CS Rol #45582-2017

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Santiago, uno de julio de dos mil diecinueve.


VISTO:
En estos autos Rol 11804-2013 seguidos ante el 24 Juzgado Civil de
Santiago compareció Clemente Dougnan Mujica, abogado, en representaci ón
de Comercializadora Multinacional S.A. (COMULSA); de The Ravens
Limitada; de Hilda Dougnac Rodríguez y de Inversiones MPD Limitada
(sociedad que se desistió de la demanda seg ún consta a fojas 687 y 690) y
dedujo demanda en contra de Andrés Dougnac Labatut; de Marcela Dougnac
Labatut y de la sociedad MCA UNO Limitada solicitando que se declare la
responsabilidad civil extracontractual de los demandados y se los condene al
pago de las indemnizaciones que detalla.
Fundamentando su pretensión señala que la sociedad an ónima
Comercializadora Multinacional, en adelante COMULSA, es una empresa
familiar creada en el año 1981 por los hermanos Antonio y Alberto Dougnac
Sánchez y cuyo objeto social es la importación, comercialización y distribución
de artefactos eléctricos; sociedad que está integrada por los siguientes
accionistas: a) Inversiones MPD Ltda. compuesta por Alberto Dougnac
Sánchez y sus hijos Alberto, Marcela, Paulina, Claudia y Valeria, todos de
apellidos Dougnac Labatut, quienes tienen un 43, 91% de las acciones; b)
Inversiones The Ravens Ltda. integrada por Antonio, Fernando e Hilda
Dougnac Rodríguez, con un 41, 52% del paquete accionario; c) Hilda
Dougnac Rodríguez, titular del 4, 61 % de las acciones; y d) Inversiones
MCA UNO Ltda. compuesta por Andrés Dougnac Labatut, su c ónyuge e
hijos, con un 9,96 % de participación.
Agrega que Andrés Dougnac se desempeñó como gerente general desde
abril del año 2006 y hasta el 7 de junio de 2012 y que Marcela Dougnac lo
hizo como gerente de administración y finanzas entre el 16 de marzo de 2004
y el 31 de mayo de 2012, incurriendo ambos en conductas antijur ídicas que
les permitieron apropiarse de USD 144.391,60. Afirma que el 11 de
noviembre de 2006 COMULSA abrió una cuenta corriente en d ólares en el
Banco Santander, la que operó normalmente hasta enero de 2008 cuando

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Marcela Dougnac, en su calidad de gerente de administraci ón y finanzas, dio


la orden de eliminarla de la contabilidad social para seguir utiliz ándola, junto
a Andrés Dougnac, a espaldas de la mayoría del directorio, lo que les
permitió retirar USD 144.391, 60.
A continuación afirma que los demandados en forma concertada llevaron
a cabo una sistemática distracción de dineros operando clandestinamente una
cuenta corriente que habían eliminado de la contabilidad incurriendo en
delitos o cuasidelitos civiles que han causado daño a COMULSA y a sus
accionistas y que deben ser indemnizados, violando de paso la Ley de
Sociedades Anónimas según detalla:
a) Infracción al artículo 42 N° 3 que prohíbe inducir a los gerentes,
administradores, ejecutivos principales, dependientes, inspectores de cuenta,
auditores de externos o clasificadoras de riesgo a rendir cuentas irregulares,
presentar informaciones falsas y ocultar información.
Se sostiene a este respecto que los demandados le ordenaron a la
contadora de la empresa, Ana Luisa Colet, el cierre contable de la cuenta
corriente en dólares ocultando información al directorio y a los accionistas;
b) Infracción al artículo 42 N° 4 de la Ley 18046 en cuanto proh íbe a
los directores presentar a los accionistas cuentas irregulares, informaciones
falsas y ocultar información esencial lo que se materializ ó al esconder la
cuenta corriente y sus depósitos, falseando la situaci ón financiera de la
compañía;
c) Infracción al artículo 42 N° 5 de la citada ley que proh íbe tomar en
préstamo dinero o bienes de la sociedad o usar en provecho propio, de sus
parientes, representados o sociedades a que se refiere el inciso segundo del
artículo 44, los bienes, servicios o créditos de la sociedad, sin previa
autorización del directorio otorgada en conformidad a la ley; norma aplicable
a los demandados porque se apropiaron del dinero que manten ían en la
cuenta corriente de COMULSA.
En esta misma línea expositiva, el recurrente afirma que los demandados
también infringieron los estatutos sociales al llevar una contabilidad secreta,
irregular y paralela.

