Trabajo Final Historia de Mexico

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UNIVERSDAD

SALESIANA
HISTORIA DEL PENSAMIENTO EN MÉXICO

TRABAJO FINAL: PENSAMIENTO, ELEMENTOS Y


CARACTERPISTICAS EDUCATIVAS DE LOS JÓVENES.

GUEVARA GONZÁLEZ MARIO URIEL


LÓPEZ LÓPEZ CINTHYA
RAMÍREZ GONZÁLEZ MARTA PAOLA
SÁNCHEZ GARCIA ESTEBAN IVÁN
CAPITULO 1
PENSAMIENTO EDUCATIVO DE LOS JÓVENES.

En la época colonial los estudios de los menores o de “primeras letras” se impartían en la casa del alumno
con algún docente ex profeso o en algunas instituciones privadas, que realmente en su mayoría eran
supervisadas por el cabildo civil. En estas enseñanzas en todas las instituciones se les enseñaba la
lectoescritura y catequesis. Por lo general la educación en los niños comenzaba alrededor de los diez a los
doce años. Posteriormente podían ingresar a instituciones superiores para comenzar su educación superior,
que incluía la gramática, y enriquecer los conocimientos adquiridos del latín.

A partir de entonces, los cursos y los exámenes eran acreditados públicamente. Sustentaban tesis,
necesitaban agudeza mental para contradecir los argumentos de los profesores, contra discípulos y
opositores.

En aquella época las instituciones de educación superiores comprendían los siguientes niveles educativos:

 Universidad
 Colegios mayores
 Colegios menores

La Real y Pontificia Universidad de México mantuvo de sí misma casi todo el domino de la expedición de
grados académicos que otorgaban los colegios mayores novohispanos al momento de graduarse. Pero esto
no significa que la universidad estuviera a cargo de lo que enseñaran en aquellas instituciones, sino que cada
institución tenía su propia manera de enseñar (su metodología) así como los ideales y las convicciones
propias de cada institución.

Durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, en las instituciones de enseñanza superior contaban
con una estructura escolar completa, se mantuvo el requisito de contar con la escuela primaria. El estudiante
que llegaba ahí era casi seguro que tenía que terminar una carrera o un oficio.

La enseñanza impartida por el Estado debería ser gratuita, pública y uniforme, emplear un sólo método de
estudio, iguales libros de texto y no propagar principios contrarios a la doctrina cristiana y a la Constitución de
Cádiz; dividirse, al mismo tiempo, en tres clases: la elemental, indispensable a todos los niños de escuelas
públicas; la secundaria o superior, dedicada a cubrir los conocimientos preparatorios para estudios más
profundos y también los básicos para el desarrollo productivo de la nación (formación de artesanos) y, la de
estudios mayores o de facultades, destinada a instruir individuos para el libre ejercicio de alguna profesión.
La Constitución federal de 1824 decretó que sin perjudicar el derecho de las legislaturas para el arreglo de la
educación pública, era obligación exclusiva del Congreso general promover "la ilustración... estableciendo
colegios de marina, artillería e ingenieros, exigiendo uno o más establecimientos en que se enseñen las
ciencias naturales y exactas, políticas y morales, nobles artes y lenguas". Así, se mantenía a salvo la
soberanía de los estados, mientras la federación podía intervenir en la apertura de instituciones educativas;
pero también integraba una propuesta tanto del reglamento español de 1821 como del mexicano primer
Proyecto de Reglamento general de instrucción pública.

Tradicionalmente se concebía a la universidad como un espacio en el que se enseñaban varias facultades y


se otorgaban grados académicos. Luego de 1821, los colegios de la ciudad de México y de los estados en
donde se brindaban estudios superiores desde la época colonial (Puebla, Michoacán, Oaxaca, Nuevo León,
Durango), se transformaron en instituciones universitarias que -en la perspectiva de los liberales- impartían
conocimientos poco útiles y prácticos. Si estos recintos podían representar, además, focos de oposición
política, era obvia su clausura o cuando menos su reforma.

Aun cuando las medidas de la vicepresidencia sólo serían aplicables en el distrito y los territorios de la
federación, era seguro que los grupos políticos de liberales lucharían por hacerlas extensivas en sus
dominios, habida cuenta que contaban con el apoyo del Congreso. La vicepresidencia acordó, entre otras
cosas, suprimir las universidades y formar escuelas de cada ramo en donde fuesen examinados los alumnos
que "aspiran a obtener los grados académicos o a ejercer alguna de las profesiones", según ya lo había
propuesto en 1830 el ministro Lucas Alamán.

