EntreNosotrasParaNosotras PDF
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Presentación ....................................................................................7
SENTIDOS COMUNES ....................................................................11
PRELUDIO .......................................................................................25
Nuestros Sentidos para La Sistematización:
Ha-seres Íntimamente Políticos.................................................. 25
ORIGEN Y PROCESO EN LA FORMACIÓN
EN DERECHOS SEXUALES Y DERECHOS
REPRODUCTIVOS EN EL ÁREA MUJER .........................................27
Tarareando la Intuición Desde el ser Mujer
Para Ser Entre Otras ..................................................................... 28
De la Necesidad de ser Nombradas a la Realidad
de la Violencia .............................................................................. 29
Del Silencio y el Miedo a la Denuncia y de Allí
a la Impunidad .............................................................................. 30
El Embarazo en Adolescentes,
Otra Realidad a Dimensionar ...................................................... 32
De la Violencia a la Búsqueda de Autonomía Económica ....... 34
Desde sus Derechos como Mujeres
o Desde su Rol de Socializadoras Primarias,
una Discusión Necesaria ............................................................. 35
La Formación Sexual un Asunto de Derechos Humanos:
Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos .......................... 37
LAS MUJERES Y SUS VIVENCIAS ...................................................39
La Calle: ¿Estrategia de Sobrevivencia,
Nuevas Libertades O Nuevas Opresiones? ................................ 41
Entre las Buenas y las Malas Mujeres:
¿Madres ó Prostitutas? ................................................................ 44
De Víctimas a Victimarias de Sí Mismas .................................... 51
La Impunidad y la Naturalización de Las Violencias ................ 53
Normalización de las Violencias y sus Impactos en
Las Relaciones Entre las Mujeres ............................................... 55
La Prostitución Para las Niñas y Jóvenes:
¿Trabajo o Explotación Sexual? .................................................. 58
De un Cuerpo Desconocido a un Mito que Niega ..................... 61
Cuerpo de Mujer, Cuerpo de Madre............................................ 62
Cuerpo Embarazado, Cuerpo Penitente ..................................... 63
Cuerpo Embarazado, Cuerpo Protegido..................................... 65
¿Cuerpo de las Mujeres, Cuerpo de Cristo? ............................... 66
NUESTROS HA-SERES: PALABRA CUERPO Y SÍMBOLO ..............69
Ha-seres Liberadores con la Palabra .......................................... 74
Ha-seres con el Cuerpo
en la Construcción de la Identidad ............................................. 90
Los Símbolos Entre la Opresión Consentida
y La Liberación Optada................................................................ 101
SINFONÍAS PARA NUESTRA AUTONOMÍA SEXUAL .....................117
Proyecto Escolar Solidario Verde Manzana. .............................. 117
Los Frutos de la Verde Manzana: “las Hadas”............................ 140
Contémonos Un Cuento Liberador. ............................................ 162
El Vídeo, Cuerpo y Palabra de Mujer .......................................... 179
Niñas y Jóvenes Tejiendo Organización:
Urdimbre de Expresión, Solidaridad y Derechos ...................... 193
Entre Nos-otras Acción Pública .................................................. 213
APRENDIZAJES Y NUDOS EN EL HA-SER
DE LAS FACILITADORAS .................................................................225
Preguntas a la Existencia Entre Nos-otras ................................ 225
Límites Necesarios. ...................................................................... 228
Des- anudando la Autoridad ....................................................... 232
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................235
NOTAS ........................................................................................237
AGRADECIMIENTOS
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una aprendió en su proceso de formación profesional, de lo que vivió
en Combos durante largas jornadas de formación, discusión y amigaje.
Gracias por comprometer su convicción ideológica, su sentido de lo
humano y sus cuerpos hasta los escenarios públicos para que la causa
de unas se convierta en la de todas las mujeres del planeta, porque con
ello convocamos la fuerza creativa del universo, como un conjuro sin fin
para que cada vez sea diferente y fundamentalmente bueno.
Gracias mujeres amigas, hermanas, “parceras” de trabajo, soñadoras,
locas, buscadoras y rebuscadoras de la verdad: Sandra Muri, Claudia
Gómez Cadavid, Ana María Patiño Martínez, Flor Alba Moreno, Juliana
Andrea Correa González, Luz Amparo Tobón Patiño, Isabel Cristina Mar-
tínez Arango, Sandra Elena Castaño Montoya, Soheli Rua, María Isabel
Vélez, Natalia del Pilar Campuzano Rojas, Diana María Ruiz, María del
Pilar Córdoba, Luz Aide Atehortúa, Gloria María Bustamante, Gloria Am-
paro Henao Medina, Doris Elena Galvis Goéz, Patricia Luli, María José
Casasbuenas, Nancy Castro, Alejandra Restrepo, Yolima Ramírez, Julia
Beatriz López. Nubia Cecilia Henao. Sí. Gracias muchas veces, porque
hicimos la ronda del vente conmigo, me llevas y te llevo…
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PRESENTACIÓN
*. Es la forma como decidimos nombrar las prácticas abordadas en el proceso de sistematización, por-
que dá cuenta, de la implicación del ser en el hacer.
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en proceso de escritura. Aunque presentamos textos individuales que
son independientes en el desarrollo de su experiencia, una de las reve-
laciones en el proceso de sistematización fue comprender a manera de
rizoma, que todo lo que hacemos, somos y queremos ser, tiene unos
sentidos comunes que se presentan de manera diferente en cada una de
las prácticas pero que conservan la unidad en su significado y finalidad
política.
Nuestros ha-seres están narrados desde el lenguaje inclusivo, porque es
una apuesta política por una pedagogía de la visibilidad que reconozca
a las mujeres en lo que se dice. Así mismo, aparecen algunas palabras
nuevas para el lector o lectora, invenciones que se convierten en verdade-
ros nacimientos, inauguraciones que, presentes en las prácticas, estaban
silenciadas y que ahora emergen por la gracia de la producción de saber,
con otros nombres que hacen justicia a lo que en ellas hay de sentido.
Entre las palabras (nos-otras, ha-seres, sobre-vivencias, por-venir, ob-
ligación, peri-ferias, propia-gogías, des-velado) se abre un abismo que
no representa vacío sino que permite que emerja otro sentido aferrado
a un diminuto guión.
En el ha-ser de “Entre nos-otras para nacer otras” tejemos, anudamos y
des-anudamos sentidos para comprendernos en nuestras subjetividades
femeninas, nuestras preguntas hacia las transformaciones íntimas y co-
lectivas fueron la brújula, para asir la práctica de formación en derechos
sexuales y derechos reproductivos.
En esta convocación al viaje, trabajamos los orígenes- de un proceso,
nuestros primeros pasos en esta apuesta política de la formación hacia
la vivencia de una sexualidad libre, placentera y autónoma, donde se
resalta la indignación ante las violencias contra las mujeres y la ineficacia
de los gobiernos para atenderla.
Luego, nos detenemos entre “nos-otras”, como diversas pero con una
urdimbre subjetiva que nos signa en nuestras vivencias como mujeres,
mirándonos en lo paradójico de nuestra condición humana cuando re-
petimos la cultura y la resistimos… nuestro cuerpo y la sexualidad en
el centro de la reflexión, es un panorama amplio de la caracterización y
diagnóstico con relación a la vivencia de los derechos sexuales y derechos
reproductivos por niñas, jóvenes y adultas de sectores empobrecidos.
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En “Nuestros Ha-seres Palabra, Cuerpo y Símbolo” mostramos desde
las prácticas como subjetivamente vivimos las paradojas de consentir
las opresiones y/o la eleccción de nuestro ser. Reproducimos la cultura
patriarcal, o construímos cultura gilánica- Triada sistématica que atra-
viesa los ha-seres pedagógicos para con-jugar nuestra identidad con
los derechos.
En “Sintonias para Nuestra Autonomía sexual” se despliegan las riquezas
de nuestras prácticas con niñas, jóvenes y adultas, el como hacemos
resistencias juntas “para nacer otras”… en transformaciones íntimas
políticas y en acciones públicas, ellas y nosotras renovadas, en libertad
por el despliegue de posibilidades de elección, con autodeterminación,
con la movilización hacia la defensa de nuestros derechos sexuales y
derechos reproductivos.
“Aprendizajes y Nudos en el ha-ser de las facilitadoras” sintetiza tam-
bién nuestro proceso en el acompañamiento, para nosotras formar en
derechos sexuales y derechos reproductivos, nos nombra, nos cuestiona,
nos moviliza en nuestro ser y sexualidad, por ello es importante como
proceso de conciencia identificando sentidos y nudos, ellas y nosotras
espejos para la construcción de la identidad del ser mujer.
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SENTIDOS COMUNES
Resistencia
“[…] la nueva organización del poder capitalista en la globalización toma
múltiples caminos. Uno de ellos es el control de procesos mentales sub-
jetivos, en la organización de lo humano y el trabajo subjetivo, en donde
la naturaleza y lo humano se hacen capital, dando forma al biopoder, y
él está allí como nodo de una inmensa red de control y al reconocerlo,
convierte su práctica pedagógica en resistencia, que interrumpe la se-
cuencia del control, produciendo esos nuevos nodos alternativos desde
lo local, lo territorial, la escuela, el aula […] A través de ellas se especi-
fican los hechos de las pedagogías críticas del siglo XXI, que anuncian
que otra escuela, educación, pedagogía y sociedad son posibles”. (Mejía,
Pág. 27, 2008).
Para hablar de resistencia es preciso que nos refiramos a aquello a lo
cual nos oponemos. Allí retomamos el concepto de biopoder, como el
poder que se ejerce sobre todos los ámbitos de la vida del sujeto, desde
la construcción de su propia subjetividad hasta los espacios públicos
e institucionalizados. Nos encontramos con múltiples sujeciones a un
proyecto que busca la expansión del capitalismo en todas sus formas:
industrial, tecnológico y cognitivo. El acceso a la información, el control
del cuerpo en sus formas y maneras de vestir, en su sexualidad y erotis-
mo, el control tanto del trabajo como del tiempo libre, de la salud, de
lo que vemos, oímos y leemos, de lo que comemos, es decir el control
representado en todas las dimensiones del desarrollo humano. Mientras
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todo se vuelva objeto de mercado, tendrá que ser controlado. Resistir
significa romper esas sujeciones sutiles y directas.
Reconociendo este contexto, en Combos hacemos resistencia también
desde el biopoder, aquel que construimos en lo pequeño y cotidiano, en
lo singular. Es nuestra apuesta por crear subjetividades hospitalarias,
narrativas, conscientes, colectivas, equitativas y pacíficas. Ponemos en
entredicho el discurso hegemónico y patriarcal, y promovemos la recupe-
ración de la propia palabra que libera y construye colectivamente. Nues-
tra relación con el conocimiento se basa en el intercambio de saberes,
distanciándonos del proyecto de sociedad centrado en el mercado, en
la tenencia y la cosificación, y empeñándonos en relaciones de solida-
ridad y cooperación. Resistimos haciendo de la escuela un espacio de
encuentro, de afecto, juego y crítica al sistema imperante, renunciando
a los estándares como instrumentos desde los cuales se establece el
capitalismo cognitivo. Resistimos también con el baile, con el abrazo y
el canto, con el desarrollo de proyectos productivos, en un contexto de
empobrecimiento y violación constante a los derechos. Anunciamos así
otro mundo, más humano y digno, desde la alegría y la esperanza como
dispositivos políticos de resistencia.
Resistimos cuestionando no sólo las formas estructurales de poder, sino
las personales e íntimas, las relacionales, y también, en consecuencia,
nuestra manera particular de ejercerlo en equipo. Resistimos en la praxis
y haciendo vida la ética como lugar del entre-nos, desde la recuperación
del cuerpo, los lenguajes alternativos y las razonabilidades comunicati-
vas. Resistimos desde la subjetividad, ya que como lo expresa Marco Raúl
Mejía, es el sujeto el que resiste. Resistimos en las acciones cotidianas,
en la casa, en la cama, en la escuela, en todos aquellos espacios físicos
y simbólicos, donde se ejercen controles y poderes.
Se trata de ha-seres de resistencia, toda vez que nos negamos a asumir
esta realidad social como la última palabra; creemos en la necesidad
de insistir en las posibilidades de construir otros espacios y modos de
vida dignos y dignificantes. Entendemos la resistencia como una trama
de acciones emprendidas por los sujetos y los colectivos de oposición,
a lo establecido hegemónico, esto es, a los mandatos culturales, vgr la
maternidad como único medio de realización femenina, a la heteronor-
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matividad como control del cuerpo y de las expresiones del mismo, a los
esquemas lineales de vida plena y de éxito social, a los requerimientos
mercantiles de belleza, a la estandarización de los currículos escola-
res, a la guerra como salida al conflicto, siendo ésta una expresión de
la inequidad e injusticia social. Se trata de una resistencia al sistema
económico imperante y excluyente, al capitalismo como una forma de
vida que empobrece cada vez más y asume los derechos humanos como
una lucha por los máximos, siendo éstos la manifestación de los míni-
mos vitales. Las características de las prácticas desarrolladas en estos
15 años nos autorizan a afirmar que desde Combos estamos haciendo
resistencia y eso marca la ruta de nuestro sueño.
Empobrecimiento
Tenemos una clara opción de clase, es decir, nuestro trabajo está centra-
do en la interacción con los empobrecidos y las empobrecidas, partiendo
del reconocimiento de sus condiciones existenciales. Asumimos que la
pobreza es una consecuencia de un sistema socioeconómico inequitati-
vo, que genera destrucciones en el ser humano y lleva a la disminución
de su dignidad. El empobrecimiento, está relacionado con la “cultura
del progreso”, que pone la fuerza en el tener, en el consumismo, en
la acumulación como única posibilidad de ser alguien, de contar pa-
ra alguien, de ser incluido e incluida; la existencia pobre no permite
la visibilización en las centralidades definidas por el mercado. No se
trata de aceptar que hay escasez de recursos sino de ver que están mal
distribuidos. Uno de los grandes problemas de la exclusión social, no
es solo estar ausente de la centralidad, sino que poco a poco se natu-
raliza como inexistencia. Optamos por caminar con los empobrecidos y
empobrecidas porque reconocemos que este empobrecimiento genera
destrucción física y existencial. La pobreza genera la baja capacidad de
actuación, no tener y no poder tiene vínculo directo con lo relacional, lo
existencial y la actuancia. Trabajamos con los y las más pobres, porque
creemos que este es un criterio de inclusión, no significa que no haya
una interacción con otras clases sociales, significa estrictamente que
abordar el trabajo desde la perspectiva del mundo pobre es una manera
de globalizar nuestro proyecto de persona y de sociedad.
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Hablamos de empobrecimiento porque sabemos que existen los recursos
necesarios para que todos los seres que habitamos el planeta vivamos
dignamente, pero la manera como se distribuyen y administran, genera
pobreza para la mayoría y prosperidad para unos pocos. La pobreza es
fruto de la ideología predominante del desarrollo. Empobrecimiento
porque otros se han apropiado de su riqueza y han destruido su capa-
cidad para generarla.
Propia-gogías
Nuestro proyecto educativo está fundamentado teóricamente en la pe-
dagogía de Paulo Freire y su propuesta acerca de la recuperación de la
palabra. Desde allí y desde la educación popular, decidimos construir
nuestra propuesta pedagógica llamada: “Comunidades Educativas de
Base” con una metodología que nos implica el trabajo en equipo, en
comunidad y para el desarrollo de ésta. Definimos que nuestra educación
tendrá una orientación popular, en tanto, el concepto “de Base” propo-
ne una acción que desde este lenguaje y en ese momento se refiere a
sectores empobrecidos. Con estos elementos se diseña un tipo de edu-
cación formal comunitaria y nombramos en un inicio su estructura así:
Una Comunidad Educativa de niños y niñas, no mayor de 12 integran-
tes, llamada: COEBA (Comunidad Educativa de Base) y una comunidad
educativa de adultos y adultas ampliada, llamada COEMA ( Comunidad
Educativa Mayor) que se proponía como educadora, no sólo de padres
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y madres sino de la comunidad de referencia. Aunque esta estructura
no permanece en nuestros ha- seres, se expresa una clara opción por
niños, niñas y mujeres empobrecidas y conservamos la apuesta por lo
organizativo desde los ejes filosóficos de co-gestión y comunitariedad.
Se nos transformó la clave de la comunidad mayor como responsable de
acompañar a la niñez en el ejercicio de aprender; la hemos ido cambian-
do por el trabajo con las familias, la incidencia en políticas públicas y el
contacto con el contexto laboral de niños y niñas. El sentido se mantiene
en las prácticas, ligado a un concepto político mediado educativamente,
y capaz de generar movimiento social alrededor de la niñez.
Existen en los ha-seres, construcciones pedagógicas y metodologías pro-
pias con los diferentes grupos. Es así como hemos configurado ha-seres
pedagógicos focalizados en el cuerpo, en la equidad, en la inclusión,
en la participación, en la lúdica, en la argumentación, en el afecto, en
la poiesis, en la siembra, en el arte, y en la comunicación alternativa.
Hemos explorado herramientas provenientes de oriente como el tai-chi,
la acupuntura, el reiki, la relajación, los masajes, igualmente hemos
construido metodologías basadas en el uso y producción de medios
alternativos de comunicación.
Estas construcciones pedagógicas están enraízadas, unas en los ejes y
en las características propias del ambiente de Combos, otras, tienen su
arraigo en las necesidades expresadas por las niñas, niños, jóvenes y
mujeres o en nuestra postura política, pero también, algunas han sur-
gido desde experiencias de docentes, donde todo lo anterior confluye
(poiesis, siembra). La pedagogía vivencial es transversal a todo lo que
hacemos; se trata de una vivencia profunda de los sentidos, que logra-
mos la mayoría de las veces por medio del juego, en el que se conjugan
palabras, sentidos y sentires que nos traen historias, lecturas del mundo
y vivencias, que al ser pasadas por el cuerpo, la reflexión y la pregunta,
se convierten en experiencias.
Corporeidad
Aparece en todos los ha-seres de Combos la corporeidad atravesada
por el sol, los duros trabajos, los cansancios; se manifiesta el cuerpo
como medio de agresión o de defensa. Por el cuerpo pasamos teorías
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pedagógicas y feministas, lo que nos ayuda a comprender mejor, desde
su conciencia, los significados profundos de los principios en los que
creemos, de las estrategias que ponemos en práctica. El cuerpo es en
Combos lugar de experimentación y de pregunta, en él y por él indaga-
mos, ponemos en su historia debates políticos, filosóficos y educativos.
Hallamos en su recorrido respuestas personales y colectivas y desde allí
se hace menos difícil entender vivencias, representaciones y creencias
de niños, niñas y mujeres.
El cuerpo también está presente como síntoma que se carga de dolo-
res por lo que hacemos; por ello buscamos su descanso y recuperación
mediante actividades que aprendemos de manera colectiva, bien sea en
las escuelas Combos* o en las jornadas de salud ocupacional, así como
en las convivencias semestrales. De otro lado, procuramos que el juego
y el contacto físico estén presentes en los eventos formativos, le conce-
demos un lugar importante a la fiesta, al compartir el baile, la música y
la poesía, para poder resistir y seguir abrigando desde el afecto tantos
dolores y esperanzas. El cuerpo es en Combos fuente de sabiduría.
Lo Simbólico, Lo Rituálico
Lo simbólico y lo rituálico tienen asiento en nuestras propiagogías, por-
que llenan de nuevos sentidos y recuperan los que tienen niños, niñas,
mujeres y familias, para re-significarlos o para comprender su trama
vivencial. Lo mítico está presente en los símbolos, y estos, a veces, es-
conden opresiones, enraizadas en verdades católicas y patriarcales (que
mantienen roles tradicionales y resignaciones); esto hace que nuestra
tarea se concentre también en presentar nuevos simbolismos que refle-
jan otras formas de entender el mundo y sus relaciones.
Ocuparnos del ambiente pedagógico: traer la luz, sentarnos juntos y
juntas en el suelo, compartir una canción que contradice lo dicho cul-
turalmente y transmitido por otras canciones que justifican violencias,
muertes, suicidios; compartir la vida en el pan escaso, bañarnos los pies
o manos con aguas de colores para recordar experiencias, llenar el am-
biente con olores distintos, son algunos de los dispositivos que signan
los encuentros con niños, niñas, familias y mujeres.
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La casa que nos recibe en una visita domiciliaria, su Corazón de Jesús
en medio de la pequeña sala de tierra, el candado oxidado que hace
las veces de chapa, la veladora prendida que amenaza con incendiar
el rancho pero que soporta la esperanza del cuidado de cada uno de
los miembros de la familia, la pieza que huele a petróleo y que sirve de
cocina, dormitorio, lavadero, el colchón que allí se recoge en la mañana
para dar paso al fogón, la foto del hijo que “paga servicio militar”. Todos,
símbolos que recogemos, que acopiamos para entender su contexto vi-
tal, su forma de habitar. Símbolos que nos dice de ellos y ellas, que nos
dicen de una sociedad corrupta y homicida, signos que nos representan
también a nosotros y nosotras, que nos mueven, nos sensibilizan.
Signos, símbolos que en medio de la pobreza representan la esperanza,
las alegrías, la incertidumbre y la resistencia. Nuestros ha-seres dan
cuenta de esa lectura, porque es ahí donde se esconde el misterio de los
significados y los sentidos profundos. Y al final de los procesos también
podemos ver esas transformaciones subjetivas expresadas en nuevos
ritos, nuevos símbolos que traen consigo un ser liberado para sí, en
contacto profundo con los y las demás y en búsqueda social. La expre-
sión de una nueva cultura, de otra política se expresa también en una
nueva simbología.
La Afectuosidad
El afecto. Amarnos, trenzar en abrazos todo lo que las palabras callan,
cobijar el frío de no tener lazos, construir sonrisas en medio de miradas
cálidas, dejar de sentir desamparo y sentirnos también encartados y
encartadas con tanto soborno afectivo. Dejarnos llevar por una historia
adolorida y rota y a veces potenciar el tejido, o con ello detener el vuelo
y limitar los aprendizajes dolorosos. El afecto. ¿De dónde nos viene esa
ternura y esa fragilidad? Fuimos tres amigas y un amigo, cómplices aún
de la vida privada, quienes emprendimos la tarea inicial, se compartía la
solidaridad, la amistad, la tristeza, la impotencia que causa la mala re-
partición. Orar la miseria, abrazarnos el dolor ¡en verdad había amor!
Desde allí se instauró una forma de relación que ahora se convierte en
un sentido pedagógico que nadie nombra, que se siente en el ambiente,
como un sello indeleble. Realmente es difícil contar por qué o cómo los
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y las abrazamos cuando llegan con sus rostros sudados o sus ojos cansa-
dos de trabajos nocturnos, o con qué ternura descubrimos su epidermis
para que nazca otra piel, menos ajada. Contar que tenerlos y tenerlas
cerca, permitirles el cuerpo en nuestro cuerpo, nos despoja del poder,
pues, cuando se toca, se alcanza, se accede a un terreno desconocido,
a un peldaño privado, a la fragilidad del otro y la otra, a su humanidad.
Hay una cierta comunicación del alma que no alcanza con palabras y que
aquí, en Combos, fluye sin intención instrumental y se vuelve un estilo
de vida también, entre compañeras y compañeros de trabajo. Cuando el
rostro del otro y la otra se pone de frente, no podemos mas que mirarlo
y ver sus cicatrices, su risa sin ton ni son, sus ojos sin mucho horizonte
y en esa desnudez del rostro no tenemos más que un abrazo sin prisa
o el oído del corazón.
¿Qué sucede en ese segundo? ¿Sirve el afecto para reconstruir emocio-
nes? ¿Sirve para remendar años de exclusión? ¿Para combatir mejor la
desnutrición? Sabemos que el afecto se nos presenta cotidiano como un
lazo que acierta a contener el dolor, la rabia y a ponernos frente a pregun-
tas acerca de la pertinencia de una maternidad-paternidad pedagógica.
El afecto no es sólo un emocionar que nos habita espontáneamente, es
también una búsqueda desde cada una de las prácticas; ello no es un
discurso romántico, ni se limita a la expresión de besos y abrazos, sino
que permite libertad, responsabilidad y la expansión del propio proyecto
vital. Es tan político el afecto como la reivindicación de mejores condi-
ciones de vida. Es político porque en él nos jugamos relaciones basadas
en la transformación del poder establecido hegemónicamente, relaciones
abiertas a otras formas de entender el amor, el erotismo, la solidaridad.
Por ello esta búsqueda se hace evidente también en el trabajo con las
mujeres, buscamos crear relaciones sororas, que cohesionen la lucha
contra la opresión del patriarcado y que desde acciones cotidianas y con-
cretas, las mujeres creemos estrategias de resistencia. El lector y lectora
se encontrará también con propuestas de otras masculinidades en las
que los hombres se piensan a sí mismos y transforman sus actitudes
inequitativas y patriarcales. El afecto como sentido político se significa
en la libertad para que niños, niñas y jóvenes vivan su sexualidad y el
trabajo que emprendemos por el respeto de las diversidades sexuales,
como formas legítimas de ser.
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La pregunta
Estos textos que recogen nuestra práctica, muestran reiterativamente la
importancia de la pregunta en Combos. La pregunta como dispositivo que
construye verdades, saberes, poderes, la pregunta como estrategia de sub-
jetivación. Ella nos posibilita ir mas allá de lo visible, profundizar, orientar
nuestra perspectiva moral. Propicia que niños, niñas y mujeres pasen de
una moral heterónoma (dependiente y que responde por temor al castigo) a
una moral mas autónoma, donde se construye el sentido de la ética y de la
relación con otros y otras. La pregunta hace parte de nuestros dispositivos
fundamentales, con ella, niños, niñas, mujeres y familias, vuelven a pasar
por el corazón (re-cordar), pueden mirarse desde el espejo de sus vivencias
y experiencias y el equipo se auto-observa en la práctica misma y desde
allí reconfigura lo que hace. La pregunta trae los significados centrales,
nos pone ante nuestro horizonte de sentidos y advierte una actitud crítica
frente a la propia vida y al mundo social, político y cultural.
Subjetivación
Hemos entendido que las pretensiones de la izquierda en el mundo
se han debilitado, en parte, gracias a que la construcción de ese otro
mundo posible, estuvo siempre puesto en manos colectivas, que como
suma de individualidades, solo contaban como grupo social. Así, se
dejaron de lado esas transformaciones subjetivas que trascienden la
masificación de los objetivos y las doctrinas de un pensamiento crítico,
como el marxista, y que son esenciales para construir tejido y proyecto
colectivo. En Combos entendemos que la subjetivación está al centro
de la posibilidad de las personas para preguntarse por su propio de-
venir, por sus esclavitudes y temores, por esa vida que vale la pena ser
vivida y las transformaciones que debe llevar a cabo para que así sea.
Aprendimos con el feminismo, que lo íntimo también es político y con
la filosofía política que es necesario construir mundos éticos amplios
desde identidades compartidas y ello sólo es posible pasando por la
subjetividad política. Así, nuestros ha-seres están encaminados hacia
la construcción de nuevas subjetividades que transformen la cultura
partiendo de sus relaciones cotidianas, y en ese encuentro vivencial
consigo mismo y misma se adelanten caminos con renovadas posturas
colectivas y otras prácticas políticas.
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Nuestra experiencia está llena de vivencias que nos remiten al trabajo des-
de y por la subjetivación: Mirarse, ver la propia vida, compartirla con otros
y otras, hacerse preguntas y responder otras que aparecen en los talleres,
escuchar el propio cuerpo, recuperar la palabra no sólo como dimensión
pública, sino también como sanación en un acompañamiento psicológico,
abrazar a otros y otras, dejarse abrazar, recuperar la propia valía, negociar
los conflictos de forma no violenta, identificar en la historia los dolores y
las prácticas de resistencia, transformar las relaciones de inequidad entre
hombres y mujeres y allí y desde allí re-configurar un modo nuevo de ser y
hacer política. Una nueva revolución, la revolución de las subjetivaciones,
un camino que llena de nuevos saberes el pensamiento, una revolución
que le pregunta a la perspectiva de clase por el lugar que en ella ocupa la
subjetividad, que no la aniquila con un pensamiento liberal y burgués sino
que la integra como una lógica que no lo puede todo pero que pugna por
la dignidad y la justa repartición. Una revolución desde las particularidades
que no se resaltan, producto de una ética individualista, que no ha resuel-
to ni la modernidad ni la denominada postmodernidad, sino que unifica
la resistencia reconociendo lo que somos y no somos y lo que podremos
ser; una revolución que profundiza, para crear movimientos de liberación
desde la vida real y concreta en la que también se presentan incoherencias
y declinaciones, que no busca escencialismos que fragmentan, pero que es
radical en cuanto que no sucumbe a las estrategias del mercado sino que
se aferra a la fuerza de la raíz de lo que ya otros y otras han plantado.
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adicionalmente los y las hemos vuelto inexistentes. Hacerlos y hacerlas
visibles, sí, una pedagogía que trabaja por la visibilidad bien podría dar
cuenta de nuestra propuesta educativa y política. Está al centro de la
condición de exclusión una no existencia que reclama ante todo, y casi
siempre desde el silencio, ser vista y oída. Por eso en Combos hablamos
de la recuperación de la palabra y de la historia como acciones concretas
que inauguren la expresión de lo que callado también dice. El rostro del
otro y de la otra como un imperativo ético que mueva, no al asistencia-
lismo, sí a la indignación y a la actuancia política.
“…si no pienso lo que requiere ser pensado por mi, si lo que digo
son palabras que no responden a lo que en mi pedía palabra y,
en cambio, funcionan como un impedimento o como un relleno,
¿qué pensamiento es éste? ¿Y dónde estoy yo que he hablado
sin decir algo? ¿estoy –muda-en el pensamiento impedido, en
el pensamiento que no ha encontrado palabras o estoy en las
palabras que lo impiden?” (Muraro, pág.171, 2006)
Desde el origen de Combos, creyendo en un Jesús que hace visible lo
que no es aceptado en su cultura, lo repudiado, lo feo, mal oliente, en-
fermo, censurado moralmente, teníamos plena conciencia que nuestra
opción, por los y las más pobres, nos exigía la denuncia de su situación.
Luego fuimos profundizando en esta visibilidad desde la violencia que
es callada por soledad, miedo o naturalización, presente en las niñas y
mujeres a las que nos acercamos. Los saberes de las familias, las niñas,
los niños, escondidos por la creencia de que “no saben”, son puestos
en escena en Combos, en un diálogo de saberes a la manera de Freire,
adquieriendo sentido y valoración. La resignación a sus condiciones de
explotación por la creencia “de que no pueden” o que es un designio
divino, es estremecida por el análisis crítico de la realidad y por la es-
peranza de la resistencia y la liberación. El abrazo, el afecto, la escucha
que trasgrede la sombra de que “no valen, porque no tienen”. Todas estas
acciones políticas desde la existencia de ese otro y otra que nos reclama
a nosotros y nosotras, a la sociedad, la certeza de ser ciudadanos y ciu-
dadanas. Un rostro que nos mira sin que muchas veces lo miremos y que
siempre, siempre nos pregunta por nuestra propia existencia, por este
suicidio colectivo en el que se convierte el homicidio de desaparecerlos
y desaparecerlas, de no mirarlos, mirarlas, de no ser con ellos y ellas.
