Poderosa Tuna Universitaria San Agustín de Arequipa
Poderosa Tuna Universitaria San Agustín de Arequipa
Poderosa Tuna Universitaria San Agustín de Arequipa
DE AREQUIPA-PERÚ
1:Arnolfo valdivia ampuero Direcc. Gral
2:Nolberto Zeballos Q. Direcc. Mus.
3:Luís Ochoa Pizarra: Pandero
4:Carlos Remedo Gutiérrez: Acordeón
5:Guillermo Huertas: Pandero
6:Edgar Vera Eiejar. Mandolina
7:Augusto Vera Bejar:Mandolina
8:Roberto Orla Barreda:Mandolina
9:Alfredo Inugay Rojas:Mandolina
10:Alfredo Barriga Valencia:Guitarra
11:Cario Rodríguez Pacheco:Guitarra
12:Himler Montes Crie:Guitarra
13:Raúl Moscoso Nieto.Guitarra
14:Raúl Diaz Valverde:Guitarra
15:Dante Mengoa Candia:Guitarra
16:Manuel Hernani Montoya:Guitarra
17:Darcy Aguirre Villacorta:Guitarra
18:José Luque Herencia:Requinto
19:Julio Suca Yanarico:Laud
20:Guido Lozada Tschiscke:Acordeón
21:Gustavo Pacheco Frísancho:Acordeón
22:Luis Catacora Hamos:Violin
23:Luis Achata Arenas:Violin
24:José Guerra Pacheco:Vocalista
25:Isaac Recabaren:Vocalista
26:Hugo Bailón Carazas:Vocalista
27:Redy Telles Ortiz:Vocalista
28:Carol Vizcarra Rodríguez:Pandero
29:Raúl Achata:Pandero
30:Víctor Ortiz Peralta:Direcc. Mus.
31:Pedro Alcazai Zuzunaga:Vocalista
32:Cesar Solorzano Feijoo:Guitarra
1969-1986
1994-2007
Grabaciones
La Tuna Universitaria de Arequipa (1973)
4. Achalau 4. Cusicuy
LADO A LADO B
5. Quitulita 5. Galopera
LADO A LADO B
6. Quenas 6. Romanza
A mi manera (2002)
Una nueva generación se merecía su primer disco compacto y
después de mucho esfuerzo, sacrifico, paciencia y como premio por
haber ganado el Concurso Regional de Tunas, es que para el
Concierto de Gala Anual de la Tuna San Agustín por los 34 Años
realizaron esta grabación.
Un escolar la rimó
que siempre dueñas amó
mas siempre hobo criança
en Alemania y en Francia
moró mucho en lombardía
por aprender cortesía
Dicho poema, anónimo del siglo XIII, parece haber sido escrito por un escolar aragonés, es
decir por un TUNO.
En la canción «de como los escolares demandan por Dios» encontramos un antecedente de otra
tradición que ha llegado hasta nuestros días, "pasar la
pandereta", cuando dice:
Según Menéndez Pidal, el mismo Alfonso Alvarez de Villasandino (poeta juglaresco de los
siglos XIV y XV) alardea ante toda la Corte de Juan II, de pedir como los escolares errantes,
diciendo:
Dícese TUNO, aquel que, contando en el número de la alegre, curiosa e nocturnal gente y
andariega, es ansí mesmo, escolar de Universidad, y desta conjunción d' excelencias ha de
siguirse cuan alto es el exercicio de la Tuneria ( ca son los alegres la sal de la tierra, la música
matemática de las esferas, y descanso la noche de ánimas estordidas), y por qué dicho exercicio
llevó tras sí, como el mesmo de la caballería andante, tantos nobles corazones por los caminos del
mundo.
Mas, con ser tan excelentes las virtudes de este Mester de Tunería, que pone su gloria en
contentar coitados corazones, hay malastrados que lo denuestan, los unos por ignorancia, los
otros por invidia o porque algún tuno les sopló la dama, o cosas dese tenor.
Dicen de nos tantas sinrazones, que fuerza es facer aquí y agora, una breve defensión.
