El Imputado. La Defensa.
El Imputado. La Defensa.
El Imputado. La Defensa.
El imputado. La defensa.
Concepto de imputado:
El imputado está sujeto al proceso, a la ley procesal. La nota característica que permite
distinguirlo: es que en primer lugar, se encuentra generalmente en estado de crisis.
La crisis surge porque se le atribuye la comisión de un hecho con apariencia de delito.
El concepto de imputado es relativo, se es imputado siempre en relación a un hecho que ya
ocurrió históricamente, a diferencia de lo que ocurre con el Fiscal o con el Juez, el imputado, al
igual que al victima, está directamente vinculado a un hecho que va a constituir luego el núcleo
fáctico de la imputación penal o el objeto de procedimiento. No se puede ser imputado de un
modo abstracto o absoluto, sino en relación a determinada conducta, de la que se le considera
autor o participe.
Calidad y tratamiento:
Como consecuencia de esa crisis en la que se encuentra inmerso aquel a quien le ha tocado
asumir la condición de imputado, los sistemas jurídicos van a adoptar a su respecto distintos
tratamientos, ya sea para potenciar sus derechos o convirtiéndolo en un mero objeto de
persecución penal, como si la sentencia condenatoria ya estuviera dictada y restara sólo cumplir
ciertas formalidades.
Quien otorga el rol o la calidad de imputado siempre es ajeno a la misma persona, y por otra
parte ningún efecto tendría su auto imputación, sola, sin ningún otro elemento que la haga
creíble.
Con cualquier organización social, ya no va a ser la victima sino un tercero, quien otorgue el rol
de imputado. Es así como posteriormente, en la organización estatal tal calidad de imputado va
a provenir siempre de un órgano del estado, que en general ha sido, y es, el Juez. Claro que en
el sistema inquisitivo, la confusión entre órgano de la acción y jurisdicción en una sola persona,
permite que la calidad de imputado se otorgue de oficio, sin que le sea solicitada por quien
representa los intereses de la victima o de la sociedad. Por el contrario, en el sistema acusatorio,
es imprescindible que el actor le solicite al Juez otorgue el rol de imputado, a quien a su juicio
merece serlo, para dar comienzo a lo que entendemos es un proceso valido, para el debate
sobre la existencia del hecho y la responsabilidad penal ulterior.
En la realidad inquisitiva, en la que se desenvuelve el procedimiento penal vigente en toda
América Latina, el carácter de imputado nace generalmente, por imperio y decisión de las
agencias policiales. Es que ellas concentran un poder estatal tan importante, que pueden privar
de la libertad a las personas, “ad referéndum” de un posterior decisión judicial que se limita a
revisarla.
Sin embargo, el sistema demoliberal que encontramos en los grandes principios y garantías de
las constituciones en América, se apartan de la implementación que los códigos realizan en este
tema. En efecto, las constituciones potencian los derechos del imputado y por el contrario los
procedimientos, encuentran el medio para disminuir las alternativas de defensa que se
proclaman.
Regulación constitucional:
ART. 100 CPPSF.- “Calidad de imputado.- Los derechos que este Código acuerda al imputado,
podrá hacerlos valer la persona que fuera detenida o indicada como autor o partícipe de un
hecho delictuoso, en cualquier acto inicial del procedimiento dirigido en su contra y en función de
la etapa en que se encuentre, hasta la terminación del proceso.
Si estuviera privado de su libertad podrá formular sus instancias ante el funcionario encargado
de la custodia, quien la comunicará inmediatamente al Tribunal interviniente.”
ART. 102 CPPSF.- “Identificación.- La identificación del imputado se practicará por sus datos
personales, impresiones digitales y señas particulares, los que deberá brindar. Si se negara a
suministrar esos datos o los diera falsamente, se procederá a la identificación por testigos en la
forma prescripta para los reconocimientos o por otros medios que se estimaran convenientes.
La individualización dactiloscópica, fotográfica o por cualquier otro medio que no afectara la
dignidad ni la salud del identificado se practicará, aun contra su voluntad, mediante la oficina
técnica respectiva.”
ART. 101 CPPSF.- “Derechos del imputado.- Los derechos que este Código le acuerda, serán
comunicados al imputado apenas nace su condición de tal. (…)”
Los sistemas de defensa pública: el Art. 120 CN. La ley provincial 13.014 y la ley
nacional 24.946.