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Contextuación
Cuando asumimos la responsabilidad por el rostro del otro y de la otra,
es necesario que los actos educativos sean permanentemente contex-
tuados, en ese sentido, es importante revisar el caso a caso, persona
por persona, evitando las lecturas lineales y homogéneas, dado que el
contexto en el que viven los niños, las niñas y mujeres, se constituye en
una fuente que realimenta las prácticas pedagógicas, en consecuencia,
la contextuación es una característica metodológica. El contexto tam-
bién está referido a las vivencias en el proceso pedagógico mismo, es así
como su lectura se ubica en el acontecer íntimo y cotidiano. Tenemos
en cuenta las condiciones sociales, culturales económicas, afectivas,
cognitivas, entre otras. Esto nos implica proponer estrategias apropia-
das para el momento, el sentimiento y el deseo individual y colectivo,
teniendo en cuenta los acontecimientos particulares y así poder realizar
giros pertinentes en los encuentros, reconociendo las condiciones que
atraviesan a los sujetos y sujetas y a los grupos en lo local, lo barrial, lo
regional y nacional; es, de alguna manera darle su justo lugar a la coti-
dianidad y a la experiencia, como elementos vitales para transformar,
transformándose.
24
PRELUDIO
26
ORIGEN Y PROCESO EN LA FORMACIÓN
EN DERECHOS SEXUALES Y DERECHOS
REPRODUCTIVOS EN EL ÁREA MUJER
30
de suicidio mientras que el abusador dormía tranquilo en su casa, con
el silencio amenazado y cómplice de la madre.
Denuncias a las comisarías de familia, por las violencias contra las mu-
jeres perpetuadas por sus compañeros y/o esposos, contra sus hijas e
hijos, que no tuvieron respuestas efectivas. Miedos colectivos, que en
la impotencia de actuar ante actores armados, eran comunidades aho-
gadas en el silencio, el cual terminaba legitimando la presencia de los
violadores y al abandono psíquico y físico de las víctimas.
Nos enfrentamos a la denuncia de la vulneración de los derechos sexua-
les y los derechos reproductivos, donde ante la ineficiencia de las ins-
tituciones estatales para dar respuestas a las mujeres víctimas de las
violencias y la impunidad de los criminales a pesar de las denuncias, se
nos agotaron las vías legales.
Hacia el año 1995, cuando Combos comienza un trabajo con la niñez
trabajadora de la ciudad, nos encontramos con otra realidad igualmente
cruda, y es la explotación laboral y sexual de las niñas trabajadoras.
Nos encontramos con:
Niñas que ante el abuso sexual y/o el maltrato de sus padrastros y la
complicidad de su madre deciden que la calle es un lugar más seguro.
y su posibilidad de crecer.
-
tinúo de su esposo a todas sus hijas e hijos, a niños y niñas de la
vereda: ¡silenciada porque escondía un arma y tenía “un pacto con
el diablo”.
su hija de 3 años, recibidos por no ser hija legítima del compañero
actual, borracho levanta a golpes a la niña que dormida aún chupa
dedo, luego continúa con la madre. ¡Silencio, porque es hermano del
“duro del barrio”!
Mujeres utilizadas como botín de guerra, violadas como retaliación hacia
el bando contrario por ser novia o hermana o hija de “un enemigo”.
31
Ante este panorama decidimos acompañar la posibilidad de hablar, de
reconocer los efectos de estas situaciones en sus vidas, de buscar al-
ternativas y de denunciar ante las autoridades correspondientes. No
en un caso, en varios, nos enfrentamos a la inoperancia de la justicia,
a los tiempos demasiado largos para decidir el correctivo, a la exposi-
ción de la víctima ante el victimario y los riesgos que esto conlleva (por
ejemplo las mismas mujeres que denunciaban tenían que entregarle
la citación de la comisaría de familia) y finalmente a resignarnos a que
todo siguiera igual.
Después de una larga vivencia del sufrimiento al que se ven sometidas
las mujeres, de comprobar que la violencia contra ellas era y sigue siendo
un denominador común en todos los sectores donde nos proyectábamos,
fuimos identificando que la mayoría de los abusos y controles se ejercen
sobre las mujeres y sus cuerpos. En este contexto nace el Programa de
Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos.
Se hace énfasis en impactar positivamente en la subjetividad de las
niñas, las jóvenes y las adultas, en sus prácticas a partir de generar vi-
vencias y reflexiones en torno a sí mismas que les y nos posibiliten otros
caminos en cuanto a referentes del ser mujer.
El hecho de las mujeres vindicar, reivindicar y exigir los derechos va mas
allá del marco normativo, es necesaria su apropiación, reflexión y con-
ciencia del sí misma y una concepción del ser humano en la dignidad.
Los derechos sexuales y los derechos reproductivos son la expresión
de la posibilidad de elegir, de optar, de ser, de la autonomía en la vida
personal.
Dimensionamos la sexualidad de las niñas, jóvenes y adultas en el marco
de los derechos sexuales y los derechos reproductivos. En este proceso
de reconocimiento de los derechos señalábamos además de la dismi-
nución de las violencias contra las mujeres, la prevención del embarazo
en adolescentes y las alternativas ante la explotación sexual.
38
LAS MUJERES Y SUS VIVENCIAS
*. En Colombia, existen tipologías de familias distintas a la nuclear, una de las más frecuentes es la
familia extensa que acoge tíos, sobrinos, primos, abuelos entre otros.
40
pensando qué ofrecerles como alternativas a los y las jóvenes, niños, y
niñas, comunidades que construyen las mujeres para cuidar la vida.
Insistiendo en que sus hijas e hijos estudien “y no les toque vivir lo que a
ellas”, mujeres analfabetas o con una educación básica primaria incom-
pleta o completa, pues sus padres y madres dispusieron que “el estudio
NO era para las mujeres” y que “para ser madres, no había que estudiar”;
consiguen o prestan el dinero para las matrículas, uniformes e imple-
mentos escolares básicos y se las ven para que el niño o la niña pueda
ir al colegio con los tragos de agua-panela. Otras, las que aprendieron
de la vida porque nunca estuvieron en las instituciones educativas no
lo ven importante “No estudié, pero aquí estoy” y ante la desmotivación
de sus hijos e hijas lo aceptan sin problema.
Las mujeres de distintas edades, se levantan antes del alba a trabajar en
lo doméstico, dejando la comida preparada, la ropa lavada, trastos limpios
para luego salir a la calle a trabajar, a “rebuscársela” para recibir algún
dinero, nunca suficiente, pero necesario; donde la violencia se manifiesta
en el hecho de tener que doblar sus jornadas en la casa y en la calle.
*. “Espacio Público”, así están denominando a los funcionarios y las funcionarias de la administración
municipal para el control de la utilización del espacio público.
42
“los manes por la Veracruz diciéndole cosas a uno”, “Que se deje
tocar por 10 mil pesos…”12
Aunque en otros momentos relatan que estar en la calle, les gusta por-
que nadie las manda, pueden hacer lo que quieran, jugar y divertirse y
conseguir algún dinero para ellas y sus familias.
Son muchos los miedos y las preocupaciones de las mujeres trabaja-
doras en la calle.
“Miedo a mojarse, a que lo atraquen, a los hombres que molestan
e invitan a malas partes, lo invitan a un ratico, se aguanta ham-
bre en la calle, no como sino frutas porque la comida de la calle
no me gusta, tengo que trabajar cuando estoy enferma, a veces se
tienen que pedir préstamos para surtir el negocio, no se tiene o no
se hace la plata para llevar la comida a la casa y esto preocupa”13
Y otros sentimientos personales, además del miedo afloran, como el
aburrimiento, la angustia generada por el cansancio o porque el dinero
obtenido no alcanza para pagar las deudas, el carnet o para surtir el
negocio, o la preocupación de no hacer la plata para llevar la comida a
la casa. Y entendiendo natural y normal sus sufrimientos porque “de mil
habrá una mujer que no sufra y de cien, ninguna”14
Paradójicamente, con toda esta situación y condición de las mujeres en
el trabajo en la calle, algunas han llegado a ella como una estrategia de
sobrevivencia a la violencia intrafamiliar generada por sus compañeros,
los pocos ingresos les posibilitó experimentar cierta independencia eco-
nómica, o separarse de él que la maltrataba, darle de comer a sus hijos
e hijas, tener los pasajes para salir de la casa, del encierro, y “no tener
que contar con él para todo”, “poder comprar mis cosas, mis vestidos, o de
lo que me antoje”, o “estar sola con mis hijos(as) porque es mejor”* Las
que no trabajan están a la merced de lo que les den los hijos e hijas, los
compañeros, “están de arrimadas”, como ellas mismas lo dicen.
La decisión de sobrevivir a las violencias a través del trabajo en la calle,
es una búsqueda de mejoramiento de condiciones de vida por parte de
*. Tal como lo manifestaron participantes en Asociación Mujeres Emprendedoras en Marzo del 2005, en
la jornada de convocatoria de ampliación del grupo, donde se les preguntaba la “relación que tenían
con el trabajo”.
43
las mujeres. Tienen una intención: “Salir adelante con sus hijos e hijas” a
pesar de los obstáculos que enfrentan para garantizar el bienestar de sus fa-
milias, con un gran sentido de superación y ganas de capacitarse en diversos
oficios como la manipulación de alimentos, las confecciones, las manua-
lidades, la peluquería, formarse para aprender nuevas cosas que antes no
habían escuchado, acercarse a sus derechos, valientes, dispuestas a correr
los riegos que implica tomarse las calles “sin la debida autorización”.
Pareciera entonces, que la decisión de las mujeres de afrontar los múl-
tiples riesgos del trabajo en la calle, se balanceara entre la posibilidad
de sortearlos con extraños, extrañas o con desconocidos y desconocidas
a tenerlo que hacer frecuentemente en sus casas con una persona que
supuestamente “amándolas” ejerce violencias contra ellas.
Siendo la calle estrategia de sobrevivencia de las mujeres a la pobreza y a
las violencias, pareciera no haber salida, no haber un lugar de protección a
los derechos y por tanto a la vida digna para las mujeres ¿Cuál es el lugar
de las mujeres?
51
pantalones tan cochinos, que no son descaderados, sino desca-
rados“. “Es que los hombres no controlan su sexualidad…” “Si la
violó varias veces y no lo dijo ¿Será que le había gustado?”. 33
En las jóvenes al plantear sus percepciones sobre las violencias sexuales
dicen “¡quien la manda!”, refiriéndose a que si a una de ellas la violan
es porque se lo está buscando con su actitud en la sexualidad (“es muy
brincona”, “es muy arrecha”), en su mayoría culpan a la mujer de las
violaciones, convirtiéndose además en un hecho cotidiano, donde no
habría porque escandalizarse.
Constatamos como las mujeres se culpabilizan a sí mismas y a las otras
de las violencias sufridas, con posturas que dejan en la impunidad a los
victimarios, aunque en el proceso formativo, las niñas, jóvenes y adultas,
nos han expresado los cambios vividos en sus vidas y sus aprendizajes
en valorarse, defenderse, y hacer respetar sus derechos.
La siguiente es una de las conversaciones que se hizo con un grupo de
niñas, sobre por qué violan a las mujeres:
“Hay unos que lo hacen por maldad… porque hay peladas muy
creídas”, “¡Por eso es mejor no ser creídas!”. “¡Porque hay hom-
bres muy morbosos! “o por venganza”. “Además no fue violada,
ella ya había tenido relaciones con él, ella lo hizo, deseando”34
En las palabras de las niñas, ubicaron a los agresores y tratan de dar
una explicación: -son morbosos, por maldad o por venganza- pero en los
otros testimonios, las razones de las violaciones recaen en las mismas
niñas.
Pareciera que las mujeres de distintas edades, pensaran que aceptar
las relaciones sexuales, es abrir la puerta para toda clase de abusos
y violaciones por parte de los hombres, permitiéndose dudar de ellas
cuando manifiestan que fueron violadas. Aventurando una interpreta-
ción en este fenómeno subjetivo de la victimización, la violencia contra
las mujeres sería ¿un castigo merecido por ser “malas mujeres”? ¿Por
haberse permitido alguna vez la vivencia de su sexualidad sin significar
la reproducción?; y en este hecho simbólico, olvidar que la sexualidad
forzada es un delito y una afrenta a la dignidad humana, sin importar
quien sea el victimario.
52
Las mujeres al contar sus historias de vida, sus sentimientos, emociones y
recuerdos han tenido la posibilidad de la sanación, ha sido un fluir catár-
tico, un acto benévolo, político y público para que a otras no les pase lo
mismo que a ellas, y en otros momentos pareciera una auto- victimización
porque una y otra vez cuentan su historia de vulneración, de sufrimiento
sin que ello signifique acciones concretas para la denuncia y exigibilidad,
o en otros casos por sus historias y el miedo prefieren el silencio. Otras,
realizan acciones, movilizaciones, protestas, agendas ciudadanas con otras
mujeres para decir un ¡NO! al silencio, un ¡No¡ a la violencia.
*. Dicho popular muy frecuente en nuestro medio “Porque te quiero, te aporrio” Aporrio significa apo-
rrear, pegar, golpear.
54
Las jóvenes están de acuerdo que no desean hombres con varias mu-
jeres, ni que las engañen, aunque en la realidad y por la mayoría de las
experiencias narradas, esto es habitual en sus relaciones, en donde los
hombres que están con ellas, están con otras al mismo tiempo. Igual-
mente ocurre con la idea de que no quieren estar con los que consumen
vicio, incluyendo el trago, pero aún así, la mayoría de los jóvenes que
conocen y con los cuales se relacionan, lo hacen.
Este es nuestro reto permanente en la tarea pedagógica de pensar, crear
y re-crear formas mediante las cuales las niñas, las jóvenes y adultas
puedan, hablar más de los abusos y violaciones de los cuales pretenden
ocultar-se, y asumirlo desde los afectos y los efectos que trae para las
mujeres y lograr mover de lugar esta supuesta normalidad.
*. Voliar llave, es una expresión con el que se están refiriendo a las prostitutas, como un gesto tipificado
en ellas.
60
De un Cuerpo Desconocido a un Mito que Niega
“el dolor se volvía insoportable…. ellos santiguaron a la mujer para que el dolor fuera
más intenso como castigo, para que no volviera a parir culebras…sentía dolores, y
más dolores, muchos dolores. A vida se le desgarraba”47
En ocasiones, las niñas, las jóvenes y las adultas asumen su cuerpo como
un extraño, desconocen los procesos biológicos que ocurren en él, esto
se refuerza desde la falta de un lenguaje y de palabras que nombren las
experiencias corporales femeninas, por ejemplo, como se llaman nues-
tros fluidos, cómo a “la eyaculación” femenina, ¿Cómo nombrar desde
la experiencia femenina lo que sucede en un orgasmo?
Niñas, jóvenes y adultas manifiestan un desconocimiento de sus cuer-
pos. La pregunta de las jóvenes sobre si ¿En la primera relación sexual
se puede quedar embarazada?48 y de mujeres adultas que saben del
embarazo porque han tenido hijas e hijos.
Las mujeres adultas mayores, nos cuentan de algunas prácticas culturales
frecuentes que vivieron, les ocultaban y no les informaban, ni educaban
acerca de sus cuerpos, de las relaciones sexuales y la reproducción.
“Una mujer comenta que ella no sabía por donde nacían los
niños”. Cuando empezó a hacer el amor con el esposo no sabía
como era, que vida tan desdichada” “El primer hijo se me vino,
no sabía que era lo que se me movía en el estómago, si eran
animales o culebras”49
Jóvenes y adultas que “sufren la menstruación”, que no la quieren, porque
la ven como algo sucio, indeseable y han aprendido que cuando la tienen
son impuras: si tocan una planta se marchita, si motilan a una persona
a esta se le daña el cabello, si cargan un bebé puede enfermarse o hasta
morir, prejuicios, tabúes y creencias religiosas del antiguo testamento50,
transmitidos de generación en generación, que signan la experiencia de
niñas, jóvenes y adultas con sus cuerpos:
“La menstruación es una cochinada muy cansona” 51
“La mujer antes era encerrada por impura” 52 y que algunas
nombran como que “la menstruación es un castigo divino por su
rebeldía”53
61
Estas expresiones negativas acerca de la menstruación y la menopausia
reflejan sus imaginarios subjetivos de sentirse pecadoras, en todas las eta-
pas de sus vidas, hay un “castigo divino” que se relaciona con su capacidad
reproductiva: “Parirás con dolor” es un mandato religioso que en ocasiones
nos obligan a asumir desde las instituciones de salud al restringirnos el uso
de la anestesia para dar a luz. En otros casos, somos nosotras mismas quie-
nes asumimos la vida como sufrimiento y dolor, como una manera de lavar
los pecados con nuestras lágrimas y sanarnos las culpas; mitos que terminan
invisibilizado el cuerpo de las mujeres y negando el placer sexual.
62
Con esta proyección en sus vidas, también asumen sus cuerpos para la
reproducción, tienen una mirada de su cuerpo y de sus órganos genita-
les desde su función reproductiva, no nombran, ni vinculan este con el
placer, ni piensan el ejercicio de la sexualidad sin reproducción.
Las niñas relacionan la vagina con el parir, orinar, y tener relaciones
sexuales; los senos los relacionan con amamantar y la relación sexual
con el embarazo.
“…porque a esa edad uno es más maduro’, ‘si uno tiene relaciones
ahora puede traer consecuencias físicas más adelante’, ‘el cuerpo de
uno aún no está preparado para esto, el útero es muy pequeño” 57
Sin embargo, algunas niñas y jóvenes plantean que no quieren ser ma-
dres porque es difícil el acceso a la educación, la obligación de trabajar
para sostener a dos personas y por el cambio del proyecto de vida.
Algunas comprenden en cierta medida la imposición del embarazo y
de las responsabilidades que trae consigo el cuidado de la vida de un
hijo o hija y la distinta situación que sería para un joven adolescente y
para ellas. Si un hombre no desea un hijo, el decide y se va. La mujer,
en cambio, no tiene opción, simplemente “le toca” sin importar las cir-
cunstancias del contexto que facilitan o dificultan el ser madre y vivir
la maternidad. “Si el hombre quiere bien, y si no quiere chao”. “¿Y si la
mujer no quiere?, ¡Le tocó!”58. Ellas encuentran ventajas en los varones,
estos pueden tener sexo y no tienen que tener hijos, en cambio la mujer
sí, y es la que se tiene que hacer cargo porque ellos no lo hacen.59
64
para continuar aquello que dejaron atrás (estudiar); otras, por el
contrario son más negativas, expresando que ya es muy tarde para
hacer realidad sus sueños o no sabrían por dónde empezar”65.
*. Marido: pareja conyugal en el matrimonio católico y en la unión libre. Hoy marido es para las jóvenes
que se tienen relaciones sexuales o quien mantiene económicamente.
**. Pinta: tener un hijo o hija con características genéticas similares al del padre.
65
algunas de las situaciones que crean un ambiente propicio en los barrios
de Medellín para que las jóvenes asuman el embarazo y la maternidad a
pesar de las faltas de oportunidades y condiciones dignas.
71
VIVENCIAS EN LA
CULTURA PATRIARCAL
72
VIVENCIAS EN LA
EQUIDAD
CULTURA GÍLANICA
73
Ha-seres Liberadores con la Palabra
80
dado confianza me trata de perra yo le pego una insultada, pues
no le he dado confianza, entre amigas nos gusta tratarnos así78.
Esta es una afirmación reiterada por varias niñas. Otra reflexión
que se les plantea, es acerca de la rivalidad entre mujeres y como
con este tipo de tratos profundizamos esta rivalidad, se plantea el
sentido de trabajo en los grupos de mujeres para transformar las
maneras de relacionarnos entre nosotras. … Durante esta con-
versación dos de las chicas han continuado agrediéndose de una
manera mas seria, para ellas se había iniciado como un juego”79
Lo anterior, nos convoca pedagógicamente a conocer más de cerca la
cotidianidad de las niñas, jóvenes y adultas para comprenderlas mejor
en sus individualidades y en sus interacciones, esto se logra cuando
propiciamos creativamente la comunicación.
“Hicimos un recorrido por su barrio. Las niñas van contando en
cada lugar algunas historias de su vida cotidiana. Así, cuando es-
tamos en la cancha, cuentan que por allí mataron mucha gente y
a las madres no les gustaba dejarlas pasar allí. Este era un lugar
donde habían matado a muchas personas, lo llamaban el lugar del
diablo. Igualmente plantean lo difícil que es jugar allí, pues ésta
solo sirve para fútbol siempre está ocupada, tienen pocos espacios
recreativos. La iglesia les resulta de especial interés, casi todas las
niñas manifiestan ser católicas. Algunas se estaban preparando
para la confirmación y afirman que van a misa cada ocho días. …
pasan algunos amigos de ellas. Cuentan algunos enamoramientos
platónicos y otros correspondidos. Así mismo cuentan algunos
chistes relacionados con la sexualidad…. El trabajar en calle (se
refiere a la observación realizada en las calles del barrio) claramente
intencionado resulta benéfico para ir hablando, expresando y con-
tar historias o experiencias pasadas de forma significativa. Pues se
cuentan en un momento en el que surgen con todo el ser en los
espacios que evocan recuerdos, sensaciones o percepciones”80.
Cuando los ánimos se han calmado un poco, en los siguientes encuentros
a los conflictos, propiciamos metodologías corporales que contribuyen a
conocerse para disminuir los niveles de prevención, a identificarse entre
ellas con vivencias comunes, lo que les permite comprenderse unas a
otras, y a propiciar mayores confianzas a través del contacto corporal.
Los dispositivos son múltiples: abrazoterapia, es decir juegos donde ellas
se abrazan, o cambiando sus lógicas de rivalidad como el “cara a cara”
81
que querían realizar desde “decirle a la otra lo mal que me cae, decir lo
que se piensa de las otras”, proponiéndoles desde el respeto, ver a la
compañera a los ojos, y expresarle con que nos identificamos.
“Aunque algunas expresaron que no les gustaba, a otras se les
dificultó la concentración y seguir las pautas dadas, se escucha-
ron algunas risas, se presentó evasión de las miradas, apatía,
en algunas y disposición para la actividad, en otras. No se logra
centrar una conversación acerca de la actividad. Una de las niñas
que había estado en una actitud de apatía se expresa más en el
grupo, se dan cambios en su mirada. Otra dijo que había salido
contenta del taller. Otra, se me acerca y me dice que ella es muy
tímida, que en la casa habla y habla pero cuando sale y está en
grupo ya no es capaz de expresarse, otra me cuenta la situación
que vivió la semana pasada”81
En la realización de un “Encuentro Intercombos de cien niñas y jóvenes”
–salida pedagógica y recreativa-con los grupos acompañados desde el
Área Mujer, observamos las rivalidades entre diferentes grupos. Anali-
zando y evaluando, comprendimos que, en ocasiones, las participantes
de un grupo se unen ante la posibilidad de la rivalidad y el conflicto,
como un proceso de reafirmación e identificación. En otros momentos,
el poco conocimiento de las otras les genera miedo a ser atacadas, lo
cual hace que hayan actitudes de agresividad y de violencia y en algunos
casos, hasta de conformación de bandos para defenderse.
Por ello, generamos intercambios entre dos grupos acompañados. In-
tencionamos un encuentro, con menos participantes y más controlado
por las niñas y las jóvenes -al involucrarse ellas en la preparación: en la
decisión de que hacer, como recibirlas, que presentarles del grupo y del
barrio- disminuyen las variables desconocidas, lo cual les posibilita am-
bientes íntimos y tranquilos que permiten el conocerse e integrarse.
“Las chicas manifiestan… haberse hecho amigas de estas niñas,
muy bacancitas para ellas, les gustó las presentaciones que se
hicieron, las del Popular bailaron reggaetón y las del Centro Lú-
dico tocaron los instrumentos, el almuerzo, haber estado en el
parquecito del barrio el Popular No. 2, que en la decoración del
salón, las del Popular hayan utilizado sus tarjetas, el compartir
con todas, nuevamente resaltan la imagen que antes tenían de
ellas y como cambia cuando saben que pueden ser amigas…. Es
82
muy bonita la forma en que las niñas y jóvenes preparan la ac-
tividad pareciera que ellas no hubieran pensado y/o dicho nada
negativo nunca de las chicas del Popular, es como si solo bastara
una invitación a otras cosas, es la muestra de la disposición y de
las condiciones interesantes de este grupo para realizar distintas
actividades, su disposición, sus reflexiones, su compartir”82
Construir la amistad entre las niñas y la facilitadora, no requiere de
complejos dispositivos, hay una actitud de escucha, de sensibilidad,
de confianza por parte de las facilitadoras y cualquier momento en la
interacción con las niñas y jóvenes, es un pretexto para acompañarlas,
para reflexionar en nuestro ser de mujeres, así, ellas al escucharse y
acercarse desde otras ópticas van siendo amigas.
“Mientras llegaban nos quedábamos conversando afuera del centro,
se preguntaba a las grandes por la inasistencia del último encuen-
tro, una de ellas cuenta que faltó porque se había ido de la casa por
problemas, además, comparte que se retiró de estudiar. Esto desata
una conversación de las chicas en sus relaciones con las personas
que viven en sus casas, especialmente con la madre”83
“Mientras iban llegando y al encontrarme con las más pequeñas,
iniciamos haciendo algunos juegos de integración, de atención
y coordinación y conversando sus historias, por ejemplo conver-
samos sobre sus familias y ellas compartían algunas situaciones
familiares, llama la atención la forma en que conversan de situa-
ciones conflictivas como si fueran normales, …cuenta que en ese
momento en su casa vivían 19 personas, una familia compuesta
por tíos, primos, abuela, etc. o la situación de L. Con la respon-
sabilidad de su hermano, al cual cuida y asume como una niña
madre”84.
Las niñas, jóvenes y adultas nombran la manera de llegar al grupo y de
la importancia del encuentro con otras mujeres:
“Las niñas y jóvenes reconocen la participación en el grupo como
la posibilidad de compartir, recrearse, divertirse y hablar de sus
derechos, donde aprenden a ser amigas a compartir, respetarse,
cuidar y cuidarse. Manifiestan aprender sobre sus cuerpos, desde
la creatividad y poder hablar libremente de algo que quieren saber.
Muestran su interés por seguir trabajando sobre cosas de mujeres,
sobre las enfermedades de transmisión sexual y su cuidado”85
83
Las mujeres adultas le dan sentido al encuentro entre ellas porque les
aporta a la socialización, al descanso, a la integración y a pasar un rato
agradable; es decir, les posibilita, según sus expresiones, vivir cosas que
en otras épocas no habían podido como en su niñez, su adolescencia y
su juventud. Valoran la diversión, porque les quita el estrés y el encuen-
tro de las amigas como un momento importante para sus vidas donde
pueden relajarse, valorarse y tener confianzas unas a otras.
En este ambiente las mujeres de las distintas edades, comparten sus
preocupaciones económicas, familiares, afectivas y de toda índole, abren
el abanico de las posibles soluciones, fluyen los consejos de cada una
ante la amiga que expresó algún problema en particular.
“La confianza entre las mujeres se concreta en que ellas hablan con
facilidad acerca de sus vivencias de la sexualidad, de sus relacio-
nes amorosas, de sus soledades, de los maltratos vividos en sus
familias; hay algunas que han llegado llorando a causa de los hijos,
hijas y en el grupo encuentran la escucha y el acompañamiento en
estas angustias y preocupaciones. En la reunión cada una expone
lo que piensa y siente sin temor, se dedica un tiempo a sí misma
aunque éste le sea vital para conseguir el sustento diario”86
Como en un espejo, cada vida reflejada en la vida de la otra, surge la
sororidad entre mujeres. En algunos casos cumplen el rol de maestra
cuando señalan el camino, en otros, de aprendiz, recogiendo, escuchando
y aceptando. Sus palabras tejen confianzas con las otras para hallar los
caminos propios, las escuchadas contribuyen a que cada una de ellas se
valore a sí misma y a las otras. Así las palabras entre todas re-cobran,
recuperan su valor:
“Me gusta escuchar a las otras para aprender”, “El conocer a
otras mujeres para defenderme nuestros derechos, para respetar
nuestras ideas y opiniones”. “Con lo aprendido de ellas, aplicarlo
en la vida cotidiana y darlo a conocer a otras personas”, “mejo-
rar las formas de vida”87.
La palabra de las mujeres en sus casas, en su trabajo, con sus compa-
ñeros, con su familia, con la sociedad, con las pares en sus grupos, con
otras mujeres, como sujetas de poder y en sus marcos de referencia
políticos y sociales, tendría que constituirse como el hábitat común de
expresión de la recuperación sistemática de todos sus derechos. Podría
84
pensarse que algunas de las mujeres de los grupos, que incluso, nunca
han puesto la palabra para pedir, exigir, desear, organizar, delegar, buscar
puntos de encuentro o desencuentro, pensarse, quererse, estar o no es-
tar, tomar decisiones, ahora cuentan con elementos para hacerlo de una
forma más consciente. La mayoría de ellas, consideran que ha cambiado
lo que pensaban de las mujeres antes de entrar al grupo porque:
“he aprendido mis derechos como mujer, aquí aprendimos a
valorarnos como mujeres, aprendimos a querernos más y a
valorarnos mas, antes de estar en el grupo solo hacía lo que me
decía el marido y listo, ahora yo me mando y nadie puede deci-
dir por mí, salgo para donde quiera, me aprendí a desempeñar
yo sola y a valorarme, aprendí a controvertir ideas sin temor”. 88
Así las niñas, las jóvenes y adultas plantean la amistad como una cua-
lidad necesaria para la confianza entre las mujeres, una protección para
sus vidas.
“La amistad es aquella cualidad muy difícil de encontrar ó muy
difícil de despertar en algunas personas, porque no saben que
es tener una amiga, pero tarde que temprano van a ser amis-
tosas porque alguna persona le supo encontrar y despertar esa
confianza para tener amistad con las que la rodean. Hagamos
amistad”89
“Nunca te sientas solo, ni sola, siempre habrá alguien que quiera
recibirte en un grupo90
85
Construimos alianzas entre las mujeres, cuestionamos nuestras relaciones
y aprendemos a valorarnos, partiendo del amor propio, la autoestima y el
cuidado a sí mismas, lo cual se genera a partir de contar quien es cada una,
como es su cotidianidad, con quien vive, que sueños, que gustos, con que
está inconforme, que le gustaría cambiar de su vida y hacer consciente, de
muchas formas, su ser íntimo.
88
Algunas mujeres manifiestan que prefieren no hablar de su vida, por
temor o por considerar que no es importante:
“No les gusta hablar de su vida privada, por el temor a las ca-
lumnias, a la burla y a la crítica, por miedo a que no le presten
atención o las ignoren, o a los cuestionamientos de las compa-
ñeras, por no preocupar a las demás con sus problemas.97
Estos silencios son abordados pedagógicamente, haciendo las lecturas
de sus causas. Desde el eje filosófico de la recuperación de la palabra,
se utilizan diversas metodologías y recursos didácticos que generan la
conversación entre las mujeres. Lo lúdico está presente en los encuen-
tros, siempre una dinámica o un juego tradicional o cooperativo es la
excusa para hablar de sí misma o de lo grupal. Y en estos juegos, la risa,
el contacto corporal y el hacerse amigas, son posibles.