Dicen de nos que vésenos asaz frecuentemente en tabernas de casquivanas e mesones de ligue, e
dícenlo, los que tal dicen, como si fuera la Tuna, pía unión de conciertos nocturnales y no
cofradía de ardorosa mocedad, a la que fuerza es ver do el holgar tenga su asiento. Que a las
novenas van los tunos en atavíos no tunescos.
Dicen de nos que no tañemos e trovamos sino medianamente, ca hay fanfarrias, murgas e
rondallas de menestrales que lo facen muy mejor que nosotros, echando a olvido, los que tal
dicen, que en tuna, de cien partes, son cincuenta música, y las otras cincuenta, dispierto ingenio,
galanura sin tasa, polida osadía, cortesanía abundosa e buen trasegar.
Dicen de nos, que por haber mantenencia, ponemos cara; pecado rahez a fe mía, cuando por
haber lujos, presentan otros partes muy menos honradas, que no nombro por no poner en boca
lo que tiene lugar en el contrario lado. Y asaz dicho se ha.
Dicen de nos que descomulgamos bolsas.
¡ Chico Desnuesto, voto al chápiro !.
Faga quien tal dixese inquisición cabe sí. Verá como
es la sangre del mundo, que furguen unos las bolsas
de los otros, de manera que bucea el médico en la
bolsa del enfermo, el abogado en la del pleiteante, los
mercaderes en la de los mercantes, y la gente del
Fisco, en la de todo aquel que alienta so el ancho
cielo y olió en su perra vida, maravedí o mota o
blanca.
Dicen de nos, que no somos sino alborotadores, que
no estudiamos ni dexamos estudiar.
Cierto sería, si no hubiera en los corregimientos, o
dando fé, judgando o defendiendo en estrados,
ilustres que, cuando estudiantes, oyeron la llamada
de la sangre y siguieron la vida de Tuna falaguera.
Desto no es mester pedir ensiemplos al Conde
Lucanor, ca de un catedrático de nuestra
complutense, que fue Decano de nuestra Facultad, se
puede dicir lo que de aquel otro que...
<< en los sus tiempos d'estudiante,
anduvo de tunante,
caramillo tañendo en las albadas,
e las más de las veces,
mozuelas bien templadas
de las que dan candela,
en frías madrugadas. >>
Y ansí queda dicho brevemente, como aquestos denuestos, no son sino envidia e hipocondría.
El Tuno español, es el último resto vivo de los goliardos europeos, es un tipo afín en el que
pueden encontrarse muchas de las notas que los caracterizaron, pero lo fundamental en el Tuno, es
cierta mentalidad aventurera y algunas dotes artísticas, que igual pueden manifestarse recitando
versos, que oraciones, tañendo, cantando, o bailando la pandereta.
Los Tunos son al mismo tiempo, como lo refleja Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, sin darles aun
tal nombre, estudiantes pobres, pero ingeniosos, que viajaban de su casa a la universidad y
viceversa, o simplemente se mantenían entre la sopa de los conventos y sus habilidades artísticas, y
también rondadores románticos, andantes "nocherniegos", que perdían, o ganaban, sus horas bajo
una ventana o un balcón.
LAS TUNAS, deben ser cuidadas por las Autoridades Académicas, ayudándoles y
exigiéndoles. Los propios TUNOS, deben darse cuenta de que la picaresca estudiantil, es accesoria
al propio concepto de los escolares trovadores y juglares de donde arranca la Tuna, y asumir de
manera consciente el enorme significado de siete siglos de Historia y tradición.
Alegría, música, aventura, y clase para todo ello.
Diferencias entre tunas y estudiantinas
Las supuestas diferencias entre Tuna y Estudiantina constituyen una idea extendida por hispanoamérica que no se
corresponde con la historia, siendo preciso hablar brevemente de los antecedentes históricos para poderlo explicar
adecuadamente.
