Tate, James - Río Perdido, Trad. Brianda Pineda Melgarejo (OCR)
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Río Perdido
James Tate
TextJockeys
México, 2019
Río Perdido
Traducción de Brianda Pineda Melgarejo
La memoria de los peces
7
La única pero perfecta tarde en el lago
8
Y entonces sacó de su abrigo un libro grueso
de cuero y cambió cuidadosamente de páginas
hasta encontrar la entrada correspondiente.
La estudió un minuto o más, deslizando
su dedo sobre la página. Finalmente
dijo, «Sí, en efecto, esto es una
broma, pero soy incapaz de determinar
de qué tipo. Está bien. ¿Les importaría
si no puedo decirles a qué clase pertenece?»
Miré a Cleo. «No nos importa. Muy bien,
buenas noches, oficial. Pase una buena noche.»
«Y ustedes, amigos, vuelvan a ser felices,»
dijo. «Buenas noches.»
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Nunca hay suficientes dardos
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La mejor de las celebraciones
11
La florería
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en realidad no pienso enviar ningunas flores a mi madre
este año, también fue mala idea. ¿Estarás bien si me voy
ahora? Tengo cosas que hacer, pero si me
necesitas puedo quedarme.» «Sí, ojalá pudieras
quedarte conmigo un rato. Mi nombre es Skeeter y el día
de la madre resulta siempre una tortura para mí. Cada día
que pasa la extraño más,» dijo. Y nos quedamos ahí
sentados tomados de la mano una hora o más, hasta que
seguí mi camino hacia la lavandería, el banco y la gasolinera.
13
Río Perdido
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Jill y yo nos miramos a los ojos, incrédulos. «Bien,
nos encantaría verla,» le digo. «No hay problema,»
contesta, «está en la parte trasera de la tienda.»
La sacó y era hermosa, delicada y real,
puedo asegurarlo. El pie aún conserva
las garras. Estamos boquiabiertos y a la vez
aterrorizados de sostenerla, aún cuando él
nos la entrega con confianza. Mi cuerpo entero vibra,
como si fuera un arpa de tiempo. Estoy avergonzado,
pero finalmente le pregunto cuánto quiere por ella.
«Oh, puedes llevártela. Siempre me trajo suerte, pero
he tenido toda la suerte que necesito,» respondió. Jill
lo besó en la mejilla y yo le di un apretón de manos
agradeciéndole. Mañana iremos a Río Perdido.
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Su número disminuyó
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Ganas de vivir
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«Me da gusto, Artie,» contesta. «¿Recuerdas
a la chica que besó al tipo que subió al autobús
y luego se fue de inmediato con otro tipo?
Bueno, ahora coquetea con el cuidador de autos
y a él parece gustarle porque hace lo mismo.
Rompió el ticket que había hecho para ella.
Realmente comienza a caerme bien esta chica.»
«Me da gusto, Verónica,» le digo. «¿Por qué no
miras si tus pequeñas bragas están mojadas
aún?» y cuelgo, y no creo que se de
cuenta siquiera. Me pregunto si debería
preocuparme por ella. En el fondo no.
Verónica tiene el mejor departamento de la ciudad.
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Ocurrió así
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hay misterio y maravilla. Y yo soy apenas un niño jugando policías
y ladrones por siempre. Por favor perdóname si lloro.» «Lo perdonamos,
Oficial,» contesté. «Y comprendemos porqué usted, más
que nadie, no debe tocar jamás al Príncipe.» El cabrón
y yo echamos a andar. Estaba oscureciendo y comenzábamos
a preguntarnos dónde pasaríamos la noche.
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Angelical
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Estar en más de un lugar a la vez
22
El hombre del incienso
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me gustaría comprar unos cuantos,» le dije. «¿Cómo
crees que me hace sentir vender esta porquería,
eh? Soy un hombre mayor y estoy vendiendo incienso
en la calle. ¿Es una linda imagen? ¿Quieres
ponerte en mis zapatos?» preguntó. «Lo siento, hombre,»
contesté, y me alejé caminando. Una bandada de pichones
se posó en lo alto del First National Bank y echó
a volar de repente, y yo pensé, este día aún no
acaba.
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Bisonte suburbano
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En busca de
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Reglas bancarias
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El hombre de Heather
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«Heather me lo dijo,» respondí. «Wow,» dijo, mirando
como si tratara de ahuyentar un gran
pensamiento, «comenzaba a creer que me la había inventado.»
«Lo hiciste, Bruno,» le dije, «Y yo lo hice. Cuando
dos personas como nosotros trabajan juntos, descubres
lo poderoso que esto puede ser. Definitivamente estoy
interesado en trabajar contigo en esto. ¿De qué la haremos,
de ratones de prueba en un laboratorio?» «¡Eres
hermoso!» dijo, riendo, mientras estaba a punto
de asfixiarme con su fraternal abrazo de oso.
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En busca de las vidas perdidas
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Los animistas
31
La tierra milagrosa
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«Está justo ahí, en ese claro. Ven,
te la mostraré,» me dijo. Tuvimos que abrirnos
paso entre la maleza y trepar algunos
troncos caídos. Para mí no fue fácil llegar ahí,
pero lo hicimos, y miré alrededor, pero fuera
del paisaje no vi nada especial. Se lo dije
a Mimi. «A excepción de ese anillo mágico
de hongos. Es hermoso,» agregué. «Tienes que
quedarte ahí y rezar por el alma del monje
irlandés durante diez minutos. Eso es todo,» me dijo.
Hay un nuevo nivel de locura en la tienda de saldos
para ti, Mimi. pensé. «Si es necesario,» dije, «lo haré.»
Procedí a colocarme dentro del círculo
de hongos con los ojos cerrados y, efectivamente,
recé por el alma del pequeño monje irlandés.
Tuvo que ser muy pequeño, porque el agujero
no era tan grande. Pensé en su rosario y
en su biblia, en los largos inviernos de nieve
y frío terrible. Y en su gran paz cuando apareció el león.
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Un sonido como trueno lejano
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puede ser descrito como un estupor placentero, me sentí
como un Howie, así fue, y en mi corazón
creí que la mujer sin nombre, sin rostro y bajo contrato
en Australia, me amaba de verdad, y que mi gran
amor por ella le daba fuerza. Me acurruqué en
el sillón y caí en un dulce sueño. Y entonces
escuché el rugido de un león, y temí por nuestras
vidas. «¡Howie!» gritó ella. «¡Sálvame!» Pero no pude hacer
nada. Estaba ocupado en otro lugar, amarrando mi zapato.
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