“He pasado momentos muy ricos, me he divertido, he aprendido
a convivir y a compartir las cosas con los y las que me rodean.
Salí de ese mundo oscuro y absurdo en que vivía, que la mujer
no debía de estar callejeando, ni metida en tantas cosas, ya
tengo autoestima y valoro a los demás y se me valora. Nos han
aportado un granito de arena para salir adelante, tenemos una
forma de salir y progresar, me siento más mujer”98
Se desarrollan metodologías para incentivar las palabras de las mujeres
donde el conversar en pequeños grupos, facilita que las más tímidas
puedan expresarse, en otros casos, es necesario mayor proceso y el
establecimiento de confianzas porque lo requieren para hablar de sus
situaciones más íntimas o porque han sido víctimas de violencias.
Buscamos maneras distintas de interactuar y de poder transformar la
subjetividad de las mujeres, incentivando la palabra a través de brindar
información con argumentaciones racionales y basándonos en los co-
nocimientos científicos. La información para algunas mujeres motiva el
inicio de procesos de cambios, en otras, puede ser solo discurso que no
trasciende a la práctica.
89
Ha-seres con el Cuerpo en la Construcción de la Identidad
”Ver las cosas como son –aunque no nos gusten-
Y entender
La aceptación da lugar
92
la magia en nuestros dedos: su energía y calor, las sensaciones que
nos genera las diferentes presiones y los aceites, sentimos placer de
brindarnos auto-cuidado, nos lleva a conocerlo identificando dolores
que desconocíamos, descubriendo sus zonas eróticas y placenteras y
aquellas que nos relajan y nos tranquilizan, es una manera de empezar
a oír lo que él nos quiere decir acerca de nosotras.
“Se realizaron estiramientos para manos, brazos, posiciones, “pe-
rrito”, “gatito”, “bisagra” y movimientos del estómago. El trabajo
fue individual, dado el tipo de ejercicios, centrados en el primer
chakra, con el fin de aportar a la “fortaleza, vigorizar el ánimo,
animar el entusiasmo, estimular el sistema nervioso y otorgar
resistencia, el esfuerzo y la constancia”. Fue interesante observar
el placer que producen los ejercicios de posiciones en las mujeres,
porque la teoría oriental al respecto, dice que dicho chakra está
relacionado directamente con la sexualidad y a pesar de que mi
discurso no hace este tipo de referencias, si es significativo”102
Ante el ofrecimiento de la facilitadora de probar diversos sabores, la
niña, joven o adulta puede negarse o aceptar probarlo, formándose pa-
ra escucharse y autorizarse a sí misma -Me gusta y/ o no me gusta, me
siento bien o no me siento bien, quiero o no quiero- estos ejercicios
sencillos son prácticas para asumir las decisiones propias, aprendizaje
importante para ejercer la libertad sexual con responsabilidad.
Con estos ha-seres, nos habilitamos para la toma de decisión frente a
nuestro cuerpo, al poder escucharlo en sus sentires y sensaciones, es
nuestra intuición y sabia interior para la autodeterminación sexual (Ver
contémonos un cuento liberador. Pag 162). El sentir corporal nos ayuda
a diferenciar entre el cariño, el amor y las violencias.
Aprendemos a escuchar el cuerpo, reflexionamos acerca de las enfer-
medades que son más frecuentes. El dolor de cabeza, de espalda, de
los pies son los más comunes en las adultas, como ellas lo expresaron
en una de sus consignas “me duele la cabeza, los pies y la casa” y los
asociaron a su ser mujeres trabajadoras en la calle. En las niñas y las
jóvenes está el dolor de cabeza y de estómago. Los dolores en nuestros
cuerpos nos hablan de las relaciones que tenemos con el mundo, exter-
no e interno, así como lo hicieron las hadas cuando reflexionaron como
las enferma el amor (ver capítulo: Los frutos de la Verde Manzana: Las
93
hadas Pág. 140); escuchamos estas señales para incorporar la práctica
de la prevención y el cuidado.
“Respirar, relajarme que hay que hacer la citología, a masajear-
nos, a querer nuestro cuerpo”103.
El trabajo corporal atraviesa el ha-ser, de tal manera que respeta las
sensaciones-experiencias del colectivo y de cada una, dándonos lugar al
reconocimiento, expresión, voluntad, y sentido político de ejercitar un
deseo y un derecho (decidir y actuar), desde la intimidad, esto depende
de la construcción de confianzas que se van tejiendo poco a poco.
Nuestro mensaje permanente: siempre hay otras posibilidades de elegir,
ustedes pueden romper la historia de las mujeres, de sus familias, no
tienen que repetir, ustedes son diferentes. ¿Ustedes son diferentes en
qué? Se hacía la pregunta generadora para la motivación del conversar
y aprender.
El auto cuidado rompe con el viejo mandato de “ser para otros” y nos
enseña a ser “para sí” retomando conceptos de la enajenación de Carlos
Marx.
“La formación en derechos sexuales y derechos reproductivos a
partir del trabajo corporal con diversas técnicas se realizó desde
un enfoque de auto cuidado del cuerpo, de modo que la informa-
ción y la formación pasara por el cuerpo, desde los sentidos, los
sentimientos y hasta los pensamientos al respecto. Los conteni-
dos de la intervención fueron propuestos desde una concepción
de auto-conciencia a partir del trabajo corporal, usando técnicas
de origen oriental: Streching, artes marciales, relajación, masaje,
danza y meditación trascendental. Se comenzó a explorar esta
vía para fortalecer la construcción identitaria de las mujeres, ca-
mino que intuimos, aporta grandes avances en su subjetividad
pero que igualmente debemos mayores desarrollos, reflexión e
implementación.”104
Se privilegia el auto cuidado de las mujeres porque se constituye en una
vía legitima para vencer los miedos arcaicos, para recuperar-nos de olvidos
y porque a partir de esta nueva construcción –transformación, seremos
herederas de otro mundo más completo, más humano, con rostro y manos
de mujer, dispuestas para hacer un justo y equitativo reparto.
94
Nuestro cuerpo de mujeres como territorio soberano, para el abrazo afec-
tuoso, aunque la piel duela de tantas ausencias, descubriendo nuestra
anatomía y funcionalidad, recuperando nuestra historia. Creemos en
ese abrazo fraterno entre pares, creemos en esas primeras letras que
nombran su nombre completo y la satisfacción porque se le ganó la
batalla al mandato cultural “Loro viejo no aprende a hablar”, creemos
en los muros invisibles que ellas mismas se han dejado imponer por
diferentes vías y que ahora se pueden derribar uno a uno y no tener más
cárceles y miedos.
Señalamos con papel de colores y cinta, las huellas de dolor dejadas
en la piel, las marcamos para repasarlas una a una, sí, para llorarlas por
todo ese tiempo que estuvieron en calidad de secreto, sí, para sellarlas
en nombre de otra piel nueva, renovada, para propiciar caricias y bálsa-
mos gratificantes.
Para trabajar pedagógicamente el auto-cuidado del cuerpo, las facilita-
doras nos hemos formado y hemos realizado los trabajos corporales que
les proponemos a las mujeres, de esta manera, también nos dolemos y
nos movemos, señalamos y escuchamos nuestra sabia interior y desde la
experiencia, visibilizamos comprensiones y transformaciones propias.
“Inspirada en el recuerdo de un trabajo corporal que otra facili-
tadora propició al grupo de trabajo y previo a la jornada laboral
(lunes 7:00 a.m. en la sede del área), ella nos cuenta: -estuve
haciendo giros en el mismo punto con las manos extendidas,
durante cinco minutos, sentí que el mundo daba vueltas sobre
mi cabeza, sin embargo yo estaba firme, no me iba a caer. Sentí
lo que era el empoderamiento: el cuerpo y el ser tiene su centro,
el mundo es externo al ser, es turbulento pero el yo es firme, se
valora, está centrado, afronta el contexto externo desde sus prin-
cipios y sus posturas-”105.
Es importante en el momento de diseñar los ha-seres corporales, respon-
der a los ritmos y a los niveles cognitivos de las niñas, jóvenes y adultas.
Con las jóvenes en la etapa de la pubertad, su proceso vital está en la
búsqueda de su identidad, es un momento de inestabilidad, el cuerpo
se está transformando y la joven no se siente segura, ni se siente bien
porque se está descubriendo. En el trabajo corporal, ellas todavía tienen
95
mucha flexibilidad, sin embargo, sus obstáculos para el movimiento son
las limitaciones subjetivas: “Mi cuerpo está cambiando y los y las otras lo
ven, ¿cómo me van a juzgar los otros y las otras”? Sienten la tensión de
las miradas exteriores hacia sus cuerpos en transformaciones biológicas,
entonces, la expresión en público es mucho más complicada.
Con las adultas, sus cuerpos vivencian procesos biológicos como el cli-
materio, es más quieto, menos flexible y expresivo que el de las niñas
y las jóvenes. Por tanto, con ellas se trabajan técnicas que centralicen
la energía, que recojan, que busquen los equilibrios y que posibiliten
su expresión sin generar resistencias o roces que pueden inhibirlas, en-
tonces, se hace con ritmos más lentos, escuchando las músicas que las
mismas mujeres escogen, según sus gustos y su comodidad.
96
Las niñas y jóvenes también ponen sus preguntas generadoras
para la reflexión que aporta a su identidad “¿Qué hacer para
que un hombre lo quiera a uno? ¿Cómo hacer para que un hom-
bre lo deje a uno?, ¿Cómo contarle a la mamá que estoy tenien-
do relaciones sexuales?, ¿Cuáles son las posiciones sexuales?,
¿Si uno debe tomar la iniciativa? ¿En la primera relación sexual
se puede quedar embarazada?”106
Las preguntas van dándose como en espiral, vamos comprendiendo,
abriendo panoramas y opciones de vida. Cuando nos hacemos las pre-
guntas, nos posibilitamos profundizar y asumir posturas críticas con
relación a los estereotipos, ampliamos los relatos y explicaciones de la
realidad social y barrial que impregnan nuestra vida, lenguaje y formas de
actuar, motivamos la palabra, a veces, difícil en las niñas, jóvenes y adul-
tas. (Ver: Los silencios también hablan, Pág. 88), en algunos momentos
es inevitable que aparezcan en escena, de diferentes formas, los dolores
del ser íntimo, las lágrimas, por el reconocimiento de sus realidades y
tal vez comprensión de estas, de la vulneración que allí se hace de sus
derechos, o por la emoción de nuevos aprendizajes y acogidas.
Aparece en la escena grupal las vivencias de cada una de las mujeres
a través de una historia personal o de una tercera, algunas veces, este
recurso es utilizado por ellas para hablar de sus propias vidas, luego
el grupo aporta sus opiniones al respecto. Allí, la facilitadora también
participa de la conversación desde la perspectiva de género y el femi-
nismo, el análisis crítico, las preguntas que posibilitan profundizar en
lo conversado o en la devolución de conclusiones y aprendizajes.
97
Actitud Corporal, Actitud Ante La Vida
Con una música suave se empezó la relajación por la cabeza para ter-
minar en los pies, con una técnica que incluía masajes y estiramientos.
Las adultas expresaron su inhabilidad corporal y su rigidez, justificán-
dose, algunas, por la edad y otras, por la obesidad. Observamos que
estas justificaciones nos dan cuenta de sus contextos culturales y socio-
económico que les generan hábitos alimenticios y/o recargas laborales
que no permiten un cuidado adecuado a la salud corporal, asociándose
a estas situaciones, el olvido y alejamiento de sí, la baja autoestima,
estos elementos son los que tenemos en cuenta a la hora de diseñar y
de trabajar con ellas. Cuando la facilitadora invitó a las mujeres a asumir
una postura corporal cómoda:
“Lo que sorprende de inmediato es la posición que la mayoría
escoge como la más cómoda –boca abajo- es físicamente la peor
para el cuerpo, estando el vientre totalmente oprimido. Es un
pequeño detalle que demuestra la vergüenza y la poca autoestima
corporal de estas mujeres, porque trataron, de una forma sutil,
de ocultar sus genitales. Luego de la relajación siguieron unos
ejercicios de estiramiento por pareja –pies, brazos, y cabeza- en
las colchonetas. La expresión de risa al tener que estirar parte del
cuerpo de la compañera. Lo que es significativo en la observación
de sus tratos, es que para algunas, el manejo del cuerpo de la
otra se hace con cierta violencia, como ignorando el cuidado de
la otra. Para otras es un asunto de vergüenza al tener que manejar
el cuerpo ajeno aunque este se asemeja al de ella y pertenece a
una compañera del grupo.”107
Las metodologías corporales nos conectan con sus procesos y ritmos
biológicos, des-estructuramos algunas concepciones reduccionistas de
nuestros cuerpos como una herramienta de trabajo o de reproducción,
vamos aprendiendo prácticas de auto-cuidado que nos permiten sentir
paulatinamente el placer y con el contacto corporal con las otras, la
amistad entre mujeres.
Hemos observado como el trabajo corporal posibilita que las niñas, jó-
venes y adultas, tengan mayores niveles de conciencia de sus cuerpos, lo
que se manifiesta en otras formas de relacionarse con él, posturas dife-
rentes con las otras personas y una mayor conciencia de los derechos.
98
“Aprendí el relajamiento, estiramiento, a compartir, a ayudar a
las compañeras”108
“Algunas veces, cuando viven violencias se les generan contradic-
ciones y caos entre lo que piensan y viven, porque no toman las
decisiones y otras las toman pero sus situaciones no les facilitan
los cambios, es el caso por ejemplo, de las niñas que viven mal-
trato infantil, en las cuales no todo depende de ellas, sin embargo,
les insistimos en que asuman otras posturas, que se atrevan a
pensar diferente y a ir construyendo el futuro que quieren, que
ellas no tienen que repetir la historia de la discriminación”.109
No es necesario que incursionen en discursos feministas, ni que dominen
las técnicas corporales que se trabajan, es más importante cuando una
mujer aprende a vencer el miedo y busca ayuda para una situación que
ha padecido y sabe desde su interior que puede alejarse.
100
En esta expresión la mujer nos está planteando que ya no es “para otros”
ha aprendido a cuidarse y a mimarse, es decir, parte de su tiempo lo de-
dica a sí misma, en este sentido al recuperarse para sí ha mejorado sus
relaciones con las otras personas y ha ganado en su proceso de autoes-
tima, porque se siente con posibilidades de multiplicar lo aprendido, de
enseñarle a otros y otras. Las mujeres aprenden en el trabajo corporal a
conocer más su cuerpo, siendo esto un factor de protección en la salud
sexual y la salud reproductiva.
108
“Yo no se cómo es eso, yo nunca me he mirado por allá”, “este es
el momento mas bochornoso de mi vida”, “ese animal no es así”
“y ¿dibujamos el gallo y todo?”.132
Contamos también el cuento a las niñss. Si tuviéramos dientes en la
vagina, las niñas muy animadas responden:
“No habría tantas violaciones a las mujeres, uno mocharía, les
cortaría esa cosa a los hombres, no podrían nacer los niños”.
“Se identifica una similitud entre las respuestas de las niñas con la
de las mujeres adultas con relación a lo que harían si las mujeres
tuvieran dientes en la vagina, ello parece que pone de presente,
un tipo de relación histórica negativa con los varones y que se
hace evidente también en esta población.”133
Relación que evidencia, que si fuera de otro modo, las mujeres nos
“desquitaríamos” de la supremacía del macho, para que este no controle
más nuestros impulsos femeninos y naturales. En el plano simbólico, la
mayoría de niñas, jóvenes y adultas, asumen un rechazo a las violencias,
no sólo las sexuales, aunque paradójicamente en algunos momentos
también se culpen por ellas.
“Se robaron una niña, tenia 4 años era del Pablo Escobar vivía
por el parqueadero. La niña se fue con la mamá para una farma-
cia, la niña se fue sola pasó un carro y se la llevó una señora con
una banda. Algunas niñas dicen que le quitaron el corazón, los
ojos, el hígado. Otras niñas plantean que le quitaron los ojos.
Todas afirman que la encontraron muerta en Yolombó. Las niñas
se enteraron de este hecho a través de la televisión, en la misa,
la familia pegó fotografías en los postes del barrio. Se conversa
acerca de los riesgos que corren en la calle.”134
Asocian sus realidades de violencia (la trata de personas, venta de órga-
nos, explotación sexual infantil, entre otras) con otras historias, las de
aquellos hombres con poderes maléficos que se convierten “en duen-
des”, ellos hacen perder la conciencia a las mujeres y “las engañan” para
realizarles actos sexuales sin su voluntad.
“A mí me perseguía un duende, me estaba echando alcohol
cuando ví la mano de un hombre, es un hombre que sabe bru-
109
jerías, rezos para transformarse en un duende. Hay duendes que
van a hacerle el amor a uno.
El duende era un personaje, un hombre, que molestaba a las
mujeres por ejemplo había un duende que molestaba a mi ma-
má, le escondía la ropa y la empelotaba. Ella descubrió que era
un hombre que la pretendía, pero ella no le paraba bolas.
A mí me molestaba un duende en un cafetal, nosotras nos que-
dábamos más tiempo trabajando y sentíamos que nos tiraban
piedras pero no veíamos a nadie. El duende es una persona que
hace la maldad, que sabe bien lo que hace”135
¿Cómo se deshace una mujer de un duende? Preguntó
la facilitadora:
“Poniendo un camino de mostaza, de linaza, con la Biblia, con
el cordón de San Benito, a las brujas se les ofrece que vayan
por sal al otro día. Clavar tres agujas en la entrada de la casa,
después de que entren así no puede salir. El espejo también es
una trampa para los duendes. Los duendes van detrás de la
sexualidad de las mujeres, aquella que se les han negado en su
apariencia como hombre. En el campo, los duendes y las brujas
persiguen a los niños y las niñas sin bautizar.”136
Es posible interpretar que los duendes son hombres que han violenta-
do sexualmente a las mujeres. En sus testimonios ellas nos dicen que
a los duendes los combaten aliándose con fuerzas sobrenaturales, a
través de lo religioso, las escrituras, los santos y el dios. Así se deja a
las fuerzas sobrenaturales la respuesta ante las violencias, esto quizás
sea una forma de protección al no tener que tomar postura y no tener
que mediar la aceptación y la denuncia de que se ha sido víctima de
violencias, en esta forma la violación dejan de ser un delito para ser un
mal del más allá.
“A partir del trabajo hecho con los mitos, las mujeres recuerdan
como ha sido el trato recibido y la imposibilidad de tomar decisio-
nes por sí mismas, donde todo lo relacionado con la sexualidad
se liga al matrimonio y con esta a la procreación. Reconocen que
ninguna es bien vista si se queda soltera y menos si tiene una
vida sexual activa sin consentimiento de la iglesia”137.
110
En nuestras prácticas es necesario profundizar en estos mecanismos psí-
quicos y en lo simbólico, donde la denuncia de las violencias por parte
de las mujeres se diluye en historias míticas, fantasmales, que se debaten
en el mundo de lo irreal, de la fantasía, de lo que posiblemente no existe,
pero desde múltiples experiencias particulares, muchas voces, que vienen
y van de personas cercanas, conocidas y con credibilidad y desde sus pro-
pias vivencias, confirman su existencia. Así como cuando se expresa de
las brujas: “Yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay.” Las brujas
serían una representación simbólica contraria a los duendes. Son mujeres
que hacen maldades a los hombres, también con poderes sobrenaturales
a las cuales se les combate con la violencia y los poderes religiosos.
“Las brujas molestan a los hombres, para cazarlas no se les pue-
de dar sino un machetazo, si se les da dos, no funciona”
“Un vecino, siente cuando en las noches se le acuesta la bruja,
siente su peso en el pecho y no lo deja respirar, no puede hablar,
ni respirar. Es una bruja. Aunque él tiene muchas imágenes me-
dallas de santos y vírgenes no se ha podido zafar de la bruja”138
Por otra parte, las brujas que envolatan a los esposos, es una realidad menos
dolorosa que una amante oculta. El hombre pasa a ser víctima de fuerzas
oscuras, por eso no puede ser recriminado. Estas explicaciones míticas o
sobrenaturales, pueden ser menos dolorosas que la realidad, en este sen-
tido, puede ser una forma de auto-proteger la salud mental al no tener que
enfrentar algo para lo cual no se está suficientemente preparada.
“El esposo mío iba a traer las bestias de noche, pero no encon-
traba el camino, solo al amanecer logró encontrarlo, era una
bruja que lo envolataba.”139
En lo simbólico, se representa el mal, las fuerzas oscuras, lo indeseado,
si existe un dios como lo bueno, también existe un diablo con igual
poder sobrenatural.
“Otras han sentido sombras que dan miedo e inmovilizan, sobre
todo en las horas de las noches, eso lo relacionan con los duen-
des, con las brujas y los malos espíritus.”140
De brujas y duendes nos hablaron las mujeres adultas, quizás como re-
membranza de un pasado campesino que aún sobrevive en las bulliciosas
111
calles de nuestra ciudad, sin embargo, en pleno siglo XXI, los relatos de
las niñas y las jóvenes nacidas en el pavimento que esperaríamos más
urbanas, más alejadas de lo mítico, aún siguen siendo las mismas.
“Mientras decoran sus hojas, conversábamos de sus miedos y
algunas de las cosas que escribieron allí (…a que le temo…) lla-
ma la atención que varias (cinco) le tienen miedo a la oscuridad
al preguntarles por qué, expresan bastantes historias y temores
sobre fantasmas, brujas, cosas satánicas, además, mostró todos
los mitos, las leyendas, presentes en las niñas y jóvenes, trasmi-
tidas por las adultas, los adultos con los que viven”141.
Las niñas, jóvenes y adultas refieren muchas historias que escucharon
en la casa, que entre amigas se han contado, que han sido herencias
culturales transmitidas de una generación a otra, aspectos que tienen
que ver con los mitos, creencias, comentarios relacionados con el ser
mujer de cara a la información que reciben de los textos, las películas,
juegos y demás reflexiones que se trabajan en las actividades.
Conversar, una y otra vez, sobre los mitos generados de otros mitos, que
han adquirido infinidad de variaciones, conservando el origen, confronta-
do con los logros de las ciencias, permite avanzar en la comprensión de
lo que significó en la antigüedad ser mujer y la incidencia en las expre-
siones artísticas y en la conformación de lenguajes simbólicos, entender
porque estos han señalado una ruta de acción que las mujeres deben
obedecer y el lugar donde se debe permanecer, viene provocando en ellas
una confrontación con la realidad, que produce dolor al desinstalarse
de lugar; de ahí que muchas puedan tomar decisiones como cuando
los compañeros las intimidan con el cuento de elegir entre el marido,
los hijos, la casa y el estudio y ellas, por supuesto, muchas optan por
continuar estudiando. Se ha dado en éstas el cambio desde el ver, juz-
gar (analizar su vida de cara a los contextos) y el actuar para sí misma,
intentado recuperarse para sí y en el decir de ellas: Nunca es tarde.
Para ellas lo que es mito se vuelve vivencia, pero sobre todo hay una
gran verdad que cuando se descubre, se intencionan otras maneras de
ser y permanecer y comienza a darse un proceso lento de transforma-
ciones interiores, que en algunas, motiva la necesidad de volver a los
grupos, de sentirse acompañadas, de escuchar los planteamientos de
las facilitadoras, de vencer el miedo de hacer preguntas y comentarios
inferidos desde las temáticas abordadas.
112
Re-significando lo Simbólico, Recuperando Luchas Históricas,
Derrumbando las Opresiones
A través de los tiempos y culturas, las mujeres exigen, se unen y luchan
por una vida digna, ello, nos responsabiliza de una manera personal en
nuestra historia particular y de una manera colectiva en nuestra histo-
ria como mujeres. Cada una debe recoger el legado de aquellas que le
antecedieron en la rebeldía, en las pequeñas libertades obtenidas con
mucho esfuerzo, en los movimientos sociales con grandes logros. En este
sentido, la búsqueda de la propia libertad es esfuerzo y voluntad personal
para el cambio, así estemos en un lugar de múltiples opresiones.
Con nuevos símbolos y referentes del ser mujer, en la valía, en el respeto
y en relaciones equitativas, se recupera el cuerpo, la palabra, los víncu-
los y afectos entre nosotras, recuperamos el poder de estar juntas, de
aprender, de darnos existencia y lugar en el mundo, de nuestra condición
humana en dignidad, es reconocernos sujetas de derechos.
Re-significamos nuestras realidades retomando y dimensionando sím-
bolos de nuestra experiencia contextualizada, las mujeres, nos expresan
los significados que para ellas tienen los símbolos que utilizamos como
el vestirnos de negro, el silencio y las flores amarillas cuando asistimos
a los Plantones de Mujeres de Negro en el Parque Berrio, los últimos
martes de cada mes.
Las mujeres nos expresan: “En algunas ocasiones el silencio es bue-
no porque con el expresamos inconformidad a algo.” El silencio es un
símbolo de Mujeres de Negro, apropiado por las mujeres, porque en
nuestras historias personales y de género nos silenciamos –en algunos
casos- cuando hemos sido víctimas, dejando en la impunidad al opre-
sor. Este símbolo del silencio que en la cultura patriarcal es un signo de
opresión, se re-significa, se llena de contenido en el Movimiento Social
de Mujeres y es un silencio que “grita” en el espacio público, denuncia
los asesinatos y las desapariciones de nuestros seres queridos.
En este acto re-significamos los símbolos dados por la cultura (opresión
y sometimiento) para volverlos símbolos alados, liberados.
“Como demostrar un luto que se lleva por dentro o sea en la vida
cotidiana es, la oscuridad que vivimos, la violencia que se ve a
cada momento lo demostramos con el vestir”142
113
El luto es un mandato cultural que individualmente se acoge, sin em-
bargo, toma otra fuerza cuando en colectivo se lleva, no por el dolor de
mí ser querido, sino por cada una de las personas asesinadas y desapa-
recidas en nuestro país, es repudio, rechazo, llanto colectivo y público
como para que los y las que aún no se alcanzan a doler, se conduelan
de sus propias miserias y tengan otras miradas.
Afectar toda la simbología que las mujeres han incorporado a su ser
como “algo natural” o en lenguaje de las más jóvenes: “normal”, significa
irrumpir en el espacio público, tomar la calle como escenario para repu-
diar lo que pasa en lo privado, viajar largas horas para acompañar a las
que están siendo víctimas de la guerra, vestirnos de negro, en principio
resulta atractivo marchar dentro o fuera de la ciudad porque es nuevo,
pero cuando encontramos a otras tantas, unas más convencidas, otras
no tanto, logra tener fuerza transformadora, así, esta vivencia sea en
apariencia curiosidad en su comienzo, luego permitirá desinstalar la
pasividad, la “comodidad” del silencio.
Marchamos juntas, sintiendo el calor de la cercanía, haciendo pintas en
las carpetas asfálticas, por las calles principales de la ciudad, alteramos
la rutina citadina y así en coro, le damos voz pública a las consignas que
denuncian la impunidad, los crímenes, las violencias y los deseos de una
sociedad más equitativa, menos patriarcal.
Nos preparamos para el viaje a otras ciudades: conocer geográficamen-
te el destino, cuál es la cultura que predomina en la región, porque es
importante hacer presencia en este lugar, se hace análisis de contexto,
hablamos de lo que ello implica en la vida de las mujeres, finalmente
partimos y el lenguaje de las mujeres empieza a tener otro sabor, otro
tinte, se está comprometiendo más con ella y su causa.
“Las flores amarillas son la esperanza y el recuerdo. Las flores
amarillas son un caminar largo para recordar y poder tener la
esperanza de lograr alcanzar lo que queremos”143
Para las mujeres, es el símbolo de la resistencia, recordando los sucesos,
las vulneraciones, los delitos de lesa humanidad, víctimas y sin embargo
tienen la perspectiva de alcanzar lo que quieren.
114
Para fortalecernos en este camino de transformaciones requerimos es-
tar adentro y afuera y desde estos lugares contrastar el cómo llegamos,
como vamos y que seguiremos siendo, mediante el rescate de otros
sentidos del dios que protege a las mujeres y las valora, leemos el texto
de Gioconda Belli. “Y dios me hizo mujer” como otro punto de análisis
para continuar el viaje hacia sí misma y con las otras; encendiendo una
vela le damos el significado a este viaje que emprendemos ¿qué esperan
del grupo este año? y al final ¿Qué nos llevamos? Y no solo descubrimos
juntas el símbolo de la luz, sino que también encontramos elementos,
que en momentos de soledad, dan fuerza.
Propiciamos la construcción de un universo simbólico de lo femenino,
donde las referencias del ser mujer sean la valoración, la inclusión que
nombre, que de cabida y reconozca la amplitud de experiencias feme-
ninas, a la posibilidad de la libertad de las decisiones propias, de la
mayoría de edad, a la autonomía y a las relaciones sororas entre noso-
tras. Es una forma de construir cultura gilánica para la equidad en las
relaciones de géneros.
“Cultura gilanica: gilania: Término acuñado por la antropóloga
Riane Eisler para denominar las sociedades donde reina el equi-
librio entre los géneros, o las épocas en que la organización social
deja de presentar abismos o contraposiciones tajantes entre hom-
bres y mujeres. En la gi-l-an-ia (gi=lo femenino; an=lo masculino),
ligados (l), se respeta la autoridad femenina sin detrimento del
valor masculino. Es época de madres - diosas reinando pacífica-
mente al lado de sus consortes o de sus hijos. La corriente gilánica
es una fuerza que persiste a través de la historia humana, como
alternativa al patriarcado” (Romero, 2006, Pág. 15)
Los encuentros, bien sea en las casas de sus barrios, en los salones
parroquiales, casetas comunales, en los espacios institucionales, los
propiciamos engalanándolos de fiesta, por la alegría de estar juntas, de
celebrar un evento significativo para el grupo y procuramos, por pequeño
que sea el espacio, vernos los rostros y las expresiones.
Esta práctica tiene un sentido profundo de crear comunidad, de hacer
parte de, de ser nombrada, de tener un lugar y se anuda aún más, cuan-
do se hacen las danzas circulares como un símbolo de lograr un ritmo
115
grupal a partir del reconocimiento de la individualidad, cada persona
tiene su forma de expresión corporal, pero todas contribuimos a esa in-
tencionalidad común. Estas danzas simbolizan la comunidad, somos en
movimiento con otros y otras, escuchamos músicas distintas, sentimos
alegría, el placer de la inclusión y de la diversidad.
En el Área Mujer de Combos, hemos buscado otros caminos, darle otras
miradas a los mitos opresivos desde la teología feminista, recogien-
do nuestras raíces institucionales en la teología de la liberación, sin
embargo, este esfuerzo no es permanente, ello se debe a un respeto
institucional hacia la libertad de culto de las facilitadoras y de algunas
mujeres, sin imponer esta mirada en los procesos, tarea que se convierte
en reto, el mantener una relación cercana, afectuosa, responsable y que
parta de la diferencia y lo diferente y desde esta convergencia seguir
construyendo sociedad.
Cada encuentro significa pensar en dispositivos cargados de simbolismo
que tienen una intención formadora, como el disponer el espacio físico
para abordar las temáticas y para ello nos valemos de elementos que
tranquilizan y al mismo tiempo, nos disponen para que sea distinto a
esa cotidianidad, al lugar que habitamos, que nos disponga el ánimo,
que seduzca, provoque y convoque, que conjure y transforme esa carga
cultural que se tiene pegada en el cuerpo y la garganta.