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En lo que concierne a los daños que esta conducta habr ía provocado, se


reclama una indemnización por daño emergente de USD 144.391,6
correspondiente a la suma ilegítimamente distraída y $250.000.000 por
concepto de pérdida del valor económico como consecuencia del falseamiento
de la información contable; USD 145.168 por lucro cesante consistente en el
ajuste por la pérdida de rentabilidad de un 20% anual que los flujos hubieran
reportado a la sociedad; y las siguientes sumas para cada socio como
consecuencia de la pérdida de valor de sus acciones en un 10%: a The
Ravens Limitada la suma de $124.060.356 y a Hilda Dougnac Rodr íguez
$13.283.950.
A fojas 216 el abogado René Núñez Avila, en representaci ón de la
demandada Marcela Dougnac Labatut, contestó la demanda solicitando su
rechazo, afirmando que los directores de COMULSA no s ólo sab ían que la
cuenta corriente en dólares fue sacada de la contabilidad sino que aprobaron
dicha decisión, utilizándose los dineros que allí estaban en beneficio de la
propia empresa. Argumenta la improcedencia de demandar conforme al
estatuto extracontractual porque los hechos que se reprochan habr ían
ocurrido con ocasión del cumplimiento del contrato de trabajo que exist ía
entre las partes, ejerciéndose una acción social que s ólo puede ser contractual,
siendo entonces improcedente el cúmulo de responsabilidades porque hay un
contrato que regula las relaciones entre la sociedad y los demandados.
En subsidio de las alegaciones antes reseñadas, opone la excepci ón de
prescripción haciendo presente que la propia demanda afirma que el hecho de
haber sacado la cuenta corriente de la contabilidad de la sociedad ocurri ó en
enero de 2008 y por lo tanto entre esa fecha y la notificaci ón de la demanda
transcurrieron más de cuatro años. Añade que para el evento que se estime
que cada giro de dinero constituye un hecho ilícito, la acci ón est á prescrita
respecto a los retiros de dinero de 22 de enero, 5 de junio de 2009 y al pago
de 19 de febrero del mismo año.
En cuanto al fondo del asunto niega la existencia de conductas il ícitas y
sostiene que por aspectos netamente impositivos se solicit ó la asesor ía de una
empresa contable que recomendó sacar la cuenta corriente en d ólares de la

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contabilidad, pero que los dineros allí depositados se utilizaron en Comulsa y


quedó en la caja de fondos la suma de USD 7.619 al momento en que
Marcela Dougnac fue despedida.
Añade que la demanda va contra hechos propios de los actores porque
todos conocían la existencia de la cuenta y sus movimientos, consintiendo en
las operaciones y sin oponerse tampoco a que la cuenta fuese eliminada de la
contabilidad. A mayor abundamiento, agrega, Marcela Dougnac fue
despedida sin hacerle ningún reproche.
En lo que concierne a los daños reclamados afirma que no resulta
efectivo que la empresa haya perdido valor como consecuencia de los
supuestos hechos ilícitos y que el 20% que se reclama como rentabilidad
perdida es exagerado.
Finalmente se sostiene que la acción es inidónea porque primero deb ía
solicitarse la rendición de cuentas de la gestión y hecha esa cuenta se pod ía
explorar la posibilidad de demandar por responsabilidad civil.
A fojas 237 contesta la demanda el mismo abogado Ren é Núñez Ávila
en representación de Andrés Dougnac Labatut y la sociedad MCA UNO
Limitada solicitando su rechazo y argumentando que el estatuto jur ídico por
el que se ha demandado resulta erróneo desde que la acci ón por los
eventuales perjuicios de la sociedad solo puede ser contractual y no
extracontractual como se afirma en el libelo de los actores, no resultando
procedente que se elija el estatuto aplicable porque existe un contrato que liga
a las partes y regula sus relaciones; que todos los hechos reprochados habr ían
ocurrido en el contexto de la convención y sin ella no se habrían presentado.
En subsidio de la mencionada alegación, se opone la excepci ón de
prescripción por cuanto, entre la orden de ocultar la cuenta en d ólares y la
notificación de la demanda, habrían transcurrido más de cinco a ños y para el
evento de considerar que los hechos ilícitos están constituidos por cada giro de
dinero igualmente estarían prescritos los de 22 de enero de 2009, 5 de junio
de 2009, 14 de julio de 2009 y pago de 19 de febrero de 2009.
En lo que dice relación con la demandada MCA UNO se opone la
excepción de falta de jurisdicción por cuanto el asunto debe ser sometido a

