evitar el
comercio clandestino. Esta boca de río está a dos
leguas de Jonuta, y una márgen de él, es perte
neciente a la jurisdicción de la Palizada, y la otra
en donde propongo el vigía y los guardas es de
Tabasco.
Dos Ríos, o Boca, son los que hay para intro
ducirse en la Provincia, una la de la Barra donde
está un Vigía, y otra la nombrada San Pedro y
San Pablo, que desde la boca sube sin derrames
de riachuelo, hasta la del río llamado Amatitán
que allí se introduce. Con que teniendo resguar
dado el río donde está el Vigía de la Barra, con
la asistencia de este, y con que la guardia de la
Palizada, que hoy se compone de un sargento y
seis soldados que se mantienen de plantón, se
pusiese a mandarla un oficial que se le relevara
cuando más tarde, cada dos meses, a fin de evitar
que la permanencia y envejecido trato con los
capitanes y patrones, les conciliase amistad que
hace ceder naturalmente en perjuicio del Real
servicio, quedaba enteramente asegurado este paso
tan importante, y ambas bocas resguardadas con
el propuesto vigía y guardas. Y solo resta tratar a
V.A. del modo para el pago de estos individuos
propuestos de Amatitán. El vigía puede totarse
con doscientos pesos al año, y cada guarda con
cien. Estos yo los escogería mulatos, hombres de
espíritu de honrada conducta, buenos tiradores y
monteros que para la fatiga son útilísimos,2 y no
los guardas de la clase de blancos que hasta la
humedad se preservan; pero no encuentro arbitrio
señor, para que se satisfagan estos cuatrocientos
pesos anuales, sino es de la Real Hacienda, o del
Nuevo Impuesto, respecto de que este va enve-
viendo en silos medios a que hoy se pudiera re
currir para esta urgencia. Y como la provisión
está en los términos que en el preciso parte doy
aviso a V.A. con esta fecha, no puedo de ninguna
manera lícitamente arbitrar sobre el pago de la
prometida cantidad para vigía y guardas.
El otro punto, es únicamente a el pasto espi
ritual de los vecinos de Jonuta. Siendo destruido
este pueblo, encargó el Obispo de Yucatán el
cuidado espiritual de los pocos vecinos que había,
o un clérigo que es Teniente de cura de dicha
palizada; y por ahora he dispuesto que continúe
con el mismo cuidado instruyéndole de la dispo
sición de V.A. para el fomento de Jonuta ;
pero no puedo prescindir de poner en la alta
comprensión de V.A. que teniendo la residencia
el dicho eclesiástico seis leguas de Jonuta, parece
imposible pueda atender en los peligros de la
vida a los de Jonuta con aquella prontitud que
exige el socorro de las almas y de consiguiente
tampoco pueda darles misa; para cuyo reparo,
siendo, como es hoy tan corta esta población,, no
puede con obenciones y derechos parroquiales,
mantener un cura propio a menos que V.A. se
digne permitir el nombramiento de uno, con la
asignación anual de trescientos pesos que podía
gozar de las Reales Cajas, hasta que el vecinda
rio fuese capaz de mantenerlo por sí.”
2 Aquí se ve cómo el español prefería para el trabajo de
vigilancia al negro. A eso se debió que los de esta raza fueron
tan crueles con los indios, no sólo como autoridades, sino
como mayocoles, mayordomos, etcétera.
Visto el anterior documento el fiscal de Real
Hacienda dijo:
“que es preciso, en ciertos casos, deferir a los
informes de los que tienen las cosas presentes,
y en éste, le parece, que V.E. perfeccione el res
tablecimiento de una población destruida por mie
dos y terrores pánicos del contrabando, ocurriendo
a ellos por los arbitrios que el Gobernador de
Tabasco propone en informe de 4 de julio del
año próximo anterior.
V.E. puede mandar, que el Gobernador de
Tabasco remita lista de los ornamentos, vasos sa
grados y efigies precisas, para el culto en la iglesia
de Jonuta, a los oficiales reales de Veracruz, y
que V.E. dará orden a estos de que los soliciten,
compren del fondo del Nuevo Impuesto inmedia
tamente y remitan, en primera ocasión a dicho
Gobernador.
Que asimismo se ponga el vigía y dos guardas
en la boca del río Amatitán, para el fin que ex
pone, de celar el contrabando y reconocimiento
de todas las embarcaciones que pasen por aque
llos parages; dotados, el vigía con doscientos pesos
y con cien cada uno de los guardas, dejando a
la elección del Gobernador, por ahora, su nom
bramiento, dándose orden al recaudador del nue
vo impuesto en Tabasco, para su satisfacción de
dicho Ramo, establecido con este objeto, aunque
en diferentes circunstancias, como también para
la de trescientos pesos al eclesiástico que asista
en Jonuta y de el pasto espiritual a aquellos ve
cinos, asimismo con la calidad de ahora e Ínterin
se resuelva con más conocimiento, después de
oído el señor Obispo de Yucatán, a
quien pasará V.E. oficio sobre este particular,
dándole V.E. parte de todas estas providencias.
Será muy conveniente que si remueve la guar
dia de la Palizada, compuesta de un sargento y
seis soldados, como expone el gobernador Amus-
tivar, cada mes, o cada dos, cuando más, para lo
cual se pondrá orden al señór dón José Casasola
que lo es del Presidio del Carmen, de donde
depende aquella guardia.
Por último, mandará V.E. que el Gobernador
de Tabasco disponga, que los vecinos de Jonuta,
indios y Jos que no lo fueran, concurran al re
paro, aseo y decencia de la Iglesia, y que si para
ésto fuese menester ayudarles con alguna canti
dad, lo hagan, librando al efecto la necesaria,
como no pase de trescientos pesos contra el re
ferido recaudador del Nuevo Impuesto, a quien
avisará V.E. de todo, para que no haya demora
en el cumplimiento de lo que V.E. resolviere.