1 defensor general
5 defensores regionales: a cargo de la organización
Defensores de campo: 1 instancia y adjuntos.
Consejo: contralor
ARTÍCULO 23.- “Funciones. Son funciones del Consejo:
1. Asesorar y evacuar consultas del Defensor Provincial para el mejor desarrollo de su gestión.
2. Efectuar recomendaciones de carácter general de los estándares básicos de desempeño que
deben asegurar en el proceso penal quienes presten servicios en el Servicio Público Provincial de
Defensa Penal.
3. Efectuar recomendaciones generales a otras autoridades estatales cuando lo considere
pertinente.
4. Intervenir en el apartamiento del Defensor Provincial en los términos del artículo 8, en cuyo
caso el mismo no integrará el Consejo.”
Órgano disciplinario propio: lo juzga frente al mal desempeño.
Cuerpo de abogados particulares a menor costo: posibilidad.
Es cuando existe una vulneración económica y social.
ARTÍCULO 11.- Gratuidad. Las prestaciones brindadas por el Servicio Público Provincial de
Defensa Penal son gratuitas para todas aquellas personas que no cuentan con medios
económicos suficientes para contratar un defensor de su confianza. El costo de las prestaciones
brindadas por el Servicio integrará las costas del proceso, las que sólo podrán ser cobradas al
asistido cuando contare con medios económicos suficientes, y en el límite de su imposición.
ART. 101 CPPSF.- “Derechos del imputado.- Los derechos que este Código le acuerda, serán
comunicados al imputado apenas nace su condición de tal.
En la oportunidad que este Código establece, el imputado deberá conocer:
1) la existencia de una causa seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla;
2) el o los hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponda;
3) los derechos referidos a su defensa técnica;
4) que podrá solicitar audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente,
presumiéndose mientras tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello
signifique ninguna presunción en su contra.”
ART. 110 CPPSF.- “Validez.- Para no ser invalidada la declaración del imputado deberá contar
siempre con la presencia de su defensor y, antes de comenzar, se le hará saber que cuenta con
el derecho de abstenerse de declarar sin que ello signifique ninguna presunción en su contra.”
A los fines identificatorios el implicado resulta objeto (y no sujeto) de prueba y por lo tanto no se
consideran afectados sus derechos fundamentales por lo que no entra en juego aquí lo relativo a
las garantías que proscriben la auto incriminación. De este modo, resulta innecesario requerir
autorización para proceder al fichaje dactiloscópico o solicitar antecedentes.
El discurso:
Nunca puede jugar en contra del imputado, ningún elemento probatorio obtenido al margen de
la ley; por lo tanto, la confesión procurada por métodos ilícitos, es intolerable por el sistema
jurídico del Estado de Derecho.
Todos los derechos que la CN establece en favor del imputado tienden a proteger su discurso.
Según la CSJN, él también tiene derecho a ser oído, a ofrecer pruebas a su favor, a corroborar, a
alegar, a impugnar resoluciones. Se le permita hablar, pero quien lo escuche debe ser un
interlocutor valido, y también que se confirmen sus dichos con otros discursos.
La realidad de lo ocurrido, será reconstruida por los distintos discursos (peritos, testigos) y en
tal caso también importara lo que ellos expresen, coincidan o no con el suceso, del que pueden
haber distintas lecturas.
Todos estos discursos, están programados por el discurso de la ley, o sea por el código de
procedimientos penales. Y tienen como objetivo final el discurso del Juez en la sentencia; el que,
además, deberá respetar tanto al discurso de la CN como el de la ley penal de fondo. La ley
procesal es la que organiza cómo se escucha a las partes y a los órganos de prueba, así como
los tiempos en que se producirán validamente.
En el CPP de la Nación:
El CPPN les niega esta facultad, “no podrán” dice la norma, prohibiéndoles de este modo tanto a
los funcionarios de la policía como a los de la fuerza de seguridad, recibirles declaración a aquél.
No habilita a la policía a hacerle otras preguntas distintas a las referidas a constatar su identidad
y exige además la previa lectura de los derechos y garantías: a contar con un defensor, a
entrevistarse con éste previamente a su declaración ante la policía y ante el Juez, el de declarar
libremente y a abstenerse sin que esto implique una presunción en su contra. Esto bajo pena de
nulidad en caso de no realizarse, sin perjuicio de las sanciones administrativas por su
incumplimiento.