Nos servimos de los rituales de acogida, vida-muerte-vida, de celebrar
la existencia, del cuerpo sus cambios y etapas. Nos deleitamos en la
comida como símbolo de la unión común, rescatando en ello un valor
tradicional en nuestra cultura de acoger con los alimentos a los y las
huéspedes, entre otras, porque significa el mantenimiento del cuerpo,
su vitalidad y funcionalidad.
Decoramos los espacios físicos con colores y olores que estimulen la
creatividad y la imaginación, de allí deviene el gusto de algunas por
mantener su lugar acogedor y esta es la señal de que detrás hay otros
deseos guardados para ellas mismas.
116
SINFONÍAS PARA NUESTRA
AUTONOMÍA SEXUAL
∗
*. Se amplía la práctica en el libro: “Haciendo Resistencias desde la escuela”
117
permitir que las violenten: en sus pensamientos, sus cuerpos, sus seres
y ha-seres como mujeres. Como una forma de resistir en este contexto
de ciudad, en el entorno violento de nuestros barrios populares y mar-
ginados, donde la violencia se inmiscuye, acecha, se instala, discrimina
negativamente, elimina, excluye y paraliza, nace Aprendizajes Femeninos,
en el Barrio Medellín Sin Tugurios*
En 1997, las niñas y jóvenes de este barrio demandan hablar de “las cosas
que nos pasan a las mujeres”; Combos asume este reto y las invita a, al
encuentro. De las que llegan, algunas nacieron en el barrio, otras vienen
de algún municipio de nuestro país, cargan en algún lugar de su cuerpo
las múltiples razones de sus desplazamientos, desempacan sus miedos,
sus anhelos, sus nostalgias, sus dolores, sus heridas, sus frustraciones,
sus rabias, su indignación, o tal vez creen haber olvidado estas expe-
riencias; así transitan por la vida, sin sentirlas, en la forma de caminar,
de hablar, de amar, sin reconocerlas en sus cuerpos, sin escucharlas en
sus silencios extremos.
Tímidamente ofrecen sus sueños de mujeres jóvenes, ponen sus muros,
a la defensiva, como si las fueran a atacar; con la vitalidad en sus mo-
vimientos y gestos corporales, descansan sus cargas domésticas, sus
miedos de la calle, sus alegatos con la madre o las personas adultas
con las que viven, sus enemistades con las vecinas. Mágica, sorora y
sabiamente se combinan las preguntas, expectativas, los saberes, las
inquietudes, los desconocimientos, las apuestas femeninas y feministas,
los intereses y los deseos de ellas y de nosotras, las del Área Mujer.
Las invitamos a la construcción colectiva de la ruta; las niñas y las jóve-
nes expresaron sus intereses, en un espacio de encuentro de mujeres; las
palabras del querer ha-ser juguetean, y se entrecruzan sus expectativas,
con sus motivaciones respecto al grupo. Para algunas, el interés se centra
en la posibilidad de hablar de lo innombrable, de develar tabúes:
“hablar de cosas que no sabían o que poco se hablan. Relacio-
nes sexuales orales, la homosexualidad, la violación, madre-
solterismo, planificación familiar, cómo se coloca el dispositivo,
hablar sobre por qué muchas madres echan a sus hijos a la
calle sin importar lo que les pase o hagan” 144
118
Puede observarse en sus expresiones, que el cuerpo aparece como cen-
tralidad del develamiento en temas como la sexualidad y la maternidad.
Hay más allá de un deseo de poseer nueva información, una inclinación
a entenderlo en su dimensión femenina: un cuerpo que goza, que es
expropiado y colonizado, y que engendra nueva vida, y que tendrá que
ser comprendido como alternativa para que un día llegue a ser propio.
Para otras, la motivación está en encontrar nuevas formas de relaciona-
miento con sus pares: A mí me gusta compartir con los demás y trabajar
con todos. Espero clases divertidas donde podamos compartir tranquila-
mente nuestras ideas y alegrías”145. Textos como estos nos dan cuenta
de una expectativa diferente. Aparece el entre-nos como una búsque-
da en el encuentro con las otras. No es un simple estar con otras; es
compartir las ideas y sentimientos, lo que ya insinúa la aspiración a un
tejido relacional, en un escenario libre de temores y coacciones. Nue-
vamente el goce se manifiesta, no como hedonismo inmotivado, sino
como necesidad de implicarse emocionalmente, y de manera positiva,
con el aprendizaje. No en vano la alusión a “la clase”, que como todos
y todas sabemos, corresponde a la denominación de cada uno de los
espacios curriculares, en los que algo se enseña y algo se aprende, en el
marco de la educación tradicional. No se desdeña entonces que estos
espacios sean generadores de aprendizaje, se invoca el goce negado en
la educación tradicional, y la circulación de saberes en un compartir que
supere el impartir saberes.
En este plano del acceso a nuevos saberes, se sitúan otras motivacio-
nes orientadas hacia el desarrollo de nuevas habilidades, en el plano
de lo estético: “A mí me gustaría jugar, trabajar con vitrales, pintura y
aprender bastante. A mi me gustaría aprender a cantar para compartir
con ustedes y dejar la timidez”.146 Más allá de lo estético como creación
de objetos materiales, podemos notar ese rasgo de la estética como
creación de sí misma. Cantar es solamente una mediación para ser otra,
menos temerosa, y es también algo que no se hace sólo para sí misma,
sino como parte de aquello que puede ofrecerse a otras. Esta mirada a
lo estético, habría de sustentar, más adelante, un amplio trabajo con la
expresión artística.
119
Trabajos realizados por las niñas donde se lee: Naty me gustaría que trabajemos con Fomi y el tema
del respeto. Ada: hablar de cosas bacanas que a todas nos interesan, conocernos más y saber que
piensan cada una del grupo. Jaque: autoestima, el icopor.
121
jugamos a la inclusión. Y entonces juegan y buscan alternativas, y viene
después la conversadita, nuevamente la pregunta, cómo se sintieron, y
en las respuestas se confunden los sentimientos, con lo que pudo ser
y no, con las cosas técnicas, con la vida, con los señalamientos, con la
burla… y eso hace parte del viaje. Y ante la des-apropiación del cuerpo
y para su recuperación, las metodologías involucran el cuerpo, que pro-
pician el toque, que lo dejan sentir. Y las niñas y las jóvenes motivadas
cuando se abordaba la sexualidad, intercambian acerca de sus cambios
físicos y psicológicos:
“Sandra: Crecimiento cabello, senos, cadera, vellos, vagina”,
Alba: Crecimiento senos, cadera, barritos, mas grande voy a
tener hijos, me voy a desarrollar mas, me voy a poner bonita”
Adriana: En el modo de ser he cambiado en el mal genio con mis amigos.
Sandra: soy mas rebelde”147
Y en el darse cuenta de sus cambios y enumerarlos, aparecen aquellas
experiencias del cuerpo que las diferencian de los hombres, y cuya apa-
rición, habrá de producir modificaciones sustanciales en sus vidas:
“La pregunta de si el órgano genital cambia; también hay in-
quietudes frente al ciclo, cuánto debe durar la menstruación, por
qué hay dolor, en qué momento del ciclo se queda en embara-
zo, también aparece la pregunta ¿sin tener relaciones se puede
quedar en embarazo?”148 ¿Cuál es el tamaño del pene? ¿Por
donde la mujer tiene la penetración? ¿Cuáles son los métodos de
planificación permanentes? 149
Una de las facilitadoras de este grupo refiere en sus notas de campo
que percibía en las niñas la necesidad de desmitificar el embarazo, com-
prenderlo como un momento natural y en todas sus dimensiones: en lo
biológico, en lo emocional, en lo moral. En este sentido, las inquietudes
de niñas y jóvenes cubrían una amplia gama de aristas, tanto sobre la
gestación, como sobre la maternidad: el dolor, el miedo, la salud, la
muerte, el control social. Poco a poco, este se convierte en el espacio para
hablar de lo innombrable, o lo silenciado; ningún tema está proscrito
para las mujeres que quieren avanzar hacia sí mismas. Los siguientes
comentarios, lo muestran claramente:
“A mi me da mucho miedo hacer una relación sexual que salga
en embarazo, que me echen de la casa y me peguen el sida ya.
122
A mí me da miedo tener un hijo porque dicen que uno se puede
morir haciendo fuerza. También me da miedo quitarme la vir-
ginidad porque me da fastidio, no de los hombres sino que me
siento muy bien así.
Que de pronto me peguen sida o quede en embarazo o en el dolor,
una a veces piensa ¿duele o no duele? ¿Quedaré embarazada? 150
En aprendizajes femeninos, también se habla de las violencias sufridas,
otro silencio roto. Las niñas y jóvenes narran sus miedos ante el recru-
decimiento de la violencia en su barrio, y su situación como víctimas.
Llanto colectivo, catarsis por los sucesos dolorosos de personas cercanas
asesinadas; es este escenario una “zona franca” abierta a la expresión
no coartada, no juzgada; en la escucha y en el apoyo solidario, el miedo
a hablar se iba desvaneciendo. El acompañamiento de Combos, y las
confianzas construidas en el grupo, se fueron convirtiendo en protec-
ción y en fortaleza colectiva ante un contexto adverso; en palabras de
Doris Galvis, recordando el proceso “Al estar juntas, sentíamos como
un escudo, un fortín” 151
Las respuestas llegaban en el marco de intercambios y apuestas colec-
tivas. Niñas y jóvenes celebraban la palabra recuperada, las transforma-
ciones que sentían, lo aprendido previamente desconocido, los logros
en las formas del ha-ser respecto a sus derechos y su identidad de mu-
jeres. Aprendían una vivencia diferente de lo femenino, cuestionando el
consumismo y la cultura patriarcal, y avanzando hacia un horizonte de
autovaloración y reconocimiento desde una perspectiva de derechos.
123
Con la experiencia previa, construida en el trabajo con las niñas y jóvenes
del Barrio Medellín sin tugurios, nos dimos a la tarea de esparcir estas
semillas con otros grupos, en el marco del Programa de Atención Integral
a la Niñez Trabajadora. Estas niñas y jóvenes, estaban atravesadas en
su subjetividad femenina por una condición particular, la de ser traba-
jadoras en la calle, lo cual las exponía a un amplio rango de situaciones
de vulnerabilidad, la más importante quizás, la explotación sexual. De
la reflexión acerca de sus necesidades educativas singulares nace el
Proyecto Escolar Solidario Verde Manzana, que pretendía enfrentar el
alto riesgo de explotación sexual de las niñas trabajadoras en la calle,
mayores de 12 años, por medio de una propuesta, en la que al mismo
tiempo, pudieran generar ingresos suficientes para atender algunas ne-
cesidades personales y lograr su permanencia en el sistema escolar.
En 1999, las jóvenes participaron voluntariamente en una propuesta pro-
ductiva basada en el comercio informal de frutas y verduras; las compra-
ban en la Plaza Minorista y luego las vendían al equipo de trabajo. Luego
de un año se hizo un alto en el proceso, por problemas de rentabilidad.
Posteriormente, se intentó con la venta de mangos en el Pasaje Boyacá,
y se les propuso a las jóvenes participar, en el Aeroparque Juan Pablo
Segundo, en una modalidad de prácticas escolares, con la Asociación
Mujeres Emprendedoras. Las jóvenes mayores de 14 años rotaban en
estas prácticas; con las niñas menores, se hacía trabajo educativo sobre
el tema de derechos.
Al observar obstáculos como el ausentismo escolar, las dificultades gru-
pales para asumir normas de convivencia, y debilidades en la consolida-
ción económica, el proyecto el Proyecto Escolar Solidario Verde Manzana
se reconfigura en función de nuestra visión y misión. Clarificamos la
apuesta institucional acorde a la dignificación del trabajo juvenil y des-
estimulación del trabajo infantil: Verde Manzana es una alternativa para
la generación de ingresos, no crea empleos, aporta a las jóvenes en la
resolución de necesidades básicas de alimentación, transporte, vestido
y les facilita condiciones para continuar con los procesos de educación
básica y media.
En el 2002, planteamos la importancia de este proyecto “para
desestimular trabajos que impiden el desarrollo vital de las niñas
124
como es la prostitución, el trabajo riesgoso, el trabajo donde hay
una explotación injusta y el trabajo forzado… En el trabajo que
la Corporación viene desarrollando con este grupo poblacional,
se ha detectado que los trabajos que ellas realizan representan
de hecho un riesgo de prostitución, pues todas laboran por las
calles de la ciudad, en medio de una cultura sustancialmente
machista, donde los varones presumen que pueden asediarlas,
tocarlas, y ofrecerles dinero a cambio de algún juego sexual y/o
erótico, ofertas que ante las crisis económicas por las que atra-
viesa su trabajo, se perciben de buen ánimo y pueden terminar
en la prostitución”152
Posteriormente, las situaciones concretas de vulnerabilidad que en-
frentaban niñas y jóvenes, nos harían alejarnos significativamente de
esta concepción inicial, según la cual, la explotación sexual entra en el
campo del denominado trabajo riesgoso. Efectivamente, comprendemos
que la explotación sexual no es un trabajo riesgoso, no es una decisión
personal sino que es forzada, por las condiciones de extrema pobreza y
factores culturales patriarcales. La explotación sexual es precisamente
una de las formas de abuso contra las mujeres.
Sin embargo, las niñas y jóvenes entienden la explotación sexual co-
mo trabajo, lo que consideramos un factor de riesgo para la garantía y
ejercicio de sus derechos sexuales y sus derechos reproductivos. No la
rechazan ni moral, ni éticamente y la ven como una posibilidad en sus
vidas. “Aunque la prostitución infantil es ilegal, es claro que las niñas y
jóvenes se las ingenian para acceder a esta”153. Enfrentamos situaciones
de explotación sexual de niñas y jóvenes por parte de proxenetas que a
su vez pertenecen a grupos armados ilegales, y ellas acceden por recibir
algunos pesos, ocultan su identidad, e incluso los consideran amigos
porque les ayudan a resolver necesidades básicas.
En estas situaciones, realizamos las respectivas acciones de protección
con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; tuvimos que recordar
que nuestro ha-ser es en el ámbito de lo educativo y dejar ciertas accio-
nes propias del ámbito jurídico, en manos de las instituciones compe-
tentes. Por otra parte, con el equipo interdisciplinario de la Corporación
realizamos un acompañamiento integral; posterior al análisis de cada
caso, diseñamos las estrategias y las formas de actuar conducentes a
su protección, así también se realizan visitas domiciliarias, y se trabaja
125
frente al gobierno, en el plano de la exigibilidad de políticas de protec-
ción orientadas a mujeres de distintas edades.
Coherente con lo anterior, Verde Manzana es uno de los lugares institu-
cionales donde se aborda pedagógicamente con las niñas y las jóvenes,
la reflexión acerca de lo que significa la explotación sexual, sus riesgos,
las rutas en las cuales son inducidas a ella; de igual manera se trabaja
en lograr una comprensión contextualizada de una cultura que oprime
a las mujeres cosificándolas, y en encontrar maneras de enfrentarla y
resistirla por medio de la autoestima y el autocuidado.
“Existe Verde Manzana Primaria y Verde Manzana Bachillerato.
Eran muy diferentes ambos espacios. Las niñas no iban a las ro-
taciones en los puntos de venta, las jóvenes sí, para lo cual estas
tenían que capacitarse en servicio al cliente, manipulación de
alimentos. Con las niñas se hacía más énfasis en la prevención, y
con las jóvenes elementos prácticos para vivir su sexualidad, con
base a sus preguntas e inquietudes. Se hacía mucho énfasis en el
auto-cuidado - como cuidar su salud como mujeres, estiramientos,
relajación, meditación, con los dos grupos identidad femenina,
trabajo en equipo, identificación de tipos de violencias”154.
El tema de la explotación sexual ha sido objeto de permanente debate y
reflexión en el equipo del Área Mujer. Hemos permeado la discusión por
la manera como el tema, y sus diferentes aristas, resuena en nuestras
propias subjetividades. Hablamos de la mercantilización del cuerpo en
el capitalismo; en algún momento de nuestras vidas hemos recibido el
señalamiento de ser “putas”, con la consecuente discriminación. La ex-
plotación sexual nos conmueve profundamente como equipo de trabajo,
y como mujeres, por ello definimos que profesionales especializadas
hagan el seguimiento y el acompañamiento, con criterios de confianza,
cercanía y afecto con las niñas y jóvenes, para no generar resistencias
innecesarias, dispersión y poca efectividad en la acción.
“Trabajamos desde las vivencias de las niñas en la calle, ellas
expresan cómo son violentadas -que les ofrecían diez mil pesos
si se dejaban tocar, ellas se sentían en riesgo y cuando llegaban
al grupo contaban sus historias; entonces a partir de allí se ana-
lizaba, que hacen, que debían hacer. Ellas corrían, los insultaban,
también había una dificultad porque algunas niñas tenían relación
126
con un proxeneta, o sus mamás las invitaban a estar con hombres
viejos, las niñas tomaban una postura de total silencio, o en el
grupo las señalaban: ¡es que usted, ya se dejó tocar! Ellas con
su silencio protegían a quienes las explotaban sexualmente, de-
fendían un supuesto “status” que les daba ante sus compañeras
llegar con ropa nueva y dinero, ellas no hablaban mal de esas
personas”.155
En otros momentos y con otros grupos de niñas y jóvenes, abordamos
pedagógicamente esta problemática y la conversamos. Cuando en la
televisión Colombiana presentaban la serie “Sin Tetas no hay paraíso”,
propusimos a las niñas un juego ser las voces de la protagonista, apa-
labrándose en su decisión de ejercer o no la prostitución. Las que ar-
gumentaban el por qué sí debía ejercerla, le decían: “Catalina, dí que sí
que te puedes volver más sensual para los hombres”, “Si, puedes comprar
muchas cosas”, “vas a tener todo lo que quieres. Quienes optaban por
no ejercerla decían: No, Catalina no lo hagas porque el dinero no lo es
todo, te van a dejar sola, el dinero no nos hace felices”156La facilitadora
observaba: “Las niñas sugieren que tienden a percibir la prostitución
desde una óptica de la voluptuosidad o del placer… Aunque ven en la
historia todo lo otro que está asociado a la prostitución prefieren ese
aspecto alegre, pomposo, musical y ¿placentero? Que se asocia con la
prostitución“. 157
Entre todas profundizaron los elementos que más llamaron su atención
en la historia y sacaron los aprendizajes. Pudieron visibilizar la realidad
dolorosa de la explotación sexual como un posible riesgo para ellas, “les
llama la atención que este no es un cuento de fantasía”. La promesa de
felicidad basada en tener dinero y comprar cosas, acabó en una tragedia.
“A mí me llamó la atención que Catalina era feliz al comienzo”, pudieron
críticamente plantear “Uno no vive ni de las tetas, ni de la plata”.158
Para fortalecer las reflexiones derivadas de la serie televisiva mencio-
nada, se trabajó el cuento “Las zapatillas rojas” (Pinkola, 2004,Pág.347).
Las conversaciones estuvieron dirigidas a visibilizar la importancia de
no perderse a sí mismas, es decir, no extraviarse tras los espejismos
que ofrece la sociedad y la cultura, en este caso, el valor que damos al
dinero más allá de las personas. Debatimos colectivamente alrededor de
expresiones usadas por las niñas y jóvenes, como: “Cuando uno no puede
127
tener billete se traquetea”*. Por otra parte nos hicimos la pregunta en
relación con el riesgo que corremos las mujeres cuando nos desviamos
de nuestro ser, por dedicarnos a darle gusto a otros y otras.
La novela televisiva se convirtió en un dispositivo pedagógico. Cues-
tionarla, hacerle preguntas, construir y actuar personajes, escenificarla
en la propia vida, y desde allí confrontar sus decisiones y las conse-
cuencias de éstas, aportó saber y conocimiento a las niñas, y más allá
de eso, enriqueció su conciencia acerca de la explotación sexual, y las
implicaciones que esta situación tiene para su condición de mujeres.
La toma de conciencia pasó por reconocer el cuidado que deben tener
con sus cuerpos, e identificar claramente las situaciones de irrespeto y
violencia, en la cotidianidad del aula, la calle, o sus propios hogares. Es
importante señalar, que una producción televisiva como ésta, puede ser
un dispositivo más para reproducir la cultura patriarcal, pero también
es posible hacer de ella un dispositivo liberador.
“Pudimos profundizar con las niñas aquellos asuntos que les re-
suena y las atrapa en la novela. Esta tiene de todas formas cier-
tas verdades o advertencias para la prevención y su desarrollo.
Trascendimos un poco más las formas. Vimos cuáles son esas
preguntas y enseñanzas que como niñas les deja la novela”159.
Algunas de las niñas y jóvenes han iniciado su vida sexual, y en oca-
siones, no piensan en las condiciones mínimas del auto-cuidado. Por
ello, es un logro significativo cuando ellas expresan “Cuido mi cuerpo
porque me baño y no lo vendo y lo cuido y no lo maltrato”, “no me lo
dejo tocar, ni maltratar”
Como respuesta al problema de la explotación sexual, además del tra-
bajo educativo con las niñas y jóvenes, hemos realizado campañas para
promover el reconocimiento de situaciones concretas en las que las
mujeres son víctimas de la violencia. Para ello, hemos elaborado ma-
teriales didácticos de apoyo. En ellos, usando palabras muy sencillas,
mostramos las diferentes violencias que puede vivir una niña o joven.
El siguiente texto constituye un ejemplo:
* Traquetea de “volverse traqueto” palabra utilizada para designar a los narcotraficantes o a los que
venden la droga, asociándose además a otros delitos.
128
“Ten presente que se dice “ABUSO” sexual, porque la persona que
lo hace está en una condición de poder sobre ti; es decir todas
las personas adultas que hagan estas cosas: Te hace comentarios,
miradas y piropos morbosos. Te seduce y hace creer que está muy
interesado en ti, sabiendo las diferencias de edades. Te toca tu
cuerpo, te manosea con o sin ropa…”160
129
las adultas y había comentarios de lado y lado. También algunas
jóvenes aprendieron hasta lograr administrar, es decir realizar las
tareas necesarias para abrir el puesto, mercar, surtir y atender.
Había una intencionalidad pedagógica: el trabajo colectivo e in-
tergeneracional. Un tema de conversación en Verde Manzana era
como iban, que dificultades tenían, se organizaban las rotaciones
y el funcionamiento”161
Así el equipo del Área Mujer respondió al reto de dignificar el trabajo
que realizaban las jóvenes que participaban al interior del Programa
de Atención Integral a la Niñez Trabajadora, para su permanencia en el
aula.
“Que mejore sus condiciones laborales, es decir, no trabajo en la
calle, al sol y al agua, menos horas de trabajo, mejores ingresos y
mejor calidad de vida. ¿Cómo mantener escolarizada la población
como población infantil trabajadora y al mismo tiempo sacarla
del trabajo callejero? 162
Las expectativas de las jóvenes eran altas, pensaban que les genera-
ría los ingresos necesarios para ellas e incluso para sus familias, sin
embargo como propuesta productiva inserta en las reglas del mercado
no era viable económicamente, ello trajo como consecuencia la baja
cobertura y los bajos ingresos, lo cual generó algunas resistencias para
su participación y ausentismo.
“Aparece la concepción cultural que han desarrollado las niñas
frente al trabajo, en principio cuestionan que Verde Manzana, es
una propuesta para desvincularlas de sus actuales trabajos, ellas
argumentan que necesitan el dinero para auto-sostenerse, y apor-
tar a sus familias (la mayoría tienen obligación de llevar ingresos
a sus casas) con lo cual han logrado además ciertos niveles de
independencia y autoridad frente a sus familias y temían perderlos
de suspender el aporte” 163
132
el encuentro y saber quienes somos las que compartimos; esto es alta-
mente valorado por las niñas y las jóvenes.
“Conocer la opinión que tienen sus compañeras acerca de ellas,
según su propia evaluación se sintieron importantes para alguien,
tenidas en cuenta, nombradas, reconocidas y una sensación de
satisfacción cuando se reconocen sus valores, cualidades, actitu-
des, y aptitudes públicamente. Muchas de ellas manifestaron que
nunca antes tuvieron la posibilidad de escuchar y de expresar lo
que sentían y pensaban” 166
Las relaciones de las niñas y jóvenes trabajadoras se caracterizan por la alta
agresividad, lo cual se explica por los comportamientos que asumen para so-
brevivir en la calle; es una constante en el tiempo, así se leía en el año 2000:
“En general la población infanto-juvenil trabajadora presenta con-
ductas bastante particulares por su condición de trabajadores,
manejan alto ausentismo escolar, con dificultades significativas
para asimilar las mínimas normas de convivencia y cooperación
social, ello quizás como consecuencia de su tardía vinculación a la
escuela y de la elaboración que han hecho a partir de sus vivencias
callejeras con las distintas formas de autoridad”167
El encuentro entre niñas y jóvenes, ha significado la posibilidad de com-
partir sus vivencias como trabajadoras, ellas expresan sus realidades, sus
conflictos, sus enfrentamientos, sus amistades. Es frecuente que algunas
veces entre las jóvenes trabajadoras se replique la realidad vivida en los
barrios, se conforman grupos espontáneos como formas de auto-protec-
ción ante las posibles agresiones de las pares; en estos grupos se confiere
mayor protagonismo a una de las participantes a la que siguen ciegamente.
Se replican las lógicas de la guerra, en las que hay unidad de unos para
enfrentarse con otras. Uno de los casos más destacados se presentó con
las jóvenes de mayor edad, quienes ostentaban un importante liderazgo
ejercido desde lógicas patriarcales; se autonombraron “El Gran Chochal”
y se posicionaban violentamente ante sus compañeras.
“Una de ellas era cacique, las demás sus seguidoras, habían ritua-
les de entrada, solo permitían “una mascota”, es decir una niña
de Verde Manzana Primaria podía estar allí, esto significaba que
todas sentían ganas de estar porque era un privilegio. Maneja-
ban sus poderes con los chicos, tenían normas y sanciones entre
133
ellas, sí la líder mandaba “la ley del silencio para” a esta joven no
le hablaban o “la buscamos a la salida”, a una de las jóvenes no
la querían porque no hacía lo que ellas querían, se presentaban
peleas por los hombres, juzgaban a las mujeres por “grillas”* y no
a los chicos, todo esto se reflexionaba en Verde Manzana”168
“Es claro que al interior del grupo existen sub-grupos donde so-
bresale el que ellas mismas denominan el “Gran Chochal” confor-
mado en su totalidad por las de mayor edad. En él se detecta el
liderazgo de una de ellas, donde su opinión es muy determinante
e influye en el comportamiento de las demás, hecho tan evidente
en la evaluación realizada por ellas, una de las compañeras lo
manifestó de una manera clara y contundente. Esta situación
genera descontento y termina por opacar otras ideas y no permitir
la libre expresión de las demás participantes, además de crear
rechazo frente a algunas de las integrantes del grupo y división
del mismo”169
En el acompañamiento a las jóvenes des-estimulamos grupos como el
que se ha mencionado. En Verde Manzana primaban los acuerdos cons-
truidos colectivamente, sobre las reglas de este grupo y las facilitadoras
las hacían respetar.
“Llegue con una hojas, una de ellas, de este grupo repartió las
hojas y solo lo hizo a las que ella quiso, ¿por qué no le entregó
a las otras niñas?, estaban peleadas, yo le dije: recoja todas las
hojas que yo las entrego. Ella les repartió a todas.”170
Se trataba siempre de que sus relaciones no afectaran al grupo. En el
equipo de trabajo hacíamos los acuerdos y definíamos estrategias para
abordarlas, y de manera individual, motivar su reflexión. En grupo se
sentían fuertes, solas eran más flexibles. Les preguntábamos acerca de
su autonomía y de cómo podía obedecerse una ley del silencio contra
una amiga. Las cuestionábamos en lo individual. Internamente en el
“Gran Chochal” había muchos conflictos en sus relaciones. Luego de la
reflexión por un conflicto, reconocían el haber peleado por bobadas. Se
prendían velas, se tomaban de la mano y se las invitaba a pensar, qué les
dejaba, qué se llevaban. Organizábamos los espacios de manera diferente,
hacíamos abrazo-terapias, utilizábamos símbolos para representar la vida.
134
Tejíamos. Hicimos una ventana de la amistad (una hoja divida en cuatro)
donde se ponía en la escena de la amistad, a las jóvenes: Yo soy amiga, tie-
nes amigas que… la amistad se convirtió en uno de los temas a abordar.
La existencia de este grupo espontáneo, fue uno de los retos afrontados
pedagógicamente, gracias al cual avanzamos en la construcción del sentido
de la amistad entre mujeres, y del respeto entre todas, aunque no mediara
el quererse entre ellas; Al agotarse como propuesta, el “Gran Chochal”
se desintegró; esto pasó por el reconocimiento de la valía y de la estima
de cada una. En el tiempo, los encuentros de Verde Manzana se han ido
configurando en un espacio habilitado para la reflexión sobre la identidad
femenina, en el que las niñas y jóvenes puedan reconocer la importancia
de valorarse, y tejer así los hilos de confianza entre mujeres.
Las motivaciones metodológicas pretendían poner la pregunta en cada
una de ellas para hacer su viaje amoroso al interior: ¿Quién soy? ¿Qué me
gusta de mí? ¿Qué debo mejorar? ¿A que le temo? ¿Cuáles son mis sueños?
Son motivaciones para la autoconciencia de las mujeres jóvenes y posibi-
litarles otras formas de construirse en lo personal y en lo colectivo. Ellas
daban las respuestas y se disponían a estos ejercicios con interés.171
135
Aparecen los temas de lo humano, las jóvenes conversan sobre la muerte
y los grandes temores que les representa. Expresan sus preocupaciones
vitales; ante la conversación de la muerte aparece también la decepción
amorosa, la pérdida de su amigo que eligió ser sacerdote, y otras pérdi-
das y duelos cotidianos, que se convierten en pretextos para construir
nuevas confianzas y vencer su timidez al hablar en el grupo.
“Escuchamos sus creencias religiosas, los mitos que tienen frente
a la vida, la muerte, el amor, donde se siente una mentalidad tra-
dicional. Se les invita a que piensen en sus sueños, en los que son
realizables y en lo que implican, el cómo se pueden volver realidad,
que no esperen a que otras personas se los hagan, son ellas mismas.
Algunas, manifiestan tener dificultad para pensarse sus sueños y
para profundizar en estos aspectos tocados, se les convoca que sigan
regalándose estos momentos en que se miran hacia adentro” 172
Lugar de catarsis, de sanación, para expresarse y poder contar acerca
de sus relaciones conflictivas con sus madres y/o padres, de los maltra-
tos que las lastiman; escuchar sus dolores y alegrías, es posible por la
confianza que se va tejiendo en las participantes, de tanto repetir una
y otra vez, de tanto invocar el respeto de unas hacia otras, la valoración
del ser mujeres, de ellas y de las otras. Es así como de cultivar el trabajo
en equipo para lo productivo, se ha ido pasando a través del tiempo, a
una propuesta que promueva la amistad entre mujeres, o al menos haga
posible el respeto entre ellas, intencionando la sororidad.