México, 30 de marzo de 1786.—Posada (rú
brica) .”
Este documento turnado al asesor general, el
31 de agosto de ese año, tuvo la aprobación
el 5 de septiembre del conde de Gálvez, virrey
de Nueva España.
Otro de los aspectos interesantes, a raíz de
la apertura de Jonuta, son las quejas que re
cibió el gobernador tabasqueño Amusquibar,
de las cuales vale la pena mencionar algunas.
De Palizada escribió el señor Ramón de la
Flor acusando al alcabalero de Jonuta don José
García y Barreda, que lo obligue a pagarle
veinte pesos que le debe. “También allí se en
cuentra Sebastián López, que se huyó de mi
rancho quien me debe dieciseis pesos, y un ne
gro, Ambrosio Damasio, que me debe trece.”
Uno de los documentos habla de Francisco
Marín que fue a Tacotalpa —capital de la
provincia de Tabasco— a litigar sobre una
herencia de tierras en las cuales figura don
Gabriel Virgilio, hacendado y ganadero que
aparece con frecuencia en la política de la isla
del Carmen.3
Lá correspondencia de Ramón de la Flor
con el gobernador de Tabasco tiene aspectos
importantes como el siguiente párrafo: “Tengo
dos bongos grandes parados, pues por aquí no
tienen ejercicio; y sí en la playa de Catsajá un
poco de palo que pueden barquear”, pide al
gobernador le permita pasarlo a la isla del
Carmen y si le permite la compra de unas ca
sas en La Palizada.
El siguiente documento fue enviado al virrey
desde Veracruz el 25 de octubre y firmado por
Francisco Antonio de Aguedo, Juan Matías de
Lacunza y José María Lasso.
“Exmo, señor: En observancia de la Superior
orden de V.E. de 30 de septiembre último rubri
cada de su puño en 18 del corriente, y firmada
por el señor don Francisco Fernández de Córdova,
Secretario del Virreynato de esta N.E., habita
remos los ornamentos, vasos sagrados y efigies,
que para el culto de la Iglesia de Jonuta, com
prenda la lista que nos ha de encaminar el Go
bernador de Tabasco, a dónde se los dirigiremos
en primera sucesiva ocasión, haciendo su gasto
del fondo del Nuevo Impuesto de aquella Pro
vincia y de su cumplimiento daremos cuenta a
V.E.”
jonuta-9
5É¡p MWb o b3S.
(Al margen): Informe por Superior orden, y
envía expediente con un plano que acreditan estar
en Jurisdicción de Tabasco el vigía de Amatitan
a que se opone el señor Gobernador del Presidio
del Carmen: Satisface cargos, y consulta. México
13 de mayo de 1788.
Al Señor Fiscal de Real Hacienda (Rúbrica).
Señor: Tengo el honor de haber obedecido con
la mayor posible prontitud la Superior Orden de
V.E. de 14 de Enero último, y el de pasar a sus
manos el adjunto expediente, que en virtud de la
misma orden constante a 15 dé él he formado, para
que la justificación de Vuestra Excelencia instrui
do en cuanto contiene, y el Plano que separada
mente, en sus medias cañas pongo este día en el
correo dirigido a Vuestra Excelencia, pueda resol
ver según halle por conveniente, y de justicia.
En las fojas desde la la. hasta la 4a. inclusive
del prenotado expediente constan los informes tan
opuestos a verdad; (por pura referencia inveráces)
que el Sr. Gobernador la Laguna ha acumulado,
y pasado esa Superioridad a la 5a. siguiente obra
la Superior Orden de V.E. en que su notaría jus
tificación, sin embargo de la confusión de especies
con que fuerza aquel su voz notan mi persona, y
conducta, quiere V.E. oírme.
Es efectivamente opuesto de verdad el ya ex
presado informe del Sr. Gobernador del Presidio
del Carmen su decir lo apoya en el relato que fir
ma, y el relato en ignorar que sean los términos
de su Jurisdicción aún concediéndole lo yermo de
los campos la que se ha querido adoptar. En el ya
indicado Plano, que paso a manos de V.E. recono
cerá la letra D la situación del Pueblo de Jonuta:
En la F la Hacienda nombrada San Joaquín de
la Jurisdicción de la Palizada; y esta Población
es la letra H; de suerte que hay Camino Tierra
firme en tiempo de secas que son cuatro meses en
el año desde Jonuta a la Palizada, como lo pun
teado, en el Plano, lo denota.
Lo que no entiende ni puedo saber, en qué se
funda, o en dónde consta cuál sea la línea divi
soria entre Jonuta y la Palizada siendo Tierra fir
me, y cuando en el año de 56 solas dos Casas con
dos vecinos había en lo que hoy se nombra la
Palizada, y esa pretendida decantada Jurisdicción,
en lo que son Tierras de Tabasco. Supongo, Señor
Excelentísimo, que no son de poca atención las
declaraciones de los testigos en el Expediente; pero
lo que convence más el ánimo, a no dudarlo, que
cuantas tierras la Palizada poseer son esta Juris
dicción, se demuestra en el mismo Plano, situada
aquella entre las tierras de esta jurisdicción perte
necientes al Partido de Macuspana y las respecti
vas que son de los Ríos de Usumacinta también en
esta jurisdicción.
Sin controversia, por lo general, se señalan los
límites de jurisdicciones por los nacimientos, y tér
minos de los Ríos, según los vientos, y la asegna-
ción con sus líneas divisorias que se verifican. Nada
de ésto produce, ni prueba el Sr. Gobernador de
la Laguna contra las evidencias, y argumentos si
guientes.