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arbitraje al tenor de lo dispuesto en el artículo 125 de la Ley de Sociedades


Anónimas en relación al artículo 10 N° 4 del mismo cuerpo legal.
Enseguida se niega la comisión de hechos ilícitos desde que la cuenta
corriente fue marginada de la contabilidad por consejo de una empresa
externa de contabilidad y por razones impositivas, siendo destinados los
dineros a gastos y pagos de COMULSA. Además se estima improcedente la
acción deducida porque todos los accionistas conoc ían la existencia de la
cuenta corriente, de manera que los reproches ahora vertidos resultan
contrarios a los actos propios de los demandantes.
Vinculado a lo anterior, sostiene el demandado que hubo un juicio
laboral por despido vulneratorio que termin ó por conciliaci ón s ólo un a ño y
medio antes de la presentación de la demanda y que all í nada se le reproch ó
sobre una cuenta secreta o una distracción de fondos, resultando entonces
incomprensible que ahora se le formulen estas imputaciones.
Finalmente, en lo que se refiere a los daños reclamados y respecto a
COMULSA se afirma que no pudo haber daño emergente porque no se
distrajo suma alguna desde la cuenta corriente y que tampoco existe p érdida
de valor por falseamiento de la información ya que este tipo de da ño solo lo
puede experimentar una sociedad anónima abierta cuya valorizaci ón depende
de la oferta y demanda que exista en el mercado en que se transa,
características que no posee la demandante; el lucro cesante no existir ía
porque el dinero se gastó en la empresa y en todo caso la rentabilidad que se
atribuyen las demandantes es exagerada; tratándose del da ño atribuido a
MPD Ltda., The Ravens Limitada y a Hilda Dougnac, consistente en la
pérdida del 10% del valor de sus acciones, se hace presente que no se indica
si el daño es moral, emergente o por lucro cesante y tampoco las razones para
tomar como referencia los estados financieros del 31 de diciembre de 2009 en
circunstancias que Andrés Dougnac estuvo al frente de la empresa hasta el
año 2012; y además no se explica de qué manera y por qu é las acciones
habrían perdido valor.
Por sentencia de doce de septiembre de dos mil diecis éis, que se lee a
fojas 1493 y siguientes, se acogió la demanda solo en cuanto se conden ó a los

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demandados a pagar la suma de US$ 144.391,60 por concepto de da ño


emergente y sobre esta cantidad, a título de lucro cesante, los intereses
corrientes para operaciones en dólares desde la fecha en que debi ó estar a
disposición de los actores en abril de 2012 al cerrarse la cuenta corriente.
En contra de dicho fallo los demandados dedujeron recurso de apelaci ón,
al que se adhirieron los demandantes, y una sala de la Corte de Apelaciones
de Santiago por determinación de veintisiete de septiembre de dos mil
diecisiete, escrita a fojas 1629 y siguientes, lo confirmó.
La parte demandada dedujo recurso de casaci ón en la forma y en el
fondo.
Por resolución de veintiuno de marzo de dos mil dieciocho esta Corte
declaró inadmisible la casación formal y orden ó traer los autos en relaci ón
para conocer la nulidad substancial.
CONSIDERANDO:
PRIMERO : Que los demandados sostienen que la sentencia
cuestionada incurrió en los siguientes errores de derecho:
a) Infracción de los artículos 1437, 1545, 1546, 1556, 1557, 2314, 2329,
2316 y 2317 del Código Civil por falta de aplicaci ón del estatuto de la
responsabilidad contractual que resultaba pertinente, aceptando las normas de
la responsabilidad aquiliana que eran improcedentes porque es en el marco de
los contratos de gerente general y de administraci ón y finanzas donde se
presentaron los supuestos hechos ilícitos que se imputan;
b) En segundo lugar, se acusa vulneraci ón del art ículo 2332 de la
mencionada codificación civil en relación al art ículo 19 de dicho cuerpo legal
al haber rechazado la excepción de prescripción extintiva por considerar como
inicio del cómputo de plazo el conocimiento del ilícito por parte de los
demandantes, debiendo haberlo contado desde la perpetraci ón del acto; a ñade
que siendo claro el tenor del citado art ículo 2332, que atiende a la fase de la
acción para contar el cuadrienio desde la comisión del acto antijur ídico doloso
o culpable, no resulta posible desatenderlo porque de lo contrario bastar ía con
alegar ignorancia para que la prescripción nunca pudiera operar;
c) En tercer término, se denuncia infracción a las normas reguladoras de