El CPPN dispone que en caso que el imputado manifestare razones de urgencia para declarar, el
funcionario policial o de las demás fuerzas de seguridad que intervengan, deberá instruirlo
acerca de la posibilidad de su declaración inmediata ante el juez competente o en su defecto, y
si por algún motivo éste no pudiere recibirle declaración en un lapso razonablemente próximo,
ante cualquier otro juez de instrucción que al efecto podrá ser requerido. La norma no admite
una interpretación que incluya aquí una excepción a la prohibición de que la policía le reciba
declaración al imputado, como una opción a su cargo.
La reforma producida por la ley 23465 le quita todo valor probatorio a la confesión que
eventualmente brindara el imputado ante la autoridad prevencional. Claro que se refiere a la
posibilidad de que “espontáneamente” el imputado brindara declaraciones en sede policial.
Si la persona detenida por la policía confiesa voluntariamente la comisión del delito, esta versión
no podrá introducirse válidamente al procedimiento, sino por el testimonio de quienes tuvieron
la oportunidad de escucharlo. Luego tendrá que ser valorado como una prueba más, y es
evidente que no podrá nunca equipararse a la confesión brindada con todos los recaudos
previstos en la declaración del imputado en sede judicial.
Esta declaración lleva el nombre de simple interrogatorio ya que en este sistema, se faculta a los
funcionarios de policía a recibirla. Configura un deber y a la vez un atributo de la policía en
relación a su actividad cumplida en el sumario prevencional, por lo que seria de cumplimiento
ineludible, salvo las dos condiciones que le dan viabilidad: la referida a que el acto sea
consentido por el imputado y la necesidad de que sus dichos puedan posibilitar orientar la
investigación.
La declaración indagatoria:
La declaración indagatoria es reconocida por la doctrina como un acto medular dentro del
procedimiento penal. No existe libertad de formas para este importante acto procesal.
La doctrina mayoritaria considera a la declaración del imputado como un medio de defensa y no
de prueba. Sin embargo, no compartimos tal afirmación: que la indagatoria sea un medio de
prueba o de defensa dependerá, en cada caso, de la finalidad que persiga el propio imputado al
utilizarla.
La mayoría de la doctrina está de acuerdo en que su ubicación en el proceso debe estar
necesariamente en los primeros momentos de la instrucción. En realidad, lo que debería
ubicarse en los primeros momentos de la investigación, es la notificación fehaciente de los
hechos que se le atribuyen al imputado. Para nuestro punto de vista, su declaración existirá o no
dependiendo ello de su voluntad y cuando, en tal caso, la solicite.
El CPPN que prevé un juicio cuyo debate será oral y publico, exige – para después de su
apertura - la recepción de la declaración del imputado; lo mismo en lo que respecta a la
hipótesis del plenario oral en los dos códigos de Santa Fe (ley 6740 y 12734).
El CPPN le impone al Juez que produzca el acto de la declaración indagatoria “si estuviere
detenida, inmediatamente, o más tardar en el término de 24 horas desde su detención” y en
forma similar lo establece el CPP de Santa Fe (ley 6740). Es obvio que debe mediar el estado de
sospecha, sino simplemente se debe disponer la libertad por decreto.
Se recurre a la indagatoria forzadamente porque ella implica el cese de la incomunicación y
recién entonces el remedio de la libertad se encuentra por el juego de la excarcelación o de una
libertad por falta de merito.
Una particularidad que ofrece la declaración del imputado en el juicio oral y que encontramos
tanto en el código de la Nación como en el viejo provincial, es la lectura de las declaraciones
prestadas ante la instrucción, para los supuestos de que ahora se abstenga de declarar o incurra
en contradicciones. Toda una actitud inquisitiva, si el imputado decidió abstenerse de declarar,
porque conferirle tanta validez a su anterior declaración introduciéndola por lectura en el debate.
Lo que si se da en ambos sistemas, escrito u oral, es la ampliación de la originaria declaración
indagatoria. Cuando se mantiene la validez definitiva de la primera, no es una nueva declaración
indagatoria la del plenario, sino simplemente ampliaciones de aquella con la finalidad de que el
imputado tenga un lugar formal para usar de la palabra. Solo habrá declaración indagatoria
nueva, en la medida en que se resuelva modificar el espectro fáctico de la imputación penal
contenida en la anterior.