El señor Gobernador de la Laguna lo es de un
Presidio, cual es el nombrado el Carmen islado de
Mar, con necesidad de navegar tres leguas para
acudir a la Tierra Firme de Palizada, o a esta ju
risdicción. La Palizada esta tierra firme con Jonu
ta, no hay ejemplar, ni puede dármelo aquel Sr.
Gobernador de que se confirieran las tierras que
median desde la Letra D. hasta la H. ni parte de
ellas, la Jurisdicción de su Presidio. Pero más ex
quisito y contrario es, que sin embargo de adop
tarse jurisdicción en las expresadas: Tierras, in
tente saltando los ríos apropiársela también en el
terreno donde está la vigía Amatitan, explicada
en el Plano con la letra E, y en el Río marcado
con la misma letra que por dos brazos se dirige
formando uno al Palenque jurisdicción de las Chia-
pas; de manera que la Isla que se advierte entre
la letra D y E, con que se demarca el río de Ama
titan, es de esta jurisdicción, y de un vecino de la
misma. De consiguiente, resalta la ilegitimidad que
según el Plano asiste al señor Gobernador de la
Laguna para el reclamo que hace, tanto en las
tierras que pretende como en suponerse pertenecer
a su jurisdicción, la en que está situada la Vigía
de Amatitan. Aún más prueba de aquel falible de
cir sea, Señor, el que la misma tierra en que está
situada la Vigía, es propia de la Hacienda nom
brada San Gerónimo de esta jurisdicción, ysu due
ño es don Eusebio de Torres, Teniente Coronel de
estas Milicias Urbanas, que ha obtenido su retiro,
como en los títulos de sus tierras puede calificarse,
y con medirlas.
Si el Señor Gobernador del Presidio del Carmen
corriera con su impulso, como yo, la pluma, y hu
biera de tener a su cargo el basto Gobierno de esta
Provincia de Tabasco que está al mío, aseguro a
V.E. que aprovecharía el tiempo en el día y la
noche con utilidad del servicio del Rey, y buena
Administración de Justicia, y no le tendría para
entretenerle con oír especies propias de un Presi
dio, y prestar a ellas su natural bondad, y docilidad.
Supongo, señor Excelentísimo que según irrisi
ble opinión de la juventud del Ejército, se persua
den aquellos, que con los Reales despachos que
obtienen para sus ascensos se les subministra cien
cia para el desempeño de cuantos cargos pueda
fiárseles, aunque por un instante adopte yo esta
pueril opinión, respecto del grado que obtiene el
señor Gobernador de la Laguna y el mío de Ca
pitán, es indispensable confesarle su errada inteli
gencia en esta parte, y hacer el más íntegro uso
de lo que Dios concedió a cada uno de entendi
miento, y adquirió con su práctica y aplicación en
la Universidad del Mundo.*1
He conceptuado hasta ahora al señor don Josép
Casasola por un oficial que está bien instruido en
el mecanismo, y disciplina de un cuartel, y su tro
pa, suspendiendo el juicio en cuanto a su dispo
sición gubernativa en el empleo que sirve, respec
to de que es totalmente diverso este encargo que
aquel: cuyo desempeño pende en un materialismo.
El señor gobernador de la Laguna dirá de mí
lo mismo 2 importunaremos con inútiles expresio
nes a esa superioridad, dando que hacer sin apoyar
las voces en dolidos fundamentos: Exhibo señor,
fundadas réplicas en justificados hechos, modo úni
co de poner límites a la voluntariedad del decir.
¡ Desdichada vigía de Amatitan! Apenas se es
tableció en la Boca de Amatitan, cuando al mes
sucesivo levantaron el grito para reformarla, o qui
tarla de aquel puesto, natural Atalaya que registra
los excesos.
En fines del año de 85, la integridad de ese
Superior Gobierno a esfuerzos de la pureza y celo
del Señor Fiscal de Real Hacienda, se me pidió
informe, y que propusiera el puesto en que conve
nía establecer el citado Vigía, mandando serme
decidlo que me pareciera útil al servicio de Su
Majestad bajo el concepto de que la población
de Jonuta se había de fomentar y auxiliar para
su aumento útil. No tuve más arte, ni más parte
en este particular que sentar la pluma obedeciendo
1 Subrayado para que se vea cómo en política, dos y dos no
son cuatro. Cada gobernante habla mal de su vecino. Desde
luego, esto, sólo sucedió en los días virreynales. ..
1 Claro que lo dijo.
despojando todo mi espíritu en lo que era Utilísimo
al servicio del Rey. Efectivamente con conocimien
to de los términos de mi jurisdicción, y noticias de
vicio las prácticas infidentes, propuse por útil en
terreno de la vigía en donde hoy está y además
de que no hay otro terreno donde sea útil, según
el Plano lo advierte, es, sin disputa situada en la
jurisdicción de esta Provincia. Propuse al mismo
tiempo (éste ha sido mi pecado sin perdón, en el
concepto del Señor gobernador de la Laguna) que
la Guardia de la Palizada que provee aquel Presi
dio, no estuviese de Plantón, y que fuese mandada
por el oficial; y en este proponer es visible mi es
píritu y memoria de la Ordenanza Militar, que
prohíbe, los Plantones por justísimas y poderosas
causas, iguales a las que representé. A un oficial,
aunque sea el más inepto, no se le soborna con
interés alguno, y todo sargento, por lo general en
estos países, se les llama la atención a que la sepa
ren de sus obligaciones, dándoles una botija de
aguardiente, vino, o cosa equivalente. A la sazón
que ésto representa, mantenía el señor Casasola,
de plantón en aquella guardia y puesto (propia
mente en Indias) un sargento que estima, y lo
acredita el hecho del destino de plantón que le
dió. Fue sin duda golpe que le penetró al corazón,
y le hizo tratar el punto con varios asesores que tan
lejos como yo mantiene en su Presidio, y como sus
lisonjeros dictámenes hallaron asiento, y abrigo en
el resentimiento del señor Casasola, prepararon las
infundadas quejas de su representación a ese Su
perior Gobierno en 16 de mayo de 87, tomando
por pretexto las destempladas voces, que el vigía
de Amatitan lo situé en su jurisdicción y no en la
mía; pero como acreditó de otra manera cuanto
expuso, que firmando la representación un Coro
nel graduado, prevalido de este grado, ha pade
cido todo su relato la nulidad inseparable de la
injusticia, arrojándose a expresar, como si yo sir
viera Monarca extranjero, que por atención a ese
Superior Gobierno, no había hechado el vigía de
aquel puesto ¡ raro decir, y no muy fácil empresa,
que denota su indispuesto preparado ánimo con
tra mí y mis providencias!