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la prueba, principiando por el artículo 1698 del Código Civil en relaci ón al 45


de la Ley de Sociedades Anónimas; y ,enseguida, al art ículo 1702 de la
codificación citada. Respecto a la primera situación expuesta en este ac ápite,
se afirma que el fallo recurrido invirtió el peso de la prueba ya que los actores
alegaron ignorancia de los hechos que imputan a los demandados, pero no
aportaron ninguna prueba para acreditarlo, no obstante lo cual los
sentenciadores acogieron dicha alegación y en consecuencia rechazaron la
excepción de prescripción; y en lo que concierne al segundo asunto aqu í
planteado, se sostiene la vulneración al valor probatorio de los instrumentos
privados conforme al artículo 1702 del Código Civil desde que se
acompañaron instrumentos que acreditan el conocimiento de los demandantes
tanto acerca de la cuenta corriente en dólares como de la circunstancia de
haberse gastado el dinero en beneficio de la empresa.
SEGU ND O : Que terminan los demandados solicitando se acoja el
recurso de casación, se invalide la sentencia recurrida y en sentencia de
reemplazo se rechace la demanda en todas sus partes.
TE RCE RO : Que para una mejor comprensión del asunto planteado
resulta importante recordar, en lo que al recurso interesa, cu áles son los
hechos que han sido establecidos por la sentencia del grado, confirmada
íntegramente por el fallo recurrido. Estos son:
a) Andrés Dougnac Labatut detentó el cargo de gerente general entre
abril del año 2006 y abril del año 2012;
b) Marcela Dougnac Labatut se desempeñó como gerente de
administración y finanzas entre marzo de 2004 y mayo de 2012;
c) Comulsa mantuvo una cuenta corriente en dólares desde noviembre
del año 2006, la que fue sacada de la contabilidad en enero de 2008;
d) Entre los años 2008 y 2011 se hicieron giros desde dicha cuenta
corriente por la suma de US$144.391,60;
e) Los demandados siguieron operando una cuenta que se supon ía
cerrada y no probaron que los actores tuvieran conocimiento de ello.
CUA RTO : Que sobre la base de las circunstancias f ácticas anotadas el
fallo de primer grado, confirmado por el de segunda instancia, para acoger la

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demanda deducida sostuvo, en primer término, que la existencia de una


relación contractual entre los litigantes no impide que el actor pueda optar
por ejercer su acción conforme al estatuto extracontractual desde que “frente
a la situación denunciada, existiendo un concurso de responsabilidades
respecto de las cuales recurrir, optó por aquella que estim ó m ás acorde a sus
necesidades; opción que le era dable tomar y que no provoca perjuicio alguno
a las demandadas”.
En cuanto a la prescripción extintiva, se rechaza la argumentaci ón de la
parte demandada según la cual el plazo para el c ómputo de esta excepci ón
debe ser contado desde enero de 2008, fecha de comisi ón del hecho il ícito
imputado consistente en retirar la cuenta corriente de la contabilidad de la
empresa, concluyendo la sentencia cuestionada que siendo la existencia del
daño uno de los requisitos del estatuto extracontractual invocado, no resulta
razonable estimar que el inicio del plazo de prescripción est é dado por el
momento de comisión del ilícito porque en aquellos casos en que el da ño se
materializa mucho después se llegaría al absurdo de entender prescritas
acciones antes de que el daño se pueda reclamar. De esta manera y no
habiendo transcurrido cuatro años desde que se tomó conocimiento de los
hechos denunciados -año 2012- y la fecha de notificación de la demanda en el
año 2013, la excepción de prescripción total fue rechazada como, asimismo y
por las mismas consideraciones, la de prescripción parcial basada en el
examen de cada operación cuestionada.
QUINTO : Que respecto al primer tipo de errores denunciados,
relativos al régimen de responsabilidad aplicado por los sentenciadores del
grado, cabe recordar que es perfectamente posible que un mismo hecho sea
constitutivo al mismo tiempo de un incumplimiento contractual y de un il ícito
extracontractual, surgiendo entonces lo que se ha denominado por la doctrina
moderna “concurso de normas” haciendo referencia al hecho de que, en estos
casos, la pretensión indemnizatoria se sostiene en órdenes diferentes de
normas o estatutos jurídicos: contractual y extracontractual.
De esta forma se puede afirmar que, en el caso que nos ocupa, estamos
frente a la coexistencia de las mencionadas responsabilidades y por lo tanto

