145 Temas para Retiros
145 Temas para Retiros
145 Temas para Retiros
Crecimiento Espiritual
1. Acción de Gracias
2. Adulación
3. Afabilidad
4. Alegría
5. Amistad
6. Amor a Dios
7. Amor de Dios a los Hombres
8. Amor
9. Ángeles Custodios
10. Apostolado
11. Aridez
12. Avaricia
13. Ayuno
14. Bautismo
15. Bienes Temporales
16. Buen Pastor
17. Caridad
18. Castidad
19. Cielo
20. Comprensión
21. Comunión de los Santos
22. Comunión
23. Conciencia
24. Confesión
25. Confianza en Dios
26. Confirmación
27. Conocimiento Propio
28. Contemplación
29. Contrición
30. Conversión
31. Corazón
32. Corrección Fraterna
33. Correspondencia a la Gracia
34. Cosas Pequeñas
35. Cristianos
36. Cruz
37. Demonio
38. Descanso
39. Despredimiento
40. Devociones
41. Difamación
42. Dificultades
43. Dirección Espiritual
44. Ejemplaridad
45. Enfermos
46. Entrega
47. Enviadia
48. Escandalo
49. Esperanza
50. Espiritu Santo
51. Eternidad
52. Eucaristia
53. Examen de Conciencia
54. Familia
55. Fe
56. Felicidad
57. Fiestas y Tiempos Litúrgicos
58. Filiación Divina
59. Fin del Hombre
60. Flaquezas
61. Formación Doctrinal
Muchas veces vamos por la vida como a galope. Más que ir nosotros, nos
traen y nos llevan las cosas, las situaciones, las circunstancias. ¡Siempre con
prisas! ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Para quién trabajo de esta
manera?… ¡Que se detenga el mundo un par de días! ¡Necesito pensar! Pues
bien, en cierto sentido un Curso de retiro hace realidad ese “milagro”.
Retirarnos algunos días a un lugar solitario, para descubrir los valores del
espíritu y ejercitarlos más en nuestra vida. Para ahondar hasta llegar a las
raíces de lo que somos, de la grandeza y dignidad de ser y sabernos hijos de
Dios. Para meditar sobre nuestro destino eterno.
“Distraerte. —¡Necesitas distraerte!…, abriendo mucho tus ojos para que
entren bien las imágenes de las cosas, o cerrándolos casi, por exigencias de
tu miopía…
¡Ciérralos del todo!: ten vida interior, y verás, con color y relieve
insospechados, las maravillas de un mundo mejor, de un mundo nuevo: y
tratarás a Dios…, y conocerás tu miseria…, y te endiosarás… con un
endiosamiento que, al acercarte a tu Padre, te hará más hermano de tus
hermanos los hombres.” (San Josemaría Escrivá, Camino, nº 283).
Pegas y excusas
Meditaciones y charlas
Para vivir esta aventura estupenda de tanta intimidad con el Señor –lo
tocamos, lo comemos, nos “endiosamos” al recibirle-, hay que estar en
gracia, haber conseguido antes el perdón de nuestros pecados. Este es otro
de los grandes dones que el Señor nos hace en el Curso de retiro.
Con la Confesión bien hecha, Cristo perdona los pecados. Cuanto mejor se
confiesa uno, más gracia recibe y más se aproxima a El. Y acercarnos a Dios
es encontrar la alegría y la paz. Por eso es muy importante aprovechar el
sosiego y el recogimiento interior de esos días, para preparar y hacer una
buena Confesión.
Durante el Curso de retiro hará mucho bien a tu alma, dedicar todos los días
algún rato a hacer el Via Crucis. Recorrer la vía dolorosa hacia el Calvario
junto a Jesús, nos da la oportunidad de contemplar los dolores físicos y
morales del Señor y, verlos como lo que realmente son, fruto de nuestros
pecados, de los tuyos y de los míos. San Pablo lo explica con claridad
cuando dice que cada vez que el cristiano peca, renueva la Pasión de Cristo.
Por esta razón, la devoción del Vía Crucis nos ayuda a arrepentirnos de
nuestros pecados, a pedirle perdón y a desear no volver a actualizar sus
sufrimientos.
Véncete, y trata de aprovechar bien los días de retiro, y vendrán los frutos:
propósitos de cambio -grandes o pequeños- en algún aspecto de tu vida. Y
con la gracia de Dios -y también, si queremos, con la ayuda del sacerdote-
cambiar lo que haya que cambiar; mejorar lo que haya que mejorar.
Después vendrá la vida ordinaria, en la que tendremos que poner por obra,
luchando, lo que con la gracia de Dios hemos visto durante esos días.