Cuando las niñas y jóvenes se pusieron su nombre grupal de “Verde
Manzana”, simbolizaron mas allá de la propuesta productiva de venta
de frutas y verduras, un sentido profundo del encuentro entre mujeres
como amigas; en sus palabras significaba:
“Respeto, solidaridad, cariño, amor, participación, bondad, res-
ponsabilidad y amistad”.
“Para mí, es un círculo, porque lo poquito que hacemos, somos
muy unidas”.
“Con nubes, viento, porque es un espacio libre, donde opinas, te
diviertes y aprendes”.
“Una solución para ti mujer, porque Verde Manzana nos ayuda a
formarnos como mujeres, a respetarnos, valorarnos y apoyarnos
como mujeres”.
136
“Una persona con las manos abiertas, que significa “amigas por
siempre”.173
Una de las jóvenes nos muestra lo integral y complejo del proceso de
Verde Manzana.
¿Para ti que es Verde Manzana?: Es un proyecto en el cual las
mujeres aprendemos muchas cosas como: El respeto hacia uno
o otra persona, el compromiso conmigo y con las otras personas,
también para mí, lo que significa ser mujer que nunca lo había
pensado. A mejorar mi participación y escucha para no hacer
sentir mal a la que habló o está participando. También es como
una materia, se basa casi todas las otras, como lo de contabili-
dad básica, que es un mercado, un producto, y todo lo relacio-
nado con servicio al cliente, también algo de sexualidad. Mejor
dicho “todo”. Verde Manzana es un compromiso pero más que
eso es donde aprendemos y enseñamos, todo lo que nos propo-
nemos. También para orientarnos para más adelante en nuestro
estudio, trabajo, carreras etc.174
140
la tarea de desenmarañar tantos imaginarios, las niñas y jóvenes junto
con la facilitadora decidieron trenzar sus ideas, a partir del análisis de
contexto, y derrumbar el patriarcado que oprime el cuerpo femenino,
convirtiéndolo en un cuento de hadas hecho a su manera.
141
con necesidad de ser incluidas. Esta idea se cruza con la de la facilitadora
de soñar, jugar y volar: ¡hacer-se hadas!
Esta iniciativa recoge las ideas de cada una de las participantes. Ellas
mismas están proponiendo otras maneras de hacer los encuentros de
“Verde Manzana”, que habían alcanzado ya el calificativo de monóto-
nos. Se trataba de “crear un espacio propio”, dejar la sonoridad de este
nombre para convertirse en hadas; pero volverse hadas implica apren-
der cosas, como por ejemplo no gritarse, no maltratarse, les recuerda
la facilitadora como reto a este “cuento” que empieza a tener forma.
Pasar de niña trabajadora de la calle a ser Hada, se fue convirtíendo en
posibilidad para descodificar realidades sociales tangibles, para ellas y
para el equipo institucional. Es también la posibilidad de desmitificar
los cuentos tradicionales, los comercializados por Walt Disney, y esos
otros, construidos desde las mentiras de cada Estado y que nos han
vendido como sofismas de distracción de las realidades, para perpetuar
un orden y poder masculino imperante y…
“volver con las ancestrales brujas, magas, sabias, hadas que entre
mitos vivientes nos han dejado hasta hoy los vientos de los saberes
profundos de las mujeres y las pistas de todas esas pociones secretas
que cada una guarda; así encontramos el pre-texto: El cuento, la his-
toria que, me y nos pertenece y en ella me y nos hago-hacemos186
142
Pero para hacerse hadas fueron necesarias, aparte de las herramientas,
otras razones y vivencias que motivaran a las niñas a surgir como seres
sobrenaturales que escaparan de esta realidad para construir otra, y
convertirse en las redentoras de su propio dolor, recuperando el espíritu
animista de lo humano. Requirieron de las pócimas, la vara mágica, los
collares, el maquillaje, los aretes, las telas e hilos para tejer sus propios
vestidos y los zapatos, todo el atuendo que las ayudaría a ser distintas
a las demás.
Se hizo necesario también que ellas y la facilitadora enfrentaran duras
discusiones y llamados de atención para que no retuvieran las herramien-
tas de tejido, se resolvieran los gritos e insultos proferidos entre ellas
mismas, se distribuyeran equitativamente las chaquiras y reflexionaran
sobre los juicios de valor; con todas estas implicaciones continuaron ju-
gándosela y jugándonosla por crear seres que no han encontrado lugares,
por dejarse ser otras y hacer con otras. Cada encuentro se acompaña de
música, ellas la eligen, una veces con su volumen alto, otras no, porque
se precisa de un diálogo abierto a la exploración de esos imaginarios
culturales de ser otras mediante la fabricación de personajes alados, a
mantener la esperanza, a…
“recuperar, mantener y alimentar la memoria grupal, de cada una
en relación con, todo dentro de la construcción apuesta – pro-
puesta colectiva”.188
Pese a todo prevalece el deseo de deshacerse de los mandatos cultu-
rales, de los miedos, de sus vivencias en la calle y la casa y de manera
reiterada piden en los talleres un buen trato entre ellas mismas; pedido
que se instala desde la facilitadora, con la pregunta: ¿Por qué pelear si
todas somos mujeres que hemos vivido cosas iguales? Pero el deseo de
ser diferentes va tomando fuerza entre cada hada imaginada, cada acto
y cada encuentro, en la redención y resignificación de los imaginarios
culturales, como almitas que van viviendo y sintiendo el rigor de la vida,
o tal vez resistiendo en su propia vivencia.
Para transformarse necesitan primero que se vean a sí mismas, lo que
sienten y quieren para ellas; explorar sus realidades por la vía de la imagi-
nación, pues las imágenes les permitirán recordar situaciones y tempora-
lizarlas para que no olviden lo que están construyendo. Cuando las niñas
143
deciden ser otras, lo hacen también como una manera de protegerse del
medio y dejar aparecer lo que desean para ellas; los comentarios de sus
pares, las obligan a buscar condiciones en las que logren la comprensión
o el gusto de ser ellas. El juego que se instala como propio, les ayuda a
sacar fuera de sí, a reconocerse fuera de sí, en cada uno de los momentos
en los que se enfrentan a exponer-se para ellas mismas y para las otras.
Es posible que desde la fuerza del grupo ubiquen lugares más seguros,
más cómodos, de menos riesgo, menos aburrido; el poder imaginario de
sus magias tiene el antídoto a sus amargas vivencias.
“Para ello, entonces se propuso e implementaron iniciativas que
pudieran irse alimentando y creciendo como seres vivientes en
reflejo de la construcción colectiva: al inicio se dispuso de “la caja
de las locas”, donde todas pegaron sus nombres y la decoraron; “el
libro de las hadas”, donde ellas mismas han dejado sus registros
de producciones hechas y “el mundo de las hadas”, lo cual fue
un ejercicio de materializar las casas de cada una y en su mundo,
según lo que querían imaginaban, además claro está “los vestidos
de las hadas”, que cobró un valor especial, en tanto el atuendarse
traspasa la ilusión del vestir, para convertirlo en un acto funda-
cional, materialización del querer ser sobre el cuerpo”189
El dispositivo del disfraz genera reflexiones acerca de la manera de in-
cluirse dentro de una sociedad que las excluye (recordemos que por esos
días se daba comienzo a expo-moda). Es una alternativa para repensar
los elementos de nuestra cultura y hacer contra-cultura; resignificar el
mundo, todo ello conjugado en un compartir: encontrar en sus propios
cuerpos un sentido de sí, dado desde ellas y no desde lo que la sociedad
les impone. ¡Atuendarse, apropiarse de sí! Así se tejió la pertenencia y se
entretejieron las identidades con la fuerza de cada encuentro, la partici-
pación, la palabra como elemento que vincula el deseo y la resistencia,
las exploraciones mágicas de cada Hada, y en cada caso, partir de sus
subjetividades femeninas
148
Fotografías del proceso con Hadas/ Andrea Juliana Correa Gónzález
151
vulneración permanente a sus derechos ellas se dejan también tocar por
las alternativas, esas ideas “locas” (no violentas, por ejemplo) que otros
y otras les cuentan tras la invitación constante a imaginar sus cosas, a
configurar su “Habitación Propia”, de tal manera que desde estas otras
realidades, simbólicas y afectivas, se pueda volver a las concretas, al pan
diario de las violencias, con otros ojos, vientos y aleteos.
Con las niñas abordamos las relaciones de amistad entre ellas y ellos, el
respeto hacia niños o niñas que tienen su opción por la homosexualidad;
con las jóvenes reconocemos el ejercicio de su sexualidad, tratamos
de que conozcan y tengan acceso a los métodos anticonceptivos. Pro-
movemos el conocimiento del condón, uno de nuestros regalos en las
campañas; que los conozcan, los manipulen, jueguen y los inflen como
bombas, para que se vuelva un elemento cotidiano, no mítico, ni tabú.
En esta práctica se observa la importancia de la conversación y de pro-
mover la aparición de preguntas grupales y personales, y siempre ínti-
mas-políticas. ¿Otra vez? Reniegan, “profe es que usted habla mucho”,
cuando se dice de nuevo que el miedo es una de las sensaciones que nos
paraliza, posibilitando que las violencias se mantengan, pero además
que el mismo puede ser una fuerza de cambio, una fuerza que es preciso
mantener pues nos advierte cuando estamos en riesgo de ser violenta-
das. ¿Cómo entonces posibilitar en nosotras y con ellas, ese transitar del
miedo silenciado y que amarra las fibras del alma-cuerpo, para concebir
el miedo que empodera y promueve la acción efectiva?
Otro tema importante en esto de las apuestas metodológicas, se concen-
tra en el relacionamiento entre subjetividades diferentes y diferenciables.
Aquí también se encuentran resistencias. Cuando se les insiste que la otra,
semejante, es diferente y por tanto los “des-encuentros” hay que mediarlos
con la palabra, la escucha, el respeto, la comprensión… ellas responden:
“si, ¡dialogando!”, ya saben; ¿Qué saber está allí? ¿Cómo nos aferramos
a esta pequeña conciencia que se instala en la repetición, algunas veces
automática, para generar reflexiones y transformaciones minuciosas por
donde cada una descubra y re-cree otras formas de encuentro? y las más
de las veces nos parece que no es suficiente. Indiscutiblemente la repeti-
ción tiene un valor pedagógico, pero no aquella que automatiza, sino la
que se hace resonancia, eco constante en la conciencia.
152
“Se hace necesario, tratar de entender la dinámica de las relacio-
nes que van construyendo, reconocer algunas de estas caracte-
rísticas, expresada en la conflictividad que por momentos viven
y que se define en sus formas de relacionarse… en muchas de
estas se gritan, es fuerte, con palabras que insultan, hieren, callan,
es en muchas ocasiones impositiva, manipuladora, salvadora,
victimaría, victimizada, resulta en otros momentos que las pala-
bras muestran la ambivalencia de las chicas: son amorosas entre
ellas, y al instante pueden estar insultándose. Son palabras que se
acompañan de risas por las cosas que no les parece, o que le son
extrañas o por las cosas que en apariencia no tienen sentido, ridi-
culizan… compiten… por las malas… de malas… desafiantes…
contadoras de las historias que se tejen entre ellas… groseras…
irreverentes…otras afectivas… conciliadoras, exigentes en malos
términos de respeto, de autoridad ó de medidas coercitivas por
parte de las facilitadoras”195
De otro lado, el ingreso de un niño al grupo de las Hadas planteó inte-
resantes inquietudes a las niñas y a las facilitadoras. Rafael es un niño
que desde el año 2005 ha querido participar en las Hadas y su interés
y cercanía lo ha incluido en el proceso. Aunque se ha aclarado que el
grupo es solo para las niñas, él hace su petición verbal para el ingreso;
se dispone, entonces, la posibilidad de que las Hadas puedan conversar
y decidir sobre la solicitud. Allí las niñas dicen que sí se vincule formal-
mente, agregando, además:
“Si nosotras hubiéramos conversado antes del asunto, ya ha-
bríamos decidido que permanezca, aunque tengamos conciencia
de ser este un espacio solo para mujeres”196
De acuerdo con lo conversado con R, su vínculo se dio en el año 2006: él era
el diseñador; hacía los dibujos de muñecas y los trajes para estas, práctica
que el niño venía haciendo desde su ingreso a Combos, pese a las continuas
peleas con su padre, quien aducía que esta “no es tarea de varones”. Las
niñas, conociendo esta habilidad lo invitan a participar e hicieron formal-
mente la petición a la facilitadora. El se sentía bien o “normal” en el grupo,
porque la mayoría de sus integrantes eran también sus amigas.
“El cuento de las hadas” le gustaba mucho, porque le daba la posibilidad
no solo de dibujar, sino también de estar con sus amigas; este espacio
153
le proporcionaba tranquilidad, seguridad e identidad. Reconoce que
había una magia que le impresionaba y era como ellas “luchaban por los
derechos de ellas”; nunca se sintió mal tratado por ninguna de ellas, pero
si por los demás compañeros y compañeras de la institución, dado que
este espacio se caracterizaba por ser solo para mujeres. Recuerda con
entusiasmo cuando hicieron las casas para las hadas, usando plastilina,
y cuando se prepararon para hacer una coreografía y ellas bailaron. A él
también le hubiera gustado estar en esa coreografía bailando.
“Si yo hubiera sido un hado, hubiera sido el hado duende y me
hubiera vestido de verde”.197
También recuerda con especial alegría cuando salió favorecido en la rifa
de un bolso que todavía es usado por su madre; por esa época las niñas
afirmaron que “mejor se lo había ganado él y no ninguna de ellas, pues
se hubieran puesto a pelear”198. La cultura patriarcal nos ha enseñado a
competir ferozmente entre nosotras. Nos ha enseñado a desangrarnos
entre nosotras por la supervivencia, así el botín del triunfo sea una sim-
ple bagatela. Por eso, en ocasiones, nos hacemos a un lado dócilmente
para evitar una lucha sorora. Nos alegramos por no tener que pagar las
consecuencias de competir entre nosotras. A la luz del testimonio de R
puede señalarse que aunque el ingreso del niño estuvo quizás marcado
por su vínculo previo con ellas y por poseer un saber que estaba dis-
puesto a compartir y era útil para el grupo, en esta situación se puso en
evidencia la fuerza y la capacidad de las niñas de “conversar y decidir”,
y su potencial para acoger la diferencia y lo diferente.
En síntesis, la magia también ocurrió cuando fuimos corroborando una
inquietud institucional, respecto a las metodologías convencionales y
logo céntricas; la práctica con las hadas nos permitió constatar el amplio
rango de posibilidades que hay en la expresividad humana, nos mostró
que el discurso como dispositivo pedagógico tiene límites definidos,
que las niñas y jóvenes tienen una sabia interna que sabe que lo que
decimos y prescribimos como el deber ser, no siempre sucede, que a la
vuelta de la esquina las acecha lo que es, y se defienden con la fiereza
de una loba que actúa por instinto. Por eso, las niñas y jóvenes pedían
metodologías diferentes, metodologías que convocaran su sonrisa y su
esperanza. Ellas saben lo que hay que hacer, y de eso, reconocen lo que
154
se puede hacer. Necesitaban metodologías que les abrieran nuevos recur-
sos para curar las heridas de su subjetividad, dispositivos para caminar
hacia ellas mismas. Esta es la importancia de recuperar la dimensión
estética en el trabajo pedagógico, no sólo para la construcción de arte, de
objetos, de materiales didácticos, sino, y ante todo porque la estética es
la dimensión humana de la creación. Es por nuestra experiencia estética
que podemos crearnos a nosotras mismas, esculpirnos, darnos forma,
decidir los claroscuros de nuestra forma de aparecer en el mundo. La
estética nos posibilita crear y crearnos, en un interjuego constante de
imágenes sobre el mundo y acerca de nuestras propias subjetividades.
La práctica con las Hadas, nos interpeló nuestra manera de entender
la imaginación, no como fantasía por medio de la cual nos evadimos
de la realidad, sino como una verdadera herramienta para reconfigurar
las imágenes del mundo y nuestras posibilidades de ser, estar y actuar
en él. Así, la estética aparece como campo emergente de dispositivos
pedagógicos para trabajar la subjetividad: el cuento, el disfraz, el dibujo,
la escultura, entre otros, constituyen mediaciones para explorar la mis-
midad, y entender la vida como una obra en la que somos artesanos y
artesanas principales. Una de las apuestas fundamentales acerca de la
dignidad, es no dejar que nos arrebaten el papel de ser protagonistas.
En este sentido, la experiencia con las hadas ha sido propicia para re-
valorizar en el equipo el valor de la intuición. La planeación, en los
currículos logocéntricos ha estado muy focalizada en los contenidos.
¿Cuál tema trabajaremos hoy? Aprendimos que muchas veces nuestra
tarea no consiste en prefigurar lo que hablaremos con las niñas y las
jóvenes, sino en saber acompañar lo que en su propia vida requiere
apalabrarse y comprenderse. El miedo, la rabia, la resistencia, no fueron
temas planeados, de ellos se habló cuando las Hadas tuvieron miedo,
rabia y se resistieron. Ni siquiera ellas lo propusieron, nadie lo propuso.
Aprendimos que solamente hay que saber escuchar. ¡Y cuesta tanto!
160
Con la apropiación que ellas tenían, la motivación y el reconocimiento
de los sentimientos que enferman a las mujeres, las niñas dispusieron
sus gotas de miel, que fueron depositando en la boca de cada una de
las asistentes que querían ser vacunadas. Previo a este encuentro las
niñas junto con la facilitadora, planearon las responsabilidades, por
comisiones, así:
Fotografía Centro Lúdico Creativo 2004/ Sandra Muri y Flor Alba Moreno
164
busca poner en el plano de la equidad el develamiento de lo íntimo,
abrió la discusión acerca de las diferencias del trato del papa y la mama
con ellas y con los varones de la casa. Las jóvenes dieron cuenta de lo
inequitativo del trato en cuanto a las tareas que asumen en el hogar,
la independencia y libertad diferencial: “los hombres son privilegiados
por las madres”.
“Sin embargo los demás hacían todo lo posible por hostigar de
mil maneras al patito feo. Se le echaban encima volando, lo mor-
dían, lo picoteaban, le silbaban y le gritaban. Conforme pasaba
el tiempo, el tormento era cada vez peor. El patito feo… era la
criatura mas desdichada que jamás hubiera existido en este mun-
do” (Pinkola, 274)
Nos reconocimos “patitas feas” en nuestras vivencias familiares; se pro-
puso un ejercicio de simulación mediante la expresión corporal. Con
apoyo de una pieza musical, jugaron a inventar formas de caminar, que
se salieran de los parámetros de lo bello. Cada una hacía un movimien-
to, y las otras lo repetían como si fueran un espejo. Este ejercicio les
significó un gran esfuerzo, porque implicaba luchar con sus resistencias
a verse o ser vistas como mujeres feas. La imitación de sus compañeras
aumentaba la dificultad.
“Así pues lo presentó a las demás criaturas de la granja, pero,
antes de que pudiera darse cuenta, otro pato cruzó como una ex-
halación el patio y picoteó al patito feo directamente en el cuello.
¡Detente! Gritó la mamá pata. Pero el matón replicó: es tan feo y
tan raro que necesita que lo intimiden un poco” (Pinkola, 274)
Ser rechazadas como patitas feas, es la peor pesadilla para algunas niñas
y jóvenes; sin embargo, ven feos sus cuerpos por los “gordos”; creen que
es su forma de vestir la que provoca las agresiones que reciben, que no
son amadas, ni resultan atractivas para los hombres. Le dan importan-
cia a la apariencia, se sienten inseguras y sienten miedo a la exclusión,
a la burla, a la estigmatización. Se atribuyen a sí mismas todo aquello
que les pasa, y no como resultado de una cultura patriarcal a la que le
interesa mantener a la mujer ocupada en su apariencia, alejada de sí
mismas. Al parecer, así como se juzgan duramente a sí mismas, juzgan
a las mujeres que las rodean, agrediéndolas física y verbalmente. Ellas
pueden ser el “pato matón” que picotea a sus amigas por ser “patitas
165
feas”. Entonces se empeñan en seguir los modelos y las modas propues-
tas por el consumismo y el capitalismo; su situación se complejiza por
su condición de empobrecimiento económico, que les resta capacidad
adquisitiva, lo que a su vez crea frustración e insatisfacción respecto a
ellas mismas. Cuando se les propuso que se miraran en el espejo de
sus compañeras con gestos que hacen cada día con su cuerpo, algunas
repetían el maquillarse, hacerse bellas, peinándose; ninguna se repre-
sentó estudiando, caminando hacia la escuela o comiendo.
Cuando moldearon con arcilla el cuerpo, prefirieron representarlo como
lo quieren, supeditadas al imperativo de belleza que dicta la cultura
patriarcal y el mercado. Muchas se simbolizaron con corazones y flores;
fue difícil movilizarlas hacia una conciencia de su cuerpo real. Las mu-
jeres moldeadas resultaron ajustadas al modelo social que los medios
presentan En la siguiente foto, observamos la realidad de las niñas y
jóvenes en nuestro medio, moldeando su cuerpo entre noticias de gue-
rras y pobreza.209
169
-Ser mujer es algo que Dios nos dio, es algo maravilloso que
da alivio a la naturaleza todas las mujeres debemos hacernos
respetar de las demás como mujeres y como personas.
María Alejandra.
Ser mujer es como algo que tú no puedes rechazar es un regalo
que nos dio Dios yo creo que ser mujer es mejor que ser hombre
pues una mujer tiene más cosas por delante. Lizeth.
172
Decisiones Íntimas, al Juego de las Vueltas de Carnero.
¡Ah! ¡La que nosotras conocemos como vueltas canelas! ¿Te acuerdas?
esas que juegas en la escuela con la profe, estábamos muy cómodas en
las colchonetas, conversábamos y reíamos mientras las otras llegaban.
Para profundizar en la sabia interior, quisimos reflexionar sobre las deci-
siones, por ¿cual camino seguir? A la izquierda o a la derecha, mientras
acariciábamos nuestra muñeca, nuestra intuición que nos protegía. Y
luego, en el proceso llegó el cuento de Blunquimelfa”*
“En un lugar del universo había un planeta de los mamelfos y las
mamelfas. Las mamelfos y las mamelfas eran uno seres que ni
ellos mismos sabían cómo eran, porque desde que nacían todas
las cosas se les iban quedando pegadas. La ropa que le iba que-
dando chica y ya no podían seguir usando se les iba quedando
pegada. El cepillo de dientes que se gastaban y dejaba de servir
se les quedaba pegado. Los cuadernos que ya no tenían ni una
hoja en blanco donde escribir algo nuevo se les quedaba pegados.
Los huesos del guiso de gliptosaurios que comían el almuerzo se
les quedaban pegados. Los juguetes que se rompían”
Les proponemos a las niñas y a las jóvenes, despojarse de cosas que
traen pegadas: ¿Qué traes pegado? ¿Qué se nos queda pegado en la
mente o el corazón?
“Compartían que las cosas que se les quedaba pegadas eran la ropa,
las enfermedades y bueno después de nombrar varias cosas, se les
invita a compartir las cosas que de pronto se les quedaba pegadas en
algunas partes del cuerpo, o en la mente o el corazón. A. nombra que
en la boca se le quedan pegado los besitos que se da con el novio…
en el cuerpo, los abrazos…Las niñas hablan de las relaciones con
sus novios” La facilitadora amplia la reflexión: ¿Que se les queda
pegado en otra clase de relaciones? Las niñas mencionan cuando
la madre les dice cosas con las que no se sienten bien, por ejemplo
“que no sirven para nada, que les duele el corazón”215
Las invitamos a reflexionar porque a las mujeres se nos dicen muchas
cosas en la casa, en la televisión, en todas partes… entonces debemos
*. Blunquimelfa. Cuento encontrado en el archivo del Área Mujer, smd. Se desconoce su autor o autora;
aunque no pertenece a la colección de cuentos de C. Pinkola, consideramos que era un recurso útil
para el trabajo con las niñas.
173
saber que no tenemos que cargar con todo lo que se nos dice; surge la
conexión con la sabia interior para saber qué vale la pena dejar pegado
al cuerpo216
“A Blunquimelfa las vueltas carnero le encantaban. Eran lo que
más les gustaba hacer. Un día empezó a dar vueltas carnero sin
parar. Con los ojos cerrados para no marearse, las iba contando
y se decía: voy a batir mi propio record de vueltas carnero. Y
seguía dando vueltas y contando. Al principio se chocaba con
muchas cosas todo el tiempo. Con cosas que estaban pegadas
sobre cosas que estaban pegadas sobre algún mamelfo o alguna
mamelfa. Pero después de la vuelta carnero número 58.939 ya no
se chocaba con nada. Y tampoco seguía contando. Seguía dando
vueltas y vueltas pero ya no pensaba nada. Y en eso, justo cuando
más pensaba en nada tanto que ni se daba cuenta de que pen-
saba en nada, se le filtró una ráfaga de color por la puerta de los
parpados. Y al ratito no más, se filtró otra y después otra. Cientos,
miles, millones de ráfagas de color se estallaban en el mismísimo
umbral de los parpados”
Damos vuelta carnero, con las niñas y las jóvenes, para conectarnos con
la sabia interior; pedagógicamente la sabia interior se va convirtiendo en
un dispositivo para expandir la subjetividad por el camino de la libertad,
lo cual es esencial en la vivencia de los derechos sexuales y reproduc-
tivos. Cada mujer define qué quiere vivir, con una visión crítica, frente
a lo dado por la cultura. Por ello nuestra propuesta pedagógica es una
apuesta para la liberación de las “cargas” culturales.
“Hasta que uno tras otro, todas las mamelfas y todos los mamelfos
del planeta se pusieron a dar vueltas carnero…para las mamelfas
y los mamelfos el ruido de las cosas que se iban despegando, era
la música mas maravillosa del mundo… Y desde entonces en
algún lugar del universo, hubo un planeta donde los habitantes
andaban tan livianos y tan libres de cosas que desde todas par-
tes llegaban naves con seres que iban a tratar de contagiarse un
poco del fulgor”
Las invitamos entonces a realizar un viaje al interior, para reconocernos
individualmente, y compartir con las compañeras, esa que soy transpa-
rente, liviana y libre: Quién soy yo, lo que me gusta de mí, mis sueños,
174
mis temores y lo que debo mejorar.217 Seguían trabajando en la escucha
a su sabia interior.
“Llama la atención, la demanda de las chicas a que conversára-
mos otra vez con la sabia, independientemente de que fuera por
la relajación, lo importante es que les gustó la actividad y les
dejó algo, Viviana, cuando íbamos a leer el cuento, dijo que le
gustaría que leyéramos juntas nuevamente Vasalisa la sabia, la
de la muñequita, como lo nombra ella”218
*. Vídeo argumental realizado por Esperanza Cadavid, sobre la situación de Alba Lucia Rodríguez Car-
dona en su proceso de condena, 2000
184
y demás instrumentos y productos para el cuidado de la vida. En este
contexto, se le propone al grupo un ejercicio de discernimiento acerca
de la influencia que tienen los medios de comunicación en la vida de
las mujeres, los roles sociales que deben desempeñar; esta información
se cruza con lo que quieren ser y la importancia que tiene para ellas la
producción de un audiovisual.
Teniendo en cuenta que las mujeres, particularmente de sectores em-
pobrecidos, dedican largas horas a la televisión, especialmente a las
telenovelas, dado que tienen pocas posibilidades de entretenimiento,
se analizan los programas vistos, la franja horaria y sus contenidos: “El
cuerpo del deseo.” “Decisiones”. “La ex.” “Los reyes.” “Juegos prohibidos.”
“Tormenta” y “Día a día.” 223
En este ejercicio de analizar los contenidos de los programas, encontra-
mos que las mujeres identifican la manipulación, la inocencia, el engaño,
la mentira, la corrupción, el rencor, el abuso del poder, la envidia, la
soberbia, la humillación, la discriminación. Reconocen que se muestra
la violación a los derechos pero no las soluciones, aunque existan de-
nuncias en los noticieros y en la televisión. En los comerciales en los
que hay mujeres, observan que se les exige más a ellas que al producto
anunciado. Igualmente, son capaces de analizar en grupos el parecido
con la vida real, descubren la verdad escondida en cada trama, los ries-
gos de violación que niños y niñas pueden vivir cuando se dejan con
desconocidos, la rivalidad entre mujeres.
Narran el goce ajeno con mucha emoción y fuerza, situación que evi-
dencia lo que ellas en su más profundo deseo, quieren para sí mismas.
Tienen la capacidad de distanciarse de la telenovela mediante la con-
frontación con su propia vida, por la ilusión de las soluciones rápidas
que nunca se dan en la cotidianidad. No obstante, su proceso de sub-
jetivación es lento.
“La Ex: es como en la vida real. Porque le pasó a una mujer que
le vulneraron los derechos. El marido le pasó todo lo suyo a la
otra y dejó sin nada a la mujer.” 224
Lo que pasa en las telenovelas es “idéntico” a la realidad, en tanto ellas
relacionan sus historias de vida y la de mujeres cercanas:
185
“La T.V. nos vende y nosotras compramos. Compramos las cosas
para tener la silueta- La TV nos vende imágenes, productos.”
“Estamos viviendo un mundo de pura fantasía, todo es una bur-
la, un mercadeo.” “Más que todo para los hombres, uno lucha es
por ellos.” “Cada día sale un modelo de ser mujer.”225
Son reflexiones que se han propiciado en los talleres y que ellas mismas
concluyen, pero, aunque reconocen las temáticas abordadas, les cuesta
tomar distancia de esas representaciones. El reto continúa porque la rea-
lidad, aunque tenga similitudes con los programas de radio y televisión,
es más fácil abordar lo ajeno, no lo que implique una decisión personal,
un dolor o una renuncia. Desinstalarse de lo que resulta “cómodo,” es en
muchas ocasiones, difícil, porque implica volver a construir un entorno
que sea consecuente y acorde con un deseo que resulta del proceso de
autoconciencia. Les planteamos recuperar las historias, invitándolas a
que en sus casas escriban y dibujen un fragmento de ésta, cómo han
vivido el amor, la maternidad, el cuidado del cuerpo, qué mujeres han
sido importantes en sus vidas, qué les gustaría denunciar o reivindicar
de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos.226
No es suficiente nombrarlo, saberlo, discernir lúdicamente para que la
realidad sea transformada, se requieren otros elementos que refuercen
su autoestima, su auto eficacia. Tienen el reto de hacer el montaje de
su propia película, para que estas escenas puedan atravesar el umbral
de la conciencia que son capaces de expresar, pero que finalmente se
distancia en sus cotidianidades. Se hizo necesario provocar espacios de
imagen-ería para comunicarnos de manera alternativa, donde las mujeres
pudieran librarse del cautiverio de su propia soledad. Es posible que esta
práctica se haya acercado a un cambio en los conceptos que las mujeres
tienen sobre su ser, pero la fuerza de la repetición y de la imagen afecta
las subjetividades femeninas. La palabra se ha vuelto imagen y para
llegar allí, vencen el miedo de hablar de su intimidad, y cuando se ven
representadas en el tejido colectivo de sus historias, entienden mejor
esa realidad. Así se desarrolla el ciclo: ver, discernir, actuar.
En el marco de la formación en derechos sexuales y derechos reproducti-
vos se aborda la despenalización del aborto, las mujeres evidencian poca
comprensión legal de la sentencia de la corte constitucional, además, la
influencia de la cultura religiosa, las lleva a condenar duramente a las
186
que se han atrevido a interrumpir una gestación, a las librepensadoras, a
quienes lo defienden como un derecho a decidir por su salud y su cuerpo.