La reforma de 1843 planteó, entre otras cosas, actualizar la enseñanza media y universitaria; dar mayor
uniformidad a los estudios preparatorios en las cuatro carreras (foro, eclesiástica, de medicina y de ciencias
naturales); extender por el país el modelo de los colegios de la capital, con el objeto de uniformar la
enseñanza; fundar una Junta directiva general de estudios, formada por el ministro de instrucción pública, el
rector de la Universidad y un cuerpo de directores de colegios, con tareas y obligaciones específicas en el
campo administrativo, financiero y académico. Pero, pese a que de 1843 a 1851 se crearon las escuelas de
agricultura y de artes y oficios (1843), se infundió una vida más vigorosa a la academia de las tres nobles
artes, se especializaron carreras en el Colegio de Minería, se efectuaron cambios importantes en los estudios
médicos y se declararon nacionales todos los establecimientos de educación oficial, los avances fueron
mínimos.

El siguiente ensayo conservador (1854) distribuyó a la instrucción pública en primaria, secundaria o


preparatoria, superior y especial y propuso también una Dirección de instrucción pública, a cargo inmediato y
económico de la Universidad. Los institutos o colegios nacionales se dedicarían a la segunda enseñanza, que
dividida en dos periodos de tres años cada uno duraría seis años y serviría de base a los estudios superiores.
Estos rasgos de la reforma "planteaban una completa centralización educativa y una división cada vez más
definida de los estudios". En cuanto a su enseñanza, el currículo hizo hincapié en las disciplinas filosóficas y
religiosas, lo mismo que en las humanidades. El "contenido de los cursos de matemáticas: aritmética, álgebra,
geometría y trigonometría, geometría analítica, cálculo, física, química e historia natural nada tendrán que
pedirle al plan de 1867 de Barreda"nota548. Pero la revolución de Ayutla que puso fin a la dictadura
santanista impidió siquiera su puesta en marcha.

En esta época se concibió a la escuela preparatoria como la columna vertebral de la nueva ley. La enseñanza
en ella se dividió en cuatro áreas: abogacía, medicina y farmacia, agricultura y veterinaria e, ingeniería,
arquitectura y metalurgia. Las tres primeras a realizarse en cinco años; la última en cuatro. En 1869 se hizo
un ajuste: se suprimieron la metafísica y el derecho eclesiástico y se uniformaron con ligerísimas variantes los
estudios preparatorios para todas las carreras, convirtiéndose así a la Escuela en "un plantel donde podía
adquirirse una ilustración superior completa y bien organizada con finalidad propia, y no sólo como
preparación de estudios superiores.
CAPITULO 2

ELEMENTOS EDUCATIVOS EN LOS JOVENES

En la década del siglo XX en adelante se asiste una serie de procesos que configuran lo que indudablemente
puede reconocerse como un cambio de era. Surge así una nueva ciudadanía de jóvenes. Y serán nuestras
escuelas, nuestro sistema de educación pública, el que tendrá que hacerse cargo de estos elementos
educativos.

Se abrió un nuevo periodo en la historia del sistema educativo mexicano. Justo Sierra continuó con los ideales
liberales y se preocupó por organizar el sistema educativo, expandirlo a todos los jóvenes y a todos los
sectores sociales y elevar los niveles de escolaridad. En esta época se instituyó la Secretaría de Instrucción
Pública y Bellas Artes, posteriormente, en 1910, se fundó la Universidad Nacional. Durante el periodo
revolucionario, el proceso de conformación del sistema educativo mexicano tuvo un notable retroceso.

Con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, se otorgó por
primera vez rango constitucional al derecho que todos los jóvenes mexicanos tiene para recibir una educación
laica, obligatoria y gratuita. Asimismo, se otorgaron mayores facultades educativas al Estado para coordinar y
vigilar el funcionamiento de escuelas públicas y privadas. La creación de la Secretaría de Educación Pública
(SEP), José Vasconcelos, el primer titular de esta institución, formuló un nuevo sistema educativo para
atender las necesidades de instrucción y formación académica de todos los jóvenes.

Durante la presidencia de Plutarco Calles hubo un constante forcejeo entre la Universidad Nacional y la SEP.
Los jóvenes universitarios buscaban mantener el sistema mediante el cual la escuela preparatoria continuaba
después de la conclusión de los estudios del ciclo primario, no obstante, se creó en 1925 la escuela
secundaria como una nueva institución educativa al servicio de la adolescencia. Este hecho generó dos
cambios importantes en el sistema educativo. Por un lado, hubo un cambio en la secuencia de estudios. Por
otro lado, la confrontación del gobierno con la universidad fue un elemento central para que en 1929 la
universidad obtuviera su autonomía. La autonomía facultó a la universidad para que decidiera el contenido de
la educación superior.