Viendo pues, que su representación, ya refe
rida, no había tenido las resultas con que se li
sonjeaba esforzó su tema valiéndose (cosa bien
extraña e impropia) del Teniente de la Palizada,
y del capellán de Jonuta don Manuel Vásquez
que a mano de ambos formaron su Papelón con
las exquisitas pretenciones que producen, y adopta
con su informe, como lo más sincero, el ante dicho
Casasola, entregado con ceguedad a alimentar en
cono desconociendo la razón, y aún la justicia.
Pruébase ésto con las crudas destempladas expre
siones de su representación de 16 de mayo citada,
en donde introduciéndose a lo que no le compete,
y si olvidado de que mi representación en esta
provincia es igual a la que ostenta en aquel Pre
sidio, tiña su pluma, o la ajena, el papel, mote
jando de inquietudes mis procedimientos judicia
les con los vecinos de esta mi jurisdicción; cosa que
debió haber omitido, aún cuando de ello tuviese
certeza, por moderación, por cristiandad y por no
hacerse sospechoso introductor, procurador o de
fensor de individuos de esta provincia. Absoluta
mente no pueden advertirse semejantes expresión
sin conmover, quien tiene como yo honor, su es
píritu a levantar los clamores a ese Supremo Go
bierno; no siendo de menos atención la enfática
voz con que supone el señor Casasola que la vigía
de Amatitan se ha puesto allí persuadido yo a que
desmembra mi comercio, colocando esta voz en
términos que puede deducirse también, que el co
mercio que llama mío es el de la Provincia de mi
mano y ésto supongo es lo más conforme verdad
que debe decir, respecto de que es público y no
torio, hasta en los labios de mis émulos, y corre
gidos, que no conozco el interés, que no tengo co-
mércio alguno, y que apenas el sueldo que me da
Su Majestad me alcanza escasamente para alimen
tarme, para portes de cartas, para papel do oficio,
para la Media Annata,3 para gastos de escritorio,
y mantener presos de la Provincia, prefiriendo mi
aprecio lo que es justicia, y equidad jiara poner
esta jurisdicción, aunque tan basta, en los términos
que lo ha conseguido mi afán con el estableci
miento de un gobierno racional y cristiano. El se
ñor Gobernador Casasola llama inquietudes mías
al incesante celo que acredito eh oposición del
contrabando. Nombra inquietudes a guardar yo
justicia sin reservar a los que se tienen por ricos,
que hasta ahora, los más, no la conocieron. Nom
bra inquietudes a que habiendo reos de mi Pro
vincia se acogieran a su jurisdicción, y faltando
a lo que conmigo había acordado a mi ingreso
al gobierno para la aprehensión de estos delincuen
tes, no sólo los abrigó en el presidio, sino es que
los dio pasaporte para que se encaminaciones que
contra vecinos de esta Provincia disponen los Tri
bunales Superiores de esa Corte, y se llevan apuro
y debido efecto, como que entre el mandato, y la
práctica, no encuentro arbitrio. Y últimamente, se
ñor Excelentísimo digo; que nombra inquietudes
al exacto desempeño de cuantas comisiones hasta
hoy fiaron a mi cuidado esos Superiores Tribuna
les, comprendiéndose en ellas la última que aca
bo de verificar contra el Administrador de Alca
balas de esta Provincia en la visita e inspección
que hice a la Aduana de su cargo, y al continuo
trabajo con que atendiendo aún tiempo al despa
cho político y militar de los diez Partidos que com
ponen esa Provincia, o al oficio de Escribano, o la
Oficialía Real, a la Delegación de tierra y Aguas
Baldías, y a la Subdelegación Matrícula de Ma
rina, y correspondencia con todos' los Tribunales
Superiores se ha despachado todo mi solo, aún a
3 En latín annata. Anual que se pagaba domo renta, por
cualquier beneficio o empleo que el monarca otorgaba.