El aspecto medular de la declaración del imputado, tiene que ver con la información fáctica y
jurídica que debe proporcionar el Juez (art. 298 CPPN y art. 319 CPPSF, ley 6740). Ésta refiere,
en primer lugar, a la intimación factica de los hechos que se le atribuyen y, luego de ello, la
información de los derechos que puntualmente le asisten:
a) derecho a conocer los hechos que se le atribuyen, que en el ámbito de la Nación se extiende a
las pruebas existentes en su contra.
b) derecho a abstenerse de declarar sin que ello signifique una presunción en su contra, lo que
se extiende a negarse a contestar cualquier pregunta que luego se hiciere.
c) derecho a que no se le hagan cargos ni reconvenciones tendientes a obtener su confesión.
d) derecho a conferenciar en forma privada y libre con su o sus defensores, aun en caso de estar
detenido e incomunicado.
e) derecho a prestar declaración ofreciendo en su descargo toda la prueba que considere
oportuna.
f) derecho a leer por si mismo el acta labrada, y a rectificar o añadir algo a lo dicho.
Dos son las diferencias puntuales entre un sistema y el otro. En la Nación, se consigna
expresamente al imputado se le deben hacer saber las pruebas que existen en su contra, donde
casualmente se apoya el estado de sospecha. Además, se regula el derecho a hablar con su
defensor aún estando incomunicado, para asegurar una eficiente asistencia técnica.
La protección del discurso a nivel constitucional y en función de la ficción de inocencia de que
goza, se limita al derecho a guardar silencio sin que signifique presunción en su contra y a no
ser obligado a declarar en su contra. Pero una vez elegida la alternativa de declarar, claro que
no está autorizado a mentir: esta declarando ante un Tribunal, lo que supone seriedad y
responsabilidad en el acto. Cuando decide declarar, tiene que decir la verdad, porque si miente
ello no quedara impune y si bien el sistema no contempla un delito especifico de perjurio (como
para el testigo), su actitud será considerada a la hora de individualizar la pena en caso de
condena.
Una de las principales notas que lo distinguen al nuevo modelo marcadamente acusatorio, es
que no exista la comentada “declaración indagatoria”.
La declaración del imputado, la que sin duda tendrá lugar cuando éste lo solicite y luego de la
audiencia imputativa, que precisamente se hará para que se concreten los hechos que el Fiscal
le atribuye.
Apenas nace la condición de imputado, sea porque ha sido privado de su libertad o citado en
relación a un procedimiento penal, se le hacen saber sus derechos. Ellos se refieren a la
existencia de la causa seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla; a él o
los hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponda; a los
derechos referidos a su defensa técnica; y el que aquí nos interesa, referido a que podrá solicitar
audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente, presumiéndose mientras
tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello signifique ninguna presunción
en su contra.
Este código al no regular la declaración indagatoria, consagra la necesidad de la audiencia
imputativa del art. 274. Esta audiencia nace porque el Fiscal lo decide, en función de la
valoración probatoria que acaba de hacer y que reclama la probabilidad de que el imputado sea
el autor o participe de un delito.
Para la validez de la declaración que fuera a prestar el imputado, es preciso que siempre esté
presente su defensor.
En la nueva declaración del imputado, lo único que corresponde es informarle todos sus
derechos y dar por cumplido el acto, si el imputado no manifiesta voluntariamente que ahora en
ese mismo momento quiere declarar, en cuyo caso, obviamente podrá hacerlo.
Además para ser valida la decisión del imputado pidiendo audiencia para declarar, debe contar
previamente con el asesoramiento de su defensor de confianza o del defensor oficial que se le
designe.
ART. 8. Inviolabilidad de la defensa. La defensa en juicio deberá comprender para las partes,
entre otros, los siguientes derechos: ser oídas, contar con asesoramiento y representación
técnica, ofrecer prueba, controlar su producción, alegar sobre su mérito e impugnar resoluciones
jurisdiccionales, en los casos y por los medios que este Código autoriza.
ART. 100. Calidad de imputado. Los derechos que este Código acuerda al imputado, podrá
hacerlos valer la persona que fuera detenida o indicada como autor o partícipe de un hecho
delictuoso, en cualquier acto inicial del procedimiento dirigido en su contra y en función de la
etapa en que se encuentre, hasta la terminación del proceso.
Si estuviera privado de su libertad podrá formular sus instancias ante el funcionario encargado
de la custodia, quien la comunicará inmediatamente al Tribunal interviniente.
ART. 101. Derechos del imputado. Los derechos que este Código le acuerda, serán comunicados
al imputado apenas nace su condición de tal.