Entonces, lo que recuperan para sí, colectivamente en otras actividades,
pareciera que se desdibuja. La mayoría de las mujeres, tanto jóvenes
como adultas, repudian el aborto, se diluyen las diferencias intergene-
racionales y se reconfiguran sus puntos de encuentro.
“Pienso que la mujer que no quiera tener más familia es mejor que
se haga operar para que no quede embarazada para después
abortar o dejar los hijos botados en la calle”. “Los niños no tienen
la culpa de lo que hacen sus madres y tienen derecho a vivir, por
favor piensen antes de actuar y no seamos injustos. Si no quieren
hijos cuídense.” “No porque las mujeres tenemos una cuna para
bebés en nuestro vientre.” “Yo pienso que no es justo que le quiten
la vida a un ser humano. Para que se ponen a tener relaciones si
no se cuidan.” “Porque se ponen de alborotadas. Perras”227
En la medida en que se fue avanzando significativamente en los talleres,
ellas pudieron concluir:
“Aunque hemos avanzado, las autoridades no avalan nuestros
derechos, en la comisaría de familia no hacen nada por los
derechos, se siguen cometiendo los mismos atropellos. Ejemplo:
el interrogatorio a las mujeres que denuncian violación o que
desistieron de denunciar a los agresores”228
Las mujeres recuerdan y recrean su historia, con la de otras, en cualquier
edad y en cualquier lugar, la de los años 50, la del 89, la del 2000. Cuando
se escuchan, surge la compasión colectiva, la ira y la indignación que se
vuelve fuerza para narrar en el audiovisual. Voces que denuncian y anuncian
los peligros. Después de esta descarga de emociones contenidas, se vuelve
a recuperar el aliento y la palabra nace a través de ejercicios corporales, en
parejas, manifestando la rabia y la alegría. Combinamos la palabra con el
movimiento, para que en una danza se exorcice todo el horror vivido.
“Las mujeres reaccionamos con rabia cuando sentimos que hay
agresión verbal o física.” “Nosotras permitimos que hagan con
nosotras lo que les dé la gana.”229
La narración colectiva, propicia comentarios espontáneos, relacionados
con exclusiones, rabias, violencias, vivencias como madres y jóvenes, sus
187
barrios, los trabajos en la casa y en la calle, la amistad, a simple vista no
tienen conexión, pero van encontrando su punto de llegada:
“Es necesario, no solo contar historias, sino construir alterna-
tivas para aportar a los cambios. Protestar en grupos. Conocer
conductos para denunciar a los funcionarios que irrespetan o no
atienden los derechos de las mujeres.”230
Algunas plantean alternativas privadas, como “poner límites”, la denun-
cia aparece con timidez, por temor a nuevas ofensivas o a perder incluso
a sus hijos e hijas. Muy pocas, han logrado establecer el límite concreto
desde el ámbito jurídico.
“No se cumplen las leyes en todo el mundo, los culpables son el
gobierno, la iglesia, ellos nos tienen así. A estas entidades hay
que dirigir el vídeo. La pregunta es cómo movernos del lugar en
el que estamos, las mujeres nos acomodamos en el lugar que
menos nos duele.”
“Tengo preocupación porque en este tiempo todavía seguimos
con la misma violencia, aunque se habla de la denuncia, no
denunciamos, nosotras no ponemos límites.”
“Siento violencia porque mis padres contaban eso mismo de la
violación, mi hija estuvo de candidata para ser violada por un
“duro” de una banda, que se llevaba a las jóvenes que le gusta-
ban para rumbas en las Palmas, esto lo hacía a través de ami-
gas que las invitaban” 231
Aunque se evocan dolores viejos y nuevos, y las lágrimas no dejan salir
las palabras algunas incitan a las otras: “cuente, cuente y verá que se
siente mejor.” Después del dolor expresado, se identifican propuestas
de dignidad y quieren orientar el vídeo hacia los responsables, especial-
mente a la iglesia y al gobierno y que sea ampliamente difundido.
Como símbolo de fortalecimiento hacen un círculo, se plantea una pala-
bra relacionada con los derechos sexuales y los derechos reproductivos,
a partir de allí, cada una hace con su cuerpo una fotografía de lo que
significa, se frotan las manos, se transmiten la energía y la van pasando,
expresan lo que les ha generado el proceso. Para D. mujer joven, negra,
sus ojos expresan la rabia cuando relaciona la narración de dolor de sus
188
compañeras con su historia de acoso y abuso sexual. La ha guardado,
por temor, porque no le van a creer o porque le van a decir que es ella
la responsable. Su rabia se convierte en propuesta de trabajo desde la
composición de canciones de rap, donde denuncia la situación y exalta
a las mujeres. En la evaluación aparece su voz:
“Me gustó la historia de los años 50, recuerdo mi niñez, recuerdo
a alguien que me manoseo, se masturbaba delante de mí. Me da
rabia ver al “man” ahora y es uno de los “duros” de los “paras”
en Urabá. Yo nunca se lo conté a nadie, esta historia me recordó
lo que viví con él. Lo desprecio”232
El texto de una de sus canciones dice:
“…Como haremos pa’ luchar
con todas esas mujeres jóvenes
que sus derechos no hacen respetar
sobre todo los que tienen que ver con la sexualidad
y que en su cuerpo quieran mandar.
Pueda mandar…
Eso que en nuestro cuerpo
Los quieran mandar
Ya sea la iglesia o su papá
Y que su novio se lo quiera administrar
Te lo quiera administrar…
Día, día hay que ir acabando ya
Para eso algún día acabar
De nuestros derechos sexuales y reproductivos
Nos tenemos que informar
Para de todo el mundo hacerlos conocer y respetar…”233
Doña Irene, mujer de 68 años, que ha trabajado duramente para tener
una buena relación familiar, opina que:
“El degeneramiento de los hombres ha sido toda una vida.
Recuerdo que en estos días había un hombre por la casa a altas
horas de la noche que gritaba al lado de mi casa: “doña Irene
salga que tengo ganas de vieja”, ya ni las viejas nos salvamos
de lo que nos puedan hacer. Creemos que la edad nos puede
librar de los abusos sexuales y no es así.”234
Ante la pregunta de ¿Cómo empezarían el vídeo?:
189
“Un tema podría ser la despenalización del aborto –para orientar
al público porque hablan barbaridades-.Ponerle música movida.
Hacer un vídeo en tres fases.”
“Otro tema que se propone es acerca del maltrato a las mujeres.
Lo iniciaría con un hombre que maltrata y uno se deja, terminaría
con la muerte de la mujer, porque no fue capaz de denunciar”
“Otro tema: hacer protesta por los derechos de las mujeres
–no pudo reclamar salario y subsidio del esposo que estaba
viajando, le exigían certificado notarial-Denunciar, dejar el mie-
do a denunciar el abuso, el acoso sexual, las invitaciones,
las vulgaridades”235
Las mujeres estaban ansiosas de poner a conversar a los personajes,
elegir la historia que las representaría. Esto implicó discutirlo en grupo
y establecer acuerdos de trabajo.
A partir de la intención de abordar las prácticas de autocuidado, se les
plantea la pregunta por las maneras cómo cuidan su cuerpo:
“Yo cuido mi cuerpo aseándolo.” “Haciéndome revisar cada mes
del médico y mi salud, protegiéndome de las demás personas
y de mi misma.” “Haciendo deporte, cuidándolo en todo los
relacionado con la salud, citologías, etc.” “Periódicamente voy
al médico, hago ejercicio y me cuido en las comidas.” “Estando
limpia a toda hora, caminando y cuidándome con la alimenta-
ción y no permitiendo que me maltraten.”
“Yo cuido mi cuerpo haciendo deporte, comiendo frutas, no fu-
mando cigarrillo y con el aseo personal.”236
En sus respuestas puede evidenciarse como sus prácticas de auto cuida-
do están básicamente referidas al cuidado físico que deben procurarle
al cuerpo, aunque algunas dejan ver que tienen conciencia del derecho
a la salud, es así como durante la preparación de las historias previas a
la definitiva, que se llevaría a escena, estuvo incorporada la denuncia.
“Yo denuncie a mi compañero en la comisaría de familia, por
maltrato, quien me pegó patadas y me dañó las rodillas, no lo
puedo dejar porque él es quien responde económicamente por
mí y los niños. A partir de esta denuncia, en la comisaría le ha-
cen firmar un compromiso de buen trato, lo que ha llevado a que
él sea menos violento con nosotros, ¡por ahora está calmado.”237
190
En esta práctica compartimos diferentes dispositivos, como: el baile, la escri-
tura, la música, la oralidad, el auto masaje, las preguntas, los largos silencios
y la puesta en escena, para generar conciencia individual y colectiva.
Era necesario repasar las cicatrices del cuerpo para recordar cómo fue
“aquello” y luego, mediante la danza alegre y festiva exorcizar el dolor,
en señal de un cuerpo que sigue vivo y pensante.
Pasaron por los relatos hombres desconocidos, familiares, amigas pe-
leando por otro hombre, madres celosas de sus hijas, sobrinas abu-
sadas por sus tíos, violencia política. También salieron propuestas de
canciones en versión guasca donde se resaltan los ánimos que hay que
tener para enfrentar las situaciones duras de la vida, la composición de
rap, la poesía, donde se responsabiliza directamente a los hombres de
tanta barbarie.
Preguntas como: ¿Cómo es mi cuerpo?, ¿Cómo me relaciono con la otra,
las otras?, ¿Quién es la otra?, ¿qué historias de vida podemos contar?,
¿Qué políticas de salud conocemos y cómo hacemos uso de ellas?; nos
fueron conduciendo a la escritura de las propias historias, insumo para
el guión audio visual que recrearía en imágenes lo narrado.
En la medida en que se iban combinando las prácticas de auto cuidado,
las reflexiones sobre los textos, el baile, las manos se hicieron ágiles y
fue arrojando el insumo esperado: la consolidación de una historia que
pudiera sintetizar las múltiples violencias que han vivido las mujeres a lo
largo de la historia y como esta se manifiesta en las adultas, las jóvenes,
las niñas, donde solo cambian las formas, los contextos.
Se nombró una comisión de tres mujeres que serían las responsables
de aprender a darle estructura al guión, recoger las narraciones, por
escrito e intentar volverlas una escaleta que nos arrojaría las imágenes
que se iban a grabar. Desde criterios como: Una historia común a todas,
de nuestro contexto geográfico, basada en hechos reales y que mostrara
aspectos de la discriminación y la violencia hacia ellas. Mientras tanto,
otras se arriesgaron a coger la cámara de vídeo, ver de cerca y de lejos
el rostro de la otra, sus lágrimas, cuando el testimonio sigue doliendo,
un primer plano de las manos ansiosas, una apretando la otra, un plano
movido, porque también se ha movido el alma de la que graba.
191
Fue necesario conocer las funciones que deben cumplir las personas que
van a participar en la realización de un documental audio visual, de tal
manera que ellas escogieran el rol dentro del rodaje, a saber: directora,
guionista, camarógrafa, ensayo de actrices, vestuario, maquillaje, loca-
ción (utilería y equipos necesarios), actrices, fecha y hora de la puesta
en escena. Se crearon los personajes, se caracterizaron de acuerdo con
el papel dentro de la historia y de acuerdo con este perfil y se definieron
los vestuarios.
Cada una asumió las responsabilidades con las que se había comprome-
tido: diseño de escenarios, organización de las oficinas de la comisaría,
vestuario, maquillaje, reparación de cables eléctricos, montaje de luces,
alimentación, ensayos finales y que ruede la historia. Se apropiaron de
su personaje, las que no estaban en la puesta en escena, aportaron en
las correcciones, de acuerdo con el guión y atendieron los requerimien-
tos adicionales.
Escena No. 1: Julieta en la sala de la comisaría, esperando. Llega Natalia
muy ansiosa, con moretones en sus brazos y rostro, se queda parada y
pregunta por el procedimiento para ser atendida, mientras observa la
cantidad de mujeres esperando. Julieta le pregunta que le pasó al verla
tan nerviosa y Natalia le cuenta lo sucedido y está lista para denunciar.
Escena No. 2: Entran Irene y María Victoria su nieta, con doña Elvira la
vecina a la misma sala de la comisaría a poner una denuncia, que afecta a
su nieta: ¡fue violada! Rostros serios, nerviosos, manos sudorosas, risas,
tienen risa nerviosa, se ven en las representaciones, ¡son tan reales!,
se les olvida el nombre, lo que tienen que decir, repetir y repetir hasta
que este cuento nos salga bien, ¡por fin esta es la última grabación de
esta escena!
Ya llegando la noche, se pasa a la siguiente ambientación para la puesta
en escena de la historia de la época de la violencia. En este momento,
que dura toda la noche, se graban combates entre liberales y conserva-
dores, donde aparecen claramente las afectaciones de la guerra en la
vida de las mujeres, la manera como las ha atravesado, la polarización
de los diferentes ejércitos. También se hacen visibles los efectos directos
en términos de desplazamiento forzado, las pérdidas, las muertes, las
violaciones y las múltiples violencias.238
192
Escena No. 3: Entran los policías de la época (los chulabitas) a las casas
campesinas de las mujeres: ¿dónde están las mujeres y los hombres de
esta Casa? Y que siga rodando la grabación de la historia compuesta
por relatos propios, ajenos, vecinales, que conocieron por una amiga
ó familiar, por las historias de la radio y la televisión, pero sobre todo
porque ellas están cargadas de acontecimientos viejos y recientes de
violación.
Ni el cansancio, ni la representación de los recuerdos, ni los gritos es-
cenificados en la noche, pudieron arrebatar el sueño de representar
mediante formato audiovisual, las múltiples expresiones de violencia
contra las mujeres. Cada una partió para su casa con la satisfacción de
haber logrado lo propuesto. La realización colectiva del vídeo “Cuerpo
y palabra de Mujer” con el apoyo de Esperanza Cadavid, Paula Andrea
Benítez y Luz Amparo Tobón. Reposados los ánimos y la euforia de unos
encuentros periódicos, la complicidad vivida y esa rica juntura de todas,
desembocó finalmente en una jornada donde evaluaríamos todo este
proceso, sus implicaciones, avances y retrocesos, vernos nuevamente
para cerrar, cerciorarnos si algo, efectivamente cambió en nuestra ma-
nera de pensar, de ser. Lo anterior, da cuenta de la gran capacidad de las
mujeres de transformar el dolor, en alternativas de vida.
(Dakini)*
Otro grupo se autonombra: “El Combo de las Divas”, las niñas eligen los
referentes sociales de artistas, modelos y con éstos, el sueño de verse
como ellas. Es un grupo conformado por 17 niñas de los grados 5º de
primaria y Aceleración del Aprendizaje, en edades entre los 10 y los 16
años; heterogéneo, dadas las características de edades, escolaridad y
vivencias. Algunas, están en el programa de Aceleración del Aprendizaje,
que como su nombre lo indica, corresponde a una nivelación rápida de
los saberes básicos para estudiantes, que por algún tiempo significativo,
han abandonado sus estudios y/o están en edad extraescolar.
194
“Las Brujas”: Conformado por 15 estudiantes, con edades entre los 13 y
los 17 años pertenecientes a los grados 7º, 8º y 11º, adoptan su nombre
como una manera más irreverente de estar en el mundo; rompiendo
con ciertos estereotipos sociales por un lado, y por otro, asignándole
el carácter mágico y hechicero a ciertas actitudes de las mujeres que es
un asunto que las atraviesa históricamente. Se evidencia en este nom-
bramiento también el deseo de ser “compinches”.
“Divinas con Poder”: Es el último grupo que se formó con la participación
de 23 niñas en edades entre 11 y 12; 14 y 15 años de los cursos 6º , 7º y
8º , 9º respectivamente. El nombre fue elegido por votación; el grupo se
acogió a la argumentación de una de las jóvenes, quien es una lidereza y
generalmente mueve al grupo. La significación tiene que ver con “Todas
las mujeres somos divinas y tenemos que tener el poder”. El poder lo
asocian con: “poder para compartir,” “para defendernos,” “para sentirnos
divinas,” “mujeres con derechos,” “construirnos nosotras mismas,” “pulir
nuestra personalidad”. La elección del nombre, marca unos parámetros,
una idea de la grupalidad, del ser mujeres y de la expectativa del trabajo;
estos nombres indican una ruta y dan una idea de ser.
Todas habitan el sector de Alta Vista parte alta del corregimiento, Muni-
cipio de Medellín y algunas provienen del sector “Nuevo Amanecer” (Alta
Vista parte baja), barrio construido para la reubicación de las familias
damnificadas con el incendio del barrio “La mano de Dios,” ocurrido en
el 2004. Sus condiciones son de pobreza, se sostienen con el ingreso
económico de algún miembro de la familia. Las viviendas en general
son de su propiedad, pocas pagan arriendo, son casas con los espacios
básicos y de pocos acabados. Se presentan muchas situaciones de vio-
lencia intrafamiliar y maltrato a las mujeres. En algunos casos, está la
presencia de un padrastro, en otros, solo la madre. Igualmente, apare-
cen situaciones de violencia social y conflictos con actores armados al
margen de la ley.
(Barbero 1997)
197
¿Por qué escogen ese lugar para tomar las fotografías?
¿Por qué creen que esos son lugares que ocupan las mujeres en el colegio?
¿Existen algunos lugares que ocupan los hombres en el colegio?
¿Por qué creen que esos lugares mencionados son ocupados por los hombres?
Dibuja el lugar donde tomaste la fotografía imaginada.
Algunas respuestas nos indican que esos lugares escogidos
son: “bonitos, nos amañamos más, es divertido y amplio, allí po-
demos hablar de los novios, porque tenemos espacio, se pueden
contar cosas, podemos dialogar de las cosas buenas, conversa-
mos entre amigas o porque tenemos un paisaje muy lindo…”
“Son lugares tranquilos y nadie nos molesta, nos dan seguridad,
porque las mujeres no nos podemos encaramar como los hom-
bres en los árboles, porque son lugares de encuentro, porque
podemos hacer las tareas”, “porque son lugares muy apropiados
para las mujeres y poder hablar de cosas personales.”239
Con respecto a las respuestas referidas a los lugares que ocu-
pan más los hombres están: “Si existen lugares ocupados por
los hombres donde ellos necesitan hablar de cosas privadas, la
cancha es uno de esos lugares donde solo quieren jugar fútbol
y además porque es un sitio solo para hombres, allí se sientan
a hablar de mujeres o de carros”, la plazoleta como sitio central.
Los baños y los charcos aledaños al colegio, son los sitios más
concurridos en los descansos y en otros momentos educativos”240
Entra en juego lo estético cuando se refieren a los sitios como bonitos
y amplios, donde sienten libertad para estar y ser ellas mismas. En el
tiempo de permanencia en el colegio, se ha observado que efectivamente
las niñas están en la periferia, los hombres se ubican en el centro del
establecimiento, en la plazoleta, ocupando la mesa de tenis y los demás
están en las canchas y los juegos infantiles. Recién iniciado el proyecto
en el colegio, una de las quejas más recurrentes de ellas, se refería a no
poder acceder a las canchas de fútbol, porque los hombres no se los
permitían y cuando se las prestaban debía ser la indicada por ellos: la
de arena y tierra, conservando para ellos la placa.
La situación de las niñas y jóvenes permite traer a colación: “Bi-
lly y el vestido rosa” de Anne Fine(1994, Pág. 33), en el cual se
198
expresa: “Billy miró alrededor. Algunas chicas seguían sentadas
en el murete, otras formaban un grupo compacto en el porche y
otras seguían en pequeños grupitos por las esquinas. Ninguna
se aventuraba más de dos o tres metros hacia el centro del patio.
Hasta las que habían intentado pintar la rayuela para saltar a la
pata coja habían renunciado y se habían marchado” “Billy no podía
imaginar que todos –profesores, compañeros- tratasen de forma
tan distinta a las niñas y esperasen cosas diferentes de ellas”.
En este proceso, se logró observar que solo una de las niñas eligió una
de las ventanas exteriores de los salones nuevos, donde se puede usar
el vidrio que cubre la ventana como espejo. Esta niña, según su profe-
sora, es muy sola, no se relaciona con casi nadie, por mandato de su
madre. Este lugar es significativo, allí puede estar sola, acompañada,
mirándose, conservando y afirmando la identidad que teme perder si
se relaciona con alguien mas. Verse ella proyectada en la ventana, la
hace amigable con las demás, está aprendiendo a saludar de beso y en
el aula del proyecto se sienta con otras compañeras. El ejercicio le hizo
preguntas a su manera de relacionarse, a pesar de los mandatos de la
madre y su entorno.
Se reconoce un ejercicio de poder de los hombres al interior del cole-
gio, con respecto a la regulación de los espacios: la cancha de fútbol, la
plazoleta central, los juegos infantiles, entre otros. Insistir en el tema de
los territorios ocupados por las niñas y jóvenes, visibilizar esos espacios,
llamar su atención y verificar ese otro lugar que ocupan en su mundo
interno. Un mundo interno que alberga contradicciones aquellas dadas
por la disputa entre lo que la sociedad les ha marcado y sus deseos, que
en algunos momentos, trasciende lo establecido, quieren ser futbolistas
ó no quieren dedicarse a tareas domésticas.
Manteniendo la línea de análisis frente a los espacios invitamos a las
niñas y jóvenes a que visualicen, a través del recuerdo, los lugares que
ocupan las mujeres cercanas a ellas en sus casas y que luego los escriban
para observarlos en el salón. Recuerdan el sitio de la casa y eligen esa
mujer que les resulta significativa, que en la mayoría, son ellas mismas
y así lo expresan:
“En el patio mi hermana con el novio hablando.” “Yo me man-
tengo en el patio y en la pieza.” “Mi tía está en la pieza viendo
199
televisión con mi primito.” “En mi casa mi mamá es la ama de
casa y yo le ayudo.” “Yo me mantengo mucho en mi pieza ha-
ciendo cartas.”241
203
contexto de violencia, debido a la presencia de actores armados y a lo
que generan los registros audiovisuales dentro del sector. Por ello, fue
necesaria una gran inversión de energía y de diálogo para la producción
del vídeo: “Brujereando Nuestro Presente: Nuevos y Viejos Estereotipos
Femeninos.”245Las actividades diseñadas hacen énfasis en la identifica-
ción de situaciones de vulneración a sus derechos como mujeres jóvenes,
e igualmente que reconozcan y asuman los mecanismos de protección,
entre ellos, la denuncia. La invitación inicial se centra en desarrollar
habilidades para la realización audiovisual como pretexto metodológico
para ahondar en sus derechos sexuales y derechos reproductivos.
“Al lado de esta invitación y motivación, aparecieron aspectos
fundamentales que se hacía necesario abordar: Tres jóvenes de-
jaron de participar en el grupo porque ya otras se encontraban
allí, evidenciándose así, las agresiones y violencias dadas entre
ellas, problemáticas que trascienden el contexto educativo y que
involucra a otros actores como sus familiares y amigos. Recono-
cen que este tipo de rivalidades se dan por los hombres, en la
mayoría de los casos, por quienes son capaces de pelear hasta
la agresión física y verbal y también porque suponen que la otra
es más creída.”246
Tienen entre ellas manifestaciones de afecto, como peinarse, abrazarse,
maquillarse y desearse beneficios mutuos: “Nunca cambies”, “que seas
feliz”, “que luches por el hombre que tanto quieres”, “que puedas conse-
guir el amor que tanto deseas.”247 Se precisa la palabra para pelearse y
también para amarse, reforzando así la afirmación del ser entre ellas,
cuidándose de los riesgos de la calle y la cultura. Las facilitadoras y el
proyecto ocupan un lugar de reconocimiento y por ello descargan todo
su acontecer emocional en el espacio de taller, generando confianza,
alegría por el encuentro, por compartir los refrigerios, pero sobre todo,
saber que la palabra como dispositivo, libera.
Para llegar a la producción final del material audiovisual, fue necesario
desarrollar otras actividades como ver otros audiovisuales: “María Llena
Eres de Gracia”, “Cuerpo y Palabra de Mujer” (Ver: Pág 179) y documenta-
les de acciones feministas en el espacio público. Se propició el conversar
sobre lo que se apreció, las identidades que encuentran. Igualmente, el
recorrer otros sitios de la ciudad como los parques biblioteca, participar
204
en Mujeres de Negro, auto narrarse por escrito, representar-se mediante
los dramatizados o historias cercanas a la realidad.
Frente a estas actividades, aparecía la preferencia de las niñas y jóvenes
para conversar de sus urgencias, de sus rivalidades por los hombres,
hablar de sus sueños y de las cosas que las apasiona. Se desarrolló
una historia que pudieran representar ellas mismas, que partiera de su
realidad y para ello fue necesario distribuir tareas relacionadas con la
producción audiovisual, así, con estas responsabilidades, se comprome-
tieron mucho más. Se planteaban ejercicios extra clase que no hacían,
pero la asistencia oportuna a las prácticas, nos mostraba el entusiasmo
y el deseo de ser escuchadas, de recibir consejo (manera de nombrar
cuando se refieren a las relación de ellas con la facilitadoras), de propiciar
un diálogo, de conocerse más, unos grupos con otros, de crear lazos, de
tejer red, de hacer el entramado.
“El río siempre pedía que lo visitarán después del anochecer, los
campos necesitaban que alguien los recorriera para poder expresar-
se en susurros. Las hogueras necesitaban que las encendieran de
noche en el bosque y las historias necesitaban que las contaran fue-
ra del alcance del oído de los mayores” (Pinkola, 2004, Pág. 13)
A dos de ellas (las del grado once) se les facilitó su participación en
otro espacio de mujeres jóvenes de la ciudad, propiciaron reflexiones
que posteriormente socializaron y dinamizaron con sus compañeras de
grupo, centrando toda su atención en los asuntos urgentes e inherentes
a su realidad juvenil como: la explotación sexual, el consumismo, el
embarazo no deseado y las diferentes formas de violencias contra las
mujeres, conversaciones que nutrieron y fueron dando forma a su Vídeo.
Se pone de manifiesto el deseo de las jóvenes de hacerse preguntas, de
publicar sus grafemas, de conversar sobre los mandatos culturales, de
sus relaciones familiares, de los asedios de los “manes” *del barrio. Se
establecen puentes de conocimiento, se fortalecen las alianzas.
Los encuentros y salidas se convierten en espacios donde las niñas y las
jóvenes quieren escuchar otras voces diferentes a las de algunas de sus
familias que en situaciones y momentos no conversan sino que imponen
y en esas expresiones aparecen preocupaciones compartidas como: Pro-
205
fe, tengo un retraso en el período, ¿Qué hago?, quieren conocer la vida
personal de las facilitadoras, cuentan de sus penas por los hombres que
aman y en las que no son correspondidas, en otras palabras reclaman
referentes afectivos cercanos que les ayuden a comprender el mundo.
En una salida de campo en la que se contaba con la cámara, se grabó
una conversación espontánea que se dio alrededor de los refranes o
dichos populares; la cual sirvió como insumo para comenzar el vídeo.
Conectaron la vivencia que tienen alrededor de los refranes populares,
con la posibilidad de elaborar un vídeo con este tema y de esta manera
surgieron expresiones, sentimientos y elaboraciones en torno al lugar
social y sexual de las mujeres:
“Que bueno ser baldosa para verte la cosa.” “Si como camina coci-
na me le como hasta el pegao.” “Los hombres proponen y la mujer
dispone.” “Los hombres en la calle y las mujeres en la casa.”248
Entre otros refranes que las jóvenes recitaron con mucha propiedad
y que fueron el elemento vinculante en la puesta en escena de lo que
ellas viven diariamente en el corregimiento, lo que ven en sus casas y
se reproduce en el colegio con sus compañeros de clase. Detenerse un
instante, recordarlo, representarlo; les ha permitido entender los roles
culturales de las mujeres. Roles que las niñas y jóvenes interpretaron
muy bien, lo que significa que también lo han interiorizado y rechazan,
sienten que es contra ellas, que esta violencia se ha hecho natural en
nombre de la autoridad.
Este montaje del audiovisual, se fue tejiendo con otros elementos; se
introdujo una entrevista a una joven de 16 años, en un juego de ma-
gazín, a la pregunta como es un día en la vida de… la joven responde:
“Yo me dedico a estudiar y en los ratos libres a cuidar mis hermanitos
menores, lavar planchar, cocinar, arreglar casa. Yo soy la de todo, como
una mamá.”249, terminando esta frase se observa un dejo de tristeza en
sus ojos y su voz ahogada. Así como gobierna en su casa, los hace con
sus compañeras de colegio, que también son sus amigas; tiene claro
que no se la deja montar de nadie, excepto del novio.
En la intimidad del grupo, alejadas del colegio, se creó un espacio pro-
picio para hablar de aquello privado, aquello que sólo se le dice a las
206
amigas más íntimas. En medio del juego, la jóvenes dieron rienda suelta
a contar y a analizar sus propias experiencias, dando como resultado
un material apto para la realización del audiovisual. De esta manera, se
convirtió el audiovisual en un dispositivo para abordar la subjetividad de
las niñas y jóvenes. Y pese a su aparente resistencia, las jóvenes gozaron
mostrando al colegio, en la jornada de la semana cultural, el audiovisual
hecho, donde denunciaron y anunciaron su presencia.
208
gumentan que el maltrato que experimentan en sus hogares y en otros
ámbitos de su vida, son causa de profundos desasosiegos y tristezas:
“Esto sucede cuando en la casa las personas mayores nos obli-
gan a hacer muchas cosas que no queremos.” “También nos
sentimos aburridas porque se nos recarga de oficios domésticos
no queda tiempo para hacer las cosas que más nos gustan.”
“Las mamás casi siempre tienen preferencia por los hermanos
hombres y a ellos no les tocas hacer nada, en cambio nosotras
tenemos que hacerles las tareas de recoger sus cosas.” “También
está el maltrato verbal y físico de algunos hermanos mayores.”251
Abordar el tema del suicidio con niñas desde los once años, significa
poner de manifiesto un riesgo humano, una situación soterrada que hace
bulla y se expresa en deseos profundos de muerte, de pereza, desmoti-
vación, baja autoestima y un auto concepto que poco favorece los actos
creativos de las niñas, en este caso; se aminora la pasión por descubrir
la vida. Significa, también, conocer la intimidad de las niñas y las causas
que generan tal situación, encontrando circunstancias muy similares al
cansancio que producen las diferentes expresiones de la violencia contra
las mujeres, especialmente en aquellas que logran algún nivel de con-
ciencia frente a su ser y hacen cosas para contrarrestar el problema.