pesar de las continuas calenturas, y males que me
ha producido lo inclemente de este temperamento,
que por espacio de tres años llevo de Gobierno; 4
más conozco que es obra de Dios, que no he pa
decido en la cabeza ni en el espíritu. Y como todo
lo referido aún mismo tiempo lo ejecuto y evacuó;
de hoy es que se tenga este celo y deseos de llenar
hueco de mis obligaciones por inquietudes; y aún
esta respetuosa representación se tendrá por tal, a
causa de rebatir en justicia los cargos o motivos
que me la hace producir; y no son menos concu
rrentes a calificar de inquietudes mis providen
cias, hijas de la necesidad, en abvio de los géneros
de Castilla, que del Presidio del Carmen intentan
introducir por vía de Ranchos para lograr el ma
yor lucro en su venta, y me he conformado con
hacer pagar todos los Reales derechos que satis
farían los mismos efectos si salieran de Veracruz;
según todo esto se acredita en las cuentas de Real
Hacienda que acabo de pasar al Real Tribunal de
ellas, y lo que más allí aparecerá y resaltará, será la
venta en público pregón de doce botijas de aceite,
remitidas de Campeche para el servicio de mi mesa
que no pedí, y se reintegrarán los reales derechos
como si hubieran salido de Veracruz. Estas, son
propiamente inquietudes vituperables a los que re
frena mi procedimiento, pero loable al servicio de
Su Majestad, y que califican mi obediencia a sus
resoluciones, y a la de esos Superiores Tribunales;
quienes podrán informar uno por uno de mi noto
ria actividad, celo, amor al servicio, y puntual
cumplimiento a sus disposiciones, sin pararme en
lo que acredite a Vuestra Excelencia mi desinte
rés, pues por notorio, y publicado por las voces
de mis émulos, y corregidos, parecen demasiada
satisfacción correr la pluma en esta materia, sien
do su origen obra de Dios, y no de admirar en
quien profesa honor.
4 De 1785 a 1788.
Vuestra Excelencia con su acostumbrada pru
dencia y celo, me manda en su citada Superior
Orden que guarde buena armonía con el memo
rado señor Casasola; pero hago presente a Vuestra
Excelencia que las operaciones de él son opuestas a
las mías, y de consiguiente no me deja arbitrio
a poder conciliaria. Parecía como regular, y aún
preciso que si creyó a su informante sobre estar la
vigía de Amatitan en tierras de su jurisdicción, o
sobre los perjuicios que supone haga a sus vecinos;
se hubiera pasado oficios, o escritos, antes de re
currir a esa superioridad. Nada de ésto ha practi
cado, y si no, que enseñe una letra mía, y así se
comprobará que ha querido voluntariamente y por
su presentimiento de guardar conmigo ni aún co
rrespondencia política. Creo con evidencia, que si
se hubiera dedicado, como yo, a no conocer otra
cosa que la justicia, no podría tomar la pluma en
los términos que lo ha practicado, ofendiéndome
directamente, cuando lo que menos cuido es inge
rirme a saber lo que pasa en su jurisdicción y de
consiguiente, no hay ejemplar de que en las mate
rias de Real Hacienda, y de Justicia que aquel
señor Gobernador ha de observar, se halla ya in
culpado directa, ni indirectamente, antes por lo
contrario, a los individuos de su jurisdicción he
tratado y atendido en los términos que acreditan
a Vuestra Excelencia los adjuntos Documentos
que paso a sus manos con los números 1,2, 3, 4,
5, 6 y 8, separados del Expediente, únicos com
probantes de cuanto llevo expuesto, y que no me
dará el señor Casasola iguales testificantes de su
protección que no sea a reos de esta Provincia.
La Vigía de Amatitan, Señor, puede Conocer
Vuestra Excelencia el ningún interés personal que
me asiste para que subsista y más cuando me fa
cilita trabajo únicamente, y opositores; pero en
obsequio de la verdad, y cumplimiento de mis obli
gaciones, represento a Vuestra Excelencia reveren
temente, que sólo en el puesto que ocupa es útil,
y ocioso el ponerla en otra parte, como que está
en términos de esta jurisdicción de Tabasco. Y
cuando aún contra la información que yo hago
testifican de esta verdad le sea fácil al señor Casa-
sola hacer otra, juzgo señor, que no hay una cosa
más fácil que nombrase de esta Provincia sujeto
(sujetos matemáticos), y que se nombren otros de
la jurisdicción del Presidio del Carmen con sujeto
autorizado por Vuestra Excelencia, para que según
el acto de reconocimiento y dimensiones de tierras,
y Ríos, y con presencia de documentos, o de suje
tos antiguos que declaren en el particular que
abran las rayas divisorias de jurisdicción que Vues
tra Excelencia encuentre por oportuno, aún en el
caso de que al Presidio del Carmen sea del Supe
rior agrado de Vuestra Excelencia concederle más
tierras que las que comprende el recinto de los que
es la Isla del Carmen, o Presidio de este Nombre.
No obstante que inmediatamente de haber reci
bido la orden de ese Superior Gobierno para pedir
a los oficiales Reales de Veracruz los ornamentos,
y demás objetos para la Iglesia de Jonuta, les pasé
relación de todo lo que se necesitaba, y de que me
respondieran lo habían encargado a México para
su menos costo; he repetido igual oficio solicitando
la remesa de los expresados ornamentos el 6 del
mes próximo pasado, en virtud de la nueva orden
de Vuestra Excelencia para ello. Y aunque el en
vío de dichos ornamentos se ha demorado mucho,
no ha perjudicado de modo alguno al intento pia
doso de que los vecinos de Jonuta no carecieran
de todo el pasto espiritual que les complete pi
diendo motuo proprio ornamentos prestados al Cu
ra de Villahermosa en esta Jurisdicción de los
mismos que usó el Capellán don Manuel Vázquez,
y está usando el actual don Pedro Román por
aquel ceducido o llamado de la Palizada, por sus
intereses particulares, abandonó a Jonuta, u es
Capellán de la Palizada, de esta verdad sea el más
auténtico testimonio el adjunto documento, firma-
do por el mismo Cura de Villahermosa que paso
a manos de Vuestra Excelencia con el Número 7
para su inteligencia, y la de ser incierta lo que es
cribió el mismo capellán Vázquez al Teniente de
la Palizada hecho a mano todo para exclamar a
favor de sus intentos en esa superioridad.