En la oportunidad que este Código establece, el imputado deberá conocer:
1) la existencia de una causa seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla;
2) el o los hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponda;
3) los derechos referidos a su defensa técnica;
4) que podrá solicitar audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente,
presumiéndose mientras tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello
signifique ninguna presunción en su contra.
La declaración informativa:
Es la declaración que presta una persona, a quien si bien no se le recibe declaración indagatoria
por faltar el “estado de sospecha” exigido como presupuesto, las circunstancias del caso indican
que debe responder sobre información que sólo ella conoce y no corresponde recibirle una
declaración testimonial.
El derecho del imputado a gozar del tiempo y los medios adecuados para la
preparación de su defensa. El derecho del imputado a interrogar a los testigos, el
principio de igualdad de armas. El derecho del imputado a una pronta conclusión del
proceso penal. El derecho del imputado a recurrir el fallo condenatorio.
ART. 124 CPPSF.- “Procedencia y declaración.- Será declarado rebelde el imputado que, sin
grave impedimento, no compareciera a la citación, o se fugara del establecimiento o lugar donde
estuviera detenido, o no obedeciera a una orden de detención, o se ausentara de la residencia
fijada, sin licencia del Ministerio Público Fiscal o del Tribunal.
La declaración de rebeldía será emitida por el Tribunal competente, a pedido de parte, previa
constatación de la incomparecencia, fuga o ausencia, expidiendo orden de detención, si antes no
se hubiera dictado. La orden se hará conocer también a las autoridades encargadas del control
para salir del país, con mandato expreso de que lo impidan, y se inscribirá en el Registro Único
de Antecedentes Penales que informará al Registro Nacional de Reincidencia, con todos los
recaudos de una solicitud de extradición interna, que valdrá a ese efecto cuando el imputado
fuera aprehendido en otro lugar del país.”
La nueva ley santafesina prevé efectos restringidos, efectos suspensivos del procedimiento, sin
que surta efecto alguno en caso de que se verifique la rebeldía durante la IPP o luego del
comparendo del imputado a la primera audiencia del juicio.
Un sector de la doctrina, entre nosotros, Superti y Corvalán, han sostenido la legitimidad y
conveniencia del juicio penal en rebeldía, afirmando que el juicio penal contra rebeldes es
constitucionalmente válido y políticamente conveniente.
Desde esta perspectiva, advierte Superti que corresponde distinguir entre ausente (que puede
conocer o no la existencia del proceso) y contumaz o rebelde, quien conociendo el proceso
desobedece la intimación judicial de comparecer o se fuga. En estos casos el derecho de defensa
es respetado, al igual que el ejercicio que de él quiere hacer el imputado. Por otra parte, como
corre el curso de la prescripción, al ausente voluntario se lo termina premiando.
Sin embargo, nuestro derecho penal no autoriza el proceso en rebeldía, en tanto sin perjuicio del
aseguramiento de elementos de pruebas para el proceso posterior, para cuando el imputado
pueda ser hallado, su presencia en el procedimiento constituye un presupuesto procesal, en todo
caso subjetivo o personal, pues su ausencia impide toda decisión material sobre el objeto del
procedimiento que perjudique al imputado.
ART. 106 CPPSF.- “Incapacidad.- La afección mental del imputado, que excluya su capacidad
de entender los actos del procedimiento, o de obrar conforme a ese conocimiento y voluntad,
provocará la suspensión de su persecución penal hasta que desaparezca esa incapacidad.
Sin perjuicio de la aplicación de las reglas que rigen el juicio para la imposición exclusiva de una
medida de seguridad, la comprobación de esta incapacidad impedirá el procedimiento
intermedio, el juicio y toda labor crítica del comportamiento que se le atribuye que no autorice
expresamente la ley, pero no inhibirá la averiguación del hecho, su antijuridicidad y autoría, o
que se continúe el procedimiento con respecto a otros coimputados.
La incapacidad será declarada por el Tribunal competente, a pedido de parte y previo dictamen
pericial.
Sospechada la incapacidad, el Ministerio Público Fiscal o el Tribunal competente ordenará la
peritación correspondiente.
Sin perjuicio de su propia intervención, las facultades del imputado podrán ser ejercidas por su
curador o el designado de oficio si no lo tuviere. Si carece de defensor o hubiere sido autorizado
a defenderse por sí mismo, se designará inmediatamente un defensor de oficio.