Antes de finales del siglo XIX no existía la Tuna tal y como la conocemos actualmente (leer a Rafael Asencio
González, Roberto Martínez del Río y Félix Martín Martínez, entre otros investigadores, conferenciantes y autores de
libros), sólo hay constancia de que grupos compuestos por pocos escolares (de 3 a 7) "corrieran la tuna” agrupados
en cuadrillas, de la que la autodenominada "vigornia" fue la más famosa. "Correr la tuna" era salir mendicando desde
la Universidad a sus casas (al finalizar las clases por vacaciones estivales) y viceversa al inicio de la actividad
académica (principalmente, aunque también posteriormente lo hicieron por Nochebuena y algunas fiestas populares),
no tenían estructura jerárquica interna y no perduraba la agrupación durante todo el año… Como se puede
comprobar, no se parecía nada a la Tuna actual.
Estudiantina Carnavalesca
La Tuna ‘moderna’, la que todos conocemos hoy, surge a finales del siglo XIX y principios del siglo XX tras permitir
la Regenta María Cristina la libre asociación de las personas. Refiere Asencio González que los primeros datos de
Estudiantinas integradas por escolares surgen sobre 1840 y los que evidencian la existencia de las primeras cuyos
elementos eran universitariuos aparecen sobre 1870. Aparecieron también agrupaciones de músicos profesionales
que se vistieron a la usanza de los estudiantes antiguos (se había prohibido en 1835 el uso del traje talar o escolar) y
ganaron gran prestigio en la sociedad. De estas Estudiantinas destacó la Estudiantina Española que fue muy
fotografiada en la Exposición Universal de París de 1878, por lo que su vestimenta (inventada por el sastre del Teatro
Real de Madrid para ellos y estrenada en ese viaje) fue copiada por todas las demás, incluyendo las
Estudiantinas integradas por estudiantes. Destacó mucho igualmente la Estudiantina Española Fígaro que realizó
varias giras por el continente americano, dejando a su paso parte de sus integrantes en Chile y México. También
hubo Estudiantinas Carnavalescas que sólo se creaban para las fiestas de Carnaval (febrero) y
unasEstudiantinas populares, creadas para las fiestas patronales de los pueblos pero se disolvían una vez pasadas las
fechas de las festividades y no estaban integradas por estudiantes.
En las Estudiantinas integradas por estudiantes hubo mujeres desde los primeros tiempos, tanto a modo de
agrupaciones mixtas como exclusivamente femeninas. Hay detectadas Estudiantinas Femeninas en los carnavales de
1883 y 1887, así como Tunas Femeninas en 1927 y 1929... y la investigación sigue dejando día a día anticuados los
datos previos. Allá por 1889 está detectada la aparición de niños en las Estudiantinas llegando algunos a destacar
como virtuosos de la pandereta o bandurria (leer a Rafael Asencio González).
En 1893 aparecen artículos de prensa de la época señalan que "salen pocas Estudiantinas Verdaderas, abundando las
presididas por carpinteros, papelistas o cerrajeros, escribientes de la curia pero no estudiantes"... siendo buena
muestra del variopinto entorno que había entonces.
En este marco histórico, periodo de finales del siglo XIX y principios del XX, se usó INDISTINTAMENTE los términos
“Tuna” y “Estudiantina” para las agrupaciones integradas por verdaderos estudiantes. En esa época era frecuente ver
notas de prensa hablando de la “Tuna Escolar…..”, de la “Estudiantina Tuna…” y, hasta la década de los años ’60
recuerdo que se hablaba de “Tuna Estudiantina de la Facultad de....”.
Posteriormente, ante la abundancia de Estudiantinas y los conflictos que empezaban a producirse (incluso altercados
de orden público que finalizaron en la comisaría de policía), las “ Estudiantinas Verdaderas” decidieron diferenciarse
de las demás llamándose “Tunas”. En esos momentos de la historia (primeras décadas del siglo XX) hubo Tunas
Mixtas (como la Tuna de la Universidad Central de Madrid) y Tunas Femeninas.
Actualmente en España EXISTEN Tunas Masculinas, Mixtas y Femeninas, tanto al amparo de instituciones
Universitarias como Preuniversitarias (Institutos de Bachillerato) así como una Estudiantina apadrinada por Tunas
Universitarias, dándose también el caso de que Tunas actuales de gran renombre fueron inicialmente Tunas Mixtas.