Y pues que mis deseos se dirigen al acierto,
dando prontísima obediencia a cuanto Vuestra Ex
celencia se sirva mandarme; le suplico encarecida
mente me aclare y preceptúe, que efectos, si del
país o de España, si debo o no, permitir que se
introduzcan con registro, o sin él por Boca de Ama-
titan, atravesando gran parte de esta Provincia al
Palenque, para que desde allí conduzcan los efec
tos a Ciudad Real de las Chiapas, y las reglas que
para los mismos fines, y con el propio objeto debo
observar entre el comercio que hace Campeche, y
el Presidio del Carmen con esta Provincia. Respec
to de que hasta ahora no tengo órdenes contrarias
a la que permite únicamente la introducción de
efectos de Castilla, conducidos de Veracruz bajo
el registro correspondiente, pues aunque el señor
Intendente de Ciudad Real dice, que el Rey quie
re que se quiten los grillos al comercio, siendo yo
como soy un mero Alcalde, no puedo de consi
guiente innovar en los que tiene el comercio hasta
esta época, Ínterin que Vuestra Excelencia, que es
en quien concurre toda la facultad, no me precep
túe la constante práctica que debo seguir en esta
materia.
En todas, resolvería Vuestra Excelencia que sea
de Su Superior agrado.
Nuestro Señor guarde la vida de Vuestra Ex
celencia como deseo. Tacotalpa 4 de abril de 1788.
Francisco de Amusquibar (Rúbrica).
(Al margen:) De Oficio lo juro Excelentísimo
señor.
El Fiscal de Real Hacienda dice: que en este
expediente exigen resolución tres puntos: primero,
si ha de continuar el Vigía del Río de Amatitan
en el paraje, en que se halla; segundo, si ha de
reconocer el pueblo de Jonuta al de la Palizada
en cuanto a la jurisdicción civil, y reputarse como
visita a doctrina suya en cuanto a los eclesiásticos;
tercero, ¿qué efectos se han de permitir introducir
de Campeche, y del Presidio del Carmen por la
Boca del Río, y con qué formalidades?
Sobre el primero; la pretensión del señor don
José de Casasola, para que se mude el Vigía del
sitio en que se halla, se funda en que pertenece
a su jurisdicción que perjudica a los vecinos del
pueblo de la Palizada, impidiéndoles pescar, leñar,
y otros trabajos con que subsisten; y que de per
manecer allí, serán continuas las deserciones entre
el guarda y justicia de dicho, pueblo.
El Gobernador de Tabasco satisface difusamen
te las consultas del señor Casasola, acompañando
un Mapa de la Provincia y una información reci
bida con ocho testigos, en que se acredita, que el
sitio en que está el vigía, y aún las tierras del ex
presado pueblo de la Palizada, pertenecen a Ta
basco; que no hay otro paraje, en que pueda po
nerse con utilidad, y que ni son ciertos los perjui
cios, que se suponen, ni necesitan aquellos vecinos
introducirse en la Barra de Tabasco, para pescar
y cortar madera.
Al Fiscal le parece: que prescindiendo de la in
formación, es más verosímil, que todas las tierras
que se expresan, pertenezcan a esta basta Provin
cia, que a la del Presidio del Carmen, cuyos límites
señala el mar con que se halla rodeada, y que
aunque por ser el destacamento del presidio cuyos
límites señala el mar conque se halla extendido el
pueblo de Palizada, por de aquella Jurisdicción de
que dista tres leguas por mar, las tierras serían
(sin duda) de Tabasco, como expresan los testigos
de la citada información.
Pero sea lo que fuere, el Vigía se ha puesto por
este superior Gobierno, que tiene igual autoridad
en uno y otro Territorio, y es conveniente que sub-
sista en el sitio en que se halla, para evitar las
clandestinas introducciones de efectos y que per
manezca con perjuicio de la Real Hacienda, el
pueblo restablecido de Jonuta.
Habiendo estado sujeto siempre a la Provincia
de Tabasco, no hay mérito, para que se innove,
como ha solicitado el justicia y vecinos de la Pa
lizada sin necesidad de reconocerse, como Doctri
na suya en lo eclesiástico, pues el vicario, que le
asiste, tiene por la Real Hacienda la suficiente
dotación de trescientos pesos esta mandado repe
tidamente se remitan por los ministros de la Caja
Principal de Veracruz los ornamentos necesarios
para celebrar, y con fecha del próximo Abril, se
pasó ornamento a los de las cajas generales para
su habilitación, con lo que queda satisfecho el
segundo punto.
En cuanto al tercero; promovido en el informe
del Gobernador de Tabasco sobre los efectos y for
malidades, con que deben permitirse pasar por la
Boca del Río, nada hay, que añadir a las órdenes
que están dadas anteriormente; pues no siendo
Campeche, Tabasco, ni el Presidio del Carmen,
Puertos habilitados para el Comercio, no deben
permitirse introducir sino los efectos de el País,
que vayan con los correspondientes registros; y los
de Europa, sólo dirigidos con iguales formalida
des por el de Veracruz, bajo las reglas del comer
cio libre, llevándose a efecto sin indulgencia, ni di
simulo las órdenes expedidas en el tiempo ante
rior, a que se refiere el Gobernador en su citado
informe.
