10 La Pastoral de Espiritualidad en Stgo
10 La Pastoral de Espiritualidad en Stgo
10 La Pastoral de Espiritualidad en Stgo
LA PASTORAL DE ESPIRITUALIDAD
EN LA IGLESIA DE SANTIAGO
SUMARIO.
2. Esta búsqueda se manifestó claramente en los aportes que el Pueblo de Dios hizo
en el proceso sinodal, hace exactamente diez años atrás. En efecto, la
espiritualidad fue el tema más recurrente en las consultas realizadas, al punto de
ocupar el primer lugar dentro de los dieciséis temas que componen el
Documento “Conclusiones” del Sínodo. Más aún, “la experiencia de Dios en
Jesucristo” quedó como una de las cuatro Líneas Orientadoras para toda la
acción pastoral en Santiago, y el capítulo “Iluminada (la Iglesia) por el estilo
misionero de Jesús”2 , como el marco de espiritualidad del IX Sínodo.
3. ¿Por qué surge este tema con tanta fuerza y en tantos lugares del proceso y del
documento sinodal?
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Conclusiones n.71
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id. N.42 al 50
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5. Ahora bien, a partir del Concilio los laicos fueron invitados a participar como
nunca antes en la vida y misión de la Iglesia. Han asumido grandes
responsabilidades en las diferentes catequesis, en la solidaridad, en la liturgia, en
la pastoral de jóvenes y niños, en la administración, en las Comunidades de
Base, etc. Pero poco les hemos ofrecido para alimentar su vida en el Espíritu,
fuente de su compromiso apostólico. De ahí los cansancios, las peleas al interior
de las Comunidades, las incoherencias entre la fe que predicamos y la vida
diaria, la falta de impulso misionero, etc. que los mismos laicos señalaron en sus
diagnósticos pastorales durante el proceso sinodal.
6. Por otra parte, el Sínodo reconoce que Chile y Santiago en particular, están
viviendo un proceso de cambios culturales profundos, muchos de los cuales
apuntan en una dirección opuesta al Evangelio, tales como el individualismo
exitista, el consumo y el placer como horizonte de la vida, la superficialidad y la
provisionalidad de las relaciones humanas, la indiferencia frente a los más
pobres, etc. El laico cristiano, inmerso en esta realidad cultural, siente a diario
los embates de estos anti-valores y nota que su equipamiento espiritual para
resistir es débil. De ahí un verdadero clamor por una espiritualidad más
consistente.
13. Sin embargo, parece que no es suficiente. Los datos que tenemos y las
Conclusiones del IX Sínodo del año1997, nos señalan que los católicos
necesitan y piden a su Iglesia, experiencias espirituales más profundas, que les
permitan anclar sus vidas en Dios, seguir a Jesús más de cerca y llenarse más
plenamente de su Espíritu Santo. Con este “equipamiento” interior más sólido
podrán dar un testimonio más eficaz del Evangelio, hacer sus trabajos pastorales
con más coherencia de vida y jugársela por el Reino, sin perder su identidad.
17. Por esta razón, las experiencias espirituales no deben ser sofisticadas o raras,
sino sencillas, a partir de las fuentes permanentes de la vida espiritual cristiana,
gustadas allí con cierta intensidad, pero presentes en mayor o menor grado en
toda la pastoral de la Iglesia. El mismo Sínodo las menciona: “La espiritualidad
cristiana se alimenta con la vida de oración, el contacto con la Palabra de Dios,
la participación en la Liturgia, la rica tradición espiritual de la Iglesia, la
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18. Para ello, el Sínodo dispone que en la Pastoral de Espiritualidad haya una
preocupación permanente tanto por la entrega de formación espiritual como
por el establecimiento de estructuras que impulsen en todos los niveles de la
Arquidiócesis esta pastoral : lo que llamamos “Equipos de Espiritualidad”.
(Conclusiones n.93 y 94).
19. También dispone que “todos los agentes pastorales laicos tengan al menos una
experiencia anual de retiro” (n.99) y que para su acompañamiento se establece
en la Arquidiócesis el servicio pastoral del “Acompañante de la vida espiritual”:
“La promoción de la espiritualidad supone igualmente formar acompañantes
espirituales, es decir, personas que estén en condiciones de poder ayudar a
otras a seguir un camino de crecimiento espiritual”(Conclusiones n.98)
21. Creo que uno de los mayores logros alcanzados en el desarrollo de esta pastoral,
es la creciente participación activa y protagónica de los laicos, hombres y
mujeres. Ellos partieron como simples participantes de los retiros y otras
experiencias espirituales llevadas a cabo por los consagrados y consagradas.
Hoy, en muchos lugares, ellos han formado Equipos de Espiritualidad y tienen a
su cargo tanto la organización como el acompañamiento de estas experiencias e
incluso, en algunos casos, la conducción de una verdadera pastoral de la
espiritualidad. Creo, pues, que es la hora de los laicos cristianos también en esta
Pastoral, aparentemente reservada a los consagrados. Confiemos en ellos y
descubramos los carismas que el Espíritu Santo está suscitando en su Pueblo.
23. Con este marco de referencia, hemos dado algunos pasos concretos en la
“Pastoral de la Espiritualidad” en Santiago.
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id. N.77
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id. N.82
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25. Son, sin duda, la estructura clave de nuestra Pastoral de Espiritualidad y, poco a
poco, hemos ido descubriendo sus tareas o funciones:
27. Finalmente, es muy importante que los Equipos de Espiritualidad se sientan parte de
una PASTORAL PARROQUIAL DE CONJUNTO y que busquen maneras de
articular armónicamente su trabajo con las demás pastorales. Particularmente a través
del Consejo pastoral Parroquial.
28. Se invita a personas que tengan cierto recorrido pastoral (5 años) y que hayan hecho
Introducción la Biblia y Cristología en el Plan de Formación de Laicos o en otro
programa equivalente. Es la instancia básica de formación para cualquier integrante de
los Equipos de Espiritualidad.
Psicología y espiritualidad
Formar Equipos Zonales (en las zonas donde no existen) para apoyar los
Equipos Parroquiales de Espiritualidad.
CONCLUSION.
Quisiera terminar con estas palabras del recordado Juan Pablo II, que de alguna manera
expresan lo que buscamos en Santiago con esta Pastoral de Espiritualidad.
“Si, queridos hermanos y hermanas, nuestras comunidades cristianas tienen que llegar
a auténticas escuelas de oración, donde el encuentro con Cristo no se exprese
solamente en petición de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza,
adoración, contemplación, escucha y viveza de afecto hasta el “arrebato del corazón”.
Una oración intensa que...abriendo el corazón al amor de Dios, lo abre también al
amor de los hermanos, y nos hace capaces de construir la historia según el designio de
Dios” (NMI n.33).
Y con este criterio de autenticidad que nos da el IX Sínodo: “La práctica de la caridad
fraterna es un evidente criterio de la autenticidad de la vida espiritual”. Si el fruto de
la acción pastoral es un aumento de la caridad fraterna y solidaria, estamos entrando en
el corazón del Dios Trino, porque como bellamente nos recordó el Papa Benedicto en su
primera encíclica, “DIOS ES AMOR”.