Por todo ello es un artificio que se discrimine entre Tuna y Estudiantina, salvo para señalar las agrupaciones que no
sigan nuestra costumre escolar. Para más aclaración al respecto pueden leer las definiciones que el Diccionario de la
Real Academia Española de la lengua da tanto al término “tuna” como al de “estudiantina” (http://www.rae.es)
Origen del traje de la tuna, la beca y sus usos
Antes de abordar este tema hay que recordar que, basándonos en los datos históricos contrastados hasta el
presente, quienes primero utilizaron la beca fueron los Colegiales medievales a modo de una banda que se colocaba
sobre el pecho y, desde ambos hombros colgaba por la espalda con longitud variable. Posteriormente el uso de la
beca se extendió también a los estudiantes de los Colegios Mayores, los Colegios Reales o Imperiales e incluso a
Colegios Menores (seculares, regulares y de órdenes militares y otra suerte de instituciones universitarias vinculadas
en Alcalá, Salamanca y Valladolid durante los siglos XVI y XVII) (1) e identificaba a los internos Colegiales (hijos de
nobles, hidalgos y terratenientes) ante los Manteístas, que no la llevaban.
Los Manteístas eran llamados así porque usaban el “manteo” (del francés manteau) que era una capa larga con
cuello que llevaban los eclesiásticos sobre la sotana y que también usaban los estudiantes que no habían sido
admitidos como Colegiales, quienes sí tenían su propia vestimenta: la beca (2).
Por todo ello no falta a la verdad afirmar que, en la Edad Media, la comunidad universitaria estaba integrada por los
Colegiales (llevaban beca) y los externos, no becarios, que eran conocidos vulgarmente como Manteístas por usar el
manteo.
Hasta el siglo XIX toda la documentación consultada señala que la beca sólo fue utilizada por los estudiantes
Colegiales. La cuádriga de estudiantes que formaba las “Bigornias” “corría la tuna” para desplazarse de sus casas a
las Universidades (y viceversa) o para acudir a las fiestas populares o de Nochebuena de las poblaciones o ciudades
vecinas donde pedían limosna para costearse los libros y cubrir otras necesidades básicas (como hacen los actuales
“grupos de parche”). Con todo ello cabe deducir que quienes “corrían la tuna” eran Manteístas, escolares que NO
USABAN la beca colegial. Si, además había entre ellos sopistas o “panza-al-trote” (pobres como los sopistas pero no
lo reconocían públicamente al no acudir a recibir la “sopa boba” de los conventos)(3), ¡mucho menor posibilidad de
que en las Bigornias se usara beca!
En 1835, bajo la regencia de María Cristina, se suprimió el fuero académico, desapareciendo la condición privilegiada
disfrutada hasta entonces que eximía a los universitarios de la justicia ordinaria y su sometimiento al juicio del Rector
(4) y prohibió a los estudiantes (excepto a los que estuviesen ordenados) el uso del uniforme escolar (formado por
tricornio, manteo y sotana) por no estar “en armonía con las costumbres del siglo” (5). La vigencia del “Fuero
Académico” había desaparecido por completo legalmente en el año 1837 (6).
Igualmente fue la regenta María Cristina quién permitió la libre asociación, gracias a lo cual se crearon asociaciones
de músicos y artistas, con lo que, a finales de esa década, nace en el carnaval madrileño una nueva especie del
género de comparsa que se caracteriza por que:
Abundan entonces las estudiantinas que visten manteo y tricornio, pero también las que visten con traje de zuavos
(cuerpo argelino del ejército francés) o con camisa garibaldina (roja), de hecho, estos atuendos se ponen de moda
en las décadas de 1850 y 1860, decayendo en la de 1870, momento en el que las estudiantinas, especialmente las
compuestas por verdaderos estudiantes comienzan a recuperar el manteo y tricornio como seña de identidad” (7, 8)
y denominarse “Tuna” (4).
Así se inició la progresiva distinción entre Estudiantinas y Tunas, diferenciándose las segundas por
ser integradas únicamente por estudiantes universitarios, y de las que desciende directamente la Tuna actual (9).