Vuestra Excelencia se servirá declarar que debe
subsistir el Vigía de Amatitan en el mismo sitio
y términos en que se halla, y bajo las prevenciones
contenidas en la superior orden de catorce de ene
ro, de no prohibir a los vecinos de la Palizada con
pretexto alguno pescar, leñar, cazar, ni a los cayu
cos, ni canoas, que salgan con éstos, o semejantes
destinos, la entrada y salida por las bocas y este
ros, lagunas, que les convengan; ni tampoco em
barazar la saca de palo de tinta! y otras maderas
finas u ordinarias de dicha Provincia de Tabasco,
del Palenque, y otra parte alguna, no siendo de su
cargo averiguar, de donde vienen, o han sido cor
tadas, y si del de los dueños de los terrenos recla
mar los perjuicios, que se les sigan ante la Justicia
del territorio, que deberá administrárseles breve y
sumamente, aprendiendo y castigando a los que
sin licencia de los propietarios, se introduzcan en
posesiones ajenas con este objeto; y últimamente;
que se debe ceñir el guarda a las funciones de su
instituto, que es, no permitir la introducción de
efectos de ilícito Comercio sin los registros, y for
malidades regulares, ni la de personas, que no
llevan los pasaportes, y licencias correspondientes.
Para cumplimiento de todo, dispondrá Vuestra
Excelencia se participen estas providencias al señor
Intendente de Yucatán: al Sr. Gobernador del
Presidio del Carmen, y a! de Tabasco: previniendo
a éste, que cuando se intenten introducir por la
Vigía del Río de Amatitan con destino a dicha
Provincia del Palenque, o cualquiera otra parte,
efectos, géneros, o frutos Europeos, que no vayan
del Puerto de Veracruz debe declararlos por de
comiso, y las Embarcaciones en que se condugeren,
conforme a lo prevenido en Real Orden de tres
de julio de setescientos ochenta, sin arbitrio para
libertarlos de esta pena, y participándole la orden
expedida a los Ministros de las Cajas Generales
para la habilitación de Ornamentos del Pueblo de
Jonuta. Y respecto a que después de mes y medio
no se ha recibido contestación, mandará Vuestra
Excelencia se les repita, con prevención de que no
difieran por mas tiempo el cumplimiento de lo
prevenido, sobre que Vuestra Excelencia queda a
la mira. México 31 de Mayo de 1788 entre ren
glones = al señor Intendente de Yucatán =
vale =
Cerrada (Rúbrica)
(Al margen:) Nota Este expediente lo devpí-
vió el Asesor de la Superintendencia sin parecer
y se pasó al señor Asesor General (Rúbrica). Mé
xico 6 de junio de 1788.
Al Asesor de la Superintendencia de Real Ha
cienda.
Véase el Expediente sobre agregar al Carmen
el Partido de Usumacinta en donde se tomó re
solución sobre todo fojas 9 de el (Rúbrica).
141
jonuta-10
Capítulo V
LA MEDIA ANNATA
E n la nota 3 del capítulo III hablo del con
cepto de la Media Annata, y digo, que al final
transcribo un documento de esta tributación,
correspondiente a la Provincia de Tabasco.
Respecto a este tributo, el historiador Cla-
rence H. Haring, dice lo siguiente: “En el siglo
xvn, como la monarquía se encontraba cada
vez más empobrecida, se adoptaron otros mé
todos para extraer dinero de los empleos pú
blicos, tanto en España como en las colonias.
Surgieron la mesada y la media annata. La me
sada representaba el ingreso de un mes de
sueldo por cada funcionario secular o eclesiás
tico recién nombrado en las colonias. Se aplicó
a todos los cargos seculares en 1625 y más tar
de por concesión papal se hizo extensiva a los
eclesiásticos. Todo eclesiástico que asumía un
cargo, desde el arzobispo al simple cura con
un ingreso de cien ducados o más, pagaba una
mesada calculada sobre el promedio anual pro
ducido por el beneficio durante los cinco años
precedentes. Para los funcionarios seculares se
la reemplazó en 1631 por la media annata, con
sistente en la mitad del sueldo del primer año
más un tercio de todos los demás emolumentos
provenientes de cargo público, favor o conce
sión, permanentes o temporarios, incluso he
rencia de una encomienda. Si un oficial era
ascendido a la jerarquía superior se le retenía
el aumento. Luego de 1754, el Papa Benedicto
XIV otorgó a la Corona autorización para
exigir también a los altos dignatarios del clero,
es decir, a quienes percibían un sueldo anual
de trescientos pesos o más, el pago de la media
annata; los clérigos menores continuaron pa
gando sólo la mesada; pero aquélla no se re
caudó en las colonias sino muchos años des
pués.
Los ingresos netos de este origen se hallaban
reservados para uso de la Corona; a fines del
siglo xvm, en Nueva España ascendieron a más
de ciento veinticinco mil pesos. Eran enviados
a España por separado, por cuenta y riesgo del
funcionario que pagaba el impuesto. Ello va
riaba según las épocas, pero en el siglo xvni se
fijó en un 18% para cubrir los gastos de viaje,
avería y otros impuestos.” 1
La documentación se encuentra en el Archi
vo General de la Nación de México, Media
Annata, vol. 73, leg. 12, y comienza cuando
don Juan Sánchez Casahonda en representa
ción del Alcalde Mayor don Sebastián Mal-
donado se dirige a las autoridades de Nueva
España el 7 de octubre de 1775, para infor
marles
“que habiendo ocurrido a la Contaduría General
de Media Annata a que se pusiera la correspon
diente razón a la adjunta libranza para su cobro,
se pretende en ella regular no tan solo por el
1 H aring , Clarence H., El Imperio Hispánico en América,
Solarl Hachette, Buenos Aires, Argentina, 1972, pp. 297-298.
premio del seis por ciento que se le ha aplicado
al señor (Maldonado) mi parte de lo colectado
en el tiempo que tuvo en fieldad 2 las Alcabalas,
sino también del salario que percibió el Oficial
de Pluma, (el) Receptor y (el) Guarda. Y por
que sobre ésto se ha formado duda, es indispen
sable para su desición la demora de algunos días,
porque en ellos se le sigue a mi parte grave per
juicio, estoy pronto a que por lo que respecta al
seis por ciento del premio, se deduzca la Media
Annata, y por lo que mira a la restante, estando
como esta y pronto a afianzar su importe no se
me detenga el cobro, y se me entregue el expe
diente para deducir lo qué al señor mi parte
convenga”.
