Examen Final de Liturgia - Resumen Oficial
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Primero de teología
1. ¿Cuándo celebramos? Explica los tiempos litúrgicos, el orden de cada uno según su
importancia o según su cronología, así como la duración de cada uno de ellos.
Celebramos cuando tenemos un motivo de por qué hacerlo, es decir, cuando queremos
rendir honor a una persona, a una cosa o a un suceso. En el año litúrgico la Iglesia nos
presenta diferentes tiempos donde celebramos un misterio específico de Cristo y otro
donde no celebramos ningún aspecto peculiar. El año litúrgico inicia con el 1º domingo
de adviento y termina con la fiesta de Cristo Rey.
Adviento: comienza el domingo siguiente a Cristo Rey y termina antes de la 1ra vísperas
de navidad, tiene una duración de 4 semanas. Tiempo de preparación y espera de la venida
de Cristo. Color morado
Navidad: comprende desde el 25 de diciembre (natividad del Señor) hasta la fiesta del
bautismo del Señor. Nos recuerda la manifestación pública de Dios a todos los pueblos.
Color blanco.
Tiempo Ordinario: dura 34 semanas y está dividido en dos partes. La primera inicia el
lunes después de la fiesta del Bautismo del Señor hasta el miércoles de ceniza, exclusive.
La segunda parte inicia el lunes después de pentecostés y termina antes de la 1ra vísperas
del 1er domingo de adviento. No se celebra un misterio en particular, pero sí se recuerda
el mismo misterio de Cristo en su plenitud. Color verde.
Cuaresma: inicia con el miércoles de ceniza y termina con el miércoles santo,
exceptuando los domingos comprendidos dentro de este, dura 40 días. Tiempo de
oración, penitencia y ayuno y está orientado a la preparación de la celebración de la
pascua. Color morado
Pascua: va desde el domingo de resurrección hasta pentecostés, inclusive, dura 50 días.
Celebramos la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, el triunfo de la vida sobre la
muerte. Color blanco.
2. ¿Dónde celebramos? Explica la importancia del espacio litúrgico, las diversas partes
del templo y la función que tiene cada una de estas partes.
Donde celebramos: Se celebra en el templo, casa designada para la oración y para la
celebración, en otras palabras, en la Iglesia.
Importancia del espacio litúrgico: los espacios donde se celebra deben colaborar con lo que
se celebra. Estos pueden ayudar o desayudar en la concentración y en la conexión con Dios
de los fieles. Deben ser una obra de arte y deben hablar por sí solos. Además, según Benedicto
XVI, la orientación del edificio posee un triple contenido simbólico: cósmico, histórico y
escatológico. La orientación de las iglesias cristianas refleja esta asunción del cosmos y la
historia por parte de la Redención de Cristo. A través de este símbolo procedente del ritmo
natural del sol se manifiesta el carácter cósmico de la liturgia, pues el verdadero espacio y el
verdadero marco de la celebración eucarística es todo el universo.
Los lugares:
El altar: Es una mesa rectangular especial donde se colocan las ofrendas y se realiza
la consagración. Es la mesa del banquete que representa a la persona de Jesús.
El ambón: lugar donde se apoya el libro que contiene la Palabra de Dios y se leen las
lecturas bíblicas durante la misa.
La credencia: Es una mesa pequeña en la cual se apoyan los elementos que se utilizan
durante la misa.
Baptisterio (Fuente o Pila Bautismal): lugar con forma de fuente para realizar los
bautismos.
Nave central: Es el lugar reservado a los fieles, con los bancos colocados de tal forma que
todos puedan participar con la vista y el espíritu en las sagradas celebraciones, para que
puedan acercarse con facilidad a recibir la comunión, y para que puedan adoptar las distintas
posturas recomendadas para los diversos momentos de dichas celebraciones.
Los sacramentales son "signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los
sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la
Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y
se santifican las diversas circunstancias de la vida" -Catecismo #1667; Cf. Ley Canónica
(Canon 1166).
Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia de Dios y mediante los cuales
se otorga la vida divina; es decir, ofrecen al creyente el ser hijos de Dios. Los sacramentales
son una manera por la cual la Santa Iglesia hace llegar los beneficios de la redención a todos
los ámbitos de la vida cotidiana, aún a los más modestos, y contribuye así a realizar la
consagración del mundo.
8. La liturgia como obra de la Santísima Trinidad (función del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo).
Padre: es fuente y fin de la liturgia, toda la oración litúrgica está dirigida al Padre. Es él
quien bendice. La Iglesia unida al H. y al E. bendice al P. por medio de la adoración, las
alabanzas y la acción de gracias. Y no cesas de presentarle al P. las ofrendas de sus propios
dones e implorar que el E. venga sobre ella misma.
El Hijo: significa y realiza su misterio pascual. Actúa por medio de los sacramentos que él
instituyó para comunicarnos su gracia. Habla de 5 formas en la liturgia: en la Palabra, en el
ministro, en la asamblea, en la especie sacramental y en los sacramentos.
Espíritu Santo: es el pedagogo de la fe del pueblo, es el artífice de la obra maestra de
Dios. Es quien prepara a la asamblea para recibir a Cristo. Es quien da unidad al AT y al
NT.
La asamblea que celebra es la comunidad de los bautizados que, "por el nuevo nacimiento y
por la unción del Espíritu Santo, quedan consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo
para que ofrezcan, a través de todas las obras propias del cristiano, sacrificios espirituales.
Hay distintos tipos: dominical, diaria, heterogénea, homogénea, bodas, funerales,
multitudinaria, etc.
Signo: objeto, fenómeno o hecho que, por una relación natural o convencional, representa o
evoca otro objeto, fenómeno o hecho. Apunta a una cosa exterior de sí
Símbolo: es un signo que establece una relación de identidad con una realidad,
generalmente abstracta, a la que evoca y representa. Este está más cargado de
significaciones, contienen en parte la realidad que representan. Ejemplo de ello son los
sacramentos que son signos sensibles de gracias invisibles.
La celebración sacramental esta tejida con signos y símbolos, su importancia está en que
son una representación de la pedagogía divina. Imitan la acción salvadora de Cristo que
también fue recurriendo a símbolos.
Tienen una significación alegórica en la celebración y son un signo que remite a carácter
específico de la celebración e incluso de quien celebra. Los sentidos de estas vestiduras
pueden ser de índole moral, en referencia a la pasión de Cristo, entre otros. La importancia
principal de las vestiduras es está en su pedagogía expresiva al momento de entender mejor
el papel de los ministros y la naturaleza de la celebración. Ellas constituyen un distintivo
propio en el oficio que desempeña cada ministro.
Algunos significados: El alba indica pureza, la casulla el yugo suave de Cristo y se usa
específicamente para la celebración eucarística.
La diversidad de colores en las vestiduras sagradas pretende expresar con más eficacia, aun
exteriormente, tanto el carácter propio de los misterios de la fe que se celebran, como el
sentido progresivo de la vida cristiana en el transcurso del año litúrgico. Así los cristianos
oran con sentimientos diversos evocados también por los colores de las vestiduras litúrgicas.
VERDE: Se usa en el tiempo ordinario (período que va desde el Bautismo del Señor
hasta Cuaresma y de Pentecostés a Adviento). Expresa la juventud de la Iglesia, el resurgir
de una vida nueva.
Se usa en los oficios y Misas del «ciclo anual».
MENOS USADOS:
De pie: es una postura de oración, gesto pascual, propio del resucitado. Postura de
oración más clásica que expresa la identidad de un cristiano en oración ante Dios.
actitud que mejor indica la atención, la disponibilidad. Es la postura típica del
sacerdote que dirige a Dios su oración en nombre de toda la comunidad. Momentos
en la Misa: entrada procesional, lectura del Evangelio, profesión de fe, Oración
Universal y en todo el proceso de preparación a la comunión.