Es en 1878 cuando nace el traje completo de Estudiantina al adoptarse el popularizado por la “Estudiantina
Española” que viajó a París durante la Exposición Universal del año 1878 gracias a que fue retratadísima en la prensa
ilustrada del mundo entero. (7). Aquél traje diseñado, confeccionado e ideado ex profeso por el sastre de la sastrería
del Teatro Real, sirvió de modelo al resto de estudiantinas que se formaron a partir de entonces y estaba compuesto
por:
1- jubón de terciopelo negro, abotonado y sin faroles, con golilla y puños rizados;
2- lazo en la manga (generalmente la izquierda), su color identificaba la Facultad de procedencia como las actuales
becas: amarillo para Medicina, rojo para Derecho, verde para Veterinaria...);
3- cinturón negro;
4- calzón de terciopelo de igual color hasta las rodillas;
5- medias de seda negras;
6- zapatos con hebilla de plata o escarapela en el empeine;
7- guantes gris perla;
8- manteo (cruzado por delante, en el que prácticamente se envolvían, pasando uno de los extremos que caía
suelto por bajo de la axila y lanzándolo, mediado el hombro contrario, dejándolo caer por la espalda; es el precursor
de la capa actual); y
9- tricornio quebrado con una cuchara de marfil (los postulantes llevaban gorra adornada con una pluma y capa
corta).
Llevaban además los instrumentos adornados con lazos de los colores nacionales y antifaces con los que cubrían su
rostro como complemento carnavalesco. Según Juan Comba se trataba de un desdichado patrón sin sentido histórico
que mezclaba prendas de diversas épocas embellecidas por su confección esmerada recurriendo a ricos materiales
(10).
La Guerra Civil española (1936-1939) truncó la evolución de las Tunas, volviendo a constituirse tras ella. El resurgir
fue primero dentro del marco universitario, las Tunas, y posteriormente también fuera de este: Estudiantinas,
Rondallas y demás agrupaciones carentes de relación con la Universidad (11,12).
En 1859 se modificó el color de ciencias que pasó a ser azul turquí (13). La evolución de los estudios universitarios
con el incremento de titulaciones, la creación de nuevas facultades y de las universidades politécnicas obligaron a la
elección de nuevos colores distintivos que fueron apareciendo en los Decretos del 7 de julio de 1944 y en las
Órdenes de 30 de noviembre de 1967, a los que habría que añadir otras normativas ulteriores, algunas muy
específicas o emanadas de disposiciones adoptadas por los mismos centros docentes. En la actualidad, para
Hernández Albaladejo (14), la clasificación cromática más generalizada sería:
- Derecho, rojo,
- Filosofía y Letras: Filosofía, Geografía e Historia, Filología y Ciencias de la Educación, azul celeste,
- Ciencias: Física, Geología, Matemáticas, Química, Biología e Informática, azul turquí.
- Medicina, amarillo oro,
- Farmacia, morado,
- Veterinaria, verde,
- Ciencias Políticas, Sociología, Económicas y Empresariales, anaranjado,
- Psicología, violeta,
- Bellas Artes, blanco,
- Ciencias de la Información, gris azulado,
- Odontología, fucsia,
- Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, verde claro,
- Escuelas Técnicas Superiores de Arquitectura e Ingeniería, marrón,
- Escuela Universitaria de Enfermería, gris medio.
En cuanto a la historia más reciente continúa siendo muy difícil datar ciertos sucesos en cuanto a la vestimenta y
tradición de las Tunas se refiere. Según conversación personal mantenida a finales de noviembre de 2011 con Rafael
Asencio González, la primera Tuna que hasta el presente haya constancia documental que portó beca es la Tuna
Universitaria de Sevilla, en 1939, pero este dato debe tomarse (como todos) con la debida cautela pues en cualquier
momento puede surgir un nuevo hallazgo investigador que lo pueda modificar.
Actualmente se tiene en España a la beca como signo distintivo del universitario (usado en actos
protocolarios de licenciatura y especialidades universitarias) y del Tuno, siendo cada vez más frecuente que se le
imponga al alumno que finaliza sus estudios preuniversitarios (15) y existiendo, posiblemente amparada en su origen
colegial, alguna estudiantina de centro docente preuniversitario que porta beca (16). También se puede ver la beca
en los integrantes de coros, orfeones y orquestas de plectro que representen a una Universidad.