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surge como lógica consecuencia la concurrencia de acciones de las que es


titular el acreedor o víctima del daño, las que en verdad y sin perjuicio del
tratamiento dual que les otorga nuestro ordenamiento jurídico poseen la
misma naturaleza desde que en cualquiera de los estatutos anotados estamos
en presencia de una acción indemnizatoria. No podemos perder de vista que a
pesar de sus diferentes regulaciones, tanto el incumplimiento contractual como
el hecho ilícito son manifestaciones de una actuación contraria a derecho de
la que surge la obligación de indemnizar el da ño provocado, similitud que
resulta aún más patente en aquellos casos en que la misma conducta es
constitutiva tanto del uno como del otro.
SEXTO : Que en esta línea de razonamiento y tal como fue resuelto
por esta Corte en los autos Rol 31061-2014, “no se vislumbra razón
jurídica alguna para que pueda privarse a la v íctima, el derecho de optar
por el estatuto que utilizará para reclamar la reparaci ón que pretende a
modo de indemnización de perjuicios, es decir, de elegir o escoger, entre el
ejercicio de la acción por responsabilidad contractual o el de la acci ón por
responsabilidad delictual, al presentarse como en el caso de autos, tanto un
incumplimiento a una obligación contractual y a una obligaci ón legal, las
que tienen un mismo objeto. Por lo demás, cabe tener en consideración que
no se vislumbra tampoco perjuicio para los demandados por haber optado
la demandante por la responsabilidad extracontractual, ya que el plazo de
prescripción es inferior al de la contractual y la carga de la prueba en orden
a acreditar los presupuestos de la acción ha sido de la demandante,
habiéndose establecido este tipo de responsabilidad, cuyo contenido y
condiciones no era distinto del ámbito contractual, conforme al contenido y
naturaleza de las obligaciones de que se trata.”

S ÉPTIMO: Que en similar sentido el profesor Enrique Barros


Bourie expresa que “la doctrina dominante en el derecho comparado se ñala
que no hay razón lógica para excluir la aplicaci ón del estatuto de
responsabilidad extracontractual. El argumento determinante radica en que
los deberes generales de cuidado que se tienen respecto de la persona y la

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propiedad de los demás pueden ser definidos por el contrato (y, en tal
sentido, el contrato predomina); por el contrario, a falta de esa
determinación contractual que excluya la aplicación de alg ún ordenamiento,
debe entenderse que el actor puede optar por el estatuto legal que le resulte
más conveniente, a menos que haya alguna razón específica para que
prevalezca el estatuto contractual.”(Enrique Barros Bourie, “Tratado de
Responsabilidad Extracontractual”, Editorial Jurídica de Chile, primera
edición, junio de 2007, página 1060).

OCTAVO: Que la postura asumida en las motivaciones precedentes


en nada debilita el principio de primacía del contrato puesto que si bien es
efectivo que convencionalmente se pueden regular conductas que de lo
contrario estarían sujetas a un estatuto legal de responsabilidad, en un caso
como el examinado no es razonable exigir que el contrato hubiere previsto
entre sus regulaciones la posibilidad de comisión de ilícitos por parte de
cualquiera de los contratantes regulando las consecuencias de aquello, único
caso en que sería lógico obligar al acreedor a accionar conforme a dicho
estatuto; pero una pretensión de tal naturaleza contrar ía el principio de
buena fe contractual.