”Creo que todas las mujeres y todos los hombres han nacido con
ciertos dones. Sin embargo, poco esfuerzo se ha dedicado en
realidad a describir las vidas y los hábitos psicológicos de las mu-
jeres inteligentes, talentosas y creativas. En cambio, se ha escrito
mucho acerca de las debilidades y flaquezas de los seres humanos
en general y de las mujeres en particular. Pero, en el caso de la
Mujer Salvaje como arquetipo, a fin de comprenderla, captarla y
aprovechar lo que ella nos ofrece, debemos interesarnos más por
los pensamientos, los sentimientos y los esfuerzos que fortalecen
a las mujeres y debemos tener en cuenta los factores interiores y
culturales que las debilitan” (Pinkola, 2004, Pág.19)
Cuando ellas ven sus vivencias en imágenes, textos, fotografías, surge
su capacidad de resistencia y a pesar de lo doloroso del tema, siguen
soñando con un mundo mejor, con otra oportunidad para seguir vivien-
do. Este es el efecto de verse, de re-conocerse, de saber que no están
solas con su dolor: “Uno si tiene problemas pero hay que buscar otras
209
cosas”, “y porque no hablamos con los papás.” “yo también me siento
triste como ella.”252; alternativas planteadas desde ellas, que abren el
camino de la curación y el entendimiento. Tienen la capacidad de saltar
de una profunda tristeza a una gran emoción.
“Hasta la mujer más cautiva conserva el lugar de su yo salvaje,
pues sabe instintivamente que algún día habrá un resquicio, una
abertura, una ocasión y ella la aprovechará para huir.”(Pinkola,
2004, Pág. 19)
El cuento, el teatro, la pintura, son actividades por las que las niñas y
jóvenes muestran gran interés y motivación. Se les pidió que represen-
taran la idea que tienen de belleza. Eligieron su cuerpo, pero aunque
sus palabras atestiguan un concepto integral, sus dibujos dejan ver la
paradoja, entre el decir y el representar gráficamente, además, la gran
influencia que tienen los medios masivos de comunicación en ellas:
“Para mí la belleza de la mujer se representa por medio del
cuerpo porque la mujer, así ella no se sienta bonita, todas somos
bonitas.” “Lo que importa sinceramente son los sentimientos de
las personas y creo que todas las mujeres somos lindas así algu-
nos hombres nos hagan sentir mal o menos que otras”. “Pues yo
pienso que soy muy linda, porque no importa tanto la belleza fí-
sica, sino los sentimientos que uno tenga.” “Yo creo que soy una
persona muy bella y linda porque así en lo físico no lo sea, por
dentro sí.” “Yo represento la belleza de la mujer pensando; por-
que es como admirar la belleza de la mujer y reconocer todos los
atributos que tiene, así no sea bella y porque todas nos debemos
querer y valernos por sí mismas.” “ No que la belleza inferior
sino la que uno tiene por dentro; haciéndose valer como mujer y
haciéndose respetar de las demás personas.” “Para mí la belleza
tiene muchas formas de representarse; yo la quise representar
por medio de lo físico, pero no sólo es belleza física sino también
lo que llevamos por dentro, los sentimiento y las emociones. No
dejarnos acomplejar por lo que piensen los demás, sino por lo
que nosotras sentimos y queramos ser.” 253
210
Fotografías de los encuentros/Sandra Helena Castaño Montoya
211
(Dibujos elaborados por niñas del grupo Dakini)
Urdimbre de organización
Las diferentes reflexiones que generaron estas actividades fueron el
insumo básico para que ellas construyeran el boletín: “En contacto con
vos”, el vídeo: “Brujereando nuestro presente, nuevos y viejos estereo-
tipos femeninos,” cada una de las participantes elaboraron los bocetos,
los textos, las fotografías, ilustraciones y formato. Esto contribuye al
fortalecimiento de sus procesos como grupo, poniendo énfasis en el
212
mejoramiento de sus relaciones y el respeto por las opiniones y con-
cepciones de cada una, para generar espacios de diálogo, intercambio
y confianza donde todas y cada una se siente importante.
Se tiene en cuenta el ritmo y las dinámicas de cada uno de los grupos,
prestamos atención a sus necesidades, tanto grupales como individua-
les, estamos dispuestas a la escucha permanente, para así conocer y
entender mejor la realidad de las niñas y jóvenes que acompañamos,
hacemos propuestas acordes a sus demandas en cuanto a lo temático,
lo metodológico para buscar alternativas y opciones para la protección
de sus derechos humanos. Los productos y muestras en las que par-
ticipan, permiten ampliar el espectro en la urdimbre de organización,
hoy, muchas niñas y jóvenes, saben que pueden organizarse, agruparse
y proyectarse.
“Por qué no hacemos un plantón en la casa de gobierno o en el
colegio y decimos que estamos cansadas del maltrato?” “Por qué
nosotras no podemos replicar estos talleres a otras niñas?”255
Entre Nos-otras Acción Pública
213
Fortalecemos el “entre nos-otras” realizando acciones colectivas de carác-
ter público y político. Ponemos nuestras apuestas en espacios de ciudad
con otras, desde la diversidad. Somos Movimiento Social de Mujeres
en la defensa de nuestros derechos. Para el Área Mujer de Combos es
importante con-memorar: el 8 de Marzo - Día internacional por los dere-
chos de las mujeres, 28 de Mayo, Día de la Acción Mundial por la Salud
de las mujeres, el 28 de Septiembre, la Campaña de la despenalización
del aborto en América Latina y el Caribe y la del 25 de Noviembre, día
Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Recordamos a las mujeres que fueron víctimas del sistema patriarcal,
también a aquellas que se unieron y dieron pasos significativos hacia
nuestra liberación en la obtención de algún derecho. Reconocemos su
legado, porque contamos con derechos jurídicos que han sido producto
de largas luchas, algunas fueron asesinadas, encarceladas, perseguidas,
señaladas, aprendimos de ellas, y desde la reflexión crítica, nos atreve-
mos a vindicar derechos que aún faltan, desde las particularidades como
niñas, jóvenes y adultas.
Estas acciones son el pretexto para contar nuestra historia de género, a
muchas otras, que buscan salidas a sus encierros reales y/o simbólicos.
De esta forma, las y nos invitamos a construir otra historia posible en
la dignidad, de esta forma recogemos sus enseñanzas y seguimos su
lucha.
217
Por qué la acción pública?
Nos sensibilizamos frente a las situaciones de las otras mujeres en las
calles, en el barrio y en la ciudad, hacemos recorridos con guías para
centrar la mirada en aquello que nos interesa: Lo que no hacemos, co-
mo somos representadas. Todo ello para ir construyendo una mirada
crítica, ir más allá de lo que nos han enseñado, que nos permita tomar
posturas autónomas.
“Así mismo se hicieron actividades como mini-carreras de obser-
vación donde ellas pensaban cómo vivían los irrespetos en sus
cuerpos y qué era para ellas la responsabilidad, guías de obser-
vación por las calles del barrio, jugamos y pintaron piedras para
dejar sus señas - expresiones con sentido político en el espacio
público. -Cada una consigue una piedra y la tarea es pintarla
mientras piensa en lo que para ella significa el Respeto-“ 263
Visibilizamos en el espacio de lo público los temas que la cultura patriar-
cal vuelve tabú, rompemos los silencios que nos imponen acerca de la
sexualidad, de nuestros cuerpos, de las violencias que vivimos.
“No al abuso sexual, pintan, plantean y muestran las niñas en
afiches que colocaron en la malla de la cancha del Popular No.2.
Aun ante los negativismos de algunas que decían y se burlaban:
¿Para qué los pegan si la gente los va a quitar?, Que pena; fueron
superadas estas reacciones, incentivando el que se atrevieran..
y que se gratificaran con haberlo hecho: -Le están diciendo al
barrio lo que piensan, sienten y viven las niñas-. Y allí pegaron
los afiches; lo cual moviliza el no dejar de hacer por otros. Ante
la propuesta de la facilitadora de pintar el muro, aparece: le tiene
que pedir permiso a los duros.”254
Respiramos el conflicto armado que vive nuestra ciudad, nos duelen los
muertos, las desapariciones forzadas, las víctimas y en ellas las mujeres
de distintas edades, “entre nos-otras” no dejamos desaparecer la espe-
ranza, y clamamos que somos pacifistas, feministas, que queremos un
mundo mejor donde se respeten los derechos humanos, los derechos
sexuales y los derechos reproductivos, que no haya guerra. El miedo
nos habita, pero a pesar de él, tenemos la fuerza de lo colectivo, nuestro
sueño de dignidad.
218
“Construcción de las flores y mensajes para participar en el plan-
tón (de Mujeres de Negro). Retomando las ideas de ellas en los
encuentros anteriores, donde se han tratado sus derechos, recor-
tando figuras que las representen, se colocan en cintas de tela para
ponerlo en forma de collar. Decidimos qué mensaje quisiéramos
trasmitir a otras mujeres como sembrando flores, como la espe-
ranza. Hablamos sobre los colores: amarillo de la verdad, verde
de la esperanza, azul de la reparación, blanco de la justicia, negro
memoria y naranja la resistencia. Van a estar en el centro del círculo
jugando como una forma de exigir los derechos al desarrollo y la
dignidad en la infancia, nos ponemos de acuerdo en los grupos para
ello, y lo que harán, golosa, balón, palo, palito, palo”.265
Hemos compartido con las niñas una postura pacifista y en contra de
la guerra, y la importancia de “transformar los miedos” mencionando la
campaña por la salud de las mujeres, con relación a los sentimientos y
la importancia de reconocerlos para no enfermarnos de miedo, rabia y
tristeza. Compartiendo que las Mujeres de Negro (en muchas partes del
mundo) se han parado en medio de las guerras, en frente de los actores
armados para decirles que no mas. Las niñas hicieron estas flores:
“La guerra no nos ayuda a nada y nos lleva a la ruina”
“Que no halla tanta guerra, ni muerte” , “Nosotras queremos
amor, respeto, cariño y no queremos guerras” “No quiero mas
guerra”.
“No a la violencia”.266
A las niñas les impactó participar en Mujeres de Negro, queriendo volver
con un no rotundo a la guerra, la facilitadora recogió sus palabras: “Si,
porque nosotras tenemos que luchar contra la guerra” 267
Ponemos en escena el tema de la salud y de la sexualidad. Invitamos a
las mujeres para el autocuidado, “Por tu salud, ponte cuidado”268, este
acto tan aparentemente sencillo, es resistencia ante el olvido del pro-
pio cuerpo en el afán de cuidar a los demás. Mostramos cómo hacer
el autoexamen de las mamas para la detención temprana del cáncer, y
promovemos la realización de las citologías.
“Toca y conoce tus genitales, si sientes algún cambio consulta al
médico”
219
“Para no morir, identificación temprana del cáncer. Practiquemos la
citología cada año y frecuentemente el autoexamen de mamas”269
Acompañamos demandas de las niñas, jóvenes y adultas ante las enti-
dades de salud que tienen la obligación de proteger, prevenir, y atender
sus solicitudes: métodos anticonceptivos, realización de citologías y
mamografías. Llamamos la atención ante la falta de promoción de las
entidades de salud para la prevención del embarazo en las adolescentes,
y su atención sexista.
¿Sabías que por ley, hombres y mujeres tienen derecho a los mé-
todos anticonceptivos gratuitamente?. Solicita esta atención en
los centros de salud.270
Asumimos la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
“la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y
no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”271. Un factor
de riesgo, para la salud de las mujeres es el sistema patriarcal, por ello
promovemos el derecho a la libre determinación de las mujeres de dis-
tintas edades.
“Cuándo vivo irrespetos? ¿Qué siento cuando vivo estos irrespe-
tos… En tratos cotidianos las niñas viven la supremacía de los
poderes que se imponen vía las violencias: insultos, golpes que
generan más golpes, maltratos, traiciones, violaciones y abusos,
esto a su vez muestra los efectos que va teniendo en el estado
afectivo de las niñas populares, manteniendo niveles altos de
rabia, resentimientos, deseo de venganza -Ganas de matar a quie-
nes nos irrespetan- y sentimientos ocultos (menos nombrados y
menos reconocidos) como la tristeza.272
Reclamamos con y para las mujeres la vivencia de nuestra sexualidad sin
violencias, libre y placentera al tener las posibilidades de elegir según nues-
tra orientación sexual dimensionándola más allá de la reproducción.
223
Las jóvenes diversas, se unieron con su alegría, con sus cantos, con su
arte, con sus palabras y reflexionaron frente a los sentidos del 8 de Marzo,
miraron sus derechos, criticaron a sus pares hombres porque ese día
era común recibir flores, aunque cotidianamente vivían sus irrespetos y
quisieron expresar en su forma, no querer mas la violencia en sus cuerpos
y a su derecho de vivir una sexualidad digna y placentera.
“[…] se hará una pancarta grande en el patio de atrás de la casa
del Área Mujer, que llevará un dibujo colectivo. En el espacio del
medio se realizaran pañoletas a la vez que se conversa sobre la
temática”.277
“En un acto voluntario, de alegría y libertad pintaron sus cuer-
pos, para no dejar dudas a quienes las vieran -Mi cuerpo es mío-,
jugaron, cantaron y marcharon en contra de las violencias y por
su autonomía.”278
Niñas, jóvenes y adultas hacemos resistencia, unas desde la no violencia
contra las mujeres, otras desde la despenalización parcial o total del aborto,
o hacia el cumplimiento o la vindicación de derechos. Todas en un “entre-
nos” desde la acción pública y en un movimiento íntimamente político.
224
APRENDIZAJES Y NUDOS EN EL HA-SER DE LAS
FACILITADORAS
Límites Necesarios.
“Y así me he ido quedando a la orilla. Abandonada de la palabra,
llorando interminablemente como si del mar subiera el llanto, sin
más signo de vida que el latir del corazón y el palpitar del tiempo
en mis sienes, en la indestructible noche de la vida. Noche yo
misma”. (Zambrano, 2002).
En el acompañamiento se nos hace difícil abordar la complejidad y la
cantidad de elementos que emergen en los procesos formativos. A veces
el silencio se presenta como un muro de niebla, ante el cual sólo cabe
esperar otro momento, para volver a conversar. Otras veces se nos dificulta
establecer límites en el acompañamiento ¿cuándo concluir los procesos?,
¿Por qué nos da dificultad terminarlos?, ¿Cuál es nuestro papel en la trans-
formación subjetiva de las otras mujeres?, ¿Hasta dónde nos involucramos
afectivamente?, ¿Hasta dónde sus vidas nos afectan en lo personal?
“Es algo que está como oculto y casi no se pone en evidencia; por
un lado, es la exigencia profesional: sea objetiva, racional y por
otro lado, hay una exigencia social y cultural que nos ha marcado
como mujeres; las mujeres somos más maternales, cuidamos
más, protegemos más.”285
“Yo creo que eso tiene que ver con la manera particular con que
cada una de nosotras se vincula, es diferente para cada persona,
en cada grupo”286
228
Nos encontramos con sus vidas, las conocemos y nos duelen, por nuestra
identificación de género y por las experiencias personales.
“Cuando a ellas les ocurre algo, también yo me siento mal. Cuando
tienen un dolor de ellas, cuando alguien las agrede físicamente o
cuando tienen algún problema…”287
“Yo creo que nos involucramos afectivamente, porque eso también
tiene que ver con nuestro ser de mujeres, se podría decir que es
parte del arquetipo. Está por cultura también ser más sensibles;
esto no quiere decir que seamos todas iguales en esto, pero si se
observa una supremacía de las mujeres en la elección de carreras
que tienen que ver con el cuidado y la protección”.288
Nuestro compromiso con ellas, nace de la indignación y a veces de do-
lores comunes, lo cual en algunos momentos puede ser un obstáculo
para el acompañamiento. Sin embargo, en Combos, acudimos al trabajo
en equipo donde realizamos análisis contextualizados de las vivencias,
para ir más allá de lo personal y tener una mirada amplia y política. El
dolor, se convierte en acción y si estamos muy afectadas emocionalmente
buscamos apoyo profesional.
“Yo creía que no iba a ser capaz de aguantar, casi me pongo a
llorar con el relato de esa señora cuando contaba que habían
matado a su hijo que era su ñaña; que no tenía para darle comida
a sus hijos ; yo soy sola para ver por mi nieto porque la mamá lo
abandonó ; es que mataron a mi esposo y me tuve que venir de
la tierrita. Relatos como este, desestabilizan, generan sensación
de impotencia, se confronta el que ha-ser profesional diciendo
a ratos: esta profesión no sirve para nada. Frente a dolores tan
profundos, no hay un saber. La academia se queda cortica, máxime
cuando estos dolores están acompañados de la inoperancia del
gobierno a nivel de justicia, protección, generación de empleo,
cobertura en salud entre otros; de pronto, aparece una propuesta
de denunciar entonces se escucha: “y a quien le dice uno, si la
policía misma hace esas cosas”.289
Desde la reflexión colectiva, vamos comprendiendo nuestro límite. Cada
una es dueña de sí y de su destino, cada quien elige su vida y es respon-
sable de las acciones que emprende. Esta lógica relacional nos implica
reconocerlas como diferentes, en sus deseos y realidades, y nos reduce
229
la tensión saber que la transformación no depende sólo de nuestras
acciones, sino de su proceso personal y colectivo.
“De pronto uno se mete más de lo que se debe meter. Poniéndome
mis propios límites de hasta donde debo llegar, aunque es dema-
siado difícil, porque cuando una ya se empieza a preocupar por
la vida de la otra y entenderla, una se va metiendo, por ejemplo
cuando estas chicas me decían… que este mes llegaron diciendo
que estaban en embarazo, a mi eso me dolió mucho, como que
empiezo a pensar en las vidas de ellas y eso me duele, y yo le
decía a ellas que me dolía mucho … pero también me parecía ba-
cano que contaron no tanto conmigo sino con Combos para esas
preguntas… pero sí me parece muy riesgoso que uno de pronto
pueda decir algo o tener un acto que no se debe o que siendo
más objetiva una tendría más cuidado , más cautela, entonces es
como un riesgo que está ahí” 290
Para las mujeres los procesos de autonomía son complejos, ellas sienten
temores para direccionar su vida, y a veces el contarnos una y otra vez sus
historias sin que medien acciones de transformación, es una forma de no
apropiarse de su historia, esto nos implica, hacerles devoluciones y cuando
están muy afectadas emocionalmente les recomendamos que busquen
apoyos de otros y otras profesionales de acuerdo a sus casos.
Uno de los principales retos, en la interacción con las mujeres, es la
dependencia hacia nosotras, convirtiéndonos frecuentemente en sus
modelos de referencia.
“Hay cosas que a veces piden las personas con las que trabajamos:
formulas para cambiar la vida, recetas ¿profe y cómo hago para
salirme de esa relación? en el discurso, las personas pueden en-
contrarse con que lo que hacen en la relación con otras personas
les hace daño, pero no encuentran el camino para tomar decisio-
nes y quisieran que como facilitadoras les diéramos la formula;
esto es un dilema porque lo que yo encuentro fácil para mí, no lo
es para la otra. En otras ocasiones, me encuentro con que caigo
en una tarea de dar consejo-Gracias profe porque sus consejos
me han servido- y yo me pregunto cuales consejos? Si aconsejar
es decirle a la otra, haga las cosas de esta manera y la manera de
ha-ser las cosas es en la que la otra sea capaz, de acuerdo a su
tiempo interno y a su ritmo con la vida”291.
230
El tiempo interno de las personas también nos enfrenta a situaciones
de frustración, a veces quisiéramos ver cambios rápidos en sus vida;
simplemente esto no sucede, porque aún no es tiempo. Algunas muje-
res cambian de dependencia, de los hombres o mujeres cercanas, hacia
nosotras las facilitadoras, otorgándonos roles simbólicos de madres o
protectoras; delegándonos a veces sus decisiones. Para nosotras este
lugar no es sencillo y por momentos, sin la suficiente conciencia, asu-
mimos estos roles, reproduciendo la cultura, las lógicas patriarcales,
aunque tejamos de otras formas las relaciones de dependencia.
De la misma manera que nos duele la vida, celebramos con ellas, sus
logros, que empezaron a estudiar para terminar su primaria o bachille-
rato, que dejaron una relación que les hace daño y que aprendieron a
valorarse.
“En el momento estoy muy contenta siento que lo que he aprendi-
do no ha sido en vano, y mi meta es terminar el bachillerato, para
proyectarme en otras cosas ¿Y qué pasó con tú esposo? Si usted
viera el cambio que ha dado, en algunas ocasiones ha estado
sin trabajo y hemos ido a la Ruta Pacífica y el ha ido a empacar
almuerzos, ya le dije que hay una salida en Noviembre y el me
dijo: hay que ir recogiendo para que se pueda ir”292
231
“Es que él me quitó el derecho a visitar a mi familia y me decía
que mi obligación era estar aquí en la casa, y yo le dije que solo le
faltaba encerrarme con candado y en estos días iba a empezar con
lo mismo, y le dije: ¡No, ya no más!, en esta casa ya no cabemos
o vivimos los dos juntos o se va usted o me voy yo. Y es que las
cosas son así, porque usted no puede quitarme mis derechos, en
este país somos libres, y aquí nadie tiene derecho a quitarle la
libertad a nadie, entonces ya me acompaña, y cuando veníamos
de Guarne me dijo que si no iba a visitar a mi familia, cuando yo
no lo había mencionado y él me dijo que los visitara”293
232
“Cuando yo veo que una de las niñas o las jóvenes está muy in-
quieta, yo le pregunto delante de todo el grupo: ¿Qué te pasa hoy?,
ellas dicen es que estoy muy mal y quiero es reírme, porque en
la casa no me puedo reír. Entonces yo les digo: listo, estás necia,
pero escuchá también a las otras, porque entonces es muy difícil
que tu vengas a hacer acá todo lo que tú necesitas, porque es una
expresión de una necesidad que tú tienes pero también dificulta
a las otras y yo no puedo prestarte atención solo a ti, yo les hago
esa devolución”294
“Tienen una pelea con la autoridad, por mas bacanas que seamos
las facilitadoras o muy amigas, ellas se enojaban cuando les decía:
¡tenemos una responsabilidad, aquí venimos para algo! Pasaban
de un extremo a otro. Leidy no quería hacer nada y entonces yo le
dije, ubícate. No lo quería hacer. – yo le dije: lo debes hacer. Ella me
respondió: ¡Usted me está violando los derechos, la libre expresión,
el libre desarrollo de la personalidad! me dijo como tres derechos,
me dio una rabiecita por dentro. Le pregunté a todas las demás:
¿Estoy violando un derecho? Luego le dije: usted tiene el derecho
a la educación y tiene responsabilidades.”295
Es muy importante, como facilitadoras ser respetuosas en el trato con el
grupo, en coherencia con los planteamientos que les hacemos a diario
de la no agresión, ello implica un estar atentas a no caer en el juego del
autoritarismo.
“Ella llegaba haciendo mala cara, torciendo la boca, mirando feo a
todo el mundo, y llego un momento en que ella empezó a sabotear
y a provocarme y yo le tiraba picos, llegó el momento en que ella
me iba a hacer una cara de esas y me miraba y le daba risa”296
“Yo pienso que es fundamental, tratar de tener un vínculo positivo
y ojala uno poder ir conociéndolas como una a una. Cuando digo
empático no necesariamente de que seamos las parceras* , porque
yo creo que nosotras no somos las pares, pero sí un asunto como
de la diferencia del trato, de que hay algo como distinto -que vos
me aportas a mí-, pero es importantísimo trabajar sobre todo en
esa instauración de esa empatía o de esa buena transferencia, yo
creo que si esa condición se da, ya lo otro se facilita, lo otro es
mucho más sencillo”297
233
En ocasiones las facilitadoras tenemos mayor acercamiento a unas par-
ticipantes que a otras, ello no puede generar preferencias o privilegios,
por tanto es necesario establecer criterios claros a la hora de tomar
decisiones, que involucren la elección de algunas.
“Se establecían unos criterios con anterioridad: participación, la
actitud con el grupo, la puntualidad, la responsabilidad, el res-
peto, entonces estos criterios permiten que haya una valoración
y no que se deje al azar. Este es un ejercicio grupal de toma de
decisión, y de democracia y es de reconocerse a si misma, y de
hacerse una auto valoración”298
Esta es una manera interesante de construir relaciones entre ellas,
porque les potencia su capacidad de mirarse en relación al grupo, en
las relaciones que tejen entre ellas, es un pretexto metodológico para
desarrollar la reflexión frente a lo que viven colectivamente, donde se
expresa lo más profundo de la política: la equidad en la participación,
la democracia, el respeto, la contienda argumentativa, entre otros.
“A nosotras nos dio muy buen resultado, establecimos algunos
criterios, lo socializamos con las niñas, entonces hubo auto-pos-
tulaciones y esas auto- postulaciones se fueron cayendo cuando
dijimos: puntualidad, compromiso ¡ah no profe, pero yo creo que
tal persona Mary Luz por ejemplo, se lo merece porque ella ha sido
así!; entonces también había un reconocimiento de unas a otras,
fue muy bonito ese ejercicio, yo salí muy contenta esos días.”299
Los encuentros como equipo de trabajo sirven para analizar y poner en
evidencia nuestra propia subjetividad, reconocer que hay algo de ellas
que se queda enredado en nuestra sensibilidad.
“A mí por ejemplo me pasa que también tengo que valorarme eso,
cuando yo me meto mucho en saber las historias de las niñas, el
por qué actúan como lo hacen, entenderlas, cuando a ellas les
ocurre algo también yo me siento mal, como que se le devuelve
a uno la pelota, porque ya esas mujeres también hacen parte de
la vida de una”300.
234
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construcción del problema investigativo, maternidad en la población adolescente
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4 Ibíd., Pág.1.
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histórica. Área Mujer. Reunión Jardín Botánico. Transcripción de primer casete,
en el marco de la Redimensión del Área. Agosto 19 de 2003, Pág. 4. Medellín.
6 Corporación Educativa Combos, Carpeta de Archivo. Grupo de Estudio: género
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13 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo Luz de Mujeres Con Coraje.
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34 Corporación Educativa Combos. Carpeta 28 de Septiembre de 2004. Proyecto:
“Vivenciemos una Sexualidad Autónoma” Memorias talleres de sexualidad. Ciclo
3-A, PAINIT, ¿Quien decide?”. Andrea Juliana González Correa. Septiembre 21 de
2004. Pág.3, Medellín.
35 Corporación Educativa Combos. Popular No. 2. Juliana Andrea Correa González 2006, smd.
36 Corporación Educativa Combos. Vídeo: “Cuerpo y palabra de mujer”, Esperanza
Cadavid, Paula Benítez, Medellín, 2006.
238
37 Corporación Educativa Combos. Carpeta Informe Informe I Semestre 2006. Pro-
yecto Vivenciemos una sexualidad Autônoma. Juliana Correa. Junio 2006, Pág.45.
Medellín
38 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Jóvenes del Popular No.2. Espe-
ranza Cadavid, Archivo de Sistematización Septiembre 2006, Pág.7. Medellín.
39 Corporación Educativa Combos. Memorias Centro Lúdico jóvenes tarde. Me-
dellín, Claudia Gómez, Mayo 11 2005. Pág.2. Medellín.
40 Corporación Educativa Combos. Memorias Centro Lúdico Jóvenes tarde 2005.
Claudia Gómez, Julio 23 de 2005. Pág.2. Medellín.
41 Corporación Educativa Combos. Memorias Centro Lúdico Tarde 2005. Septiem-
bre 28 de 2005. Pág.4. Medellín.
42 Corporación Educativa Combos. Documento 8 de Marzo de 2004. Aporte para
la Mesa de Discusión de Salud Sexual y Reproductiva. Ana María Patiño. Pág.4.
Medellín.
43 Corporación Educativa Combos. Informe Parcial Proyecto Vivenciemos una
sexualidad Autónoma. Junio 2006. Luz Amparo Tobon Patiño, Pág.8. Medellín.
44 Corporación Educativa Combos. Carpeta Popular No.2. Síntesis del proceso de Acom-
pañamiento al proceso de chicas del Barrio Popular No.2. Proyecto de Organización
y Formación Comunitaria. Diciembre 2003. Ana María Patiño. Pág. 4. Medellín.
45 Corporación Educativa Combos. Proyecto Vivenciemos una sexualidad Autóno-
ma. Memoria Centro Lúdico Infantil. Niñas. 2006. Luz Amparo Tobón. smd.
46 Corporación Educativa Combos. Carpeta Informe de Evaluación II Semestre de
2003. Área Mujer. Síntesis del proceso de acompañamiento al grupo de chicas
del Barrio Popular II. Proyecto de formación y organización comunitaria. Ana
María Patiño. Pág.2. Medellín.
47 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo. Luz de Mujeres con Coraje.
encuentro No.22. Luz Amparo Tobón. Agosto 17 de 2006. Pág.2. Medellín. Se
retoma un mito Arauco. “A vida se le desgarraba” simula la forma de hablar de
la población.
48 Corporación Educativa Combos. Memoria Grupo adolescentes Popular No.2.
Agosto 16 de 2005. Yolima Ramírez. Pág.2. Medellín.
49 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo. Luz de Mujeres con Coraje.
encuentro No.22. Luz Amparo Tobón. Agosto 17 de 2006. Pág.2-3 Medellín.
50 “Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete
días estará apartada, y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche…
Si alguno durmiere con ella, y su menstruo fuera sobre él, será inmundo por
siete días; y toda cama sobre que durmiere será inmunda. Y la mujer, cuando
siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre,
o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo
será inmunda como en los días de su costumbre…” (Levítico 15:19, 24, 25)
51 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo. Luz de Mujeres con Coraje.
encuentro No.22. Luz Amparo Tobón. Agosto 17 de 2006. Pág.2 Medellín.
52 ibíd. Pág. 2
53 Ibíd., Pág.2
54 Corporación Educativa Combos. Proyecto por la defensa y protección de los
derechos sexuales y reproductivos. Apoyado por el Ayuntamiento de Alcobendas.
Reflexiones a partir de talleres realizados con las niñas y jóvenes del Centro
Lúdico Infantil. Informe final 2004. Pág. 2 y 3. Medellín.
239
55 Ibíd., Pág.2
56 Ibíd., Pág. 2 y 3.
57 Corporación Educativa Combos. Memorias Estrenando madurez a corazón abier-
to: encuentros con el Teatro de la liberación. Sandra Muri, Pág.2. Medellín
58 Corporación Educativa Combos. Carpeta Campaña 28 de Septiembre de 2004.
Memorias talleres de sexualidad. Ciclo 3-A, PAINIT, ¿Quién decide?”. Proyecto:
“Vivenciemos una sexualidad Autónoma” Juliana Correa Septiembre 21 de 2004.
Medellín.
59 Corporación Educativa Combos. Proyecto Vivenciemos una sexualidad autónoma.
Memorias Popular no. 2. Medellín, Marzo 16 de 2006. Natalia Campuzano Rojas
60 Ob. Cit.Pág.2. Medellín.
61 Corporación Educativa Combos. Memorias Grupo Jóvenes Popular No.2. I Se-
mestre de 2006, encuentro 3, Pág.3. Medellín.
62 Corporación Educativa Combos. Memorias talleres de sexualidad. Ciclo 3-A,
PAINIT, ¿Quien decide?” Proyecto: “Vivenciemos una sexualidad Autónoma” Sep-
tiembre 21 de 2004.Andrea Juliana Correa González, Pág.4. Medellín.
63 Ibíd.,Pág.4
64 Corporación Educativa Combos. Proyecto vivenciemos una Sexualidad autóno-
ma. Mujeres Adultas del Barrio Medellín Sin Tugurios. Natalia Campuzano. 12
de Octubre de 2006.Pág.2. Medellín
65 Corporación Educativa Combos. Mujeres Grupo Mujeres Adultas 2006. Encuentro
No.12 Natalia Campuzano. 26 de Octubre de 2006. Pág.3 Medellín.