Los actos que el incapaz hubiera realizado como tal, carecerán de valor.”
La norma rige en cualquier momento del proceso, de manera que si la causa de inimputabilidad
que impide el reproche penal es descubierta en cualquier etapa del proceso, se deberá aplicar la
disposición.
La eventual imposición de una medida de seguridad exige, como condición de validez necesaria,
que se haya comprobado con certeza la existencia de un “injusto” o “ilícito” penal; es decir, una
conducta típica y antijurídica objetivamente atribuible a su autor.
ART. 107.- “Internación.- Cuando para la preparación del informe sobre el estado psíquico del
imputado fuera necesaria su internación en un establecimiento psiquiátrico, la medida sólo podrá
ser ordenada por el Juez de la Investigación Penal Preparatoria o por el Tribunal competente
según el caso.
La internación será ordenada por resolución fundada, sólo cuando existiera la probabilidad de
que el imputado haya cometido el hecho y no fuera desproporcionada respecto de la importancia
del procedimiento y de la pena o medida de seguridad que razonablemente pudiera
corresponder.
La internación sólo durará un plazo razonable para obtener la información técnica que la motiva,
debiéndose velar por la celeridad en el cumplimiento de la medida.”
El defensor
Para nombrar al abogado defensor, no se utiliza un poder especial, sino que es mediante un
mandato. Se presenta un escrito que firma el imputado o cualquier tercero con “interés” que
invoque una relación con el imputado, donde propone un abogado.
En el primer supuesto, puede estar preso o libre, pero comunicado; en el segundo, debe estar
incomunicado.
Caso 1: 1- designación; 2- se le presenta al tribunal o fiscal la designación; 3- la autoridad lo
nombra como abogado defensor; 4- el abogado debe aceptar el cargo.
La aceptación puede ser expresa: debe constituir domicilio procesal, jurar cumplir su tarea de
manera correcta y presentar la boleta de iniciación de juicio. O tacita, que es cuando ejerce los
derechos del imputado como abogado, cuando ejerce cualquier acto propio de la defensa.
Caso 2: 1- propuesta de tercero; 2- se le presenta a la autoridad para hacerle saber al
imputado; si la acepta continua como el Caso 1; si no la acepta, se termina ahí.
Cantidad de defensores:
provincial: antes se podían nombrarse a 2 y esos 2 eran los que podían actuar. Ahora,
con el nuevo CPP, no hay limite para nombrarlos, pero solo actuar de a 2.
nacional: son 2 y existe la posibilidad de sustituir en el caso concreto, en acto
determinado.
ART. 116. “Pluralidad de defensores. El imputado podrá designar los defensores que considere
convenientes, pero no será defendido simultáneamente por más de dos en las audiencias orales
o en el mismo acto.
Si el imputado tuviera más de un defensor, la notificación hecha a cualquiera de ellos valdrá
para todos, y la sustitución de uno por otro no alterará trámites ni plazos.
El defensor designado podrá sustituir facultades en un defensor auxiliar, para actuar en aquellas
diligencias a las que no pudiera asistir personalmente. El defensor auxiliar sólo tendrá
responsabilidad en aquellos actos en los que participe, pero ello no exime de responsabilidad al
designado.”
ART. 117. “Libertad de la defensa.- La defensa es completamente libre sin más restricciones
que las impuestas por la ética, por el respeto debido a los jueces, a las partes y la observancia
de las normas constitucionales y los trámites legales.”
ART. 118. “Separación del defensor.- El Tribunal, aun de oficio, procederá a separar al defensor
de confianza que abandonara el cargo al imputado sin defensa, incurriera en notorias omisiones
o negligencia, provocara deliberadamente demoras en la sustanciación de la causa, o actuara en
la defensa común incompatible de varios imputados.
En tales casos será de aplicación lo dispuesto por el artículo 114 de este Código.”
ART. 119. “Renuncia del defensor.- El defensor, en caso de renuncia al cargo, estará obligado a
continuar en su desempeño hasta que el imputado proponga otro o le haya sido designado de
oficio. Los plazos no se suspenderán en ningún caso.
No se podrá renunciar durante las audiencias salvo imposibilidad manifiesta e imprevisible de
ejercer razonablemente la defensa.”
ART. 121. “Deberes de los defensores de oficio.- Los defensores de oficio concurrirán a los
institutos de detención y penitenciarios en los que se alojen sus defendidos para informarles
sobre el estado de sus causas.
