Paolo Cohelo
Paolo Cohelo
Paolo Cohelo
hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tuviera Amor, sería
como el bronce que suena, o como el címbalo que tañe. Aunque tenga el don
de la profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga
una inmensa Fe, al grado de mover montañas, si no tuviera Amor, nada seré. Y
aunque reparta todos mis bienes entre los pobres, y aunque entregue mi propio
cuerpo para que sea quemado, si no tuviera Amor, nada de eso me servirá. El
Amor es paciente, es benigno, el Amor no se consume en celos, no se
vanagloria, no se enorgullece, no se conduce inconvenientemente, no busca
sus intereses, no se exaspera, no se resiente del mal; no se alegra con la
injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. El Amor jamás acaba. Pero, habiendo profecías,
desaparecerán; habiendo lenguas, cesarán; habiendo ciencia, pasará.
Cuando era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, pensaba como
un niño. Cuando llegué a ser hombre, desistí de las cosas propias del niño.
Porque ahora vemos como en un espejo, oscuramente, y entonces veremos
cara a cara; ahora conozco en parte, y entonces conoceré como soy conocido.
Pablo Don Supremo, Él nos dice que el Amor es una cosa compuesta de
muchas otras.
Como la luz, si tomáramos una prisma e hiciéramos que un rayo sol lo
atravesara, ese rayo se dividiría en siete colores.
Los colores del arcoíris.
Entonces, Pablo toma el Amor y hace que atraviese el prisma de su
sensibilidad, dividiéndolo en sus elementos.
Nos muestra el arcoíris del Amor, como el prisma atravesado por un rayo.
¿Y cuáles son esos elementos? Son virtudes de las cuales oímos hablar todos
los días.
Son esas pequeñas cosas, esas simples virtudes, las que componen el Don
Supremos, El Amor.
Esas son las cosas que componen el bien supremo, están en el alma del
hombre.
Cristo busca la paz en la tierra, nació con el hombre y refleja, en este mundo, el
soplo del espíritu Eterno.
El Don Supremo refleja también este soplo.
El Amor es paciencia
Esperar con calma, sin prisa, sabiendo que en determinado momento podrá
manifestarse.
El amor está listo para hacer su trabajo en la hora propicia, pero aguarda con
calma y mansedumbre.
Porque el Amor es capaz de entender.
Bondad
Cristo en el mundo siendo bueno con los otros, dejando contentas a las
personas.
Empleó gran parte del poco tiempo que tenía en la Tierra ara hacer felices a
sus contemporáneos.
Aunque Cristo tuviera mucho que hacer, no se olvidó de ser cariñoso con el
prójimo.
Humildad.
El Amor no se vanagloria, no se enorgullece.
Delicadeza
El Amor no logra ser agresivo.
¿Sabes que quiere decir “noble”?
Significa alguien que actúa de manera digna. Ése es el ministerio del Amor.
Quien posee Amor en su corazón no puede actuar con grosería.
El amor no se conduce inconvenientemente.
Entrega
El Amor no busca sus intereses, no se busca a sí mismo, no busca ni siquiera
lo que es suyo.
El Amor es algo tan profundo, que quien ama ignora cualquier recompensa.
Tolerancia.
El Amor no se exaspera.
Solemos juzgar la intolerancia como un defecto de familia, un rasgo de
personalidad, en realidad deberíamos considerarla una auténtica falta de
carácter.
Pablo cita la tolerancia. Y la Biblia en muchos oros pasajes, cita la intolerancia
como el elemento más destructivo de nuestra manera de actuar.
Intolerancia, le perjuicio, está siempre presente en la vida de las personas que
se juzgan virtuosas.
Conocemos a muchas personas que son casi perfectas pero que, de repente,
piensan que tienen razón en algo y pierden la cabeza por ellos.
Es uno de los problemas más tristes de la raza humana y de la sociedad.
No existe ningún vicio, deseo, avaricia, injuria o embriaguez que sea peor que
un temperamento intolerante
Por volver amarga a la vida
Por destruir comunidades
Por acabar con muchas relaciones
Por devastar hogares
Por sacudir a los hombres y a las mujeres de sus bases
Por quitarle a la juventud toda la exuberancia
Por su poder gratuito de producto miseria, la intolerancia no tiene competencia
Resentimiento, falta de caridad. Son estos los ingredientes de esta alma oscura
y sin Amor. Son esos los ingredientes de la intolerancia y del prejuicio.
¡Dao cuenta! Mientras hablaba, me he exasperado.
Ved cómo las partes más ocultas del alma aparecen cuando bajamos la
guardia. Y de repente, mientras predicaba la generosidad, la humildad, la
paciencia, la cortesía, la entrega, me he exaltado.
Tenemos que ir hasta donde ellos se esconden. Sólo así los sentimientos de
rabia morirán por si mismos. Entonces nuestras almas se volverán más suaves,
no porque saquemos la agresividad, sino porque metamos el Amor.
Dios es Amor. Un Amor que, al penetrarnos, nos suaviza, nos purifica y todo lo
transforma. Aparta lo que está equivocado, renueva, regenera, reconstruye el
interior del hombre.
El poder de la voluntad no transforma al hombre.
El amor, sí.
Sinceridad
Mejor sería que le colgaran al cuello una piedra de molino y fuera tirado al mar
que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
Inocencia y sinceridad.
Pero ante la inocencia, todos crecemos
Es muy bueno saber ciertas personas no le temen a la envidia ni a la
indiferencia. Porque quien ama sale ganando, aunque no busque ninguna
recompensa.
El amor no se regocija con la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
He llamado a ese ingrediente sinceridad.
Aquel que sabe amar, ama la Verdad tanto como a su prójimo. Se alegra con la
Verdad, pero no con la que le fue enseñada.
No con la verdad de las doctrinas
Ni con la verdad de las iglesias.
Él se alegra en la verdad, busca la verdad con la mente limpia, humilde y sin
prejuicios ni intolerancia, y acaba quedando satisfecho con lo que encuentra.
No estoy hablando de la sinceridad que humilla al prójimo, la que usa el error
ajeno para mostrar la propia bondad. El verdadero Amor no consiste en
exponer a los otros su flaqueza, sino en aceptar todo, alegrarse al ver que las
cosas son mejores de lo que otros dijeron.
Este debe ser nuestro objetivo en el mundo: aprender a amar.
La vida no es un largo asueto, sino un constante aprendizaje
Y la lección más importante es: aprender a amar
¿Qué hace el hombre un gran artista, un gran escritor, un gran músico.
La práctica.
El crecimiento espiritual aplica las mismas leyes usadas por el cuerpo y por el
alma. Si un hombre no ejercita su brazo, jamás tendrá músculos. Si no ejercita
su alma, jamás tendrá un carácter fuerte, ni ideales ni la belleza del crecimiento
espiritual.
Y para construir eso, necesitamos de una práctica constante.
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