66 Corporación Educativa Combos. Septiembre 21 de 2004. Proyecto: “Vivenciemos
una sexualidad Autónoma” .Andrea Juliana Correa González. Memorias talleres
de sexualidad. Ciclo 3-A, PAINIT, Área Mujer. Pág.6. Medellín.
67 Corporación Educativa Combos, Encuentro No.12, grupo de niñas y jóvenes del
Popular No.2, Abril 26 de 2005. Pág.5. Medellín.
68 Corporación Educativa Combos, Encuentro No.7 Mujeres Jóvenes Centro Lúdico
Creativo, Mayo 17 de 2006.Pág.2. Medellín.
69 Vivir y Convivir. Foro Mundial de las Mujeres. Julio, Barcelona 2004, smd.
70 Corporación Educativa Combos, memoria Popular No.2, encuentro No.4. Me-
dellín, Marzo o1 de Marzo de 2005, p.4
71 Corporación Educativa Combos, memorias, Mujeres Siempre Unidas, Sandra
Muri, Medellín, Junio, 4 de 2004
72 Corporación Educativa Combos. Vídeo Cuerpo y palabra de Mujeres. Esperanza
Cadavid, y Paula Benítez, 2006.
73 Corporación Educativa Combos, Trabajos realizados por las niñas y jóvenes.
Anónimo. Centro Lúdico Creativo.2005, 15 de Junio 2005. Pág.11. Medellín.
74 Corporación Educativa Combos. Memoria Popular No.2, encuentro 32.María
Isabel Vélez Osorio Nov.16 de 2006, Pág. 2. Medellín.
75 Corporación Educativa Combos. Memoria Popular No.2.encuentro 30.María
Isabel Vélez Osorio Nov.1 de 2006, Pág.2. Medellín.
76 Combos, Memoria Grupo Jóvenes Centro Lúdico Creativo Mujeres, Encuentro
no.4, Luz Amparo Tobón. Marzo 29 de 2006. Pág.4. Medellín.
77 Ob. Cit. Pág.2.
78 Combos, Memoria Grupo Jóvenes Centro Lúdico Creativo Mujeres, Encuentro
no.3, Luz Amparo Tobón. Marzo 15 de 2006. Pág.2
79 Ibid.Pág.2
240
80 Corporación Educativa Combos. Memorias Grupo de Niñas Popular No.2, en-
cuentro 31, María Isabel Vélez, 16 de Noviembre 2006. Pág.1. Medellín.
81 Corporación Educativa Combos. Memoria Jóvenes Centro Lúdico Creativo Mu-
jeres. Luz Amparo Tobón Patiño, encuentro No. 4, Medellín, Marzo 29 de 2006.
Pág.3. Medellín.
82 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdico Creativo niñas y jóvenes. No-
viembre 2 de 2005. Pág.1. Medellín.
83 Corporación Educativa Combos, Centro Lúdico Creativo niñas y jóvenes. Claudia
Patricia Gómez Cadavid Octubre 5 de 2005.Pág.1. Medellín.
84 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdico Creativo Mañana. Claudia Pa-
tricia Gómez Cadavid, 21 Sep. de 2005. Pág.1. Medellín.
85 Corporación Educativa Combos. Ampliación tercer informe técnico. Proyecto
Vivenciemos una Sexualidad Autónoma: construcción social de la identidad del
ser mujer, Claudia Patricia Restrepo Mejía. Junio 2006, Pág. 7. Medellín.
86 Ibíd. Pág. 17.
87 Corporación Educativa Combos. Informes Proyecto Vivenciemos una sexualidad
autónoma construcción social del ser mujer. Anexos al tercer informe Técnico.
Enero- Junio 2006. Claudia Restrepo. Pág.18. Medellín.
88 Corporación Educativa Combos. I Informe Evaluativo Semestral 2006 del proceso
de Luz de Mujeres Con Coraje y el Grupo de Autocuidado y Vídeo. Luz Amparo
Tobón. Pág. 20. Medellín.
89 Corporación Educativa Combos. Carpeta Programa Ce-Mujer Proyecto Escolar
Verde Manzana. Asesora Diana Ruíz. 25 de Octubre de 2000. Pág. 18. Medellín.
90 Ibíd., Pág.17
91 Corporación Educativa Combos. Informes Proyecto Vivenciemos una sexualidad
autónoma construcción social del ser mujer. Anexos al tercer informe Técnico.
Enero- Junio 2006. Claudia Restrepo. Pág.18. Medellín
92 Ibid. Pág.18.
93 Corporación Educación Combos. Encuentro Jardín Botánico historia del área.
En redimensionamiento del Área. 2003. Pág.8. Medellín.
94 Ibíd., Pág.8
95 Corporación Educativa Combos. Verde Manzana Primaria. Juliana Correa. 2006.
Pág.4. Medellín.
96 Corporación Educativa Combos. Memorias Luz de Mujeres Con Coraje. Encuen-
tro No. 6. Claudia Gómez. 2005. Pág.3. Medellín.
97 Corporación Educativa Combos. Seguimiento a indicadores del Proyecto Vi-
venciemos una sexualidad autónoma construcción social del ser mujer. Análisis
evaluación Intercombos. 2005. Claudia Restrepo. Pág.7. Medellín.
98 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo. Insumos de trabajos de
las mujeres 1999. Pág. 4. Medellín.
99 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Patricia Gómez Cadavid.
Carpeta Sistematización. 11 de Octubre de 2008, Pág.1. Medellín.
100 Ibíd., Pág. 1.
101 Ibíd., pág. 4
102 Corporación Educativa Combos. Diseños y Memorias de Talleres de Auto cuidado
2003- 2004. Flor Alba Moreno. Taller No. 4. Marzo 4 de 2004. Pág. 1 Medellín
103 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo Diseños y memorias talleres de Auto
cuidado 2003-2004. Grupo de Mujeres Adultas dinamizadoras de autocuidado en DSR,
Taller No.7. Flor Alba Moreno. 13 de Mayo 2004. Evaluación del Ciclo. Pág. 7. Medellín
104 Corporación Educativa Combos, Diseño y Memorias Talleres de Auto cuidado
2003-2004, Pág. 1, Medellín.
241
105 Corporación Educativa Combos. Diario personal de campo de sistematización.
Claudia Patricia Restrepo Mejía. Abril de 2005. Medellín
106 Corporación Educativa Combos, Memoria Adolescentes Popular No.2. Yolima
Ramírez. Agosto 16 de 2005, Pág. 2. Medellín.
107 Corporación Educativa Combos. Mujeres Siempre Unidas. 2004. Sandra Muri.
16 de Mayo del 2004. Pág. 2 Medellín
108 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo Diseños y memorias talleres
de Auto cuidado 2003-2004. Grupo de Mujeres Adultas dinamizadoras de auto-
cuidado en DSR, Taller No.7. Flor Alba Moreno. 13 de Mayo. 2004. Evaluación
del Ciclo. Pág. 4. Medellín
109 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Gómez, 11 de Octubre de
2008, Pág.5 Medellín
110 Corporación Educativa Combos. Carpeta de Archivo Diseños y memorias talleres
de Auto cuidado 2003-2004. Grupo de Mujeres Adultas dinamizadoras de auto
cuidado en DSR, Taller No.7. Flor Alba Moreno. 13 de Mayo 2004. Evaluación
del Ciclo. Pág. 4. Medellín
111 Corporación Educativa Combos. Carpeta diseños y memorias talleres de auto
cuidado 2003-2004. Memoria del Taller No.5, Flor Alba Moreno, 15 de Abril del
2004. Pág.1 Medellín
112 Ibíd., Pág.6
113 Ibíd., Pág. 7
114 Corporación Educativa Combos. Grupo de Mujeres adultas, encuentro11. Natalia
Campuzano. Octubre 19 de 2006. Pág. 6, Medellín
115 Corporación Educativa Combos. Grupo de Mujeres Adultas, Natalia Campuzano,
encuentro 12, Octubre 26 de 2006, Pág. 5. Medellín
116 Corporación Educativa Combos. Grupo de Mujeres adultas, encuentro 9. Natalia
Campuzano. Octubre 2 de 2006. Pág. 2. Medellín.
117 Corporación Educativa Combos. Grupo de Mujeres Adultas. Memoria del en-
cuentro 11. Natalia Campuzano, Octubre 19 de 2006. Pág. 3. Medellín
118 Corporación Educativa Combos. Vídeo sobre el significado de cumplir 15 años. Prác-
tica de Comunicación Alternativa, Derechos Sexuales y Reproductivos, con niñas del
colegio Cedepro, Sandra Helena Castaño, Esperanza Cadavid. Septiembre 5 de 2008.
Medellín
119 Ibíd.
120 Connie, Zweig. MENSTRUACIÓN: la sabiduría oculta. Los peligros de la píldora
anticonceptiva y los tampones convencionales sobre el Ser Mujer de pag. 4.
http://www.monografias.com/trabajos901/mujer-nuevo-paradigma-femenino/
mujer-nuevo-paradigma-femenino.shtml. Visitada 9 de Octubre de 2008.
121 Corporación Educativa Combos. Grupo de mujeres adultas, encuentro 11, Natalia
Campuzano. Pág. 6, Octubre 19 de 2006. Medellín
122 Corporación Educativa Combos. Grupo de mujeres adultas, encuentro 5, Natalia
Campuzano, Septiembre 4 de 2006. Pág. 2. Medellín
123 Ibíd. Pág. 3
124 Ibíd. Pág. 3
125 Corporación Educativa Combos. Memorias Popular No. 2. 2006, Natalia Cam-
puzano, smd.
126 Corporación Educativa Combos. Memorias Grupo Jóvenes Popular No.2. I se-
mestre, encuentro 6, Natalia Campuzano, Marzo 28 de 2006, Pág.2. Medellín.
242
127 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdico Creativo Mujeres Jóvenes. Luz
Amparo Tobón Marzo 29.de. Pág 4 Medellín
128 Fragmento del cuento La Mujer desnuda, en la Mujer es un cuento de Milagros
Palma. Memoria Luz de Mujeres con Coraje. Encuentro No.24 Agosto 31 de 2006.
Luz Amparo Tobón. Se recoge el mito de los indios Sionas cuando el Hombre-
Luna convertía a la gente en animales. Pág.5-6. Medellín.
129 Corporación Educativa Combos. Memoria Luz de Mujeres con Coraje. Encuentro
No.24 Agosto 31 de 2006. Luz Amparo Tobón. Medellín Corporación Educativa
Combos. Pág.4. Medellín
130 Ibíd. Pág. 11
131 Corporación Educativa Combos. Luz de Mujeres Con Coraje. Encuentro No. 24,
Agosto 31 de 2006. Luz Amparo Tobón. Pág. 11. Medellín
132 Ibíd. Pág. 3
133 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdio Creativo, niñas, Encuentro No.14.
Octubre 4 de 2006. Luz Amparo Tobón. Pág. 2. Medellín
134 Corporación Educativa Combos. Encuentro No.6. Luz Amparo Tobón. (niñas),
Mayo 3 de 2006. Pág 2. Medellín.
135 Corporación Educativa Combos. Luz de Mujeres con Coraje, Encuentro No. 28
Luz Amparo Tobón 2006. Pág. 1-2 Medellín
136 Ibíd. Pág. 2
137 Ibíd. Pág. 4
138 Ibíd. Pág. 1-2
139 Ibíd. Pág. 2
140 Ibíd. Pág. 2
141 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdico Creativo Niñas y jóvenes, grupo de
la mañana. 21 de Septiembre de 2005. Claudia Patricia Gómez Cadavid.Pág.2. Mede-
llín
142 Corporación Educativa Combos. Casa Socio laboral 2001. Medellín. smd.
143 Ibíd.
144 Corporación Educativa Combos. Memoria Aprendizajes Femeninos, Doris Galvis.
20 de Febrero 1997, Pág. 1, Medellín.
145 Corporación Educativa Combos. Memoria. Aprendizajes Femeninos, Doris Galvis.
6 de Marzo 1997, Pág. 2, Medellín.
146 Ibid, Pág 2.
147 Corporación Educativa Combos, Memoria Aprendizajes Femeninos, Doris Galvis,
16 de Mayo de 1997, Pág. 1, Medellín.
148 Ibíd., Pág. 2.
149 Corporación Educativa Combos, Aprendizajes Femeninos, Doris Galvis, 6 de
Junio de 1997, Pág. 1, Medellín.
150 Corporación Educativa Combos, Aprendizajes Femeninos, Doris Galvis, 25 de
Septiembre de 1997, Pág. 3, Medellín.
151 Corporación Educativa Combos, Dispositivo Entrevista Doris Galvis,15 de Abril
de 2008, Pág. 4. Medellín
152 Corporación Educativa Combos. Proyecto: Verde Manzana proyecto Solidario y
productivo de frutas y verduras: con niñas y jóvenes trabajadoras de la ciudad
de Medellín. Capítulo de Justificación. smd. 2002. Pág. 5. Téngase en cuenta
que en los inicios del Proyecto, Combos usaba el concepto de prostitución, no
el concepto de explotación sexual.
243
153 Ibid, Pág. 5.
154 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Gómez Cadavid. Archivo
Sistematización. 11 de Octubre 2008, Pág. 6. Medellín.
155 Ibíd. Pág.6
156 Corporación Educativa Combos. Grupo Centro Lúdico mañana. Encuentro No.17
María Isabel Vélez Osorio. Octubre 10 de 2006,Pág2, Medellín
157 Ibid, Pag.2.
158 Corporación Esducativa Combos. Grupo Centro Lúdico mañana. Encuentro
No.18 María Isabel Vélez Osorio. Octubre 24 de 2006,Págs.1-2, Medellín
159 Ibíd. Pág. 2.
160 Corporación Educativa Combos. Material Campaña del Día Internacional del
no a la violencia contra las mujeres, sin editar. 2005
161 Corporación Educativa Combos. Entrevista Claudia Gómez. Sistematización, 11
de Octubre 2008, Pág. 6, Medellín.
162 Corporación Educativa Combos. Carpeta Archivo 2-002. Proyectos Productivos.
Primer Informe de Avance Verde Manzana. Mayo a Julio 2000, 17 Agosto 2000,
Pág. 2, Medellín.
163 Ibíd. Pág. 4.
164 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Gómez Cadavid. Sistema-
tización. 11 de Octubre 2008, Pág. 7
165 Corporación Educativa Combos, Carpeta Archivo Evaluación del Área Mujer
2002. Informe Septiembre 2002. Doris Galvis. Pág.5, Medellín.
166 Corporación Educativa Combos. Programa Ce-mujer Proyecto Escolar Verde
Manzana. Coordinadora Diana María Ruiz Arroyave. Octubre 27 del 2000, Pag 2
167 Ibid, Pág.2.
168 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Gómez Cadavid. Sistema-
tización. 11 de Octubre 2008, Pág.7
169 Corporación Educativa Combos. Programa ce mujer Proyecto Escolar Verde
Manzana. Octubre 27 del 2000. Asesora del proyecto. Diana María Ruiz Arroyave
170 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Gómez. Sistematización.
11 de Octubre 2008, Pág.8
171 Corporación Educativa Combos. Carpeta Archivo Centro Lúdico Creativo Mañana
2005. Claudia Patricia Gómez Cadavid. Agosto 10 de 2005, Pág.5, Medellín.
172 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana Bachillerato. Cristina
Martínez y Claudia Gómez. Abril 2 de 2002, Pág.2, Medellín.
173 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana Bachillerato. Claudia
Gómez Cadavid y Cristina Martínez, Fecha Agosto 6 de 2002. Tomado de los
trabajos realizados por las niñas, Pág. 6, Medellín.
174 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana Bachillerato. Claudia
Gómez Cadavid y Cristina Martínez, 12 de Noviembre de 2002, Tomado de los
trabajos realizados por las niñas, Pág. 1. Medellín.
175 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana Bachillerato. Claudia
Gómez Cadavid y Cristina Martínez, 6 de Agosto de 2002, Pág.3, Medellín.
176 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Claudia Gómez, Archivo Sistema-
tización. 11 Octubre 2008, Pág.2. Medellín.
177 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana Bachillerato. Abril 16
de 2002, Cristina Martínez y Claudia Gómez, Pág.1, Medellín.
178 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana Bachillerato. Claudia
Gómez Cadavid y Cristina Martínez Agosto 6 de 2002, Pág.4
244
179 Corporación Educativa Combos. Verde Manzana Bachillerato. Claudia Patricia
Gómez. Abril 22 de 2003, Pág.3 Medellín.
180 Ibíd., Pág.3.
181 Corporación Educativa Combos. Proyecto Escolar Solidario Verde Manzana –Pri-
maria. Mayo 25 de 2004. Pág.4. Medellín.
182 Corporación Educativa Combos. Verde Manzana Bachillerato. Claudia Gómez.
Agosto 20 de 2002. Pág. 3 Medellín
183 Corporación Educativa Combos. Verde Manzana Primaria. Claudia Gómez, Mayo
25 de 2004, Pág.2. Medellín.
184 Corporación Educativa Combos. Área Mujer. Informe semestral 2006/1-Hadas-
Juliana Andrea Correa González. Pág. 1. Medellín
185 Ibíd. Pág. 4
186 Corporación Educativa Combos. Informe de gestión de Juliana Andrea Correa
González, sobre el trabajo con las Hadas, Julio 2006 Pág. 1, Medellín
187 Corporación Educativa Combos. Material impreso en hojas pequeñas de colores. smd
188 Corporación Educativa Combos. Informe de gestión de Juliana Andrea Correa
González, sobre el trabajo con las Hadas, Julio 2006. Pág. 1, Medellín
189 Ibíd. Pág. 2
190 Ibíd. Pág. 1
191 Ibíd. Pág. 5
192 Ibíd. Pág. 19
193 Ibíd. Pág. 10
194 Ibíd. Pág. 8
195 Corporación Educativa Combos, Reflexión personal de Andrea Juliana Correa
González. Memorias Verde Manzana, Septiembre 8 de 2005. smd. Medellín.
196 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana, encuentro No. 13,
Junio 31 de 2006. Pág.1, Medellín
197 Corporación Educativa Combos. Entrevista. Voz del joven R, efectuada por Es-
peranza Cadavid. Agosto 6 de 2008. Medellín
198 Corporación Educativa Combos. Entrevista a R. Efectuada por Esperanza Ca-
david. Agosto 6 de 2008. Medellín
199 Corporación Educativa Combos. Testimonio audiovisual de Nasly Tatiana Osorio,
niña de 10 años que participó en el proceso, explicando el libro de las hadas
para la memoria audiovisual de la institución. Sept. de 2005. Registro: Esperanza
Cadavid. Medellín
200 ibíd.
201 Ibíd.
202 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana, Encuentro No. 8,
Andrea Juliana Correa González, Mayo 12 de 2006. Pág. 11, Medellín
203 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana, encuentro No. 10,
Andrea Juliana Correa González, Mayo 19 de 2006. Pág. 5, Medellín
204 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana. Encuentro No. 12
Andrea Juliana Correa González. Pág. 8 Medellín
205 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana, encuentro No. 10,
Andrea Juliana Correa González, Mayo 19 de 2006. Pág. 3, Medellín
206 Corporación Educativa Combos. Carpeta anexa de trabajos hechos por las niñas.
Andrea Juliana Correa González. Mayo de 2006 Pág. 3
207 Corporación Educativa Combos. Memoria Verde Manzana. Encuentro No. 12
Andrea Juliana Correa González. Pág. 8 Medellín
245
208 Corporación Educativa Combos, Carpeta Centro Lúdico Jóvenes. 12 de Mayo de
2004, Sandra Muri, Pag.1. Medellín
209 Corporación Educativa Combos, Carpeta Centro Lúdico Jóvenes. 2 de Febrero
de 2004, Sandra Muri, Pág.2 Medellín.
210 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdico Creativo Mañana 2005. Claudia
Gómez, Junio 15 de 2005, Pág.1, Medellín.
211 Corporación Educativa Combos. Carpeta Centro Lúdico Tarde 2005. Claudia
Gómez. Mayo 25 de 2005. Pág.4. Medellín.
212 Corporación Educativa Combos. Centro Lúdico Creativo. Grupo Mañana 2005.
Claudia Patricia Gómez Cadavid. Agosto 10 de 2005, Pág. 3-4. Medellín.
213 Ibid, Pág.3.
214 Corporación Educativa Combos. Niñas y Jóvenes Centro Lúdico. Claudia Gómez.
Mayo 18 de 2005, Pág. 2 y 3. Medellín.
215 Corporación Educativa Combos. Carpeta Centro Lúdico Creativo Mañana. 2005.
Claudia Gómez. Agosto 24 de 2005, Pág.1. Medellín.
216 Ibid, Pág.1.
217 Corporación Educativa Combos. Niñas y Jóvenes Centro Lúdico Creativo. Claudia
Gómez. Agosto 24 de 2005. Pág.1, Medellín.
218 Ibid, Pág.2
219 Corporación Educativa Combos. Informe Evaluativo Mujeres Jóvenes del Centro
Lúdico. Medellín Sin Tugurios, 30 de Junio de 2004. Pág.8.
220 Corporación Educativa Combos. Memoria del proceso de formación en Auto
cuidado, Derechos sexuales y Derechos Reproductivos y Vídeo. Encuentro No.
1, Abril 22 de 2006. Luz Amparo Tobón. Página 5. Medellín.
221 Ibíd.,Pág.5
222 Corporación Educativa Combos. Formación en Autocuidado, Derechos Sexuales,
Derechos Reproductivos y Vídeo. Luz Amparo Tobón. Encuentro No. 1, Abril 22
de 2005. Pág. 3, Medellín
223 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo Encuentro No. 3. Luz Amparo
Tobón. Mayo 20 de 2006. Página No. 3 Medellín
224 Ibíd. Pág. 3
225 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo Encuentro No. 3. Luz Amparo
Tobón., Mayo 20 de 2006 Página No. 5, Medellín
226 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Diseño No. 2. Luz Amparo
Tobón. Mayo 06 de 2006 Página No. 3 Medellín
227 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo Encuentro No. 3. Luz Amparo
Tobón. Mayo 20 de 2006 Página No. 6 Medellín.
228 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Encuentro No. 5. Luz Amparo
Tobón. Junio 17 de 2006 Página No. 6. Medellín
229 Ibíd. Pág. 1-2
230 Ibíd. Pág. 6
231 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
246
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Encuentro No. 8. Luz Amparo
Tobón. Agosto 4 de 2006 Página No. 4, Medellín
232 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, Dere-
chos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Encuentro No. 14. Luz Amparo
Tobón. Noviembre 2 de 2006 Página No. 2, Medellín
233 Corporación Educativa Combos. Anexos de la Memoria de Formación en Auto
cuidado, Derechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Luz Amparo Tobón.
Noviembre 2 de 2006 Página No. 95, Medellín. Texto de la canción de rap com-
puesta por una joven integrante del taller. Medellín, Septiembre 16 de 2006.
234 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Encuentro No. 8. Luz Amparo
Tobón. Agosto 4 de 2006 .Pág. No. 4, Medellín.
235 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, De-
rechos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Encuentro No. 5. Luz Amparo
Tobón. Junio 17 de 2006 .Pág. No. 5, Medellín
236 Corporación Educativa Combos. Voces de mujeres participantes en los talleres.
Carpeta de memorias registradas por la facilitadota: Lucy Tobón
237 Corporación Educativa Combos. Memoria de Formación en Auto cuidado, Dere-
chos Sexuales, Derechos Reproductivos y Vídeo, Encuentro No. 10. Luz Amparo
Tobón. Septiembre 2 de 2006 .Pág. No. 3, Medellín
238 Corporación Educativa Combos. Memoria Autocuidado, Derechos Sexuales,
Derechos Reproductivos y Vídeo. Encuentro No. 13. Luz Amparo Tobón, octubre
7 y 8 de 2006. Pág. 2, Medellín
239 Corporación Educativa Combos. Memoria del proyecto. Esperanza Cadavid y
María José Casasbuenas Mayo 18 de 2007. Pág. 2-3, Medellín.
240 Corporación Educativa Combos. Memoria del proyecto, Abril 25 de 2007, Espe-
ranza Cadavid y María José Casasbuenas pág. 2-3, Medellín.
241 Corporación Educativa Combos. Memoria del proyecto. Esperanza Cadavid y
María José Casasbuenas. Mayo 31 de 2007. Pág. 3, Medellín
242 ‘Las mil caras de Cindy Sherman’, hoy, en el ciclo de Artistas de los siglos XX y
XXI’ http://www.eldiariomontanes.es/20070917/cultura/arte/caras-cindy-sherman-
ciclo-20070917.html visitada 16 octubre de 2008
243 Corporación Educativa Combos. Memoria del proyecto. Esperanza Cadavid y
María José Casasbuenas. Mayo 31 de 2007. Pág. 3, Medellín
244 Corporación Educativa Combos. Memoria del proyecto. Esperanza Cadavid
Restrepo., María José Casasbuenas. Mayo 3 de 2007, Pág. 3-4 Medellín
245 Corporación Educativa Combos. DVD “Brujereando nuestro presente, nuevos y
viejos estereotipos femeninos” Audiovisual. Proyecto: Niñas y Jóvenes Tejiendo
Organización: Urdimbre de Expresión, Solidaridad y Derechos. Esperanza Cada-
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246 Corporación Educativa Combos. Memoria proyecto: Niñas y Jóvenes Tejiendo
Organización: Urdimbre de Expresión, Solidaridad y Derechos. Esperanza Cadavid
y María José Casasbuenas. Febrero 27 de 2007. Pág. 2. Medellín
247 Corporación Educativa Combos. Memoria proyecto: Niñas y Jóvenes Tejiendo
Organización: Urdimbre de Expresión, Solidaridad y Derechos. Esperanza Cadavid
y María José Casasbuenas. Marzo 27 de 2007. Pág. 3. Medellín
248 Corporación Educativa Combos. DVD “Brujereando nuestro presente, nuevos y viejos es-
tereotipos femeninos” Audiovisual. Esperanza Cadavid, Octubre 23 de 2007. Medellín
247
249 Ibíd.
250 Ibíd.
251 Corporación Educativa Combos. DVD “Urdimbre de palabras”. Memoria audiovisual del
proyecto: Niñas y Jóvenes Tejiendo Organización: Urdimbre de Expresión, Solidaridad y
Derechos. Esperanza Cadavid, María José Casasbuenas, Noviembre de 2007. Medellín
252 Ibíd.
253 Corporación Educativa Combos. Memoria Proyecto: Niñas y Jóvenes Tejiendo
Organización: Urdimbre de Expresión, Solidaridad y Derechos. Sandra Elena
Castaño. Agosto 12 de 2008. Pág. 3-4 Medellín
254 Corporación Educativa Combos. Memoria Proyecto: Niñas y Jóvenes Tejiendo
Organización: Urdimbre de Expresión, Solidaridad y Derechos. Sandra Elena
Castaño. Agosto 5 de 2008. Pág. 2-3 Medellín
255 Corporación Educativa Combos. DVD “Brujereando nuestro presente, nuevos y
viejos estereotipos femeninos” Audiovisual. Esperanza Cadavid, Octubre 23 de
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259 Corporación Educativa Combos. Memoria Encuentro No.2, Niñas Centro Lúdico
Creativo 2006, Marzo 1 de 2006, Medellín.
260 Ibíd., Pág.2. Medellín.
261 Corporación Educativa Combos. Memoria Encuentro No.2, Niñas Centro Lúdico
Creativo 2006, . Marzo 1 de 2006, Pág.4. Medellín.
262 Corporación Educativa Combos Memoria Popular no.2. Mayo 9 de 2006. Juliana
Correa. Pág.2. Medellín.
263 Op. Cit. Pág.3
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Andrea Correa González. Pág. 4.Medellín.
265 Corporación Educativa Combos, diseño encuentro Niñas del Popular No. 2.,
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267 Corporación Educativa Combos, Encuentro Popular No.2. Mayo 2 de 2006. Pág.
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del Aborto en America Latina y el Caribe. Algunas reflexiones a partir de las
tertulias, Claudia Patricia Restrepo Mejía, 2004, Pág.1, Medellín.
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277 Corporación Educativa Combos, Actas Área Mujer 2006. Marzo 27 de 2006, p.6.
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279 Corporación Educativa Combos. Entrevista Sandra Castaño. Sistematización.
11 de Octubre de 2008. Pág. 3.
280 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Sandra Castaño. Sistematización.
11 de Octubre 2008, Pág.3. Medellín
281 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Facilitadoras: Luz Amparo Tobón, Na-
talia Campuzano y María Isabel Vélez. Sistematización. Casete 2. Pág.6. Medellín.
282 Ibid, pág.6.
283 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Facilitadoras: Luz Amparo Tobon,
Natalia Campuzano y María Isabel Vélez. Sistematización. Casete 2. Pág.4. Me-
dellín.
284 Informe semestral Junio 13 de 2006. Proyecto Vivenciemos una sexualidad au-
tónoma. Plan, diseños y memorias politizando el hacer. Juliana Correa. Pág.5.
Medellín.
285 Corporación Educativa Combos. Entrevista a la facilitadora Ruby Botero. 14 de
Octubre de 2008. Pág.1.Medellín.
286 Corporación Educativa Combos. Entrevista a la facilitadora Ángela Carmona.
Oct. 2008,Pág.1.
287 Corporación Educativa Combos. Dispositivo de la Sistematización-. Entrevista
a las facilitadoras: Natalia Campuzano, María Isabel Vélez y Luz Amparo Tobón.
2006. Pág.4
288 Corporación Educativa Combos. Entrevista a la facilitadora Ruby Botero. 14 de
Octubre de 2008. Pág.1.Medellín.
289 Corporación Educativa Combos. Entrevista a la Facilitadora Sandra Castaño.
Sistematización. 11 Octubre de 2008, Pág.1 Medellín.
290 Corporación Educativa Combos. Entrevista a Facilitadoras: Natalia Campuzano,
Luz Amparo Tobon, María Isabel Vélez. Sistematización Cassete No.2. 2006, Pág.
4. Medellín.
291 Corporación Educativa Combos. Entrevista Sandra Castaño. Sistematización.
Pág. 3.Medellín.
292 Corporación Educativa Combos. Taller de recuperación de la memoria histórica.
Área Mujer. Reunión Jardín Botánico Transcripción de primer casette, en el marco
de la Redimensión del Área. Agosto 19 de 2003, Pág. 9. Medellín.
293 Ibid, Pág.10
249
294 Corporación Educativa Combos. Dispositivo de sistematización, Entrevista a
las facilitadoras. Cassette 2. Claudia Restrepo y Esperanza Cadavid. 2006. Pág.2
Medellín.
295 Corporación Educativa Combos. Entrevista Claudia Patricia Gómez. Sistemati-
zación. 11 de Octubre 2008, Pág.2.Medellín.
296 Corporación Educativa Combos. Entrevista 2006. Esperanza Cadavid y Claudia
Restrepo. Cassete No.2. Pág.1.Medellín.
297 Ibíd. Pág. 2
298 Ibid, Pág.2
299 Corporación Combos, Dispositivo de sistematización. 2006 Esperanza Cadavid
y Claudia Restrepo. Entrevista a luz Amparo Tobón, Natalia Campuzano y Maria
Isabel Vélez. Casete No. 2. Pag.4.Medellín.
300 Ibíd. Pág. 4
250