NOVE NO : Que, de esta manera, la sentencia cuestionada no ha


incurrido en las infracciones denunciadas al permitir la libre elecci ón del
régimen indemnizatorio en un caso de concurso de responsabilidades y por
lo tanto el recurso debe ser rechazado en lo que a este acápite se refiere.

D ÉCIMO: Que en lo que concierne al segundo grupo de normas


supuestamente trasgredidas, esto es, los artículos 19 y 2332 del C ódigo Civil
al haberse rechazado la prescripción en razón de contar el plazo de dicha
excepción desde la fecha en que los demandantes tomaron conocimiento de
los hechos ilícitos perpetrados, cabe recordar que el fallo cuya nulidad se
persigue, sobre la base de una conducta ilícita que se tradujo en el giro de
cheques contra la cuenta corriente de COMULSA, en diferentes fechas al
menos hasta el mes de agosto del año 2011, concluyó que se trata de un

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hecho reiterado y que el plazo de prescripción ha de contarse desde que los


actores tomaron conocimiento cierto del hecho reprochado, una vez que
tuvieron acceso a la documentación contable luego de producida la
desvinculación de los demandados.

UND ÉC IMO : Que en esta materia el artículo 2332 del Código


Civil establece que las acciones por daño o dolo prescriben en cuatro a ños
contados desde la perpetración del acto. Pues bien, cualquiera que sea la
tesis que se adopte en cuanto al exacto significado del mandato de
computar el plazo “desde la perpetración del acto”, ya sea que se opte por
hacerlo desde el hecho material que provoca causalmente el da ño o se
decida que es comprensiva de la manifestación y conocimiento del perjuicio,
lo cierto es que la excepción de prescripci ón deb ía necesariamente ser
rechazada. En efecto, sin compartir esta Corte las argumentaciones dadas
en este acápite por el fallo recurrido en cuanto a la naturaleza del hecho
imputado, resulta indudable que se trata de una conducta il ícita –egresos no
registrados en la contabilidad y realizados desde la cuenta corriente social-
prolongada en el tiempo, constituida por una pluralidad de hechos id énticos
en cuanto a su naturaleza y modalidad de ejecuci ón, en los que se observa
unidad de lesión y de víctima; lo que conduce a la tipificaci ón de un il ícito
continuado y por lo tanto la prescripción no podr á contarse sino desde que
el delito continuado haya cesado, es decir, desde el último hecho que lo
constituye. En el caso examinado, estando acreditado que los giros
irregulares ocurrieron al menos hasta el mes de agosto del año 2011 y
habiéndose notificado la demanda el día 9 de octubre de 2013, el plazo de
prescripción de cuatro años no había transcurrido aún, de manera que
ninguna transgresión a las normas invocadas se ha perpetrado en la
sentencia recurrida.

En la forma indicada lo ha resuelto anteriormente esta Corte como se


puede ver, por ejemplo, en sentencias publicadas en Revista de Derecho y
Jurisprudencia, Tomo LXXVIII, sección 5, páginas 326 y siguientes; y en
Fallos del Mes N° 446, enero de 1996, páginas 1899 y siguientes.

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DUOD ÉCIMO: Que finalmente, en cuanto al tercer grupo de


yerros denunciados por vulneración al artículo 1698 del Código Civil en
relación al 45 de la Ley de Sociedades An ónimas y al 1702 de la
codificación citada, cabe rechazar ambas alegaciones.

En lo que dice relación con la supuesta alteraci ón del onus probandi


se sostiene que esto habría ocurrido porque la presunción de culpabilidad de
los directores de una sociedad anónima prevista en el art ículo 45 de la Ley
18046 no fue aplicada correspondiendo hacerlo. Sobre este punto, cabe
destacar que dicha presunción tiene un limitado campo de acci ón
circunscrito a las cuatro situaciones que se describen en la citada disposici ón
legal: a) si la sociedad no llevare sus libros o registros de contabilidad; b) si
se repartieren dividendos provisorios habiendo pérdidas acumuladas,
respecto a los directores que concurrieron al acuerdo respectivo; c) si la
sociedad ocultare sus bienes, reconociere deudas supuestas o simulare
enajenaciones; y d) también se presume la culpabilidad de los directores que
se beneficien en forma indebida, directamente o a trav és de otra persona
natural o jurídica, de un negocio social que perjudique a la sociedad.
Ninguna de estas situaciones fue materia de la litis y por lo tanto no cab ía
aplicar la mencionada presunción, lo que descarta la alteraci ón del onus
probandi denunciada.