Entre 1936 y 1940 se crearon internados, comedores y becas, se impulsó la creación de escuelas vinculadas
a centros de producción y se alentó la educación técnica. En este último aspecto, la realización más
importante del periodo fue la fundación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de otros establecimientos
tecnológicos. Se consideró importante ampliar las oportunidades educativas mediante apoyos económicos a
la educación normal y la capacitación para el trabajo. Asimismo, con el objetivo de ofrecer salidas laterales
que posibilitaran la incorporación al trabajo a los jóvenes que no accedieran a los niveles educativos
superiores, entre 1963 y 1970 se implementaron diversos programas y se crearon varios centros de
adiestramiento y capacitación para el trabajo industrial y agrícola.

La administración de Luis Echeverría mostró desde un principio su interés de mejorar el sistema educativo y
puso en marcha una Comisión Coordinadora de la Reforma Educativa para diversificar los servicios
educativos, aumentar el número de escuelas y reformar los planes de estudio. La reforma de este periodo se
reflejó en la publicación de una nueva Ley Federal de Educación en 1973. Esta nueva ley adoptó la definición
de educación como institución del bien común y organizó al sistema educativo nacional para establecer
nuevas bases que impulsaran los derechos que todos los jóvenes del país para recibir educación con las
mismas oportunidades.

En 1980, una modificación al artículo tercero constitucional incluyó el concepto de autonomía universitaria. En
esa adición la autonomía fue concebida como el ejercicio de ciertas facultades que el Estado otorga a
entidades públicas no centralizadas. Así, mediante un acto jurídico emanado del Poder Legislativo, se
concedió el derecho a las instituciones universitarias para expedir sus propias normas y reglamentos, para
realizar sus fines con respeto a la libertad de cátedra e investigación y para determinar sus planes y
programas de estudio, para un benéfico a los jóvenes mexicanos. Se elaboró un Plan Nacional de Desarrollo
en el que la “revolución educativa” estuvo inscrita como uno de sus principales elementos. El gobierno de
Miguel de la Madrid tuvo que enfrentar una fuerte crisis económica que lo orilló a reducir el gasto destinado al
sector educativo. La crisis también afectó la demanda de escolaridad en la población pero mayormente en los
jóvenes de menores ingresos y acrecentó sus niveles de reprobación escolar. En esas condiciones, el
sistema educativo mexicano interrumpió las tendencias expansivas que lo habían caracterizado en décadas
anteriores.

En 1983 Miguel de la Madrid presenta el “Programa Nacional de Educación, Recreación, Cultura y Deporte”
que destacaba entre sus principales objetivos y políticas estratégicas para mejorar la educación: ofrecer un
año de educación, descentralizar la educación y reformar los estudios de educación normal. Asimismo, este
programa introdujo el concepto de calidad como un elemento central para consolidar la política educativa.
Este nuevo énfasis marcó la diferencia con los gobiernos anteriores que se habían preocupado
exclusivamente por incrementar la capacidad física del sistema educativo, dejando de lado la calidad de los
servicios educativos. La administración de Carlos Salinas se emprenderían un conjunto de acciones que
tenían como común denominador la reorganización del sistema educativo: la obligatoriedad de la escolaridad
secundaria para todos los jóvenes mexicanos y su correspondiente cambio en el artículo tercero
constitucional; la promulgación de la Ley General de Educación de 1993; la búsqueda de la calidad y la
equidad educativas con la misma o mayor prioridad que la cobertura educativa; el énfasis en el aprendizaje de
competencias científicas, tecnológicas y laborales; el fomento de la participación de los empresarios en la
gestión escolar y una mayor vinculación con el sector laboral.

Durante el periodo de Zedillo la ampliación de la cobertura de los servicios educativos con criterios de
equidad. Dentro de las estrategias específicas para lograr una mayor equidad destacan las becas a la
asistencia escolar, Otro de los programas de apoyo al docente que tuvo un notable impulso fue el Programa
Nacional de Carrera Magisterial, que estableció un sistema de estímulos económicos independiente de los
que se otorgan por antigüedad o por cambio de función administrativa de promoción horizontal, en el que los
docentes participaban en forma individual y voluntaria. El propósito del programa era fomentar la
profesionalización y actualización de los maestros, así como el aprovechamiento escolar de sus jóvenes
alumnos. La legislación mexicana ha tenido un carácter progresista, ya que ha proclamado el derecho a la
educación para todo joven ciudadano y la ha considerado un factor de igualación y desarrollo social. Cada vez
más mexicanos han gozado de una educación obligatoria que se ha ampliado en su tramo. Más aún, pese a
los efectos del desarrollo social sobre la distribución de los conocimientos, el sistema educativo mexicano no
ha tenido la capacidad de neutralizar los efectos de la pobreza sobre la adquisición del aprendizaje.