El licenciado don Sebastián Maldonado fue
Alcalde Mayor de Tabasco de 1771 a 1779.
El historiador tabasqueño Gil y Sáenz3 dice
en su obra que gobernó de 1775 a 1778, equi
vocación que sufrió seguramente porque no tu
vo documentos aclaratorios a mano.
Ahora proseguimos con el otorgamiento que
hizo a nombre del licenciado Maldonado —año
de 1775— el señor Sánchez Casahonda y qué
resultado tuvo.
Don Pedro Núñez Villavicencio, Juez Priva
tivo del Real Derecho de Media Annata, or
denó que se otorgase fianza, se retornara la
libranza y se diera el expediente por tres días
al apoderado de don Sebastián Maldonado.
2 Despacho que el Consejo de Hacienda otorgaba, con anuen
cia del rey, para que pudiera recabar rentas.
3 G il y Sáenz, presbítero Manuel, Compendio Histórico,
Geográfico y Estadístico del Estado de Tabasco, Tipografía
de José M. Avales, Tabasco, 1872, 252 pp., 21 x 15 cm.
En la audiencia de 24 de octubre en la ciu
dad de México en su ocurso dice Sánchez Ca-
sahonda:
“La Ley Real de Indias manda a los guardas de
las visitas de los navios, no se cobre Media Anna
ta, y la razón que da es. porque no llevan salario
y lo que se les da es solo por su trabajo, y lo
mismo acontece con los de Alcabalas y con los
Receptores y Oficial de Pluma.”
En su alegato dice, que lo que se les da en
dinero “no es salario, ni renta perpetua, sino
una recompensa de lo que en aquel interior
trabajan, y militando la misma razón que da
la ley, parece que debe en cuanto a ellos, ob
servarse su disposición”.
Pero prescindiendo de ésto sobre que la cristiana
justificación de V.S. resolverá lo que correspon
da, lo que no tiene duda es: que la acción contra
los magistrados, es subsidiaria, para solo el caso
de que no pueda cobrarse de los deudores di
rectos, y asi sin que preceda la excursión no es
ejercible contra el señor mi parte.
Dura cosa sería, que a los señores Jueces Priva
tivos de Media Annata, por solo que hubiesen
dejado de cobrar alguna, se les hace directamente
cargo de su importancia, sus diligencias primero
su recaudación de los causantes; de que se de
duce, que aunque hubiera tenido instrucción, y
orden para cobrarla, que no la tuvo, sobre que
pudiera insistir en que se pusiesen los documen
tos correspondientes si la cortedad de lo que im
porta sufriera estos costos y sin que la ejecución
preceda no es responsable el señor mi parte; y
en estos términos debe la fianza entenderse, ma
yormente cuando en ella no la renuncia expresa-
mente, ni por mi, ni así' nombre. En atención
a todo: Se ha de servir V.S. determinar lo que
tuviere por de justicia en cuanto si causó o nc
Media Annata lo que dichos ocupados percibie1-
ron, y en caso de declarar haberse causado de
clarar igualmente deberla satisfacer ellos, y nc
mi parte, sino sólo en el caso de que contra las
instrucciones que se le hubiesen dado por este
Juzgado Privativo hubiese dejado de cobrar, y no
pudiese ya hacerse de ellos, y que así constó por
medio de la ejecución.
La contestación del Presidente de la Conta
duría General del Real Derecho de Media, don
Lázaro de Anoceto y Garré, al Juez Privativo,
señor Núñez Villavicencio, dice:
No admitiendo duda la responsabilidad que asis
tía al señor licenciado don Sebastián Maldonado
a la paga de Media Annata, correspondiente al
premio que percibió en lo colectado de Alterado,
que gestiona únicamente la que causaron el ofi
cial de pluma Receptora, y Garda que nombro
para su administración: excepcionándose con va
rios fundamentos de la obligación de satisfacer
por ellos hasta en el entretanto no se justifica la
imposibilidad que les asista de poderlo ellos eje
cutar : resuelto previamente el si deban o no,
contribuir a este derecho.
Fundar que estos individuos se hallan innodados
en la contribución del con demasiada extensión,
a más de lo gravoso que le es al exponente con
tener cada una de las partidas de Media Arinata
que se causan, sería fastidioso en recitar una obli
gación tan pública, y notoria entre todos los que
tiran sueldo de Real Hacienda. Y así supuesta
la generalidad del contenido de la regla del nuevo
Arancel comprensiva de todos los oficios, cargos,
mercedes y rentas, y toda clase de personas sin
Introducción.................................... 9
I. La fundación deJo n u ta................. 17
II. Establecimiento de vigías, contra
bandos, quejas de caoneros y auto
ridades .............................................. 71
III. El pueblo de Palizada,de Tabasco 99
IV. Cartas de AmuSquibar, mapas, lími
tes y una disposición virreynal . . . 125
V. La media annata................................143
Relación de la Villa de Santa María
de la V ictoria.................................181
Acabóse de imprimir el día 6
de diciembre de 1975 en los ta
lleres de la Editorial Jus, S. A.,
Plaza de Abasólo 14 (entre
las calles de Luna y Estrella),
colonia Guerrero, México 3,
D. F. El tiro fue de 2,000
ejemplares.
N° 1024
RED ESTATAL DE BIBLIOTECAS
PUBLICAS DE TABASCO
REB/018