En todos los casos tomarán conocimiento personal y directo de sus defendidos en el modo más
inmediato posible.”
ART. 122. “Sustitución del defensor de oficio.- Mediando causal de separación de las previstas
en el Artículo 118 o cualquier otra que pueda perjudicar la eficacia de la defensa, el Tribunal,
aún de oficio, podrá disponer que éste sea sustituido por quien corresponda según la normativa
pertinente.”
ART. 123. “Investidura.- Quien hubiera sido designado como defensor del imputado será tenido
como tal desde el momento en que aceptara el cargo o realizara actos de defensa, pudiendo
previamente examinar las actuaciones, salvo que se encontraran bajo reserva.”
Consejo: contralor
ART. 23.- Funciones. Son funciones del Consejo:
1. Asesorar y evacuar consultas del Defensor Provincial para el mejor desarrollo de su gestión.
2. Efectuar recomendaciones de carácter general de los estándares básicos de desempeño que
deben asegurar en el proceso penal quienes presten servicios en el Servicio Público Provincial de
Defensa Penal.
3. Efectuar recomendaciones generales a otras autoridades estatales cuando lo considere
pertinente.
4. Intervenir en el apartamiento del Defensor Provincial en los términos del artículo 8, en cuyo
caso el mismo no integrará el Consejo.
Órgano disciplinario propio: lo juzga frente al mal desempeño.
Cuerpo de abogados particulares a menor costo: posibilidad.
ART. 11.- Gratuidad. Las prestaciones brindadas por el Servicio Público Provincial de Defensa
Penal son gratuitas para todas aquellas personas que no cuentan con medios económicos
suficientes para contratar un defensor de su confianza. El costo de las prestaciones brindadas
por el Servicio integrará las costas del proceso, las que sólo podrán ser cobradas al asistido
cuando contare con medios económicos suficientes, y en el límite de su imposición.
Jurisprudencia
Nacheri
La Corte resolvió similar al fallo Noriega. Declaro la nulidad del recurso de casación y de todo lo
actuado en consecuencia, por considerar que se había violado el derecho de defensa del
imputado al no habérsele proporcionado asesoramiento legal efectivo.
El imputado presentó contra la sentencia de Cámara in forma pauperis tanto el recurso
extraordinario federal como el de queja por su denegación, los que fueron fundados por el
asesor letrado penal – en la jurisdicción local – y por el Defensor Oficial ante la Corte,
respectivamente.
La corte dijo que frente a la lectura del recurso de casación se advierte con claridad que la
Defensora Oficial, en lugar de dar sustento jurídico al recurso in forma pauperis, se limitó a
transcribir los agravios que había alegado el imputado en ducha presentación, pues no les dio
fundamento técnico ni desarrolló una crítica concreta y razonada a los argumentos de la
sentencia condenatoria. Consideró que tal proceder es inaceptable con el principio que impone a
los jueces en materia criminal extremar los recaudos que garanticen plenamente el ejercicio del
derecho de defensa, ya que quien sufre un proceso penal debe ser provisto de un adecuado
asesoramiento legal que asegure la realidad sustancial de la defensa en juicio y es obligación de
los tribunales suministrar la debida asistencia letrada que permita ejercer la defensa sustancial
que corresponda.
Esta circunstancia importa un inadmisible menoscabo al derecho de defensa en juicio del
acusado que determina la nulidad del recurso de casación por carecer de una asistencia efectiva
de la defensa, máxime que se trataba de una defensa técnica provista por el Estado y que la
debida fundamentación de esa impugnación resultaba fundamental para que se cumpliera
eficazmente con la revisión integral de la sentencia condenatoria.
Se hace lugar a la queja y se ordena que se le otorgue al imputado una efectiva y sustancial
asistencia letrada. Asimismo, se exhorta al superior tribunal provincial a que adopte los recaudos
necesarios que permitan esclarecer las razones por las que Nacheri permaneció privado de su
libertad sin asistencia letrada y sin ser conducido ante autoridad fiscal o judicial alguna, a los
efectos que se tomen las medidas correspondientes.
El derecho de defensa en juicio no implica solo la presencia de un abogado, sino que se le brinde
al imputado una asistencia letrada completa y efectiva. Son los tribunales los que deben bregar
por que esto se cumpla, y cuando no ocurre, deben asegurarse de suministrarle la misma.