No obstante, para garantizar los servicios educativos al conjunto de los jóvenes, los elementos educativos no
basta con mejorar la cantidad y calidad de los servicios escolares (infraestructura física, capacitación docente,
métodos y contenidos, etc.) sino que es preciso actuar en forma articulada diseñando programas basados en
diagnósticos que cuantifiquen pertinentemente los rezagos educativos y permitan establecer metas, orientar
recursos y definir estrategias de intervención específicas.
CAPITULO 3

CARACTERÍSTICAS PROPUESTAS PARA LOS JOVENES

Si bien hasta ahorita hemos visto diferentes elementos que se desarrollaron en los últimos dos periodos del
siglo XX, hemos tratado de resaltar las características que creemos son importantes rescatar para la
educación actual de los jóvenes, las cuales podrían ayudarnos a mejorar el sistema educativo actual. Si bien
no conocemos del todo dicho sistema y enfoques que en la actualidad lo rigen, si queremos proponer estos
elementos que creemos pudieran ayudar al avance de la educación en los jóvenes en México.

 El impulso para que los jóvenes terminen una carrera profesional, mediante el apoyo de instituciones
para los alumnos de bajos recursos.

 Que se puedan dar libres clases de las carreras sociales sin represión alguna, sin que el estado
piense en ellas como un peligro que puede revertirse. Libertad de expresión.

 Que sea de libre acceso la educación media superior y superior, que se pueda tener acceso a ella
sin importar condición económica o de raza, muchas veces no todos acceden a estas instituciones
principalmente por estos dos factores.

 Actualizar constantemente los planes de estudios para darle frescura a la enseñanza en los jóvenes,
se apropien de nuevas corrientes y pensadores contemporáneos, claramente sin dejar atrás la
historia.

 Buscar una integralidad en la educación de los jóvenes para su mayor desempeño. Tratar de que las
diferentes esferas que lo conforman estén equilibradas, es decir no solo preocuparse por el joven en
el ámbito educativo, sino en todos los que le competen.

 El impulso de la cultura en los jóvenes, este punto es importante para su desarrollo, ya que puede
ayudarles a potencializar su creatividad y expandir su forma de pensar.

 Que los estados y localidades puedan tener cierto control y acceso para elaborar planes de acuerdo
a la zona en que viven para adaptar la educación a las localidades correspondientes. Y de esta
manera se pueda dar una educación de acuerdo al contexto de los jóvenes.
 Si bien en la actualidad la educación básica ya se comprende desde la primaria hasta el nivel medio
superior, es importante que el estado se preocupe por que este punto sea más un impulso para
combatir el analfabetismo, que para someter a las personas que no cumplan con la educación básica
para que sean asalariados con el sueldo mínimo por no cumplir esta característica.

 Que los apoyos económicos para los jóvenes sean verdaderamente apoyos y no solo unos cuantos
pesos para que sobrevivan, sabemos que la educación aunque sea gratuita, requiere de diversas
inversiones particularmente diferentes en cada carrera, pero que al final del día representan un gasto
considerable en los jóvenes.

 Que las instituciones apoyen más a los jóvenes en cuanto a material para su formación, claro que no
del todo, pero una ayuda para cubrir por lo menos copias y demás material que requieran, ampliar la
bibliografía contenida en las diferentes bibliotecas públicas, para que se tenga acceso.

 Ahora con la llegada de la tecnología se han podido digitalizar miles de libros para el uso de los
jóvenes pero aún faltan muchos más para las diferentes áreas de estudios. Es importante aumentar
este catalogo para su uso diario.

 Crear convenios entre instituciones educativas y laborales para que los jóvenes puedan ejercer en su
área de estudio y no en lo que encuentren mientras se titulan o gradúan, es importante impulsar
estos convenios para que en el ámbito laboral se puedan abrir más puertas y de este modo solidificar
estas diferentes oportunidades laborales, impulsando más empleos de calidad a los jóvenes.

 Si bien el gobierno destina cierto presupuesto para el sector educativo, que de la manera más
transparente posible pueda desarrollarse diferentes programas para que este presupuesto sea
manejado correctamente y sea para mejorar la calidad educativa en el país.

 Actualización a los docentes para que así mismo puedan desempeñar un mejor papel como
formadores de los futuros ciudadanos que serán parte de la sociedad mexicana.

 Impulsar el pensamiento crítico en los jóvenes de tal manera que puedan encaminar su futuro
profesional de la mejor manera posible.
CONCLUSIONES.
Referencias

-Anne Staples “Alfabeto y catecismo, salvación del nuevo país” en Alicia Hernández, La Educación en la
Historia de México, El Colegio de México, México, 1992,

-Gilberto Guevara, La Educación Socialista en México. SEP/Editorial El Caballito, México, 1985,

-Pablo Latapí, “Perspectivas hacia el siglo XXI” FCE, México, 1998

Pablo Latapí (coord.), Un siglo de educación en México II, FCE, México, 1998

-Alfonso Rangel, La Educación Superior en México. El Colegio de México, México, 1983

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