D ÉCIMO TERCERO: Que, por último, abordando el examen


del recurso en revisión en lo que a su último cap ítulo se refiere –infracci ón
al valor probatorio de los instrumentos privados- dos son las l íneas
argumentativas de los recurrentes, a saber:

a) en primer término, se afirma que los testigos presentados por los


actores basan sus imputaciones en instrumentos que nunca fueron
acompañados formalmente al proceso, alegación que no puede prosperar
desde que se basa en aspectos que nada tienen que ver con la norma
invocada al pretender atacar la prueba testimonial utilizando para ello
alegaciones que dicen relación con otro medio de prueba; y,

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b) enseguida, se sostiene que los documentos acompañados por los


demandados acreditan que los actores sí tenían conocimiento acerca de la
existencia de la cuenta corriente en dólares, habiéndose probado adem ás
que el dinero girado desde ella fue utilizado en la propia empresa;
observándose que las alegaciones del impugnante persiguen desvirtuar
-mediante el establecimiento de otros nuevos- los supuestos f ácticos
fundamentales asentados por los sentenciadores. Concretamente en este
caso, pretende que se establezca el conocimiento de los actores sobre la
cuenta corriente en dólares.

D ÉCIMO CUARTO: Que en este sentido resulta pertinente


recordar que solamente los jueces del fondo se encuentran facultados para
fijar los hechos de la causa, y efectuada correctamente dicha labor en
atención al mérito de las probanzas aportadas, ellos resultan inamovibles
conforme a lo previsto en el artículo 785 del Código de Procedimiento
Civil, no siendo posible su revisión por la vía de la nulidad que se analiza
salvo que se haya denunciado de modo eficaz la vulneraci ón de las leyes
reguladoras de la prueba que han permitido establecer el presupuesto f áctico
que viene asentado en el fallo, lo que no ocurre en este caso, desde que ni
siquiera se indica cuáles habrían sido los yerros concretos del fallo atacado
en lo que dice relación con la prueba instrumental.
DECIMO QUINTO : Que en razón de todo lo dicho, los errores de
derecho que se atribuyen al fallo recurrido no se encuentran legalmente
configurados, motivo suficiente para desestimar la casaci ón de fondo
deducida.
De conformidad con lo expresado y, además, con lo dispuesto en los
artículos 764 y 767 del Código de Procedimiento Civil, se rec haza el
recurso de casación en el fondo interpuesto en el primer otros í de fojas 1633 y
siguientes en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago de
veintisiete de septiembre de dos mil diecisiete, escrita a fojas 1629 y siguientes.
Regístrese y devuélvase con sus tomos y agregados.
Redacción a cargo del Ministro señor Guillerno Silva G.

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Rol 45.582-2017
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros,
Sr. Héctor Carreño S., Sr. Guillermo Silva G., Sra. Rosa Egnem S. y
Abogados Integrantes Sr. Diego Munita L. y Sra. Mar ía Cristina Gajardo
H.
No firma el Ministro Sr. Carreño, no obstante haber concurrido a la vista
del recurso y acuerdo del fallo, por haber cesado en sus funciones.

GUILLERMO ENRIQUE SILVA ROSA DEL CARMEN EGNEM SALDIAS


GUNDELACH MINISTRA
MINISTRO Fecha: 01/07/2019 11:42:11
Fecha: 01/07/2019 11:42:10

MARIA CRISTINA GAJARDO HARBOE DIEGO ANTONIO MUNITA LUCO


ABOGADO INTEGRANTE ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 01/07/2019 11:42:12 Fecha: 01/07/2019 12:51:23

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Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

MARCELO DOERING CARRASCO


MINISTRO DE FE
Fecha: 01/07/2019 13:19:36

En Santiago, a uno de julio de dos mil diecinueve, notifiqué en Secretaría por


el Estado Diario la resolución precedente.

MARCELO DOERING CARRASCO


MINISTRO DE FE
Fecha: 01/07/2019 13:19:37

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. EXZSLJXHKM

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