Bibliografía utilizada:
1. Manuel Casado Arboniés y Pedro Manuel Alonso Marañón. Alcalá de Henares y América: Un nexo
universitario. En: Gutiérrez Escudero, Antonio, María Luisa Laviana Cuetos (coords.): Estudios sobre
América: siglos XVI-XX; pags. 255-288. Sevilla,2005.
2. Luis I. Gordillo Pérez, Revista Deusto nº 99, pags. 32 y 33 y disponible el 07/01/11 en
http://archivodelapromociondel77.blogspot.com/
3. El Periodico para Todos, semanario ilustrado, nº 1; pag 6, 1876.
4. Karla Vomelová. “El fenómeno de la Tuna, su historia y presente”. Tesis doctoral. Universidad Comenius.
Facultad de Filosofía, Cátedra de Románico. Bratislava, Eslovaquia. 2008.
5. Real Orden, de 3 de octubre de 1835, sancionada por Isabel II.
6. Rafael Asensio González, conversación personal en noviembre de 2011.
7. Rafael Asensio González. "Los Medicinantes". En: http://www.tunacordoba.es/node/321 Consultado el
08/01/2011.
8. Rafael Asencio González, “Las Estudiantinas del Antiguo Carnaval Alicantino. Origen, contenido lírico y
actividad benéfica (1860-1936)”. Original facilitado personalmente por el autor en 2011.
9. Asensio González, R. Historia y orígenes de la Tuna. En: http://www.tunaempresariales.uji.es/historia2.htm
Consultado el 08/01/2011.
10. Juan Comba. “El carnaval y las estudiantinas: el traje de los estudiantes antaño y hogaño”, publicado en “La
Correspondencia de España” el 15 de febrero de 1910.
11. Rafael Asensio González. Historia y orígenes de la Tuna. En: http://www.tunaempresariales.uji.es/historia2.htm
Consultado el 08/01/2011.
12. Rafael Asensio González. La Tuna en España durante la dictadura del General Franco: I. Especial atención a su
regulación legal. Original facilitado personalmente por el autor en 2011.
13. Darías Príncipe, A., “Los colores en la indumentaria académica: pasado y futuro”, en II Encuentro de
Responsables de Protocolo y Relaciones Institucionales de las Universidades Españolas, Logroño, 1999, pp. 64-66.
14. Elías Hernández Albaladejo. De Universitatis Splendore. Revista Electrónica de Estudios Filológicos. Vista el
13/11/11 en http://www.um.es/tonosdigital/znum4/protocolo/Protocolouniversitario.htm
15. Félix Martín Sárraga. Acto de graduación de escolares del Instituto Nacional “Miguel de Cervantes”, de Murcia.
2004.
16. Félix Martín Sárraga. Censo de Estudiantinas. 2011.
Bibliografía de apoyo:
1- Rodríguez Cruz, Águeda M.A. “El simbolismo de los colores académicos tradicionales y las leyendas de las antiguas
cátedras salmantinas”, en Hernández Díaz, José María (coordinador): Cuestiones actuales de filosofía y pedagogía.
Liber amicorum de Serafín M. Tabernero del Río. Salamanca, 2001, págs. 147-152.
2- Rodríguez-San Pedro Bezares, Luis Enrique: “Vida estudiantil cotidiana en la Salamanca de la Edad
Moderna”, Miscelánea Alfonso IX [Sección monográfica: Vida estudiantil en el Antiguo Régimen], 2001, págs. 69-96.
3- Rodríguez-San Pedro Bezares, Luis Enrique. “La ‘nación de Vizcaya’ en las Universidades de Castilla ss. XVI-
XVIII”, Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante [Número monográfico sobre Enseñanza y
Vida Académica en la España Moderna], 20, 2002, págs. 11-46.
TUNA UNIVERSITARIA NACIONAL DE SAN AGUSTIN DE AREQUIPA-PERU
TUNAS AHIJADAS